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1 | BICENTENARIO 200

2 | BICENTENARIO 200
JORGE YESHAYAHU GONZALES-LARA

Presenta

COLECCIÓN DE ENSAYOS DE ESCRITORES PERUANOS EN EL


EXTRANJERO POR LOS 200 AÑOS
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

BICENTENARIO 200
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
Milagros Lizárraga
Roberto Bustamante
Addhemar Sierralta
Jorge Bedregal La Vera
Enrique Soria
José Vargas Sifuentes
Juan Reyes
Roberto Ruhr
Mercedes Lamborelle
María de los Ángeles Fornero
José Carlos Luque Brazan
Carlos Jaico

3 | BICENTENARIO 200
Copyright 2021. All rights reserved. This book or parts thereof, may not be reproduced in any
form without permission from the author or authors. Publisher Editor: La Diáspora Marketing –
Jully 28, 2021

Copyright 2021. Todos los derechos reservados. Este libro o partes de este no se
pueden reproducir de ninguna forma sin el permiso del autor o los autores. Editor
publicado: La Diáspora Marketing -julio 28, 2021

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BICENTENARIO 200 AÑOS DESPUÉS
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

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Editor's Note

Each essay transports us to the author's space and plays with


our imagination and becomes our collective memory of the
Peru we imagine. As part of the process of celebrating the
Bicentennial of the Independence of Peru this book is a selection
of essays and articles on the BICENTENNIAL of the writers
of the Peruvian diaspora living abroad, today turned into the
clicks of the bicentennial.

The Bicentennial summarizes 200 years of our collective


memory, traditions, history, culture, and diversity.
Undoubtedly, the crossing of historical milestones and our
experience leaves a mark on our collective memory. After 200
years the country failed to build a health system of service to
Peruvians, discrimination persists, and Peruvians see ourselves
so different from one another. The construction of citizenship
and a republic of citizens is the task of all Peruvians. The
purpose is to contribute to the construction of the citizenry from
diverse perspectives and intellectual approaches. The
Bicentennial should be a reflection to take this step towards the
construction of Peru that we imagine in the near future.

The Peruvian identity is linked to the tradition of the


indigenous people of the ancient Andean world, of the
Amazonian communities, the African tradition, the Sino-
Cantonese tradition, the Spanish and Western tradition are
inseparable parts of Peruanity and our identity. Which often
enters into identity conflicts. And do we wonder what we are?

The celebration of the 200th anniversary of the independence of


Peru by Peruvians abroad reaffirms Peruanity and is evoked in
various cultural manifestations, being Peruvians and Peruvians
of the diasporas that acquires a dimension of transmigrations
that reaffirms the Peruvian identity, because identity is a need
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of each individual and has to do with our life history and is
influenced by the concept of the world that we manage , by the
concept of the world that prevails in the time and place in which
we live.

United we can build the Republic of citizens that we dream.

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PRÓLOGO

“La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.”

Aristóteles

Nuestra memoria histórica colectiva es parte del universo del


Bicentenario. Hoy los peruanos y peruanas se preparan para
conmemorar nuestros doscientos años de independencia, este
libro es un espacio para proponer y debatir acerca de la
conmemoración del bicentenario de la independencia del Perú,
que la historia tradicional ha cifrado el 28 de Julio de 1821,
desde una mirada de los escritores de la diáspora y del Perú.

Cada ensayo nos transporta al espacio del autor y juega con


nuestra imaginación y se convierten en nuestra memoria
colectiva del Perú que imaginamos. Como parte del proceso de
la celebración del Bicentenario de la Independencia del Perú
este libro es una selección de ensayos y artículos sobre el
BICENTENARIO de 13 escritores de la diáspora residentes en
el exterior, y escritores internacionales, hoy convertidos en los
chasquis del bicentenario.

Escritores multidisciplinarios de distintas perspectivas y


trayectorias comparten sus experiencias y visiones: Addhemar
Sierralta, Roberto Bustamante, Juan Reyes, Roberto Ruhr, Jorge
Yeshayahu Gonzales-Lara Milagros Lizárraga, José Vargas
Sifuentes, Jorge Bedregal La Vera, Enrique Soria, Mercedes
Lamborelle, Carlos Jaico, José Carlos Luque Brazan y la
escritora argentina María de los Ángeles Fornero. Todos ellos
comparten sus reflexiones con el Perú en un momento tan
inesperado como inédito: la pandemia producida por el
COVID-19, las elecciones en un país polarizado por discurso
racista horizontal y vertical con el propósito de deshumanizar a
su oponente, la ausencia de la ciudadanía que construya un

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republica de ciudadanos donde convivan construyendo un país
para todos en el marco del Bicentenario de la Independencia del
Perú.

El Bicentenario resume doscientos años de nuestra memoria


colectiva, tradiciones, historia, cultura y diversidad. Sin duda,
el cruce de los hitos históricos y nuestra experiencia deja una
huella en nuestra memoria colectiva. A doscientos años el país
no ha logrado construir un sistema de salud de servicio para los
peruanos; la educación no alcanza a todos los peruanos; persiste
una ausencia de innovación para modernizar la sociedad; la
discriminación persiste, y los peruanos nos vemos tan
diferentes entre unos y otros. La construcción de la ciudadanía
y una república de ciudadanos es tarea de todos los peruanos.
El propósito de este libro es contribuir a la construcción de la
ciudadana desde diversas miradas y aproximaciones
intelectuales. El Bicentenario debe ser una reflexión para dar
este paso hacia la construcción del Perú que imaginamos en un
futuro cercano.

La identidad peruana está ligada a la tradición de los indígenas


del antiguo mundo andino, de las comunidades amazónicas, la
tradición africana, la tradición chino-cantonesa, y la tradición
española y occidental. Todas son partes inseparables de la
peruanidad y de nuestra identidad, la cual muchas veces entra
en conflictos identitarios. ¿Y nos preguntamos quiénes somos?

En cuanto a la celebración del 200.o aniversario de la


independencia del Perú, los peruanos residentes en el
extranjero que están establecidos en los Estados Unidos,
Alemania, Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bahamas,
Bélgica, Belice, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Brunéi, Bulgaria,
Canadá, Chile, China, Chipre, Colombia, Corea, Costa Rica,
Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Eslovaquia,
España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Guatemala,
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Honduras, India, Indonesia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo,
México, Nueva Zelanda, , Panamá, Paraguay, Polonia, Puerto
Rico, Reino Unido, República Checa, República Dominicana,
Rusia, Serbia Montenegro, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza,
Uruguay y Venezuela, se preparan para celebrar con diversas
actividades culturales, religiosas y artísticas en el aniversario de
la Proclamada Independencia Nacional del Perú.

La celebración del 200.o aniversario de la independencia del


Perú por los peruanos en el extranjero reafirma la peruanidad,
que se evoca en diversas manifestaciones culturales. Los
peruanos de las diásporas adquieren una dimensión
transmigracional que reafirma la identidad peruana, porque la
identidad es una necesidad en cada individuo, tiene que ver con
nuestra historia de vida y está influenciada por el concepto de
mundo que manejamos, por el concepto de mundo que
prevalece en el tiempo y el lugar en el que vivimos.

Unidos podemos construir la República de ciudadanos que


imaginamos.

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara


Sociólogo, Magister Marketing

Miami, Junio 2021

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Monumento a don José de San Martin
Plaza San Martin

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BICENTENARIO 200

.
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CONTENIDO
Editor's Note 7

Prólogo 9

25 200 AÑOS DESPUÉS


Por Jorge Y Gonzales-Lara

35 ¡YA SON 200 AÑOS CARAJO!


FANTASMAS DEL BICENTENARIO
Por Milagros Lizárraga.

41 PATRIOTISMO ANDINO EN LA
HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA DEL
PERÚ
Por Roberto J. Bustamante

53 ¡VIVA EL PERÚ CARAJO!


¿HAY ALGO POR QUÉ CELEBRAR?
Por Addhemar H.M. Sierralta

59 SÍMBOLOS Y BICENTENARIO
Por Jorge Bedregal La Vera

71 TEMPESTAD EN LOS ANDES EN EL


BICENTENARIO
Por Enrique Soria

75 200 AÑOS… ¿DE INDEPENDENCIA?


Por José Vargas Sifuentes

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99 BICENTENARIO DEL PERÚ A LA
VUELTA DE LA ESQUINA
Por Juan Reyes, Periodista

107 Los Monumentos Históricos de la


Independencia del Perú
LA TRANSFORMACIÓN
ARQUITECTÓNICA DE LIMA INICIO DE
LA REPÚBLICA
Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

131 EL PROCESO URBANO Y EL


BICENTENARO DEL PERÚ
Por Roberto Ruhr Müller

143 LAS TRES ETCÉTERAS DEL


LIBERTADOR CON AIRES DE
BICENTENARIO
Por Mercedes Lamborelle

151 EL ACTO PRECEDE A LA PALABRA Y


LA PALABRA ES ACTO
Por María de los Ángeles Fornero

161 Elementos Simbólicos de la Ciudadanía.


LA VARIABLE POPULISTA Y LA
CONFIGURACIÓN DE LA RELACIÓN
ENTRE CIUDADANÍA, DEMOCRACIA Y
DICTADURA EN EL PERÚ (1968-2017)
Por. José Carlos Luque Brazan

18 | BICENTENARIO 200
189 El primer Congreso Constituyente del Perú (1822-
1825)
HISTORIA DEL CONGRESO DE LA
REPÚBLICA

Archivo: Museo del Congreso y la Inquisición

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20 | BICENTENARIO 200
JORGE YESHAYAHU GONZALES-LARA

Presenta

COLECCIÓN DE ENSAYOS DE ESCRITORES PERUANOS EN EL


EXTRANJERO POR LOS 200 AÑOS
DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

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BICENTENARIO 200

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Mercedes Lamborelle
Jorge Bedregal La Vera
Roberto Bustamante
Milagros Lizárraga
José Vargas Sifuentes
Enrique Soria
Carlos Jaico
Addhemar Sierralta
Juan Reyes
Roberto Ruhr
José Carlos Luque Brazan
María de los Ángeles Fornero
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

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22 | BICENTENARIO 200
23 | BICENTENARIO 200
24 | BICENTENARIO 200
200 AÑOS DESPUÉS
Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

“La arquitectura es el testigo menos sobornable de


la historia.”
Octavio Paz

El Bicentenario resume 200 años de nuestra memoria colectiva,


tradiciones, historia, cultura y diversidad. Sin duda, el cruce de
los hitos históricos y nuestra experiencia deja una huella en
nuestra memoria colectiva.

A 200 años el país no ha logrado construir un sistema de salud


de salud, educación y confianza ciudadana para los peruanos.
La discriminación persiste en diversas expresiones y los
peruanos nos vemos muy diferentes entre unos y otros. A todos
nos cuesta entender que, aunque seamos diferentes por nuestro
color de piel, nuestro acento al hablar en un mundo donde la
diversidad lingüística del castellano es parte de nuestra
cotidianidad, a nuestras lenguas ancestrales y la diversidad
lingüista del quechua, aimara y otras lenguas. Parece natural
atribuir una connotación negativa a las diferencias. El racismo
es una conducta aprendida y que podemos desaprender. Una
de las expresiones del racismo en el Siglo XXI es la
discriminación, muchas veces vertical y otras veces horizontal,
y se expresa como forma de desprecio a lo diferente o lo que no
podemos entender. Lo que aprendimos en casa a través de
nuestros padres, abuelos, en el barrio o en la escuela, fueron los
estereotipos del ‘otro’.

El racismo es una realidad mundial. El racismo, la


discriminación social y la xenofobia son fenómenos mundiales,
y en cada contexto regional, nacional o internacional es
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diferente, aunque las victimas difieran en el idioma y la cultura,
las vivencias relativas a la exclusión, la violencia y
discriminación son notablemente parecidas. 1 El tema en
América Latina no es solo la discriminación a las poblaciones
afrodescendientes, también a los pueblos indígenas e incluso a
las personas mestizas.

Doscientos años después, el Bicentenario nos pone en evidencia


las venas abiertas de un país que no ha logrado construir una
república de ciudadanos. La clase política peruana y sus
partidos no han logrado construir instituciones democráticas
fuertes y responsables. El sistema educativo ha sido ineficiente
en un país donde más de 8 millones de personas no tienen
acceso a luz y agua potable. La república peruana es una
sinfonía metafórica inconclusa que tenemos que resolver.

______________________________________________________
“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo.”

Abraham Lincoln (1808-1865)


_________________________________________________________________________

La construcción de la ciudadanía y una república de ciudadanos


es tarea de todos los peruanos, hombres y mujeres. Las
elecciones de 2021 han puesto en evidencia la ausencia de una
clase política coherente en nuestro débil sistema democrático;
más aún, la falta de comprensión de vivir en democracia y de
respecto a las diferencias políticas, sociales y de opinión, ha sido
remplazado por un discurso que degrada la palabra pública y
el discurso político.

1Gonzales-Lara, Jorge Y. 8 minutos y 46 segundos, Proyecciones del racismo.


Edición Amazon. 2021
26 | BICENTENARIO 200
EL DEBATE INTELECTUAL SOBRE LA REALIDAD
PERUANA EN LOS SIGLOS XIX Y XX DOSCIENTOS AÑOS
DESPUÉS

El debate intelectual a inicios de la República ha dejado una


huella en nuestra historia social, que nos permite entender las
preocupaciones por los problemas nacionales que se distinguió
por esbozar un modelo de interpretación que buscaba
reconciliar al Perú con su pasado. Hoy podría decir que
buscamos reconciliar nuestro pasado con la celebración del
Bicentenario, para una reflexión.

En 1914, Víctor Andrés Belaunde expresó, en un discurso


pronunciado en la ceremonia de apertura del año académico de
la Universidad de San Marcos, una elocuente frase “Queremos
Patria.” (Cubas 520 (2016) 27-37)2; Detrás de esta exclamación
enunciaba las inquietudes sobre su labor intelectual, política y
existencial a lo largo de su vida; la reflexión en torno a los
problemas del Perú, y a la valoración de las tradiciones que
formaron al Perú. Belaunde visualizaba la formación de un
espacio donde existiera una identidad y una tradición común
que no excluyera sino integrara las diversas culturas.

El debate intelectual sobre la realidad peruana en los siglos XIX


y XX nos deja un derrotero de las ideas y pensamientos de la
época. Nos sirve para entender cuáles fueron los principales
aportes para una mejor comprensión del Perú, y en qué medida
impactaron los pensamientos en la historia social.

Los problemas históricos del Perú, su identidad, ciudadanía,


nación, razas y peruanidad fueron abordados por intelectuales
de la época, y destaca Javier Prado con su obra académica El

2 Cubas Ramacciotti, Ricardo. Víctor Andrés Belaunde y el debate intelectual en torno a la


realidad peruana. 529 (2016) 27-37, Santiago, Chile. 2016.
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estado social del Perú durante la dominación española (1894), en la
que busca los orígenes y causas de la crisis peruana desde la
conquista. Manuel González Prada, uno de los críticos de los
vicios nacionales, en sus obras expone su carácter radical de
denuncia y protesta. Así también, el intelectual Francisco García
Calderón, en su obra El Perú Contemporáneo (1907), hace una
interpretación interdisciplinaria de la sociedad peruana. Otra
corriente intelectual de apuntes orientada a una interpretación
de la realidad peruana, fue liderada por José Carlos Mariátegui
y por Víctor Raúl Haya de la Torre que elaboraron sendos
proyectos políticos. (Cubas 2016)

José Carlos Mariátegui en su obra Siete Ensayos de la


interpretación de la Realidad Peruana, toma las condiciones
sociales estructurales, sociales y económicas del Perú, y busca
encarnar la teoría marxista a un entorno cultural distinto al
europeo. Víctor Raúl Haya de la Torre, inspirado en fuentes
ideológicas reformistas y revolucionarias, elaboró un
pensamiento político que buscó adaptarlo a la realidad del
Perú, dentro de un movimiento de dimensiones continentales.
Luego surgieron las corrientes indigenistas, que revindicaron la
cultura indígena en oposición radical a la influencia de la
influencia de la cultura occidental. Luis E. Valcárcel fue el
representante de la esta corriente intestinal indigenista, que se
expresó en su obra Tempestad en los Andes (1927).

Las características constantes de la formación de corrientes del


pensamiento intelectual y de los proyectos políticos peruanos
han sido la negación del pasado ancestral, las negaciones de la
génesis de las culturas, tradiciones, lenguas indígenas, cultura
gastronómica, identidades y la peruanidad como nación de
ciudadanos.

La corriente ideológica del liberalismo decimonónico en el Perú


renegó del pasado hispánico, y pretendió recrear los modelos
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jurídicos y políticos de la revolución francesa y la revolución
americana como modelos para una realidad distinta como la del
Perú.

El utopismo formalista de las élites intelectuales, y su


incapacidad de crear instituciones adecuadas a la realidad
social del Perú fue una de las causas de los conflictos entre la
insipiente formación del Estado peruano y el poder que ejercían
los caudillos regionales y locales. La construcción de
instituciones del Estado ha sido una constante en la historia
política y social del Perú.

Las corrientes positivistas, representadas por el intelectual


Javier Prado, esbozaron un enfoque del pasado virreinal con
una visión racista de los indígenas peruanos, del mundo
andino. Inspirados en el darwinismo social, el positivismo de la
época remarcaba que el pasado del Perú debería ser superado
por los ideales de orden y progreso, tomando como paradigma
a las sociedades anglosajonas y germánicas. Entre sus
seguidores, el Perú era considerado ‘un pueblo enfermo’
porque la causa era la ‘raza enferma indígena’. Solo con la
inmigración de ‘razas superiores’ 3 y la implementación de un
nuevo modelo educativa se lograría el tránsito de la barbarie a
la civilización.

Otro de los intelectuales de época que destacaron fue Manuel


González Prada, exponente del pensamiento radical de la época
en el Perú. El pensamiento de González Prada, no significó la
construcción de un modelo político. El poeta señaló que “el Perú
no es una nación sino un territorio habitado donde vegetan rebaños de
siervos.”4

3 Paul Montoya Javier Prado y el positivismo peruano. Lima Universidad Nacional


Mayor de San Marcos. 2003
4 Karen Sanders. Nación y tradición. Pp. 236. Fondo de Cultura Económica, 1997

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González Prada sostuvo, en el discurso del Politeama: “No
forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros
que habitan la faja de tierra situados entre el Pacífico y los Andes; la
nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en
la banda oriental de la cordillera.”

La visión intelectual del poeta y escritor González Prada era la


denuncia de la exclusión de la población indígena de la vida
nacional y la explotación a la que están sujetos. Él propuso la
lucha violenta para lograr la liberación, desde una visión
idealizada y romántica del indio portador de todas las virtudes,
y la demonización de los criollos y la cultura occidental.

Los indigenistas estuvieron representados por la obra de Luis


E. Valcárcel ‘Tempestad de los Andes’, en la que reafirma la
existencia de una dicotomía esencial entre Lima y Cusco. Lima
representaba el intento de adaptación de la cultura europea. El
Cusco representaba la cultura madre, heredera de la tradición
milenaria de los incas. El blanco y occidentalizado limeño no
podría comprender la esencia y la vida real del hombre de los
Andes, pues no tenía raigambre en la tierra. Solo el Cuzco
estaba reservada a la redención del indio. (Cubas 2016)

Víctor Andrés Belaunde, dentro del debate intelectual sobre la


realidad peruana y los pensamientos intelectuales, publicó 25
libros y más de 500 artículos de variado interés académico.
Entre las que destacaron figuran su tesis doctoral El Perú
Antiguo y los Modernos Sociólogos” (1908); sus ensayos sobre
Psicología Nacional (1912) y su discurso titulado La Crisis Presente
(1914), en el que destaca “los principales problemas nacionales, y la
debilidad de las instituciones políticas; la decadencia moral de las
clases dirigentes de la época; la ausencia de los ideales colectivos, y la
exclusión de los originarios indígenas del Perú de la vida pública”.
Resalta también la influencia de la corriente positivista en la
Universidad de San Marcos.
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La generación del 900, en la que destacaron José de la Riva
Agüero y Francisco García Calderón, también fue una de las
corrientes intelectuales en el debate de la realidad peruana. En
el núcleo del pensamiento peruanistas de la época podemos
encontrar dos obras: La Realidad Peruana (1930) y Peruanidad
(1943). El libro ‘La Realidad Nacional’ fue una respuesta a ‘Siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana’, escrito por
José Carlos Mariátegui. Y el libro ‘Peruanidad’ realiza un
análisis de las revaloraciones de las tradiciones culturales sobre
las que se había formado el Perú desde inicios de la república,
y los problemas nacionales. El libro de ensayos ‘La Síntesis
Viviente’ (1950), de Víctor Andrés Belaunde, presenta las
propuestas que derivan de su pensamiento peruanista que
concluyen en ‘El Debate Constitucional’.

Víctor Andrés Belaunde reafirma que “la peruanidad es, para


nosotros una síntesis viviente de la cultura hispano-católica y de los
elementos telúricos y biológicos que existían en este pedazo de Nuevo
Mundo que habitamos. La peruanidad no es yuxtaposición sino
síntesis verdadera, y agregamos viviente, para expresar que, en
continuidad palpitante, fue, es y seguirá siendo”. (Peruanidad, Víctor
Andrés Belaunde).

Belaunde aseveraba que eran el impulso religioso y la fe católica


los que proporcionaron la fuerza de cohesión que unificaba la
sociedad y la cultura. Esto lo llevó a afirmar el papel
fundamental que tuvo la Iglesia Católica en la formación del
Perú. En el debate sobre la realidad nacional, Belaunde
aseguraba que “el cristianismo fue la base en la formación de la
cultura de un Perú barroco y mestizo, y permitió que se diera un
encuentro de dos culturas en la historia y la sociología peruana que se
opera en el Imperio de los Incas”. Belaunde afirmaba que esta
transformación fue el verdadero origen de la peruanidad.

31 | BICENTENARIO 200
La peruanidad e identidad siguen siendo temas de debate
nacional doscientos años después. La historia social no puede
ser entubada ni negar la historia milenaria del Perú que tiene
diversas génesis y lenguas.

A pesar de que en 1821, el año en que se proclamó la


independencia, se oficializó como idioma nacional el castellano,
y solo lo hablaba el diez por ciento de la población, lo que
señalaba claramente una independencia solo para la élite. El
Perú fue un país que no tuvo un proyecto nacional como nación,
no tuvo padres de la patria como otras naciones; por el
contrario, fueron extranjeros quienes llevaron el grito de la
independencia. El general argentino José de San
Martin proclamó nuestra independencia con la ayuda de
Bernardo O'Higgins, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, y
fue una fractura identitaria que aún persiste; a diferencia de
otras naciones, donde sus nacionales asumieron la tarea heroica
de la independencia, y lanzaron el grito de libertad.

Luego de la independencia del Perú, las comunidades


indígenas fueron desapareciendo, dejando que los hacendados
tomaran sus tierras, empujándolos a una especie de sistema
feudal y paternalista.

Las diferencias se abismaron cuando se les negó participación


política a los indígenas. Solo los hacendados, relacionados
directamente con la oligarquía, tenían acceso a los asuntos del
poder. En la migración europea, el panorama no cambió: los
inmigrantes fueron absorbidos por las familias criollas,
incorporándolos a sus prejuicios.
No se forjo una identidad nacional real que unificara al Perú
como otras naciones. La peruanidad ha sido presentada desde
un ángulo vertical, racista y excluyente que ha creado espacios
sociales excluyentes.

32 | BICENTENARIO 200
Como referencia histórica, la ciudad de Lima se construyó de
forma excluyente como un modelo de las ciudades del viejo
continente. En 1684, el virrey Melchor de la Barra decidió
fortificar la ciudad de Lima y también la ciudad de Trujillo,
por lo que mandó a construir unas murallas para proteger a la
ciudad de piratas y de levantamientos e incursiones de los
nativos indígenas del mundo andino. Las murallas se
terminaron de construir en 1687 rodeando el antiguo casco
urbano. Estas murallas ocuparon el trazo donde actualmente
se encuentra la avenida Alfonso Ugarte, Paseo Colón, avenida
Grau, Rivera y Dávalos y la margen izquierda del río Rímac.
5
Desdé aquella época es que los habitantes de Lima comienzan
a nombrarla Cercado de Lima, a toda la zona que estaba
dentro de los muros. Estas murallas estuvieron de pie durante
185 años, pues en 1869, 48 años después de la independencia
del Perú, durante el gobierno del presidente José Balta, la Gran
Muralla de Lima fue demolida porque la ciudad se hallaba en
pleno crecimiento y los muros entorpecían las vías de
comunicación.6 (Esquivel 2020.) Pero en el imaginario de los
peruanos las murallas crearon la separación del mundo
indígena de la aristocracia limeña y los criollos mestizos de la
ciudad de Lima, así como el distanciamiento de las lenguas
ancestrales.

A lo largo del siglo XX hubo algunos cambios en la sociedad


peruana al convertirse en un país centralista. Esto generó la
sobrepoblación de Lima, lo que obligó a las autoridades y
grupos de congresistas a imitar a las sociedades de Europa,

5 Esquivel, Carlos. El cercado de Lima. Este nombre con que también se conoce a Lima,
no es oficial ni formal, sino que es con el que los habitantes denominaron a una zona cercada
por murallas durante la época virreinal. Cultura Historia. Cercado de Lima - Historia
del Cercado de lima (rinconperuano.com). Abril 3, 2020.

6 Esquivel, Carlos. El cercado de Lima. Abril 3, 2020.


33 | BICENTENARIO 200
forjar una sociedad aristocrática limeña y dictar ciertas medidas
para evitar más migraciones campo-ciudad. En el primer
Congreso de la República algunos representantes políticos de la
época esbozaron la idea de construir un muro o imponer un
peaje, a fin de obstaculizar la migración andina. A pesar de que
el muro no se construyó, en el imaginario de los limeños se forjó
una fractura identitaria.
Eso tuvo que ver con la identidad de verse a sí mismo, y se
ocultó en el discurso ideológico del mestizaje, entre el ser y no
ser, en la frase “quien no tiene de inga tiene de mandinga”. De esta
manera, el racismo se intensificó en los criollos limeños, e hizo
que se distanciaran de sus lenguas aborígenes.

Tal vez ello pueda explicar que 486 años después de la


fundación de la ciudad de Lima, en los diálogos entre limeños
y provincianos, en los medios de comunicación, en la literatura,
en la farándula y en las redes sociales, las expresiones racistas
sean un denominador de odio que se manifiesta a flor de piel.

La construcción de la ciudadanía y una república de ciudadanos


es tarea de todos los peruanos sin distinción alguna. El debate
sobre la realidad nacional está vigente para determinar con qué
país sonamos.

Miami, Junio, 2021

34 | BICENTENARIO 200
¡Ya son 200 años carajo!
FANTASMAS DEL BICENTENARIO
Por Milagros Lizárraga.

“El Bicentenario de la declaración de la independencia llega


en pandemia, tras elecciones cerradas con dos candados con
Cs mayúsculas, que, al ser abiertos, han dejado salir a
nuestros diablos del infierno. “

Los fantasmas del bicentenario salen de sus closets, se asoman


entre costillas, fémures, húmeros y cráneos.

A sus 200 años el Perú ha podido liberarlos, vienen bañados en


sangre, con aliento fermentado, portadores de virus, vicios y
dolencias del pasado.

No queremos verlos, nos duele su presencia. No queremos


escucharlos... más, cual zombis poseídos, no podemos dejar de
hablarlos.

Salen por entre nuestras caderas y nuestros sesos, nuestros


corazones laten al verlos.

Nosotros somos sus tumbas que los han guardado en secreto,


entre los tabúes del Perú, entre la Lima y el Cuzco, entre La
Serna, Torre Tagle, Pizarro, Almagro, Huáscar y Atahualpa.

Nos sale el Túpac y el Amaru se regocija, asomándose con su


movimiento sinuoso desde las cavernas de nuestros más
sórdidos secretos.

35 | BICENTENARIO 200
Huamanga se mira con Piura y Pucallpa, la ciudad de los Reyes
desmaya aterrada al ver a Cajamarca afilando sus machetes en
sus pisos de piedra virreinal. Las huacas de Lima cantan, los
monasterios suspiran, los Apus cuchichean de Costa a Sierra,
de Sierra a Selva. Las piedras de los ríos ruedan trayendo el
pasado encapsulado, como si fuera un maremoto de agua dulce;
vienen en avalancha y se salen por las órbitas de nuestros ojos
salados.

Vomitamos fuego, cenizas, huaicos siniestros, como si un


chamán grandioso nos estuviera dando el viaje de ayahuasca de
los siglos para que nos limpiemos de todo, para que
enfrentemos nuestros lados más oscuros como pueblo peruano;
para que nos veamos en nuestra fealdad sin miedo, en nuestros
odios eternos; para que purguemos nuestros desprecios que nos
vuelven psicópatas inmunes al sufrimiento ajeno, inmunes a las
tantas heridas de muerte que el Perú soporta año tras año,
inmunes a nuestra condición de víctima y verdugo, psicóticos
del “antes niegue sus luces el Sol.”

¿Quiénes somos? ¿Somos uno? ¿Somos miles? ¿Somos


millones?
¿Cómo podemos llamarnos todos Perú?

Nosotros que nos odiamos y a la vez nos amamos tanto.... pero


tanto y tanto.

Nosotros que somos capaces de unirnos tras un grito de gol, tras


saborear un plato de ceviche, una carapulcra, una pachamanca;
tras un sorbo de pisco sour, o una lamida de helado de lúcuma;
tras el estremecimiento ante un poema de Vallejo, tras el deleite
por la cadencia del “Cóndor pasa”, tras el calambre que recorre
nuestra espina dorsal ante la presencia de Machu Picchu.

36 | BICENTENARIO 200
Somos tan bellos y horripilantes a la vez... Las “Ciudades de los
Reyes,” la del Virreinato y la del Imperio, por fin se desnudan,
se olfatean como perros, se muestran los colmillos y gruñen
palabrotas en español y en quechua... y … no nos entendemos.
Hablamos en lenguas e incomprensibles dialectos que salen a
empujones de nuestras gargantas.

Pareciera que estamos saliendo de un sueño profundo, de un


estado macabramente hipnótico.

¿Podría el acto de desenterrar tabúes romper el conjuro, que


dejó algún brujo malvado para que pase generación tras
generación, en los genes de los peruanos?

El bicentenario de la declaración de la independencia llega en


pandemia, tras elecciones cerradas con dos candados con Cs
mayúsculas, que, al ser abiertos, han dejado salir a nuestros
diablos del infierno.

Los peruanos nos vimos de pronto puestos entre una espada y


una pared cuidadosamente fabricadas, las cuales tuvimos que
mirar cara a cara, como un péndulo que mueve, de lado a lado,
el mago frente a nuestro indefenso ser: El de la Corrupción y el
del Comunismo.

Su truco, como arte de magia (negra o blanca), está surtiendo


efecto. Estamos siendo capaces de hablar, de sacar lo que por
siglos guardamos dentro.

Cual ironía del destino, en un Perú enmascarado por la


pandemia, estamos siendo capaces de ver y mostrar nuestros
rostros verdaderos.

¿Será este acto el precursor de nuestra independencia?


¿Podremos aceptar y abrazar nuestra totalidad obscena?
37 | BICENTENARIO 200
Ha habido un intermedio en la función y los artistas han salido
a compartir con los espectadores, se mezclan entre los que “no
fingimos” y nos jalan las ropas, nos meten los dedos a los ojos,
nos abren la boca, huelen nuestras narices.

San Martín, Sucre, Bolívar, Parado de Bellido, Olaya, se han


asomado a ver ese último Bastión después de 200 años.

¿Qué hemos hecho de él, a dónde lo estamos llevando?


Necesitamos ser capaces de asumir nuestra sombra, de
reconocer nuestros racismos, clasismos y odios, de aceptar que
así somos pues… ¿y qué?... o... ¿y ya es hora de cambiar?

¡La china o el cholo, que destino! sufren los pequeños virreyes.


¿Qué culpa estaremos pagando para tener que decidir entre
estos dos personajes? lloran por el virrey que llevan muerto en
sus entrañas.
¡Cajamarca regresa a recuperar el oro! ¡Por fin un peruano neto!
Se regocijan los Manco Cápac y las Mama Ocllo, “a punta de
latigazos vamos a sacar a esos blanquitos limeños” se relamen
en sus adentros.

¿Cuál es el Perú del 2021? ¿Del país de más muertos per cápita
por coronavirus? ¿Del país poseedor de una de las maravillas
del mundo? ¿Del país rey de la gastronomía? ¿Del país sudaca
que ha recibido una estrella de papá por su progreso? ¿Del país
con sus Amazonas violentadas día tras día, con sus ríos
envenenados, sus bosques talados, su aire contaminado? ¿Del
país con mendigos inválidos postrados sobre bancos de oro?
¿Del país que ha sabido sufrir, llorar, reír, y amar pero que
pareciera estar recién aprendiendo a mirar, escuchar y hablar?

