cantaba que “ahora le insiste de probar”; ése tan, pero tan bonito
que cuando se sacaba la remera las chicas suponian que la alinea-
cién de los planetas podia -tal vez~ tener algo de cierto, algo de
peligroso.
Detris de sus shorts de baiio, de la visera de David y el gorri-
to de Charly, y atin mas atras, detris de los tambores de Moro, y de
Toté y Quebracho y los plomos que ahora se Ilaman “roadies”, y
Quaranta y Amilcar y los ayudantes y Grinbank haciendo nimeros
y Olguita atendiendo el teléfono; detras, al fondo de la inmensa co-
ia de cuatro mil jévenes esperando que se abran las puertas de
Obras, queda un miisico que se va para aprender cémo crear mejor,
y tres miisicos que se quedan para seguir creando. Y quedan con
ellos los que piden “Popotitos” en lugar de “La grasa”, y los que
bailan con “Pena en mi corazén” sin escuchar la letra, y los mucha-
chos de las monedas, y los de los puchos en palometa y raudo vue-
lo y los de si - te - sobran - cien - lucas y los de me - Sobran - pero
= no = te - doy, y un montén de afios de trabajo y cuatro dlbumes
que van para el quinto.
Serii Girdn salié con fritas, loco. Nunca tuvieron hue... ;pip!
para la oficina. Pero a la Argentina la querian cada dia mas.
Ellos, los cuatro mil, los cien mil, {lo habrin entendido? Me
refiero a entender: ghabrin entendido?
Marzo de 1982
SIAL ROCK LE LEGO SU HORA,
QUENO LE PASE EL CUARTO
Durante mas de diez afios se ha luchado por imponer un esti-
lo de misica que representa a un nutrido sector de la juventud ar-
gentina, Burlas, represién, rechazo, denuncias y escandalos me-
diante, el rock nacional ya no pretendia laureles honorificos sino
tan solo un respetable y digno lugar dentro de la cultura del pais.
Seri: la foto de la
despedida,
21LAHISTORIA DEL PALO
Se acuerdan del tipo
Gue rompia las guitarras
cuando nadie tenia un
miserable amplificador?
Pues bien: no sabemos si
habré miles ahora, pero
don Lebén lanzé al aire
‘su instrumento en el bis
del primer concierto de
Seris en el Coliseo, que
cayé con gran estrépito
sobre el escenario
magulléndose un poquito.
Dice Charly que el éxtasis
‘se resume a veces en
Tocuras como la ante-
dicha. Tiene razén.
Sin ir més lejos, en
‘Humor saben que cada
vez que termino de tipear
una nota que me
entusiasma, tiro la
‘maquina de escribir
por el montacargas.
Enero de 1982
22
Hoy —desde afuera, y por circunstancias nada gratas ajenas a esta
expresin- se abren las puertas del mercado a la opinién publica,
que en buena medida ha comenzado a confiar en el rock. Hoy, por
fin, los misicos de rock parecen haber dejado de ser nocivos. Los
‘que abrieron las puertas —desde afuera, claro~ rien con sorna: “A
ver qué tan buenos son estos muchachos que rompian tanto”.
ZY? ¢Qué hay para mostrar?
Hace un par de meses, y tal vez un poco apresuradamente,
los titulos de varias revistas anunciaban que habia llegado “La ho-
ra del rock nacional”. Era previsible; la guerra disponia que no se
difundiera musica cantada en inglés por ningdn medio, y los pro-
gramadores debieron acceder al rock argentino ya que, en primera
instancia, se les agotaban rapidamente todas las posibilidades de la
miisica en espafol y, en segundo lugar, porque las emisoras “de ni-
vel” se resistian a incluir berretadas comerciales en castellano, las
que antes eran reemplazadas por canciones norteamericanas o in-
glesas y que, por razones de fuerza mayor, debieron ser sustituidas
a los apurones por lo mejorcito vernaculo: algo de tango de avan-
zada, proyeccién folklérica... y rock nacional. Las radios (no asi la
television, empecinadamente reticente) se vieron de pronto inun-
dadas de Charly Garcia, Len Gieco y Litto Nebbia. Semanas des-
pués, también convivian con ellos “La Balsa”, grupos ya disueltos
0 discos de hace una década que pocos Ilegaron a conocer. A esta
altura, la enloquecida bisqueda de algo nuevo dentro del mismo
estilo alcanza a Espiritu, Zas o ignotas bandas de dudosa calidad.
