Bermudez de Castro, JM. 2009. El Chico de La Gran Dolina. PP 83-99 183-203 y 247-280

You might also like

Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 3
92_Elchico de la Gran Dolina oy ehomo as Edad de erupcién del MI (ahos) & 8 aras | © chorogoeu po Peso del cerebro (ramos) Figura 5.1. Relacién entre la edad de erupci¢n del primer molar inferior y el peso del cerebro en 21 especies de primates. El peso del cerebro permite predecir la edad de formacién de los dientes: r= 6,98. Figura basada en B. Holly Smith (1991) El modelo humano de desarrollo Después del nacimiento y tras an corto periodo posnatal de no mas de un mes de duraci6n, los humanos pasamos por una infancia o periodo infantil marcado por la denticion deci- dua; es decir, en esta etapa se produce la formacién y el pro~ ceso de erupcién de los dientes de leche. Se trata de una eta- pa no demasiado larga con respecto a la duracién total de nuestro desarrollo, que se extiende desde el final de ese corto periodo posnatal hasta la erupcién de los segundos molares deciduos, entre 24 y 30 meses de vida. Durante esta etapa los seres humanos somos lactantes. Nuestro alimento procede en exclusiva de la leche materna, al menos en condiciones natu- El desarrollo humano 93 rales ideales. La infancia se caracteriza, entre otras cosas, por un crecimiento muy rapido del cerebro, como tendremos oca- sion de explicar en proximos capitulos. El siguiente periodo de nuestra vida se define por el uso de los dientes deciduos y termina hacia los 7 afios, cuando el imer molar permanente finaliza su proceso de ascenso ha- cia la cavidad bucal desde el interior del maxilar y la mandi- ula y alcanza el plano de oclusién para ser funcional. En la literatura cientifica inglesa este perfodo recibe el nombre de «childhood», si bien algunos autores amplian el uso de este término hasta los 12 0 13 afios, adjetivandocon «early», «mid- dle» y «later childhood». En castellano se utiliza con alguna frecuencia el término «segunda infancia». Sin embargo, noso- tros preferimos emplear la palabra «nifiez», para establecer una clara distinci6n entre este periodo y la infancia. Esta di- ferencia no es en absoluto caprichosa, sino que obedece a ra- zones importantes relacionadas con nuestra evolucién, como tendremos ocasion de ver a lo largo de estas paginas. Barry Bogin define la nifiez como el periodo que sigue a la infancia, una vez el nifio es destetado, pero que todavia depende de los mayores para su alimentacién y proteccion. Al finalizar la in- fancia los nifios alcanzan un desarrollo motor y sensorial su- ficiente para explorar su entorno, al punto de iniciar el uso de habilidades basicas para su propia supervivencia. Durante la nifiez el cerebro sigue creciendo de manera muy répida hasta alcanzar practicamente el 100 por 100 de su tamafio hacia los 7 afios, coincidiendo con el final de este perfodo. La lactancia hha dejado paso a una dieta que debe ser variada y muy rica en hidratos de carbono, lipidos y proteinas para atender a las demandas energéticas del cerebro en formacién. Sin embar- g0, el crecimiento corporal es muy lento y exige unos requeri- mientos proteinicos mucho menores. Los alimentos deben te- ner una cierta preparacién antes de ser ingeridos, porque el aparato digestivo de los nifios todavia no ha alcanzado su ple- na madurez. La denticion permanente marca el siguiente periodo de nuestra vida. Esta etapa, que denominamos juvenil, se carac- teriza por la muda de los dientes deciduos que dejan paso a 94 El chico de la Gran Dolina El desarrollo humano 95 100 Porcentale de peso oh 1 4 4 a ° © © 1m 1 mm 2m om Edad (dias) Figura $.2. En la mayoria de los mamiferos la madurez, sexual ocu-| rre mucho antes de que el cerebro y el resto del cuerpo hayan llegar do hasta el final de su crecimiento, Figura basada en un dibujo de B. Bogin (1999). los definitivos. Aqui Ilamamos la atencién sobre la diferencia de usar la palabra «juvenil» desde un punto de vista técnico y el uso cotidiano y coloquial de este mismo término. Durante ia etapa juvenil se produce la madurez. del aparato digestivd y del sistema inmunitario, mientras que nuestro cerebro, ya} totalmente formado, nos permite iniciar el proceso de inde pendencia de los adultos. Este periodo tiene una duracién dé uunos tres afios en las chicas y de cinco afios en los chicos. El fi- nal de la etapa juvenil coincide aproximadamente con el pro~ ceso de erupci6n del segundo molar permanente. Entre los 10 y los 16 0 17 afios en las chicas y entre los 12] y los 18 © 19 afios en los chicos tiene lugar la adolescencia, que es Ia iltima etapa de nuestro desarrollo antes de llegar al periodo de adulto. El proceso de erupcién del tercer molar, 0: muela del juicio, deberia marcar el final de la adolescencia, No obstante, es conocido por todos que en las poblaciones ac- tuales el tercer molar puede quedar retenido en el interior del maxilar o dela mandibula, causando no pocos trastornos. En Q en ; BE ’ ge go = 83 ‘ 50 7 . 