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Consce1sn Dinoosn Nicolés Casullo (comp.) LA REMOCION DE LO MODERNO VIENA DEL 900 Ediciones Nueva Visién Buenos Aires VIENA Y MITTELEUROPA: RESPLANDORES DEL OCASO Nicolds Casullo ISN, 950-602.297-1 £91991 pr Edions Nueva Vin SAC cumin 3748, (1189) Buenos Aires, Repibica Argentina ‘Queda eco el depésio que mares fa ley 11.72 Tmpreso en fs Argentina / Piste in Argentina 1. IDENTIDAD ¥ AFLICCION [se os el drams pero también Ia vena de tabor ‘asida en un medio ealtra de segundo orden. Esa fed de porptinar a wavés de las Hitrauras y de as [lovofas Lo que suesde en el Este de Furops debe rnocerariamente fuceder en Tos plies de Amica Latina. Estar destnados,forzados al niversaidad, ‘jetta lest en tos diracines. Un yo del {qu todo emansy en el que todo seaba. El yo como fara Suprema. :D8nde se halla la realidad en todo Ente Cioran Cémo disponer aucsira mirada sobre Ia Viena del 900, sobre el tempo y la ‘cultura habsburgo danubiana? ‘Un inforrogantepretende inaugurar o texto sabiendo que entre los resquicios de sus palabras puede que afortanadamente se deslicealgin sentido equivoco. Historia 0 imaginacién en lo dinistico de la escrtura. Reconstuccign en un sentido Fuerte del conacimiento, o lengua nicamente teniado por el tanscurso {que le aguarda, {Sobre cul de los dos frmamentos fondear la primera oracién? ‘La historia sojuzga al signo, desdo su fe en usa verdad agsrapada enue datos de correspondencia con fo acontecido. El lenguaje en cambio es siempre verdadero, y mis en sv herética litrara: ese estar en la historia para “perderse cen of mundo”, Para rovelaro desde una pleaitud fantasmagdrica: su presente. Un presente de malestar y pr lo tanto casi siempre epifnico, necesitado de reponer nombres a ls cosas, agitindose entre Ia vigencia o la melancolia de ° las escrtaras, ¥ un poco mas todavia: presente ransido por a deseo de otra ‘eatualidad que enface indicios nunca herimanados, o hoga estallar viGpicamente fos eauces entre realidad y relate como un dltimo viaje por fas vanguardias igual que esta calle, también podria caminar we tempo sepiltado por tos Dpropios tiamaltor del tiempo, Se me cewren que estas exguinas quedan atrés Coma tas edades: sabiendo que la ciudad persiste, es la misma, se anuncia en a préxina ealle. Como el tempo, li cludad sila apagar el presente en ta singularidad del detall, simula agovarlo, hacerse historia El pavado entonces ho debe ser otra cosa que la trivial y nica escena que se vive. Como si la tudad me revelase, chora, que et silo la guarida que encontrd el pasado (Qutzis avi sea, lo anterior persvte ose olvida Ee su ausencia fa anienaza que autva, cuando el recuerdo no puede aprisionarlo con sus formas Es lu Viena dol 900, ciudad dominante de un conglomeraio de pucblos petifricos ala mademidad centzada (Pars, Londres) sopdn Richard Morse, © ‘ese mundo detrs de fas naciones” como arguments Claudio Magrs, ta que le planica a la experiencia moderna el reto de entendorse a sf misma ya no desde fos Jones del porveni, sino desde la catdstote de sus Tenguajes y aloes! la ‘que escudrina desde To indocible, a una civiliacién funda en fa arrogancia ide sos discutsos de identidad, La que tenuncia a sostener la consistencia del hombre inapelable de ka modernidad, para ejercer por el contrario una eles radical de ese sujeto, poneirando en st ilusoriedd, ‘Viena, como indagacidn esciptica a los costides tervtorstes de ta consagracién de fo moderno, Ea los suburbios de una historia de peetenencia. Tnicerowindose por esa distancia infranqueable eni las prediceiones de Ia ‘adn y las irsadas aparoncias del mundo de la vida. Viena, en ls