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—emee{ Guillermo Rivlis < Fret )+osmsnnsennsenesseuts tenet Primera topica Uno de los sistemas es ol inconsciente y otro, el preconsciente-consciente. EI sistema inconsciente (Icc) esta separado del sistema preconsciente (Prec) por la barrera de fa re- Presién (luego veremos la diferencta entre represin primaria y represién secundaria) y esta formado por re- presentaciones que nunca han accedido al sistema preconsciente-consciente (luego, al desarrollar represion primaria aclararemos esta afirmacién) o que accedieron a él pero fueron reprimidos. La represion se denomina también primera censura Consideremos las representaciones que accedieron al sistema preconsciente-consciente y fueron reprimi das (veremos mis adelante: reprimidas por represién secundaria). Por qué fueron reprimidas? Porque entra- ron en contradiccién con los contenidos del sistema preconsciente-consciente (ejemplos: los deseos hostilmente connotados entran en contradiccién con el amor al bebé; ciertos deseos sexuales pueden entrar en contradiecion con principios morales).La representacién inconsciente (que se denomina también fan= tasia o fantasma) es representacién de deseo. Los deseos del sistema inconsciente (que son de naturaleza sexual y que pueden estar connotados de hostilidad)' producen angustia en el sistema preconsciente-cons- lente, dado que entran en contradiccién con las representaciones de este Ultimo. Es por eso que actia la re- presién (Freud dira que tales deseos son incompatibles con las representaciones del yo oficial,o sea,con la parte preconsciente-consciente de la personalidad, que es la que los seres humanos asumimos como propia, es decir ndo nosotros; esos deseos son, entonces, inconcilables con la parte de nuestra persona con la que nos reconocemos).Por eso Freud dice que lo que es placer en un sistema (en el inconsciente) es displacer en el otro (en el preconsciente-consciente) y por ello plantea que la angustia es el motor de la represi6n. Deseo 1Qué es deseo, estrictamente hablando? Se supone una satisfaccién primera en la cual un estado de necesidad fue resuelto mediante determinada situacién;a partir de all la imagen mnémica de una percepcién (de fa situaci6n que produjo Ia satisfaccién) se encuentra asociada a la huella mnémica de la excitaci6n que re- sulta de una necesidad (la necesidad resuelta por medio dela mencionada situacién). Deseo es el movimiento psiquico destinado a reinvestir (recargar) la imagen mnémica de esa determinada percepcién; movimiento que tiene lugar ante la reaparicién de la necesidad. El deseo es, por lo tanto, el movimiento del aparato psiquico tendiente a reinstalar esa primera experiencia de satisfaccion. Lanocién de deseo se va separando conceptualmente de la nocién de necesidad. Esta Gltima quedaré cir- cunscripta al terreno de las necesidades més inmediatas de subsistencia y se resolver mediante la busqueda de un objeto adecuado en ef medio exterior: El deseo consistir4 en un movimiento en el interior del psiquismo, en el cual lo que se intenta es reencontrar una percepcién que supone una experiencia de satisfaccién que es en si misma compleja,en tanto involucra no s6lo un elemento que resuelve un problema (alimento que resuelve 1. Lego, al desarrollar la pulsién de muerte, nos raferiremos a contenidos inconscientes derivados de la misma y que dan lugar a 20, Pl conductas compulsvas y repettvas me ns eneeecnemensnntsnssiainrciniansinecenenen( A> Aparato psiqlen prema ‘el hambre, por ejemplo) sino que contiene sensaciones (téetiles, olfativas, vsuales) que se derivan de un otro {aun antes de poder ofectuar un reconocimiento de esto), de un contacto humane (la mama que alimenta, besa, acaricia). El deseo busca la reactivacin de esa sieuacién, pero la misma ya.pertenece por inscripcién al ‘mundo interno y no se encuentra, tal cual estéregistrada, en el mundo externo, Cualquler nueva situacién es dlistinea de la original. El movimiento del deseo, esa busqueda de la primera experiencia de satisfaccién “al cual", esa creencia (hablamos de una especie de ereencia, porque nos referimos a un bebé) de haber reen- contrado fa experiencia primera de satisfaccién es,en defiitiva, una alucinacién;es lo que Freud denomina alu- Aparato pSiquico Jemma investidura de atencién es como una linterna que va ilurninando determinadas zonas (representaciones) del preconsciente, es decir, haciéndolas conscientes; efectia este trabajo tomando en consideracién la realidad exterior. - Por otras representaciones mas dolorosas, més desagradables, que preferimos que no accedan a la. con- Ciencia, pero que no estén reprimidas, que no tienen negado el acceso a la misma, Es cuando decimos “de eso prefiero no hablar” o “mejor no acordarme”, Sobre estas representaciones también actia la se- gunda censura en su cardcter de selector tematico. = Por otras representaciones que, aun no estando reprimidas, son de més dificil acceso a la conciencia de- bido a que tienen algin tipo de conexién con representaciones inconscientes (potencialmente pro- ductoras de angustia en tanto expresan deseo). Por eso, la segunda censura tiene una funcién selectiva (selector temético) en lo que respecta a organizar el acceso a la conciencia de lo que se hace necesa- rio para determinados fines (por ejemplo, una exposicién oral). Pero ademés, y muy especialmente, Freud destaca su