Cap. 1 El Ambiente de Aprendizaje

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Introduccién Elambiente en el Jardin Maternal i? 25 Habitar es ineludible; habitamos todos y siempre. Habitar es inevitable, pero puede hacérselo de muy variadas maneras. Consi- dero que, para la enserianza, habitar significa apropiarse reflexiva y emocionalmente de los espacios y convertir los escenarios que nos prestan las instituciones en “buenos” y -2por qué no?- “bellos” lugares de trabajo, en sitios adecuados para ensefiar y aprender. Augustowsky, 2005 EI enfoque didactico presentado incluye al ambiente de aprendizaje como uno de sus cuatro ejes que enmarca como continente, sostiene y, asimismo, aloja a los otros tres: el juego y el jugar, el grupo y lo grupal, el ensefiar y el aprender. EI ambiente como concepto puede ser considerado desde diversas perspectivas debido a la amplitud del cam- po seméntico que este barca’. Recurrir a su acepcién mas amplia nos posibilita en las instituciones educativas definir- locomo aquello “que rodea” a bebés, nifios, docentes, como los “entornos” y sus matices, desde una mirada multidimen- sional. El ambiente como realidad que envuelve, nutre y ali- menta, incluye tanto a la naturaleza como al espacio fisico institucional, de sala, cultural, emocional, vincular, familiar. “Dime cémo es el enfoque, y te diré cémo debe ser el am- biente’. :Podria pensarse en un ambiente discordante con el enfoque didactico al cual adscribimos? La pregunta tiene una clara respuesta en el marco de este planteo: el enfo- que construye ambientes que sintonizan con él,entantoes considerado eje fundamental y plataforma que se entrama con el juego y el jugar, el grupo y lo grupal, el ensefiar y el aprender. Se es eae ee af Tomo ON Urcola- Kac- Candia El ambiente envia mensajes silenciosos (Trueba Marcano, 1989), y come del enfoque didactico expresa y comunica un proyecto pedagégico: 4 tiempo que es parte del Proyecto Institucional también lo es del prove: gégico de cada docente. Desde esta perspectiva, el ambiente encue de coherencia en un proceso de mutua imbricacion. La mirada sobre el ambiente no queda limitada a la sala, sino un angulo mayor de mira, al pensarlo ydisefiarlo también institucionalmente c. nodal en la toma de decisiones de los equipos de trabajo que comparten, tiem, pos y espacios comunes, y una tarea que los convoca y encuentra junto 4 las familias de los bebés y nifios del Jardin Maternal. 8 Los docentes son parte integrante de equipos institucionales que, como ty les, toman decisiones (desde lo pedagdgico, lo ético y lo estético) que se visibi. lizan en la construccién conjunta del ambiente: definen proyectos, delinean ec trategias de vinculacién entre pares, docentes, otras instituciones y familias y, ambiente de aprendizaje como entorno mirado, pensado, planificado y habita- do, dard lugar a una educacién de calidad que posibilite, en palabras de Frabbon) (1980), el desarrollo de diversas experiencias de vida que en cantidad y calidad, darn lugar a que el aprendizaje acontezca. El ambiente da cuenta de decisiones didacticas de docentes comprometidos en su construccién. Desde una perspectiva de entramado, en este ambiente entendido como nido cultural y vincular, el enseriar-jugar-aprender en contextos grupales se armoniza en un todo con sentido. En un juego de figuras y fondos, pondremos como figura en este Volumen 1 de la serie al ambiente (aunque frecuentemente aparezca invisibilizado, como un fondo difuso), ubicdndolo en un primer plano para darle el valor que tiene como eje del enfoque didactico. En el Capitulo 1 el ambiente de aprendizaje se conceptualizaré desde una perspectiva multidimensional, para dar lugar a una mirada més focalizada en la sala, en tanto entorno cotidiano en el que bebés y nifios pasan muchas horas en el Jardin Maternal y como parte del proyecto pe- dagégico del docente. En el Capitulo 2, se ampliard el Angulo de mira para hacer foco en el ambiente institucional, como parte del proyecto pedagégico del jardin y como un gran nido cultural y vincular que aloja a grupos de bebés, nifios, gru- Pos de familias y a los equipos institucionales. ie al mismo cto Peds. tra linens Que adquierg Nota 1, Desde su etimologia viene del latin ambiens, ambientis (que va por uno y otro lado, que abarcae! entorno, que rodea), participio de presente del verbo ambire (ir por un lado y por otro, rode3" ‘andar alrededor), ai4 at Baek ‘apitulo 4 con El ambiente de aprendizaje Ambientes que alfabetizan, ambientes que ensefan, ambientes que contienen, que anidan, ambientes que exasperan, que irritan, que ignoran, “mal ambiente’... éPor qué pensamos hacer foco en el ambiente de aprendizaje como eje fundamental a Ia hora de pen- sar en la ensefianza en el Jardin Maternal? ;Qué elementos posibilitan u obstaculizan un ambiente al servicio del nifio