Los Aztecas

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BEETT SOK PREHISTORIA DE AMERICA, de oro decorada con ta representacién de un sacrificio humano, 10 de Chichén Itza (diémetro 23 em; dibujado por I. Reily), (De escultura y la pintura en hhechos con corteza o pic isando una mezcla de pictogra- ‘mas y simbolos parecidos a jeroglificos fonéticos. Algunos, milagrosamente salvados, sobrevivieron a la conquista espafiola, En Yucatén, el poder de los toltecas mayanizados disminuyé y abando- nnaron Chichén Itza en 1224 d.C. Un nuevo estado maya dominante fue es. tablecido por la dinastia Cocom; su capital era Mayapén, en el norte de Yu- catén. Los templos de Mayapdn y los palacios fueron imitaciones de los de ee LAS SOCIEDADES COMPLEIAS 337 Chichén Ttz4, lo que se ha interpretado por lo general como indicacién de eclive cultural, aunque se ha sugerido recientemente que refleja el auge de una clase de mereaderes que no encuentra raz6n para investir su capital con una arquitectura piblica impresionante (Sabloff y Rathje, 1975). Unas 11,000 a 12.000 personas vivian hacinadas en tan s6lo 4 km?, protegidas por tun pequefio muro de piedra. Los soberanos Cocom retenfan a los sefiores ti- tulares de sus pro pan, lo que asegu- de los Cocom no eran én alrededor del 1450 Cocom se fragmenté en 16 [Pequefios estados rivales. Los mercaderes se basaron en estos estados para establecer las rutas de comercio costero, a lo largo de las cuales se trans- portaba en canoas sal, algod6n, ropa, cacao, miel, jade, plumas, obsidiana y cobre. Esta era la situacién politica y econémica que los espaiioles encontra- on cuando comenzaron la conquista de Yucatan en 1528. Los mayas no fue- ron tan fécilmente sojuzgados como Ios est izados aztecas incas; los espafioles eran contenidos co las y frecuentes, rebeliones. No fue hasta 1697 cuando reino maya independiente cay6 frente a los esparioles; fue Tayasal, que habia sido fundado en una re- gidn salvaje en el Petén, alrededor de 1450, por refugiados procedentes del norte de Yucatén, BL AUGE DE LOS AZTECAS En el siglo del caos que siguié al colapso de Tula, los refugiados cas y los inmigrantes chichimecas se extendieron hacia el sur dentro del de la Cuenca de México, donde se caseron con los habitantes locales, En el proceso, los risticos chichimecas aprendicron las maneras més civilizadas de México central. Las nuevas poblaciones formaron unos 50 estados débiles, ccuyas dinastias decfan descender de ios toltecas, y adoptaron la ideologia de Jos linajes con autoridad divina. Los pequefios estados centrales estaban por lo general en éreas que habfan estado virtualmente deshabitadas en 6pocas més tempranas. Los tiltimos inmigrantes chichimecas que llegaron a la Cuenca fueron los tenochea 0 mexica, a los que nosotros conocemos con el nombre de aztecas. Parecen haber comenzado como una tribu de agricultores semicivilizados, forzados por la sequia o la sobrepoblacién a dejar su pueblo natal de Azi- lan, el cual estaba probablemente localizado al oeste de ‘Cuando los aztecas llegaron a la Cuenca no existia mucha tierra disponible para ser co- lonizada, y se fueron asentando como intrusos en un lugar y en otro, s6lo para ser expulsados por los propietarios terratenientes, quienes los repelfan. con métodos salvajes. Las gentes de Colhuacén les permitieron quedarse como siervos en su territorio, pero cuando los aztecas sacrificaron a una princesa de Colhuacén que les habfa sido ofrecida como esposa para su jefe, 338 PREHISTORIA DE AMERICA y su padre, legado para la ceremonia,contempl a un sacerdotevestido con In pel desu hija denpllejada, ls aztecas fueron tambien expulsades de Col huacin. Estos reemprendieron su perplo hasta que legaron a unas ‘sat Pantanosasdeshabitadas cerea dela ora ceste del ago Texcoco. Fue all, de acuerdo con ia leyenda azteca, donde vieron un dgulla eon una Sepien, te en el pico posada sobre