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Cien, Soc., 17-18: 135-144, 1979 LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LOS PROCESOS DE CAMBIO EN EL CARIBE. EL PAPEL HEGEMONICO DE LOS FSTADOS UNIDOS. La regién caribeiia, ha experimentado, con singular fuerza, la influencia coyuntural de tos sucesos acaecidos dentro del sistema capitalista mundial durante el siglo XX. Este alto nivel de incidencia del contexto internacional, refleja, sin duda, el grado de determinacién del factor histé- rico extemo en la definicién estructural de las formaciones dependientes del Caribe y en su de- senvolvimiento socio-politico, que varia en in tensidad, de acuerdo a las particularidades estrus turales ¢ institucionales de cada grupo de enti- dades, integradas algunas al sisiema colonial de las potencias europeas (Francia, Inglaterra y Ho- anda) o situadas en la constelacién norteameri- cana. Por ejemplo, Ia gran crisis del capitalismo de 1929-34, tuvo hondas repercusiones en el Carib desde ef punto de vista econdmico, social y pol tico, La misma hilacién umbilical de estos pafses satéites con su respectiva metrépoli, dio lugar 42 graves irastornos econdmicos que Se express- ron en el comercio, los flujos de capitales y la capecidad productiva; se degrad6 tanto el nivel de vida de las masas, que éstas manifestaton su descontento a través’ de connotadas luchas so- ciales y procesos politicos, que imprimieron a la regién.rasgos importantes en su evolucion con tempordnes, También, Ja Segunda Guerra Mun- isl, repercuti6. especialmente en la. re virtud de la posiciGn estratégica de la mistia y dada su importancia histériea como proveedora de materias primas; a esta particularidad se su- aba el aspecto politico, por encontrarse al diversas. posesiones coloniales de paises invol cerados en la guerra, ocupados algunos por fusr as alemanas, comé seria el caso de Francia y Holanda. Esta situacién, creaba la posibilided Gerard Pierre-Charles de una penetracién militar germémica en el he- misferio americano, a través de las Guyanas 0 de las Islas Martinica, Guadalupe, Aruba, Cura- cao y Bonaire.(}) “El eje —epunta una publica ién del Departamento. de Estado— estaba al tanto del talén de Aquiles del organismo ofensivo (© defensivo del hemisferio occidental”.2) El general norteamericano, Roland del Mar, exdirector del Colegio Interamericano de Defen: sa, sefiala al respecto: “La Segunda Guerra Mun- dial, vio la flota submarina alemana en aguas del Catibe, a varios cientos de barcos aliados con ‘carga de materiales que atravesaban por all{ asi como bareos de mercancias destinadas a Puerto Rico y @ otras islas. El dominio naval del Paso del Viento, del Paso de Ja Mona y. del Canal de Panamé significaba el control del trénsito de ‘mercanefas, fropas, municiones y materiales es- tratégicos para el resto de América Latina a Euc ropa, Asia y entre el Norte y Sur de América”. “Los submarinos alemanes se hicieron presentes en Ia regién, y no sélo atacaton barcos con abss. tecimientos vitales como petréleo y bauxita, sino que también Hevaron a cabo operaciones desti- nadas a vulnerabilizar el érea””.(3) La defensa contra el peligro eventual que re- presentaba la presencia de Alemania en aguas del Caribe, levé a los Estados Unidos a establecer numetosas bases militares y navales dentro de! Grea, E] 27 de marzo de 1941, firmarian un con- vyenio en Londres con la Gran Bretafia, en vir- tud del cual ‘'recibieron en arriendo por 99 afios varias zonas de las Bahamas para instalar sus bases a cambio de la entrega de 50 destructores cstadounidenses al Gobierno del Reino Unido. Este acuerdo de arrendamiento también incluyd 136 CIENCIAS SOCIALES Ja instalacién de bases en Bermuda, Santa Lucfa, asi como en Trinidad Tobago y 1a'Guayana Bri- ténica, En 1944, se instalaron otras mds en las Islas Turcas y Caicos.(4) EL peligro de ateques alemanes a tas embar- caciones de las potencias aliadas. 2 los, Estados Unidos a acompafiar sus barcos civiles de varias unidades militares. Esta necesidad implicé ma- yor consumo de combustible. Las refinerias de petréleo de Trinidad, Aruba y Curacao, ocupa- an un lugar destacado en la estrategia de los aliados.(3) En esos momentos, “uno de cada die- ciséis barriles de combustible. de aviacién para Jos aliados durante el conflicto, era embarcado en ‘Aruba. El 40% de todo el flete oriental y occi- dental de los Estados Unidos pasaba por el Caribe”.©), Ademés de esas implicaciones estratégicus, la contienda crearia en el érea una situacion in- tena que habria de preocupar a los Estados Uni- dos, por cuanto daba fuger a un clima de inesta- bilidad social en las Islas. En efecto, todos estos territorios, estructuralmente dependicntes de sus respectivas metrOpolis, se vieron sibitamente pri- vados de sus principales mercados. La situacién cobré en numerosas islas un cardcter verdadera- mente tragico.() La escasez de los productos bé- sicos alimenticios y el consiguiente aumento de fos precios, agravado por el desempleo creciente, propiciaron nuumerosas sacudidas socie-politicas, fanto en las entidades coloniales, como en los pafses formalmente independientes. En Puerto Rico y las Islas Virgenes, casi la cuarta, parte de le poblacién se encontraba desempleada. En Haiti, Ia escasez de viveres.alimenticios como hharina, aceite y erroz, condujo al estallido de motines populares. A los Territorios Coloniales En aquellos territorios integrados al sistema colonial de las potencies europeas, Ia incidencia dd la coyuntura externa fue directa, esta se mani- fest6 en limitaciones de toda indole, tanto en la vida econémica y politica, como en el terreno ideol6gico. Ya desde la gran crisis mundial del capitalis- ‘mo que habia tenido en Francia una duracién mayor que en el resto de los paises capitalistas, disminuyendo por largo tiempo Ia capacidad in: Gustrial de Ia metrOpoli, los productos manufac- turados llegados a Martinica y Guadalupe no sélo eran escas0s, sino de precio elevado, al tiempo que el mercado mundial manifestaba una gran tultad en absorber la produccién agricola tropical. Esta situaciGn desembocarfa en un periodo de ctisis y agitacién social, la cual sc traduciria en la lucha organizada del proletariado tegracién en el afio 1935, de 1a Federacién Co- munista de la Martinica como filiel del Partido Comunista Francés.