y sus necesidades de ser, sentir, sa- ber, ver e interpretar el mundo? Son los materiales, el mobiliario, la decoracién elementos constitutivos del ambiente? ¢Son las personas y los modos de vin- cularse los que inciden en este ambiente y el modo de vivirlo, transitarlo, habitarlo? Flambiente en el Jardin Maternal —______» 37 row \ stdin en las paredes, pero cuando 4c) |} entro al consultorio loro porque me AN oS acuerdo de la fria sensacién del este- po toscopio sobre mi cuerpo. Hacer foco en el ambiente de apren: ambiente de aprendizaje remitiéndonos a aquellos espacios en fisico situado, objetos, mol , olores, colo- 1s de vincularse, en un todo amalgamado en el bles para el desarrollo de los mas pequefios, Hablamos de los que se entram: res, sonidos, perso que se generan con: elensefiar y el aprender. imer brijula” y ensefia ("da sefias”) a bebés y nifios para Este ambiente es “pri pensar y sentir su entorno, al misma tiempo que es fuente que genera condicio- conocimientos. Frabboni (1980) se refiere pes de posibilidad de construccion de ito de cultura y que da pistas a quienes lo habitan para mundo. al ambiente como depési aber ver, oif, pensar, sentir e interpretar el Qué es el ambiente para un pequefic? Es su casa, su habitacién, el consul- torio del pediatra, e! parque, la plaza, el Jardin Maternal, su familia, sus compa- Aeros, su doctor, sus maestras... El ambiente refleja su complejidad y dinamica ares, y para los bebés y nifios aero cus caracteristicas fisicas, culturales, vincul pequefios es un todo indiscriminado, aue poco a paco ird tomando formas mas diferenciadas en tanto ellos vayan transitando por vivencias que los impliquen ‘en los diferentes espacios: que puedan aprender cudl es su lugar en cada uno, qué pueden hacer/no hacer, qué pueden tocar, con quién/quienes pueden con- tar/estar de acuerdo a sus necesidades... momento ena piel de estos bebés y nifios e hipotetice- ‘da uno podria estar comprendiendo y sintiendo en su anenun marco nas y sus modo diciones favoral Pongémonos por un mos acerca de lo que ca relacién con los diferentes ambientes: En la sala de espera del consultorio del doctor me rio con el payaso de la puerta, puedo tocarle la nariz que es suavecita y disfruto de los juegos que En la plaza me zambulllo en la arena, y la toco, me la tiro encima, la prue- bo con la boca (a pesar de que parece que no esté bien comer arena). Enel jardin sonrioa mi maestra, y veo siempre a los mismos compafieros y muchas veces me gustan los juguetes que ellos agarran y los quiero tocar, los quiero para jugar con ellos, pero cuando se los saco porque los quiero para mi, el nene llora y la maestra pone cara de enojada. En el jardin cuando estoy en la sillita alta listo para comer, me gusta meter la mano adentro del plato y sentir la comida entre mis dedos... parece que a mamd no le gusta que lo haga en casa porque me limpia las manos y me dice que NO se hace... Graciela Montes (2006) nos aporta en este marco, que no solo se lee lo que esta cifrado en letras y que mucho antes de que los bebés dispongan del lengua- je, leen el mundo que los rodea buscando sefiales, indicios, pistas, construyen sentido y arman estos pequefios cosmos de significacién, anticipan aconteci- mientos, significan un ruido, una voz con un espacio, con algo que se avecina: (...) el ruido de Ia llave le dice que ya esta llegando Papa de trabajar y por eso se pone contento (...) el bip-bip del microondas le dice que la mamadera esta tibia y lista y el bebé se sonrie y agita sus manos con alegria porque tiene hambre y celebra que ya se avecina el momento de saciarlo. Con estas situaciones cotidianas queremos dar cuenta de que los bebés y nifios estén participando activamente de un juego dindmico que va de la indife- renciacién a la diferenciacién, que estén intentando comprender este ambien- te y sus relaciones; y se puede empezar a leer el modo en que el ambiente es Portador de estas pistas que los nutren culturalmente, los insertan como seres Sociales y sobre el cual van teniendo vivencias que los van atravesando. Cada uno nos las van mostrando de diferente manera: “en algtin lugar (jardin) si que me ermitieron tocar la comida, por eso te muestro que lo puedo hacer y me gusta hacer- 0, aunque parece que acd (en casa) no se puede”. Estos bebés-nifios estan constru- yendo significacién, estan trabajando para lograrla y eso desafia, por un lado, a os adultos (madre, padre y demas familiares del entorno inmediato) a participar Elambiente en el Jardin Maternal lg hl Urcola- Kac- Candi enlatarea de decodificar e interpretar las sefias que van dando en su proceso de comprensién del ambiente o los ambientes, y al mismo tiempo andamian el proceso de interpretar el lenguale y significar el mundo que los rodea. Y por otro, lado, también desafia y compromete al docente a una tarea responsable