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XCONGRESO INTERNACIONAL DE INGENIERÍA DE PROYECTOS

Valencia, 13-15 Septiembre, 2006

LA APLICACIÓN DEL MANEJO DE CUENCAS EN MÉXICO: EL CASO


DE ATZALA, PUEBLA

Y. Bock Sánchezp

Abstract
The Watershed Management began in Mexico since 1946, when the Comisions for the
Watwershed was stablished for the promotion of development. This management was
breaked and partial for the resource managment. In 1994 was recognised the need of
integrated mangement resources for sustainable develoment. The property use and water
management was stabished in the Mexican Constitution, its control was stablished in the
Law of National Water Resources and its operative control was carry out by Consejos de
Cuenca. The Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) is the agent on charge of the
watershed management. In Puebla, FIRCO delimited 421 watersheds and began to work in 8
of them. Atzala is one them and is located in the center of Puebla State in the Municipality of
Tecali de Herrera. It belongs to the RH18 Balsas River Atoyac watershed, is geograficaly
located at 18° 49’ 12” and 18° 53’ 24” north and 97° 55’ 48” and 97° 49’ 24” west. Is a third
order watershed with four spring water streams.with a length of 14.75 Km. The watershed
management of Atzala set us an example of the watershed management in Mexico. A
assessment was made in acordance with the rules of the Comisión Nacional del Agua. It
takes into account only the farming activity. The local community are not involved in the
solution of the issues and in the decisions made by the Commission. The ralationships into
the watershed and with other watershed are not taked into acount.

Keywords: Watershed management, sustainable development, natural resources

Resumen
En México el manejo de cuencas hidrográficas se inicia desde 1946, al establecerse las
Comisiones para el manejo de cuencas para promover el desarrollo, con una visión
fragmentada y parcial del manejo de los recursos. En 1994, se reconoce la necesidad del
manejo de los recursos para el desarrollo sustentable, bajo este enfoque. Legalmente, la
propiedad, aprovechamiento y manejo del agua están establecidos en la Constitución
Mexicana, su regulación en la Ley de Aguas Nacionales, las facultades para su gestión en la
Comisión Nacional del Agua, y la operación de las acciones recaen en los Consejos de
Cuenca. El Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), organismo encargado del manejo
de microcuencas, en Puebla ha delimitado 421 e inicia los trabajos con ocho microcuencas;
una es Atzala, en el municipio de Tecali de Herrera. Atzala se localiza en el centro del
estado de Puebla, en un área de 1266.88 ha delimitada por los paralelos 18° 49’ 12” y 18°
53’ 24” de latitud norte y los meridianos 97° 55’ 48” y 97° 49’ 24” de longitud oeste.
Pertenece a la región hidrológica RH18 Río Balsas, Cuenca del Río Atoyac. Es una
microcuenca de tercer orden; posee cuatro corrientes originadas en manantiales, con
longitud de 14.75 Km. La forma en que se ha operado la microcuenca Atzala, ejemplifica la
forma de realización del manejo de cuencas en México. La operación de las microcuenca
inicia con un diagnóstico, éste se realiza siguiendo un índice establecido por la Comisión
Nacional del Agua; que sólo considera en forma parcial la producción agropecuaria, la
sociedad no participa en la toma de decisiones, y no existe un explicación de las decisiones

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y acciones realizadas dentro de la microcuenca, tampoco se analizan las interrelaciones
entre esta microcuenca y otras cercanas.

