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JUAN GABRIEL VALDES LA ESCUELA DE CHICAGO: OPERACION CHILE Ediciones B 41° edicién: noviembre de 1989, Argentina INTRODUCCION El escalamiento ideolégico La sociedad chilena se ha visto marcada desde hace més de dos décadas por tin proceso de escalamiento ideologico!. Par- tidos politicos o grupos organizados se han propuesto usar el oder del Estado y movilizar a sus adherentes sobre la base de discursos doctrinarios para reorganizar Ia sociedad y modifi- car drasticamente sus reglas, cambiando el comportamiento y las formas de vida de las personas. Si bien la tradicidn ideolbgica en la politica chilena tiene pro- fundas y antiguas raices hist6ricas, el ciclo més reciente de esta utilizacién ideolégica del poder politico parece haberse ini do con el gobierno demécrata cristiano en 1964. Le Democra- cia Cristiana introdyjo en un sistema politico relativamente pragmético, el “partido de ideas”, constituido en torno a “una verdad”. Su Revolucion en Libertad adauirié un sesgo alt nativista que impuls6 al conjunto del sistema politico a una ra- dicalizacién expresada en el escalamiento de las demandas ideolbgicas: cada sector exacerb6 el perfil excluyente de su pro- puesta: cualquier avance parcial fue considerado insuficiente; toda medida en el terreno econémico, social o politico, califi- cada 0 descalificada en contraste con un modelo tedrico —la ‘utopia— que constituia un imperativo moral para quienes a herian a ella. ‘La Unidad Popular y su perspectiva de construccién soci lista y revolucionaria aceleré mas aun esta dindmica fundaci nal, mediante la introduccién desde el Estado y los partidos politicos de valores y actitudes que acentiiaron el cardcter irre- a eonepto de “esalaeat icbgio" ba sido tomado de Albert O. Hitseh~ man Exays in Trespasing Economics to Poles end Beyond. Cambridge Uaieraty conciliable y ef conflicto entre las diversas perspectivasideolé- gicas cuya pluralidad otorgaba at sistema su cardcter democritico. La convocatoria a formar un “hombre nuevo”, desarrollado en ta lucha popular y dotado de un fuerte sentido de pertencncia a una colectividad revolucionaria, no fue mas uc ka expresion del deseo ideolégico de transformar la vida a toda velocidad, aunque ello provocase ea los sectores sociales afectados una reaccion de tal naturaleza que todo el proceso de cambios acabara aplastado por la violencia? E} golpe militar de 1973 no marcé el inicio de un repeso ideo- légico para Jos chilenos sino todo fo contrario. De la propia destitucién idgoldgica que la derecha chilena habia experimen- \do desde el triunfo de Frei, surgié una ideologia mas dura, totalizante ¢ impositiva que las anteriores. Bajo el amparo de los militares y muy directamente de Pinochet, un grupo de in- telectuales instalados en las instituciones del Estado, iniciaron la aventura ideoldgica mas extrema que registra el siglo y mar- caron el punto més febril de la inflacién ideoldgica en Chile. El “‘modelo de Chicago”, como esta ideologia fue conocida, intenté imponer desde un Estado militarizado y autoritario una filosofia individualista que proponia esta vez a un “hombre nue- vo” maximizador de utilidades que actuaba en un espacio so- cial determinado por las leyes del mercado libre y competitivo. La sociedad, orientada por equipos teenocréticos que adopta- bban sus decisiones basados en su conocimiento de la “ciencia 2 Hemos sepido en gran parte de exe capital el excelente ibro de Pla Vergara ‘Auge y eaide det neohiberlzmo en Chile, FLACSO, Santiago, 1985, Se han consul ‘do ademis: Ernesto Tuoni: £7 modelo neoliberal chileno y su implantacién, Doc ‘mento de Trabajo N° 1. Centro de Estudios del Desarrollo (CED), Santiago, dicem- bre oe 1982 Tome Mouliany Par Vergara: todo, ideologiey poles econémi ‘as en Chile 1973-1978, Colectige Enuwdios CIEPLAN N. 3, Santiago, juro de 1980 ‘cardo Ffrench- Davis: El experimento monetaristaen Chie: wna sntsis etica, Co lescion Estusios CIEPLAN N° 9, Santiago, diciembre de 1982. Alejandro Fenley: Hata na economia de ibe merce: Chie 197-1979, Colesicn Estudios CIEPLAN NSE, Santiago, jolio de 1980, Patricio Melle: Las Chcopo boys e! madslo eons ‘mice chileno. 