Muy Historia Visigodos

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deunreino See AC > EON EE ter POO nt ca ee Han colaborado Carta del Director en este nimero: _ Todos somos 2s; UN POCO goticos fe nuesro merograhco. Npiewitans gotica al fin y al cabo? «Conoc y nanth, bravu ena peninsula i la invasion de Tarig y a lo largo de la Edad Me imana, $e fueron sedimentando e hicieron dos lexemas arcaicos ania Romana. 2 ia y en com vualidad. Unos mas godos que unos > mis desderioso que amable con qt canatios 2: nteradillo fe su socieciad cada vez menos oscura ~a la lu les mas c acid, s con el estilo habitual de Muy interesante. Nada que ver © n que a 14a en nuestro Dossien eS atamiicien ista de los reyes &¢ enderse de 0s abuelos (los mas José Pardina, Director jpaeinaesy.es fuerte infuencia romana enlaPe- insula, os vist odes lograron Gefinirsupropio estilo iglesia palentina de San Juan de Bafos) interés politico, las princesas godas debian ofrecer una gran dotea sus prometides. Rigunta, hija delos francos Chlperico| Fredegunda, se drigié a su boda en Toledo escoltada por 50 carros rebosantes de riquezas (en el dibujo). ivididolalista en conguistadores sabios, § wraicores yaébies. godo Pelayo (enis Imagen) conlos astures pren- diélame chadela ENERO-FEBRERO 2012 Presentacién: VisigodosenHispania 6 fisual: Los pilares elReino 16 Yilegaron estos barbaros... 22 Una gente muy guerrera 28 Cuestionesdefe 38 Toledo: asi se vivia enla capital Las increibles soberanasgodas 68 a; maura 74 Recetas 2S? Destellos de un tiempooscuro 88 12 36 80 94 97 98 VISIGODOS EN HISPANIA El Reino mitificado Los godos no fundaron Espafia, pues el concepto de nacién no existia en el siglo V. Pero su mas bien escasa huella en la peninsula Ibérica fue convertida en un referente casi legendario por las cronicas de la Reconquista. ‘mania y sus legiones eran masacradas en el afio .9en la selva de Teotoburgo, un pueblo de origen .germanico con origen en la isla de Gotland, en la costa sue- ‘adel mar Baltico, comenzaba un prodigioso viaje migrato- rio que duraria mis de cuatro siglos. Este pueblo eralatribu de los godos, asi llamados por los historiadores romanos, que en el sig Ise establecio en las costas de la actual Po- Jonia para recalar, a comienzos del siglo Illy tras atravesar Europa central y oriental, en las lanuras de Ucrania. Allise asentaron los godos durante siglo y medio hasta que, en el afio 375, un pueblo descrito en las crdnicas de la época co- ‘mo “el ms feroz de su tiempo”, los hunos, aparecié desde las profundidades de las estepas de Asia Central y losempu- {shacia las fronteras del imperio Romano. Despavoridos ante la legada de los huunos, los godos irrumpieron en los dominios de Roma y derrotaronalosro- ‘manos en la batalla de Adrianépolis, en el aio 378. La con- ‘mocién fue tremenda. San Ambrosio escribié: “Asistimos al fin del mundo”. Pocos afios después, en 410, los visigo- dos, una de las dos ramas en las que se dividi6 la tribu de los _godos (Ia otra fue la de los ostrogodos) ,saquearon la mismi- sima ciudad de Roma. Con motivo de ese acontecimiento, san Agustin, el obispo ms célebre de comienzos del sig V, anuncié de manera solerane: “Esto es elfin del mundo” ‘comienzos del siglo I, cuando el emperador Au- {gusto fracasaba en su intento de conquistar Ger- El final de una época. Los intelectuales romanos de la <época eran conscientes de que su Imperiose estaba acaban- do, ¥ de que lalegada de los birbaros suponia el final de su ‘mundo y el comienzo de una nueva época. Empujadas por los asiticos, por el hambre y por el afin de riqueza, numerosas tribus bérbaras siguieron a los visi _godos, yel Imperio Romano, ya partido en dos mitades, no tuvo mas remedio que pactar con algunas deellasy dejarlas| ‘que se establecieran dentro de sus fronteras. Los visigodos, tras saquear Roma, se dirigieron hacia oc- cidente y se instalaron en el centro y sur de la actual Fran- ia, recibiendo tierras a cambio de paz. Se convirtieron asi «en tropas federadas del Imperio, incluso llegaron a defen- ee derlo contra otras tribus bérbaras, como ocurri6a partir del afio 427, cuando intervinieron a favor de Roma en tierras de Hispania y combatieron a suevos, vindalos yalanos, const. caudillo Teodorico I (418-451) al frente. Y de nuevo lohicie- ron en 433, en la batalla de los Campos Cataldunicos, cerca, de la ciudad francesa de Poitiers, donde lucharon aliados ‘conelejército romano contra los hunos de Atila. Conforme el poder romano se desvanecia en Hispania ¥¥ en a Galia, los visigodos lograron asentarse en el sur de Francia y fundar un Estado con centro en la ciudad de Tolo- sa (Toulouse). Desaparecido el Imperio, la tnica autoridad ‘que permaneci6 en Occidente fue la