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Coleccién Teorema Tom Campbell Siete teorias de la sociedad NOVENA EDICION CATEDRA ‘TEOREMA 1 edicién, 1985 9 edicidn, 2013 Publicado originalmente en inglés con el titulo Sven Theories of Human Society por Oxford University Press ‘Traduccién de Francisco Rodriguez Marin Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra esta protegido por la Ley, que establece penas de prisién y/o multas, ademas de las ‘correspondientes indemnizaciones por dafios y perjucios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren piblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artistica © cientifica, osu transformacién, interpretacién o ejecucién, artistica fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorizacién. © Tom Campbell, 1981 Ediciones Cétedra (Grupo Anaya, S. A.), 1985, 2013, Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid Depésito legal: M. 45.211-2010 ISBN: 9788437605258 Printed in Spain Indice PREFACIO| PRIMERA PARTE: INTRODUCCION Capfruto PRIMERO ‘Teorfas de la sociedad . rio I Comparacién y valoracién de teorias SEGUNDA PARTE: SIETE TEORIAS Cariruro IL Aristoteles: la comunidad civica Capiruto IV ‘Thomas Hobbes: el individualismo instrumental Capiruto V Adam Smith: el sistema social Caviruro VI Karl Marx: una teoria del conflicto Capiruro VIL Emile Durkheim: una teorfa del consenso Capiruto VIL Max Weber: una teoria de la accion. " n on 15 138 166 198 Lecturas recomendadas Las obras mas accesibles y relevantes de Aristételes son La ttica a Nicimaco y La politica. Una buena introduccién general es D. J. Allan, The Philesoply of Aristotle (Oxford University Press, Londres, 1952) Sobre la teorfa del hombre de Arist6teles, véase Stephen R. Clark, Aristale's Ban (Clarendon Press, Oxford, 1975). Su teoria social y po. Iitica se discute en John B. Morral, Aniitatle (George Allen y Un- win, Londres, 1977). Véase también R. G. Mulgan, Aristotle's Poitcal Theory (Clarendon Press, Oxford, 1977), Sobre el concepto de amistad de Aristétcles, véase W. W. Fortenbaugh, «Aristotle's concept of Friendships, Pbroness, vol. XX, 1975, pigs. 51-62. Un estudio intere. sante del anilisis que hace Aristételes de las relaciones econémicas puede encontrarse en Scott Meikle, «Aristotle and the Political Econo- Imy of the Polsn, Jounal of Helle Studs, vol. XCIV, 1979, pig nas 57-73. 90 Capiruto IV Thomas Hobbes: el individualismo instrumental En el capitulo primero definiamos a Hobbes como nuestro ejemplo de un teGrico individualista que consideraba que la so- ciedad era un tipo de asociacién contrasténdolo con el modelo mis holistico de Durkheim, En este capitulo consideraremos vs detalladamente las ideas de Hobbes, comparindolas esta vez con Aristételes, y concentrandonos en los puntos débiles de la teorfa de Hobbes que marcan el punto de partida de pen- sadores posteriores menos atomistas. Como Aristételes, Hobbes sostiene una concepcién politica de la sociedad, pero ta politica de Hobbes tiene poco en co- min con el ideal de la comunidad civica de Aristoteles. El hombre de Hobbes es mas egofsta en todo que el de Aristote- les y aunque ambos considera que la razén es lo que hace que el hombre se adapte a la sociedad, la razdn, para Hobbes, no es rrada més que un instrumento que hace qué el individuo se las, ingenie para conseguir y poser lo que quiera. Hobbes piensa que la sociedad y el orden politico del que depende se aceptan intrinsecamente mal, pero son, no obstante, condiciones nece- sarias para la supervivencia, los recursos desesperados de las personas egoistas que estin dominadas por el pinico y no pue- den encontrar otra forma de evitar la destruccién mutua, La vivida conciencia que tiene Hobbes del lado obscuro de la naturaleza humana y su experiencia de los estragos y peli- gros de Ia guerra civil en la Inglaterra del siglo xvu le hicieron mn emer profundamente la anarquia y creer que la vida soci una tarea intrinsecamente fragil. En In segunda mitad de vida extremadamente larga (murié en 1679 a la edad de venta y un afios), durante la cual pasé muchos afios en la cong dle Jaime 1, y