1973-1982, hpuntes CIEPLAN N° 43, Santiago, enero de 1988. Ale Janira Fasley. Experimentar neolibeaies en Artie Lating, Colecsion Esutios CIE- PLAN N" 7, Santiago, marzo de 1882. Oscar Maton: Chile! cola ‘mento econdico y su efectos poivens, Cokes Escics CIEPLAN N° 16, Junie de 1985. Paicio Meller: Une relecon eritica en ror ei modelo econdmico ‘hileno, Coleecion Estudios CIEPLAN N° 10, Sastiago, junio de 1863. Oscar Mu ‘80. Ei modelo econdmico chileno, Aporees GIEPLAN N* 27, Santiago, diciembre de 1940. Alvaro Bardon Mc, Camilo Carrasco A., Alvaro Viel G.: Uno decade de ‘ames econdicas: le experiencia chilena1975-1962, Eéorial Andrés Bello, 1985, age econdmica’’ —a eso se reducia, ademés del orden piiblico, Ia funci6n estatal— se moveria tho por criterios politicos, sino por Jos imperativos de la eficiencia econdmica, virtud que poseian prefereniemente ios *‘sectores dinamicos'’, aquellos capaces de hacer competitiva la economia chilena con el exterior, Este libro intenta comprender Ja gestacién de esta dltima ideologia en la sociedad chilena. El tema es vdlido por cuanto, a diferencia de las anteriores, “el modelo de Chicago” no pa- rece responder a una evolucién propia del desarrollo de grupos sociales internos de la sociedad. La Democracia Cristiana in- trodujo un proyecto ideolégico que encontraba sus raices pri- mero en la evolucién det Partido Conservador y luego, principalmente, en las transformaciones de la doctrina social * de Ja Iglesia Catdlica y en el impacto que éstas habian tenido en la Iglesia chilena. La maduracién de las ideas demécrata cris- tianas, al igual que las de la Unidad Popular después de ella, respondié a Jos intereses explicitos de grupos sociales impor. tantes. El desarrollo histérico de fos partidos Socialista y Co- munista y Ia popularidad de las ideas marxistas en los medios intelectuales durante la década de los afios 1960 constituyen an- tecedentes ientes de la raigambre de las ideas que se expre- saron en la coalisién de partidos de la Unidad Popular. Naturalmente, estas ideas se hallaban a veces fuertemente impregnadas de teorfas e imagenes proyectadas por el desarro- Ho de las sociedades europeas o latinoamericanas; las ondas de ideas externas penetraron siempre en una sociedad y en parti- dos politicos como los chilenos, que han demostrado siempre un alto grado de permeabilidad ideoldgica. Pero la base del de- sarrollo y los origenes de los movimientos eran siempre impu- tables a intereses sociales especificos y acontecimientos histéricos locales. Distinto, sin embargo, es el caso de Ja ideologia que irrum- pe tras el golpe militar chileno y se impone como marco orde- nador de Ja sociedad. Ela no provino del fermento de grupos sociales organizados, ni representé le manera como la derecha ‘habia observado el desarrollo del pais y propuesto sus alterna- tivas clectorales. La ideologia resulté ser el patrimonio de un grupo de economistas que tenian como identidad comin: ha- ‘berse formado en la: Escuela de Economia de la Universidad de Chicago, desde 1956-en adelante. Sus origenes, por lo tan- ‘to, no-son remotos ni sutiles, no se