Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 16
5. LOS ORIGENES DE LA AGRICULTURA Y DELA VIDA ALDEANA cies de plantas, incluyendo muchas de las que ahora de. el mundo, fueron originariamente cul domesticadas por los nativos americanos. Las més et el maiz, que procede de iguacate, girasol y amaranto, Ademés de yaron olras que usaron como estimulantes (tabaco y coca), fibra (algodén) y recipientes (calabazas). Los arquedlogos han considerado tradicionalmente que la agricul mbros de la sociedad de las tencia —artesanos especializados, mercaderes, c. Asi, la agricultura proporcioné la base para icacién social y econdmica. -ntos comprometidos con las relaciones y la naturaleza en la agricultura, como op zadores y recolectores, aparecen tan diferentes a muchos académicos, que piensan que es muy dificil que la produccién de ali 1970). Si nos enfrentamos a ia preg cultivos en ‘aves del contacto repkn deerminada pudiron exprimenta cone slvesres mds adecuada ese meds anions eng hulls, en una etapa tesa os importadon En las dsc de afios antes la calabaza es si- calabazas vinateras iguo, de pesca, ediante tanto en Africa occident fecha den germinar después de varias semanas de da, por lo que pudieron haber Al 192 PREHISTORIA DE AMERICA americano, las semillas de ca tad, ya que no podrian crecer en la ‘con cierta frecuencia. Pero una ver ue afrontar otra arena de las playas. De algtin mot 3 especular que agin ct ‘cogié las semillas esparcidas de la calabaza y las plant to, 0 aceptar que ss fueron ingeridas por algiin at excret6 convenientemente rio, donde pudieron crecer. El tinico camino bazas tempranas americanas es sugerir que q) varieda ‘guid, y s6lo vivieron sus descendientes domesticados (Pickersgill y Heiser, 1971), Es ir6nico que esta ttima teorfa est ‘ahora rechazan una teorfa andloga para explicar el origen del mafz, como descendiente de una forma silvestre desaparecida. El origen de la calabaza del Nuevo Mundo sigue siendo un molest ligerir en un lugar soleado, en la ori ivo a seguir con las ca- uudieron existir formas zadores-recolectores y agricultores fue teéricos del pasado. Los cazadores-recol vados etnogréficameft, sabian eémo se reprod ‘males, En algunos casos, euidaban ces excogidas Los aborigenes aus y esparefan semillas de gramineas. Los de riego para conducir agua para el manteni smineas. Una pri recolectores era el peri6dico cuidado dela v no para que las gramineas proporcionaran tomo a los animales que cazaban, Se puede seftalar también que los cazado- res-recolectores realmente practicaron Ia horticultura en menor proporcién, pero nunca llegaron a depender de un cultivo para su subsistencia. Un buen Ejemplo de esto es el cultivo del tabaco por los cazadores-recolectores de (California y las tribus de pescadores de Ia costa noroeste de Norteamérica. Ta agricaltua, esto esté claro, no fue el descubrimiento nico de un geni prehistorco aislado; fue un desarrollo lgico de las préctias de su ‘gue eran comunes entre los exzadores y los recolectores. Sin embargi Supuestas ventajas de una vida basada en la agri tamente obvias para los cazadores-recolectores. os estudl han mostrado que Ia caza y la recoleccién no eran wna continua hicha por sobrevivi como se crefa antes. Incuso en medio ambientes marginales y éti- ddos donde hoy habitan cazadores-recolectores como los !kung san y 10s abo- tigenes de Australia, éstos cuentan con dietas nutrcionales adecuadas y para Eonseguirias no tienen que trabajar muy duramente. Cada adul templea un promedio de 2 3 horas en a bisqueda de alimento. El resto del fia descansa, vista 0 duerme. jAlgo més en