un cactus: a sefl profetizada del lugar donde debian establocer su cap sirviendo como soldados mercenarios a Tezozomoe, el soberano de la ciu- dad-estado tepaneca de Azcapotzalco, gue luchaba contra los soberanos de “Texcoco para ser reconocido como soberano principal de los nuevos estados chichimecas. También en 1367,” Acamapichlli fue sefialado como tl (chabladom» o soberano) de Tenochtitlén. El y sus sucesores colabora on el consejo tribal tradicional formado por los ancianos de los linajes y sacerdotes. Mas o menos en 1400, Tezozomoe premi a los aztecas de Tla- telolco por su ayuda déndoles a su hijo como su primer rey, y dio a una de sus hijas en matrimonio al hijo de Acamapichtli. Las ciudades aztecas ere cieton grandes y prosperas. A los aztecas se les dieron ms responsabilida- des en la administracin de los estados conquistadas, y fueron recompensa- dos con un reparto de tierras y con tributos ganados por Tezozomoc cuando finalmente derrot6 a los texcocanos en 1418. signado por su padre para sucederlo, Maxtla entonces asesiné a los sobe ros aztecas que habfan ayudado a su rival. Esto provoes una rebelién az! xcocanos, destruyé Azcapotzaleo en 1428. El Itzcoatl, extendié el poder interno que habia practicado je ier rol impor- jerras conquis- in, Texcoco y Ia menos podero- sa ciudad de Tlocopan formaron la tiple Alianza. Los soberanos de otros pequefios estados en la Cuenca fueron inducidos a volverse vasallos paga- dores de tributos a la Alianza a través de una combinacién de matrimonios interdinésticos, oftecidos para repartir los tributos de las nuevas reas con- quistadas y convenios ocasionales o mediante la aplicaci6n de la fuerza. La ‘mayor parte del tributo agricola recaudado por los sefiores vasallos era guar- dado por el tlatoani, pero el resto se distribuia entre los nobles de alto ran- 0 que se habian distinguido en las batallas, Después de asegurado el con- trol de la Cuenca, los soberanos de la Triple Alianza inieiaron wn control a ‘gran escala del agua y los proyectos de construccién y se embarcaron en la ta de las reas marginales. Hacia el final de su reinado, Itzcoat! or- la construccién de una calzada que uniera Tenochtitlén con los pueblos de las orillas del lago Xochimilco, y conquist6 los pueblos de Morelos y el norte de Guerre cm al sur. Su sucesor, Moctezuma I (1400-1469), re- 6 -mplo del dios patrén de los aztecas, Huitzilopocht- LAS SOCIEDADES COMPLEZAS 339 4i también ordens la construccién de un gran palacio, un dique de 16 km de Jongitud que atravesaba el lago Texcoco, un canal dirigido hacia el mercado de Tlateloleo, y un acueducto que Hlevaba el agua hacia Tenochtitlén desde Jos manantiales de Chapultepec. Sus ejércitos realizaron muchas conquistas en dreas del sur y el este de la Cuenca. Hacia 1500, la ‘Thiple Alianza con: trolaba un territorio de cerca de 200.000 km? y una poblacin de 10 millo- nes de personas, El dominio azteca de la Alianza fue fuertemente afianzado cn la primera época, cuando Moctezuma II (1502-1520) consiguié conquis- tar la tierras de Texcoco y, en 1506, forzé a les texcocanos a apoyar a su so- brine como su soberano (Davies, 1973; Coe, 1962; Calnek, 1982; Rounds, 1982; Brumsfiel, 1983). ‘Tenochtitlén en este tiempo cubria de 12 a 15 km, con una poblacién residente de 150.000 a 200.000 habitantes. La misma ciudad estaba unida canales y calzadas a os centros provincales cereanos y con los formaba una «gran Tenochtitlan» con 400,000 habitantes. Hay iz, adems 600.000 personas que vivian en centros, aldeas y case- Flos en el resto de la Cuenca de México. No es sorprende Pafioles que arribaron en 1519 se sobrecogieran al ver el ochtitlén, mis grande que el de las ciudades europeas de su tiempo —por ejemplo, cinco veces mayor que su contemporinea Londres. Los es con la capital azteca con Venecia, pues as «calles» de les, que formaban un tejido norte-sur, de canoas con pasajeros 0 