2 Reproduccién .. = Edad (afios) Figura 5.3. En los primates se produce un retraso en el crecimien- to corporal y en la madurez reproductora, mientras que el cerebro anticipa su desarrollo al de otros érganos. Figura basada en un di- bujo de B. Bogin (1999). ocasiones, el tercer molar se forma en el interior de la rama mandibular, lo que produce un proceso anémalo de ascenso del diente hacia la cavidad bucal. En estos casos, los terceros molares salen en posicién inclinada u horizontal, provocan- do problemas importantes en los pacientes que sufren esta ano- malia. En otros casos, las muelas del juicio ni tan siquiera lle- gan a formarse. Se trata de la llamada «agenesia del tercer molar», que sucede con cierta frecuencia en todas las pobla- ciones humanas. Pero con independencia de estos problemas, la adolescencia ocurre con una serie de rasgos muy llamati- vos, como la aparicin de los caracteres sexuales secundarios, el cambio en el timbre y tono de la voz, asi como una fuerte aceleraci6n del crecimiento, que se denomina «estirén puberal». La mayoria de los mamiferos crecen de manera constan- te desde el nacimiento hasta el periodo adulto sin alteraciones importantes en la trayectoria de crecimiento. En estos anima- les la tasa 0 velocidad de crecimiento disminuye desde que lle- gana la pubertad hasta que se alcanza el tamafio del adulto si- guiendo una curva descendente, que se puede definir mediante tuna dinica funcién matemética. Ademas, la madurez sexual re 96 _Elchico de la Gran Dolina Velocidad de crecimiento ‘estatura (em/afio) Edad (afios) Figura 5.4. Curva de velocidad (centimetros/aiio) en Homo sa- piens. La linea discontinua corresponde a las chicas y la linea conti-} nua a los chicos. Observamos que después del nacimiento y durante , {a infancia (I) la velocidad disminuye de manera brusca y se estabi- | liza durante la nifiez (N) y la fase juvenil (J). Notese el pequefio in- cremento de la velocidad de crecimiento al final de la nifiez y el, fuerte estirén puberal durante la adolescencia (A). Redibujado de B. Bogin (1999). 4 cocurre mucho antes de que el cerebro y el resto del cuerpo ha~) yan llegado al final de su desarrollo. Los mamiferos muy so-} ciales, como los lobos, leones, elefantes y los primates inclu~ yen un periodo juvenil entre la infancia y el estado de adulto,) que retrasa la aparicién de la madurez sexual y prolonga la’ duracién total del desarrollo. En este grupo de mamiferos so! ciales los primates tenemos una singularidad muy significati-! va: nuestro cerebro finaliza su desarrollo antes de que lo haga el resto del cuerpo y de la apariciOn de la madurez sexual. No! en vano los primates somos por excelencia animales con una’ extraordiaria capacidad para el aprendizaje, que antepone-! mos el desarrollo de nuestro cerebro al pleno desarrollo dela madurez reproductora. Los chimpancés y gorilas, nuestros parientes vivos més préximos, tienen un desarrollo mas cor- to que el nuestro y carecen de nifiez y adolescencia. Estos ani- El desarrollo bumano_ 97 males poseen una infancia muy larga, que termina hacia los 5 afios. El perfodo juvenil también es muy largo y termina ha- cia los 12 afios con la madurez. reproductora y el comienzo del periodo adulto. Pero los seres humanos hemos adquirido nuevos rasgos y nuestro modelo de crecimiento es tinico entre los primates actuales. En Homo sapiens, la duracién total del desarrollo 1no s6lo es mas larga que la de los simios antropomorfos y que la de cualquier otro primate, sino también mas compli- cada. El estudio de nuestra curva de velocidad de crecimien- to corporal requiere al menos tres funciones matematicas dis- tintas. La primera funcién define el periodo de crecimiento entre el nacimiento y los 4 afios. En este periodo se produce un descenso brusco de la velocidad de crecimiento. Entre los 4y los 10 afos en las chicas y los 12 afios en los chicos la ve- locidad de crecimiento desciende, pero de manera més sua- ve. En este tramo de la curva se necesita una segunda funcién matematica, y se corresponde con Ia nifiez y el periodo juve- nil. El comienzo de la adolescencia esta marcado por un in- cremento muy brusco de la velocidad de crecimiento, el esti- r6n puberal, que es mas acusado en los chicos. El perfecto orden de los dientes Ahora ya sabemos que la formacién de los dientes no solo estd bien integrada en el desarrollo somético, sino que los dis- tintos eventos de esa formacién son excelentes marcadores del desarrollo general del organismo. Cada diente comienza a for- ‘marse en un momento concreto bajo estricta regulacién gené- tica, La corona y la raiz de cada pieza dentaria también se for- man en un tiempo determinado. Cada diente tiene, por tanto, su propia trayectoria de crecimiento y desarrollo, que es rela- tivamente independiente y puede ser referida a la trayectoria de los demés dientes. Aclaremos este punto. Las diferentes clases de dientes, incisivos, caninos, premolares y molares no sélo tie- nen una morfologia especifica que las distingue de otras clases de dientes, sino que se caracterizan por lo que los ingleses lla-

You might also like