algiin tiempo en el exilio, Hobbes intents halls una solucién a esta infeliz condicién emprendiendo la gigas tesca tarea intelectual de establecer una teoria de la naturales, del hombre y a sociedad, que fuera precisa, amplia y yer cladera, y la desarrollé en sus tres obras més importantes Dy Corpore, De Hominis y De Give. Utilizaremos su obra mis famosa Leviatban* (1651), como nuestra fuente principal; las referen” ias de paginaci6n pertenecen a la edicin publicada en Pen. guin, editada por C. B. Macpherson (Harmondsworth, 1968), La defensa que hace Hobbes del absolutismo politico en Le. viathan ba ocasionado un constante criticismo hosti, al igual que las teorias morales y psicolégicas con las que fundamenta su teorfa social. Pero la plausibilidad inmediata que tienen sug suposiciones y el rigor aparente de sus argumentos han hecho que muchos duden del argumento de Aristételes que sostiene que la sociedad es natural al hombre. Hobbes, enfrentandose a los problemas del derrumbamiento del feudalismo centralizado de su época, establecis lo que muchos socidlogos consideran que ¢s todavia el problema tedrico de la teoria social: éesmo es posible el orden social? Su respuesta es que la sociedad es una construccidn artificial que se mantiene unida a través de la combinacién que se da entre los intereses personales raciona- les, violencia, intimidacion y engaito. una EL. ENFoQUE DE Hosses Como el de Aristételes, el enfoque de Hobbes es descriptive Y Prescriptivo, pero sus modelos explicativos son radicalmente diferentes y las descripciones que hace son mis arrolladoras y dogmiticas. En Ia Edad Media, la idea de Aristételes de un orden natu- \ ,L& traduecion mis reciente en castellano es la edicion peeparada © Moya y A. Escohotado, publicada en 1983 en Edlitora Nacional (N. de? 92 no 1, gue eel mismo en todo tempo y lugar, se desi ral raion Hrogos ctistianos, como, por ejemplo, Tomas de srolld por *t Mconcepto de ley natural con el que se queria dar ino, eP Wf Standar divinamente ordenado de lo bueno y Jo ee. a quien Sus Contempordneos consideraron err6- Hoe tin ateo, adopta la terminologia de la ley na- ‘fe utiliza para denotar los dictados del exolsmo ie. +e para desarrollar el contenido de estos dictados teva a ligente ie denomina el estudio cientifico de los deseos huma cabo lo a catisfacerlos. Supone entonces que es racional que aes J eividuo act de la forma que sea para satisfacer sus de- indi ae fue, durante algun tiempo, secretario de Francis Ba- Hot os primeros partidarios del método inductivo de oon nto (esto ¢s, utilizar la acumulacién de muchas ob- aves de acontecimientos similares como base de la ge- secon de las regularidades que tenemos de la experiencia nerziepomenos). Pero Hobbes rechaz6 ese estrcto empis- de tes Seadose on que dla experiencia no concluye nada de for- te evens (Human Nature [De Fomine}, cap. 4, seccion 10). Sexin él, por mucho que hayamos observado que unas cosas See fares tipo A poseen la caracterstca B, no podemos es- rer munca absolutamente seguros que todos los A son B, por- we no hemos observado ni podremos observarlas todas qun- we icbbes busea la certeza absoluta como la nica meta ine lexalmentesatifactoiay 1a inica base adecuada para poder inna ns forma exable de sociedad, Desconta po ivo. cares penen que ba descubjert el camino dela certera en el metodo de la geometria. Estaba hechizado por moo ene lies bandos nuns pots vera utoviden- tes acerca de lineas, puntos y dngulos, pudo probar in dae dada alguna toda una vasa canta! de conelusiones no ev dents aceres de tridngulos, cuadradosy ciculos que patecen tees una apleain media en el mundo observable, Esto posible gracias al método deductivo (sto ela demostraion Se gs dos lero esos imposible negar rf sin contradecirse). sere eeeencla de que el conocimiento debe hallase deducien- Jo. sneamente 10 ural 08 do verdades compleas a partir de axiomas simples hage Hobbes tome dos drecciones. A veces comienza estabecy sus axiomas 0 definiciones y los|rene después para geet nuevas verdades sobre el mundo. Describe est process ait tico» de pensamiento como saber Ins