carga. Gran parte ‘Tenochtitlan y sus campos vecinos, productores de alimentos, hi hhechos mediante un enorme drenaje y un proyecto de recuperacién de ras. Los canales funcionaban no s6lo como vias publias, sino como diques de drenaje, los cuales reducfan el contenido de agua de los pantanos alrede- dor de las islas originales hasta el punto de que podian ser cutivadas. El ‘barro del lecho del Iago y la vegetacin rotativa se amontonaba en la par- te alta de las tierras drenadas, elevéndolas en altura y alejando ast el pe- ligro de las inundaciones. La defensa contra la inundacién en la estacién luviosa fue también prevista mediante el dique que habia sido construido a través de un paso estrecho del lago ‘Texcoco; también impidieron la sa- linidad por polucién de las aguas y del lago 07 1 tercero al oeste, el fan llenado de agua potable, canalizada mediante acue- smpa fue altamente productiva: 0,4 ha po- dian proveer suficiente comida para seis u ocho personas (Palerm, 1955, Sanders, Parsons y Santley, 1979 En cl centro de Tenoch pirdmide de 60 m de melos de Tlaloc, el di plos mas pequefios estaban de ses. El recinto también inciufa las viviendas de cancha de juego de pelota y un ‘zompantl sobre el cual se colocaban loser neos de decenas de miles de victimas sacrificadas. El edifci del recinto cen- IEE OR eeeadanaeaatahaasbebsebebatiewr 340 PREHISTORIA DE AMERICA ge LAS SOCTEDADES COMPLEIAS 341 - ica, un tesoro, almacenes para el tributo, una cércel, un arsenal, habitaciones para huéspedes y una sala para la musica y la dana, asf como dependencias para 3.000 sirvientes y trabajadores, in dos grandes mercados, uno localizado cerca del recinto del tem- o, y el otro en Tlatelolco (la ciudad gemela que fue absorbida finalmente rededor del 1500). Observadores espafloles contaron que el mercado de ico era mds grande que el de Roma o Constantinopla. Todo tipo de im- 4 nes exéticas, alimentos, incluso esclavos, eran ofrecidos a la venta en || 10s mercados. Los aatecas usaron como unidades estindar de valor para sus |] _ttatos comerciales las semillas de cacao, los mantos de algodén y canutos de pplumas lenos con polvo de oro. La sociedad azteca estaba estratificada en clases; haber conservado unos pocos rasgos de tna organi in embargo, parece més temprana ba- eran todos parientes del rey; pueden haber abarcado el 5 por 100 de Ia icin. Los nobles tenfan sus propios estados hereditarios, asf como tierras utarias dadas por los tlaroani como recompensa por los servicios dos como administradores o guerreros. La mayor parte de la poblac {Bente del comin o macehuales. Cada uno de ellos pertenecta por nacimien. {0 a.uno de los 20 clanes o calpultin. Los miembros de un calpulli ocupaban iudad, de propiedad colectiva, y chinampas de tierra en los suburbios, manteniendo su propio templo, y abriendo escuelas Frouna 100. Piedra con relieve de la diosa Coyolxauhqui, encontrada en la ciudad de México en 1978 (didmetro 325 m). tral fue derruido por los espafioles y la construccién del México colonial se Yergue sobre sus ruinas. Hasta 1978 los arquedlogos mexicanos no comen. zaron a excavar bién ocupando los peldartos més bajos de Ia escala st servicio y los esclavos, quienes eran usualmente reclutados entre los rangos wubqui. Esta pie- de cautivos y deudores. Existian dos grupos capaces de alcanzar alguna mo- lado representando a la descoyuntada di da estaba en la plaza donde los cuerpos de los sacrificados cafan después lad ascendente en la jerarquia azteca: los comerciantes de bienes ex Ge rodar por las escaleras del Templo Mayor. La excavacién ha revelado 11 C08 a larga distancia, pochtecas, que pudieron amasar una gran riqueza, p etapas constructivas, y més de 50 escondrijos con ricas ofrendas funerariag. evitaron cargos pitblicos que pudieran provocar la enemistad de'los Entre los 200 objetos encontrados en un tipico escondrijo habia crdneos hu ¥ @ los