tormo a la idea de que los ca dores-recolectores no tenfan suficiente tiempo libre para elaborar su cul Ta evidencia etnogrifica y arqueoldgica puede permitimos superar los (ES DE LA AGRICULTURA, 193 eqbved gos bata ating tee ee See Ebene passions arise, coe bet ins andes aldeas de Caton y tvidencia asueotgia de noabteconsrucones en soe areas, om Scie ceeee poy inte we ayLA et ee TE las manufactures en sociedad no agricola parece que cerdicn fe ma- Eetactrada primero en cl Noevo Mando por grupos reolectore el note nia, sin agricultura. La Ja evidencia actual estat ‘cada, como lo fue nes de estratificacién en randes Lagos. Evidente- 0s podian también acumular un excedente socialmente aprovechable. Era Ia agricultura capaz de aportar alguna mejora en la calidad de promedio de es jempranas era mds bajo que el de I debido probablemente a una nutrici6n peor, tura de las pot ccazadores-recole demogrfica y Ins condiciones insa- wron Ia difusidn de enfermedades que eran z jas, spor qué fue escogida por en- cima de la més fécil y sana forma de vida de los cazadores-recolectores? Para buscar una buena respuesta a esta pregunta, os arqueélogos comenza- ron a sugerit a ra no fue fen que se basan varias teorias sobre la presién demogréfica en el origen de Ja agricultura que los arquedlogos han propuesto durante la vitima década. Existe otra premisa bisica que estas teorfas comparten: los sucesos que de- 194 PREHISTORIA DE AMERICA ura comenz6 a desarro- 6 9000 a.C; al cabo de varios miles de atios, el sureste de Asia, China, Mesoamérica y Pert la responsable, jedmo podemos entonces 1ra en estas regiones aproximadamente en explicar la aparicién de la agricul la misma época? varlas y domest tuna respuesta al ibrio o desigualdad en la re repentina del a cin y los recurs08, causado por una reducc Oriente, China o el sureste de Asia. En el Préximo Oriente, los primeros agricultores continuaron cazando gacelas, ciervos y toros salvajes, como ha- ban hecho sus antepasados durante miles de afios. El crecimiento de las aguas ocednicas pudo haber causado un desequili- brio ya sea directa 0 indirectamente. Al cubrir grandes regiones costeras, como la plataforma continental del noréste de Estados Unidos, el mar ‘dria haber empujado a muchos eazadores-recolectores tierra adentro. flujo afectaria el delicado equilibrio ecoldgico mantenido por los grupos que siempre habjan vivido en el interior. Se encontrarfan nuevos recursos ali- ‘mentarios para sostener la densidad demogratica; esta situacién pudo haber levado a experimentar con cultivos, lo que empezarfa como una forma de ‘aumentar el rendimiento de las plantas silvestres. Una teoria de efectos in- directos, propuesta por Lewis Binford en un influyente articulo (1968), hace é 6: 1evo y rico medio ambiente costero en los as permanentes. El sedent imero de hijos, lo que conduj crecimiento de la poblacién en estas aldeas costeras,y ci exceder la capacidad del medio ambiente, algunos pudie- ccausado un deseqi mo efecto que el e muy bien a la luz de nui 10s pospleistocénicos. C LOS ORIGENES DE LA AGRICULTURA 195 1 nivel del mar no era estable, permitiendo la formacién de mareas y ecosistemas de estuario hasta aproximadamente 4000 a.C. Recientestraba- jos de campo en Beliceindican que las primeras adaptaciones a tan e 4200 tener una antigdedad comparable, pero Ia mayoria son posterior. AC. En esta época, hacia ya 2.000 aos que se cultivaban plantas en la planicie mexicana. Aunque teoria de Binford parece intitil para Mesoa- produccién alimentaria por de las aldeas costeras. fo suponen que, al igual que los modernos cazadores-recolectores, los