Una a una ponemos las máscaras de los que fueron en sus


respectivas tumbas, uno a uno ponemos también sus trajes de
piedras preciosas y de harapos; nos sacamos la corona, la
38 | BICENTENARIO 200
mascaipacha, el chicote, las botas, los grilletes y cadenas;
desensillamos nuestros caballos, sacamos las mantas y alforjas
de nuestras llamas y mulas; colocamos todo sobre las lápidas.

Dejamos en el panteón las gastadas ojotas, el sable, las joyas, los


plumajes, los collares jíbaros de cabezas reducidas que cuelgan
sobre nuestros pechos.

Uno a uno los zombis vamos despertando, uno a uno hemos de


vencer el conjuro...

¡Ya son 200 años carajo!

California, junio 2021

39 | BICENTENARIO 200
40 | BICENTENARIO 200
PATRIOTISMO ANDINO EN LA HISTORIA DE
LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Por Roberto J. Bustamante
(Periodista y científico Social)

“Como sabemos, Cangallo, fue incendiada dos veces; también fue


saqueada con odio y destruida por el ejército español durante la lucha
desplegada por las fuerzas de Cangallo por la independencia peruana,
causando miles de muertes.”

Max Aguirre Cárdenas, analiza sacrificios del pueblo en los


enfrentamientos en Huamanga

Perú conmemora este año el bicentenario de su independencia


nacional. Su historia no es completa en todos sus aspectos. Han
surgido acuciosos historiadores con nuevas interrogantes aun
sin respuestas para dimensionar y educar mejor a las nuevas
generaciones de jóvenes.

Es muy interesante el estudio sobre la ‘Benemérita Villa de San


Pedro de Hualla’, del investigador peruano natural de
Cangallo, Max Aguirre Cárdenas, quien acaba de publicar su
libro ‘Etnicidad e Historia en la Independencia del Perú en
Huamanga’ (1815-1823).

Está dedicado a estudiar la contribución del pueblo huallino, en


la región de Ayacucho, al proceso de la Independencia del
Perú.

41 | BICENTENARIO 200
Han transcurrido 200 años desde la Independencia del Perú
proclamada en Lima, y 207 años desde la primera jura de la
independencia del Perú celebrada en la capital de la Heroica
Provincia de Santa Rosa de Cangallo EL 7 DE OCTUBRE DE
1814, y, sin embargo, la nación no le ha brindado todavía el justo
reconocimiento que merece esta importante contribución a la
historia peruana.

En Hualla, una ciudad enclavada en los Andes peruanos,


durante las guerras por la independencia, sus pobladores
enfrentaron con estoicismo y valentía las agresiones históricas,
con el sacrificio de centenares de sus hijos encabezados por sus
mártires independentistas, entre ellos: Pedro Tomaro, Tomás
Yanqe, Tomás Vílchez y Miguel Yupanki, a quienes el autor
recuerda y les rinde su más fervoroso homenaje. Para los
historiadores capitalinos esto es cosa nueva.

¿Quién es Max Aguirre Cárdenas?

Max Aguirre Cárdenas es uno de los pocos investigadores


peruanos contemporáneos muy opuesto al protagonismo
ejercido por la vieja aristocracia limeña. “Los hechos son los
hechos”. Esta frase resuena en sus acuciosas investigaciones
instando a escribir la historia peruana con objetividad “porque
la verdad es siempre una construcción heroica”, según sus propias
palabras.

Aguirre Cárdenas es doctor en Letras y Ciencias Humanas,


graduado en la Universidad Nacional San Antonio Abad del
Cusco, la antigua capital del Imperio Inca. Es licenciado en
Educación, y actualmente dedica su tiempo a la investigación
de la historia regional peruana.

He sido profesor durante 32 años en su alma mater, la


UNSAAC, y otras del mismo nivel. “Durante muchos años
42 | BICENTENARIO 200
estuve enseñando Lógica Matemática y después de mi retiro,
hace diez años, he podido experimentar la seducción de la
historia regional ayacuchana”, confiesa Aguirre Cárdenas.

Este historiador se siente profundamente orgulloso de ser


oriundo de Cangallo, donde se concretó la primera jura de la
independencia del Perú el 7 de octubre de 1814, fecha
importante para los peruanos y toda Hispanoamérica,
habiéndose celebrado su bicentenario el 2014. La primera jura
efectuada en Cangallo, mucho antes de la proclama del general
San Martin en 1821, se realizó en un acto en el cual se alcanzó a
observar el formalismo jurídico pertinente, que implicaba una
ceremonia juramentaría legitimadora, según sostiene el
investigador.

Reproducimos a continuación los comentarios vertidos por el


mismo autor, invitando a nuestros lectores a informarse en
detalle de los sacrificios que tuvieron lugar durante las guerras
libradas en la región de Huamanga a favor de la independencia
peruana.

Aguirre Cárdenas ha emprendido la tarea de seguir


contribuyendo a la reconstrucción de la memoria histórica
regional ayacuchana, pero esta vez refiriéndose al proceso de la
lucha independentista del Perú que se desarrolló en
el horizonte huallino, añadiendo las vicisitudes de la provincia
de Cangallo para impedir su fraccionamiento territorial por
intereses políticos censurables que finalmente perjudicó
también a San Pedro de Hualla, su par patriótico, que aspiraba
a ser capital de una nueva provincia. Para ello, el autor ha
lidiado con el dilema de usar el paradigma epistemológico de
los estudios subalternos que parece ser la herramienta ad hoc
para aprehender y difundir la visión de los vencidos,
marginados y/o excluidos de las élites sociales y culturales, o
usar el modelo modernizante de los ‘anales’ franceses puesto
43 | BICENTENARIO 200
casi hegemónicamente en vigencia en el Perú hace unos
cuarenta años –entre los más visibles- por Thimothi Anna.

La historia tradicional y la nueva historia

Aguirre Cárdenas, procedente de las tiendas lógico-


matemáticas y la filosofía, ha preferido retroceder un poco a la
epistemología histórica tradicional para empatizar con la
mentalidad étnica de las comunidades rurales y entonar con la
sencillez narrativa de las microhistorias que cultivan los
pueblos en los andes peruanos, a través de sus líderes
pertenecientes a sus estratos sociales mejor instruidos. Y ello
porque la nueva historia peruana, que en estos últimos
quinquenios ha obtenido la dinámica teorética necesaria para
renovarse fructíferamente, parece, sin embargo, detestar los
estilos discursivos que satisfacen las necesidades populares o
entonan con su cultura, y más bien parece refugiarse en
fraternidades secretas de ultra especialistas que espantan a los
marginados, reduciéndose a una suerte de logias
francmasónicas.

Si algo caracterizaba a la historia tradicional como ciencia –a


diferencia de las demás en bloque- es que ella podría ser el pan
que nutría cotidianamente a los hombres, sin miramientos de
géneros, confesiones religiosas, credos políticos e incluso a los
iletrados, permitiendo a todos aprehender la verdad de un
pasado leído con sus propias categorías cronológicas y éticas,
con las capacidades de su inteligencia y mentalidad concretas
como en el caso de los Hualla.

El papel del historiador -maestro

Ello explica por qué en cada aldea, en cada villorrio, en cada


pueblo del ande, siempre hubo, y hay, por lo menos un
historiador-maestro que asume la función de dar sentido a la
44 | BICENTENARIO 200
existencia de sus pobladores y a su escenario geográfico y
cultural. Antes, la historia era parienta (de parir) de la identidad
de un pueblo. Hoy está próxima a renunciar a esa virtud y
autocondenarse al exilio, a la orfandad popular, faltando a su
función primordial de ser una brújula que mitigue la soledad y
la incertidumbre de sus hombres (la historia –ayudada por los
currículos escolares- se ha divorciado del pueblo facilitando
que este caiga en las redes de la anarquía). Y todo, porque
equivocadamente se presume que debe ser una ciencia como las
demás, globalizante, aunque paradójicamente patrimonio de
muy pocos, codificada o cifrada para que no accedan ni
comprendan las mayorías. Ya dijimos alguna vez: la claridad
debe ser la cortesía de los historiadores, como reclamaba Ortega
y Gasset para los filósofos. Y la pregunta emerge nuevamente
como el Ave Fénix de sus cenizas: ¿Qué es la historia y para qué
sirve? Esta interrogante es un desafío en las investigaciones del
autor Max Aguirre Cárdenas, a quien pueden escribir y ordenar
este interesante libro, al correo electrónico
maxaguirrec@gmail.com

Cangallo en la poesía independentista

Aguirre Cárdenas, en un extenso trabajo publicado el 24 de


diciembre de 2020 en Cangallo, se refiere a la poesía como
fuente escrita de la historia, logrando que sus lectores puedan
tener información de la producción poética dedicada a Cangallo
en la época de la Emancipación, para demostrar cómo impactó
en la conciencia hispanoamericana la revolución de los
morochucos, especialmente la crueldad sadomasoquista
hispana frente a los cangallinos y la venganza que reclamaban
los patriotas extranjeros como respuesta con motivo del
apocalipsis de la ciudad de Cangallo el 17 de diciembre de 1821.
“Este tema debía generar numerosas tesis universitarias que,
lamentablemente hasta hoy, ha sido aparentemente ignorado”,
escribe Aguirre Cárdenas.
45 | BICENTENARIO 200
Recordemos que Cangallo fue incendiada dos veces. También
fue saqueada con odio, y destruida por el ejército español
durante la lucha desplegada por las fuerzas cangallinas en pos
de la independencia peruana, causando miles de muertes. La
horrenda masacre por los españoles fue dirigida por el jefe
Ricafort en Cangallo del 2 de diciembre de 1820.
Posteriormente, el jefe intendente, el sanguinario general
Carratalá, castigó a los defensores patriotas decretando el
incendio de Cangallo el 17 de diciembre de 1821, y convirtió en
ruinas y cenizas la ciudad. El mismo día decretó que sea
"borrado para siempre del catálogo de los pueblos el
criminalísimo Cangallo”, según fuentes históricas.

AL INCENDIO DE CANGALLO
Juan de la Cruz Varela

¡Venganza eterna! ¡Sin piedad venganza!


Hijos del Sol ¿Qué hacéis? Ahora, ahora
Renazca el odio y el rencor inmenso
A que provoca la feroz matanza
La sed de sangre que sin fin devora
A los hijos de Iberia. El humo denso,
Mirad cual forma impenetrable nube,
Y el éter todo en derredor se inflama.
Oíd, mirad, que la estallante flama
Hasta los astros sube; y entre ruina y ceniza,
Un pueblo de patriotas agoniza
¿No sabéis? ¿No sabéis? El fiero Hispano
Estirpe atroz del execrado Atila,
En el Perú desesperado brama;
Y en su última impotencia, deshumano,
Con bárbaro furor quema, aniquila,
Y se goza el feroz al ver la llama.
¡CANGALLO miserable!¡Pueblo amigo,
46 | BICENTENARIO 200
Condenado a llenar en nuestra historia
¡Las páginas de llanto! Tu memoria
No pereció contigo:
Ya vengarte juramos;
Vengarte, sí; y a la venganza vamos.

(Fuente: ‘El Álbum de Ayacucho’, 1862)

ODA IMPROVISADA
(Al triunfo del Ejército Libertador el 9 de diciembre de 1824).

¡Cenizas de CANGALLO! Heroica Sangre


Allá en Colombia con honor vertida
En diez años de horror. Vuestra memoria
A los patrios campeones,
Redobló su valor; y las legiones
¡MUERTE GRITARON o VENGANZA o GLORIA!
Con gloria se vengaron. Sangre odiosa
Se mezcló hirviendo al rápido APURIMA.
Sangre odios tiñó llanura inmensa
Y odios sangre la enriscada cima
Allá en la nube densa
Del polvo y humo de la lid terrible
Las sombras de los héroes divagaban,
Que, con pecho invencible,
Por su Patria la muerte despreció,
Y en el Olimpo del laurel se ornaron.

Buenos Aires, 1825


______

VERSOS EN HOMENAJE A PUEBLOS DESTRUIDOS POR


LOS REALISTAS

Aun vibra el rayo de español impío


47 | BICENTENARIO 200
Por doquier que se lanza aniquilando
Inermes pueblos, que de horror y sangre
Cubrió el inicuo con furor tirano,
Se embota al cabo la feroz cuchilla
Que resiste saciar al inhumano:
Y el fuego sopla con feroz destreza.
Para dar expansión a su fiereza,
¡Compatriotas! ¡Y aún vive el monstruo horrendo!
El vil, sacrílego, execrable hispano,
Su ensangrentada mano sacudiendo
En las víctimas tristes de CANGALLO,
CARHUAMAYO y de Reyes, que, entre llamas,
¿Por venganza a los cielos han clamado?
MORIRÁ el opresor; en furia siego
A la Patria ha anegado en sangre y fuego.

Mas, ¿sufriremos que un momento solo


Se goce en su ira sepultando el llanto
A tantas víctimas, que su saña inmola,
Y su fiero mirar desesperado
Contemple entre ayes que el suplicio arranca,
¿Consumirse los pueblos desdichados?
A salvarnos volemos: que, en sus manos,
No mueren enemigos sino HERMANOS.

(Fuente: CDIP: La Poesía de la Emancipación: Tomo XXIV,


1971: 422)
______

TESTAMENTO DE LA SERNA Y VENGANZA DE


CANGALLO (Fragmento)

LA SERNA, alza. ¿Nos conoces?


Los ciudadanos somos que conserva
El Pueblo de Cangallo valeroso,
48 | BICENTENARIO 200
Para hacerte pedazos: ¡Alma fiera!
¡Qué orden fue esa infernal, con que mandaste
¡Que Cangallo quedara hecho pavesas!
Nadie podrá el terreno que ocupaba
(Estas son tus palabras a la letra)
El ruin infame Pueblo de Cangallo
Reedificar jamás. ¡Qué insolencia!
¡Por ser leal a la Patria lo ultrajaste!
¿Cuál fue el delito, di; para esta ofensa?
No fue otro, sino solo que tu alma
En los males se goza, y se deleita
Que hace a su semejante. Así por esto,
A sacarte venimos hoy la lengua,
Esa villana que tuvo atrevimiento
De mandar a otro monstruo, infame fiera,
A ese CARRATALÁ, esta barbarie.
Y supuesto que vivo aquí te encuentra
Nuestra justa venganza: por la espalda
Salga esa vil, esa atrevida lengua:
Y antes que bajes al horrendo abismo
Sufre la llama de esta ardiente hoguera;
Y en ti los ESPAÑOLES escarmienten,
Que no digan: La Patria viva, y venza.
¿Qué tal escena amigos habéis visto?
Responden la más justa: y si no dieran
Esta prueba tan digna los patriotas
En la cual su carácter manifiesta
Su amor y celo por la buena causa;
Era preciso que a todos los cubriera
La deshonra mayor que a los malvados
El común de los hombres los aleja.

(Fuente CDIP: La Poesía de la Emancipación: Tomo XXIV, 1971:


234)

49 | BICENTENARIO 200
____
TESTAMENTO DE CANTERAC, Y BALDES (Fragmento)

Y dejo a los gallinazos


Los pulgones de mi alpaca,
Porque de noche cual perros
A los oídos me ladraban
Diciéndome: CANTERAC,
Te meriendan si no escapas.
Y para eterna memoria
Dejo mi cortante espada
Para asador de cocina,
Y á CARRATALÁ la vaina.
Mis uniformes, mis botas
Y la parte de la plata
Que buenamente atrapé,
Los dejo al primero que haya
Jurado la Independencia
Con intención pura y sana;
[…]
Y tú (pues ya no te escapas)
Por marrajo y consejero,
Llevarás tu buena manta
Antes que vayas al fuego
De la abrazadora llama
Por cómplice con LA SERNA
En el absurdo, y la infamia
De la ruina de Cangallo
[…]
Y de ahí le dice: acompaña
A aquel que tus sentimientos
Garantiza: al que sin alma
Ha destrozado los pueblos:
[…]
Al que un insultante rasgo
50 | BICENTENARIO 200
Posteriormente derrama,
Que amenaza a esta ciudad
Con la iniquidad que acaba
De hacer en el leal Cangallo

New York, junio, 2021

(Fuente: CDIP: La Poesía de la Emancipación, Tomo XXIV,


1971: 237 y 238)

51 | BICENTENARIO 200
52 | BICENTENARIO 200
¡Viva el Perú Carajo!
¿HAY ALGO POR QUÉ CELEBRAR?
Por Addhemar H.M. Sierralta

Estuve meditando acerca de este cuestionamiento: ¿Hay algo por qué


celebrar en este Bicentenario de la Independencia del Perú? Muchos
dirán que sí. Pero también hay muchos que dirán que no.

LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA

Veamos primero por qué nació la idea de la independencia de


España. Fueron solo unos pocos los que deseaban sacudirse del
dominio español y pese a que la rebelión de Túpac Amaru –de
ascendencia indígena_ a fines del Siglo XVIII, se celebra hoy
como un acontecimiento, esta acción no devino en que la
población nativa deseara su libertad mayoritariamente. Eso se
evidencia porque la mayoría de las tropas anti independentistas
estaban formadas por soldados autóctonos.

La influencia de los ingleses y de la masonería –de esa época-


fue notable. Se pretendía derribar al imperio hispano y atacar a
sus colonias realizándose a través de una estrategia planificada
cuidadosamente.

Entrar en detalles sería muy extenso, pero basta señalar la


presencia de militares y marinos ingleses en las tropas
libertadoras. Siendo el objetivo debilitar al virreinato peruano
hay que recordar que las primeras medidas, luego del acuerdo
entre Bolívar y San Martín que devino en la retirada del general
argentino, fueron desmembrar los territorios de la nueva
nación.

53 | BICENTENARIO 200
EL DESMEMBRAMIENTO DEL PERÚ

Se recuerda que San Martín deseaba mantener el territorio del


Virreinato del Perú íntegro y colocar a un noble europeo para
que lo manejara. Recordemos que Brasil, muy cerca de
nosotros, mantuvo su integridad y así lo hizo. Por su parte,
parece ser que Bolívar buscaba dividir el territorio en estados
para hacer una especie de federación como la de Estados
Unidos de América, en el norte del continente. Lógicamente
siendo la autoridad máxima.

Los chismes dicen que el acuerdo fue el resultado de la voluntad de


las mujeres de San Martín (Rosa Campusano) y de Bolívar
(Manuelita Sáenz), ambas ecuatorianas, una de Guayaquil y la otra
de Quito. Las dos se conocían y eran amigas. El acuerdo “entre
sábanas” devino en que se desmembró Guayaquil –que era del Perú-
para integrarse con los otros territorios norteños para formar
Ecuador.

Poco después el Alto Perú, también fue separado del país, para
formar Bolivia. Don Simón, parece que quería integrar los
nuevos países de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y
Bolivia, pero todos bajo su mando. Todo le salió mal.

Manuelita Sáenz, en su encuentro –en Paita- años más tarde le


dijo a Garibaldi el independentista italiano antes de iniciar su
gesta, que si lograban la liberación y consolidación de Italia
nunca se aferrase al poder porque así sería recordado siempre
como un gran hombre y no hiciese lo de Bolívar –que en su
ambición- generó odios y hasta sufrió atentados contra su vida,
muriendo finalmente solo y abandonado.

“Cabe señalar que Bolívar tenía cierta animadversión a las tropas


peruanas y a los peruanos en general.”

54 | BICENTENARIO 200
Hay que recordar también que, en la batalla de Junín, Bolívar
estaba en retirada y contraviniendo sus órdenes los llamados
Húsares –al mando de Rázuri- atacaron al ejército español
convirtiendo una casi derrota en triunfo. Y en la batalla de
Ayacucho, como se dice en criollo, hubo un “arreglo” para dar
facilidades a los jefes del ejército español y a los gobernantes del
momento para que regresaran a España pacíficamente. Solo en
el Callao quedaría el general Rodil quien no quería rendirse y
resistió en el Real Felipe. De esto me enteré cuando, en misión
periodística en la década del 60 del siglo pasado, al descubrirse
el documento de la Capitulación de Ayacucho del ejército
español ante el ejército libertador, se podía –de su lectura-
interpretar lo ocurrido. Fue una batalla con muy pocas bajas.
Solo se luchó para cumplir sin sospechas.

UNA VIDA INDEPENDIENTE COMPLICADA

A partir de los primeros años de vida independiente, y por


muchas décadas, fueron los militares quienes gobernaban el
país. Hubo demasiadas revueltas, golpes de estado, guerras
civiles y hasta guerra con países vecinos. La más trágica fue la
que se perdió con Chile. Tal vez el militar que más hizo por el
país fue Ramón Castilla. Ya en el Siglo XX hubo una época de
gobernantes civiles, curiosamente hubo desarrollo, pero no
dejaron de darse golpes de estado como los de Sánchez Cerro,
Benavides, Odría, Pérez Godoy, Velasco y Morales Bermúdez.
Los que hicieron las cosas más o menos bien fueron Benavides
y Odría, pero Velasco fue una real calamidad y en su gobierno
empezó la debacle del país.

De los presidentes civiles se pueden destacar a Pardo, Leguía,


Prado y Belaunde. Fujimori muy cuestionado, pero logró
detener el terrorismo y mejorar la economía tras el desastre del
primer gobierno de Alan García. Después del gobierno de
Fujimori, los presidentes, Paniagua, Toledo, García, Humala,
55 | BICENTENARIO 200
Kuczynski, Vizcarra, Merino y Sagasti, no han sido los
adecuados. Salvando a Paniagua y Merino el resto dejan mucho
que desear. Obviando a Sagasti –hasta ahora- se puede decir
que son una vergüenza, muchos son delincuentes e incapaces.

Y ahora se vislumbra que los candidatos a la presidencia


mayoritariamente son poco preparados, con antecedentes
negativos y sin planes de gobierno claros. Es muy penoso lo que
se ve. Además, el país sigue en picada por el mal manejo de la
pandemia del coronavirus, de la economía, la educación y la
salud. Por eso muchos no sienten ninguna emoción para
celebrar el Bicentenario de la Independencia.

PERO HAY TODAVÍA ESPERANZA

Hemos venido de mal en peor. De culturas preincas notables, de un


imperio incaico hegemónico y un virreinato poderoso, entramos a
una época republicana que hasta ahora no encuentra su rumbo y no
se vislumbra una salida que pueda llevarnos a la unión, a desarrollar
políticas de estado en bien de todos los peruanos para recuperar
nuestro desarrollo. Se mantiene odios entre los partidos políticos, se
manejan ideologías de izquierda que han fracasado en el mundo, y
todo ello es muy penoso.

También hay que recordar que nuestro país perdió, por


diversas circunstancias, territorios que hoy pertenecen a
Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia y Chile.

Escribo esto porque he vivido desde los años 40, son nueve
décadas donde he sido testigo de lo que ocurrió en el Perú, las
colas en el gobierno de Bustamante y García, la revolución
“restauradora” de Odría, el golpe de Velasco y la bomba de
Tarata donde se destruyó la casa y quedé herido por el atentado
terrorista. Tuvimos que salir del país por la persecución del

56 | BICENTENARIO 200
primer gobierno de García, retornamos en la época de Fujimori
y he visto todo lo ocurrido. Nadie me narra cuentos.

Conocí personalmente a los expresidentes Bustamante, Prado,


Belaunde, Fujimori, Paniagua, Toledo y Kuczynski. Pude
conversar de muchas situaciones con ellos. Asimismo, tuve
amistad, entre otros, con Víctor Andrés Belaunde, Jorge
Basadre, Aurelio Miró Quesada Sosa, Hermann Buse de la
Guerra y Máximo San Román, con quienes conversamos mucho
sobre el Perú y su problemática. De todos ellos me informé más
de mi querido país.

Por todo lo anterior, en este Bicentenario de la Independencia,


vale la pena preguntarnos ¿Hay algo por qué celebrar?… quizá
si o quizá no… pero como peruano aún pienso que hay
esperanza de mejorar. La responsabilidad está en nosotros, en
las elecciones y en nuestro comportamiento a partir del 28 de
julio de 2021. Debemos poner todo lo mejor al servicio de
nuestro querido Perú.

Todavía puedo decir, pese a todo: ¡VIVA EL PERÚ CARAJO!

Miami, junio 2021.

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SÍMBOLOS Y BICENTENARIO
Por Jorge Bedregal La Vera

“A mediados del siglo XX hubo un intento de modernizar la


letra de nuestro himno y se le encargó la tarea a Chabuca
Granda, una de las compositoras más importantes y creativas
de nuestra historia. “

Uno de los problemas más acuciantes de las Ciencias Sociales


peruanas radica en la búsqueda de razones y explicaciones que
nos aclaren el por qué seguimos siendo una nación inconclusa
que ha sido incapaz, en doscientos años, de tener ciudadanos
plenos que ejerzan sus derechos y cumplan con sus
obligaciones.

El proceso electoral más reciente que se ha dado en nuestro país


ha hecho visibles una cantidad monstruosa de grietas, desfases
y perversidades en nuestra construcción nacional.

Por un lado, la candidata Keiko Fujimori representando a una


dinastía permanentemente ligada a gravísimos hechos de corrupción
desde hace más de 30 años y que, además, colecciona una serie de
acciones desestabilizadoras y abiertamente
anticonstitucionales; pero que se presenta como la salvadora del
país ante la posibilidad de una sorpresiva candidatura de
izquierda radical.

Por el otro lado, un partido que, según las encuestas previas no


aparecía sino en el gaseoso y casi anónimo grupo de los “otros”
y que sorprendentemente terminó convocando a una cantidad
significativa de electores alcanzando a pasar a una segunda
vuelta. Las alusiones a la cercanía de Perú Libre a Sendero
Luminoso y sus prácticas terroristas se convirtieron en el eje de
59 | BICENTENARIO 200
una campaña agresiva y millonaria por parte del fujimorismo.
El fantasma de un comunismo victorioso apareció en la lid
política por primera vez en la historia del Perú.

La estrategia de la candidata Fujimori fue encabezar una muy


agresiva campaña en la que ella aparecía como la defensora
democrática que lucharía contra la opción comunista. A los
usuales términos descalificadores de sus opositores como
“caviar”, “progre”, “rojo” o “terruco” se añadieron
“comunista”, “chavista” o “bolivariano”. Se empezó a
configurar una narrativa previsible de democracia vs. dictadura
que en el discurso persistentemente racializado peruano,
también adquirió rasgos de civilización vs barbarie, serranos y
cholos contra limeños, costa contra sierra, etc.

Para aumentar el poder del discurso polarizante, el partido


Fuerza Popular decidió centrar su eje en la idea de que no se
elegía entre izquierda o derecha, sino que en esta elección se
jugaba el destino del Perú como nación contra la amenaza del
comunismo totalitario. Tratando de superar la magnitud del
antivoto que siempre ha acompañado las campañas de Keiko
Fujimori, se colocó en el centro de su retórica la idea de que el
voto por Fuerza Popular era de salvación al Perú mientras que
el voto a Perú Libre implicaba la condena de un futuro
comunista y una ‘venezuelización’ de la economía y la
sociedad.

La candidata y su equipo limitaron el uso de camisetas color


naranja (que hasta ese momento era el color tradicional del
fujimorismo) para implementar el uso de la camiseta de la
selección peruana de fútbol. Esta estrategia fue bien recibida
por la población electoral ya que la selección peruana alcanzó
la ansiada e histórica clasificación al mundial de Rusia 2018 y
aun cuando la participación de la selección fue mediocre, el solo

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hecho de clasificar es uno de los triunfos deportivos más
importantes del siglo.

Precisamente esta campaña política y la resemantización de los


símbolos integradores de la nación son el punto de partida del
presente ensayo. Partimos de la ruptura de la tradicional
manera de definir los procesos históricos de lo que es un
Estado-nación. Se consideraba que la nación, necesariamente,
precedía a la figura del Estado. De esta manera, un amplio
grupo de personas que tuvieran en común un territorio
definido, una lengua hegemónica o única, una religión
mayoritaria y una historia común devenía, casi de manera
indefectible, en Estado-nación.

En este contexto, el famoso trabajo de Benedict Anderson


‘Comunidades Imaginadas. Reflexiones Sobre el Origen y
Difusión del Nacionalismo’ (Anderson 1993) resultó ser
revolucionario. Para el autor, la nación es en realidad, una
sensación. Apelando al sentimiento, un grupo de personas
“diseña” una comunidad (la imagina). Determina de manera
aproximada las dimensiones del espacio que debe ocupar,
alimenta la hegemonía lingüística, asume una religión
‘nacional’ y oficial y estimula la redacción de una “narración de
la nación”, es decir, una historia oficial.

La existencia necesaria e imprescindible de un museo con un


pasado exhibible, un cenotafio que cante los valores heroicos de
los ancestros que ayudaron en la construcción de la comunidad
imaginada y el desarrollo del ‘capitalismo impreso’, es decir los
medios de comunicación escritos donde terminan de cuajar las
comunidades formuladas como tales, la historia oficial, la
descripción del territorio y, en general, el sentido común propio
de la nación.

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Todo este proceso se condensa en la existencia de los llamados
símbolos patrios que se convierten en los elementos
cohesionadores que identifican a los miembros de la nación y
que reflejan sus características históricas, culturales y hasta
ecológicas que se sienten como propias, determinantes y
familiares por todas las personas que integran la nación.

Comencemos con el Himno Nacional, canción que es


interpretada en cualquier acto público y que debe ser
interpretado con reverencia, fervor y pasión. La letra de
cualquier canción nacional debe contener en forma lírica, los
grandes valores que mueven a una nación. Se enarbolan
virtudes como la entrega a la defensa nacional, la vocación al
sacrificio por la patria y siempre se mencionan algunos hechos
o procesos históricos que validan la existencia de una Estado-
nación determinada.
En el caso de nuestro himno ha tenido una historia azarosa. Con
la presencia del libertador José de San Martín se convocó, a
escasos días de la proclamación de la independencia, un
concurso para premiar la “Marcha Nacional” (nótese la
terminología castrense) que identificaría a los integrantes de la
naciente unidad política peruana. Resulta que, de las seis
composiciones presentadas, ninguna fue elegida pero la
urgencia de contar con este símbolo hizo que terminara
eligiéndose la composición de José de la Torre Ugarte y José
Bernardo Alcedo.

Por desgracia no existe ninguna documentación del concurso.


Tampoco existe una partitura original de la melodía. Se tuvo
que recurrir a la memoria del compositor para tratar de
reconstruir la anotación musical. Más azaroso aún resulta el
tema de la letra. Al parecer, era demasiado “sanmartiniana”
para el gusto de Simón Bolívar que impuso un modelo
republicano autoritario diferente a la propuesta platense.

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En ese contexto apareció una estrofa anónima que fue
implantada para que se cantara inmediatamente después del
coro. En esta letra se denota la influencia de la ideología
hegemónica que subsumía el logro de la independencia en el
grupo criollo, limeño, costeño, varonil, militar, letrado y
católico.

A mediados del siglo XX hubo un intento de modernizar la letra


de nuestro himno y se le encargó la tarea a Chabuca Granda,
una de las compositoras más importantes y creativas de nuestra
historia. Ella compuso la siguiente estrofa:

“y el criollo y el indio se estrechan

anhelantes de un único ideal

y la entrega de su alma y su sangre

dio el blanco y los rojos

del emblema que al mundo anunció

que soberano se yergue el Perú.”

Como se ve, en estos versos se trasluce un intento honesto de


inclusión y de ampliar la capacidad simbólica de la canción
patria. La incorporación de la estrofa de Granda nunca se dio
por la imposición de la costumbre que cantaba la parte apócrifa.
Curiosamente, en Arequipa sucedió un proceso interesante. En
el marco de las celebraciones por el cuarto centenario de la
fundación española de la ciudad, se convocó a un concurso para
elegir a un himno para el evento.

La elección recayó en una que canta lo cuatro siglos de


existencia de Arequipa. Esta marcha, muy militar en su forma y
fondo, reemplazó la que se venía interpretando hasta entonces,

63 | BICENTENARIO 200
que tenía una forma más lúdica y una letra que cantaba la gloria
de la ciudad.

En el presente, se sigue cantando al himno al cuarto centenario


como la canción oficial, en ambos casos, es una canción que
supuestamente cohesiona a los habitantes de Arequipa, pero
sólo a quienes son parte de la ciudad. En decir, no se canta al
departamento, a la región histórica o a la unidad política
regional, sino únicamente a la capital.

Volviendo a la canción patria, la estrofa apócrifa que se cantó


durante más de cien años fue reemplazada por la original
primera estrofa. Sin embargo, sigue siendo polémica por la
inclusión de referentes bíblicos vistos como excluyentes.

El escudo es también un símbolo poderoso que, en realidad,


compila varios elementos en una narrativa épica y romántica.
Enmarcado en una forma extraña (conocida como piel de toro o
“polaca” se distribuyen en tres sectores los elementos que
representan las riquezas naturales del país. El reino animal está
simbolizado en una vicuña, camélido sudamericano de
extraordinaria calidad de fibra y que era uno de los productos
peruanos más ambicionados por las elites europeas. En la
sección destinada al reino vegetal, se incluía la figura realista de
un árbol de la quina, de cuya corteza se extraía la quinina que
fue el medicamento más efectivo para tratar los síntomas de la
malaria.

