Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 148
Paidds Basica {hime seals publieados: Gee Ca LI rsa KW Deugch “tos neces el geen a se ca tise caida dane ne peta iin Soe ee Heer yaad en fo agi : A Auth? faootacet i loop matanee Se cleat ead Meta Cece arte nse Fe ae amet dessa soit Lei ee ett a ais cn See ee ea cute be meted caine te inceignin ee ret jon Mtoe eco de dec Ce eect cegetn en ns encase Soe ttn el Crk ecb ie ga? " Beles ine tse fe Re i red fle ee ss pupemton Fe ELE ogy 0. Skinner - La sf en astra Pte Gai Pear fa ha Le Focal Edad del emp # Routing in tne plete rn Heese sore tage tas itd GG atl fe rd Te cedure Heise alot defame Ee tafe id adem Se ed rn ie Pay pea Fgh inp ; ; & Schule - fa tanstmetion sigafcatice del mundo social fea Pole ened Si tinmeriey EA aya “Eenogrfia Martyn Hammersley Paul Atkinson Etnografia Métodos de investigacion Tioulo original Publieadoren i wnograpy. Principe in practice por Hole “Teaduccin de Mikel Arambuars Otoew Cubierta de Ms io ¥skenath © 1985 by Martyn Hammersley y Paul A © de tadat las ediciones en eastllann, Ediciones PaidésIbévca, S.A, fariano Cubi, 92 - 98021 Bareelona 4 Editorial Paidés, SAICF, Defensa, 309 ~ Buenos Aivs ISBN: 84-493-0012-6 Depésito legal: B-11,159/1994 Lnmprose on Hurape, 8. Ly Recaredo, 2 = 08005 Barcelona Impreso on Espa « Printed in Spain Los griegos mas antiguos (aquellos cuyos escritos se han perdido) adoptaron... la postura... intermedia entre la presun- ‘ion de pronunciarse sobre todas las cosas y Ia desesperacion de no comprender ninguna de ellas; y, pese a que se lament: ban frecuente y amargamente de Ia dificultad de indagar y de la oscuridad intrinseca de las cosas, y cual caballos que mor isquean impacientemente sut bocado, no persistian en su pes (quisa y se centraban ea la naturaleza, creyendo (al parecer) que 2 la auéntica cuestign —véase, si el conocimiento es 0 no posible— no hay que abordarla con razonamientos sino con ten tativas, Por lo demas, confiando plenamente en la fuerza de su entendimiento, no aplicabaa regla alguna sino que lo eleva ban todo al pensamiento riguroso, el trabajo constante y el ejer- cicio de la mente El conjunto de la ciencia no es mas que la depuracién del pensamiento cotidiano.» (Albert Einstein, 1936) «La ciencia es la racionalidad insegura.» OW. V. Quine, 1960) SUMARIO Agradecimientos Prefacio . 10. gQué es la etnografia? El diseio de la investigacién: problemas, casos y mues- tras oh asi El acceso ....eecesee Relaciones de campo Los relatos nativos: escuchar y preguntar Documentos Registrar y organizar la informacién E] proceso de andlisis La escritura etnograt Conclusion ...... Bibliografia comentada de textos etnogréficos Referencias bibliogréficas ... Indice de autores . Indice analitico AGRADECIMIENTOS, Escribir este libro nos llevo mas tiempo del que inicialmente habiamos previsto, pero nos hubiera llevado todavia mas si no hu- biese sido por la ayuda y los animos transmitides por mucha gen- te. Agradecemos a los siguientes colegas por la ayuda prestada en discutir y aclarar nuestras ideas: Sara Delamont, Anne Murcott, y otros miembros del Grupo de Etnogeafia del Departamento de Sociologia en el University College de Cardiff; Andy Hargreaves, Phil Strong, Peter Woods, y miembros del Grupo de Investigacio- nes Etnograficas, Open University. También debemos expresar nues- tra gratitud a Mary! Baker, Stella Riches, Myrtle Robins y Lilian Walsh por pasar (y repasar) a maquina varios borradores del ma- nuscrito. PREFACIO Empezamos a concebir este libro mientras trabajébamos jun- tos en algunas materias para un curso sobre métodos de investiga- cién en Edueacion y Ciencias Sociales en la Open University. Nos parccié que en el ambito de la sociologia Ia etnografia cortia el se- rio peligro de fosilizarse dentro de una estrecha tradicién aislacio- nista, incomunicada del resto de las Ciencias Sociales. La mayoria de los textos etnograficos la han presentado como un paradigma especifico en conflieto con (0, en el mejor de los casos, yuxtapuesia a) otras perspectivas tedricas y metodolégicas, Para nosotros esto representa una traicién al espiritu de la et nografia, a lo que e-este libro hemos convenido en llamar el/prins 4 eemenaiey ‘etnografia es apenas uno entre varios fAVestigacin disponibles para los cientificos sociales; ‘un método que, como otros, tiene puntos solidos pero también cier- tas debilidades caracteristicas. Es evidente que la etnografia ha sido oda: estas ideas no constituyen los tinicos principios me- todolégicos importantes para la investigacion social ni privilegian de manera absoluta la etnografia respecto a otros métodos. Si bien es tentador reaccionar contra la tendencia de algunos metodologis- tas a tratar la etnografia como si no fuera ciencia, la construccién de un «paradigma alternativo» que desplace a los otros métodos hacia la marginalidad no es la respuesta adecuada, Esta postura es demasiado pretenciosa y cede terreno a aquellos que siempre bbuscan identificar ciencia con experimentacion y cuantificacién, nétodos deben ser elegidos de acuerdo con los prop6sitos, preten- siones generales de otorgar superioridad a una técnica sobre otra tienen poca consistencia. En [a redaccion de este libro hemos procurado seguir un cami- 4 ETNOGRAFIA no intermedio entre un tratado metodologico abstracto y un pric- tico «libro de cocina», ¥ esto es asi porque, para nosotros, metodo