Palabras clave: Manejo Integral de cuencas, desarrollo sustentable, recursos naturales

1. Introducción.
El manejo de cuencas inicia con la planeación territorial que delimita el territorio dentro de
una cuenca como unidad de planificación. Dourojeanni et. al, (2002), ubican el origen del
manejo de cuencas en las escuelas forestales de estados Unidos de Norteamérica, iniciado
ante la necesidad de proporcionar un método para manejar las escorrentías dentro de un
territorio y lograr controlar las descargas de agua en cantidad calidad y tiempo en ese
territorio. Así, en unos casos establecen medidas para que el suelo absorba más agua,
regulando así la descarga superficial y aumentando la infiltración y protegiendo zonas
vulnerables con posibilidad de afectación por corrientes superficiales; mientras en otros las
medidas establecidas aumentan la corriente superficial que es captada en receptáculos
específicos. En el caso de cuencas en zonas áridas las medidas llevan a la captación del
agua de neblinas costeras o de montaña para uso en consumo humano. [1]

2. Objetivo
Se pretende con este trabajo realizar una revisión crítica de la forma en que actualmente se
esta llevando a cabo el manejo de cuencas hidrográficas, en México, tomando como
ejemplo una microcuenca. Esta revisión se lleva a cabo tanto en función de la normatividad
como por la teoría de cuencas, comparando con los trabajos ya realizados, por las
instituciones públicas encargadas de ello, así como, por otras instituciones gubernamentales
y no gubernamentales, y su ajuste a la normatividad y la teoría.

3. El agua y las cuencas hidrológicas


El agua como recurso natural finito y vulnerable, esencial para sostener la vida, el desarrollo
y el medio ambiente; se mueve dentro del ciclo hidrológico. De ahí la importancia del manejo
de cuencas que es el territorio donde su ciclo se desarrolla e interacciona con los demás
recursos naturales, biótico y abióticos y con la sociedad que desarrolla su técnica, cultura y
actividades productivas, económicas y políticas, en función de las condiciones del territorio
en el que se desarrolla.
Distintos autores han definido la cuenca. Así, Carmona [2], nos dice que “la cuenca es un
concepto geográfico e hidrológico que se define como el área de la superficie terrestre por
donde el agua de lluvia escurre y transita o drena a través de una red de corrientes que
fluyen hacia una corriente principal, y por ésta, hacia un punto común de salida que puede
ser un almacenamiento de agua interior como un lago, una laguna o el embalse de una
presa, en cuyo caso se llama cuenca endorreica. Cuando sus descargas llegan hasta el mar
se les denominan cuencas exorreicas. Normalmente la corriente principal es la que define el
nombre de la cuenca”
La cuenca también ha sido definida por instituciones. La Directiva 2006/60/CE [3] de la
Comunidad Europea, define la cuenca hidrográfica como “la superficie de terreno cuya
escorrentía superficial fluye en su totalidad a través de una serie de corrientes, ríos y,
eventualmente, lagos hacia el mar por una única desembocadura, estuario o delta.”
En México, la ley Nacional del Agua define la cuenca como: “la unidad del territorio,
diferenciada de otras unidades, normalmente delimitada por un parteaguas o divisoria de las
aguas -aquella línea poligonal formada por los puntos de mayor elevación en dicha unidad-,