grupos prehist6ricos mantenfan poblaciones esta- bles, bajo determinadas condiciones del medio ambiente, mediante el em- pleo de pricticas como los nacimientos espaciados, los abortos y el infanti- lio. $6 nperse este equilibro. las poblaciones humanas han teni- istoceno, a pesar de tos de suprimir artificialmente este crecimiento (Cohen, 1977a). El ‘camino més fécil para aliviar la presidn resultante sobre los recursos fue pa- ‘a algunos pueblos migrar hacia nuevos territorios; sin embargo, hacia el final del Pleistoceno, todas las reas habitables habian sido ocupadas por cazado- res-recolectores. Con migraciones no muy viables, el crecimiento subsecuente de Ia poblacién sélo seria posible encontrando nuevos recursos alimentarios. Esta teoria es razonable y ha sido verificada mediante la evi queolégica del desarrollo de una estrategia de subsistencia de «i pectro» entre los habitantes epipaleoliticas del valle del Nilo y del Oriente, 1a poblacién mesolitica de Europa y, por supuesto, los pueblos del Arcaico americano. Desde esta perspectiva, la agricultura debiera ser con- siderada como una variante local de las amplias formas de adaptacién del Arcaico. Pero surgen preguntas obyias: por qué el desarrollo agricola no se ‘en todas partes como una extensidn I6gica de las pricticas recolectoras arcaicas? Por poner un ejemplo especifico, {por qué la agricultura se desarro- 1i6 en México y punto de vist bas regiones eran muy similares; recolectaban 5, semillas alimentos vegs es 0 ciervos, eapturaban conejos, otros anim jaros. Sin embargo, mientras que c 2500 a.C no cambié, los mexicanos estaban viviendo en domesticados, algunos de Tos cuales, como el mat, habfan sido radicalmen- transformados desde sus formas silvestres Para explicar estos diferentes resultados, podemos expot ddades: 1) pudo haber algunas ji les, ocasionalmente caza- pequefios y pa- forma de vida de la Cuenca 196 PRENISTORIA DE AY ‘mexicanos pudieron cultivarse més fé ca; 3) las précticas de los cultivadores mexicanos pueden haber sido de alguna manera diferentes a las de los recolectores de la Cuenca, de modo {que fomentaran cambios deseables en las plantas, Sean cuales fueran las caracteristicas diferentes que podamos descubrir en México, encon- traremos otras andlogas en el miedio ambiente, las nativas - nicas de subsistencia de la regién andina, donde también se desarroll6 Ja agricultura TEL COMIENZO DE LA AGRICULTURA EN MEXICO, Nuestros conocimientos del comienzo de la agricultura en México pro- cceden en su mayor parte del trabajo de campo de Richard «Scotty» Mac: Neish. En 1949, MacNeish descubrié algunas mazorcas pequeflas de maiz en una cueva en la sierra de Tamaulipas, en el noreste de México, Estas se da- taron ¢ 2500 a.C., aproximadamente la misma edad del m: Bat Cave, en Nuevo México. Estaba claro que el maiz hal en una fecha anterior, en alguna parte mis al sur. Los boténicos, basindose en una distribucién moderna de las variedades de matz, han propuesto que se cultivé primero en algiin lugar entre México y Per. MacNeish partié, para encontrar cuevas en. ta regidn, ésperando e: pecimenes preservados de matz temprano, No pudo hallar cuev Honduras 0 Guatemala, pero en el estado de Chiapas, en el sureste de Mé- ‘co, excavé una gran cueva llamada Santa Marta. Sin embar contré restos claros precerdmicos antes de 7000 a.C., no exis mafz en ninguno de los est 3500 a.C, Esta no era una fecha muy anterior @ la de la mazorca de Tamaulipas, lo que implicaba qu Jos primeros cl {que haberse producido en alguna parte entre ‘Tamaulipas y Chiapas, El informe del descubrimiento de