funcién defensiva. En su obra Lo Inconsciente, publicada en 1915,dice claramente que lo inconsciente es rechazado por la censura en la frontera de lo preconsciente (recordemos:represién © primera censura), pero sus retofios pueden sortear dicha censura y crecer dentro del sistema pre- cconsciente y, cuando desde all intentan imponerse a la conciencia, la segunda censura (situada entre pre consciente y conciencia) puede reconocerlos e impedirles el acceso a la misma. Freud plantea,entonces, que la primera censura (represi6n) acta contra el inconsciente mismo y la segunda, contra los reto- fios preconsclentes del sistema inconsciente. La segunda censura es, en lo que respecta a esta funcién defensiva,una continuacién de la primera, Se dirfa, explica Freud, que la censura,en el curso del desarrollo individual, fue empujada un tramo hacia adelante, La conciencia es un Srgano sensorial que percibe cualidades psiquicas. De all, que Freud designa como per- cepcién-conciencia a la operacién que realiza el sistema conciencia (que, como sabemos, es una parte del sistema preconsciente- consciente). Las excitaciones llegan al Srgano sensorial conciencia desde el mundo exterion y desde cl interior del propio aparato psiquico (esto incluye lo que el psiquismo capta de lo que ocurre en el cuerpo). En la conciencia no se alojan representaciones, sino que éstas pasan por ella. Las representaciones estin alo- jadas en el sistema inconsciente o en el preconsciente. La memoria es o bien memoria inconsciente o bien memoria preconsciente. Esta Ultima esta constituida por representaciones que podemos recordar cuando ‘queremos (los dos primeros tipos de representaciones citados anteriormente) y por otras de diffell acceso a la ‘conciencia por su conexién con representaciones inconscientes (el tercer tipo de representaciones citado an- teriormente). La memoria inconsciente corresponde a lo que no podemos recordar voluntariamente (0 sea,a Jo que no podemos hacer consciente mediante el slo esfuerzo de intentarlo) porque ha sido reprimido y ha adquirido la logica del sistema inconsciente. En la conciencia no hay memoria, porque es un polo perceptivo. Freud dice que memoria y conciencia se oponen. Esto es asi porque si en Ia conciencia hubiera memoria, alli se alojarian representaciones que impedirian el paso de otras;nos quedarfamos observando © recordando siempre lo mismo. Si bien fa conciencia es un érgano sensorial, el devenir consciente (es decit, el acceso de las representacio- nes a fa conciencia) no es un mero acto de percepeién sino una sobreinvestidura,tal como plantea Freud en el texto anteriormente mencionado;en principio diremos que se trata de un progreso de las representaciones dentro del aparato psiquico-Tal progreso consiste en que por medio de un mecanismo de traduccién, de elaboracién psiquica, las representaciones logran superar las barreras divisorias y acceder a sistemas superiores (superar Ia barrera de la represién y acceder al preconsciente; superar la barrera de la segunda censura y acceder a la conclencia). om eee nemeneseetneesanmeecssensnrenensernenenasccnnenen( A> Aparato psiquico meee Légica de los sistemas. Proceso primario y proceso secundario El sistema preconsciente-consciente se organiza y funciona segiin las leyes de la légica tal como las cono- ‘cemos: tiempo, espacio, objeto permanente, principio de contradi ién (el que establece que algo no puede ser no ser,al mismo tiempo). Se estructura segin las reglas gramaticales del lenguaje (sujeto-predicada) y con el sistema de relaciones que conocemos a partir de la matematica (mayor que, menor que, igual a, mas, menos, etcétera). Los significados son estables, si bien puede haber variantes en las formas de comprender los obje- tos, de interpretar situaciones. Podemos comunicarnos dada esa (cierta) estabilidad de los significados. El sis- tema de la lengua hace que no designemos de cualquier manera 2 los objetos, sino que los signos posean consistencia a partir de definiciones compartidas. El sistema incons te se estructura y funciona segin leyes distintas. Para ilustrarlo, Freud cuenta el si- Sulente cuento: Un sefior (A) le pide a su vecino (B) un caldero. El vecino B se lo presta y después de usarlo, el sefior A se lo devuelve.Al cabo de un rato,6 toca la puerta del sefior A para reprocharle que le ha devuelto et ‘caldero roto.A le repli En primer lugar, yo se lo devolvi sano; en segundo, cuando usted me lo presté ya es- taba roto; y en tercero, usted a mi no me presté nada”. Freud dice que desde el punto de vista de la légica esto ‘5 un disparate, porque cada uno de los argumentos invalida a los otros dos: se excluyen reciprocamente. Pues bien, dice Freud, ast funciona el sistema inconsciente. En &l no rige el principio de contradiccién (pensemos cuin- tas veces damos argumentos contradictorios entre s{ para justificar una accién; podemos decir que en estos €asos algo de la l6gica inconsciente se ha filtrado y ha “tomado” a la Kbgica preconsciente-consciente). dems, el sistema inconsciente se rige por el principio del placer: busca la satisfaccién y en forma inmediata,sin re Parar en los obstaculos existentes en la realidad. En el sistema inconsciente tampoco rige el tiempo como ca- tegoria que diferencia pasado, presente y futuro, Lo alojado en el inconsciente esta siempre alli. Por eso, para poder elaborar algo que estd alojado en el inconsciente es