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Cottordwend & XXNI 182 C198} : wes Nelson Osorio Dota Barbara ERVACIGN. PRELIMENAR uNa-08 ne : N principio, no es facil proponexse un estudio critico que implique mo.lificar la perspectiva de lectura cuando se tra. ta de obras que han pasado a formar parte del patrimonig cultural colectivo de usia sociedad. Eri estos casos ocurre casi siempre. que la i al del sector que ideo}ggicamen- Hic hu llegado a scr'dominantc termitia por E poner una lectura, su lectura (su descodifi- éacién. del. texto), como patrén absoluto, cl gual, una ver: institucionalizado por los apa s ideolégicos (cnseBanza, medios de co- fmijpicacién, etc.) Mega a convertivse en una especie de esquema fijo que funciona coniy I Gilyo fediatizador para los nuevos lectores De ial manera que las nuevas genieraciones. ter yninan por ver en esas obras no lo que buena Hocnislamente padicran encontrar, sino lo que a ifadicion nos dicé que hay en ellas. "Asi, lacrecepcion sotial, 1a lectura, so va auto: Weevalivando, va dejando’ de ser uma’ agencia ‘constitutiva de valores literarios y se convierte en una funcién reproductora: reproduce pasi- sbed pSginas qiie oqu! se publican formae parte de un srabafo he ease Gatention, tutado "La perspective ideotgsien eo Dove ie Maina Blanca” Este, condicion paiedan encontrarse on él algoans jes que solo pueden explicarse plenamente aes ctat comtexto mids amplio dat que foriman parte, (N. del AJ. (€16-59: V.cep, y el fantasma de Sarmiento’ amente una leciura anterior comunizada, ¢ jndirectamente reproduce: también el marco referencia) ideoldgico, que alimenté dicha lec fura, La recepeion de jas obras afectadas por el fenémeno descrito se vuelve pasiva, se em pobrece, y ep vez de ser el vehiculo mediante cf cual las obras cumplen su funcién enrique ecdora. en Jo cultural, se transforma en. un act rutinario, formal e intrascendente, gador franco-bjijgaro. Tzyetan Todo toy ha llamado Ia atencién. sobre el. hecho. de que|"'al leer $8 Wiaia Una eScFitura pasiva; ur Tigreba o suprime en el texto Jeldo'lo que qui wees Gite encontrar en l'f Aparie de que Gila expresion "“Sseriluira pasiva” asoma sig nificativamente él oxfitioron su rostro parado: jal, se registra aqui elvhecho de que es esta actividad de lectura (escritura pasiva) la que constituye verdaderaments el fendmeno litera EL javes vio en cuanto tal. Por eso mismo, si niiesti Jectura esta condiciénada por un esquenia im. puesto que nos sefiala de antémano Jo’ que en contraremos 0 no enconiraremos en la obra, la Jectura deja de ser actividad productora de sentido y pasa a ser pasiva reproduccién con. dicionada, , ¥ Por supuesto que lo anterior tampoco' puede ser entendido como un hecho.que permita jus- 1 Teyeton Todorov: Postique, Patis, Balifons du Seull, 1968, p. 6 lificar cualquier lectuya arbitraria 0 capricho- sa que alguna sensibilidad anémala pudiera querer validar, Los limites de la virtualidad significativa de una obra literavia estén esta blecides por el horizonte que fijan los elemen- (os que conforman su textualidad. Son estos los que establecen las posibilidades y limites de su estructura significativa, y cualquier pro- puesta ‘de lectura solo podria ser legitimada si tiene fundamento en ellos. Es esta condicién de la obra literaria Ja que explica las diversas "valoraciones” histéricas que se suelen y pueden dar de ella. Quien rea- liza un proceso de lectura realiza una activi- dad descodificadora que va constituyendo un sentido, una significacién, un cuerpo semanti co, Pero asta actividad no es inocente y pura, sino que est. contaminada, trasminada por Jos valores. que configuran cl-sistema ideolé: gico y cultural {implicito 9 no) que funciona como marco referencial inehidible y necesario ca toda valoracion o juicio. Y es este contexto idcolégico el que, en términos génerales, esta- blece fas cordenadas que cada individuo ent plea, inconcientemente Ja mayoria de las ve- ces, en el ejercicio personal de fectura y valo- racién, con Jo que casi siempre su “personal criterio” no es otra cosa que'tiha variable de~ entre las posibilidades ofrecidas por el siste- ma de ideas y valores que maneja, que no sue- le ser otra cosa que el sistema ideolégico do- snjnante. De alli que