consecuenciag shite nombres». Otras veces comienza observando los volviendo a las proposiciones basicas de las que citse mediante el proceso sintético. Esto se deno1 modo sanalitcon de pensamiento. Uniondo los dos proce tients de anlisisy sincsis obtenemos lo que se denomings como la metodologia paduana que empleaban muchos de ig Primeros cientficos, tales como el astrénomo Galileo y att sidlogo Harvey (que descubrié la circulacin de la sang Hobbes intenta emular a estos cientificos pioneros tesolviendy analiticamente la experiencia social en sus elementos bisicos recomponiéndolos después sintéticamente de forma etre! mente deductiva, De este modo espera descubrie los elemena bisicos de la naturaleza humana que son las causas de los fen menos sociales. Hobbes combina sus ideas sobre ef método geoucttico con '2 suposicién materialista de que todo puede reducirse a Ia nat teria en movimiento. Lo que Galileo habia hecho para expla los movimientos de los planetas mediante las leyes del mov miento se propone hacerlo Hobbes estudiando la conducta hy mana. Considera que el hombre forma parte de la naturale fisica y supone que los movimientos humanos estén sujetos 4 las mismas leyes de causa y efecto que el resto del mundo na, tural, Estd claro que Hobbes, a pesar de concentrarse en la pai. cologia humana, no intenta comprender Ia conducta de fokng interpretativa. Es un positivista. Y aspira a explicar la vida mental y espititual del hombre en términos puramente fisicos. Estas suposiciones materialistas estin de acuerdo con su idea determinista de que la conducta humana esta sujeta a la necesi. dad causal, Por consiguiente, utiliza el programa caracteristica. mente positivista para teorizar sobre la sociedad que estd de acuerdo con el método cientifico que tuvo mis éxito en su época, Las investigaciones que hace Hobbes de las causas tltimas de la sociedad humana no carecen de un objetivo préctico, Lu. fendmenge™ | 0s pueden dey 94 mina cong | el conocimiento que obtiene de Ia aplicacién 3¢ utiliza yetodologia paduana y prescribir as el orde- jolie ee de las relaciones sociales. Una vez que se- jento aPeoP an codos los hombres podremos deci enton- panos 0 dey hacer si quieren satisfacer sus deseos. Por Fes Oe eon i cbbes, no menos que para Aristételes, no consiguient® Pio entre el «eso y el adeber. Una vez. que se existe ning res temen la violencia y la muerte sera posi- sepa que [0s Mo "forma de sociedad mas detestable, a saber, ble dere disminuye estos males; ése ¢s en verdad todo el ob- a Bee Lee i reonih DEL HoMant DE Hoses roliando Ia definicign que ace del hombre Arssteles Pare vanimal social, podemos decir que, segiin Hobbes, co es una méquina antisocial. Hacia el interior de esta hombre entradas que proceden del entorno y ina se ditigen unas entradas eterno} me “és de los cinco sentidos. Estas entradas pi tue pasa através de Tos cin os, sts tradi pros : mies fisieas internas (un tipo de umov unas Feaciv nov cen mga’ se cotresponde con los deseos). Si los movimientos van ee ce dirigen hacia Ia causa de la sensacién entonces se nos se di : ; c apminan eapetitos», ison movimientos que se aejan del oa fmulo entonces se denominan eaversionesy. Ambos tpos¢ uiecion pueden resutar de una actividad fisica manifiesta ecidn pueden res ii famovimiento voluntarion), la salida observable de la méq ina «movimie , as | ° Mimana, Alli donde existan estimulos que compitan entre sf se roduciré un proceso de toma de decisién que produce una os- Gilcidn en el cerebro entre el apetito y la aversién hasta que alquier apetito 0 aversién demuestre ser lo Suficlenremente cualquier 2 suientemen una accidn. «La fuerte como para producir o impedir una accid volun. tah se define, por To tanto, como el apetio timo o aversion que es inmediatamente anterior a la accién 0 inacci6n (parte I, Cap. 6, pig, 128), La else es asi un proceso que es c- sunlmentedeterminado y que resulta del deseo més fuerte ‘esta teria del determinismo pscolgico (que se etablece ena parte Ide Leviathan y Hamar Nature), Hobbes aude un teoria naturalista de la ética segiin la cual «lo bueno» es el obje- 95 to del