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La teoria de la verdad de Alfred Tarski PASCUAL F. MARTINEZ-FREIRE Universidad de Mélaga RESUMEN ‘La teoria de la verdad de Tarski se presenta de modo claro y sucinto, Tras Ia discusién del alcance de esta tora, se examinan las condiciones de verdad (en particular el esquemaT) y se despliega la definicién dela verdad, basada en el anliss de IanociGn de satisfaceién, Se afiaden ‘un par de observaciones finales. PALABRAS CLAVE ‘VERDAD-TARSKI-ESQUEMA-T-SATISFACCION, ABSTRACT. ‘Tarsk’s theory of truth is presented ina clear and brief way. fer the discussion ofthe scope of this theory, the conditions of th (in particular T-schema) are surveyed and the definition of truth is developed, based in an analysis ofthe notion of satisfaction. A couple of concluding remarks are included KEYWORDS ‘TRUTHTARSKI-T-SCHEMA-SATISFACTION |. CARACTERISTICAS INICIALES Y ALCANCE DE LA TEORIA DE LA VERDAD DE TARSKI La APORTACION SEMANTICA principal y més difundida de Alfred Tarski (1901- 1983) es su teoria de la verdad. Tal teoria aparece expuesta en su articulo de 1936 titulado «Der Wahrheitsbegrift in den formalisierten Sprachen», que es tuna versi6n alemana corregida de otro art{culo publicado en polaco en 1933 y que, en raz6n del idioma empleado, pasé casi desapercibido. De todas formas, la teoria de la verdad de Tarski se remonta a 1931 cuando fué presentada en la (© Contras. Revista Intentsipinar de Filosofia, ol V (2000), pp. 97-109. ISSN: 1136-4076 Secsidn de Filsofa, Universidad Je Malaga, Facultad de Flosoflay Letras ‘Campus de Teatines, E-29071 Malaga (Espaa) 100 PASCUAL F. MARTINEZ-FREIRE Sociedad de Letras y Ciencias de Varsovia. Otro trabajo importante de Tarski sobre la teoria de la verdad es su articulo de 1944 titulado «The semantic conception of truth and the foundations of semantics», publicado cuando el autor ya se habia incorporado al Departamento de Matematicas de la Universi- dad de California en Berkeley, y en donde resume sus doctrinas y contesta a diversas objeciones. En general, puede decirse que las teorfas de la verdad se distribuyen en tres tipos principales: teorias de la coherencia, teorfas pragmatistas y teorias de la correspondencia. Para una teoria de la coherencia, como la del idealista Francis Herbert Bradley (1846-1924) o mds recientemente Nicholas Rescher, un enun- ciado es verdadero cuando es consistente o coherente con los otros enunciados del sistema al cual pertenece; lo que importa aquf son las relaciones de cohe- rencia entre los enunciados de un conjunto dado o elegido. A su vez, para una teoria pragmatista, como las de los pragmatistas William James (1842-19 10) 0 John Dewey (1859-1952), un enunciado es verdadero cuando es conveniente o util para una accién; lo importante aqui es la relacién de conveniencia entre enunciado teérico y praxis. Finalmente, para una teoria de la correspondencia, como la de Aristételes (384-322 antes de Cristo) o mas préximo a nosotros Bertrand Russell (1872-1970), se dice que un enunciado es verdadero cuando corresponde a lo que realmente es u ocurre; lo relevante ahora es la relacién de adecuacién entre lenguaje y realidad. La teoria de la verdad de Tarski se enmarca en el tipo de las teorias de la correspondencia, en cuanto pretende dar raz6n de las intuiciones de Aristételes al respecto, pero al mismo tiempo intenta proporcionar una explicacién téeni- ca y detallada de la verdad en el contexto especificable de los lenguajes forma- lizados. Para empezar, y al comienzo de su trabajo de 1944, Tarski precisa a qué se aplica el predicado «verdadero». Tal predicado puede aplicarse o bien a fen6- menos psicolégicos, como juicios o creencias, 0 bien a ciertos objetos fisicos, como las expresiones