logia y método, como teoria social e investigacién empirica, depen- den una de otra. Ni siquiera pueden ser discutidas de forma separada. En el capitulo que abre el libro consideramos los dife- rentes armazones metodologicos a través de los cuales ha sido vis- ta la etnografia, y nos extendemos sobre las implicaciones de lo que tomamos como la caracteristica principal de la investigacién social: poseeniyese el hecho de que es parte del mundo socialyy que ella estudia, Los capitulos siguientes se centran en aspectos mas concretos del trabajo etnogratico, defendiendo e ilustrando el punto de vista reflexivo. Escribimos este libro pensando en clos tipos de lectores. Por un lado Jos practicantes de la etnografia, culquiera que sea su grado de experiencia, estudiantes y profesionales. A ellos va dirigida nucs- tra argumentacién sobre las ventajas de pensar Ia etnografia en tér- rminos de reflexividad en lugar de usar los principios del naturalis- mo. Al mismo tiempo hemos intentado escribir un libro que sea accesible a los que tienen poco o ningun conocimiento de las téenicas etnograficas, aunque esos lectores bien pueden empezar ta lectura por el capitulo 2 y leer el primer capitulo més tarde, por ejemplo, después del capitulo 9, De esta forma, las cuestiones metodolégi- cas abordadas en el capitulo | pueden ser situadas en su propio contexto, Carruto 1 "(QUE ES LA ETNOGRAFIA? En los ultimos afos, entre los investigadores de varios campos ha crecido el interés, tanto tedrico como prictico, por la etnogra- fia, En gran medida, ello se debe a la desilusién provocada por los ‘métodos cuantitativos, métodos que han detentado durante mucho tiempo una posicién dominante en Ia mayor parte de las ciencias sociales. De todas formas, es propio de la naturaleza de los movi- mientos de oposicién que su cohesién sea més negativa que positi va: todo el mundo esta mas o menos de acuerdo en qué es a lo que hay que oponerse, pero hay menos acuerdo en la concepcion de al- ternativas. Asi, a lo largo de los numerosos campos en que ha sido propuesta la etnografia, o a veces algo parecido a ella, podemos encontrar diferencias considerables en cuanto a las prescripciones ya la propia practica. Existe desac bre si la caracteristic distintiva de la (Spradley, 1980), a ion social (Gumperz, 1981) 0 el analisis holistico de socic (Lutz, 1981). Algunas veces la etnografia se define como esencial- mente deseriptiva, otras veces como una forma de registrar narra- tive Iker, 1981); como contraste, solo ocasionalmente jone el énfasis en el lo y verificacién de teorfas (Glaser y Mis adclante veremos cémo, para nosotros, la ctnografia (0 ou término cognado, «observacién’participante») simplemente es un método de investigacién social, sunque sea de un tipo poco comin puesto que trabaja con una amplia gama de fuentes de inform rafa, participa, abiertamente o de , viendo lo que p elegid En muchos sentidos la etnografia es la forma mas basica de in- vestigacion social. No sélo tiene una larga historia (Wax, 1971) sino 16 ETNOGRAFIA, que también guarda una estrecha semejanza con Ia manera €6m0" (AER eR SILENCE Algo autores ven en ello su fuerza basica, mientras otros lo ven como una importante debilidad. La etnografia ha sido a veces descalifi- cada como impropia para las ciencias sociales porque los datos ¢ informacion que ella produce son «subjetivoss, meras impresiones idiosinerasicas que no pueden proporcionar un fundamento sélido para el andlisis cientifico riguroso, Otros argumentan que s6lo a través de la etnografia puede entenderse el sentido que da forma y contenido a los procesos sociales. Métodos «artificiales», tales como experimentos y entrevistas codificadas, son rechazados bajo el argumento de que estos procedimientos son incapaces de captar el significado de las actividades humanas cotidianas. Realmente, debe rechazarse la nocién de una ciencia de Ia vida social que ex: plica el comportamiento humano en términos causales. Todas las investigaciones sociales sienten la tensién entre, de tun lado, concepciones modeladas por las practicas de las ciencias naturales, y, de otro, por ideas sobre Ia especificidad del mundo social y sus implicaciones respecto a Ia forma como éste deberia ser estudiado. A menudo esta tensién se presenta como una elec- cién entre dos paradigmas en conflicto (Wilson, 1971; Johnson, 1975; Schwartz y Jacobs, 1979), Ademas de que, con frecuencia, son va- rios los nombres dados a estos paradigmas, existe una considera: ble superposicion de contenidos entre los diferentes estudios sobre el tema, Siguiendo la mayoria de los estudios precedentes lamare mos a estos paradigmas de epositivismo» y «naturalismo», el pri mero privilegiando los métodos cuantitativos, el segundo promo: cionando Ia etnografia como el método central, si no el unico legitimo, de investigacién social. Desde nuestro punto de vista, las exposiciones sobre los para- digmas se entienden mejor cuando se presentan come mar Tasreindednouennsh (Kaplan, 1964) de la investigacion a, y especialmente, en lo que respecta a Ja etnografia, ai el posi 1a separacion radics iencia social y su objeto. Intenta- remos mostrar cémo una vez reconocido el cardcter reflexive de Ja investigacion social como parte del mundo que estudia, muchos de los temas planteados por la disputa en torno al positivismo se (UE ES LA ETNOGRAFLA? 