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Bufill y Carbonell Conducta Simbolica y Neuroplasticidad
Bufill y Carbonell Conducta Simbolica y Neuroplasticidad
SÁNCHEZ-ANDRÉS
INTRODUCCIÓN zaron a dicho período, tales como el inicio del comercio y del
El tamaño absoluto del cerebro en los homínidos precursores transporte de materiales a grandes distancias, un importante
del ser humano anatómicamente moderno se ha triplicado en los incremento en la diversidad morfológica y en la tasa de cambio
últimos 2,5 millones de años, pasando de un tamaño cerebral de los útiles, la fabricación sistemática de vestidos con pieles, la
medio de 450 cm3 en Australopithecus a 1.345 cm3 en Homo sa- aparición de adornos personales, la sistematización del arte,
piens [1] (Fig. 1). pinturas y esculturas y las primeras evidencias seguras de creen-
Gran parte del aumento del tamaño cerebral en el género cias y rituales religiosos [4,5].
Homo parece haber sido alométrico, es decir, proporcional al au- La revolución del Paleolítico Superior tuvo lugar en Europa
mento de masa corporal. Se han producido, sin embargo, aumen- en los últimos 40.000 años. Se han encontrado indicios de con-
tos no alométricos. El primero hace aproximadamente 2 millones ducta simbólica en África hace 75.000 años y evidencias de
de años en Homo habilis y Homo rudolfensis, cuyo volumen enterramientos rituales en Oriente medio hace 90.000 [5].
cerebral medio era ya de 630 cm3. El mayor incremento no alo- Existen algunas evidencias previas de conducta simbólica a
métrico de tamaño cerebral (aproximadamente 500 cm3) tuvo partir de 250.000 años, pero son muy escasas. La generalización
lugar en el Pleistoceno Medio hace 600.000-150.000 años [1,2]. de ésta a partir del Paleolítico Superior quizás pueda explicarse
El tamaño cerebral no ha experimentado nuevos aumentos por un incremento demográfico. Diversos autores, sin embargo,
desde la emergencia de Homo sapiens, hace aproximadamente discrepan con dicha interpretación y sostienen que la emergencia
150.000 años [1,2]. En los últimos 35.000 años se ha producido de la conducta simbólica y de la cultura compleja a que esta dio
en nuestra especie una disminución del 10% en el tamaño cere- lugar, no pudo producirse sin un aumento previo de la capacidad
bral medio, paralelamente a la disminución del tamaño corpo- cognitiva, especialmente la habilidad lingüística [4,6].
ral, que tuvo lugar durante el Paleolítico Superior [1,3]. Se ha descubierto recientemente que la fijación de la varian-
La disminución del tamaño cerebral en Homo sapiens coin- te humana del gen FOXP2 se produjo durante los últimos
cide con las importantes innovaciones culturales que caracteri- 200.000 años, coincidiendo con, o subsiguientemente a, la
emergencia del Homo sapiens anatómicamente moderno. Dado
Recibido: 04.06.03. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones: 15.06.03.
que la alteración de dicho gen conduce a dificultades gramatica-
a
les y en la articulación del lenguaje, es posible que se seleccio-
Unidad de Neurología. Servicio de Medicina Interna. Hospital General de
Vic. Vic, Barcelona. b Laboratorio de Arqueología. Universidad Rovira i nara por inducir mejoras en la habilidad lingüística [7].
Virgili. Tarragona, España. El volumen cerebral actual en el género Homo parece ha-
Correspondencia: Dr. E. Bufill Soler. Unidad de Neurología. Servicio de berse alcanzado sin que se produjeran cambios conductuales
Medicina Interna. Hospital General de Vic. Francesc Pla (El Vigatà), 1. significativos, varias decenas de miles de años antes de la emer-
E-08500 Vic (Barcelona). E-mail: ebufill@eresmas.com gencia y generalización de la cultura simbólica. Por otra parte,
Agradecimientos. A Nolasc Acarin, Jaume Bertranpetit, Josep M.ª Grau, parecen haberse producido cambios genéticos que pudieron
Carme Maté y, especialmente, a Rafael Blesa, por su asesoramiento y apo- inducir mejoras en la habilidad lingüística sin traducirse en un
yo en la redacción de este artículo. A Ignasi Pastó, de la Universidad Rovi-
ra i Virgili, y Anna Arnau, Aina Yánez y Pere Rovira, de la Unidad de Epide- incremento del tamaño cerebral, mientras que la generalización
miología del Hospital General de Vic, por la ayuda prestada durante su de la cultura simbólica en el Paleolítico Superior se acompañó
realización. de una reducción de dicho tamaño.
