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Fiscalidad Internacional de Los Canones
Fiscalidad Internacional de Los Canones
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El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ÍNDICE
PRÓLOGO……………………………………………………………………………………..7
ABREVIATURAS ....................................................................................................... 13
INTRODUCCIÓN........................................................................................................ 15
1
Alejandro García Heredia
3.2. El contexto del convenio y los Comentarios al Modelo de Convenio de la
OCDE. ................................................................................................................ 110
3.3. La cláusula de reenvío. ................................................................................ 118
3.4. El procedimiento amistoso. .......................................................................... 124
3.3. Venta vs. cesión de uso de los derechos de autor ....................................... 159
4.2. Clasificación de las transacciones que implican programas de ordenador ... 190
2
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
6.1. Los programas de ordenador en el Convenio entre España y EE.UU .......... 234
3
Alejandro García Heredia
6.4.3. Los programas de ordenador como obras culturales ........................... 279
6.4.4. Los programas de ordenador y su contenido....................................... 281
1. INTRODUCCIÓN.................................................................................................. 351
2. LAS MODALIDADES DE PROPIEDAD INDUSTRIAL .......................................... 353
3. KNOW-HOW Y PRESTACIONES DE SERVICIOS EN EL
COMENTARIO DE LA OCDE ................................................................................... 359
4
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1. INTRODUCCIÓN.................................................................................................. 447
2. EQUIPOS INDUSTRIALES, COMERCIALES O CIENTÍFICOS ............................ 448
5
Alejandro García Heredia
BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................ 503
6
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
PRÓLOGO
7
Alejandro García Heredia
realizado por el organismo internacional, el pago de cánones internacionales
origina numerosos problemas, principalmente de interpretación.
Resulta necesario precisar que aún cuando los cánones vienen definidos
en el Modelo de Convenio citado, la definición tiene tal amplitud que los
términos utilizados en la misma exigen, a su vez, una interpretación
individualizada, por lo que la definición recogida en el Modelo no resuelve los
problemas interpretativos. Los problemas que se producen en la interpretación
de los Convenios Internacionales, recuerdan en muchos aspectos los
problemas interpretativos que ocasionaban las normas tributarias en el
Derecho interno, en los albores de nuestra disciplina. Esto sucede, por ejemplo,
cuando se enfrentan con el sentido de los términos y las dudas entre el técnico
o el usual, así como cuando hay que decidir entre una interpretación estática o
dinámica porque se han modificado los Comentarios y la modificación afecta a
Convenios ya suscritos.
8
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
9
Alejandro García Heredia
programas de ordenador dentro de los derechos de autor, a los que dedica el
Capítulo Segundo, el más largo de la obra.
10
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
expresa en el Tratado a través de una reserva al mismo o en su protocolo,
siendo insuficiente para este fin las observaciones hechas al Comentario.
También y dentro de la crítica jurisprudencial, aún cuando se refiere a otros
supuestos recogidos en el Capítulo siguiente de la obra, insiste el autor en las
diferencias entre las figuras del know-how y la asistencia técnica que, sin
embargo, los Tribunales españoles consideran como equivalentes, calificando
ambas, erróneamente, como cánones.
Estas son algunas de las cuestiones que pueden ser destacadas en este
Prólogo y que sirven para poner sobre el tapete la dificultad del estudio
realizado y la amplitud del mismo, pero también para animar a su lectura a
todos aquellos que, por necesidades profesionales o académicas, deban
resolver o estudiar el régimen tributario de los cánones internacionales dentro
de los Convenios de Doble Imposición. Estoy convencida de que en sus
páginas encontrarán la solución a sus preguntas e inquietudes intelectuales.
Además debo decir que Alejandro GARCÍA HEREDIA es un escritor ameno,
algo que se aprecia especialmente cuando se trata de hacer atractivo un tema
de la complejidad y enjundia como el aquí tratado. Pero les aseguro que su
lectura es sencilla y fácil y en ello radica parte de su mérito. La otra parte, como
es lógico, se encuentra en su contenido.
11
Alejandro García Heredia
persona joven cargada de ánimo, segura de sí y de lo que quiere conseguir?
Yo, desde luego, no. Lo que me consuela es que creo, a estas alturas, que no
me he confundido y que Alejandro GARCÍA HEREDIA hará carrera
universitaria. El primer paso ya lo ha dado y, ahora sí, le animo decididamente
a seguir.
12
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ABREVIATURAS
AN = Audiencia Nacional
ANBPPI = Association des Bureaux pour la Protection de la Propriété
Industrielle
AP = Audiencia Provincial
ATO = Australian Taxation Office
BIAC = Business and Industry Advisory Committee (Comité Consultivo de
Negocios e Industria de la OCDE)
CARICOM = Caribbean Community
CDI = Convenios de Doble Imposición Internacional sobre la Renta y el
Patrimonio
COMECON = Council for Mutual Economic Assistance / Consejo de Ayuda
Mutua Económica
CVDT =Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 23 de mayo
de 1969
DGT = Dirección General de Tributos
EEUU = Estados Unidos de América
FD = Fundamento de Derecho
IBFD = International Bureau of Fiscal Documentation
IFA = International Fiscal Association
IRS = Internal Revenue Service (EEUU)
JT = Jurisprudencia Tributaria Aranzadi
LCD = Ley de Competencia Desleal
LGT = Ley General Tributaria
LIRPF = Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
LIS = Ley del Impuesto sobre Sociedades
LM = Ley de Marcas
LP = Ley de Patentes
LPI = Ley de Propiedad Intelectual
m.no. = número marginal (VOGEL)
MC = Modelo de Convenio
MC EEUU = Modelo de Convenio de Estados Unidos
MC OCDE = Modelo de Convenio de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos
13
Alejandro García Heredia
MC ONU = Modelo de Convenio de las Naciones Unidas
OCAMM = Organización Común Africana, Malgache y Mauriciana
OCDE = Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
OEPM = Oficina Española de Patentes y Marcas
OMPI / WIPO = Organización Mundial de la Propiedad Intelectual / World
Intellectual Property Organization
ONU / UN = Organización de las Naciones Unidas / United Nations
RD = Real Decreto
RDGT = Resolución de la Dirección General de Tributos
RIRNR = Reglamento del Impuesto sobre la Renta de No Residentes
RIRPF = Reglamento del Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas
RIS = Reglamento del Impuesto sobre Sociedades
RJ = Repertorio de Jurisprudencia Aranzadi
RTEAC = Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Central
RTEAR = Resolución del Tribunal Económico-Administrativo Regional
SAN = Sentencia de la Audiencia Nacional
SAP = Sentencia de la Audiencia Provincial
STJCE = Sentencia del Tribunal Justicia de las Comunidades Europeas
STS = Sentencia del Tribunal Supremo
STSJ = Sentencia del Tribunal Superior de Justicia
TAG = Technical Advisory Group (OCDE)
TE = Technical Explanations (EEUU)
TEAC = Tribunal Económico-Administrativo Central
TEAR = Tribunal Económico-Administrativo Regional
TJCE = Tribunal Justicia de las Comunidades Europeas
LIRNR = Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de No
Residentes
TS = Tribunal Supremo
TSJ = Tribunal Superior de Justicia
UE = Unión Europea
UNESCO = United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization /
Organización de las Naciones Unidades para la Educación, la Ciencia y la
Cultura
14
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
INTRODUCCIÓN
1
Cfr. parágrafo 1 de la Introducción al Modelo de Convenio de la OCDE.
2
Son varios los términos que se utillizan para referirse a estas rentas, siendo el más
extendido el término anglosajón de “royalties”. En España se utiliza generalmente el
término “cánones”, en America Latina se habla más bién de “regalías” y en francés se
conocen como “redevance”. Todas ellas son expresiones que se refieren a la misma
clase de rentas en el marco de los convenios de doble imposición. A lo largo de este
trabajo se utiliza principalmente la voz española de cánones.
3
La importancia de la tecnología y de los bienes intangibles en el comercio
internacional es evidente. La OCDE ha señalado en varios de sus informes el papel
fundamental que desempeñan en la economía mundial las denominadas tecnologías
de la información y la comunicación. Entre estas no sólo se encuentran los programas
de ordenador, sino que comienza a señalarse también la creciente importancia de la
denominada nanotecnología a través de los productos semiconductores (chips) y de
las nuevas tecnologías de banda ancha para el comercio electrónico (vid. OCDE,
Information Technology Outlook 2004 (Highlights), OECD, París, 2004, pp. 3 y 13). En
la misma línea de subrayar la importancia de la tecnología en los últimos años vid. la
introducción de DU TOIT, C.P., Beneficial Ownership of royalties in bilateral tax
treaties, IBFD Publications, Amsterdam, 1999.
15
Alejandro García Heredia
como los derechos de autor y la propiedad industrial, y se sitúan,
principalmente, en el marco de los contratos de transferencia de tecnología. En
una economía global en la que el capital intangible representa un activo de
gran valor para las empresas, la fiscalidad de los cánones o royalties adquiere,
por lo tanto, una indudable trascendencia en la práctica tributaria internacional.
16
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
contribuyentes defienden una calificación diferente de la renta de manera que
no exista una sujeción compartida en el Estado de la fuente.
4
Cfr. SÁINZ DE BUJANDA, F., “La interpretación en Derecho español de los tratados
internacionales para evitar la doble imposición”, Revista de Derecho Financiero y
Hacienda Pública, núm. 38, 1960, p. 292.
5
El concepto de países en desarrollo se usa y se usaba frecuentemente y, sin
embargo, nunca ha tenido un significado del todo claro (cfr NOOTEBOOM, A., y
SCHIPPER, J. H. TH., Tax treatment of the remuneration (royalties and/or lump sums)
paid by enterprises in devoloping countries for technical assistance and licences ander
patents, IBFD, Ámsterdam, 1973, p.11 y 12). En este sentido, BUHLER indica que
ninguna norma internacional ha determinado el conjunto de países en desarrollo, ente
otras razones, porque dentro de un país existen regiones o aspectos de su economía
que presentan rasgos industrializados y, simultáneamente, en situación de desarrollo
(cfr. Principios de Derecho Internacional Tributario. Versión castellana de Fernando
Cervera Torrejón, Editorial de Derecho Financiero, Madrid, 1968, p. 9). Este autor
17
Alejandro García Heredia
mundial, la problemática derivada de la doble imposición internacional se ha
hecho más rica y compleja como consecuencia de los conflictos entre países
desarrollados y en desarrollo6. Como ha señalado SÁINZ DE BUJANDA la
dicotomía países desarrollados y países en desarrollo no puede eludirse en el
plano jurídico por juzgarla básicamente económica, puesto que entraña, en el
fondo, problemas de justicia7. En esta misma línea, OTTMAR BUHLER indica
que, por primera vez, la gran novedad en las relaciones entre países
industrializados y en desarrollo es que las mismas no sólo se rigen por motivos
económicos, sino también por razones de equidad, debido a la presencia del
principio del país de origen frente al país de residencia8. Además, hay que
tener en cuenta que el calificativo de países importadores no es permanente, lo
que significa que muchos Estados tradicionalmente importadores de
tecnología, han pasado a elaborar por sí mismos la citada tecnología y a
exportarla a otros Estados9 y dicho cambio en la política económica
internacional de los Estados también se verá reflejado en el concepto de canon
de sus CDI.
señala como no se han delimitado los países en desarrollo, pero si han llegado a
determinarse aquellos que no tienen tal carácter en una “Executive Orden” de los
EE.UU. de 27 de diciembre de 1962 (cfr. Principios de Derecho Internacional
Tributario, ob. cit., pp. 9 y 10). Igualmente, es importante señalar que la relación que
existe entre los términos países desarrollados y en desarrollo, por un lado, y países
exportadores e importadores, por otro, debe tomarse con cautelas. En este sentido,
hay que tener presente que un país desarrollado cultural, social, política e, incluso,
económicamente puede ser, a su vez, un país importador de recursos tecnológicos,
como sería, por ejemplo, el caso de España y, en sentido contrario, un país en
desarrollo puede estar produciendo tecnología y ser, por tanto, un país exportador,
como es el caso de algunos países asiáticos (cfr. VAN HOORN J., et al., “Fiscal
measures in capital-exporting countries for the purpose of encouraging investments in
countries in the process of dvelopment” en Cahiers de Droit Fiscal International,
International Fiscal Association (IFA), vol. 48 b, París, 1963, p. V).
6
Cfr. SÁINZ DE BUJANDA, F., Acto de Investidura Doctor Honoris Causa Prof. D.
Fernándo Sáinz de Bujanda, Universidad de Granada, Granada, 1983, p. 111.
7
Cfr. SÁINZ DE BUJANDA, F., Acto de Investidura Doctor Honoris Causa Prof. D.
Fernándo Sáinz de Bujanda, ob. cit., p. 30
8
Cfr. BUHLER, O., Principios de Derecho Internacional Tributario, ob. cit., p. 12.
9
Cfr. CHRISTIAANSE, J. H., “Tax treaties between developed and developing
countries” en Cahiers de Droit Fiscal International, vol. 54 c, International Fiscal
Association (IFA), Rotterdam, 1969, p. 48.
18
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
fuente tiene la potestad de gravar estas rentas de forma limitada –excluyendo
el supuesto del establecimiento permanente-. Teniendo en cuenta que gran
parte de los cánones derivan de transferencias de tecnología, los Estados
importadores de recursos tecnológicos defienden una posición que les permita
gravar los cánones que pagan, por ejemplo, a través de una sujeción exclusiva
en la fuente o, como se ha recogido en muchos CDI, a través de una postura
más conciliadora con el Estado de la residencia que permita gravar los cánones
en la fuente pero de forma limitada. Por el contrario, los Estados exportadores
de tecnología son partidarios de una sujeción exclusiva de los cánones en su
propio Estado, esto es, en el Estado de la residencia, siendo esta la postura
que adopta el MC OCDE. Si tenemos en cuenta que un gran número de CDI
han establecido un sistema de sujeción compartida para los cánones, el
resultado será que cuantas más clases de rentas albergue el concepto de
canon, mayor será el volumen de rentas que pueda gravar el Estado de la
fuente, esto es, el Estado importador de los bienes o derechos por lo que paga
cánones, mientras que, por el contrario, el Estado de la residencia o exportador
verá limitada su potestad de gravamen a medida que se amplia el concepto de
canon.
19
Alejandro García Heredia
comprendan también otros pagos, como los derivados del arrendamiento de
bienes de equipo, de ciertas prestaciones de servicios, de la cesión de
derechos de imagen o, incluso, de la venta de determinados bienes o
derechos.
20
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
21
Alejandro García Heredia
22
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
10
En el marco de los CDI es frecuente que se contrapongan los cánones a estas tres
clases de rentas, sin embargo, en el MC OCDE deberíamos suprimir la referencia a los
servicios personales independientes ya que la versión del MC OCDE de 2000 ha
eliminado el Art. 14 relativo a esta clase de servicios. Las rentas del Art. 14 pasan
ahora a integrarse en los beneficios empresariales del Art. 7 debido a las grandes
semejanzas que existían entre ambas categorías de renta. Al respecto, vid. parágrafo
2.1 del Comentario al art. 7. Entre la doctrina española, vid. SERRANO ANTÓN, F.,
“La modificación del MC OCDE para evitar la doble imposición internacional y prevenir
la evasión fiscal. Interpretación y novedades de la versión del año 2000: la eliminación
del art. 14 sobre la tributación de los servicios profesionales independientes y el
remozado trato fiscal a las partnerships” en Documento del Instituto de Estudios
Fiscales, núm. 5/02, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 2002, pp. 27-31 (disponible
en www.ief.es). La mayoría de los CDI españoles, por la fecha en que fueron
elaborados, todavía incluyen el artículo de los servicios personales independientes.
Los CDI elaborados bajo el marco de la revisión de 2000 del MC OCDE ya no
contienen el artículo relativo a esta clase de servicios (vid. Convenios españoles con
Chile (2003), Argelia (2002) y Venezuela (2003)).
23
Alejandro García Heredia
sujeción compartida entre los Estados de la residencia y de la fuente con una
atribución limitada de poder tributario a este último Estado. Una gran mayoría
de convenios establece, en ausencia de establecimiento permanente, una
sujeción compartida para los cánones y una sujeción exclusiva para las otras
categorías de renta mencionadas. Esto hace que sea de la mayor importancia
determinar si la renta en cuestión debe ser o no calificada como canon, debido
a las diferentes consecuencias fiscales que pueden derivar de otorgar a las
rentas una u otra calificación. No sucede lo mismo en el marco del MC OCDE
en el que se establece una sujeción exclusiva tanto para los cánones como
para aquellas otras rentas con las que éstos suelen confundirse. No obstante,
los Comentarios de la OCDE, conscientes de que muchos CDI establecen para
los cánones una sujeción compartida, contienen varias explicaciones
destinadas a deslindar los cánones de aquellas rentas que les son fronterizas.
11
En este sentido, mientras los Modelos de Convenio de la OCDE y EE.UU. han
excluido del concepto de canon las rentas del arrendamiento de bienes de equipo, el
MC ONU continua incluyendo entre los cánones dichas rentas (vid. arts. 12.2 de los
Modelos de la OCDE y de EE.UU. art. 12.3 del MC ONU). En el MC EE.UU., los
cánones sólo pueden derivar tanto de una cesión de uso como de ciertas
transmisiones de la propiedad, mientras que en el MC OCDE los cánones sólo pueden
derivar de una cesión de uso (vid. arts. 12.2 de los Modelos de la OCDE y de EE.UU).
Además, algunos CDI también incluyen en el concepto de canon las rentas
procedentes de ciertas prestaciones de servicios.
24
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cinematográficas, de patentes, marcas de fábrica o de comercio, dibujos o
modelos, planos, fórmulas o procedimientos secretos, o por informaciones
relativas a experiencias industriales, comerciales o científicas ” (Art. 12.2 MC
OCDE).
En primer lugar el Art. 12.2 del MC OCDE indica que los cánones pueden
ser “cantidades de cualquier clase”, a continuación, afirma que son rentas
derivadas “del uso o la concesión de uso” y, finalmente, el artículo enuncia una
serie de “bienes o derechos” cuyo uso o concesión de uso dará lugar a
cánones. En la práctica totalidad de los CDI, la definición de cánones se
encuentra formada por tres elementos que afectan respectivamente a la forma
de pago, la naturaleza jurídica de la transacción y a un conjunto de bienes o
derechos. En nuestra opinión, de estos tres elementos, se pueden distinguir,
aquellos que no producen efecto en la calificación de las rentas y aquellos
elementos decisivos para otorgar a una renta la calificación de canon. La forma
de pago no se configura como un elemento determinante para calificar unas
determinadas rentas como cánones, ya que se indica que los cánones pueden
ser cantidades de cualquier clase. Los elementos determinantes del concepto
de canon se refieren a la naturalaza jurídica de la transacción y al conjunto de
bienes y derechos que están dentro de la definición de cánones. Estos son
elementos definitorios del concepto de canon que se deben tener en cuenta
para calificar a una renta como tal.
El Art. 12.2 del MC OCDE comienza afirmando que los cánones pueden
ser “pagos de cualquier clase” (“payments of any kind”). De ello se desprende
25
Alejandro García Heredia
que la forma de pago no debe ser considerada como un presupuesto
determinante en la calificación de unas rentas como cánones. Las diversas
formas de pago no aportan ningún elemento definitorio que pueda ser utilizado
en el sentido de otorgar la calificación de canon a unas determinadas rentas.
La forma de pago puede ser dineraria o en especie12 y presentar formas muy
variadas, desde una cantidad fija (a forfait) hasta pagos periódicos o
sucesivos13. Existe, por tanto, una absoluta irrelevancia de la naturaleza
económica del pago o remuneración a efectos de su calificación fiscal como
canon en el marco del MC OCDE. A pesar de que la forma de pago no debe
ser tenida en cuenta a efectos de calificación de las rentas, la definición de
cánones como “pagos de cualquier clase” ha suscitado varias cuestiones de
interpretación.
12
Aunque lo más frecuente son los pagos dinerarios, también existen algunos
ejemplos en nuestra jurisprudencia de cánones en especie. Es el caso de las
aportaciones in natura (de programas de ordenador y de diversa tecnología)
efectuadas por una empresa de automoción alemana a otra española para que esta
última fabricara en exclusiva un determinado tipo de vehículo en nuestro país. En
concepto de contraprestación, la empresa española, tras una ampliación de su capital
social, retribuye cánones a la entidad alemana en la forma de acciones totalmente
desembolsadas y liberadas. En este sentido pueden consultarse las SSTS 8 de abril
de 2000 (2000/3773), 3 de junio de 2000 (2000/4874) y 29 de julio de 2000 (RJ
2001/919). En la misma línea de retribuir tecnología mediante la entrega de acciones
vid. STS de 16 de julio de 1998 (RJ 1998/6047), dictada también en el marco del
convenio hispano-alemán pero esta vez con empresas del sector químico.
13
La remuneración puede presentar un carácter proporcional, progresivo o regresivo y
estar basada en las ventas, en los beneficios o en cualquier otro factor (cfr. VOGEL, K.
On Double Taxation Conventions. A Commentary to the OECD-, UN- and US Model
Conventions for the Avoidance of Double Taxation on Incomen and Capital. With
Particular Reference to German Treaty Practice, 3ª ed., Kluwer Law International,
London, 1997, p. 786 -m.no. 40b-).
14
Parágrafo 8 del Comentario al Art. 12 MC OCDE.
26
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En segundo lugar, debido a la amplitud de la dicción “pagos de cualquier
clase”, se ha planteado si también podrían ser cánones determinadas
cantidades que no proceden directamente de la cesión de uso de algunos de
los bienes o derechos del Art. 12.2 del Modelo pero que tendrían su origen en
una vinculación indirecta o mediata con los mismos. Este sería el caso de las
indemnizaciones impuestas por un uso ilegítimo de alguno de esos bienes o
derechos. En este sentido, el Comentario al Art. 12 del MC OCDE señala que
la definición de cánones comprende “tanto los pagos realizados bajo una
licencia (cánones directos) como las indemnizaciones que una persona estaría
obligada a pagar por la copia ilegal o infracción de los derechos a los que se
refiere el concepto de canon (cánones indirectos o mediatizados)”15. Esto
significa que las cantidades recibidas en concepto de indemnización por el uso
ilegítimo de los bienes o derechos del Art. 12.2, ya sea por daño emergente o
lucro cesante, deben ser calificadas también como cánones. Por ello, la
doctrina ha señalado que no es necesaria una relación sinalagmática de
Derecho privado entre la retribución y la cesión de uso para poder calificar
aquella como canon16. En relación con las indemnizaciones y los cánones
también se ha discutido la calificación de los intereses por daños y las costas
del juicio de indemnización. En cuanto a los intereses que deban abonarse por
los daños causados se ha afirmado que no deberían ser calificados ni como
cánones del Art. 12 ni como intereses del Art. 11 del Modelo sino, más bien,
como beneficios empresariales del Art. 7 o como otras rentas del Art. 2117. En
cuanto a las costas procesales que derivan del juicio en el que se condena a
una parte al pago de una indemnización, consideramos que no son cánones
per se pero que podrían tener tal carácter por aplicación de la doctrina del
contrato mixto18. En este sentido, si la indemnización se califica como canon
sería conveniente que los gastos de abogado y juicio relativos a dicha
indemnización fueran considerados también como cánones al tratarse de algo
“accesorio a la misma y de menor importancia” (ancillary and largely
unimportant)19.
15
Parágrafo 8 del Comentario al Art. 12 MC OCDE. Las aclaraciones entre paréntesis
son nuestras.
16
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 787 (m.no. 41).
17
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 787 (m.no. 42).
18
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 787 (m.no. 42).
19
Cfr. parágrafo 11.6 del Comentario al art. 12 del MC OCDE.
27
Alejandro García Heredia
20
Vid. STS de 28 de junio de 1973. Al respecto vid. VOGEL, K., On Double Taxation
Conventions, ob. cit., p. 787 (m.no. 42). Este pronunciamiento está comentado en
OTERO CASTELLÓ, J., “Tributación por Impuesto sobre las Rentas del Capital de los
cánones de fuente española obtenidos por un residente de país con el que España
tiene convenio. Aplicabilidad de los convenios si la liquidación se realiza en virtud de
acta de la inspección”, Revista de Derecho Financiero y Hacienda Pública, núm. 108,
noviembre-diciembre, 1973, pp. 1401-1406.
28
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1.2. NATURALEZA JURÍDICA DE LA TRANSACCIÓN.
El Art. 12.2 del MC OCDE continúa definiendo los cánones como las
cantidades de cualquier clase pagadas por el “uso” (the use) o la “concesión de
uso” (the right to use) 21 de determinados bienes o derechos. Estas expresiones
configuran la naturaleza jurídica de la transacción como uno de los
presupuestos determinantes del concepto de canon. Antes de tratar el
presupuesto relativo a la naturaleza jurídica de la transacción conviene realizar
algunas aclaraciones previas sobre las expresiones uso y concesión de uso y
sobre la irrelevancia de la inscripción registral del intangible para que la renta
sea canon.
21
En los CDI españoles la expresión “the right to use” se suele traducir por “la
concesión de uso” o “el derecho de uso”.
29
Alejandro García Heredia
contiene22. Por razones prácticas, en el presente trabajo se ha decidido utilizar
en lo sucesivo la expresión “cesión de uso” para dar cobertura indistintamente
a los conceptos “uso” y “concesión de uso”.
22
En sentido similar cfr. DE LA VILLA GIL, J. M., Comentarios a las leyes tributarias y
financieras, tomo XIV, vol. 1º, EDERSA, Madrid, 1982, p. 253.
23
Parágrafo 8 del Comentario al Art. 12 del MC OCDE.
24
VOGEL afirma que tales expresiones no aparecen definidas en el Modelo ni se
contiene una remisión a la ley interna para determinar su significado. Por ello, indica
que debemos interpretarlas en el contexto global del Modelo y no acudir a la
legislación interna para ver lo que se entiende en cada caso por cesión de uso (cfr.
VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 788 (m. no. 45)).
30
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
propiedad hace referencia al concepto de “venta” (sale)25. La cesión de uso se
caracteriza porque el cedente no pierde la titularidad de los bienes o derechos
cedidos, mientras que en la transmisión de la propiedad el vendedor se
desprende definitivamente de los mismos transmitiendo su titularidad a la otra
parte. En una cesión de uso, el cesionario no tiene un poder de disposición
pleno y total sobre los bienes o derechos cedidos, sin embargo, en una
transmisión de la propiedad el comprador es dueño de la cosa vendida y
ostenta sobre ella auténticas facultades dominicales de plena disposición.
25
El Comentario al Art. 12 del MC OCDE señala que “en principio, los cánones por
licencias de uso de patentes y bienes y pagos similares son ingresos para el
beneficiario procedentes de un arrendamiento” (parágrafo 1 del Comentario).
26
Los denominados pagos por forbearance o licencias de exclusiva también son
considerados como cánones por DU TOIT, CH. P., Beneficial Ownership of Royalties
in Bilateral Tax Treaties, IBFD, Ámsterdam, 1999, pp. 52 y 53 y, en nuestra doctrina,
MARTÍN JIMÉNEZ, A. J., “Artículo 12. La tributación de los cánones o regalías”, en
Comentarios a los convenios para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal
concluidos por España, Fundación Pedro Barrié de la Maza, La Coruña, 2004, p. 730.
31
Alejandro García Heredia
australiano y en algunos CDI españoles que consideran cánones los pagos por
“la renuncia total o parcial al uso o a la cesión de uso de los bienes o derechos”
27
que dan lugar a cánones . En esta misma línea el Comentario de la OCDE
considera que los pagos para garantizar la exclusividad de uso, en cuya virtud
el cedente del bien o derecho se compromete a no entregarlo a ningún otro, se
deben calificar como cánones siempre que se trate de una cesión de uso de
tales bienes o derechos en el sentido que recoge la definición de cánones del
Modelo28. En nuestra opinión, la calificación como cánones de esta clase de
pagos se debe realizar con cautela. En este sentido, si los pagos por una
licencia de exclusiva implican que el propietario o cedente del intangible no
pueda utilizarlo, consideramos que, en ese caso, podría tratarse de una venta y
no de una cesión de uso. Por ello, debería analizarse el alcance de la renuncia
total o parcial a la que se refieren los CDI citados, por ejemplo, si es o no por
tiempo indefinido. Con todo ello, los ejemplos que hemos expuesto en relación
con las licencias ilimitadas, las ventas limitadas o las licencias de exclusiva,
ponen de manifiesto, por un lado, la dificultad de delimitar la cesión de uso
frente a la transmisión de la propiedad debido a la variedad y complejidad de
los casos que suscita la práctica y, por otro, la importancia que presenta el
análisis concreto de los hechos y circunstancia que rodean cada transacción.
27
Es el caso de los CDI españoles con Luxemburgo (1986), Australia (1992) o
Noruega (1999) (vid. arts. 12.3 de los citados convenios).
28
Cfr. parágrafo 8.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE (introducido en la versión
2005).
32
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
esta razón, cuado se trata de analizar la naturaleza de la transacción es
necesario llevar a cabo un examen que vaya más allá de la mera forma jurídica
que las partes hayan pretendido darle. Lo relevante, por tanto, no debe ser la
naturaleza jurídica con la que los contratantes revistan la transacción, sino la
naturaleza económica o finalidad empresarial que la transacción misma
pretende29. Debido a esta diferencia entre la forma que las partes dan al
contrato y la verdadera naturaleza económica o intención subyacente, la
doctrina anglo-americana ha elaborado la teoría de la sustancia sobre la forma
(substance over form). Esta teoría defiende que no se reconozcan aquellas
transacciones elaboradas exclusivamente con propósitos fiscales sin una
voluntad razonable de negocio30. En esta línea, algunos autores han afirmado
que para analizar la verdadera finalidad de la transacción es preciso realizar
una aproximación económica basada en el grado en que el licenciante atribuye
la posesión al licenciatario31. En nuestra opinión, como veremos a lo largo del
trabajo, analizar la verdadera intención de las partes frente a la apariencia de la
transacción presenta una gran dificultad. Para ello se requiere tener en cuenta,
no sólo los derechos y obligaciones que las partes acuerdan en el contrato,
sino también los hechos y circunstancias que rodean a la transacción.
29
El tema de la interpretación económica ha sido tratado por la IFA en varios de sus
Congresos, por lo que no pretendemos hacer aquí una aproximación detallada, para
ello nos remitimos a las ponencias de WHEATCROFT, G.S.A., “Ponencia General”,
The interpretation of the tax laws with especial reference to form and substances en
Cahiers de Droit Fiscal International, vol.50a, International Fiscal Association (IFA),
Londres, 1965, pp. 7-14 y, más recientemente, ZIMMER, F., “Ponencia General”, Form
and substance in tax law en Cahiers de Droit Fiscal International, vol. 87a, International
Fiscal Association (IFA), Oslo, 2002, pp. 19-67. Igualmente, sobre la primacía que
tiene la sustancia económica en relación con la forma en diferentes sistemas
tributarios son interesantes las notas de PALAO TABOADA, C., “Economía y Derecho
en la aplicación de las leyes tributarias”, Crónica Tributaria, núm. 73, 1995, pp. 69-75 y
FALCON Y TELLA, R., “Interpretación económica y seguridad jurídica”, Crónica
Tributaria, núm. 68, 1993, pp. 25-31. Igualmente, la importancia de la finalidad
económica de la transacción frente a la forma que las partes pretenden darle guarda
relación con los problemas que plantea el fraude de ley y con diversas operaciones
comunitarias, para lo que nos remitimos, como ejemplo, al trabajo de PALAO
TABOADA, C., “Los motivos económicos válidos en el régimen fiscal de
reorganizaciones empresariales”, Revista de Contabilidad y Tributación, núm. 235,
2002, pp. 63-110.