7 vuelven mas faciles de resolver, y aparece mas clara la contribu: cidn especifica que puede aportar la etnografia. Positivism y naturalismo — Comenzaremos por examinar el positivismo y el naturalismo y sus implicaciones en la etnografia. No obstante, se deberia notar que, si bien existe cierta afinidad entre las ideas que agrupamos bajo estos rétulos, no queremos decir con ello que los cientificos sociales puedan ser clasificados rigidamente en uno de los dos gru- pos que resultan de esta division. Efectivamente, incluso aquellos ‘cuyos trabajos citamos para ejemplificar alguna caracteristica de Jas dos perspectivas, no necesariamente se adhieren siempre a la perspectiva in rozo. En vez de producir descripciones precisas de las perspectivas metodolégicas de determinados grupos de cientifi 0s sociales, hemos preferido identificar dos corrientes influyen- tes de pensamiento sobre la naturaleza de la ciencia social en gene- ral y de la etnografia en particular. Durante todo el libro éstas nos servirdn como referencias a partir de las cuales estableceremos nuestra propia posicién El positivismo ha tenido una larga historia en la filosofia y al- canzé su apogeo con el «positivismo légico» de los afios treinta y cuarenta (Kolakowski, 1972). Este movimiento tuvo una considera- ble influencia sobre los cientificos sociales, particularmente en la promocién del stazus de la investigacién experimental, de encues- tas y de formas cuantitativas de andlisis asociadas con éstas. Mien: tras que antafio, tanto en sociologia como en psicologia social, las téenicas de anélisis cuantitativas y cualitativas generalmente se usa- ban simulténeamente (Frecuentemente por el mismo investigador), actualmente hay una tendencia hacia la formacién de tradiciones metodolégicas independientes, entre las cuales las legitimadas por cl positivismo se han vuelto dominantes. En estas disciplinas la dis- tincién entre métodos cuantitativos y cualitativos se ha metamor- foseado gradualmente en un abismo epistemologico. Hoy en dia, el término «positivismo» se usa con una variedad de sentidos confuisos. Durante los ultimos diez afos se ha convertido enun término del cual han abusado los cientificos sociales. Para nues. tros propésites, los principales dogmas del positivismo pueden ser desarrollados de la forma siguiente (para una discusién mas detalla- da véase Keat y Urry, 1975; Giddens, 1979: y Cohen, 1980}: 18 ETNOGRAFIA la ligica det expe- to que los positivistas no quieren decir que todos los métodos de las ciencias naturales sean iguales, si que asumen que ellos comparten una logica comiin. Esta es fa légica del experimento donde variables cuantitativamente medidas son manipuladas con el objetivo de identificar las relaciones existentes entre ellas Esta légica, dicen, es la caracteristica definidora de la ciencia _ Leyes universales. E! positivismo ha adoptado una concepcién caracteristica de la explicacién, normalmente llamado modelo de la «ley protectora», Aqui los eventos son explicados siguien- do un método deductivo por medio del apelo a leyes universa- les que establecen relaciones regulares entre variables, y que permanecen constantes en todas las eireunstancias, Sin embar: fo, la versién estadistica de este modelo, en el cual las relacio. es tienen solo una determinade probabilidad de epicarse as arctnstuncine ba ido i ote MopElda por le ie: tificos sociales, y esto ha motivado un gran interés por los pro- cedimienios de , especialmente en las investigaciones gue utilizan En este modelo es especialmente impor- tante la capacidad de af je de la observaci ‘or Ultimo, se le otorga prioridad epistemolégica y/u ontologica a los fenémenos que son directamente observables; cualquier apelo’a intangibles co- tre el riesgo de ser descalificado como un sinsentido metafi- sico. Las teorias cientificas deben estar fundadas en —y proba- das por medio de— descripciones que simplemente correspon- dan al estado de las cosas, sin envolver presupuestos tedricos, quedando asi libre de dudas. Esta fundamentacién puede con- sistir en datos proporcionados por los sentidos —como en ei ‘empirismo tradicional, 0, como en versiones mas tardias— del Ambito de lo «directamente observable»: el movimiento de los objetos fisicos, el mercurio en un termémetro, por ejemplo, per- mite con mas facilidad alcanzar un consenso entre todos los observadores. Pero la observacion en ciencias sociales no es una actividad tan transparente como leer un termémetro, lo que ha evado a que la preocupacién por adoptar un lenguaje teérica- mente nentro haya puesio todo ol énfasis en la estandarizacion de los procedimientos de observacin, Se intenta con ello le rr criterios sdlidos que sean estables para todos los obser- vadores. Silos criterios son confiables en este sentido, se argu (QUE ES LA ETNOGRAFIA? 