de dise- foe intervencion sobre el ambiente. de aprendizaje, en tanto, lo concebimos como transmisor ! de un mensaje pedagdgico proveedor de provocaciones. En este sentido, vale cescatar una expresion muy utilizada por los docentes de las escuelas que tra- pajan bajo el enfoque de Loris Malaguzzi en Reggio Emiliat que da cuenta de un modo de concebirlo “como tercer maestro”. Coincidimos en ponderar el valor de fa familia como coeducadora, al docente del Jardin Maternal desde su rol peda- gogicoy al ambiente como el tercer educador. Los bebés y los nifios son permea- bles al ambiente y este opera como un maestro mas. Aun cuando creamos que biliza el accionar del docente, porque pareciera que el ambiente es algo intervenciones se ven reflejadas en las decisiones que de su tarea pedagégica. El ambiente-maestro es tal, por- e con su grupo a cargo, como cuando prepara laexpansién de las multiples posibilidades que este debe ofrecerles a los bebés y nifios pequefios: en el acceso y disponibilidad de objetos, colores, olores, mobiliario, ¥ modos relacionales amorosos que se j entraman como un todo y crean climas, atmésferas para ensefiar-jugar-aprender. Este ambiente es se invis dado e inamovible, sus ii va tomando como parte que tanto cuando esta el docente el ambiente, tendra injerenciaen ectiva multidimensional amplitud del campo semantico de acuerdo Jardin Maternal, nos invita a detenernos ‘vo no podemos desconocer- Una persp' La complejidad del ambiente y la ‘ ‘al modo en que lo concebimos en el er su multidimensionalidad. En un contexto educati Ia. ya que en el ambiente habitan personas, vinculos, objetos, olores, sonidos, y todos estos elementos coexisten en. un espacio que los contiene transmitiendo diferentes mensajes a ser leidos. Elambiente “habla” por si mismo y aquello que “dice” desde nuestra perspectiva, se enlaza en un todo con sentido con el enfo- que didactico. Iglesias Forneiro (2008) entiende que el af estructura de cuatro dimensiones claramen' ; entre s{ que tomaremos en parte para su explicacién: una dimensién fisica (la llamaremos fisica-espacial: qué hay en el espacio y como se organiza), una di- mensin funcional (cémose utiliza y para qué), una dimensién temporal (cuando y cémo se utiliza) y una dimensién relacional (quiénes y en qué circunstancias ambiente escolar conforma una ite definidas e interrelacionadas 0 144 eRe SE 0a5 | Tom —_— véase mas adelante "Dimensién relacional. EI ambiente como nido vincular") y tomaremos como otra dimensién la cultural, desde la posibilidad que ofree ambiente de ampliar los horizontes simbdlicos desde edades tempranas (véase més adelante "Dimensién cultural. El ambiente como nido cultural’, e el Los espacios dicen... dimensién fisica-espacial Cuando yo entré a trabajar en este jardin, estaba los momentos de alimentacién, Ia otra. establecido que al terminarse se subian todas las sillas a la mesa, unas arriba de Yome desesperaba porque los chicos empezaron a tomarle el gusto a ugara tirar- las todas. Fue un tiempo terrible, para mi era la primera experiencia en sala de 2. Undia un nene tir6 de una silla de abajo, se cayeron todas las de arriba justo arriba de otro de los chicos y lo lastim Esa fue para miuna situacién limite. Desde ese dia to de alimentaci6n, jugamos a levantar las sillas en el pasillo, y volvemos a lavarnos tranquilos jy tomé conciencia de la importancia de organizar. ‘cuando terminamos el momen- ¥ con ellas hacemos un trencito sin sillas que tirar! Desde ese dia el espacio para trabajar a gusto. En esta dimensi6n del ambiente de aprendizaje inciden en su conformacién tanto el espacio fisico (el jardin de infantes, la sala, el patio, el salén de usos mtil- tiples), su tamajio, la iluminacion, ventilacién, asi como los diversos objetos que lo ocupan y sus modos de organizacién: materiales, el mobiliario, la decoracién, los objetos naturales o artificiales que rodean a los bebés y nifios pequefios, Las decisiones que los docentes toman respecto del espacio y sus modalida- des de organizacién estardn siempre al servicio de un propdsito educative que entraman el ensefiar-jugar-aprender en contextos grupales, tal como se expresé al inicio del volumen, en la presentacion del enfoque didactico. Los espacios de calidad invitan al movimiento, elecci6n de diversas opciones potentes y simultane: cién, al encuentro con otros, al descanso y al sosiey dos, al transito auténomo, ala toma de decisiones, a la as que dan lugar ala explora- ‘80, al despliegue de los senti- al jugar compartido, y a su construccion con sellos de identidad. Quienes comparten los espacios tienen que percibir su versatilidad transformadora al servicio de una propuesta, de una idea, de un propdsito, Toda transformacién del espacio que posibilite construir pertenencia ¢ identidad Sera bienvenida si esta es genuina e incluye a los bebés y