ciberas de ‘quella otta modernidad europea autocentrada y poradora de'los grafismos del tntusiasmo civilizatorio desde el poder o las barticadas: en disidencia con Hichas gramtieas, Cruce de inelectualidades y sonsibifidades en un tiempo, Cita posible de ser enunciada eon los contornos de una ciudad. Con esa figura fxsi insondable de lo maderno: ese existr sin ducto de Ta metrdpalis, que ‘onda y rompe en nuestra imaginacidn la planiie de la histori, para aferarla {de manera ase. Figura Viena, por lo tanto, pensable como protagénica pero 8 ta ver como objeto inasible: en todo caso, morada de voces. De almas que tsboraron un lugar erlico, excopcional, sobre una época Kari Kraus, Musil, Cancit, Hofmannsthal, Wittgenstein, Froud, Loos, Schoemberg, Klimt, son Lt cluded a explore: la ciudad iropetible y destinada desde eegueras similares & ‘otras metrépolis, a temblar a contrapsto en el arebato modesto de lo nuevo Siempre nuevo, de fa seduceién de un tiempo tragado por su futuro. Ciudad rovinciana, y por eso, a imagen y semejanva de las reales ‘En cl pastje de us siglo a oo, la capital imperial de tos Halbsburgos concentra’ y hechiza el universe’ mittelouropso. Peso en ese. absorber ‘mitolépieamente los laidos de una fragua de pueblos y culuras dispar, Ia Ciudad de fos ensuenos, la Viena de un viejo monarca que reproduce en todas fas paredes desu ring cl rovato de. su ausencia, simboliza sontidas ccriosamsnte contrapuesios a I lgica hsiérca. Sila moderidad es un forma 10 {de Ioer un tiempo en ls cultura, en el curso abigarrada de signos y prosodias ‘que racionalizan y neuralizan la marcha fords de to civilizatorio, 1a onstelacién Viena: Milteleuropa expone la problematicidad de ese proyecto (ecidental avasalante, En Viena se quichra la aventura feliz de una época que Se sionts bela burguesa. Se indisponen las esferas que necestan Ia simulacién Ge lo sincrénieo. La gran unidad politica, oculta tas ireparables fragmenta- tones que hacen presente la amcnaza de cancclar to reunido, £1 discurso imperial administativo de viejus glorias “ain lozanas", eseonde la decadencia dde-sus gramélicas consonsuales. El esplendor discursivo, Ia miseria do sus restos; la Ringsirasse racionalisla liberal, Ta bramosa emergencia det instnto ‘Sncarcelado, Esta pertinaz desrealizacin dl programa modemo, este no anelaje Gel verbo on los lugares que lo aguardan, hacen de tempo vienss un modelo fen disonaacis, En tensién contra toda posibilidad de sintesis por parte de las ‘iscursividades de la razén, pesimistamente desucoplado de Tos eénticos del progreso, relacionadorfalido de Yo individual con respocto a Tos sistemas que amparan, ‘Molde por fo tanto endeble para los fines retricamente fijados, y que conviene al dompo clave de fo modem, su presente, en un espacio imprevisto ¥ disrupiivo: el de la melancolia de no poder olvidar to que no fue posible. Erde ta iveaidad de reenconwar siempre, elante, una historia iresueltt en fl pretérto. El de desborde de antiguas historias’ que prevalecen sobre el rmandato de un fuluro. ¥ en esa aglomeracign de destiemps ta eoncioncia de tina identidad —panto mitico donde ta historia nos reconoce como sus frlebres— se eseabulle en of rcfigjo del agua, se escuree de un neblinoso tspejo. Hsaiedad de ser idénico a To que s* dijo ser: herida de un sujeto que s8lo puede volver a buscar su imagen, en la remocign de f2 promess. {Hasta donde esa distancias vienesas y mitlleuropeas, laiendo hacia fuera yy hicta adentzo de su finisocular y definiiva consttucién moderna, no se Zproximan a nosotros? gO es s6lo ls fragilidad de una esertura en otra vispera de poea, la que puode vavar citas de ciududes lejanas