deseo y «lo malo» el objeto de la aversion (Leva parte I, cap. 6, pig. 120). Ademis, los deseos del individug y¢ relacionan todos con su bienestar. La moralidad se reduce aq al edleulo racional que hace el individuo de aquello que satisteg sus deseos. Esto convierte a Hobbes en un egoista ético ya que sostiene que cada individuo, como ser racional que es, debe tisfacer su desco lo mas posible. Ser moral es ser prudente, De acuerdo con su idea de que todo es materia en moyj, miento, Hobbes argumenta que todos los descos se relacionay con la necesidad de mantener el cuerpo humano en movimien. to y evitar de este modo la muerte. Cada pasidn se analiza parg demostrar que es un apetito egofsta o una aversion. Las pasig. nes més importantes de su teoria social son la esperanza o gf apetito que espera obtener alguna cosa» (parte 1, cap. 6, pig. nna 122) y el miedo, «la aversi6n que opina que el objeto prod. ce algun dafion; el primero conduce a los hombres a la socie. dad, el segundo les aleja de ella. Todos los motivos que apa. rentemente no son egoistas se interpretan como modos indi. rectos de fomentar nuestros propios intereses. Por ejemplo, se supone que los hombres son amables entre sf s6lo para poder recibir a su vez amabilidad. La vida humana es una lucha constante por satisfacer el de. seo, Para que le sirva de ayuda en este proceso cl hombre ests dotado de razén con la que puede aprender de la experiencia cuéles son los modos més efectivos para alcanzar la satisfac cién y evitar el fracaso, Aqui entra en juego la induccidn, Es. tas actividades cognitivas se explican todas, como las acciones humanas, en términos fisicos (ver parte I, cap. 2, pags. 88 y ss,). Son el resultado de los movimientos fisiolégicos de la per. Cepcién de la sensacién que Ia mente retiene como ideas © econcepciones», Estas concepciones son intensas inmediats mente después de la percepcidn, pero al final se desvanecen en Ja nada, La conciencia es, pues, una «aparienciay en la mente de los movimientos corporales; la imaginacién es la sensacién que decae y desaparece; la memoria no es mds que un prestar atencién a las imagenes que se desvanecen de la sensacién, Reuniendo todo esto, pensar significa simplemente afadir pa- labras a este proceso bisicamente fisiolégico. Mis especifice mente, e! pensamiento inductivo opera fortaleciendo las imf- 96 pes que Se desvanecen a través de frecuentes percepciones fia misma conjuncion de acontecimientos, ya que los hom thes prestan mds atencién alo que perciben mds a menudo. ® detalles de este estudio sobre el razonar puede que estén feados de moda y que sean altamente especulativos, pero es- Fin muy en a linea del concepto moderno que se tiene de ra- ton humana segin el cual se trata de un computador sofistica- go compuesto de una red de caminos neurolégicos ‘Toda accién humana, segin Hobbes, implica que se den juntos razén y deseo en forma de apetito y aversién. El deseo ovee los fines de la accién humana, la razén indica los me- Ffos para conseguir estos fines. Los medios para alcanzar los fines individuales los denomina Hobbes «poder», o los amedios esentes para obtener algin futuro aparentemente bueno» {parte I, cap. 10, pgs. 150 y ss.). La vida humana es un wde- seo perpetuo ¥ sin deseanso de poder tras poder, que slo cesa gon la muerte» (parte I, cap. Ul, pig. 161). Pero el poder no puede obtenerse sin conflicto, En primer lugar, los hombres tienen que luchar por los escasos recursos (Hobbes denomina esto «competicisny); en segundo lugar, tienen que defenderse y evitar asi que otros les roben el poder que han acumulado {acimidea»); y en tercer lugar, incluso cuando los recursos no los hombres se sienten seguros con sus posesiones, buscan el sentimiento de superioridad que les da el tener poder sobre otros («glorias») (parte I, cap. 13, pig. 185). Estas tres ecausas de disputay enfrentan a los hombres entre sf y hacen que, cuando no existan unos controles externos, se encuentren en un constante «estado de guerra», Hobbes afirma, por Io tan- to, contra Aristételes, que Ia naturaleza del hombre le incapa- cita completamente para vivir en sociedad, En el estado de natu- raleza (que, como ya indicamos en la pégina 8, significa la au- sencia de instituciones sociales y politicas) la igualdad fisica aproximada de los hombres tiene como consecuencia que la guerra constante que es segura hace que la vida sea, seguin la frase caracteristicamente mordaz de Hobbes, wsolitaria, pobre, antipatica, brutal y breve (parte I, cap. 13, pag. 186). La vida, de acuerdo con la naturaleza del hombre, no se trata simple- mente de una carrera, ¢s una batalla, y una batalla sin reglas 0 restricciones en la que al final a todos les toca perder. 