El reino mineral está representado por un cuerno de la


abundancia, símbolo de la mitología clásica, de donde mana sin
cesar un caudal de riquezas. Es pertinente recordar que son
varios los escudos latinoamericanos incluyen en su narrativa el
símbolo de la cornucopia en clara referencia a la visión
modernista que veía en las riquezas minerales la clave del
progreso y la abundancia.
64 | BICENTENARIO 200
El problema radica en que son millones de peruanos los que
nunca han visto una vicuña viva, animal silvestre no
domesticado que sólo se puede ver en su medio ambiente en la
alta sierra sureña. Igualmente, el árbol de la quina es una
especie que está al borde de la extinción y sólo existe en ciertas
regiones de la ceja de selva y de manera muy dispersa. Peor aún
resulta constatar que su utilidad prácticamente ha desaparecido
por el uso masivo de farmacopea sintética para tratar los
síntomas de las enfermedades tropicales. La ambigüedad de la
riqueza minera, que por un lado es el epítome del desarrollo y
la fortuna, es también el peligro de contaminación y desastres
ecológicos; además de permanente fuente de conflictividad
social. Todo esto hace que el símbolo de la cornucopia pierde
contenido y densidad.

La manida frase atribuida a Antonio Raymondi de que el Perú


es un mendigo sentado en un banco de oro es, además de
petulante e incorrecta, una frase que no construye un estado de
ánimo positivo o siquiera racional. Es una metáfora
desafortunada que, al intentar cantar la abundancia de la
riqueza mineral, termina calificando a los peruanos de
mendigos que sólo aspiran a la caridad, además de tontos e
inconscientes de esa riqueza que desaprovechamos.

La bandera es el símbolo, al mismo tiempo menos elaborado y


el más poderoso. Se creó una narrativa que incluía al mismísimo
José de San Martín en relato del escritor Abraham Valdelomar
y tomado como verdad histórica por la mayoría. En éste el
guerrero duerme a orillas del mar en la zona de Pisco, meses
antes de declarar la independencia en la plaza mayor limeña en
1821. Supuestamente en el sueño el libertador ve un vuelo de
flamencos y a partir de ahí “diseña” un estandarte que incluía
los colores rojo y blanco en diagonal.

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Posteriormente, la bandera fue reformada hasta quedar
conformada por tres franjas verticales, siendo la central de color
blanco y las de los costados rojas. En realidad, una bandera
tiene un principio militar que hace reconocer a los combatientes
de qué lado es la tropa que la porta. En el momento del Estado
– Nación. La bandera ocupa un lugar preponderante entre los
símbolos por la simpleza de su confección y la profundidad que
logra en el sentido de pertenencia.

El dominio simbólico de la bandera se extiende a otras formas


de transmisión de contenido, como la camiseta de la selección
de fútbol profesional peruano. Luego de una accidentada
campaña para la clasificación al mundial de Rusia 2008 que
culminó con el pase de la selección al evento deportivo, se vivió
en el país una verdadera avalancha de resemantización
simbólica.

La camiseta oficial que porta los colores básicos rojo y blancos


organizados a través de una franja roja sobre una prenda blanca
se convirtió en una suerte de uniforme integrador de todos los
peruanos en todos los espacios. Desde empleados de banco,
choferes de unidad de transporte, alumnos de universidades y
colegios, asimilaron el uso diario de la prenda como una
declaración unívoca de su apoyo al seleccionado, así como su
pertenencia al colectivo nacional.

El uso de la camiseta, acompañado de la significativa canción


“Cómo no te voy a Querer” que se usó con fines de arenga
deportiva primero por el popular equipo Los Pumas de México
y luego por el Real Madrid de España, con una letra adaptada,
muy combativa y pegajosa, que invita a dar saltos durante el
cántico declarando un irrefrenable amor por el país y su
selección; fue un elemento más de lo festivo que resulto el haber
clasificado luego de 36 años de intentos fallidos que fue notorio
para el público asistente a los encuentros del mundial ruso.
66 | BICENTENARIO 200
A pesar de la pésima intervención de la selección peruana en el
mundial, la sensación triunfal por la clasificación fue tan
poderosa que el uso de la camiseta blanquirroja (o simplemente
“la blanquirroja”) se hizo casi obligatorio para cualquier
encuentro en donde participara el seleccionado nacional.
Resultó muy natural la expansión y el uso de la camiseta que
abarcaba prácticamente y de manera transversal, todos los
espacios geográficos y sociales del país.

Sorprendentemente, el uso de “la blanquirroja” no se extendió


a la política, sino muy tímidamente durante la primera vuelta
de las justas electorales de 2021. Hasta ese momento, los
múltiples partidos políticos que participaron en las elecciones
tenían sus símbolos e inclusive sus colores (por ejemplo, Rafael
López Aliaga asumió el color celeste o Julio Guzmán el morado
que incluso nominaba a su agrupación).

Luego de los resultados y conocidas las dos agrupaciones


políticas que alcanzaron a pasar a la segunda vuelta electoral,
apareció nítidamente la apropiación simbólica, específicamente
por parte del partido Fuerza Popular y su candidata
presidencial Keiko Fujimori. Siendo una de las candidaturas
que arrastran un anti voto colosal por el historial de los
gobiernos de su padre y de la propia carrera política de la
candidata permanentemente relacionada con temas graves de
corrupción y de violación de Derechos Humanos.

Del uso tradicional del color naranja que acompañó al


fujimorismo en todas sus campañas, durante la segunda vuelta
se optó por la estrategia de usar la camiseta de la selección
nacional como vestimenta cuasi oficial del partido. La maniobra
funcionó rápidamente y aquellos votantes que optaron por los
diferentes candidatos de la derecha (López Aliaga, De Soto,
Acuña entre otros) inmediatamente optaron por colocarse la
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“blanquirroja” para dejar clara su oposición a la supuestamente
candidatura del partido Perú Libre que fue adjetivada como
marxista leninista.

Así, la camiseta del seleccionado no sólo continuó funcionando


como un elemento cohesivo de nacionalidad en un evento
deportivo, sino que fue trasladado al espacio de la política
identificándose con la opción conservadora, de derecha y
anticomunista.

Resulta interesante que en esta suerte de apropiación simbólica


(que también podría ser considerada una privatización abierta)
se recurrió a una de las fuentes de significado del símbolo: los
propios integrantes de la selección de fútbol peruana. Los
jugadores concentrados en vista de los encuentros que se
realizan en el marco de la Copa América 2021, realizaron un
breve spot publicitario donde no se mencionaba al partido
fujimorista o a su candidata, recalcando el contenido de formar
parte del sector “democracia”, evidentemente opuesto a la
opción “comunismo” al que se redujo la lucha política de la
segunda vuelta electoral.

Al momento de redactar el presente ensayo (15 de junio de 2021)


la contabilidad de actas ya había terminado, pero aún no se
había proclamado oficialmente al nuevo mandatario para el
período 2021 – 2026 que, coincide precisamente con el tiempo
de conmemoración del Bicentenario de la Independencia
nacional.

Precisamente, por esa coyuntura es que quizá sea momento de


aspirar a un “sinceramiento de símbolos”, es decir empezar a
dialogar, aprovechando la coyuntura del Bicentenario sobre los
significados de éstos y buscar una mejor calidad de contenido
simbólico para que realmente cumplan con la función de
“representar” e identificar a los componentes de la nación.
68 | BICENTENARIO 200
Tanto de la narrativa del escudo nacional que está llena de
símbolos con poca densidad de significado para la mayoría de
los connacionales, como la lírica del himno nacional que
tampoco cumple un papel integrador y cohesivo.

Arequipa, junio, 2021

69 | BICENTENARIO 200
70 | BICENTENARIO 200
TEMPESTAD EN LOS ANDES EN EL
BICENTENARIO
Por Enrique Soria

“Así tenemos varias ‘clases’ de ciudadanos, los que gozan del


sistema, afincados en Lima, y los de segunda clase,
marginados y sin acceso a los logros y beneficios de ese
sistema. Nos encontramos con clases pudientes capitalinas, de
un lado, y poblaciones de otro, que cuando acuden a una
posta médica no encuentran ni una aspirina y menores de
edad que tienen que viajar kilómetros a pie para dirigirse a
sus escuelas.”

El Perú forma parte de las repúblicas sudamericanas que


oscilan de tiempo en tiempo entre gobiernos de corte
izquierdista, de un lado, y de derecha, de otro, enmarcados en
ese péndulo sudamericano que se activa cada cuatro o cinco
años, dependiendo de los periodos de gobierno y de los niveles
de desgaste a causa de no cumplir promesas de gobierno o
fracasar al intentar realizarlas.

Hoy día Perú vive su mayor crisis política como república al


estar enfrentados no solo dos concepciones o modelos de
organización económica y social, sino que constituye la
expresión de una profunda ruptura política y social que ha
puesto contra la pared la gestión del Estado por la pobre
respuesta en la resolución de las grandes reivindicaciones de las
mayorías del país y desnudado la incapacidad de los partidos
políticos tradicionales para abordarlas.

Al mismo tiempo la crisis actual evidencia el enorme malestar


de los pueblos del interior del país contra la gestión de las elites
de Lima a las que culpan, con razón, de las inequidades y la

71 | BICENTENARIO 200
postergación de las esperanzas del Perú provinciano y de las
regiones andinas.

En una reciente entrevista periodística realizada al antropólogo


e historiador Luis Guillermo Lumbreras, el profesional
argumenta que la piedra angular de la crisis tiene que ver con
que los criollos peruanos tras la independencia le “retiraron” la
ciudadanía a todos aquellos que no tenían que ver con las
nuevas elites que se formaban en base a intereses particulares.

Al hablar de nación o país nos estamos refiriendo a


abstracciones porque lo concreto en la vida diaria es el ejercicio
de ciudadanos haciendo uso responsable de sus derechos
supuestamente garantizados en la Constitución y las leyes de la
república. Somos 33 millones de ciudadanos pero que de
manera desigual gozamos de la democracia y de las libertades
que emanan de la Constitución.

Así tenemos varias ‘clases’ de ciudadanos, los que gozan del


sistema, afincados en Lima, y los de segunda clase, marginados
y sin acceso a los logros y beneficios de ese sistema. Nos
encontramos con clases pudientes capitalinas, de un lado, y
poblaciones de otro, que cuando acuden a una posta médica no
encuentran ni una aspirina y menores de edad que tienen que
viajar kilómetros a pie para dirigirse a sus escuelas.

Esos dos ‘Perú’ han colisionado con una fuerza que no se ha


visto antes en esta coyuntura política donde se decide el nuevo
gobierno que tendrá el país. Las elites evaden su
responsabilidad acusando a quien representa al ciudadano
ninguneado de pretender hacer trizas el país con fórmulas
descabelladas que han fracasado en otras latitudes y de querer
dirigirse por modelos estatistas y totalmente antidemocráticos.

72 | BICENTENARIO 200
En base a eso el Perú vive hoy una histeria macartista donde el
menosprecio al oponente de provincias pasa por un racismo
reciclado y un desprecio sin parangón por su condición social y
económica. Racismo, clasismo y macartismo es el tufo que se
respira en el ambiente donde quienes lo perpetran abandonan
sin darse cuenta su condición de ciudadano para comportarse
como tribus irredentas orientadas a sepultar al enemigo de
turno.

En esa aventura no solo han comprometido a la mayoría de los


medios de comunicación sino a sectores vinculados con las
fuerzas armadas desplegando a diario niveles de intolerancia y
de no aceptación del juego democrático. Las elites no quieren
aceptar los resultados de las elecciones y convocan a un golpe
militar porque el sistema que ellos mismos han alimentado hoy
les ha dado la espalda al escoger al candidato “no deseado”.

La crisis no va a terminar con la elección de Pedro Castillo como


presidente. Se auguran meses de enorme tensión, que van
desde insistir en un golpe de las fuerzas armadas hasta optar
por la vacancia del nuevo presidente. Se van a saltar las normas
democráticas y se pretenderá manipular las leyes a fin de
debilitar y eventualmente destituir el nuevo poder a
establecerse.

Para esa locura se ha venido acudiendo a dar vida a una


realidad alterna alejada de la verdadera realidad de la situación
en donde se pretende defender a la democracia de un
comunismo que destruirá al Perú. Las elites no quieren
entender que la mitad de la población no votó por un programa
ideológico sino por alguien que los represente cansados de
escuchar los cantos de sirena de las clases que dominan los
destinos del Perú.

73 | BICENTENARIO 200
Todo ese edificio de supuestos ciudadanos eligiendo a sus
representantes bajo el voto directo, universal y secreto se ha
venido abajo y hoy, porque han perdido las elecciones, están
dispuestos a contravenir las normas democráticas que los han
beneficiado por décadas. Esta traumática experiencia nos
enrostra cómo se formó la república hace 200 años. Las elites
criollas la organizaron para sus beneficios e intereses y el
Bicentenario permite interpretar a cabalidad como la
ciudadanía tenía lugar de ser basada en el origen étnico, el
poder económico y el prestigio social.

Entonces, dos interpretaciones de la realidad es la que se


enfrentan hoy. Quienes quieren defender a toda costa esa
república bicentenaria que nos ha reventado en la cara el
pasado 6 de junio y los que buscan un cambio orientado a
garantizar que la democracia funciona cuando es para todos, y
que una verdadera republica es la que trata a todos los que
nacen en su territorio como ciudadanos de primera, sin
exclusiones, donde la tolerancia y el respeto a las leyes debe ser
el ejercicio de todos los que nos llamamos peruanos.

New York, junio, 2021

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200 AÑOS… ¿DE INDEPENDENCIA?
Por José Vargas Sifuentes

“En los 199 años de República, de 1821 a hoy, han ocupado el


codiciado sillón 114 jefes de gobierno (cifra variable, según cada
historiador), unos de origen constitucional, otros de facto,
algunos interinos y uno que otro ‘nominal’. “

El Perú se prepara para conmemorar, según unos; o celebrar,


según otros, sus primeros doscientos años de la proclamación
de su independencia (no su ‘independización’, en sí, pues en la
práctica, la corona española siguió rigiendo nuestros destinos
durante tres años más). De ahí que gran parte de nuestros
historiadores considere ese acto como una “estafa” para la gran
mayoría de peruanos.

Transcurridos dos siglos, y en plenos preparativos para rendir


homenaje a esa fecha histórica estamos lejos de alcanzar la
justicia social, el desarrollo económico, la vida pacífica y la
estabilidad democrática que anhelan los sectores mayoritarios
de la población, que siguen soportando su situación de
marginalidad y discriminación, tal y como se vivió desde antes,
durante y después del proceso emancipador, y que se ha vuelto
a poner de manifiesto en los agitados y preocupantes días que
estamos viviendo, sin que poco o nada haya cambiado.

Nos aprestamos a recordar los doscientos años de nuestra


supuesta independencia en medio de la pandemia desatada por

75 | BICENTENARIO 200
el coronavirus, que de paso levantó la alfombra y puso al
descubierto nuestras carencias, limitaciones y miserias; además
de estar envueltos en un proceso eleccionario, nunca antes visto
por la agresiva y despiadada campaña desatada por los
seguidores de una de las aspirantes al sillón presidencial, antes
de la realización de la segunda vuelta; y a la agresividad y
apelación a todos los recursos más inimaginables para expresar
su inconformidad por los resultados desfavorables obtenidos.

Lo último que viene ocurriendo en nuestro querido (y


resquebrajado) país ha dejado sin palabras a un gran sector de la
población, que observa los cambios de gobernantes desde hace
cientos de años, desde las tribunas, angustiados e impotentes,
cual invitados de piedra y sin más poder hacer que gritar y
maldecir a unos o aplaudir a otros, aunque en mucho los unos y
los otros son cosechas de la misma chacra.

En vísperas de la referida efeméride hay quienes se han mostrado


sorprendidos y han puesto el grito en el cielo por el hecho que, en
pleno siglo XXI y en un quinquenio (julio 2016-julio 2021), cinco
personajes hayan lucido la banda presidencial y sentado en el mal
llamado ‘sillón de Pizarro’ de nuestra vieja Casa de Gobierno.

Para quienes conocemos algo de nuestra historia este hecho no


nos sorprende si recordamos lo ocurrido en los doscientos años
de vida republicana. Una historia que desde sus inicios estuvo
llena de personajes de ambición ilimitada por gozar de las delicias
del poder, y que se turnaban -y turnan- en el mando de nuestro
país, nunca por las buenas ni pidiendo permiso, por supuesto.

Fueron esos personajes, representados entonces por los criollos


limeños enriquecidos, los opuestos a todo cambio, y los primeros
en negarse a contribuir al mantenimiento del Ejército Libertador,
y cuya participación en las filas de las tropas patriotas
combatientes se mantuvo reducida a lo mínimo.
76 | BICENTENARIO 200
Pareciera que nuestra historia se hubiera escrito en un salón de
espejos irregulares que reflejan los mismos hechos y escenarios,
pero cambiando solo los rostros y las vestimentas.

Aunque llena de tergiversaciones, deformaciones de la realidad,


con omisiones y ‘olvidos’ adrede o involuntarios, la historia de
nuestra cuestionada independencia y de nuestra vida
republicana nos revela el deseo de las clases de dominantes de
mantener sus privilegios, sus ansias de poder, y los caudillismos
que se impusieron en todas las épocas, lo cual nos ha conducido
a tener gobernantes que duraron meses, días u horas -como en los
últimos treinta años- sin que nadie se inmutara.

Aprovechemos esta oportunidad para repasar algunos pasajes de


esa historia que no figura en los textos escolares, y que se trata de
mantener bajo la alfombra. Los hacemos con la esperanzadora
ilusión que, retrotrayéndola a nuestra memoria, evitemos que
vuelvan a repetirse y podamos eliminar de nuestra vida
republicana esa sala de espejos que reflejan nuestra repetitiva
vida ‘independiente’.

Los cambios de camiseta

En los primeros años previos a la proclamación de nuestra


independencia ya las clases dominantes reclamaban algunas
reformas a la corona española, pero manteniendo sus privilegios,
como lo expresaban a través de las páginas del ‘Mercurio
Peruano’ los (también mal) llamados ‘precursores’ de nuestra
independencia; y lograron posesionarse en la parte alta de la
escala social durante los primeros años republicanos, y lo
mantuvieron sus sucesores y sus respectivos descendientes.

Entre los que se disputaban el poder en esos primeros años


republicanos estaban en primera línea los militares que
77 | BICENTENARIO 200
participaron en la lucha independentista, aunque inicialmente
habían servido al régimen español y hasta lucharon por ellos en
la famosa Batalla de Ayacucho. Uno de los casos conocido fue el
del futuro mariscal y cinco veces presidente Ramón Castilla -tenía
entonces 29 años- quien antes de la batalla se abrazó a modo de
despedida de su hermano Leandro, que militaba en las filas
patriotas.

Recordemos que Castilla se ciñó la banda presidencial en cinco


ocasiones: dos veces como presidente constitucional, dos como
provisorio y uno como presidente interino, llegando a sumar 12
años como presidente, y convirtiéndose en el que más años
gobernó el Perú republicano, después de Augusto B. Leguía,
que gobernó algo más de 14 años.

Castilla no fue el único. También lucharon a favor del bando


realista quienes después llegarían a la presidencia de nuestro
país hasta en tres ocasiones, casos de los mariscales Agustín
Gamarra, José de La Mar y Andrés de Santa Cruz.

El primero y el tercero participaron en la represión contra los


hermanos Angulo y Mateo Pumacahua, que se rebelaron contra
la corona en Tacna en 1814, y colaboraron con el extermino de
las guerrillas dispersas; en tanto que La Mar tuvo a su cargo la
defensa de la fortaleza del Callao contra el asedio del almirante
Thomas Cochrane.

Como ellos fueron cientos los militares de alto rango que


cambiaron de camiseta a la llegada de la Expedición
Libertadora, lo que no debe sorprendernos, si vemos el
panorama de nuestra política actual. Subirse al coche del
ganador da buenos resultados, aunque no siempre. Estos casos
demuestran que la historia en el Perú se repite -insistimos-
como en un espejo.

78 | BICENTENARIO 200
Los turbulentos años 20

En los primeros años de la república, los uniformados conversos


-alternándose con civiles, o colaborando con ellos- se disputarían
y asumirían el poder, sin ninguna o con escasa participación
popular. No es de extrañar, entonces, que en varias
oportunidades tuviéramos dos presidentes al mismo tiempo, y
que en otras dos oportunidades y en sendos quinquenios,
cambiáramos de presidente como si de una camisa se tratara, y
que la banda presidencial se paseara de hombro en hombro en
cualquier momento.

Un primer periodo fue el comprendido entre los años 1821 y 1826


cuando tuvimos nada menos que 17 gobernantes, empezando
con el general José de San Martín, quien asumió el mando como
Protector del Perú el 3 de agosto de 1821, y fue reemplazado por
José Bernardo de Tagle, quien asumió la presidencia el 19 de
enero de 1822, y así sucesivamente -algunos repitiendo el cargo-
hasta el nombramiento del general Andrés de Santa Cruz el 29 de
junio de 1826.

Posteriormente, la situación se reflejó en el espejo de nuestra


historia entre 1840 y 1844, periodo en el que tuvimos 15
gobernantes, entre ellos uno que duró cuatro días, y varios que
repetirían el plato porque les llegó a gustar la salsa. La sucesión
de presidentes se iniciaría en 1840 con Agustín Gamarra como
presidente interino, y a partir del 10 de julio del mismo año como
presidente constitucional; y concluiría con la asunción de Manuel
Menéndez Gorozabel como presidente interino a partir del 7 de
octubre de 1844.

Gobierno: uno para todos

Lo dicho en los párrafos precedentes podría considerarse algo


‘normal’. En el ínterin entre ambos períodos con presidentes a
79 | BICENTENARIO 200
granel, Basadre nos refiere una situación excepcional, cuando en
un determinado momento ocho personajes, oficiales militares
todos ellos, ejercieron simultáneamente la primera magistratura
de nuestro país, cada cual posesionado de una parte de nuestro
(hasta ahora) resquebrajado país.

Esa confusa situación se presentó entre marzo y agosto de 1836,


durante la Confederación Peruano Boliviana, tras ser erigidas las
repúblicas Norperuana y Sudperuana, el 17 de marzo y el 11 de
agosto de 1836, respectivamente.

La lista de esta especie de directorio presidencial la encabezó el


mariscal Andrés de Santa Cruz, y la conformaron los generales
Agustín Gamarra; los mariscales Luis José de Orbegoso y José de
la Riva Agüero, este último con el grado de Gran Mariscal de los
Ejércitos de la República, que le otorgó el Congreso, aunque “no
había actuado en una sola campaña o en una sola batalla” (sic).

Se sumaron al ‘directorio gubernativo’ los generales Pío Tristán y


Moscoso, arequipeño de nacimiento, y el chileno Ramón Herrera
y Rodado; Domingo Nieto y Juan Francisco Vidal. El espacio nos
impide citar las fechas precisas en que cada uno se
autoproclamaba presidente, y ejercía como tal. Fue una de las
tantas etapas oscuras que el Perú logró superar, repitiendo los
hechos de nuestra histórica ‘sala de espejos’.

Nuestros pasados gobernantes…

Ahora hablemos sobre los gobiernos y los golpes de Estado


durante nuestra vida republicana. Las dos últimas veces que se
habló del tema fue hace tres años durante la crisis política que
motivó la renuncia del expresidente Pedro Pablo Kuczynski,
quien se vio obligado a renunciar antes de que el Congreso
declarara vacante el sillón presidencial; y luego, en noviembre de
2020 cuando su sucesor, Martín Vizcarra, fue depuesto por el
80 | BICENTENARIO 200
improvisado presidente del Congreso de la República Manuel
Merino de Lama, quien tuvo que renunciar por la presión
popular.

Con el actual Francisco Sagasti suman 174 los gobernantes que


han desfilado por los interiores de la Casa (o Palacio) de
Gobierno, desde la Conquista hasta la República, pasando por el
Virreinato.

Entre 1535 y 1821, es decir, en 286 años, se sucedieron 60


gobernantes, constituidos por los dos primeros gobernadores
(Francisco Pizarro y Baca de Castro), 41 virreyes (de Blasco Núñez
de Vela a Pío Tristán y Moscoso -no José de La Serna, aclaramos-
; licenciados, arzobispos, la Audiencia y los rebeldes Diego de
Almagro ‘El Mozo’, y Gonzalo Pizarro.

En los 199 años de República, de 1822 a hoy, han ocupado el


codiciado sillón 114 jefes de gobierno (cifra variable, según cada
historiador), unos de origen constitucional, otros de facto,
algunos interinos y uno que otro ‘nominal’.

Lo referido nos motiva a insistir en la necesidad de revisar la


historia de nuestro país, pues está llena de errores,
tergiversaciones y omisiones, incluso en fuentes consideradas
oficiales. Un ejemplo de nuestro aserto lo constituye el archivo
digital del Congreso de la República. En su ‘Relación de
Presidentes y Gobernantes en 1821-1850’ no figura nada menos
que José Luis de la Riva Agüero, el primer presidente
constitucional del Perú. Y en otros pasajes omite a muchos
presidentes provisorios o interinos, aparte de contener errores de
fecha. Si algún historiador confiase en una fuente como esta
podría cometer el error de omitir muchos pasajes. Esto nos
motiva otra pregunta: ¿cuán confiables podrán ser los demás
archivos de nuestra historia en otras instituciones oficiales de
nuestro país?
81 | BICENTENARIO 200
Hay golpes en la vida…

Volviendo al tema de los golpes de Estado, recordemos que, de


todos los gobernantes constitucionales, desde la primera elección
de La Mar en 1827 hasta Ollanta Humala en 2011, han cumplido
sus períodos completos solo 18 mandatarios (menos del 20 %):
Gamarra y Castilla, ambos en sus dos gobiernos; Manuel Pardo;
Andrés Avelino Cáceres, en su primer gobierno; Nicolás de
Piérola, en su segundo gobierno; López de la Romaña; Manuel
Candamo y su vicepresidente Serapio Calderón; y José Pardo, en
su primer período.

Augusto B. Leguía gobernó sin problemas en su primer período


(1908-12); y en su segundo gobierno (1919-30) cumplió dos
períodos (1919-24 y 1924-29), pero fue depuesto antes de cumplir
el tercero (1929-34), el de su ‘re-reelección’.

Tuvieron igual suerte, Óscar R. Benavides, en sus dos períodos;


Manuel Prado en su primer gobierno; Manuel A. Odría;
Fernando Belaunde, en su segundo gobierno; Alan García, en sus
dos períodos; Alberto Fujimori, en sus dos primeros períodos
(1990-95 y 1995-2000), hasta que -al igual que Leguía- renunció
tras su ‘re-reelección’; Alejandro Toledo y Ollanta Humala.

Conclusión: mayor fue el número de gobernantes depuestos o


asaltadores interinos del poder que los elegidos por la voluntad
popular que cumplieron sus mandatos como manda la ley.

La primera sublevación, y consiguiente primer ‘golpe de Estado’


cometido en nuestro país, fue protagonizado por los ‘Caballeros
de la Capa’, enviados por ‘los de Chile’ (almagristas) contra el
conquistador Pizarro, quien murió en su intento de evitarlo el 26
de junio de 1541.

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El último ‘golpe’ fue cometido por Merino, quien debió renunciar
al cargo que ocupó por cinco días, como ya hemos referido.

Los ecos de Ayacucho…

A pesar de que el 28 de julio de 1821 pasó a formar parte del


calendario cívico peruano como el día oficial para homenajear
la independencia del país, lo cierto es que su proclamación
aquel día no cambió nada en la nación, pues nuestra
independencia política efectiva y real recién se logró después
de la Batalla de Ayacucho, tres años después. Hasta 1824 los
españoles mantuvieron el control de la economía y la política.

Con la independencia, Lima se convirtió en la capital de la


República del Perú, pero el estancamiento económico y el
desorden político que se vivía paralizó su desarrollo urbano.
Este se iniciaría treinta años después.

En cuanto a la Batalla de Ayacucho, y de acuerdo con casi todos


los historiadores, lo único seguro es que el Perú ganó poco y
perdió más. Bolívar y Sucre transformaron en suya una gran
victoria obtenida por las armas colombianas, y oscurecieron
hasta el nivel de borrar la participación de los peruanos que
desertaron de las fuerzas españolas, y de las guerrillas en
Ayacucho. Y se hicieron reconocer.

Nuestro ‘generoso’ Congreso aprobó un reconocimiento


pecuniario, destinando para ello la tercera parte del
presupuesto nacional: 1 millón de pesos para Bolívar; otro
millón para los soldados que participaron en la batalla, y un
tercer millón para Sucre por la ‘independencia’ del Alto Perú
(Bolivia). Los peruanos de nuestra serranía que lucharon por la
independencia de sus territorios antes de la llegada de San
Martín -caso emblemático el de Cangallo siete años antes-
fueron olvidados y ‘desalojados’ de la historia oficial.
83 | BICENTENARIO 200
Más aún: tras el reparto de premios a los vencedores de
Ayacucho -medallas, dinero, tierras, inmuebles, haciendas,
títulos y algo más-, en 1825 la Municipalidad Lima le entregó al
libertador Simón Bolívar una bella y costosa espada llamada ‘La
espada del Perú’, que mide una vara y siete pulgadas de largo.
La vaina es de oro macizo de 18 kilates con increíbles dibujos
artísticos diseminados en ella, 1,367 brillantes, 8 rubíes, 7
esmeraldas con cinco marcos, cinco onzas y ocho adarmes de
oro y una hoja de acero ‘al estilo de Damasco’.

En la parte inferior del mismo espacio, llamado cazoleta,


resaltan las figuras de dos indios de oro en relieve, coronados
cada uno por penachos de brillantes que adornan sus cabezas,
y sosteniendo ambos el asta que lleva el gorro de la libertad. Se
observa además una serpiente de nueve pulgadas, cuyos ojos
son de rubí. La hoja de acero tiene la inscripción: “Simón
Bolívar: unión y libertad, año de 1825.” En el anverso dice:
“Libertador de Colombia y del Perú. Chungapoma me fecit en
Lima” (“Chungapoma la fabricó en Lima”); se encuentra en una
de las bóvedas del Banco Central de Venezuela y es considerada
como la más bella que se conserva de Bolívar.

Valiosa donación de un país empobrecido.

La vida siguió igual

Tras la Batalla de Ayacucho se quebró definitivamente el


dominio español sobre el Perú. Pero la vida en todo el país no
experimentó ningún cambio positivo a favor de los peruanos,
como lo explica sintéticamente José Ignacio López Soria: “En
gran medida intactas quedaban las instituciones, las bases económicas
y la organización social. La restauración de la normalidad comenzó a
hacerse sobre estas bases. La base republicana se asienta, pues, sobre
las mismas estructuras, jerarquías, privilegios y valores de la sociedad
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colonial. La República se construye de acuerdo con el esquema
tradicional: aristocracia de la tierra feudalizante y autonomista;
burguesía comercial reducida pero nutrida de privilegios; sector
intelectual escasamente conocedor de nuestra realidad; militares
ávidos de poder y con las miras puestas en las tierras abandonadas por
los españoles, y una enorme masa de indios, mestizos y mulatos sin
estatus ciudadano. Se llegaba así a la República con fuerzas poco
capaces de proponer un proyecto político coherente; demasiado débiles
para resistir las imposiciones del nuevo centro de poder o demasiado
interesadas en convertirse en socios de la nueva imposición.”

Esta situación cambiaría algo en la década de 1840, cuando los


ingresos derivados de la exportación del guano permitirían una
rápida expansión de la ciudad.

Los ‘peruanos’ no peruanos

A partir de entonces, la sierra empezó a ser imaginada y


estigmatizada como una geografía empobrecida, un ‘obstáculo
para el progreso’, poblada únicamente por ‘indios’. Un adjetivo
geográfico neutro, ‘serrano’, devino en un sustantivo y en un
estigma: ‘indio’.

El gentilicio ‘peruano’ o ‘peruana’ usado para designar a los


ciudadanos del Perú no era común en la época colonial y
republicana. Los criollos y españoles residentes en el país
utilizaban esa palabra para referirse solamente a los ciudadanos
autóctonos, a los que se identificaba como ‘indios’ o ‘indios
peruanos’.

La doctora en historia Cecilia Méndez anota que el uso de


‘serrano’ como insulto y como sinónimo de ‘indio’ no es de
origen colonial. Durante la colonia, la sierra andina era más bien
asociada a la riqueza, y los ‘indios serranos’ eran considerados
‘civilizados’, es decir ‘tributarios’, industriosos y cristianos.
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Tras la ‘independencia’, la estratificación social no sufrió
modificaciones, y aunque el papel proclamaba la igualdad
liberal, en la práctica esta solo se aplicaba a las clases
dominantes, herederas de las élites criollas y de advenedizos
grupos de poder, con los militares a la cabeza, que gobernaban
como reyes.

A su vez, los indios siguieron pagando tributo y los negros


seguían esclavos, además de estar al margen de las decisiones
políticas y de los planes de gobierno, mientras se configuraba
un Estado destinado a favorecer a la aristocracia limeña
principalmente, y a la provinciana en segundo término.