esconden en sinuosidades © casualidades histéricas: se encuentran en una transferencia ideoldgica sistemética realizada desde Estados Uniéos Chile, a mediados de la década de 1950. St bien la transferencia de ideas de un pais a otro es un fendmeno comin, la historia de la gestacién de un grupo de académicos en Estados Unidos pa- ra ser transplantados a otro pais con el explicito objetivo de que contribuyan a su transformacién, constituye un hecho mas excepcional. Lo que es tinico sin embargo es que en el breve lapso de diecisiete afios, una transferencia ideolbgica haya con- ducido a un grupo de economistas de la oscuridad del trabajo académico a la aplicacion totalizante y autoritaria de una doc- trina respalddda por un estado militar. El tema de este libro es 1a historia de la transferencia de las doctrinas econémicas de Chicago a Chile, de la implantacion de sus ideas en la Universidad Catélica de Chile y la gestacion del grupo de economistas que actuaron en el ségimen de Pino- chet. No es por fo tanto un estudio acerca del régimen militar chileno, de sus medidas econdmicas o de las acciones empren- didas por “los Chicago boys” desde la administracion del Es tado. No es tampoco un libro de economia. Es un estudio politico, sobre conceptos, valores y actinides y su transferen- cia organizada. Es también un relato sobre la influencia de Es- tados Unidos en un pais de América Latina. Es por iiltimo un ¢jetcicio contemplativo de una generacién de la década de los 60 que absorbid, esta vez no desde la izquierda sino de la dere- cha, una visién toralitaria y antidemocratica de la sociedad y que a diferencia de otras generaciones y grupos extremos de la €poca, que no vivieron para ver aplicados sus suefios, pudo rea- lizarlos 2 cualquier costo con el respaido de une dictadura militar. Antes de ademtramos en el tema, se hace necesaria una bre- ve descripcién de la llamada “revolucién de Chicago” en Chi Je, Son sus caracteristicas las que motivan el intento de “arqueologia ideoldgica’” emprendido en este libro. El proyecto fundacional Los almirantes y los generales que tomaron el poder en Chile en 1973, no tenian un proyecto definido de gobierno. La Doc- trina de la Seguridad Nacional, la cual hacian referencia cons- -R— tantemente, no era sino un “mero sustituto de un proyecto 0 de un modelo politico”: no podia brindar el diseho para una relacion eficiente entre el Estado y la sociedad civil’, Las Fuer- zas Armadas chilenas carecian de experiencia en el gobierno y actuaron forzedas, no por un plan predeterminado para impo- ner uno adminjstracién militar en el Estado, sino mas bien co- mo una reaccién ante lo que consideraron una grave amenaza para la seguridad nacional y para su propia existencia institu. cional: la administracién de Allende y Ie radicalizacién de la situacién politica y social Esta deficiencia se hizo'particularmente evidente en el camn- po de la economia. La Marina, que inicialmente se hizo cargo de la economia del pais, s6lo compartia el acuerdo general res- pecto de la gravedad de la situacién. Los indices de los precios mayoristas mostraban que las tasas de inflacion eran superio- res al 1.000%; habia escasez de mercaderias y la industria esta- ba paralizada debido al protongado conflicto social. Sin embargo, las nuevas autoridades carecian de entrenamiento tée- nico en economia, Naturalmente, esto no implica que no tuvi ran una posicién ideolégica general, Debido a su extraccién, de clase media y alta, ya sus tradiciones c: nservadoras; 10s oft- ciales de la Marina chilena favorecian instintivamente a las po- liticas econémicas liberales y detestaban £! proyecto socialista