al modificarse “(patcialmente, po: renovacién, enriquecimiento, etc., o sustanciall menlé, per cambios en Ja estructura socivzco- némica de‘ Ja sociedad) ef modelo que ofrece un sistema cultural, varfen también necesaria- mente los par4metros axiolégicos e “interpre fativos” de fa literatara. Bs esto lo que hace que en clertos perfodos que podemos conside- jar como de cambio o reajuste def proceso so- cial, s¢-intensifiquen Ias polémicas y surjan, con respecto a Jas obras del pasado, tanto las negaciones “parricidas’” come Jas “revalgra- cones” entusiastas, que a menudo no son mas que Ia doble faz de un mismo proceso que jusea tanto justificar su necesidad de cambio gon respecto a los valores dominantes de, la literatura anterior como afirmar en Jas ten- dencias marginales-de esa misma literatura los jmpulsos de una nueva propuesta art : emergente, Pasado ese primer momento de afirmacién polémica, si los’ nuevos ; valores logran imponerse, suele empezar a dibujarse el modelo de una nueva lectura de Jas. obras que forman la tradicién cultural, Hacer una lectura propia de estas obras es un modo de apropiarse de ellas,“de incorporar activa y creadoramente a'un. presente los valores del pasado, estableciendo: asf una relacién ‘dialée tica de continuidad en el proceso. En esta perspectiva puedé apreciarse mejor Ja influéncia conservadora y el efecto de las. ire que pueden tener Jas, tracliciones consagra- das ew la recepeidn actual de ciertas obras que integran el patrimonio.cultural-y literario de una, sociedad. Porque lo mas frecuente es que se niegue el valor y significacién de una obra determinada, cuando lo que en realidad se est negando.es el modelo de lectura do- minante legado por un'sistemia cultural ante yior? « ’ ee En el capitulo I de Ja segunda parte de Dofia Barbara el que lleva por titulo “Los aman- sadores”, aparece una escena que muestra a Santos Luzardo en pleno proceso de educacién de Marisela: 2 ‘Aunque cieemos Gite desprende de todo io anterior,” aque Fenios puntuatizar que 9 un sisteraa Sdzoldgico y cultural. dada, Invigtara ue ae nce de ‘obras eaves, oveespedients faiede ser porfectamente-egitima,y sex vilida deufro'det modelo gue’ co diche sisiona,AlbBova. itt esto sentido aos patces pie famente ajustodo cl plonteamicnta de Oldrich Delle cuundo 40s. ene (apoydndose eq Jan Mukprovsky) que, aunque lo. obra leraria en evento Tealidad. copereia no" cambis, la obra en Jaato objeto vesletlco "sigue ‘(a su anenera, ‘por supuesio) 103 Cambios. que Se operate, en cl euro Gel proceso bisiOrleo, en ta concioneia de 1s eolectivides humana vespectiva. Ahora bien (J, Se podria ‘uno preguator: cOué ex jo que queda y qué elo fiue'earobio? [i-r] 19 que perwanece, lo que es estable ex ante Toto et conjunio de los elementos” (petticulnemente su jerar- gia)" Y mids adelante geegs: "Nos queda por eselarecet Gn Problema muy inportanter oguel de lds fwevtas motriees que provocan y determinate movinlento. de. Ip. exiructucs (de. Is Gbva} en el tiempo, Es evidente que ts estructura dela obre Ge arte a0 cambla por scciba de Jas Tuerta: interass; Jo. que provers 9) determiaa ins Wensformaciones de Ia. estructare arts: tien. (del. objeto. estético), san las twansforaaciones do las. ole- curisianctas histdeiens (aormias estéiles, gosto, IdeDiogle, ‘moral, foila ia vida social). Las. Cucveas mpliiees. so, caeusntraa, consigwiente, fuera ie ta esteuctura lterasia” (Olarich elles © cba iicraria-como estructura”, Problemas de iteratura, Volpe: ralso. I, 1, mayo do 1972, p. 17-8). 8 Ciinios por ta fa. ed: Dalla: Bdrbdra (oovels), Barcelona, Cass Editorial. Arolkce, 1939,°350_p. Hsin eticién fue revdsada, modi cada y asipliada por ‘Gallegos, Ba el trabajo. original “det que Fomnian porto estat péginas Teios preferido utilizar fa. primers vwersidn pare tos efectos de una mayor coherencia y legitimidad el estiulio ideolbgico comparative que en él se realiea, ya que das memorias de Mand ttauca de Teresa da 1a Parra se pe también en.1929. Bsto-explica que agul las indicacioncs: de pagi- nos que aparecea al Grol de cada clta de DM remitan a la ta. ed, —N\ _-Déjeme ir para mi monte‘otva ver. “ete, pues. Pero hasta allé te persegul: fe diciéndote: no se dice jallé, sino hallé o encontré; no sé dice