La independencia olvidada

Hemos recordado la permanente marginación del hombre de la


sierra y de los nativos de la Amazonía. Se les considera como
habitantes, moradores o pobladores y solo se les toma en cuenta
en las referencias estadísticas, no como ciudadanos y sin los
mismos derechos que todos los demás peruanos.

Más aún, los textos escolares de historia omiten que la primera


y efectiva independencia, que incluyó la erradicación de los
españoles, fue jurada por hombres de la sierra peruana seis años
antes de la llegada del Ejército Libertador de San Martín, y siete
años antes que este proclamara nuestra independencia, sin
disparar un solo tiro.

En efecto, el primer grito de Independencia que se escuchó en


el Perú fue en Cangallo, Ayacucho, el 7 de octubre de 1814. Ese
día, sus habitantes y sus valientes morochucos, capitaneados
por Basilio Auqui, juraron la independencia solemnemente, y
suscribieron el acta con la sangre de sus venas, que tuvieron la

86 | BICENTENARIO 200
valentía de extraérsela para rubricar el documento y jurar su
libertad.

José Tamayo Herrera (‘Historia General del Ejército Peruano’)


dice que se trató de la gran revolución peruana y de una
auténtica jura de la independencia, que no se limitó a palabras,
sino que fue una guerra en la que indios peruanos dieron sus
vidas en arduas luchas y batallas que se extendieron por todo el
sur peruano, parte de Charcas y La Paz (Bolivia). Sin embargo,
la historia centralizada en Lima no la reconoce como tal.

A esa gesta se sumarían luego otras ciudades como Ica,


Huamanga, Pasco, Huancayo, Tarma, Huánuco, Lambayeque,
Chiclayo, Piura, Cajamarca y Hualgayoc, Chota, San Pedro de
Lloc y Motupe, entre octubre de 1820 y enero de 1821, cuando
la primera expedición a la sierra emprendida por el general
Juan Antonio Álvarez de Arenales.

Lo que demuestra que hubo varias proclamaciones de la


independencia, y explica el por qué muchos pueblos reclamen
una revisión de la historia, en particular de las jornadas
independentistas, ad-portas del Bicentenario, y se les reconozca
su participación en las luchas por desprendernos del dominio
español.

La aristocracia gobernante…

Entre 1840 y 1895 el comportamiento de la clase que condujo al


país, autodenominada ‘aristocracia moderna’, surgida y
enriquecida en los primeros años de la República, tuvo en sus
manos hacer del nuestro un país tan o más avanzado que el
Japón de hoy, como lo ha demostrado Fernando de Trazegnies.

Décadas antes, durante los veinte primeros años posteriores a


la independencia, reiteramos, el Perú vivió un agitado período
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de revoluciones internas, motines, estallidos populares,
prisiones, destierros, montoneras, en fin, “una situación al
margen de la normalidad y con escasos, cortos y relativos períodos de
legalidad” (Basadre dixit).

Para entonces, la crisis de la minería, registrada en los últimos


años del virreinato, desplazó las fuentes de producción hacia la
agricultura y le hizo perder al Perú sus canales de integración
con la economía internacional. La costa cobró importancia y la
sierra fue dejada al azar, como hasta hoy.

A partir de 1840, descubiertos los valores fertilizantes del


guano, este se convirtió en el producto más deseado por
Europa, donde los propietarios de tierras requerían
incrementar la productividad de sus campos para hacer frente
a la demanda creada por la industrialización que avanzaba a
pasos agigantados. La exportación del guano de las islas se
convirtió en el maná que alimentó nuestra pobre economía
nacional.

Dos décadas más tarde, la Guerra de Secesión (1860-1865) en


Estados Unidos abrió grandes oportunidades para el azúcar y
el algodón peruanos, y permitió mayor acumulación de riqueza
entre los grandes hacendados costeños.

Estos hechos, que dieron origen al ingreso de mayor riqueza al


Perú, constituyen la partida de nacimiento de la nueva clase
social dirigente, que sustituyó a la aristocracia virreinal.

La nueva aristocracia, miope, egoísta y falta de visión, optó por


llenarse de efímeros y terrenales lujos y comodidades. Se dedicó
a potenciar sus propiedades, llenándolas con toda suerte de
objetos, muebles y adornos importados de Europa; las mujeres
reemplazaron la saya y el manto por la moda de París: vestidos,
costosas alhajas y perfumes europeos invadieron Lima.
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Por si fuera poco, nuestra clase dirigente se dedicó a hacer
negocios bajo la sombra y protección del Estado, y disfrutar de
su riqueza, sin reinvertir sus utilidades.

El éxito del guano, del algodón y del azúcar concentró las


actividades económicas en la costa, y dejó en el abandono a la
sierra, que se mantuvo anquilosada y tradicional. Esa situación
agravó la división social tradicional, y agrandó la brecha entre
una élite relativamente modernizada y occidentalizada, y una
población autóctona y atrasada. La división se hizo necesaria
para mantener el sistema económico basado casi
exclusivamente en la exportación de materias primas,
utilizando mano de obra barata, primero esclava; luego la de
inmigrantes chinos y, finalmente, de una masa andina
“contratada en condiciones serviles”.

… y derrochadora

Para darnos una idea de la forma cómo se derrochaba el dinero


en períodos de crisis y en medio de la pobreza extrema de la
mayoría de los peruanos, recordemos dos pasajes históricos,
recordados por Fernando de Trazegnies y por Jorge Basadre.

Una primera demostración de opulencia se haría efectiva en el


famoso ‘baile de La Victoria’ que el entonces presidente José
Rufino Echenique ofreció para celebrar a lo grande su elección
como gobernante. Se dice que nunca en la vida republicana del
Perú ha habido fiesta más esplendorosa que esa.

El baile se realizó el sábado 15 de octubre de 1853 en una quinta


perteneciente a la ‘primera dama’, Leandra Josefa Victoria
Tristán y Flores del Campo, prima hermana de Flora Tristán y
conocida como Victoria de Echenique, en cuyo honor se
fundaría el actual distrito de La Victoria, en febrero de 1920.
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Asistieron mil caballeros (ministros de Estado, cuerpo
diplomático, vocales de la Corte Suprema y otras selectas
autoridades y personalidades de la sociedad limeña) y 239
señoras y señoritas. El tradicionista Ricardo Palma, que
participó en la fiesta, ha dado testimonio de su fastuosidad.

En el lugar había gabinetes especiales de descanso para las


señoras, aromados con riquísimos perfumes, salones exclusivos
para juegos de cartas y una galería de pinturas donde se
exhibían cuadros de famosos artistas europeos (Murillo,
Españoleto, Velásquez) y peruanos (Laso, Merino, Montero).
Las actrices más celebradas, que entonces residían en la capital
-Elisa Biscaccianti y Clotilde Barillí-, entonaron arias escogidas
para la ocasión.

El baile fue animado por cuatro orquestas y cuatro bandas


militares, se prolongó hasta la madrugada del domingo y se
calcula que su organización costó entre 70 y 80 mil pesos. Y
sirvió de pretexto para que las familias hicieran ostentación de
su opulencia, y algunas de la antigua aristocracia trataran de
eclipsar con su lujo a los recién llegados a la fortuna. La señora
Ortiz de Zevallos (hija de los marqueses de Torre Tagle) llevó la
cabeza envuelta en una redecilla que en cada nudo tenía un
solitario. Era un casco de diamantes valorizado en más de 80
mil pesos.

La esposa de un coronel llevaba en el pecho un águila dorada


con las alas abiertas, cuyas extremidades le tocaban los
hombros: una verdadera coraza de diamantes. Además, desde
la cintura hasta la orla del traje tenía líneas verticales de listones
de terciopelo oscuro, en cada uno de los cuales había un broche
de diamantes. Su costo no debió bajar de 200 mil pesos.

90 | BICENTENARIO 200
De vuelta al baile

Dos décadas después, en 1870, el Club de la Unión acordó


celebrar el aniversario patrio con una fiesta de disfraces
programado para el 28 de julio, a la cual fue invitada la nobleza
limeña. Sin embargo, la fiesta debió ser postergada para el 9 de
septiembre. ¿La razón? Las señoras de la aristocracia se negaron
a asistir… porque el barco procedente de Europa sufrió un
retraso y no llegó a tiempo con los vestidos mandados a
confeccionar a los más afamados modistos del viejo continente,
encargados especialmente para la ocasión. Habían encargado
también joyas, adornos y perfumes de París, que tampoco
llegaron a tiempo. El baile, que atrajo la atención de los limeños,
se convirtió en una competencia sobre quién llevaba más dinero
en productos importados sobre su persona.

Fiestas, reuniones y recepciones se seguirían celebrando


durante el siglo pasado en el mismo local ubicado frente a la
Plaza Mayor, y también en los amplios salones del Club
Nacional frente a la Plaza San Martín.

Elecciones endemoniadas

Volvamos a la actualidad.
En medio de la pandemia y la inseguridad ciudadana, nuestro
país celebró el último 11 de abril elecciones generales para elegir
un nuevo presidente y una nueva representación
parlamentaria. Para sorpresa del Perú y del mundo, el primer
lugar de las preferencias fue ocupado por Pedro Castillo, un
modesto profesor, nacido y criado en un alejado lugar de
nuestra serranía norteña, al que nadie vio ni su sombra en las
incontables encuestas realizadas en los días previos. Surgió de
entre las sombras y logró imponerse a las millonarias campañas
de los candidatos conservadores más recalcitrantes.

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El segundo lugar fue ocupado por Keiko Fujimori, candidata de
los grupos más poderosos, que aglutina a los más connotados
empresarios mineros, agroexportadores y banqueros, entre
otros; es decir, a la flor y nata de nuestra plutocracia oligárquica.
Todos sumaron esfuerzos para para apoyar a la ‘señora K’,
dueña de un pasado non sancto y sobre quien pesa una
acusación fiscal por ser supuestamente jefa de una organización
criminal dedicada a la corrupción y al lavado de activos, e hija
del jefe del gobierno más corrupto de nuestra historia
republicana hoy cumpliendo prisión por delitos de lesa
humanidad, entre otros. Quizá el Perú sea el único país del
mundo donde una persona acusada por la justicia puede
legalmente aspirar a la presidencia de la república.

La competencia desatada entre ambos candidatos dio lugar a


una de las campañas más despiadadas, llena de golpes bajos,
noticias falsas o tergiversadas -lindantes con lo escatológico-,
que se haya emprendido en nuestro país contra un candidato
de modesta condición, carente de los recursos multimillonarios
que derrocharon los representantes de la más rancia oligarquía
para deslegitimar al adversario.

Esa campaña reveló al mundo toda la bajeza de que es capaz de


mostrar y demostrar -siempre actuando bajo la sombra- los más
poderosos grupos económicos que siempre nos han mal
gobernado, algunas veces en vivo y en directo, pero la mayoría
de veces manejando las riendas del poder entre bambalinas;
aparte de revelar su oscurantismo mental, el profundo racismo
que los embarga y el absoluto desprecio que sienten hacia los
pueblos amazónicos, los pobladores de la sierra y las
comunidades afrodescendientes.

La campaña les quitó la careta y los hizo apelar a los más


inimaginables recursos para montar un aparato mediático de
demolición contra un candidato cuyo único delito es el haber
92 | BICENTENARIO 200
surgido del Perú profundo, y ser un profesor de escuela rural,
heredero de nuestros pueblos originarios, preexistentes, no
llegados en barco ni ‘importados’ por la fuerza y a los que nunca
se les dio la oportunidad de gobernar su propio país, herencia
de nuestros antepasados prehispánicos.

Terminando de redactar estas notas, la Oficina Nacional de


Procesos Electorales (ONPE) había dado por concluido el
procesamiento y contabilidad de las actas electorales, que
confirmaron el triunfo de Pedro Castillo, pero cuya
proclamación no era posible hasta el momento por la obstinada
insistencia de la perdedora de desconocer el resultando,
denunciando toda suerte de irregularidades, sin sustento ni
pruebas. Toda una burda copia de las maniobras del
expresidente norteamericano Donald Trump, quien alegaba a
los cuatro vientos que le “habían robado” las elecciones y
presentó cientos de recursos a las cortes de todos los estados de
La Unión, con la finalidad de mantenerse en el poder y
desconocer la legitimidad de su sucesor, que lo venció en las
urnas. En nuestro caso se trata de un trumpismo a la criolla.

Toda esa campaña descrita, estuvo -está- acompañada del coro


de ladridos de los medios concentrados, que parecen
empeñados en acompañar a los plutócratas y oligarcas en su
suicida tarea de morderle la cola al león, despertarlo y hacer que
desate su furia. Triste y lamentable papel el que vienen
cumpliendo sin interesarles el futuro de la democracia y de la
vida misma en nuestro país.

La segunda oportunidad

Si nada se contrapone -esperamos que así sea- y Pedro Castillo


asume la presidencia del Perú sería la segunda vez que un
peruano nacido en pobre cuna maneje las riendas del poder en
nuestro país.
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La historia mantiene oculto -otro pasaje más- al primer y único
peruano que gobernó nuestro país en la segunda mitad del siglo
XVII, el criollo limeño Álvaro de Ibarra, “el primer peruano que
rigió los destinos nacionales”, a decir del historiador Guillermo
Lohmann.

El 6 de diciembre de 1672 fue el día en que don Álvaro se


convirtió en el primer peruano que asumió todos los poderes de
un virrey, en su condición de presidente de la Real Audiencia,
gobernador y Capitán General del Virreinato del Perú. Asumió
el cargo a la muerte del virrey Pedro Fernández de Castro,
conde de Lemos, y lo mantuvo hasta la llegada de su sucesor,
Baltazar de la Cueva, conde de Castellar, a quien entregó el
mando el 15 de agosto de 1674. Es decir, gobernó el Perú un año,
diez meses y nueve días, y cuyas cualidades como hombre
sabio, juicioso, discreto, probo, conocedor de los secretos del
Estado y honrado en el manejo de la cosa pública, destacan
Rubén Vargas Ugarte, Manuel Mandiburu y Alberto Tauro del
Pino, en sus sendas obras.

En el caso de Pedro Castillo, sería la primera vez que un


peruano descendiente directo de nuestros antepasados incas,
elegido mediante elecciones democráticas, recupere el sillón
que Francisco Pizarro le arrebató al curaca Taulichusco, para
luego ser ocupado por gobernantes de las altas esferas,
descendientes de los venidos en barco.

La historia lo dice: en sus 486 años de existencia el Palacio de


Pizarro jamás ha sido ocupado por ningún descendiente directo
de los pueblos originarios del Perú, es decir, de nuestra
sociedad preexistente a la llegada de los españoles, menos aún
por un afrodescendiente de los esclavos traídos a la fuerza
desde África, el continente donde se originó la humanidad.

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En la relación de presidentes o vicepresidentes de los doscientos
años de vida republicana no aparece ninguno con apellido de
origen quechua o aimara. No figura ni un Guamán o Huamán,
Chipana, Condori, Huaylas, Yupanqui, Mamani, Ayaypoma,
Túpac, Quispe… y para qué seguir.

El sillón de Pizarro ha sido siempre ocupado por los aristócratas


de sangre noble o sus descendientes (hijos, nietos y demás), y
presidentes o vicepresidentes con apellidos nada peruanos:
Tagle, Pezet, Billinghurst, Ritcher, Schwald, Amoretti, Lindley
Stoppanie, Cerrutti, Fujimori Inomoto, Yoshiyama Tanaka,
Waisman, Kuczynski Godard, entre muchos otros, hasta el,
dicho con absoluto respeto, casi impronunciable Hochhausler,
apellido materno de nuestro actual mandatario provisorio.

Aclaramos: no se trata lo dicho de una frase xenófoba, sino de


destacar una realidad. No tenemos nada contra los
descendientes de inmigrantes europeos, todo lo contrario, pues
ellos han contribuido y fortalecido el desarrollo de nuestro país,
han contribuido al enriquecimiento de nuestra historia, de
nuestra cultura y nuestras tradiciones; y su sangre forma parte
de la sangre que corre por nuestras venas.

Pero permítasenos preguntar, aunque sea solo por curiosidad,


si en algunos de sus países de origen, a modo de reciprocidad,
figura en su historia algún gobernante con un apellido de origen
peruano.

Renacer andino

Lo cierto es que la llegada de un peruano heredero de los


deslegitimados por la historia, y grandes ausentes de la política
capitalina, podría convertir en realidad las promesas
pronunciadas por Túpac Amaru y Túpac Katari en el último
momento de sus infames ejecuciones:
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“Tikrashami hunu makanakuypi kasha” (“Volveré y seré
millones”), dijo el primero en quechua, el 18 de mayo de 1781;
y el 15 de noviembre del mismo año, el segundo exclamaría en
aimara: “Naya saparukiw jiwyapxitaxa nayxarusti, waranqa,
waranqanakaw tukutaw kut'anipxani” ("A mí solo me matarán,
pero mañana volveré y seré millones...”) Según el resultado de
las actas electorales aquellos héroes se habrían convertido en 8
millones 835,970 de ‘retornados’.

Ha llegado, pues, la hora de dejar de ver al opresor como un ser


superior y al oprimido como inferior o ignorante. Hora de
demostrar que el dominado es capaz de manejar su propio
destino y recuperar esa independencia que le fue negada en
1821, con los brazos abiertos y sin ánimo de venganza.
Y demostrar, de paso, que es posible lograr la unidad de todas
las sangres, como lo propuso José María Arguedas y lo reiteró
el propio Castillo en su primer llamado a un amplio acuerdo
nacional para llegar a un gobierno de consenso.

Esperanzadoramente, Pedro Castillo podría hacer realidad la


necesaria unidad que se requiere en estos momentos de
polarización y de posiciones encontradas y aparentemente
irreconciliables, en las que nos ha sumido la infame campaña de
los medios monopolizados; y, simbólicamente, reconstruir el
Tahuantinsuyo como lo anhelaba Túpac Amaru I, quien murió
en el intento en 1572.

Será una nueva oportunidad de construir un Perú para todos


los peruanos como lo intentara inicialmente Ramón Castilla,
como quiso hacerlo el mariscal Cáceres, y como casi lo lograra
el general Juan Velasco. Un país donde no siga siendo privilegio
de las minorías el derecho a la alimentación, a la salud, a la
educación, a la vivienda y al trabajo para todos los que vivimos
sobre su suelo. Sin oprimidos ni explotados; y sin exclusiones,

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marginaciones ni discriminaciones. Castillo tiene, pues,
muchísimo por hacer.

Dicho todo esto, y frente al oscuro panorama que tenemos hoy


a la vista en vísperas de la llegada del Bicentenario de la
Proclamación de nuestra Independencia, nos preguntamos si
debemos recibir sinceras felicitaciones por tan magno
acontecimiento o sentidas condolencias por ello.

Lima, junio 2021.

Fuentes documentales

• Historia de la República del Perú. Jorge Basadre. Editorial Universitaria


• Nueva Historia General del Perú. Varios. Mosca Azul, Editores, 1969
• Historia General del Perú. Rubén Vargas Ugarte, S. J. Carlos Milla Batres,
Editor
• El proceso de modernización en el Perú del siglo XIX’. Fernando de
Trazegnies Historia de la cultura peruana II. Fondo Editorial del Congreso
• Enciclopedia Ilustrada del Perú. Alberto Tauro del Pino. Editorial PEISA
• Visión histórica del Perú. Pablo Macera. Editorial Milla Batres
• El Virreinato del Perú. José M. Valega. Editorial Cultura Ecléctica
• Tiempos recios en el Perú. Alberto Vergara. The New Times
• La independencia del Perú: las palabras y los hechos. Heraclio Bonilla/
Karen Spalding.
• El proceso de modernización en el Perú del siglo XIX. Fernando de
Trazegnies
• El Mercurio Peruano (1791-1795): historia y sociedad. Francisco Quiroz
Cueca/ Lleisen Homero Quiroz Canas. UNMSM
• Mi opinión sobre los finalistas para presidente del Perú. Carlos Villajuana.
Facebook
• Apuntes a lápiz N.0 14. Varios. Grupo de Desarrollo y Comunicación SAC
• Antropología arcaica y violencia racializada. Cecilia Méndez
• Los tres fraudes. Alejandro Lira Landa
• El triunfo de los que siempre perdieron. Sinesio López

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BICENTENARIO DEL PERÚ A LA VUELTA DE
LA ESQUINA
Por Juan Reyes, Periodista

El camino a la conmemoración de nuestro Bicentenario está


lleno de ciudadanos de a pie que, inspirados en Túpac Amaru,
Micaela Bastidas, Mariano Melgar o José Olaya, desean un
Perú cada vez más libre y unido.

A doscientos años de la Independencia del Perú, tenemos que


replantearnos, posibilidad de volver a pensar, recordar los
primeros cien años y con esa premisa celebrar nuestro próximo
bicentenario.

La Independencia del Perú fue un proceso histórico - social,


materializado en una serie de revoluciones, guerras que
propiciaron el surgimiento del Estado.

En 1921, cuando gobernaba Augusto B. Leguía, el Perú cumplió


un siglo de vida independiente. ¿Por qué la fecha? Entre 1909 y
1910, varios países latinoamericanos celebraron su Centenario,
pues conmemoraron el “primer grito de independencia”, ya sea
de su Virreinato (México, Colombia y Argentina), de su
Audiencia (Bolivia y Ecuador) o de su Capitanía General
(Chile). En realidad, no fue el centenario de su independencia
efectiva sino el inicio (remoto) de su lucha por ella, pues todos
tuvieron que esperar varios años, que van desde 1816 hasta
1830, cuando empezaron a funcionar como verdaderos Estados
independientes.

En el caso peruano, si tuviéramos que aplicar la misma lógica,


habríamos tenido que celebrar nuestro centenario en 1911,
99 | BICENTENARIO 200
cuando se cumplieron 100 años del grito emancipador de
Francisco de Zela en la ciudad de Tacna, fuertemente reprimido
por el virrey Fernando de Abascal, quien presidía entonces el
Virreinato peruano.

La tradición de celebrar acontecimientos similares en


momentos distintos induce al error, pues muchas veces se
piensa que el Perú se independizó mucho después que el resto
de los países latinoamericanos. Hoy, gracias al avance de la
historiografía, sabemos que la Independencia de
Hispanoamérica fue un mismo proceso, y la del Perú fue parte
de éste, por lo que muchas fechas claves coinciden.

Las diferencias entre los países tienen que ver con la forma en
que, arbitrariamente, durante la construcción de su Estado-
Nación en el siglo XIX, sus élites fijaron la fecha (el momento)
fundacional de sus respectivas patrias, iniciándose así una
tradición celebratoria o tradición conmemorativa.

A la confusión de fechas, a este error ‘cronológico’, se suma otra


controversia y esto tiene que ver con la idea de cómo los demás
países se independizaron primero, ellos superaron con mayor
facilidad la pesada “herencia colonial” y construyeron Estados
más eficientes, más coherentes, con mayores niveles de
integración que el Perú, incluso, gracias al temprano
surgimiento de una élite dirigente mejor comprometida con los
intereses de sus respectivas “naciones”. Hoy, asimismo, debido
al desarrollo de la historiografía latinoamericana, tal argumento
no resiste ningún análisis serio.

A diferencia de otros países de la región, en el Perú no hubo


ningún problema para elegir el nombre que debía llevar el país
luego de la Independencia; tampoco hubo mayor dificultad
para asumir que el acontecimiento “fundacional” de la Nación
fue cuando San Martín convocó a los peruanos a luchar por la
100 | BICENTENARIO 200
emancipación el 28 de julio de 1821. No se tomaron en cuenta
algunos acontecimientos anteriores que hubieran sido leídos
como ‘gritos precursores’: Francisco de Zela (Tacna, 1811),
Enrique Paillardelle (Tacna, 1813) y Mateo Pumacahua y los
hermanos Angulo (Cusco, 1814), todos ellos inscritos en la
coyuntura de la crisis monárquica en España y el avance del
liberalismo hispano, pero también duramente reprimidos por el
virrey Abascal con el apoyo de la élite limeña.

Ya desde 1822, un año después de la proclamación del


Libertador don José de San Martin, la población limeña celebró
el 28 de julio. Luego, en 1827, quedó esta fecha instituida
oficialmente, como el “aniversario patrio” en todo el territorio
de la república. Los que sobrevivieron a la guerra asumieron
que la “verdadera” independencia se dio desde la llegada del
ejército sanmartiniano hasta la victoria de Ayacucho,
conseguida por las tropas bolivarianas al mando del mariscal
Antonio José de Sucre. En todo caso, fue una apreciación más
pragmática del proceso, no la “romántica” de escoger un grito
aislado y remoto, incluso “fidelista” o ambiguamente
“separatista”, y que fue apagado con relativa facilidad, como
ocurrió en algunos países de la región.

Por ello en el Perú, sin mediar polémicas, el Cincuentenario se


cumplió en 1871 (Balta), el Centenario en 1921 (Leguía) y el
Sesquicentenario en 1971 (Velasco). Gobiernos civiles y
militares, autoritarios o relativamente democráticos, o de
distinta tendencia ideológica, han mantenido, en un
excepcional consenso, esta tradición conmemorativa.

Dentro de poco conmemoraremos los 200 años no solo de la


independencia sino también de nuestra trayectoria republicana.

101 | BICENTENARIO 200


CELEBRACION DEL BICENTENARIO

Se creo el Proyecto Especial Bicentenario de la Presidencia de


Consejo de ministros, ellos tuvieron la posibilidad de elegir
entre dos caminos. El primero, y más evidente para todos, era
el de pensar el Bicentenario como una gran fiesta que se
celebraría el 28 de julio de 2021 por los 200 años nos de nuestro
país.

El segunda era entender este hito histórico como la gran


oportunidad para imaginar juntos el país que queremos ser y
emprender el camino para hacerlo realidad, a fin de llegar a los
2021 seguros de que hay mucho que celebrar y mucho también
que reforzar y construir.

A pesar de las dificultades que esto supone, es esta última ruta


la que tenemos que transitar. Es que no podemos ignorar las
señales que nos muestran a un país fragmentado, corroído por
la corrupción y la devastación del medio ambiente, en el que las
personas se resisten a respetar a aquellos que piensan diferente
y en donde uno de cada tres ciudadanos no confía en el
otro. Sabemos, por nuestra historia, que un país no se libera si
no confronta aquello que lo tiene sometido.

Esta senda al Bicentenario debemos construirla cada día, por


ejemplo, a través de los diálogos que entablamos con los jóvenes
quienes, con frustración, pero también con esperanza expresan
cómo quieren ese país en el que anhelan vivir. El camino a la
conmemoración de nuestro Bicentenario está lleno de
ciudadanos de a pie que, inspirados en Túpac Amaru, Micaela
Bastidas, Mariano Melgar o José Olaya, desean un Perú cada
vez más libre y unido.

El Bicentenario deberá tener obras emblemáticas y grandes


ceremonias de conmemoración, pero, sobre todo, tendrá
102 | BICENTENARIO 200
espíritu común y compromiso de trabajar por la unidad del
pueblo peruano.

Esta es la gran oportunidad que esta ocasión histórica nos pone


en frente, la de entablar la nueva conversación sobre el Perú que
queremos, ser en nuestro siglo de vida republicana y descubrir
que todos deseamos lo mismo, aunque lo digamos de distintas
maneras. La consecuencia de esta gran conversación debe ser la
construcción de diversos engranajes que nos mantenga unidos.

Imaginar es siempre el inicio de algo grande; así como las obras


más ambiciosas están hechas de miles de pequeñas acciones,
nuestro país será esa inmensa obra que, con talento y esfuerzo,
construimos día a día más de 32 millones de peruanos.

PROYECTO ESPECIAL BICENTENARIO DEL PERU

Esta organización se creó para ser responsable de la gestión y


formulación la agenda y ejecutar, articular y dar seguimiento a
las acciones requeridas para dicha conmemoración.

El Proyecto Especial Bicentenario fue creado mediante


la Resolución Suprema N° 004-2018-MC, en Huamanga
(Ayacucho) el 6 de junio de 2018, y adscrito al Ministerio de
Cultura.

El lanzamiento de La Agenda del Bicentenario, en aquella


oportunidad conto con la presencia de importantes
personalidades, autoridades nacionales, regionales y locales,
entre ellos el presidente de la Republica Martin Vizcarra
Cornejo quien dirigió el siguiente mensaje:
“Queridos compatriotas.

Estoy muy feliz de estar aquí en Huamanga. El pueblo ayacuchano es


memoria viva y ejemplar de luchas históricas por la libertad y la
103 | BICENTENARIO 200
igualdad. Es el territorio ayacuchano en donde se han dado las batallas
que han definido nuestro “ser peruano” como el de un pueblo valiente,
generoso y fuerte.

Es por ello por lo que aquí, en Huamanga, lanzamos la Agenda del


Bicentenario, momento histórico que nos recuerda los 200 años de
Independencia. Esta mañana, quiero hablarles de manera especial a los
jóvenes que tendrán la responsabilidad de conducir el tercer siglo de
nuestra República. Hoy más que nunca necesitamos que crean en la
posibilidad de hacer del Perú un país grande y digno.

Hace 200 años, Túpac Amaru protagonizó el más importante de los


levantamientos indígenas contra las autoridades coloniales españolas
del siglo XVIII, Francisco de Zela había dado el primer grito de
Independencia en Tacna y estábamos a pocos años de que en estas
tierras se librará la batalla que selló la libertad de toda Sudamérica bajo
el liderazgo de Bolívar y Sucre. Eran tiempos difíciles ante los que
había que abrirse paso para alcanzar lo que aún no muchos habían
imaginado.

Aquel día de 1824, Sucre, el comandante de las fuerzas libertarias,


arengó a sus tropas diciéndoles que de los esfuerzos de ese día
dependería la suerte de América del Sur. A nosotros, casi 200 años
después, nos corresponde continuar en la lucha. Ya no en un campo de
batalla sino en las urnas, ejerciendo nuestro derecho al voto para hacer
posible el inicio del cambio que necesita el Perú.

Hace 200 años que unidos logramos el inicio de una vida Republicana
independiente, del mismo modo, es momento que como peruanos y
peruanas asumamos el compromiso de independizarnos del yugo de la
corrupción, mal endémico que se ha enquistado en nuestra sociedad y
pese a los esfuerzos realizados, aún requiere redoblar esfuerzos para
hacerle frente y erradicarla. Juntos vamos a ganar esta batalla. Las
reformas que hemos planteado, recogiendo el clamor de la ciudadanía,
son parte de la Agenda del Bicentenario que entregamos hoy, no se
104 | BICENTENARIO 200
trata de una agenda conmemorativa, sino de un conjunto de obras,
acciones y actividades que, desde los distintos sectores estratégicos,
sientan las bases, ese Perú que queremos construir.

Un Perú libre de la corrupción, justo y con igualdad de oportunidades


para todos y todas. Un Perú como nuestros antepasados libertarios lo
soñaron y defendieron aquí en Ayacucho, todos los peruanos queremos
y deseamos hacer lo nuestro.
Invito a cada uno de ustedes, autoridades nacionales, regionales y
líderes locales, empresarios, maestros, medios de comunicación,
jóvenes hombres y mujeres del Perú entero a izar las banderas de una
nueva independencia.

Estoy convencido de que, si nos comprometemos a trabajar juntos, si


hacemos de la confianza el puente para llegar a otros peruanos. Si el
coraje para hacer que las cosas cambien se convierte en la energía que
nos mueve hacia adelante, esa mañana del 28 de julio del 2021–
podremos estar inaugurando la obra más importante de este siglo: UN
PERÚ NUEVO. El Bicentenario nos invita a soñar y el país necesita
de todos nosotros para hacer realidad esos sueños”, fue el mensaje, en
aquella oportunidad del presidente Martin Vizcarra.

El próximo 28 de julio del 2021 iniciaremos el recorrido de los 200


años de existencia de nuestro país, debemos estar preparados para
enfrentar este nuevo bicentenario, esforzándonos a ser mejores
peruanos, seguir lineamientos correctos como sociedad, más unión
entre los más de treinta y dos millones de peruanos, honrar nuestro
bicolor nacional, la ‘roja y la blanca’ que debe estar presente de todo
corazón peruano. “

Miami, junio 2021.

105 | BICENTENARIO 200


106 | BICENTENARIO 200
Los Monumentos Históricos de la Independencia del Perú
LA TRANSFORMACIÓN ARQUITECTÓNICA
DE LIMA INICIO DE LA REPUBLICA
Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara

Los monumentos históricos de la independencia del Perú


representan la historia de la construcción de la ciudad de Lima.
La ciudad se embellece con los monumentos. Los monumentos
son estructuras que recuerda el acontecimiento histórico. Los
monumentos de la independencia se entrelazan con la historia
de la ciudad y establecen puentes con la peruanidad.

Los monumentos históricos tienen que ver con nuestra historia


de vida y está influenciado por el concepto de mundo que
manejamos, por el concepto de mundo que prevalece en el
tiempo y lugar en el que vivimos. Los monumentos representan
la imagen idealizada de la independencia.