(®) Por su parte, la primera organizacién sindical federativa vio la luz en vio estimulado durante el periodo del Frente Po- pular en Francia. Una ola de huelgas permitié Jograr ciertas ventajas sociales como serian Ia it demnizacin por accidentes de trabajo, las vaca- ciones pagadas y Ia semana de 40 horas.(10) Al ocurrir la Segunda Guerra Mundial y Tos primeros aos de la ocupacién elemana en la Metropoli (entre 1940-1945) las Antillas Fran cesas fueron asimiladas al régimen del Mariscal Petain, haciéndose sentir en ellas dureza del régi- men de Vichy, bajo la autoridad del Almirante Robert. En este perfodo, los grandes terratenien- tes, los Békes, vieron incrementado su poder, en virtud de Ia ayuda que se les acord6 a través del “Fondo de Solidaridad Colonial”, creado por el gobierno de Petain en 1940.(11) Se estableci6 una comunidad de intereses entre estos grandes pro- ppetarios y la administracién metropolitena y na- Zista, dando todo ello lugar a une politica alta mente represiva. La C.G-T martiniquense, filial de la C.G-7, francesa, ia cual unificaba a la ‘mayor parte de los trabajadores, fue disuelta al gual que su homéloga en la metrépoli durante ese period. A rafa de la adscripcion de estas islas a la resistencia los ideales progresistas empezaron a fener mayor impulso, esto en gran medida como sespuesta a los sucesos de la metr6poli, en es- trecha relacién con el robustecimiento del Parti- do Comunista Francés. Al oourrir la derrota del fascismo, se expe- rimenté el ascenso de las fuerzas populares cn- ‘cabezadas por la clase obrera y el Partido Comu- nnista en el escenario politico social mediante hhuelgas, manifestaciones callejeras, reivindica- ciones, etc, En las eleceiones posteriores a la beracidn, de un total de 36 escafios en el conse General ‘de Martinica (el parlamento. local) los comunistes conquistaron 14 y los socialistas. 12. En Guadalupe obtemfan respectivamente 47.5% de los sufragios.(!9) Brantz. Fanon, se refirid a este perfodo como “el que en Martinica por vez primera se sistematiz6 la conciencia politica”.<13) PLERRE-CHARLES: La II Guerra Mundial y los procesos de cambio en el Caribe Cuatro diputados comunistas fueron elegidos por esos territorios a la Asamblea Nacional France- sa, entre ellos, Aimé Césaire, Secretario General dei Partido Comunista quien fue electo también como alcalde de Fori-de France. En las colonias inglesas, este periodo mares también una fecha importante en la toma de con- sncia popular y nacional. El proceso de incon- formidad socio-politica inaugurado en los_afios veinte, experiment6 una intensidad impresionan- te a taiz de a crisis mundial del capitalismo gue habia sacudido draméticamente esas econo- mias y sociedades satélites, fortaleciéndose en la ostguerra,obtenlendo logrs insitucionales de En Jamaica, desde los afios veinte, el idedlo- go del racionalismo cultural, Marcus Garvey, habia ejercido una honda influencia intelectual reivindicativa contra el dominio colonial.('#) Co- mo consecuencia de la crisis econémica mundial y la consiguiente caida de los precios del azticar, que afectd seriamente 2 economia jamaiguina, este movimiento se acrecent6. En el perfodo pos terior, el descontento popular fue encatizado por el lider obrero, Alexender Bustamante, quien em- prendi6 la tarca de organizar a una imponente central sindical, pudiendo llevar la huelga el atic siguiente a 50.000 trabajadores. En ese mismo periodo, nacié el People’s National Party de ten- dencia nacionalista, presidido por Norman Man- ley, un laborista moderado al estilo inglés. En Trinidad un Lider populista, el Capitan Cipriani empez6 a sacudir a las masas, con vistas a lograr participacion en la vida politica. Una ola de conflictos tuvo lugar en toda el rea en particular durante los alos 1835-38, los ‘cuales se concretizaron en huelgas y levantamien- tos. En 1958, las centrales sindicales de las dife- rentes entidades inglesus realizaron un Congreso en la Guayana Briténica. Las demandas formulacias por ese foro sirvie~ ron de base para la accién reivindicativa de los fics posteriores. Entre éstas so inclufan: ol st fragio universal, la eleccin de parlamentos loce- les, 1a nacionailzacién de la industria ezucarera la prohibicidn de plantaciones mayores de 20 hee treas, el establecimiento de cooperativas de con- sumo, la propiedad estatal de los servicios de utilidad publica, la seguridad social, la semana de 44 horas, la inmunidad sindical. Las consignas del Congreso de 1938, sobre todo, las que se referian al sufragio universal, constitufan una base de movilizacién politica efectiva. Con el fin de acallar este proceso, el 137 gobierno briténico, sprovechdndose del ambien- te de guerra adopté medidas restrictivas de la accién sindical y democrética, Los lideres obre- 10s, Bustamante en Jamaica y Butler en Trinidad, fueron encarcelados en este periado, La reivindicacién del sufragio universal se convirti6 en todo ese universo colonial inglés en una bandera movilizadora, Esto se debid a que mds del 85% de Ia poblacién de las posesiones briténicas se encontraba alejada de las umas por disposicién del Censo Electoral, que limitaba el sufragio a los ciudadanos blancos registrados en Inglaterra, lo que determinaba que sdlo un 5.5% de los jamaiquinos, 6.5% de los trinitarios y 3.496 de los habitantes de Barbados tuvieran de- echo al voto. Las presiones populares lograron la conquista del voto popular en_ 1945 en Barbados, 1944 en Jamaica y 1946 en Trinidad. Pese a ello el clima de inquictud social no se: defuvo con eses con- quistas. En 