19 ye, tendremos una base teéricamente neutra sobre la cual trae bajar. Central al positivismo es, pues, una determinada concepcién del método cientifico, siguiendo el modelo de las ciencias naturales, yy, en particular, el de [a Fisica (Toulmin, 197 tl segundo los que marcan la diferencia entre a cencia y el senti do comin, con el objetivo de reemplazar éste por un cuerpo de co- nocimientos cientifico. La caracteristica mas importante de las t gue fats estan aberasy ujetas a comprobaci: pueden se con ste procedimiento de comprobacién consiste en verificar lo que la teoria dice que ccurre bajo ciertas cireuns- tancias; es decir, cotejar la teoria con los chechos» (Goode y Hatt, 1952). Estos hechos se registran por medio de métodos que, como los hechos, son vistos como tedricamente neutros; de otra forma, dicen, no podrian proporcionar validez a la teoria. En particular, los intentos realizados con el propésito de eliminar los efectos del observador se llevan a cabo mediante el desarrollo de un cuerpo teérico explicito y estandarizado. Ello permite que otros puedan’ "acer séplicas, deforma que se pueda aprecar la confiabilidad de los resultados (Moser y Kalton, 1971). Por ejemplo, en las investiga- ciones que usan encuestas, el comportamiento de los entrevistado- tes debe ser especificado en relacidn al enunciado de las preguntas yal orden en el cual éstas son formuladas. En experimentos, el com- Portammiento de los experimentadores las instrucciones que él 0 ella dan a los sujetos estén muy detallados. Sis 30 Se emplean tales procedi tos explicitos y estandarizados, como en la observacién participan- te, entonces, continiian diciendo, es imposible saber como interpretar las respuestas puesto que no sabemos con precision a ‘qué estan respondiendo. Tales investigaciones, dicen, solo pueden hacer especulaciones sobre relaciones causales ya que no hay una base disponible que permita verificar hipotesis. ‘Como reaccién contra este criticismo positivista, en los ultimos 20 eTNoGRaFia cuarenta aos los etnégrafos han desarrollado una perspectiva al ternativa sobre la naturaleza propia de la investigacion social, fre cuentemente denominada «naturalismo» (Blumer, 1969; Lofland, Matza, 1969: 971; Schataman y Strauss, 1973; Guba, ms, 197 Procedimientos «naturales», no «ar: , deberian ser Ja fuente primaria de datos. Ademas, el desarrollo de la investiga- ciéa debe ser sensible respecto a la naturaleza de! lugar. Un ele mento clave para el naturalismo es la insistencia en que el investi gador social adopte una aptitud de «respeto» 0 «aprecio» hacia el mundo social. Como dice Matza, el naturalismo es le perspectiva que permanece fiel a la naturaleza de fenémeno que se esta estu: diando (1964:5). Esto se contrapone a la concepcién positiviste del método cientifico como una reconstruccién de la experiencia de las, ciencias naturales: La realidad existe en el mundo empirico y no en los métodos usados para estudiar ese mundo; ésta debe ser descubierta en el anilisis de ese mundo... los métodos son meros instrumentos disefiados para identificar y analizar el caricter inmutable ds! mundo empirico y coma tales, su valor existe sélo en la medida en que son apropiados para la realizacién de esta tarea. En este sentido fundamental, los procedimientos empleados en cada fase de Ia accion cientifica inves- tigadora deberian ser valorados en términos de su grado de respeto a la naturaleza del mundo empirico que estudian —si lo que ellos presentan como el verdadero significado del mundo empirico lo es realmente. (Blumer, 1989:27.28) De acuerdo con esta perspective, naturalismo se mueve den- trode una amplia gama de corrientes filosoficas y sociologicas: el Ta y .. Desde diversas perspec tivas, esta vs de tradiciones coinciden en que ell mundo so=) (QUE BS La ETNOGRAFIA? s. Asi por ejemplo, en el corazén del interaccio: ismo simbélico yace una reaccién contra el modelo de comporie: miento basado en la dindmica estimulo-respuesta, desarrollado por los argumentos metodolégicos del positivismo, | mismo estimulo fisi- co puede significar cosas diferentes para Personas diferentes e in- cluso para las mismas personas en situaciones diferentes Segtin esta argumentacién, el uso de métodos estandarizados no asegura de ninguna manera la conmensurabilidad de la informa- cién producida. De hecho, ocurre mas bien lo contrario. Las inter- pretaciones de un mismo grupo de instrueciones experimentales © cuestiones de entrevista variarén, indudablemente, de una perso- na a otra yen ocasiones diferentes. De acuerdo con el naturalismo, para comprender el comportamiento de Ja gente debemos aproxi- marnos de forma que tengamos a Afortunadamente, las capacidades que hemos lesarrollado como actores sociales pueden darnos La necesidad de aprender la cultura de aquellos a quienes esta- mos estudiando es mucho més obvio en el caso de sociedades dis. tintas ala nuestra, Aqui no sélo no podemos saber el por gué la gente hace lo que hace, muchas veces ni siquicra sabemos qué es To que estén haciendo. Nos encontramos como en Ia situacién de extrafiamiento referida por Schutz (1964). Schutz cuenta que du- rrante las semanas y los meses siguientes a la llegada del inmigtan- tea la sociedad de acogida, lo que él o ella pensaban sobre aquella sociedad se revelaba de dudosa validez, incluso falso. Ademés, as- pectos que se ignoraban porque previamente se habian considera- do de poca importancia, paulatinamente iban adquiriendo gran sig- nificacién, lo que hacia necesario afrontarlos para cumplir objetivos importantes, tal vez incluso hasta para lograr la propia supervi vencia del recién llegado, En el proceso de aprendizaje de cmo comportarse en las situaciones extrafias que componen el nuevo n ETNOGRAFIA, ambiente, el extrafo va adquiriendo un conocimiento interno que suplanta al conocimiento cexterno» previo. Schutz sefiala que, como consecuencia de estar forzado a entender Ia cultura de la sociedad de acogida, el extratio adquiere una cierta objetividad no accesible para los miembros de la cultura en