Los Monumentos Históricos de la Independencia del


Perú

Fue en 1921 que las diferentes comunidades de extranjeros en


el Perú se sumaron a las celebraciones por el centenario de la
independencia del Perú, lo que implicó que donaran
monumentos recordatorios. Las celebraciones por el Centenario
de la Independencia del Perú se inician en el año 1921, en el que
se cumplía el primer centenario de la Independencia, y se
encontraba en el poder, Augusto B. Leguía. Durante su
gobierno, se vivió una prosperidad que se veía en las calles de
la capital, Lima y que la población limeña reconocía. Leguía era
un político formado en el mundo empresarial, donde tuvo
relativo éxito; los conocimientos que aprendió ahí los volcó en
el campo de la administración pública.
107 | BICENTENARIO 200
Durante los homenajes que se iniciaron en 1921, llegaron a Lima
delegaciones de 34 países para presentar su saludo a ese
presidente que daba que hablar fuera de la patria debido a sus
contactos con el exterior, herencia de la trayectoria comercial
que tuvo antes de iniciar su vida pública. Estos contactos se
vieron fortalecidos porque el presidente comprendió la
importancia que, como fuente de ingresos, tenía para el Perú el
comercio exterior; así, una serie de productos nacionales fueron
exportados porque los empresarios contaron en esa etapa con
un fuerte apoyo del gobierno.

La ciudad de Lima fue engalanada para la ocasión con luces


eléctricas que decoraban, entre otros edificios importantes, el
Congreso de la República, el Palacio de Gobierno, la Plaza
Mayor y la Torre del Parque Universitario, obsequio de la
colonia alemana. También fueron adornados unos arcos o
pórticos que ostentaban los escudos de las naciones con las que
compartían la emancipación del Perú; Ecuador, Colombia,
Venezuela, Bolivia y Panamá, y que fueron colocados en las
avenidas más visitadas por los vecinos y los turistas llegados
para la ocasión.

Los pórticos, edificios y plazas fueron regiamente iluminados


por la empresa Todo Eléctrico, propiedad del ingeniero
Fernando Reusche Justo. La celebración fue larga porque la
Independencia había sido un logro que tomó mucho tiempo y
muchas vidas. Comenzó el 28 de julio de 1921, un siglo después
de que el Libertador don José de San Martín pronunciara desde
un balcón las históricas palabras como la Proclama literal de la
Independencia. Sin embargo, a pesar de que ellas ofrecían un
Perú “libre” e independiente por la voluntad del pueblo, en esa
ocasión se cumplían cien años en los que, lejos de consolidarse
esa libertad e independencia, la historia era un recuento de las
disputas internas entre los peruanos. Los peruanos vivían en
108 | BICENTENARIO 200
pugnas constantes que postergaban la posibilidad de
desarrollar la industria, el comercio, la educación, la cultura;
venían avanzando de a pocos, o más bien dando tumbos que no
siempre los llevaban hacia adelante.

El gobierno del presidente de esa época, Augusto B. Leguía


abarcó los años 1907 a 1912. Luego, él tuvo que salir del Perú
durante cinco años, al término de los cuales volvió, invitado por
Manuel Pardo. Leguía postuló y, en 1919 obtuvo nuevamente la
primera magistratura por cinco años más. Al llegar el
centenario, el presidente estaba a tres años de haber iniciado su
segundo mandato, cuando todo era optimismo y el Perú le
sonreía con justicia por la obra que estaba haciendo, consistente
en consolidar la economía y el progreso, que es, a la postre, lo
que la población ansiaba en ese momento y aún hoy esperan. El
auge se traducía en economías sólidas, tanto de los nacionales
como de los miembros de las colonias extranjeras radicadas en
el Perú. El Perú disfrutaba de esa relativa y corta bonanza, y por
eso algunas colonias, con ayuda de sus gobiernos naturales o
sin ella, tomaron la decisión de regalarle a la ciudad de Lima un
presente que perennizase el centenario y tradujese en la forma
de un monumento que adornara la modernización progresista
y afrancesada ciudad capital, de Lima.

Bajo el gobierno del presidente Leguía, la capital del Perú, Lima


sufrió una transformación progresiva. Grandes avenidas como
Alfonso Ugarte, La Colmena, el Paseo de la República crecían
como resultado de la voluntad de hacer de Lima una ciudad
moderna, que finalmente dejase de ser lo que había sido hasta
entonces: un gran pueblo.

En 1921, la capital, Lima lucía como una de las urbes más


florecientes de América Latina. Los ofrecimientos de dichos
monumentos fueron hechos en 1921, pero no todos los
obsequios estuvieron listos ese año. Algunos empezaron a
109 | BICENTENARIO 200
construirse en esa fecha, pero como su ejecución demandaba
tiempo, fueron entregados progresivamente hasta 1926, en una
serie de ceremonias.

La idea original había sido que esos obsequios se entregasen


entre 1921 y 1924, es decir, entre el centenario de la proclama de
la Independencia del Perú por parte del Libertador don José de
San Martín, que se cumplía el 28 de julio de 1921, y el de la
Batalla de Ayacucho, celebrado el 9 de diciembre de 1924, que
selló la independencia de la dominación de España en América.
Sin embargo, no todas las colonias extranjeras llegaron a
cumplir sus ofrecimientos en ese lapso.

Las colonias de extranjeros residentes en el Perú que ofrecieron


regalos fueron la alemana, la francesa, la belga, la
norteamericana, la china, la japonesa, la palestina, la inglesa, la
italiana y la española. También hubo países que hicieron
obsequios. Tal fue el caso de Argentina, que luego de la
ceremonia del 28 de julio de 1921, dejó los caballos tucumanos,
sus arreos y las lanzas con las que desfilaron los soldados que
la patria de San Martín había enviado para recordar la epopeya
libertadora; esos potros, de gran alzada, sirvieron para mejorar
nuestra caballería militar.

El gobierno peruano de la época mandó construir la Plaza San


Martín con un bello monumento ecuestre del libertador,
realizado por el escultor español Ariano Benluire. El
monumento descansa sobre un imponente pedestal y está
rodeado de una plaza que se diseñó. Su inauguración, el 27 de
julio de 1928, inició las celebraciones del centenario. La
Municipalidad de Lima no se quedó atrás, y para la ocasión
obsequió el bello monumento del almirante Bergasse du Petit
Thouars que está localizado frente a la sede de Radio Nacional
y la Plaza Washington. La capital del Perú fue visitada por
numerosas delegaciones de otros países, motivadas por las
110 | BICENTENARIO 200
relaciones internacionales que, había sabido tejer el gobierno
del presidente Leguía. Posteriormente se publicó un libro en el
que se hace un recuento de las visitas extranjeras, señalando no
sólo la cantidad de integrantes de las delegaciones que llegaron
a visitar el Perú durante esa época.

EL RELOJ DEL PARQUE UNIVERSITARIO


COLONIA ALEMANA – EL RELOJ DEL PARQUE
UNIVERSITARIO

La colonia que representó Alemania, una de las más antiguas


afincadas en el Perú, obsequió una torre con reloj, que está
ubicada en el Parque Universitario. Este monumento contiene
un mecanismo conectado a una serie de campanas que hacía
que, a las doce del mediodía, tañese el Himno Nacional del
Perú. Existen fotos en las que se puede apreciar la torre
iluminada formando parte del conjunto de edificaciones que
engalanaron la ciudad para el centenario, lo que hace ver que
111 | BICENTENARIO 200
los alemanes, con su consabida organización, entregaron su
obsequio antes de 1924.

El Parque Universitario es un parque ubicado en el centro


histórico de la ciudad de Lima, capital del Perú. Es de forma
rectangular y se encuentra en la intersección de las avenidas
Abancay y Nicolás de Piérola.

Llamado así por encontrarse en él la antigua casona de la


Universidad Nacional Mayor de San Marcos, considerada como
la primera universidad en América. Esta universidad se instaló
en esa ubicación en 1867 ya que su anterior local fue ocupado
por el Congreso de la República. Actualmente en dicha locación
se encuentra el Palacio Legislativo. Hasta 1965 la universidad se
ubicaba en esta casona, trasladándose a su actual campus. Al
acoger a la universidad, el Parque Universitario fue escenario
de manifestaciones y revueltas de estudiantiles.

La construcción del parque se da en los años 1870 luego de que


se iniciar la demolición de las murallas de Lima. Luego de
varios años de deterioro durante los años 1980 y 1990, el Parque
Universitario ha sido renovado y se han construido algunas
piletas ornamentales, así como también un cerco perimetral.

En este parque se encuentran varios monumentos, así como un


reloj monumental obsequiado a la ciudad por parte de la
colonia alemana con motivo del centenario de la Independencia
del Perú, en 1921.

112 | BICENTENARIO 200


Durante el gobierno municipal de don Alberto Andrade, la
torre fue restaurada y su mecanismo, una vez reparado, se puso
otra vez en marcha para deleite de los viandantes que llegan a
este céntrico parque a gozar de los espectáculos que ahí se
realizan, mientras a las doce el campanario toca el himno y a
cada hora hace recordar al habitante que tienen una cita que
atender, o quién sabe si pretende decirles que ha transcurrido
una hora más sin que alcancemos aún la cita con la libertad.

La Universidad Nacional Agraria La Molina

COLONIA BELGA: LA UNIVERSIDAD NACIONAL


AGRARIA LA MOLINA

Si bien la colonia que representa a Bélgica no ha sido nunca


numerosa en el país, sí ha sido significativa su presencia en el
campo educativo, que se remonta a la época de la Colonia,
cuando encontramos a personajes de esa nacionalidad que
participaron, por ejemplo, diseñando los muros de fortificación
113 | BICENTENARIO 200
de Lima de antaño. La presencia belga en el Perú se manifestó
casi siempre a través de la docencia en distintas disciplinas del
saber. Tal vez lo más saltante fue el impulso que esta colonia le
dio a la entonces escuela de agronomía, a partir de la cual se
formó la Universidad Nacional Agraria La Molina, que llegaría
a tener fama más allá de nuestras fronteras.

Esta colonia, que había pasado por todas las etapas de la vida
en el Perú, no podía estar ausente en esa fecha tan especial, y
obsequió un monumento del escultor belga Constantino
Meunier (1831—1905), que representaba a un estibador. Esta
pieza de bronce, de 2,10 metros de altura, fue inaugurada por el
presidente Leguía en junio de 1922. Se ubicó al comienzo de la
avenida Leguía, lugar que hasta hoy conserva, cosa poco común
en la ciudad de Lima, donde con frecuencia las estatuas parecen
caminar.

El Estadio Nacional de Lima

114 | BICENTENARIO 200


COLONIA BRITÁNICA: EL ESTADIO NACIONAL DE LIMA

Otra colonia que tenía una presencia política y económica


importante era, sin duda, la del Reino Unido. Al igual que en
otros países sudamericanos, los ingleses tenían grandes
intereses comerciales en nuestro territorio. Mantenían en Lima
un club británico, el Phoenix Club, en el que se seguían todas
las costumbres londinenses. Fue sin duda en este lugar donde
se gestó la idea de hacerle al Perú un obsequio por el importante
aniversario de su Independencia. El Comité Británico del
Centenario estuvo presidido por el general Archibald Cooper e
integrado por los señores P. L. Bachelor, N. Xison, Malcolm
Grant y Robert Wakeham; este último era, en ese tiempo, el
comandante general del Cuerpo de Bomberos.

El Estadio Nacional de Lima, Perú es el principal escenario


deportivo del país. Fue inaugurado el 27 de octubre de 1952 y
tiene una capacidad para 42.500 espectadores. Muchas
personas, inclusive cronistas deportivos, lo denominan "Estadio
Nacional José Díaz", debido al nombre de una de las calles que
lo circunda, sin que ese sea su nombre oficial Aficionados como
pocos a los deportes, los ingleses optaron por obsequiarle al
Perú un estadio en el que se pudiese hacer campeonatos
haciendo la reconstrucción y ampliación sobre el terreno que
anteriormente ocupaba el Estadio Guadalupe y al que se le
bautizó como Estadio Nacional de Lima

El planteamiento inicial contemplaba la construcción de un


gran complejo deportivo y por ello su construcción demoró
varios años. El Nacional contaba con una tribuna preferencial
de madera y algunos palcos laterales a nivel del piso, lo que lo
convertía en un estadio de estilo simple. Contaba además con
una cancha auxiliar sin tribunas. Además, el complejo
deportivo contaba con una Piscina olímpica donada por la
colonia japonesa en 1935. Con una capacidad para 6.000
115 | BICENTENARIO 200
personas, el Estado ubicado en la Urbanización de Santa Beatríz
fue inaugurado en julio de 1923.

La Placita de la Recoleta

En 1951, durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría,


el Estadio Nacional de Lima fue cerrado y derruido para dar
paso a la construcción del actual Estadio Nacional. Sus tribunas
de madera fueron destinadas a otros escenarios deportivos,

principalmente en el interior del país como también al Estadio


Lolo Fernández del club Universitario de Deportes. Este estadio
quedó en la memoria de la afición futbolística con el apelativo
de Antiguo Estadio Nacional.

COLONIA FRANCESA LA PLACITA DE LA RECOLETA

Los franceses obsequiaron la actual Plaza Francia,


anteriormente llamada Placita de La Recoleta, que incluye una
116 | BICENTENARIO 200
estatua a La Libertad y esta realzada por 24 bancas sobre un piso
de lajas y la fachada neogótica de la Iglesia de La Recoleta. La
plaza fue restaurada, aunque aún no se le ha devuelto la
antorcha que le fue robada.

Destaca el monumento en bronce del padre Dinthillac,


fundador de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la
placa conmemorativa al almirante francés Bergasse du Petit
Thouars, por su participación en la defensa de Lima durante la
ocupación chilena en 1880.

Se dice que cuando la toma de la ciudad por el ejército chileno


ya era inminente, el valeroso contralmirante amenazó a los jefes
chilenos de bombardearlos si la ocupación no se hacía de
manera pacífica. Esta acertada intervención evitó que Lima
fuera totalmente destruida.

Es la antigua placita de La Recoleta. Debió su nombre a la


presencia de la Iglesia de la Recoleta, cuya fachada neogótica
persiste hasta nuestros días. A fines del siglo XIX la rodeaban
unas columnas de cinco metros de altura que sostenían una
ramada que albergaba un mercado con puestos de carne, papas,
legumbres y otras especies como telas.

En el centro existía una pila en donde se proveían los aguadores


(repartidores de agua) de la época. A la izquierda de la iglesia
existió el 'Hospicio para Mujeres Vergonzantes'. Un albergue de
señoras que las guerras civiles y la guerra con Chile
empobrecieron.

El Hospicio, cuentan los cronistas republicanos, exhalaba un


aroma y un ambiente de casa grande. El fin era que las señoras
recogidas recordaran las suyas propias, aquellas que la
desgracia les arrebató.

117 | BICENTENARIO 200


La versión moderna de la plazoleta es un obsequio de la colonia
francesa en Lima. El motivo fue la conmemoración del
centenario de la Independencia del Perú de la corona española.
La hermosa plaza es realzada por 24 bancas sobre un piso de
lajas y la bella fachada neogótica de la iglesia.

La Fuente Monumental

COLONIA CHINA: LA FUENTE MONUMENTAL

Durante el siglo XIX se pudo apreciar un enorme movimiento


migratorio chino para ir a poblar otras partes del mundo.
Cientos de miles se repartieron por el sureste, suroeste y sur del
Pacífico; muchos miles hacia Hawái y al continente americano;
otros fueron llevados por millares a Panamá, Cuba y el Perú.

La escasez de mano de obra que padeció el Perú tras lograr la


independencia en 1824 tenía causas muy profundas. Los fértiles
valles costeños producían azúcar y algodón, y con el correr del
tiempo la demanda de esos productos se incrementó
118 | BICENTENARIO 200
haciéndose más notoria la falta de mano de obra en el campo.
Según el censo de 1862, la población era de 2.487.916 habitantes.
En 1876, otro censo arrojó la cifra de 2.699.945, población exigua
para un país de más de un millón de kilómetros cuadrados. En
1847, se presentó al Congreso un proyecto de ley para favorecer
la inmigración por el que se autorizaba al ejecutivo para firmar
contratos por 10 años con los capitalistas y terratenientes
deseosos de atraer extranjeros. Los que así llegaban podían
gozar de una serie de privilegios. El proyecto fue rechazado,
pero despertó gran interés por el tema y se efectuó una encuesta
entre las autoridades, los prefectos de varios departamentos y
la Sociedad de Agricultura de Lima.

La falta de mano de obra era apremiante y, presionada e


influida por destacados capitalistas y terratenientes, el 17 de
noviembre de 1849 el Congreso promulgó la Ley General de
Inmigración, la cual no tardó en encontrar acérrimos opositores.
Esta ley, cuyo objeto era favorecer la entrada de chinos, de ahí
que se conociese popularmente como “Ley China”, fue la que
tras la introducción de algunas modificaciones dio origen al
gran movimiento migratorio de chinos al Perú.

Es necesario señalar que, a pesar de la inexistencia de relaciones


diplomáticas entre China y el Perú, en 1849 varios terratenientes
autorizados por el gobierno peruano trajeron alrededor de 75
colonos chinos un mes antes de la promulgación de la “Ley
China”. Los monopolistas no tardaron en traer a estos
trabajadores en grandes cantidades. Según estadísticas y
registros incompletos, se estima que entre 1849 y 1874 entraron
en el Perú alrededor de 100.000 colonos chinos.

La colonia china obsequió la Fuente Monumental, hecha en


Italia por el escultor Mario Vannini que aún se puede ver en el
Parque de la Exposición con un mensaje de fraternidad

119 | BICENTENARIO 200


universal entre las razas representado por la escultura en la
parte superior.

La Fuente Ornamental

120 | BICENTENARIO 200


COLONIA NORTEAMERICANA: LA FUENTE
ORNAMENTAL

La colonia de Estados Unidos donó una fuente ornamental de


bronce que estaba ubicada frente a la residencia del embajador
de norteamericano, en la avenida Arequipa.

El museo de Arte Italiano

COLONIA ITALIANA: EL MUSEO DE ARTE ITALIANO

La colonia italiana, animada por don Gino Salocchi, obsequió,


el Museo de Arte Italiano, inaugurado en 1924. Está abierto al
público hasta el día de hoy, en su lugar originario, en el Parque
Neptuno. Se inauguró con seis salas y más de 200 obras de arte
el 23 de marzo de 1924 en el antiguo Parque Neptuno, hoy
convertido en Parque de los Museos.

El edificio del museo se ha mantenido desde su inauguración.


El proyecto fue encargado al arquitecto milanés Gaetano
121 | BICENTENARIO 200
Moretti, quien también realizó la construcción de La Fuente
China, regalo que hizo la comunidad china al Perú en el
contexto de las mencionadas celebraciones. Se ubica en la
segunda cuadra de la Avenida Paseo de la República, en el
Centro histórico de Lima al frente del Museo de Arte de Lima y
cuenta con un amplio jardín, estacionamientos y seis salas para
la exposición de su colección permanente y de las exposiciones
itinerantes que allí se realizan. En la sala 2 se encuentra un vitral
inspirado en La Primavera de Sandro Botticelli.

A través del edificio, tanto en diseño como en elementos


decorativos, queda representado el arte italiano del pasado:
elementos de la arquitectura de Bramante, relieves y detalles
decorativos inspirados en Donatello, Ghiberti, Miguel Ángel y
Botticelli. La fachada se completa con los escudos de las
principales ciudades italianas y dos gigantescos mosaicos,
hechos por la Asociación de Mosaicistas Venecianos, con los
personajes más notables de la historia de Italia.

La primera selección de las obras que pertenecerían a la


colección permanente del museo se realizó bajo la curaduría de
Mario Vannini Parenti adquiriendo una donación superior a
200 obras, entre esculturas, pinturas, dibujos, grabados y
cerámicos, de forma que quedaran representados artistas de
todas las regiones de Italia. Gran parte de la colección data de
principios del siglo XX, aunque no se puede apreciar el
movimiento de vanguardia en el Museo.

122 | BICENTENARIO 200


El Arco de la Amistad

COLONIA ESPAÑOLA: EL ARCO DE LA AMISTAD

El "Arco de la amistad", monumento que la colonia española


regaló a Perú en 1924 y que fue destruido en 1938, ha sido
reconstruido e instalado en el distrito limeño de Surco. El arco,
que ha costado 230.000 dólares, tiene 29 metros de altura y está
recubierto por azulejos de características moriscas. El coste total
del monumento ha sido financiado por las principales empresas
españolas asentadas en Perú.

El obsequio de la colonia española fue "El Arco de la Amistad",


una construcción morisca inicialmente construida en el año
1924 y cuyo autor es desconocido, fue derrumbado para
ampliar la Av. Arequipa. Su edificación empezó en agosto de
1921, y la comunidad española lo entregó como regalo a la
ciudad de Lima en julio de 1924. (Vargas Sifuentes 2017).

En 1938, el presidente peruano Óscar Benavides ordenó la


demolición del monumento, aludiendo a los problemas de
tránsito que éste ocasionaba. La destrucción de este símbolo de
los lazos de amistad entre Perú y España causó malestar en la
123 | BICENTENARIO 200
colonia española, e incluso algunos interpretaron la orden de
Benavides como un acto de venganza política contra el
expresidente Leguía. En el año 2001, el alcalde de Santiago de
Surco, Carlos Dargent, y la Colonia Española con la presencia
de los Reyes de España, inauguraron el nuevo Arco de la
Amistad, de 29 metros de altura, copia fiel de su predecesor,

El Monumento a Manco Cápac ubicado en el Parque de la


Amistad en la Av. Caminos del Inca.

COLONIA JAPONESA: EL MONUMENTO A MANCO


CÁPAC

En el populoso distrito de La Victoria, en Lima, el monumento


al inca Manco Cápac se erige imponente desde hace 81 años.
Obsequio de la colonia japonesa por el centenario de la
independencia del Perú, este coloso guarda detrás una singular
historia.

124 | BICENTENARIO 200


Las calles y plazas de Lima tienen en sus incontables estatuas,
efigies, bustos y placas recordatorios, el reflejo de una
idiosincrasia que valora sobremanera a los personajes célebres
y a los símbolos de su historia, que recuerdan glorias y éxitos
pasados del Perú.

Uno de estos monumentos es una estatua del primer Inca del


Perú, Manco Cápac, quien fundó el imperio del Tahuantinsuyo
allá por el siglo XIII. Esta escultura, de más de cinco metros de
altura, vigila desde hace 81 años a los transeúntes de la hoy
denominada Plaza Manco Cápac, en el distrito de La Victoria,
en Lima. La colonia japonesa obsequió el monumento a Manco
Cápac ubicado en el distrito de La Victoria. Se encargó la obra
al escultor David Lozano y en 1922 se efectuó la ceremonia de
inicio, estuvo ubicada en el cruce de las avenidas Grau y Santa
Teresa, a la que después se llamaría avenida Manco Cápac.

La Sociedad Central Japonesa (hoy Asociación Peruano


Japonesa), que agrupaba a los inmigrantes japoneses, acordó
donar la obra conmemorativa, decidiendo que fuera un
monumento a Manco Cápac, por ser un emblema que
hermanaba al Perú y al Japón, al ser considerado el antiguo Inca
como “Hijo del Sol”, concepto también presente en la cultura
japonesa. El monumento demoró en realizarse tres años, nueve
meses y 21 días y costó aproximadamente 113 500 soles.

La colonia belga, donó una estatua de bronce de más de 2


metros de alto, que representa a un estibador. Realizada por el
escultor belga Constantin Meunier, fue inaugurada en junio de
1922. Se encuentra ubicada en la plaza Bélgica.

Miami, julio 25, 2021.

125 | BICENTENARIO 200


EL ESTIBADOR

En la Plaza Francia, originalmente llamada Plazuela de la


Recoleta, alberga la Estatua de la Libertad. El obsequio de la
colonia francesa por el centenario de Independencia.

Esta obra del escultor francés René Bertrand-Boutée mide más


de 3 metros; pero originalmente se había planteado hacer una

126 | BICENTENARIO 200


ESTATUA DE LA LIBERTAD

escultura de más de 7 metros que se ubicaría en la Plaza de


Armas de Lima.

Por no contar a tiempo con los recursos para hacer la primera


estatua de 7 metros, se entregó tarde en 1925, una versión más
pequeña.

127 | BICENTENARIO 200


LA CIUDAD DE LIMA INICIOS DE LA REPUBLICA

LA PLAZA SAN MARTIN

128 | BICENTENARIO 200


Referencias & Bibliografía

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Fukuda.
• Vargas Sifuentes, José Luis. Un recuerdo de la Madre
Patria.https://cuatrobocaspe.blogspot.com/2017/10/un-recuerdo-de-la-
madre-patria.htm. Octubre 10, 2017, Perú.

130 | BICENTENARIO 200


EL PROCESO URBANO Y EL BICENTENARO
DEL PERU
Por Roberto Ruhr Müller

“El Derecho a la Ciudad es el usufructo equitativo de


las ciudades dentro de los principios de
sustentabilidad, democracia, equidad y justicia social.”

Desde que el Perú se convirtió en una República independiente,


la noción de tener centros urbanos capaces de servir las
necesidades de la región en la que se encontraba cada urbe ha
sido cada vez más apremiante. Sin embargo, este proceso no se
pudo desarrollar debidamente por causas que este articulo no
pretende analizar y/o plantear en este corto documento técnico.
Corresponderá a los historiadores analizar el desarrollo de las
urbes en el Perú y lo que este articulo si pretende es analizar
cómo se ha desarrollado y se está generando en el Perú en este
ano del Bicentenario variadas formas de planificación urbana y
regional con énfasis en lo urbano y secundariamente en lo
regional.

Si este artículo se hubiese escrito hace unos 60 años atrás, el


énfasis se daría en la planificación regional y secundariamente
la planificación urbana. La razón es muy sencilla: Hoy por hoy
el grueso de una población determinada, es decir que cuenta
por ejemplo con una posta médica, colegios de diversa índole,
puesto policial y medios de acceso territorial ya sean carreteras,
puertos fluviales (1) y quizás lo más importante hoy por hoy
como es la telefonía celular e internet. Un aspecto aun no
desarrollado es los servicios de agua y alcantarillado que hoy
son reconocidos como de necesidad estratégica para el país.

131 | BICENTENARIO 200


Para sorpresa de muchos, la planificación en el Perú fue
introducida por la Junta Militar de Pérez Godoy mediante
Decreto Ley N.- 14220 que crea el sistema Nacional de
Planificación del Desarrollo Económico y Social. En 1981
mediante decreto legislativo N.- 177 se establece la ley orgánica
del sistema nacional de planificación bajo la responsabilidad del
entonces Instituto Nacional de Planificación y que cesa sus
funciones en 1992 mediante Decreto Ley N.- 25548, en
concordancia con lo aprobado en la Conferencia de la OEA en
Punta del Este en 1961.

Sin embargo, le idea de tener un ente rector para la planificación


estratégica se considera en el 2002 como una Quinta Política de
Estado creado en el año 2005 mediante Decreto Ley N.- 28522 el
Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico, así como la
creación del CEPLAN y que da origen al PLAN
BICENTENARIO que origina objetivos metas a corto, mediano
y largo plazo.

Se entiende por objetivos como lo que se anhela/busca y es


cualitativo. Un objetivo se va regenerando con el paso del
tiempo, pero siempre apuntando hacia un fin. Un ejemplo
clásico es cuando el profesor al iniciar su clase introduce su
agenda y/o postulado como “El alumno aprenderá en esta
lección…” En el caso de la planificación los objetivos son
siempre a largo alcance y se manifiestan como enunciados y que
muchas veces no tiene claridad y para el que lee los objetivos,
siempre lo va a ver como algo rimbombante y hasta cierto punto
sin mayor claridad.

En contraposición las metas son cuantitativas y son una guía


para tomar decisiones. El horizonte de una meta es siempre a
corto plazo y es muy específico en sus enunciados. Un ejemplo
son los censos nacionales de población cuyo horizonte es de un
decenio. Aquí viene lo importante de entender los censos y su
132 | BICENTENARIO 200
aplicación en temas específicos. Forjar metas basándose en una
realidad concreta permite tomar decisiones reales para la
población. La teoría de la toma de decisión no es otra cosa que
normar o prescribir, en otras palabras, es “la identificación de
la mejor decisión que se pueda ser tomada… asumiendo que la
decisión maker tenga la completa información para implementar
una decisión” (2). Un ejemplo es el proceso de vacunación
contras el COVID 19 o la construcción nuevos centros urbanos
(Caso de la nueva ciudad de Olmos.)

Otro ejemplo que nos ensena a tomar decisiones correctas es el


uso de aguas y su importancia estratégica para el Perú. Es usual
medir el éxito de una toma de decisiones con matrices que
implican modelos socio económicos (3)

Podríamos sostener que basándonos en el censo nacional del


2017 denominado XII Censo de población y VII de Vivienda que
el proceso de urbanización en el Perú deberá estar muy por
encima del 80 por ciento, con lo cual se habrá llegado a
establecerse que nuestra Patria será netamente urbana (4) El
gran perdedor es la sierra, sin embargo, las concentraciones
urbanas en la sierra seguirán creciendo, empero las grandes
urbanas en la costa serán los beneficiados (5) y es hacia donde
los presupuestos nacionales y regionales se van a orientar.

De acuerdo con la Constitución de 1993, la planificación es


inclusiva y parte de premisas o políticas de Estado estipulados
en la constitución y de ahí se pasa a los planes departamentales
o regionales (vienen a ser la misma cosa, nos referiremos de hoy
en adelante como planificación regional. Un estudio del
Instituto de Estudios Peruanos (IEP) del 2012 (6) que parte de
un análisis económico/social de la región Cajamarca y la región
Arequipa. Ambas regiones son esencialmente agrarias y de la
presencia de la gran minería lo cual generan ingentes

133 | BICENTENARIO 200


cantidades de canon beneficiando a los gobiernos provinciales
y locales.

Arequipa es quizás la región juntamente con Moquegua que


obtienen los mayores ingresos de Canon por la gran minería.
Cajamarca por otro lado debido a su fragmentación política
cada provincia y gobierno local toma el canon como una especie
de trofeo. Arequipa ha demostrado una gran flexibilidad en la
distribución del canon lo que permite asegurar que en el futuro
su crecimiento económico y social se mantendrá en niveles
aceptable (encima del 2% anual).

Cajamarca es la región con mayores recursos mineros y de una


industria agropecuaria interesante. Su crecimiento debería estar
por encima del 4.5% anual siempre y cuando no se siga
fragmentando el aspecto político. Un aspecto importante que
cabe anotar que los esfuerzos realizados para desarrollar
macrorregional mente cayeron en saco roto y se mantuvo el
criterio de que cada departamento es la representación regional
y cada provincia es una microrregión.

En ese sentido esta es la fiel interpretación de la Constitución de


1993 y como consecuencia de ello se entiende que la
planificación es “concordante e inclusiva.”

En ese sentido y siendo el sistema de planificación como


concordante parte de un principio errado: Cada ministerio
puede generar sus propios planes a nivel
departamental/provincial/distrital y local (7).

Cuando se genera este tipo de planificación deriva en un


proceso vertical y se deja de lado la planificación horizontal y la
posibilidad de generar matrices de evaluación social y
económica. Nuevamente regresamos a autores como Lichfield,
Moshé Hill quien con su “Goal achiviement Matrix” (8) fue el
134 | BICENTENARIO 200
que más se acercó al concepto de un análisis tridimensional y
que luego fuera utilizado en el proceso de toma de decisiones
económicas, sociales y de planificación espacial (Transporte
terrestre aéreo, vial y pluvial). Hill tomo de Lichfield el
concepto de una hoja de análisis económico e incorporo lo social.
Con ello se pudo crear los criterios para que las metas sean
mucho más cuantificables y concisas.

La planificación urbana en Israel, Gran Bretaña, Canadá son


ejemplos claros de como la planificación urbana es vertical y
horizontal a la misma vez. Un ejemplo es la intangibilidad de
las áreas agrícolas, es decir que para que una zona agrícola sea
de uso industrial o urbano tiene que pasar por todo un proceso
de revisión y que en la mayoría de los casos debido a la
participación de los “stakeholders o partes interesadas” la
participación horizontal no permite que el proceso vertical o
gubernamental sea la que la que prime.

En un artículo del 2010, John Friedmann (9) explica


meridianamente que la ciudad la componen barrios y que cada
uno de estos barrios tiene sus propias características. Esto
significa que el conjunto de los barrios lo componen en
distritos/comarcas/colonias y la suma de estas componen una
ciudad y la suma de varias ciudades interconectadas devienen
en un área conocido como metrópolis. Lo interesante de este
articulo son las conclusiones a las que llega John Friedmann y
basado en las experiencias en Norteamérica, Europa y
últimamente en la China que los errores cometidos en la
planificación urbana hacen que la ciudad pierda sus
características propias y se convierta en una urbe sin
personalidad.

El uso indiscriminado del cemento en la China convierte en este


país en el principal consumidor de cemento en el mundo, sin
embargo, el barrio ha perdido todo característica que le es
135 | BICENTENARIO 200
única. Friedmann plantea que una ciudad que no es vibrante
por su vida cultural, tener un sentimiento colectivo de orgullo,
así como de reconocimiento político y económico. Este
fenómeno de inclusividad se ha perdido en China y
Norteamérica, mas no Latinoamérica.