al epicentro moderna purisino, Tondinense, y descifrar en cierias erdnicas urbano cultrales de tos Eosados, de las afvoras, de las distancias, una postergada y a lo mejor initil similitad do duelos ea la historia? por cul ciudad camino? Pregunta inaudita, Ellos, los que pasan como Soledades en muschedumibre, no podbian concebir que alguien ignore el nombre te su cludad, de se mundo. Camino por las primeras décadas det siglo xx, ‘debo enionces disponer las palabras apropiadas, justas, para calewlar su nombre Ciudad moderna, sin remembrancas por ta vigja ciudad hitérica Zonas residenciales cinceladas por la riqueza econdmica de la burguesta liberal en su delirio mundano postvista de refundar (a urbe Alucinane sposesién arquitectiniea de la historia, pretensién de atenazarla en todos sus transcursos, los viejo y los nuevos Paiacios como viviendas, disenos de plazas fbieras, monunentos y froniispicios que rezuman estéicas clisicas y hheoclasicas, anchas avenidas a la usansa racional del progreso, museos que ftesoran una idea de cultura, o”nanental palacio legislativo, fachadas que ongulan ef esillide modernista y la furia del art nouveau, esplendoroso Teatro para la 6pera en consonancia con la grandéza del esptritu. Ciudad que cexpresa en pledrafinanciada por {a especilacién edilicia, un ensweh histrico {que asombrard a los viajeros. No obstante, par detrds de ese brillo de oropeles pululan innumerables sujetos ajonos a dicha wopla, sujetos de otros barrios, ‘olectvidades y racimos de viejos pueblos ewropeos cargando sus propi Jdiomas que poco tienen que ver, desde la subordinacién cultural en la que viven, con aquel suefo estallante del paisaje metropoizano, Los bordes son zonas incieris. Tal vez por eso sin silencio, aunque ‘reguntindose por las palabras que lo postergan.Cualquier laid que descubra el presontiseIejania vive ol desasosiego impronunciable de lo iro. Ese ser, al dejar porpetuamente de sor. Aquello que recign ahi, en In arsta, tome conciencia 10 de lo que son, sino de lo que pudieron ser las cosas de ia vida, ‘Como ila realidad en su frontera imoginaria, uoease imperiosamente en palabra y al mismo tiempo en duda de enunciars. ¥ esto para cieras épocas © historia, para To incontestable de una cultura, para el sentimiento de un paisaje cuando en ocasiones asume la evanescente pero a ln vez insoslayable fescena del finde. Reconocer que sc es destino sefalado por un cenvo distante, por una Tuerza, por un origen a extramuros que le otorg6 ef fugar al margen’ ‘Que le confiré un sti: estacién humana que apcenderd a acumular la historia como una secelosa playa torminal de coos y sombras, de errancias y réplicas, desde una wagicidad inuransferible por brotar sin pausa de un estado de ‘desesporanza: la vivencia de lo rroat ds lo real No hay mar mis itimo, y por ‘es0 mitico, que el mar arribando a tas playas, a los bordes. A ese sonido fragoroso donde incesantemente deja de ser, para ser de otra manera inconmensurable, para mutar en poétics, en rcino de la palabra, en identidad tan fenecida como imerrogada, tan palpable como de ocaso, tan indetinible ‘como necesitda espirtualmente de exist: tan volsul como abierta a su propia aventura, 'En Tos bordes de una cultura, de un mundo hist6rico, 1a palabra aparenta cnujt y_deseifrar los itinerarios que la habitaron, agonizar y condenarse a iuminaciones distintas; ducts, para conservar los sonidos ajenos que ya no se entendorin, y los propio, que son apenas invenciones. Lo que para el centzo fs slo franja de horizonte do su vasiedad, para las comareas provincianas de tuna civlia significa wibulscién y sospecha frente a la realidad dopositada, infnita