30
Sobre la jurisprudencia que ha dado lugar a esta doctrina vid. VOGEL, K., On
Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 117 (m. no. 79).
31
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 787 (m. no. 44).
33
Alejandro García Heredia
1.2.2. CÁNONES PROCEDENTES DE UNA TRANSMISIÓN DE LA PROPIEDAD.
Los cánones derivan de transacciones que tienen por objeto una cesión
de uso por oposición a una transmisión de la propiedad. Esta es la regla
general y una de las notas características de este tipo de rentas pero existe
una importante excepción a la misma. De modo que, en algunos casos,
también pueden ser cánones las rentas procedentes de una transmisión de la
propiedad. Esta extensión del concepto de canon a las rentas procedentes de
una enajenación constituye una importante particularidad del MC EE.UU. que
también ha alcanzado a varios convenios españoles32. El Art. 12.2 b) del
Modelo de EE.UU. afirma que también son cánones las ganancias derivadas
de la enajenación de los bienes o derechos que se contienen en el precepto de
los cánones, en la medida en que tales ganancias se determinen en función de
la productividad, uso o transmisión de los mismos. Por el contrario, aquellas
ganancias que no encajen en este grupo serán calificadas como ganancias de
capital del Art. 13 del Modelo33. Las rentas procedentes de una enajenación
tendrán la consideración de cánones, según el MC EE.UU. y los convenios que
lo secundan, cuando concurran dos requisitos:
- Los bienes o derechos objeto de la venta deben ser los que figuran en el
concepto de canon y no otros.
32
Vid. Convenios españoles con EE.UU. (1990), Tailandia (1997) y Méjico (1992).
33
Cfr. Technical Explanation núm. 180 del MC EE.UU..
34
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
34
Cfr. AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1996-1997), Aranzadi, Navarra,
2000, p. 181.
35
Alejandro García Heredia
Mayores dificultades interpretativas supone determinar qué se debe entender
por un precio fijado en función de la “transmisión” de los bienes o derechos. No
en vano el CDI hispano-mejicano (1992) ha suprimido este término para
quedarse sólo con los de “productividad” y “uso”.
36
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
“significa las cantidades de cualquier clase pagadas por el uso o la concesión
de uso o la venta de (...)”. El Protocolo (disposición 6) matiza el precepto
afirmando que “se entenderá que, en el caso de cualquier pago recibido como
contraprestación por la venta de bienes en el sentido del apartado 3 del art. 12,
será de aplicación lo dispuesto en el art. 13, salvo que se pruebe que ese pago
no constituía un pago por una auténtica enajenación de dichos bienes. En ese
caso será de aplicación lo dispuesto en el art. 12”. De este modo se evidencia
como la única intención del convenio es reafirmar que también son cánones las
rentas procedentes de aquellas transacciones que, aún adoptando la forma de
una venta, son en puridad cesiones de uso.
35
Cfr. parágrafo 16 del Comentario al Art. 12 MC OCDE.
37
Alejandro García Heredia
1.3. BIENES O DERECHOS QUE DAN LUGAR A CÁNONES: PROPIEDAD
INTELECTUAL Y PROPIEDAD INDUSTRIAL.
36
El Comentario al analizar cada uno de los rendimientos que integran el concepto de
canon afirma que “el arrendamiento se puede conceder en relación con una empresa
(por ejemplo, la concesión por un editor de derechos de autor sobre una obra literaria
o la concesión por el inventor del derecho a utilizar una patente) o con total
independencia de cualquiera de la actividades del arrendador (por ejemplo, la
concesión por los herederos del inventor del derecho a utilizar una patente)” (parágrafo
1 del Comentario al art. 12 MC OCDE). El Comentario alude al concepto de canon
confundiendo y aglutinando categorías cuando afirma que los cánones se refieren “en
general a los bienes o derechos que formen parte de las diferentes modalidades de la
propiedad literaria y artística, a los elementos de la propiedad intelectual especificados
en el texto y a informaciones relativas a experiencias industriales, comerciales o
científicas” (parágrafo 8 del Comentario al art. 12 MC OCDE)
38
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de una formulación genérica en la que se cita expresamente una clase de
obras protegidas por los derechos de autor, como son las películas
cinematográficas. El problema se plantea a la hora de determinar cuáles son
las obras protegidas por los derechos de autor y, en concreto, la inclusión del
software en esta categoría.
39
Alejandro García Heredia
OCDE hasta la versión de 1992. La OCDE reconoció que los bienes de equipo
no se integraban adecuadamente en la naturaleza del concepto de canon37. No
obstante, muchos Estados han seguido incluyendo estas rentas en el concepto
de canon de sus CDI al no estar dispuestos a renunciar al gravamen en la
fuente que venían obteniendo con los cánones por arrendamiento de bienes de
equipo. El MC EE.UU. nunca ha considerado cánones las rentas procedentes
de los bienes de equipo, a diferencia del MC ONU que incluye esta clase de
bienes en el concepto de canon. En el Derecho interno español los bienes de
equipo también figuran en el concepto de canon de la LIRNR (art. 13.1 f) 3º).
37
Cfr. parágrafo 37 del Comentario al Art. 7 MC OCDE y parágrafo 9 del Comentario al
Art. 12 del mismo Modelo. Asímismo, vid. el Informe de la OCDE, “The Taxation of
Income Derived from the Leasing of Industrial, Commercial or Scientific Equipment”,
Intertax, núm. 1, enero, 1984.
38
Los intangibles a los que se refiere este trabajo son a los efectos de la interpretación
del concepto de canon, por lo que se excluyen otros ámbitos de la fiscalidad
internacional donde también se alude a esta categoría con diferentes clasificaciones,
como es el caso de los precios de transferencia. Las directrices sobre precios de
transferencia de la OCDE distinguen, por un lado, los denominados “commercial o
trade intangibles” (Ej: patentes) y, por otro, los “marketing intangibles” (Ej: marcas) (cfr.
OECD, Transfer Pricing Guidelines for Multinational Enterprises and Tax
Administrations, OECD, París, 2001, chapter VI, parágrafos 6.1 y ss). Un interesante
estudio publicado en nuestro país sobre la definción e importancia de los intangibles
desde los precios de transferencia es el de DE HOSSON, F. C., “Las empresas
multinacionales y el desarrollo, propiedad y licencias de marcas y nombres
comerciales”. Traducción de José Manuel Calderón Carrero, Revista de Derecho
Financiero y Hacienda Pública, núm. 256, abril/junio, 2000, pp. 265-306.
40
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
lo que sería nuestra propiedad intelectual) y la denominada “industrial property”
(que sería el equivalente a nuestra propiedad industrial). La Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI/WIPO) ha reconocido que una
acepción amplia de estos términos da cobertura a toda una gama de
intangibles. La expresión “copyright” incluiría tanto los derechos de autor en
sentido estricto como los denominados derechos conexos y, por su parte, el
término “industrial property” abarcaría un gran número de formas, incluso, la
competencia desleal y el know-how39. En definitiva, los cánones son rentas que
proceden de la propiedad intelectual e industrial; y entendiendo ésta última en
sentido amplio podemos también incluir en ella el know-how. Además, hay que
tener en cuenta que en algunos CDI también son cánones los denominados
bienes de equipo y los pagos por ciertas prestaciones de servicios. En los
siguientes capítulos se analiza el concepto de canon distinguiendo entre
propiedad intelectual, propiedad industrial y bienes de equipo. En la propiedad
intelectual se analizan todas las cuestiones relativas a los derechos de autor y
otros derechos afines a los mismos, en la propiedad industrial se incluye en
sentido amplio el know-how, el cual debe distinguirse de las prestaciones de
servicios y, finalmente, se estudian aquellos CDI que también consideran
cánones las rentas del arrendamiento de unos concretos bienes tangibles,
como son los equipos industriales, comerciales y científicos.
Por último, para evitar una confusión terminológica se debe indicar que
los cánones que son objeto de este trabajo no tienen nada que ver con otra
clase de rentas que también se han denominado cánones en los CDI, pero que
tienen un régimen diferente. Es el caso de los pagos por la explotación de
recursos naturales que pueden proceder de diversas materias primas, tales
como minerales (“mineral royalties”), gas (“gas royalties”), petróleo (“oil
royalties”) o madera (“timber royalties”). A pesar de la denominación de
“royalties” que se atribuye a estas rentas, no se tratan de cánones en el sentido
del art. 12 del MC OCDE. El MC OCDE indica expresamente que no tienen la
consideración de cánones en el sentido del art. 12 los pagos variables o fijos
39
Cfr. WIPO, Introduction to Intellectual Property. Theory and Practice, Kluwer Law
International, 1997, Londres, pp. 3-5.
41
Alejandro García Heredia
por la explotación de yacimientos, fuentes u otros recursos naturales40. Estos
pagos se consideran bienes inmuebles y, en consecuencia, sus rentas son
calificadas como rendimientos inmobiliarios del art. 6 del Modelo41. El MC
OCDE, como vemos, regula de forma separada los royalties, en el sentido que
estamos estudiando, y los pagos por explotación de recursos naturales. Sin
embargo, en los primeros modelos de convenio se regulaban bajo el mismo
artículo y bajo el mismo título de royalties tanto unas como otras rentas, si bien
ya se distinguía entre ambos cánones y se establecía un régimen fiscal
diferente para ambos42. Así, para los cánones por la explotación de recursos
naturales se establecía también, en aquel entonces, una sujeción exclusiva en
el Estado donde se encuentran tales recursos. La IFA ha prestado atención a la
fiscalidad de las rentas de explotación de recursos naturales por la importancia
económica que presentan para muchos países, muy especialmente, para los
denominados “países en desarrollo”43. En la actualidad, algunos de los CDI
firmados por España dedican un artículo específico a los explotación de
determinados recursos naturales44.
40
Vid. parágrafo 19 del Comentario al art. 12 MC OCDE. La misma previsión ya se
recogía en el MC OCDE 1977 en el parágrafo 14 del Comentarios a su art. 12 en el
que se indicaba, además, que aquellos Estados que incluyendo en el concepto de
canon las rentas por cesión de uso de bienes de equipo pudieran con dicha mención
quedar incluidas también las rentas por la explotación de recursos naturales, podrían,
para evitar esta confusión, excluir expresamente tales rentas añadiendo después de
las palabras “de un equipo industrial, comercial o científico”, la siguiente precisión:
“que no constituyan bienes inmuebles comprendidos en el art. 6”.
41
Vid. parágrafo 19 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE y art. 6.2 del citado
Modelo.
42
Cfr. art. X de los Modelos de Méjico (1943) y Londres (1946). Algunas
consideraciones sobre el tratamiento de los cánones en estos Modelos se efectúan en
el capítulo donde se analizan los cánones a la luz de otros modelos distintos del de la
OCDE.
43
Vid. MAYES, P. V., “Tributación de las industrial extractivas” en Cahiers de Droit
Fiscal International, vol. LXIIIa, IFA, 1978, pp. 101-129. Un estudio sobre la fiscalidad
de las industrias extractivas puede encontrarse en GARNAT, R. y CLUNIES ROSS, A.,
Taxation of mineral rents, Clarendon Press, London, 1983.
44
Es el caso del art. 23 del Convenio con Noruega (1999) relativo a las “actividades
relacionadas con la exploración y explotación de los recursos naturales del fondo
marino y de su subsuelo”.
42
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1.4. OTROS SUPUESTOS PROBLEMÁTICOS.
43
Alejandro García Heredia
podrían estar protegidas por los derechos de autor, por lo que la cesión de
tales derechos en relación con las mismas podría también dar lugar a un canon
por derechos de propiedad intelectual. También abordaremos, en tercer lugar,
un caso de gran interés planteado por la Administración fiscal australiana en el
que se discute la calificación de aquellas cantidades que han sido pactadas
para compensar la presión fiscal de los cánones que sufre el cedente en el
Estado de la fuente.
45
Entre los autores españoles que se han ocupado del tema podemos señalar, por un
cierto orden cronológico, las aportaciones de CAAMAÑO ANIDO, M. A., “El caso
Rolling Stones o el defecto del Convenio hispano-holandés de doble imposición”,
Crónica Tributaria, núm. 68, 1993, pp. 7-14; CLAVIJO HERNÁNDEZ, F., FALCÓN Y
TELLA, R., MARTÍN QUERALT, J., PALAO TABOADA, C. Y PÉREZ ROYO, F., “El
tratamiento jurídico tributario aplicable a los pagos que un club de fútbol satisface a las
sociedades titulares de la explotación comercial de derechos de imagen de
deportistas”, Impuestos, tomo I, 1996; ALONSO SANJUÁN, R., “Tributación de artistas
no residentes”, Tribuna Fiscal, núms.. 70-71, agosto-septiembre, 1996; PLAZA Y
JABAT, S., “El derecho a la imagen, su naturaleza y forma de explotación. Breve
referencia a su tratamiento tributario”, Crónica Tributaria, núm. 81, 1997; CASANOVA
GUASCH, F., y LANDA AGUIRRE, I., “El tratamiento fiscal de los derechos de
explotación de la imagen”, Jurisprudencia Tributaria, núm. 6, junio, 1997; LASARTE
ÁLVAREZ, J. y CASADO OLLERO, G., “Consideraciones sobre las rentas irregulares.
Régimen fiscal de artistas y deportistas”, Revista Española de Derecho Financiero y
Tributario, núm. 26, abril-junio, 1980; CAZORLA PRIETO, L. M. y CORCUERA
TORRES, A., Los impuestos del deporte, Aranzadi, Pamplona, 1999; LETE
ACHIRICA, “Los derechos de imagen en el IRPF”, Impuestos, tomo I, 1999; FALCÓN
Y TELLA, R., “La posible inconstitucionalidad del régimen de imputación de rentas por
la cesión de derechos de imagen”, Quincena Fiscal, núm. 10, mayo, 2000; CHECA
GONZÁLEZ, C., “La sujeción a gravamen en España de los rendimientos de
actividades o explotaciones económicas, obtenidos sin mediación de establecimiento
permanente en territorio español. No es posible aplicar por vía interpretativa la
cláusula anti-elusión recogida en el art. 17.2 del Modelo de Convenio de la OCDE”,
Jurisprudencia Tributaria, núm. 14, noviembre, 2000; SIMÓN ACOSTA, E., “Cesión de
derechos de imagen”, Jurisprudencia Tributaria, núm. 17, enero, 2001; JIMÉNEZ
44
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
administrativas46 y judiciales47. Igualmente, la importancia que presenta el tema
ha motivado su estudio por parte de la OCDE48 y la IFA49. En los CDI las
50
Este ha sido el criterio seguido por el TEAC en dos Resoluciones de 20 de octubre
de 1992 (JT 1992/577. RGnúm. 10/1991 y otra con la referencia registral RGnúm.
9/1991), otras dos de fecha 6 de noviembre de 1996 (JT 1996/1666 y 1667) y una de
26 de mayo de 2000 (JT 2000/1238).
51
Sobre este particular cfr., entre otros, PEDREIRA MENÉNDEZ, J., “La doctrina del
TEAC ante la cesión de derechos de imagen a sociedades holandesas”, ob. cit., pp.
30-35 y GARRICO PICÓN, A., “Los negocios anómalos en la cesión de derechos de
imagen de deportistas profesionales. Calificación tributaria de los pagos por derechos
de imagen según los Convenios de doble imposición”, ob. cit., pp. 33-46.
52
Vid. SAN 3 de octubre de 2000.
46
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
53
Vid. parágrafo 18 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
54
Vid. parágrafo 9 de los Comentarios al art. 17 MC OCDE.
47
Alejandro García Heredia
cesión de la misma para fabricar los objetos del merchandaising podría dar
lugar a cánones. Sobre esta cuestión realizaremos más adelante alguna
aclaración.
55
Por esta razón no estamos de acuerdo con la RTEAC 22 de junio de 2001 (JT
2002/565), en la que se califican como rentas del art. 17 del Convenio con Suiza las
procedentes de la participación de un deportista en un spot publicitario.
56
Estas actividades de publicidad y patrocinio no relacionadas –ni directa ni
indirectamente- con la actuación pública, artística o deportiva, se ponen también de
manifiesto en el caso de los deportistas. GARRICO PICÓN señala que no están
incluidas en el art. 17 las rentas derivadas de la realización de spots publicitarios, de la
utilización de prendas deportivas por el deportista fuera del ámbito profesional, de la
participación del deportista en eventos públicos o privados, de la participación del
deportista en películas, videojuegos, etc. Este autor afirma que el hecho de que se
obtengan rentas por la utilización de la imagen del deportista no debe llevar a la
conclusión de que esa persona actúa en condición de deportista, aunque la imagen
pública que se tenga de esa persona sea la de un deportista (cfr. “Los negocios
anómalos en la cesión de derechos de imagen de deportistas profesionales.
Calificación tributaria de los pagos por derechos de imagen según los Convenios de
doble imposición”, ob. cit., pp. 36 y 46).
48
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cesión de uso de derechos de autor o de derechos afines a estos57. Ahora
bien, no se debe confundir este supuesto con la remuneración que puede
recibir el artista por retransmitir el concierto en directo. Para este último caso, la
OCDE señala que la remuneración de la interpretación musical que se vea
incrementada con la correspondiente a la radiodifusión simultánea parece que
debe ser tratada como una renta del artículo 1758. Esta doctrina pudiera tener
su fundamento en la aplicación de las reglas del contrato mixto; de manera
que, si la prestación principal es la interpretación musical, la retransmisión
simultánea de la misma se configura como una prestación accesoria a la que
se le debe aplicar el régimen de la prestación principal.
57
En este sentido se pronuncia la RDGT 30 de marzo de 2001 (V0015-01), en la que
se distingue, en los términos de los Comentarios OCDE, entre las rentas por la
interpretación artística y las procedentes de la grabación de dicha representación.
58
Cfr. parágrafo 18 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
59
Cfr. WIPO, Introduction to Intellectual Property. Theory and Practice, ob. cit., pp. 307
y 308.
49
Alejandro García Heredia
consumidores el deseo de adquirir esos bienes o servicios debido a la afinidad
de los consumidores con ese personaje. Algunos ejemplos del merchandising
enunciados por la WIPO serían los siguientes60: un juguete tridimensional que
reproduzca la figura de Mickey Mouse, una camiseta que lleve el nombre o la
imagen del personaje de ficción de las Tortugas Ninjas, una etiqueta de un bote
de perfume que lleve el nombre Alain Delon, unas zapatillas deportivas con el
nombre de André Agassi o un anuncio de Coca Cola en el que aparezca Elton
John bebiendo Coca Cola Light.
60
Cfr. Ídem, p. 309.
50
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
afirma que, “en general”, las rentas de publicidad y patrocinio en las que hay
cesión de derechos de imagen estarán fuera del art. 1261. Al decir “en general”,
se deduce que existirán otros supuestos en los que las rentas de publicidad y
patrocinio puedan ser calificadas como cánones. En nuestra opinión, estos
casos son aquellos en los que el nombre, la imagen u otros elementos del
artista o deportista son considerados como marca62. A nuestro juicio, no es
necesario que se trate de una marca registrada, basta con que se trate de un
signo con representación gráfica para distinguir productos o servicios en el
mercado63. La justificación de que no es necesario que sea una marca
registrada se encuentra en el propio Comentario de la OCDE cuando señala
que para calificar a una renta como canon no importa si el intangible se ha
registrado o es susceptible de registro64.
61
Vid. parágrafo 9 del Comentario al art. 17 MC OCDE.
62
El apartado 1 del art. 4 de la Ley 17/2001 de 8 de diciembre (Ley de Marcas)
establece que “se entiende por marca todo signo susceptible de representación gráfica
que sirva para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa de
los de otras”. El apartado 2 de este mismo precepto añade que tales signos podrán
consistir, entre otros, en “palabras o combinaciones de palabras, incluidas las que
sirven para identificar a las personas”, por lo que es posible que el nombre de un
deportista o de un cantante se constituya como marca.
63
En este sentido son varios los autores que han considerado que no es necesario
que tales elementos que integran los derechos de imagen del deportista se registren
como marca. En esta línea consideran que, desde el momento en que tales derechos
de imagen se han configurado como instituciones del Derecho de marcas, aún cuando
la imagen no se registre como marca, su cesión dará lugar a un canon (cfr. TOVILLAS
MORÁN, J. M., “Comentarios a la calificación jurisprudencial de las rentas por
explotación de derechos de imagen”, ob. cit., p. 33 y JIMÉNEZ COMPARIED, El
régimen tributario de la explotación comercial de la propia imagen, ob. cit., p. 98). En el
mismo sentido la RDGT 20 de julio de 1998 (1322-98). Por el contrario, algún autor ha
considerado que es necesario que tal derecho de imagen esté registrado como marca
(cfr. GARRICO PICÓN, A., “Los negocios anómalos en la cesión de derechos de
imagen de deportistas profesionales. Calificación tributaria de los pagos por derechos
de imagen según los Convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 40).
64
Cfr. parágrafo 8 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
51
Alejandro García Heredia
que no se alude a los derechos de imagen. Sin embargo, la Administración
española viene interpretando los CDI considerando que la cesión de derechos
de imagen de artistas y deportistas da lugar a un canon65. Una muestra clara
de ello es la Resolución del TEAC de 20 de noviembre de 2003 (JT 2004/315),
en la que se discute la calificación de las cantidades abonadas por un club de
fútbol español a una sociedad residente en Brasil en concepto de cesión de
derechos de imagen de un futbolista. El TEAC afirma rotundamente que la
definición de canon del convenio “es una definición flexible, dentro de la que
cabe incluir realiadades nuevas que respondan a la naturaleza de las
categorías variadas recogidas en la definición del art. 12” (F.D. 9º). En apoyo
de esta postura señala que los programas de ordenador se han incluido en el
concepto de canon aunque no estaban expresamente previstos en el mismo.
Pues bien, nada más lejos de la realidad. La definición de cánones tal y como
se configura en los convenios es, sin lugar a dudas, una definición cerrada, en
la que sólo tienen cabida los pagos por los derechos que allí figuran. El caso de
los programas de ordenador, que más adelante comentaremos, no debe
plantear dudas en cuanto a su inclusión en el concepto de canon, pues los
mismos están protegidos por los derechos de autor y por tanto incluídos dentro
de esa categoría. No se trata de añadir un intangible a la definición de cánones
por su similitud con las categorías que allí figuran, sino que los programas
informáticos encuentran perfecta cabida en la referencia a los derechos de
autor. Cuestión bien distinta es el caso de los derechos de imagen que, como
bien reconoce el TEAC acudiendo a jurisprudencia constitucional, es un
derecho distinto de los derechos de autor y de la propiedad industrial. Como
hemos señalado, la OCDE deja claro en sus Comentarios al art. 12 y 17 del
Modelo que los derechos de imagen no dan lugar por sí mismos a cánones,
pues ni son derechos de autor ni derechos de propiedad industrial. El supuesto
en el que los derechos de imagen dan lugar a cánones sería aquel en el que la
imagen se ha recogido en un soporte (grabación) y se ceden los derecho sobre
dicho soporte para su explotación comercial. En este caso si habría cesión de
derechos de autor sobre la obra o soporte que contiene la imagen y los pagos
65
Vid. RDGT 5 de junio de 1998 (0978-98) y más rotundamente la Resolución de 20
de enero de 1995. En esta última se afirma que los pagos por la cesión de la imagen
de artistas para la confección de camisetas, tebeos, llaveros y otros productos
variados (lo que sería “merchandaising”) son cánones del art. 12 del Convenio con
EE.UU. sometidos al límite residual y más elevado del 10%.
52
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
tendrían la consideración de cánones. Pero eso no ocurre en el caso que
resuelve la Resolución del TEAC, en la que los pagos son por la mera cesión
del derecho de imagen. El Tribunal considera que todo es lo mismo y afirma
que los derechos de imagen guardan un “nexo común con los cánones” y
“grandes afinidades con el derecho de autor”, pues la imagen se puede incluir
en soportes, tales como camisetas, libros, imágenes televisivas, etc. A nuestro
juicio, la cesión de uso de derechos de imagen no puede dar lugar a un canon
en todos los casos, sino, solamente, cuando dicha imagen sea objeto de
protección por la propiedad intelectual o industrial. Así, por ejemplo, si la
imagen es considerada en el mercado como una marca, los pagos por la
explotación de la misma podrían ser cánones por la cesión de uso de marcas.
Igualmente, si con la imagen se han elaborado obras (camisetas, libros, etc.), la
cesión producirá cánones en cuanto cesión de uso de derechos de autor sobre
tales obras. Esta claro que los CDI no incluyen en el concepto de canon las
rentas de los derechos de imagen, a diferencia de la definición interna de
canon de la ley española y de los pronunciamioentos adminsitrativos. En el
marco de los CDI sólo serán cánones las rentas por derechos de imagen si
estamos ante alguno de los ejemplos comentados en los que dicha imagen sea
protegida por la propiedad intelectual o industrial. Por ello, la calificación que
efectuan las autoridades fiscales españolas de los derechos de imagen, en
cuanto cánones de los convenios, no es a nuestro juicio correcta.
66
Como señala la RTEAC 22 de octubre de 1997 (JT 1997/1504) el Comité de
Asuntos Fiscales de la OCDE ha distinguido dos grandes modalidades que pueden
presentar estos acuerdos de contribución a gastos de I+D. Una primera modalidad son
acuerdos en virtud de los cuales las empresas de un grupo convienen en repartirse los
costes reales y los riesgos de las actividades de I+D realizadas en beneficio de todas
ellas. Otra, serían aquellos acuerdos de puesta en común de gastos, en los que la
contribución de cada partícipe adopta la forma de un derecho forfatario independiente
53
Alejandro García Heredia
transferencias de tecnología y uno de los problemas que plantean es
determinar si las cantidades aportadas para obtener una determinada
tecnología se deben calificar como cánones.
del coste efectivo de las actividades de I+D. En este segundo caso, los trabajos de I+D
los realiza una empresa determinada, poniéndose los resultados de la investigación a
disposición de las empresas que han contribuido a financiar los gastos.
67
Cfr. OECD, Transfer Pricing Guidelines for Multinational Enterprises and Tax
Administrations, ob. cit., parágrafos 8.23 y 8.25. Por su parte, el antinguo informe de la
OCDE de 1979 sobre precios de transferencia y empresas multinacionales se
mostraba todavía más concluyente y sin hacer excepciones indicaba que las
aportaciones a gastos no generan cánones por tener una naturela bien diferente (cfr.
OCDE, Report Transfer Pricing and Multinational Enterprises, OECD, París, 1979,
parágrafos 123 y 174).
54
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
previstas para estos supuestos. En consecuencia, si procede, se aplicaría a
cada prestación su régimen fiscal, por lo que habría que distinguir los pagos
realizados para contribuir a los gastos de desarrollo e investigación y aquellos
pagos que se efectúan en concepto de cesión de tecnología preexistente. No
obstante, es frecuente que se trate de calificar como cánones las aportaciones
a gastos de I+D argumentando que tales aportaciones son pagos por la futura
cesión de uso de una patente o de un know-how. La doctrina de la DGT y del
TEAC ha rechazado esta calificación considerando que es necesario distinguir
entre ambos tipos de pagos68.
68
Pueden consultarse la RTEAC 22 de octubre de 1997 (JT 1997/1504) y las RRDGT
23 de octubre de 1996, 22 de diciembre de 2000 (2431-00), 10 de diciembre de
2001(2174-01) y 31 de octubre de 2003 (1773-03).
69
Vid. RTEAC 22 de octubre de 1997 (JT 1997/1504).
55
Alejandro García Heredia
cuando hay una imprecisión sobre si dicha tecnología va a ser lograda y en qué
términos.
70
Dictamen del Comité Económico y Social sobre la “Propuesta de Directiva del
Consejo relativa a un régimen fiscal común aplicable a los pagos de intereses y
cánones efectuados entre sociedades asociadas de diferentes Estados miembros”
(DOC 284 de 14 de septiembre de 1998, p. 50). Para la ampliación del concepto de
canon a los gastos de I+D vid. p. 53 del citado documento.
71
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 970.
56
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En resumen, podemos afirmar que son necesarios tres planteamientos
para resolver los conflictos de calificación que plantean los gastos de I+D en el
ámbito de los cánones. En primer lugar, es necesario aclarar que existen dos
clases diferentes de pagos, uno, el que se realiza como aportación a unos
gastos para lograr una determinada tecnología y, otro, aquel que constituye
una remuneración por la cesión de uso de dicha tecnología cuando esté
terminada (cesión de uso de tecnología preexistente). Pues bien, sólo este
último pago es el que debe ser calificado como canon. En segundo lugar, se
pueden plantear problemas cuando estemos ante un contrato mixto en el que
se estipule una suma global que abarque tanto los gastos de I+D como la
retribución por la cesión futura de la tecnología. Será necesario, por tanto,
deslindar ambas prestaciones para delimitar qué pagos corresponde a cada
una de ellas. En tercer lugar, debemos indicar que pueden surgir problemas en
aquellos casos en los que no esté clara cuál es la naturaleza del pago. Se trata
de supuestos en los que existiendo una sola remuneración se debe determinar
si la misma es una aportación a gastos de I+D o una retribución por la cesión
de uso de una futura tecnología. En este sentido, compartimos el criterio del
TEAC ya expuesto cuando afirma que no estamos ante un canon cuando existe
una imprecisión sobre si dicha tecnología será o no lograda y en qué términos,
por lo que, en tales casos, habrá una contribución a gastos de I+D pero no un
canon por cesión de tecnología preexistente.
57
Alejandro García Heredia
el cesionario no va a pagar esos 50.000 euros al cedente, pues previamente
está obligado a retener una cantidad sobre dichos cánones. Así, si los cánones
están gravados en la fuente al 10%, el cesionario entregará a la Administración
de dicho Estado 5.000 euros, por lo que la cantidad que finalmente recibirá el
cedente serán 45.000 euros. De esta forma, debido al importe retenido en el
Estado de la fuente, el cedente no obtiene la cantidad deseada que se había
pactado inicialmente (50.000 euros).
Por esta razón, es posible que el cedente pacte con el cesionario que le
sea entregada la totalidad del precio pactado como si no hubiera habido
retención. Volviendo al caso anterior, el cesionario entregaría al cedente 45.000
euros que son los que resultan una vez aplicada la retención y, además, le
entregaría también otros 5.000 euros para compensar la disminución del precio
como consecuencia del gravamen de los cánones en la fuente. Pues bien, en
este apartado planteamos el problema de la calificación que merecen esos
5.000 euros que se entregan para compensar o indemnizar la pérdida sufrida
con la imposición en la fuente. Se plantea si esas cantidades pagadas para
compensar una retención de cánones pueden ser calificadas como cánones y,
por tanto, estar también sujetas a una nueva retención en la fuente. En estos
momentos, el problema que ahora comentaremos es una gran novedad en
materia de cánones, incluso en aquellos Estados que disponen de un gran
desarrollo normativo y jurisprudencial sobre el concepto de cánones.
72
Disponible en www.ato.gov.au/
73
Vid. parágrafo 3 de la TR.
58
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
que en ese caso la cantidad compensatoria pactada no tenía el carácter de
interés, por lo que no estaba sometida a una nueva retención. Ello era debido a
que tal cantidad no podía vincularse al pago de los intereses porque la finalidad
de la misma era diferente de la finalidad por la que se pagaban los intereses74.