Los programadores contintian revolviendo las estanterias para
brindar al oyente dignas novedades, pero poco logran encontrar.
{Cuantos discos de rock argentino se han conseguido editar en una
década? Setenta? Para doce radios y un centenar de programas
diferentes? No aleanza. No es suficiente. Hoy que lo necesitan a
cualquier precio, los medios de difusién descubren que se les vuel-
ve en contra como un boomerang el rechazo que durante afios
ofrecieron, corte de manga incluido, a la musica nacional contem-
porinea. Y recurren desesperadamente a las compaiifas grabado-
ras, pidiendo nuevo material.
Las grabadoras han comprobado, por su parte, que el rock ar-
gentino cumple al pie de la letra la ley magica del “esctichelo y
cémprelo”. Baglietto, al tope de los rankings durante dos semanas,
Seri Girin segundo en ventas, la reedicién de Pescado Rabioso en
excelente ubicacién, Litto Nebbia en franco ascenso. Lo que se es-
cucha por radio hasta el hartazgo, se vende. El rock no era y no fue
nunca un producto de cuarta para minorias, reflexionan los directi-
vos, sino que -ldgicamente- el circulo vicioso de la no-difusién, el
consiguiente desconocimiento absoluto del artista por parte del pi-
blico y las puertas cerradas de las grabadoras obligaron a relegarlo
a ultimisimos planos en el mercado. Ahora que el rock se escucha,
el rock se vende. Y las compaiias necesitan rock para ser vendido.
Los departamentos nacionales han inventado, en algunos casos, la
subdivision “rock” para su mejor funcionamiento. Y el sefior que
otrora lucia puleros trajes y corbatas ahora se disfraza con remera y
medallén para recibir a los gloriosos salvadores del desastre finan-
ciero. “Queremos nuevos valores”, claman a los cuatro vientos.“Vengan, sean quienes fueren.” Y ahi van, sean los que fueren, Y
ahi comienza el caos.
Todo parece facil, Ilano, simple y divertido. Las radios sirven
café a los melenudos, y los gerentes de las empresas discograficas
les acercan sillas y los llaman “flaco” y les aclaran que “tiene:
buena onda”. Y tres meses después del comienzo de la guerra, mi
viejo escucha por FM unos sonidos alteradores del sistema nervio-
so berreados en castellano, seguidos por la voz del locutor que no
no los anuncia como “canciones del rock nacional”.
{Esa basura es rock? -gime mi viejo, algo acostumbrado
después de diez afios de escuchar mis discos.
Y... No, no es.
iPero el locutor dijo “rock nacional”!
-Y, si... Es, pero no es. Viene a ser, qué sé yo...
4Cémo que no sabés? {Se puede saber de qué laburds, en-
tonces?,
~Desde hoy sélo doy mi nombre, rango y nimero de serie.
SUBIENDOSE AL CARRO
Una de nuestras actitudes mas frecuentes es desaprovechar
las oportunidades que se nos presentan, casi como milagros. Mien-
tras los estafadores se ocupan en desacomodar todo lo que estaba
ijeto y en atar cables podridos que merecerian tirarse a un costa-
do, los verdaderos protagonistas de la historia se remueven en sus
mas pensando -sin demasiados resultados ain a la vista qué ha-
er ahora que, por fin, el caldo no esté tan espeso.
Estamos acostumbrados a “suftir”, Nos hemos acostumbrado
a dar declaraciones entre gemidos y sollozos. No en vano durante
Charly Garcia y
Luis Alberto SpinettaLAHISTORIA DEL PALO.
Lebén sin tripas,
pero “maquillée”.
26
mis de diez afios toda una generacién ha peleado para que los acor-
des del sétano Hleguen a la galeria.