2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA Todo ello sugiere que las habilidades cognitivas que carac-
entre esta proteína y la ApoE. Conjuntamente con otras proteí- El estudio de cADN correspondiente a ApoE en varias espe-
nas que intervienen en la vía de señalización de la reelina, las cies de primates no humanos muestra que ésta es fenotípicamen-
ApoE participan en la inducción de los cambios del citoesquele- te análoga a la ApoE ε4 humana y lo mismo ocurre con la mayor
to neuronal que tienen lugar en los procesos relacionados con la parte de mamíferos no primates. Los animales hasta ahora estu-
neuroplasticidad [29-31] (Fig. 2). diados presentan una única isoforma de ApoE. Sólo la especie
En el ser humano existen tres alelos de la ApoE codificados humana presenta un polimorfismo para dicha proteína [48-52].
por un gen situado en el brazo largo del cromosoma 19: ε2, ε3 y A pesar de ser portadores de una isoforma de ApoE análoga
ε4, que codifican las tres isoformas de la ApoE: ApoE ε2, ApoE a la ε4 humana, los primates no humanos no presentan las lesio-
ε3 y ApoE ε4 [32]. nes propias de la EA o sólo lo hacen en forma incompleta. Pre-
Difieren entre sí en la sustitución de un solo aminoácido: sentan acúmulos de Aβ con la edad, en general en forma difusa,
ApoE ε3 contiene cisteína en el residuo 112 y arginina en el e hiperfosforilación de tau, pero no muestran marañas neurofi-
residuo 158; la arginina ocupa ambos residuos en ε4 y la cisteí- brilares. Algunas especies, como macacos y babuinos, presen-
na los ocupa en ε2 [33,34]. tan ocasionalmente lesiones similares a las que se observan en
El alelo más común es ε3, cuya frecuencia es igual o supe- las taupatías humanas, y afectan a neuronas y células gliales. La
rior al 60% en todas las poblaciones estudiadas, a excepción de EA, sin embargo, parece ser exclusivamente humana [48-57].
pigmeos y bosquimanos, que presentan frecuencias de 53 y Las áreas cerebrales relacionadas con aprendizaje, memoria
55%, respectivamente [32,35]. y funciones cognitivas complejas, como el hipocampo y las áre-
La frecuencia de ε3 en Europa es del 78,5%; ε4 y ε2 presen- as de asociación, son las más afectadas en la EA.
tan frecuencias respectivas del 13,5 y del 8%. El alelo ε2 se Dichas áreas son también las que presentan una mayor si-
encuentra ausente en algunas poblaciones, como aborígenes aus- naptogénesis, lo que sugiere que los niveles elevados de neuro-
tralianos y nativos americanos [35]. plasticidad aumentan la vulnerabilidad a las lesiones del citoes-
La posesión del alelo ε4 parece asociarse a una menor neu- queleto, precursoras de las marañas neurofibrilares [19,58].
roplasticidad y a una peor capacidad de reparación sináptica. Una menor neuroplasticidad en primates no humanos
Los cultivos de neuronas de ratón tratados con ApoE ε4 pre- podría quizás explicar el hecho de que éstos no presenten las
sentan un crecimiento neurítico muy inferior al de las neuronas lesiones propias de la EA o las muestren sólo en forma incom-
tratadas con ApoE ε3 [36]. Parecidos resultados se han observa- pleta, a pesar de ser portadores de una isoforma de ApoE aná-
do en cultivos de neuronas del ganglio de la raíz dorsal del loga a ε4.
conejo [37].