1945, Barbados fue sacudido por una hhuelga de trabajadores azucareros, quienes in- cendieran mas de mil hectéreas de tierra. A prin- cipios de 1947 estallé en Trinidad una huelga de los obreros petroleros, 1a cual degeners en graves disturbios; pozos y depésitos fueron in- cendiados con pérdidas incalculables para las compafiis. El elército briténico tuvo que inter- venir para restablecer el orden. (18) Asi, en todo el mundo colonisl briténico, se fortalecié durante ese periodo el peso de Ia clase obrera en los conflicts socio-politicos. Junto a este fendmeno, la pequena burguesia radical fue adquiriendo més participacién, Mientras tanto, entre las filas de Je élite autéctona, desde las files metropolitanas, asi como en el movimiento aborista, la administracién colonial empezaba a seleccionar a los lideres susceptibles de colabo- rar, en el adyenimiento de un régimen de transi- ci6n, de tal forma que pudiese aliviar las tensio- nes obreras y nacionalistas, preservando el statu quo, En las islas holandesas, hasta la primera, gue- 1ra, la administracién colonial a la cual estuvieron sujetas, no habia experimentado ningin cambio significativo. Le contienda, sin embargo, llev6 @ un replanteamiento de toda ta estructura vi gente, En 1922 Ia palabra “Colonia” fue climinads al considerarse a estas isles en adelante como “territorios ultramarinos”, partes integrantes del Reino.(16) Se estipulé asimismo, que los gober- nadores de dichas entidades, gozarian de mayor independencia con respecto’ al gobierno de La 138 Haya; los asuntos internos serian manejados di- reetamente por cuerpos gubemamentales, forma. dos por un Grgano representativo a quien le se fan sometidas las leyes para su aprobacién.(17) Pese a ello, el autogobierno absoluto no fue ga rantizado, ya que el Parlamento metropolitano, © la Corona, podien anular las leyes y decretos tertitorales, sempre y cuando 10 considerasen necesario, En 1937, entraron en vigor las leyes conoci- das como ““Staatregelingen”. A partir de enton- ces, tanto las Antillas Holandesas como Surinam, debian contar con un cuerpo legislativo tlamado Staaten”, integrado por 15 miembros, 10 de. los cuales serfan electos por sufragio universal, y los cinco restantes, designados por el gobernador con la aprobacién del Consejo. Todos ellos, ejercerian su eargo por el lapso de 4 afios. El gobernador Por st parte, gozaria de mayor autoridad, y ten- Aria Ia faculiad de nombrar funcionarios locales. Esta nucva reglamentacién, ejereié un efecto estimulante en a vida politica de las {slas. Sin embargo el sufragio quedé restringido ya que esta legislacién disponfa que tendrian derecho al voto los ciudadanos residentes alli, mayores de 25 fos, con un ingreso minimo de 800 florin guilders (+), unos 400 délares o con una prepa- recién adecuada.(18) En Curacao, la actividad politica se tifé de ‘un matiz religioso ya que los miembros del cero politico por haber jugado un papel importante ten os asuntos internos al lado de las clases des- poseidas, vieron con buenos ojos la extensién del sufragio contrarigmente a los grupos protestantes y judios adinerados. En Aruba, se dio une situa ién similar, mientras que en Bonaire y en el resto de las islas, los ciudadanos no manifestaron, cn principio interés en la eleccién, que a diferen- cia de lo que sucedié en Curacao, no so Tlegara fn ellas a la formacién ‘de partidos politicos en e508 momentos. Durante todo este periodo, el tema de la au- tonomia local asi como el de la deseentralizacién politica y administrativa, siempre estuvo presen- te en los debates politicos, pero no se dieron he- chos violentos como sucedi6 en otras islas. Durante las primeras décadas de dominacién norteamericana (1898-1940), Puerto Rico habia ido cayendo patmo a palmo bajo el imperio in- dustrial y financiero estadounidense.('9) Al acae- cer Ja crisis del capitalismo en 1929, le isla su- 4fri6 su impacto y todo el sistema colonial allf ins- talado se estremeci6, En aquel momento se cris talizaron ef nacionalismo, el antiimperiatismo y CIENCIAS SOCIALES el afén independentista mediante vigorosas accio- nes estudiantiles y la lucha de clases del prolete- riado, Como reaccién ante estos hechos, se en- dureceria el incondicionalismo de los procénsu- Tes locales, tornindose més represivos al aparato de fuerza del imperio. La cuestion Hleg6 a agra- varse a tal grado, que Franklin D. Roosevelt elec- to presidente en 1952, vio Ia necesidad de hacer extensjvos a Puerto Rico algunos programas del Nuevo Trato.(20) La resistencia al yugo fordnco habia consti- twido un ctisol@0 en el que Ja conciencia na- clonal iba forjéndose personificado en Albizu Campos. Este y sus seguidores nacionalistas, a lo largo de la década de los treinta mantendré su postura inflexible frente a los amos nortemeri- anos gutienes no yacilaran en aplicar en su contra toda su fuerza represiva. La “Masacre de Rio Piedras”, resultante del encuentro enire los nacionalistas y las fuerzas de] orden en le entrada de la Universidad, seré un episodio de Ia represién violenta desatada por el enionces gobernador Winship. La muerte del jefe de la policia, coronel E. Frances Riggs, acaecida en represalia, dara pie a la persecucion més despiadada de los nacionalistas, as{ como a la decisién de encarcelamiento de Albizu Cam- pos, acusedos de “conspirar para derrocar al bierno de Estados Unidos por la fuerza y Ia vi Tencia”,@2) Bl lider naconalista seria. sentenci. do a 15 afios de prisién, fo mismo que sus mas fntimos colaboradores. “Al encarcelar a todo el alto liderato nacionalista, junto con su lider mé- ximo, el imperio removis uno de los mayores es- collos interpuestos @ su intento de romper defi tivamente la resistencia del pueblo puertorrique- fno”.23) Mientras tanto la represin continuaba, cobrando una vez mas numerosas victimas en la Tamada “Masacre de Ponce” el 12 de marzo de 1937, al ser aplastada una manifestactén. pe fiea de los nacionalistas.