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SUADGRinosae R Skidelshy, “The Keynes Hayek Rematch”, consultado en htt://www.proectsynaicate.or8/ ‘commentary/the keynes haveksematch/spanish (20-10-2033). 172 feo / Manto 2038 <<» faes This content dawnload from 128.6218.72 on Mi Tall use subject to JSTOR Terme 07 Mae 2016 11239:56 UTC Conditions Dr cto HaEx Soanevd A.A ERA KEYES / MANUEL ALAREZ TARO hasta el punto de que algunos economistas han sefalado que “nunca dijo lo mismo durante mucho tiempo” y que fue bastante oportunista y ecléctico’. Por otro lado, como bien muestra Wapshott, la personalidad de Hayek no ayudé demasiado: no se preocupé mucho por ser popular. En mi opinién, simplemente no demostré poseer entre sus cualidades més importantes la de una cierta sensibilidad pragmética para comprender que no siempre la mejor soluci6n es la solucién adecuada. No parece que reflexionara demasiado sobre Jos problemas a que se enfrenta un gobernante elegido por millones de vo- tantes y cuyo mandato no suele exceder de cuatro afios, cuando ante una si- tuaci6n compleja debe decidir entre dilemas tan radicales como el de impedir ‘no la bancarrota de un gran banco y el impacto negativo de la pérdida de los depésitos, usando casi como tinica medicina el dinero pablico. Dicho de ‘tro modo, quizas Hayek no comprendié que las consecuencias politicas de ciertas decisiones, que a priori estaban bien fundamentadas, podian tener cos- tes inmediatos tan elevados que, de llevarse a cabo, finalmente podria con- vertir en irrelevante el andlisis sobre los resultados a largo plazo. En este dltimo sentido, es verdad que la mejor prensa de Keynes se debi6, en buena medida, a que sus ideas proporcionaban a los politicos de- mocriticos de la era posterior a 1945 una justificaci6n para aumentar el gasto piblico y hacer uso de la planificacién en la gestion de mercados cada vez més grandes. Es evidente también que la circunstancia de permi- tir 0 no que se repitiera el contexto de los aos treinta del siglo XX tuvo su importancia; sobre todo teniendo en cuenta que muchos politicos de la posguerra asociaban el auge de los fascismos con la debilidad de Ia demo- cracia o, si se prefiere, con la inaccién del Estado democritico ante el éxito de las recetas planificadoras de corte totalitario. Es decir, que el llamado keynesianismo era (y ha sido) una coartada es- tupenda para, con independencia de los diversos postulados te6ricos enun- ciados por Keynes, propiciar una politica econémica que primero aument6 el peso del Estado en la prestacién de servicios y en el control de ciertas “Cit. en A. Chandavarkay, “Una nueva bogratia de Keynes", en Finanzas y Desaral, ic. 2001, p62. <= faes faa / Misao 2018 473 This content dawnload from 128.6218.72 on Mi Tall use subject to JSTOR Terme 07 Mae 2016 11239:56 UTC Conditions CUADERNOS

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