En el ser humano, los portadores del alelo ε4 presentan una
peor recuperación de traumatismos craneales y accidentes vas- ORIGEN DE LOS ALELOS ε3 Y ε2
culares cerebrales, y dicho alelo se asocia a una mayor afecta- La comparación de la diversidad intraespecífica de los haploti-
ción cerebral traumática en los boxeadores [38-40]. pos ε2, ε3 y ε4 de individuos de cuatro poblaciones diferentes
El alelo ε4 parece promover, además, la aparición temprana (afroamericanos, mayas, finlandeses y estadounidenses blancos)
de depósitos cerebrales de proteínas neurotóxicas, como placas con la diversidad interespecífica entre humanos y chimpancés,
Aβ y marañas neurofibrilares, cuyo exceso conduce a la enferme- ha permitido determinar que la mutación que distingue ε3 de ε4
dad de Alzheimer (EA) [25,41]. Los homocigotos para ε4 tienen se produjo hace 220.000-150.000 años. Las restantes mutacio-
un riesgo 10 veces mayor de desarrollar la enfermedad. Este ries- nes, que han producido la mayor parte de la divergencia intraalé-
go es cuatro veces mayor en los heterocigotos [42]. La posesión lica, parecen haber ocurrido en los últimos 60.000 años [59].
del alelo ε4 disminuye también la edad de inicio de la EA [32]. La mutación que llevó a ε2 se produjo posteriormente a par-
La tomografía por emisión de positrones (PET) evidencia tir de ε3.
que los homocigotos para ε4, sin clínica de demencia, muestran El locus ApoE es uno de los genes menos variables que se
tasas significativamente reducidas de metabolismo de glucosa han examinado. El polimorfismo observado es consistente con
en las regiones parietal, temporal, prefrontal y zona posterior la reducción de variación asociada al aumento de frecuencia de
del cíngulo, que son también las más afectadas en la EA. Los una mutación ventajosa [59].
heterocigotos ε4 presentan hipometabolismo de la glucosa El haplotipo basal de ε3 (haplotipo 6) se encuentra ausente
parietotemporal a partir de la sexta década de la vida. Es proba- en las muestras europeas, lo que sugiere que el aumento de fre-
ble que la reducción del metabolismo de la glucosa en dichas cuencia de ε3 en Europa ocurrió después de la diferenciación de
zonas refleje una disminución de la actividad sináptica [43,44]. ε3 en dos linajes primarios [59]. La alta frecuencia de este alelo
Los homocigotos ε4 afectos de EA presentan mayor atrofia en la población europea apoya la hipótesis de que una fuerte
en amígdala e hipocampo en relación con los pacientes portado- presión selectiva habría facilitado la expansión de dicha varian-
res de los alelos ε2 y ε3, zonas relacionadas con la memoriza- te ε3 en una época relativamente reciente: la emigración de los
ción y que presentan una intensa sinaptogénesis [45]. primeros Homo sapiens a Europa se produjo hace unos 40.000
Los estudios longitudinales, por otra parte, evidencian que años, según la evidencia arqueológica.
los sujetos no dementes portadores de ε4 presentan, con la edad,
un deterioro cognitivo más rápido que los no portadores [46,47].
Dada la mayor frecuencia de ε3 detectada en todas las FACTORES QUE PUDIERON PROPICIAR
poblaciones, en un principio se creyó que ε3 era el alelo ances- LA SELECCIÓN DE APOE ε3 Y APOE ε2
tral y el alelo ε4 constituía una mutación deletérea o variante Los portadores del alelo ε4 presentan con mayor frecuencia en-
defectuosa de dicho alelo. Estudios posteriores evidenciaron, fermedades cardiovasculares [52]. Parece improbable que éstas
sin embargo, que el alelo ancestral es ε4, y ε3 y ε2 son mutacio- actuasen en el pasado como presión selectiva favorable a la se-
nes a partir de éste. lección de ε3 y ε2, dado que se presentan, sobre todo, en socie-
dades occidentalizadas, en gran parte como consecuencia de su bólica habría promovido la selección de genes capaces de
estilo de vida (alimentación rica en grasas, sedentarismo) y al mejorar el aprendizaje y memoria, lo cual, a su vez, promove-
final de la edad reproductiva. Se ha propuesto también la contri- ría mejoras en la capacidad de crear, transmitir y almacenar la
bución de factores dietéticos a la selección de ε3 y ε2 [59]. El cultura.
incremento de frecuencia de ε3, sin embargo, parece haberse La mutación que condujo a ApoE ε3 se produjo hace unos
producido independientemente en distintas poblaciones, ex- 220.000-150.000 años y el importante aumento de frecuencia
puestas a diferentes dietas y microorganismos, por lo que la experimentado por dicho alelo parece coincidir con, o ser con-
contribución de dichos factores a la selección de ε3 y ε2 no secutivo a, la fijación del gen FOXP2, el cual posiblemente con-
parece muy relevante. tribuyó a inducir mejoras en la habilidad lingüística. Asimismo,
Los estudios de Hawkes muestran que, en sociedades de ca- coincide con la emergencia de la conducta simbólica y la cultu-
zadores-recolectores, las mujeres en edad posreproductiva con- ra compleja.
