CULNCIONERO
DE
De diuerfos Autores, a dos,
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Mas
El Colegio-de HMéxico
+194:CANCIONER
DE UPSALA
Tateod:
de
Rafeel Mitjana
Teanseripeién musical en nota
de
Jesis Bal y Gay
Con un estudio sobee
“EL Villancico Polifénico”
de
Isabel Pope
‘SORO-CANCIONEROS
Canslonero de Upsala
{OU
Euuracrsrs
OVASFS
EL COLEGIO DE MEXICONTRE las colecciones espaitolas (que se
mencionan al final de esta advertencia)
de miisica polifénica profana en los siglos
Fo al xvii hay tres que resumen lo esencial del arte
contenido en ellas. Son, por orden de importan-
cia tanto como por orden cronoldgica, el Mamado
Cancionero de Palacio, encontrado en la Biblio-
teca del Palacio Real de Madrid, en 1870, por
Don Gregorio Cruzada Villamil y que, tras de
varios aiios de trabajo, fué transcrito y publicado
por Don Francisco Asenjo Barbieri, razén por la
cual se conoce también a tan rica coleccién con el
titulo de Cancionero de Barbieri. Viene en se-
guida el cuaderno de cincuenta y cuatro villanci-
cos a varias voces que descubrid en la Biblioteca
Carolina de la Universidad de Upsala el diplo-
matico y musicdlogo malagueio Don Rafael Mit-
jana y Gordon, que se hallaba entonces en Suecia
como representante det Gobierno de Espafa en
dicho pais. Anos més tarde, el mitsico y musicé-
logo espariol Don Jestis Avoca transcribié y pu-
blicd ta copia existente en la Biblioteca Nacional
de Madrid det manuscrito compilado por el co-
pista de la Capilla Real de Madrid, en tiempos
de Felipe TI, Claudio de la Sablonara, y que
dedicé al principe Wolfango Guillermo, conde
Palatino del Rhin y duque de Baviera.
Las tres colecciones fueron transcritas, como
se dice, por Barbieri, Mitjana y Avoca; pero sola-
mente la primera y la tercera vieron la luz de la
imprenta, pues Don Rafael de Mitjana, que anun-
cid la publicacién del que él denomina como Can-
cionero de Upsala (en la pagina 2006 de su estu-
dio sobre “La Musique en Espagne”, inserto en
la Encyclopédie de la Musique editada por el Con-
servatorio de Paris bajo ta direccién de Albert
Lavignac y Lionel de ta Laurencie, tomo iv, 1920)
silo legé a imprimir en un breve , hoy, rarisi-
mo folleto, el texto de las cincuenta y cuatro can-
ciones de la coleccién de Upsala que, con la an-
Higua notacién, habian visto ta luz de la imprenta
en 2556, en Venecia, en la edicidn de Jerénimo
Escoto 0 Scotum. Este impreso es asimismo rari-
simo, pues que no se encuentra en las bibliotecas
de Paris, Viena, Munich, Berlin, Londres y Ma-
drid, en las cuales Mitjana siguié sus trazas. Ig-
noramos el paradero de la transcripcion que Mit-
jana anunciaba como préxima a publicarse y que,
dados los azares de estos tiltimos aiios, quizé se
haya perdido. A la impresién de los textos poé-
ticos aitadié Mitjana una “Introduccién” dese
biendo las particularidades generales del Cancic
nero, mientras que, al final de las poesias, inserta-
ba notas y comentarios particulares sobre algunas
de ellas, del més relevante interés.
La espléndida coleccién de Palacio, con sus
460 piezas musicales, fué publicada en 1880 bajo
los auspicios de la Academia de Bellas Artes de
San Fernando (Madrid, Tipografia de los Huér-
fanos), con el titulo general de Cancionero Mu-
sical de los siglos xv y xvi. El sefior Aroca dié a
las prensas su transcripeidn en el aiio 1928 (Ma-
drid, Tipografia de la Revista de Archivos, Bi-
bliotecas y Museos), titulindola como Cancionero
poético y musical del siglo xvit. Ambes trabajos,
muy meritorios en su tiempo, dejaban ya que
desear en varios detalles de lo que puede deno-
minarse el aspecto cientifico de esta rama de la
Musicologia, que consiste en la transcripeién de
manuscritos antiguos 0 de los primeros ejemplos
de musica impresa. Mitjana, al estudiar ambas
colecciones ent la segunda serie de sus Ensayos de
Critica Musical (Madrid, 1922), advierte en ellos
determinadas flaquezas: si se tiene en cuenta que
la ciencia del musicdlogo, en este sector como en
tantos otros, ha progresado notablemente en los
tiltimos afios, se comprenderd la necesidad de
que colecciones de tal modo fundamentales para
conocer la Polifonia profana espariola en la época
sobredicha exijan, perentoriamente, una revision
minuciosa hecha por especialistas responsables y,
en efecto, se ha anunciado desde hace aftos la apa-
ricién de una nueva edicién del Cancionero de
Barbieri.