nifios en la toma de decisiones. En una sala de bebés, por ejemplo, estas transformaciones estaran ear costenidas y acompariadas desde la palabra del adulto que las organiza y le otorga sentido a eso nuevo que irrumpe en el espacio: se le habla del cambio, Elambiente en el Jardin Maternal at eee re ee eee de lo nuevo, se lo muestra, se lo hace percibir corporalm; ; sentidos puestos en juego. Cualquier modifcacion del esac See nay se puede hacer una lectura de cémo impacta en cada bebé y nifio pepe ensuestado de dnimo que puede recibir positivamente esta modificacién o, de eTcontrario, puede desorganizarse, angustiarse y alterarse de tal modo med oc essoder expresarlo en palabras, esto se manifiesta en un estado de inquietud ymalestar general. En el Jardin Mater como hay espacios colecti nal, el juego entre lo mio y lo nuestro es necesario. Asi vos y ptblicos: nuestra sala, nuestra alfombra, nues- tro cambiador, nuestro pasillo, nuestra sala de misica, nuestro patio, también es preciso respetar lo de cada uno. Poco se observa la jerarquizacion de lugares de intimidad donde también se preste atencién ao singular, a“lo mio’. Los nifios precisan de espacios reales y concretos donde puedan guardar sus pequefios tesoros: una cajita, un anaquel, una bolsa, un estante, en este interjuego entre lo mio y lo nuestro como construccién y aprendizaje. Es interesante agudizar Ia observaci6n y hacer una lectura acerca de cudles son las elecciones que espontaneamente van haciendo los bebés y nifios de es- tos lugares de intimidad, para luego tomar la decision pedagégica de que estos permanezcan en el tiempo y brinden seguridad: un rincén con una colchoneta, el Angulo entre la pared y el mueble en el que se guardan las cosas, el puf que est en un extremo de la sala, pueden ser espacios que los pequefios elijan para relajarse, para mirar un objeto conquistado, o solo para buscar adormecerse porque el cansancio los alcanzo. Si bien consideramos que la versatilidad transformadora es una caracteris- tica fundamental que deben tener los espacios -pasibles de movimientos en funcién de los propésitos pedagégico didacticos-, debemos encontrar objetos que, a modo de brijula, les permitan a bebés y nifios pequefios construir regu- laridades contextuales (Maquieira, 2007). Estas, como elementos que marcan la continuidad del ambiente, no solo estan sostenidas en la permanencia de los vinculos, sino en la relacién que los pequefios van estableciendo entre los ob- jetos significativos y los espacios con los que los identifican. Se construye asi junto a sus docentes referentes, seguridad, estabilidad y pertenencia: si hay que dedicar un espacio para la cambiada de pajial, habra un movil, un peluche en a repisa, el animal de la guarda de la pared, que “nos espera” y “nos recibe” en ese lugar. En este sentido, que los nifios empiecen a construir estas relacio- nes entre las actividades y los espacios es también parte de la ensefianza. Por ejemplo, respecto de las propuestas cotidianas (Capitulo 3, Volumen 4) deben tener espacios bien configurados para que cada una se desarrolle en el lus! que corresponde, y los bebés y nifios, cuando son trasladados 0 se trasladan 4 a5 / Tomo 114 _ ellos, puedan anticiparse con tran, haciendo experiencia y estableci ya posible anticipacién de lo qu \quilidad y confianza a lo que vendra. Asi se va iendo relaciones entre los objetos, los espacios le alli se va a desarrollar. Pacios se deben prever zonas de suefio, de alimen- taci6n, de higiene y de Juego en las salas de bebés y deambuladores. La presencia o no de mesas y sillas cambia rotundam de la sala, razén por la que es muy comin que se fuera de ella para no tener los espacios tan saturados. Las sillas altas y los cochecitos en general son parte del paisaje cotidiano en salas de bebés que, por la practicidad de su uso, se considera imprescindible tenerlos a mano. De todos modos, se sugiere que solo algtin coche se encuentre en la sala si es el lugar de preferencia para dormir de algtin nifio, y luego llevarlo a otro espacio destinado a su guardado. Las sillas altas o los adaptadores que se anexan a las sillas pueden estar en una zona de alimentacién por fuera de la sala, excepto que, Por una cuestién de organizacién institucional, su presencia indique al interior de la sala una zona de alimentacién para los mas chiquitos Por ser el lugar espacioso y por la practicidad de tenerlas cerca en el mismo Ambito. lente la fisonomia elijan lugares por Cabe destacar que por las caracteristicas en los desplazamientos de los mas pequefios que permanecen mucho tiempo en el suelo es pre- ciso garantizar la seguridad fisica y su salud. Es condicién irrenuncia- ble mantener los espacios limpios y al resguardo de cualquier objeto que pudiera atentar contra su bienestar. Elambiente en el Jardin Maternal gg — i 44 de acrilico irrompible