aguaile, sino mire, vea [p.143]. . Leyendo este pasaje uno no puede menos que relacionarlo con otro muy similar que aparece tn una novela publicada casi simulténeamente fan DB: Las memorias de Mamd Bianca, de Teresa de la Parra. Nos referimos al momento en el cual Evelyn y la mama de Blanca Nieves covrigen a las nifias expresiones que estas imi- fan de Vicente Cachocho. Pero en este caso la perspectiva desde la que se muestra la correc tion. es diametralmente opuesia; el habla de Vicente Cochocho aparece como’ “e] supremo buen gusto” (sie), puesto que Vicente dedia, como en'et magnifico siglo xvi: ansind, en lugar de ast; wuje, en le gar de traje; ageaitar, en lagar de mira; piesino, por musmo; endilgar, por divigir o encaminar; decia esgeazar, decia agra; docia vider decin dende, su espaol, en una palabra, cra el espafiol del Siglo de Estos dos fragmentos permiten most con bastante claridad la presencia de dos perspec: tivas radicalmente opuestas para valorar un jnismg fendmens. Mientras en la oba de Te tesa de Ja Parra so hace caso omtiso de la jncorreceién, para valorar fo que tiene de ar taismo, de resonancia del pasado este Jengua- je campesino, en la novela de Gallegos 1a co- Treceién es parte del proceso educative, de ja modernizacién y pulimento de modalida-* des lingiiisticamente afrasadas 0 incultas. 1 el caso de DB parece tentador y simple aplicar el esquema de Ia lectura tradicional y vor aqui una muestra del enfrentamicnte de xalores positivos y negativos: civilizaci barig; cultura / naturaleza, Sin embari la protongacién de Ja escena antes citada se muestra a Santos Luzardo “complacido en las felices disposiciones de aquella naturaleza, re- fa y déictil a la vea Cy ve] en Marisela una per- sonificacién del alma de la raza, abierta, como Cl paisaje, « toda accidn mejoradora” (p. 143) Les memorias ste Mand Bfonca, Parks 16. 4 feresa de Ia Panta: Ea, be Livee Libre, 28, cit, Si consideramos’ que en e] esquema de Ja tec tata tradicional la dicotornia civilizacién / bar harie organiza dos campos seménticos que se resuolven valorativamente como positive / ne gativo, y qué la barbarie, que slustra el pole negativo, se concreta en términos como “na turaleza’”, “campo”, “Llano”, tendremos que convenir en que el parrafo anterior dificilmen, te puede ser comprendido en funcién de tal esquema. Aqui la “naturaleze’' de Mariscia es mostrada como “recia y déictil a la vez", y an. tes que ofrecer una resistencia negativa al pro- greso (educacién) se muestra “abierta, como ai paisaje, a toda accion mejoradora”. Ea cali ficacién de “recia” explica las dificultades que pueda presentar a la “accién mejoradora”, pero la condicién de “‘duictil” potencia positiva mente esta reciedumbre. Llegados a este punto conviene detenerse para hacer alganas consideraciones. No se trata de negar, desconocer o soslayar Ia presencia de le Mcotomia civilizacién/barbarie en el sistema estructural y formal de la obra. Esta dicotomia “con sus variables paralelas Santos Luzardo/ Dofia Barbara; Altanira/E! Miedo; la ciudad/_ cl Llano; el s un elemento formal perfec- tamente objetivable de la estructura. Pero no es en este plano (el de} texto) donde se plan. tea cl problenia, sino en otro: el de la lee. tara. Sabido que un mismo término liga misma expresion verbal suele toner dife renies y aun diversos sentidos; esto puede oca- sionar que cl impulso semantico concretado en Ja escritura no se articule con él que resulta de la lectura, Porque el proceso de la descodt ficacion (actividad det x) no siempre rehace el camino seguide por la codificacion (actividad del emisor), ya que aun cuando ape len al mismo cédigo basico (el sistema de la jengua) y a signos verbales comunes, las con dicionantes culturales, sociales ideoldgicas, ete, de Jos usuarios pueden hacer ‘gue se actualicen sentidos diversos para un imjsmo signo? es 5 Un cjempio may simple pucde daria el titule de wn texte de “iy viele de esnatie de Sexe Actanio Ramos Sucre: “Los gafos". fr Jector medio veneuoieno con seguridad to descudiicaré de Fide cn al sentida de "tonto", “age”, gue o& el Habitual J cane tn el capadol de Venentcls. S6l0 "una fectara activa det ra oe aad a asaplazar esta sigaiticacién por Ja de “Teprose que els que buses actuolizar el