de los reyes germanos, Jos obispos eatdlicos los grandes terratenientes. Hispania, en elcaos. Los visigodos realizaron una prime- ra toma de contacto con Hispania en esa accién a favor del Imperio en 427, y desde entonces comenzaron una lenta, pero incesante penetracidn en esta provineia romana, que, con una poblacién resignada y callada, parecia abocada a un incierto destino contra el que se mostraba incapaz de lu char. Hispania, inmersa en el caos y el desgobiemno, asola- ddas algunas de sus regiones por partidas de bandoleros, los Dagaudas, que saqueaban villas y ciudades ante la impoten- cia de los hispanorromanos, quedé inerme, y los visigodos {niciaron su ocupacién en la segunda mitad del siglo V. Cuando en el afio 476 el caudillo Odoaero, jefe de la tribu germana de los hérulos, depuso al ultimo empe rador de Oecidente, el desdichado Rémulo Augiistulo, y decidi6 que ya nadie més levaria ese titulo, hacia varias décadas que, de hecho, l2 Galia y media Hispania habian dejado de ser una parte del Império Romano para quedar sometidas al dominio visigodo. Extinguido el imperio de Occidente, los visigodos secon virtieron, ahora ya de derecho, en los sefiores de un reino que se extendia por el sur dela Galiay el centro y norestede Hispania. Tras un siglo de contacto con la cultura romana, habian asimilado muchas de sus costumbres, lo que unido al mantenimiento de algunas de sus tradiciones ancestrales dio lugar ala creacin de una estructura estatal dualista en la que coexistieron tradiciones, formas de vida e institu- > » clones de ambas sociedades, hasta tal punto que tardo: romanos y germanos se rigieron cada uno por sus propias leyes y sus propios tribunales. Eran dos sociedades que cconvivian pero que no se mezclaban. Nacimiento de un Estado. Los visigodos erearon un reino aliado de Roma en 418, con capital en Tolosa (Tou louse), como federados del Imperio, y desde el afto 454 fundaron asentamientos estables en Hispania. Entre el 466 y el 470, las antiguas provincias hispanas de la Tarraconense y la Bética pasaron a formar parte del reino de Tolosa, y poblaciones vis ‘godas se asentaron en las localidades mis importantes (Barcelona, Tarrasa, Tarragona, Zaragoza, Toledo, Sevilla) y en zonas rurales dedicadas ala agricul- Palencia). En esas fechas ya se habian identiicado con el territorio que ocu paban a ambos lados del Pirineo y se dotaron de leyes adaptadas a su nueva situacion sedentaria, El rey Teodorico UI (453-466) proclams en el aio 463 la Lex Romana W gothorurn, que los convertia de hecho en un verdadero Es- tado dentro del Imperio Romano. Su sucesor, el rey Eurico (466-484), asento la autori- dad visigoda en los territorios ubicados entre el Loira y 1 Ebro y fue reconocido como soberano legitimo por el emperador bizantino Zenén cuando Odoacro, caudillo de Ja pequetiatribu de los heérulos, depuso en 476 a Rémulo Augustulo, el ultimo emperador romano de Occidente. En 479, Eurico dots ademas a su pueblo de un nuevo cédigo legal, sdlo parcialmente conocido, que constituia una re copilacion de las viejasleyes germinicas Pese a estos pasos, los visigodos quisieron mantener sus sefias de identidad con respectoa la inmensa mayoria dela Imperio Romano poblacién indigena galorromana e hispanorromana. Para ello exaltaron el sentimiento nacional godo, se mantuvie ron files seguidores de la herejia arriana y prohibieron los matrimonios mixtos de godos con romanos. Frente a esta actitud de separacién por parte de los vi- sigodos de las dos culturas, la romana y la germénica, el pueblo de los francos, que se habia establecido a fines del siglo V en el norte de la Galia, habia puesto en marcha una politica bien diferente. Su rey Clodoveo habia propi ciado enseguida el abandono del arrianismo y la unifica cién con el pueblo galorromano. Ante esta situacién, los obispos catolicos del sur de la Galia trama- ron una conspiracién contra el rei no arriano visigodo de Tolosa y ma niobraron para acabar con el poder godo, que imponia el arrianismo, y acercarse a los francos. El sucesor de Eurico, Alarico I (484-507), intent reaceionar promulgando una nueva ley, la contenida en el Breviario de Aniano del afio 506, también la do Breviario de Alarico. Este texto legal contenia una serie de normas del derecho romano que venian a llenar el vacio que, en algunos aspectos juridicos, presentaban las leyes germénicas, ademis de ser un gesto de acerca miento ala mayoria indigena catdlica, que no cuaj6. La debacte de Vouillé. Los francos, que se encontraban en plena expansisn a comienzos del siglo VI, aliados con los catélicos del sur de la Galia, atacaron a los visigodos y los vencieron en la batalla de Vouillé en el afio 507. La derrota de los visigodos