y el espacio de en- nde una alfombra de goma u No deben faltar los espejos cuentro y relajacién con la delimitacié Stro material que favorece e invita Y cobija a ese lugar compartido, y va siendo plataforma de ‘construccién del “nosotros”. fuentes naturales de ser posible, los colores c- ipegar producciones infantiles 1 obras de arte mésfera para aprender. tanas forrados con laminas transidcidas llido que pudiera des- La iluminacién con lidos y los frisos para crean una muy buena at Los vidrios de puertas y ven ton mayor seguridad frente a cualquier estal prender pedazos oastillas. Para que los pequefios puedan tener un manejo autonome de sus per- tenencias, las salas deben estar provistas ide percheros dispuestos a una altura de facil acceso y con un ‘espacio suficiente entre 10s Ban- chos para que puedan colgar y descolgar sU* mochilas cémodamente. Existen muchas dificultades observadas ¢P ‘eldisefio de estos elemen- tos de la sala que obstaculizan esta propuesta cotidiana que preserva elorden y la autonomia en el desenvolvimiento de los nifios- Cuando los jardines no estuvieron concebidos inicialmente como ta- les, resultan ser casas con habitaclones devenidas en maternales y, por lotanto, nose suelen encontrar bachas para el lavado de los mate~ riales dentro de las salas. Estas son necesarias por la practicidad que vn iste para el docente y porque lacercana permite sostener los mo- mentos de higiene aprovechando cada ssituacién. Prever un lugar de guardado y de facil acceso paralos ninos de los elementos de limpieza, favorece el desarrollo de estas practicas cotidianas que promueven la buena convivencia. Las zonas “blandas” pueden formar parte del espacio de encuentro, como del espacio de descanso (también se conforman con cuerpos de fgomaespuma para juegos motores). Si bien hay muchos jardines que refie~ Gotan (para las salas de bebés) por tener algunas cunas, otras ren las colchonetas en el piso por la posibilidad de movimiento que estas ofrecen. Los materiales deben tener un orden, estar clasificados y organizados ey *anastos, repisas, tarros, bolsas con un buen nivel de accesibilidad, ‘anto en la sala como en algtin lugar de guardado de uso comun. Cade cuenta la estética del ambiente cuando las paredes estan ee ecargadas con materiales: esto no contribuye ala conforma: una atmésfera de calma, con zonas de descanso visual. Oa5 / Toro 114 —d ES Capitulo 1 Elambiente de aprendizaje «Para salas de dos y tres afios, se pueden incluir si el espacio lo permi- te, mesas y sillas, no solo para servir el desayuno o la merienda sino para organizar juegos de mesa en ellas, armar propuestas de arte plastico 0 pequefias construcciones. Ademés de la zona de encuen- tro y relajacin (que también puede ser de descanso), en estas salas la zona de juego se preparard en funcién de la propuesta. Los mobi- liarios clsicos que hacen a la vida hogarefia, tienen que ser livianos y de facil traslado para poder moverlos por las diferentes salas que los precisen, de acuerdo a las decisiones que el docente va tomando sobre este ambiente y los materiales que dispone para ensefiar-jugar- aprender, Ademés, en las salas de estas edades, ya pueden quedar una mayor cantidad de materiales al alcance de los nifios: por ejemplo, una biblioteca, material didactico clasico (rompecabezas, miniladrillos, lo- terias, encastres planos), bloques grandes para construir, entre otros elementos. Lo que es, también puede ser otra cosa: dimensién funcional Aprincipio de afio me senté y, con Idpiz y papel, empecé a mirar cada mueble y material aparatoso que tenfa en la sala para optimizar el uso. Asi fue que decidi hacer fundas de tela para las sillas para jugar a hacer trenes que les encanta, y me hice unas protecciones para las patas de las mesas que de vez en cuando las convertimos en barcos. También me traje una alfombra de goma eva a modo de rompecabezas jjque ni te imaginas todas las posibilidades de uso que le doy! ;Ah!, ye hice poner ganchos en altura para poder colgar cortinas de tela y jugamos a las escondidas, lo hacemos seguido, les encanta, se matan de risa cuando les juego aatraparlos. Una légica polivalente da lugar a varias funciones posibles de un mismo es- | pacio 0 mobiliario. Con los recursos que dispone el docente y una mirada creati- va, se pueden aprovechar los espacios: el rincén con almohadones puede ser el espacio de encuentro y saludo inicial, al mismo tiempo que se convierte en sec- tor de cuentos y biblioteca; los espacios pueden ser usados auténomamente por los bebés-nifios 0 dirigidos por el docente y se pueden resignificar de acuerdo a los materiales que van sectorizando las propuestas de juego; por ejemplo, a las mesas se les puede otorgar un nuevo sentido, dems del lugar para la comen- | salidad, Tal vez se conviertan en casas para meternos y escondernos. Elambiente en el