lingiiisticas y en particular los enunciados, o bien a cier- tas entidades ideales llamadas «proposiciones». (En este punto debemos recor- dar que el término inglés «proposition» es empleado frecuentemente entre los filésofos para indicar el correlato mental o ideal, segtin los casos, de un enun- ciado o sentencia; es decir, mientras que el enunciado es Io dicho 0 escrito Ja proposicién es lo pensado que corresponde al enunciado), Pues bien, Tarski aplica el predicado «verdadero» a los enunciados, y entiende por tales las ora- ciones indicativas del gramatico; quedan fuera pues los juicios y creencias psi- coldgicos asf como las proposiciones ideales. Pero Tarski afiade prudentemente dos precisiones. En primer lugar, la no- cin de verdad, al igual que la de enunciado, se referird a un lenguaje determi- nado, ya que un enunciado verdadero en un lenguaje puede ser falso en otro; La teoria de la verdad de Alfred Tarski 101 esto es, cabe precisar, no se definira «verdadero» en absoluto, sino «verdadero en el lenguaje L». En segundo lugar, el interés inicial por la nocién de verdad de los enunciados no excluye la posibilidad de una extensién ulterior de esta noci6n a otras categorias de objetos; es decir, Tarski deja abierta la investiga- cién semantica a los juicios psicolégicos y a las proposiciones ideales. Asimismo, nuestro autor deja bien clara cual es la base filos6fica de su discusi6n, a saber, la concepcién clasica aristotélica de la verdad. En particu- lar, desea que su definicion de la verdad haga justicia a las intuiciones expresa- das por Aristoteles en su bien conocida frase de la Metafisica (1011 b 26 yss.): «decir de lo que es que no es 0 de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero». Tarski reformula la concepcién aristotélica en los siguientes términos: la verdad de un enunciado consiste en su acuerdo (0 su correspondencia) con la realidad. Pero inmediatamente afade que esto no puede considerarse como una definicién satisfactoria de la verdad y que interesa buscar una expresién mas precisa de las intuiciones aristotélicas. En cuanto al aleance de la teoria de la verdad de Tarski, tanto en su trabajo de 1936 como enel de 1944, nuestro autor piensa que su teoria no es facilmen- te aplicable a los lenguajes naturales (es decir, a los lenguajes Axq 7 f(X_)). La presencia de cuantificadores en este lenguaje nos obliga a distinguir entre enunciados abiertos y enunciados cerrados. Un enunciado abierto es aquél que posee al menos una instancia de variable argumental libre; por ejemplo, son enunciados abiertos: f(x), 3x, (f(x) A g(x2)). En cambio, un enunciado es cerrado cuando no tiene ninguna instancia de variable argumental libre; por ejemplo: 3x, (f(x;) A g(x1)). Este es un punto crucial, ya que un enunciado abierto no es propiamente verdadero © falso, sino que es satisfecho o no por algtin objeto. En efecto, «f(x )» no es sin més verdadero o falso. Para una interpretacion tal que su dominio sea el conjunto de los nimeros naturales y la yariable «f» se interprete como «es par», entonces «f(x;)» es verdadero unas veces pero falso otras ve- ces; por ejemplo, es verdadero si «x,» se interpreta como 2 0 bien 4, pero es falso si se interpreta como 3 0 bien 5. Por ello, en vez de decir que es verdadero © falso se dice que es 0 no satisfecho por algun objeto. LLegamos asf a la nocién de satisfacci6n de un enunciado, que és previa a la definicién de verdad de un enunciado. Para aclarar la nocién de satisfaccién vamos a abandonar temporalmente el lenguaje estricto de logica de predicados que estébamos considerando y va- mos a considerar un lenguaje natural con variables libres. Tenemos ahora como casos de enunciados abiertos los siguientes ejemplos: x, es socialista, x; con- quist6 x», x; esta