fue casi total: Alarico If murié en el comba- te-con lo mejor de su ejército y los visigodos perdieron ci todas sus posesiones en la Galia. Gracias a la ayuda de sus primos ostrogodos. que se habjan instalado en Italia, con- siguieron mantener la provincia de la Septimania, una es- trecha franja costera entre los Pirineos y la Costa Azul fran- cesa. La debacle de los visigodes en Vouillé a manos de los francos, también de origen germano, tuvo una consecuen- cia muy importante: desencadens la entrada masiva de los ‘gods en Hispania y el traslado de la capital de su reino a Barcelona y, mds tarde, en el afio 351, a Toledo. Elreino de Toledo. El ejercicio del poder nunca fue facil para los monareas visigodos. Inmersos en graves contflic- tos dindsticos y en luchas por el trono, los reyes visigodos de Toledo gobernaron su reino rodeados de traiciones, conjuras y asesinatos. Durante la primera mitad del siglo VI, laanarquia fue norma habitual. Solo elascenso al rono de Leovigildo en 369 dio comienzo a un periodo de calma interna, aunque cuajado de guerras de expansion y de do- ‘inio para el sometimiento de los pueblos hispanos peri- féricos, que no acababan de acatar al soberano de Toledo. Entre ellos, los suevos, un pueblo germénico que habi dominado todo el noroeste peninsular desde principios del siglo V hasta el afto 385, en que fue definitivamente derrotado por los visigodos. ‘A fines del siglo VI, los reyes visigodos dominaban buena parte de la peninsula Ibérica y la Septimania, aunque de- ban enfrentarse afocos rebeldes en lacordillera del norte cen regiones periféricas y montafiosas, ademas de haber te nido que ceder a los bizantinos una amplia franja en la costa ‘mediterranea, desde Valencia hasta Cadiz. Desaparecido el Imperio de Occidente en 476, antiguas unidades tribales indigenas recuperaron su ancestral sen- tido de la independencia y lograron una autonomia pric- ticamente total con respecto al reino visigodo. Esas tribus radicaban sobre todo en las cordilleras hispanas y,especial- ‘mente, en las montafias del norte. Algunas de elas, perte- necientes a pueblos tan antiguos como los cantabros y los vvascones, no sdlo se habian emancipado del poder central, sino que hostigaban a los godos desde sus bastiones monta~ ‘hosos septentrionales. Los reyes visigodos, sobre todo desde Leovigildo (569- '586), pusieron en marcha numerosas ¥ repetidas campafias ‘ektacinas casancest| Sucbos Suatavnicg, 8 ToLeN at Vistgodvos ‘eiear* ‘NGtsTA nilitares para sofocarlos y someterlos a su dominio. Cada primavera, sin excepci6n, el ejército visigodo se concen- traba en Toledo y, desde alli, bajo las 6rdenes del rey, saia cen expedicidn hacia el norte o el este. Con el propésito de controlar estos teritorios, Leovigildo fund6 lasciudades de Vitoria y Amaya, para desde ellas hostigar a los vascones y los céntabros,y lade Recépolis en el centro dela Peninsula, 2 orillas del Tajo y aguas arriba de Toledo, en honor de su hijo Recaredo, a quien asoeié al trono. Godos e hispanos,aislados. La corte real de Toledose or- ganiz6 a modo de una pequefia corte imperial, pero sus so- beranosy la nobleza nunca lograron identificarse por com- pleto con la mayoria de la poblacidn ala que gobernaban. El Estado fue monopolizado por una clase nobiliaria que au- ‘ment6 sus privilegios, en tanto la mayoria hispanorromana ‘quedaba sometida y marginada del poder, y la minoria ju- dia sufia persecuciones y desprecios que provocaron su > Siempre en pie de guerra. ©) feino unéado por los isigodos, con capital en Toledo, liege aabarcar gran parte delaPeninsu- |a,aunqueen constante pugna fronteizacon suevos.vEndslos, Cintabros.vesco. nes, bizantines.. visigodos y la manipulaci6n de la historia de Espana nacorienterenciay _brepartedeella,yademas _ElEstadovisigodonose Pseudohistérica.enla _tambiénlohicieronsobrela _definié comounterttorio, f quemiltan con ervoraficio- Septimania,elsurestedela _sinocomo|os dominios que ados aescribirsobreHisto- Galia.Hispanianuncafueun gobernabassurey.Noexiste flasinrigo:.consideraalos conceptopoliticsinoun _Espaftacomounidad polti- monarcasvisigodos como espacio geogréfico.eldela _caenios sgios Viy Vl. sino los "primeros reyes deEsp3- peninsulalbérics. tun pueblo, elvsigode, que a fa,los fundadoresdelana- Lasfronteras delreino isi- _parirde fines delsiglo Vise ion espafila’ ‘godonoestabansujetasa _ampliarS al gobernado por el ‘un acuerdointeracional.ni _reyde'Toledo. Perolosreyesvisigodosio se jsronenuntratado, Sus fuerondeunpuebloynode dominios acarzzvanhasta Hispania, 0 Spania comola unanacién.Rexwisigatho- dondelopermitize!poder lama sanisidoro de Sevilla, um,"reydelosvisigodes", _desusejércites,yfueron _siguidsiendoun concepto escomoseapelaronestos