Velleda Cecchi Autismo y Otras Psicosis Infantiles

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Capitulo I Breve resefia histérica 1. Psiquiatria La psiquiatria pudo entrar a formar parte tardiamente como rama de las cien- cias médicas, ya que éstas legitimaban sélo la enfermedad de los érganos. El do- lor psiquico siempre fue rechazado y lo sigue siendo atin, dado que involucra y cuestiona, no s6lo al sujeto que lo padece, sino también a su familia y a la soci dad. Aceptarlo va unido a una mayor libertad de pensamiento, y esto invariable- mente cuesta muy caro. Sino, que lo digan Galileo, Giordano Bruno, Sigmund Freud, Karl Marx, Cezanne, etc Los denominados “trastomnos del espiritu” se consideraban de indole “cobre- natural’. Sibien la medicina grecolatina y la arabe delimitaron algunas enferme- dades (mania, melancolia, epilepsia y algunos delirios) como de origen natural, durante la Edad Media, salvo algunos te6logos como santo Tomés, que defendie- ron esa tesis, los mas consideraban a los enfermos mentales “hechizados", “po- sefdos por el demonio”, que debia serle “extraido” ya sabemos cémo. La teoria de la “demonologia” continus vigente al comienzo del Renacimiento, Algunos psiquiatras, entre ellos Henry Ey, sostienen que con la Revolucién Francesa nace la concepcién del libre albedtrio. Con la nocién de libertad indivi- dual, la enfermedad mental, y por ende la psiquiatria, se pudo incluir dentro del hecho médico. Pinel, en 1793, “corta las caclenas de les alienados”. Segiin Franco Basaglia, creador de la psiquiatria democratica, Pinel “liberé a los locos de las risiones pero, desgraciadamente, después de esa literacién los encers6 en otra prisién que se llamé manicomio”. Debido a que la razén fue homologada a fra- temidad, una sociedad para ser civilizada debe ser racional; todo lo que es irra- cional debe ser controlado por la raz6n, y asi nace una institucién que encierra lo irracional. Sigmund Freud realiza un cambio revolucionario que consiste en demostrar que los enfermos mentales, no ya considerados “hechizados” pero si “degenera- dos”, no sélo no lo eran, sino que eran inteligentes y que sus sintomas eran crea- ciones propias, modos de defensa frente a conflictos. una actividad del incons- Seeeeeeereeeerreeee reser eee eeeeeeeeee eerste epee eee eee eee eee 16 “Los onfos oREEN ug no EsToY ciente del sujeto. La neta divisién entre los sanos y los enfermos se desdibuja, y el atrevimiento de S. Freud llega a tal grado que, a partir de las expresiones de los enfermos, construye su teoria del aparato psiquico normal. La psiquiatria se convirtié en dindmica, frente a la psiquiatria clisica, que es descriptiva y noso- BrAfica. Con las concepciones de este positivista agnéstico,trastabilla el concep- to del libre albedrio. El hombre ya no es total duefio de sus acciones, éstas estin determinadas por las fuerzas oscuras del inconsciente, que no es del orden de lo sobrenatural, sino que es la esencia misma del ser humano. Dentro de él estan su propio dios y su propio demonio. EI miedo que suscita la locura se ve reflejado a lo largo de la historia. Lleva desde quemar en la hoguera, pasando por electroshocks o insulinoterapia, hasta encerrar o saturar de drogas. Con el pretexto de “curacién”, se somete al loco a Jas mayores atrocicades y atropellos de los derechos humanos. Esta violencia ejercida en la mente y el cuerpo de personas que no son consideradas como se- rejantes sino como totalmente extrafias y diferentes (se les siguen adjudicando poderes sobrenaturales, demonios o dioses) responde al temor a la propia poten Cialicad psicética 2, Psiquiatria infantil La psiquiatria infantil tuvo que esperar largos afios para tener pleno desarro- Ilo; la precede un pasado rico en expresiones pedagégicas? Esto se debe a que los nifios eran considerados “seres a educar”. Las dificultades en este aprendizaje, desde comportamiento social hasta escolaridad, eran pensadas como obstéculos eneste proceso y que el proceso mismo deberia