situada entre x y x3 , etc. El primer enunciado es satisfecho por el objeto Felipe Gonzalez, pero en cambio no e¢s satisfecho por el objeto Manuel Fraga; el segundo enunciado, a su vez, es satisfecho por el par de objetos Pizarro, Peri, aunque no lo es por el par Peri, Pizarro (con lo cual adelantamos que el orden de los objetos es relevante); y el tercer enunciado es satisfecho por el trio de objetos Madrid, Santander, Malaga. La satisfaccién de enunciados por objetos se fija al establecer que, mas precisamente, se trata de satisfaccién por una secuencia (0 sucesi6n) de objetos. Una secuencia es una ordenacidén de objetos, llamados términos de la secuencia, de tal manera que un mismo objeto puede aparecer varias veces y no es indiferente el orden de presentacion de los objetos. Al anotar los términos de una secuencia se escriben entre corchetes. Ejemplos de secuencias son: < Felipe Gonzalez >, < Malaga, Madrid, Ceuta >, < 3, 2, 1 .1 >, ete. Por otro lado, decimos que una secuencia s es la misma que una secuencia s’ si y s6lo si ambas tienen igual numero de términos y ademas el primer término de s es el mismo que el primer término de s’ , el segundo de s es el mismo que el segundo de s’ , y asi de manera sucesiva hasta el liltimo término; por ejemplo, las secuencias < 4, 5, 6 > y < 6,5, 4 > son distintas. La teoria de la verdad de Alfred Tarski 107 Volviendo al lenguaje de predicados que estabamos considerando, debe observarse que los enunciados abiertos pueden tener cualquier nimero de ins- tancias de variables libres. Entonces, para la satisfaccion de un enunciado por una secuencia, se adopta la importante convencién de hacer corresponder a x, el primer término de la secuencia, a x» el segundo término, a x3 él tercero, y asi sucesivamente. Ello supone que el nimero de términos de la secuencia debe de ser igual o mayor que el subindice mas alto de las variables argumentales del enunciado. Si fuese menor tendriamos alguna variable a la que no corresponde un término de la secuencia. Si es mayor entonces tendremos términos sobran- tes que se ignoran. Supongamos el enunciado abierto «p(x,, x4)» y la secuencia < 1,3,4>: en este caso nada podemos decir de la satisfaccién de tal enunciado por tal secuencia (ya que el ntimero de términos es tres y el subindice mayor es cua- tro), Supongamos ese mismo enunciado abierto, donde la variable predicativa «g» se interpreta como el predicado «mayor que», y la nueva secuencia < 10, 9, 8, 7,6 >; en este caso el enunciado es satisfecho por tal secuencia (ya que 10, que corresponde a x;, Ss mayor que 7, que a su vez corresponde a x4). En el lenguaje de predicados que estamos considerando un enunciado atémi- co (esto es, que no se descompone en otro u otros enunciados) es una expresién que consta de una variable predicativa n-Adica seguida den variables argumentales. Por ejemplo, son enunciados atémicos: f(x), g(x), X92), h(x4, Xs, X19), etc. Entonces las reglas de formacién de enunciados de nuestro lenguaje de predicados son: 1) todos los enunciados atémicos son férmulas bien formadas, 2) si A es una férmula bien formada, entonces = A también es una férmula bien formada, 3) siA y B son férmulas bien formadas, A « B también es una férmu- la bien formada, 4) si A esta bien formada, 3x; A (donde i es un subindice cualquiera) también esta bien formada, y 5) ninguna otra expresién es una formula bien formada, Tarski establece las tres condiciones de satisfaccién siguientes. La nega- cién de un enunciado A (abierto o no) sera satisfecha por aquellas secuencias que no satisfacen a A. Por otra parte, la conjuncién de A y B (abiertos 0 no) sera satisfecha por aquellas secuencias que satisfacen tanto a A como a B. Finalmente, la cuantificacién existencial de un enunciado