necesario llevarlo al sistema preconsciente-cons- ciente para poder darle su lugar como pasado (por ejemplo, para la elaboracién de un duelo o de una pérdida, para entender que algo que asusta ya pasé porque sucedié en el pasado pero no ocurre en el presente). Nue- vamente, la formula de la terapia desde el punto de vista psicoanalitico:hacer consciente lo inconsclente. a funcionamiento del sistema inconsciente: desplazamiento y condensacién. stema inconsciente funciona de acuerdo a dos mecanismos, formalizados por Freud como leyes de Desplazamiento os transmutacién, transposicin de valor psiquico. El valor psiquico de una re- presentacién pasa a otra (se adhiere, inviste a otra). La segunda toma la investidura de la primera-POF ejemplo: tuna persona siente ternura por otra y no pueda entander el motive. Racionalmenterti6 reconoce en cla ea- rracteres que la lleven a sentir eso (en este caso, se ejemplifica con ternura; Péro podria ser odio, temor, pena, cenvidia, etc, sin que pudiera reconocerse el motivo). Un anilisis podria mostrar, por ejemplo, que ese sefior por el cual la persona en cuestion siente ternura use-ura barba como la que tenia su propio abuelo, entonces, hay un desplazamiento de valor psiquico-(ternura) desde la representacién “abuelo” a la representacién acd en este caso, por analogta. ‘Barba’ es la representacién puente que permitié el desplazamiento (es el denominador comiin entre “abuelo” y “ese sefior”y. Los desplazamientos se realizan, entonces, entre representaciones que se asocian de alguna manéra, Las formas caracteristicas de asociar del sistema inconsciento son has siguientes: denominada “ese sefior”, Este desplazamiento fue hecho de manera inconscien 1m romensecon{ Guillermo Rivlls © Freud ) sess rere eS ES Identificacion ‘También respecto del concepto de identificacién se hace necesario tomar algunas decisiones termino- légicas. Nos remitimos al Diccionario de psicoandilsis: “Proceso psicolégico mediante el cual un sujeto asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma, total o parcialmente, sobre el modelo de éste.La personalidad se constituye y se diferencia mediante una serie de identificaciones (...)-El concepto de identifi- cacién ha adquirido progresivamente en la obra de Freud el valor central que mas que un mecanismo psico- légico entre otros, hace de él la operaci cen virtud de la cual se constituye el sujeto humano. Esta evolucién ccursa paralelamente al hecho de situar en primer plano el complejo de Edipo en sus efectos estructurales, asi ‘como a la modificacién aportada en su segunda teoria del aparato psiquico, en la cual las instancias que se di- ferencian a partir del ello vienen definidas por las identificaciones de las cuales derivan (...). Este enriqueci- miento del concepto de identificacién no ha conducido, ni en Freud ni en la teoria psicoanalitica, a una sistematizacién que ordene sus modalidades. El propio Freud se deciara insatisfecho de sus formulaciones a este respecto, La exposici6n més completa que intenté dar se encuentra en el Capitulo VIl de ‘Psicologia de las masas yan del yo’. En este trabajo distingue finalmente tres modos de identificaci como forma primitiva del lazo afectivo con el objeto. Se trata aqui de una identificacién preedipica, mar- cada por la relacién canibalistica, que desde un principio es ambivalente (véase indentificacion primaria); b. como sustitutivo regresivo de una eleccién objetal abandonada; en ausencia de toda catexis sexual del otro, el sujeto puede, no obstante, identificarse a éste en la me- dida en que-tienen un elemento en comtin (por ejemplo, deseo de ser amado): por desplazamiento, la Identificaci6n se producir sobre otro punto (identificacién histérica)”."* EI Diccionario de psicoandlsis define asi identificacién primaria: “Modo primitivo de constitucién del sujeto sobre el modelo del otro, que no es secundario a una relacién previamente establecida en la cual el objeto se presentaria desde un principio como independi timamente correlativa de la llamada incorporacién oral”.!= nite. La identficacién primaria es i Entonces, tenemos que diferenciar entre tipos de identificaciones y darles nombres siguiéndo los desarro- llos freudianos, pero intentando lenar esa laguna a la que se refiere el Diccionario de psicoandlsis. La siguiente denominacién de las identificaciones respeta conceptualmente los lineamientos freudianos, pero supone una lectura posible del tema.Tomaremos diferenciaciones segtin dos criterios posibles: = Segiin el establecimiento o no de la relacién de objeto;es decir segtin se haya constituido 0 no ladi- ferencia 'yo-objeto’ (diferencia que, como vimos, se establece a partir del inicio del yo de realidad definitivo). Identificacion primaria: es la identificacién previa a fa diferenciacién ‘yo-objeto’ y, por lo tanto, previa a la relacién de objeto (es lo que el Diccionario de psicoandiisis define como identificacién pri- maria). Es la identificaci6n pecho-boca, en que ambas instancias no estan diferenciadas. b. Identificacin secundaria: es la identificacion posterior a la diferenciacién ‘yo-objeto’ y, por lo tanto, posterior a la relacién de objeto (definicién que el mencionado diccionario indica con la letra 14 LaplancheJeany Pontals, Jean-Baptiste, op ct p 184,185,186 y 187. 