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en donde ocurre el agua en distintas formas, y esta se almacena o fluye hasta un punto de
salida que puede ser el mar u otro cuerpo receptor interior, a través de una red hidrográfica
de cauces que convergen en uno principal, o bien el territorio en donde las aguas forman
una unidad autónoma o diferenciada de otras, aún sin que desemboquen en el mar.” [2]
Así, las definiciones de cuenca tienen en común que es un territorio cuyas fronteras están
definidas entre el inicio del escurrimiento de las precipitaciones y como final su salida a un
cuerpo de agua superficial que puede ser el mar, en cuencas excepcionales esos
escurrimientos se internan en el suelo y conforman depósitos subterráneos o acuíferos. Sin
embargo, la visión de la cuenca como sistema, permite incluir a la sociedad como parte de la
cuenca, criterio que está incluido en el manejo de cuencas actual
3.1. El manejo de cuencas
Carmona [2], nos dice que “la gestión integral por cuencas consiste en armonizar el uso
aprovechamiento y administración de todos los recursos naturales (suelo, agua, flora y
fauna) y el manejo de los ecosistemas comprendidos en una cuenca hidrográfica, tomando
en consideración, las relaciones establecidas entre recursos y ecosistemas, los objetivos
económicos y sociales, y las prácticas productivas y formas de organización que adopta la
sociedad para satisfacer sus necesidades y procurar su bienestar en términos sustentables”
La cuenca “es reconocida como la unidad territorial más adecuada para la gestión integrada
de los recursos hídricos” captados dentro de la cuenca, debido, principalmente, a tres
razones: a) que las características físicas intrínsecas del agua conllevan interrelaciones e
interdependencias entre los usos y los usuarios del agua dentro de la cuenca y provocan
externalidades. b) dentro de la cuenca interactúan permanentemente y en forma dinámica,
el agua y los y los elementos bióticos y abióticos presentes en ese medio ambiente, es decir,
actúa como un ecosistema. c) que igualmente, dentro de ese territorio interactúan
interdependientemente en proceso permanente y dinámico los recursos bióticos y abióticos
y los habitantes y visitantes de las cuencas que conforman el sistema socioeconómico. [1]
Así, aunque la cuenca contenga delimitaciones territoriales políticas, sus habitantes son más
dependientes de la delimitación natural de la cuenca, donde comparten los recursos
naturales y la infraestructura. Por lo tanto conforman comunidades con características
socioeconómicas y culturales semejantes. [1]
Así el enfoque de manejo de cuencas ha evolucionado, de ser inicialmente dirigido hacia en
manejo del agua, a considerar el manejo de todos los recursos, y después, al considerar a la
sociedad hacia la prevención de desastres naturales iniciándose, así, acciones de control de
erosión y contaminación, conservación de suelos, recuperación de zonas degradas para,
finalmente, llegar al mejoramiento de la producción, inicialmente la forestal y de pastos para
continuar con la producción también agrícola llegando a conformarse sistemas de
agroforestería o agrosilvopastoriles y acciones de gestión integral de los recursos. Se
integran, entonces equipos interdisciplinarios que incluyan especialistas en sociología y
antropología, además re la s áreas de manejo de los recursos físicos como geólogos,
geomorfólogos y geógrafos [1]

3.2. La participación social en el manejo de cuencas


Wrigth et al [4], citando a Flora (2002), nos dice que la ciencia del manejo de cuencas no es
solamente la ciencia de la hidrología, la biología, la física, la agronomía, la botánica, la
climatología, la ecología del agua y la ingeniería, sino también la ciencia de la sociedad y las
tensiones entre la gente, las comunidades y sus percepciones de que debe ser. Además,
que el sistema de creencias, normas y valores, crea las políticas del agua. La contribución
de la ciencia social debe ir más allá de la documentación de factores socioeconómicos

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asociados a la calidad del agua y debe construir la compresión de cómo las características
sociales afectan y son afectadas por el entorno.
Por su parte, Ojeda et al [5] proponen un cambio en los métodos de planeación desde
arriba, para iniciarlos a nivel local con la participación de los usuarios, en un proceso en el
que se integren el diálogo y la negociación que genere información relevante de los usuarios
de la tierra y sus recursos para un proceso de planeación, con enfoque de SIG participativo.
(Enfoque ‘Soft’ lo llaman) y que incluye colectar datos acerca de la percepciones,
necesidades Propuesta de manejo sustentable de la tierra. Retomando las propuestas de
Blaikie (1989); Long (1997); FAO (1997) y Roling and Wagmakers (1998)

