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capituLo 1 Historia e historiografia de la psicologia* 1. INTRODUCCION La psicologia es un disciplina de conocimiento dedicada a la produc- cién de ideas, instrumentos, métodos y procedimientos de aceién, que vyersan, por decirlo en términos muy genéricos, sobre «lo psicoldgicon. Como cualquier especialista, el psicélogo se ve constreiiido por unos supuestos ontolégicos, metodolégicos y epistemologicos, que pertene- ‘cen a la disciplina en su conjuato y que soa asumidos por él prictica- mente sin problematizar. Estos supuestos,imprescindibles para el avance cientifico, prescriben cl trabajo de los psicélogos en cuanto individuos disciplinados que han llegado a Ie psicologia en un momento histérico determinado, Tras un estricto proceso de socializacién académica, cada psicélogo se ba de acreditar competente ante su comunidad disciplinar, emostrando que ha asimilado el patrimonio conceptual y material su- ficiente con el que proyectarse sobre su mundo problemstico; en defini tiva, que ha hecho suyas las estrategias cognitivas de su comunidad de referencia y que estd, por decitlo con Ortega, a la altura de los tiempos. Pera dichos pre-supuestos onto-epistemolégicos, que gobiemnan la ac~ tividad del psieélogo particular en un momento histérico concreto, no son sino el resultado de un largo proceso de deliberaciones, puestas en comiin y negociaciones histérieamente condicionadas, ¢s decir,son rea- lidades cambiantes. Por consiguiente —y esto es importante Subrayar- * El capitulo ba sido reslzado por los doctores F, Tortosa (Universitat de Valén- cia) y J. A. Vera (Universidad de Maria), lo—, para hablar con propiedad de lo que es Ia psicologia necesitamos ineludiblemente hacer referencia a un ticmpo histérieo concreto, al cual adscribir nuestra definicién, Asi, cuando kablamos hoy de psicologia, inmediatamente se acti- van ciertas referencias asociadas al término, que hacen que cl significa do que tiene para nosotros y el que tuviera para un erudito del siglo xix sea.en cierto modo distinto. Hoy pensamos en la «Psicologia», por ejem- plo, en cuanto discipline institucionalizada, y por tanto en una organi zacién intelectual que alcanzé un nivel propio de existencia en la se- ‘gunda mitad del siglo pasado. Cicrto que existieron ideas psicolégicas desde los albores del iempo human, y en un sentido més propio desde el Renacimiento, la época en que se inicia la Modernidad, Pero esas ideas resulteban de Ia actividad de individuos, 0 grupas organizados, que pertenecian a otros saberes. Sélo desde la segunda mitad te siglo x1x Jos «psicdlogos» fueron tomando conciencia de si mismas como grupo diferenciado de los demds, y consiguieron, formando extrafias alianzas {por ejemplo, Leary, 1987), hacerse un hueco en el merzado de titlos —la Academia— y en el laboral —inicialmente en los entornos edu cativos ¢ industriales—, estableciendo las instituciones y los canales pertinentes para preservar tal distincién; es decir convirtiéndose en un préctica auiodiseiplinada. Este psicologia, como préctica cientifica disciplinada y auténo- ma, constituye el objeto material de nuestra presente Historia de la Psicologia. Como veremos, ese tipo concreto de conocimiznto psicolégi- ¢0, siempre producido y sostenido por un conjunto organizado de investigedores, evolucioné en forma distinta, a lo largo del tiempo, segiin 4 Una Wistora de la psicologie medema Areas politico-lingilisticas. Cada uno de estos desarrollos genereron 10 que podriamos llamar, en un sentido muy literal, unas «historias regio rales», pero también dieton lugar a una auténtica ehistoria generab> de Ja disciplina en su conjunto, es decir, produciendo una historia de 1a psicologia individualizada y diferenciable de la historia de cualquier otra discipina de conocimiento, Justamente el desarrollo tebrico-con- ceptual de Ia psicologia a lo largo del tiempo se convierte en el objeto propio de investigacidn para el