abierto sera satisfe- cha por una secuencia solo en el caso de que haya alguna otra secuencia tal que difiera de la primera en a lo sumo el i-ésimo término (siendo i el subindice de la variable ligada por el cuantificador) y que ademas satisfaga el enunciado abierto resultante al precindir del cuantificador. Este caso de Ja cuantificacién existencial requiere una explicacién. Dada la cuantificacién semisimbélica «4x, (x, esta situada entre x5 y x3)», es satis- fecha por la secuencia < Vigo, Malaga, Santander >; en efecto, hay otra se- cuencia, < Madrid, Malaga, Santander >, tal que difiere de la anterior en el 108 PASCUAL F. MARTINEZ-FREIRE primer término (siendo | el subindice de la variable ligada) y que ademas satis- face el enunciado abierto «x, esta situada entre x2 y x3». La nocién de satisfaccién puede definirse de modo completo y formal como sigue, Sean s y s* secuencias de objetos, sean A y B enunciados de nues- tro lenguaje de predicados en consideracioOn, y sea sj el i-ésimo término de la secuencia Ss. Entonces la satisfaccién puede definirse para los enunciados atomicos (que son abiertos) dando una clausula para cada tipo de variable predicativa, empe- zando por el tipo monddico o de un argumento: 1.1) Para variables predicativas monddicas: para cualquier i y cualquier s, s satisface «f(x;)» si y sdlo si s; es f (tiene la propiedad f); andloga definicién tendremos para cualquier otra variable predicativa monadica. 1.2) Para variables predicativas diddicas: para cualesquiera i y j, para cual- quier s, s satisface «f(x;, x})» si y s6lo si 5; y sj tienen la relacién f; andloga definicién se establece para cualquier otra variable predicativa diadica, De esta manera seguiran las cléusulas hasta agotar todos los tipos de va- riables predicativas. A continuacién se define la satisfaccién para enunciados no-atémicos (y previsiblemente abiertos): 2) Para cualquier s y cualquier A, s satisface +A si y sdlo si s no satisface A. 3) Para cualquier s y cualesquiera A y B, s satisface A 4 B si y solo si s satisface A y s satisface también B. 4) Para cualquier i, cualquier s y cualquier A, s satisface 4x; A si y sdlo si hay una secuencia s‘ tal que s; = s’j para todo j distinto de iy ademas s” satisface A. Hasta aqui hemos acabado de definir la satisfaccin de los distintos tipos de enunciados abiertos, o posiblemente abiertos, del lenguaje de predicados que estamos considerando, ,Qué ocurre entonces con los enunciados cerra- dos? Para los enunciados cerrados, esto es, tales que no poseen variables li- bres, se establece precisamente la nocidn de verdad, tal como sigue: 5) Un enunciado cerrado es verdadero si y sdlo si es satisfecho por todas las secuencias. Por ejemplo, el enunciado semisimbdlico cerrado «x; x; es socialista» es verdadero, ya que cualquier secuencia lo satisface. En efecto, elijamos la se- La teoria de la verdad de Alfred Tarski 109 cuencia s que elijamos existe siempre una secuencia s°, pongamos por caso < Felipe Gonzalez, ......... >, tal que a lo sumo difiere de s en el primer término y satisface el enunciado «x; es socialista». (En la secuencia citada los puntos suspensivos indican que pueden seguir los objetos que se quiera idénticos a los abjetos de la secuencia s en consideracién). Ahora bien, debe quedar claro que mientras la simple satisfacci6n se refie- re alos enunciados abiertos (o posiblemente abiertos), en cambio la verdad (es decir, satisfaccién por toda secuencia) se refiere aqui a los enunciados cerra- dos. Enel primer caso el enunciado abierto es satisfecho por ciertas secuencias y no es satisfecho por otras, mientras que en el segundo caso el enunciado cerrado o bien es satisfecho por todas las secuencias (y entonces.es verdadero) o bien no es satisfecho por ninguna