tribuyen a la supervivencia de sus descendientes al aportar ali- La mayor frecuencia de ε4 se encuentra en grupos que
mentos ricos en calorías, como tubérculos, al grupo familiar, todavía viven en una economía de caza-recolección o que han
por lo que, en el caso único del ser humano, la selección natural vivido hasta hace poco en ella, tales como pigmeos, bosqui-
podría haber actuado contra genes cuya acción deletérea no se manos Khoi-San, aborígenes australianos, nativos americanos
manifestase hasta edades relativamente tardías [60]. y lapones.
Basándose en estos datos, Finch y Sapolsky consideran que La persistencia de dicha alta frecuencia podría deberse a
la selección de ε3 y ε2 pudo deberse a su efecto neuroprotector factores dietéticos. Dado que ε4 se liga a una mayor absorción
y favorecedor de la integridad cognitiva en la edad posreproduc- intestinal de colesterol, dicho alelo podría ser útil en poblacio-
tiva [52]. nes con bajo consumo en grasas que, de otra manera, presenta-
La selección de ε3, según estos autores, se habría producido rían niveles de colesterol excesivamente bajos [35].
coincidiendo con el incremento de la fase de maduración posna- Las frecuencias más bajas de ε4 se observan en poblaciones
tal: al aumentar la duración del período de dependencia habría con larga tradición agrícola, como China o el Mediterráneo,
aumentado, a su vez, la importancia adaptativa de las abuelas cuyas frecuencias son de 4,7 y 7%, respectivamente [35], lo que
gracias a su contribución al aporte de alimentos al grupo fami- sugiere que la selección de los alelos ε3 y ε2 pudo persistir tras
liar. Los autores consideran que el retraso en la maduración finalizar el Paleolítico Superior.
posnatal se produjo en Homo ergaster hace 1,8 millones de Aunque numerosos factores, genéticos y ambientales, entre
años [52,60]. ellos la educación y la dieta, pueden influir en la habilidad men-
La mutación que llevó a ε3, sin embargo, es mucho más tal, es probable que una mayor neuroplasticidad induzca dife-
reciente [59]. Por otra parte, la longevidad máxima de las espe- rencias en determinadas habilidades cognitivas, como aprendi-
cies de homínidos que precedieron a Homo sapiens parece si- zaje, memoria y habilidad lingüística.
tuarse, como máximo, en 45 años, aunque muy raramente al- El estudio de habilidades cognitivas en gemelos idénticos
canzaban la cuarentena. Sólo a partir del inicio del Paleolítico muestra una alta heredabilidad para algunas de ellas, especial-
Superior, hace 50.000 años, la longevidad máxima aumentó en mente la memoria (52%) y la habilidad verbal (55%), mientras
un 20%, y no eran infrecuentes los restos de individuos de eda- que para otras, como la habilidad espacial, la heredabilidad es
des superiores a los 50 años; algunos de ellos llegaban a sobre- menor (32%) [62].
pasar los 60 [4]. Un estudio realizado entre monjas, basado en las autobio-
Todo ello lleva a la conclusión de que la hipótesis de las grafías escritas al ingresar en la orden, mostró que aquellas que
abuelas de Hawkes no parece que, por sí sola, pueda explicar tenían una menor habilidad verbal y menor densidad de ideas en
satisfactoriamente la selección de ε3 y ε2 y que otros factores, la tercera década de la vida, tenían posibilidades significativa-
hasta ahora no tenidos en cuenta, pudieron influir en ella. mente mayores de desarrollar EA a edad avanzada [63].
El deterioro cognitivo y la EA suelen iniciarse a edades su- Los datos de un reciente estudio escocés muestran que los
periores a los 65 años. Aunque a partir del Paleolítico Superior individuos con menor habilidad mental al final de la infancia
aumentó la longevidad máxima en Homo sapiens, los individuos –valoración basada en tests escolares realizados a los 11 años
que sobrepasaban la edad de 60 años eran pocos, lo que hace alta- de edad–, presentaban un mayor riesgo de desarrollar posterior-
mente improbable que la selección de los alelos ε3 y ε2 hubiera mente demencia senil [64].
tenido lugar gracias a su acción neuroprotectora ante la EA. Algunos autores han atribuido la baja habilidad mental en la
juventud a la expresión de cambios neuropatológicos propios de
la EA iniciados a edad temprana [63].