polen de maiz cer- ca de la ciudad de México, fechado c. 4000 a.C., apuntaba a un origen cn. wwe el sur de e lad y ef norte de Chiapas. La busqueda se estreché cuando Paull Mangelsdorf, el b ‘Tamaulipas y que haba tratado de reproducir ‘ruce retrospectivo de variedades modernas, esor silvestre d ' Chiapas: el més meridional de Oaxaca, el bia, y Teconocimiento de Oaxaca por MacNeish no le proporcions ningin abrigo rocoso prometedor (algunos atios mas tarde, sin embargo, se encontraron restos boténicos tempranos en tuevas estratificadas poco profundas que MacNeish no habia investigado). MacNeish se traslad al valle de Tehuacén, donde, después de resultados ini- cfales desalentadores, descubrié restos de matt temprano en la cueva de ‘Ajuereado, Después MacNeish elabors un proyecto arqueolégico mayor en 1LOS ORIGENES DE LA AGRICULTURA 197 el valle de Tebuacén, excavando intensivamente 9 sitios y realizando prue- bas en otros 18; Los resultados fon a trazar una secuencia cultural desde aproximadamente 9500 a.C, hasta 1531 d.C,, cuando llegaron los es- pafloles. Una preservacién excelente de los restos 3s y zoaldgicos, ¢ incluso de los coprolitos, en las cuevas dridas del val reconstruir, con mucho detal tehuacanos. Para que _boténicos, zodlogos y gedgrafos, quienes te, Como los restos prehist6ricos (MacNei 1967-1976). modern medio , 1964, 1972, 1978; Byers cultural de Tehuacdn en jjadas después de Ia excavacién de los sitios en el primera fase, Ajuereado, c. 9500-7000 a.C., los paleoindios lanza en forma de hoja para cazar caball lopes y ciervos. Esta activi- antes de 8000 a.C. La car- sana; esto supone la cooperacién rabajo del cuero, y se han encontrado algunos res- supacién de esta fase. Bandas pequefias, ias, parece que recorrian el valle amplia- aC, el caball tes y varias especies de roedores se debido quizé al inicio del calentamiento, a las con reduccién de los pastos en Baséndonos en el ntimero de Tehuacéin pudo haberse ‘podian haberse usado olsas. las se procesaban con las m: y manos. La recoleccién de sei ivamente himedos del verano. En otofio recogfan fruta, lad menor en otras estaciones, que proporcionaba probablemente ento de El Riego refleja este jidades ipamentos de las microbandas (familias) durante una o dos estaciones en o cerca de uno de los cinco microambientes del va- 198 PREHISTORIA DE AMERICA, ORIGENES DE LA AGRICULTURA, 199 4 30, se localizaban més a menudo en los hiimedos y frescos fondos de los ‘alles aluviales, que eran ocupados en la estaci6n veraniega relativamens célida, cuando las hojas de los cactus gramineas podian ser recolectadas y cuando haban animales de caza en el area, Hiacia finales,de la fase de El Riego, existe evidencia controvertida de i ra; pudo haberse sembrado calabaza, pas tempranas de i40s cogen por primera vez la 8 y empiezan a cuidarlos, estos organismos isicamente de los especi ilvestres. En el formas cultivadas sin cambios genéticos se les, le generaciones, quizd sigios, de manipulacign hut. de las caracteristicas deseadas, como semillas grandes, mn vainas delicadas o tallos menos quel 1a planta puede ex- cambios genéticos y morfolégicos que la diferenciardn de las for. res. E inas plantas pue- den haber sido tales mutaciones diferenciales. Un pi que fue més recolectada que el matz durante las fases de El en el valle de ‘Tehua- én; pudo haber sido plantada art retenk 7 80 del {gumento para su cultivo se basa en el hecho de que no ton lle de Tehuacéin, y pueden haber requerido de irigacién para crecer 20, la posibilidad de que fueran trafdos a los campamentos por es desde largas distancias no puede