Lo que ahora se pregunta la Administración australiana es si este mismo
resultado al que se ha llegado en relación con los intereses, se puede aplicar a
las cantidades pagadas por las cláusulas de indemnización de retenciones
sobre cánones. Adelantando la solución, señalamos que la Administración ha
considerado que el caso de los cánones es diferente y, en consecuencia, ha
afirmado que las cantidades compensatorias de cánones retenidos deben
considerarse, igualmente, cánones y estar sometidas a una nueva retención en
la fuente.
74
Cfr. parágrafo 5-7 y 61-66 de la TR.
75
Vid. parágrafo 11 de la TR.
76
Vid. parágrafos 28-60 de la TR.
77
Cfr. parágrafos 22-25 de la TR.
59
Alejandro García Heredia
este supuesto será necesario analizar en cada caso la verdadera naturaleza
del acuerdo bajo el cuál se ha pactado la cláusula de indemnización78.
78
Cfr. parágrafos 23, 25 y 27 de la TR. Todos estos parágrafos coinciden en afirmar
que es una cuestión de “interpretación” (proper construction) el análisis de si dicha
cantidad indemnizatoria constituye retribución por bienes o derechos que dan lugar a
un canon.
79
Cfr. parágrafos 70-72.
80
Vid. parágrafo 3 de la TR.
60
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En suma, la ruling australiana considera que son cánones las cantidades
pagadas para compensar la pérdida sufrida como consecuencia de la retención
sufrida por los cánones en el Estado de la fuente. A nuestro juicio, esta clase
de indemnizaciones también deben ser calificadas como cánones teniendo en
cuenta la razón por la que se entregan, puesto que el pago de las mismas se
realiza para utilizar, por ejemplo, la tecnología cedida. Este pago
compensatorio se integra como una parte del precio o contraprestación por el
uso de la patente, por lo que no constituye remuneración por otra clase de
bienes o derechos, sino que se efectúa para poder usar la patente porque en el
contrato se ha incluido la obligación de satisfacer dicha compensación. No
importa el hecho de que su causa resida en compensar la pérdida producida
por una retención. Tampoco debería ser relevante que el mayor o menor precio
de la contraprestación principal sobre la patente tenga su causa, en parte, en
las pérdidas o gastos que haya podido sufrir el cedente en su actividad.
61
Alejandro García Heredia
2. LA DIVERSIDAD DE DEFINICIONES DE CÁNONES EN LA FISCALIDAD
INTERNACIONAL.
81
En esta fecha se aprobaron tres modelos de convenio sobre impuestos directos y
otro modelo sobre sucesiones, asistencia administrativa y asistencia judicial en la
recaudación de impuestos.
82
Se trata de un modelo de convenio cuyo objeto se centraba en determinar las reglas
de reparto de un gran número de rentas que entonces se denominaron “business
income”. El modelo llevaba por título “Draft Convention for the Allocation of Business
Income between States for the Purposes of Taxation”.
62
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
pueden ser considerados como los antecedentes del MC OCDE, cuya primera
versión de 1963 estuvo inspirada en los modelos de Méjico y Londres83.
83
Algunas líneas sobre la historia de estos modelos pueden encontrarse en UN,
Manual for the negotiation of bilateral tax treaties between developed and developing
countries (ST/ESA/94), UN, Nueva York, 1979, pp. 16-21.
84
Cfr. League of Nations, Fiscal Comité, London and Mexico Model Tax Conventions.
Commentary and Text, League of Nations, Génova, 1946, pp. 26 y 27 para los
comentarios y pp. 64 y 66 para el artículo de cánones en el Modelo de Méjico y pp. 65
y 67 en el Modelo de Londres.
85
. League of Nations, Fiscal Comité, London and Mexico Model Tax Conventions.
Commentary and Text, ob. cit., p. 27.
63
Alejandro García Heredia
2.1.2. MODELO DE CONVENIO DE LOS ESTADOS UNIDOS (MC EE.UU.).
86
La primera tuvo lugar en 1977 y fue bastante similar al MC OCDE de aquella fecha,
salvo puntuales diferencias, como la introducción de la “saving clause” y la tributación
exclusiva de los intereses en la residencia (Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K.,
The 1996 United States Model Income Tax Convention. Analysis, Commentary and
Comparison, Kluwer Law International, La Haya, 1997, p. V). Esta primera versión del
Modelo de los EE.UU. dio lugar a la más conocida de 1981 que se retiraría como
Modelo oficial el 17 de julio de 1992. Desde entonces se esperó impacientemente la
publicación de un nuevo Modelo que lo sustituyera, hasta que una versión revisada del
Modelo de 1981 fue aprobada el 20 septiembre de 1996, siendo ésta la vigente en la
actualidad.
87
Nótese que el título del MC EE.UU., a diferencia del MC OCDE, se refiere sólo a
“renta” (income) y no a “patrimonio” (capital). La razón se encuentra en que no hay
“impuestos federales sobre el patrimonio” (federal capital taxes), por lo que la doble
imposición no podrá existir en este punto (Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K.,
The 1996 United States Model Income Tax Convention, ob. cit., p. 4).
88
Cfr. DOERNBERG, R. L., International Taxation In a Nutshell, 5ª ed., West Group,
St. Paul, 2001, p. 110
64
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Comentarios de la OCDE reflejan el parecer común de todos sus miembros,
con sus respectivas reservas y observación, las explicaciones técnicas, por el
contrario, representan una visión unilateral de los EE.UU.89
89
Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K., The 1996 United States Model Income
Tax Convention, ob. cit., p. 2.
90
Cfr. parágrafo 180 de la TE del MC EE.UU.
65
Alejandro García Heredia
obtenidos por dicha venta se deben determinar en función de la productividad,
uso o transmisión de los mismos91.
91
La posibilidad de utilizar este criterio también se barajó en los Comentarios al MC
ONU señalando que la definición de cánones podría ampliarse mediante
negociaciones bilaterales a las ganancias obtenidas de la enajenación de cualquiera
de los bienes o derechos del art. 12 que dependieran de su productividad, uso o
enajenación (cfr. parágrafo 3 in fine del Comentario al art. 12 MC ONU).
92
La primera versión de este Modelo es de 1980 y después de ser revisado en 1999
se aprobó una nueva versión el 11 de enero de 2001 que es la que actualmente está
vigente.
93
Cfr., NACIONES UNIDAS (DEPARTAMENTO DE ASUNTOS ECONÓMICOS Y
SOCIALES INTERNACIONALES), Convenio Modelo de las Naciones Unidas sobre la
Doble Tributación entre países desarrollados y países en desarrollo (doc.
ST/ESA/102), Naciones Unidas, Nueva York, 1980, pp. 1-12.
66
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
en sede de la OCDE se pueden trasladar automáticamente al MC ONU. El art.
12.2 del MC ONU afirma que los cánones son pagos de cualquier clase
recibidos por el uso o el derecho de uso de “cualquier derecho de autor sobre
una obra literaria, artística o científica, incluidas las películas cinematográficas,
o películas o cintas usadas para la difusión en radio o televisión, de cualquier
patente, marca comercial, diseño o modelo, plano, fórmula o proceso secreto,
así como por el uso o el derecho de uso de un equipo industrial, comercial o
científico, y los pagos por información relativa a una experiencia industrial,
comercial o científica”.
94
Desde 1996 el Pacto Andino ha pasado a denominarse Comunidad Andina. Los
países miembros que intervinieron en el tratado bilateral y en el Modelo fueron, en
aquel entonces, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú. Poco después, Chile se
separó del Acuerdo, mientras que Venezuela ingresó en el mismo. Tanto el Convenio
multilateral como el Modelo están disponibles en
www.comunidadandina.org/normativa/dec/d040.htm. En lo que se refiere a los
cánones, estos textos deben completarse con la Decisión 291sobre el “Régimen
Común de Tratamiento a los Capitales Extranjeros y sobre Marcas, Patentes,
Licencias y Regalías”, de 22 de marzo de 1991, en la que se regula el régimen de las
inversiones extranjeras de tecnología en el seno de la Comunidad (vid.
http://www.comunidadandina.org/normativa/dec/d291.HTM.
95
Como trabajos o aportaciones específicas sobre la tributación internacional en los
países andinos pueden consultarse BORRÁS RODRÍGUEZ, A., “La doble imposición
en el Grupo Andino”, Revista Española de Derecho Internacional, núms. 1-3, 1975, pp.
83-96; VALDES COSTA, R., “Régimen impositivo de las rentas derivadas de
inversiones de capital en el modelo de tratado del pacto andino” y “Análisis
comparativo de los modelos de tratados del Pacto Andino y de la ALALC”, en Estudios
de Derecho Tributario Internacional, Montenvideo, 1978, pp. 117 y ss. y 175 y ss,
respectivamente; ATCHABAHIAN, A., “El Grupo Andino y su enfoque en la doble
tributación internacional”, Hacienda Pública Española, núm. 32, Madrid, 1975, pp. 121-
144; MASSONE, P., “Taxation of income derived by non-residents in latinamerican
countries”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 42, núm. 4, abril, 1988;
GASTON PERERA, C., “Double Tax Treaties in the Eastern Caribbean”, British Tax
67
Alejandro García Heredia
aprobó el tratado multilateral sobre “Régimen para evitar la doble tributación y
prevenir la evasión fiscal” entre los Estados miembros de la Comunidad andina
y derogó el tratado contenido en la decisión 40 antes citada. Sin embargo, nada
se dice del Modelo de convenio, por lo que consideramos que todavía podría
seguir vigente. Por ello, en este apartado analizaremos, en líneas generales, el
contenido de aquel Modelo que aprueba la Decisión 40 en lo que a regalías se
refiere. Consideramos que la nueva Decisión 578 será la que marque la nueva
política fiscal de la Comunidad y la que inspire nuevos convenios bilaterales. El
contenido de la misma la analizaremos en el apartado de los convenios
multilaterales. Una de las diferencias más significativa que presenta el Modelo
andino en relación con los modelos anteriores es el exceso de celo y
vehemencia con el que se defiende la sujeción exclusiva de las rentas en el
Estado de la fuente. La rotundidad con la que se defiende este principio es un
obstáculo para las relaciones fiscales con terceros Estados, lo que ha llevado a
la propia Comunidad a cuestionarse su eficacia y a plantearse cauces más
flexibles96. En el caso de los cánones, regalías como se denominan en el
ámbito andino, se afirma que sólo serán gravables en el territorio donde se
hayan utilizado los intangibles (art.9).
Review, núm. 5, 1993, pp. 395-400; TROYA JARAMILLO, J. V., “La fiscalidad
internacional en la Comunidad Andina” en Corso di Diritto Tributario Internazionale
(coord. UCKMAR, V.), ob. cit., pp. 805-820; CALDERON CARRERO, J. M., La Doble
Imposición Internacional en los Convenios de Doble Imposición y en la Unión Europea,
Aranzadi, Pamplona, 1997, pp. 200-208 y LUCAS DURÁN, M., La tributación de los
dividendos internacionales, Lex Nova, Vallodolid, 2000, pp. 81-85 y bibliografía citada
en nota 97.
96
Cfr. TROYA JARAMILLO, J. V., “La fiscalidad internacional en la Comunidad
Andina”, ob. cit., pp. 811-813.
68
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
conocimientos técnicos no patentados u otros bienes intangibles de similar
naturaleza en el territorio de uno de los Estados contratantes sólo serán
gravables en ese Estado contratante”.
69
Alejandro García Heredia
compararlo con los que ya hemos examinado. En este sentido, podemos
referirnos al Modelo Intra-Asiático97 y al Modelo de Holanda98.
97
Firmado el 15 de diciembre de 1987 por los Estados miembros de la Asociación de
Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) bajo el título “Intra-Asean Model Double
Taxation Convention on Income”.
Puede consultarse en la obra de VAN RAAD, K., Materials on Internacional & EC Tax
Law, vol 1, Internacional Tax Center of Leiden and IBFD, 3ª ed., 2003, pp. 585-599.
98
Puede consultarse en la obra de VAN RAAD, K., Materials on Internacional & EC
Tax Law, ob. cit., pp. 600-618. Sobre este Modelo vid. VAN RAAD, K., “The
Netherlands model income tax treaty”, Intertax, núm. 8/9, 1988, pp. 241-250.
70
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
prestaciones de servicios con base en las mismas razones que utilizó la OCDE
para eliminar de los cánones esta clase de rentas99. Ello es debido a que el
concepto de canon debe estar limitado a los intangibles y los pagos por bienes
de equipo o prestaciones de servicios tienen una naturaleza diferente, más
propia de los beneficios industriales que de los cánones. En cuanto a la
tributación de los cánones, el Modelo holandés establece una sujeción
exclusiva en el Estado de la residencia, al igual que el MC EE.UU.
99
Cfr. VAN RAAD, K., “The Netherlands model income tax treaty”, ob. cit., pp. 245 y
246.
100
Pueden consultarse LANG, M., et al, Multilateral Tax Treaties. New Developments
in International Tax Law, Linde Verlag and Kluwer Law International, Viena y Londres,
1997; ROHATGI, R., Basic International Taxation, ob. cit, pp. 48-53; HAMAECKERS,
H. M. A. L., “Multilateral Instruments on the Avoidance of Double Taxation”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 40, núm. 3, 1986. ob. cit., pp. 99 y ss;
STEINHOF, S., “World Tax Scene”, Intertax, núm. 12, 1995, pp. 677 y ss; NAGY, T.,
“CMEA: Multilateral agreements for the avoidance of double taxation”, Intertax, núm. 4,
1980, pp. 174 y ss . Entre la doctrina española vid. BORRÁS RODRÍGUEZ, A., La
Doble Imposición: problemas jurídicos-internacionales, Instituto de Estudios Fiscales,
Madrid, 1974, pp. 97 y ss; CALLE SAIZ, R., “Hacia convenios multilaterales para evitar
la doble imposición internacional”, en Estudios de Doble Imposición Internacional,
Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 1979, pp. 80 y ss y CALDERON CARRERO, J.
M., La Doble Imposición Internacional en los Convenios de Doble Imposición y en la
Unión Europea, ob. cit., pp. 196 y ss.
101
Cfr. EASSON, A., “Do we still need tax treaties”, Bulletin for International Fiscal
Documentation, vol. 54, núm. 12, 2000, p. 625.
71
Alejandro García Heredia
puesto que lograr el consenso entre varios Estados en materias tan celosas
como las tributarias es, como ha demostrado la práctica, extremadamente difícil
y laborioso. La dificultad para conseguir un consenso es también la causa
principal de otros inconvenientes que presenta la técnica multilateral, como son
la rigidez de los convenios multilaterales ante una modificación y la técnica de
las reservas102. En cuanto a la modificación de los tratados multilateral, hay que
tener en cuenta que los cambios en las leyes internas de los Estados y en sus
políticas económicas supondrían una renegociación de la convención
multilateral que podría llegar a ser extremadamente compleja y difícil para
lograr de nuevo el consenso de todos los Estados. Por el contrario, en
presencia de un acuerdo bilateral, a través de delegaciones de ambos Estados,
se puede solucionar de manera rápida e informal el problema. En ocasiones, se
trata de facilitar el acuerdo de los Estados a través de reservas a la
convención, haciendo constar mediante ellas sus intereses particulares y
discrepancias. Con este cauce es más fácil lograr un consenso, ya que los
puntos de desencuentro serán recogidos en reservas u observaciones al
convenio. Sin embargo, este recurso para unificar los intereses de los Estados
se aleja progresivamente de la gran ventaja que se pretendía con los acuerdos
multilaterales, como es la uniformidad de regulaciones.
102
Cfr. HAMAECKERS, H. M. A. L., “Multilateral Instruments on the Avoidance of
Double Taxation”, ob. cit., p. 100.
103
Cfr. CALDERON CARRERO, J. M., La Doble Imposición Internacional en los
Convenios de Doble Imposición y en la Unión Europea, ob. cit., pp. 196-198. Sobre los
aspectos fiscales de los procesos de integración en América Latina y en la Unión
Europea pude consultarse SERRANO ANTÓN, F., “Experiencias y perspectivas en los
procesos de armonización tributaria”, Revistas de Contabilidad y Tributación (CEF),
núm. 194, mayo, 1999, pp. 53-92.
72
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
continentes. En el ámbito americano, son buena muestra de la acción
multilateral el Convenio de la Comunidad andina de 1971 y el Convenio de los
países de la Comunidad del caribe (CARICOM) de 1994. En el continente
europeo, destacan las experiencias de los países de la antigua Unión Soviética
a través del COMECON en la década de los setenta, el tratado de los países
del Consejo Nórdico de 1983 y las más recientes y activas medidas de la Unión
Europea. También existen ejemplos de la técnica multilateral en Oriente
próximo y en el continente africano, como demuestran el Convenio entre los
países del Consejo de la Unión Económica Árabe de 1973, el Convenio de la
Unión Árabe del Maghreb de 1990 o el Convenio de cooperación fiscal entre
los Estados miembros de la Organización Común Africana, Malgache y
Mauriciana (OCAMM) de 1971104.
104
En el continente africano también se han ensayado los convenios multilaterales en
la denominada “Central African Economic and Customs Union” (UDEAC) y en la “West
African Econmic and Customs Community” (Cfr. ROHATGI, R., Basic International
Taxation, ob. cit, pp. 52 y 53).
73
Alejandro García Heredia
Miembros, incluyendo en particular los derechos del obtentor de nuevas
variedades vegetales previstos en la Decisión 345 y los derechos de autor y
derechos conexos comprendidos en la Decisión 351”. Lo que interesa destacar
de esta definición en comparación con la que existía en la Decisión 40 es la
mayor amplitud que presenta la misma. En este caso, la enumeración de los
elementos que pueden dar lugar a un canon es mucho más concreta, basta con
reparar en la mención expresa que se realiza de los derechos sobre las
variedades vegetales y de los derechos conexos al lado de los derechos de
autor. Se trata de una definición que entra en un grado de detalle que no existe
en el ámbito de la OCDE. Consideramos adecuada la mención expresa que se
realiza en el ámbito andino, pues no es de extrañar que pudiera plantearse
algún problema entre los países de la OCDE en relación con determinados
bienes o derechos que no están expresamente recogidos en el concepto de
canon. Por esta razón, consideramos aclaratorios unos pequeños comentarios
de la OCDE en los que se pusiera expresamente de manifiestos que el
concepto de canon también abarca en el ámbito de la propiedad intelectual los
derechos conexos y, en el ámbito de la propiedad industrial, las variedades
vegetales y nuevos derechos que pudieran surgir próximos a las patentes, tales
como los derechos sobre topografías de productos semiconductores.
105
Los Estados firmantes del tratado fiscal fueron Antigua y Barbuda, Belize,
Dominica, Granada, Guayana, Jamaica, Monstserrat, St. Kitts y Nevis, Sta. Lucia,
St.Vicente y las Granadinas y Trinidad y Tobago
106
La Comunidad del Caribe (CARICOM) se constituye por el tratado de 4 de julio de
1973 en Chaguaramas. Sobre los tratados del CARICOM vid. GASTON PERERA, C.,
“Double Tax Treaties in the Eastern Caribbean”, British Tax Review, núm. 5, 1993, pp.
395-400; ZAGARIS, B., “Double Taxation Agreements of CARICOM”, Bulletin for
International Fisc al Documentation, vol. 47, núm. 3, 1993, pp. 129-142; del mismo
autor, “The 1994 CARICOM Double Taxation Agreement”, Bulletin for International
Fiscal Documentation, vol. 50, núm. 9, 1996, pp. 409-412. El texto íntegro del tratado
74
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de “Acuerdo entre los gobiernos de los Estados miembros de la Comunidad del
Caribe para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de
impuestos sobre la renta, los beneficios o ganancias y las ganancias de capital
y para fomentar las inversiones y el comercio regional”.
75
Alejandro García Heredia
La Organización Común Africana, Malgache y Mauriciana108 aprobó en
Fort Lamy el 29 de enero de 1971 la “Convención general de cooperación fiscal
entre los Estados miembros de la OCAM”109. Los cánones se regulan en el
artículo 19 del tratado de una forma un tanto asistemática. Por lo que ahora nos
interesa, el concepto de canon del Convenio incluye los pagos por el
arrendamiento de bienes de equipo e, incluso, parece dar cobertura a la venta
de intangibles110. En cuanto al reparto de la potestad tributaria, resulta curioso
que, en un Convenio propio de países importadores de tecnología, se haya
recogido una sujeción exclusiva en el Estado de la residencia. La razón quizás
se encuentra en que el tratado multilateral está diseñado para ser aplicado
entre Estados importadores, como son los países de la organización, y no entre
éstos y Estados exportadores.
108
Son varios los nombres con los que se ha conocido a esta organización desde su
creación en marzo de 1961 con el nombre de Organización Africana y Malgache de
Cooperación Económica (OAMCE). En septiembre del mismo año de su creación pasó
a llamarse Unión Africana y Malgache (UAM), en marzo de 1964 adoptó el nombre de
Unión Africana y Malgache de Cooperación Económica (UAMCE) y en febrero de 1965
el de Organización Común Africana y Malgache (OCAM) y, finalmente, en enero de
1970 acoge el nombre con el que actualmente se la conoce: Organización Común
Africana, Malgache y Mauriciana (OCAMM).
109
El Convenio puede consultarse en la base de datos on line “Tax Treaties” del IBFD.
Su entrada en vigor fue el 1 de enero de 1972 pero desconocemos si todavía continúa
vigente. En las bases de datos se indica que está terminado, sin embargo, en un nota
al mismo se señala que según fuentes sin confirmar el tratado todavía podría
permanecer en vigor.
110
En este sentido se indica que el concepto de canon implica “copyright royalties,
patent royalties and proceeds or royalties from the sale or grant of licenses for the use
of patents, trade marks, secret processes and formulae(…)”. La cursiva es nuestra. Por
lo demás, la redacción de estas breves líneas evidencia la falta de claridad y orden en
la redacción de los artículos del Convenio.
76
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
B) CONVENIO DEL ESTE DE ÁFRICA (1997).
111
El Convenio puede consultarse en la base de datos on line “Tax Treaties” del IBFD.
Este Convenio aún no está en vigor.
112
El Consejo está formado por Jordania, Sudán, Siria, Irak, Kuwait, Egipto y Yemen.
113
El Convenio entró en vigor el 13 de julio de 1975.
77
Alejandro García Heredia
los Estados de la Unión Árabe del Maghreb” 114. El concepto de canon de este
Convenio es uno de los más amplios de entre aquellos que venimos estudiando
en los distintos Modelos y convenios multilaterales. Así pues, no sólo incluye
los bienes de equipos, sino que también da cobertura a toda una serie de
prestaciones de servicios, tales como los “estudios técnicos y económicos” y la
“asistencia técnica”. En cuanto a la norma de reparto se contempla una
sujeción exclusiva en el Estado de la fuente. Por todo ello, este Convenio se
configura como la máxima manifestación de una economía exclusivamente
importadora de tecnología, debido a la gran amplitud del concepto de canon y a
la sujeción exclusiva en la fuente.
114
Su entrada en vigor se produjo de manera efectiva el 1 de enero de 1994. Se puede
consultar en la base on line “Tax Treaties” del IBFD.
115
Un amplio estudio sobre la estructura y funciones de esta organización puede
encontrarse en WILLIAM, E. B., A Source Book on Socialist International
Organizations, Sijthoff y Noordhoff, The Netherlands, 1978. Para un examen
sistemático de los tratados fiscales vid. NAGY, T., “CMEA: Multilateral Agreements for
the Avoidance of Double Taxation”, ob. cit., pp. 174-181.
116
Los Estados que, en principio, suscribieron estos tratados fueron la URSS, Polonia,
República Democrática Alemana, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y
Mongolia.
117
El “Tratado para evitar la doble imposición de las personas físicas” fue celebrado el
27 de mayo de 1977 en Miskolc (Hungría)
118
El “Tratado para evitar la doble imposición de las personas jurídicas” fue celebrado
el 19 de mayo de 1978 en Ulanbator (Mongolia).
119
El tratado multilateral para las personas físicas puede consultarse en Bulletin for
International Fiscal Documentation, Agosto-Septiembre, 1978, pp. 411 y 412.
78
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
debido a los acontecimientos ocurridos en la antigua Unión Soviética120. La
organización de los medios económicos en estos países se caracteriza por una
fuerte intervención del sector público. La titularidad pública de los medios de
producción hace de esta una economía planificada contraria a las economías
de mercado que existen en los países desarrollados. Por esta razón, la
importancia que puede presentar un estudio de estos tratados en relación con
sus posibles aplicaciones a las nuevas relaciones fiscales internacionales es
bastante escasa121. De todas formas, para continuar con el desarrollo
expositivo de este capítulo nos limitaremos a una referencia en relación con el
concepto de canon y su tributación en estos tratados.
120
Cfr., CALDERON CARRERO, J. M., La Doble Imposición Internacional en los
Convenios de Doble Imposición y en la Unión Europea, ob. cit., nota 386 en p. 194 y
LUCAS DURÁN, M., La tributación de los dividendos internacionales, ob. cit., nota 109
en p. 87. De manera más amplia, vid., KUIPER, W. G., “The Multilateral CMEA Tax
Treaty – Its Relevance Today”, European Taxation, vol. 31, núm. 8, agosto, 1991. Por
lo que se refiere en concreto a la vigencia de estos tratados en Polonia, vid. FISZER,
J., “A review of Poland´s Tax Treaty Policy”, Tax Notes International, vol. 6, núm. 20,
mayo, 1993, pp. 1187 y ss. El tema se relaciona así con los asuntos de sucesión y
división de Estados del Derecho Internacional Público. Al respecto, vid. BORRÁS
RODRÍGUEZ, A., “La sucesión de Estados en materia de tratados internacionales y el
Convenio de Viena de 23 de agosto de 1978”, Revista Española de Derecho
Internacional, vol. XXXIII, núm. 1, 1981, pp. 51 y ss y PASTOR RIDRUEJO, J. J.,
Curso de Derecho Internacional Público y Organización Internacionales, Tecnos,
Madrid, 1994, pp. 319-325.
121
En esta línea cfr. LUCAS DURÁN, M., La tributación de los dividendos
internacionales, ob. cit., p. 89.
79
Alejandro García Heredia
procedentes de la propiedad intelectual e industrial122. Este precepto contribuye
así a la finalidad propuesta con la elaboración de este tratado, como es la de
establecer las condiciones favorables para “un proceso de cooperación
económica y técnico-científica, así como para un intercambio cultural”123. Por lo
que se refiere a los equipos industriales, estos no figuran en el apartado que
alberga bienes y derechos del ámbito de los cánones, sino que sus rentas se
encuentran en el apartado g) relativo a los bienes muebles e inmuebles en
general y están sujetas en el Estado de situación del bien. En cuanto al
Convenio sobre personas jurídicas, todavía son menos las referencias que
aluden a la figura de los cánones; tan sólo se distingue en el art. IV entre
propiedad movible e inamovible.
122
El tratado no alude en ningún momento al know-how. Los apartados c) y d) de este
mismo artículo III se refieren a rentas derivadas, en general, de prestaciones de
servicios, como “la asistencia técnica o la prestación de servicios de similar naturaleza”
y la realización de “estudios, procesos de aprendizaje, consultas y otras actividades
similares”.
123
Primer párrafo de la exposición de motivos de la convención.
124
Este tratado entró en vigor el 29 de diciembre de 1983 y produjo efectos desde el 1
de enero de 1984 en relación con los impuestos sobre la renta y desde el 1 de enero
de 1985 para los impuestos sobre el patrimonio. Desde su aprobación se han
elaborado versiones en 1987, 1989 y 1997. El texto del convenio puede consultarse en
80
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
celebrado entre Estados miembros de la OCDE y ha inspirado la elaboración
de varios CDI antes de que se aprobaran nuevas versiones del Modelo de la
OCDE125. Una de las ventajas que presenta el convenio nórdico es la
uniformidad lograda al haber conseguido sustituir a diez convenios de doble
imposición celebrados entre los Estados partes del tratado multilateral126. Las
características comunes del Derecho de estos países y otras experiencias
anteriores ensayadas en el terreno de las técnicas multilaterales, como la
convención de asistencia mutua en materia fiscal, hicieron posible la
aprobación de este Convenio127. No obstante, a pesar de este marco favorable,
fueron muchos los años de preparación y negociaciones, comenzando en 1972
hasta la firma del convenio en el año 1983128. Algunos autores han considerado
que el nivel de coordinación de esta medida multilateral no se ha llevado hasta
sus últimas consecuencias, debido a que ha faltado el consenso a la hora de
abordar varias cuestiones129. Los principios, estructura y métodos de
eliminación de la doble imposición que establece el tratado nórdico siguen
fielmente el MC OCDE. El tratado nórdico, no obstante, introduce
singularidades con respecto al citado Modelo, basadas en exigencias técnicas
características de la articulación multilateral y en las peculiaridades propias de
los países parte del mismo130.
Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 40, núm. 3, marzo, 1986, pp. 104-
115. Para un estudio del mismo vid. MATTSSON, N., “Multilateral Tax Treaties – A
model for the future?”, en International Studies in Taxation: Law and Economics,
Series on International Taxation (21), Kluwer Law International, Londres, 1999, pp.
243-258 o la publicación del mismo autor “Is the multilateral convention a solution for
the future? –Comments with reflection to the nordic experience”, Intertax, núm. 9,
1985, pp. 212 y ss; HAMAECKERS, H. M. A. L., “Multilateral Instruments on the
Avoidance of Double Taxation”, ob. cit., pp. 99-104 y CALDERON CARRERO, J. M.,
La Doble Imposición Internacional en los Convenios de Doble Imposición y en la Unión
Europea, ob. cit., pp. 204-208.
125
Cfr. CALDERON CARRERO, J. M., La Doble Imposición Internacional en los
Convenios de Doble Imposición y en la Unión Europea, ob. cit., p. 204.
126
Cfr. HAMAECKERS, H. M. A. L., “Multilateral Instruments on the Avoidance of
Double Taxation”, ob. cit., p. 101.
127
Cfr. Ibidem.
128
Cfr. Ibidem.
129
Cfr. CALDERON CARRERO, J. M., La Doble Imposición Internacional en los
Convenios de Doble Imposición y en la Unión Europea, ob. cit., p. 207.
130
Cfr. Ídem, p. 204. Sobre esta diferencias vid. ídem, pp. 204-208.
81
Alejandro García Heredia
El tratado nórdico, al igual que el MC OCDE, sujeta los cánones en
exclusiva en el Estado de la residencia. No obstante, en el Protocolo al tratado
nórdico (disposición VI) se prevé la posibilidad de que Finlandia grave en la
fuente los cánones industriales. En cuanto al concepto de canon, su contenido
es muy similar al del MC OCDE con tan sólo pequeñas variaciones. Por un
lado, el tratado nórdico se refiere a los cánones de “películas cinematográficas
y de películas y cintas para radio y televisión”, mientras que el MC OCDE tan
sólo cita expresamente a las películas cinematográficas. La definición del
convenio multilateral es más amplia y está en la línea de los Modelos de
Convenio de la ONU y de EE.UU., así como de la mayoría de los CDI. En
segundo lugar, otra de las diferencias advertidas en relación con el MC OCDE
es la inclusión de las rentas por bienes de equipo en el concepto de canon del
tratado nórdico. Hemos visto como estas rentas fueron excluidas del Modelo de
la OCDE desde la versión de 1992 debido a la naturaleza eminentemente
empresarial que las caracteriza.
131
Seguimos en este punto la distinción de FALCÓN Y TELLA, R. cuando distingue
tres bloques de competencias dentro del poder tributario, esto es, potestades
normativas, facultades administrativas o de gestión y titularidad de las sumas
recaudadas (cfr. Introducción al Derecho Financiero y Tributario de las Comunidades
Europeas, Civitas, Madrid, 1988, p. 108).