Hoy parece que no, que se acabé, que casi todo esta bien
Los que trabajaron a escondidas durante afios pueden ahora salir a
la calle, Y Ia alegria de ser “legales” por primera vez, Festival de
la Solidaridad y 80 mil jvenes mediante, Canal 9 de television y
dos radios de yapa, traé como consecuencia dos nuevos persona-
jes claramente diferenciados dentro del ambiente del rock, dos re-
pentinas tipificaciones que pueden hundir el barco en contadas
semana;
Los oportunistas que se quieren prender al carro que camina; y
Los que ampararon su falta de talento en la obligada subterra-
neidad de entonces y que hoy, a la luz del dia, muestran todas sus
{falencias peligrosamente autocreidos de una supuesta imprescindi-
bilidad como “incansables trabajadores del movimiento”.
Los primeros estén apareciendo. Con cuatro o cinco temas no
del todo desarrollados y mas expectativas que capacidad, graban
un par de casetes que, en virtud de la malaria de autores reinante,
se convierten en manjares sibariticos para los programadores y
compafiias grabadoras. No todos ellos son viles ni todos son apro-
vechadores. Los nuevos brotes y el trabajo de los grupos que sur-
gen siempre debera ser respetado, ya que a lo largo de cualquier
historia se necesitan siempre aires nuevos. Pero esos novatos debe-
rn entender que el compromiso es duro e importante. Ya no se
justifican los delirios ni las agachadas, las improvisaciones, los
plugs rotos o la falta de decencia
Los segundos asoman de a poco, desalentando al piblico
que, hoy por hoy, no esta demasiado seguro de si la incapacidad
galopante de algunos miisicos se debié a las dificultades reinantes
de la época, o si ahora que las condiciones son propicias se descu-
bre que jams fueron algo mas que tontos. La gente que va a verlos
se aburre, se retira 0 descarga los nervios con insultos y agresiones
de todo orden, un denigrante “espectéculo aparte” que ya es coti-
diano encontrar en los conciertos de rock.
Actitudes que hace un lustro eran s6lo patrimonio de un gru-
pito de inadaptados, ahora son recogidas por centenares de joven-
citos que no s6lo cumplen con las imbecilidades de siempre (arro-
jar puchos encendidos, escupir o gritar sandeces amparados en la
oscuridad) sino que ademas, hastiados de confusion, silban al ar-
tista por el que han pagado casi diez millones con intencién de
disfrutarlo, aullan obscenidades a las muchachas que caminan por
el sector de plateas, y se divierten cacareando a los cuatro vientos
cualquier defecto (renguera, gordura, estatura anormal y hasta mo-
golismo) de cualquier desprevenido en el hall. Observar el sector
de populares de Obras (y no populares por la condicién social de
quienes las ocupan, sino porque es menos factible que los agitado-
res sean identificados alli que en plateas) es asistir al caos concep-
tual mas profundo de que se tenga noticia dentro de la juventud
que asiste a concertos de rock. En el ultimo festival del Fondo Pa-
tridtico apenas apagadas las luces, se oy6 una voz casi infantil gr
tando: “;Viva Perén!”. Hubo algunas risas apagadas. Casi simul
neamente se escuché otro aullido: “;Viva Pappo!”. Algunos mayo-
res que circulaban por el lugar se miraron azorados y se pregunta-ron qué significaba tal ensalada de consignas. Nada, por supuesto.
No significaban nada. Con las luces encendidas, no se hubieran
manifestado. Y con el minimo interés y entusiasmo por observar a
los grupos que iban a tocar en coniados instantes, ni hubieran
aparecido,
ERRAR ES DIVINO PERDONAR TAMBIEN
Hace seis afios, c6mo no perdonar los nervios de un music
sobre un escenario, si hacia tan s6lo 24 horas habia dejado la vida
pegando sus propios carteles en la calle? ¢Cémo no hacer la vista
gorda al retraso en el comienzo de un recital, el sonidista mal pago
y las luces de cuarta, si la difusin publicitaria era dificil hasta el
borde mismo de la tragedia y s6lo los famélicos fandticos de siem-
pre juntaban las chirolas para pagarse un asiento en la popular? Es
més: {c6mo no sentirse integrante, responsable y hasta héroe uno
mismo de la situacién? ,Cémo no avalarnos mutuamente, jugarnos,
darnos énimo?
| Ahora no hay excusas. Si bien algunas cantantes gordas at
can el movimiento y la TV se pone terca en eso de “levantar” pro-
gramas de rock con la burda explicacién del bajo rating (cosa que
en “Rock R.A.” no se justifica ya que con sélo cinco semanas en el
aire no hay rating que pueda medirse), las condiciones son alta-
mente provechosas para el surgimiento de un verdadero movimien-
to de musica nacional contempornea.