#) Precisamente duran- te estos afios de efervescencia nacionalista, so i cieron los planes federales de ayuda y promocién de obras piblicas, los cuales iban a servir como ficaz arma politica para la perpetuacién del co- Tonialismo.(25) En 1958, Luis Mufioz Marin fund6 el Partido Democrético con el lema de “Pan, Tierra y Li- bertad”’. Propuso mejorar las condiciones econé- micas de Ia isle como paso previo a cualquier Io- gro independiente. En 1940, este partido triunfo en las elecciones convocadas para la designacién del gobierno local, y su jefe Ileg6 al poder con al visto bueno del Presidente Roosevelt. A pesar del carécter precatio de su mayoria en las Céms- 4 PIERRE-CHARLES: La If Guerra Mundial y los procesos de cambio en el Caribe 139 ras _Logislativas, el Partido logeé mantenerse gracias al apoyo norteamericano. En efecto, el Presidente Roosevelt nombré como gobemnador de Puerto Rico a Rexford Guy Tugwell, un espe- Cialista de la administraci6n colonial norteameri- feana en Puerto Ricot®®) quien daria Tirme apoyo a los programas desarrollistas de Mufioz Marin. Este paso sefiala el inicio de la moderniza- de la condici6n colonial, el paso al indirect, rule que iba a hacer de ese protectorado, ta vitrina del neocolonialismo moderno en América, En una perspectiva geopolitica global que abarcaba la regidn del Caribe, los Estados Uni- dos al mismo tiempo que echaban las beses insti- tucionales para la modernizecién del status colo- nial de Puerto Rico, empezaron 2 aplicar una politica susceptible de preparar el desplazamien- to de las tradicionales potencias coloniales,euro- peas alli instaladas. Ademas de la adquisicidn de terrenos para la construccisn de diversas bases y de la ocupacién de algunas en poder de los ingleses, adoptaron les siguientes medidas: a) Constitucién de una Comision Presidencial, que visitarfa los diversos ferritorios anglonorteameri- canos del Caribe, y redactarfa un informe al Pre- sidente, sobre las medidas més idéneas que he- brian de tomarse para aliviar la situacién socio- cconémica del Grea. b) Organizacién de la Co- misién Anglo-Americana, destinada a promover Ja cooperacién econdmica, politica y social entre Estados Unidos y Gran Bretafia, para evitar asf la dualidad de actividades. c) Creacién en el De- partamento de Estado de un despacho destinado 2 ccuparse de los asunios del érea, conocido Como el Caribbean Office. d) Orgenizacién de programas de ayuda y préstamos por medio de la Inter-Agency Comission, a través de la cual se irataria de mejorar Ia situacién socio-econémica de la zona, ) Apertura de cinco nuevos const Jados que sumados a los ya existentes, manten- drfan_informadas @ las autoridades de’ Ia situa- cién interna.) Se trateba de neutralizar la presencia slema- ng en la regin, fortalecer la cooperacién de los Estados Unidos mediante Ia instalacién de mi siones militares, asi como asegurar el abasteci- Imiento de materiales extratgios pars los Alin 0s. Desde el punto de vista del esfuerzo de gue- 11a, el problema era encontrar las vias mas répidas y los medios de transporte més seguros para los ‘materiales estratégicos y alimenticios que la re- gién proporcionaba en cantidad substancial. En- {re estos productos —34 de los cuales calificados como estratégicos— se destacaban el petréleo, algunas de las fibras de algodén més largas dei mundo (utilizadas en la fabricacién de paracai- das), el cobre, maderas preciosas, oro, plata y numerosos metales de importancia en la fabri cacién de armamento.(28) Por otra parte, por su condicién dependien- te, y debido a los’trastomos creados en la nave- gacién mundial, estos paises produciores de ma ferias primas y'compradores de bienes manufac- turados, recibirian todo el impacto econémico desfavorable provocado por la guerra. Sus prin- cipales productos de exportacién fueron somet dos a un severo régimen de cuota y de congela- cidn de precios. La escasex. de productos de im- portacién aunada a la disminucién de numera- rio, signified un régimen de austeridad particu- larmente severo, Io que estimulé las contradiccio- nes socio-politicas y la lucha de las mases. Los Estados formalmente Independientes. En Jas repiblicas independientes, incorpora- das a la esfera hegeménica norteamericana, los efectos del conflicio, y Ia participacién de los Estados Unidos en ef mismo, resultaron también sensible, La entrada de los Estados Unislos dentro de Ja contienda Ivego del ataque 2 Pearl Harbour, arrastré ales naciones salélites a declarar la guerra al Eje. Esta medida fue adoptada por Haiti ef mismo dia del atague japonés, el 8 de diciembre de 1941. La Repiblica Dominicana, neutral hasta entonces frente a las potencias beli- gerantes de Europa, se alines a la posicién nor- tcamericana al dia’ siguiente de 1a entrada en guerra de Ios Estados Unidos. Cuba espero asta enero de 1942 para ingresar a la coalicién anti- fascista. La rapidez con que Jas naciones del perime- tro caribefio se alineaton a las posiciones norte- americanas, esté subrayada por Lieuwen en los siguientes ‘érminos: “Entre el bombardeo de Pearl Harbour y Ia apertura de ta reunién con- sultiva de los Ministros de Relaciones Exterio- res de las naciones americanas convocadas por los Estados Unidos el 15 de enero de 1942 en Rio de Janeiro, todas tas naciones del Caribe y Centroamérica habjan declarado Ia guerra sl Eje i y. Venezuela habit Durante el curso de Ia contienda, los idearios socialistas popularizados desde Stalingrado y Ia 140 doctrina de Jas “Cuatro Libertades", plasmada en el Pacto de San Francisco, ejercieron una pro- funda influencia ideolégica en los diferentes pai- ses, Estos flujos ideologicos penetraron sobre todo en la pequefia, burguesia, afectada por res- tricciones de toda indole y presa de los conflic- tos inherentes al sistema de organizacién social. En este contexto fueron derrocados en 1944 los regimenes de Ubico en Guatemala y Hernandez Martinez en El Salvador, y en 1948 el de Tibur- cio Carias Andino en Honduras, todos ellos de corte fascista, instalados y mantenidos en el poder desde los afios treinta con el respaldo de los Es- tados Unidos. En esa coyuntura, Washington entendié 1a necesidad de promover en dichas naciones de un rcordenamiento del aparato gubernamental, me- diame Ia adopeién de nuevas fOrmulas que con- tasen con mayor apoyo popular, y adecuadas @ a los principios y libertades defendidas por Roose- elt, Esta necesidad se impuso con més fuerza, cuando segzin lo apunta Krehm estos movimiento populares que agitaron al Caribe fueron dirigi- dos contra jas armadas norteamericanas y contra las guardias nacionales organizadas por éstas. 