‘Traduccion de -MasuEL JIMENEZ REDONDO JURGEN HABERMAS MAS ALLA DEL ESTADO NACIONAL FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICORade et deeo sports y de porade= Seigler eimai csr cin, ‘Dic Nora cin Borer Repu, Keine Police Shen VIE ISaN Ss 119673 (© Suhsanp Verag Frankf am Main 1995 Caretrs Pacha Ace 237 14200 Mes, DF, ISBN 968-16-5352-1 INTRODUCCION Mayet. aexz Renew ‘Universidad de Valencia 1. La “ANoMALIA” poLinca ne La REPUBLICA DE BONS En 1989-1990 se produce la reunificacién alemana. Con la reunificacién, la nacién, dividida después de la segunda Gue- ra Mundial, recobra su normalidad después de 45 afios de existencia anémala. Pero, cde qué normalidad se rata? Este es el tema del presente libro que versa todo él sobre evestiones de principio que se refieren al futuro del Estado nacional y en todo caso al futuro de un determinado Estado nacional del ‘que seguramente depende en buena parte el futuro de Europa. Histéricamente,s6lo como nacién dividida Alemania cobro la normalidad que define la consttucién y el desenvolvimien= to interno de los grandes estados occidentales de tipo demo- cratico-liberal que nacieron de las revoluciones norteameri- ccana 0 francesa; e incluso cabe decir que Alemania, tras la segunda Guerra Mundial, represent esa normalidad de una forma ejemplar. Tal normalidad se restringié a la Alemania occidental, es decir, a la Repiiblica de Bonn. La imposicion por os aliados de un régimen politico democritico-iberal, 1a inclusidn de Alemania en la Alianza Atlantica y la rapidex de luna reconstmuccién econémica que convirtié bien pronto @ ‘Alemania en uno de los palses mas présperos de la Europa ‘occidental convencieron a los alemanes de las ventajas de 1a orientacion hacia Occidente que les habia sido impuesta tras Ja guerra, El posterior enfrentamiento con la cultura alemana, desde dentro de esa misma cultura, que protagonizaron sobre todo intelectual liberales y de i2quierdas que habian vuelto de la emigracidn, y, en medio de ello, “el allojamiento de las barreras perceptivas” que permiti lentamente a fos alemanes percatarse de la magnitud de la crisis de civilizacion que ha. erRoDUCCION bia supuesto el régimen nazi, hizo que el autodistanciamiento implicada por aquella orientacién hacia Occidente calara profundamente en las mentalidades. A prineipios de los afios Sctenta, Alemania se presenta como pats prospero, con for- ‘mas de organizacién democritica efectivamente vividas e in- tensamente ejercitadas por Ia ciudadania y con una cultura democratica del debate y la discusién comparativamente ad- ‘mirables, Por tanto, al recobrar Alemania su unidad y su estatalidad nacional plena, la normalidad que se recupera es, sin duda, luna normalidad problemética que, cuando menos, se impone aclarar y definir. En tal proceso de definicion o redefinicién dde su existencia nacional y estatal estén envueltos los ale anes, El que el pasado estalinista de la desaparecida Repiiblica Demoerstica Alemana tienda a relativizar el pasa do nazi y a cancelar el tipo de enfrentamiento con él, que efectuaron muy prineipalmente intelectuales de izquierda texpliea la tension y durera que en ocasiones cobra la polémi- ca, Dos tesis principales subyacen en el presente libro. La primera es que el Estado nacional no es hoy ningin lugar de Fetomo, sino un tipo de organizacién cuyo carseter proble- ‘matico se vuelve cada dia mas hondo y visible, y, por tanto, s6lo un punto de partida hacia un nuevo tipo de organizacién politica quc lo relativice; y la segunda es que el intento de instalarse consecuentemente en la forma politica que repre- senta la estatalidad nacional plena supondria para los ale- ‘manes el tirar por Ia borda la normalidad adquirida por ja viela Repablica Federal es decir, por la Republica Federal no ampliads, durante el periodo de anormalidad alemana (1945- 1990) que ella misma represent6. Son tesis muy tajantes, cuya fundamentacion por Habermas dficilmente puede dejar de tener interés. 2, LA“LpexrAb DE 10s MODERNOS” Después de la guerra, a Alemania se le impuso abstraerse de su estatalidad nacional. Bajo esta abstraccién la Republica dde Bonn cobra la normalidad deserita. Pues bien, el abando- no de tal abstraccién obligaria hoy a efectusr sustanciales re- erRopUCcION ° cortes (si no ya una completa cancelacién) en et tipo de inst- {tcionalizacion experimentada en la posguerra por otras dos abstracciones que son constitutivas de Ia modernidad politica ¥ social, y sin las que no podriamos entendernos. Estas tres abstracclones se complican entre sf de forma bien concreta en la historia de la modernidad politica. Para verlo recurramos textos venerables dela historia del pensamiento moderno, po- Iitico y no politica yprincipalmente a textos de a Filosofia de! derecho de Hegel, de los que en esta polémica beben tirios y troyanos. ‘La primera abstracei6n definitora dela moderidad social y politica consiste en lo que Hegel lium “principio de a subjet- Yidad". Se trata de nacimiento de o que conocemos como sub- jetividad modema o individuo moderno. Ejemplos intuitivos dele que quiere decirse con ello son Lutero 0 Descartes. Puesto que vuestra graciosfsima majestad y vuesras seRorias| me piden una respuesta, ela dar say lana: @ menos que seme Convenza por testimonio de a Eseriturao por razonesevidentes| STpuesto que no ereo en el papa ni en los conilos s6lo. ya que ‘at claro que se han equivocedo con frecuencia y se han com {tadicho entre ellos mismos—, estoy eneadenado por