Texto. Un fendmeno como ef que sefialamos ¢s el que probabieniente pueda explicar los problemas que presenta le Jectura tradicional de DB Creemes que se ha leido cf conflicto civiliza. cidn y barbarie a partir de una tradicion deci- mondnica vineulada a Sarmiento, y apoydndo- se en esa tradicién yulgarizada se ha proyec- lo el esquema sarmentino a la novela, sos Jayondo la posibilidad de vincular los términos de civilizacién y de barbarie a otro sistema re- forencial —lan legttirnamente existente como ol primero, aunque menos vulgarizado—, den- iro det cual pueden adquirir otra connotacién y distinto sentido. Veamos; cn primerdugar, como se formaliza en Jn critica esto que hemos venido denominando Ja “lectura tradicional’ del conflicto civiliza- cién / barbaric en ta obra de Gallegos gn uno de los primeros articulos dedicados a comentar Ja novela, a las pocas semanas de stt publicacién, Rafael Angarita Arvelo apunta lo siguiente: “Dofia Barbara es Ja Hanuya, ‘devo- yadora de hombres’. Luzardo fa idea recons: tructora, fuerte, civilizadora £...] La civilizae con triunfa”." En ese mismo afio, Jestis Semprum —supone- mos—en resefia critica publicada en Culinra Venezolana, amplfa un poco esta misma idea: Dofla Barbara, que quiere dictar la ley {...] sin atender a otra consideracién que no sea lade sus desbozadas (sic. edesbo- cadas?] pasiones, es Ja Venezuela tradi- cional, barbara y heroica, sentimental y simple [...] El Santos Luzardo del libro de Gallegos [...] es el venezolano que regresa'a Ia tierra nativa ansioso de me- jorarla, de civilizarla, de pulirla.® 4 Obylamente no. péctendemos nt podermor~ realizar’ agit ua fecooite prolijo dela critica de Tx novela desde sw publieacisa. Selo chiotemos: algunos ejemplos que. considersmos rapresentati sor eh Sos Feepectivas circunsionctas con el objeto de flueirer Is Cenvinuidad y homogeneidsd de esta feetara tradicional f Rofacl Angarita Arvefo: “Un lwo” venezolana (Puntos sobre Ine Tevches de Borie Ddrburay”,” ta Bifara, Caracas, 1 de aye fe 199. En un ibr6. posterior inslste eh estas tlsumas expe foes: "Doe Bésbarsi es la Monare, devoradora de hombres, [nvarde te idea cisizdara, fuerte y tecanstesctora”” (Historia price de la novela en Venesnela, Berlia, Cinprenta de. August Fries, Leiptis], 1938, Cit. p, 129). 5 °Révnulo Gallegos. Dofia Barbara, Novela”, Cattnra Veneolena, XH, 34, mayorjunio de 1929, p. 141, (Seccion Los Horas), El testo Josrece’ sin Gia, pore, por ‘ser Jesis Sempeam el hebitvsl en. fnresdo de esas notes, es legitimo niribultsels, como lo hace Jana Liscano (Clr, Réniolo Gellegas y 14 tempo, Caraens, Monte fri, 1, 9. 98. Similar planteamiento hace, “poco después, Concha Meléndez: “El antiguo choque de bar. barie contra civilizacién, no resuelto en Facur do sino con una promesa, se resuelve aqui en ja capilulacién de Dofia Barbara ante Ja fuer va civilizadova que es Santos Luzarda”? Diez afios después de la publicacién de DB, en un capitulo de su libro Novelistas contempord- negos de América, Axturo Torres Rioseco, aun- que apunta de paso la existencia de otras po- sibilidades de lectura, reafirma el modelo an- terior que se ha venido imponiendo: Purales son también las posibilidades sim- “\ Délicas dé Doiia Barbara, desde aquella inicial que presenta a la mujerona devo. § radora de hoibres como una especie de desdoblamiento humano de Ja tremen sabama hasta-esta otra mas evidente, mas elemental, que hace de Dofia Barbara la encarnacién de la barbarie y de Luzardo vl representante de Ja civilizacién. El con- flicto interng de voluntades y dé pasiones se externiza en esta lucha de carActer so- cial, juridico 0 politico, en que la mujer personifica la anarquia de nuestra exis tencia semisalvaje y el hombre la ley y la Justicia, productos de Ja cultura moderna, § ¥ en este orden de cosas Dofia Barbara @ no hace sino continuar una serie de no: velas muy aincricanas cuyo punto de par tida fue ese magistrat ensayo de Sarmien- § to que se llama Facundo, 0 La civilizacién y la barbarie {sic}. Unos afios mas tarde, en 1948, Arturo Pietri, al referizse a la novela en Hispanoamé- rica y Venezucla, et relacién con el problema del -personajey fa sociedad seiiala que “el § conflicto.es simplé. Sarmiento lo planted'en el Uitulo mismo de