3.3. Manejo de Cuencas en México


Martínez [6], nos cita tres ejemplos de manejo de cuencas en la época prehispánica. Así,
citando a Palerm y Ramírez, nos menciona el manejo de la cuenca del valle de México por
los Aztecas, quienes hacían un estricto control forestal en la cuenca alta con la finalidad de
regular los escurrimientos y las inundaciones, mientras en la cuenca baja el manejo se daba
a través de obras hidráulicas para riego, superficial, obras de abastecimiento de agua
potable, sistema de transporte y drenaje, así como la formación de chinampas para cultivo.
Otro tipo de manejo se daba en la Península de Yucatán, descrito por Hernández X (1962),
quien nos habla de la cuenca criptorreica manejada por el pueblo Maya, estableciendo el
sistema de roza-tumba-quema-siembra, con la finalidad de lograr una buena producción
agrícola en suelos muy pedregosos, y sin afectar el equilibrio establecido por la selva. [6]
El tercer ejemplo de manejo es el realizado en las zonas áridas por las tribus Yaqui y Mayo,
reportado por García et al en 1981. Estas tribus construían bordos para lograr el
entarquinado para cultivar en áreas con deficientes precipitaciones. [6]
Durante la época de la Colonia se destruyen los bordos, construidos por los indígenas para
separar las aguas dulces de las saladas dentro del lago, y se inicia la desecación del lago
del valle de México.
Tomando la metodología utilizada por los Estados Unidos de Norteamérica en las cuencas
Mississippi (1870), Missouri (1884) y la Tennesse Valley Autority (1933); México inicia el
manejo de cuencas en la época contemporánea a partir de 1917, con la creación de la
Comisión Nacional de Irrigación. Creándose las Comisiones de Cuencas. [7], [8], [9] [6] [10]
A partir de 1947, se crean en México las comisiones de los ríos Papaloapan, Tepalcatepec,
Balsas, Lerma–Chapala–Santiago, Grijalva, Fuerte, Pánuco, etc., las cuales se
establecieron para planear y construir obras y proyectos de infraestructura, o para estudiar
el aprovechamiento de los correspondientes recursos hídricos, con una visión de ingeniería
civil. Desaparecieron y sus funciones fueron absorbidas por otras instituciones del Gobierno
Federal, en los años setenta y ochenta, cuando se fueron haciendo insostenibles, como
consecuencia del desarrollo de las capacidades institucionales de los estados, y el reclamo
de ejercer los presupuestos que venían siendo de la responsabilidad de las comisiones.
También, con la creación de la Comisión Nacional de Irrigación se construyen grandes
presas, principalmente en el norte del país. Sin embargo a fines de 1989, se toma la
decisión de transferir dicha responsabilidad a los usuarios, como forma de dejar de subsidiar
la agricultura de riego. [11], [6]

3.4. Leyes y normas que regulan el manejo de cuencas


En México, La constitución política de los Estados Unidos Mexicanos [12], establece, en el
Párrafo Quinto del Artículo 27, la propiedad y el dominio inalienable e imprescindible de la
nación sobre el agua, quien será la única que podrá otorgar concesiones y asignaciones.
Asimismo establece la facultad del ejecutivo federal para reglamentar su aprovechamiento y