Jardin Maternal —_———________—e 45 Lad 1 Pollvalencla para enriquecer las propuestas diddcticas La reinvenclén y transformacién de los espacios y materiales les otor, nuevas posibilidades de Juego. ga « Los eldsticos de maximo grosor para atravesar de punta a punta, jas telas con agujeros que Intervienen los espacios, las fundas para poner encima de las mesas que con ventanas y puertas las convierten en ca. sas, son materiales que cambian la fisonomia de la sala, © Las cintas adhesivas de papel posibilitan la creacién de pistas, cami- nos para autos, o para realizar recorridos corporales en la sala o en salones de usos multiples. Las mesas que se tumban de costado pueden ser teatros de titeres; y con las patas para arriba, grandes barcos piratas. Hay que saber leer los “tempos”: dimension temporal a ‘Antes no pensaba que era importante relacionar las propuestas que organi- zaba con el momento del dia y mucho t ‘menos con los espacios fisicos, estaba tan ansiosa por hacer lo que habla traido, que no me daba cuenta que eran las 8 de la manana y los chicos tenfan suefio 0 no hablan desayuna- do. En una reunién con el equipo lo j : analizamos. ;Comprobé que las pro- { puestas que a las 8 de la mariana no les llamaban la atencién, a las 10 de lamafana les encantan! La dimensién temporal liga al tiempo con el uso de los espacios: los momento> destinados a las diferentes actividades estan ligados a “un lugar” determinado es tiempo de cambiar el pafal en él bario, es tiempo de jugar con los murieco* en el rincén de dramatizaciones, es tiempo de escuchar un cuento en la alfornb"? con almohadones, es tiempo de jugar libremente en el salon de usos multi a5 | Tomo 1!* dl es tiempo de trepar en el arenero porque all est la estructura que lo posiilita. Nos resulta relevante mirar desde esta dimensién, los diferentes ritmos que se jben en una sala de acuerdo a lo que el maestro esté desarrollando (Iglesias Forneiro, 2008): en una propuesta de juegos motores, vamos a percibir un rit mo acelerado, vertiginoso, con nifios corriendo, saltando, trepando, arrastran- dose. Por el contrario, en la narracién de cuentos el ritmo serd de relax y calma, ‘si como también en una propuesta de dactilopintura, Estas “velocidades” son transmisoras de mensajes del ambiente: estrés, calma, nerviosismo, mansedum- bre, apacibilidad. El docente va tomando decisiones porque va leyendo en su grupo de bebés y nifios estos climas: tal vez entonces un momento de extrema velocidad necesita de una vuelta ala calma, o cierta intervenci6n en el juego que contribuye a su reorganizacién. Un momento de gran velocidad puede caracte- rizarse por tener a cada nifio comprometido en resolver desafios a su motricidad subiendo, bajando, buscando equilibrio, o por tenerlo corriendo de un lado a otro mientras va empujando a los compafieros que encuentra en su recorrido. El docente realiza un trabajo de anticipacién de los tempos previstos para una jornada en funcién de lo planificado, y de intervencidn en el desarrollo de esta, Lacalma generalmente se planifica para el inicio, luego de juegos motores ~expresi6n corporal-, educacién fisica, y antes del regreso a casa. Cuando los nifios van ingresando en horarios escalonados al jardin, se disefaran propues- tas que brinden tranquilidad para que cada nifio se vaya incluyendo paulatina- mente en el clima de la sala. Esta dimension del ambiente adquiere sentido en tanto el docente lee los tempos de su grupo y de cada bebé y nino en funcién de los diferentes tipos de propuestas, y toma decisiones en el transcurso de una jornada de jardin. Un tempo aparentemente cadtico, puede abrir un abanico de posibilidades y de creatividad que el docente deja fluir y sobre el cual puede no querer intervenir porque lo considera parte de un proceso. Un tempo de apa- rente orden y calma puede indicar abulia y apatia y si el maestro lo interpreta (lo “lee’), podra intervenir para modificar la atmésfera de aprendizaje. La organiza- cién temporal de las propuestas en cada una de las secciones esta condicionada a la organizaci6n total de la institucion y al uso de los espacios compartidos, lo cual requiere de acuerdos y un proyecto comtin que aloje estas decisiones (Ca- pitulo 5, Volumen 4). Dimensi6n cultural. El ambiente como nido cultural En diferentes jardines maternales veo las mismas carteleras con saludos de bien- ‘Venida similares, fotos de nenes y nenas tomadas de revistas, todos parecidos, so- les y nubes con ojos... Flamblents en el Jardin Maternal? 