Facundo. Civilizacién y bar. barie, novedad y tradicién, ideas curop-as y & realidad criolla, juventad y pasado, liberalismo ideoldgico y oligarquia de castas. A partir de este planteamiento, al enfocar los personajes centialés de DB, determina: “La ® Coucha. Motindex: “Ties novelas de ta maturuices americans: @ Bon Srqunda Sonora, La vordgine, Dana Sdrbara”, Cultura Ver nezolana, XU, 107, noviembre de 1990. p. 146. Santiago de Chile, BA, Nascimento, 1939, p. 104 £0 0B: eit, 4. La civilizacion, representada por Santos Lu, zardo, derrota a la barbarie, dando paso «! progreso. tendencia a converticlos en simbolos de la ch cidn y Ja barbarie quita mucha veracidad vill a los caracteres y las acciones: de Santos Lu do y Dofia Barbara” . | dey Con respecto al primero de estos puntos, ya hemos scfalade que és evidente en la obra cl funcionamiento de tal dualidad conflictiva Lo que considgramos que no es parte integra de su estructura significativa sino més bien jon ideologica de fa Jectura tradicional 1929-30, 1939 y 1948, las fechas y los autores fos permiten ver cémo se consolida-un “es quema interpretative” que pasa a ser prontc patrimonio (y lugar) comitn en Ja lectura tra: dicional de Ja obra, Para medir sa_prolonga- P7O¥" Sign podemos meneionar que, en 1979, treinta Son los otros tres puntos, particularmente Sdos despues de Uslar Pietri y a cincuenta segundo y c] tercere. atos de acion dé DB, un critico talen- / Ey nuestra opinidn, ta “sombra terrible de Fa tudo como Emir Rodriguez Monegal, haciendof Facundo”," tan frecuentemente invocada para weenento autocritico de sus opiniones sobre uj caso de Gallegos, no pasa de ser uno dé Jos Ia novela (de 1954 y de 1969)," retoma con} Jugares comunes consagrados por la pereza todas cus letras la misma tesis ‘antes cxpuestal intelectual y la costumbre de Jas referencias "a para establecer, que crédito”. Sarmiento eché a caminar el brutal ia tesis, liberal y decimondnica de la obra CSAMEMA, Con intencién polémica y partidisia saattibuive a acentuar la alegoria, Es Ta (conviene no olvidarlo), y desde su horizonte : a es ado de racismo y europeismo, aye 1s ntiew, mati juisina de Sarmiento en Facuitdo 185) eee eects ; establece con precisién Jos términos de fa irre Gide Butlides da~Cunha”tn Os Serioés Tt, ee “Ts oe | (1902) / civilizacién “contra barbaric, Es ee ee eae yar lucha entre Ja civi- una. tesis que hoy nos parece ingenua, pe \ rogue (metamorfoseada por aportacioncs marxistas © populistas o nacionalistas) Una dé las maneias como se manifiesta este todavia tiene vigencia en nuestra Améri- problema es en el conflicto entre Ta ciudad a (capital) y el campo (provincia) : ,cién curopea y la barbarieimdigena, entre ja inteligencia y Ja materia” (p. 39). ca tamos de resumir, a partir de estos ejem [La capitat} ella sola, en ‘la vasta exten: ie, sién argentina, esta en contacto con las naciones europeas [...} Bi vane le han pedido las provincias que les deje pasar um poco de civilizacién, de industria, de publacién europea (+. Pero las provin: ciag se vengaron mandandole en Rosas mucho y demasiado de Ia barbarie que a ellas les sobraba (p. 25]. plos —que podcian multiplicarse fAacilme: js puntos basicos que se organizan cn esta ctuta, podriamos anotar los ective de le 1. El conflicto (ema, tosis) central de la no- yela cs el enfrentamiento entre civilizacion y barbarie. 2. Bete conflicto corresponde a una vision de. La perspectiva de Sarmiento, que'veia en los Gynondnien de la realidad americana y se indigenas y ef mestizaje la barbarie negativa niento (Facundo, 1845) gue se oponia al progreso’ que habia que im . , a sortar de Europa, se vincula —como fo ha 3. La barbarie representa Jos elementos neg sepalade Roberto Ferndndez Retamar— a lus fives y lat eiviligacion los positives. inlereses “no tanto de una burguesta latinod remite a Sar fh Arturo Uslar Piet Letras y hombres de Venexneta (39482 ane, Ed. Mediterraneo, 1974, p. 28 y 260 M4 Palubeas infeinles de Ta’ obra. de Snimiento. Anutarnos de pase «ve ch tliwlo original de esta y gue 32 mafitiene por tie fe wine ‘tos —-hasia In 3a, ed, de 186, e8 Civffeactin y Monteviden, Ed, Atfa, 1969, p. 106014 barberiee recién entonces pasa 2 Hamarse Facunda, Bu ob presente (ooaio wilisamos el texto