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manejo. En consecuencia, la ley de Aguas nacionales, publicada en 1992 y reformada en
2004, regula la explotación y el uso de las aguas superficiales, subterráneas y marítimas del
país a las que se refiere dicho artículo
Esta ley otorga, además, las facultades para la gestión del agua, a la Comisión Nacional del
Agua (CNA). Ésta se conformó en enero de 1989, como órgano administrativo
desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, y posteriormente
(1994) de la Secretaría de Recursos Naturales (SEMARNAT), y es la autoridad normativa y
de autoridad federal facultada para administrar las aguas nacionales y los bienes que le son
inherentes.
En el artículo 13 de esta ley, se prevé facilitar la coordinación de objetivos, estrategias
proyectos y acciones entre los tres niveles de gobierno -Federal, Estatal y Municipal- a
través de la formación de grupos organizados de la sociedad a los que denomina Consejos
de Cuenca. Estos Consejos, aunados a comisiones a nivel de subcuenca, microcuenca y
acuífero, permitirían llevar a la operación las acciones planteadas.
La Ley de Aguas define la gestión integral por cuencas como la armonización del “uso,
aprovechamiento y administración de todos los recursos naturales (suelo, agua, flora y
fauna) y el manejo de los ecosistemas comprendidos en una cuenca hidrográfica, tomando
en consideración, tanto las relaciones establecidas entre recursos y ecosistemas, como los
objetivos económicos y sociales, así como las prácticas productivas y formas de
organización que adopta la sociedad para satisfacer sus necesidades y procurar su
bienestar en términos sustentables.” [13]
Asimismo, establece la gestión del agua por cuenca hidrográfica, definiendo la gestión del
agua como: “el conjunto de actividades, funciones, organización, recursos, instrumentos de
política y sistemas de participación, aplicados en un territorio de cuenca, que se relacionan
cuando menos con los aspectos de: medición de variables del ciclo hidrológico y
características, prevención y mitigación de desastres naturales asociados a fenómenos
hidrometeorológicos, construcción, operación y mantenimiento de obras hidráulicas, sus
servicios y los distritos y unidades de riego, conservación y control de la calidad de agua y
su saneamiento y del medio acuático; determinación y satisfacción de necesidades de agua
apropiada para la población; actividades de la planeación hidráulica a nivel nacional,
regional y de cuenca hidrológica; legislación y regulación de los usos y aprovechamientos
del agua; administración de aguas superficiales y subterráneas y los bienes inherentes. [13]
La ley de Aguas Nacionales establece, también, los consejos, comisiones y comités de
cuenca y los Comités Técnicos de Aguas Subterráneas en México, como los organismos
para la gestión del agua con la participación de la sociedad de modo de “avanzar hacia
mejores condiciones de vida y bienestar, conciliando las necesidades presentes con las
demandas de las generaciones futuras.” Y establece 13 regiones administrativas para la
CNA. [13]
Por otro lado, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; en su
carácter de legislación marco en materia ambiental, regula el estado de la calidad de las
aguas residuales, antes de ser vertidas a cuerpos de agua o ser infiltradas, estableciendo
los criterios para la prevención y control de la contaminación del aguas, y su
aprovechamiento sostenible. La finalidad es prevenir la contaminación de cuerpos de agua
abiertos y depósitos subterráneos, las interferencias en procesos de depuración de las
aguas, y los trastornos, impedimentos o alteraciones en los aprovechamientos, o en el
funcionamiento adecuado de los sistemas, y en la capacidad hidráulica en las cuencas,
cauces, vasos, mantos acuíferos y demás depósitos de propiedad nacional y en los
sistemas de alcantarillado. También señala el esquema de facultades de la federación, de
los estados y de los municipios en la materia. [2]

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Establece, también, la obligación de tratamiento que se deriva del artículo 123, que
corresponderá a quien genere las descargas realizar el tratamiento previo requerido. [2]
Existen además, tres normas oficiales mexicanas vigentes, relativas a las características
que deben reunir las aguas residuales, ya sea que estas se viertan a cuerpos receptores
nacionales, a los sistemas de alcantarillado municipales o que se vayan a reutilizar para
servicios al público. [2]
Asimismo, el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 señala que para el bienestar y
desarrollo de la sociedad se requiere disponer de agua en cantidad y calidad adecuadas. [2]
El Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), es una institución que opera dentro de la
Secretaría de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA), encargada de
ejecutar proyectos de reconvención y negocios, de interés, tanto para el inversionista, como
para el sector público, facilitando a los productores agrícolas el acceso a dichos recursos. La
finalidad de estos proyectos es fomentar el desarrollo de negocios en el sector agropecuario
que sean competitivos y sustentables; “buscando el desarrollo sustentable y el adecuado
uso de los recursos naturales, sociales y económicos.” Así este organismo es el encargado
del manejo de los proyectos en las microcuencas. [14]