Ahora si, ahora que las grabadoras piden por favor artistas
luego de una década de rechazo y olvido, ahora que los teatros se
consiguen facilmente, ahora que las radios necesitan material para
complacer a desesperados oyentes, ahora que la opinién publica se
anima a mirar con buenos ojos a los intérpretes de rock argentino,
ahora que los discos se escuchan y se venden, es hora de dejarse de
milonguear.
Basta de encumbrados misicos lorones que declaran en los
reportajes que “no se gana plata”. Ya tienen su casa, su auto nue-
| vo y no sufren apremios de ninguna indole. Si bien no han llegado
Leén Gieco.
Posiblemente Pedro
Aznar presente en Obras
Sanitarias su primer
album (aparecido con
retraso por problemas de
distribucién) en algiin
momento del mes de
agosto. Terminado uno
de sus cursos en la
Berklee de Estados
Unidos, es muy probable
que viaje a Buenos Aires
Para esa fecha y se
conerete su actuacién en
el estadio. Los miisicos
que lo acompanarén
(si es que alguien lo
‘acompaiia) son un
absoluto misterio,
Julio de 1982
Rail Porchetto y
su banda del
“Metegol”: Alfredo
Toth, Willy Iturri y
Pablo Guyot
(hoy GIT)LAHISTORIA DEL PALO
David Lebén presentaré
ssu tiltimo LP solista
(9 tercero de su carrera)
en Obras, el 10y 11 de
setiembre. Una semana
antes hard lo mismo en
el Teatro Opera de La
Plata, es decir, los dias 3
‘y 4. Los miisicos que lo
‘acompaiiarcin son un
indescifrable misterio.
Julio de 1982
Charly Garcia, para no
sser menos, también
presentaré su disco
solista, pero en un teatro
céntrico a confirmar.
Parece que Obras tiene
demasiado cloro. El
‘asuntejo serd la primera
semana de diciembre, y
los miisicos que lo
acompaiariin son ain
un impenetrable misterio.
Julio de 1982
28
a la injusta fortuna de varios cantorzuelos de décima, tampoco es
cuestién de engafiar al lector fingiendo miseria.
‘Basta de solistas 0 grupos que aprovechan la bolada para
grabar albumes a medio concretar, con arreglos que pudieron ha-
her sido mejores, letras olvidables y poca imaginacion compositi-
va. Tener un disco en la calle ya no es, hoy, privilegio de duques 0
reyes. La facilidad que se le ofrece al rock debera ser interpretada
no como un viva la pepa, sino como un compromiso que implica
mas responsabilidad y talento atin que los que se necesitaban en las
épocas negras. i
Basta de incluir bandoneones o sikus ejecutados por novatos
‘en un burdo intento de “comprarse” al piblico “telirico”. No por
un acorde tanguero o un aire a vidalita se borrardn la falta de ideas,
tuna guitarra desafinada 0 cuatro tipos cayendo a destiempo en los
finales.
Basta de gloriosos y archiconocidos misicos que en algun
momento fueron pioneros de alguna cosa y hoy repiten su formula
rpensando que innovar es arriesgarse demasiado. No se habla aqui
Ge cambiar un estilo, sino de superarse dia a dia por un piiblico cxi-
gente que, de aca a poco tiempo, no les seguiré perdonando una de-
safinacién o un chiste idiota, una poesia inconsistente 0 un sospe~
choso “escudo” de buenos instrumentistas detrés para ocultar bajo
un buen solo la falta de energia del lider de la banda.