1. LaplancheJeany PontalisJean-Bapeiste, opp. 189. mn a ee “b” en el apartado Identificacién). Cuando se abandona una relacién de objeto, se produce una modi- ficacién del yo segtin rasgos © modalidades del mismo. Abandonar no tiene aqui la connotacién que suele darse al término, en el sentido de dejar a alguien, de interrumpir un vinculo con alguien en forma unilateral, sino que refiere a haber concluido una relacién de objeto por distintos motivos, a veces, por el propio proceso de crecimiento; el abandono es abandono de una modalidad de relacién con el objeto, lo cual no quiere decir, necesariamente, dejar de interactuar con ese objeto empirico, sino interactuar de otro modo, tener otro tipo de relacién de objeto (por ejemplo, con los padres). — Segdin ocurra en las fases libidinales anteriores a la declinacién del complejo de Edipo (es decir, mientras ocurre el proceso de represién primaria, constitutivo del sistema incons- ciente) 0 después de dicha declinacién (con los sistemas inconsciente y preconsciente- consciente diferenciados y separados por el mecanismo de represin secundaria). a. Identificacién primaria: toda identificacién que ocurre antes de la declinacién del complejo de Ediporya sea anterior o posterior a la constitucién y diferenciacién ‘yo-objeto'ses decir ala relacion de objeto. b. Identificacién secundaria: toda identificacién que ocurre después de la declinacién del complejo de Edipo , por tanto, posterior siempre a la constitucion y diferenciacién ‘yo-objeto’. Entonces, tenemos tres clases de identificaciones si agrupamos las clasificadas segiin ambos criterios. Aqui ‘tomaremos las decisiones terminol6gicas. Hablaremos de: = Identificaciones originales o primitivas: son primarias segiin los dos puntos de vista anteriores. Es decir que son previas a la constitucién y diferenciacién ‘yo-objeto’ y, por fo tanto, también anteriores a la declinacién del complejo de Edipo. Corresponden 2 la primera parte de la fase oral (o primera fase oral), cuando se estén procesando el yo de placer y el yo de placer purificado. = Identificaciones primarias: son secundarias segin el primer criterio clasificatorio y primarias segin el segundo. Son las que tienen lugar una vez producida la constitucién y diferenciacién ‘yo-objeto’,es decir {que son posteriores a la relacién de objeto. Se inician, por lo tanto, con el yo de realidad definitivo. Deri- van del abandono de la relacién de objeto. Son previas ala declinaci6n del complejo de Edipo y, transcu- ‘ren por lo tanto, en fases que corresponden a las represiones primarias (y culminan con la represién primaria propiamente dicha), previamente a la constitucin definitiva de los sistemas inconsciente y pre- consciente-consciente. Corresponden a la segunda fase oral, a la fase anal-sadica y ala fase fica. = Identificaciones secundari son secundarias segtin los dos criterios. Son posteriores a la declina- cién del complejo de Edipo (segundo criterio) y, por lo tanto, postefiores ala diferenciacién ‘yo-objeto’ y alla relacién de objeto. Ocurren, entonces,a partir del periodo de latencia. Las indicadas con la letra “c” en el Diccionario de psicoanéliss son, en términos generales, identificaciones se- cundarias segiin las denominaciones por las que nos hemos decidido. Pueden darse, eventualmente, en el con- texto de la segunda fase oral, fase anal y fase de latencia y,en esos casos, corresponden a lo que hemos elegido designar como identificaciones primarias; pero recordemos que el proceso de desexualizacién se inicia con el periodo de latencia, después de la declinacién del complejo de Edipo y, por lo tanto, las relaciones de objeto en las fases mencionadas estan impregnadas sexualmente. Bia aceunisce Guillermo Rivelis < Freud} nce ans t tts Sena APE Es muy importante considerar este punto en el trabajo educativo. Proponer actividades que los nifios no pueden realizar, marcar sus acciones con comentarios o evaluaciones hechos en forma tal que vulneren la autoestima, son formas de frustrar y, por lo tanto, de favorecer regresién y agresién. Muchos de los denominados “problemas de conducta” y muchas situaciones designadas como “indisciplina” en las instituciones educativas se corresponden con un significative aumento de la agresién como conse- cuencia de la regresién producida por la frustracién. En el ejercicio de la docencia suele suceder ~probable- ‘mente, la mayor parte de las veces de manera involuntaria~ que se ponga a los alumnos en situaciones altamente fustrantes como consecuencia de una exigencia a la que es muy dificil responder. Este procedi- miento pasa desapercibido o es justficado con diferentes argumentos (“hay que preparar alos nifios y j6ve- nes para vivir en una sociedad sumamente competitiva”, “es necesario lograr un nivel de excelencia”, entre otros); luego se diagnostica como propio de “otros” (los alunos, los hogares, las influencias del grupo de pares, latelevisidn, la sociedad en general) el problema que, en gran medida, se ha contribuido a producir. Segunda topica Ingresemos ahora en la segunda tépica o segunda teoria del aparato psiquico formulada por Freud. Reformula la primera,no la contradice ni la anula. No puede establecerse una relacién de superposicién,ni té mino a término, éntre los sistemas de la primera tépica y las instancias de la segunda. Las instancias de la se~ _gunda tépica son: ello, yo y supery6. Ello El ello es la instancia constituida por representaciones inconscientes. Es el polo pulsional de la personali- dad. Residen en