cambiantes;jaméscoincidié _geogrsfico,entantoelespa- ‘Soberancs,quejamasse _elreinodelesvsigodoscon clo gobernado por la monar- ientitcaronconunterto- _laperinsulalbérica,nicon quia godade Toledo fue et Lesreesde Leén riba, Atonso Vi, enonmuroldelCongrso te. Norelnaron sobretoda unteriorio concrete dent Regnum gothorun, erento eles Diputades) busceron enlosgodossuantecedente. la Hispaniaromana,sinoso- _delamisma. delos odes’. MUY HISTORIA 9 Huellas deuna época ‘convulsa. A- ba, interior dels 1OMUY HISTORIA. > snimadversion hacia la clase dirigente visigoda. GAM) Ene situacién, la elesia se convirtis sobre to he ¥ do tras el III Concilio de Toledo del affo 589- en una AY) instncion tundamental,vivero de los intlectales BP) nis notables deta epoca, como el cbispo Braulio de BP Zaragoza, san Leandro, el obispo Tain osanIsidoro Y de evil lafigura cumbre de iglesia hispanogods y autor de las Etimologias, una especie de enciclopedia del saber antigua, sstematizado por este obs posevillano a comienzos de siglo VI Compuesto por unos doscientos mil individuos, frente @ una po blacién hispanorromana de unos cuatro millones, el pueblo visigodo configuré tna minoria dominante én lo politica y lo militar en la que tinas mil quinientas familias, que constituian una castaarstocritica y guerrera(integra- da por una nobleza de sangre a la que se um6 otra de servicioa causa desus prestaciones militares) acapara- ron el gobierno del Estado visigodo ¥ la propiedad de la tiera, junto con una easta de terratenientes de origen Visigodose indigenas no se mezclaron,y es situacién d eRe eye aes (IA eueacue uy neem Corse) ene ae eles aislamiento provoed un rechazo mutuo, 0 al menos un ddesinterés. Ademds, los hispanorromanos eran mayorita- iamente catolicos, en tanto los visigodos profesaban la he- refia arriana, lo que en el siglo VI contribuy a ahondar las diferencias ya existentes entre ambos grupos. La conversion del rey Recaredo al catolicismo en el afto 589, y con lla de muchos nobles visigodos, sirvis para mi- tigar esta segregacién religiosa, pero visigodos e hispano- rromanos continuaron sin mezelarse. En 660 se promulgé el Liber ludiciorum, 0 Libro de los Juicios, que equiparé en algunas cuestiones a visigodos eindigenas. Pero, situados al margen de la mayoria dela poblacién, los visigodos mantu vieron el monopolio del poder en el Estado, La descomposicién del reino visigodo. En el seno de la nobleza visigoda, las luchas por el poder seguian siendo habituales. A mediados del siglo VII se avivaron los en frentamientos entre bandos rivales de la nobleza, que inerementaron esas pugnas intestinas por el poder. La ‘monarquia comenzé a debilitarse y las conjuras nobilia. rias estallaron con virulencia. El rey Wamba fue vietima de una conspiracion que lo depuso en el aflo 680. Fl en frentamiento entre nobles godos alcanz6 entonces una enorme magnitud, vse dividieron en dos bandos: uno de ellos alz6 al trono al rey Ervigio, lo que desencadend el estallido de una guerra civil en la que triunfaron los parti- darios de Egica, quien asocié al trono a su hijo Witiza. En 710, los nobles que habian aupado a Ervigio proclamaron rey a Rodrigo, y se reanudé la guerra civil, en la que los hijos de Witiza reclamaron sus derechos al trono y se los disputaron a Rodrigo, considerado un advenedizo, Tras més de dos siglos de dominio visigodo en la Pe- ninsula, la relacion entre los germanos y los hispanos seguia Siendo nula. Los monareas y la nobleza visigoda vivian al margen de la poblacion indigena, aislados en sus ciudades y en sus villas seftoriales, sin llegar jams a Ja conjuncién y fusién que, por ejemplo, protagonizaron los francos con los galorromanos. Por eso, cuando a mediados de julio de 711 Ios musulma- nes derrotaron alls visigodos en el sur de a actual provin- cia de Cadiz y liquidaron a todo el ejército encabezado por el rey Rodrigo, Ia inmensa mayoria de la poblacidn de ori- gen hispanorromano no movio un solo dedo en su defens2, ‘Pues no consideraba a esos monarcas germAnicos como a sus reyes. Ni un solo indigena se puso de su lado, y def ron que la invasién iskimica se extendiera por la Peninsula sin resistencia. Nadie ajeno al sector de 1a nobleza que apoyaba a Rodrigo 0 a la cupula dirigente catélica lamenté la més tarde llamada “perdida de Espaia”. En una sola batalla, el reino de los visigodos. asda ser historia La huella visigoda y su influencia cul tural en la Peninsula fueron minimas, peroa fines del siglo IX losmonarcasleo- neses buscaron en el desaparecido reino visigodo un precedente que justiicara 1a existencia de los nuevos reinos cristianos del norte pe- insular, su legitimidad historica y su razén de ser politica ante los musulmanes de al-Andalus, y ordenaron escribir cronicas en las que se proclamaron herederos del perdido reinode Toledo, lo que dio origen a llamada Reconquista Aquello ue una tergiversacién del pasado, pero todavia hoy algunos siguen sosteniendo esos mismos postulados.