secuencia (y entonces es falso). Debemos aclarar este dltimo punto. Efectivamente cualquier enunciado cerrado es satisfecho por todas las secuencias o por ninguna, pero no puede ser satisfecho por unas secuencias y por otras secuencias no. Para verlo considere- mos los tres casos posibles, en el lenguaje de predicados que hemos elegido, de enunciado cerrado: cuantificacién existencial, negaci6n de cuantificacion existencial y conjuncién de cuantificaciones existenciales. En el primer caso de enunciado cerrado, tal como acabamos de ver en el ejemplo de enunciado verdadero, si existe uma secuencia s° que satisfaga la matriz 0 expresién cuantificada, entonces cualquier secuencia s (relacionada con s° como se dijo) satisface el enunciado, y si no existe tal secuencia s° (en nuestro ejemplo, si no existe ningtin objeto que sea socialista) entonces ningu- na secuencia satisface el enunciado. En el caso de negacién de cuantificacién existencial, sera satisfecha por una secuencia si y solo si el enunciado negado (que es una cuantificacién existencial) no es satisfecho por esa secuencia, con lo que o sera satisfecho por toda secuencia o por ninguna, segun la cuantificacién no sea satisfecha por ninguna o por todas. Y en el caso de conjuncién de cuantificaciones existenciales, sera satisfecha por una secuencia si y sdélo si todos los miembros de la conjuncién son satisfechos por esa secuencia, pero como tales miembros son cuantificaciones existenciales también ocurrira que la conjuncidn o bien es satisfecha por toda secuencia 0 por ninguna. En suma, la verdad, segiin esta caracterizacién tarskiana, no es simple satisfacci6n sino satisfaccién por toda secuencia, mientras que en cambio la falsedad es no satisfaccién por ninguna secuencia. Ahora bien, asi como debemos distinguir la simple satisfaccién de la ver- dad, también tenemos que distinguir la verdad de la validez légica. En efecto, un enunciado cerrado tal como « — 3x) (f(x;) A 7 f(x1))» no sdlo es verdadero, sino ademas l6gicamente valido. Un enunciado cerrado es verdadero cuando ocurre que es satisfecho por todas las secuencias para una interpretacion dada, con lo que debemos tener en cuenta una cierta interpretacidn. Asi, por ejemplo, 110 PASCUAL F. MARTINEZ-FREIRE «4x; (f(x)) A g(X1))» es verdadero cuando interpretamos «f» como «es hom- bre» y «g» como «es mortal», ya que en ese caso para toda secuencia s existe la secuencia s° < Sdcrates, ......... >, tal que satisface «x; es hombre y x; es mor- tal». Pero, a su vez, cuando se trata de un enunciado légicamente valido, tal como el anterior, resulta que es verdadero para toda interpretacién; en efecto, ese enunciado viene a decirnos que no existe una entidad tal que tenga y no tenga una misma propiedad, sea cual sea esta propiedad, es decir, para cual- quier interpretacién. Por tanto, mientras la verdad es relativa a una interpretacién, la validez légica es verdad para toda interpretacién. IV. OBSERVACIONES FINALES Mi intencion al escribir las paginas que anteceden ha sido presentar, de modo sencillo y claro, la teoria de la verdad de Tarski, utilizando su version en logica de predicados (siguiendo a Quine) y afiadiendo algunas aclaraciones y comentarios personales. Quisiera terminar con un par de observaciones evaluadoras. En primer lugar, resulta claro que la teoria tarskiana de la verdad es solida- ria de una interpretacién objetual de las variables argumentativas de los enun- ciados, puesto que los enunciados son satisfechos 0 no por secuencias de obje- tos y los enunciados verdaderos son satisfechos por toda secuencia de objetos para cierta interpretacién. Esta interpretaci6n objetual parece suponer que hay objetos y, en esa me- dida, parece solidaria con una postura realista. Pero tal realismo