7 - do da lugar a la seguridad, al bienestar de quie- te en“hueco afectivo donde el nifio se siente envuel- Como espacio simbdlico, elni nes lo habitan, y se convier : ‘ to, contenido ¥ protegido, donde experimenta sus propias fronteras corporales en relacion con la envoltura que !o ‘cubre” (Abad Molina y Ruiz de Velasco Gal- vez, 2016, p. 176). Tomamos al ambiente como nido cultural rescatando del significado del «concepto nido’, la idea de refugio y construccion: Ios animales lo “fabrican’ stimologia (latin nidus) para tener asus crias mientras son indefensas, ¥ desde su etimol ciaaun movimiento descendente, que dala idea de sentarse: esta palabra se aso J enelnido“me siento’, enel nido “me quedo”, en elnido “estoy”. Que maneras de “estar”, de “sentarse en el nido” significamos desde nuestra perspectiva? sera el mido un espacio que ofrezca amparo y proteccion?, gcumplira su proposito de cuidadoy primeros acercamientosa los diferentes productos culturales?, o sera tn espacio simbélico de contencion primariaqueservir4 de plataforma para que universo cultural? obée y nifios ensanchen poco @ poco Ios limites de su ara el nifio pequefio en UN nido-refugio que Este ambiente se constituye P: ttre, pero no solamente para loenvuelve, lo contiene, lo abriga, Jo alimenta, lo nu! gatisfacer las necesidades inherentes lasupervivencia(alimento, cuidado, des- canso, higiene), sino también para colmar aquellas necesidades relativas al de- carrollo de la especie humana (amor, ‘educacion, transmision cultural, inclusin en un ordenamiento social). El ambiente entendido como nido cultural se disefla para generar posibilida- des de exploracién, de contemplacién y de apropiacion de bienes culturales se- leceionados en funcién de un criterio estético que hace a laidentidad cultural de Ia comunidad de pertenencia. vAsimismo genera un efecto formativo temprane en los bebés y nifios pequerios por lo que insistimos en poner en primer plano al docente y sus practicas responsables que tengan que ver con nutrir su universo simbélico, siendo conscientes del efecto que esto reviste para su constitucion subjetiva. Es central Ia atmésfera que en este nido nutre al bebé-nifio de calma, de sosiego, de mirada, de palabra, de objetos, de cantos... porque al mismo tiem po que contiene/sostiene, le posibilita abrirse a otros mundos. TE promueven para que puedan aprehender y conocer él n aly el de los objetos culturales de manera armoniosa y multisenso” rial, dando lugar al goce estético. poles, Oe son algunas sugerencias para transformar el ambiente en" * Lapresenci } Beer las salas y espacios compartidos (pasillos, SUM”, patio® mentos de la naturaleza, tanto para su contemplacio” como para su exploracién: plantas, pifias, todajas de troncos, esponjas vegetales, frutos, entre tantas otras posibilidades que tenemos a disposi- cion en funcién de los contextos. « Los méviles son estructuras que cubren bés y nifios contemplan muchas horas en un dia: permitamos que las ima- genes u objetos que penden de ellos sean, por ejemplo, fabricados junto alas familias 0 que sean objetos de la naturaleza, como calabazas secas, mazorcas de maiz, cafias, cuencos. Lo importante es cuidar la calidad es- tética que posibilite ampliar los repertorios culturales. + Los frisos dispuestos a la altura de la mirada de los nifios pueden conte- ner reproducciones de obras de arte. Asi como ta mar una cesta con reproducciones variadas d cos adheridas a tarjetas grandes y plastifica puedan manipular. Parte del espacio visual que be- mbién se puede confor- le diferentes artistas plasti- das, para que los pequefios « Lacercaniaa libros de cuentos exquisitamente selec- cionados en funcién de las edades, también es una buena oportunidad para nutrir este nido cultural: libros para “chupar y saborear’’ libros “para mirar”. libros para “hacer que leen’; libros para “nombrar objetos conocidos”; libros para que otros “cuenten el cuento”; libros para “inventar una historia’. + Lamisica que se selecciona en el Jardin Maternal también alimenta cul- turalmente a los pequefios. No solo aquella que esta ligada a lo infantil y cuyas canciones pueden ser cantadas, sino también otras manifesta- ciones y estilos que pueden crear distintos climas en funcién de una pro- puesta: musica celta con sus gaitas alegres mientras se recorre un circui- to; folklore para jugar con paituelos; musica clasica para un momento de expresin con las manos; cumbia para bailar; canciones de cuna ancestra- les de la comunidad toba para el momento de dormir, entre muchas otras interesantes opciones que la musica ofrece. Debemos elegir preferentemente musica que provenga de instrumentos ge- nuinos y no de sintetizadores que distorsionan el sonido original. Una obra de Mozart en su version ejecutada por una orquesta no es lo mismo que las versio- nes “para nifios” en los CD de circulacién masiva. La cualidad de ser “para nifios” simplifica la calidad de la ejecucidn de las obras musicales. El canto, la voz del maestro debe prevalecer, aunque sea de modo superpuesto a la grabacién, por- que humaniza y crea vinculo. Elombiente en el Jardin Maternal —__________» 49 eee identitaria EInido como construccién ‘Asi como cada