el ello la tendencia pulsional erética y la tendencia pulsional tandtica, Los contenidos del ello son las representaciones reprimidas por represién primaria y las representaciones reprimidas por represién secundaria. ‘Ademés, el ello tiene un contenido hereditario, esto es, representaciones primordiales o esquemas adqui- ridos en determinados momentos de la historia de la humanidad. Estas representaciones constituyen una es pecie de reservorio de la historia de la humanidad. Yoes antiguos, dice Freud es decir, tipos de vida, Ideas, modalidades de retacion, maneras de percibir y pensar que en épocas remotas de la evolucién humana cons- tituyeron modos explicitos o implicitos pero no reprimidos, y que fueron abandonados al modo de una re~ presién cultural y sustituidos por otros~ precipitan en el ello y permanecen como memoria de la especi humana. Escribe Freud: ‘Las vivencias del yo parecen al comienzo perderse para la herencia, pero, si se repiten con la suficiente frecuencia e intensidad en muchos individuos que se siguen unos a otros generacionalmente, se trasponen, por asi decir, en vivencias del ello, cuyas impresiones son conservades por herencia. De este modo, el ello hereditai alberga en su interior los restos de innumerables existencias-yo (...)".” SZ, Freud, Sigmund El yo y el ello en Obras Completas Vol. 19, Buenos Aires,Amorrortu, 2000, p.39 y 40. me en nreaennectnnenrnnnnnnnennnemeensene( Hvevamente A > Aparato psiquico james También, flogenéticamente heredados, forman parte del ello los fantasmas originarios. Estos, conteni- dos en el ello, organizan la vida fantasmitica. Esto quiere decir que la universalidad de estos fantasmas (por ser flogenéticamente heredados) consiste en que no se refieren necesariamente a escenas vividas por cada uno de los seres humanos sino que refieren a la vida intrauterina, a la escena primitiva (escena del coito entre los padres),a la castracién y a la seduccién.Todos estos fantasmas (escenas fantasmaticas) se refieren a cues- tiones vinculadas a los origenes. Por medio de la escena oF aria se representa el origen del sujeto. Por medio de la escena de seducci6n se representa el origen de la sexualidad (ésta se inicia siempre, fantasma- ticamente, como una induccién por parte de otro). Por medio de la escena de castracién se representa la diferencia entre los sexos (recordemos en fa etapa félica: por haber cometido algin mal, una parte de la hue manidad ha sido castrada;|e fue cortado el Gnico genital reconocido hasta ese momento). Cada ser humano anuda diferentes imagenes a estas estructuras tipicas y heredadas, las representa de determinada manera, pero necesariamente Construye representaciones alrededor de estas estructuras fantasméticas; de alli que son or- ganizadoras de la vida fantasmatica. Freud plantea que estas escenas han sido efectivamente vividas en un pasado arcaico de la humanidad, Puede establecerse, pues, cierta vinculacién entre estos fantasmas originarios y el planteo freudiano respecto a que el ello es precipitado de yoos antiguos (ver mis arribe la cita de El yo y el ello). Los contenidos del ello, entonces, son inconscientes; tanto los contenidos heredados de yoes antiguos, ‘como los fantasmas originarios, como lo reprimido por represién primaria y por represién secundaria, La légica del ello es la logica primaria (proceso primario) que corresponde al sistema inconsciente en la pri- mera topica. El ello es fa instancia primera.Al nacer somos puro ello. Paulatinamente se iré diferenctando el yo a partir del ello, Lo que en cada época va siendo yo (yo de placer, yo de placer purificado, yo de realidad defintivo, el yo de la etapa anal que debe procesar el control de esfinteres y la renuncia pulsional, el yo de la etapa falica aque afirma la castracién y la existencia de un solo genital) va a quedar formando parte del ello al cerrar el me- ‘anismo de represién primaria con la declinacién del complejo de Edipo. Como vimos anteriormente, gran parte de las representaciones que se van configurando durante las fases pregenitales quedan fjadas (recordemos: i- jaciones es igual a represiones primarias) y parte van siendo sobreinvestidas y van pasando a las fases siguien- tes, Con la.represién de la tiltima fase (la represién edipica) culmina el proceso de represién primaria (es lo que se denomina la represién primaria) y se dividen las aguas: quedarn definitivamente fijadas representacio- nes que constituirdn el nticleo de lo reprimido primario del ello y otras representaciones (0 partes de las mis- mas) que puedan sobreinvestirse quedarn formando parte del yo, ya diferenciado del ello. Es decir, que en el ello ya constituido (es decir, cuando ya se han diferenciado yo y ello después de la declinacién del complejo de Ezipo) permanecen estructuras, formas, modalidades de relacién que constituyeron (por paulatina diferencia- cién respecto del ello) los yoes de las diferentes fases y subfases de evolucién libidinal ‘También fa tendencia a la compulsién repetitiva pertenece fundamentalmente al ello como producto de la pulsién de muerte (recordemos que el ello es el polo pulsional de la personalidad). 