rocreacién ficcional de su destino. En este sentido, identidad insémnica, palabra que dosentrana la libetad de su impoienca, y sin pretenderio deviene crea. ime detengo frente a una vidrira de libros viejos donde la ciudad cobija a penunbra de ignorados canposanios 9 el aroma de estanerlas abigarradas. {ojeo on libro donde su autor, extranero,inmigranie recién desenbarcado, ‘uenta'su paieo por fa ciudad, escucha relatos sobre la vgja aldea que no pudo conocer, y también él, como yo ahora, enretiene su vista sobre textos (que se exhiben al transelinie Los dos entonces espiams por las vend de las eseriuras, y mis rendlijas y tas sigas son como te cada hacia wn fondo final de tas polabras, dela ciudad. El ewor habla del remalino. de ‘acionalidades que se apts en la merdpois, del viejo eaxco histrico, ) sus ‘Frases renten a identidade que porian hells dl impor ausirohingaro. Bt 2 escrtor describe "los puesios de venta de periédicos en lengua polaca, magiar, Ghecostovaca, alemana, Italiana” discurriendo por debajo de la gesta promisoria de la ciudad y parecido a lenguajes escarpados, a srificas que buscan reponer cilos de pertenencia, o fijar en un pequeko universo de signos a multiplicidad de historias buconclusa, Sobre Viena a fines del xrk, y sobre Ia constelsién centroeuropea que ta ciudad emblomatiza, deberiamos entonces disponer nuestra mirada meiahisiriea y ereyante on que los bordes de Ta modernidad alls, aqut— femparentan por encima de las historias ireductibes, de azares geogeificas, de fas wadiciones paticulaes pars habitar un tempo. Seria: parontesco de encuadres, de rosios iguales en el desamparo, de cievtas esporanmas indispucsias Trente 8 una época, de extrahamientos que hicieron Sentir 10 impronunciable, de os aprosimados para ensayar ta accidn Gramatiea que twvo lugar en términos de dilemas culturales, Parenteseo demasiado frig para ojos histriogricos que al exponcr se higicnizan de improcedencias. Poro tal vez. no para una eseritrs oni sintomas que aludsn hoy al tmstoma improvisible de 10s logariumos de la modemidad. Escritura que lueina indagar los pricipios, de eso que ahora son las estribaciones de su ‘opi y extensa narraciSn: wabajr los pretéritos para pensar Ios matices que tended ef eplogo de un gran perfodo histrico, (este que vivimos). Parentesco que puede resignificar ly enunciacidn elsiea de Viena dat 900, qitarla de un espacio de insumo ilustance, y resituarla en otra dimensiéa Ihitea: en tanto cimulo de mensajes que seguirian visjando hacia nosotros, fntes y hoy, pars inerpelames en nucsta situacién modema histéricamante Situada, Mensajes imposibifitdos de extinguirse al posiergar inauditamente su consumaciéa, Relsto, el de esta introduccién, en cambio, que famasea saber de tllos a través de la evoeucién de dos ciudades, Viena Buenos Aires, y la corcografa de cierios nudos culturales en wn momenta de la historia Pouiria decirse do clla: ciudades que en un preciso periodo engarzaron desconciertos parccides sin advortr la Semejanca. Enlazadas en determinadas ‘ircunstancias por eifras especulares que no pudieron wransmitese. Por algunas vibraciones similares de sus irumas, aguardando del acaso o de la Iégica que alguna ver el gosto relscionanie Tuese wrzado, 0 sus sonidos legasen a ‘onverdrse en palabras. Quizés como una espera clemamente insatsfocha, que fen limo \érmnino mussua Ia improbabilidad de acontecer que esconde 10 eomunicable. Pero que al exponer tal incapacidad, también dichas ciudades revelan el ethos desgarrante que ls auaves6: fo impronunciable de sf mismas ‘nize los surgazos de lo modemmo, En este caso, To comunicante seria la recepcién de un silencio que el