los textos {Que he eitado dela Esertura,y nt conciencia es cautva de a p Taba de Dos Ast respondia Lutero al emperador y ala representacién pontificia en la Dieta de Worms. El sujeto que con ese su pro- plo gesto emerge, es decir, se pone asf mismo, reclama el de- echo a decidir l solo ante un Absoluto (a decidir él mismo fen tna absoluta soledad en la que en definitiva no puede ser Sustituido por nadie) Ia interpretacién que finalmente haya Ge dara su propia existencia,y también, y por tanto, la confi jguracién que su propia existencia haya de tener; con ese mis: imo gesto quedan devaluadas y borradas de un golpe las ins {ancias dotadas tradicionalmente de awtoridad (‘el papa y los ‘concilios") para decidir en Gltimo término sobre los elemen- tos dltimos de dicha interpretacién y configuracién. Al indi- ‘viduo premoderno le viene justificado, ¢ incluso absoluta- ‘mente justficado, su particular lugar en el mundo mediante Ta, en definitiva, justifieacion sacra de que se dota ese mundo0 ntRopvccrox €n conjunto, la cual, al constituir también l contenido de las ccabezas individuales, opera la reconciliacién del individuo ‘on su situacién vital particular, a la vez que convierte para el individuio en casi intangibles las instancias portadoras de c=a interpretacién y justificacion sacras, de que ese mundo se dota, y a las instituciones bésicas de ese mundo ast inter- pretado y justificado. En palabras de Hegel, el individuo se comporia respecto a ellas como un “aceidenie” respecto ala Para el sujeto la sustain ca, us leyes y sus fuerzas, es decir, los podetes dieos que rigen la vida individual, tienen por una parte, en evanto objeto, Ia propiedad de se, en el mas elevado entdo de Independencia, conttayendo una autoridad absolut, Infinitamente mas sélida que el ser de la natualeza(.] por otra parte, estas leyesétiss no son para el sujeto algo extrao, sino {queen ellas aparece como en su propia esenca etestimonio de ‘St propio esprit En ellos tene su orglloy vive en su elemento (que no se diferencia dee mismo (FAD § 1428) En cambio, el sujeto moderno, al situarse, pone a distancia al mundo todo, y quiebra de antemano todas las autoridades Sustanciales de él, no existiendo otro 4mbito de intangibil: dad que el resultante de ese mismo gesto, es decir, que el pro- pio ambito de la subjetividad. Ello resulta claro en otra figura bien emblemitica de la subjetividad e individualidad modernas. En medio del des- concierto producido por el sangriento y definitivo hundi- ‘miento del viejo orden en medio de las guerras de religion, Descartes hace metodo dela situacicn de angustia y desorien- tacidn en que se ve sumido el individuo de la primera mitad del siglo xv. El sujet, que se ve metédicamente empujado a poner entre paréntesis e incluso a tachar el mundo todo, es Aecir, a distanciarse absolutamente de todo, no puede en de- finitiva volver a emprender la reconstruceién de aquello en gue el mundo pueda consistir para él, sino es sobre Ia abs- tracta base en que él mismo consiste: precisamente en ef ‘momento en que se trata de evar hasta las ltimas conse- cuencias la duda, el sujeto da consigo como un abstracto venirse indubitablemente dado a s{ mismo como dubitante. rerropuccioN 4 Agu estesujto abstracto, sn contenido, 0 sin otro conteni- Alo que el dese "una cosa gue piensa, que de manera tan ro- tunda da consige como nica piedra angular, se convierte (en cl modo como se viene dad a sf mismo) en fundamento y ba- Se de todo. Pero ello no esas, sino descubrigndose ala vez y precisamente por ello como infintamente por encima dest fn tanto que elomento del muindo borrado; el sujeto, que no ‘sino una cosa més del mundo todo, queda muy por encima {de todo y, por tanto, también de su ser mundane, al no dar radiealmente consigo sino en el instante tltimo de la borra~ dura de todo. Es decir da consigo como participando de un horizonte de ifinitud, al cual no puede inerpretar como re- sultante de una negacién de a nitad (Tercera meditacion’), sino como un volverse visible el trasfondo positive sobre el ‘gue el sujeto estaba desde siempre junto a s mismo y tenia tiundo,y desde el que, por tanto podiaproceder a poner en tre paréntsis el mundo todo, Se rataba del horizonteabierto por una infnta distancia respect a si mismo. Este horizonte de infiitud es un horizonte de perfeccion yconsumacion Ia ‘ual, como ensefisba san Anscimo de Cantorbery, para seta tiene que existir, pues la existencia es una suerte de perfec ign ("Quinta meditacién’)- Oue el fundamento de mi se me revele como perfeccion y como bien, es deci, como excuyen Alo todo engano yeror, me garaioa que odo aquelo que me ‘venga dado precisamente s mf como yo en mi base ultima tne vengo dado a mi, es decir, con caridad y distinc, se convert” con el ser, x decir, me gaantia el poder aceplar ‘como verdad, desde Ins atrojuda por el Bien, lo que me ve~ be dado de forma metédicamente clara y distnta. El suelo tmodemo,absolutamentecertficado, se convierte asf en base dela verdad teria y prictica y puede, por tanto, lanaarse se [Biro hacia adelante hasta coincidirconsigo en wn horizonte nfnito de perfectibildad y de progreso. ‘Mines del siglo xv! esta autocomprension de lo que Il- ramos sujelo moderno empieza a desplega sin equivocos todas sus consecuencias poiticas, Podemos considerar el ‘Segundo tratado sobre el gobierno (1890) de J. Locke como la ‘mas inBayente prucba de ello. "Para comprender bien en ue onsite el poder politico y emontarnos a su verdaderafuen-