guerreros que se distinguian en las batallas, se les concedia ‘manos, hojas de pedernal y obsidiana, y esculturas de piedra; ademas, por lo Propiedades y quedaban libres de pager tributos. fan muchos cientos de cuentas de piedra (Matos Moctezuma, ‘Los aztecas estaban en guerra casi permanentemente. Una razén de esta guerra era Ia conquista de otros pueblos para forzarlos ‘© sagrado estaban los palacios de los soberanos de cea de un tercio de la necesidad de in. El palacio de Moctezuma II contenfa su Injosa residencia pr. iz y las 4.000 toneladas de frij los jardines, que inclufan una pajarera, un zool6gico y departa. das anualmente como tributo desde las ‘Benes Para personas con deformidades y un cuarto para el Consejo, cortes. | _provincias Las articulos mas exons carne algodén, metal, jade, plumas de PREHISTORIA DE AMERICA -acao y cosas parecidas, eran también exigidos como tributo. Cuan- el fuerte pago que se les ha- | poderoso ejército azteca, con mas de 100.000 miembros, po- los_mixtecas, tarascos_y cas, Cuando Cortés lleg6 a se aliaron con él en las batallas contra los aztecas. sn una razin menos evidente para emprender la guerra, que era la captura de cautivos que sacrificaban a sus dioses. Tan importante fue esta motivacién que durante el reinado de Moctezuma I (1440-1468) una serie de batallas arregladas previamente fueron libradas por los ejércitos de la Triple Alianza contra los de Tlaxcala y Huexotzingo; el tinico propésito de estas «guerras florales fue capturar victimas para el sa- crificio (flores y sangre eran equivalentes poéticos para los aztecas). Los sacrificios humanos no fueron wna innovacién azteca en la regién de Mesoamérica; los toltecas y los mayas ya habian practicado esta costumbre, que podria haberse originado en el tiempo de los olmecas o antes. Sin embar- go, la escala del sacrificio azteca parece sobrepasar cualquier otra anterior. Baséndose en estimaciones de varias fuentes posconquista, S, F. Cook caleul6 que cada aflo ms 0 menos 2.000 personas eran sacrificadas en Teno. titlin, y de 8.000 a 18,000 en las otras ciudades y pueblos de la Cuenca de México. Para oglebrar la advocacién del Gran Templo renovado en 1487, los sa- crificios duraron cuatro dias seguidos. Un flujo continuo de prisioneros, pro- bablemente unos 14,000, fueron colocados en a cima de la pirdmide. Ali, cua- tro sacerdotes sostenfan los brazos y las piemnas de cada victima curvando su cuerpo de espaldas sobre una piedra, y un sumo sacerdote le abria el pech con un cuckillo de pedernaly le extraia el corazén, que era quemado y dado a los dioses. Los cautivos de guerra eran los més cominmente sacri fambign se mataban esclavos y nifios. La culminacién de algunas ce- de un hombre o una mujer joven privilegiados, que ido cuidados con esmero, ya que tomaban la persona- Estas victimas sacrificadas eran desolladas y sus pie- les putrefactas eran llevadas durante 20 dfas por sacerdotes y penitentes, a imitacién del dios de le primavera, Xipe Totec. Los aztecas crefan que para prevenir la destruccién del universo, lo que ya habfa ocurrido cuatro veces en el pasado, los dioses debian ser provistos ‘e una dicta constante de corazones y sangre humana. Varios antropdlogos se han preguntado si esta explicacién religiosa de los sacrificios hurmanos pudo servir para racionalizar u oscurecer algtin fin més mundano. Sherbur- rne Cook (1946) sugiere que el sacrificio humano era una manera encubier- ‘medio de la matanza ceremonial de 15.000 personas al alo, los aztecas alejaron el espectro de la muerte en un 15 por cién de-la Cuenca; un argumento afiadido del 5 por 100 puede ser atribuido a las guerras que se emprendieron para conseguir cau- tivos. Cook argumenta que el 20 por 100 del aumento de la mortalidad anual fue un factor importante para amortiguar el crecimiento de la poblacién que LLAS SOCIEDADES COMPLEJAS 343 dos eran hombres adultos, y su muerte