COEVOLUCIÓN GEN-CULTURA Otros factores, sin embargo, entre ellos una mayor o menor
Al depender de la manufactura de herramientas, de la transmi- neuroplasticidad, podrían reflejarse en determinadas habilida-
sión de la información mediante el lenguaje y, en general, de la des cognitivas tales como una mayor o menor capacidad verbal
conducta simbólica y la acumulación de conocimientos, el e imaginación.
Homo sapiens ocupó el ‘nicho cognitivo’ [61], y dependió en Los individuos dotados de una mayor neuroplasticidad, ade-
grado mucho mayor que cualquier otra especie del aprendizaje más de presentar una mayor habilidad cognitiva en determina-
continuado a lo largo de la vida. das áreas, podrían protegerse relativamente ante algunas en-
Dado que la dependencia del aprendizaje implica una conti- fermedades neurodegenerativas en las que se afecta la plastici-
nua remodelación sináptica, sinaptogénesis y neurogénesis, cual- dad sináptica, tales como la EA, las cuales se desarrollarían en
quier gen o genes capaces de inducir mejoras en la neuroplasti- menor proporción y a edades más tardías.
cidad se habrían seleccionado en la especie humana, dando No existen evidencias de que la posesión de los alelos ε3 y
lugar a una coevolución gen-cultura, en la que la conducta sim- ε2 de la ApoE implique, por sí sola, una mayor habilidad cogni-
tiva en edades tempranas de la vida. Si durante la evolución Las mejoras en la neuroplasticidad habrían resultado ser be-
humana se ha producido una selección para mejorar la neuro- neficiosas al aumentar la complejidad cultural, técnica y social,
plasticidad, es probable que dicha selección haya actuado sobre motivo por el que las capacidades de aprendizaje y memoria
numerosos genes relacionados con ésta. habrían cobrado gran importancia, lo que, a su vez, habría lleva-
Gran parte de la evolución humana reciente parece haber do a la selección de dichas mejoras.
consistido en una rápida evolución cerebral, por lo que es pro- Algunas de las hipótesis aquí presentadas pueden parecer
bable que los genes expresados en el cerebro sean más poli- excesivamente especulativas. Sin embargo, son coherentes con
mórficos que los expresados en otros órganos y que existan los datos conocidos y muchas de ellas son susceptibles de
considerables diferencias individuales en los genes relaciona- demostración experimental, por ejemplo, mediante estudios
dos con el desarrollo cerebral y las capacidades cognitivas comparativos entre distintas poblaciones y con primates no
humanas [65]. humanos; ello, aparte de contribuir a una mejor comprensión
Las ApoE interaccionan con otras proteínas para producir de la evolución del cerebro humano, podría tener aplicaciones
los cambios en el citoesqueleto neuronal que tienen lugar en la biomédicas, como la detección de alelos con efecto protector
remodelación sináptica y sinaptogénesis. Entre ellas se encuen- ante la EA.
tran los receptores VLDLR/ApoER2 y LRP, las proteínas cito-
plasmáticas Dab1 y Cdk5 y la proteína de la matriz extracelu-
lar reelina [29-31]. CONCLUSIONES
Existe la posibilidad de que algunas de dichas proteínas pre- Los datos actualmente disponibles llevan a la conclusión de que
senten polimorfismos y que aquellos alelos inductores de una en la evolución de las capacidades cognitivas que caracterizan
mejor neuroplasticidad se hayan seleccionado también. Si este al ser humano, los cambios estructurales y funcionales del cere-
fuera el caso, sería la posesión de determinados conjuntos de bro podrían haber tenido tanta importancia como el aumento de
alelos la que se traduciría por una mejor neuroplasticidad y, tal tamaño de este órgano.
vez, por la mejora de ciertas habilidades cognitivas. En comparación con otros primates, el ser humano presenta
Dichos alelos no se habrían seleccionado por conferir pro- un aumento del tamaño de determinadas áreas de asociación
tección ante la EA. Sin embargo, al propiciar una mejor repara- cerebral, relacionadas con funciones cognitivas complejas, y un
ción sináptica y sinaptogénesis, habrían llegado de forma indi- aumento del número de sinapsis de las neuronas piramidales
recta a tener una función protectora contra dicha enfermedad. pertenecientes a dichas áreas.