« Abre tu mente La ciencia de vanguardia permite a los expertos zambullirse, sin levantar la tapa de los sesos, en los Ultimos secretos de lamaquina mas compleja del universo, descubrir por qué se averia y disefiar terapias, antes impensables, para repararla... y potenciarla. cee ey Claves Deeriesd cornig od afecta internet Pees 2 Crud Pere ternte de las facultades Peete reg Cerebro Pree Ce og pies 1si 3 ae Peer Lagran fabrica Cod Pcroonp Lacbesl eT asaya ae CEREBRO Ya entu quiosco ENTREVISTA CON ROSA SANZ SERRANO “La ambici6on del godo no era invadir, sino migrar ” Formar parte del selecto grupo compuesto por las tnicas cinco ca- tedréticas de Historia Antigua que existen en este pais no ha trans- formado a Rosa Sonz, que habla con pasién y entusiasmo de la vienen de la zona de més aif det Rhin yel Danubio, Estos dos ros han sido siempre una frontera natural que separaba el mundo romano del barbaro lo que lamaban Borbo- ‘cum, que estaba poblado por un sinfin de ‘ribus, puebies y cultures. Los romanos se habian parado all, porque el esfuerz0 dela Cconquista era mucho mayor que os benef- ‘ios que pox eportaries;en el Barboricum no habia un Estado al que vencer, tampoco rinerales, nil clima era bueno para a agr- ‘cultura. Las fuentes del siglo decian quelos tamujermenuda ynerviosa pareceiren ‘contra de todoslos tépicos:nocree que Jos godos fueran especialmente barbares, violentos 0 incuttos, nabla con pasion no disimulada de estos pueblos inmigrantes Insisteen su capacidadnegociadoray ensu inteligencia para adoptarlo bueno que ioan ‘encontrand, De hecho su libro Historia ce los godos esté dedicado"AHemanny Jime- 1a, que viven enel Barbaricum”. Hermannes ‘sumarido el arque6logo aleman especials- taenlosescitas Hermann Parzinger mena Ia joven hija de ambos, y el Barbaricum, e! lugar yeltiempo de os godos, ese teritorio. escrito, esmenuzadoyaveces parece que nib del que se sente muy orgulo- s2RosaSanz hasiae! punto de que Joregala especialmente alasmujeres.es ‘el dedicado a Gala Placid, la primerarel- na barbara espafola, ijadeleriperador ‘romano Teodosioy hermana de Honorio (Bhbioieca deMujeres, Madrid, 2006). Exhibe este pequerio volumen concrg- lio porque admire mucho aestafiguahis- ‘rica y porque leinteresals historia dalas ‘mujeres, como se manifesta en Lo mujer ‘através delos concis hispanorromanos: _yvisigodis (Ediciones Clésicas, Madi, 1994). Mucho ms oluminosa,y quizss ‘suobra masimportante,esiaHistoriade los gods (La Esera de los Libros, Ma ‘tid, 2009). Se rata delamés completa, 2MUY HISTORIA bros de Rose Sanz importantes Historia delos gados),preferidos Cala Pacicia)y ‘manusles (Ls migraciones barbaras_.) época godo, aquelia que sucedié en el Barbaricum. deseado per Rosa Sanz. Orr pico que ful mina Sanz es el de ostentar una cétecra de Historia Antigua siendo una mujer (sblo hay cinco en Espana, rentea 70 hombres). Tam Doce piensa que los godas invadieran por ‘completo peninsula lbieaypararematar, con gtaciay sentido dethumor, asequraque mira en una chulta la odadalista de 108 re yesgodos. que varias generaciones twvieron ‘que aprenderse dememoria, Considerados como un solo pueblo, 27a lengua o costumbres, no existen. Forman parte de un movimiento de pueblos quepro- Pueblos, dioses y mujeres ‘reciente y actualzada que tenemos ens ‘pafolEn ela acompafia al pueblo godo ‘desde su orgenescandinavo hasta sude- rota por los rabes en711, pasandopor sus acuetdos y desacuerdos con elimp= tio Romano}, sobre todo, por suvidaen lapeninsuabérica yl establecimiento y desarrollo el eina de Toledo. Curiosa- mente, el pueblo godo erapaganoyiuee! méscristano dels pobladores dela Pe- ninsul, Los cambios relgiosos2lo largo ela Historia son eltema de Elpagarismo tard y Juana el Apdstta Akal. Madrid, 4991) ydeppublcaciones como Poganes, cedvinos ymagos,(Geron, Universidad Complutense de Macc, 2003),unamo- nograia ectada porsu Departamento ce Historia Antiquaiqual quectrssdelamisms Universidad, comoLo caida delimperioro- mano ylogénesis de Europa: cinco nuevos: vsiones. Mas ienun rmanvalesellibeo Los migrociones bérbo- rasylacreacisnde los primeros eros de Oceidente(Sintess, Madiid, 1985) gods estaban en ls Dinamarca de hoy en Gia, pero en el siglo Vse les localzaba ene! Mat Negro. ¥ es que, en la Antigiedad, los pueblos estaban siempre enmovimiento. La ‘gente se metia en su careta con sus perte- encias, en busca de mejores condiciones , ¥ en pocos af tre el 218 y el conquistada por Ro casi dos s