Uno de los mayores errores que se ha cometido en el Perú, es


entender que la planificación urbana es precisar que la misma
es política, lo cual es un error en las cuales sociólogos como
Manuel Castell han incurrido. (10) Y no solo el análisis de
Castell es errado y con una estrechez de concepción donde lo
urbano es sinónimo de dependencia imperialista (11).

Confundir lo urbano con una acepción de dependencia es llegar


a conclusiones erradas. Puede ser que desde un punto de vista
sociológico se entienda la dependencia como una intromisión
“imperialista” mas no desde el punto de vista urbano. El
derecho a una ciudad inclusiva y que permita el desarrollo
equitativo de sus recursos propios y que el “El Derecho a la
Ciudad es el usufructo equitativo de las ciudades dentro de los
principios de sustentabilidad, democracia, equidad y justicia
social.

Es un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, que


les confiere legitimidad de acción y de organización, basado en
el respeto a sus diferencias, expresiones y prácticas culturales,
con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la
libre autodeterminación y a un nivel de vida adecuado” (12) y
que identifica el llamado de la declaración de la ciudad de
México al derecho de las ciudades es lo que John Friedmann
sostiene ya en el 2004 (ver nota # 9) de la necesidad de recuperar
el espíritu de barrio en contraposición de una “dependencia”
urbana.

136 | BICENTENARIO 200


Es sumamente importante que la urbe sea planificada teniendo
en cuenta el área específica a planificarse. La idea de hacer de
cada barrio un área sobre la cual objetivos y metas sean
estipuladas se entiende como identificar un área territorial y en
esto juega un papel muy importante las municipalidades
metropolitanas y las distritales. La falencia de municipalidades
metropolitanas salvo la excepción de Lima hace que las
migraciones internas en el Perú sean de carácter negativo para
la Sierra en detrimento de un crecimiento poblacional en la
costa y selva.

Porque no se reconoce como ejes metropolitanos a las ciudades


con población superior al medio millón de habitantes en su área
central y superior a o cerca al millón de habitantes. En este caso
ciudades como Piura, Chiclayo, Trujillo, Cajamarca, Arequipa,
Tacna, Huancayo están dentro de estas características. Lo
esencial es que exista un ordenamiento territorial y que se
ponga énfasis en aquellas urbes fuera del área de influencia de
Lima.

Un estudio de la Comisión Económica para la América Latina y


el Caribe (Cepal) demuestra fehacientemente que sin existir una
delimitación territorial es muy difícil por no decir casi
imposible lograr objetivos y metas específicas. La delimitación
territorial es quizás el aspecto más importante sobre la cual se
basan las diversas formas de planificación (13) a nivel urbano.
Sino se puede delimitar el aspecto físico sobre el cual se han de
elaborar planes integrales de desarrollo.
La delimitación física permite establecer a nivel urbano, nudos
de transporte urbano masivos (tren eléctrico, subterráneo, etc.)
así como áreas verdes (lo común es establecer que por cada tres
metros cuadrados de área construida exista un metro cuadrado
de jardines). Sobre una serie de postulados que los
denominamos objetivos se originan por ejemplo tipos distintos
de vivienda y por ende de gerintrifaccion urbana. (Tipos de
137 | BICENTENARIO 200
residencia, zonas o parques industriales, áreas recreativas y
culturales.)

Lamentablemente en el Perú lo que debe ser un desarrollo


armónico deviene en un caos que es producto del cacicazgo /
tugurización económica y ambiental. La falta de previsión
territorial hace que las avenidas y calles en el Perú sean tierra
de nadie, primero se construye la ciudad y luego veremos cómo
injertar medios de transporte. El caso del aeropuerto
internacional Jorge Chávez y la construcción de su segunda
pista es un ejemplo de la improvisación vertical y la poca
participación horizontal de la población.

En un artículo del 2001, Rachelle Altermann et.al (14) sostienen


que en la mayoría de los países democráticos que los planes
nacionales no se han analizado en forma sostenida como los
mismos planes carecen de un serio análisis en la toma de
decisiones y esto se refleja en que los planes regionales y
urbanos tampoco tienen capacidad homogénea para optar por
decisiones que a la larga no hace que funcionen los objetivos y
metas regionales y locales. Se da entonces una planificación
vertical, siendo la participación del stakeholder mínima o
totalmente ausente como en los Estados Unidos. Los países
nórdicos tienen la peculiaridad que los planes municipales son de
mayor importancia que los planes nacionales y por ende de
mayor autonomía en la toma de decisiones a nivel local.

El arte de la planificación urbana es entender que en el caso del


Perú que lo rural se convirtiendo en una urbe paulatinamente y
que el casco urbano se ve rodeado de un cinturón de población
aglutinados en Barriadas y que con el paso del tiempo se han
urbanizado totalmente y sus economías en algunos supera ya a
aquellas del casco urbano. Es el caso de los llamados Cono
Norte y Cono Sur, y que no solo han superado a las economías
del casco urbano y que a la par van desplazando al casco urbano
138 | BICENTENARIO 200
y dejando a la misma en su papel de proveer servicios y que viene
a ser el último peldaño de desarrollo urbano. La presión que
sufre el casco urbano hace que la misma vaya absorbiendo al
cinturón de barriadas, dado que las mismas ahora afrontan
nuevas invasiones por parte de una población desplazada por
la epidemia del Covid-19 y que la misma ya no puede regresar
a sus lugares de origen, dado que las mismas siendo
básicamente rurales carecen de los servicios que si se puede
encontrar en las urbes. Es por lo mismo que se deban crear
centros metropolitanos en todas las ciudades cuyo núcleo
urbano y aledaño es superior a los 700,00 habitantes y que
permitiría a ciudades como por ejemplo Cuzco, Puno,
Arequipa, Huancayo obtener partidas adicionales del gobierno
central y que las regalías de los diversos cánones sean utilizadas
más equitativamente.

¿Con propuestas de crear zonas metropolitanas, la pobreza de


las zonas rurales va a decrecer?

Creemos que no, pero el desarrollar núcleos urbanos con bienes


y servicios es factible que la pobreza rural se reduzca
significativamente. Lo propuesto en mi tesis de maestría que se
centra en los poblados de Motupe, Olmos y en grado menor
Jayanca, hace ver que es posible una integración de servicios sin
que ello afecte a la población rural, muy por el contrario, esta
sale grandemente favorecida ya que las distancias para obtener
servicios se reducen dramáticamente por la incursión de
construcción de carreteras y el acceso a servicios como telefonía
celular, escuelas centralizadas, una utilización racional de los
recursos hídricos y evitar la masiva concentración de tierras en
unos pocos. Se propone crear granjas de hasta ocho, quince y
treinta hectáreas que permitiría a mediano plazo una
disminución de la pobreza rural. (15) Lamentablemente esto no
ha sucedido así y donde la concentración de tierras en unos
pocos va a crear una mayor pobreza social y cultural.
139 | BICENTENARIO 200
Esperemos que no ocurra movimientos sociales que busquen un
cambio drástico de un modelo de economía agrario que ha sido
bastante exitoso dada la diversificación de los productos
agrarios que se obtienen.

El mayor problema que enfrenta el CEPLAN en el Perú es en


primer lugar la disparatada concepción de que cada
Departamento es en sí mismo una macro región. Este tremendo
error hace que las cupulas políticas que están en el poder
generen un cacicazgo y por ende una corrupción política y
económica, donde el poder de decisión se reduce a los alcaldes
provinciales y al Gobernador de cada región y que por ser
Gobernador de la región es un cacique o patrón, sin él la
decisión política es nula.

Esto se ha podido observar en los Departamentos de Ancash,


Junín, Moquegua y Cuzco tanto a nivel de Gobernador y/o
alcaldes provinciales y distritales. El poder de decisión de los
funcionarios elegidos y de carrera dependen exclusivamente de
los intereses económicos que tenga la autoridad de mayor
rango.

La gestión de la planificación cesa de existir y con ello las


necesidades de la población se recortan al máximo y el esquema
de matriz bidimensional y tridimensionales de análisis social y
económico no existe y por ende las metas trazadas son meros
enunciados. Lo ocurrido con la “Reconstrucción con Cambio
por el ultimo Fenómeno del Nino” es una muestra que las
decisiones no son los deseados. En consecuencia, el proceso
final de la planificación que la EVALUACION de los proyectos.
Nuevamente las matrices de Lichfield y Hill son de suma
urgencia y necesidad para la evaluación de los planes urbanos
de desarrollo territorial/beneficios sociales/uso racional del
transporte, etc.

140 | BICENTENARIO 200


En una economía social de mercado, el rol que juega la
planificación urbana es vital y el rol que juegan las diversas
instancias de los gobiernos los cuales deben velar porque la
distribución económica sea justa. No existe en la actualidad un
mejor diseño para la planificación que una economía social de
mercado.

Vancouver, Canadá, mayo 10, 2021

Referencias

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(3) “Community Impact Evaluation”, Nathaniel Lichfield, 1996
(4) Propias proyecciones lineales, Roberto Ruhr,2021
(5) “Las Posibilidades de un desarrollo inclusivo: Dos historias
Regionales”-Roxana Barrantes, Ricardo Cuenca y Jorge Morel, IEP, Julio del
2012
(6) Ibid., Ob. Cit.
(7) “Planificación Local Concertada para el Desarrollo Comunitario, Serie 2,
para la región de Cajamarca “Ministerio de Salud en convenio con los
Gobiernos de Suiza y Holanda, 1996
(8) “Goals Achievement Matrix,” Moshe Hill (1967,1968,1973)
(9) “Barrio por Barrio: reclamando nuestras ciudades” John Friedman,
abril del 2010
(10) “Movimientos Sociales Urbanos” Manuel Castells, Siglo XXI,
Decimoséptima edición 2013
(11) “Imperialismo y urbanización en América Latina” Manuel Castell et.al,
Editorial Gustavo Gil, Barcelona,1973
(12) “Derecho a la ciudad, una evocación de las transformaciones Urbanas en
América Latina” -Fernando Carrión Mena y Manuel Dammert-Guardia
editores, Flacso-Ecuador,2019.
(13) “Métodos y aplicaciones de la planificación regional y local en América
Latina”, Carlos Sandoval Escudero, Cepal, Santiago de Chile, agosto del
2014.

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(14) “National-Level Planning in Democratic Countries. An International
Review of City and Regional Policy-Making” Rachelle Alterman editor,
Liverpool University Press, Liverpool 2002

(15) Roberto Ruhr, ibid op.cit

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LAS TRES ETCÉTERAS DEL LIBERTADOR CON
AIRES DE BICENTENARIO
Por Mercedes Lamborelle

Antes de que las palabras se las lleve el viento quiero contarles


una historia que pocos peruanos conocen. Un relato que mi
mamá nos contaba repetidamente en casa, en los paseos
familiares o cuando nos íbamos de viaje. Una historia que
sucedió en el Callejón de Huaylas tierra de nuestros
antepasados en donde nació mi mamá Esther y sus hermanos,
el Tío Teófilo y Manonguita hijos de mi abuelita Mercedes cuyo
nombre heredé.

El ilustre escritor Don Ricardo Palma quien escribió las


Tradiciones Peruanas, dedicó una de las tradiciones a contar
esta historia y la llamó: Las Tres etcéteras del Libertador.

Cuenta la historia que a fines de Mayo de 1824 en época de


lucha por la Independencia del Perú, el Gobernador del
Callejón de Huaylas recibió un oficio del Gobernador de la Villa
de San Ildefonso de Caraz, quien le informaba y prevenía que
en dos días llegaría el batallón de Don Simón Bolívar a Huaylas
y le solicitaban preparar el cuartel, rancho para la tropa, forraje
para la caballada y que para su excelencia el Libertador, alistase
cómodo alojamiento, con buena mesa, buena cama, etc., etc., etc.

Estas tres etcéteras dieron mucho que hablar y quisieron


interpretar al milímetro para cumplir la orden. El Gobernador
pidió consejo a sus oficiales y concluyeron que “etc.” significa:
y lo demás. Era casi una adivinanza.

“Pues, entonces, lechuga, ¿por qué te arrugas? ¡Si la cosa está


más clara que agua de puquio! ¿No se ha fijado usted en que esas

143 | BICENTENARIO 200


tres etcéteras están puestas a continuación del encargo de buena
cama?”

“¿Concibe usted buena cama sin una etcétera siquiera?”

Así concluyeron que era una moza por etcétera ya que el


Libertador era muy devoto de Venus. Es así como fueron en
busca de las etcéteras para obedecer el mandato y seleccionaron
a las tres huaylinas de sobresaliente belleza para presentarlas al
General. Una de ellas fue nuestra tatarabuela Manuelita
Madroño.

Por mandato de la autoridad las tomaron cautivas y tuvieron el


rango de patriotas, pero fueron liberadas a la llegada de Bolívar
quien quedó prendado de Manuelita quien en 1824 era un
“fresquísimo y lindo pimpollo de dieciocho primaveras”.

En una mañana del mes de mayo el general hizo su entrada


oficial en Huaylas en donde hubo un inmenso regocijo general.
El Cabildo decidió ofrecer al libertador una corona de flores, la
cual le sería presentada por la muchacha más bella y
distinguida del pueblo. Claro está que fue Manuelita la
designada por su hermosura y lo despejado de su espíritu.

Manuelita lo acompañó también hasta el glorioso campo de


Junín y a fines de noviembre, Don Simón Bolívar se alejó del
departamento de Ancash.

Según las Tradiciones de Palma, Manuelita Madroño guardó tal


culto por el nombre y recuerdo de su amante, que jamás
correspondió a pretensiones de galanes. “A ella no la arrastraba
el río, por muy crecido que fuese”.

“En su edad senil cuando ya el pedernal no da chispa, se

144 | BICENTENARIO 200


alegraba y se sentía como rejuvenecida cuando alguno de sus
paisanos la saludaba, diciéndole:
—¿Cómo está la vieja de Bolívar?
Pregunta a la que ella respondía, sonriendo con picardía:
— Como cuando era la moza”.
Esa fue la historia que mi mamá Esther, la tía Manonguita, El
Tío Teófilo y los tíos Jaime y Arturo Espinoza siguieron creando
y recreando en todas las reuniones, fiestas y viajes a Huaylas.

CARAZ DULZURA

En septiembre del 2010 luego del fallecimiento de mi papá


Pedro en Lima, decidí llevar a mi mamá a Huaylas para aliviar
la pena. Ella tenía ya 87 años y la verdad que ni pensé en su
presión ni en el peligro que podía representar la altura de
nuestra Cordillera Blanca. Hace tantos años que anhelaba
regresar a su Huaylas natal que compramos los boletos y
viajamos con Expreso Ancash.

Primero llegamos a Caraz a visitar a la tía Victoria quien


también conocía la historia de Bolívar y a todos los personajes
de la familia. Las primas se abrazaron emotivamente por la
visita luego de tanto tiempo sin verse y brotaron algunas
lágrimas cuando evocaron la partida de mi papá quien era su
compadre bromista.

Tomamos desayuno con pan serrano, queso, café y chicharrón


en la mesa decorada con un gordo azucarero de latón típico de
los mercados de Caraz. A las once de la mañana comimos
limas. Mi mamá le regaló una chompa colorida que la
compramos en la artesanal de Surquillo de Lima. Recuerdo que
cuando era niña, cada vez que mamá iba a Huaylas llevaba algo
nuevo o moderno que no vendían en los pueblos serranos como
145 | BICENTENARIO 200
una hervidora, termo o cocinita eléctrica. Llevaba regalos,
calcetines, pañuelitos o panetones para regalar a sus parientes
o a los fieles paisanos.

En el desayuno las primas tenían recuerdos con sus códigos


propios de la sierra y en alguna parte de la conversación
evocaban algún recuerdo que lo intercambiaban en quechua
seguido por una risa fuerte. Ellas eran las dos últimas
matriarcas de la familia con muy buena salud y memoria. Mi
mamá más citadina que venía a su tierra en búsqueda de sus
raíces y la tía Victoria, más andina que disfrutaba con Iti (Esther
en quechua) las historias de la familia residente en Lima.
Llegaron al desayuno Shoshito su hijo, Mary su nuera, Juan
Carlos y Toño sus nietos. Algarabía y conversación general con
preguntas y chispa de Shoshi.

También recordaban bastante a la tía Manonguita que siempre


contaba anécdotas con mucha picardía y narraba la historia de
Manuelita Madroño con mucho aderezo, orgullosa de su
heroína de quien llevaba el nombre. Sobre el tío Teofi las
anécdotas eran interminables. Un sacerdote muy querido y
fuera de serie que tenía como pasión la apicultura. Parecía pues
que la tía extrañó a los tres hermanitos que emigraron a Lima
en su juventud.

La tía Victoria fue esposa del tío Zósimo hermano de mi abuela


Mercedes quien fue un exitoso hacendado. En Huaylas fue muy
poderosa y montaba a caballo con su pañolón y sus trenzas que
bailaban mientras galopaba. Supervisaba muchas chacras y
peones. Tenían una gran casa serrana de adobe con cuartos
grandes en donde llegábamos cuando éramos niños el primer
día de viaje antes de instalarnos y limpiar nuestra casa que
permanecía cerrada todo el año. En la huerta había un árbol de
naranjitas y otros de limas y limones. Dormíamos bajo las
ballestas gruesas de oveja hechas a mano y teñidas de cochinilla
146 | BICENTENARIO 200
o añil. Cultivaban papas, maíz y trigo. Era diestra en su tiesto
tostando maíz terciopelo y llegó a tener 1000 cuyes o más en su
casa. Siempre había una vaca colgada en la entrada de la cocina
y el fogón a leña lo dominaba con fuego fuerte haciendo el
shacue y el cuy chactado que no podía faltar en nuestra visita.
Tenía varios empleados con sombreros anchos y ponchos
gruesos. Posteriormente, enviudó, las actividades de la
hacienda se modificaron y se fueron a vivir a Caraz con su hijo
Shoshito y familia.

Antes de continuar el viaje e irnos hacia Huaylas se acordaron


del terremoto de 1970 en donde hubo muchos damnificados.
Nuestra casa de Huaylas que era la única de dos pisos se
desplomó totalmente. Recordaron que en esa casa existía aún la
cama que le ofrecieron a Don Simón Bolívar. Era una cama de
fierro dorado con tubos altos en las esquinas. En ese terremoto
la cama se retorció. En la cabecera estuvieron inscritas sus
iniciales SB, pero el tío Zósimo las hizo borrar años atrás. El tío
Manuel, el otro hermano de mi abuelita Mercedes, quemó las
cartas que Don Simón Bolívar le escribiera a Manuelita
Madroño.

En realidad, la historia de las tradiciones peruanas no fue muy


bien vista en Huaylas porque Manuelita Madroño fue como la
amante del Libertador. Años después, los tíos con su
pensamiento tradicional trataron de enterrar la historia y
hacerla desaparecer. No quedaron ni las cartas ni la cama con
sus iniciales. Solo quedaron dos reliquias: La Montura de lado,
que Bolívar le regaló a Manuelita y un cofre. Son las únicas
pruebas físicas que tiene nuestra familia sobre esa historia. En
la biblioteca del pueblo, también existe un libro grande en
donde narraron esa historia de una manera tergiversada en
donde hay un dibujo de Manuelita y muchas imágenes de Don
Simón Bolívar. El libro de empaste rojo mide aproximadamente

147 | BICENTENARIO 200


100 X 50 cm. Seguramente fue un periódico de la época que
luego encuadernaron por su valor histórico.

HUAYLAS COSECHA

Llegamos a Huaylas con mi mamá y con Doña María quien nos


acompañó desde Lima.

Por la mañana salimos a caminar por la Plaza de Armas de


Huaylas casi vacía. No sentamos en una banca para tomar sol y
ver el gran pico Nevado Santa Cruz. Compramos un heladito
con hielo del Huascarán.

Se nos acercaron varias personas que reconocieron a mi mamá,


hijos de sus amigas y viejitos amigos que no podían creer que
mi mamá estuviera en Huaylas. La abrazaron con emoción y
llamaron a unas amigas de ella un poco más jóvenes. Un viejito
decía que la carita de mi mamá era muy linda. Preguntaron por
Manonguita y por el popular tío Teofi que tantas misas celebró.

Fueron a llamar a Manuel Espinoza su fiel cuidador de la casa


y buscamos a la persona que tenía la llave del altar de la iglesia
en donde hay un Niño Jesús con sandalias de plata que su
abuelo Antonio, joyero de oficio, había confeccionado.
Queríamos hacer todo lo que fuera posible ver y hacer en tres o
cuatro días de estadía.

Visitamos la iglesia y le rezamos a la Virgen Santa Isabel,


patrona de las cosechas, de quien también llevo el nombre por
haber nacido el 2 de Julio, víspera de la festividad de la santa
patrona.

No podía faltar la visita a la biblioteca para abrir nuevamente el


libro que se encuentra aún ahí. Un fantástico ejemplar que lo
hemos visto en repetidos viajes con mi mamá cuando íbamos a
148 | BICENTENARIO 200
celebrar el 8 de julio, Fiesta de la Virgen Santa Isabel. Recuerdo
que en una de esas fiestas de tanta euforia tomando chicha de
jora, mi tía Manonguita y mi mamá le contaban al alcalde, el
Señor Granda, la historia de cómo le entregó Manuelita la
corona de flores a Don Simón. Ellas relataban el cuento con
emoción y la gente los escuchaba con atención.

Mi tía Manonguita agregó que Manuelita Madroño para la


ocasión se había puesto un penacho elegante …y un cinturón
de razo en la cintura…. y antes de continuar en medio de risas,
el alcalde le pregunta: Manonguita parece que tú hubieras
estado ahí. Algarabía general, carcajadas y la chicha de jora
corría esperando a los Pashas el 6 de julio.

Así se terminaba la visita de nuestro querido Huaylas que


tantos recuerdos nos evoca, así como la visita a la casita de mi
mamá que se encuentra en la Calle El Comercio.

Un día antes de partir, decidimos ir al único restaurant en la


bajadita de la Municipalidad a comer cuyes y Doña María que
viajó con nosotros y que también era de avanzada edad, pero
caminaba a paso ligero, me dijo que me podía acompañar con
una cerveza. Nos tomamos dos. Disfrutamos ese momento
único con mi mamá Esther en Huaylas. Éramos las únicas
clientes y llegó una sobrina jovencita de la dueña del restaurant
y le preguntó a mi mamá: ¿Señora es usted la que sabe la
historia de Simón Bolívar?

Doña Esther Alegre Espinoza de Sánchez, muy feliz comenzó a


contar una vez más la gran historia del ilustre viajero que llegó
a este pueblo casi olvidado del Perú en donde no llegan muchos
visitantes. Gracias a los cuentos de mi mamá, de la Tía
Manonguita y del tío Teófilo, sigue viva la historia de amor de
Manuelita Madroño del Perú con Don Simón Bolívar.

149 | BICENTENARIO 200


En el 2010 fue el último viaje que hizo mi mamá a su tierra natal
Huaylas y dio su reverencia en el 2019 llevándose con ella la
historia que complementa las tradiciones peruanas de Don
Ricardo Palma.

Doy fe,

Begnins, Suiza, julio 2021

150 | BICENTENARIO 200


EL ACTO PRECEDE A LA PALABRA Y LA
PALABRA ES ACTO
Por María de los Ángeles Fornero*

En estos días he vuelto a leer Los perros hambrientos, esa inmensa


novela de Ciro Alegría que devela la irrealidad del presupuesto
de una única lengua americana. Han pasado varias décadas,
cantidad de tinta en análisis y desarrollo de teorías lingüísticas
desde que Ferdinand de Saussure demostró la diferencia entre
lengua y habla, y no nos vamos a detener aquí, ahora. Pero ese
párrafo inicial tiene el sentido de recordarnos siempre la
diferencia entre lo que se nombra y cómo se lo nombra. Vale
dejarlo dicho para abordar unas líneas sobre el Bicentenario de
la Independencia del Perú. Sobre todo, porque uno de los
debates teóricos que desvela a ensayistas, políticos,
historiadores, escritores, escritoras, amigas y amigos peruanos,
por estos días cercanos al 28 de julio, es: qué nombra la palabra
independencia, refiriéndose a la del Perú.

Suele pasar que los pueblos hacen las cosas a su modo. Y luego
las academias, las legislaturas, los congresos o las teorías
económicas y políticas le ponen nombre. Esta es otra diferencia
para tener en cuenta: los hechos y los nombres que les dan
quienes tienen el poder de nombrar. Ya que nombrar suele
emparentarse directamente con parte del poder político y
económico. Un campesino de la sierra de cualquier país
sudamericano hoy en día está más preocupado por la pobreza
propia, que por parecerse o no a Venezuela. Un trabajador
minero que ve irse en los camiones de la Judbay toneladas de lo
que sería un poco de mejor vida para sus hijos no nombra las
cosas igual que El Comercio. Los obreros portuarios de la
Argentina que se pasan días enteros cuidando que el chorro de
soja caiga en toneladas a las bodegas de los barcos que irán a

151 | BICENTENARIO 200


China, no nombra lo mismo que el diario Clarín cuando dice
‘cosecha’, ‘asado’, ‘vacuna’.

Es decir, siempre conviene diferenciar los hechos que producen


los pueblos de los nombres de esos hechos. Sobre todo, si son
palabras de las que se apropian las clases dominantes. Cuando
se dice ‘democracia’, por ejemplo, o ‘justicia’ claramente, no
nombran lo mismo para el Mashe de Los perros hambrientos, que
para los dueños del poder en la bella Lima. Cuando se dice
‘tierra’ o ‘sembradío’ no nombran lo mismo para los pueblos
mapuches del sur argentino y chileno que para un terrateniente
de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, los nombres que
los hechos tienen reflejan algo y a la vez niegan algo de lo que
son. Lo mismo con la palabra independencia.

Antes de seguir nos detenemos en una digresión. El Perú


celebra este 28 julio de 2021 el bicentenario de la declaración de
su independencia y toda América del Sur debería cantar himnos
al unísono, no solo como un gesto de americanidad epopéyico -
a lo que son poco afectos los posmodernistas- sino como parte
de una rediscusión de inicios del siglo, cuando los pueblos están
en la calle a puro reclamos, aún en medio de la pandemia que
azota al mundo. Desde Chile en 2019; Ecuador, Honduras,
Bolivia, Colombia, Brasil, Perú hasta hoy, y claro, la Argentina,
cada uno a su modo han vuelto a hablar de nuevas
constituciones, de techo, tierra y trabajo, de basta de Fondo
Monetario Internacional y de soberanía en diferentes terrenos:
vacunas, montañas, ríos –en la Argentina por estos días se
discute si continuará extranjerizado o volverá a potestad
nacional, el acceso a los puertos del Paraná por donde sale el 80
% de la producción agropecuaria: más de 120 millones de
toneladas de granos- solo para citar ejemplos.

Volvamos, ahora sí, a aquel debate no solo teórico sino de


efectos prácticos, antes y ahora. ¿Las declaraciones de
152 | BICENTENARIO 200
independencias de lo que después fueron las repúblicas de los
países sudamericanos a principios del Siglo XIX, fue un acto
formal, leguleyo, más del orden de un gesto de desorden
jurídico-político hacia Europa o realmente hubo un antes y un
después?
Nos animamos a afirmar que hubo un antes y un después.
Desde la mayor revolución antiesclavista iniciada por el
cimarronaje de Francois Mackandal en el último cuarto del siglo
XVIII, luego dirigida por Dessalines en Haití, coronada para
enero de 1804, hasta ese agosto de 1825, cuando el Congreso de
Chuquisaca7 declaró la independencia de Bolivia, se cumplían
dos décadas en la que todo un continente se sacudió el yugo
colonialista tal y como había sido entendido por el capitalismo
ya maduro.

Y aquí viene una cuestión siempre discutida, no solo por la


ilustración europea, sino principalmente por la americana,
muchas veces. Lo que se llaman los antecedentes.

Desde ya, los antecedentes siempre son múltiples, complejos,


coadyuvantes, articulables entre sí, pero corresponde
determinar cuáles fueron los que tuvieron mayor peso en ese
‘combo’. ¿Fue el ascenso en toda Europa de la Francia
napoleónica o la rebelión de Túpac Amaru el punto de apoyo
del crecimiento de la fuerza y la organización insurgente?
¿Fueron las ideas de la revolución norteamericana o las
igualmente modernistas de Bolívar y San Martín acaudillando
a un conjunto de intelectuales, periodistas, economistas,
abogados americanistas las que cimentaron el camino? Y, al
momento del desenlace, lo que determinó el curso de los
acontecimientos ¿fue la deposición de Fernando VII en España

7Colombia julio de 1810. Venezuela julio de 1811. Argentina julio de 1816.


Chile febrero de 1818. Perú, julio de 1821. México setiembre de 1821. Brasil,
enero de 1822 (de Portugal)
153 | BICENTENARIO 200
o fueron las turbas indias, criollas y negras -en alianza con las
distintas clases y sectores criollos, desde ya- como las
expresadas por Ventura Ccalamaqui8 en Huamanga o la ‘parda’
María Remedios del Valle9 en el Ejército del Norte, dirigido por
Belgrano? Para no olvidar que el español con mujeres tuvo que
pelear3.

Suele suceder que de cómo se contesten estas preguntas


aparecen las tonalidades en la forma de ver el mundo hoy. Así,
dando preeminencia a las causas externas se puede transitar
entre un escepticismo paralizante –que coloca en el mismo
platillo de la balanza a Keiko Fujimori que a Pedro Castillo-
hasta un optimismo que deja en manos de las potencias
económicas extranjeras las principales decisiones políticas.

Saber, entonces, que los orígenes del movimiento anticolonial


fueron múltiples y que sus corrientes convergentes incluyeron
a las más variadas clases, capas y sectores sociales en lo que se
podría llamar un frente único 10 antiespañol es un punto de
partida que pone en las causas internas el motor de todo el
proceso, y a las causas externas como facilitadoras o
galvanizadoras. Nunca como determinantes.

Esto quiere decir: fueron los hombres y las mujeres que


habitaban suelo americano, sobre todo indios,
afrodescendientes, criollos, mulatos, pardos, zambos, gentes de
las clases y capas productivas más variadas, quienes, en unidad
-de hecho- con los intelectuales, políticos y militares que traían
–en sus cabezas- las ideas de la ilustración y del desarrollo de la

8
Bustamante, Roberto; Ventura Ccalamaqui ¡Rebeldía y Libertad!, Lima, 2018
9
Pigna, Felipe; Mujeres tenían que ser. Historia de nuestras
desobedientes, incorrectas, rebeldes y luchadoras. Desde los orígenes
hasta 1930. Buenos Aires, Planeta, 2011
3
Canción Juana Azurduy. Compositores: Ariel Ramírez y Félix Luna
10
Dimitrov, Jorge; Fascismo y Frente Único. Nativa Libros, Buenos Aires, 1974
154 | BICENTENARIO 200
industrialización, lo que determinó el curso general de los
acontecimientos.

Siguiendo este punto de referencia, fueron cincuenta años –solo


porque hay que contar al modo occidental y cristiano- de
guerras de guerrillas, revueltas, levantamientos en las minas, en
los montes, en la sierra, en los artesanados vitivinícolas,
algodoneros, cafeteros los que desembocaron en un nivel de
conciencia revolucionaria que catalizó en los veinte primeros
años del siglo XIX –tomados entre 1804 y 1825- que dejaron al
mundo patas arriba. El hito -que tampoco es el inicio, sino su
punto emergente- es la insurrección de Túpac Amaru11 en 1780.

Dicho en pocas palabras: antecedentes y causas múltiples y


coadyuvantes, pero con preeminencia de los sucesos internos;
conscientes y programáticos, además.

¿Y la declaración de la independencia del Perú en 1821 cuando


aún la lucha con el imperio español requeriría de tres largos
años más de batallas militares, hasta su derrota definitiva en
diciembre de 1824, en los campos de la quinua, entre las
quebradas de Ayacucho?

La declaración del 28 de julio de 1821 fue un acierto histórico


del Gral. San Martín. Fue el principio del fin, en donde lo
importante no es cómo jugaron las capas y clases aristócratas
criollas, tibias y temerosas, o incluso los españoles acriollados
devenidos en ‘patriotas’ limeños de última hora. Lo importante
fue la palabra. Lo que cambió el curso de la historia, una vez
hecha la historia, fue declararlo.

En política, “pegar primero es pegar dos veces” dicen en los


barrios populares de mi país; “un buen ataque es la mejor

11
Lewin, Boleslao, La insurrección de Túpac Amaru. Eudeba, Buenos Aires, 1963
155 | BICENTENARIO 200
defensa” dicen en el fútbol -y todavía gritamos emocionados el
gol de Maradona a los ingleses en junio de 1986 en el mundial
de México-. Pero además está la palabra. El significado de
declarar la voluntad. La palabra es acto12.