7 -sexonacnal Guillermo Rives «Fred jmeerensson: eaten Yo El yo es la instancia que regula la relacién con la realidad. Es a través (0 por medio) del yo que nos vincu- lamos con la realidad (realidad material, compartida, humanizada),Pero este ser humano, esta persona, este in- dividuo que se relaciona con la realidad a través del yo, no es sélo yo; es también ello y supery6. El yo es, entonces, a instancia que tiene que articular, que tiene que mediar entre los requerimientos del ello (que se desprenden de su condicién de polo pulsional de la personalidad), los imperativos del supery6 (veremos de acuerdo a qué construccién psiquica establece imperativos) y las exigencias de la realidad (que en tanto tal, posee una estructura que impone condiciones al accionar humano; por ejemplo ciertas formas de realizacién de deseo podrian conducimnos a la muerte). Entonces, si bien el yo aparece como la instancia organizadora que intenta considerar los intereses de la persona entera, como un director de orquesta,no es totalmente au ténomo porque tiene que considerar al ello, al superyé y a la realidad para ponderar y llevar a cabo su acci nar: Por eso Freud habla de los “vasallajes del yo”. Para realizar la tarea antedicha,el yo se maneja de acuerdo al principio de realidad. La formacién del yo ‘es consecuencia de su paulatina diferenciacién respecto del ello (recordemos que los primeros yoes, los que tienen lugar antes de la constitucién definitiva de las instancias, van a quedar formando parte del ello).Y esta formacion del yo (la genesis del yo) obedece a dos cuestiones. Una de esas cuestiones es el contacto con la realidad exterior: El sistema de la percepcién constituye, por lo tanto, un factor fundamental en la constitucién del yo. El yo se va constituyendo en una instancia adaptativa; es decir,en una instancia que va logrando una relacién con la realidad que no pongs en riesgo al sujeto, la persona entera, mostrandole caminos posibles de satisfaccién y prolongando la vida lo més posible. Por ejem- plo, cuando el funcionamiento psiquico tiende a la alucinacién primitiva, es decir a reinvestir,a re-cargar una imagen mnémica que registra una vivencia de satisfaccién (funcionamiento a puro ello), la realidad exterior opera para sacar al bebé de esa situacién y constitulr un esbozo de yo, que es decir un esbozo minimo de prin- cipio de realidad (por medio de la prueba de realidad)" Es este caso, esa realidad exterior esté dada por el 18.51 commada por el deseo de llegar inmediatamente 2 un lugar donde ha visto un objeto que desea, una persona no repara en las condiciones de realidad que la reparan del mismo y procede como si ells no estuvieran,no logrard alcanzar el objeto por dife- rentes siuaciones concretas:desde quedar atrapado en los cbsticulos no tenidos en cuenta (por ejemplo, no poder pasar por un lugar donde hay algo que no fue considerado) hasta tal vez, encontrar Ia muerte como consecuencia del funcionamiento de algue os de esos objetos (funcionamiento no necesariamente dirgido 2 esa persona pero que opera sobre ella en tanto nolo observé), (Cuando hablamos de realidad nos referimos a la realidad material humarizads, intersubjetiva, compartids, porque cada uno de los conceptos utilzados, los objetos tupuestos en el ejemplo y la valoraciones atrbuidas, son construcciones de fa especie humana 8 partir de lo real original. Cuando decimos “deseo”, cuando decimos “tal objeto concreto", cuando decimos “muerte”, estamos hablando de categorias conceptusles humanamente construidas que intentan dar cuenta de un “algo” que sucede en ese real ini- ial al que tenemos acceso de acuerdo a las caracteristicas de nuestra organizacién (recordemos la cita de El porvenir de una iu- sién), También es producto de a realidad humanizada a valoracién que hacemos de as distinas entidades construidas (por ejemplo, viloramos i vida y pentamos que no es bueno aleanzar a muerte de la manera planteada en el ejemplo). Es importante dlferenciar un funcionariento con predominio del principio de placer que llea a cabo una defczarlaevaluaclin de fa realidad y como consecuencia de ello sure un perjuicio superior al benefcio que pretendia logrr. del funcionamiento con predomi- nio de la compulsion de repeticion que desconsidera la realidad, cuyo fin iltimo (aunque el sujeto de fa accién crea lo eontrario) no sla consecucién de placer y que necesariamente conduce a situaciones de destruccién (y, especialmente, de autodestruccin). 1. Principio de realidad es el principio que ya hemos desarrollado. Ocro concepto planteado por Freud que esti relacionado con ese principio es el de prueba de realidad, proceso por el cual dstinguimos estimulos procedentes de! exterior de estimulos inter. nner HuvarneMe A > Aparato pSiquico jue dolor corporal que insiste porque la satisfaccién real no se ha producido (el hambre sigue existiendo) y por la mama que insiste en alimentar periédicamente a su bebé!s. La otra cuestion es el tema de las identificaciones (ya desarrollado).El yo se va conformando por medio de identificaciones. Es el yo el que gobierna el acceso a la motilidad. Al hacerlo, debe atender a los requerimientos del ello, a los imperativos del superyé y a las exigencias de la realidad. En El yoy el ello Freud plantea que, ademis del sistema de la percepcién (fundamental en la conexién con el medio exterior), el cuerpo propio ~y especialmente, su superficie~ resulta un factor importante en la géne- ‘sis del yo y en su diferenciacion respecto del ello. Sostiene que el cuerpo propio es visto como un objeto otro (exterior al psiquismo) y aun asf proporciona al tacto sensaciones (incluso, sensaciones que