97 La TeoRiA DE LA sociEDAD DE Honaes El anilisis que Hobbes hace de la naturaleza humana pa hacer imposibles las relaciones humanas pactficas y coopers vas, Peto el hombre necesita la sociedad, cuando es ning np Puede vivir s6lo, y durante toda su vida requiere la ayuda ip otros para sobrevivir y cuidarse de una manera adecunda, Pgs lo tanto, aunque no sieata un deleite natural por In company si que necesitan y desean sus beneficios. Por consiguiense sen0sotros no buscamos por naturaleza la sociedad, sino a cause de los horrores o beneficios que podamos recibir de ella: ests ¢s lo que deseamos en primer lugar, lo otro en segundos» (Pair casophical Elements of A True Citizgn, cap. 1). Sin embargo, aunque los hombres puedan desear una vidy gue esté socialmente ordenada ya que esto serviria de instru, ‘mento para satisfaccr sus propios descos egoistas, esto seria una base insuficiente para que incluso se dieran Jas relaciones cooperativas més transitorias. El propio interés divide a log hombres tan répidamente como les une. Si la gente sélo ce retine para obtener bencficios o gloria entonces se separarin tan pronto como de otros modos se obtengan mis objetivos de aquellos que se desean. Esto significa que incluso para prote- ger aquello mds preciado que poseen —sus vidas— a los hom. bres se les prohibe establecer unas relaciones que sean efecti- vas. No puede esperarse que alguien se reprima de hacer dafio 4 otros cuando esto vaya en beneficio propio. Y, sin embargo, si s6lo unos pocos amenazan las vidas y sustento de una pactf ca mayorla, esto es suficiente para generar el miedo y la sospe- cha hasta el punto de que se impida cualquier cooperacién que sea duradera. Ninguna persona racional se comprometerd in- cluso con un acuerdo que sea mutuamente benéfico si teme que se aprovechardn de él como él lo haria si llegase la oportu- nidad, Es irracional, por lo tanto, cooperar con otea persona a quien no puede controlarse. El miedo aleja la esperanza. La solucién hobbesiana a esta paradoja es que los hombres en el estado de naturaleza, antes de llevar a cabo cualesquiera otros acuerdos, deben realizar un contrato entre si que 98 un poder que les obligue a cumplir los pactos. Este establenca Ufly por el que se establece la sociedad civil es unt econteato Mspace racional que los hombres se comporten ba- recurs QM Neseo instrumental de unas relaciones pacificas sindose 0 Toren que recibirin los beneficios que desean du- gees eer tiempo que se abstengan de daar a otros, rant ierato social incorpora los warticulos sobre la paz» que vrepbes deduce de las wees de Ta naturales, En su es ol . 1 una ley de Ia naturaleza no es un imperativo moral, iplemente un eprecepto, o regla general, que la razén y que prohibe a un hombre hacer aquello que des- ida» (parte I, cap. 14, pags. 189 y ss.). La primera ley em, sino sim} descubre, tea curaleza es eprocurar Ia paz, del mismo modo que pue- oF Gl hombre) desear obtenerlan, Esta ley no excluye por sf “gma a Jos hombres del predicamento de desear la paz, sino mistMomover la guerra. Pero la segunda ley significa un paso Ge Preticlante pata lograr una solueidn, pues requiere que «un face eaté dispuesto, cuando otros lo estén también, en lo vaio, a lograr Ia paz y su defensa personal que crea conve- enunciando a su derecho sobre todas las cosas re ease con poseer la libertad contra nros hombres que Srnitinia que otros hombres la tuvieran contra aby (parte L, fap. 14, pigs, 104 y ss.). (Aqui debemos indicar que los «dere- hos» naturales