restafiar. Tomar al nifio como per- sona, con sentimientos, conflictos, perturbaciones emocionales, era y es resistido por los adultos. Los castiges corporales, tan frecuentes, antes y ahora, hacia los nifios, para corregir “malos habitos”, ignorando sus estados afectivos, se comple- mentan en la actualidad con el apresurado diagnéstico de organicidad y la me- dicacién correspondiente. Consideramos violencia la ejercida por psiquiatras y neurdlogos que ligeramente detectan DCM (disfuncién cerebral minima), ADD (trastomo por déficit de atencién), y otras siglas que suenan bien al oido y que se imponen al mercado; sin importar si el nifio esta sufriendo 0 no alguna situacién emocional que lo esté perturbando. Al nifio no se lo interpela, asi como tampoco al loco, a pesar de que es un dicho popular que “el nfo y el loco siempre dicen la verdad”... 0 tal vez justamente por eso. 1, Kanner describe como sigue las primeras cuatro décadas del siglo XX con relacidn @ la evolucién de la psiquiatria infantil: 1.8 década, Divulgacién de los trabajos psicométricos de Binet. Con $. Freud, aparecen las tenclencias dindmicas en psiquiatria. Los juristas si suen estas orientaciones y se crean tribunales especiales de me- AUIS0 ¥ OTRAS PSICOSS NEANTLES a 2.9 década. Se abren los primeros centros de reeducacin para delineuentes : infantiles. Hogares para niffos que estan en peligro moral y es- cuelas especializadas en ensenanza individualizada. 3.8 década. Se fundan centros de orientacién infantil dirigidos por médicos, socidlogos y asistentes sociales que trabajan en equipo. Los edu- cadores no piensan s6lo en retraso intelectual y tratan de definir métodos educativos apropiados. Se organizan las primeras agrupaciones de padres de alumnos. 42 década. Se establecen y generalizan métodos psicoterapéuticos, especial- mente los basados en la interpretacién de los juegos, segin la doctrina freudiana Esqueméticamente: en los primeros afios del siglo XX, se hizo hincapié en los problemas del nifio, especialmente en su instruccién. En la segunda década, se ‘rearon organismos de tipo comunitario. En la tercera, la accién se concentré en el marco escolar y familiar. Y, en la cuarta década, se trabajé directamente con el Con Freud aparece en escena otro nifio; se pierde “la edad de la inocencia”, del no saber, del no entender. De angeles asexuados se convierten en perversos polimorfos, en seres humanos con psiquismo, erogenizados, con fantasias, y su- frimiento mental. Ya no son maleducados, sino que surge la nocién de enferme- dad mental en el nifio, Para Freud, es en los primeros cinco afios, especialmente on el primer afio de vida, cuando se va a estructurar el psiquismo del ser huma- 1no, ¥ los acontecimientos de esa época van a determinar el grado de normalidad y los rasgos patol6gicos. Bl destino del futuro adulte, y el de sus hijos y los hijos Ge sus hijos, estan en gran medida en ese nifio que alguna vez fue. Tanta impor- tancia dio Freud a la comprensién profunda de la mente infantil, que uno de sus historiales mas destacados, el Hombre de los Lobos, siendo el analisis de un adulto, lleva por titulo “De la historia de una neurosis infantil” y en él incluye un dibujo y su interpretacién. Si bien la teoria freudiana dio mucha jerarquia a la constitucién del psiquis- ‘mo en la infancia, pasaron varios afios hasta que se realizara el trabajo psicoana- Iitico con nifios. Recordemos que Freud trabajé indirectamente con el pequenio Hans (1909). Recién en la década del veinte, A. Freud, M. Klein y sus seguidores comenzaron a atender nifios en sus consultorios. Fueron dos cancepciones que se enfrentaron. Para la escuela vienesa, representada por Anna Freud, el analisis de nifios no debe comenzar antes de los 4 aftos ni ser realizado “directamente”, sino con la mediacién de la autoridad parental; no debe ser llevado demasiado lejos; se de- be combinar con influencias educativas; no se debe explorar minuciosamente el complejo de Edipo; si surgen asociaciones en los nifios, éstas