completo. na, aunque tardase Jos mas en ser dominada por La organizacién romana. En este terri torio, 4 Hispania, las culturas prerromanas quedaron pr: ticamente sustituidas por una nueva civ lizacién con casi siete siglos de pr directa en nuestro suelo. Sus habitantes vivian mayoritariamente en ciudades que se hallaban encuadradas desde la épo Augusto en tres pr Tarraconen’ sis, Baetica y Lusitania-, unidas entre si pasaria a lam: Perey res ae eet] eer cee Cte Ce Peete ats tuna tupida red viaria. Con la reforma Diocleciano, a fines del siglo Ill, se im: puso una nueva division provincial, con cinco pr Cartaginense y Gallae de las tres anteriores~ todas. cllas englobadas en una Diocesis Hisp niaruma la que se unié la Mauritania Tin: gitana en una didcesis tnica, dependiente de la prefectura de las Galias. A fines del siglo IV, una nueva provi ca~ se desgajé de la Tarra‘ estas unidades administrativas quedaron dentro de la drbita del Imperio de Occ dente desde la divisién en dos mitades establecida también por Diocleciano, una vez constatada la enorme dificultad de> cia, adem: MUY HISTORIA 23, ISALANTICA * TOLER Alans EMERITA * AyGUSTA Conovah “Saas > controlar todo el territorio roma- zo desde un inico puesto de mando. Este se desdobl6 en. dos capitales, Roma y Bizancio ~Constantinopla ocos afios después, desde la “refun- dacién” de Constantino, y asu vez, cada capital contaba con otras dos sub-capitales —Tréveris, apropiada para controlar las fronteras del Rin, Eledicto. yTesalénica, muy cercana a las fron- de Caracalla. teras del Nordeste, a lo largo del Da- Pordecisionde _mubio-, sedes de los Césares en los esteemperador que los Augustos delegaban su poder y desde et ano: en los limites del imperio. Hispania ZiLtodosles en esos momentos contaba con una hombres Woes Sel gran ciudad, Emerita Augusta, ben Tere enondes comunicada y perfectamente dotada comocudadanes Para cumplir con su papel de capital romanos de delextremo occidente. pleno derecho En todo este largo periodo de tiempoyy hasta lallegada de los pue- blos germanicos del siglo IV, la poblacién _hispanorromana ‘no conoceria mis invasio- nes que las dos oleadas protagonizadas por gru- pos de gentes norteai canas, los mauri, quienes cruzaron el Estrecho en dos ocasiones durante el reinado de Marco Aurelio siglo I, aunque fueron rechazados. De’ todos es sabido que el final del Imperio Romano sobrevino defini- eae YabeNTIN 0. Alsnos, vandalos. stlevosy) ‘sigados, sucesivamente, pene traron eal peninsula Ibérica, etal bleciendose en cstintas regione! hasta! predominio visiood®. lo gee | tivamente con la legada de los lla- mados “pueblos bérbaros”, aunque no son tan conocidos los origenes de estos pueblos, las diferencias entre cada uno de ellos y las razones que les movierona trasladarse en un pe- riplo por toda Europa, en un conti- nuo ir de aqui para alld que duré va- rios siglos. Ya desde antiguo, autores como Amiano Marcelino, Zésimo 0 Jordanes, entre otros, se emplearon a fondo en su tarea de historiadores para establecer las caracteristicas del Barbaricum, es decir, “el mundo exterior a Roma”. Las relaciones del Imperio Romano con los pueblos li mitrofes ~ya sean moros, bereberes, libios, partos. escitas, los distintos y numerosos pueblos germanos, galos © escotos, pictos y caledonios- no eran, ni mucho menos, de perma nente confrontacién, La mayor parte del tiempo, las fronteras eran per- meables y se eruzaban en ambos sen tidos en operaciones diplomiticas y ‘comerciales, lo que puso en contacto estos pueblos -unos més que otr especialmente entre los que hal taban el Norte del Imperio- con la realidad romana. Ello les permiti6, aunque fuese de un modo parcial tera ¥ participar activamente en la Vida cotidiana del Imperio, sobre to- do formando parte del ejército como ‘mercenarios. Desde los tiempos de la conguista, el ejército romano se nu- trid de reclutas de origen extranjero, bien por la fuerza -incorporacién obligada a filas de los prisioneros de guerra o bien atraidos por una paga una mejor ealidad de vida. E50 si, estos soldados estaban integrados en las unidades legionarias romanas, sin formar cuerpos propios de efectivos procedentes de una misma regién, algo que sélo ocurrié varios siglos después. Fl ejército romano, pues, se “barbariz6” a medida que cada vez més reclutas y oficiales procedentes de pueblos no civilizados integraron ‘cuerpos completos de ejército, con tuna cultura y una formacién’ més bien alejadas de la lealtad politica hacia Roma, situacion que derivé en ‘lempleo de la alianza —foedus- con pueblos enteros, con sus propiosjefes tribales, para defender las regiones limitrofes del Imperio ante la presion de otros grupos humanos. Sin em- bargo, el contacto