82
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de canon de la misma, junto con las consecuencias que pudiera provocar dicho
concepto en el sistema de fuentes de la fiscalidad internacional132.
132
Sobre el estudio del concepto de canon e interés en la Directiva debemos destacar
las consideraciones apuntadas por SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU
Definitions of Interest and Royalties”, Tax Notes International, vol. 34, núm. 9, 31 de
mayo de 2004, pp. 969-975.
133
En un primer momento sólo figuraban reservas para España, Grecia y Portugal,
posteriormente, debido a la incorporación de nuevos miembros a la U.E. se ha
modificado la Directiva para posibilitar que también se incluyeran otros Estados en el
régimen de disposiciones transitorias. Vid. Directiva del Consejo 2004/76/EC de 29 de
abril de 2004 “por la que se modifica la Directiva 2003/49/CE en los que respecta a la
posibilidad ofrecida a determinados Estados miembros de disfrutar de un período
transitorio para la aplicación de un régimen fiscal común aplicable a los pagos de
intereses y cánones efectuados entre sociedades asociadas de diferentes Estados
miembros”. Una tabla con las disposiciones transitorias aplicables a cada Estado
puede encontrarse en DE CLIPPELE, PH y VERSCHUEREN, B., “Interest and
Royalties Directive moves to full enactment”, International Tax Review, vol. 15, 2004,
núm. 5, pp. 33-38.
83
Alejandro García Heredia
aplicar a los cánones una retención superior al 10% y el 1 de enero de 2011
España deberá haber eliminado ya todas las retenciones sobre los cánones en
la fuente134. En relación con los periodos transitorios es necesario tener en
cuenta dos cuestiones según lo establecido en el art. 6.1, párrafo 4 de la
Directiva. La primera es que el límite máximo de gravamen que establecen -10
% en el caso de España- no será aplicado si el CDI que resulte aplicable
contempla un límite inferior para los cánones -5%, por ejemplo-. La segunda
cuestión es que los periodos transitorios que establece la Directiva pudieran ser
prorrogados antes de que finalicen por decisión unánime del Consejo a
propuesta de la Comisión.
134
La trasposición de una Directiva al Derecho interno de los Estados no es siempre
una cuestión sencilla, hasta el punto de que, incluso, los Estados exportadores de
capital, que no han requerido la aplicación de estas disposiciones transitorias, han
tenido que discutir varios asuntos de trasposición. Así, por ejemplo, Reino Unido ha
tenido que modificar su legislación interna para incluir un concepto de Estado de la
fuente en relación con esta Directiva (vid. JOHNSON, T., “U.K. Tax Update: EU
Directives-Where Do We Stand?”, Tax Notes International, vol. 34, núm. 10, 7 de junio
de 2004, p. 1030). En Bélgica se ha dicho que la trasposición de la Directiva se ha
realizado de la forma más liberal y flexible (vid. VERLINDEN, I., y VERSCHUEREN,
B., “Implementation of EU Interest & Royalties Directive in Belgium: A Liberal
Approach”, Tax Planning International: European Union Focus, vol 6, núm. 4, abril,
2004, pp. 13-15).
84
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
otorgado tal carácter con la finalidad de eliminar sobre ellas toda retención en
el Estado de la fuente.
85
Alejandro García Heredia
Otra cuestión que se plantea es si es posible interpretar el concepto de
canon de la Directiva con base en los Comentarios de la OCDE, puesto que el
concepto de canon de la Directiva es muy similar al concepto de canon de la
OCDE. Algunos autores han considerado que no habría inconveniente en que
el concepto de canon comunitario fuera interpretado con el Comentario de la
OCDE135. Las razones para justificar una interpretación del concepto de canon
de la Directiva según los Comentarios se han fundado en una finalidad común y
en el objetivo de la uniformidad hermenéutica136. En este sentido, tanto los CDI
como la Directiva persiguen la misma finalidad, que es evitar la doble
imposición y luchar contra el fraude. Además, una interpretación uniforme de la
Directiva según los Comentarios OCDE siempre sería más deseable que
diversas interpretaciones en el seno de cada Estado miembro. Entre los
defensores de esta postura también se ha reconocido que el problema que
surgiría sería el mismo que deriva de la interpretación de los Convenios según
los Comentarios, esto es, cómo afectarán a la Directiva los Comentarios
posteriores137. Igualmente, hay que tener en cuenta que la interpretación de la
Directiva según los Comentarios no es absoluta, sino que debe ser limitada
según el significado y finalidad del Derecho comunitario138. Otros autores, por
el contrario, han manifestado sus discrepancias con respecto a la aplicación de
los Comentarios de la OCDE a la Directiva porque consideran que haría
peligrar el principio comunitario de seguridad jurídica debido a que los
Comentarios están sometidos a continúas modificaciones139. En nuestra
opinión, los Comentarios sobre cánones de la OCDE pueden ser utilizados
135
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 971 y WEBER, D., “The Proposed EC Interest and Royalty
Directive”, EC Tax Review, vol. 9, núm. 1, 2000, p. 24. En la misma línea, aunque más
breve, ya se manifestaron TERRA, B. y WATTEL, P. cuando refiriéndose a la
propuesta de Directiva señalaron que, en principio, parece que no habría problema en
interpretar la futura Directiva con la versión oficial de los Comentarios de la OCDE,
entre otras razones, porque la propia memoria explicativa de la Propuesta, en algún
aspecto, se fundamenta y cita expresamente el MC OCDE (cfr. European Tax Law, 3ª
ed., Kluwer Law International, La Haya, 2001, p. 437).
136
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 971.
137
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 971.
138
Cfr. WEBER, D., “The Proposed EC Interest and Royalty Directive”, ob. cit., p. 24.
139
BROKELIND, C., “Royalties Payments: Unresolved Issues in the Interest and
Royalties Directive”, European Taxation, vol. 44, núm. 5, mayo 2004, p. 253.
86
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
como instrumento de interpretación del concepto de canon de la Directiva
siempre que se respete el Derecho Comunitario, ya que todos los Estados
miembros son a su vez miembros de la OCDE y el concepto de la OCDE y el la
Directiva presentan grandes similitudes. Es más, debido a esta similitud, se ha
formulado, incluso, la pregunta de si sería posible interpretar los CDI de
acuerdo con futuros pronunciamientos del TJCE relativos al concepto de canon
de la Directiva140. En cuanto, a las reservas y observaciones efectuados por los
Estados a los artículos y Comentarios de la OCDE, consideramos que sólo
podrán ser aplicadas si no entran en conflicto con la Directiva. Por ejemplo,
Portugal y España se han reservado en el MC OCDE el derecho a considerar
como cánones los pagos por la asistencia técnica141, lo que no significa, en
modo alguno, que el concepto de canon de la Directiva incluya también esta
clase de pagos para esos Estados.
140
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 975.
141
Cfr. parágrafo 44 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
142
En general, el concepto de canon de la Directiva se ha considerado suficientemente
claro para determinar la clase de pagos a los que se aplica la misma (cfr. EICKER, K.,
y ARAMINI, F., “Overview on the recent developments of the EC Directive on
Withholding Taxes on Royalty and Interest Payments”, EC Tax Review, vol. 13, núm.
3, 2004, p. 143).
143
DOCE C 123 (98)
144
Vid. art. 2 (b) de la “Proposal for a council directive on a common system of taxation
applicable to interest and royalties payments made between parent companies and
subsidiaries in different member states” (COM (90) 571 final, pp. 1-19).
87
Alejandro García Heredia
referencia expresa a los programas de ordenador y la inclusión de las rentas
por alquiler de bienes de equipo, por lo que defendemos la posibilidad de
interpretar su contenido de acuerdo con los Comentarios de dicho Modelo.
145
En esta línea cfr. GOLDSWORTH, J. G., “Harmonizing the Taxation of Royalties
from Software Licenses”, Tax Notes International, vol. 5, núm. 8, 24 de agosto de
1992, pp. 377 y 378.
146
Vid. Directiva 96/9/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de marzo de
1996, sobre protección jurídica de las bases de datos
147
Vid. art. 1 de la Directiva 98/71/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 13 de
octubre de 1998 sobre la protección jurídica de los dibujos y modelos.
148
En este sentido cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of
Interest and Royalties”, ob. cit., p. 974.
149
Vid. Commission of the European Communities, Green Paper on Copyright and the
Challenge of Technology – Copyrights Issues Requiring Immediate Action, Bruselas, 7
de junio de 1988 (COM (88) 172 final).
88
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
asociadas150. La prolongación y lentitud con la que transcurre este proceso se
debe a las importantes consecuencias recaudatorias que implica y a las
diferencias entre Estados importadores y exportadores de capital en el seno de
la Unión Europea151. A este respecto, son ilustrativas las palabras del Comité
cuando señala que la Comisión debería actuar con más determinación y menos
miedo ante los distintos intereses de los Estados en el proceso de
armonización de los cánones152.
150
La limitación de la exención en la fuente para aquellas empresas asociadas que
posean una participación mínima del 25% fue considerada por el Comité Económico y
Social como una postura pusilánime, debido a que dicha exención estaría igualmente
justificada para otras empresas asociadas con menor participación y para las
empresas independientes. Cfr. Dictamen del Comité Económico y Social sobre la
“Propuesta de Directiva del Consejo relativa a un régimen fiscal común aplicable a los
pagos de intereses y cánones efectuados entre sociedades asociadas de diferentes
Estados miembros” (DOC 284 de 14 de septiembre de 1998, p. 51, apartado 5).
151
En este sentido cfr. Dictamen del Comité Económico y Social sobre la “Propuesta
de Directiva del Consejo relativa a un régimen fiscal común aplicable a los pagos de
intereses y cánones efectuados entre sociedades asociadas de diferentes Estados
miembros” (DOC 284 de 14 de septiembre de 1998 p. 51, apartado 3).
152
Cfr. Dictamen del Comité Económico y Social sobre la “Propuesta de Directiva del
Consejo relativa a un régimen fiscal común aplicable a los pagos de intereses y
cánones efectuados entre sociedades asociadas de diferentes Estados miembros”
(DOC 284 de 14 de septiembre de 1998 p. 51, apartado 3).
89
Alejandro García Heredia
programas informáticos cuando sea cedida su propiedad”. Además, el art. 2.2
de la Propuesta añadía que también serían cánones los pagos así
considerados por “un convenio de doble imposición vigente entre el Estado
miembro en que se hayan generado los (…) cánones y el Estado miembro del
titular beneficiario, o bien, a falta de dicho convenio, con arreglo a la legislación
fiscal del Estado miembro en que se generen los (…) cánones”.
90
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Esto suponía una amplitud desproporcionada del concepto de canon, por
lo que la exención en la fuente que recoge la Directiva acabaría aplicándose a
rentas de diferente naturaleza en función de la normativa que resultara
aplicable. De esta manera, también podrían ser cánones, a efectos
comunitarios y, por tanto, exentos en la fuente, los pagos por asistencia técnica
si el convenio en cuestión los incluye en su concepto de canon, aunque no
figuren expresamente en el concepto de canon de la Directiva. No obstante,
también es cierto que aquellos Estados que no quisieran que una determinada
renta fuera considerada como canon a efectos de la Directiva bastaría con que
le dieran otro nombre en el CDI o en su ley interna153. El problema lo
plantearían aquellos pagos que no son denominados en tales fuentes como
cánones pero, sin embargo, se les otorga el régimen fiscal propio de los
mismos, por lo que se discutiría si éstos deben caer bajo el concepto de canon
comunitario 154. Anticipándose a estos problemas, algún CDI ha dispuesto que
los pagos calificados como cánones serán también considerados como tales a
efectos comunitarios155.
153
Cfr. WEBER, D., “The Proposed EC Interest and Royalty Directive”, ob. cit., p. 25.
154
Cfr. OLIVER, J.D.B., “The Proposed EU Interest and Royalties Directive”, Intertax,
núm. 6/7, 1999, p. 204.
155
Vid. CDI entre Portugal y Países Bajos de 20 de septiembre de 1999. Cfr. WEBER,
D., “The Proposed EC Interest and Royalty Directive”, ob. cit., p. 25.
156
Cfr. TERRA, B. y WATTEL , P., European Tax Law, ob. cit., pp. 437 y 438.
157
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 970 y LUCAS DURÁN, M., Fiscalidad Internacional de Rentas
Financieras, EDERSA, Madrid, 2001, p. 268.
91
Alejandro García Heredia
aplicable y se centra dicho concepto en el que expresamente contempla la
Directiva.
158
Cfr. parágrafo 9 del Preámbulo de la Directiva.
159
En sentido contrario parece que se muestra BROKELIND, C., “Royalties Payments:
Unresolved Issues in the Interest and Royalties Directive”, ob. cit., p. 254. Este autor
92
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
el caso, por ejemplo, de los pagos por la venta de intangibles que algunas
leyes internas comunitarias consideran cánones. Más discutible sería el caso
de los pagos por asistencia técnica, pues estas rentas han sido incluidas en el
concepto de canon en varios CDI entre Estados miembros, sin embargo,
aunque no son una excepción aislada, tampoco son mayoritariamente
consideradas como cánones.
considera que el concepto de canon de la Directiva debió ser más amplio para lograr la
uniformidad. Al respecto comenta el caso de Estados que incluyen determinadas
ventas en el concepto de canon de su ley interna, otros Estados que no consideran
canon el pago de una suma total o las diferentes posturas que existen en torno al
software, las prestaciones de servicios o los pagos por indemnizaciones.
160
Cfr. SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU Definitions of Interest and
Royalties”, ob. cit., p. 970.
93
Alejandro García Heredia
1992 de su Modelo de Convenio. A pesar de la postura defendida por la OCDE,
son muchos los Estados que han continuado incluyendo en el concepto de
canon estas rentas. En consecuencia, la Directiva no querido desatender los
numerosos CDI entre Estados miembros en los que se incluyen estas rentas en
el concepto de canon. La segunda diferencia es que mientras que el concepto
comunitario de canon recoge expresamente una mención a los programas de
ordenador, el MC OCDE no los cita expresamente, sino que los considera
incluidos en la mención a los “derechos de autor sobre obras literarias,
artísticas o científicas”. El no incluir una referencia expresa al software plantea
problemas en aquellos Estados que, aún considerando que el software se
protege por los derechos de autor, no han considerado al software dentro de
las categorías de obras literarias, artísticas o científicas161. Por ello,
consideramos que la mención expresa del software en el concepto comunitario
de canon sirve para eliminar dudas en cuanto a si el software puede encajar en
la redacción de obras literarias, artísticas o científicas162.
161
Este podría ser el caso Polonia en el que sus tribunales administrativos han
reconocido que el software no encaja en ninguna de las tres categorías previstas para
los derechos de autor, tales como obras literarias, científicas o artísticas. Por ello, aún
cuando reconocen que el software se protege por los derechos de autor, han
considerado que, en los CDI en los que no se recoge expresamente el software en
artículo de los cánones, los pagos por software estarán excluidos de estas rentas.
Según varias decisiones polacas no es posible considerar que los pagos por software
están incluido en la expresión “derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o
científicas” porque la legislación interna de derechos de autor considera al software en
un apartado diferentes al de tales obras (cfr. OSTASZEWSKA, A., “Decision of the
Supreme Administrative Court on the Taxation of Sofware Payments”, ob. cit., pp. 202-
204). Algo similar parece ocurrir en España con el concepto de canon de la LIRNR
que incluye al software en un apartado diferente al de los “derechos de autor sobre
obras literarias, artísticas o científicas” si bien, en este caso, la separación se produce
en una ley fiscal. No obstante, ya hemos comentado como alguna resolución
administrativa española ha considerado, con base en ese concepto, que los pagos por
software no eran cánones por derechos de autor en el CDI España-EE.UU, sino
cánones sometidos al límite de gravamen más elevado (vid. RRDGT 8 de julio de 2003
-0956-03- y 24 de noviembre de 2005 -V2377-05-).
162
La propia OCDE ha reconocido este problema y recomienda a aquellos Estados en
los que se plantee esta situación bien, que supriman en sus convenios toda referencia
a las expresiones literaria, artística o científica y se refieren genéricamente a derechos
de autor, o que incluyan una mención expresa para el software (cfr. parágrafo 13.1 del
Comentario al art. 12 MC OCDE).
94
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
El concepto comunitario de canon es por tanto semejante al concepto del
Modelo de Convenio de la OCDE. Las diferencias existentes entre ambos
obedecen, tanto a la necesidad de adaptar el concepto de canon a los
intereses económicos de los Estados miembros, como a la necesidad de hacer
frente al reto que plantean las nuevas tecnologías. Por estas razones, el
concepto comunitario de canon, a diferencia del previsto en el Modelo de la
OCDE incluye, por un lado, las rentas derivadas del arrendamiento de equipos,
puesto que un gran número de Estados miembros continúa considerando estas
rentas como cánones en sus CDI y, por otra parte, el concepto comunitario
contiene una mención expresa a los programas de ordenador para evitar los
conflictos sobre si estos están o no incluidos en la referencia genérica a los
derechos de autor.
163
La Ley 46/2002, de 18 de diciembre, “de reforma parcial del Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas y por la que se modifican las Leyes de los Impuestos
sobre Sociedades y sobre la Renta de no Residentes” introduce en el art. 12.1 f),
apartado c`), de la Ley 41/1998, de 9 de diciembre, del IRNR, un concepto de canon.
Posteriormente, la Ley 62/2003, de 30 diciembre, de “Medidas Fiscales,
Administrativas y del Orden Social” modifica el concepto de canon introduciendo una
mención a los bienes de equipos que antes no figuraba.
95
Alejandro García Heredia
-Derechos sobre obras literarias, artísticas o científicas164, incluidas las
películas cinematográficas.
-Patentes, marcas de fábrica o de comercio, dibujos o modelos, planos,
fórmulas o procedimientos secretos.
-Derechos sobre programas informáticos165.
-Informaciones relativas a experiencias industriales, comerciales o científicas.
-Derechos personales susceptibles de cesión, tales como los derechos de
imagen.
-Equipos industriales, comerciales o científicos166.
-Cualquier derecho similar a los anteriores.
En particular, tienen esa consideración las cantidades pagadas por el uso o la
concesión de uso de los derechos amparados por el Real Decreto Legislativo
1/1996, que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, la
Ley 11/1986, de Patentes y la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas”.
164
La Ley no utiliza la expresión “derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o
científicas” sino, tan sólo, la de “derechos sobre obras literarias, artísticas o
científicas”. De este modo, no se refiere expresamente a derechos de autor sobre tales
obras. La referencia es a los derechos sobre las mismas en general, sin especificar
que se trate de derechos de autor. Consideramos que dicha mención no tiene mayor
importancia. Aún cuando no se recoja expresamente está claro que muchos de los
derechos que recaen sobre tales obras en este ámbito son derechos de autor. No
obstante, al no especificar que tales derechos sean “de autor”, el precepto pudiera
también estar dando cobertura a los denominados “derechos afines” a los derechos de
autor.
165
Al igual que en el caso anterior, este apartado se refiere genéricamente a derechos
y no a derechos de autor.
166
Este fue el añadido que introdujo la Ley 62/2003, de 30 diciembre, de “Medidas
Fiscales, Administrativas y del Orden Social” (art. 3. Primero. Uno).
96
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cualquier clase pagadas por el uso o la concesión de uso de un derecho de
autor sobre una obra literaria, artística, informativa o científica, incluidas las
películas cinematográficas, de un modelo, plano, fórmula o procedimiento
secreto; y por las informaciones relativas a experiencias industriales,
comerciales o científicas”. Este precepto se ubica en un Capítulo relativo a la
determinación de la base imponible del Impuesto en el régimen general y, más
en concreto, se integra dentro de una subsección dedicada a establecer los
gastos que se consideran deducibles. Por otro lado, en el contexto de la
tributación de los residentes, ya sean personas físicas o jurídicas, no existe en
la ley española un concepto de canon y se distingue entre diversas categorías
de rendimientos en los que la nota distintiva para calificar a la rentas de la
propiedad intelectual e industrial se encuentra, por ejemplo, en la autoría de la
obra o en la habitualidad o carácter profesional de la acitividad 167.
167
La confusión que existe sobre la fiscalidad de los diversos rendimientos derivados
de intangibles en la legislación española para residentes se pone de manifiesto en
GARCÍA-OVIES SARANDESES, I. y SESMA SANCHEZ, B., Fiscalidad de las rentas
del capital mobiliario en España, Lex Nova, Vallodolid, 1995, pp. 131-138.
168
Sobre los problemas de calificación entre los cánones y las rentas de artistas y
deportistas nos remitimos a lo expuesto en el apartado primero de este mismo capítulo
en el que han sido analizados en profundidad estos problemas. La inclusión de los
derechos de imagen en el concepto español de canon ha sido criticada por BOKOBO
MOICHE, M.S. por entender que rompe la poca coherencia que había con los
conceptos de canones de los convenios y la Directiva, pues en ninguno de ellos se
recogen expresamente los derechos de imagen. Si bien, esta autora considera que
dicha inclusión en el concepto español pretende dar coherencia al Derecho interno
para gravar tanto las rentas de residentes como de no residente, aunque existan una
discriminación en cuanto a las retenciones aplicables (cfr. Los cánones en el régimen
tributario de los no residentes sin establecimiento permanente, IEF, Madrid, 2004, pp.
86 y 87).
97
Alejandro García Heredia
definición española que permite incluir otros intangibles similares a los
anteriores, muy distinto del carácter cerrado de la definición de la OCDE. Este
carácter abierto lo hemos visto también en otros Modelos de Convenio, como
es el caso del Modelo estadounidense o del Modelo del Pacto Andino.
- Los bienes o derechos que tenga por objeto la transacción serán los que
figuren en el concepto de canon, siendo éstos, generalmente, de carácter
intangible. Los intangibles que se repiten en las definiciones estudiadas son
tres: propiedad intelectual, propiedad industrial y know-how.
Este sería por tanto el significado internacional que cabe inferir del
término cánones, en la medida en que esta estructura y contenidos se repiten
en todas las definiciones de cánones que hemos analizado. No obstante, como
hemos visto, existen varias definiciones de cánones que amplian estos
contenidos básicos e incluyen otras clase de pagos, sin embargo, el concepto
base o común de canon en cuanto cesión de uso de intangibles está presente
98
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
en todas las definiciones examinadas. En esta línea se ha afirmado que es
necesario tender a la coherencia y entender que, en general, cánones son las
cantidades derivadas de la cesión de uso de bienes o derechos inmateriales
relacionados con las transferencias de tecnología y las actividades del
intelecto169.
169
BOKOBO MOICHE, M. S., Los cánones en el régimen tributario de los no
residentes sin establecimiento permanente, ob. cit., p. 89.
170
A pesar de este carácter cerrado del concepto de canon, llama la atención el hecho
de que no se haya incluido en el Comentario al Art. 12 del MC OCDE una cláusula
similar a la que figura en el Comentario al Art. 11 para los intereses, en cuya virtud, se
afirma expresamente el carácter exhaustivo de este concepto (Cfr. BAKER, P., Double
Taxation Agreements and International Tax Law: a Manual on the OECD Model Double
Taxation Convention 1977, Londres, 1991, p. 199). En el Comentario al art. 11 MC
OCDE se afirma expresamente que la definición de intereses presenta un carácter
exhaustivo, por lo que no se ha incluido ninguna cláusula de reenvío a las
legislaciones internas con el fin de garantizar la seguridad jurídica, evitando así que las
diversas modificaciones en el Derecho de los Estados puedan distorsionar el concepto
de esta clase de rentas
99
Alejandro García Heredia
En este marco es donde surgen los problemas de interpretación y
calificación fiscal internacional, cuya solución exige una adecuada delimitación
de los contornos del concepto de canon para distinguirlo de otras categorías de
renta de los convenios. El problema que plantean los cánones en los CDI es
doble. Por una parte, determinar si estamos ante una cesión de uso o una
transmisión de la propiedad. Un tema muy complejo teniendo en cuenta las
diferentes figuras intermedias que existen entre ambas formas de transmisión y
la intención fraudulenta de las partes por encubrir cesiones de uso bajo una
transmisión de la propiedad. Por otra parte, la discusión se centra en
determinar si el objeto del contrato es alguno de los bienes o derechos que
figuran en la lista que enuncia el concepto de canon. La delimitación del
contenido de muchos rendimientos que figuran en aquella lista se convierte en
un tema crucial, pues solamente los que ahí se recogen, y no otros, son
susceptibles de generar cánones. Teniendo en cuenta ambas perspectivas del
problema, en los capítulos siguientes se estudian los bienes o derechos que
pueden producir cánones en los CDI desde un doble planteamiento, esto es,
desde el contenido y alcance del bien o derecho en cuestión y desde los
problemas que plantea la naturaleza jurídica de su transacción. En cuanto a las
fuentes jurídicas que se utilizan, este estudio se fundamenta, por un lado, en el
Modelo de Convenio de la OCDE y sus Comentarios y, por otro, en los
problemas que ha suscitado la interpretación y aplicación de los CDI
españoles.
171
Para un examen detallado de la práctica seguida en varios países europeos en la
aplicación de los CDI desde 1993 nos remitimos a la obra Tax Treaty Interpretation (M.
Lang, editor), Kluwer Law International, La Haya, 2001. En concreto, en lo que
100
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
estricto, no son del todo coincidentes, si bien ambos inciden en el proceso de
aplicación de los tratados. La interpretación haría referencia a determinar el
significado de un término contenido en el tratado, mientras que la calificación
consistiría en tratar de subsumir un hecho en alguno de los términos del tratado
previamente interpretados172. Por ello se dice que se “interpreta” el tratado y se
“califica” la renta o pago. Como es sabido la calificación de la renta en el marco
del CDI se realiza a los solos efectos de distribuir la potestad tributaria entre los
Estados pero no para determinar el gravamen que corresponde a dicha renta
en el Derecho interno. Así pues, la calificación de la renta en el marco de un
CDI se debe distinguir de la calificación de la renta que se realiza a posteriori
en el Derecho interno del Estado al que el CDI le ha otorgado la facultad para
gravar esa renta173.
174
No hay duda de que los CDI, en cuanto tratados internacionales, se rigen por las
normas generales de la CVDT como ya se puso de manifiesto en numerosas
ocasiones (vid., entre otros, WARD, D. A., “Principles to be Applied in Interpreting Tax
Treaties”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 34, núm. diciembre,
1980, pp. 545-551).
175
Un ejemplo de conceptos que no se defininen expresamente en el tratado y para
los que es necesario acudir a la ley interna sería el caso de los conflictos de
calificación que se plantean en relación con la categoría de beneficios empresariales
de los CDI. En este sentido varios autores han señalado los problemas que derivan de
las diferentes interpretaciones, según el derecho interno de los Estados, de la
categoría de beneficios empresariales, haciendo especial referencia a las diferencias
que existen entre las legislación interna de los países de Derecho común y civil (cfr.
AVERY JONES, J. F. et al, “Treaty Conflicts in Categorizing Income as Bussines
Profits Caused by Differences in Approach between Common Law and Civil Law”,
Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 57, núm. 6, 2003, pp. 237-248).
176
En esta línea, BOKOBO MOICHE, M. S., sigue la postura que considera que,
dentro de los conceptos definidos por un tratado internacional, existen conceptos que
presentan un mayor o menor grado de autonomía. La autora señala que el concepto
de canon es un concepto parcialmente autónomo, en el sentido de que se remite
implícitamente a la ley interna para determinar el significado de cada uno de sus
elementos (cfr. Los cánones en el régimen tributario de los no residentes sin
establecimento permanente, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid, 2004, p. 40).
102
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
imposición177. Las consecuencias prácticas de esta situación son muy
elocuentes. Un caso especialmente citado que ilustra este problema ha sido el
de Pierre Boulez. El director de orquesta Pierre Boulez tenía su residencia en
Alemania y recibió pagos de EE.UU. en concepto de unas grabaciones
musicales efectuadas en ese Estado. El tratado aplicable entre Alemania y
EE.UU. seguía el MC OCDE estableciendo una tributación exclusiva para los
cánones en la residencia. Alemania consideró que la renta era canon y por
tanto estaría sujeta en dicho país como Estado de la residencia. EE.UU. calificó
la renta como servicios personales independientes, por lo que debería estar
sujeta en EE.UU. por ser donde se realizó la grabación. En este caso las
diferentes calificaciones de los Estados de la residencia y de la fuente provocan
una doble imposición. Si, por el contrario, Alemania hubiera calificado la renta
como servicio personal independiente y EE.UU. como canon, el resultado sería
una doble no imposición o exención, pues tales cantidades no estarían sujetas
en ninguno de los dos Estados.
177
Cfr., el trabajo presentado por VOGEL, K. y PROKISCH, R. G., “Ponencia
General”, Interpretation of double taxation conventions en Cahiers de Droit Fiscal
International, vol. LXXVIIIa, 47th Congress, International Fiscal Association (IFA),
Florencia, 1993, pp. 123 y 149-151 y LAINOFF, S. R. y VAISH, R. C., “Ponencia
General”, The taxation of income derived from the supply of technology en Cahiers de
Droit Fiscal International, 51st Congress, International Fiscal Association (IFA), Nueva
Dehli, 1997, p. 151. El fenómeno de la doble imposición data de épocas muy antiguas,
llegándo incluso a señalarse antecedentes en el siglo V antes de Cristo (Cfr.
CALDERÓN CARRERO, J. M., La doble imposición internacional y los métodos para
su eliminación”, McGraw-Hill, Madrid, 1997, pp. 1-17, en las que se realiza un recorrido
por la evolución que ha experimento la doble imposición a lo largo de su historia). Por
otro lado, la doble exención se presenta como un fenómeno más reciente al que cada
vez comienza a prestarse una mayor atención, buena muestra de ello es que la IFA
ha tratado recientemente los problemas de la doble exención en el Congreso anual
sobre “Double non-taxation” publicado en Cahiers de Droit Fiscal Internacional, vol.
89a, Viena, 2004.
178
Cfr. VAN RAAD, K., “International Coordination of Tax Treaty. Interpretation and
Application” en International and Comparative Taxation. Essays in Honour of Klaus
Vogel (eds. KIRCHHOF, LEHNER, RAUPACH y RODI), Kluwer Law International,
103
Alejandro García Heredia
instancia supranacional que resuelva el conflicto, la pregunta que debemos
hacernos es qué Estado debe interpretar la definición de cánones que figura en
el convenio, esto es, el Estado de la residencia, el Estado de la fuente o ambos
Estados179. La interpretación conforme al Derecho interno de ambos Estados
no parece conveniente porque podría dar lugar a diferentes calificaciones que
conducen a situaciones de doble imposición o exención, como la descrita en el
caso Boulez. Sin embargo, VAN RAAD considera que esta es la consecuencia
que se deriva de la aplicación del art. 3.2 de los CDI, aunque los resultados no
sean satisfactorios180.
182
Este sería el caso en el que el Estado de la fuente trata a la partnership localizada
en el Estado de la residencia como una entidad opaca y, por el contrario, el Estado de
la residencia la considera una entidad transparente. Según el informe de la OCDE el
Estado de la fuente debería aceptar la calificación otorgada por el Estado de la
residencia, puesto que la partnership se localiza en este último Estado (cfr. OCDE,
“The Aplication of the OECD Model Tax Convention to Partnerships” en Issues in
International Taxation no. 6, OECD, 1999, París, parágrafos 62 y 63).
183
OCDE, “The Aplication of the OECD Model Tax Convention to Partnerships”, ob. cit.
184
Vid. parágrafos 32.1-32.7.