Desde que en 1935 publicd Don Jestis Bal y
Gay su serie de Treinta Canciones de Lope deVega, puestas en miisica por Guerrero, Orlando
de Lasso, Palomares, Romero, Compaiiy, etc.,
que figuran en diferentes colecciones, impresas 0
manuscritas, este musicdlogo acreditd su pericia
y su conocimiento de los nuevos criterias referen-
tes al arte de la transcripcién de mtisicas polifé-
nicas pertenecientes a la época a que nos referi-
mos. Por ello le encargé, en 1938, El Colegio
de México que formase una pequeiia coleccién de
romances y villancicos espafioles, la cual aparecié
en 1939, en México, bajo el titulo de Romances
y Villancicos espatioles del siglo xvi, “dispuestos
en edicidn moderna para canto y piano”; pre-
ciosos ejemplos de estos géneros, procedentes de
los libros de miisica para vihuela de Luis Milin
(1536), Enriquez de Valderribano (1547), Diego
Pisador (1522), Miguel de Fuenllana (2554) y
de la famosa Declaracién de Instrumentos del
P. Juan Bermudo (1549-1555). Tiene en ellos
el lector miisico algunas paginas célebres entre
las que constituyen el repertorio de nuestra mti-
sica renacentista para vor y vikuela, correspon-
diente a la que en la Europa de esta época se
practicaba en el latid, instrumentos donde la po-
lifonia tiende a resumirse en un “acompariamien-
to”, propiamente dicho, bajo la voz cantante,
Pero faltaba una coleccién, de la misma valia
€ interés, en la miisica de la epoca, para Polifonia
propiamente dicha, 0 sea, exclusivamente vocal.
La revisién del Cancionero de Barbieri parecio,
por el momento, tarea de un volumen excesivo.
La del Cancionero de La Sablonara, menos im-
portante y mas reciente, hubiera sido inoportuna,
y las circunstancias politicas hacian ilusorio pen-
‘sar en la transcripcién de colecciones como las
que existen, esperando el buen suceso de su edi-
cin, en bibliotecas 0 colecciones inaccesibles en
este momento, como la Biblioteca de Medinaceli,
en Madrid; la Colombina, de Sevilla, 0 las Biblio-
tecas Nacionales de Madrid, Paris y Turin: La
circunstancia feliz de que Don Jestis Bal twviese
en su poder fotocopias de las canciones insertas en
el ejemplar de Upsala, que habia trabajado en et
Centro de Estudios Histéricos de Madrid, deter-
mind a El Colegio de México a encargar a dicho
musicdlogo su transcripcidn completa con vistas
a su publicacién inmediata. Asi lo hizo el sefior
Bal, y asi tiene ahora el Colegio un vivo placer
al presentarlas en la edicién mexicana, creyendo
gue con eso realiza una labor importante dentro
de la Musicologia espaiiola, cuyo conocimiento es
necesario a toda aquella persona que se interese
por el estudio de Ia historia musical; indispensa-
ble, ademés, al estudioso de la Musica espariola,
directamente, y, como inmediata consecuencia, al
estudiante de la Muisica hispanoamericana, cuyas
mas profundas raices bebieron su savia en aquel
terreno.
El hecho de que el sefior Mitjana anunciase
la pronta publicacién de sus transcripciones, jun-
tamente a la edicién que hizo de sus textos y
comentarios en el folleto antes aludido, muestra
la ansiedad (que conocieron quienes twvieron la
suerte y la honra de tratarle) del insigne musicé-
logo, por llevar a cabo dicha publicacién. No
quiso la suerte que pudiera ser asi. El Colegio
de México cree, al realizarlo ahora, que Mitjana
habria sentido con ello una satisfaccién legitima
y el Colegio siente, a su vez, la satisfaccién de
hacerlo, rindiendo de este modo homenaje a la
memoria de uno de los mds insignes musicélogos
contemporineos, conmemorando de este modo el
vigésimo aniversario de su muerte!
Un estudio circunstanciado de la Polifonia
contenida en las tres colecciones a que se alude,
comparando entre si las obras de que constan,
seria de la mayor importancia e interés, Pero se-
ria solamente un estudio provisional, porque para
que fuese completo es menester que se Neve de
par con las colecciones citadas en Madrid, Sevilla,
etc. Mientras puede Uevarse a cabo una labor de
esta indole, vale mds, para el criterio del Colegio,
dejar la palabra al propio Don Rafael Mitjana,
reproduciendo ta Introduccién y comentarios que
debieron acompafiar a la impresion de sus trans-
cripciones y que s6lo fueron impresos en ocasidn
de rendir homenaje al Profesor de Lenguas y Li
teraturas romances en la Real Universidad de Up-
sala, sefior Erik Schéne Staaf, en enero del aito
de 1909.
De este modo cree El Colegio de México que
realiza la idea de Mitjana, al publicar a la vez la
muisica del Cancionero de Upsala, en su cuidado-
sa transcripcidn, segiin los métodos y criterias mas
recientes, a la vez que las observaciones criticas y
eruditas que su descubridor hizo para tan bellas
paginas, las cuales pueden ahora aspivar a la di-
fusion y admivacion que su raro atvactivo y no-
tabilidad técnica merecen.
Las notas en cuestidn, por otra parte, suponen