30) En el caso de la rgpéblica de Cuba, Dominicana y Haiti, Ia politica norteamericana adapt6 stt con- ducia a las condiciones y necesidades de cada una de estas entidades nacionales y de las patti- cularidades de su evolucién politica. suchas populares y avances demoerticos Cuba ‘atravesaba por un periodo de fuertes conyulsiones socio-politicas, como resultado de la depresién interna particularmente severa de 1925-1926, y de] impacto de 1a crisis del 29, ta que tuvo ahi hondas repercusiones(31) todo ello, aunado al descontento generalizado, propicié un lima de lucha popular que culminé con la cai da del dictador Machado en 1933. En esa ocasi6n, el ejército intent6 silenciar el movimiento popular. Sin embargo, no logré de- tener Ia patticipacién de los sectores obreros y cestudiantiles en la vida politica, Ta cual venfa amplidndose y fortaleciéndose cada ver més. En efecto, al caer Machado, subié el gobierno pro- visional de Grau San Martin, en el que tuvo fuerte participacién 1a pequefia burguesia refor- mista y radical encabezada por Antonio Guite- ras, Bajo las presiones populares, este gobierno tuvo que derogar de facto Ia Enmienda Platt al ignorar [as constitucfones de 1928 y de 1901 CIENCIAS SOCIALES que inclufan este apéndice, enviando a la VII Conferencia Panamericana eee una combativa delegacién gue al leroge- cin definitive dela misma, Ademés, durante este perfodo, se estableci6 1a jornada de 8 horas, el derecho de huelga, la autonomfa universitaria y.el retorno de Ia Isla de Pinos a la soberanfa ‘Cubana. Estas reformas enfrentaron a Grau de San Martin a los intereses norteamericanos, por lo que el ejéreito le retird su apoyo lo que coad- yuv6 a su cafda en 1933.62) El sucesor de Grau de San Martin, el Presi- dente Carlos Mendicta se identificaba con los sec- ores mds entreguistes de Ja oligarquia y del eigrcito, “Al ilegalizar los sindicatos, provocs la hhuelga de marzo de 1935. en la.que Ia clase cbrera se levanté para defender las conquistas democréticas anteriores. Esa lucha y Ia represion 2 la que diera Tugar, culminaron un proceso de ‘concientizacién y accién popular que imprimié su carécter a la vida politica cubana durante Ja Segunda Guerra Mundial y sus postrimerias.(33) Ya en, 1954, ef Cuatto Congreso Nacional del Trabajo, habfa reunido a més de 400.000 obreros; en ‘los afios posteriores esta tendenci se acrecent6, La clase obrera erigié una Organi zacion reivindicativa, Ia Confederacién del ‘Tra- bajo Cubana (CTC) fundada en 1939, que logré agrupar a la mayor parte del proletariado no y raral.(36) “Entre 1939 y 1946, tiene lugar un fortaleci- miento sin igual del papel de ta C.T.C,, la cual se convierte en un factor decisivo de Tas luchas populares”. En ese proceso, los comimistas 1o- gran una fuerte posicién en el movimiento obre- 10.(39) Esta implantacién se debi6, como lo re- conocié un informe del B.LR-F., a “su mayor in- geniosidad, devocién, adiestramiento y habilidad ‘éenica, cualidades que sus peores enémigos sub- rayan”.@5) Fue asi como dicha coyuntura fue aprovechada para enriquecer la conciencia pol tice de la clase trabajadora, ganar posiciones en el seno de las demés organizaciones democréticas y empujar hacia la radicalizacién de los sectores Imedios o inteleetuales. En el contexto de Ja Segunda Guerra y de le coalicién antifascista, las fucrzas populares logra- on imponer Ia constitueién de 1940 @ través de Ia eleccién de una Asambloa Constituyente repre- sentativa de los diversos sectores_socio-politicos y en Ja que participaban 6 diputados comunistas. Este consttucién paso a ser la més democrdtica de la historia cubana restltando un documento de lo més avanzado_a nivel de los paises de de- ‘mocracia burguesa del mundo. PIERRE-CHARLES: La II Guerra Mundial y los procesos de cambio en el Caribe En vittud de ello, Batista, hombre fuerte des- de 1933, y Presidente en 1940 (primer perfodo) tuvo que tomar en cuenta a los sectores popula- res fraguados en la batalla politica desde la |u- cha contra Machado.(7) Por la misma presién de estos sectores demo- cxéticos, se vio obligado a adoptar tn corte popu- lista y demagégico. De hecho, siguiendo 1a tre- dicion de los mandatarios cubsnos desde el naci- mienio de la Repiblica y la imposicién de la Enmienda Platt, el militar se puso al servicio de los grupos dominantes foréneos ¢ intemos y s¢ apoy6 cn el ejército. Al mismo tiempo, se apegd a Tas reglas de la democracia representativa bur- sguesa, las que en ese momento no le resultaban inc6modas. La fuerza de los sectores de izquier- da result6 tan sensible que en las elecciones de 1940 los comunistas obtuvieron més de 80,000 votos, consiguiendo 8 escafios en Ia Cémara de Diputados. En 1943, Juan Marinello, figura des- ftacada entre In intélectualidad comunista, fue nombrado ministro sin cartera.