3.5. La participación social en la normativa de la Ley de aguas nacionales


Ahora bien, dentro de los principios que sustentan a la política de desarrollo sustentable, se
encuentra la participación social, tanto de grupos sociales como el sector privado. Esta
participación social tanto en la toma de decisiones, como en el seguimiento y evaluación de
las acciones y programas en materia de aguas, debería asegurar la aplicación exitosa de la
política.
Sin embargo, Manual de evaluación para realización de obras solicitadas en microcuencas
de la Comisión Nacional del Agua (CNA), considera la participación en la evaluación rápida
como realización de una encuesta con preguntas de opción múltiple, dentro de la Guía de
Evaluación Rápida. Así como, que para iniciar el diagnóstico, se debe determinar la región
que será afectada negativa o positivamente por alguna obra solicitada, por la población, y
establecer la microcuenca partiendo de la ubicación en un mapa, de preferencia topográfico,
el área de captación de la obra, que estaría conformada por los escurrimientos que podrían
beneficiarla. [13]
También enumera las acciones específicas a realizar en cada área de acción, especificando
que estas se elaboren en el marco de un proceso de planeación participativa: En Acciones
de conservación de suelos y agua: 1) reforestación, 2) bordería, 3) presas de filtración, 4)
zanjas de ladera, 5) terrazas. En prácticas de conservación:6) terrazas con pasto vetiver y 7)
zanjas de infiltración. Para acciones de producción agropecuaria: 8)Esquilmos, 9) alta
densidad, 10) construcción de cercas, 11) uso múltiple del traspatio, 12) producción de
peces, 13) agroindustria, 14) terrazas individuales de maguey, 15) pastos hidropónicos, 16)
bordos de terraplén, 17) invernadero rústico. Y para acciones de desarrollo comunitario: 18)
agua potable, 19) vivienda, 20) caminos, 21) electricidad, 22) construcción de infraestructura
rural y 23) microempresas rurales. FIRCO añade por ejemplo 24) establecimiento de cultivos
alternativos. [13]
Así las posibilidades de acción están fijadas de antemano por las instituciones que deberán
llevar a cabo dichas acciones “a petición de las comunidades en un proceso participativo.”

3.6. Las Cuencas en México


La disponibilidad del agua en México, está distribuida desigualmente en la superficie del
país. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (CNA) los escurrimientos en las
regiones Centro, Norte y Noreste del país son de 2 0044 m3/hab/año y en esas regiones

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está establecido el 77% de la población del país, produciendo el 86% del PIB total del país;
mientras en la región Sureste, con escurrimientos de 14 291m3/hab/año, vive el 23% de la
población, produciendo el 14% del PIB del país. [13]
Existen cerca de 650 acuíferos distribuidos en el país que suministran aproximadamente la
tercera parte de la extracción nacional de agua para todos los usos y en caso de sequías
prolongadas constituyen la reserva más importante del recurso. Aproximadamente 100
acuíferos se encuentran sobre explotados y de ellos se extrae 66.6% del agua subterránea
que se emplea en el país. Las cuencas con mayor grado de contaminación son Lerma, Alto
Balsas, Alto Pánuco y porciones del Bajo Bravo. [13]
Para el manejo del territorio de México la CNA tiene delimitadas 320 cuencas, 134 macro
regiones para administrar, 37 regiones hidrológicas y 25 consejos de cuencas. Algunas de
las más importantes cuencas exorreicas corresponden a los grandes ríos nacionales como
Lerma, Santiago, Balsas, Bravo, Pánuco, Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva, Usumacinta,
Mayo, Yaqui y otros de menor tamaño. Cada uno de estos importantes ríos tiene corrientes
alimentadoras que se forman con las precipitaciones que caen sobre sus propios territorios
de drenaje a las que se les llama cuencas secundarias o subcuencas. [2], [13].
En el estado de Puebla FIRCO nos habla de la delimitación de 325 microcuencas internas y
96 microcuencas exportadoras. [15].

3.7. Algunos estudios de cuencas.


Tanto instituciones de investigación y educación como organizaciones no gubernamentales,
que aprovechan recursos estatales dedicados al estudio y/o manejo de cuencas, han
realizado diversos estudios de cuencas o de microcuencas.: Cuenca Río Cacaluta en Santa
María Huatulco, Oaxaca [15], cuencas de los ríos Copalita, Zimatán y Huatulco, Oaxaca,
[16] Cuenca de la laguna de Tecocomulco [17], Región centro-montaña de Guerrero, [18]
Otras cuencas manejadas con resultados bastante abultados son: la Cuenca del
Papaloapan, Veracruz por parte del Consejo de Desarrollo del Papaloapan [19]; la del Río
Lerma-Chapala [20], la del Río La Laja [21], la del Río Ayuquilla en los estados de Colima y
Jalisco [22] y varias cuencas en el Estado de Guanajuato [23].