historiador. Para explicar ese proceso de transformacién y cambio padecido por la psicologia durante los titimos ciento cincuenta aos, el historiador ha de trabajar asimismo de modo disciplinado, asumiendo las restricciones ontolégicas y epistemolégicas que le impone Ia historiografia contem- porinea. De este modo, el historiador de la psicologia que trabaja en la actualidad se somete a las prescripciones metodologicas dictadas por la Historia General, incluyéndose asi en la casa comiin de las ciencias his téricas, y, mas coneretamente, se siente identificado como historiador de una ciencia 0, cuanto menos, de una disciplina que se quiere a si misma cientifica. Por consiguiente, como discipliaa formalmente is- torica que es, la Historia de la Psicologia, en su intento de explicar por 4ué la psicologia ha evolucionado tal y como lo ha hecho hasta adoptar la forma que hoy tiene, puede (y debe) reconstruir su objeto material (la psicologia en evolucién), aprovechindose de los procedimientos Cognoscitivos que se han generado en el marco de la historia contem porériea de las ciencias (véase Fig. 1.1). 2. CIENCIA E HISTORIA DE LA CIENCIA Como deciamos en la Introduecién, todas las ciencias promueven en sus investigadores individuales una estructura cognitivo-motivacional que dirige su actividad intelectual hacia las metas de conocimiento Aisciplinares, siguiendo pautas de actuacién regladas. Cualguier orga~ nizacién requiere de ta disciplina para sobrevivir, Pot es0, cualquier reflexién completa sobre esa prictica social reglada que es la ciencia obliga a snalizar tanto los agentes de la labor cientifica como los re- sultados de ella (instituciones, afitmaciones sustantivas, teonologias), ¥, desde luego, los condicionantes inmediatos (y lejanos) subyacentes a dicha labor cientifica Desde esa concepcién multidimensional de ciencia, que la eoncibe tanto como el producto de una activided cuanto como una actividad 4 produceién (Fig. 1.2), la historiografia actual ha propuesto diversas tunidades de analisis en las que estin representadas todas las dimen- siones que son caracteristicas de una ciencia a varios aiveles: el bio agrifico, el discursivo (auto y heterodisciplinar) y el socio-organizacional. Ejemplos sobresalientes de estas propuestas, que en iltimo térming son: ‘complementarias mis que excluyentes, son los que sugieren.concentrat la atencién sobre la wprdctica investigadora» (por ejemplo, Danzi- get, 1985, 1990), los instrumentos (por ejemplo, Popplesione y MePher- son, 1980; Price, 1984), 0 los mismos eientificos (por ejemplo, Kimble, Wertheimer y White, 1991, 1996; Parot y Richelle, 1992). Detengimo- nos un poco en esta ditima sugerencia. Tomar al propio cientifico como la unidad de anilisis de la historio- grafia no$ parece que ha devenido en una estrategia de protagonismo creciente, Las razones también nos parecen obvias: es él quien hece la ciencia, quien utiliza la tecnologia que aquélla ha pues'o a su servicio 6, en el mejor de los casos, la crea, quien desarrolla una actividad pro- fesional de acuerdo con un rol més o menos nitidamente definido, esta- blece (0 se sirve de) lazos y canales de comunicacién cen otros cienti- ficos ¢ instituciones, consigue discipulos, influye sobre otros y es influido por ellos, y experimenta a lo largo de su vida las demandas laborales, administrativas, institucionales, culturales, sociales y econémicas Pero cultura, sistema econdmico-social, presupuestos epistemolégicos, relaciones de grupo, aparato cognitivo-motivacional y todo lo dems estin definidos historicamente (Vera, Quifiones y Pedraja, 1989), con- « virtiendo al cientifico en una eélula viva de la ciencia, histricamente considerada. Como se quiere indicar en la Figura 1.2, es el cientifico quien fe brica las ideas, las teorias, las metodologias y las tecno-ogias, que de tun modo uw otro expresan fo que la disciplina considera que son las ‘cualidades relevantes dc su dominio de investigacién, Pero no sélo eso, Las