Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 62
Paidés Studio ‘Onimes ules publeados: "61. Pals, A. Btn, M.Foueny shoe Sonia octes 2 E hess Losicios drain $5. 6 brew“ rasa 8%. A Honing Gul so moo? Uh Metin fa Turon tanto oo rage 8. Weil Sea Gnpes humenes 7 Pit tm nt hanes 88. A dnoqurd «Voy x ats $8. & Young’ ta opm pen yt pronagina $8. Monat Pose mnntona ya are | 7h $.axmlananda - Psicoioyin at Fe 8 Nat at 3. & Gears anopsigo cone ator Fe Bitte “Ea eter | 78 Begimets La mos TE. LE Uyoarc! Intro S'Gadhowr- Frags cpt dl ogo Th. Bvoyay ation" Sab 0 hata 7a. S.Fatons ranch Indore 9 eeroiogty & F Asiovatonope ta sepertcen 8, :Petbtony nce Halon - Ls ogo ical 2 Anise eich Hae Ara Pwr eay Ey Beara ect ay ig va aes BPE ree eum sour i feces 2 ee remo Beer ancien a apn BESS 2S acm ae Frederic Jameson El posmodernismo o la logica cultural del capitalismo avanzado X ediciones PAIDOS Brest ‘Titulo orginal: Postmodernism or the Cultural Logic of Late Capitalism Publicado on Inglés por Now Lolt Rovlow Lid,, Oxford “Traducel6n do José Lu's Pardo Torlo ‘Cublerta do Mario Eskonazl y Pablo Martin odictin, 1901 ¥2 reimprosion, 1995 an arcmin omis mena eedmmerrremnsonerarta Ga efomalines a oF moda ay © 1864 by Now Loft oviow Ltd, Oxtord © do todas las odiciones en castallano, Ediciones Paldés Ibérea, S.A, 1, Mariano Cubi, 92 - 08024 Barcolona “Battal Paigéa, SAICR, " Boense, 599 Buonos Aires ISBN; 84:7809-708-7 Depésio logal:8-20.120/1995, Impreso en Edim, 8.0.C.L Badaloz, 145 - 08018 Barcolona naa -Printod in Spal Improso er | | | Introduccion Tl. - La desconstrucci SUMARIO 9 El triunfo del populismo estético ul El posmodernismo como pauta cultural dominante . 15 «Zapatos de labriegon . «Zapatos de polvo de diamante» E] ocaso de los afectos Euforia y autoaniguilacion La posmodernidad y el pasado De cémo el pastiche eclips6 a la parodia De cémo el chistoricismo» eclipsé a la Historia . La moda «Nostalgia» a Bl destino de la «historia real» La pérdida del pasado radical . 4k 37 La ruptura de la cadena significante .. 61 «China» El collage y la diferencia radical 72 TY. -Lo sublime histérico: : La apoteosis del capitalismo 19 V. El posmodernismo y Ia ciudad . 87. El hotel Bonaventura 88 La nueva maquina 98 VI. La abolicién de la distancia critica 101 La necesidad de mapas i EI sfmbolo y la cartografia social 117 i ee INTRODUCCION v Estos tiltimos afios se han caracterizado por un milenarismo invertido en el que las premoniciones del futuro, ya sean catastréficas o redentoras, han sido sustituidas por la conviccién del finalde esto © aquello (el fin de la idcologia, del arte o de las clases sociales; la crisis dle! leninismo, la socialde- - mocracia o el Estado del bienestar, etc., etc.): to- mados en gonjunto, todos estos fendmenos pueden considerarse copstitutivos de lo que cada vez con mayor frecuencia se llama posmodernismo, La cues- tidn de su existencia depende de la-hindtesis de una —-iupturanadical o coupure que por lo generalserco monta gl finalde la década de lasafiascincuenta Oedepilucipios de la de los sesenta. Tal y como el término mismo sugiere, talLuupiura sezelaciona casi siempre con Ja decadencia o la.cutimeién del ya cen- tenario movimiento paderpista (0 bien con su re- 10 EL POSMODERNISMO pudio estético 0 ideolégico). Ast, el egpresionismo abstracto ewlanintuza, el existencialismo en la fi- Josofia, las formas finales de la representacién en anol, lag peliculas de los grandes auteurs ola —escucla modernist en poesfa (tal y como se ha ins- titucionalizado y canonizado en Ja obra de Walla- ce Stevens), son todos ellos considerados hoy como ¢l final, extraordinariamente floreciente, de un pri- mer impulso modernista de cuyo agotamiento y des- gaste ellos mismos dan fe. El catdlogo de sus suce- sores presenta, pues, un aspecto empiricg, castico Xbeterngtneo: Andy