cuestidn. Estos viven dentro de su cultura, ineapaces de verla como algo que no sea un simple reflejo de «cdmo es el mundo». No son conscientes de elementos fundamentales, muchos de los cuales son distintivos de esa cultura y moldean su visién d pu. le producir los mismos efectos aunque, generalmente, de manera mas suave. De acuerdo con lo que dicen los naturalistas, el valor de la etnografia como método de investigacién social se funda en la existencia de dicha variedad de padrones culturales —ya sea den- tro de una misma sociedad o entre sociedades diferentes— y en st relevancia para entender procesos sociales. L f ja cultura se vuelve susceptible de ser tra- tada como objeto de estudio. & través de la marginalidad, en la pers. pectiva, y quiz4 también en la posicion social del investigador, el naturalismo sostiene que es posible construir un relato de la cultue ra estudiada en el que ésta aparezca como independiente y externa al investigador; en otras palabras, como un fenémeno natural. De hecho, la pr de una yen, No se contemplan inte plicar formas culturales especificas. Como dice Denzin (1971:168) «los naturalistas se resisten a los esquemas 0 modelos que simpli- fican la complejidad de la vida cotidianas. En conclusion, el naturalismo presenta la etnografia como el método preeminente, si no exclusivo, de investigacion social. Ello es asi porque cualquier predicado sobre ef comportamiento huma- 2QUE ES LA ETNOGRAFIA? 2B no requiere que entendamos los significados sociales que nos in- forman sobre aquel. La gente interpreta los estimulos en términos de tales significados, no responden meramente ante el ambiente fi- sico. Tal comprensién requiere que aprendamos la cultura de aque- los a quienes estamos estudiando. Y esto no se puede hacer por medio del seguimiento de procedimientos estandarizados; es un pro- ceso natural anilogo a la experiencia de cualquier extrafio apren- diendo la cultura de un grupo. La tarea consiste en realizar des- cripciones culturales; cualquier cosa que vaya mas alld de esto seré rechazada por imponer simples categorias y la arbitrariedad del investigador sobre una realidad compleja. La centralidad del signi. rudiar el comportamiento «naturs \s personas: zo podemos entender el mundo social estudiando estimulos artifi- ciales a través de experimentos o entrevistas. Restringir la invest. gacion de pricticas sociales a tales procedimientos es apenas des- cubrir como la gente se comporta en situaciones experimentales y de entrevistas. - Los problemas del naturalismo — Los origenes de Ia confrontacién entre las posiciones sobre la naturaleza de la investigacion social que hemos visto pueden re- montarse a las diferencias entre Platén y Aristételes (Von Wright, 1971; Levy, 1981). De cualquier manera, sera especialmente en los litimos cincuenta afios cuando esas ideas generarén tradiciones de investigacién especificas dentro de algunas disciplinas de las cien- cias sociales. Estudiosos del siglo xx, tales como Mayhew (1861), LePlay (1879), y Booth (1902-1903), usaban de forma complementa- fa [ae en titativas y cualitativas Inlusolos soins 1 = (dels Eeeela de Chiago, Iceouentemente tepresentades come dicando los usos y ventajas relativas de cada técnica, habia un con- senso generalizado sobre el valor de Ha sido més recientemente, con el répido desarrollo de los métodos esta- disticos y Ia creciente influencia de la filosofia positivista, que la investigacién basada en cuestionarios ha sido contemplada por al- 24 ETNOGRAFIA gunos de sus practicantes como una tradicién metodolégica auto- suficiente. En psicologia social este proceso comenzé con anterio: ridad y fue donde los experimentos se hicieron més dominantes. En sociologia, el naturalismo surgié como una reaccién contra el crecimiento de la tradicion que investigaba a través de cuestio: narios, con la intencién de construir un paradigma alternativo, di sefiado para proteger de la critica positivista la etnografia y otras al principal mBtodo de faresttgacln, ae hn frodunido Una ender cia similar, aunque menos intensa, hacia’el establecimiento de va- rias tradiciones de investigacion (Pelto y Pelto, 1973). En psicologia social sdlo més recientemente la hegemonia de los experimentos hha estado seriamente amenazada (Harré y Secord, 1972; Cronbach, 1975; Rosnow, 1981) Indudablemente, muchas de las criticas naturalistas al pos vismo estén bien fundadas. La fuerza de algunas de éstas ha lle; do inclusive a ser reconocida por experimentalistas y disefiadores de encuestas. Los problemas que devienen de establecer inferen cias a partir de respuestas conseguidas bajo condiciones de exper mentacién, o en deducir lo que la gente hace cotidianamente a par- tir de lo que es dicho en una entrevista, han sido listado bajo el tivulo de «validez ecolégica» (Brunswik, 1956; Bracht y Glass, 1968). En la mayoria de las ciencias naturales, la generalizacién de resul- tados a través del tiempo y del espacio presenta pocos problemas. Las sustancias quimicas, por ejemplo, generalmente no se compor- tan de manera diferente si estén dentro o fuera de las paredes del laboratorio. No obstante, esto parece ser un serio problema en el estudio del comportamiento humano. A partir de una minima re- flexién sobre la vida cotidiana, se percibe que, sin duda, la gente se comporta, ¥ se espera que se comporte. de forma diferente en funciéa del contexto (Deutscher, 1973). Uno de los aspectos de validez ecolégica —el efecto de los inves- tigadores y sus procedimientos tienen sobre las respuestas de las personas estudiadas— ha sido objeto de una atencién considerable (Orne, 1962; Rosenthal, 1966; Hyman, 1954; Sudman, 1974; Schu- man, 1982). Similarmente, el reconocimiento de las dificultades exis- tentes en Ia interpretacién de las respuestas de los informantes ha Nevado a llamamientos para fomentar trabajos piloto de tipo etno- 2QUE ES LA ETNOGRAFIA? 