con el otro tam- bien generd una enorme descon- fianza ~y xenofobia, cémo no- hacia los pueblos birbaros, considerados por los romanos como prototipos de gentes salvajes, a los que se atribuia una cultura de la arrogancia, la ere- dulidad y la falta de control de sus impulsos ~en defmnitiva, la violen- cia como rasgos bisicos de su ca- récter, frente ala virtud, la templan- za y la sabiduria que se daban como los propios de la civilizacién roma- nna, cualidades conseguidas gracias a los esfuerzos de una cultura urbana milenaria, frente a la vida errante de los pueblos nortefios. Este enfrenta- ‘miento entre mentalidades impidi6 a los romanos percibir la realidad de Jos pueblos germanos y sus luchas, traslados y establecimiento en tie rras del Imperio Io que se ha dado en lamar “las invasiones barba- ras", dindoles un falso cardcter de némadas que aspiraban insaciable- mente a apoderarse de las riquezas de Roma por la fuerza. Deeste modo, la caida de Roma se ha identifeado con la aventura que llevs a godos, suevos, vandalos, alanos, alamanes, francos y otros muchos pueblos a abandonar una vida sedentaria por otra de permanente nomadismo, du rante un par de siglos, antes de poder asentarse en las regiones occidenta- lesdel Imperioy formar el germen de los primeros reinos altomedievales. Asi, actualmente se impone entre los investigadores una realidad en la que la mayor parte de estos pue: blos que llegaron a las fronteras eran ‘grupos humanos desgajados de otros mayores, sedentarios y con un lugar de origen concreto, y que fueron re- legados por diversas motivaciones: desde el hambre -por el clima ex tremo, la baja productividad agricola de las tierras del norte de Alemania— hasta las luchas intertribales, las epidemias, los eambios climaticos y otras razones atin desconocidas. pa: sando por la simple respuesta al em. puje de otros pueblos que, a su vez, invadieron sus propios territorios, como ocurrié con los temidos hunos de Atila, por poner el ejemplo mis conocido, Los grupos manos que s¢ echaron al camino, familias enteras con sus ancianos, mujeres y niflos incluidos, asumie ron asi una vida errante, buscando alimentos y un lugar donde insta larse, arrastrando mientras tanto una existencia precaria, comiendo raices, earne o leche de los animales que les acompaiiaban y obligados a Ia austeridad extrema y el desarrai go. De este modo, los romanos los contemplaban como bandas de gen- tes fugitivas que eran ineapaces de alimentarse civilizadamente y que recurrian al saqueo de los alimentos {que no eran capaces de producir y asi Jo reflefan las fuentes contempori: rasdos obispos oventales de origen grego, Pauloy Fidel, Mérida to un obispo deorigengodo,Mausonao _Toledolasreliquias mésim- 0s dela ciudad, ocual Misona Hijodeunatfamila _portantes del paisypretendio| noble de godosarrianos.se la entregadela capade santa hizo monje enn monaste- ‘io, donde aprendié mecicina centre otras disciplinas. Tras una larga carrera eclesisst ‘caacabé siendo nombrado ob'spo arriano en el ato 573 y.convertido al catoicismo seis afos después, mientras Mérida estaba en manos del rebelde Hermenegiido. Cuan- doen582el rey Leovigio recupet6 el contol de Emerita, intent hacer moa Misona amenazéndo! con eldestiero. Ademas, el reyquisoreunirensucotede fenianuevafey sus putas con el obispo ariano pudo rearesar a Mérida, don Ge recupero su posicon, fiendo poco después, hacia 587. Constucto RAT Neen ek sere ed en busca de un futuro mejor dentro del Imperio Romano reas, que aprecian en esta situacién clorigen de la decadencia y caida del Imperio Romano, ya que para ellas la presencia de los godos al otro lado de Is fronteras esta relacionada con la debilidad de Roma, en casi perma: nente guerra civil en los siglos Ill y IN, y la mala gestion de las defensas de esas fronteras del Norte. Con esta vision, el Barbaricum se convertia en la causa responsable directa de los fracasos militares y la crisis econd. mica galopante de los ultimos tiem- pos, a la que se aftadieron las visio nes catastrofistas, al considerar que lamedicinayalise apice Su principio de suministra as ylimpias" 2 bign cuido eros acueductos viandeas| fermos. alia la msrtry patrora de 1, alo que Masona supo Explorando| elazotebirbaro constituia un castigo nuevas tierras. de Dios 2 los pecados de los hombres del Imperio, vision defendida por eclesidsticos como Salviano de Mar. sella, por poner un ilustre ejemplo. Ya desde el inicio del siglo Ill. di versos pueblos godos estaban pre sionando en la frontera del Danubio, hhasta el punto de que en 213 una liga de alamanes, hermunduros, cuados y marcémanos alcanzé los Alpes y amenaz6 directamente a Italia, sien- do derrotados por Caracalla. En el 238, otro