son “inintenciona- les e involuntarias” (caracteristicas que, sin embargo, se persiguen con la regla fundamental del psicoandlisis de asociacién libre: evitar la intencién y la volun. ee 18 05 OTROS GREEN OLE WO ESTO tad consciente del discurso); puede haber una transferencia satisfactoria, pero no se produce una neurosis de transferencia porque sus objetos de amor originales, los padres, todavia existen como objetos en la realidad; se consdera indeseable la transferencia negativa; se cree dudoso que el analista esté justificado para in- terpretar como simbélico el contenido del drama representado en el juego. La escuela inglesa, encabezada por Melanie Klein desde 1924, le discute y re- futa esta concepcién a A. Freud. En el “Simposium sobre anlisis infantil”, de 1927, M. Klein dice “que era perfectamente posible, ¢ incluso saludable, explorar ‘el complejo de Edipo hasta sus profundidades, y que en esta tarea se podian ob- tener resultados por lo menos iguales a los obtenidas en los andlisis de adultos. ‘Ademas de esto descubri que en un andlisis de este tipo no sélo era innecesario {que el analista se empedara en ejercer una influencia educativa sino que ambas ‘cosas eran incompatibles” 5 Considera que se puede trabajar con el inconsciente del nino, y que atin es més accesible que en los adultos; que los nifios establecen transferencia, la cual se debe interpretar, y que en esto consiste el trabajo analiti- co; que en el juego el nifio expresa sus fantasias y que es un modo de acceso a su inconsciente. ‘Se implements la técnica de juego, a través de cuyo desarrollo el nino mani- fiesta sus producciones inconscientes, junto con las asociaciones verbales que tie- nen la misma validez que en los pacientes adultos. ‘Si bien algunos psicoanalistas atin discuten si el tratamiento de nifios es psi- coanélisis o es peicoterapia, consideramos que el psicoanalisis de nifios, aun des- de edades muy tempranas, merece esa denominacién. 3. Las psicosis |A fines del siglo XIX, Kalhbaum, Morel, Magnan, Kraepelin® fueron quienes comenzaron a definir y describir algunos tipos de psicosis. Posteriormente, Bleu- Ter fue quien abordé ia dimensién psicoligica de las profundidades inconscien- tes, tomando las incipientes teorias freudianas. Froud fue construyendo el psicoandlisis abordando fundamentalmente las neurosis. Desde sus primeros escritos se ocupa de las psicosis,7 los mecanismos que la constituyen, y diferencia los distintos cuadros para comprender los fené- menos psiquices. En “Introduccién del narcisismo” (1914), sostuvo de manera contundente que la psicosis es inaccesible a tratamiento psicoanalitico porque la retracciGn libidinal que desinviste a los objetos externos no permite la instal de la transferencia, En ese momento tenfa que defender los conceptos psicoana Iiticos frente a Jung (representante de la escuela de Zurich), que se estaba des- viando con su modificacién de la teoria de la libido y que trabajaba con psicsti- cos. Esta controversia pudo contribuir a la contundencia freudiana. No obstante, Freud continus escribiendo a lo largo de toda su obra sobre las psicosis y sus me~ canismos psiquicos. Algunos de sus discipulos, como Ferenczi, Abraham, Tausk, ‘isa ¥ oTRAs pcos meeTLES 19 realizaron tratamientos con psicdticos, lo cual creé cenflictos con el maestro. To- das las escuelas psicoanaliticas posteriores incluyeron dentro de su préctica el tratamiento de esta patologia, Con relacién a las psicosis infantiles, fue a principios del siglo XIX cuando Jean Itard,* oficial de sanidad francés y admirador de Pinel, reliz6 la primera ddescripcion de un tratamiento “moral” aplicado a un nifio: Vicor del Aveyron. El ‘caso de este “nifio salvaje” seria considerado el prototipo de wna cura de la ps: cosis infantil con autismo. Capturado en el bosque alos 12 afios, Victor fue leva- doa la Institucién de Sordomudos de Paris. All Ttand intents ensefiarle a hablar, sin lograrlo, En verdad es tarea dificil hablar al ester rodeado de personas que no