185
En este trabajo no pretendemos analizar los denominados conflictos de calificación,
sino, tan sólo, señalar la postura que mantiene el Comentario de la OCDE. Para los
problemas que plantean los conflictos de calificación en el Comentario al art. 23 nos
remitimos a una serie de artículos publicados sucesivamente sobre esta cuestión, por
ejemplo, vid. VOGEL, K., “Conflicts of Qualification: The discusión is not Finished”,
105
Alejandro García Heredia
Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 57, núm. 2, 2003, pp. 41-44; RUST,
A., “The New Approach to Qualification Conflicts has its Limits”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 57, núm. 2, 2003, pp. 45-50 y la respuesta y
comentarios a los planteamientos expuestos en estos dos artículos de AVERY
JONES, J. F., “Conflicts of Qualification: Comment on Prof. Vogel’s and Alexander
Rust’s Articles”, Bulletin for International Fiscal Documentación, vol. 57, núm. 5, 2003,
pp. 184-186.
186
Esta postura ha sido mantenida en VOGEL, K., On Double Taxation Conventions,
ob. cit., p. 58 (m.no. 100); VOGEL, K. y PROKISCH, R. G., “Ponencia General”, ob.
cit., p. 62 y ha sido compartida también por VAN RAAD, K., “International Coordination
of Tax Treaty. Interpretation and Application”, ob. cit., pp. 223-224. Igualmente, AVERY
JONES se muestra partidario de una interpretación autónoma cuando no exista un
significado del término en la ley interna o esta resulte contraria al contexto del tratado,
por ejemplo, a los Comentarios de la OCDE (cfr. “The “One True Meaning” of a Tax
Treaty”, ob. cit., p. 221).
187
Vid. BAKER, P., Double Taxation Agreements and International Tax Law, ob. cit.,
p. 24 y AVERY-JONES, J. F. et al, “The Intepretation of Tax Treaties with particular
reference to article 3(2) of the OECD Model (I)”, British Tax Review, 1984, pp. 48-54.
La OCDE también ha considerado en determinadas circunstancias que el conflicto se
resuelve de acuerdo con la ley del Estado de la fuente (cfr. parágrafo 32.5 del
Comentario al art. 23 MC OCDE).
106
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
determinar el significado de los términos que integran el concepto de canon y,
de no ser posible, habría que acudir entonces a la ley interna del Estado de la
fuente, quedando el Estado de la residencia obligado a aceptar dicha
calificación188. El fundamento jurídico de estos planteamientos tiene su base en
el art. 3.2 del MC OCDE, según el cual:
188
Esta postura es la mantenida por VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, pp.
51-60.
189
Traducción castellana del art. 3.2 del MC OCDE tal y como figura en la mayor parte
de los convenios españoles. El primer CDI en incluir una previsión similar a ésta fue el
celebrado entre EE.UU. y Reino Unido en 1945, el cual ha dado lugar a numerosos
onflictos de interpretación que llegan incluso hasta finales del siglo XX (cfr. AVERY-
JONES, J. F., “More on Treaty Interpretation”, British Tax Review, núm. 11, 1990, p.
388). Sobre la evolución histórica del art. 3.2 del Modelo nos remitimos a la obra
AVERY-JONES, J. F. et al, “The Intepretation of Tax Treaties with particular reference
to article 3(2) of the OECD Model (I)”, ob. cit., pp. 14-19. La versión oficial en inglés del
art. 3.2 del MC OCDE señala “As regards the application of the Convention at any time
by a Contracting State, any term not defined therein shall, unless the context otherwise
requires, have the meaning that it has at that time under the law of that State for the
purposes of the taxes to which the Convention applies, any meaning under the
applicable tax laws of that State prevailing over a meaning given to the term under
other laws of that State”.
190
El contenido de estos artículos se reproduce también en los arts. 31-33 de la
Convención sobre Derecho de los Tratados entre Estados y Organizaciones
Internacionales, hecha en Viena el 21 de marzo de 1986.
107
Alejandro García Heredia
deberán ser interpretados de acuerdo con el art. 31.1 de la CVDT, es decir, “de
buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del
tratado en el contexto de éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin”. El art.
31.1 CVDT establece como primer medio de interpretación de los tratados el
propio texto del tratado en cuanto expresión auténtica de los Estados partes,
considerando dicho texto como un elemento intrínseco y de carácter objetivo191.
Ahora bien, el tratado no puede ser interpretado aisladamente sobre su propio
texto, sino que dicha interpretación debe realizarse en el contexto de los
términos del tratado y teniendo en cuenta su objeto y fin192. La interpretación de
todo tratado internacional debe, además, respetar el principio de buena fe193.
Todo CDI y, con ello el propio art. 3.2, debe ser interpretado teniendo cuenta
dichos principios. Entre los arts. 31.1 CVDT y 3.2 de los convenios existe una
relación de concordancia antes que de primacía de la regla especial sobre la
general194.
191
Cfr. GONZÁLEZ CAMPOS, J. D.; SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, L. I. y SÁENZ DE
SANTAMARÍA, P. A., Curso de Derecho Internacional Público, 6ª ed., Civitas, Madrid,
1998, p. 301. Como señalan estos autores, en palabras de la Comisión de Derecho
Internacional, “el texto es la manifestación auténtica de la intención de las partes... por
consiguiente, el punto de partida de la interpretación consiste en elucidar el sentido del
texto y no en investigar ab initio la intención de las partes”. En la obra citada figura en
el mismo sentido el pronunciamiento del TPJI en el asunto de los Navíos de guerra
polacos en Dantzing (CPJI, Serie A/B, núm. 43, p. 144).
192
En este sentido se ha pronunciado el TPJI en el asunto de la Competencia de la
OIT para reglamentar las condiciones de trabajo de las personas empleadas en la
agricultura (CPJI, Serie B, núm. 2, p. 23) (Citado por GONZÁLEZ CAMPOS, J. D.;
SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, L. I. y SÁENZ DE SANTAMARÍA, P. A., Curso de Derecho
Internacional Público, ob. cit., p. 302). En ese caso, se puso de manifiesto como el
sentido corriente de los términos no puede hallarse interpretando ciertas disposiciones
del tratado de manera aislada del resto para darles un significado interesado.
193
Para el estudio del principio de buena fe en el ámbito de los CDI nos remitimos al
trabajo de VAN DER BRUGGEN, E., “Good Faith in the Aplication and Interpretation of
Double Taxation Conventions”, British Tax Review, núm. 1, 2003, pp. 25-68 y, en
particular, pp. 38-41 para estudiar la aplicación de este principio al ámbito del art. 3.2
MC OCDE.
194
Cfr. VOGEL, K. y PROKISCH, R. G., “Ponencia General”, ob. cit., p. 148.
108
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
alcance de cada uno de ellos. La relación entre ambos recursos de
interpretación ha planteado dudas debido a la expresión que utilizan el art. 3.2
cuando afirma que se acudirá al Derecho interno del Estado que aplica el
convenio “unless the context otherwise requires” (“a menos que del contexto se
infiera una interpretación diferente”)195. Algunos autores han interpretado este
aserto afirmando que en primer lugar se debe acudir a la ley interna y, sólo si
del contexto se infiere una interpretación diferente que pudiera modificar el
resultado, se rechazará entonces la ley interna y se acudirá al contexto196.
Otros consideran que el recurso a la ley interna se debe situar siempre en
último lugar para garantizar una aplicación uniforme de los convenios197.
También se ha dicho que acudir antes o después al contexto depende mucho
de los artículos del convenio que estemos interpretando. En este sentido se ha
distinguido entre las normas de reparto de la potestad tributaria (arts. 6-22 MC
OCDE) y las normas que determinan las personas o los impuestos cubiertos
por el tratado (arts. 1, 2 y 4 MC OCDE). En el caso de las normas de reparto
se acudiría en primer lugar al contexto del tratado, mientras que en el caso de
las personas y los impuestos cubiertos por el convenio se acudiría en primer
término a la ley interna198.
195
El Comentario al art. 3 MC OCDE corrobora esta redacción indicando que la ley
interna sólo se aplicará si del contexto no se deriva una interpretación alternativa (“only
if the context does not require an alternative interpretation”).
196
AVERY-JONES, J. F. et al, “The Intepretation of Tax Treaties with particular
reference to article 3(2) of the OECD Model” (II), British Tax Review, 1984, pp. 104-
108.
197
Vid. TIXIER, G., GEST, G. y KEROGUES, J., Droit fiscal international, Librairies
Techniques (LITEC), 2ª ed., Paris, 1979, pp. 167-188.
198
VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., pp. 215 y 216 (m. no. 73 y
74).
199
Incluso los autores que han defendido que en primer término se debe acudir al
Derecho interno, reconocen también el valor que otorga el art. 3.2 al contexto del
convenio. En este sentido han afirmado que si el contexto es lo suficientemente fuerte
y contrario a la solución que se alcance por la vía del Derecho interno aquél deberá
109
Alejandro García Heredia
relación entre contexto y ley interna no es una relación de jerarquía sino de
interacción200. De manera que aún cuando la interpretación literal del art. 3.2
provoque el recurso a la ley interna en primer lugar, ésta no se aplicará si del
contexto se infiere una interpretación contraria y más relevante (“unless the
context otherwise requires”). El problema concreto de los cánones afecta a las
normas de reparto de la soberanía tributaria y, en consecuencia, consideramos
que el contexto del convenio debería ser tenido en cuenta en un primer
momento y no, en una fase posterior, para verificar o rechazar el resultado
alcanzado con la ley interna. Acudir en primer término a la ley interna implicaría
el riesgo de doble imposición o doble no exención debido a las diferentes
clasificaciones del Derecho interno de los Estados, por lo que posteriormente
habría que acudir al contexto para solucionar el conflicto. Por ello, en el caso
de los conflictos de calificación de rentas, el recurso en primer término al
contexto del convenio parece ser la solución más práctica y fiable para respetar
el objeto y fin de los tratados.
Analizado el alcance del art. 3.2 del MC OCDE en relación con los
cánones, el problema consiste en determinar cual es el contexto de un CDI y,
en relación con ello, si los Comentarios al MC OCDE pueden formar parte del
mismo y ser utilizados en la interpretación de los convenios.
201
Cfr. parágrafo 12 del Comentario al art. 3 MC OCDE.
202
VAN RAAD critica que, ni si quiera, los propios Comentarios de la OCDE, se han
atrevido a incluir entre los elementos del contexto de los CDI una referencia a dichos
Comentarios, limitándose, tan sólo, a citar la intención de las partes y la ley del otro
Estado contratante (cfr. “1992 Additions to Article 3(2) –interpretation- and 24 –non
discrimination- of the OECD Model and Commentary”, Intertax, núm. 12, 1992, p. 674).
203
Cfr. párrafo 12 in fine del Comentario al art. 3 MC OCDE.
111
Alejandro García Heredia
significado más amplio que abarca, no sólo el contexto stricto sensu (art. 31.2
CVDT) sino también el resto de los medios de interpretación de la CVDT (arts.
31.3, 31.4 y 32). En nuestra opinión el art. 3.2 MC OCDE (“unless the context
otherwise requires”) se refiere a todos los medios de interpretación que figuran
en la CVDT (arts 31 y 32) y no solamente al contexto del convenio que stricto
sensu figura en el apartado 2 del art. 31 CVDT. Esta es la opinión que han
mantenido varios autores con base en que el contexto de la CVDT no puede
ser interpretado aisladamente, sino que exige tener en cuenta el resto de los
medios de interpretación y, por lo tanto, el contexto del art. 3.2 MC OCDE debe
ser interpretado en sentido amplio204. Por ello, cuando se utiliza en este trabajo
la expresión “contexto” de un tratado se debe entender referida al conjunto de
los medios de interpretación que establece la CVDT.
204
Vid. AVERY-JONES, J. F. et al, “The Intepretation of Tax Treaties with particular
reference to article 3(2) of the OECD Model” (II), ob. cit., pp. 90-95 y 104-108.
205
Un repaso por alguna de las posturas más relevantes en cuanto al papel que
desempeñan los Comentarios de la OCDE en la interpretación de los CDI se
encuentra en VOGEL, K., “The influence of the OECD Commentaries on Treaty
Interpretation”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 54, núm. 12, 2000,
pp. 612-616 y en la respuesta a ese artículo de ELLIS, M. J., “The influence of the
OECD Commentaries on Treaty Interpretation - Response to Prof. Dr. Klaus Vogel”,
Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 54, núm. 12, 2000, pp. 617-618.
206
VOGEL considera que existen una serie de rezones de carácter técnico por las que
los Comentarios no pueden llegar a alcanzar un mayor grado de aceptación en la
interpretación de los CDI; entre ellas podemos citar las dos siguiente. Por un lado, el
hecho de que el Modelo y los Comentarios se publiquen en formato de hojas
intercamibiables a las que se van incorporando las actualizaciones (lose-leaf format),
lo que puede dificultar la búsqueda del contenido de los Comentarios en un momento
anterior. Por otro parte, VOGEL se refiere al hecho de que la OCDE protege los
Comentarios por los derechos de autor (copyright), mientras que las leyes y sentencias
al ser totalmente públicas no están protegidas por tales derechos en la mayoría de los
112
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de la doctrina ha reconocido que los Comentarios son, de hecho, una fuente
importante de interpretación de los tratados pero no está clara la categoría en
la que pudieran encontrar acomodo cuando la Convención de Viena enumera
los medios de interpretación de los tratados en los arts. 31 y 32 (contexto,
significado especial, medio complementario, etc.)207. En nuestra opinión, el
principio de buena fe en las relaciones internacionales permitiría también
considerar los Comentarios y otros documentos en la interpretación de los CDI.
De este modo si un Estado ha intervenido en la elaboración de los informes de
la OCDE y de sus Comentarios sin manifestar ninguna observación al respecto,
debería, al menos, tenerlos en cuenta a la hora de interpretar los convenios.
Estados, por lo que, si la edición de los Comentarios disfruta de una protección por los
derechos de autor, parece que lo que allí figura son las opiniones particulares de los
miembros del Comité de Asuntos Fiscales y no tiene el carácter de una autentica
norma jurídica. (cfr. “Reflections on the Future of the OECD Model Convention and
Commentary”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 50, núm. 11/12,
1996, pp. 529 y 530).
207
Cfr. AULT, H. J., “The Role of the OECD Commentaries in the Interpretation of Tax
Treaties” en Essays on International Taxation. In Honour of Sidney I. Roberts (eds.
ALPERT y VAN RAAD), Deventer, 1993, pp. 144-148; AVERY JONES, J. F., “The
Effect of Changes in the OECD Commentaries after a Treaty is Concluded”, Bulletin for
Interntational Fiscal Documentation, vol. 56, núm. 3, marzo, 2002, pp. 102-109;
WATTEL, J. y MARRES, O., “The Legal Status of the OECD Commentary and Static or
Ambulatory Interpretation of Tax Treaties”, European Taxation, vol. 43, núm 7/8,
julio/agosto, 2003, pp. 222-235; GIULIANI, F. M., “La interpretazione delle convenzioni
internazionali contro le doppie imposizioni sui redditi” en Corso di Diritto Tributario
Internazionale (coord. UCKMAR, V.), CEDAM, Padova, 1999, pp. 294-299; TOVILLAS
MORÁN, J. M. Estudio del Modelo de Convenio sobre Renta y Patrimonio de la OCDE
de 1992, Marcial Pons, Madrid, 1996, pp. 77 y 78.
208
Una exposición de las ventajas e inconvenientes que presentan ambas formas de
interpretación se encuentra en WATTEL, J. y MARRES, O., “The Legal Status of the
OECD Commentary and Static or Ambulatory Interpretation of Tax Treaties”, ob. cit.,
pp. 222-223.
113
Alejandro García Heredia
dicha remisión, esto es, el vigente en el momento de la aplicación de dicha
remisión (interpretación dinámica) o el vigente al tiempo de concluir el convenio
(interpretación estática). En cuanto a los Comentarios de la OCDE, se plantea
si los Comentarios que deben ser tenidos en cuenta para la interpretación del
convenio son los vigentes al tiempo de su aplicación (interpretación dinámica) o
aquellos que ya existían cuando se aprobó el tratado (interpretación estática).
En relación con las remisiones a la ley interna se ha defendido
mayoritariamente que la ley aplicable debe ser la vigente al tiempo de aplicar el
convenio (interpretación dinámica)209. Ahora nos centramos en la otra
perspectiva del problema, es decir, la que afecta al valor de los Comentarios de
la OCDE en relación con los convenios anteriores o posteriores a los
mismos210. El MC OCDE y sus Comentarios son, durante las últimas décadas,
objeto de continuas modificaciones. El Comentario al art. 12 sobre cánones ha
sido profundamente revisado y modificado, por lo que surge la duda de si tales
revisiones deben afectar, igualmente, a los convenios concluidos con
anterioridad a las mismas211.
209
El asunto parece que queda zanjado con la versión de los Comentarios de 1992 en
la que la OCDE se decanta claramente por la interpretación dinámica (cfr. parágrafo
11 del Comentario al art. 3.2 MC OCDE).
210
Esta cuestión se aborda en los parágrafos 33-36.1 de la Introducción al MC OCDE.
211
Para ver lo que sucede en relación con otros artículos del Modelo vid. AVERY
JONES, J. F., “The Effect of Changes in the OECD Commentaries after a Treaty is
Concluded”, ob. cit., pp. 104-109.
212
Cfr., entre otros, AVERY JONES, J. F., “The Effect of Changes in the OECD
Commentaries after a Treaty is Concluded”, ob. cit., p. 103 y WATTEL, J. y MARRES,
O., “The Legal Status of the OECD Commentary and Static or Ambulatory
Interpretation of Tax Treaties”, ob. cit., p. 233.
114
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
sobre tratados previos213. Sí parece estar claro que los nuevos Comentarios
pueden servir para interpretar tratados anteriores cuando tales Comentarios
son una aclaración a lo que ya se decía o discuten un nuevo supuesto que no
pudo ser planteado en otro tiempo debido a los avances de la ciencia214. En
nuestra opinión, esta clase de Comentarios podrían ser utilizados en la
interpretación de los tratados pero teniendo en cuenta las observaciones que
sobre los mismos se hubieran efectuado.
213
En este sentido, autores como LANG consideran que los Comentarios posteriores
no pueden aplicarse a tratados concluidos con anterioridad pero, al mismo tiempo, el
autor pone de manifiesto los problemas prácticos que plantea este planteamiento. De
este modo señala, por un lado, la tendencia de muchos tribunales a aplicar los nuevos
Comentarios a tratados anteriores y, por otro parte, se refiere al problema de la
edición de los Comentarios, pues, al venir en hojas intercambiables y estar sometidos
a un proceso continuo de actualizaciones, no siempre resulta sencillo saber cuál era el
texto de la versión anterior (cfr. “How significant are the amendments of the OECD
Commentary adopted after the conclusion of a tax treaty”, Diritto e Practica Tributaria
Internazionale, vol. II, núm. 1, 2002, pp. 10 y 11). En la línea de criticar el formato que
utiliza la OCDE de hojas intercambiables se muestra tamibién VOGEL, K., “Reflections
on the Future of the OECD Model Convention and Commentary”, ob. cit., pp. 529-530.
214
Igualmente, en el ámbito del Derecho interno, las leyes se aplican a supuestos de
hecho que no fueron previsto por la Ley en el momento de su aprobación. Ello es
debido a que dicha falta de previsión no se debió a una renuncia del legislador a incluir
una determinada disposición, sino a que tal supuesto no pudo ser previsto en aquel
momento, por ejemplo, porque los avances tecnológicos aún no habían dado lugar al
mismo (cfr. AVERY JONES, J. F., “The Effect of Changes in the OECD Commentaries
after a Treaty is Concluded”, ob. cit., p. 103).
115
Alejandro García Heredia
Comentarios que da cobertura a unos hechos que anteriormente no pudieron
ser planteados, como es el comercio electrónico.
116
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Comentarios de la OCDE215. Por lo tanto, consideramos que los Comentarios sí
podrían ser tenidos en cuenta en relación con tratados concluidos con Estados
no miembros, siempre que tales tratados sigan el MC OCDE y no se haya
manifestado ninguna observación.
En este trabajo somos partidarios de una visión amplia del contexto del
tratado y de una interpretación flexible de los medios de interpretación que
establece la CVDT. De esta manera y con base en el principio de buena fe de
las relaciones internacionales, consideramos que para interpretar un CDI
deberían ser tenidos en cuenta, tanto los Comentarios al Modelo, como
diversos documentos o informes que puedan ayudar a conocer el contexto de
los términos utilizados por el tratado (Ej: OECD Reports and Discussion
Drafts)217. Todo ello en función de los Estados que intervengan en su
215
Cfr. OECD, “Non-member countries positions”, en Model Tax Convention on Income
and on Capital, vol. II, OECD, Paris, 2000, p. P-1 y 2.
216
En el mismo sentido cfr. MARTÍN JIMÉNEZ, A. J., “Los programas de ordenador, el
MC OCDE y la posición española: algunas notas críticas”, Revista Crónica Tributaria,
núm. 103, 2002, pp. 85, 86, 100 y 101.
217
El fundamento jurídico para utilizar los informes y documentos de la OCDE como
medio de interpretación de los tratados es aún mas discutible que el de los propios
Comentarios. En nuestra opinión una interpretación amplia de los medios de
117
Alejandro García Heredia
elaboración y de las observaciones manifestadas al respecto. Mayor problema
es determinar en qué medida deben ser “tenidas en cuenta” estas fuentes, es
decir, el fundamento jurídico en cuya virtud pueden servir como medio de
interpretación de los tratados. En este sentido, los Comentarios de la OCDE
existentes al tiempo de concluir un tratado podrían actuar, incluso, a modo de
“contexto” (art. 31.1 CVDT) si el tratado está en la línea del Modelo OCDE y no
se han efectuado observaciones a los Comentarios218. Se ha discutido más el
papel de los Comentarios aprobados con posterioridad a un tratado pero se ha
considerado que también pueden tener efecto a través de la Convención de
Viena, ya sea como “significado especial” (art. 31.4 CVDT)219 o como “medios
complementarios de interpretación” (art. 32 CVDT)220.
225
Vid. parágrafo 13.1 del Comentario al art. 3 MC OCDE.
226
La interpretación es estática cuando a través de la remisión al Derecho interno se
aplican las leyes en vigor al tiempo de la celebración del convenio y no las vigentes en
el momento de su aplicación. La interpretación es dinámica cuando se aplican las
leyes vigentes en el momento de la aplicación del convenio y no las que pudieron
existir al tiempo de su celebración. No estamos de acuerdo cuando se utilizan estos
términos para determinar si una ley interna posterior puede aplicarse a un hecho
imponible anterior a la misma. CALDERON CARRERO, J. M. y PIÑA GARRIDO, Mª.
D., “Interpretation of Tax Treaties”, European Taxation, vol. 39, núm. 10, octubre,
1999, p. 382 y notas 64 y 65, han considerado que aplicar la Ley 16/1993 a un hecho
imponible anterior constituye una interpretación dinámica de los convenios. La Ley
16/1993, de 23 de diciembre incorpora a nuestro Derecho la Directiva sobre la
protección jurídica de los programas de ordenador (Directiva 91/250/CEE). El TS y la
AN utilizaron dicha Ley para fundamentar la caracterización de los programas de
ordenador como obras literarias a pesar de que la misma aún no había entrado en
vigor al tiempo de producirse el hecho imponible. Los tribunales trataban así de
justificar que la utilización de esta ley al caso concreto era posible a pesar de que
cuando se produjo el hecho imponible controvertido en 1991 todavía no existía la Ley
(La Directiva comunitaria que dio lugar a la mencionada Ley coincidía, sin embargo,
con el periodo impositivo en cuestión). Consideramos que en este caso no hay
interpretación dinámica o estática de los convenios porque el carácter estático o
dinámico se aprecia en función del convenio y no de la transacción que genera el
hecho imponible. AVERY-JONES, J. F. et al, “The Interpretation of Tax Treaties with
particular reference to article 3(2) of the OECD Model”, ob. cit., p. 25, indica que el
problema de la interpretación estática o dinámica se refiere a un cambio en la ley pero
no en los hechos y señala como ejemplo que lo relevante es la ley que regula la
residencia y no el lugar en el que la persona resida a la fecha del tratado.
120
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
temor de que los Estados pudieran modificar su ley interna para conseguir una
determinada aplicación de los tratados227. Este temor se debe a la confusión
entre la interpretación dinámica y la modificación de la ley interna para vulnerar
las obligaciones contenidas en el tratado (treaty override). El caso “The Queen
Melford Development Inc.” ilustra esta situación cuando se planteó si los gastos
de garantía bancaria debían ser calificados como intereses según la legislación
posterior al tratado o no debían, por el contrario, tener dicha calificación
aplicando la ley vigente al tiempo de celebrarse el mismo. La Corte Suprema
de Canadá adoptó la concepción estática por entender que una concepción
evolutiva podía suponer una modificación unilateral del tratado. Como reacción
a esta decisión Canadá dictó la Income Tax Conventions Interpretation Act de
1984 en la que ya se recogía expresamente una concepción dinámica. Hoy en
día, la interpretación dinámica de los convenios es la postura más defendida y
es apoyada por la IFA228, la OCDE229 y los EE.UU230. El TS español también ha
tenido en cuenta la ley interna posterior para desarrollar las previsiones de un
CDI231.
227
En este sentido el asunto “Melford Developments Inc.”, resuelto por el Tribunal
Supremo de Canadá en 1982 (The Queen v. Melford Developments Inc. (1982) 82
D.T.C. 6281), es un ejemplo de cómo el Tribunal resolvío el caso desde la perspectiva
de la interpretación estática; argumentando que, de lo contrario, cada Estado podría
alterar el significado y las consecuencias de un tratado por medio de un acto unilateral
como es la modificación de su ley interna.
228
Vid. VOGEL, K. y PROKISCH, R. G., “Ponencia General”, ob. cit., p. 152.
229
Vid. art. 3.2 MC OCDE y parágrafo 11 del Comentario al art.3 MC OCDE.
230
Vid. art. 3.2 MC EE.UU. (1996).
231
La STS de 2 de junio de 2003 (RJ 2003/5592) tiene en cuenta la legislación vigente
en el momento de la aplicación del convenio y no la que existía –en este caso, la que
no existía- al tiempo de la firma del convenio. Esta Sentencia considera que la
legislación interna posterior puede desarrollar aspectos no previstos en el convenio
para evitar una congelación normativa e indica que no es posible impedir que el
Derecho interno regule cuestiones que en su momento no fueron recogidas por el
convenio. En concreto la Sentencia admitió la presunción iuris et de iure de cobro de
intereses para los préstamos celebrados entre empresas vinculadas que establecía la
legislación vigente y que, sin embargo, en su momento no había previsto el convenio
hispano-francés de 1973. El TS afirmaba que “la suscripción de un Convenio
Internacional no impide al legislador nacional regular aspectos no previstos cuando el
tratado cobró vigencia, ni es admisible una especie de congelación normativa al
tiempo de concertarse aquél” (F.D. 3º in fine).
121
Alejandro García Heredia
La cláusula de reenvío requiere saber cuál es el Estado que aplica el
convenio, ya que el propio artículo comienza afirmando “as regards the
application of the Convention (…) by a Contracting State (…)”. Las
consideraciones efectuadas sobre el alcance de la remisión al Derecho interno
deben referirse al Estado que aplica el convenio. Esto ha suscitado numerosas
discusiones sobre si tal remisión es al Estado de la fuente, al Estado de la
residencia o ambos. Antes se ha visto como ninguna de estas tres soluciones
conduce a un resultado completamente satisfactorio para luchar contra la doble
imposición o doble exención. Para los casos en los que el contexto no aporta
una solución es necesario, sin embargo, elegir una de ellas de acuerdo con el
art. 3.2 y teniendo en cuenta el objeto y fin de los CDI.
232
VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 58 (m. no. 99)
233
Vid. BAKER, P., Double Taxation Agreements and International Tax Law, ob. cit., p.
24.
122
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ésta sea conforme a la ley interna de dicho Estado. Además, de acuerdo con el
art. 3.2, no está claro que sea el Estado de la fuente quien aplica el convenio
sino que, más bien, se desprende que pueden ser ambos Estados. En este
punto es curioso el CDI España-EE.UU. (1990) porque contiene en su
protocolo una cláusula que atribuye expresamente al Derecho del Estado de la
fuente la facultad para resolver el conflicto de calificación en materia de
cánones (9 b). Más allá de estas excepciones, la dicción de la cláusula de
reenvío encuentra acomodo tanto en la fuente como en la residencia, pues de
algún modo los dos “aplican” el convenio y ni el propio el artículo 3.2 ni su
Comentario añaden nada al respecto para inclinarse por una calificación según
la ley del Estado de la fuente. AVERY JONES y sus coautores han defendido
que el Estado que aplica el convenio es el Estado de la fuente con base en la
redacción de los arts. 23 A y B del MC OCDE sobre los métodos para eliminar
la doble imposición234.
234
AVERY-JONES, J. F. et al, “The Intepretation of Tax Treaties with particular
reference to article 3(2) of the OECD Model” (I), ob. cit., p. 50.
123
Alejandro García Heredia
medida en que la misma sea conforme a Derecho. Además, el Derecho interno
del Estado de la fuente al que se efectúa la remisión debe ser, en primer
término, el Derecho internacional y comunitario de ese Estado según los
principios de primacía y efecto directo, por lo tanto, puede ser posible que el
otro Estado sea también parte de los mismo actos internacionales o
comunitarios. La aplicación de la ley del Estado de la fuente se ha extendido
también a otros ámbitos, como son los denominados conflictos de calificación
de las partnerships235 o, incluso, en la atribución de beneficios a los EP cuando
el Estado de la casa central debe aceptar la imputación de rentas que ha
efectuado el Estado del EP236. Debido a todos los problemas planteados, la
interpretación del concepto “aplicación” del art. 3.2 del Modelo debería ser
objeto de estudio por parte de la OCDE.
A nuestro juicio, con base en los arts. 31.1 CVDT y 3.2 de los convenios
los conflictos de calificación de rentas se deberían resolver, en primer término,
con base en el contexto del tratado, lo que supone una interpretación finalista o
teleológica de la norma. Ello implica tener en cuenta el objeto y fin del tratado,
los Comentarios de la OCDE en los términos apuntados y el principio de buena
fe en las relaciones internacionales. En caso de no poder alcanzar una solución
por esta vía se acudiría entonces al Derecho interno del Estado que aplica el
convenio, que sería el Estado del fuente como solución menos inapropiada.
235
Vid. OECD, “The application of the OECD Model Tax Convention to Partnerships”,
ob. cit.
236
Vid. RUSSO, R., “The application of the arm’s length principle to intra-company
dealings: back to the origins”, International Transfer Pricing Journal, vol. 12, núm. 1,
2005.
124
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
a un acuerdo amistoso con Brasil en el que se han aclarado cuestiones
relacionadas con los cánones237.
237
Resolución de 22 de septiembre de 2003 de la Secretaria General Técnica del
Ministerio de Asuntos Exteriores (BOE de 2 de octubre de 2003, núm. 236).
238
Vid. parágrafo 13.1 in fine del Comentario al art. 3 MC OCDE.
239
El art. 3.2 del Convenio España-EE.UU. (1990) contiene esta misma regla pero sin
aclarar aún en el texto las cuestiones sobre la interpretación dinámica y las diferentes
ramas del Derecho interno de un Estado: “Para la aplicación del Convenio por parte de
un Estado contratante, cualquier término no definido en el mismo tendrá, a menos que
de su contexto se infiera una interpretación diferente y sin perjuicio de las
disposiciones del art. 26 (procedimiento amistoso), el significado que se le atribuya por
la legislación de ese Estado relativa a los impuestos que son objeto del Convenio” (las
cursivas son nuestras).