iempo jams interrumpe, a pesar de que ambas, fn cierla encrucida, se llenaron y vaciaron de algunas mismas costs con que se lend y vaci6 de Senddos ta otra, CCiudades, por es0, en la desolucién del lenguaje que las persigue. imagenes aque fa palabra apresa, para extinguirlas delinidvamente, o sabiendo que es en el silencio que inaugura la eseritura su uasfondo, donde la metrépotis refugia us searetos de un tiempo como nunca antes diseminado en ta uedimbre de fo ‘modemo, Julio Cortizar intents aproximarse a esa zona cardinal donde tas ciudades del Tenguaje estarian aguardando ta vor de la otra, el viaje de la ry lengua por la figura de la Mewdpolis fatsimente fragmentads en mundos, deslizada de la wiopla de La Ciudad que no se dio, Europa América, qu y alls, reproduccion interminable de los esilios. En Cortvar, confines de las Ciudades-palsbras, de Ta avontura narativa que busca, desde la distancia, hhombrar fa distancia extingurla. Ese oseuro rumor de fa utopia del regces0, donde Buenos Aires es fa ciudad a encontrar en una cartograffa que la nombre pero en otra pare: en el lugar desu dovelocién. "Ese algo”, dice Cortizas, “que staba amenazanda en mi et mundo de las galerias y los pasajes, o todavia peor, que mi felicidad en ese mundo habia sido un preludio enguioso, una {tampa de Mores, como si wna de las figuras de yeso me hub aleanzado una Gguimalda mentida’: retomno del vigje por las eiudsdes, América Europa, a través de la infiita ceremonia de a palabra, Prpotencia y despojamiento del Tenguaje, consumiéndase aqui en el Iilado deta palabra ciudad, con un didlogo teunco entre dos figuras-urbes que se adivinan y se desvanecen en la escritura. ‘O pata ser apencs, en Borges, un folograma reminiscente, cuando el poeta cita af Heemann Bahr de 1905, uno de los artfces de la vanguardia vienese, para reconocerse en cl diffel mandato de Bair desde los bordes provincianos {el mundo: “el inico debor, ser modzmo”, como ese obligacién, agrega Borges, "que yo también me impuse” para "ser faialmente lo que somos". Criptograma sobre el fatalisme de un prélogo enue dos, que en las paginas posterires de esa obra borgiana repone la alusidwimposibilidad de un encuento entre ‘udades abisales. Borges, desde su sitio en el efreulo perimetral de una cultura, ft silo apartado, presionte que desde ahi “el mundo es unas cuantas ticrnas imprecisiones”, se asume se on su comarca de disolvencias desde la originaria separacién con que escucha lo modermo: “una amisad hicieron mis abuclos con esta fejania”, Posesign sanguinea del lugar y de una poética que descubre {su interlocutor en Hermann Bahr, imaginando que los dos aleanzan a Compact eunto, “insisienz, como una pesadll, cargo sobre mi la distancia", para intuit fo Tugar de ese encuenzo de liteatutas reiteradas: "yo present la fenvafa de la vo! lat olla) palabras que en ls terra pone el avar det agual y que da a las afueras su aventura infinity. ‘Ciudades, que se presientenfignoran, puede argumentase, donde ta orila Lsja de ser la vor de Tas entrafas, para pasar a eniaia de la vor, quiz to més ceteano a lo indecible: lo que s6lo la voracidad del poeta exhurna, para esconder Y¥ que persist en el mutismo. encontvarse y conversar una tarde con wn vsjo historiador de esa cludad, que parece hablar con sus imdgenes mientras caninanos cerca del rio: lo nambra para decirme que na sabe si ese rio fue parte de la crénica de la ciudad, 0 és fi silo y exiraiamente wna de las historias del rf. El anciano recuerda que fa ciudad fue en sus origenes, ares que ella misma, ta marca mds lejana de tun inperio, el punto Unite de lo civitizada, para transformarse después, por inucho tienpo, en