En primer lugar, lo es porque estaba precedido de diez años de


batallas a lo largo y a lo ancho de cuatro grandes virreinatos: de
Nueva Granada, del Perú, del Río de la Plata y de Nueva España
y una Capitanía General, la de Chile, con millones de personas
enroladas en la convicción de modificarse y modificar al mundo
en el que vivían.

En segundo lugar, porque para 1821 el poder español solo se


hallaba endeblemente de pie en el Virreinato del Perú. Y era allí
donde había que atenazarlo de todas las formas posibles.

Y como tercera razón, porque la voluntad de los hombres y las


mujeres traducidas en forma de lenguaje puede ser tan fuerte
como una batalla a matar o morir. Declarar la independencia
mientras se combatía y a medida que se avanzaba, es lo que
demuestra la profunda visión política de San Martín, al igual
que la de Simón Bolívar. Esto ya había sucedido en lo que había
sido el Virreinato del Río de la Plata, cuando entre 1815 y 1816
San Martín preparaba en Mendoza su ejército de indios en
patas, fundiendo monedas para hacer balas, exigía al Congreso
de Tucumán en julio de 1816 “que no dilate más la declaración
de la independencia” porque “es preciso que nos llamemos
independientes” 13 . Y después viene la vida. Los procesos en
marcha pueden avanzar o retroceder. Pero, los pasos que se dan
se afirman, nunca pueden ser dubitativos.

12
Austin, John; Cómo hacer cosas con las palabras. Paidós. Buenos Aires, 1962
13
https://sanmartiniano.cultura.gob.ar/
156 | BICENTENARIO 200
Y, para fundamentar que esa relación de “afirmar con la letra lo
que se hizo con el cuero” 14 remite a la relación dialéctica de
práctica-teoría-práctica, podemos dar un último argumento.
Unos ciento cincuenta años después se publicarán las clases y
conferencias de ese fundamental filósofo del lenguaje llamado
John Austin. En ellas desenvuelve genialmente los
fundamentos por los cuales cuando queda escrito, dicho y
firmado por autoridad pertinente: “Por la presente usted está
autorizado a pagar…” (Austin. 100) lo dicho se transforma en
acto. Efectivamente “usted queda autorizado a pagar” y esa
palabra es acto. El compromiso es acto. La voluntad expresada
con el lenguaje –eso que nos diferencia del resto de los seres
vivos y, que nos produjo junto al trabajo15- ya es acto.

La declaración de la independencia del Perú aquel 28 de julio


de 1821, en las entrañas mismas de lo que había sido el centro
del brutal dominio español por más de trescientos años, daba
entidad suprema a la voluntad de millones y daba, sobre todo
fortaleza política a todas las declaraciones de independencia
previas.

Ser libres e independientes de España “y de toda otra dominación


extranjera”, agregó el Congreso de Tucumán en 1816, -ha pedido
expreso del Gral. San Martín- aunque, claramente, allí se abrió
un largo recorrido que, a ojos vistas, continúa hoy.

El proceso estaba abierto. Se cerraba entonces, hace doscientos


años, una etapa: la de la colonia y se habría otra: la de ser
repúblicas verdaderamente independientes de toda
dominación extranjera. Repúblicas soberanas, todo lo más
soberana que se pueda. En eso estamos.

14
Intertextualidad con un dicho popular del campo en la Argentina
15
Engels, Federico: El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre
en Dialéctica de la naturaleza. Cartago. Ciudad de México, 1983
157 | BICENTENARIO 200
*María de los Ángeles Fornero nació en 1961. Es argentina y
reside en la ciudad de Córdoba. Es Psicóloga Social, Profesora
de Lengua y Literatura y tiene publicados dos libros, una novela
de autoficción, Viajes entre dos orillas, Alción Editora, Córdoba,
2019; y La Devolución de las texturas, Ed. Tinta Libre, Córdoba,
2020. Es colaboradora de diferentes revistas y publicaciones.

Argentina, junio 2021.

Anexo

Campo de instrucción en Mendoza, 19 de enero de 1816.

Señor don Tomás Godoy.

Mi mejor amigo:

¡Qué habrá usted dicho de mi silencio a sus repetidas y amables cartas!


Pero soy tan disculpable como usted verá en mi corto relato.

Un furioso ataque de sangre y en su consecuencia una extremada


debilidad me han tenido diecinueve días postrado en cama; los atrasos
que encontré después de ellos me hicieron contraerme más y más a su
despacho; las atenciones del enemigo y apresto para recibirlo en caso
de invasión me obligó a olvidar a mis amigos; todas estas
circunstancias reclaman su indulgencia del modo más exigente.

Cuánto celebré no haya sido exagerado el cuadro que le hice sobre el


amable y virtuoso intendente de esa provincia. Amigo mío, crea usted
que hay pocos americanos comparables a él.

Nada de particular en este pueblo, la misma tranquilidad que usted


dejó, la misma disposición en favor de la causa, y en fin la misma

158 | BICENTENARIO 200


disposición en socorrerla, que nunca se ha manifestado con más
entusiasmo que cuando han sabido nuestro contraste en el Perú.

Diga usted al amigo Aráoz no deje de avisarme por extraordinario


todas las incidencias del Perú, igualmente queda usted encargado de
esta comisión.

¿Cuándo empiezan ustedes a reunirse? Por lo más sagrado le suplico


hagan cuantos esfuerzos quepan en lo humano para asegurar nuestra
suerte; todas las provincias están en expectación esperando las
decisiones de ese congreso: él solo puede cortar las desavenencias (que
según este correo) existen en las corporaciones de Buenos Aires.

No deje usted de repetirme todo aviso que crea útil a esta provincia.

No hay cuidado con el enemigo de Chile; si viene espero tendremos un


completo día, y ya sabe usted que no soy muy confiado.

A los amigos, el padre Oro, Laprida y Maza un celemín de recuerdos,


así como la firme amistad de este su mejor amigo Q.B.S.M.

JOSÉ DE SAN MARTÍN

Autógrafo. MM. Documento número 444. Conservación


regular. Documentos del Archivo de San Martín, Buenos
Aires, 1910, tomo V. Págs. 529-530

***********************************************************************
*****************************************Mendoza, 24 de enero de 1816
Señor don Tomás Godoy:

Mi amigo y querido paisano: tengo presente su apreciable del 10.

Si los refuerzos acordados en Buenos Aires para el Perú llegan a


tiempo, la desgracia puede repararse habiendo juicio. Pezuela es
sumamente retobado y necesita el que Rondeau lo pulsee mucho; la

159 | BICENTENARIO 200


guerra de zapa, es decir, la guerra de seducción debe emplearse antes
de tocar los extremos de una batalla, y en el caso forzoso de esta,
proporcionar el terreno en términos que nuestra caballería tenga toda
la ventaja de que es susceptible.

Veo que sus reflexiones sobre Chile son exactas, pero ¿qué emprende
usted con solo 1,500 veteranos que tengo? No hay duda que están en
un pie sobresaliente, pero si aventuramos esta fuerza ¿qué es de la
provincia? Yo pienso aumentarla con 1,000 hombres y creo lo
conseguiré en breve.

Ya escribí a usted el correo pasado, nada tengo que añadir a este sobre
Mendoza, todo está bueno a pesar de que los ánimos se abatieron con
las primeras noticias, pero se van reanimando a fuerza de trabajo.

¿Cuándo se juntan y dan principio a sus sesiones? Yo estoy con el


mayor cuidado sobre el resultado del congreso y con más si no hay una
unión íntima de opinión.

Los enemigos están todos reunidos en Aconcagua, y según noticias


recibidas ayer, haciendo aprestos para pasar; Dios lo haga, pues tal vez
de este modo tomaremos a Chile.

Dígame usted algo sobre los diputados llegados, ábrame su opinión


sobre los resultados que espera de esa reunión, pues esto me interesa
más que todo, como que está ligado al bien general.

Dé usted un millón de afectos al padre Oro, Laprida y Maza, y es muy


su amigo, Q. B. S. M.

JOSÉ DE SAN MARTÍN

Autógrafo. MM. Documento número 447. Conservación


buena. Documentos del Archivo de San Martín. Buenos Aires,
1910, tomo V. Págs. 530-531

160 | BICENTENARIO 200


Elementos Simbólicos de la Ciudadanía.

LA VARIABLE POPULISTA Y LA
CONFIGURACIÓN DE LA RELACIÓN ENTRE
CIUDADANÍA, DEMOCRACIA Y DICTADURA
EN EL PERÚ (1968-2017)
Por. José Carlos Luque Brazan

Resumen: El proceso de institucionalización de la democracia


como régimen político en el Perú en los últimos 50 años pasa
ineludiblemente por los golpes de Estado que fueron
encabezados por el General del Ejército Peruano Juan Velasco
Alvarado (1968) y por el Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori
(1992), actos que obedecieron a intereses y proyectos políticos
diferentes, mientras Velasco buscó el fortalecimiento del estado
a partir de una matriz ideológica nacional popular, Fujimori
buscó refundar el estado bajo una matriz ideológica
neopopulista-neoliberal. En este sentido la presente
comunicación examina las diferencias entre ambas dictaduras
en tres planos: 1) Las diferencias ideológicas; 2) El diseño
constitucional heredado; 3) Las transformaciones del estado
peruano en su orientación política y económica; 4) Las
configuraciones de la ciudadanía durante y después de la caída
de sus gobiernos; 5) Sus consecuencias en el sistema político
peruano postdictadura y; 6) Transformaciones y continuidades
políticas.

Palabras claves: Dictaduras, Democracia, Perú, Velasco,


Fujimori.

161 | BICENTENARIO 200


INTRODUCCIÓN

Weffort y Quijano16, sostienen que la emergencia política de las


clases populares se encuentra condicionada por la situación de
crisis e inestabilidad que caracterizó al Estado peruano después
del año 1930 y que se fundamentó en el compromiso político de
las elites para controlarlo e incorporar a la política a algunos
sectores populares. La tesis central en este sentido es concebir
al populismo como expresión del proceso de transición política
y de crisis que se manifiesta tanto a nivel del Estado como de la
Estructura social.

Para ello es importante explicar el comportamiento populista en


términos estructurales, es decir cómo se forman las clases
populares y las circunstancias históricas y políticas en que ese
proceso de formación ocurre y en el caso particular cuando se
trata de una estructura política/económica capitalista
dependiente y posteriormente cuando la misma se transformó
en una estructura política/económica neoliberal. Esto nos
permite comprender que, en circunstancias históricas dadas, un
orden basado en la desigualdad social es aceptable incluso por
algunos sectores de las clases dominadas.

“La peculiaridad del populismo viene de que surge como una forma
de dominación en la que dan las condiciones de vació político en la
que ninguna clase tiene la hegemonía y exactamente porque ninguna
clase se figura capaz de asumirla”. 17

16 QUI JAN O y W EF F ORT. 1973: “El c omp romi so y la c ri si s”.


En sayos de in t erpret ación soci ológ i ca; Popu lism o,
Margin alizac ión y De pen den cia. Edi to ri a l Uni ve rsi ta ri a
C e ntroa me ri ca na , Sa n José .
17 Í de m, p. 29.

162 | BICENTENARIO 200


En estas condiciones de crisis de la hegemonía reserva al líder o
al partido populista la función de intermediario entre los
grupos dominantes y las masas. El populismo, resulta entonces
en un concepto analítico significativo para entender las
ampliaciones ciudadanas que se dieron durante este período.
Odría, por ejemplo, mediante Ley No. 12391, otorgó el sufragio
a todas las mujeres alfabetas que cumplían con los requisitos
para acceder a la ciudadanía de la Constitución de 1933, y
mediante la Ley No. 12409, además aprobó la Convención
Interamericana sobre Concesión de los Derechos Políticos a la
mujer 18 . Igualmente, para aumentar la legitimidad de su
régimen amplió el gasto público: Las obras públicas se
tradujeron en nuevas vías de comunicación, en la construcción
de grandes centros educativos urbanos, hospitales, unidades
habitacionales vecinales. Configurándose un nuevo paisaje
urbano que le dio sentido y territorialidad a lo popular en las
grandes ciudades del Perú (Arequipa, Trujillo y Lima).

Estos cambios se dieron de la mano con la extensión de la


ciudadanía social, se amplió la seguridad social, se introdujo el
salario dominical y se inauguró una nueva modalidad de
incorporación de la población trabajadora al decretar su
participación en las utilidades de las empresas. 19 Todas estas
ampliaciones, incluido el aumento del gasto público se hicieron
pese a la negativa de la oligarquía. Odría también buscó formas
de integración para los emigrantes de origen rural y
provinciano no indígena que incrementaron la presencia de las
clases medias urbanas. El estado social peruano había nacido de
la mano del populismo.

18 Según el artículo 86, de la Constitución de 1933, vigente hasta 1978, “Gozan


del derecho de sufragio los ciudadanos que sepan leer y escribir; y, en
elecciones municipales, las mujeres peruanas mayores de edad, las casadas o
que lo hayan llegado a su mayoría”.
19 I bí de m, p. 293.

163 | BICENTENARIO 200


Según el censo de 1940, el 83% de la población vivía en áreas
rurales, en 1961, subió al 53%, esta tendencia aumento hasta que
el crecimiento demográfico urbano superó al rural. La
importancia de la migración en la construcción de la ciudadanía
en el Perú es clave para entender el surgimiento del populismo
y la crisis final de la oligarquía peruana que controlaba al estado
andino. La sostenida migración de campesinos a las principales
ciudades de la sierra y costa, y en especial a Lima, generó un
conjunto de dinámicas que afectaron la relación entre sociedad,
ciudadanía, democracia y Estado.

En primer lugar, favoreció la sedentarización de la fuerza de


trabajo en áreas urbanas. Lo que implicó el acceso de las clases
populares a la educación, favoreció el crecimiento de las
organizaciones obreras y sindicales, así como el crecimiento de
las organizaciones poblacionales, lo cual incremento su
capacidad de presión para obtener mayores inclusiones
ciudadanas. La ciudad permite a los migrantes andinos, acceder
a una mejor oferta educativa, y por lo tanto se generó un
proceso de ampliación y ciudadanización a través de la
educación, pues al dejar de ser analfabetos ya accedían a la
ciudadanía política, lo que plasmó el interés de los políticos por
este nuevo electorado.

El Estado se ve en la obligación de proveer de un conjunto de


necesidades básicas que los actores populares exigen: Trabajo,
vivienda, educación, servicios básicos urbanos. La creciente
urbanización y diferenciación social en estos años, así como la
aparición de diversos actores y grupos de presión hicieron
imposible la continuidad de los mecanismos de control social y
político que hasta esos momentos había utilizado la coalición
dominante (Oligarquía y Ejército). Creándose la necesidad de
buscar nuevas vías de consenso y control político. De ahí que el
“Populismo”, surja como el instrumento apropiado para
resolver las demandas e intereses de ambos. Relación que sería
164 | BICENTENARIO 200
aprovechada por Alberto Fujimori y sus herederos y herederas
décadas después.

En 1956, se realizaron las elecciones presidenciales. El nuevo


gobierno electo nació del pacto establecido entre el
representante de la burguesía urbana – nacionalista: Manuel
Prado y el APRA. Esta alianza y la institucionalización del
nuevo gobierno conocido popularmente como la
“convivencia”, logró cierta estabilidad social y política pues el
APRA tuvo el control de la Central de Trabajadores del Perú, y
diluyó las protestas y movilizaciones pues no quiso repetir los
acontecimientos de 1948 (nos referimos al golpe de estado de
Odría).

El Ejército, otro de los pilares del poder oligárquico, cambió de


objetivos, se profesionalizó y se creó en su interior un conjunto
de instituciones que abrieron espacios de discusión intelectual
y de debate político que incidieron en su formación y en la
elaboración de un proyecto político propio para modernizar al
Estado. En 1962, hay nuevas elecciones, en las que se
enfrentaron el APRA, representado por líder histórico Víctor
Raúl Haya de la Torre, y Acción Popular, un partido de clase
media, dirigido por Fernando Belaúnde Terry, el ex - dictador
Manuel Odría, y la nueva izquierda representada por el
Movimiento Social Progresista y el Frente de Liberación
Nacional. El ganador fue Haya de la Torre, pero no logró
obtener el tercio mínimo de los votos para ser declarado
vencedor, ello generó una crisis, pues importantes actores como
el Ejército, el diario “El Comercio”, y los partidos reformistas
encabezados por Acción Popular decidieron no negociar con el
APRA y lo obligaron a aceptar a Fernando Belaúnde Terry
como Presidente de la República.

Belaúnde intentó promover un gobierno de corte desarrollista,


pero su gestión fue acompañada por la devaluación de la
165 | BICENTENARIO 200
moneda y el incremento del endeudamiento exterior. La difícil
situación económica y el aumento de la violencia guerrillera
condujeron a un nuevo golpe militar en 1968, de características
nacionalistas y populistas, que desmontó el poder oligárquico y
nacionalizo todas las empresas de capital extranjero.

La dictadura militar peruana fue a todas luces un populismo


autoritario, caracterizado por su orientación antioligárquica y
nacionalista. Sus objetivos centrales fueron; la industrialización
del país. El aumento de la presencia del Estado en la economía
y la incorporación de los sectores populares (especialmente a
los grupos indígenas y campesinos) a la vida política, de la que
habían sido sistemáticamente marginados en el pasado. Estas
circunstancias le restaron el apoyo de las elites políticas y
económicas asociadas con las oligarquías, lo que a su vez
redundó en la utilización menos dura y sistemática de la
represión.

La dictadura militar se extendió hasta 1979 y en su primera


etapa (1968-1975), fue encabezada por el general Velasco
Alvarado, que intentó una gestión de corte izquierdista y
antiimperialista.

En un segundo momento (1975-1979), el general Francisco


Morales Bermúdez aplicó una política más moderada que
intentó el retorno de los militares a los cuarteles. En 1977 el
gobierno militar dio a conocer el plan Tupac Amaru para
propiciar el retorno a la democracia. La Junta militar convocó a
elecciones constituyentes, las cuales se dan en el marco legal de
la Ley de elecciones para Asamblea Constituyente, dictada el 15
de noviembre de 1977 por el entonces Presidente de la Junta
Militar, General Remigio Morales Bermúdez.

Esta ley dio el derecho al sufragio a todos los peruanos y


peruanas mayores de 18 años, además de hacer del voto un acto
166 | BICENTENARIO 200
cívico obligatorio para todos los peruanos en edad de sufragar,
se encontrarán tanto afuera como al interior del país. Este dato
es de vital importancia pues por primera vez se establece el
derecho y el deber para con los ciudadanos y ciudadanas
peruanas residentes en el extranjero de participar en un proceso
electoral en el Perú.

Un balance de lo ocurrido hasta aquí en relación con la


ciudadanía y sus aspectos procedimentales, culturales y
simbólicos nos ponen frente a un panorama contradictorio. En
cuanto a los derechos civiles existen avances y retrocesos: Por
un lado, la Constitución de 1933 incorporó la libertad de culto,
mientras que las dictaduras militares de la época establecieron
la censura a la libertad de prensa y se encarceló, persiguió y
exilió a los opositores políticos sin juicio previo.

Los derechos políticos, como el derecho al sufragio, a elegir y


ser electo a un cargo público sólo funcionaron parcialmente, sin
embargo la dictadura militar de Odría desempeñó un papel
clave en la ampliación de la ciudadanía política a las mujeres
alfabetos, y es bajo la dictadura militar de los setenta en que se
hizo efectivo por primera vez el sufragio universal para todos
los peruanos y peruanas mayores de 18 años para la elección a
la asamblea Constituyente de 1978, lo que significó la inclusión
de todos los sectores excluidos hasta entonces: Población
masculina y femenina analfabeta en edad ciudadana, lo que en
términos cuantitativos implicaba en 1970 al 30.8% de la
población total del Perú20.

La ampliación de la cobertura en servicios de salud, seguridad


social y en infraestructura educativa es masiva, las políticas de

20 MI N I STERI O DE EDUC AC I ÓN DEL PERÚ. 1973: Of i c i na Se c tori a l


de Pla ni f i ca c i ón, Esta dí stic a s Bá sic a s de núc le os Educ a ti vos.
L i ma, p. 118.

167 | BICENTENARIO 200


bienestar social de Odría son ampliadas durante el gobierno de
Velasco, sobre todo en el sector educación, dos de sus reformas
importantes fueron la educacional y la laboral. En la primera se
impulsó un agresivo programa de alfabetización y en la
segunda se formaron las comunidades laborales en la que los
trabajadores tenían un tercio de la propiedad de sus fuentes de
trabajo. En relación con los derechos culturales se reconoció la
especificidad jurídica de las comunidades indígenas.
Asimismo, la reforma agraria eliminó a los terratenientes con el
consecuente fin de las relaciones de servidumbre que se
establecían en las áreas rurales entre el terrateniente y las
comunidades indígenas. Simbólicamente el régimen de Velasco
incorporó como uno de los dos idiomas oficiales del Perú al
quechua.

Los derechos culturales otorgados a los indígenas en el Perú


tienen que ser pensados en relación con el grado de inclusión y
exclusión que tuvieron. Kymlicka señala que existen tres tipos
de derechos espaciales: Los derechos de representación, los
derechos poli-étnicos y los de autogobierno. En el caso peruano
los derechos culturales se dan en una lógica paternalista, lo que
en el fondo terminó generando una situación de status quo que
no permitió la modernización de las comunidades indígenas,
legitimando su exclusión, además durante largos años no se
resolvió el problema central indígena que era el problema de la
tierra y que sólo pudo solucionarse a través de la reforma
agraria de 1969. Simbólicamente durante la dictadura militar de
los setenta se incorporó a lo indígena como parte del discurso
oficial acerca de la nación peruana.

El autodenominado “Gobierno Revolucionario de las Fuerzas


Armadas”, tuvo en total una duración de 12 años. Producto de
su discurso nacionalista, sus reformas populistas y los procesos
de modernización que impulsó, se levantaron las bases para la
cristalización de una comunidad imaginaria y de un modelo de
168 | BICENTENARIO 200
ciudadanía sin exclusiones. En este sentido es importante
señalar que al finalizar la década de los setenta tenemos en el
Perú la consolidación de un Estado-Nación moderno, dotado de
mitos y narrativas que se constituyeron alrededor de un
discurso nacional antiimperialista, y en acciones concretas
como la nacionalización de las empresas extranjeras.

El voto obligatorio de los peruanos en el extranjero en las


elecciones generales es un hecho singular que debe ser
explicado en el contexto de la consolidación de la Nación
peruana y la cristalización de la ciudadanía universal, pues en
aquellos años el fenómeno de la inmigración no era importante
en la vida peruana, además que la soberanía westfaliana de los
Estados-nación aún no había sido afectada por el fenómeno de
la globalización.

Hasta inicios de la década de los sesenta el discurso nacionalista


en el Perú era una abstracción carente de símbolos positivos que
permitieran la constitución de un imaginario colectivo acerca de
la nación, además la presencia de enclaves territoriales en los
que el Estado no contaba con injerencia alguna había catalizado
un clamor mayoritario por recuperar la soberanía perdida.

Es por ello por lo que si queremos explicar la relación entre


democracia y ciudadanía durante el arco de tiempo definido
por el presente trabajo hay que ubicarlos en el contexto histórico
en el que se da la configuración de la ciudadanía y el populismo
en el Perú. En primer lugar, es recién a finales de los sesenta
cuando las élites que impulsaron el discurso nacional popular
(populista), lograron el control del aparato estatal e imponer su
autoridad a todos los habitantes dentro de sus fronteras, así, al
nacionalizar las empresas extranjeras, el problema de la
soberanía nacional quedó resuelto. De esta forma, el discurso
nacionalista revolucionario se convierte en el sentimiento de la
época, en la narrativa que adquiere sentido en los individuos y
169 | BICENTENARIO 200
los impulsa a imaginar y proponer una ciudadanía sin
exclusiones, orgullosa, en donde se privilegió el vínculo de los
ciudadanos con su comunidad política, extendiéndose incluso
a los emigrantes peruanos. El discurso nacionalista/populista
revolucionario 21 imperante en la época fue la condición
necesaria para el surgimiento de una concepción del derecho al
voto que incorporó en la comunidad política peruana. No
podemos dejar de mencionar que en dicho proceso confluyó
una forma específica de cultura política fundada en patrones
populistas que ya venían desde inicios de las primeras décadas
del siglo XX y una concepción de nación que recién a partir de
los setenta se articuló en términos universalistas para todos los
habitantes del Perú.

El escenario prefujimorista (1980-1992)

En abril de 1980 la Junta de Gobierno Militar convocó a


elecciones generales para elegir al Presidente y al Congreso de
la República, resultando electo el representante de la coalición
de centro derecha, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry. Su
gobierno enfrentó serios problemas económicos, además del
recrudecimiento de la acción terrorista de Sendero Luminoso,
no pudiendo solucionar ninguno de estos dos problemas
centrales, lo que redundó en la caída de la centroderecha
peruana, lo que tuvo como resultado que el electorado en las
elecciones de 1985, apoyaran a Alan García, el candidato
aprista. Por primera vez desde 1912 se producía el traspaso de
poderes entre dos civiles y por primera vez en la historia del
Perú un militante del APRA ocupaba la presidencia de la
República. La Constitución de 1979 tiene como característica
central su carácter universal, es en ella en donde se incluye por

21 Enti e ndo a l na c i ona li smo c omo u n re c urso i d e ológi c o pa ra la


i nte gra c i ón y la uni f i c a c i ón na c i ona l, que e n e l c a so pe rua no
surgi ó po r la ne c e si da d de i nte g ra r a la sobe ra ní a na c i ona l todos
los e nc la ve s pr oduc ti vos e x tra nje ros.
170 | BICENTENARIO 200
primera vez a toda la población peruana en edad ciudadana, sin
ningún tipo de restricción política, social, económica, cultural o
de género. Igualmente tiene incorporado un fuerte discurso
nacionalista y estatista, donde el Estado se encuentra llamado a
ser el principal promotor de la vida política, económica y social
del Perú.

Al analizar brevemente la configuración de la ciudadanía de


esta Constitución, una primera observación establece su
carácter republicano. Asimismo, tiene una concepción dinámica
de la ciudadanía, lo que supone la existencia simultánea de los
derechos políticos, civiles, sociales y culturales como ejes
promotores de una ciudadanía activa y empoderada.

El Estado tiene por su parte una activa participación en el


desarrollo de la ciudadanía, aquí se presenta como el actor
redistributivo de la desigualdad que genera el mercado. El
modelo de ciudadanía es uno que se articula desde arriba, a
través del estado como el principal promotor y garante del
pacto establecido. En este sentido es un Estado de bienestar e
interventor que se transforma en un instrumento que nivela las
desigualdades del mercado redistribuyendo los recursos (lo
que va en la lógica del modelo marshalliano), con la diferencia
de que el Estado peruano no contaba con los recursos
económicos para implementar integralmente todos los
derechos sociales que contempló esta Constitución. Por otro
lado, la ciudadanía política se consolidó con el sufragio
universal al eliminarse el requisito de ser alfabeto para poder
votar. Ello tuvo como consecuencia el aumento de casi un 30%
en el universo electoral.22 Se afirmó la extensión del derecho al
sufragio a los ciudadanos peruanos residentes en el extranjero,

22
HE NRÍQUE Z , N. 1978: “ Condi c i ón de l a nal fa be ti sm o e n e l Pe rú”.
Si t uac i ón y de re c hos del analf abe t o e n e l P e rú . De pa rt am e nt o de
Ci e nc ia s Soc i a le s – Pont i fi ci a Uni ve rsi da d Cat ól ic a de l Pe rú. L i ma ,
p. 107.
171 | BICENTENARIO 200
eliminándose también las prohibiciones a los partidos con
vinculaciones internacionales, en tanto que se buscó la creación
de un sistema de partidos políticos moderno, con acceso a los
medios de comunicación masivos. Se profundizan los derechos
culturales, se establece el quechua y el aymará como idiomas
oficiales del Perú junto con el castellano. Impulsándose también
la educación indígena en su propio idioma.

En relación con los Pactos Internacionales se observa la


implementación incipiente de un modelo de ciudadanía
postnacional en tanto el Estado peruano ratificó los tratados
vinculados con la temática de los derechos humanos. En la
decimosexta disposición transitoria se ratifican
constitucionalmente, en todas sus cláusulas, el Pacto
Internacional de derechos civiles y Políticos; el Protocolo
Facultativo del Pacto Internacional de derechos Civiles y
Políticos de las Naciones Unidas; la Convención Americana
sobre derechos humanos de San José de Costa Rica y el
Convenio 151 de la Organización Internacional del Trabajo. Se
instituye la difusión y la enseñanza obligatoria de la
Constitución y de los derechos humanos en todos los centros de
educaciones civiles y militares.

Sin embargo, la crisis económica internacional impactó


profundamente en la economía peruana, la cual basaba sus
finanzas en los préstamos de la banca internacional, afectando
los planes del Gobierno recientemente elegido, pues no contó
con los recursos para financiar integralmente el Estado de
bienestar multicultural que la Constitución diseñó en el papel.

El retorno de la democracia después de 12 años de dictadura


militar revitalizó a los partidos tradicionales como el APRA,
Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. Asimismo,
propició la emergencia de una constelación de partidos de
izquierda que se sustentaban en distintas versiones del
172 | BICENTENARIO 200
marxismo, las que iban desde el mariateguismo hasta las
corrientes maoístas y leninistas más ortodoxas. Las
movilizaciones populares tenían una influencia significativa en
la vida política nacional. Estos diversos matices y proyectos
políticos según Julio Cotler23 impedirían la consolidación de un
sistema de partidos políticos modernos y la estabilidad
necesaria para consolidar institucionalmente al Estado
peruano. Fernando Belaúnde tuvo que enfrentar una serie de
problemas en su segundo gobierno; entre ellos el estallido de la
crisis internacional de la deuda en el año 1982; el desastre
ocasionado por la activación del fenómeno del niño que afectó
a la producción agrícola y a la industria pesquera; y el
surgimiento de la violencia política, protagonizada por el
Partido Comunista – Sendero Luminoso. 24 En las elecciones
presidenciales de mayo de 1985, la coalición gobernante de
centro-derecha fue derrotada ampliamente. El APRA, después
de 50 años intentando llegar al poder, ganó las elecciones
seguido de un Frente Político integrado por organizaciones de
origen marxista, agrupadas bajo el nombre de la Izquierda
Unida, entre ambas concentraron el 80% de la votación popular.
El nuevo presidente, Alan García Pérez, al asumir el poder
desplegó un discurso populista, tanto en lo económico como en
la política interna y externa: Incrementó el gasto público, limitó

23C OTL ER, 1999: “ L a Soc i e da d de spué s de l C ola p so p o lí ti c o e n e l


Pe rú”. He ng ste nbe rg , Pe te r, Kohut. Ka rt y Ma i hold, G ünthe r
(C ompi la dore s). Socied ad C ivi l en A m érica lat in a: represen t ación
de in t ereses y gobern abil idad . F unda c i ón G re i dri c h Ebe rt
Sti f tung. N ue va Soc ie da d. Ve ne zue la , pp. 97 – 110.

24 El Pa rti do C omuni sta – Se nde ro L umi noso, le d e c la ró la gue rra


a l e sta do pe rua no e l mi smo dí a e n e l que s e c e le bra ron la s
e le c ci one s pre si de nc i a le s: El 6 de ma yo de 1 98 0, i ni c i a lme nte e l
G obi e rno de B e la únde lo tomó c omo u n p rob l e ma me nor, pe ro
c on e l pa so de l ti e m po su a c c i ona r y sus p rá c ti c a s te rrori sta s
pond rí a n e n ja que la e sta bi li da d po lí ti c a de l p a í s.

173 | BICENTENARIO 200


el pago de la deuda externa el 10% del PBI y aumentó los
salarios, pero:

“Al cabo de dos años de gobierno, se hizo patente el agotamiento de la


heterodoxia económica y del modelo de sustitución de importaciones,
como en otros países de la región; a la par que los organismos
multilaterales declaraban al país “inelegible” para recibir créditos
externos en tanto no aplicara el ajuste y la apertura económica. 25

García intentó conseguir nuevos recursos económicos para


resistir la presión de los organismos económicos multilaterales
y el aislamiento internacional, mediante el control del Congreso
logró aprobar una ley que estatizó a la banca nacional. Esta
acción sin embargo fue contraproducente, movilizó a los
empresarios y sectores medios de la sociedad peruana, quienes
se opusieron a los proyectos estatistas de Alan García, dicha
movilización fue aprovechada por los partidos políticos de
centroderecha (Acción popular y el Partido Popular Cristiano),
quienes se aglutinan en el movimiento “Libertad”, dirigido por
el escritor Mario Vargas Llosa.

Por otra parte, la izquierda marxista legal presionó al gobierno


aprista a través de la movilización de gremios sindicales y
estudiantiles que controlaba, polarizando el contexto político y
social. El Estado ya sin recursos que distribuir apela a la
emisión monetaria sin ningún respaldo, la inflación se disparó,
los atentados terroristas se incrementaron y el gobierno perdió
todo rastro de legitimidad para respaldar su acción política.