240
Acerca del valor interpretativo que tiene la Technical Explanation al MC EE.UU.
vid., entre otros, RIBES RIBES, A., Convenios para evitar la doble imposición
125
Alejandro García Heredia
que, en primer término, se debe acudir a la ley interna y sólo se acudirá
posteriormente al procedimiento amistoso si la cuestión no puede resolverse
con la ley interna o existen conflictos de calificación entre las leyes de ambos
Estados contratantes. En estos casos, las autoridades competentes, a través
del procedimiento amistoso, deberán acordar un significado común para
prevenir la doble imposición o cualquier otro efecto contrario a la finalidad del
Convenio y el significado acordado en dicho procedimiento no tiene porqué
coincidir con los que puedan figurar en las legislaciones de cada Estado241.
242
No debe confundir el ligero cambio de redacción de las diferentes versiones del MC
EE.UU.. El MC EE.UU. de 1977 afirmaba “unless the context otherwise requires and
subject to the provisions of Article 25 (Mutual Agreement Procedure)”. Las versions del
MC EE.UU. de 1981 y la vigente de 1996 indican “unless the context otherwise
requires or the competent authorities agree to a common meaning pursuant the
provisions of article 25 (Mutual Agreement Procedure)”.
243
Vid., por todos, VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 1379.
244
Vid. RIBES RIBES, A., Convenios para evitar la doble imposición internacional:
interpretación, procedimiento amistoso y arbitraje, ob. cit., pp. 215-230. La autora
señala que la interpretación alcanzada en el procedimiento amistoso del art. 3.2 es
universal, es decir, para la totalidad del Convenio en su conjunto. Por el contrario, el
acuerdo del art. 25 es particular, esto es, para resolver un caso concreto y con efectos
exclusivos sobre dicho caso. Por lo que atañe a la vinculatoriedad de estos acuerdos
la autora señala que, no sólo tienen efectos vinculantes sobre las Administraciones de
los Estados contratantes que los han concluido y sobre los contribuyentes (tesis
mayoritaria en la doctrina y mencionada en el parágrafo 36 de los Comentarios OCDE
al art. 25 de su Modelo), sino que también les reconoce un cierto papel en la aplicación
del convenio por los órganos judiciales. Todo ello con base en la CVDT que obliga a
tener en cuenta, junto con el contexto, todo acuerdo ulterior de la partes sobre la
interpretación o aplicación del tratado (art. 31.3 a)).
127
Alejandro García Heredia
También se ha discutido el carácter vinculante o no del significado al que
se llegue por la vía del art. 3.2245. De acuerdo con los Comentarios de la OCDE
consideramos que el carácter vinculante del acuerdo amistoso alcanza a las
relaciones entre las Administraciones de los Estados contratantes y los
contribuyentes al ser las propias Administraciones las que han logrado tal
acuerdo246. En lo relativo a una posible vinculación del mismo sobre los
órganos judiciales, consideramos que éstos no están obligados a respetar el
acuerdo como si se tratara del mismo Convenio, pues en los procedimientos
amistosos no intervienen los Parlamentos como sí sucede en muchos Estados
con los CDI. Sin embargo, los acuerdos amistosos podrán ser tenidos en
cuenta por los tribunales con base en el art. 31.3 a) de la CVDT en el que se
señala que para interpretar un tratado, juntamente con su contexto, deberá ser
tenido en cuenta todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la
interpretación del tratado o de la aplicación de sus disposiciones247.
245
Para conocer las diversas soluciones que algunos Estados han dado al carácter
vinculante o no de los acuerdos amistosos vid. VOGEL, K. y PROKISCH, R. G.,
“Ponencia General”, ob. cit., pp. 140-142 y 147.
246
Si las Administraciones de los Estados contratantes son las que han llegado al
acuerdo, en buena lógica, deberían estar vinculadas por el citado acuerdo en sus
relaciones con los contribuyentes. La IFA recomienda que el resultado de los acuerdos
amistosos vincule a los tribunales y a los contribuyentes conforme al Derecho
constitucional de los Estados contratantes, sólo así podrán ser útiles para resolver
problemas y disipar dudas (cfr. VOGEL, K. y PROKISCH, R. G., “Ponencia General”,
ob. cit., p. 156 –Recomendación 1. c.-)
247
En este sentido cfr. RIBES RIBES, A., Convenios para evitar la doble imposición
internacional: interpretación, procedimiento amistoso y arbitraje, ob. cit., pp. 228 y 387,
así como doctrina allí citada.
128
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
que son pagadores de cánones y, por tanto, se configuran como Estados de la
fuente. Por el contrario, la OCDE es partidaria de una sujeción exclusiva de los
cánones en el Estado de la residencia y esta posición es seguida por los
Estados exportadores de capital, es decir, por aquellos Estados que en las
transacciones internacionales se configuran como Estados de la residencia. En
la negociación de los tratados existe, por tanto, una lucha de intereses fiscales
entre el Estado de la fuente y el de residencia a la hora de negociar el sistema
de sujeción para los cánones. Se trata sobre todo de una oposición entre
Estados exportadores e importadores, es decir, entre Estados industrializados
o desarrollados y Estados en desarrollo248. Si la sujeción de los cánones es
exclusiva en el Estado de la residencia el único Estado que podrá gravar tales
rentas será el Estado que ha exportado la tecnología por la que se han
obtenido los cánones. Por ello, los Estados que importan dicha tecnología y
pagan cánones no quieren renunciar a su potestad de gravamen y defienden
un poder de sujeción sobre los cánones.
248
El concepto de países en desarrollo se usa y se usaba frecuentemente y, sin
embargo, nunca ha tenido un significado del todo claro. En este sentido se manifiestan
NOOTEBOOM, A., y SCHIPPER, J. H. TH., Tax treatment of the remuneration
(royalties and/or lump sums) paid by enterprises in devoloping countries for technical
assistance and licences ander patents, ob. cit., pp.11 y 12.
129
Alejandro García Heredia
señalar algunos argumentos esgrimidos en favor de los diferentes sistemas de
reparto de la potestad tributaria en relación con los cánones.
249
Cfr. ONU, Convención Modelo de las Naciones Unidas sobre la doble tributación
entre países desarrollados y países en desarrollo (ST/ESA/102), ONU, Nueva York,
1980, p. 139.
130
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
conseguir ingresos, la conveniencia de fomentar una corriente de tecnología
hacia tales países o el hecho de que tampoco son tantos los ingresos que debe
sacrificar la residencia para conceder este sistema250. Con estos argumentos
algunos autores se han cuestionado porqué las ventas de tecnología no se
gravan también en la fuente, pues los argumentos que se dan para gravar los
cánones podrían también justificar una imposición limitada para las ganancias
de capital251.
250
Cfr. ONU, Convención Modelo de las Naciones Unidas sobre la doble tributación
entre países desarrollados y países en desarrollo, ob. cit., p. 140.
251
Cfr. NOOTEBOOM, A., y SCHIPPER, J. H. TH., Tax treatment of the remuneration
(royalties and/or lump sums) paid by enterprises in devoloping countries for technical
assistance and licences ander patents, ob. cit., p. 43.
252
Si el canon estipulado son 6000 euros y la fuente aplica una retención del 20%, la
cantidad que finalmente se entregue al cedente no serán los 6000 inicialmente
pactados sino 4800, pues 1200 quedarían en la fuente en concepto de retención. Esto
supondría que si la cantidad que pretende obtener el cedente de los derechos de autor
son 6000, conociendo tal retención, pactará un canon superior para que, una vez
aplicada la retención sobre el mismo, se le entreguen netos los 6000 que desea
obtener.
131
Alejandro García Heredia
contribuyentes con el fin de que las inversiones en derechos intangibles no se
vean desincentivadas por un poder de imposición excesivo.
253
Cfr. UN, Guidelines for tax treaties between developed and developing countries,
UN, Nueva York, 1974, p. 9 y ONU, Convención Modelo de las Naciones Unidas sobre
la doble tributación entre países desarrollados y países en desarrollo, ob. cit., pp. 138-
140
254
Para estudiar con mayor detalle los problemas que se plantean con este sistema
vid. UN, Guidelines for tax treaties between developed and developing countries, ob.
cit., pp. 52 y 53.
255
Sobre este sistema vid. UN, Guidelines for tax treaties between developed and
developing countries, ob. cit., p. 54.
132
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
gravamen que le corresponde a la fuente mediante unos porcentajes que
limitan la cantidad de impuesto que puede recaudar dicho Estado. Estos límites
se configuran como una técnica indirecta de reconocimiento de los gastos
deducibles. Para el cálculo de los límites de retención se debe partir de la
premisa de que cuanto mayores fueran los gastos que se pudieran deducir en
un hipotético sistema de base neta, menor debería ser la retención en la fuente
para compensar tales gastos. Igualmente, si el intangible del que surgen los
cánones no ha implicado grandes gastos, el Estado de la fuente debería poder
retener un porcentaje mayor.
256
Cfr. ONU, Convención Modelo de las Naciones Unidas sobre la doble tributación
entre países desarrollados y países en desarrollo, ob. cit., p. 141.
133
Alejandro García Heredia
impuesto elevado en la fuente, el beneficio del autor sería muy reducido.
Aunque también se ha señalado que, siguiendo tales argumentos, la menor
presión fiscal en la fuente de estos cánones no estaría justificada cuando la
persona que negocia con los derechos no es el autor, sino el editor257. Ello es
debido a que el esfuerzo cultural que se trata de compensar aliviando la
retención no está presente cuando el perceptor del canon es el editor pues
quién ha realizado dicho esfuerzo es el autor. Otro argumento para la sujeción
exclusiva de los cánones culturales en el Estado de la residencia consiste en
afirmar que este Estado será quien mejor conozca la situación personal y
profesional del autor258. Este argumento parece tener un gran peso hasta el
punto de considerar que el planteamiento relativo al esfuerzo cultural tiene,
más bien, un carácter sentimental que se aparta de la práctica fiscal.
El software y las películas también son obras protegidas por los derechos
de autor, sin embargo, sus cánones no suelen estar sometidos en los
convenios al mismo trato previsto para el resto de los cánones por derecho de
autor, sino que se establece una mayor sujeción en la fuente para estas obras.
Ello se debe a que aún siendo obras protegida por tales derechos, están
rodeadas de una industria de gran envergadura, en la que se obtienen
considerables ingresos pero también se incurre en importantes gastos. Debido
a que el límite de gravamen de los convenios tiene en cuenta las fuertes
inversiones y gastos realizados para la obtención de un software o la
realización de una película, ese límite de gravamen, si bien es más elevado
que el previsto para el resto de los derechos de autor, es, en muchos
convenios, menor que el que se prevé con carácter general para el resto de los
cánones industriales, tales como patentes o marcas. De este modo, los
cánones por derechos de autor disfrutan de un tratamiento más privilegiado
que los cánones denominados industriales o comerciales.
257
Cfr. Ibidem.
258
Cfr. Ibidem.
134
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de un sistema de imposición en la fuente sobre una base imponible neta de
cánones. Por ello, consideramos que los porcentajes de retención se deberían
configurar como una plasmación indirecta de unos hipotéticos gastos
deducibles.
259
Cfr. VOGEL, K. On Double Taxation Conventions, ob. cit. p. 772.
135
Alejandro García Heredia
136
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1. INTRODUCCIÓN
137
Alejandro García Heredia
Como ya indicamos, los problemas de calificación de rentas se generan
debido a la confusión existente entre los cánones y otras rentas de los
convenios, tales como los beneficios empresariales, las ganancias de capital o
los servicios personales independientes. En muchos convenios, como sucede
en los convenios españoles, es frecuente que, en ausencia de establecimiento
permanente, los cánones estén sujetos de forma limitada en el Estado de la
fuente, mientras que las otras rentas mencionadas están sujetas en exclusiva
en el Estado de la residencia. Por otro lado, el sistema de fuentes utilizado en
este trabajo está basado en los Comentarios de la OCDE al art. 12 del Modelo
y se centra en aquellas cuestiones que se plantean desde la perspectiva del
Estado español, analizando la práctica que al respecto han seguido los
pronunciamientos judiciales y la doctrina administrativa. También se presta
especial atención a las rentas del software en el Derecho interno de los EE.UU.
debido a que el Comentario de la OCDE al art. 12 está inspirado en dicha
normativa, por lo que el estudio de la misma sirve para comprender mejor el
Comentario e, incluso, para proponer una reformulación de sus contenidos.
260
En terminología anglosajona se utiliza el término software en contraposición con el
de hardware. El primero se refiere a lo que nosotros denominamos programas de
ordenador o programas informáticos (menos frecuente en España es el término
programas de computación), mientras que el segundo alude a lo que sería la máquina
del ordenador o cumputadora en si misma. En virtud de esta diferencia, los términos
software y hardware, también han sido traducidos al castellano como soporte lógico y
soporte físico. Por su parte, los franceses, para referirse al primero utilizan la
expresión logiciel, y para el segundo, el término matériel. En alemán no existe un
término concreto y se usan las expresiones más difundidas de software y hardware.
261
Sobre la importancia económica de este sector en diversos campos de la industria
tecnológica pueden consultarse los informes de la OCDE del Directorate for Science,
Technology and Industry (Committe for Information, Computer and Communications
138
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
inversiones en software se caracterizan por un fuerte incremento del valor
añadido, de la creación de empleo y de los gastos en investigación y desarrollo
(I+D), por lo que repercuten de manera considerable en la productividad y
competitividad de las empresas y en la evolución de la economía en general.
Esto hace que las empresas de todos los sectores económicos inviertan cada
vez más en software y que tanto los paquetes de software, como los servicios
relativos a los mismos, ganen cuotas en los mercados de las tecnologías de la
información y de la comunicación262.
Policy) bajo los títulos “Content as a new growth industry” (14 de mayo de 1998) y
“The software sector: a statistical profile for selected OECD countries” (27 de enero de
1998). Estos informes aparecen citados, respectivamente, bajo las referencias
DSTI/ICCP/IE(96)6/FINAL y DSTI/ICCP/AH(97)4/REV1.
262
Cfr. OECD, OECD Information Technology Outlook: ICTs and the Information
Economy 2002 Edition (Overview in Spanish), OECD, Paris, 2002, pp. 6 y 7 y OECD,
OECD Information Technology Outlook 2004, ob. cit., p.5. Estos informes están
disponible en www.oecd.org. El informe del 2002 señala como en el 2001 se estimó
que el mercado mundial de paquetes de software representaba 196.000 millones de
dólares, de los cuales el 95% se sitúan en países de la OCDE, y el informe del 2004
continúa señalando el rápido crecimiento de la industria del software que cifra en un
aumento anual del 20% de la exportaciones y de un 15% de las importaciones.
139
Alejandro García Heredia
etapas263. En primer lugar es necesario planear, diseñar y probar un concepto o
idea que pueda adaptarse a un programa de ordenador, en segundo término,
una vez establecida la factibilidad técnica del programa se procederá a la
elaboración de una maqueta y, finalmente, para comercializar el programa es
necesario perfeccionar y adaptar la maqueta en función del carácter estándar o
específico del software, con el fin de que sea viable para el usuario.
263
Cfr. OCDE (BIAC Position Paper), 1977 OECD Model Double Taxation Convention
on Income and Capital, Paris, Enero, 1987, Appendix A (Technical and Economic
Characteristics of Software).
264
Vid. parágrafos 12-17.4 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
265
En la versión del MC OCDE de 28 de enero de 2003 todas las observaciones al
Comentario del art. 12 son en relación con los programas de ordenador y de las veinte
reservas formuladas actualmente al art. 12 del Modelo al menos cinco de ellas se
refieren de forma directa a este tema.
140
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
266
Vid. CROWE, C. J., “Ponencia General”, Tax Treatment of the importation and
exportation technology –know-how, patents, other intangibles and technical assistance
en Cahiers de Droit Fiscal International, vol. LXa, International Fiscal Association (IFA),
Londres, 1975, pp. I/99-I/130; LAINOFF, S. R. y VAISH, R. C., “Ponencia General”,
ob. cit., pp. 134-137.
267
OECD (BIAC Position Paper), 1977 OECD Model Double Taxation Convention on
Income and Capital, ob. cit.
268
OCDE, “The tax treatment of computer software” en Model Tax Convention: Four
Related Studies, OCDE, Paris, 1992.
141
Alejandro García Heredia
Desde que por primera vez en 1992 se incluyeron en el Comentario al art.
12 MC OCDE los parágrafos relativos al software (parágrafos 12-17 del art. 12)
han tenido lugar dos importantes modificaciones. Primero, los parágrafos sobre
programas de ordenador fueron profundamente revisados y modificados en la
versión del MC OCDE de 29 de abril de 2000 y, posteriormente, la nueva
versión del MC OCDE de 28 de enero de 2003 ha vuelto a incidir sobre esta
cuestión añadiendo los nuevos parágrafos 17.1-17.4269. En estas nuevas líneas
se estudia la caracterización fiscal que merecen los pagos producidos en el
seno del comercio electrónico. La OCDE consideró que la transmisión de
productos digitales a través de Internet (tales como sonido, imágenes, texto o,
incluso, programas de ordenador) podría suscitar dudas a la hora de subsumir
dichos pagos en la categoría de cánones o en otras fuentes de renta.
269
Estos nuevos comentarios han sido el resultado del trabajo elaborado el 1 de
febrero de 2001 por el Technical Advisory Group on Treaty Characterisation Issues
arising from E-Commerce bajo el título “Tax Treaty Characterisation Issues arising
from E-Commerce. Report to Working Party no.1 of the OECD Committee on Fiscal
Affairs” (disponible en www.oecd.org), publicado en OECD, 2002 Reports Related to
the OECD Model Tax Convention, Issues in International Taxation No. 8, OECD, Paris,
2003. Los Technical Advisory Group (TAG) son grupos de expertos de la OCDE
encargados de analizar las diferentes cuestiones que afectan al Modelo y sus
Comentarios, de manera que para el estudio de cada materia concreta se constituye
uno de estos grupos de asesoramiento técnico. Por lo que se refiere al estudio sobre
cuestiones relativas al comercio electrónico se han constituido hasta cinco TAG´s y
cada uno de ellos depende de uno o varios grupos de trabajo denominados “Working
Party” vinculados al Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE. El TAG al que ahora nos
referimos fue creado en enero de 1999 por el Comité de Asuntos Fiscales bajo el
siguiente mandato general: “examinar, bajo los convenios de doble imposición, la
caracterización de varias clases de pagos que tienen lugar en el comercio electrónico,
con el propósito de elaborar las aclaraciones que fueran necesarias a los
Comentarios”. Un resumen de las conclusiones a las que han llegado los diferentes
TAG´s en el ámbito del comercio electrónico puede encontrarse en OECD, Taxation
and Electronic Commerce. Implementing the Ottawa Taxation Framework Conditions,
OECD, Paris, 2001.
142
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cristalizar en principios de una gran aceptación en la comunidad internacional.
Las premisas fundamentales a las que llegó el BIAC, y que recoge y suscribe
posteriormente la IFA en su Congreso de 1988270, pueden resumirse en las
siguientes.
270
Cfr. JONES, J. B. y MATTSON, R. N., “Ponencia General”, Tax treatment of
computer software en Cahiers de Droit Fiscal International, vol. LXXIIIb, International
Fiscal Association (IFA), Ámsterdam, 1988.
271
Algunos autores ya habían señalado con anterioridad la diferencia entre la
consideración del software como bien o como servicio, en función de su carácter
143
Alejandro García Heredia
caso sería cuando la transmisión del software implica transmisión derechos de
autor y, solamente, en este último caso, las rentas podrían merecer la
calificación fiscal de cánones.
En tercer lugar, tanto el BIAC como la IFA habían concluido que a) por el
hecho de que los programas se protejan a través de los derechos de autor no
supone que toda transacción en que este involucrado un programa genere
cánones y b) que existe una similitud entre el tratamiento fiscal de los
programas de ordenador y cualquier otra obra protegida por estos derechos (Ej.
libros, esculturas, pinturas, etc.).
Los EE.UU. han aprobado una detallada normativa fiscal sobre los pagos
por programas de ordenador con la finalidad de clasificar las diferentes
transacciones del software y determinar la calificación fiscal de sus rentas273.
La Administración fiscal norteamericana aprobó el 30 de septiembre de 1998
las llamadas software regulations (en adelante las regulations) elaboradas por
el Internal Revenue Service (IRS) y el Treasury Department de los EE.UU.274.
La finalidad de las regulations es delimitar y analizar, con un propósito
exclusivamente fiscal, las diversas transacciones que involucran programas de
ordenador. Estas normas contienen una clasificación exhaustiva con
numerosos y detallados ejemplos –hasta dieciocho- de las distintas formas que
pueden revestir los contratos que tienen por objeto programas de ordenador.
de un 30% en Europa) (Cfr. OECD, OECD Information Technology Outlook 2002, ob.
cit., p. 7).
273
Otro ejemplo importante de Estados que han dictado normativa fiscal interna sobre
esta materia es Australia. La Administración fiscal australiana (Australian Taxation
Office –ATO-) dictó el 13 de mayo de 1993 la Taxation Ruling 93/12, tanto ésta como
las regulations norteamericanas son bastante similares, si bien éstas últimas parece
más completas y desarrolladas. Otros Estados que han dictado normativa fiscal
especifica sobre las transacciones del software son, por ejemplo, Italia y Corea. Un
breve análisis de la misma puede encontrarse en DOERNBERG, R.; HINNEKENS, L;
HELLERSTEIN, W. y LI, J., Electronic Commerce and Multijurisdictional Taxation,
Kluwer Law International, La Haya, 2001, pp. 269-272. Reino Unido también dispone
de ciertas previsiones internas para regular la fiscalidad del software, aunque mucho
más sucintas que la desbordante regulación norteamericana (Vid. HUGUES, T., y
PAYNE, D., “Payments for the Use of Computer Software and the Deduction of Income
Tax Therefrom”, British Tax Review, núm. 1, 2000, pp. 5-17).
274
Vid. “Classification of transactions involving computer programs” de 1998 del Code
of Federal Regulation (26 CFR 1861-18). La versión anterior es de 1996 y puede
consultarse en http://www.unclefed.com/ForTaxProfs/irs-regs/1996/reg25152.txt.
145
Alejandro García Heredia
De este modo se proporcionan unos criterios que sirven para calificar a los
pagos procedentes del software como cánones u otro tipo de rentas.
275
Vid. KARLIN, M. J. A. y SMITH, B. A., “On-Line, Off Base: Computer Program Final
Regulations”, Journal of International Taxation, núm. 2, febrero, 1999, pp. 8-19 y 43-
46; CHAZE, R. E. y JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through the U. S. IRS
Computer Program Classification Rules”, Tax Notes International, vol. 17, núm. 24, 14
diciembre 1998, pp. 1953-1964; LEVENSON, A., SHAPIRO, A., MATTSON, R. y
MAGUIRE, N., “Taxation of Cross-Border Payments for Computer Software”, Tax
Notes International, núm. 22, 30 de noviembre, 1998, pp. 1723-1736; SPRAGUE, G.
D., CHESLER, R. A., HERSEY, R., “The Final Software Revenue Characterization
Regulations”, Tax Management International Journal, núm. 2, 12 de febrero, 1999, pp.
59-74.
146
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de software se rigen por la normativa norteamericana de bienes tangibles o
intangibles o la aplicación de las regulations a las transacciones electrónicas276.
En relación con este último aspecto, poco después de la aprobación de las
regulations, algunos autores ya criticaron la insuficiencia de esta normativa
para regular las transacciones de software a través del comercio electrónico.
El problema se plantea porque en la normativa interna norteamericana se
establece una diferencia entre las transacciones cuyo objeto son bienes
(goods) y aquellas otras que se refieren a servicios (services) y en las
transacciones electrónicas no está claro cuando el objeto de las mismas es un
bien o un servicio (Ej. información suministrada por bases de datos
electrónicas)277.
276
Cfr. LEVENSON, A., SHAPIRO, A., MATTSON, R. y MAGUIRE, N., “Taxation of
Cross-Border Payments for Computer Software”, ob. cit., p. 1723.
277
Debido a la ineficacia de las regulations para regular las transacciones electrónicas
se afirmó que las mismas se componían de “conceptos y definiciones de la era de los
ladrillos y los morteros” (age of bricks and mortar), lo que suponía que no pudieran
adaptarse al nuevo marco del comercio electrónico (Cfr. TILLINGHAST, D. R.,
“Taxation of Electronic Comerse: Federal Income Tax Issues in the Establishment of a
Software Operation in a Tax Haven” , Tax Analysts, WTD 172-14, 1999. Disponible en
www.tax.org). En el misma línea se señaló que era una lástima que una normativa tan
concreto y meditada como regulations no hubiera abordado el tema de las
transacciones de productos digitales (cfr. WESTIN R., Internacional Taxation of
Electronic Commerce, Kluwer Law Internacional, La Haya, 2000, p. 236).
278
Cfr. BAUMGARTEN, J. A.; GORMAN, R. A. y SCHWARTZ, E. J., “Copyright law
and certain tax treatment of software transactions”, Bulletin for International Fiscal
Documentation, vol. 49, núm. 11, noviembre, 1995, pp. 522-528.
147
Alejandro García Heredia
Las regulations se aplican a las transacciones que implican programas de
ordenador, por lo que es necesario definir, en primer lugar, el concepto de
programa de ordenador y determinar qué clase de transacciones tienen lugar.
279
Sección 1.861-18 (a)(3) de las regulations.
280
Cfr. KARLIN, M. J. A. y SMITH, B. A., “On-Line, Off Base: Computer Program Final
Regulations”, ob. cit., pp. 12 y 13.
281
Cfr. KARLIN, M. J. A. y SMITH, B. A., “On-Line, Off Base: Computer Program Final
Regulations”, ob. cit., pp. 12 y 13.
148
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
concepto de programa de ordenador de las regulations no delimita con éxito la
variedad de desarrollos tecnológicos que convergen en la sociedad actual.
Ahora nos centraremos en analizar las dos primeras transacciones por ser
las más relevantes y concretas en el ámbito de los programas de ordenador282.
La distinción entre copyright rights y copyrighted article es el núcleo duro de las
regulations, hasta el punto que la diferencia entre ambas transacciones es la
clave para determinar cuando los pagos del software son cánones. La primera
expresión significa que se han cedido derechos de autor sobre un programa de
ordenador y la segunda indica que se ha cedido el programa de ordenador pero
no derechos de autor sobre el mismo. En este último caso el cedente tan sólo
adquiere la posibilidad de utilizar el programa para su propio uso, ya sea
personal o profesional pero no está autorizado para ejercer ninguno de los
derechos de autor que existen sobre dicho programa porque los mismos no le
han sido cedidos. Por esta razón se dice que el cesionario tan sólo adquiere el
uso de un producto protegido por los derechos de autor (copyrighted article),
como es un programa de ordenador. Por el contrario, si el cedente transmite
derechos de autor sobre el programa (copyright rights) el cesionario está
autorizado para ejercerlos.
282
Las dos últimas se refieren a la distinción entre prestaciones de servicios y know-
how, por lo que su estudio es preferible realizarlo en el capítulo específico que se
dedica a esta clase de transacciones.
149
Alejandro García Heredia
En segundo lugar, es necesario indicar que ambas clases de
transacciones pueden consistir en una venta o en una cesión de uso. En
cuanto a la transacción que implica una transmisión de derechos de autor, sus
pagos sólo serán cánones cuando la misma se articule a través de una cesión
de uso pero no de una venta de tales derechos. En relación con la transacción
que implica la transmisión de un producto protegido por los derechos de autor
no es relevante determinar si estamos ante una venta o cesión de uso porque
en ninguno de los dos casos sus rentas serán calificadas como cánones ya que
no implican derechos de autor283.
283
Con anterioridad a la aprobación de las citadas regulations, se discutió con gran
intensidad en EE.UU. si las transacciones de software en las que no se adquirían
derechos de autor, sino tan sólo el uso del programa, debían ser caracterizadas como
“ventas” (sales) o como “licencias” (license), puesto que según la normativa interna
norteamericana las primeras daban lugar a ganancias de capital y las segundas
generaban cánones. En esta polémica tomaron partido, por un lado, IBM y, por otro, la
coalición del software compuesta por diecinueve empresas diferentes. Mientras que
IBM defendía la caracterización de tales contratos como licencias, la coalición del
software mantenía que debían considerarse ventas por analogía con la venta de
cualquier otro producto protegido por los derechos de autor (Ej. un libro). Sobre esta
polémica nos remitimos a ADESS, M. V. y ANGUS, B. M., “Knowledge and technology
transfers to and from the United States”, Bulletin for International Fiscal
Documentation, vol. 47, núm. 7/8, julio-agosto, 1993, pp. 414-423.
150
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
3.2 TRATAMIENTO FISCAL DE LOS DERECHOS DE AUTOR.
284
El énfasis añadido tiene como finalidad resaltar la unión de ambos derechos en un
solo derecho en sede fiscal.
285
SPRAGUE, G. D., y SCHINDLER, O. A., “Another Step Towards Uniformity –
Relative Consensus of the OECD TAG on Income Characterization of E-Commerce
Transactions”, Tax Management Intarnational Journal, núm. 6, 8 de junio de 2001, pp.
268-271.
151
Alejandro García Heredia
286
Cfr. KARLIN, M. J. A. y SMITH, B. A., “On-Line, Off Base: Computer Program Final
Regulations”, ob. cit., pp. 14 y 15.
287
Cfr. SPRAGUE, G. D., CHESLER, R. A., HERSEY, R., “The Final Software
Revenue Characterization Regulations”, ob. cit., p. 67.
152
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
derecho de autor sobre el que se permita su explotación comercial. Por ello, no
es lo mismo un derecho de autor en sede de la ley material de propiedad
intelectual que un derecho de autor a los efectos de la calificación fiscal de las
rentas del software.
288
Cfr. regs. 1861-18 (c) (1) (ii).
153
Alejandro García Heredia
debe ser ignorada289. Las rentas procedentes de estas transacciones tampoco
podrían recibir la calificación de cánones en el marco de los CDI.
289
Cfr. Regs. 1861-18 (b) (2).
290
Cfr. Regs. 1861-18 (g) (1)
154
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
comprende, además, el derecho a la explotación comercial de tales copias,
esto es, su posterior distribución al público. Por ello, el concepto “distribución al
público” es fundamental en el marco de este derecho. No es relevante el
número de personas a las que se distribuya el software o, dicho de otra forma,
el número de copias que se distribuyan para estar en presencia de este
presupuesto291. No existe distribución al público si la distribución es entre
“personas relacionadas” (related persons)292.
Esto significa que la simple cesión de uso del derecho a realizar copias no
genera un canon, aún cuando sea un derecho de autor para la ley de propiedad
intelectual. La simple realización de copias, por muchas que éstas sean, no es
un derecho de autor y, en consecuencia, los pagos por la obtención de ese
derecho no serán un canon, con independencia que, desde la perspectiva de la
ley material de propiedad intelectual, copiar el programa implique ejercer un
derecho de autor. Ello se debe a que para ser un derecho de autor a los
efectos fiscales de las regulations se requiere que el derecho a realizar copias,
junto con el derecho a distribuirlas al público, aparezcan unidos en un solo
derecho.
Este ha sido uno de los derechos que más debate ha generado, por lo
que el IRS debería aclarar algunas cuestiones en cuanto a su contenido. El
problema principal se plantea a la hora de interpretar el concepto de programa
derivado. ¿Cuándo debemos considerar que se ha realizado un programa
derivado para estar en presencia de un derecho de autor?
Esta cuestión surge porque existe una gran variedad de software que
permite realizar modificaciones sobre otros programas, pero no todos ellos
modifican por igual el software original. En este sentido se debe diferenciar
291
Cfr. Regs. 1861-18 (h). Cfr. también sobre esta cuestión los ejemplos 10, 11 y 12
de las regulations.