() En 1944, Ba- tista se present6 por un segundo mandato a las elecciones presidenciales, frente a un opositor Grau San Martin, lider del Partido Autén- tico, elecci6n de Ia cual salié perdedor; respe tando el sufragio popular, se march¢ a Miami para disfrutar de los millones acumulados duran: fe su presidencia, Grau San Martin tenia fama de reformista la cual habja asentado con su actuacién anterior como presidente provisional, Sin embargo, al acceder al poder por segunda vez, se puso al servicio incondicional de los intereses notteame- ricanos y persigui6 .al movimiento democrético. Pese a ello, el auge de Ia lucha de masa se man- tuvo} entre'1944 y 1945, los efectivos de la C.T.C. aumentaron en més de 200%. Los comunistas recibieron el 80% de los votos en las elecciones sindicales de 1945, logrando asi, controlar a Con- federacién de Trabajadores de Cuba y clegir de muevo a stt candidato Lazaro Pefia como Secre- tario General de la misma. Sin embargo, a partir de 1946, empez6 a darse nuevemente él reflujo de Ias luchas populares. Como lo sefiala Eduardo Ruiz, en su libro ya citado “En el proceso se modelé un _proletariado urbano_relativamente compacto y disciplinado, quizas el inico grupo de Ja sociedad cubana plenamente consciente de sus intereses de clase, resultado de décades de una educacién politica sumamente eficaz sobre la Tabor de un sistema econémico por los comunistas y sus predecesores, los anarco sindicalistas”.(39) En. efecto, Jos “‘auténticos” en el poder con Grau San Martin y luego con Prio Socarrés (1948- 4 52), combinan represién y corrupeién en una cari- cattra grotesca de la democracia representativa. En el contexto de le, “guerra fria™, este perfodo significaba el inicio de una renovada y més es- irecha cooperacisn entre los Estados Unidos y la burguesfa cubana, gue se tradujo en persecusién sistemitica del movimiento popular y democré- tico. Esta politica, culminaria en 1953, con el segundo gobierno de Batista Haiti: el movimiento reformista de 1946. En Haiti, 1a ocupacién militar norteamerica- io, iniciada en 1915, habia durado hasta 1934. En este largo periodo, la accién del imperialismo habfa logrado reorgenizar el molde de la vida publica mediante 1a modernizacién de las insti- tuciones civiles y militares, y la represién sisto- Indtica del movimiento de resistencia popular. En forma simulténea, la ocupacién militar habia ser- vido de cobertura para la penetracién del capi- {al norteamericano en la Banca y las plantaciones. En estas condiciones de total dominio de los Es tados Unidos sobre Ia sociedad haitiana, la crisis de 1929-34 encontré una caja de resonancia que impuls6 el desarrollo de un fuerte movimiento nacionalista contra la ocupacién extranjera. Los Marines” tuvieron que marcharse dejando en el poder a proccnsules locales y una guardia nacio- nal modernizada, fiel guardién tel orden, El se- fior Elie Lescot por ejemplo, ascendié al poder, en 1941, con el apoyo claro y franco de Wash: ington, Aprovechando las condiciones creadas por la guerra, establecié una dictadura férrea en favor de los sectores oligdrquicos mulatos. Esta sltuacién se agrav6 debido a Tas restricciones eco- némicas provocadss por la guerra y a Ia politics de enirega de vastas superficies de tierras 2 com. pafiies norteamericanas(#®) la cual uticia en Ja produccion agricola y en las condiciones de vida de las masas. La oposicién contra el négimen de Lescot cre- ci6 a partir de 1945. Este movimiento se Ilev6 8 eno en os lcsos y faenltade, enimado por jgvenes comunistas alrededor de’ un periddico Clandestino Tamado “La Ruche” (Colmena). Els lograron Tlevar a la huelga ol estudian- tado y arrastrar consigo a algunos sectores me- dios, al comercio y a las masas capitalistas a ma- nifestaciones calléjeras y a la realizacién de un paro general, El Presidente Lescot tuvo que di- mitir el 11 dé enero de 1946, entregando el poder a una junta militar.(1) En este estallido, se vie- on involuerados amplias capes de las urbanas 142 y de los sectores medios negros, hartos de los privilegios otorgadas a los mulatos, de las priva- cones econémicas y del régimen de Ley Mi cial. Pese a los frenos impuestos por la Junta Mi litar, el proceso democratic continu. Ello se manifest6 en el surgimiento de algunos partidos, In difusién de las ideas democréticas, populistas y socialistas, la organizacién de los sindicatos, el Morecimiento de una importante corriente de na: cionalismo cultural,(42) cierta concientizacién de Jas masas vrbanas y una mayor participacién po- Iitiea de In juventud y de los sectores medios. Se ogra pues, durante este perfodo un connotado avance politico a eseala nacional. La consolidacién en el poder del sector oli- sirquico negro, representado por Estimé (16 de agosto de 1946-10 de mayo de 1950) alcan2d a frenar ese proceso de democratizacién. Para ello se procedio a la disolucién de las orgenizaciones democréticas, estudiantiles y obreras, el envio al exilio o la corrupeién de los Ideres’ que habian encabezado el movimiento de 1946, Ia persecu- sign hasta su completa liquidacién del Movi- miento Obrero Campesino (MOC) de carécter populista y de los partidos Comunista y Socia- lista. Mientras tanto, esta ala negra de la oligar quia ampardndose tres Ia bandera del naciona. lismo cultural, manifest6 un entreguismo absol to hacia Washington. En el plano interno uti zando demagégicamente la consigna de justicia social se empenié a través de la hacienda ptiblica en constituirse en “burguesfa negra”, ampliando las bases econémicas y sociales de’ su control sobre el poder estatal Crisis de la dictadura trujillisea En la Repiblica Dominicana, el régimen tru- jillista experimenté una de las crisis politicas mas importantes de su largo reinado.(#) Tnstalado en el poder a raiz. de Ia coupacién norteamerica- na de 1916-1924, dicho gobierno era el prototipo de un régimen corporativista y fascista, Se man- tenfa en el poder mediante el terror sistemético, Ja negaciOn a Ja ciudadanta de todos los derechos politicos y libertades ptblicas y por medio de Te conversién de la economia dominicana en monopolio personal de Trujillo, El verano de 1945, vio nacer una sorda agitacién en el pais, cn perticular entre el estudiantado y Ia clase obro- ra. Algunos estudiantes tuvieron que asilarse en fas embajadas de México, Venezuela y Colombia, Circularon. manifiestos clandestinos Ilamando al pueblo a la lucha y desde mediados de 1945, empez6 a manifestarse La agitacién. CIENCIAS SOCIALES En los primeros dias de enero de 1946 estallé una huelga de proporciones gigantescas: unos 20,000 obretos de la central azucarera La Roma- na y de los caftavereles del Este, exigian mejoras salariales. Este paro —el unico de importancia durente todo el reino (rufillista— represents la culminaci6n del malestar social y politico.