oyen ni hablan! En el movimiento psicoanalitico, fue M. Klein quien comenz6 a trabajar con ninos psicéticos. Describié rigurosamente la esquizofrenia infantil. En 1930, es- cribe el historial del caso Dick. Si bien lo incluye dentro de la esquizofrenia, re- cconoce en este paciente particularidades que lo diferencian de ese diagndstico; posteriormente se consideré que era un autismo. De alli en mas, se abrid un am- plio campo para el tratamiento de las psicosis en la infancia desde distintos abor- dajes tedricos. En 1943, Leo Kanner circunscribié el sindrome “autismo infantil precoz” del grupo de la esquizofrenia en los nifios. En los primerss afios de la década del ci cuenta, Margatet Mahler define la psicosis simbiética. Con esto quedan delimi- tados los tres cuadros de las psicosis infanto-juveniles. Novas 1 Basaglia, Franco (1979): Conferenze brasiliane, Pistoia, Centro di documenta- zione, 1984. Basaglia fue el alma mater de la desmanicomializacién en Italia, 8o- bre la que se basé el mismo cambio en la provincia de Rio Negro, Argentina. 2 Ajuriaguerra, J. de (1973): Tratado de psiguiatra infantil, Barcelona, Toray- Masson, 1979, 3 Freud, 5. (1918): “De la historia de una neurosis infantil (el Hombre de los Lobos)", en Obras completas, Tomo XVII, Buenos Aires, Amorrortu, 1993. 4 Freud, S. (1909): “Anilisis de la fobia de un nifo de cinco afos (el pequerio Hans)", en Obras completas, Tomo X, Buenos Aires, Amorrortu, 1993. 5 Klein, M. (1927): “Simposium sobre andlisis infantil”, en Obras completas, To- mo I, Buenos Aires, Paidés, 1996, p. 149. 6 By, H. y otros (1965): Tratado de psiquiatria, Barcelona, Masson, 1995. 7". 1a paranoia crénica en su forma clisica es ri modo patoldgico de la defensa, como la histeria la neurosis obsesiva y la confusi6n alucinatoria. Uno se vuelve 20 ‘Los o7nos GREEN QUE wo ESTOY" paranoico por cosas que no tolera...” (p. 247). "La paranoia tiene, por tanto, el propésito de defenderse de una representacion inconciliable para el yo, proyec- tando al mundo exterior el sumario de la causa que laepresentacién misma es- tablece” (p, 249), Freud, S. (1895): “‘Manuscrito H. Paranoia”, en Obras completas, Tomo I, Buenos Aires, Amorrortu, 1992. 8 Roudinesco, E. y Plon, M. (1997): Diccionario de psicoandlisis, Barcelona, Pai- és, 1998, p. 852, © Klein, M. (1930): “La importancia de la formacién de simbolos en el desarro- lo del yo", en Obras completas, Tomo I, Buenos Aires, Paidés, 1996, p. 224 Capitulo 1 Psicosis Velleda Cecchi 1. Estructuracién de las psicosis Referirse a las psicosis es plantear supuestos y sélo algunas pocas certidum- bres. Esto, que es asi en toda ciencia, adquiere en el campo de esta patologia un peso sustancial. Hablar de psicosis es hablar de los erigenes de la estructuracién del aparato psiquico, ¥ teorizar en ese sentido es encontrar mas sombras que co- nocimientos. Es el punto donde més pueden esgrimirse prejuicios que dificultan el intercambio cientifico; también porque, dado el alto grado de dolor psiquico que producen estos pacientes, surgen en los terapeulas actitudes defensivas que bloquean, en mayor 0 menor grado, la capacidad de comprender. A esto se agre- gala dificultad que implica el acceso a estos estadios tan tempranos del desarro- lio. Intentar comprender el origen es siempre dificulloso. Ya sea el origen del hombre, de las patologias, del Universo. Las psicosis son abordadas por Freud desce sus primeros trabajos, en los cua- les plantea que en estas patologias hay una pérdida del vinculo con tun segmen- to de la realidad. A diferencia de las neurosis, en las cuales hay una evitacién de lun aspecto de la realidad que se conforma en fantasia, en las psicosis se constra- ye una nueva realidad. Esto sucede porque, mientras en la neurosis “el yo, en va- Sallaje ala realidad, sofoca un fragmento del ello vida pulsional)[.. en la psico- sis ese mismo yo, al servicio del ello, se retira de un fragmento de la realidad’? ‘Ahora bien, z

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