excluirse. En cualquier caso, igaban con el agua de un arroyo, no se requert Fepresentaron una contribucién importa ta, Las actividades agricolas incipientes no influfan atin en los m: ‘mientos estacionales o los patrones de asentamiento, En la siguente fase, Con © @ primavera @ verano © tor Fiouna $2. Patrén de asentamiento de la fase de El Riego, en in (55 em = 50 km). (De MacNeish, 1978.) amaranto y la chupandi eben de haber sido trafdas de otros lugares aban, en esa época del ao Parecer habian tres agrupamientos de campamentos de tnicobandae valle, que podan representar ts bandas establecidas en teviees Peso {a3 para toe Lad pened ace TCG og mente reconocids, Cada sto del agrupamiento de la micro tos niveles de Coxcatlin tienen todas las caractristcas que Mangelstont lacionado con un eampamento de macrobandas. Estos campamentos mavex predijo que podian presentarss en aco ivestres tna ede es donde las familias usualmente dspersas se congregabanen pipes de og cara fina, una espigh de un solo grant au unas pocas semi. de Mesoamérica donde ya se PURE UEP UEC EECE ERE E RULE Ue eee “7 200 PREHISTORIA DE AMERICA {reconstruido) (a) y (B) teosinte (3/4 del tamaiona- tural). (De MacNeish, 1964) las encerradas en una vaina, y los estambres con la produccién de polen al final de la espiga. Estas caracteristicas habian permitido a la planta fecun- ddar y dispersar sus semillas sin intervencién humana. MacNeish, e cuencia, tuvo muy buenas razones para pensar que su busqueda habia llega- do al final, que habia descubierto el verdadero lugar donde el maiz se transformé de silvestre a cultivado. Sin embargo, la ausencia de restos de silvestre en los niveles mas el antepasado del maiz silvest huacéin, {por qué los recolectores de la fase recogian gran cantidad de Setaria? Y si la planta ni los especimenés de Coxcatln, aunque parezcan pri sido cultivados primero en otra parte e intencionalmei al valle. El origen del maiz original se oscurecié mAs cuando otros bot ‘empezaron a cuestionar la afirmacién de Mangelsdorf de que el mafz des- LOS ORIGENES DE LA AGRICULTURA 201 cendia de un antepasado silvestre ahora extinguido. Ademds de los hallaz- 0s de MacNeish, la tinica otra evidencia para esta hipstesis sobre las plan- tas es la presencia de granos de polen de maiz de 80,000 afios de antigiedad cen-un lecho de ,0 en el valle de México, Como esto ocurrié mucho antes sura fuera practicada en el érea, sin duda mucho antes Ia Tlegada del hombre, estos granos de polen debfan proceder de formas Aiferenciarse, por su tama‘, configuracién super Gel poten de teosinte, una graminea mesoamericana est cualquier caso, ahora se eree que el 72000 atios de antgedad (Benz © antepasado silvestre del maiz, e tos tre en México, Guatemala y Honduras (pero, curiosamente, no en el valle dde Tehuacin), Este puede haber formado un hfrido con el mat, y de he- cho algunas de las razas de maiz mesoamericano se erearon evidentemente 8 paride ets eres No es sorprendente,porge los extn gentics y morfol6gicos han mostrado que mente relacionados. (En la actualidad, re que la raza de teosinte encontrada en | xico, es muy similar al matz y probablemente su antecesora,) MacNeish han admitido recientemente esta evidencia de la estrecharelaciin teosinte-maiz y han sugerido que ambos pueden deseender de un antecesor comtin «proto-matz-teosinte» (MacNeish, 1978), Pero para aceptar esa idea, debemos creer que, mientras que el mafz cambié cuando fue usado por los siment6 una regresién con el tiempo, s que se encapsulan con mis frecuen- \dose més pequeflo, con semi iborador de Mangelsdorf, Wal sea la forma