292
Cfr. Regs. 1861-18 (g) (3). Cfr. también sobre esta cuestión los ejemplos 5 y 6 de
las regulations.
155
Alejandro García Heredia
entre modificaciones menores o de pequeña importancia y aquellas otras que
presentan un carácter esencial o de gran envergadura. En las primeras es
cierto que habría un programa derivado ya que se ha modificado el programa
original, sin embargo, dicha modificación no es suficiente para considerar que
estamos en presencia del derecho de autor a preparar programas derivados.
En este supuesto se aplicaría la regla de mínimos y se consideraría que se ha
producido la cesión de un copyrighted article pero no de un derecho de autor y,
por tanto, sus rentas no podrían ser calificadas como cánones. Por el contrario,
si la modificación del programa presenta un carácter esencial o sustancial con
respecto al software original, sí habría un derecho de autor y, en consecuencia,
los pagos por su cesión de uso podrían ser calificados como cánones.
293
Cfr. SPRAGUE, G. D., CHESLER, R. A., HERSEY, R., “The Final Software
Revenue Characterization Regulations”, ob. cit., p. 67.
156
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
derivada. Por muy significativas que sean las correcciones o derivaciones del
programa, si tan sólo son para un uso privativo o profesional del usuario, no
estaríamos ante el derecho de autor a preparar un programa derivado. Esta
postura se fundamenta en el hecho de que bajo la normativa norteamericana
de derechos de autor el derecho a preparar una obra derivada implica el
derecho a su explotación comercial.
294
Cfr. LEVENSON, A., SHAPIRO, A., MATTSON, R. y MAGUIRE, N., “Taxation of
Cross-Border Payments for Computer Software”, ob. cit., p. 1729.
157
Alejandro García Heredia
que para estar en presencia de estos derechos se debería exigir tal requisito y,
en consecuencia, la regla de mínimos debería ser aplicada cuando el propósito
es un uso personal o profesional de los derechos y no su explotación
comercial. Debido a la novedad de estos derechos en relación con los
programas de ordenador es difícil pronunciarse de manera más concreta sobre
el tema.
3.2.4. CONCLUSIÓN.
158
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
requiere que la cesión de uso del derecho a realizar copias para distribuirlas al
público y no del simple derecho a efectuar copias. De esta manera se puede
distinguir entre derechos de autor a efectos fiscales y a efectos de la ley
material de propiedad intelectual y se puede afirmar que la distinción entre
ambos se encuentra en el aspecto de la explotación comercial que caracteriza
a los derechos de autor “fiscales”.
159
Alejandro García Heredia
es uno de los mayores problemas en la calificación fiscal de las rentas y a
penas ha sido tratado por el Comentario al art. 12 MC OCDE, por el contrario,
el Derecho fiscal interno de los EE.UU. contiene una regla específica para
deslindar la naturaleza jurídica de la transacción como cesión de uso o
transmisión de la propiedad (all substancial rights test). En sede de los CDI la
importancia reside en que si la transacción es una cesión de uso, estaremos en
presencia de un canon, mientras que si es una venta la renta será calificada
como beneficio empresarial o ganancia de capital. La consecuencia fiscal será
que en muchos convenios los cánones están sometidos a una retención en el
Estado de la fuente, lo que no sucede con los beneficios empresariales o las
ganancias de capital, para las que se establece una imposición exclusiva en el
Estado de la residencia.
295
Cfr. Regs. 1861-18 (f).
296
Cfr. SPRAGUE, G. D., CHESLER, R. A., HERSEY, R., “The Final Software
Revenue Characterization Regulations”, ob. cit., p. 68.
297
Cfr. CHAZE, R. E. y JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through the U. S. IRS
Computer Program Classification Rules”, ob. cit., p. 1956 y nota 26.
160
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
3.3.2 LA PRUEBA DE TODOS LOS DERECHOS SUSTANCIALES (ALL SUBSTANCIAL
RIGHTS TEST)
298
Cfr. Regs. 1861-18 (f) (1) (i) y el Preámbulo.
299
Cfr. LEVENSON, A., SHAPIRO, A., MATTSON, R. y MAGUIRE, N., “Taxation of
Cross-Border Payments for Computer Software”, ob. cit., p. 1730 y CHAZE, R. E. y
JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through the U. S. IRS Computer Program
Classification Rules”, ob. cit., p. 1957.
300
Cfr. Regs. 1.1235-2 (b) (1).
301
CHAZE, R. E. y JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through the U. S. IRS
Computer Program Classification Rules”, ob. cit., p. 1957.
302
Cfr. Regs. 1.1235-2 (b).
161
Alejandro García Heredia
deben distinguir tres grupos de cuestiones para establecer si se ha producido
una transferencia de “todos los derechos sustanciales” de una patente (all
substancial rights). En tal caso, la transacción sería una venta, por el contrario,
si no han sido transmitidos todos esos derechos, la transacción será calificada
como una cesión de uso y sus rentas como cánones. De acuerdo con la
sección 1235 debemos distinguir los siguientes supuestos:
162
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
- Transferencia que sólo permite usar la patente durante un periodo
de tiempo inferior a la vida de la misma.
- Transferencia en la que se conceden derechos sobre la patente, tan
sólo, en algunos campos del comercio o la industria, pero no en todos.
- Transferencia que no permite ejercer todas las reclamaciones o
invenciones cubiertas por la patente.
- Transferencia en las que el cesionario se reserva el derecho a terminar
el contrato.
303
Cfr. POSTLEWAITE, P. F.; CAMERON, D. L. y KITTLE-KAMP, T., Federal Income
Taxation of Intellectual Properties and Intangibles Assets, Warren, Gorham & Lamont,
Boston, obra de hojas intercambiables, pp. 2-75 y 2-76. En esta obra las páginas se
numeran entre guiones, lo que significa que 2-75 es tan sólo una página y no páginas
de la 2 a la 75.
163
Alejandro García Heredia
patente sólo tiene aplicación y sentido en un área geográfica concreta304. En
tales casos, aunque exista dicha limitación la transacción puede ser
considerada como una venta si se cumple con el resto de los derechos
sustanciales.
Por otro lado, aunque tampoco figura de forma muy clara en la sección
1235, es necesario subrayar que el derecho a perseguir cualquier infracción de
la patente es un derecho sustancial. Si el cesionario no puede ejercer las
acciones para defender la patente se habrá producido la retención de un
derecho sustancial por parte del cedente y la transacción no podrá ser
considerada como una venta. Para que fuera una venta sería necesario que el
cesionario pudiera ejercer las acciones previstas en la ley para perseguir
cualquier infracción de la patente, bien de manera independiente o de forma
conjunta con el cesionario307. Ambas posibilidades han sido admitidas por la
jurisprudencia y, por ello, también es posible estar ante una venta cuando
cedente y cesionario comparten el derecho a ejercer las acciones ante
infracciones de la patente. Ahora bien, no se considera que se haya retenido un
derecho sustancial cuando el cedente retenga el derecho a perseguir las
infracciones de la patente en aquellos casos en los que los pagos se realizan
en función del uso de la patente. Ello es debido a que la retención de ese
304
Cfr. Ibidem.
305
Cfr. CHAZE, R. E. y JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through the U. S. IRS
Computer Program Classification Rules”, ob. cit., nota 33 en p. 1957.
306
Cfr. POSTLEWAITE, P. F.; CAMERON, D. L. y KITTLE-KAMP, T., Federal Income
Taxation of Intellectual Properties and Intangibles Assets, ob. cit., p. 2-76.
307
Cfr. Ídem, pp. 2-76 y 2-77.
164
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
derecho se ha considerado como una medida de seguridad para garantizar el
pago308.
308
Cfr. Ídem, p. 2-60.
309
Cfr. Ídem, p. 2-77.
310
Cfr. Ídem, pp. 2-77 a 2-79.
165
Alejandro García Heredia
Entre ellos, completados por la jurisprudencia norteamericana, se encuentran
los siguientes:
311
La jurisprudencia norteamericana ha considerado que la retención de derechos de
importación puede no tener un valor práctico si la misma no resulta factible
comercialmente (cfr. CHAZE, R. E. y JENNINGS, R. B., “Guiding Taxpayers Through
the U. S. IRS Computer Program Classification Rules”, ob. cit., p. 1958 y nota 38 y
ROOSE, E. N., “Tax Considerations in International Licensing of Intellectual Property”,
Asia-Pacific Tax Bulletin, vol. 3, núm. 9, septiembre, 1997, p. 311). Igualmente, se ha
resuelto que la retención de ciertos derechos de autor sobre unas canciones no ha
impedido la calificación del contrato como venta (cfr. LEVENSON, A., SHAPIRO, A.,
MATTSON, R. y MAGUIRE, N., “Taxation of Cross-Border Payments for Computer
Software”, ob. cit., nota 41 en p. 1730).
312
Cfr. POSTLEWAITE, P. F.; CAMERON, D. L. y KITTLE-KAMP, T., Federal Income
Taxation of Intellectual Properties and Intangibles Assets, ob. cit., pp. 2-74 y nota 343.
166
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
313
Cfr. Ídem, pp. 2-74 y notas 345 y 346.
314
Cfr. SPRAGUE, G. D., CHESLER, R. A., HERSEY, R., “The Final Software
Revenue Characterization Regulations”, ob. cit., p. 68.
315
Cfr. Regs. 1.1235-2 (b) (1). La cursiva es nuestra.
316
Cfr. POSTLEWAITE, P. F.; CAMERON, D. L. y KITTLE-KAMP, T., Federal Income
Taxation of Intellectual Properties and Intangibles Assets, ob. cit., pp. 2-58 a 2-62.
167
Alejandro García Heredia
317
Cfr. Ídem, p. 2-59.
318
Cfr. Ídem, pp. 2-60 y 2-61.
319
Cfr. Ídem, p. 2-59.
168
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
no prejuzga la transacción como una licencia320. Ello se debe, según los
tribunales, a que un copropietario no puede perseguir de forma independiente
la infracción de una patente que pertenece a todos o compeler al resto de los
copropietarios a que lo hagan.
320
Cfr. Ídem, p. 2-61.
169
Alejandro García Heredia
Para determinar si se ha producido una venta o una cesión de uso de
derechos de autor sobre un programa de ordenador es necesario estudiar si se
han transferido todos los derechos sustanciales sobre el programa. La
transferencia de todos los derechos sustanciales será una venta, mientras que
la transferencia tan sólo de alguno o algunos de ellos será una cesión de uso.
Esta nos parece la solución más adecuada para calificar la transacción y no
compartimos otros criterios que se han seguido en ocasiones. Este es el caso
de la distinción efectuada entre el código fuente (source code) y el código
objeto (object code) con la finalidad de diferenciar la venta de la cesión de
uso321. El código fuente es la versión del programa de ordenador que puede ser
comprendida por las personas y el código objeto es la versión del programa
que sólo puede ser comprendida y reconocida por el propio ordenador.
Con base en esta distinción se ha dicho que cuando se cede el uso del
software no se transmite el código fuente, sino tan sólo el código objeto. Ello es
debido a que como las cesiones de uso son limitadas no se pone en
conocimiento del cesionario el código fuente para evitar que pueda ser
manipulado. Sin embargo, hemos visto como es posible una licencia o cesión
de uso de uno de los derechos de autor por un tiempo determinado. De manera
que si se cede el derecho a realizar copias y distribuirlas o a realizar programas
derivados, será también necesario transmitir el código fuente para permitir el
ejercicio de tales derechos. En tales casos habrá una licencia si los derechos
se transmiten por un periodo inferior a su vida útil, y, aún así, se habrá
transferido tanto el código objeto como el código fuente.
321
Cfr. Ídem, p. 7-60.
170
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
una parte de ellos, no es posible hablar de una venta en sentido fiscal. Otra
cosa, sin embargo, es la venta parcial de derechos de autor. Las regulations
señalan en relación con los programas de ordenador hasta cuatro de esos
derechos. En nuestra opinión es posible vender todos o vender alguno o
algunos de ellos ya que cada uno de esos derechos de autor puede ser aislado
e individualizado del resto. El conjunto derechos de autor (copyright) está
integrado por una serie de derechos o facultades que se han delimitado en el
caso de los programas de ordenador. La teoría de la divisibilidad de los
derechos de autor implica que cada uno de esos derechos puede ser vendido o
cedido en uso, aplicando a cada uno de ellos las reglas de “todos los derechos
sustanciales”322. Cada derecho de autor se puede poner en conexión con los
denominados derechos sustanciales. Si se transfieren todos los derechos
sustanciales sobre ese concreto derecho de autor, la transacción será una
venta, mientras que si tan sólo se transfieren alguno o algunos de los derechos
sustanciales relativos a dicho derecho de autor la transacción será una cesión
de uso.
322
De la misma opinión son BURKE, M. S. y SABA, F. S., “International Transfer of
Intangible Property-Is There a New Bottle for a New Wine?”, International Tax Journal,
vol. 22, núm. 4 (fall 1996), p. 6.
171
Alejandro García Heredia
derechos de autor sobre el programa de forma independiente y separada del
resto323.
323
Los planteamientos realizados hasta el momento se pueden ilustrar con el siguiente
ejemplo. La empresa A es propietaria del software X y lleva a cabo las siguientes
transacciones:
324
La redacción original del art. 12.2 indica “ any consideration for the use of, or the
right to use, any copyright of literary, artistic, scientific or other work (incluiding
computer software [...] )”. La cursiva es nuestra.
172
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de 1981 no se recogían expresamente los programas de ordenador. Además,
el MC vigente para evitar discusiones en torno a la naturaleza literaria,
científica o artística de las obras protegidas por los derechos de autor incluye
una mención residual y genérica que se refiere a cualquier otra obra protegida
por los derechos de autor. En la explicación técnica al art. 12 del MC EE.UU. se
afirma que los programas de ordenador generalmente están protegidos en todo
el mundo por los derechos de autor.
325
Cfr. parágrafo 179 de la TE del MC EE.UU.
326
Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K., The 1996 United States Model Income
Tax Convention, ob. cit., p. 108.
327
Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K., The 1996 United States Model Income
Tax Convention, ob. cit., 108.
173
Alejandro García Heredia
Los programas de ordenador han sido definidos por la OCDE como “un
programa, o una serie de programas, que contiene las instrucciones destinadas
a un ordenador, a los efectos del funcionamiento operativo del mismo
ordenador (programas de ordenador operativos) o de la ejecución de otras
tareas (programas de ordenador de aplicación)”328. Con anterioridad a esta
definición, en 1988 la IFA consideró los programas de ordenador como una
“serie de instrucciones dirigidas a una máquina (computadora) para realizar
una función329. El término probablemente amplía las “instrucciones” para incluir
expresiones afines (órdenes, observaciones e incluso datos) en cualquier
lenguaje y en cualquier medio (papel, partículas magnéticas, memoria de
computadora y pantallas de terminales de computadora)”. Esta definición es
más imprecisa y confusa que la que hoy contiene el Comentario de la OCDE,
pues la propia IFA reconoció que no existía una definición generalmente
aceptada de programas de ordenador330.
328
Parágrafo 12.1 del los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
329
Cfr. JONES, J. B. y MATTSON, R. N., “Ponencia General”, ob. cit.
330
Cfr. Ídem, pp. 107 y 108.
331
Sección 1.861-18 (a)(3) de la Regulation.
332
Sección 1.861-18 (a)(3) de la Regulation.
333
Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril.
174
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
indicaciones destinadas a ser utilizadas, directa o indirectamente, en un
sistema informático para realizar una función o una tarea o para obtener un
resultado determinado, cualquiera que fuere su forma de expresión y fijación. A
los mismo efectos, la expresión programas de ordenador comprenderá también
su documentación preparatoria”.
334
GÓMEZ PERALS (La cesión de uso de los programas de ordenador, Colex, Madrid,
1999, p. 137), a título de ejemplo, cita la definición que se contiene en uno de los
numerosos manuales al uso en las Facultades de Ciencias Informáticas (“conjunto de
programas asociados a un ordenador determinado, incluidos los suministrados por el
constructor, los adquiridos de empresas especializadas y hasta los redactados por el
propio usuario de la computadora”) o la que figura en las normas ISO (“creación
intelectual que comprende los programas, procedimientos, reglas y cualquier
documentación asociadas a la operación de un sistema de proceso de datos”).
335
DOCE C 123 (98)
175
Alejandro García Heredia
más conveniente que la Directiva, en su versión española, se hubiera limitado a
utilizar las expresiones “programas de ordenador” o “programas informáticos” o,
incluso, el término “software”, pero no una doble nomenclatura de programas y
sistemas.
176
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
medida o específicos” (taylor made software336) y “programas estándar”
(standard software337). Los primeros consisten en un software hecho a medida
para un usuario concreto y, los segundos, se distribuyen en masa con idénticas
características para una amplia gama de usuarios. Entre ambos extremos
también existen programas equidistantes entre lo estandarizado y lo hecho a
medida que son elaborados para un grupo reducido de usuarios y adaptados
después a la medida de las particulares peticiones de cada uno (paquete
estándar especializado o personalizado)338. Tanto el software operativo como el
software de aplicación pueden ser a medida o estándar pero es frecuente que
el software de sistema sea estandarizado y que sea en el software de
aplicación donde adquiera mayor sentido la distinción entre lo estandarizado y
lo hecho a medida.
336
En inglés también se utilizan para referirse a estos programas otras expresiones
como custom-made o customized.
337
Los programas estándar también se conocen con la terminología anglosajona de
canned, packaged o off-the-shelf.
338
Sobre este software intermedio vid. GÓMEZ PERALS, M., La cesión de uso de los
programas de ordenador, ob. cit. p. 141.
339
Las cuestiones que indicamos a continuación están tratadas con mayor amplitud en
el trabajo de GOLE, T., “Open Source Software”, World Internet Law Report, BNA
International, mayo, núm 5, 2004, pp. 26-31. Igualmente, sobre este software se
pueden consultarse los recursos www.fsf.org y www.opensource.org.
177
Alejandro García Heredia
- Está protegido por los derechos de autor al igual que el resto de los
programas de ordenador. Como veremos más adelante, todos los programas
de ordenador, con independencia de su clase, están protegidos por los
derechos de autor o propiedad intelectual, tanto en los tratados internacionales
como en la casi totalidad de las legislaciones internas de los países de la
OCDE340.
- El carácter gratuito del software debe ser matizado, ya que si bien es cierto
que no se paga un precio por adquirir derechos de autor sobre el software, el
licenciatario, sin embargo, debe pagar los costes que implica transmitir una
copia del mismo.
340
Vid. supra 4.1.4.
341
Existen varios modelos de licencia para contratar este software. No obstante la
licencia más extendida es la denominada GNU General Public Licence (“GPL”)
desarrollada por la Free Software Foundation (Cfr. GOLE, T., “Open Source Software”,
ob. cit, p. 27).
178
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
personas desarrollando un mismo programa, por lo que la evolución de esta
clase de programas es más rápida.
342
Vid. supra 5.
343
Vid. supra 4.2.2. F).
344
Este principio ya fue puesto de manifiesto en varios estudios relativos a las
transferencias de software, llevados a cabo tanto por la OCDE como por la IFA. En
cuanto a los trabajos de la OCDE, vid. BIAC Committee (BIAC Position Paper), 1977
OECD Model Double Taxation Convention on Income and Capital, ob. cit., passim; así
como OCDE, “The tax treatment of computer software” en Model Tax Convention: Four
179
Alejandro García Heredia
pago ni la forma de transmisión del software deben afectar a su tratamiento
fiscal y, en particular, a la calificación de una renta como canon. La IFA afirmó
que no era relevante la forma de pago (pago único o a plazos) para determinar
el régimen fiscal de los programas de ordenador345. La doctrina ha completado
las conclusiones de la IFA añadiendo que tampoco debe ser relevante la forma
de transmisión del software (soporte físico –disquete, CD, etc- o intangible –
telégrafo, satélite, Internet, etc.)346. Finalmente, la OCDE consolida el principio
de irrelevancia de la forma dejando claro que ni la forma de pago ni la forma de
transmisión del software afectan a su tratamiento fiscal347. Además, el concepto
de canon de los tratados comienza indicando que los cánones son “cantidades
de cualquier clase” (“payments of any kind”)348.
Related Studies, ob. cit., pássim.. Por lo que se refiere a la IFA, vid. JONES, J. B. y
MATTSON, R. N., “Ponencia General”, ob. cit., pássim.
345
Cfr. JONES, J. B. y MATTSON, R. N., “Ponencia General”, ob. cit., p. 126.
346
Cfr. VAN DER LAAN, R. A., “Computer software in international tax law”, Intertax,
núm. 5, mayo 1991, p. 267
347
Cfr. parágrafos 12.1, 14.1, 15 y 16 del art. 12 MC OCDE.
348
La IFA señala que en la actualidad es frecuente la concesión de licencias de
software por el pago de una sola suma o de derechos periódicos (Cfr. JONES, J. B. y
MATTSON, R. N., “Ponencia General”, ob. cit., p. 129). Por otro lado, en la RTEAC de
16 de noviembre de 2001 (JT 2002/618) se señala que los pagos que la filial española
IBM realizó a la casa matriz por la cesión de software consistían en un canon en
función de sus ingresos trimestrales (vid. FD tercero). Con ello se ponen de manifiesto
ejemplos de las distintas formas que pueden adoptar los pagos por software.
349
Sobre las distintos mecanismo de protección del software vid. HERNANDO
COLLAZOS, I., Contratos Informáticos. Derecho Informático. Legislación y Práctica,
Librería Carmelo, San Sebastián, 1995, pp. 37-134. Esta autora ha señalado hasta
tres formas de protección del software, como son la propiedad intelectual, la propiedad
industrial y hasta una protección sui generis. Esta última clase de protección se
justifica en la consideración del software como una propiedad intelectual con
caracteres especiales frente a la que nada pueden hacer los sistemas legales
tradicionales. En los ordenamientos nacionales un ejemplo anecdótico de este sistema
de protección es el caso de Bulgaria, donde dicho sistema se establece
180
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
software debe tutelarse a través de los mecanismos de la propiedad industrial o
intelectual. Los argumentos para defender la protección del software a través
de los derechos de autor han sido, fundamentalmente, el menor coste que esto
supone para el autor de la obra al no tener que registrar el programa y el mayor
tiempo de protección que se otorga a la misma con la legislación de propiedad
intelectual. Como contrapartida, se ha señalado que la protección por la vía de
los derechos de autor es más limitada que la que dispensa la propiedad
industrial350. Cuando parecía que la polémica sobre la protección del software
estaba olvidada, el debate ha vuelto a renacer al hilo de la Propuesta de
Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo “sobre la patentabilidad de las
invenciones implementadas en ordenador”351. La Propuesta plantea si debe
permitirse el otorgamiento de patentes para invenciones en las que estén
implicados programas de ordenador352.
tecnologías), Año XII, núm 571, pp. 1-3. Vid. también, de manera más breve, DÁVARA
RODRÍGUEZ, M. A., “Algunas reflexiones sobre la patentabilidad del software”,
Actualidad Jurídica Aranzadi (Monográfico nuevas tecnologías), Año XII, núm 571, p.
3.
353
No obstante, en EEUU, cobran gran importancia las patentes en materia de
software. Éstas han aumentado mucho más rápidamente que el total de patentes
concedidas y, en la actualidad, representan entre el 4% y el 10% del total de patentes
(Cfr. OECD, OECD Information Technology Outlook 2002, ob. cit., p. 7).
354
Cfr. OECD, “The tax treatment of computer software” en Model Tax Convention:
Four Related Studies, ob. cit.; parágrafo 12.2 del art. 12 MC OCDE y, en el mismo
sentido, JONES, J. B. y MATTSON, R. N., “Ponencia General”, ob. cit., p. 110.
355
En un primer momento, algunos Estados hacían distingos entre los programas de
sistema y los de aplicación. Se decía que la propiedad intelectual sólo podía abarcar a
estos últimos pero no a los programas de sistemas. En relación con estos, se
consideraba que al formar parte del soporte físico de la computadora no se protegían
por los derechos de autor. Al respecto cfr. JONES, J. B. y MATTSON, R. N., “Ponencia
General”, ob. cit., p. 112.
356
Para un estudio en profundidad de estas disposiciones vid. DELGADO
ECHEVERRÍA, J., “Programas de ordenador” en Comentarios a la Ley de Propiedad
Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), Tecnos, 2ª ed.,
Madrid, 1997, pp. 1343-1520. En concreto, en las pp. 1354-1359, se efectúa un
estudio de Derecho comparado sobre la protección jurídica del software por los
derechos de autor, en países como EE.UU. –primero en proteger el software bajo tales
derechos-, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña o Italia.
182
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
los que se regula ad hoc la tutela jurídica dispensable a esta clase de obras357.
Al igual que ocurre en otros países, la protección de los programas de
ordenador por la propiedad intelectual no es necesariamente incompatible con
la protección merced a la propiedad industrial358.
357
Dejando a un lado normas que contienen disposiciones aisladas sobre temas
relacionados con la propiedad intelectual, podemos afirmar que la misma comienza a
regularse de forma unitaria en nuestro país con la Ley de Propiedad Intelectual de 10
de enero de 1879. Pasado más de un siglo, ya en nuestros días, se aprobó la Ley
22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad Intelectual donde por primera vez se
introducen de forma expresa los programas de ordenador en la legislación sobre
derechos de autor (arts. 10 i) y 95-100). Con posterioridad, se promulgó la Ley
16/1993, de 23 de diciembre “de incorporación al Derecho español de la Directiva
91/250/CEE, de 14 de mayo de 1991, sobre la protección jurídica de los programas de
ordenador”. Hoy en día, la protección de los programas de ordenador se encuentra,
como hemos dicho, en los arts. 95-104 de la vigente LPI, que ha derogado
expresamente la Ley de 1987 y la Ley de 1993 por la que incorporó al Derecho
español la citada Directiva (vid. Disposición derogatoria única, apartados 1 y 3,
respectivamente).
358
En este sentido, el art. 96.3, párrafo 2 LPI afirma que “cuando los programas de
ordenador formen parte de una patente o un modelo de utilidad gozarán, sin perjuicio
de lo dispuesto en la presente Ley, de la protección que pudiera corresponderles por
aplicación del régimen jurídico de la propiedad industrial”. Por su parte, el art. 104 de
la misma Ley nos indica que lo dispuesto para los programas de ordenador “se
entenderá sin perjuicio de cualesquiera otras disposiciones legales tales como las
relativas a los derechos de patente, marcas, competencia desleal, secretos
comerciales, protección de productos semiconductores o derecho de obligaciones”. De
forma más general, referido al conjunto de la propiedad intelectual, el art. 3, párrafo 2
LPI señala que “los derechos de autor son independientes, compatibles y acumulables
con los derechos de propiedad industrial que puedan existir sobre la obra”.
359
Al respecto cfr. páragro 12.2 del art. 12 MC OCDE. Esta idea que distingue entre la
creación protegida por los derechos de autor y el soporte al que se incorpora la
encontramos también en el art. 3, párrafo 1 LPI cuando afirma que “los derechos de
autor son independientes, compatibles y acumulables con la propiedad y otros
derechos que tenga por objeto la cosa material a la que está incorporada la creación
intelectual”.
183
Alejandro García Heredia
importante principio de la propiedad intelectual es que la protección de los
derechos de autor se proyecta sobre la forma de expresión pero no sobre sus
contenidos. Esto hace que la idea en cuanto realidad inmaterial no puede ser
protegida por los derechos de autor a no ser que se plasme en un formato
determinado, ya sea tangible (Ej. un libro, un lienzo o una escultura) o
intangible (Ej. una obra musical o un discurso que no estén recogidos en un
soporte material)360.
360
De esta forma, el art. 10.1 LPI afirma que “son objeto de propiedad intelectual todas
las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por cualquier
medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se invente en el
futuro (...)” (la cursiva es nuestra). Por su parte, en sede internacional, el art. 2 del
Tratado de la OMPI sobre Derechos de Autor indica que la protección de tal derecho
“abarcará las expresiones pero no las ideas, procedimientos, métodos de operación o
conceptos matemáticos en si”. En idéntico sentido literal se manifiesta el art. 9.2 del
Acuerdo sobre los aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados
con el Comercio, correspondiente al Acta Final de la Ronda Uruguay de
Negociaciones Comerciales Multilaterales. Sobre la protección que se otorga a la
forma de expresión frente a la idea vid. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo
10.1”, en Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-
CANO, R., coordinador), ob. cit., pp. 165-168; BAYLOS CORROZA, H., Tratado de
Derecho Industrial, Civitas, Madrid, 1993, pp. 59-65; RODRÍGUEZ TAPIA, J. M. y
BONDÍA ROMÁN, F., Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual, Civitas, Madrid,
1997, pp. 54 y 57. En esta última obra se afirma que el principio en virtud del cual el
derecho de autor no protege la idea sino la forma es una verdad a medias, ya que no
se requiere siempre que la idea se plasme en un soporte material para ser protegida.
Así, por ejemplo, la obra musical o el discurso que no estén recogidos en un disco o
en papel, respectivamente, se protegen, de igual modo, por los derechos de autor. Por
tanto, estos autores consideran que si la idea está expresada, tiene cierto grado de
complejidad y es original, es protegible. Lo que no se protegen son las ideas en la
mente o primarias, como puso de manifiesto la STS (Sala de lo Penal) de 17 de julio
de 1993 en la que se afirmó que no podía protegerse un mero acopio de materiales
para una serie futura. Por su parte, en la misma línea relativista, BERCOVITZ
considera incorrecta, por excesivamente simplista, la afirmación de que los derechos
de autor sólo protegen la forma y no el contenido. En este sentido señala
determinadas obras en las que los derechos de autor sí protegen el contenido, tal es el
caso de las obras narrativas en las que se protege el argumento, los personajes, los
ambientes o las escenas. Por otro lado, hay que tener presente que la forma, en
ocasiones, no tiene una protección absoluta, como sucede con una pintura si se
admite la libertad de copia de la misma. Por estas razones, el autor concluye que en
esta materia lo único que podemos afirmar, con carácter general, es que las ideas
como tales, la información como tal, son de libre utilización desde el punto de vista de
los derechos de autor.
184
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
La OCDE indica que cuando la definición de canon de los CDI no
comprenda de forma expresa una mención para los programas de ordenador,
éstos deben considerarse incluidos en la dicción relativa a la “cesión de uso de
derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas”. Ello se debe a
que la forma de protección más habitual de los programas de ordenador es la
propiedad intelectual o derechos de autor. No obstante, la OCDE reconoce las
dificultades que pueden surgir en algunos Estados para incluir los programas
de ordenador en la dicción del concepto de canon que se refiere a derechos de
autor. Por ello, el Comentario al art.12 MC OCDE afirma que los países que no
encuentren posible adscribir los programas de ordenador a ninguna de estas
categorías podrán adoptar en sus CDI una versión del concepto de canon que
incluya expresamente a los programas de ordenador o que suprima toda
referencia a la naturaleza literaria, artística o científica de los derechos de
autor361. La mayoría de los CDI suscritos por España no han suprimido toda
referencia en cuanto a la naturaleza de los derechos de autor ni recogen una
mención expresa relativa al software362.
361
Cfr. parágrafo 13.1 in fine de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
362
Como excepción, podemos señalar los Convenios con Argentina (1992), Noruega
(1999), Bélgica (1995) o Argelia (2002), en los que se incluye una mención expresa a
los cánones del software, bien en el propio convenio o en su protocolo.
363
Vid. apartado 6 de este capítulo.