(44) La situacin caribefl insertada en el marco politico mundial, contribuy6 a alentar el clima antidictatorial, El gobierno venezolano de Isaac Medina Angarita se manifest6 como antitrujilis ta. Al ascender al poder Rémulo Betancourt co- mo presidente provisional (1947) se acentué este proceso, legéndose al rompimiento de las rela clones diplomaticas con Santo Domingo. El clima de agitacién y avance politico que repistraba Cuba, la revolucién de 1944, y el acce- so al poder en ‘Guatemala del gobierno progre sisia de Juan José Arévalo, el ambiente demo- crdtico reinante en Costa Rica, y el advenimien- to de Haiti a una cta de libertades; son algunos Ge los factores enmarcados en cl contexto de tuna exaltacién demoerética provocada por la de- rota del nazifascismo, que contribuyeron a pre- sionar al trujillismo pata que modificara sus for mas de dominacién.\5) El generalisimo, tenfa gue “demostrar que la Repiblica Dominicana iba al_ paso con el tiempo”, sobre todo, que se facercaba ya, al perfodo sefialado para jas elec- iones presidenciales, Galindez enfatiza al res- pesto: todavia no habia comenzado Ta guera fa”. (46) E] gobierno dominicano decidié establecer re- Isciones diplomaticas con a Unién Soviética lo cual por motives méltiples, no se hizo nunca efectivo, Autoriz6 el regreso de los exilindos, es- timulando asimismo, el funcionamiento legal de iertos partidos. Algunos sectores avanzados, sur- idos de la accién cfvica de ese momento, trata ron de aprovechar la coyumtura para lograr al- gunas conquistas democréticas, detener el. tota- Titarismo, 0 salvar lo que podia ser salvado en cuanto a'la legalidad concieme. Tales fueron los 08 del Partido Socialista Popular de tenden- cia comunista, y de una muy dindmica agrupo- cién de la pequefia burguesia, llamada Juventud Radical. Sin embargo, la dictadura. levaba la batuta del juego politico: organiz6 elecciones si- muladas el 16 de mayo de 1947 en las cuales “la candidatura del Honorable Presidente ‘Truji- lo” triunfé por inmensa mayorla. Los conunis- tas, los miembros de la Juventud Democrética y los’ opositores de toda naturaleza fueron » parar a Ta cércel. PIERRE-CHARLES: La IT Guerra Mundial y los procesos de cambio en el Caribe La oposicién, radicaba en el exterior, forta- lecida por Ia coyuntura, trat6 de organizar cier tas accioncs militares. Con base a la unided de los diversos grupos y personalidades del exilio y gracias al apoyo de los gobiernos de Cuba, Costa Rica y Venezuela, se reunié a un mimero impor- tante de refugiados dominicands, asi como de re- publicanos espaiioles y simpatizantes democréti- eos de diversos paises, quienes Iegaron a inte- prar una agrupacién conocida como ta “Legién del Carib” para lanzar una expedieién armada contra el trajillismo, Los preparativos duraron més de_un_afio. La fuerza de operacién unos 1.500 hombres, se entrené en Holguin, en el Oriente de Cuba, y logré disponer de algunos barcosy de 16 avic- res. Sin embargo, en los tiltimos momentos cuan- de ya estaba por zarpar desde el islote de Cayo Confites, el gobierno de Grau San Martin mandé al ejgreito ya la marina cubana a detencr la in- ‘vasidn, cuyos integrantes fueron desarmados.(47) E] fracaso de esta operacién (conocida como Ia de Cayo Confites) salvé a la dictadura de uno de los peligros més serios a que se enfrenté du- rante su larga vida, Otra expedicién més, fue preparada por la Legién del Caribe desde bases situadas en Gue- temala, Costa Rica y México.(¢8) Sin. embargo, por falta de organizacién y coordinacién, y po Ta misma vigilancia ejercida por la policfa truji- liste. y estadounidense actuando en esos. paises. no logré realizarse conforme a los planes previs tos. Sélo un avidn, con una docena de hombres Togré levantarse y aterrizar en tierra dominicana (Luperén, 19 de jutio de 1949).(4°) Los comba- 143, tientes cayeron en lucha desigual frente al pode- oso ejército trujillista, Todas estas tentativas permiticron al régimen consolidarse, limpiar sus filas de colaboredores dudosos, fortalecer su ejército y aprovechar el coniexto ideal de la Guerra Fria y las excelentes condiciones econémicas aparecidas en el merca- ‘do mundial. En conclusi6n, a rafz de Ja animacién de tos pprocesos socio-politicos subsecuentes a Ia crisis y 2 Te Segunda Guerra Mundial, el perfmetro cari beio no regis ninguna transformacién estruc- tural ni alteracioncs significativas on cuanto a su situacién real de dependencia frente a sus res pectivas metrépolis. Ciorto es que se dieron al- unos cambios institueionales, de cardcter juridi- co administrative que propiciaron Ia moderniza- cin del estatuto colonial en territorios franceses, ingleses y holandeses. mas estos no representaron sino simples ajustes a la situacién creada por la exasperacién de las luchas sociales internas y por el nuevo orden internacional resultante de Ia con- tienda. En los paises situados en la Grbitra de los Esiados Unidos, ef periodo signified el refor- zamiento de las tendencias racionelizadoras del dominio fordneo ejercitado a través de. procén- sules internos, segtin esquemas implantadas desde prineipios del siglo, mediante el intervencionismo directo. Este momento, coineidiendo con el auge de la economia norteamericana postbélica, dio acceso a Ia etapa de los atios eincuenta, en la ‘que el sistema pareefa funcionar con méxima efi- ciencia, en perfecta concordancia de_intereses entre Ios designios del imperialismo y los de los grupos satélites. dominentes. NOTAS (1 Para defenderse de sete peligro