aportaciones individuales, que fundamentalmente adoptan la forma de textos, también reflejan las normas de actuacién a partir de las cuales hhan de ser aprehendidas dichas cualidades, Sin embargo, no debe descui- darse el hecho de que esos productos —los textos concretos de los no menos concretos cientificos— encuentean su pleno significado en la ‘medida en que son vinculados a una tradicién intelectual deatro de la que, necesariamente, se ha debido de conformar la identidad p-ofesional del cientifico productor, y teniendo siempre en cuenta que st actividad no puede desvincuiarse de la matriz social que Je envuelve y de la que forma parte, Desde esta perspectiva, se reconoce, y se parte, de la esencial ddimensién social de la actividad cientifica, y de la profinda imbrica- 6n entre aspectos biogréficos, socio-institucionales y cognitivo-inte- t ROMPPDARARARARALADAURLAVLAAAATAATT | Historia @ historiogrstia deta osicologia HISTORIA DE LA «HISTORIA DE LA PSICOLOGIA. Elhistorlador de la psicologia esta dentro iambién de una coriente histérica en la que se dation los eriterios de acionalidad historiograties. Sus reconstrucciones dependerdn de dichos cierios, ds la crcunetane ‘scaclemico-proesiona on que ee encuentra la propia picotogia de la posiclén que oi pronio ston ocupe ‘dentro da cicha coyuniura, ee fee age pee oo Figura 1.1. La psicologta como disciplina, objeto de la historia de la psicologta. 5 pesscesaenss SS ae! 6 Una historia de fa psicotagia moderna Los aspectos constitutivos de la ciencia DIMENSION SOCIAL ES ' eee eee eee ! z See A Ep ee conor, vy 5 1 a te E ry : i 2 ' 2 ; 1 5 CREESS | aes oe a tages 1 ENEMAS | (ogee) 2) SEP coon, a peti 2 on Figura 1.2. Aspectos constitutivos de la ciencia, lectuales', Estas dimensiones proporcionan el sistema de referencia al ‘que se deberia enlazar esa estructura cognitivo-motivacional de los cien- * Otra difereniaciin similar de niveles de anilisis contextual en Ia psicologia es <1 moéelo de cireulos coneénticos propuesto por Kurt Datziger (1990). El citculo nis interme de su modelo hace referencia aun eardter socal que es expeciico de la ‘Psicologia la prctica psieol6gicacoloca elementos human tanto en el rol de sjeto somo en el de objeto de fa actividad ciemtfin; el psiedlogo experimentay sctia sobre material mano, y este hecho innegableinroduce en su trabajo un componente socal imposible de obviar. Afadiendo un ecu exterior a Este, la psicotoia es también un roceso secial desde el momento en el que involuera a grupos de persona, ligadas por lazos profesional, cuyasinteracciones pueden se signifcatives para el producto fi nal. El estrecho mareo de amores y odes que puede exstr etc las pareges de an Iaboratori, le competitvidad entre equipas e investigasién, la lucha por subvenco. nes y ayudas, etc, son faetoes que inciden sobre la slaborecion de una teoria'© Wa atefacto que luego se presentarial exterior con todo eu wcontext de deseulbmienton Segregndo, como producta de la més pura y deinteesada actividad investigadara (Lt tour, 1967). Enel time elreulo, la pscolega se muestra como proceso soeial cuando tenemos en cuenta su contesto mis amplio: el mateo general politico-scio-econbmi- La filsofia del enguje de Ladwig Witgenstelo (1889-1951) ha sido patcn- Jarmente inflayeate sobre ext pespectva Historia e histoviograia de te psicologie 13 3. éTIENE REALMENTE LA HISTORIA DE LA PSICOLOGIA UN OBJETO??" Nuestra respuesta es concluyente: si. El objeto de la historia de Ia psie cologia es el proceso de construccién, transformacién y cambio de la paicoiogia a to largo del tiempo, entendida ésta como una actividad organizada de ciertos individuos en tomo a unos problemas de inves- tigacién que ellos mismos califican de psicoidgicos. Ya la definimos como una prictica de conocimiento —o epistémica— disciplinada (dimensién socio-instituefonal), que orienta los discursos cientificos y téenicos de sus miembros (dimensign biogritica) hacia metas de conocimiento comunes, normalmente