EL ANALISIS DEL CARACTER
En 1933, Wilhelm Reich publieo por primera vez los resultados
del trabajo psicoanalitico, Nevado a cabo darante los nucve ais
anteriores, en un libro titulado Anlisis del caracter. Los principios
te6rieas y los conceptos téenicas comprendidos en ese titulo repre-
sentaron un avance fundamental cn la comprensisn psicoanalitica y
en el tratamiento de fas neurosis. La primera edicién de la obra fue
muy bien recibida por los psicoanalistas. Ain hey, muchos aiios
después, el libro es considerado por psicoanalistas y psicoterapeutas
como uno de los textos fundamentales de ta teoria y la practica
psicoanaliticas. En mi opinién, representa ef mayor logro de fa tée-
nica psicoanalitica y constituye el puente que conduce desc el psi-
coandlisis a 1a. comprensién anelitica de la tensiGn muscular y ct
bbloqueo energético. La psicologia y la biologia se unen en el estudio
del carfcter. Por esta razén, los principios biocnergéticos formula-
dog en este volumen estén expresados clinicamente en términos de
estructura caracteroldgica.
‘Desde la aparicion de la primera edicidn de Andlisis del cardeter,
de Reich, no se ia publieado ninguna otra vbra que amplic Jos
conosimmientos sobre Ia estructura caracterologica 0 profundice en
ellos. Reich se adelanté @ la investigacion sobre la atmadura muscu-
lar, ef bloqueo energéticd, los trastomos somdticos y Ja naturaleza
de Ia encrgia bioldgica. Algunos psicoanalistas consideraron los
principios y téenicas del andlisis del cardcter valiosos para su traba-
jo, pero no siguieron en esa linea. Yo fui adiestrado por Reich en el
andlisis del carcter y en la vegetoterapia y le be seguido en ol
BLEl andlisis del cardeter
posterior desarrollo de mi trabajo sobre las tensiones musculares y
los bloqueos'de la energia. El presente estudio surgié de la necesi-
dad de integrar en un esquema unitario basico los conceptos psicoa-
naliticos y los nuevos principios bivenergéticos que constituyen la
base de muestra terapia, Esta unidad se consigue clinicamente me-
diante 1a aplicacién de los prineipios del anilisis del eardcter. Et
cardcter es Ia expresién unitaria del funcionamiento del individuo,
tanto a nivel psiquico como somatico. Su comprension requicre un
conocimiento detallado de Ia psicologia del yo y del concepto de
energia.
Enel prefacio a la primera edici6n, Reich (1949, p. XIX) adver
tia que su estuclio del earicter era incompleto: «Hoy, como hace
rueve aos, stin estamos fejos de una caracterologia comprensiva y
sistemtiea, Este libro ha de servir, no obstante, para acortar esa
distoncia en un trecho considerable.» Puesto que las ediciones pos-
tetiores no afiadieron material nuevo, seguimos afrontando hoy los
smisinos problemas que Reich planted en 1933 y alos que sélo dio
‘una respuesta parcial. Fstos son: «Una teorfa genética-dindmica det
cardcter, una diferenciacién estrieta entre el contenido y Ia forma de
las resistencias y, por dltimo, una diferenciacién clinicamente bien
fndamentada de los tipos de eardcter.»
El concepto de cardcter no tuvo su origen en Reich, En 1908,
Froud pablicé un escrito titulado El eartcter y ef erotismo anal. En él
sefialaba fa relaciGn existente entre la combinacidn regular de tes
‘argos —orden, obstinacién y mezquindad— y el srotismo anal. En
sus conclusiones, Freud postulaba ka idea de una estructura del ca-
ricter, «En cierto modo, es posible dar una férmula de la compos
cin de un cardctor dado a partir de sus rasgos constitutives. Los
rasgos permanentes del cardcter son la perpetuacion inalterada de
{os impulsos originalcs, la sublimacién de éstos, o bien las reaccio-
‘nes contra ellos (1908, p. 50). La firmuta result6 ser inadecusida ya
‘que no es posible deducir el caréeter de una combinacién de rasgos.