que los hombres tienen en el estado de natura- Jeza y a los que renuncian en el contrato social son simplemen- te wlibertades» o ausencias de obligaciones. Tales libertades ne eben confundirse con los derechos que se discutieron en el capitulo primero y que corresponden a las obligaciones que otros tienen hacia el beneficiario de la ley; estos derechos y obligaciones no podrian existir fuera de la sociedad.) La base de la vida social es la reciprocidad del contrato so- cial. Si todos los hombres renuncian al derecho natural que tic- nen de defenderse y confian esa tarea a un solo hombre o a tuna asamblea de hombres, entonces todo el mundo estar pro- tegido contra el que «campa por sus respetos» y que se aprove- cha de Ia cooperacién social sin cumplir con la obligacién que hace posible estas ventaas, Esta inca persona o grupo (el o- berano») puede pedir ayuda a Ja fuerza colectiva de todos los otros miembros de la sociedad para actuar contra «el que cam- 99 pa por sus respetos», © no cumple los contratos, asegurando ast la conformidad a la tercera ley de la naturaleza segin la cual «los hombres realizan los pactos que han hecho» (patte | cap. 15, pag, 201). Hobbes se da cuenta de que «los pactos sin espadas no son nada més que meras palabras», pero después de establecer e| contrato social el poder colectivo de todos es la espada que im. pone ese contrato. Una vez establecida la sociedad civil sera racional que los hombres establezcan todo tipo de acuerdos pare beneficiarse mutuamente. En particular, sera posible po. seer propiedades. En el estado de naturaleza no podia existir ningtin «mio» y «tuyo» ya que no habia leyes que establecieran quién tenfa derecho a qué cosas, asi que mientras que los hom- bres podian poser cosas no podfan tener derecho a nada (en el sentido que se indica en el capitulo 1). De aqué que no pudi ra existir ningun tipo de robo o intrusiones. Pero una vez esta- blecida la propiedad, la industria y el cultivo se hacfan viables y el comercio que es mutuamente benéfico podia comenzar a tencr lugar en el mercado. Asi, los hombres comienzan a hae cerse la vida cémoda y segura, escapando de los males del esta- do de naturaleza donde no existen wiingsin tipo de artes, letras ni sociedad; y lo que es peor de todo, un miedo continuo, y cl peligro de una muerte violentay (parte I,cap. 13, pag, 186). La idea de Hobbes es entonces que todo tipo de relaciones sociales son artificiales ya que son producto del calculo y el acuerdo mas bien que del afecto o el impulso. La sociedad se basa completamente en la racionalidad instrumental y de nin guna manera en el amor o amistad altruista. Esta es una forma extrema de la teorfa del conflicto porque las causas del conflic. to humano son inextirpables, ya que tienen su origen en la na turaleza humana, y requerirén siempre que se mantengan bajc la vigilancia de un poder que pueda intimidar las pasiones egofstas de los hombres e imponer la obediencia a las normas que de otro modo violarfan, Las relaciones sociales son, por lo tanto, «externas» al individuo mas bien que parte de unos con- sensos morales compartidos. Ni siquiera la familia se sostiene por medio del afecto natural, sino que se mantiene unida por l poder superior del padre cuyo relativo dominio que tiene s0- bre la mujer y el absoluto dominio sobre los hijos se basa en le 100 fuerza. Aqui, a menos que el soberano intervenga con su po- der superior, Ia fuerza es la base del derecho, aunque a los pa Gres les interesa educar a sus hijos para que scan sus amigos algo que equivale a la amistad de la utilidad que indicaba “Aristoteles. Y aunque Hobbes afirma que todos los hombres on iguales en poder, no existiendo ninguna base para la idea de la esclavitud natural de Aristoteles, acepta que se dé una re- lacidn amo-esclavo que se fundamente en el consentimiento més bien que en las diferencias naturales, otorgando el con- sentimiento como alternativa a aceptar la muerte a manos de tun conquistador (parte I, cap. XV, pags. 201 y ss.) Debe indicarse que el soberano que Hobbes define no es simplemente el depositario central de la fuerza que se