linea de fronera No me contesta cuando le prepuato a qué linperio se réfiere Prefiere hablarme de la ciudad de sw infancia, la de iprincipios de siglo. Decirme del sue de la élte de la ciudad, gobernando ws Inundo que ere en realidad una consielactén de pucklos y de idiomas. Me laclara como se imps la neceridad de wn Estado liberal paicrnalisa, creyente fn gue las leyes y las formas pedian soporiar el proyecto. Un Estado redagésico que armonizara aque universo de nucionalidades fragmentadas. Politica cosmopolita, pregnada por los resubios de la Mastracién, y por la fe fen wid racionalidad guardiana de 1a historia Aunque esos hombres de ta ‘dninisracidn que conjugaban negocio, alta, ciencia y ganancias, parcetan hho veren os subsuelar enrarevidos dela ciudad, cOmo se incubaban creencias } menorias provenientes de otras desconsuetos de 1a historia, de dolores istintos y muertes resists De aqui que ta discusién sabre culturs, propésito de este libro, debiera partir de oire relate que sobreimprios los planos de dos ciudales retiradas Pantir, como sefs fierara, de Ta nocién de una eseritura de desterro en ta texporicneia de una epoca: mn infento de reabre Ia naracidn sobre qué fue es roniea —-tambign inmensainente auest— pstres ¥ tibil a hy vex, de te rmoderaidad para sus sujetos de fontananza ‘De lo que se tataria, més alld @ ds gcd de ts evidentes diferencias entre tuna ciudad en el final det impstio de los Hubsburgos que congrega a una Dléyade de pensadores inusuales, yuna ciudad rigpltense de, migradorcs Tabitando usa equivoca utopia, es de situamnos en estas pias del libro desde flro texto, intruso, que alisbe en Tos tabajos reunidos una trascendencin de Drosimiad distin, Texto iniruso que, al exsponer lo vienés, ao to eatrae en fin siniple accreamiento un objeto inirecuente de estudio, sino que 10 eproponga como critica de caliura: esa que sobre todo nos devuclve nuRstros propios Fantasma “Com si el inferrogante con que se inicié este prologo el dinde de nuestra mirada sobre el tema, snelise Finalmente en usa waves Titeraria, en tanto scritura que pretend alirar Ios silencios ene mundos, que ensayat destabar pasados ytambign la vaclaeiGn de un presente invansferible Escrtura, en este featido, como fabulicidn de que cl relay Views no tuvo otra tiempo posible de dase ands que en este presente, y no por rxzenes de historiogralia cultural ‘que nadie exige, sino por fesponder a fo que nos debe suede en Ia memoria yen sus bisquedss. Coo si fuose precsamente en estas subjetividades de tas bisqueds, donde posits el bareo de su viajros: les textos invasores del texto para festa presenlacién, vijoro con fa miscara del eaminante de la urbe, de un promotor de errancias, dande ellas, ambas Buenos Airs, {Escondan sus nombres al paseante, Donde ambas,intercambiando conuasofas por primera ver, s¢ tansformen en un repentina contorne finico, tan veriica tomo fuga pura soporar las itencionos del seri por los elegantes cafés de la avenida ta gente de fines del XIX no concibe que ‘ere mundo de nacionalidedes agregadas no pueda ser posible. Sin embargo fos fudminisradorer de una naciGn que jun pueblos, no entienden por qué van Surgiendo concepciones mevidnics, ldvolegias de dejos trracionates, sega se les porcbe desde la quimérica propuesue pedagigica Como sia ia ciudad det tépico y censor orden de ta rizén, le respondiese una indiscernible, pero cnigiadticamente real, ciudad del inconciente, de to irrecional, de tas lanipedas, con sisiones inexplicablemente aatimodernas, 0 anticipaamente pposmodernas, de xordide tncredulidad af proyecto hisirico en curso. Sin

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