Estos son mas bien aspectos de Ia estructura unitari,
Durante los arios siguientes, Freud desarroll6 los conceptos de fa
psicologfa del yo. Los raspos det cardcter fueron observados, estu-
diados ¢ interpretados, pero no se hizo ningtin inténto de formular
unos tipos caracterol6gicos basicos. En 1921, Abraham publicd un
132
BI andlisis del cardcter
articulo sobre el cardcter anal en el que explicaba muchos de los
‘rasgos que iban asociados a fos problemas anales y, por induccién,
{os relacionaba con ciertas experiencis de la infancia. Mds tarde, en
1924 y 1925, amplid su estudio de los tipos caracteroldgicos con dos
escritos adicionales sobre el eardcter oral y el genital, El intento de
relacionar los tipos caracterol6gicos con el desarrollo libidinal del
nifo tiene evidente mérito. Desgraciadamente, los tipos caractero- ,
Wgicos de Abraham estén descritos en funci6n de sus rasgos espect-
ficos, sin intentar una sintesis por medio de Tas historias de cada
aso. Ei problema se complica atin mis por ef hecho de contener la
literatura psicoanalitica referencias a otros tipos caracterolégicos,
tales como el obsesivo, el histérico, el mesoquista, cteétera, no in-
tegrados dentro de un sistema general.
Reich no plante6 el estudio del carsicter a partir de consideracio-
nes teéricas, sino como un problema prictico de Ia técnica analitica
[No aisté los rasgos, sino que trst6 primeramente de comprender el
carécter en su papel de resistencia’ la intexpresacion analitica, y
secundariamente de incluir sa funcién on la economia libidinal det
‘organistno. Lo primero le lev6 a los principios del anélisis del carde-
ter, de los que nos ocupamos en el presente capitulo. En este senti-
do definio Wolfe (1949, p. XIM) el cardeter como «el comporta-
rmiento caracteristico del paciente al defenderse de ta penetracion
analiticg§, del material inconscienten.
La refacion entre el cardcter y Ia economia de Ia libido requiere
€1 conocimiento de Ya formaci6n y estructura de aquél, que sera cl
tema del proximo capitulo, La definicién de Abraham (1925, p. 407)
relaciona el caricter con la organizacién libidinal. «Desde el punto
de vista tradicional, el cardcter se define como fa direcci6n adoptada
hhabitualmente por los impulsos voluntarios de una persona.» He
‘mos dé damos cuenta de que, cualquiera que sea la forma como
definamos el cardcter, éste es Ta actitud fundamental con que et
individuo se enfrenta a la vida, tanto en Ia, consulta psicoanalitica
como en el:mundo exterior. Una vez comprendido el caracter, cs
‘cil percibir a naturaleza y el significado de In resistencia que opo-
ae el paciente,
Por lo general no se tiene en cuenta que el cardcter deseribe una
realidad objetiva. Puede ser fécilmente observado por otros, peto
133EL anilisis del cardcter
slo con gran dlificultad Hlega el individuo a ser consciente de si
propio carécter. Contemplamos a tos cemas de: un modo eritico,
‘pero a nosoteos mismos favorablemente. Lo principal del caracter es
{que representa un modelo de comportamiento o una tendencia ha-
bitual. Es un modo de respuesta fijo, congelado o estructurado.
Posee una cualidad «caracteristicar que siempre lo distingue como
el sello de ta persona. En este sentido, toda estructura del cardcter
<5 patolégiea, Del individuo cuyas enetgias lbidinales nunca han
sido estructuradas de una manera’tipica 0 en una diseceién habitual
no puede decirse que posea una estructura de cardcter. Tales indi
duos, bastante raros, son dificiles de definir y describir. Poscen una
expresidn vivaz y una espontaneidad que desafla cualquier intento
de comprension.
Es conveniente distinguir los conceptos de personalidad y catde-
ter. Ambos son percibidos por el observador; la primera; to'obstan-
te, es generalmente mis subjetiva, Nos ceferimos a la personalidad
de un individuo calificéndola de agradabic, magnética, fuerte, de-
presiva, efectera. Se trata de nuestra respuesta sentimental a otro
ser. El tarécter, por el contratio, ha de ser determinado mediante la
bservacisn y el estudio del comportamiento. La personatidad es 12
expresion dé Ia fuerza vital del individuo, y, probableménte, Ia
extensién de dicha fuerza al medio ambiente. Existe relacién entre
personalidad y cardcter, pero ambos términos no deberian ser em-
pleads de manera intercambiable.
La relaci6n entre el yo y el cardcter es complicada. El yo es
fandamentalmente la percepeidn subjetiva de uno mismo, mientras
que el cardcter y la personalidad son apreciaciones abjetivas. La
lescripcin que hace el paciente de su propio yo se distingue por su
falta de fiabilidad. El paciente habla de su yo en funcién de su yo
ideal, el cual expresa cierta cayacidad immanente uxds que una foo
cin teal, Por esta raz6n, el analista ha de construir el verdadero yo
a partir de la determinacion de la estructura caracteroldgica y de la
valoracién de la personalidad’.
