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Este cuento empieza en el final de otro, cuando la prin- cesa Rosa B. Llisima bes6 al principe Domitilo A. Zulino ¥.. jplop! No hubo colorin colorado, ni vivieron felices, ni comieron perdices. Porque Domitilo A. Zulino se con- Virtié en rana, Hablando con propiedad, en rano. La princesa, que sentia repelis por los batracios, lo sacé a los escobazos. Y el desgraciado Domitilo A. Zulino debio ir “a ; 7 @ vivir a una laguna. Lloraba abrazado a un junco, cuand se le acereé una serpiente dispuesta @ almorzarselo. —Pard! —grité Domitilo A. Zulino — Soy ¥? Pero un beso me convirtio en rano- principe, 53 Ee no. El rano acercé sus labios y jplop! S« nn lagartija. oe y ie in simple reptil y estas en mi menu ee que se sentia estafada. Comenz0 * 0, corm 0 el ex Domitilo A. Zulin ~ayon ¥ © 6 que dos garras la apresaro" No soy lo que parezco. En realidad soy esos de los cuentos, pero... a partir del beso, Si te beso tal vez vuelvas a ser quien eras, ~y le conté Lalechuza, la solt6. Le dio un piquito y... jplop! Domitilo A. Zulino paso de lagartija a gusano. ~—jMulero! Sos un simple gusano —grité enojadisima la ; lechuza y comenzé6 a perseguirlo con un tenedor en un ala. El gusano, mejor dicho Domitilo A. Zulino, se arrastr6 lo mas rapido que pudo y se escondié dentro de una manza- na. Lloraba y se sonaba los mocos con una pe-pita, cuando alguien comenzé a masticar la fruta. Era una chanchita. ~;Qué asco, un gusano! — dj la porn. que era exquisi- . y quiso pisarlo, ta porque habia sido criada a ape ; ee i, lo A, Zulino. : —iiegt gritd Domitil cl ecu id de ce el inicio de este cuento, oo -_-Sequro que s pe de antes —le p' —Ya no estoy seguro, pero E La marranita le dio un fuerte hocicazo y... jplop! Dom tilo A. Zulino paso de gusano a mosquito. te beso, volveras a ser ropuso la chanchita gorda, probemos... —jSos un insignificante insecto y yo que confié en: —Je reclamé la lechoncita mientras daba patadas tas para aplastarlo. Pero Domitilo A. Zulino huy6 volando hasta que se peal en un cachalote. Sus alaridos de pena alertaron a una a rana, que se le acerco. er —No me coms —le rog6 y le relaté su tragedia. La rana sintié pena y guardo la lengua. ae Pe —A lo mejor te beso y volvés a ser principe. Rosa BL cuento. ;Plop! Domitilo A. Zulino pas6é de mosquito 4 iRana! Hablando con propiedad, rano. © a ~ Buaaaa... no funciond. Y yo que queria c una princesa, vivir felices, comer perdices y Larana, que lo miraba con Ojos enamoradizos, c | Yo soy una prineesa. aoe —Aja... las princesas son rubias, bonitas y viven en pala- _ cios. Vos sos verde, fea y vivis en una laguna. eke —Porque soy una rana, como vos. Que también s verde y ahora estas en una laguna, pero no me parecés para nada feo —lo corrigio ella. En ese momento legs su padre, el Rey de las Ranas seguido por una corte de renacuajos —Te presento al principe rano, papa. Y Domitilo A. Zulino le crey6. Fue invitado a pasar unos 4 at dias en aquel reino lacustre donde recibié todos los he ifs ojos para la princesa Ranata. Se casaron. Yen colorin colorado, tuvieron verdelin verdolado * felices y comieron mosquitos. No rima, ya sé, P

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