representado por la Unidad Popular. Desde fines de 1972, algunos altos oficiales de la Marina habian establecido contactos con un grupo de economistas de oposicién que trabajaban secretamente preparando un pian al- ternativo de gobierno. El plan estaba listo para el dia del golpe militar y habia sido ya distribuido a los oficiales de les tres rasnas de las Fuerzas Armadas que ocuparon inicialmente car- 0s en el gobierno. Las nuevas autoridades, sin embargo, mo- tivadas probablemente por un deseo de reconocimiento inter nacional en este campo, optaron inicialmente por aquellas per sonas a quienes consideraban de mayor prestigio. Entre los primeros que fueron contactados se encontraba Sergio Moli- a, ministro de Finanzas durante la administraci6n de Eduar- do Frei. El almirante Gotuzzo, quien era el nuevo ministro de Hacienda, le ofrecié el puesto de subsecretario defesa cartera. 8 Ver Mance! Anionio Garreién, El proceo police ehiten, Facaiad Latinos: smericana ge Ciencias Sociales (FLACSO) 1983, p. 10h Bo Molina rechazé la oferta‘, Goruzzo también se contacté con otros expertos vinculadas al Partido Demécrata Cristiano; uno de Estos fue Carlos Massad, presidente del Banco Central de Chile durante Is administracién de Frei. En ese momento esta- a trabajando en ef Banco Mundial y tenia asimismo un titulo « Ph.D, de ln Universidad de Chicago; Rail Sdez, quien tam- bién habia sido ministro bajo Ia administracién de Frei, fue igualmente contactado, Séez tenia un gran prestigio en las or- ganizaciones financieras internacionales y se convirtié en mi nistro de Hacienda y de Economia bajo el régimen militar. Muy pronto tgndieron a disminuir las conexiones estableci- das con las personalidades vinculadas al Partido Demécrata Cristiano, y se cortaron completamente cuando el partido con- diciond su participaciOn, tanto en su capacidad politica como ‘téenica, al cumplimiento de ciertas condiciones politicas. Tam- ign se cortaron cuando quedé en claro que el régimen mailitar habia optado por un plan politico acorde-con las aspiraciones de los sectores més radicales de la derecha. En realidad, en el periodo inmediatamente posterior al golpe militar, el debate acerca de Ja politica econémica quedé estrechamente vincula- do al asunto de la propia definicién del régimen militar. El dilema estaba en optar entre un “‘esquema de restauracion”” que requeria meramente una “‘pacificacion represiva” yun “‘es- quema fundacional”’, que implicaba la necesidad de uaa revo- lucién. La primera opeién significaba que las Fuerzas Arma- das, habiendo reestablecido el régimen constitucional y el “‘or~ den quebrado”, se convertirfan en un puente entre dos administraciones civiles. El enfoque “fundacional”” implicaba que encabezarian un proyecto de trensformacién que, como se afirmaba en la Declaracién de Principios del Gobierno Mi- litar, requeria acciones profundas y prolongadas para cambiar Ja mentalidad chilena‘. “« Emtrevaa pertonal com Sergio Molina, Santiago, 30 de septiembre de 1983. Mo- fina eta en Buenos Aires en esa tpoca y Gotuzzo le ofreci el puesto pur telefono. ‘Gurndo Molina se neg hablar del tema por telefon, el alirante enw un avign pare irerio « Santiago, Sin embargo, duganie su entrevista quedé claro cue lx Mari- fi ya no queria experts vineulades al Partido Demdcrata Cristiano. Molina reco- Tend a Victoria Arelang pare el cargo de subsecreario y » Juan Vilarzb como ‘ieee de Presupiesto, Este oltmno, un deméeratserisiano, era. un ecosomiste Que habia estudiado en Chien, e "Para un andl de estos conceptor y uns decripcin mas detallads de tas ten- slonesiniciglseotre lon prupes que formaron ln coalicéa de a Sasurreciéa, ver