En el supuesto de haberse producido una mejora de la neu- En los últimos 200.000 años parece haberse producido una
roplasticidad en la especie humana podría haber intervenido en fuerte presión selectiva a favor del alelo ε3 de la ApoE y, aun-
ella no sólo la selección de alelos más eficaces, sino también que en grado mucho menor, del alelo ε2 de dicha proteína,
variaciones en la expresión de proteínas relacionadas con ella. selección que podría haber continuado hasta una época relativa-
La reelina se expresa por las neuronas de Cajal-Retzius du- mente reciente. Ambos alelos parecen conferir una mayor capa-
rante el desarrollo cerebral, y regula la migración y posiciona- cidad de reparación sináptica.
miento neuronal. En el cerebro adulto su expresión persiste en El aumento de frecuencia de dichos alelos coincide con la
las interneuronas productoras de GABA e interviene en la si- emergencia de la conducta simbólica, cuyas primeras eviden-
naptogénesis y mantenimiento de la neuroplasticidad [31]. cias seguras podrían datar de hace más de 75.000 años, y que se
Dicha proteína parece haber desempeñado un papel clave en extendió a todas las poblaciones humanas hace 50.000, coinci-
la evolución cerebral. La ampliación de la síntesis de reelina en diendo con el inicio del Paleolítico Superior.
los mamíferos, con respecto a sus predecesores, contribuyó a su La dependencia de la cultura simbólica implica un incre-
expansión neocortical al permitir la emigración neuronal a ca- mento en la necesidad de aprendizaje y acúmulo y transmisión
pas superficiales durante el desarrollo cerebral. En los primates de la información. Procesos como aprendizaje y memoria re-
parece haber ocurrido también un incremento de la expresión de quieren una continua remodelación sináptica y sinaptogénesis,
reelina con relación a otros mamíferos, e influido en mayor gra- por lo que cualquier alelo capaz de inducir mejoras en la neuro-
do sobre sus células piramidales [66-68]. plasticidad, como podría ser el caso de los alelos ε2 y ε3 de la
La expresión de reelina parece haberse incrementado en re- ApoE, se habría favorecido por la selección natural.
lación directa con el aumento de complejidad cerebral y con el Otros alelos favorecedores de la neuroplasticidad, como
incremento de las capacidades de memoria y aprendizaje. Es pro- aquellos que codifican las proteínas que intervienen en la vía de
bable que la expresión de reelina se asocie a una mayor sinap- señalización de la reelina, podrían también haberse selecciona-
togénesis, por lo que en la especie humana podría haberse pro- do, así como variaciones en la expresión de proteínas capaces
ducido un aumento de la expresión cerebral de dicha proteína. de inducir mejoras en la sinaptogénesis y la remodelación si-
La unión de reelina a sus receptores desencadena una cas- náptica.
cada de reacciones intracelulares, y fosforila (activa) a proteí- La conducta simbólica, el acúmulo y transmisión de cultura
nas celulares tales como Dab1, P35 y Cdk5, las cuales inducen compleja y los cambios técnicos y sociales que de ellos se deri-
modificaciones en el citoesqueleto. La desregulación de la vía van, podrían haber sido las principales presiones selectivas fa-
de señalización de la reelina puede inducir hiperfosforilación vorecedoras del incremento de alelos y variaciones en la expre-
de tau y alteraciones del citoesqueleto que preceden a la for- sión proteica capaces de mejorar la neuroplasticidad, y consti-
mación de las marañas neurofibrilares propias de la EA [69]. tuir un ejemplo de coevolución gen-cultura.
Dicha desregulación se produciría más fácilmente al incre- Algunos de los cambios relacionados con la neuroplasticidad
mentarse la neuroplasticidad, por lo que la EA podría ser qui- podrían facilitar la aparición de enfermedades neurodegenerati-
zás el precio a pagar por una mayor capacidad de remodela- vas, como la EA, mientras que otros, de forma indirecta, podrían
ción sináptica. tener una función neuroprotectora ante dicha enfermedad.
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