equivalen a una per- cepcién interna).El dolor representa un arquetipo del modo en que se llega a la representacién del cuerpo pro- pio, al suministrar noticias respecto de los propios érganos. En funcién de estas consideraciones, Freud plantea que el yo es una esencia-cuerpo. Como representante del principio de realidad, el yo se relaciona con el ello (polo pulsional) analogamente a como se comporta el sistema preconsciente-consciente respecto del sistema inconsciente (dominado por el fad) y dar lugar a fa produccién sintomatica,o pueden entrar en situaciones de colaboracién (como manera elaborada de asumir e intentar resolver el conficto).De una u otra manera, el yo intenta dominar al ello, ponerle limite al im- principio de placer). En tal sentido, yo y ello pueden entrar en situaciones de conflicto (incompatit pulso, canalizarlo en la medida de lo posible. De alli que en la segunda t6pica, la férmula del progreso psiquico que en la primera es hacer consciente lo inconsciente- se expresa como: donde Elllo era, Yo debo deve- rir (presentada por Freud en la “31* conferencia. La descomposicién de la personalidad psiquica”en Nuevas con- ferencias de introduccién al psicoondlsis ~més adelante se reproduce el parrafo— y que ha sido difundida también como “donde Ello era,Yo debo advenit”; “donde Ello era,Yo debe advenir”; “donde era Ello, ha de ser Yo"). En lo que respecta al mecanismo de compulsion de repetici6n,el yo suele ser impotente, suele no poder poner freno al funcionamiento compulsivo”. De hecho, sucede que la compulsion de repeticién invade al yo y éste apa- rece como tomado por la compulsi6n,a veces luchando dolorosamente contra ella .a veces,aceptindola e, incluso, reivindicando las conductas asociadas a la compulsién (suele ocurrir, por ejemplo con conductas adictivas). Si ponemios en relacién la primera tépica con la segunda, podemos decir que el yo es fundamentalmente preconsciente-consciente, pero no de modo exclusivo. El yo tiene zonas, aspectos, funcionamientos incons- ‘nos y que, también, nos permite diferenciar una percepcién de una represeneacién psiquica (distinguir entre una percepeién y un recuerdo, un parecer 0 una ilusién Optica.y también dstinguir entre una percepeién y una alucinacién, que es una percepeién sin percepto, es decir que se cree percibir algo del medio exterior cuando en realidad se esti reinvstiendo una representacién psi {uica, una huella mnémica). Recordemos que el primer yo,el yo real, yo neurolégico, ya diserimina entre estimulos de los que se puede huir mediante una accién muscular y estimulos de los que no se puede huir y requieren un trabajo para su resoluciénylos primeros serin més tarde reconacidos como exteriores y os segundos, como internos. 16.Si bien el cuerpo os el cuerpo del Bebé, es exterior en dos eentidos:a) en tanto no esté reconocido como propio (diferente de ‘algo no propio) y no escé unificado (recuérdese lo ya desarrollado en el apartado Norcisisme) y b) es exterior en tanto extetior al funcionamiento psiquico (exterior al psiquismo), 16. Nétese la fundamental funcién del “otro” en la vida humana;el “otro” que se consttuye en “aunillar” y que eferce sobre el sujeto la funcidn yolea que éste atin no tene instalada. 17Esto no quiere decir que el problema no tenga solucién, pero si que la misma no es ficily que es cistinea ala relacin entre el yo. y olello cuando lo que esed an juego es el principio del placer. 8 { Guilermo Riells < Fred jenn een cientes. No son zonas inconscientes desde el punto de vista t6pico, pero si dindmico, es decir, desde el punto de vista que se relaciona con el conflcto, Las zonas © aspectos inconscientes del yo son los mecanismos de defensa, La defensa por excelencia es la represién secundaria (concepto ya desarrollado) que es un caso de defensa muy especial porque, en articulacién con la represién primara (ala que continéa y consolida), es el ‘mecanismo que constituye la separacién entre el sistema inconsciente y el sistema preconsciente-consciente (recordemos lo que hemos dicho en el apartado Teoria psicoanalitica: el psiquismo no es una unidad homogé- nea sino una organizacin escindida).La frontera entre el yo y el ello en la segunda tépica no es tan nitida como 1a frontera entre el sistema inconsciente y el sistema preconsciente-consciente en la primera. En lo que res- pecta a los mecanismos de defensa,ambas instancias se confunden relativamente en lo que hace al caracter de nites desde el punto de vistas dinémico, pero forman parte del sistema preconsciente-consciente desde el punto de vista tépico).. inconsciente (recordemos que los mecanismos de defensa son incon: Mecanismos de defensa Los mecanismos de defensa operan sobre las exigencias pulsionales y sobre todo lo que pueda signficar un desarrollo de angustia. En Pulkiones y destinos de pulsién, Freud presenta cuatro destinos que puede experi- mentar la pulsién en su desarrollo y plantea que éstos pueden mostrarse como variedades de la defensa contra las pulsiones, en tanto tienden a contrarrestar la prosecucién directa de las mismas. Dos de estos mecanismos defensivos existen antes de fa culminacion del proceso de represién primaria (0 sea, operan contemporineamante con él) y son, por lo tanto, previos a la represién secundaria el mecanismo de transformacién en lo contrario y de vuelta sobre si mismo. Ambos, muy primarios, pueden seguir existiendo en etapas posteriores