consensuadas (sierpre relativas ‘8 un espacio y un tiempo histéricos). ‘Una historia general de ese objeto, del que pueden predicarse tantas cosas, parece realmente inviable en la préctica. Y, en cambio, a la his- toria de le psicologia, como materia curricular concreta, 2 le pide, pre- cisamente, ese discurso general. ¥ lo oftece, ademés, cada afo, cuando se aprucba primero, y explica después, un programa, y cucndo se selec- ciona (0 se elabora) un material, que el estudiante debe conocer para ser evaluado positivamente, Se construyen, pues, esas intezpretaciones slobales del devenir dela psicologia, recurtiendo para elly a algin cri- terio estructurador de la narracién, y aqui desde luego cabe toda una amplisima, y legitima, gama de opciones. ‘Nuestra posicién es la de mostraros sumamente comprensivos en relacién con la nocién de lo psicolégico. Sélo asi se pueden dar cabida en la investigacién historica a las més variadas formulas que se han ropuesto para defini la psicologia en los distintos y distantes lugares tedricos, geogrificos y temporales. De este mode evitemes, ala luz de les vivas polémicas que a lo largo de la historia se han suscitado en tomo al objeto y método de la propia psicologia, la posibilidad de alen- tar un tipo de historia de la psicologia necesariamente sespada, Como ya hemos apuntado en varios Iugares de este capitulo, ser psicélogo implica compartir con la comunidad de psiedlogos a la {que se pertenece una constelacién de creencias de diverse indole, que se van a ver reflejadas en su forma de abordar los problemas que ha de resolver, sean éstos teéricos o pricticos, y en las respuestes que oftez- a. Analizando los enigmas y las respuestas de los psicé ogos, pode- 3 Se tom prestade, para el tule la provocadora pregunta lanzads hase apeass ice aos por R. Smith (Smith. 1988. Ree Eee et 14 Una historia ae ta psiceiogia medorna mos decir que existen problemas o interrogantes nucleares hacia los Ate se ha orientado la actuacidn del psicétogo y ante los cuales, cons, ciente o inconseientemente, toda teoria psicoidgica se pronuneia, y, enite ellos, existe uno que nos parece auténticamente nodal y que tiene gue ver con fa naturaleza de la mente. Los psicdlogos de todos los tiempos hacen de la mente su terreno principal de reflexién'y, por ello, Se puede hablar de la. psicologia como de una empresa intelectue! ave posee tna dilatadatrayectoriaen el tiempo. Podiiadecirse que To que convierte a un pensador en psiedlogo es que sus reflexiones y ne. tuaciones estin tan cargadas de mente como de mundo lo estén las de un fisico. Ya en 1 mundo clisico se establecié una dialéetica fundamental Entte dos concepeiones antagonistas de lo psiquico, que fueron adop- {ando formas y nombres {formatos] distntos (amonismo vs. dualisme, Biologismo ws. logicismo, naturalism vs, supranaturalismo) alo largo de los siglos. Estas dos posturas eran antitticas, tanto en su definicion de lo que es le realidad psicoldgica (ontologia), cuanto en los mérodos Para investigarla (epistemologia), {as ciencias ms claramente orientades hacia la materia inanimada, hacia ef mundo extenso cartesiano, alcanzaron, de la mano de la raza ilustrada, @ unificar sus respuestas, solucionando su problema ontolé, ico. Lo que debe estudiarse es la materia, desposcida de toda atribu, ci6n animica; es decir, eliminando de su condicin cualquier referencia 8 coneepios como voluntad, intencién, propésito, etc. (propios de la ‘mente), siempre secundatios por no objetives. Tampoco hubo grandes Gisputas en relacién con la forma dotima en que podria ser apresada {2éricamente (esto es, epistemoldgicamente) esa materia que afirme. ban los cientificos estudiar. Lo que les interesaba a los cientifices mo. demos era fandamentar el conocimiento de su objeto a partir de un Procedimiento riguroso. Resuelta dei lado del materialism la disputa ontoldgica, la elacién entre el pensar y el ser no era ya mis un proble- ma de la ciencia, sino de la