necesita para apuntalar os acuerdos en los que se basan las reglas insti- tucionales de la sociedad; tiene también la tarea de determinar lo que esté bien y mal en lo referente a las interacciones soci es. Al no existir ninguna autoridad moral por encima del pro- pio interés, ningtin bien ni mal objetivos que trasciendan los descos humanos, y ningin concepto de justicia que sea ante- rior a la existencia de la ley positiva, las reglas de la vida social deben cstablecerse por l soberano. Lo que inmpoite para la ur- ganizacidn social no es ni mucho menos que las normas de la sociedad sean «correcta, sino que estén determinadas de for- ma autoritaria, El soberano debe jugar, por consiguiente, tanto un rol al crear como al imponer las normas sociales. En esta tarea tampoco esté coaccionado por ninguna consideracién religiosa que no sea su propio miedo a Dios como el més po- deroso de los seres (porque Hobbes sf que creia en Dios como un creador omnipotente). En verdad, el soberano utiliza la creencia religiosa como un medio para obtener la conformidad ‘asus mandatos. Hobbes tiene claro que la religién es un medio de control social, que implica, si no engafto, algo parecido a la falsa con- ciencia de Marx: «La religion es el miedo que se siente ha- cia un poder invisible, inventado por Ia mente, o imaginado por aquellos cuentos que se permiten publicamente; aque- llo que no esta permitido en supersticién» (Leviathan, parte 1, cap. 6, pag. 124), Es un crimen ensefiar una religion no or- todoxa, no porque sea falsa, sino porque socava la credibilidad 101 de los gobernantes que pretenden ser més que humanos pam, 7 poder mantener su autoridad jugando con el miedo ieraciong que los hombres tienen de los dioses (ver Parte Ill, cap. 43 pag, 567), La libertad total en estos asuntos es imcompatiby, con la existencia social. © ImpLicaciones précricas Hobbes define su teorfa social y politica en términos de ung historia sobre un pasado distante y hace que enfoquemos nue, traatencidn que la idea de un tinico contrato hist6rico, pero el usp que hace de hecho de esta nocién es tanto prescriptivo coms descriptivo. No fomenta Ia idea de que todas las sociedades se originen en un contrato social, sino que sugiere que, porque seria racional que los hombres en un estado de naturaleza for. maran una sociedad civil, esto justfica el tipo de autoridad po. Iitica absoluta que el contrato social establece. La consecuenc, evidente de su teoria es que, cualquiera que fuera el origen real de un gobierno despético, los hombres tienen ahora una buena razdn para mantenerlo. Los poderes que Hobbes dice que los individuos deben en- tregar al soberano son bastantes (véase parte I, caps, 17 y 18). El soberano, como ya hemos visto, debe tener derechoa decidir lo que es bueno y malo en el sentido moral y legal «ofi- cial> contrasténdolo con Ia idea natural de lo bueno com> aquello que es diferente y satisface los deseos de los indivi. duos. Los hombres renuncian al derecho de un juicio privads del mismo modo que renuncian al derecho de autodefenderse, Cualquier otra cosa desembocaré en el caos y en Ia anarquin Sélo cuando el soberano no pueda defender ya al ciudadany individual podré éste volver al estado de naturaleza, desobede- cer los mandatos del soberano y procurarse su propia defensa, Dentro de estos limites el individuo no tiene otra eleccién que no sea la de obedecer. Verdaderamente el contrato le convier- te en «autor de los actos del soberano porque fue él mismo quien eligié al soberano para ejercer este rol de manera que dl obedecer al soberano est de hecho obedeciéndose a si mismo, El soberano, por otra parte, no tiene ninguna obligaciéa 102 a con el ciudadano ya que él no forma parte del contrato a establecieron todos los demas hombres que le transfirieron Re derechos naturales. Esto reglamenta la posibilidad de la xe- elgn justificada que para Hobbes se tratarfa simplemente de gira vuelta 2 Ia disolucién del estado y, por consiguiente, al co- fapso de coda la sociedad, Dadkas las inclinaciones de los hom- ties, una autoridad soberana debe ser perperua, ilimitada ¢ in- divisible. Cualquier cosa que no sea esto ocasionaré una vuelta iy aguerta perpetua de todo hombre contra su vecino» (par- ‘ei, cap. 20, pag. 312), No puede existir ninguna proteccién Contra el soberano porque, si establecemos otro poder que nos defienda contra los peligros del soberano que abuse de sus po- deres, disminuimos las bases de su efectividad. La esperanza gque debe tenerse es que, por mucho que el soberano descuide dirol que se ha proyectado sobre él 0 que mire pot su propio jnterés, esto no puede producir peores resultados que-el del es- tado de naturaleza y se trataré probablemente de una mejora considerable. Por todo esto, Hobbes elabora una prudente prescripcin a partir de sus premisas sobre la naturaleza y condicién huma- ta: los hombres deben entregar su consentimiente al gahierno absoluto. Esto se sigue del punto de vista sociolégico descrip- tivo segtin el cual cualquier cosa que no sea esto hace que el gobierno y, por lo tanto, sus beneficios sean imposibles VaLORACION éPodemos aceptar las proposiciones axiomaticas de Hobbes acerca de lz naturaleza humana? Y si lo hacemos, cestamos obligados a aceptar las conclusiones que deduce de ellas? ¢Es el hombre una maquina antisocial que procura sdlo autocon- servarse? Y si es asi, ées el absolutismo politico Ia precondi- in de la existencia social? Si consideramos seriamente su modelo geométrico, enton- ces es tentador interpretar la teoria de Hobbes a la luz de las ideas modernas que estudian las bases teéricas de la geomettia, cuyos axiomas no son més que estipulaciones (0 arbitrarieda- des) para definir conceptos espaciales (como, por ejemplo, que 103 tuna linea recta es la distancia més corta entre dos puntos) que no necesita tener ninguna implantacién en el mundo rea) (ninguna linea recta es completamente recta). Sigue siendo, por lo tanto, una cuestion abierta si las conclusiones de la geo, mettia cuclidiana se refieren 0 no a los fendmenos reales Hobbes puede haber asumido que si, pero nosotros sabemos ahora que, de acuerdo con la teorfa de la relatividad de Eins. tein, esto no sucede siempre asf. Reflexionando a través de es. tas lineas podrfamos decir que Ia terminologia psicol6gica de Hobbes es un conjunto de definiciones estipuladas: admirar el sistema deductive que construye con ellas, rechazar su suposi. cidn de que las definiciones prueban por si mismas cémo es e mundo, € intentar ver después si las conclusiones que se deri. van de sus teoremas tienen alguna aplicacién al mundo social real, Parece que est claro que Hobbes no pensaba que los anil. sis que hizo de los términos psicoldgicos eran meras definicio. nes estipuladas, porque las apoya haciendo varias apelaciones a la experiencia, Se consideraba que era alguien que presenta verdades «que todo hombre conoce a través de la experiencia si observa cuidadosamente los movimientos que ocurren en sf mismo». En la introduecién a Leviatban pide a cada uno de sus lectores que considere «lo que hace, cuando piensa, opina, ra. zona, desea, teme, etc., y en qué se fundamenta... [y] que, por lo tanto, lea y sepa cudles son los pensamientos y pasiones que tienen el resto de los hombres, en ocasiones que son pare- cidas. Este tipo de llamada a la introspeccién es dificil que sea un método efectivo para probar la existencia de los movimientos fisicos insensibles, pero puede que tenga alguna fuerza en rela. cidn con los andlisis que hace de las emociones y pensamien- tos. Mucha gente ha aceptado su desafio, examinado tan ho- nestamente como pudo sus propios procesos psicolégicos, y decidido lo que es bésicamente correcto, por lo menos en lo referente al dominio del propio interés y a la importancia que tiene el miedo y Ia ansiedad a Ia hora de determinar sus acciones No obstante, la instrospeccién es un método cientifico en el que no se puede confiar del todo y se trata de un procedimien- 104 to inductivo arriesgado para generalizar a partir de los andlisis de la experiencia personal a la de todos los demds hombres, cularmente aquellos que viven en diferentes tipos de en- forno social

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