25 grafico en encuestas y de entrevistas informales en experimentos. Ha habido incluso lamamientos para que la observacion partici- pante sea usada como suplemento o complemento de estos mato: dos (Crowle, 1976). Por supuesto que los que trabajan dentro de la tradicién de cues. tionarios y experimentos no suelen extraer las mismas conclu. siones del criticismo naturelista que las que extraen los propios naturalistas. Comprensiblemente, ellos se muestran reticentes a abandonar experimentos y encuestas a cambio de una confianza ‘exclusiva en la ctnografia. ¥ todavia estan menos dispuestos a acep- tar la hostilidad de los naturalistas frente a las explicaciones cau sales y, desde nuestro punto de vista, hacen bien en no aceptatla. ‘Si muchos de ellos ya se han dado cuenta de las implicaciones po- sitivas que devienen del naturalismo, ciertamente, es correcta su negativa a incorporarlo in soto. Los naturalistas tienen razén al seialar los peligros que residen en extraer inferencias de lo que la gente hace cotidianamente a par. tir de lo que los informantes dicen y hacen en situaciones de inves- tigacién, pero el problema de la validez ecolégica es mis sutil de lo que ellos suponen. Los procedimientos eartificiales» no solo no tienen por qué ser siempre ecolbgicamente poco representativos en aspectos significativos, sino que los resultados de investigaciones Nevadas a cabo bajo los procedimientos del naturalismo también pueden ser 0 a [a misma razén, descubrimlentos prOdcidos por la observacion par- ‘icipante en un lugar pueden no ser validos para otro lugar del «mi: mo tipor. Aun nivel mas profundo, Ia nocién misma de procedimientos «naturales» y «artificiales» conduce a una situacion confusa. Para. dojicamente, para aceptar esta distinci6n es necesario tomar por real la retérica de los positivistas, es decir, pensar como si ellos realmente se hubieran convertido en marcianos, observando a la sociedad desde fuera (Davis, 1973). Los métodos artificiales esta- blecidos por los investigadores son parte de Ia sociedad. Verdade- ramente, la fuerza real de la critica naturalista a experimentos y cuestionatios consiste precisamente en decir que éstos se dan en ocasiones sociales sujetas a procesos de interpretacién simbélica 26 erNooeaeta ¢ interaccién social ubicados dentro de la sociedad y que, ademas, amenazan constantemente con invalidar los intentos positivistas de manipular variables. Esta ambivalencia por parte del naturalismo acerca de la natu- raleza de los procedimientos «artificiales» es sintoma de un pro- blema mas amplio. Refleja un conflicto entre la descripeién que nos dan de la investigacién social, bordeande el realismo ingenuo, y su concepcién de los actores sociales, derivada del interaccionis- mo simbélico y otras formas de sociologia interpretativa, Donde el positivismo enfatiza la verificacién de hipétesis, y en particular el papel de «experimentos cruciales», el naturalismo de. fine la investigacién como una exploracién. Hay un fuerte parale. lismo aqui con la vision de algunos de los cientificos naturales pris- tinos: En los inicios de Tn ciencia se creia que la verdad yacia a nuestro aleedetor... estaba alli para ser tomada... esperando, como un cam- po de «rigo, esperando pacientemence a ser cosechado y almacena- do, La verdad se nos revelaria a si misma si observdvamos la natura Jeza con Ia visién amplia y la percepcion inocente que se pensaba que la humanidad habia poseido en los dias felices que precedieron a la condena del pecado original... antes que questros sentidos se cegaran por el prejuicio y la ofensa. Asi, la verdad sélo puede ser captada si apartamos el velo del prejuicio y observamos las cosas tal como ellas som. (Medawar, 1979:70) De acuerdo con el naturalismo, antes que importar métodos de Jas ciencias fisicas, debemos adoptar una aproximacién que respe- te la naturaleza del mundo social y que permita revelarnos su na turaleza, Algunas veces este argumento toma una dimensién polit ca porque el objeto que se estudia en la investigacién social son personas que tienen sus propios puntos de vista, perspectivas que a través de sus acciones también moldean el mundo social. La teo- via interaccionista muestra como algunos grupos poderosos son ca: paces de imponer a otros sus «definiciones de la realidad», y que este analisis es perfectamente aplicable a la investigacién social, concluyendo que la ciencia no deberia colaborar asi con la opre- sion social. Como respuesta a esto, la tarea investigadora se redefi- ne como comprensiva con las perspectivas de los actores sociales, en especial con las de los «dominados» (Becker, 1967; Gouldner, 1968), ZOUE ES LA ETNOGRAFIA? 