pajaro construye su nido y le da un sello singular, los docen- tes, equipos institucionales, familias, bebés y nifios, son participes activos en la construccién del nido, en darle los rasgos que lo singularizan: las marcas que primero seran de “uno”, para pasar a ser “nuestras”. Un nido cultural parte de lo cotidiano para luego ampliarse a otras formas quesevan enriqueciendo con diferentes intervenciones y objetos pasibles de ser reinventados Y ‘ransformados. Asi quienes se alojan en el nido cultural pueden incidir en él. No acordamos con une cultura que priorice lo infantil como tinico su- ministro de recursos ‘simbélicos; lo bello, las experiencias sensibles, pueden en- contrarse en la naturaleza, en la comunidad de pertenencia o en las propias pro- ducciones que se disponenen el ambiente para su contemplacién e intervencién, Los objetos, la decoracion, como parte constitutiva del ambiente, son ele- mentos que conforman un todo que va nutriendo culturalmente a bebés y ni- jos a través de impresiones que dejan huellas en tanto posibilitan (y a veces obstaculizan) experiencias sensibles. Somos conscientes del mensaje que se transmite cuando, por ejemplo, las imagenes son banalizadas? Si decididamente elegimos para las paredes de fa sala, personajes de dibujos animados impues- tos por el mercado de consumo, en verdad rno estamos dimensionando el efec- to que esto reviste para la ~onstitucién subjetiva del nifio, y no estamos siendo eriticos respecto del “alimento cultural” que ponemos a disposicion en el Jardin Maternal. Tanto el Proyecto Institucional como el proyecto docente, tal como se plantea en el Capitulo 5 del Volumen 4 de esta serie, suponen una toma de decisiones de indole politico pedagégica respecto de las infancias y sus familias: se las puede considerar como consumidores pasivos de bienes culturales que el mercado vende como deseables, © Por elcontrario, se les pueden ofrecer bienes culturales que se relacionen con una identidad comunitaria de pertenencia, y que guardan criterios ticos y estéticos, tal como se desarrollara mas adelante, La decoraci6n de un ambiente de aprendizaje tam! bién puede dar cuenta de las huellas y marcas que los nifios y sus familias dejan como productores de cultura Un dibujo hecho por un nifio, o un mévil fabricado en familia, estan investidos de una carga emocional que denotan su presencia y le otorgan significatividad fectiva como producto genuino del hacer y estar en ese ambiente. El ambiente como nido cultural se constituye en un organizador de lidad y no por ser un “pequefio mundo” encorseta al bebé-nifio en sus posibill- dades de iniciarse en el camino de tomar decisiones, de poder elegir, de poder ee ae area Este camino se iré complejizando mientras Sena fe eS ee ifio de vincularse con otros, de conocer nuev i es y experiencias nuevas. De esta manera seve je la rea Re LGR Rr a5 / Tomo a ampliando la frontera del ambiente: poco a poco se va abriendo al mundo di bebés y nifios fortalecen su identidad, ambiente con sello propio. que inicialmente co lel Jardin Mater |, pueden senti menzden lafamiliay que ‘nal. Al mismo. tiempo que rs€ protagonistas de este Las mochilas culturales van cargadas de... Caminaba por una galeria unas vacaciones de invierno, y una musica indescrip- bargo se flauta traversa, violines, guitarras,.. égaitas también? Si, eran gaitas... en- contré el negocio desde donde pro- venia la musica y pregunté quiénes la tocaban: Xeito Novo, me dijeron... musica celta... y sin pensarlo dos ve- ces, compré el CD... uh, pero qué pro- blema, yo no tenia atin el reproductor de CD que me permitiera escucharlo, sin embargo lo compré igual, sabien- do que traia conmigo un tesoro que conquisté y me conquisto... y que en algtin momento no muy lejano, iba poder vibrar del mismo modo que vi- bré mientras paseaba por ta galeric Tiempo después, mis alumnos del jar- i NW enn din terminaban el ario con una fiesta que tenia como eje la expresién corporal, en este caso con pafiuelos: -;Yo tengo una miisica instrumental hermosa! -dije, y la danza, mi cuerpo en movimiento, el movimiento de los cuerpos de los nifios como espejos del mio y la miisica celta, fueron protagonistas de un momento magico que me volvié a emocionar como aquel dia de las vacaciones de invierno en el que una musica indescriptiblemente bella me atravesé en cuerpo y alma. ty El ambiente como nido cultural es un espacio de encuentro. Docentes, fa- las, bebés y nifios traen consigo las mochilas cargadas de pautas, bienes cul- turales, costumbres, creencias que como conjunto complejo dan cuenta desu diversidad. Qué es lo lindo, qué es lo bello, qué “me” gusta, qué “me” emociona, adquiere sentido en un cosmo de significacién mayor que esta ligado al conteni- do de esta mochila. 51 Elambiente en el Jardin Maternal

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