Un joven cuyo caso sera expuesto con mayor detalle mis adelan-
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34
El andlisis del cardeter
te acudia a Ia consulta con un aire grancliaso y una sontisa de supe-
rioridad. Me contaba el éxito que tenia con tas chicas y lo bien que
se-desenvolvia en el trabajo. Otras veces, sin embargo, se encontra-
ba totalmente deprimido y desanimado, Su situscion real era que
habia fracasado en todo cuanto habia intentado con anteriotidad y
adoptaba una actituc de superioridad ante la més leve posibilidad de
éxito, Actuaba como si tuviese wha estructura del yo fuerte y alta-
mente desarrollada, pero cra exagerada y desproporcionada con la
realidad. Una vez deshinchado, su yo era pequeiio y poco desarro-
Hada. La imagen que su exagerado yo tenfa de si mismo era una
efensa contra la percepciGn de su verdadeca estructura, Sin embar-
20, algo en él me hacia sentir que tenia unas posibilidades latentes
mucho mayores que las manifestadas por su comportamiento. Aun-
ue las dificultades para la realizaciin de esas posibitidades latentes
fuesen inmensas, no puede decitse que su yo ideal no expresase un
aspecto valido de su yo. Liberar al yo de su implicacién en el earac-
ter y hacerlo aprovechable para las aspiraciones legitimas del yo
{deal constituye nno de los objetivos de la terapia analitica.
Desgraciadamente, el individu neurético se identifica can su
cardcter, del que el yo ideal también forma parte. Sucede asf porque
Ja estructura del catécter representa el nico modo en que la vida
instintiva es capaz de funciouar. E! individuo obstinado considera su
‘obstinacidn como su principal cualidad, En cierto mode lo es, pero,
por otta parte, constituye tn enemigo que impide la realizaci6n de
tuna vida més plena y satisfactoria. En todo caso, no se le puede
recomendar su abandono sin ofrecerle a cambio un mejor modus
vivendi. Estas situaciones pueden ser relativamente dificiles en oc
siones. Recuerdo gue a un paciente que se tenia que convencor a si
injsmo, lo que le producta frustracién y ansiedad, le sugert que deja-
se de hacerlo. Su respuesta fue: «Si no me convenzo a mf mismes
‘para levantarme por fa manana, me quedarfa todo e! dia en la cama
sin ir a trabajar.» Tuve que admitir que era mejor acudir al trabajo
que quedarse todo el dia en la cama, Independientemente de como
hagan frente a este problema otros analistas, nosotros, en Ia terapia
bioenergética, tenemos una soluciGn. Durante la sesion que el pe
ciente pasa conmigo no tiene por qué esforzasse. Hard mayores
progresos si deja que los movimientos surjan esponténeamente y de
135El analisis del cardeter
tun modo natural que si fos hace de una manera forzada. Al propio
tiempo, acto sobre la tensién que hace necesario dicho esfuerzo.
El caracter es la resultante de foerzas opuestas, el impulso del yo
y su defensa, que también emplea las enerafas de éste. Si logramos
Sseparur al yo de la estructura del cardcter en la que se encuentra
incrustado, ef camino para la transformacién de dicha estractura
queda abierto. Pero para lograt Ia identificacion del paciente con su
‘yo, en oposiciGn a su cardeter, es preciso vencer y eliminar las de-
ensas del yo. Independientemente de cémo se haga, ésta es la tarca
de toda terapia anatitica. Cuando Reich escribia (1949, p. 3) que
stoda neurosis se debe a un conilicto entre las necesidades instint
vas reprimidas —que siempre incluyen tas demandas sexuales in-
fantiles— y las fuerzas represoras del yo», planteaba el problema
fundamental de la terapia analitica. EY problema, sin embargo, ha
de ser contemplado en st totalidad. EI cardcter es en si mismo el
trastorno fundamental y no es posible hacer ningiin progreso real
hhasta que el paciente no lo reconozea asi.
1 anilisis del cardcter tiene, por tanto, un objetivo fundamen-
tal: hacer que el paciente perciba su carfcter como una formacion
neurdtica que limita e interfiere las funciones vitales del yo, La tarea
No es pequefia. Tanto Ferencéi como Reich han sefialado que miien-
tras el paciente percibe cl sintoma neurético como algo ajeno al yo,
acepta el caricter como si del mismo yo se tratase. El problema
exige un andlisis persistente y condecuentc del patron de comporta-
imiento que muestre cémo encaja cada aeciGn en el cuadro general
Por medio del andlisis bioenergético podemos demostrar cémo fa
dingmica de la esteuctura corporal revela ademés la del cardcter.
Nada es tan convincente como la experiencia anivel fisico (Ferenczi).
‘Un principio basico del andlisis del cardcter exige que no se haga
ninguna interpretacién a nivel
sido disociado del yo. De lo contrario, dicka interpretacion seria
‘empleada para justificar In estractara det carécter haciendo muy