27 Aunque es un buen antidoto para la exagerada preocupacién del positivismo con la verificacién de hipétesis, esta metodologia in ductista esté fundamentalmente equivocada. los problemas planteados vismo y el naturalismo es (Gouid- esto no es meramente una cuestion metodoldgica, es un hecho existencial. No hay ninguna forma que nos permita escapar del mundo social para después estudiarlo ni, afortunadamente, ello es siquiera nece- y icacién en rechazar el co- nocimiento del sentido comin sobre la base de que éste es irrele- vante como en aceptar que es evilido en sus propios términos: ‘no tenemos una perspectiva conclusiva y estandarizada que perm ta juzgarlo. Debemos trabajar con el conocimiento que tenemos, reconociendo que puede ser errdneo, y someterlo a un examen sis- tematico cuando la duda parezea estar justificada. Similarmente, cen ver de tratar la reaccion ante nuestra presencia meramente como, una suerte de parcialidad, poder Esto es obvio en el caso de la etnografia, y tal vez tambien en el uuso que los historiadores hacen de documentos (Barzun y Graff, 1970), pero es igualmente cierto para otros metodos. La entrevista, como «conversacién estructuradas, no es de ninguna maners ex: clusiva de la investigacién social. La entrevista periodistica, la de los teabajadores sociales, la de los investigadores de mercado y la de los cientificos sociales son respectivamente portadoras de ca- racteristicas especificas, variaciones superpuestas de un tinico for- ‘mato interactivo. Lo mismo se aplica, de forma tal vez no tan clara, al experimento. Aunque pocas personas aparte de los cientificos uusan experimentos de laboratorio, la concepcién generica de la ex- perimentacién esta ampliamente extendida. Como explica Medawar (1979369) cen el sentido original baconiano es algo planeado, como 30 ETNOORAFIA, puesto a la experiencia natural 0 a los acontecimientos es una consecuencia de “probar'’s. Los experimentos son preguntas que se hacen al mundo: «qué pasaria si...2». Este tipo de experimenta- cién es comuin en la vida cotidiana y el experimento «genuino» de laboratorio es simplemente un refinamiento de esto, La experimen- tacién se funda sobre los principios mas basicos de'la verificacin de hipétesis a través de ia comparacién de casos. Lo que se com- prueba son predicciones, que no necesitan ser relativas a eventos futuros, sin considerar tampoco las que son plausibles de manipu- laciones por parte del investigador. Son predicciones en el sentido de que anteceden el conocimiento que el investigador tiene de su valor de verdad (Reilly, 1970) Decimos entonces que la verificacién de hipétesis no esté nece- sariamente restricta a la ciencia. De hecho, la importancia de la comprobacién de hipétesis ya ha sido destacada en una amplia va riedad de areas, incluyendo le percepcién (Gregory, 1970) y el len guaje (Chomsky, 1968). Inclusive juega un papel relevante en el pro- eso que el naturalismo define como central a la investigacién social: comprender las acciones de otros. Cuando observamos el compor- tamiento de personas derivamos hipétesis de nuestro conocimien- o cultural para deseribir y explicar sus acciones, hipdtesis que con- Erontamos con informacién posterior. Asi, por ejemplo, si tenemos alguna idea de como es la vida en una escuela, podremos adivinar que cuando un alumno levanta su mano puede querer decir que al se esta ofreciendo para responder a una pregunta del profesor, © se esta presentando como voluntario para hacer alguna tarea, 0 quiere preguntar alguna cosa que no ha entendido. Para descubrit cual de estas explicaciones es la correcta, o si hay alguna otra que sea mas apropiada, tenemos que investigar el contexto en el que ccurre la accién; esto es, tenemos que extraer significados posibles de la cultura citcundanie o de otras acciones aparentemente rele- vanies. Una vez hecho esto, debemos comparar los significados po- sibles de cada accién y decidir qué forma toma el modelo de com- portamiento mas plausible. Asi, para tomar un ejemplo simple, si cl profesor acaba de hacer una pregunta, podriamos concluir que el alumno se esta ofreciendo para proporcionar una respuesta. Si, de todas formas, el profesor elige otro alumno para responder y éste da una respuesta satisfactoria, y nuestro alumno todavia con tina con la mano levantada, podemos sospechar que su verdadera intencién original no era responder a la pregunta del profesor sino decir 0 pedir una cosa diferente. Puede ser también que el alumno 2QUE ES 1A ETNOGRAFIA? aL esté sofiando y no se haya dado cuenta de que la pregunta ya ha sido respondida, o que él piense que [a respuesta dada es incorrec- ta 0 quiera afiadir algo a lo dicho. Estas hipétesis alternativas pue- den ser probadas con observaciones prolongadas y quiza también por medio de preguntas realizadas al alumno en cuestién. ectos de esa particip: utilizado, en esencia no es diferente a otras formas de actividad jana, aunque por supuesto esté més cercano de unas | que de otras. do. Ciertamente, es esta capacidad la que nos permite coordinar rnuestras acciones. Aunque hay diferencias en los propésitos y a ve-| ces también en el refinamiento del método, la ciencia no emplea| tun equipamiento cognitivo de un tipo esencialmente diferente al] que estA disponible para los no cientificos. Segiin nuestra opinién, la reflexividad tiene algunas implicacio- nes metodolégicas importantes. Por una parte, parecen imposibles los intentos de basar la investigacion social sobre fundamentos epis- temologicos independientes del conocimiento del sentido comin. Como sefala Rescher (1978:20), la busqueda de everdades certeras, ctistalinas e indudables, completamente