Warhol y.elpop art, pero tam- bién qLicalisma fotogsifico y, mas alld de él, el «neoexpresionismo»; en misica, la impronta de Jolin Cage, pero también la sintesis de los estilos clésico y «popular» que encontramos cn composi- tores como Phil Glass y Terry Riley, ¢ igualmente slounk yelrock se la nueva ala (los Beatles y los Stones representarian ahora cl momento modernista de esta tradicion mas reciente.y de rdpida evolucién); en cuanto al cine: Godard y cl postgodardismo, asi como el cine y el video experimentales, pero tam- bién un nuevo tipo de peliculas comerciales (sobre las que se hablara con detalle mas adelante); Bu- Troughs, Pynchon o Ishmael Reed, por una parte, y el nouveau roman francés y sus herederos, por otra, pero también las formas puevas y provocati- vas de critica literaria basadas en una nueva estéti- INTRODUCCION ul ca de latextualidad 0 éeriture... La lista podria am- pliarse indefinidamente; pero, zimplica todo ello un cambio o una ruptura mas fundamental que los pe- riédicos cambios de estilo y de moda determina- dos por el antiguo imperativo modernista de la in- novacién estilfstica?! El triunfo del populismo estético Bs, no obstangg, propig de laanquitectura el que Jas wadificaciones de la produccidn estética sean en ella mas espectacularmente visibles y el que sus problemas te6ricos se hayan elaborado y articula- do de forma mas notoria; en realidad, fue a partir de Iqp debates de lasaxquitectura cémo empezé a —scmemer mi propia concencién del posmadennismo, que expondré en las paginas siguientes. Mas deci- sivamente que en otras artes o medios, las posicio- nes posmodernistas en arauitectura son insepara-” bles de una implacable xecusacién de! modernissno y del Uamado «estilo internacional» (Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Mies); cn tal recusacién, el 1, BY presente ensayo es una reelaboracién de algunas con- ferencias y otro material previamente publicado en The Anti- Aesthetic, compilado por Hal Foster (Port Townsend, Was- hington: Bay Press, 1983) y en Amerika Studien/American Studies, 29/1 (1984). 2 EL POSMODERNISMO \ andlisis y la critica formal (de la transformacién mo- dernista del edificio en algo cercano a la escultura © ef un «pato» monumental, segtin el término de Robert Venturi) se acompafian de una reconsidera- Sion de log piveles urbanisticos y de lagipstitucio- negesiiticas. ELmodernjsmo Sqasigntapues cn la destmuccisn del teiida urbano tradicional y de su vieja cultura de vecindario (mediante fa ruptura ra- dical del nuevo edificio utépico modernista con el contexto que le rodea); ademis, el elitismo proféti- Co y cl autoritarismo del movimiento moderno son despiadadamente denunciados como un gesto im- peril del Maestro carismatico. 'n consecuencia, el posmedernismo quie Asciuita se presenta légicamente como oases i deponulismocstitica, tal y como Sugiere el propio titulo del influyente manifiesto de Ventuti, Apren- diendo de Las Vegas. Sca cual sea la forma cn que valoremos en ultima instancia esta retérica popu- lista, le concederemos al menos.el mésito de dicieir nuestra gtencidn a un aspecto fundamental de to- dos los posmadernismos enumerados anteriormen- te: a saber, el desvanecimiento en ellos de la anti suattontecs (esencialmente modecnista) entre la Sulltadedlitey Ja Hamada cultura comercial o de —taeaes y la creencia de obras de nuevo cufto, im- buidas de las formas, categorlas y contenidos de esa «industria de la cultura» tan apasionadamente de- INTRODUCCION 13 nunciada por todos los idedlogos de lo moderno, desde Leavis y la «nueva critica americana» hasta Adorno y la escuela deExancfort. En efecto, lo que fascina.a Josposmodernismos es precisamente todo estepaisaic wdegradalon, feistasbissch, de series clovisives woullura de Reader's Digest, de la pu- blicidad y los moteles, del «iltimo pase» y