contingente de godos atacd el bajo Danubio, siendo derrotados > delas epicemias de p ‘con frecuencia asol Ciudades de Hispani quese atribuyé ala civina pro- teccion de santa Eulalia, MUY HISTORIA 2: ciudades y santuarios de Grecia y del Danubio bajo las ordenes de Alarico, ‘quien llegé a saquear Roma en el aio 410. Italia ya habia conocido la inva- sion de Radagaiso y sus gentes, obl ¢gando al general Estilicdn a detener- los en Florencia a fines de 405, con la no intervencién de Alarico y Sus vi sigodos. Los propios romanos ya ha- fan mencién del eardcter de pueblo “civilizado” que poseian los godos, quienes por entonces eran parcial- mente cristianos desde la evangeli- zacion de Wulfila, un godo que habia traducido la Biblia a su lengua y pre- dicado entre su pueblo cuando atin estaban al norte del Danubio, aunque luego profesaran el arrianismo. Por aquellos afios, aprovechando un du- ro invierno que llegé a congelar las aguas del Rin, en la noche del 31 de ile Oe ‘Un par de lideres y sus vietorias. De Ata (ariba) se decia que no vovia diciembre del afto 406, grupos de acrecerlahierba bao los cascos de su caballo. uliano el Apéstata (en ‘cuados, vindalos, sérmatas, alanos, Consigué renarlasinvasiones barbaras durante su corto reinado (361-363) gépidos, hérulos, sajones, burgun- dios, alamanes y suevos cruzaron > por Claudio I el Gético. Pocos afiosgraciones de pueblos” (Vlkerwan- el rio entre Mogontiacum ~Magun después, en el 247, vencieron al em- derungszeit), término que se pre- cia y Argentoratum, apoderndose perador Decioenlabatallade Attriay fiere actualmente al tradicional de seguidamente de la Galia e Hispania. ‘ocuparon la Dacia. “invasiones bérbaras” con que los La realidad de los hechos y las nece- ‘A mediados del siglo Ill, otros pue-_romanos la designaron. El resto del sidades el imperio llevaron al empe- blos germanos -con un grupo de go- siglo y todo el siguiente transcurrié rador Honorioa aceptar, en 418, alos dos, los gépidos, entre ellos- se mo- con una continua presién de estas visigodos como aliados ~foederati o vieron hacia el Peloponeso y llegaron _gentes del Norte sobre las provincias federados-, entregindoles la Galia a las puertas de Bizancio én el 258, romanas de Galia, Germania, Norico como tierra donde asentarse definiti- dando inicio a la “etapa de las mi- _y Panonia -desde la desembocadura _vamente. Fl tratado implicaba que los ‘el Rin hasta la del Danubio, pricti-visigodos, con Teodorico | al mando, amente-, con graves choques con debia ayudar a Roma a restaurar el diferente suerte para las armas ro- poder imperial en Hispania, que por manas. Uno de ellos tuvo lugar en el entonces estaba dominada por otros ainvesiondeHispania _posiciSnunelérctopartcuiar verano del afio357 en los alrededores pueblos germénicos. Los alanos, con porlesvisigodosfueun _dedosmillanceros,reciuta- de Argentoratum ~actual Estrasbur- buennegocioparalosger- dosexclusivamenieeniresus go, donde Juliano el Apdstataseen- manos: segineltratadocon sienos,locualdabuenaidea _frent6 a una confederacién de tribus Rome,acloslesconespon- delaextensiondesuspropie- alamanas cuyos efectivos eran tres iaunterciode todasiaspro- dades. Unavezconseguidoe! veces mds numerosos que los suyos piedades deltertoi.Teu- _twono,seginiasfuentes,Teu- su victoria permitié contener otras is. generalde Teocoricoe! cis goberné durante 17 afos. _invasiones durante bastantes afos, Grande,lieg6atispaniace- enireS31y548.Detendidel Una geneeracién despues, en el afio mojete elelerciodeAmalz- reinoceunainvasiénporlos 376, un tropel de pueblos godos cru rico.nietodelrey ostrogodo, _francosen541,quellegaron 25 el rio Danubio empujado por los comosubraroclecutordu- _hastaPamplonay Zaragoza, unos, refugidndose en las tierras del rantelaregencis-entre522 _haciéndolesretroceder Sin __Imperio de Oriente gracias ala acogi- 526-,aunque después,cu- embargo, natoespuésro da dispensada por el emperador Va- fantelaminoradeedad del consiquiémantenerCeutaen lente, a pesar de no haber sido some- reyvisigodo,setus conmayor supoder antelaolensivade _tidos, lo cual era ya una novedad en Independencia.Sufortuna _lesbizantinos.Secuenta que _lapolitiea romana. Dos aios después, aument6alcasarseconuna -muridensupalzciode ar. _estosgodos serebelaron y derrotaron Tieghispanowomana,hijade celona-otrossostienenque _a Valentey su ejército en Adriandpo- Uunpropietaiolattundista.A fueenSevila-amanosde _lis. A partir de entonces, estos pue lamuertedeAmalerice,su _unsoldadocelaguardiareat los -llamados visigodos 0 “godos de suegropudoponerasudis- que ingiestaloce Occidente”~ se pusieron en marcha hacia el oeste, desvalijando a su paso 26 MUY HISTORIA

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