El Bautismo con el Espíritu Santo en la

perspectiva de la redencion.
Texto: Hechos 1-2.

Introducción:
1. El Bautismo con el Espíritu ha sido un tema controversial en la iglesia contemporánea.
2. Muchos alegan que se trata de una experiencia personal y posterior a nuestra conversión
a Cristo y necesariamente el discípulo debe hablar en otras lenguas.
3. Otros argumentan que es una experiencia personal que ocurre en el momento de la
conversión a Cristo sin ningún tipo de señal anexa.
4. ¿Están estas perspectivas alineadas a las Escrituras? ¿Alguna de éstas es la correcta o
existe alguna posibilidad distinta que necesitamos aprender?
5. Creo que un estudio del tema a la luz del libro de los Hechos será muy oportuno.

Objetivos:
1. Entender lo que realmente significa el bautismo con el Espíritu Santo.
2. Comprender la importancia de este magno evento en la historia de la redención.
3. Animarnos a vivir la vida que impulsó el Espíritu Santo cuando fue enviado por Jesús.

Enseñanza Central: “El bautismo con el Espíritu es el evento histórico que marca el inicio del final
de los tiempos, momento éste durante el cual la iglesia de Cristo hace presente el reino de Dios
en la historia de la humanidad hasta cuando Cristo lo establezca en su total plenitud a su
regreso para reinar triunfante”.

I. EL PUNTO DE PARTIDA: LA PROMESA DEL PADRE REFERIDA POR JESÚS (1:4-8).

1. Antecedentes de la Promesa del Padre en las Escrituras: Dios en su eterno plan de

redención había anunciado a través de la comunidad profética de Israel que el
presente siglo de la historia de su pueblo cargado de penurias y desmanes
terminaría un día cuando él enviara a su Espíritu, lo cual inauguraría un periodo de
restauración, de libertad, de nuevo orden espiritual, social, política, es decir, su
reino (Isaías 34:15; Isaías 44:1-5; Ezequiel 39:25-29; y Joel 2:28-32). Lucas, por su
parte, en su primer tratado, había hecho una mención al respecto vinculada al
ministerio de Juan el Bautista (3:16).

2. Consideraciones a la Promesa del Padre:

2.1. La Promesa del Padre tiene que acontecer en Jerusalén. El texto dice, Y
estando juntos, les ordenó: No salgáis de Jerusalén, sino esperad la promesa

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 del Padre (1:4). El bautismo con el Espíritu no resulta ser un evento de carácter
personal individual, sino colectivo. Se requería que ocurriera en un lugar
geográfico –Jerusalén- para que cobrara un carácter histórico e irrepetible.

2.2. La Promesa del Padre fue referida por Jesús mismo durante su ministerio:
Contamos con evidencia literaria en el evangelio de Lucas al respecto. En Lucas
24:49 Jesús les advierte a sus apóstoles de permanecer en Jerusalén hasta que
él haya cumplido la promesa del Padre, la cual le envestiría de poder. Jesús
esta muy consciente de la necesidad de vivir lleno del Espíritu y en el Poder del
Espíritu Santo para desarrollar tanto una vida de obediencia como de grandes
logros ministeriales (Cf. Lucas 4;1; 14; 18) Adicionalmente, podemos echar
mano del contexto literario canónico y encontrar que el apóstol Juan registra
evidencia de lo que Lucas afirma que hizo Jesús (Juan 7:37-39; cf. Juan 14-16).

2.3. Jesús le da un equivalente lingüístico a la Promesa del Padre: El Bautismo del

Espíritu (1:5). Es interesante el vocablo utilizado por Jesús. Contextualmente,
el bautismo es un rito que indica “iniciación en algo”. El hecho de que Jesús
establezca una referencia histórica a través del bautismo de Juan para
arrepentimiento, nos indica un significado que “algo está por iniciar”. De la
manera que el bautismo de Juan inició “la expectativa mesiánica” hasta la
aparición de Jesús en el escenario de la historia de la redención (Lc. 3:21, 22;
cf. 3:23-37, la genealogía de Jesús en este contexto literario indica la
autenticidad de él como el Mesías), así el bautismo con el Espíritu iniciaría
algo, en este caso, los últimos días (2:17; cf. Joel 2:28-32). Por otro lado, esta
referencia al bautismo de Juan nos impele a pensar que, por contraste, se trata
de un evento colectivo y no individual como lo fue éste.