superviviente de uni maiz mediante seleccién humana. Si el teosinte es verdaderamente el ante- cesor del maiz, las pequefias mazorcas de Tehuaciin deben ser especimenes cultivados tempranamente, diferentes de Ia forma silvestre que tiene una es- piga de cubierta gruesa con un carozo y delicadas vainas para el fruto. Es- {os rasgos, que pueden haber hecho més deseable el mafz para el consumo tunicado en itemente por el primero cuan- rescencia (estambres) de una una planta fem muefio de Argentina muestra el mayor parecidi co de Tebuacéin. Los especimenes antiguos, 202 PREHISTORIA DE AMERICA de Tehuacdn era un cultigeno acabado, y no una etapa intermedia en la transformacién de una planta silvestre (Benz ¢ Iltis, 1990). MacNeish, baséndose en los restos de alimentos preservados en los pisos \s consttufan cerca del 14 por 100 actividades de subsistencia estacional difieren poco de el colgeno de los buesos. El maiz y otras gramineas difieren de otras plan- tas en su admisién de carbono 13, y tienen una proporcidn de isétopos ca- istica que también se encuentra en los huesos de humanos y de anima- les que consumicron estas hierbas. Por desgracia, el coligeno del hueso no ha sido bien preservado en muchos de los esqueletos de Tehuacin; Farn- sworth y sus colaboradores tenfan slo un ejemplo util de la fase El Riego yuno de la fase Cox: 6stos s6lo han podido ser comparados con hue- 50s de perfodos mucho més tardios, cuando la agricultura estaba plenamen- te establecida en el area, Sin embargo, otros estudios indican que las pro- porciones de is6topos individuales no se ay promedio de la poblacién, por lo que el pequeflo tamafio emético. Otro problema es nes de dudosa validez. En cu: porciones observadas en los huesos de El Riego y Coxcat te diferentes, y las de este iltimo se parecen a las proporciones de los huesos de pueblos agricultores posteriores. Farnsworth y sus colaboradores estiman {que e1 90 por 100 de la dieta Coxcatlén consistfa en mafz y otras set caultigenos fueron intro- ducidos en Tehuacén desde otros lugares. Realmente existen menos ocupaciones de la fase Coxcatlin que de las, precedentes; no obstante, los campamentos de macrobandas tenfan un tamafio doble o triple, y éstos y los eampamentos de microbandas eran ocu- pados durante mas tiempo, por lo general durante dos estaciones consecuti- vas. A causa de la disponibilidad de la cosecha plantada en primave: campamentos eran més comunes desde primavera hasta el verano. Las divi- siones territoriales de los perfodos precedentes aparentemente continuaban En la fase Abeja, 3000-2300 a.C, la agricultura puede haber proporcio- nado el 25 por 100 de la dieta. MacNeish excavé un sitio que consistia en fondos de eabafla agrupados en linea alo largo de una terraza sobre un arro- yo. MacNeish afirma que este agrupamiento habia sido ocupado todo el aio, 1L0S ORIGENES DE LA AGRICULTURA 203 ibargo, los campamentos de macrobandas multiestacionales eran atin as{ como los de microbandas que se ecupaban con més frecuencia durante el invierno. Los productos agricolas almacenados fueron al parecer insuficientes para permitir a las bandas permanecer juntas durante los im- productivos meses de invierno; todavia tendrfan que dispersarse en unida- des familiares para pasar esta estacién cazando, La evidencia de con regadio es muy débil (Flannery, 1972). En y su equipo excavaron un fondo de cabaiia ova- de 4 m de ancho y 25 de largo. Sus lados habfan sido reforzados con lajas de piedra, y las improntas de postes muestran que habian sido techadas mediante Ia colocacién de haces y varillas sobre dos parte (08 varios