podfa finalmente compensarse con ‘un aumento en el mimero de nacimientos. Sélo mediante el sactificio de més los aztecas, con este método, haber controlado efectivamen- Harris también sustenta la teorfa propues- jen habfa sugerido que los sacrificos hu- canibalismo. La ausencia de proteinas de ‘manos fueron un pretexto p: alta calidad y de grasa en Ia dieta azteca puede haber producido una necesidad de carne que, en ausencia de animales domésticos grandes, s6lo la carne humana podfa satisfacer. Harner cita notas de las crénicas posteriores a la conquista, que describen cémo, después de que el cuerpo de la vi sactificada era arrojado por la escalera de la pirdmide, un hombre mado Quaquacuiltin lo la casa del oficial militar que habia presen- tado al prisionero en el templo, En Ja casa, el cuerpo era descuartizado y los smbros preparados para ser cocidos, a menudo en una salsa sazonada con ajf y tomate. Se cree que los troncos de las victimas eran el alimento de los animales del zool6gico La evidencia arquealégica tiende a verificar la suposicién de Hamer de la escasez de protefnas era un problema en la Cuenca de México en smpos del Horizonte Tardfo (1350-1519). La caza del ciervo probablemen- te aportaba menos del 0,1 por 100 de la deta. Existian otras fuentes de car- ne —perro, pavo, pato, conejo y peces— pero estaba disponible probable- ‘mente sélo para la nobleza. El resto de la poblacién tuvo que obtener sus protefnas de fuentes como huevos de aves acuiticas y algas obtenidos en la superficie del lago Texcoco, La explicacién ecol6gica de Harner‘del sacrifi- cio humano y el canibalismo aztecas parece casi posible a la luz de la evi- dencia de la escasez de protesnas, pero por desgracia su teorfa no muestra ‘cémo pudo el canibalismo aliviar este problema. La came de 15.000 huma- nos sactificados, dividida entre el mill6n o dos de habitantes de la Cuenca de México, no debié de significar un suplemento dietético importante. De hecho, las fuentes histéricas indican que la mayor parte de la carne humana la consumfan guerreros de alto rango, nobles y sacerdotes —los mismos que tenfan acceso privilegiado a las otras fuentes de carne. No esté del todo cla- To por qué estos miembros bien alimentados de la elite podrfan apreciar tunos pocos boeados de carne humana como un premio deseable, que aumen- taba el prestigio que ganaban por medio del ofrecimiento de sus cautivos a ano en Mesoamé- yan emulando a sus jempranas de créneos ban gran ndmero de aztecas puede simple ‘cuenta el gran ni mero de personas involucradas en la guerra del Horizonte tardio. El sacrifi- 344 PREHISTORIA DE AMERICA mente el promedio consumo de proteina entre luna vez que esta costumbre y el sistema ide en el que se integraba hhabfan comenzado a establecerse en las civilizaciones mesoamericanas, st continuacién no fue una amenaza para el ecosistema, En las sociedades oc- identales estamos bastante familiarizados con el fendmeno de hombres que ccuidan a sus muertos por razones abstractas; zy qué causa pudo haber sido ‘més valiosa que matarlos y utilizarlos para la preservacién del universo? ‘LAS JEFATURAS DEL AREA INTERMEDIA media comprende la mayor parte de Eewador, las nos de la costa al oeste de Colombia, el oeste de Vene= al este de Honduras, el érea comprendida entre ta es una regidn de gran diversid ,célida y hiimeda de la costa del Pacifico y ‘Andes septentrionales, y la serie medioambientales grad diferenciadas que quedar interaccién entre las poblaciones que ocupan las diversas medioambientalmente es el sine qua non del desa demos esperar encontrar los rasgos de la plena ci termédia, comparables a los de México y Pert. De existe arquitectura en este érea a la escala de las pirdmides de Tikal 0 la Huaca del Sol de Moche, las ciudades no se aproximan al tamafio de Te hhuacdn o Chan Chan, no hay estados rivales al azteca o al inea. Sin emba 40, aunque no aleanzaron