publicado por Biblioteca Aysoucho J9. Fonte Rodelguer Moneyite “Dota Barbara: texto. y contexte”, (DL. Saysivater Facimdo @ eiilaaciai y darbaris, prdlogy ae Sig siete, Casteas, Iribliotees Ayacucho, 197, y a esa elelén nus’ indicadas en Has cits ra Paden Yecrse en sa bro Narradores de esta Amértea, 1 Uh Waa Relecrura le Rémolo, Gallegns, Catacns, CELARG, 1586, pois senviten Ins pe mericaita [...] como de Jas burguesias metro- politinas consolidadas y en expansién, de las "cuales él se considera con razon sucursal y vo- cero” . ¥ dado que Jo ameéricano le parece despre- ciable, brutal, “salvaje”, no es contradictorio sino plenamente consecuente cuando sostiene que Facundo Quiroga (paradigma de la “bar- barie” brutal) “es ta figuva mds americana que ja revolucion presenta” (p. 15). Lo negative (la “barbarie”), por consiguicnte, es lo ane: ricano {en et sentido de lo Jatinvamericano), y 50 es lo que debe ser combatide y climinado. La dicotomfa eritre civilizacién y barbaric’ es reductible, Ahora bien,-ges esta la manera como se pre- sepia vl conflicto en la obra de Gallegos? Ya cn uno de suis primneros escritos, er 1912, Romulo Gallegos se habia referido al conflicto civilizacion / barbaric, haciendo alusién a Sar iniento pero estableciendo distancias: Si quisi¢ramos sintetizar en un csquema Ja diferencia caracteristica que hay entre estas dos sefialados sintomas de enter: medades sociales, y al mismo tiempo 5 ferirlos a sus origenes, podrfamos expre- sarla con estos dos términos antitético: Ja ciudad y el monte; con Jo que determ nariamos no solo Jos Iugares en que suc Je suceder, sing también su naturaleza pr pia} las cireunstancias que los producen, cl espirita y las tendencias que los ani- inan, que es como decir: civilizacién y barbarie. 1 Pero no se ofendan ni ta sensibilidad ni él patriotismo porque yo. .emplee: tratdn- dose de nosetras el mismo. término: que para un caso andlogo aplicé a su pais cl genial argentino Sarmiento, porque, si hicn se mira, barbarie en estos casos quie- re decir juventud, y juventud es fuerza, promesa y esperanza.® ve koberio Perabndes Retainase “Algunos sos de clvtizscién, y Basse" (7. on Fora el perfil definitive det hombre, 1a futaen, Ed, Letras Cubones, 1981, p. 4, | 8 Rolo, Gallegos: “Neseshlad de voluies guttucwtes", BL Cola i ni, Caracas, MX. 096, 35 We agosto de 1912, p. 438, 10, ee Cel lilino subrajads cx milo} ENE avi(eulo se repre. Th ce ta. poston an le vida. 1. WO2, Carsee, Bae i9, op. 8210. Feature, Aqui podemos apreciar, tempranamente,’ las semejanzas forniales y las diferencias basicas del pensamiento de Gallegos con la tesis m: niquea de Sarmiento, Esto es lo que da el sen: tido diferente a los términos en el contexto idealdgico de Gallegos, ya que para él “bar. barie en estos casos quiere decir juventud, y juvontud es fuerza, promesa y esperanza”. Eo Gives parrafos del mismo articulo esta dife. rencia se hace atin mas clara: “América, pues, es, a la vez, nuestro mal y nuestra esperanza, porque América es juventud”. ¥ vsto es lo que hace que también con respe to.a la relacién de América con Europa haya con Sarmiento una aparente semejanza y una inisica diferencia: Consecuentemente, nuestro remedio serie Buropa, que en la edad de la cultura sig: nifica madurez: América es fa selva vir gen, ef Suclo inexplorado e inculto, la tie- f rri baldia, cl desierto, el analfabetismo, la barbaric, el jnstinto cerril y sefiero, la carencia de principios, de disciplina y de ideales. Europa es Ja civilizacién, y civi- lizacién quiere decir campos cultivados, poblacién, caminos, industria, cultura, disciplina’ social, conciencia social, idea- Jes sociales asta aqut podria parccer semejante a Sar- miento, alinque si bien nos fijamos, todo el § parrafo esta regido por la forma condicional seria, “nuestro remedio seria Europa..." ¥ csle condicional adquiere pleno sentido en el pirrafo que inmediatamente le sigue: “Pero esta Europa de que hablo no es sino la Europa id al dela cultura, el espiritu de la civilizacion maderina que conduce al engrandecimiénto por cl-caming: de ta ciencia.” Vemos entonees que no hay parentesco real entre ft desis de Sarmiento y la de Gallegos 2} empleo de los mismos términos, mas que apoyo para ideatificarlos sirve como cje