oblicuos. Aunque esta casa esté situa- de una extensa rea con restos de ocupacién, ninguna otra onstruccién semejante fue descubierta en este sitio. No se encontraron restos de plantas en Ts 381, asf que cualquier afirmacién sobre la estacio- nalidad 0 la duracién de la ocupacién es dudosa. En otto sitio de la fase Abcjas, Ts 388, tres grupos de lajas de piedra, como las colocadas en las paredes de las casas de Ts 381, sobresalen de la superficie, al parecer en alincamiento. Por desgracia, este sitio no pudo excavarse porque estaba si- tuado en un campo cultivado, La poblacién de la fase Abejas quizé fue el doble que la de la fase pre- ccedente; el valle podia haber tenido entre 300 y 600 habitantes, Del agrupa- Imiento de los sitios podriamos deducir que estuvieron divididos en cuatro bandas territoriales. La siguiente fase, Purrén (2300-1500 a.C)), est muy probremente repre- sentada en el valle de ‘Tehuacén. No podemos decir nada sobre su subsisten- cia, poblacién o patrén de asentamiento. cea fue introducida durante esta fase, p difusién més que de una invencién independiente. En la siguiente fase, Ajal- ppan (1500-850 a.C.), pudieron existir das por cabaitas lucidas. Se cree que cultura proveia el 40 por 100 de la dieta; el resto lo aportaban por caza y la recoleccién de pl Las aldeas eran ocupadas a lo lar- 0 de todo el afio; los grupos que acampaban durante perfodos més cortos en otras localidades se dedicaban ‘ional y Ia caza. La se- ‘cuencia de Tehuacén continta hasta los tiempos histéricos, pero ya en la fase Ajalpan el valle se hi , cuando las sociedades complejas comenzaban a aparecer en otras zonas de Mesoamérica, Elhecho, aludido antes, de que algunas de las plantas més tempranamen- iivadas en el valle de ‘Tehuacén, posiblemente incluyendo el mate, fue- ran al parecer importadas, implica que deberia haber evidencia de agricultu- ra experimental tan antigua o incluso més en otras regiones de Mesoamérica. MacNeish ha encontrado esta evidencia en el noreste del estado de Tamauli- hhay duda de que la calabaza vinatera ya se cultivaba en 7000 la calabaza comin podrfan haberse desarrollado con ant qe PUUUUCULURUUEUE EL UL ERE REET bead 204 PREHISTORIA DE AMERICA fvamente entre S000 y 3000 En 2500 a.C., el maiz de una va- ipas desde el sur. ura temprana en el valle de Oaxaca, cercano bia obviado por sus cuevas poco profundas. estas cuevas poco profundas, Guila Naquitz y Cueva Blanca, Los tres ni {estos arcaicos en Guila Naquitz han sido fechados con C14 entre 8750 y 6900 a.C., y son contemporsineos de In ina y frutos de cactus, ce- estres, maguey y representaciones de més de una docena de otras especies. Hacia 7400-6700 a,C. se depositaron en la cueva pequeitos frijoles negros, céscaras de calabaza vinatera y alguna semilla de calabaza. Aunque los frijoles fueron aparentemente recogidos con las plantas silvestres, es pro- able que los restos de calabazas atestigen el comienzo de la agricultura en Oaxaca, Las muestras de polen depositado en la cueva, que datan de c. 7400 .C,, contenfan algunos granos de otra especie de calabaza (C. moschata) y polen de matz 0 teosinte, Si estos pélenes fuer 3s inadvertidamente manos, como parece 10 més I6gico, cor vo incipiente, EI teosinte-matz probablemente vir sin asistencia humana en la fria y arid: dores de Oaxaca en 7000 a.C. (Schoenwe ‘Las inmediaciones de Cueva Blanca fueron ocupadas por primera vez 9000 a,C. por cazadores que dejaron huesos quemados y fracturados. Sin fechada con Ci4 en iferencia en los medio ambientes donde se asentaban \én se halla en vn bosque tropical espinoso y érido, en donde predominan