de fa vida. Reproduzcamos lo que escribe Freud: “Bl trastorno hacia lo contrario se resuelve (...) en dos procesos diversostla vuelta de una pulsién de Ia actividad a la pasividad,y el trastorno en cuanto al contenido. Por ser ambos procesos de naturaleza diversa, también ha de tratérselos por separado. Ejemplos del primer proceso brindan los pares de opuestos sadismo-masoquismo y placer de ver-ex- hibicidn. El trastorno sélo atafe a las metas de la pulsi6n; la meta activa ~martirizar, mirar— es reem- plazad por la pasiva~ser martirizado, ser mirado-. El trastorno en cuanto al contenido se descubre en este nico caso: la mudanza del amor en odio. La wuelta hacia la persona propia se nos hace mas comprensible si pensamos que el masoquismo es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio,y la exhibicién lleva incluido el mirarse el cuerpo propio. La cobservacién analitica no deja subsistir ninguna duda en cuanto 2 que el masoquista goza compartida- mente la furia que se abate sabre su persona, el exhibicionista, su desnudez. Lo esencial en este pro- ceso es entonces el cambio de via del objeto, mantenléndose inalterada la meta. Entretanto, no puede escapirsenos que vuelta h: vvidad convergen o coinciden en estos ejemplos a persona propia y vuelta de fa actividad a la pasi- Freud, Sigmund, Puiones y destinos de puién en Obras Completas Vol. 14, Buenos Aires,Amorrorty, 1979, p. 122. i Huovzinente A > Aparato psiquico Jrmeeennmee Para entender el plariteo freudiano respecto de la vuelta de la pulsién de la actividad a la pasividad como defensa, pensemos que en el masoquismo puede quedar disimulado el placer que en el sadismo aparece desem- bozadamente. Lo mismo puede ocurrir con el ser mirado (exhi jonismo) respecto del mirar (voyeurismo). Los planteos de Freud acerca del masoquismo y del sadismo ~en lo que respecta a cul de las dos posiciones es originaria y cusl derivada de la otra~ son complejos y fueron cambiando a lo largo de la obra; pero de todos modos, el mecanismo tal cual lo presenta aqui tiene validez conceptual. Esa especie de ocultamiento del pla- cer, de disimulo a través de sustituir la meta activa por la pasiva, constituye una defensa contra la presenta desembozada de la pulsién. Recordemos lo que ya hemos sefialado: Freud plantea que las metas libidinales pueden ser pasivas, pero que la libido es siempre activa. Respecto de la mudanza del amor en odio, podemos contar con ejemplos en la vida adulta (probable- mente, incluso personales) y reconocer el valor defensivo de tal mudanza. Odiar a una persona es una iluso- ria manera de pensar que no se la necesita. Preferimos,a veces, creer que odiamos, convencernos de eso, antes que sufrir por amor. El procedimiento defensi de separacién: pareceria que alejarnos de Io que odiamos es més facil que distanciarnos de lo que amamos. EI es sumamente empobrecedor. Suele suceder en situaciones mecanismo es inconsciente; nos quedamos convencidos de odiar y podemos esgrimir motivos (es més, los buscamos denodadamente y, veces, los producimos).El amor es un sentimiento que nos lleva a estar con el otro, ano querer separarnos. Pero el odio, aunque parezca raro, no facilita la separaci6ni mas bien constante- mente conservamos dentro de nosotros a la persona odiada, tenemos un dilogo interno con ella (la insulea- ‘mos, le decimos que no la necesitamos, le contamos que nos va muy bien sin ella), hacemos cosas pensando que de una u otra manera esa persona se enterard, En cuanto a la vuelta sobre si mismo, podemos entender que este mecanismo es defensivo en tanto la propia persona se erige en sujeto y objeto de la accién, la cosa queda en él y esto parece hacer disminuir la contundencia y la exposicién que toma la pulsién cuando esté dirigida a otra persona. El tercer mecanismo que presenta Freud en Pulsiones y destinos de pulsidn es la represi6n; de ése ya nos hemos ocupado. El cuarto mecanismo es la sublimacién, que el autor sefiala que no abordar4 en ese texto. Freud nunca ‘escribié un articulo especialmente dedicado a él. Lo planted como mecanismo alternativo a la represién se- ‘cundaria. Tanto la represin secundaria como la sublimacién suponen la represién primaria (es decir tienen lugar se ha completado el proceso de represién primaria); se apoyan en la misma. Respecto de los enlaces con lo reprimido primario (recordemos que por represién primaria se fijan pulsiones parciales operantes en las fases pregenitales de evolucion de la libido,a través de sus representantes-representativos), las alternativas son fare presién secundaria y la sublimaci6n (sobre la representaci6n que opera una no opera fa otra). Proceso postulado por Freud para ex tas actividades humanas que aparentemente no guardan relacién con la sexualidad, pero que hallarian su ener- {ia en la fuerza de la pulsion sexual. Freud describié como actividades de sublimacién principalmente la actividad artisticay la investigacién cientifica.Se dice que la pulsién se sublima en la medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, apunta hacia objetos socialmente valorados”."* Recordemos que antes hablamos del mecanismo de sobreinvestidura como consecuencia de la cola- boracién intersistémica. Este opera cuando tomamos conciencia de algo hasta entonces reprimido por re- 19, Laplanche, Jean y Pontalisjoan-Baptiste, op. cit, p. 415, 1

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