filosofia. Eso si, el conocimiento hebria de ser domesticado en las virtudes descubierias por unos epistemélogos decantados tanto por el racionalismo como por el empirismo, En oval, uiera de los casos, la meta ditima de las ciencias era la de construir {corias que mantuvieran una relacibn isomérfia con la realidad y sus ma. nifestactones. Sin entrar en de qué modo esto se consigue, si es que esto fe consigue de algin modo, lo que cuenta es que esperamnos que la es. {mctura de los juiciosteéricos emitidos por los cientficos se aproxime 8 la descripeién verdadera de la realidad material que estudian, Esto no resulta tan aparentemente sencillo en el caso de disciplinas que se vcu. pon, ms que de materia inanimada, de materia animada. Es el ser hu. iano auien ha de producir los conocimtientos vilidas para explica: iy sufeto vs. objeto y mente vs. cuerpo se zonvirieran em euestiones ner cleares de la naciente disciplin, hayan continuado sléndolo hats o) presente y nos oftezean un critero para iniciar una historia dela psies. logie, por muy provisional que éste sea. A partir de aqui, puede recurrirse—y se ha hecho— a la acumuta. iin historias parciales por especialiades (por ejemplo, de ly pon Panate Gel aprendizaje, de la motivaciéa, de la instrumentacin, et) Puede recurise también —y se ha heche mas a menudo—ala sewro, lecién de historias parciales por naciones 0 &reas geo lingtistice ea. cas. El mundo anglosajén, el franeéfono, el ruso-sovistico,o1 alemdn y el de habla castellana han sido sujetos habituales de con Bistorias; en menor medida los amados paises del Este, los del Pasift. £0, los africanos o los asiéticos. Y cieitamente, existen fundamentag bistoricos sélidos para ello, cualquiera que sea el eriterio demareating clsgivo por un historiador al aftontar une historia (mds 0 menos ge, aeral) reconoce, lo utilice explicitamente 0 no, la existencia de ecg aiiciones nacionales. Los diferentes centextos, muy diferenciados, facilitan temps y modos disciplinares distintos, y ello pese a low se, dudables contactos y relaciones. Otros intentos todavia mée he, bituales—. pretenden coneretar el referense del discurso cientifien del fade como el nile fuerte de fo psicolégico —el alma, la mente, Ig Seuciencla cl inconsciente, 1 condueta, la actividad, la mente compu- {feional—, convirtiendo as es tradiciones de investigacion en sujetos dk Is narracién, Tiene indudable gancho didéctico, puesto que ol te, curse a cualquiera de esos significantes parece faciita, al hablar de Psicologia, una potencielente instantanes comprensiOn cémplice en, tre los interlocutores, En cualquiera de los casos, el rastro de la presencia de la mente (peF muy oculta que se halle o transfigurado el término que la nonbra) en los tratados intelectual es el hilo de driadna que permite al hie, arse en el laberinto tedrico que dibuja Nuestra Historia de la psicologia se articala conjugendo las diversas soluciones al problema de la mente, tal y como se han ido desarvollenda en los divetsos espacios geograficos-lingiisticos. 4, ARGUMENTOS PARA UNA HISTORIA DE LA PSICOLOGIA Si exprimimos el razonamiento que hemos seguido en el apartado anterior, uno de los problemas nodales de la psicologia ha sido resol- ver la naturaleza de la mente, en el doble sentido dz qué es y cémo funciona y se desarrolla, De este modo podemos dibujar una figura en Ja que nos aparecen dos jes ortogonales, con sus correspondientes soluciones. En el eje ontolégico aparecerian las respuestas materialis- tas ¢ idealistas, y en el epistemoldgico la empirista y la racionalista, Enire ellas definen cuatro cuadrantes, en los que se pueden incluir, englobadas en opciones explicativas amplias, los principales grupos de teorias y de pricticas (en ocasiones rivales incluso dentro de la misma tradieién) que han ido definiendo, a veces simulténes y a veces suce- sivamente, con sus propios eventos discursivos, la psicologia moder- ria (Fig. 1.4), Girando en el sentido de las manecillas de un