eventual que iba en contra de Ia doctina Monroe, los Estadas Unidos be bian convoeado ya desde la primavera de 1940 2 una Reamién Consukiva de Tae Minisode Relaciones Ex: terloes del Continent, Esta reuniin tive fagar en Ts Habana y adopté s! nombre de Pacto de la Habana, lcual dsponts que “si eualquber Estado no ameriano ‘wataba de tomar conteol de un territorio del Hemisfe rio occidental, este tertorio abla de ser recuperado ¥ administrador uno © més Estados americancs” Resulte evidente’ que tal resalucin tenia como mira legalizar y dar fundamento de caricter colecivo a cualeuier accién que puileran adoplar lor Estados Unidos con vistae a recuperar alguno o los divers tertoror colanises, que por ol mismo hecho de Ts dominaciin alemana’ sobee' Francia Holanla yd. la smenaza que ceria sobre Inglatera podia tener foger st cacr en la esfers de poder veal de Alemania, consti tuyendo un peligro para ef hemisferio'y concretamente para los intereses ctratigicos de Nortcaméres, Llew- wen Edwin. US. Policy ix Latin America a Sbert Hie tory. Nucva York, Prager Editor. 1969, p. 75. (2) Department of State, The Caribbean Island and the ‘War, a record of progress in facing. stern realities. Us §, Pating Office, Washington, 1943, p. 4-9. 3) Men (A) Martiner Stomayor, Carlos €1 nuevo Caribe, Ia ine: peadencia de les coloniar Britons, Santsgo, Fata. Hal And Bell, 1978, p. 327. Del Mar, Roland H, "Intemational Polis” on Wilgus A. Gurtis, Fait, The Caribbean and its bemispheric 144 role. Gainesvide, University of Florida press, 1966, 0, 158-170. (5) Idem. p. 329, (Del Mar, op. 155-70, 7) The Caribbean Island and the War op. cp. 8 (8) Meni, René, “Note sur le development Historique de [a Martinique” en Action, Martinigue, tim, 1967 Nvis (9) Lamon, Vitor. “Bret historique des futtesrevendiatives Als Martinique” en Action, Martinique, diienbre 1963, NV 2, p28, (10) daem. (18) Yooono, Xavier. Historia de ta colonisation francaise Paris, PUR, 1971. p. 103 (12) Gtérin, Daniel, Ler Anil décotonisécs, Basis, Pr sence Afrcsine, 1985, p. 225, (13) Mex (14) Monroc Trevor. The Polis of Constitutional descolo ication, Jamaica 1942-1962, Insite of Social and Exonomie Rescareh, Univenity of the west Indies, Jeraiea, 1972, p19. (15) Willoms, Ene! From Colombus to Castros The bistory of the City New Dore, Harper and Row, 1970, p. 473. (16) Gestinan, H. The polities of Suriman and the Nether. Taw is Ailes, Poerto Reo, p. 1. (17) Mem (19) Hem, p. 13. (19) Maldonado Denis, Manuel. Pacrio Rico, una interpre in Districo roca, México, Siglo XXI (20) em, po. (21) A partir de 1922, este movimiento cuajé en la consti- tuclén del Partito Nacional, etre cuyos fundadores se encontraba el Dactor Pedro albizw Campos, Univer Sitario graduado en Harvard, quien cn 1930 seria elec fo presidente del mismo. Esta agmpacion promovia fuches en pto de la independencia con un marcado ea cer ant imperialist, dem, p. 117- (2) Mem, p18. (23) Albizw Campos, Pedro. £a coxclencia nacional puerto triquona, Intcouceiin y recopilaién de Manuel Mal- onatlo Denis, México, Siglo XXT, 1972 (Caleccién mi ima), p. 30 Maldonado Denis, op. it. p19. lem, p16 ‘em, pe 146 ‘The Caribbean Hands op. it. p. 1428 Hem. Licsweo, op. eit p 148, Khem William. Demacracia y tiranias on el Carbe ‘Buonos Aices. EA. Paraso, 1957, p. 2 El andcor que rpresentaba Ja mixima squeza de Cea, cays de 22 centavor 3 libra ca 1919-20, 2 menor de doe centavos en 1930-31 Is produceién de szicar balé {de 5 a2 millones entre 1924 y 1933. El valor de las txportaciones ae redujo de 428 2129 rilones de de @ 3) eo @s G9) on os) a o a (2) «2 os us 46) a 8) 8) CIENCIAS SOCIALES larer en el mismo perindo. 500000 personas se enco> ‘fabsn penranentemente devempladas. Le Rieread Ju ig, Historia Economica de Cube, La Habano. Inet 4a) Libro, 1967. ps 2-38 Gonzilee Pedrer, Eriqve. a revolucign cuban, Mex co, UNAM, Facltad de Ciencias Palitces y Sociales, 1959, p38 Le Riverend, Jolie. Op. ct, p 2s Del Toco, Col. Minor atpecen cconémices, rca les y potas del eovitento_obaro eubero 1933 1958, Dinecin Politen de Te FAR, Habana, Toto Calano del Iibro, 1974 Sen Intemational Bank for scconstrcton and Development Economic and tchnial mison, Reperts of Cabs Bal: tinore, 151, p. 355 Grey Teepe: Three ls of recent Ithaca, Cornell Univesity Pres, 199, p. 179. Reis Ramen, Edvarda, Cube, gives de una Revolu ibn, Bareslons 1972,» 160 9 © Eduardo Ruz, op. ot p 162 En particular » Shada (Societe Haitano-amerisine de Development Ageen) ct in JG. White, habian ree bids emcesones de 000 hactvese pars planar ea sho com fines entation, Para vor a cabo dicho programa se habia procedido depropiar sapas ane Froese eras de eulvo expropindo a mile de cum pesinor, El proyecto. debia de dar tabyjo = mie de 100000 obs, Io. que no se cup eon Girald. Fordements donomignes de ta station oalttonaie de 1945, (Se) 1948 in comiente de nacionalsmo cultural 5 inp en in New sobre todo de te. movie maori, revindeatvo.de lor valores culturaer de Aca, is fe cin en Hei a pair de lo saioe teint, 0 el marco dels resents conta fa ocepecém neram=- ‘eans. En 1986, sid de steno idoliglco a sector seg de lw 3 he cist ci ee Fa er eitecaae tom eye pricier eo oneal del poder poco, Tvene ans de poxooir nor fr Moi, Bons Colecit Parales, Montel, 176 Galinder fests. La era de Trajilo, Santiago de Chil, EL del Pacifico 1936, p. 13Ly © Necdler Mastin C. Sistemas Plticos de Americe Latina Londres, D, Van Noctand Company Inc, 1964, p 173 ‘Wlauda, Howard. Dicttorhip and. Devclopment. Tbe tnethode of Control im ‘rales Dominican Repl Contr for stim Artrcan Sadie, Unversity Fo ‘ida, Caer, 1970. p. Galindt, op. tp. 188 Kchm, op. cit. p. 282-3, Para ampiarInfermaclones sobre Is tenia en el Caribe draote ese poroda, ver Coneminae, Eerie V. las sess poltoss del Cone, Buenos Air, PA Fl Aenco, 1951, p. 118 y 6 Bayo, alberta. Tembest 1580, p19 7 onal Caribe, México, 22,

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