de las peifculas de Hollywood de serie B, de la Hamada «paraliteraturan, con sus categorias de lo gético y lo romanico en clave de folleto turfstico de aero- puerto, de Ia biogtallisappular|a aouslanegra, fan- tastica o de ficcién cientifica: materiales que ya no se limitan a «citar» simplemente, como habrian he- cho Joyce o Mahler, sino que incorporan a su pro- pia esencia. Pero seriacrrangg considerar eitaumuptura como un acqutgcimicnto_exclusivaments cultural; en rea- lidad, lagteorias de la posmodernidad —tanto las apologéticas como las que se atrincheran en el Jen- guaje de la repulsién moral y la denuncia— presen- tan un acusado parecido de familia con las mas am- biciosas generalizaciones sociol6gicas que, en buena parte al mismo tiempe que ellas, anunciaron el ad- venimicnto o lainauguracion de untine desocie- —_iadcompletamentenucye y a menudo bautizado como «sociedad gostindustrial» (Daniel Bell), aun- que designado también frecuentemente coma uso—, ciedad de_consumo», «sociedad de los media», 14 EL POSMODERNISMO «sociedad de la informacién», «sociedad electré- nica» de las «altas tecnologias», etc. Dichas teo- rfas tienen obviamente la obligacién dedemasirar, en su_proniggefensa, que Ta nueva ian so- cial en cuestion ya no obedece al l i las Jeyes del capi- talismo clasico, esto es, la_primatly de la. To ‘Séstedusrial y la omnipresencia de la Tucha de Clases. En consecuencia, la tygdicidn marxista ha Opuesto una vehemente resistencia a estas tearias salvo por la hontosa excepcidn de Ernest Mandel, euy6 libro EI capitalismo tardéo no intenta mera. mente analizar la otiginalidad histérica de esta nue. va sociedad (que 61 entiende como tna tercera eta, ao un tercer momento en la evolucién del capital, sino también demostrar que se trata, en todos los niveles, de una fase del capitatismo mds pur que _ cualquiera de los momentos precedentes, Volveté i mds tarde a este argumento; baste por el momento | subrayar una tesisaue hedafaadido con mayor de- \/ talle'en otro lugar’: quetoda pasici a igar: icidm_pasmoder- signee a Ambito de [a cultura —ya se trate de apo- logtas 0. de estigmatizaciones— es, también y al mismo tiempo, necesariamente, una_toma de pos- tuna implicita o explicitamente politica sobre lana. furaleza del capitalismo muftinagional actual. 2. he Politics of Theory prin Hes of Theory, New German Critique, 32, ce a ee She nl aetna INTRODUCCION 15 FJ posmodernismo como pauta cultural dominante Una tltimaquestidn metadalégica preliminar: lagpginas que siguon no deben copsiderarse como una descripeign estilistica ni como la catalogacién de un estilo o un movimientg cultural entre otros. He preigndide més biewolecer unahindtesis de periodizacién histérica, y ello en un momento en el que el concepto mismo de periodizacién hist6ri- ca se presenta como auténticamente problematico. Fe sostenido en otros lugares que todo andiisis cul- tural aislado o discreto implica siempre una teorfa soterrada_o reprimida de la peciodizacion_histori- ca; en todo caso, la cancepcidn «genealdzica co- re el gran riesgo de quedarse en Jas preocupacio- nosetedsicas tradicionales acerca de la llamada «dhistoria Jincaln, las teorias de las «etapasy y la his- toriografia teleolégica. En este contexto, no obstan- te, algunas observaciones esenciales pueden ocupar el {ugar que mereceria una discusién teérica mas amplia de estos (muy reales) problemas. Una de lag inguictudes que a menudo despier- tan las hipétesis de periodizaciénubistézica es que tiendemaspasat por alto las, diferencias y a proyec- Lana idea del perfodo histérico como una homo- ‘gegeidad compacta (coarlada por todas partes por signos de puntuacién y metamorfosis «cronolégi- cas» inexplicables). Sin embargo, esto es lo que pre- 16 BL POSMODERNISMO cisamente me parece fundamental para captar_el

You might also like