Basta de grupos de rock que, luego de un fracaso, echan la
culpa al manager, al sonidista, al iluminador y al cocacolero, re-
partiendo responsabilidades inexistentes y ampardndose en ellas
para justificar la pobreza del material presentado. Basta de insis-
tir en que los periodistas que los escrachan fueron “pagados” para
que lo hicieran. ;Pagados por quién? Habiendo cinco o seis agen-
cias de artistas, y tres 0 cuatro revistas especializadas, los veinte
gatos locos que trabajan en ese rincén del ambiente del rock sa-
ben, intuyen o sefialan con el dedo indice a los pocos que se apar-
tan de la honestidad. Que un misico pretenda denunciar una criti-
ca decente, aunque adversa, atribuyéndola a una ridicula “decision
de la mafia”, roza ya los limites de la cordura. Pero sigue
sucediendo.
Basta de periodistas complacientes para los que “todo esté
bien si esta dentro del rock”. Ayudar a un movimiento no sélo im-
plica hacerle publicidad y rociarlo con aroma a gardenias. Hacer
Fotar los defectos inevitable y reales del mismo también es parte
de esa necesaria ayuda, para depurar, equilibrar y mejorar una in-
tencién, y hacer valer como provechosos sus frutos.
‘Basta de piiblicos advenedizos, agresivos ¢ intemperantes.
Mucho se hizo y se luché desde hace quince afios para que hoy al-
giin muisico de verdad se pregunte para quién demonios esté com-
poniendo, y si vale la pena seguir haciéndolo. El movimiento no
solo se nutre de quienes trabajan sobre un escenario, sino de quie-
nes atesoran tales experiencias como propias, escuchan con oidos
abiertos, y ven con ojos claros. La comunicacién, va, viene y se re-
nueva desde la popular hasta el teln de fondo. Los que no lo en-
tiendan asi, pueden ir dejando de desflecar sus jeans y de bordar
nombres histéricos en las camperas. De nada les serviran la ropa y
los collares a la hora de madurar.No sabemos cuanto duraré esta magnifica hora de gloria. No
sabemos tampoco quiénes habrin de aprovecharla en su real mag-
nitud, quiénes se beneficiardn astutamente con ella, y quiénes la
dejarin pasar sin haberla advertido. Hoy, que la mayoria de los ele-
mentos estin a disposicién de quienes quieran y puedan tomarlos,
hoy que las orejas de muchos detractores de cartén pretenden des.
cubrir qué hay 0 hubo de cierto, constructivo y valido dentro del
rock nacional, es momento de advertir que no existe demasiado pa-
ra mostrar, pero si mucho por construir.
El rock no es el pelo largo, el disco de Pescado bajo la axila y
la protesta vacua. Tampoco el tocadiscos al mango, los walkmen y
las zapatillas, y las reuniones absurdas bajo un arbol de la plaza. El
rock, como elemento de cultura, empieza a formar parte de la so-
ciedad. El que hoy se quede afuera del compromiso de esta ronda,
tanto miisico como oyente, preferimos que se dedique a otra cosa,
Vale mas sacar tarjeta roja que seguir enterrando muertos,
La cultura exige vivos.
Julio de 1982
Charly Garcia, lo podrido, la verdad y la polucién
“YO NO QUIERO VOLVERME
TAN LOCO”
Si bombardearan Buenos Aires, ;quién tendria la culpa?
La gente deberia ser responsable de sus actos. Y antes de ha-
cer algo que pueda acarrear mal a muchas personas, habria que pre-
guntarles a esas personas qué precio estén dispuestas a pagar. Es
una cosa que yo practico: tratar de ver qué alcance tiene lo que ha-
£0, y si haciéndolo hiero a alguien...
Es que nunca quisiste herir a nadie?
No. Conscientemente, no. Creo que es mejor convencer que
Charly: “Cuando
empez6 la guerra de
Malvinas, el 2 de abril,
me encerré en el estudio
un mes, y de la guerra
‘me enteraba cuando iba
al bar de al lado.
Entonces rogué que no
bombardearan Buenos
Aires y segui haciendo
‘mi trabajo, aunque se
cayera el mundo
pedazos al lado mio.
Porque es lo tinico
que me interesa hacer,
lo tinico que me salva.
Sime enganchara
con lo que pasa afuera,
me volveria loco”
29