Pilar erga, ep. cl, p. 17 en adelante, Te Las Chicago boys ‘Uno de estos “‘sondeos navales"” seria decisivo para definir el debate inicial antes mencionado y brindarla al régimen su “configuracion revolucionaria’’. Fuc el efectuado con Hernan Cubillos, entonces presidente del Consejo Asesor del periddi- co El Mercurio, que habia sido uno de los “operadores” prin- cipales de Ja campafia contra la Unidad Popular. ‘La Marina tenia confianza en Cubilios, quien estaba vinculado a ella a través de lazos familiares. Cubillos y Roberto Kelly, un ex ofi- cial de la Marina empleado del propietario del periddico Agustin Edwards, tenian total conocimiento acerca de un plan que un grupo de economistas, en su mayoria provenientes de la Uni- versidad Catélica, habia estado disefiando en secreto desde 1972, en prevision de un posible golpe militar. El plan y el equipo econémico que lo proponia fueron calurosamente recomenda- dos por el staff ejecutivo del periédico a las autoridades navales®, El programa que habia preparado el equipo formaba parte del plan general que apuntaba a desestabilizar y a derrocar al régimen izquierdista’. E) trabajo semiclandestino emprendido durante 1972 intentaba cubrir, por una parte, la necesidad de informacién y de orientacién econdmica para el sector que se onia a Allende —particularmente en el Congreso— pero tam ién incluia un programa de gobierno a ser aplicado en caso de que éste fuese derrocado. Una comisién investigadora del Senado de Estados Unidos ha hecho piblico que los fondos para las actividades del equipo fueron provistos por la Agen- cia Central de Inteligencia (CIA) desde Estados Unidos, a tre- ‘vés de canales establecidos con organizaciones empresariales chilenast. Rolf-Luders, miembro prominente del grupo Chicago en ver Arturo Fontaine Aldunate, Le hstorie no contada de los ewonomises det presidente Pinochet, Empresa Editore Zig-Zag, Santiago 1988. Ver Revista Hoy, NY 376, del 174) 23 de septiembre de 1964, p. 28, SaotingD, oie, ver Cover Action in Chie, 193 Staff Report of the Select Commitee to Study Governmental Operations wish respect iniligence actives, United States Senate, ‘United States Government Printing Office, Washington, D.C., 1975, El informe mes: ‘cna el apoyo financier proviso por Ia CIA a uo euipo de economisas pare te Dreparacign de wn programa de goblerno aliermativo, pp. 30 3 40- ese Chile, quien no estaba en el pais durante ese periodo, deseri- bid a este “equipo técnico fantasma” del siguiente modo: +, dicho grupo de trabajo seguramente fue posible y froctifero por ta formacién téonica comin que caracterizaba a sus integrantes. A mediados de la década de los cincuenta la Universidad de Chicago habla inieiado wn programa de intereambio académico con le Univer- Sided Catolica de Chile, destacando a algumos de sus profesores en Chile para investigar, y recibiendo alumnos chilenos para realizar es- tudioe de postgrado. En virtud de ese programa y por intermedio de bbeeas complementarias, alrededor de una centena de estudiantes ba- ‘Bia completado sus estudios graduéndose en la Universidnd de Chik ‘cago a comienzos de la década pasada (...) Haste 1972 muchos de ‘eslos economistas —de vuelta m Chile ingresarom a les universida- ‘des en calidad de profesores de tiempo completo. Aliuncs otros in iresaron a funciones piblicas; especialmente durante ef gobierno de Frei. Los demds se incorporaron a las principales empreses de pais, pere todos formaron una comunidad —cada afio amplicda por las Fenereciones de nuevos economistas que egresaban de las universida~ des chilenas— que compartia un lengusje téenico, un enfoque racio- palista a la solucién de