2.4. La Promesa se cumpliría en pocos días. En efecto, así ocurrió durante la fiesta
de Pentecostés (2:1-13).

3. ¿Cómo entendieron los discípulos la Promesa del Padre referida por Jesús? (1:6).
Los discípulos entendieron producto del manejo de las Escrituras que el reino de
Dios se establecería de inmediato (Isaías 34:22; Isaías 44:1-5; Ezequiel 39:25-29; y
Joel 2:28-32).

4. Redefinición vital de la perspectiva: ante la distorsión del concepto de la Promesa

por parte delos discípulos, Jesús les exhorta a dejar los tiempos en las manos de
Dios, y los direcciona a ocuparse de lo vital: hacer presente el reino de Dios en el
mundo por la proclamación de él y su reino.

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 5. La expectativa del regreso de Cristo: Una vez direccionados a lo vital, Jesús
asciende y mientras regresa, la iglesia anuncia su reino y espera su venida
expectante.

6. Conceptualización: La Promesa del Padre, es decir, el Bautismo con el Espíritu, es

un evento anunciado con antelación en la historia que es de carácter colectivo e
histórico y da inicio a una nueva etapa en la historia de la redención. Así como
todo cristiano participa por fe de la circuncisión, muerte, resurrección, ascensión
de Cristo, de igual manera participa del Bautismo con el Espíritu y pasa a formar
parte del cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:13).

II. EL CUMPLIMIENTO: SE DA INICIO A UNA NUEVA ETAPA EN LA HISTORIA (2:1-21)

2.1. El momento cuando tuvo cumplimiento: El día de Pentecostés. La fiesta de

Pentecostés o de las semanas, se celebraba 50 días después del primer domingo
después de la pascua (Lv. 23:10-15). Era una fiesta cuando venían los judíos de
todas partes del mundo a celebrarla (2:5). La descripción del momento es
dramática (2:2-4).

2.2. Efecto del bautismo con el Espíritu: El Bautismo con el Espíritu llenó a los
discípulos, experiencia ésta repetible (2:4; 4:31).

2.3. Explicación del evento:

1. Pedro explica de forma apologética que lo ocurrido está en consonancia con
la profecía de Joel 2:28-32. El punto medular es cómo interpreta Pedro el
advenimiento del Espíritu: “da inicio a los postreros días”. El futuro había
invadido al presente. En la historia de la redención existen tres anuncios
proféticos cardinales: La venida del Mesías, el advenimiento del Espíritu y el
establecimiento del reino. Pero es el advenimiento del Espíritu el que marca el
inicio de la nueva etapa, el siglo venidero, que consecuentemente, conduce al
establecimiento del reino por el Mesías.
2. El cumplimiento de la Promesa implica que el Espíritu es derramado sobre
todo tipo de personas sin distinción de raza, clase social, sexo, edad (2:17, 18).
3. El cumplimiento de la Promesa anticipa el día del Señor (2:19, 20).
4. El cumplimiento de la Promesa abre las puertas para que todo aquel que
busque al Señor sea salvo (2:21).

III. EL PAPEL DE LA IGLESIA EN ESTA NUEVA ETAPA DE LA HISTORIA.

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 3.1. La vida que impulsó el Espíritu en los discípulos: Una vida fundada en la doctrina
de los apóstoles; una vida de comunión fraternal; una vida de oración y adoración
a Dios en el partimiento del pan (2:42).

3.2. El libro de los Hechos nos muestra: que la iglesia de Cristo, en el ínterin del
advenimiento del Espíritu y el regreso de Jesús, debe dedicarse a hacer presente el
reino de Dios y a proclamar a Jesucristo (1:3; 28:30,31)

CONCLUSIÓN:

1. El bautismo con el E/S es un evento histórico de carácter colectivo irrepetible.

2. Todos los que invocan al Señor son salvos y participan del Bautismo del E/S pasando a
formar parte del cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:13).
3. El bautismo con el E/S da inicio a los postreros días.
4. Todo discípulo puede experimentar ser lleno del Espíritu.
5. La iglesia del Siglo XXI debe proclamar a Jesús y su reino.

¡Amén!

Jorge Eliécer Navarrete Grau.

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