para establecer Jas diferencias: lo que Gallegos § entiende por civilizacién y por barbarie és muy distinto de lo que entendia Sarmiento. La semejanza-con Sarmiento reside mas bien en que Gallegos ccha mano de un esquema divulgado y polémico que le permite partir de un punto comin, para la comunicacién de sus “ideas, Por otra parte, Sarmiento en esa obra estaba més preocupado por sefialar y denunciar fos males de la “barbarie” que de ofrecer una F propuesta sobre Ia “civilizacién”; la preocu- pacién de Gallegos es inversa, Como anota en el parrafo antes citado, “eivilizacién quic- re decir campos cultivades, poblacion, cami- nos, industria, cultura, disciplina social, con ciencia social, ideas soc ales”; se trata, pues, f como sefiala mas adelante, citando a Lugo- nes, de “una cuestiéa de ideas”, pero no de Byalores para el individuo sino de aguellos Egue contiguyan a unir y unificar el cuerpo Psocial de ima nacién para tomar conciencia F-de si misma, de sus valores y posibilidades dle pasar d un-nivel superior de'vida, el de la civi lizacién, La civilizacién es un producto de.ge- néraciones y de pueblos, y por Jo mismo “no ha sido obra de una raza ni puede ser privilegio de un pueblo, porque ha sido obra de la hurha nidad y es el tesoro del mundo” (p. 440). Por eso, més que poblacién, caminos, in dastria, ete. —a Jo que’no se niega— lo necesario es importar cultura, ideas, princi. Epios pero “sin que esto dafie ni violente el Idgico y natural desenvolvimiento de fas fuer- yas internas, propias de cada sociedad.” Desde esta perspectiva, no se trata de opener Ja “civilizacién” curopea a Ix “barbaric” ame- Hicana, sine mis bien lo que se requiere és un trabajo de cana. tizacién, Hoy corren desbordadas estzs faerzas del instinto como rios salidos de madre 0, mejor dicho, como torrentes nue- vos que atin no hubieran ahondado con stt propia fuerza ef cauice refrenador de su curso, pero maflana, cuando les hayamus construide canales regulares, se desliza ran por ellos aguas claras y sosegadas, a cuyas orillas se pueden plantar sin peligro villas y-plantios, Ya eso obedece su proyecto de fandac Ia hegemonia de la cultura, valla y control de ta barbaric, ciudadela de cien puertas franeas hacia Ja democracia, en cuyo recinto deponga sus impetus el instinto montaraz y se forme, con lodas las fuevzas inddmitas de extramuros, la « energia conciente de la vacién {p. 441 subrayado por mi]. Heinos citado exterisamente este articulo de 1912 por cuanto és el primer texto —y pricti camente cf Gnico— dentro de los que docu nientan el discurso reflexivo de Gallegos, que explicitamente al conflicto civ ili se en ret cién / barbarie. Y por el heche de hace l mencidn explicita de Sarmiento, al que Ila ra “cl genial argentino”; se tornan mas sig nificativas Jas puntualizaciones que muestray ai diferencia con él Como puede apreciarse, civilizacién y barba vig mo aparecen cn este articulo como antino. nilas irreductibles sino més bien como partes sulidarias. de una comteadiceién dialéctica. Le Hamada “barbarie” cs una Fuerza propia de nuestros pueblos americanos, que debe verse como promesa y esperanza. La “barbaric” asi vista no aparecé como el mal ni Ja negatividad sentido absoluto: pueden serlo, pero no dad ingénita sino por falta de caw de disciplina, de cultivo; la labor “‘civilizado ra" no -consiste en rechazar o suprimir esas faevzas, sino en encauzarlas, ya que —como dira antos después, en 1931—; “ninguna raza, como ningtin ser, puede Hegar a lograr alga sino desarrollands sus propias virtualidades". por mi ‘Tamspoce ja conteaposicién entre América (bar. barie) y Europa (civilizacién) se puede a milor a lo que postala Sarmiento, Para Galle gos no s¢ trata de la Europa concreta y domi- nante, fa de los monopolios, la expansion y ef colonialismo, sino de “la Europa ideal”; en otros términos, se trata de “el espiritu de ta civilizacién moderna” y no. necesariamente de sus formas conercias. Todo le anterior nos permite esbozar algunas consideraciones que pueden ser iitiles para una revisign del modo como sé hi entendido ef problema de civilizacién y barbaric en la no vela de Gallegos. Nu primer lugar, parece evidente que uma pues. ta en relacién de DB con este articule de 1912 sino necesaria, y puede