los problemas, y el anhelo de cootribuir con Sus esfuerzos a tna sociedad prOspera, justa y Wibre. La mayoris de textos economistas san hoy —les guste 6 mo-~ conacidos como Chica- 0 boys". Las figuras principales del grupo eran: Sergio de Castro, antes decano de la Escuela de Economia de la Universidad Ca- télica (quien en realidad encabezaba el grupo); Pablo Barao- na, antes director del Departamento de Economia dela misma universidad; Sergio Undurraga, también un economista vincu- Jado a la Universidad Cat6lica; Emilio Sanfuentes; Manuel Cru- zat y Juan Braun, ligados a grupos empresariales; Alvaro Bar- dén, J. L. Zavala, Andrés Sanfuentes y Juan Villarzi. Estos cuatro altimos eran economistas de la Universidad de Chile, habian estudiado en Ja Universidad de Chicago y formaban parte del equipo técnico del Partido Demécrata Cristiano. Aproximadamente dos ahos después, Sergio de Castro, Pa- blo Baraona y Alvaro Bardén, junto con Rolf Luders, Miguel Kast (quien en 1973 estaba estudiando en Chicago), y Sergio de la Cuadta, se convertirian en las figuras principales de lo * Pedro Ibsnes Ojeda y Rolf Luders Sch., Una economls para Cie, Mimeograph, ‘Santiago, unio de 1983. Ver tambien (especialmente fe primera seciés) Alvazo Bar- ‘in M., Camilo Carrasco A. y Alvaro Vial G.: Un déveda de cambios econémicos: le experiencia chitena 1973-1883, Editorial Andrés Bello, Santitgo, 1985. = 16— . que El Mercurio llamé ‘“la Revolucién Econémica Chilena’ Sergio de Castro fue ministro de Economia desde abril de 197 a diciembre de 1976 y luego ministro de Hacienda, desde ev fecha hasta abril de 1982; Pablo Baraona se convirtié en m nistro de Economia entre diciembre de 1982 y febrero de 198% ‘Alvaro Bardén fue subsecretario de Economia de Baraone 5 Miguel Kast se convirtid en ministro de Planificacién entre ener de 1979 y diciembre de 1980; Sergio de la Cuadra fue ministre de Hacienda entre abril y agosto de 1982. Todos ellos habia sido estudiantes de la Universidad de Chicago. ‘Otros chicaguenses de menor importancia ocuparon dife rentes puestos en el Banco Central, en la Oficina de Presv puesto y en las Divisiones de Planeamiento del gobierno; entre Ellos, Juan Carlos Mendez, Alvaro Donoso, Ernesto Silva Ba llafuy, Jorge Selume, Alvaro Saieh, etc. Las posiciones ideo Iogicas del grupo también eran compartidas por otros econo mistas prestigiosos que estaban previamente conectados con os demécrata cristianos. Entre ellos, los mas notables eran ‘Jorge Cauas, quien precedié al grupo antes mencionado, y ba Jo cuya autoridad se puso en vigencia el llamado “tratamien' Ge shock de la economia”; y José Pifera E., quien como m istro del Trabajo lievé a cabo el Plan Laboral y varias ots » Feformas sociales conocidas como “modernizaciones”’. Sin en ‘argo, estos titimos no eran alumnos de-Chicago. Cauas s! {guid cursos de postgrado en la Universidad de Columbia y Pt ffera lo hizo en Harvard. El camino hacia la hegemonia Desde el principio, el equipo de Chicago tuvo que Iu por obtener el controf en una “‘coalicién”” de economistas que ho compartia sus puntos de vista acerca de las medidas 2 to nal, ni respeeto de los tiempos en que se darian los pasos ne ‘cesarios. Lo que es mas importante, el resto del grupo no so» tenia los mismos puntos de vista neoliberales radicales que fx voreeian las modificaciones estructurales que alterarisn drasticamente ef camino seguido previamente por el pais haci €l desarrollo. En realidad, ya desde el principio, se hizo aps rente el bosquejo ‘de una preferencia evidente por una ore® nizacion ecoémica liberal”. Sin embargo, durante esa fav i

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