inalcanzables por la post bilidad de la invalidacién... representa una de las busquedas mas quijotescas de la Filosofia moderna». Esta es una vision que se co- rresponde estrechamente con el «sentido comin critico» de Peirce (Reilly, 1970; Almeder, 1980) EI mismo argumento se puede utilizar contra los esfuerzos por construir paradiginas de investigacion social alternativos fundados en suposiciones epistemologicas y ontolégicas opuestas. Ello nos lleva a ver las ciencias sociales compartiendo muchas cosas con las ciencias naturales, constituyéndose ambas en la vanguardia del conocimiento del sentido comtin. Si bien es cierto que los paradig- mas juegan un importante papel en la ciencia, su cardcter es segu- ramente menos globalizador de lo que Kuhn y algunos de los que han seguido sus ideas frecuentemente sugiere (Keat y Urry, 1975). Ademas, las diferencias de perspectiva de la investigacién social son meras reconstrucciones de su logica; son hipdtesis sujetas a evaluacién en contacto con las evidencias disponibles y con las que 32 ETNOGRARIA estardn disponibles en el futuro. Como hipotesis, ao deben ser tra- tadas como verdades definitivamente validadas, incluso si, para los propésitos pricticos del trabajo cientifico, son tomadas como ver- daderas hasta nueva orden. idad tiene repercusiones en Ia préctica de la investi- ‘Antes que enzarzarnos en intentos fltiles de elimi- nar los efectos del investigador sobre los datos deberiamos preo- \cuparnos por entenderlos; un punto que Schuman ha sefalado recientemente en relacin a encuestas: La posicién basiea que tomaré es simple: los artificios estan en Is mente de quien los ve. Fuera de una o dos excepciones, los proble- mas que ocurren durante las encuestas, si los tormamos en serio como acontecimientos de la vida, son oportunidades que se nos brindan para una mejor compreasién. Aqui distinguimos entre la encuesta simple y Ia encuesta cientifica.. Una concepcion simplista de lain. vestigacién de encuestas toma las respuestas literalmente, ignora las entrevistas como fuentes de influencia y no lleva en serio el proble- ‘ma del muestreo. Una persona que procede de esta manera praba- bblemente caerd en la trampa de su instrumental analitico. La encuesta cientifica, por el contrario, valora la investigacién con enewestas en cuanto bisqueda de significados; las ambiguedades del lenguaje y de la comunicacién, las diserepancias entre actitudes y comporta- mientos, incluso los problemas sin respuesta, en vez de ser ignora- dos 0 simplemente vistos como obstaculos a la investigacion eficien- te, proporcionan una parte. importante de la informaeién. (Schuman, 1982-23) Es decir, que «lo que se considera como un artificio si es toma- do ingenuamente, refleja un acontecimiento de la vida si lo toma- mos en serio» (1982:24). Para entender los efectos de la inves cién y sus procedimientos, necesitamos comparar informaciones obtenidas en diferentes niveles de reaccién a la investigacién. Una vez que hayamos abandonado la idea de que el cardcter social de la investigacién puede ser estandarizado o eludido, ya sea por me- dio de una metamorfosis en una «mosca en la pared» o medi: una «partieipacién totale, el papel del investigador como partic. pante activo en el proceso d cQUE ES LA ETNOGRAFIA? 33 iguracion de esos Los datos no deben mente por sus apariencias, sino que deben ser tratados como un campo de inferencias en el cual pueden ser iden- tificados los modelos hipotéticos y probada su validez. Con el obje- to de llegar a conclusiones tedricas se exploran diferentes estrate- gias de investigacién y se comparan sus efectos. Lo que esté en juego aqui es la adopcién de una mentalidad experimentalista, en el sen- contrasta fuertemente con la imagen del investigador social pro- yectada por el naturalismo, aunque sea mas cercana a otros mode- los de investigacién etnografica como el de Ia wteorizacién funda- mentada» (Glaser y Strauss, 1967), la «induccién analitica» (Cressey, 1950; Denzin, 1978), y el modelo estratégico que se encuentra den. tro del naturalismo en la obra de Schatzman y Strauss (1973). La tercera y ultima conclusién que cabria extraer de la reflexi- vided es que las teorfas que desarrollamos para explicar el com- portamiento de los grupos que estudiamos también deberian, don- de proceda, ser aplicadas a nuestras propias actividades como investigadores y deberian ayudar al desarrollo de estrategias de in. vestigacion, El primer paso que se requiere para ello else 1 los tiltimos diez 0 doce afios ha aparecido un ni mero creciente de biografias de investigacion. Sin embargo, la eta- pa posterior consistente en aplicar las teorias existentes o desarro- lar nuevas que cuadren con estos datos, casi no se ha trabajado de forma sistematica (no obstante, véase por ejemplo Berreman, 1962 y Martin, 1981). A lo largo del libro intentaremos ilustrar la importancia de ello a través de varios puntos. ‘Como hemos sefialado, la investigacién social tiene mucho mas en comtin con otto tipo de actividades de lo que generalmente se asume; obviamente, también es importante para nosotros definir donde pensamos que reside su distincién. Debemos preguntarnos cual es el propésito de la investigacién social o, como lo dic 198 L:vi), «sila ciencia social es la respuesta, entonces, ccual es la respuesta?s. Hemos visto cémo el positivismo y el naturalismo hacen refe-

You might also like