es simplemen- te un realismo semAntico, que defiende que hay objetos que pueden ser denota- dos, sin compromiso ontolégico con la existencia real de tales objetos. El pro- pio Tarski, en «The semantic conception of truth» (1944), nos dice que la con- cepcidn seméantica de la verdad es compatible con el realismo ingenuo, el rea- lismo critico o el idealismo, ya que tal concepcidn es neutra en relacién a estas actitudes. La teoria tarskiana de Ja verdad es, sin duda alguna, una teoria de la co- rrespondencia, entre lenguaje y realidad, pero queda sin determinar la natura- leza exacta de tal realidad. En concreto, esta teorfa de la verdad es compatible con la defensa al mis- mo tiempo del realismo ontolégico (hay un mundo externo a la representacion) y del idealismo epistemoldgico ( las representaciones son construcciones de la mente humana), tal como he sostenido en mi trabajo «Epistemologia con suje- tos cognitivos» (1998). Y en segundo lugar, creo que el escepticismo de Tarski sobre la posibili- dad de una definicién de la verdad para los lenguajes naturales o hablados es La teoria de la verdad de Alfred Tarski 111 una exageracién debida a sus exigencias programaticas (en particular, la exi- gencia de una nitida distincién entre lenguaje y metalenguaje). De hecho, el esquema (T), que es condicién de la definici6n de la verdad, recoge de manera perfecta la concepcién «natural» de la verdad como correspondencia, presente en nuestros lenguajes hablados. Ademas la nocién de satisfaccién de un enun- ciado por objetos y la nocién de verdad como satisfacci6n en todo caso por objetos, también resultan «naturales», como prueba el hecho de su ejemplificacién en el lenguaje natural. En resumen, aunque la definicién de la verdad de Tarski tiene su campo directo de aplicacién en los lenguajes forma- lizados, sus nociones pueden aplicarse por analogia en los lenguajes naturales. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ARISTOTELES, La Métaphysique (ed. de J. Tricot), 2 tomos, Paris: J. Vrin, 1962. HAACK, Susan, Filosofia de las légicas (trad. Amador Antén), Madrid: Catedra, 1982. JUHOS, B. von, «The truth of empirical statements», Analysis , IV, 1937, pp. 65-70. MARTINEZ-FREIRE, Pascual F., «Epistemologia con sujetos cognitivos», P. F. Martinez-Freire (ed.), Filosofia Actual de la Ciencia , Suplemento n° 3 de Can- trastes , Malaga, 1998. QUINE, Willard Van Orman, Los métodos de la légica (trad. Manuel Sacristan), Bar- celona: Ariel, 1967, QUINE, Willard Van Orman, Filosofia de la légica (trad. Manuel Sacristén), Madrid: Alianza, 1973. RUSSELL, Bertrand, «Introduccién», Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico- philosophicus (trad. Enrique Tierno Galvin), Madrid: Alianza, 1973. TARSKI, Alfred, «Le concept de verité dans les langages formalisés», Alfred Tarski, Logique, sémantique, métamathématique, tome J (trad. Gilles Granger), Paris: Armand Colin, 1972. 5 TARSKI, Alfred, «La conception sémantique de la verité et les fondements de la sémantique», Alfred Tarski, Logique, sémantique, métamathématique, tome 2 (trad. Gilles Granger), Paris: Armand Colin, 1974, Pascual F. Martinez-Preire es catedratico de Lagica y Filosofia de la Ciencia, responsable del Grupo de Investigacion en Ciencias Cognitivas y director del Titulo de Postgrado en Ciencias Cognitivas Aplicadas en la Universidad de Malaga, Autor del libro La nueva filosofia de la mente (Barcelona: Gedisa, 1995) y editor de Filosofia actual de la ciencia, Suplemento 3 de Contrastes. Revista Interdisciplinar de Filosofia (1998). Direccion Postal: Departamento de Filosofia, Universidad de Malaga, Facultad de Filoso- fia y Letras, Campus de Teatinos, E-29071 Malaga. E-mail: freire@uma.es

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