ser no solo es legitims BT R6indo Gallegos: “Las Ueseag de lus" (Cunferencis ca a Roctich Slussun de Nucea York. 1 de septiembre de 1931), ea Vie posivign cn la sla, tl. it, p. IB muy til para uma adecdindla fectura erfliea y «%omprension mas plena de la esirictura sig: nificativa de la novela, Por mucho que se trate de dos textos de indole diversa (cl primero es un discurse reflexive, la otra una obra podti- ta) y diferente cronologia (1912 y 1929), no puede deseartarse el hecho de qué ambos son gscritos de un mismo autor y abordan, desde Sus propios aingulos, una prybiematica simi- lar. En segundo higar, dado el hecho documental y objetivo de que existe un texto de Gallegus ue ge refiere al tema de civilizacion y barbavi cn el que hace un planteamiento diferente inds evoluctonade que ci del tradicionalmente apelado Facindo, parece de clemental conse qucucia ef pensar que sea alli, mas que en la tesis de Sarmiento, donde pucde encontrarse rantecedente ideoldgico de DB. Esto es tanto mas valedero cuanto que la, propuesta estéti- toklcoldgica que surge de la novela se articu Ia con bastante coherencia con fos plantea mientos que esboza el propio Gallegos en el mencionado articulo. En realidad, la tinica thanera de justificar aque: flo de que DB presenta “una tesis liberal y decimonénica” que “es la misma de Sarmiento cn Faciide” (Emir Rodriguez, Monegal), ¢s nensar que OS eEncontramos ante un caso he pvelucidn idevlégica, y que DB tendria que fer vista como una regresion enecl pensamicn- fo de Gallegos con respecte a lo que sostenia en 1932, Sin embargo, una somera revision del jesto mismo nos muestia que esto no es ast, y gue el modo como aparece planteado el asun fon DB no solo dificre de Ja tesis manique ie Sarmiento sino que pucde considerarse con pastantc propiedad como una elaboracign artis: tien y desarvollada de lo que esboza Gallegos on ose articulo de juventud Fs posibe sostencr que, cn términos gencrales, jp lectura tradigional y vulgavizada de DB es psultado de un proceso mas bien d:ductivo, gue consiste en partir de la tesis de Sarmiento jas aplicarla a a descodificacién de la obra. Eu ba Hegado a converlirse en una especie de ejercicio: procustiano, en el gue se proce . Ae . i 4 de ajustar los dlementos que constituyen’e! mundo de la novela a un éSquema previo,’re- saltando lo que se corresponde con él y des contando lo que pudiera contradecirlo. © Este precedimiento no solo implica una extra. polacién ideoldgica forzada sino que de hecho imutila y reduce la complejidad del mundo ar- istico, obstaculizando una comprension mds plena y.matizada de su virtualidad significa iva. Si tomamos una via distinta, es decir, si sartimos de la obra para ver cémo esta trata: do en clla el problema de civilizacién y barba- rie, podremos comprobar facilmente que este se concreta en términos bastante diferentes a los que se presentan en Sarmiento En DB el problema no tiene ol caracter de una dicotomia disyuntiva, sino gue ofrece matices complejos y se orienta hacia uma consideracion, ctica de supcracién integradora, 1 Sin pretendek un andilisis exhaustive y prolijo. § pedemos detenernos en alginos aspectos que pueden ilustrar en. la obra de Gallegos el tra- tamiento del problema. Si se toma en cuenta Ja'totalidad del enuncia- dp textual de la novela, puede apreciarse cla- ramente que el modo’como esti presentado el mundo dei Llano, su paisaje y sus habitantes to que habria que considerar como la “bar harie’\, dilicihmente podria asimilarse a une perspectiva de cnunciacién que valorara en forma puramente negativa esa realidad. Ya en los primoros parralos de la novela, donde se disefian en breves blogues caracterizadores a jos tres tipos humanos que anticipan sinté camente las fucrzas que entrardn en cl con: flicto de Ja obra, se observa este matiz: En el mismo orden en que se presentan, estos tipos cl patron y los bogas; b) Santos Lu Brujeador son: a) vardo; ¥ ©) Prirnero estan mosirados “el patrén, viejo ba queano de los rios de Ja Ianura”, y los dos bogas de “broncineos cuerpos” (p. 11). Lue go s¢ presenta aun “joven de contextura vie “ovosa” y “gallardia casi altanera” (p. 12)<¥ hor iitimo, a “un tipo de razas inferiores, crue

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