3.8. El programa de cuencas en el Estado de Puebla


El programa de trabajo de FIRCO en el estado de Puebla nos presenta los planes rectores
de producción y conservación de cuatro microcuencas en la Micro región de Tecali de
Herrera, del municipio del mismo nombre: Microcuenca Las Golondrinas, Microcuencas
Atzala, Microcuenca Huexotitlán y Microcuenca El Salado. [15]. Estos planes rectores de
producción y conservación son los únicos realizados en el Estado de Puebla, están
conformados como lo solicita la Comisión Nacional del Agua, y son diagnósticos
tradicionales. Lo que se observa en los cuatro, es que las acciones propuestas son
principalmente obras de conservación de suelos y de captación de agua, mientras que la
participación de la comunidad se ve poco reflejada en dichas propuestas, aunque se habla
de haber realizado FODA y priorización de acciones.

4. La microcuenca Atzala
El diagnóstico presentado en el Plan Rector de Producción y Conservación de la
microcuenca Atzala, contiene propuestas para: [24]
1) proyectos agrícolas:
a) Construcción de Presas de Mampostería
b) Construcción de Pretiles
c) Línea de Conducción para Riego
d) Aprovechamiento de Traspatios

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e) Roturación de Terrenos Agrícolas
f) Construcción de Bordos al Contorno
g) Establecimiento de Cultivos Alternativos
h) Retención de Suelo y Materia Orgánica
i) Capacitación dirigida a manejo de paquetes tecnológicos para sus cultivos tradicionales
j) Cosecha de Agua, con la finalidad de fortalecer los traspatios para uso agrícola, pecuario y
forestal
k) Terrazas de Formación Sucesiva
l) Adquisición de Maquinaria Agrícola
2) Proyectos Pecuarios:
a) Aprovechamiento de traspatios para uso pecuario
b) Banco de Proteína con plantaciones de especies forrajeras.
Forrajes Complementarios con plantación de especies forrajeras disponibles en época de
estiaje
c) Pastización de suelos someros para protección de la erosión y alimentación del ganado.
3) Proyectos forestales:
a) Vivero para producir especies para reforestación no convencionales o de interés para la
región.
b) Reforestación de la Microcuenca:
c) Rehabilitación de caminos a terrenos agrícolas
4) Proyectos de conservación de suelo y agua:
a) Riego del canal de Valsequillo para incrementar la superficie beneficiada con estas
aguas, con sistemas tecnificados de riego y rehabilitación de canales.
b) Captación de escurrimientos superficiales con la construcción de obras para captar el
agua de laderas para el ganado o dirigirlo a parcelas.
c) Presas filtrantes de captación de gavión para detener la pérdida de suelo,
5) Proyectos de agronegocios y proyectos no agropecuarios:
a) Diversificación de frutales
b) Diversificación de animales como el conejo.
c) Elaboración de abonos orgánicos aprovechando residuos de cosecha y de la cocina.
d) Rehabilitación de caminos a comunidades
e) Captación Agua
6) Proyectos de Bienestar Social:
a) Reforestación para la recreación y fuente de productos no maderables, comestibles y
medicinales.
b) Construcción de letrinas ya que 75% de las familias no cuentan con este servicio.
c) Mejoramiento de Vivienda
d) Construcción de Casa de Salud
e) Ampliación de Línea Eléctrica
f) Construcción de Jardín de Niños
g) Red telefónica
h) Ampliación de almacenamiento de Agua Potable
i) Drenaje
7)- Servicios Ambientales:
a) El bosque y la reconversión de los sistemas agrícolas a sistemas agroforestales son una
opción para la captación de carbono