el nivel de organizacién sociopolitica de sus veel. nos del norte y del sur, las poblaciones del Area Intermedia posefan un alto en ciertas manufacturas, particularmente la cerdmica y Ia me- gia Pequefias jefaturas pueden haberse ya en 2200 a.C., como sugier ‘Alto. La cerémica usada en la cultura di ‘0, fue seguida de Ia cultura de Machalilla alrededor del 1400 a.C. Machali- Ia evolucioné hacia la cultura de Chorrera, que florecié hacia 1000+ La cerémica de Chorrera muestra varias formas caracteristicas y decorativas. Algunas vasijas tienen superficies.rosadas con pintura iridis- cente y se hacian jarras con gollete y con asas que eran silbatos. La ce~ ‘mica con pintura rosada iridiscente aparece més 0 menos al mismo tiempo 1500-1000 a.C) cn ta cultura Ocos, en la costa pacifica de Guatemala, Este rasgo es tan inusual que la mayor parte d ‘que su presencia en esta cultura debe de indicar que estaban en contacto. Cermica similar no se ha encontrado en ningtin otro sitio entre estos dos, por lo que parece més verosimil que comerciantes con embarca~ de los monticulos en Real representada en Real LAS SOCIEDADES COMPLEIAS 345; ciones viajaran por mar entre Ecuador y la costa occidental de Mesoamé- rica, Los comerciantes ecuatorianos podfan haber estado navegando a 10 largo de la costa en balsas como los vieron los espatioles en el fueron copiadas por Thor Heyerdahl para hacer su famosa bal Un producto ecuatoriano muy valorado por sus propiedades en Mesoamérica como en Pert, fue la concha Spondylus. El Spondy encontrado en Kotosh, un centro ceremonial andino temprano, en depésitos fechados en 1800 a.C. Esta representado en una piedra tallada en Chavin (@ 500 a.C) y se han encontrado miles de conchas en otros sitios perua- nos. Un centro para trabajar la concha ha sido estudiado en la isla de La 14 millas de la costa de la provincia ecuatoriana de Manabt, La ma- fa de la concha parece haber comenzado aqui ya en 2500 aC. (periodo Valdivia TN). Un perfodo de «Desarrollos Regionales» habria comenzado en Ecua- dor alrededor de! 500 a.C. y leg6 hasta el $00 4.C. Se diferencian nueve de cerémica durant Las formas cerdmicas incluyen vasijas de 1 y euencos con 'a negativa eran técnicas cluyen figurillas, masca- as, silbatos, sellos, orejeras y ruecas (Willey, 1971; Feldman y Moseley, 1983). En la mayoria de las dreas, la gente de este perfodo vivia en pequefias aldeas, probablemente con un nivel tribal de organizacién. Sin embargo, so- ciedades mas complejas ocupaban la costa norte de Ecuador y el sur de los Andes de Colombia. En La Tolita, en la provincia ecuatoriana de Esmeral das, 40 monticulos de tierra fueron construidos entre 400 a.C. y 200 d:C. El més alto de todos de altura y medfa 45 por 20 m en la base. Al- gunos de los otros monticulos eran circulares u ovalados. Varios monticulos ruyeron a Jos lados de una gran plaza, La Tolita es famosa por sus las de cerdmica hechas con molde, que represent , seres humanos, animales y dioses, Las peculiares figurillas de La To- 1e representan un hombre viejo muy arrugado pueden estar relaciona- das con imagenes mesoamericanas de una deidad semejante, Los orfebres de La Tol varios adornos, alfleres, agujas y anzuelos de oro, cobre y tumbaga (tna aleacién de oro y cobs ‘Unos 320 km al sur de La contemporineo de Manta, en la provincia de Manabi, parece hi in centro jefatural durante la fase Bahia, Se dice que las plataformas aterrazadas piramidales, destruidas du- lad, legaban a tener 175 por $0 m. La adas, a menudo grotescas. Otro tipo iluye representaciones de hombres, probablemente indi- Viduos de alto rango, con cascos puntiagudos y otras extratios objetos pro- tectores de la cabeza. Entre los otros objetos cerémicos de la fase Bahia ha- bfa casas modeladas con techos curvados de béveda y cabezas cncavas 0 rante la expansiGn de la moderna ci

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