los cactus; Cueva Blanca esta situada en una zona de bosque templado, que incluye abetos y pinos pifloneros entre su flo- ra, Sin duda, en ambos sitios, las plantas alimenticias mas importantes eran ‘el maguey (mejor conocido por los norteamericanos modernos como Ia planta de la cual se destila el tequila), tuna (0 higo chumbo}, ast ‘como érboles leguminosos, mezquite y guaje. El maguey se asaba entre uno y cinco dias hasta que se volvia comestible, y era una de las pocas plan- ech Ia estacién seca. Los frutos de cactus se rect ites de que las lluvias de verano los jportante en Tehwacén y en Oaxaca a y los conejos de rabo de algodén; ambas especies se cazaban durante todo el affo. Sin embargo, hacia el fi stacién seca y comienzo de la estacién se juntaban en macrobandas, Ia prioridad era la répida recoleccidn de plan- {LOS ORIGENES DE LA AGRICULTURA 205 de otofio y en. la mayorfa de las plantas no dan frutos muy gran- des, pero era dptima'la caza del ciervo. No obstante, como Ia estacién seca continuaba, el ciervo hufa de los cazadores y se internaba en las montafias. Al ser Ja caza menos productiva, los grupos tuvieron que volver a Ia re- coleccién de plantas «supervivencia», como el maguey y las rafces del po- chote (ceiba). Mientras las poblaciones humanas en el altiplano mexicano continuaban siendo pequefias, como lo dictaba la escasez de Ia estaciGn seca, no consti- tuan una amensza para las plantas y los animales de los cuales dependian para su alimentacién. Aunque cada alo hubiera habido variaciones en la abundancia de recursos, los cazadores-recolectores podian haber continua- do indefinidamente la explotaci6n de estos recursos en su ciclo usual. Sin lo Kent Flannery (1968a), este equilibrado sistema lado por el pequefio cambio genético accidental ocurrido con ‘maiz, La recoleccién de teosinte y otras gramfneas anuales, como abia sido s6lo una actividad menor de subsistencia, pero la espi- mazorca y la blanda cubierta del fruto del mafz mutante lo hicieron més rentable para recolectar, Entonces fue tun sistema de retroalimentacién i ss oportunidades de que tof; estas a leccién de plantas silvestres o Ia caza durante estas est I maiz solo no podta haber provetdo a los ai tricién adecuada; carece de lisina, un aminogcido que los humanos necesita- mos para vivir. Sin embargo, si ademés de mate, se consumfan frijoles, éstos suplfan la ausencia de lisina, y entonces el maiz se convertia en una buena fuente de proteinas. Es asombroso, a primera vista, que desde S000 a.C. joles. Obviamente no conocfan los ntonces, ,e6mo agri- 3s que hacen ben complementario es simplemente aprovecharon los hl ‘menudo se encuentran en los campos de maf ‘Jos tallos (Flannery, 1973). Sin embargo, los tivaban en algunas éreas de Mesoamé chos siglos antes de que apareciera el porque se desarrollaban junto al {que estos grupos que combinaban ‘mejor salud y de una menor tasa de mortal rnjan una ventaja com PREHISTORIA DE AMERICA Floura 54. Perro de cerémiea co 971). ‘mayor parte de su protei. cuza mayor; pero cuando la poblacién creci6 y amplié la tierra c Pudo haberse vuelto escasa. A diferencia de los pueblos res mesoamericanos no dor region exist ballo y el can ue no era adecuado para la domesticacion, ya Mundo. Quiza el pecari mesoamericano, > icil de amansar. Sin embargo, los mexicanos ‘0s. Los famosos perros representados en la intencionalmente engordados ¥ consumirlos, y se ha encontrado un gran niimero de huesce SEBFEO auemados y rotos en sitios preistrices tardioe de Neen Mi- shacl Harner (1977) y Marvin Harts (1977) han sugerido que noe mayor 2

You might also like