5. Conclusiones
A continuación se proporcionan algunas conclusiones a que han llegado otros autores que
han estudiado distintos aspectos de los trabajos de microcuencas

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Cottler [25], nos apunta algunas deficiencias observadas en el manejo de cuencas en
México- Las acciones de conservación están dirigidas hacia las consecuencias más visibles
pero no siempre las más importantes.
- Los programas de conservación van dirigidas principalmente particulares (no tierras
comunes)
- Las prácticas de conservación son homogéneas sin diferenciar unidades de paisaje ni
origen de la erosión.
- No hay asistencia técnica para ayudar a decidir y adaptar las prácticas promovidas por las
reglas de operación, según las condiciones ambientales de cada sitio (suelo—
características, geomorfología, causas de los procesos de erosión)
- Faltan estudios integrales que sustenten a estos programas
- No se identifican y valoran las consecuencias off-site de la degradación del suelo
Carmona [2] nos dice que “Además de la existencia de legislación, es en la puesta en
operación del manejo de cuencas, donde existe realmente un problema y por lo tanto dicho
manejo queda inconcluso.”
Por otro lado, podemos ver que tanto la ley de aguas como la Ley de Desarrollo
Sustentable, El Plan Nacional de Desarrollo como evidentemente la Ley de Protección al
Ambiente hablan de la importancia del agua en cantidad y calidad suficiente. Sin embargo,
tanto en las acciones planteadas en la normatividad de la ley de aguas, como en los
diagnósticos y las acciones realizadas a nivel de microcuencas, hay ausencia total de
referencias a la calidad del agua. Frente a afirmaciones de las propias instituciones de que
la mayoría de las cuencas en México están contaminadas, como la de la misma Comisión
Nacional del Agua dice que las cuencas con mayor grado de contaminación son Lerma, Alto
Balsas, Alto Pánuco y porciones del Bajo Bravo [13], y precisamente la microcuencas Atzala
se ubica dentro de la cuencas del Alto Balsas, esta falta de preocupación y acciones resulta,
por lo menos, preocupante.
Asimismo por la revisión de distintos reportes de microcuencas, se puede concluir que, en
general:
1) los estudios realizados por organizaciones no gubernamentales (ONG) o instituciones de
investigación, se han concentrado en el estudio de las condiciones o diagnóstico y existen
nulas o pocas acciones en beneficio de los pobladores de las mismas. Asimismo, los
diagnósticos llegan a ser más complejos
2) Los diagnósticos realizados por FIRCO llevan un diagnóstico, apenas para cumplir con el
manual de la Comisión Nacional del Agua y se llevan a cabo las acciones con recursos
institucionales. De acuerdo con las etapas que marca Durojeanni (2002) se encontrarían en
la etapa inicial.
3) En ninguno de los dos casos se establecen los diagnósticos de calidad del agua en la
microcuenca.
4) No se establecen interrelaciones entre los recursos como para “armonizar el uso y
aprovechamiento de todos los recursos naturales” como establece la Ley de Aguas
Nacionales.
5) La participación de los habitantes de la cuenca es limitada, en ambos tipos de estudios;
salvo algunas excepciones.
6) No se recomiendan proyectos o acciones fuera del sector agropecuario y forestal, como si
las industrias o las artesanías no existieran dentro de las cuencas estudiadas, y por lo tanto

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tampoco se visualizan aspectos de contaminación o deterioro del ambiente que pudieran
estar causando dichas actividades.
7) La observación de la forma en que se ha realizado el manejo de cuencas en México, nos
permite afirmar que, a pesar de la reglamentación existente, no se ha llevado a cabo una
operación correcta, ni la sociedad participa en la toma de decisiones; sigue siendo una
planeación tradicional de arriba hacia abajo, y las acciones a realizar están prefijadas en las
normativas de los diferentes programas de las distintas instituciones

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Yadira Bock Sánchez. Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, Campus Puebla. Km 125.5
carretera federal México Puebla, C. P. 72760, Cholula, Puebla, México. Tel: 52 222 2851442, Fax: 52
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