relcj, en el cuadran- te Io tnico que existe son objetos naturales capaces de impresionar sensorialmente a organismos, materiaimente constituidos, que ban de adquirir del exterior toda la informacién relevante pata su superviven- sia. Una sencilla economia intelectual exige la eliminacién de lo men- tal del vocabulario de la psicologia: séio existe materia sobre materia y geoclaa ie Scion historia @ historiogratia de fa psicologia — 18 un organismo que en cada momento de su vida esté mostrando el punto final de su desarrollo a través del comportamiento que es capaz de ma. nifestar piblicamente. Para um psie6togo que se defina empirista y mate- vialista ala vez, la opcién oxplicativa més atractiva, por la simplicidad ‘del mecanismo, es la del asociacionismo objetivo. Pata explicar el pro- sresivamente mas estructurado y complejo comportamniento que cual- quier organismo natural exhibe en relacién con su ambiente material, cl psicblogo ha de presuponer que dichos patrones conductuales no pueden ser mis que el producto de sumar experiencias mas simples Las nociones de aprendizaje 0 habito tendrin destacado protagonismo, junto a instrumentalidades como el condicionamiento. Enel cusdraate I, el estandarte es el asociacionismo subjetivo. Ahora si es posible introducir cualquier tipo de actividad espiritual, porque, por derivada que sea de la experiencia, se admite la existencia de la ‘mente con toda su carga ontolégica, es decir, como consttuida por ideas, De nuevo es la asocizcién principio explicativo basico, porque de algan modo hay que dar cuenta de la existencia de ideas complejas que provie- nen de la estimulacién de distintos sistemas sensoriales. ,Cémo podemos Hegar a poseer la idea de naranja, si lo que realmente se nos presenta a los sentidos es el olor a ezahar, la forma redondeada, el tacto rugoso, su color 0 su sabor? Porque siempre vienen juntos, contestarin los aso. ciacionistas a coro. Las diferentes posturas que-se recogen bajo cada estandarte coinci- i den en afirmar, con respecto a la naturaleza de la subjetividad, que si existe ¢6 un epifendmeno, resultado pasivo de la presién que unos ob- Jetos materiales ejercen sobre otros especiales objetos/sujetos que di frutan de la capacidad de sentir. El innatismo e¢ un principio logicamente derivado de sostener las posiciones onto-epistemolégicas del cuadrante 2. Para los variados de- Fensores de esa posture la experiencia sensorial queda inhabilitada para | producir conocimiento verdadero. La mente genera espontineamente (activamente) las formas éptimas.que hacen posible el conocimiento del mundo, asegurando la funcién adaptativa de los organismos a sus ambientes. Los diversos constructivismos coinciden en defender una mente activa, también generadora de formas que posibilitan ia captacién y comprensién de Ia realidad que sobrevive a los cambios que nos presen tan los sentidos, pero que, asu vez, n0 €s innata, sino una construccién a partir de la materia. Atina a todos aquellos que postulan cualquier forma de emergentismo psicolégico, sein el cual fas propiedades de ta materia, como la extensiéa y el movimiento, por ejemplo, pueden ser $8 Una histori de i psicatogia mediema agar aeseee® 'a0sformadas bajo determines condiciones dando mnaeraactoras menalescapaces de maneasseionn ia misma mento al sengae Proceden. Se postula a mente ome un nee insteu- decamole recat 12 MUaPacin dels organisms, poner del sano bosocial no al principio (dandole ln eons adagio carte- siane: existo, luego pienso} Las eutas por as que han seguido los Psicélogos desde el siglo xix eden teconstuirse como un despiegue de ee cuatro problemas, psicclanieS Y tempos histéricos distintos (Fig 1 5). La historia de Ja rlcologia no puede resoiver los problems iis Psicologia, pero slo se utocimienio de esa historia puede hacer se limpida la concicnci 4° pertenecer a un proyecto intelectual ene es Zt pear, OTROS SABERESY TECNOLOGIAS

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