En síntesis, Cotler menciona tres elementos que le dieron el


golpe de gracia al modelo nacional-popular expresado en el
gobierno de Alan García:

25 Í de m, pp. 97 y 98.

174 | BICENTENARIO 200


• El desarrollo de la subversión liderada por el Partido
Comunista – Sendero Luminoso (al cual se le sumó en el
año 1984 el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru).

• El crecimiento de la producción y el tráfico ilícito de


drogas (que también afectaba a Bolivia y a Colombia),
comprometió a importantes sectores de la población y
creó distorsiones económicas, además de lograr
introducirse en el aparato estatal y corromper a
funcionarios públicos, financiando a la vez a los
movimientos subversivos, lo que terminó afectando a la
seguridad regional de América Latina.

• La crisis económica del Estado impidió la integración de


una importante población urbana, constituida
básicamente por emigrantes de las zonas andinas, los
cuales tuvieron que usar distintos mecanismos de
incorporación y de solución a sus demandas principales:
Vivienda y trabajo. Con relación al trabajo, se creó una
economía paralela para absorber la mano de obra
migrante, ante la incapacidad del Estado y de la
economía oficial para generar empleos, creándose dos
circuitos económicos: Uno oficial, constituido por todos
los actores que operaban en la legalidad, y otro
constituido básicamente por empresas y personas no
registradas legalmente de carácter “informal”.

El progresivo debilitamiento del Estado nacional-popular como


eje promotor de la inclusión ciudadana, dejó a vastos sectores
de la población a su suerte, generándose un clima de

175 | BICENTENARIO 200


incertidumbre en donde el Estado social peruano ya no fue
capaz de seguir redistribuyendo los recursos, otorgar
seguridades ni cohesionar a la sociedad26. La imagen optimista
y preciada de la comunidad política peruana incubada en los
sesenta y setentas empezó a depreciarse ante sus propios
ciudadanos. Un aporte en la dirección a esta observación es el
análisis que hace Anderson 27 de la novela de Vargas Llosa el
“Hablador”, que sale a la luz pública el año 1987. En ella, según
este autor, se desplegó una narrativa que construyó una visión
negativa de la nación peruana, tensionada entre la presión
desarrollista y progresista de los liberales peruanos y el
repliegue de las identidades étnicas. La violencia política fue
desgastando progresivamente la fortaleza de la sociedad civil.
El asesinato de dirigentes sociales y políticos, así como la
implementación del Estado de Emergencia en significativas
zonas del país donde fueron suspendidos los derechos
ciudadanos, hizo de la actividad política y la participación en la
esfera pública una aventura de riesgosas consecuencias.

La esfera pública, en tanto, fue inundada por discursos


conformacionales, irracionales y antagónicos entre los distintos
sectores de la sociedad civil, constituyéndose en su interior una
relación simbólica de enemigo/amigo 28 , que tuvo como

26
E l t el ón de fondo de l a ná l i si s de Gi dde ns e s el t erre no e xi st e nci a l
de l a vi da e n l a m ode rni da d ta rdí a. E n e l unive rso soc i a l post -
t ra di c i ona l , orga niz a do re fl e xi va m e nt e , pe rmea do por si st e ma s
a bst ra c t os, y e n e l c ua l e l re orde na m ie nt o e spa c i al y te m pora l
re a l i ne a n l o l oc al c on l o gl oba l, e n donde e l “ Se lf” e st á e xpue st o a
c a m bi os m a si vos. de l a a c t ua l iz a ci ón del “ Sel f” . DU GAY, E VANS
y RE DMAN. 2000: Ide nt i dad: Una Le c t ura. Sa ge. L ondon.
27 AN DERSON , B . 2000: “ El ma lha da do pa í s”. N ew L ef t. Re vie w .

N º 5, Edi c i one s Aka l, Espa ña . , pp. 149 – 1 72.


28
L a e st ruc t ura si m ból ic a de l a soci e da d c i vil se c onform a a pa rt i r
de l a s si ngula ri da de s hi st óri ca s, ec onóm ic a s, c ul t ura l e s y soc i a le s
de l os E st a dos -na c i ón e n que se de sa rrol l a n, en e st e se nt i do se
c onst i t uye n e n “ e l l e nguaj e que c onfi gura e l núc l e o c ul t u ra l de l a
soc i e da d c i vil ” . AL E XANDE R, J. 2000: “ Ci uda da no y e ne m i go
176 | BICENTENARIO 200
consecuencia la configuración de discursos contra democráticos
y su predominio en la esfera pública.

Un elemento importante para tener en cuenta es el discurso


impulsado por las organizaciones de izquierda a lo largo de la
década de los ochenta y que puede acotarse bajo el polémico
concepto de “democracia revolucionaria”. A lo largo de esos
años la presencia de las organizaciones estudiantiles, sindicales
y políticas controladas por la izquierda peruana ocuparon la
esfera pública con sus discursos rupturistas y
“revolucionarios”, que llamaban a la violencia. La incapacidad
para derrotar a las organizaciones alzadas en armas, como
Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac
Amaru por parte del Estado, generó la impresión en amplios
sectores de la izquierda que la revolución se encontraba a la
vuelta de la esquina. Las lógicas de interacción política se
caracterizaron por su carácter conformacional y la posibilidad
del diálogo se fue cerrando, hasta que en el año 1989 la
Izquierda Unida, el frente político de la izquierda peruana se
derrumbó. Siguiendo a Turner, el proyecto de democracia
socialista del sector duro de la izquierda peruana 29 terminó
generando conductas políticas totalitarias que terminaron por
alejarla de la sociedad.

c om o c la si fi c ac i ón si m ból i c a: Sobre e l di sc urso pol a ri z a dor de l a


soc i e da d c i vi l” , e n Soc i ol ogí a Cul t ural . Forma s de Cl a si fic a ci ón e n
l a s soc i e da de s c om pl e ja s. J e ffre y Al e xa nde r. Anthropos - FL ACSO.
Mé xi c o, pp. 141 – 163.

29 En a que ll os a ños pa rti dos de l se c tor ra di c a l de la I zqui e rda


Uni da , c omo e l Pa rti do Uni f i ca do Ma ri a te gui sta , Pa tri a Roja y e l
F re nte Obre ro de C a mpe si nos y Estudi a nte s de l Pe rú,
de sa rrolla r on si multá ne a me nte dos ví a s p a ra re a li za r sus
i nte re se s polí ti c os: U na a tra vé s de la pa rti c i pa c i ón e n e l si ste ma
polí ti c o le g a l y o tra i mple me nta ndo di sposi ti v os pa ra -mi li ta re s
a l i nte ri or de sus o rg a ni za c i one s polí ti ca s de nomi na da s
popu la rme nte c omo f ue rza s de c hoque .
177 | BICENTENARIO 200
En esta lógica se hicieron populares dos categorías para
clasificar a los individuos en el Perú: “Terroristas” y
“ciudadanos” o “patriotas”, las que pueden resumirse de la
siguiente manera terroristas/patriotas. Los primeros eran
señalados como los responsables de la violencia política. Caer
en esta categoría traía como consecuencia inmediata el ser
clasificado como un “no ciudadano”, un elemento profano y
peligroso que no compartía la liturgia de la comunidad
imaginada, y que era amenaza que debía ser eliminada. El
patriota, era considerado aquel que velaba por el orden y la
seguridad pública, espacios que había que cautelar aún a costa
de emplear medios ilegítimos.

La llegada de Fujimori. El Neopopulismo de Fujimori y la


configuración de la ciudadanía liberal autoritaria. (1990 –
2001)

Un síntoma de las transformaciones políticas y sociales por


venir se dieron en las elecciones de 1990, en donde Alberto
Fujimori, un “extraño” en la política peruana, respaldado por el
movimiento Cambio 90, se impuso a Mario Vargas Llosa, quien
contaba con el apoyo de la derecha para aplicar un programa
de ajuste muy duro basado en la liberalización y en la
desregulación de la economía. Con la elección de Fujimori la
configuración política nacional–popular en el Perú llegó a su
fin.
\
Con el ascenso de Fujimori al poder, las relaciones entre el
Estado y la sociedad cambian profundamente, produciéndose
una nueva coalición de actores en el poder integrada por los
Partidos Políticos de la derecha peruana agrupados en el Frente
Democrático, el Movimiento Cambio Noventa, las Fuerzas
Armadas y la Confederación de Empresarios del Perú. Con la
finalidad de lograr su apoyo, Fujimori asumió los
planteamientos y estrategias de las Fuerzas Armadas y de los
178 | BICENTENARIO 200
Estados Unidos para recuperar el control estatal frente a la
subversión, constituyó un gobierno de unidad nacional y
aceptó las sugerencias del Club de París y de los organismos
económicos internacionales, aplicando las medidas de ajuste
económico fondo monetaristas, lo que significó la eliminación
de los subsidios existentes, los controles estatales al precio del
dólar, a las importaciones y la devaluación de la moneda
nacional con el fin de reducir el déficit fiscal del Estado y poder
reanudar el pago de la deuda externa al Banco Mundial y al
FMI, los cuales pasan a dirigir la política económica del Perú.30
Sin embargo, aún existía una oposición social y política
importante al gobierno de Fujimori. Las debilitadas
organizaciones políticas nacionalistas y populistas organizaron
una serie de manifestaciones ante la implementación del
modelo neoliberal en el Perú. Para lograr la deslegitimación de
la oposición, Fujimori y la nueva coalición política en el poder
culpó a la “clase política”, al “terrorismo” y a la democracia de
los males del Perú, reclamando la urgente necesidad de
recuperar el “principio de autoridad”. Para ello acudió a los
“patriotas”. Las dicotomías terrorista/patriota y
democracia/inseguridad, fueron elementos medulares del
discurso autoritario del Fujimorismo, el mismo que encontró
eco en una sociedad desorganizada y que había perdido
confianza en los partidos políticos tradicionales. En este
contexto, el 5 de mayo de 1992, Fujimori da un golpe de Estado
apoyado por un sector de las Fuerzas Armadas, la cúpula de la
Iglesia Católica y los empresarios. Convocando a elecciones
para una Asamblea Constituyente el 22 de noviembre de 1992,
a través del Decreto Ley N.º 25557. El 31 de octubre de 1993 la
Constitución fue ratificada y aprobada mediante un
referéndum. Los tiempos de la democracia plebiscitaria se

30 B ASAY, I G UI Ñ IZ y RUB I O. 1 993: Los A ju st es. P erú 1975 – 1992.


F unda c i ón F re i dri c h Ebe rt. L i ma. , pp. 214 – 21 5.

179 | BICENTENARIO 200


habían iniciado. El ciudadano peruano quedó reducido a una
mínima participación, en tanto que la esfera pública empieza a
ser controlada por el Estado a través de sus aparatos de
seguridad (El Servicio de Inteligencia Nacional).

En este sentido la configuración simbólica de la ciudadanía da


un giro notable en relación con los setenta y parte de los
ochenta, en donde la dicotomía amigo/enemigo se había
localizado en el exterior, en la relación
nacionalismo/imperialista. Es por ello por lo que la categoría
“terrorista” va a desempeñar un papel fundamental en la
rearticulación del Neopopulismo con Fujimori, al sustentar
nuevamente una dicotomía, pero al interior de la sociedad civil,
con la consecuente exclusión de una parte de ella y la
colonización de la esfera pública por parte de las conductas y
valores antidemocráticos del Régimen Fujimorista.

El neopopulismo de Fujimori separó las formas de


representación política del populismo tradicional de las
políticas económicas tradicionales, manteniéndose el estilo
político arbitrario, la concentración del poder y el uso arbitrario
del mismo, en donde los ciudadanos siguieron depositando su
confianza en personas antes que en las instituciones políticas.31
Pero también hay impactos en la configuración de los poderes
del estado, por ejemplo, el Poder judicial, a juicio de la Corte
Interamericana, había perdido autonomía e independencia,
transformándose en un instrumento al servicio de los intereses
del régimen. Asimismo, la represión constante a la prensa
crítica e independiente impedía en la práctica el ejercicio de este
importante derecho civil. Igualmente, la actividad constante de

31 Op. C i t. PAN F I C HI y SAN B ORN . 1995: “De moc ra c ia y po puli smo


e n e l Pe rú C on te mporá ne o. ” Má rge ne s. N ros. 13/ 14. Añ o VI I I .
Edi tori a l C a sa Sur. L i ma , p. 44.

180 | BICENTENARIO 200


grupos paramilitares, como el “Comando Colina” 32 ,
responsables de numerosas violaciones a los derechos
humanos, dejó en entredicho los derechos civiles establecidos
en el Artículo 2 de la presente constitución. Incluso el criterio de
la igualdad ante la ley no fue respetado pues una vez que
distintas organizaciones de derechos humanos con el respaldo
de importantes sectores de las fuerzas Armadas reunieron
pruebas decisivas contra los integrantes de este grupo
paramilitar, en vez de hacer justicia, Fujimori mediante el
control del parlamento dictó una ley de amnistía
favoreciéndolos. Por otra parte, el conjunto de denuncias
dirigidas contra el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN),
conducido por Vladimiro Montesinos, debido a las reiteradas
interceptaciones telefónicas, no fueron acogidas por la justicia
peruana.

Los cambios en la configuración de la ciudadanía son


importantes, básicamente están referidos a la eliminación o
disminución de derechos sociales y culturales que la
Constitución de 1979 contempló con la finalidad de configurar
un modelo de Estado de bienestar. En definitiva, muchos
derechos referidos a la educación, protección y derecho al
trabajo, salud, vivienda y aquellos que garantizaban la igualdad
laboral de la mujer ante el hombre son orientados hacia la
actividad privada (el Sistema de pensiones y de Salud es

32 L os c a sos de ma yor re sona nc i a son dos: la C a ntuta y B a rri os


Altos, e n la s c ua le s se e nc ont ra ron p rue ba s i rre f uta ble s de la
i nte rve nc i ón de pe rsona l a l ma nd o de Vla di mi r o Monte si nos, por
e llo F uji mori e n u n i nte nto p or e nc ont ra r u na so luc i ón po lí ti c a
a la s di f e re nc i a s e xi ste nte s e n la s F F . AA, y te rmi na r c on e l
proble ma de la s vi ola c i one s a los de re c hos h uma nos p romu lgó
c on e l a poy o de la ma yorí a pa rla me nta ri a gube rna me nta l la le y
de Amni stí a de 1995, la c ua l f a vo re c i ó a los mi e mbros de la s
f ue rza s a rma da s re la c i ona dos c on vi o la c i one s a l os de re c hos
huma nos y a los mi li ta re s que pa r ti c i pa ron e n e l c ontra gol pe de
1992.

181 | BICENTENARIO 200


privatizado) o, en los casos puntuales que ya se han señalado,
eliminados.

Haciendo una breve síntesis con relación a este nuevo periodo,


hay una disminución ostensible de la presencia del Estado en la
vida económica y social de la sociedad peruana, en tanto que
aumenta su presencia en los temas de control y seguridad
pública. El papel del mercado aumenta notablemente,
dejándose a su arbitrio tanto los derechos sociales como la
estabilidad laboral, la jubilación y las prestaciones médicas.
Asimismo, se privilegia una concepción individual de la
ciudadanía casi en términos liberales. Una consecuencia
importante del clima de violencia política, crisis económica y la
reestructuración del Estado peruano en los noventa, fue el
aumento constante de los peruanos residentes en el extranjero.

Conclusiones tentativas

Hasta aquí hemos descrito de manera general los cambios que


se producen en la década de los noventa en torno a la
configuración de la relación entre populismo, ciudadanía,
democracia y dictadura en el Perú, con la finalidad de
conectarlos con los escenarios postnacionales de la
globalización. En este sentido es imprescindible establecer dos
elementos: La importancia de la emigración peruana durante el
periodo indicado, es decir, describir el proceso histórico de la
emigración peruana. En segundo lugar, nos situaremos al
finalizar la década de los noventa, ya que es en este tiempo en
el que se reactivan distintos actores de la sociedad civil en el
Perú, vinculados en torno a temas como la recuperación de la
democracia, la defensa de los derechos humanos y la lucha
contra la corrupción.

Asimismo, los procesos electorales de esos años darían por


primera vez una dimensión de legitimidad transnacional a las
182 | BICENTENARIO 200
acciones de los actores de la sociedad civil peruana que se
opusieron al gobierno en cuestión. En este contexto surge un
conjunto de organizaciones de inmigrantes peruanos tanto en
Chile, como en España, Francia y otros países, que apoyadas
por agrupaciones locales e internacionales se movilizan y
participan en la esfera pública de sus sociedades receptoras con
la finalidad de influir en la recuperación de la democracia en el
Perú. Las elecciones presidenciales del año 2000, en este sentido,
fueron centrales para definir el futuro del régimen Fujimorista,
siendo el detonante de la reactivación de la sociedad civil, la
postulación y la elección fraudulenta por tercera vez
consecutiva de Fujimori como Presidente del Perú.

Conforme el Régimen Fujimorista se hacía más autoritario y la


crisis económica se profundizaba, un nuevo conjunto de temas
reactivó el protagonismo ciudadano. En este contexto se
crearon diversas organizaciones y asociaciones que
desplegaron a partir del año 1998, un pliego de demandas
relacionadas con temas como los derechos humanos, la defensa
ambiental, la democracia, la libertad de expresión y el derecho
a una vida digna, que fueron instalándose paulatinamente en
la vida cotidiana de los peruanos a través de protestas callejeras,
movilizaciones sociales y la recuperación y creación de viejos
símbolos nacionales como la bandera y el himno nacional, que
fueron dotados de significados democráticos que impactaron
cuando fueron usados en acciones colectivas como el “lavado
de la bandera”, que fue iniciado por un colectivo de artistas y
jóvenes en la Plaza de Armas de Lima y que luego se prolongó
por todo el territorio nacional como protesta por la corrupción
del régimen en el poder, constituyéndose así en una metáfora
de la lucha por democratizar la sociedad y el Estado.33 Estas
luchas cobrarían mayor relevancia con el proceso electoral del

33 El L a va do de la ba nde ra . En: ht tpp/ w w w . I me dia pe ru. c om. pe -


L i ma. Pe rú a ño 2000, p. 1

183 | BICENTENARIO 200


2000, en el cual Alberto Fujimori, mediante una serie de
artificios, logró reelegirse fraudulentamente para un tercer
período (2000 – 2005).

El hecho que encendió la caída del fujimorismo fue la exhibición


en el canal de cable; “Canal N”, del soborno al Congresista Luis
Emilio Kouri Bumacher por parte del jefe del SIN, Vladimiro
Montesinos, que significaron la caída del Régimen Fujimorista
y las manifestaciones del lavado de la Bandera, que se
realizaron simultáneamente en 20 ciudades del Perú
simultáneamente. El “Lavado de la Bandera” se convirtió en
una de las principales metáforas de la sociedad civil en su lucha
contra la dictadura Fujimorista, que se practicó en cada
actividad de protesta contra la dictadura de Fujimori, que
encuentra su fin en la renuncia por Internet que mandó Fujimori
desde Japón a la Presidenta del Congreso, Martha Hildebrandt
el 25 de Octubre del 2001.

Elementos simbólicos de la ciudadanía

Un aporte del presente trabajo es haber destacado el peso de los


elementos simbólicos de la ciudadanía y el populismo en la
configuración de la relación entre dictadura y democracia en el
Perú. En este sentido, si queremos pensar a la ciudadanía en
términos culturales y simbólicos, debemos trasladar sus
referencias, prácticas, significados y representaciones sociales
de pertenencia a una comunidad política. Finalmente, pese a las
imprecisiones y tensiones que presentan tanto el modelo de
ciudadanía nacional/popular frente al modelo de ciudadanía
postnacional/neoliberal, es importante destacar que ambos
formatos se encuentran interactuando y modificando los límites
y contornos de la ciudadanía, estamos asistiendo a una época
en donde las transformaciones son muy profundas y sus
impactos en la constitución de nuestras esferas políticas,
184 | BICENTENARIO 200
sociales y culturales aún no están definidas. En este sentido el
modelo de la articulación conceptual entre populismo,
ciudadanía, democracia y dictadura nos ofrece coordenadas
interesantes para aumentar la capacidad explicativa de la crisis
contemporánea de las democracias en la región.

México, junio 2021

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188 | BICENTENARIO 200


El primer Congreso Constituyente del Perú (1822-1825)
HISTORIA DEL CONGRESO DE LA
REPÚBLICA
Archivo: Museo del Congreso y la Inquisición

El Perú nace como una nación libre e independiente a raíz de


un largo proceso emancipador, iniciado desde las primeras
rebeliones de indígenas y criollos, el cual tuvo uno de sus
momentos cumbre en la declaración de la independencia
nacional el 28 de julio de 1821.

Los fundamentos doctrinarios de tal proceso estuvieron


directamente vinculados al ideario democrático por el cual se
buscaba garantizar la plena vigencia de los derechos y deberes
de los ciudadanos, la consolidación del ordenamiento jurídico
y político del país, el respeto a la constitución y las leyes, el
bienestar de la población y la irrestricta vigencia de las garantías
y los derechos individuales.

Uno de los principales medios para concretar dicho ideario y


garantizar el cumplimiento de sus objetivos es la división del
poder en tres esferas distintas -ejecutiva, legislativa y judicial-
autónomas e independientes entre sí. El Poder Legislativo,
específicamente, es ejercido por el Congreso de la República,
cuyos miembros son elegidos por la ciudadanía en comicios y,
189 | BICENTENARIO 200
por lo tanto, ejercen sus funciones representando la voluntad
popular.

La primera convocatoria a Congreso Constituyente fue


realizada por el general don José de San Martín mediante el
Decreto N.º 146, del 27 de diciembre de 1821, el mismo que
disponía que se instalase el 1 de mayo de 1822 pero, por no
haber terminado oportunamente sus labores la comisión
encargada de elaborar el reglamento de elecciones, el 27 de abril
se postergó su instalación para el 28 de julio del mismo año. El
mencionado reglamento fijó el número de diputados –79
propietarios y 38 suplentes–, los cuales serían elegidos con
arreglo al cálculo de la población de cada departamento.

Los primeros diputados se reunieron el 20 de setiembre de 1822,


a las 10 a.m., en el Palacio de Gobierno. Desde allí se dirigieron
a la catedral a solicitar la asistencia divina, mediante la misa
votiva del Espíritu Santo que celebró el deán gobernador
eclesiástico del Arzobispado de Lima, Dr. Francisco Javier de
Echagüe. Concluida esta se entonó el himno Veni Sancte Spiritus,
después de lo cual el deán hizo una exhortación a los diputados
sobre la protestación de la fe y el juramento que debían prestar.
En seguida, el Ministro de Estado y Relaciones Exteriores, Dr.
Francisco Valdivieso, pronunció la fórmula de juramento:

«¿Juráis conservar la santa religión católica, apostólica, romana,


como propia del Estado; mantener en su integridad el Perú; no
omitir medio para libertarlo de sus opresores; desempeñar, fiel
y legalmente, los poderes que os han confiado los pueblos; y
llenar los altos fines para que habéis sido convocados?».

Los diputados respondieron: «Sí, juramos».

Después de ello pasaron de dos en dos a tocar el libro de los


Santos Evangelios. Para finalizar el acto, San Martín añadió:

190 | BICENTENARIO 200


«Si cumpliereis lo que habéis jurado, Dios os premie; y,
si no, Él y la Patria os lo demanden».

A continuación, el gobernador eclesiástico entonó él Te


Deum seguido por el coro. En ese momento resonó en la Plaza
Mayor una salva de 22 cañonazos, repetida en el Callao y en los
buques de la Armada. En la ciudad se produjo un repique
general de campanas hasta la llegada de los diputados a la
Universidad de San Marcos. El primer Congreso Constituyente
se instaló el 20 de setiembre de 1822 en la capilla de dicha
Universidad, ubicada entonces en parte del terreno que
corresponde actualmente al Palacio Legislativo. Ante él
renunció San Martín, dejando a la nación en libertad para
decidir su destino. En aquella oportunidad el Protector
pronunció la siguiente alocución:

«Peruanos:

“Desde este momento queda instalado el Congreso Soberano y


el pueblo reasume el poder supremo en todas sus partes».

Una vez retirado San Martín de la sede del Congreso, los


diputados eligieron Presidente y Secretario momentáneos a los
doctores Toribio Rodríguez de Mendoza y José Faustino
Sánchez Carrión. En seguida, se procedió a realizar la elección
de la primera Mesa Directiva del Congreso. Resultaron
elegidos: Presidente, el Dr. Francisco Javier de Luna Pizarro;
Vicepresidente, don Manuel Salazar y Baquíjano (1); Primer
Secretario, el Dr. José Faustino Sánchez Carrión; y Segundo
Secretario, el Dr. Francisco Javier Mariátegui. En dicha
oportunidad el Presidente del Congreso sostuvo:

"El Congreso Constituyente del Perú queda solemnemente


constituido e instalado; la soberanía reside en la Nación, y su
ejercicio, en el Congreso, que legítimamente la representa” (2).

191 | BICENTENARIO 200


Ante la renuncia irrevocable de San Martín, el Congreso asumió
provisionalmente el ejercicio del Poder Ejecutivo. Para ello
designó una comisión, denominada Junta Gubernativa del
Perú, compuesta por tres de sus miembros: José de la Mar,
Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano.

Los diputados, para asegurar el funcionamiento del Congreso,


procedieron a nombrar a sus primeros servidores, encabezados
por el Oficial Mayor Manuel Herrera y Oricaín, cuyo
nombramiento fue aprobado en la sesión del 12 de octubre de
1822.

La denominación «oficial mayor» está compuesta de dos


palabras. La primera procede del latín officialis, término que
designaba durante la Edad Media a todo aquel que
desempeñaba un cargo público. Unida a la anterior, la palabra
mayor significa en este caso principal, primero en categoría,
jefe. La denominación Oficial Mayor no era exclusiva del
Congreso; otras entidades también la usaban. Sin embargo, en
el Poder Legislativo ha adquirido un carácter tradicional.

Los diputados, para asegurar el funcionamiento del Congreso,


procedieron a nombrar a sus primeros servidores, encabezados
por el Oficial Mayor Manuel Herrera y Oricaín, cuyo
nombramiento fue aprobado en la sesión del 12 de octubre de
1822.

El Oficial Mayor ha sido, desde los primeros días de la


existencia del Parlamento peruano, el funcionario técnico –no
político– de mayor jerarquía. Su gestión, a pesar de las
múltiples variaciones de la actividad política, se ha efectuado
en períodos prolongados, propiciándose así la continuidad
institucional de las labores del Poder Legislativo. Algunos
ejemplos los tenemos en Juan Martín Garro (1827-1849), Ricardo
Ríos (1911-1945) e Ismael Echegaray (1950-1972).

192 | BICENTENARIO 200


Tradicionalmente, el Congreso de la República estuvo
integrado por dos Cámaras: el Senado Nacional y la Cámara de
Diputados. De acuerdo con el Reglamento Interior de las
Cámaras Legislativas, las sesiones del Congreso se realizaban
en el local que ocupaba la Cámara de Diputados, cuya secretaría
actuaba a la vez como secretaría del Congreso [3]. Igualmente,
la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados era, al mismo
tiempo, la del Congreso de la República.

Relación de Oficiales Mayores de la


Cámara de Diputados y del Congreso de la República (4)

1. Manuel de Herrera y Oricaín, (1822-1825)


2. José Martín Garro, (1827- 1849)
3. José María Sánchez de la Barra, (1839)
4. Juan Celestino Cavero y Celis, (1849-1858)
5. José María Hernando (1858-1881)
6. Juan Fernando Erasmo Gazzani García del Real , (1881-
1884 y 1889-1895)
7. Ricardo Aranda Vargas Machuca, (1894-1895)
8. Armando José Manuel Vélez Mendoza, (1895-1911)
9. Ricardo Ríos Fajardo, (1908, 1911-1945)
10. Manuel Pérez Cartier, (1945-1948)
11. José Carlos Llosa González Pavón, (1948-1949)
12. Enrique Carrillo Smith, (1949)
13. Eugenio Raygada de la Flor, (1949-1950)
14. Ismael Echegaray Correa, (1950-1972)
15. Luis Chacón Saavedra, (1978-1991)
16. Delfín Sotelo Mejía, (1991-1992)
17. José Cevasco Piedra, (1993- 2002)
18. José Elice Navarro, (2002 - 2003)

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19. César Delgado Guembes (04/06/2003 - 15/12/2003)
20. José Elice Navarro, (16/12/2003 - 31/07/ 2006)
21. José Cevasco Piedra, (02/08/2006 - 19/06/2007)
22. José Antonio Abanto Valdivieso (19/06/2007 -
04/08/2011)
23. Giuliana Zenaida Lastres Blanco (4/08/2011 –
25/07/2012)
24. Javier Adolfo Ángeles Illmann (25/07/2012 – 27/07/2015)
25. Hugo Fernando Rovira Zagal (27/07/2015 - 09/08/2016)
26. José Cevasco Piedra, (10/08/2016 - 12/08/2018)
27. José Antonio Abanto Valdivieso (13/08/2018 -
18/10/2018)
28. Gianmarco Paz Mendoza (19/10/2018 - 08/08/2019)
29. Giovanni Carlo Antonio Forno Flórez (08/08/2019 -
21/05/2020)
30. Javier Adolfo Ángeles Illmann (21/05/2020 - 07/12/2020)
31. Yon Javier, Pérez Paredes (11/12/2020 - hasta la
actualidad)

Desde los primeros días de existencia del Congreso sus labores


fueron intensas. Ejemplos de ello son la elaboración del
Reglamento de la Junta Gubernativa; el otorgamiento del título
de Generalísimo a don José de San Martín; la aprobación del
Reglamento Interno del Congreso; la definición de las Bases de
la Constitución Política del Perú, promulgadas el 17 de
diciembre de 1822; y la primera Constitución Política del Perú,
sancionada el 12 de noviembre de 1823.

En la primera Carta Magna los diputados señalaron a Dios


como fuente de inspiración suprema y, como objetivo de su
acción, la consolidación de las libertades y la felicidad de los
pueblos:

«En el nombre de Dios, por cuyo poder se instituyen todas las


sociedades y cuya sabiduría inspira justicia a los legisladores.

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Nos el Congreso Constituyente del Perú, en ejercicio de los poderes
que han conferido los pueblos a todos y cada uno de sus
Representantes, para afianzar sus libertades, promover su felicidad, y
determinar por una ley fundamental el Gobierno de la República,
arreglándonos a las bases reconocidas y juradas.

Decretamos y sancionamos la siguiente Constitución: ...».

Estas han sido y aún son las máximas que regulan el accionar
parlamentario, alimentando el espíritu de la institución con una
vocación permanente de servicio a la nación.

«Desde el punto de vista social, la apertura de las Cámaras de


Diputados y de Senadores y de algunas de las Asambleas
Constituyentes implicó el avance de las clases medias. El primer
Congreso inaugurado en 1822 fue un símbolo de una rebelión social
frente al sistema de base aristocrático-estamental; es decir, implicó
formalmente el desmantelamiento del antiguo régimen, del Virreinato.
Desde un punto de vista teórico, la burguesía criolla –acompañada por
unos pocos y resignados sobrevivientes de la antigua nobleza
hereditaria, a la que se le había escapado el comando del proceso
independentista– obtuvo el usufructo del poder político con una
cobertura liberal. La promulgación de leyes cuya finalidad era acabar
con las llamadas «vinculaciones» y especialmente con los mayorazgos
(1838, 1848), y la dación del Código Civil (1851), abrieron el camino
hacia la titularidad personal de la propiedad, así como hacia la
disminución de las desigualdades hereditarias de los hijos y
destruyeron algunas de las bases económicas que sustentaban a la
antigua aristocracia; de esta manera, se avanzó más hacia la igualdad
que con la legislación antigua.» (5).

El primer Congreso Constituyente del Perú (1822-1825) estuvo


conformado, entre propietarios y suplentes, por 91 Diputados:
28 abogados, 26 eclesiásticos, 9 comerciantes, 8 médicos, 6
empleados, 5 propietarios, 5 militares, 3 mineros y un marino.

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De estos, 14 eran naturales de otros países de Hispanoamérica:
9 de la llamada posteriormente Gran Colombia (Venezuela, la
actual Colombia y el futuro Ecuador), 3 de Argentina, 1 de Chile
y 1 de la actual Bolivia. En la primera mitad del siglo XIX
predominaron abogados y religiosos; a partir de 1870 figuran
con una tendencia creciente catedráticos, ingenieros, rentistas,
profesores, etc.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) Conde de Vista Florida

(2) Numerosos diputados solicitaron que lo expresado por el Presidente se formulase


y decretase en el correspondiente documento legislativo, lo que fue inmediatamente
aprobado.

(3) Reglamento Interior de las Cámaras Legislativas, capítulo I, artículo 8º.

(4) Fuentes consultadas: Archivo del Congreso de la República; e Ismael Echegaray,


La Cámara de Diputados y las Constituyentes del Perú (1822-1965), Imprenta del
Ministerio de Hacienda y Comercio.

(5) Basadre, Jorge, Elecciones y centralismo en el Perú. Lima, Universidad del


Pacífico, 1980, págs. 14-15.

Museo del Congreso y la Inquisición

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