364
Vid. OSTASZEWSKA, A., “Decisión of the Supreme Administrative Court on the
Taxation of Software Payments”, European Taxation, vol. 42, núm. 5, mayo 2002, pp.
202-204.
185
Alejandro García Heredia
de ordenador, objeto de un regulación separada y autónoma en dicha Ley. Los
tribunales polacos han realizado una interpretación literal que excluye de forma
radical el software del concepto de canon de los CDI por el hecho de ser algo
distinto de las tradicionales obras literarias, artísticas o científicas. Este
argumento se fundamenta en que, a pesar de que la ley interna polaca
considera al software como una obra protegida por los derechos de autor, la ley
cita, por un lado, al software y, por otro, a las obras literarias, artísticas o
científicas; aunque ello no implique necesariamente una protección jurídica
diferente.
365
Vid. apartado 6 de este capítulo.
366
DOCE C 123 (98)
186
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
canon el pago por la cesión de uso de “derechos de autor sobre obras
literarias, artísticas, científicas o de programas informáticos, incluyendo las
películas cinematográficas”. Finalmente, la Directiva ha modificado dicha
redacción y afirma que es canon el pago por la cesión de uso de “derechos de
autor sobre obras literarias, artísticas o científicas, incluidas las películas
cinematográficas y los programas y sistemas informáticos”. Con una
interpretación literal del concepto de canon de la Propuesta pudiera parecer
que los programas de ordenador están excluidos del ámbito de los derechos de
autor. Así pues, el concepto parece referirse, por un lado, a los pagos por
cesión de uso de derechos de autor sobre obras literarias, artísticas y
científicos (entre las que estarían incluidas las películas) y, por otro, a la cesión
de uso de programas informáticos. La consecuencia sería que canon podría ser
cualquier pago por software siempre que no se transmita la propiedad del
mismo, lo que incluiría tanto la cesión de uso de derechos de autor como la
simple cesión de uso de la obra que no implica derechos de autor. Este
concepto amplio de cánones del software podría, incluso, ser corroborado con
la redacción final del artículo en la que se indica expresamente que no serán
cánones los pagos por software cuando se haya transmitido la propiedad del
mismo367. Sin embargo, esta interpretación literal no es correcta porque la
finalidad de la Propuesta no es acercarse a los Estados importadores, sino que
la eliminación la presión fiscal en la fuente es una medida que favorece a las
economías europeas exportadoras de capital e implica pérdidas de
recaudación para los países importadores. La redacción un tanto imperfecta
que presentaba la propuesta en este punto fue corregida por la Directiva 2003
en la que se incluyen expresamente los programas de ordenador en el contexto
de los derechos de autor, afirmando que será canon el pago por la cesión de
uso de “derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas,
incluidas las películas cinematográficas y los programas y sistemas
informáticos”. Al mismo tiempo, se ha eliminado la referencia final del artículo
en la que se indicaba que no eran cánones los pagos por la transmisión de la
propiedad de un programa de ordenador, pues podría ser considerado
367
La Propuesta contenía al final del concepto de canon la siguiente delimitación:
“Quedarán excluidas las remuneraciones fijas o variables por la explotación o la cesión
del derecho de explotación de yacimientos y depósitos de minerales y otros recursos
naturales, al igual que los pagos en concepto de uso o cesión del derecho de uso de
programas informáticos cuando sea cedida su propiedad”.
187
Alejandro García Heredia
redundante. No es necesario indicar que la transmisión de la propiedad no
genera un canon debido a que ya se dice expresamente que sólo son cánones
los pagos por “el uso o el derecho de uso”. De este modo, la Directiva ha
mejorado técnicamente la redacción del concepto de canon en relación con los
pagos por software que figuraba en la Propuesta. En nuestra opinión, de
acuerdo con la Directiva, sólo son cánones los pagos por la cesión de uso de
derechos de autor sobre el software para su explotación comercial y no lo son
los pagos en los que se cede simplemente el uso del software368. En este
sentido manifestamos la necesidad de interpretar la Directiva de acuerdo con
los Comentarios OCDE, siempre que los mismos no vayan en contra del
Derecho comunitario. Por ello, las reservas manifestadas a los Comentarios por
Estados, como España o Portugal, que consideran cánones los pagos por el
simple uso del software sin derechos de autor, no deben afectar al concepto
comunitario de canon369.
4.1.5. CONCLUSIÓN.
Tanto la IFA como la OCDE han considerado que existen una serie de
factores en torno al software que no deben influir en la calificación fiscal de sus
rentas, y en concreto, en la aplicación de los CDI para calificar una renta como
canon. Los factores irrelevantes en la calificación fiscal de las rentas del
software serían tres, esto es, la clase de programas de ordenador (Ej. operativo
o de aplicación, estándar o específico y otras clases que pudieran existir), la
forma de transmisión (Ej. a través de un soporte físico – disquete, CD, etc.- o
intangible –Internet, vía satélite, etc.-) y la forma de pago (Ej. a tanto alzado,
vinculado a una determinada contingencia, una combinación de ambos y
cualquier otra que se presente). No obstante, veremos cómo algunos Estados,
por ejemplo España, consideran que la clase de programa de ordenador es un
368
En la misma línea se muestra SACCARDO, N., “Selected Issues on the EU
Definitions of Interest and Royalties”, ob. cit., p. 975. No estamos de acuerdo con
BROKELIND, C., “Royalties Payments: Unresolved Issues in the Interest and Royalties
Directive”, ob. cit., p. 256, que considera que la Directiva da cobertura a toda clase de
pagos por software, con independencia de que se hayan transmitido o no derechos de
autor.
369
Sobre esta cuestión ya nos hemos pronunciado en el apartado segundo del capítulo
primero en relación con el Derecho Comunitario.
188
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
dato relevante para calificar la renta como canon (vid. observación núm. 28 al
Comentario al art. 12 MC OCDE).
189
Alejandro García Heredia
190
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
dar lugar a un canon determinadas cesiones de uso en las que no está
involucrado ningún derecho de autor, las cuales equivaldrían a la transmisión
de un copyrighted article de las regulations norteamericanas370.
370
La posición del Estado español en relación con la calificación de las rentas del
software será analizada en profundidad en el apartado 5 de este capítulo.
371
Parágrafo 17.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE (la negrita es nuestra). El texto
trascrito es el que finalmente se introdujo en enero de 2003 en el Comentario, sin
embargo, éste no coincide del todo con el que había propuesto el informe ya señalado
del TAG, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce”, ob. cit., p. 18.
El TAG había afirmado que los esencial para determinar si un pago es canon es “the
consideration for the payment”. La idea subyacente era la misma, atender a la causa
del contrato, no obstante, consideramos más expresiva la redacción que finalmente se
introdujo en el Comentario.
191
Alejandro García Heredia
términos, lo determinante es el alcance de los derechos transmitidos o
naturaleza jurídica de la transacción.
372
Una precisión terminológica que es necesario retener a lo largo del trabajo es que
cuando en materia fiscal se utiliza la expresión derechos de autor, en realidad, se
refiere a los derechos de explotación de tales derechos de autor. Los derechos de
autor tienen una doble vertiente, moral, por un lado, y económica o patrimonial, por
otro, de manera que a los primeros se les denomina derechos morales de autor y a los
segundos derechos de explotación. Los derechos morales son inalienables e
irrenunciables y aparecen recogidos en el art. 14 LPI, por lo tanto, los únicos derechos
de autor con los que se puede negociar son los derechos de explotación. Por esta
razón, cuando en materia fiscal se habla de la transmisión de derechos de autor, éstos
no pueden ser otros que los derechos de explotación.
373
Con la salvedad, por ejemplo, del Convenio España-USA que considera cánones
las ganancias derivadas de la enajenación de todos los bienes o derechos cuya cesión
de uso genera cánones siempre que las ganancias procedentes de dicha enajenación
se determinen en función de la productividad, uso o transmisión de tales bienes o
derechos (cfr. art. 12.3 in fine CDI España-USA). A salvo de esta clase de
excepciones, la mayoría de los CDI, en la línea de la OCDE, comparten que las rentas
de una transmisión plena de derechos no son cánones. A pesar de que esta cuestión
está clara entre los Estados, algunos Convenios, como el de Noruega (1999), han
afirmando expresamente que “los pagos por software no se considerarán cánones
cuando la contraprestación se pague por la transmisión de la plena propiedad”
(disposición III.2 que recoge el Protocolo del Convenio con Noruega).
192
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
más bien, ganancias de capital del art. 13 o beneficios empresariales del art. 7
del MC OCDE, si bien, en ambos casos, la consecuencia fiscal sería la sujeción
exclusiva de la renta en el Estado de la residencia.
374
Pudieran presentarse casos en los que interese tan sólo la venta de determinados
derechos de autor sobre una obra (transmisión parcial de la propiedad ) y conservar la
propiedad del resto gestionándolos a través de cesiones de uso.
375
Sobre esta polémica vid. GÓMEZ PERALS, M., La cesión de uso de los programas
de ordenador, ob. cit., pp. 67, 71 y 72. En contra de la venta de los derechos de autor
su muestran, entre otros, GONZALEZ LINAJE, J., “La cesión de derechos de
explotación sobre el software”, WEB de la Asociación Española de Derecho de la
Propiedad Intelectual (www.aedpi.com), 2001, p. 1 et pássim.
376
El art. 43 afirma que la cesión de los derechos de autor queda limitada al derecho o
derechos cedidos, a las modalidades de explotación expresamente previstas y al
193
Alejandro García Heredia
de derechos de autor con un amplio contenido y facultades que pudieran
aproximarse a una venta. De esta forma, la LPI presenta una finalidad tuitiva
en relación con el autor, ya que evita que el mismo pueda quedar despojado de
tales derechos a través de una venta de los mismos. Se considera que los
derechos de autor, por más que se negocie con ellos a través de toda una
variada gama de cesiones que prevé la Ley, continúan perteneciendo a un
único titular.
La simple cesión de uso tiene lugar cuando tan sólo se cede el uso del
programa de ordenador pero no los derechos de autor sobre el mismo. El
licenciatario lo único que adquiere es una copia del programa de ordenador o lo
que se ha denominado en EE.UU. como un “producto protegido por los
derechos de autor” (copyrighted article)377. Este tipo de cesión de uso se lleva a
cabo a través de las denominadas “licencias de software empaquetado al
vacío” (shrink wrapped software license)378 pudiendo tener la transacción una
finalidad personal o profesional. El primer caso sería un usuario concreto, es
decir, un particular que utiliza el programa para si mismo. En el segundo caso,
el programa se cede para su utilización por una determinada empresa o un
grupo de ellas, esto es, para un uso empresarial.
194
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
El supuesto comprador del programa tan sólo adquiere la propiedad del
soporte físico o material en el que se contiene (Ej. el CD en el que está
grabado) pero, en ningún caso, es propietario del programa ni se le han cedido
derechos de autor sobre el mismo379. Está claro que no adquiere la propiedad
del programa, pues esta continúa perteneciendo a su autor. Tampoco se le han
transmitido ninguno de los derechos de autor relativos al mismo (derecho a la
explotación, a difundirlo públicamente, etc.) sino tan sólo el derecho a usarlo
para él, ya sea con fines personal o profesionales380.
Bien es cierto, sin embargo, que las licencias a través de las cuales se
articula esta cesión de uso, permiten al licenciatario realizar alguna copia del
programa –en el disco duro, disquete, CD o cualquier otro medio-. La
posibilidad que tiene el adquirente de efectuar esta copia podría llevarnos a
pensar que se ha producido una transmisión de derechos de autor. No
obstante, dicha copia no es fruto del ejercicio de ningún derecho de autor, sino
que, en todo caso, tan sólo se trataría de un derecho de autor mínimo e
indispensable que nunca podría generar cánones al ser necesario para el
manejo del programa. Se trata de una copia necesaria para el normal
funcionamiento o ejecución del programa denominada, normalmente, copia de
379
En este sentido el art. 56 LPI resulta bastante ilustrativo cuando establece que “el
adquirente de la propiedad del soporte a que se haya incorporado la obra no tendrá,
por este título, ningún derecho de explotación sobre esta última”. Para un estudio
concreto de este artículo vid. HUALDE SÁNCHEZ, J. J., en Comentarios a la Ley de
Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit., pp.
901-911. Para indicar este extremo, en la práctica, las licencias de software suelen
contener la siguiente redacción: “Usted únicamente es propietario de los discos y
demás medios materiales en los que el software y las fuentes están grabados, pero la
EMPRESA X, o quien le haya concedido la licencia, retiene la titularidad del software,
documentación y fuentes correspondientes, así como de cualquier copia que pueda
existir”.
380
Como a través de estas licencias tan sólo se produce una simple cesión de uso
pero no se adquieren derechos de autor, las licencias de software suelen afirmar que
“salvo los extremos autorizados por el derecho aplicable, no puede descompilar,
aplicar ingeniería inversa, desmontar o reducir por cualquier otro medio el software a
una forma perceptible por el ser humano. NO puede modificar, instalar en red, alquilar,
arrendar, prestar, distribuir o crear trabajos derivados a partir del software, en todo o
en parte. NO puede transmitir electrónicamente el software de un ordenador a otro, o a
través de una red”.
195
Alejandro García Heredia
seguridad381. Por tanto, es necesario dejar claro que la posibilidad de realizar
dicha copia va ínsita a la propia cesión de uso personal o profesional del
programa de ordenador. Así pues, la realización de una copia de seguridad no
se considera, a efectos de los CDI y según el Comentario de la OCDE,
manifestación del ejercicio de derechos de autor por parte del licenciatario
porque, ante todo, nunca le fue cedido derecho de autor alguno382. En
consecuencia, de acuerdo con el Comentario de la OCDE, el pago por la
cesión de uso de un programa de ordenador no se debería considerar canon,
aunque dicha cesión implique el derecho a realizar una copia de seguridad,
puesto que ello no se considera un derecho de autor a efectos fiscales de los
CDI.
381
El derecho de realizar un copia de seguridad es uno de lo más conocidos, sin
embargo, el adquirente de un programa en régimen de esta simple cesión de uso
tiene, además, otros derechos que la LPI reconoce en los arts. 100 y califica como
límites a los derechos de explotación –a efectos fiscales venimos hablando
genéricamente de derechos de autor-. Sobre el contenido de estos derechos vid.
GONZALEZ LINAJE, J., “La cesión de los derechos de explotación sobre el software”,
ob. cit., pp. 7-9.
382
El derecho a efectuar una copia de seguridad tiene fuertes limitaciones, hasta el
punto de que tan sólo suele admitirse la realización de una y no más copias de
seguridad. Además, las licencias de software, con el fin de evitar que la copia se utilice
para realizar actos que supondrían vulneración de derechos de autor, suelen
establecer la siguiente cláusula: “Puede usted instalar y utilizar el software en el disco
duro de cualquier ordenador compatible de su propiedad. No obstante NO puede, en
ninguna circunstancia, tener el software instalado simultáneamente en el disco duro de
dos o más ordenadores, y NO puede instalar el software en el disco duro de un
ordenador y utilizar el CD-ROM original en otro ordenador”. En otro parte del contrato,
se afirma que en caso de transferir el software es necesario “eliminar todas las copias
de su disco duro y NO podrá conservar ninguna copia de software para su propio uso”.
196
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
varias modalidades, como son la cesión exclusiva y no exclusiva383. Para que
se articule una transacción de esta naturaleza es necesaria la cesión de alguno
o algunos de los derechos de autor sobre el programa. El Comentario de la
OCDE indica muy brevemente cuáles son esos derechos de autor (“derecho a
reproducir y distribuir al público el programa, a modificarlo y visualizarlo
384
públicamente” ), mientras que la normativa fiscal norteamericana los analiza
con más detenimiento. En el Derecho español la legislación fiscal no establece
cuáles son los derechos de autor sobre un programa, sino que los mismos se
recogen en la ley material de derechos de autor (art. 99 LPI) y pueden
resumirse en los siguientes:
383
Sobre el contenido de estas modalidades de cesión de uso de derechos de autor,
vid. GÓNZALEZ LINAJE, J., “La cesión de los derechos de explotación sobre el
software”, ob. cit., pp. 9 y 10.
384
Parágrafo 13.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
385
En la RTEAC de 16 de noviembre de 2001 (RJ 2002/618) se pone de manifiesto
como la parte reclamante solicitaba que los pagos efectuados por una cesión de uso
de software para su distribución no fueran considerados cánones. El argumento
utilizado consistía en afirmar que al estar en presencia de una transacción en la que la
cesión del software se llevaba a cabo desde la matriz a la filial para que esta lo
distribuyera, los pagos no podían ser cánones pues no derivaban del uso de derechos
de autor (vid. el antecedente de hecho tercero). Este argumento es del todo
insostenible ya que el derecho de distribución es una de las manifestaciones de los
derechos de autor.
386
Cfr. GONZALEZ LINAJE, J., “La cesión de los derechos de explotación sobre el
software”, ob. cit., p. 5. De nuevo, interesa destacar la “Classification of transactions
involving computer programs” de 1998 del Code of Federal Regulation de los EEUU
(26 CFR 1861-18 ). En su sección (c) (2) recoge los derechos de autor referentes a
programas informáticos, incluyendo expresamente los derechos de comunicación y
difusión pública del programa (right to make a public performance and to publicly
display the computer program). Por lo demás, a grandes rasgos, coincide con la
197
Alejandro García Heredia
Tras una primera lectura del Comentario de la OCDE al art. 12 del Modelo
pudiera parecer que se aplican unos criterios de calificación diferentes a las
rentas de programas de ordenador que al resto de obras de la propiedad
intelectual, debido a la especial atención con la que el Comentario desarrolla
los problemas de calificación de las rentas del software. Sin embargo, con un
poco de detenimiento no es difícil apreciar como las reglas que la OCDE
de autor, como los libros, discos o películas. Indicando a continuación, que lo relevante
consiste en determinar si se ha producido o no una cesión de uso de tales derechos.
388
En primer lugar se escribe el libro, y luego, el autor puede ceder los derechos a un
tercero para que realice copias y las comercialice y, finalmente, el cliente llega a la
tienda y adquiere el libro. El adquirente del libro sería propietario del papel del libro, de
sus páginas o cubiertas, pero, con esa compra, no adquiere ningún derecho de autor
sobre la obra. Lo mismo sucede con la propiedad industrial, por ejemplo, con
invención de un medicamento. El inventor puede ceder a las empresas los derechos
de propiedad industrial que posee sobre el mismo para que éstas lo exploten y lo
comercialicen y, por lo tanto, las rentas que surjan de estos contratos deberían ser
calificadas como cánones. Posteriormente, el medicamento se comercializará en las
farmacias y el particular que acuda y adquiera una dosis de comprimidos tan sólo se
convierte en propietario de las pastillas que ha comprado, pero nunca habrá adquirido
derechos de propiedad industrial que le habiliten para reproducir el medicamento y
distribuirlo por su cuenta. Por esta razón, los pagos referentes a estas cesiones de uso
no serían cánones sino beneficios empresariales.
199
Alejandro García Heredia
establece para calificar las rentas del software se pueden aplicar, igualmente, a
las rentas de otras obras protegidas por la propiedad intelectual. Incluso, como
veremos al hablar de los pagos del comercio electrónico, la conclusión que se
deriva del Comentario es que no hay diferentes criterios para calificar los pagos
de transacciones electrónicas y los de aquellas que se efectúan por medios
convencionales. La homogenización de criterios de calificación de las rentas y
la irrelevancia que presentan otros factores en el Comentario de la OCDE,
como la clase de obra o la forma de pago y transmisión de la misma,
consolidan la importancia de una regla común de calificación para todas las
obras protegidas por los derechos de autor, esto es, que la causa de la
transacción sea la cesión de uso de derechos de autor sobre dicha obra para
que la renta sea calificada como canon en los CDI. En consecuencia,
consideramos que para cualquier obra protegida por los derechos de autor, y
no sólo para los programas de ordenador, se deberían tener en cuenta las
mismas reglas para determinar si la renta es canon.
Por último, conviene recordar que la forma en que se efectúa el pago por
la cesión de derechos de autor no debe afectar a la calificación de la renta. En
este sentido, es irrelevante que la renta por la explotación de los derechos de
autor se haya pactado sobre un porcentaje de las ventas de la obra. Por
ejemplo, cuando se adquiere un libro en el mercado el pago que se efectúa no
es un canon porque al usuario de la obra no se le han transferido derechos de
autor y, por ello, la causa o razón del pago es adquirir la propiedad del soporte
físico, esto es, del libro, pero no adquirir derechos de autor sobre el mismo.
Esto no debe confundirse con las diversas formas de pago que el autor y la
editorial acuerden para retribuir la cesión de uso de derechos de autor. En este
sentido, es posible que la editorial acuerde pagar al autor, en concepto de
dicha cesión de un uso, un porcentaje de la ganancias obtenidas con la venta
del libro, por lo que esto pudiera llevar a pensar que parte del pago por adquirir
el libro en el mercado es un canon, aunque el consumidor final no adquiera
derechos de autor sobre la obra. Este planteamiento es erróneo debido, por un
lado, a la irrelevancia que en el Comentario de la OCDE presenta la forma de
pago y, por otro, a que el criterio que permite conocer si la renta es canon se
encuentra en la causa o razón por el que se efectúan el pago. En este sentido,
el adquirente de un libro en el mercado no efectúa el pago para adquirir
200
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
derechos de autor sobre la obra, por lo que si posteriormente la editorial
destina parte de ese pago para retribuir al autor por la cesión de derechos de
autor, solamente en lo que podríamos denominar esta segunda fase del pago
la renta sería canon.
389
Cfr. CARMONA FERNÁNDEZ, N., “De la fiscalidad del software”, Tribuna Fiscal,
núm. 91, mayo 1998, p. 79. Es unánime en la doctrina el carácter asistemático e
impreciso de estos comentarios. En la doctrina extranjera, cfr por todos SPRAGUE, G.
D. y CHESLER, R. A., “Comments on the Commentary to Article 12 (Royalties) of the
1992 OECD Model Convention”, Intertax, núm. 6-7, julio, 1993, pp. 310 et pássim; DE
HOSSON, F. C., “Taxation of Cross-Border Software Payments (Article 12)”, Intertax,
núm. 12, diciembre, 1992, pp. 684 et pássim.
201
Alejandro García Heredia
390
Esta expresión está inspirada en el parágrafo 18 de la Taxation Ruling australiana
93/12 en el que se afirma que la licencia a usar derechos de autor sobre un programa
implica que el propietario de tales derechos “autorice a otra persona a hacer lo que de
otra forma sería una infracción del derecho de autor”.
202
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
B) CESIÓN DE USO PERSONAL O PROFESIONAL (“The rights acquired in relation to the
copyright are limited to those necessary to enable the user to operate the program”).
391
En el caso del Estado español, cfr. art. 100.2 LPI.
203
Alejandro García Heredia
Esta clase de cesión de uso puede ir dirigida a un usuario particular y
concreto que utilice el programa para sus propias necesidades (cesión de uso
personal) o varias empresas que utilicen el programa directa o indirectamente
en relación con la actividad que desarrollan (cesión de uso profesional). Dentro
de este último supuesto, la OCDE distingue dos modalidades de cesión de uso
profesional:
Las rentas referentes a una cesión de uso personal y a una cesión de uso
profesional a través de las network licenses no son cánones sino, más bien,
beneficios empresariales del art. 7 del MC OCDE, puesto que no se produce
una cesión de uso de derechos de autor necesaria para estar en presencia de
cánones. Diferente es el caso del suministro de ideas o principios sobre el
programa, pues la cesión de uso de los mismos encaja en el concepto canon
cuando este se refiere a “informaciones relativas a experiencias industriales,
comerciales o científicas”.
392
De hecho, en los parágrafos sobre know-how se incluye de nuevo este supuesto
(vid. parágrafo 11.5 del Comentario al art. 12 MC OCDE).
204
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
C) VENTA DE LOS DERECHOS DE AUTOR (“The transfer of the full ownership of the
rights in the copyright”).
393
Los autores coinciden en señalar la naturaleza híbrida de estas transacciones. Cfr.
MARTÍN JIMÉNEZ, A. J., “Los programas de ordenador, el MC OCDE y la posición
española: algunas notas críticas”, ob. cit., pp. 80 y 81; CARMONA FERNÁNDEZ, N.,
“De la fiscalidad del software”, ob. cit., p. 79 y VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Convenios de Doble Imposición y rentas derivadas de los programas de ordenador”
en Derecho Tributario e informática (GARCÍA NOVOA, C. y GÓMEZ REINO-
CARNOTA, E., coordinadores), Tirant lo Blanch, Valencia, 2000, p. 104. Algunas ideas
interesantes para solucionar la calificación que merecen los pagos de estas
transacciones, en parte ventas, en parte cesiones de uso, pueden encontrarse en DE
HOSSON, F. C., “Taxation of Cross-Border Software Payments (Article 12)”, ob. cit.,
pp. 683-685 y en AULT, H. J., “The 1992 OECD Model Treaty: Treatment of Computer
Software”, European Taxation, vol. 33, núm. 10, octubre, 1993, p. 331.
394
En este sentido VAN DER LAAN, R. A., “Computer software in international tax
law”, ob. cit. p. 269 afirma que se debe distinguir entre los “derechos de autor”
(copyrights) y la “plena propiedad de los derechos” (full ownership rights). En palabras
de este autor “la plena propiedad de de los derechos abarca todos los derechos
relativos al software”, mientras que los “los derechos de autor pueden ser separados
205
Alejandro García Heredia
estar al caso concreto, aunque, en general, parece mostrarse más partidaria de
considerarlas antes como ventas que como cesiones de uso, por lo que sus
pagos no serán cánones. En este punto, como ha señalado algún autor395, el
MC OCDE continúa con los mismos defectos que en sus versiones anteriores:
la falta de guía al intérprete. Ello es debido a que no suministra unos criterios
objetivos que permitan deslindar con mayor seguridad jurídica si dichas
transmisiones son ventas o cesiones de uso. La OCDE cita como ejemplo de
estos contratos aquellos que comprenden un derecho exclusivo de utilización
durante un cierto período de tiempo o para un área geográfica determinada396,
el pago de una contraprestación adicional en función de la utilización del
programa y una contraprestación principal a tanto alzado. Como indica la
OCDE, la naturaleza de la transacción es la de una enajenación y esta no
puede resultar modificada por la forma que adopte el pago, aunque se trate de
un pago a plazos o se vincule a una determinada contingencia.
criterio para deslindar la venta de la cesión de uso (cfr. LOKKEN, L., “The Sources of
Income From International Uses and Dispositions of Intellectual Property”, 36 Tax Law
Review, 233, 247 (1981)).
398
Sobre las diferencias entre know-how y prestaciones de servicios en el Comentario
de la OCDE y los problemas planteados en los CDI españoles vid. nuestro trabajo
GARCÍA HEREDIA, A., “Who knows the riddle of know-how? Spain becomes
entangled in the web of intangibles”, European Taxation, vol. 45, núm. 3, marzo, 2005,
pp. 103-112.
207
Alejandro García Heredia
subyacentes al programa, tales como lógica, algoritmos o técnicas o lenguajes
de programación, con la condición mantener las mismas en secreto399.
399
Cfr. parágrafos 11.5 y 14.3 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
400
Esta última suele ser la opción más frecuente. En palabras de VAN DER LAAN
estaríamos ante el “principio de sustancia económica” (principle of economic
substance), en cuya virtud, todo lo que sea tratado económicamente como una unidad
también debe ser tratado fiscalmente como tal (Cfr. VAN DER LAAN, “Computer
software in international tax law”, ob. cit., p. 268).
208
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
misma posición es la que mantiene el IRS norteamericano en las ya
comentadas software regulations a través de la denominada regla “de minimis”,
en cuya virtud aquellas prestaciones que presenten una importancia mínima en
relación con el resto deben ser ignoradas a efectos fiscales. Así pues, no se
tienen en cuenta los elementos mínimos de la transacción para calificar las
rentas del contrato. Esta regla que también contempla el Cometario de la
OCDE es una de las posibles soluciones ante la figura del contrato mixto, pero
no la única, pues también existe la denominada regla del carácter
predominante. La regla del carácter predominante supone que se aplicará a
todas las prestaciones de la transacción el régimen de la prestación principal o
predominante, con independencia de la mayor o menor importancia que el
resto de las prestaciones del contrato presenten entre si. Por el contrario, la
regla de mínimos supone que las únicas prestaciones que deben ser ignoradas
son las que presentan una importancia mínima. La diferencia se encuentra en
los componentes de la transacción que son ignorados, de manera que mientras
la regla del carácter predominante ignora todos los elementos de la
transacción, la regla de mínimos sólo ignora aquellos que presentan una
importancia mínima. Algunos autores han considerado que la regla
predominante presenta para el contribuyente una mayor seguridad y sencillez
en su aplicación que la denomina regla de mínimos401.
401
Cfr. SPRAGUE, G. D., y SCHINDLER, O. A., “Another Step Towards Uniformity –
Relative Consensus of the OECD TAG on Income Characterization of E-Commerce
Transactions”, ob. cit., p. 275.
209
Alejandro García Heredia
las prestaciones. Por el contrario, según la regla de mínimos, habría que
considerar, por un lado, la venta de la patente y, por otro, la cesión de uso de
know-how, por lo que mientras la renta de la patente sería una ganancia de
capital, las rentas del know-how serían cánones y, estos mismos cánones,
absorberían a las rentas de las prestaciones de servicios por ser accesorias a
la cesión de know-how.
402
En esta misma línea se ha manifestado la mayoría de los autores que han tratado
esta cuestión. Cfr., por todos, VAN DER LAAN, R. A., “Computer software in
international tax law”, ob. cit., p. 268.
210
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
permite controlar las funciones de la aeronave, sin embargo, el pago del
contrato se realiza principalmente por el avión y no por el software que lleva
incorporado. Lo mismo sucede con muchos otros bienes, tales como máquinas
de escribir, calculadoras, fotocopiadoras, teléfonos, cajeros, televisiones, etc.,
que tienen incorporado un software que permite su utilización y desarrollo. En
estos casos los pagos no se efectúan en contraprestación del programa de
ordenador incorporado sino del bien tangible en sí.
403
Al respecto cfr. RTEAC de 22 de febrero de 1995 (JT 1995/459) y RDGT de 12 de
junio de 1995.
404
Cfr. OECD, OECD Information Technology Outlook 2004, ob. cit., pp. 13 y 14.
211
Alejandro García Heredia
electrónicamente” (electronically downloaded). Por tanto, estas reglas se
aplican, no sólo a programas de ordenador, sino también a cualquier otro tipo
de productos digitales, tales como imágenes, sonidos o texto adquiridos vía
Internet. En este sentido los parágrafos 17.1-17.4 del Comentario plantean el
problema de la calificación fiscal que merecen los pagos producidos en el seno
del comercio electrónico para delimitar los supuestos en los que dichos pagos
deben ser calificados como cánones. Estos nuevos parágrafos han sido el
resultado del trabajo llevado a cabo por el Technical Advisory Group (TAG) en
Treaty Characterisation issues arising from e-commerce405 creado para
investigar ad hoc estos temas406.
405
El TAG estaba compuesto por un total de 27 miembros entre personal de la
Administración Pública y de la empresa privada. De la Administración eran 17
miembros que pertenecían a los Ministerios de Finanzas o a las Administraciones
Tributarias de Australia (2), Chile (1), China (1), Alemania (2), India (1), Israel (3),
Japón (4) y Noruega (1), Reino Unido (1) y Estados Unidos (1). De la empresa
privadada figuraban 10 representantes entre “Baker & McKenzie” (1), “SIEMENS” (1),
“NTT Data” (2), “REED ELSEVIER plc” (1), “REED ELSEVIER Inc.” (1) “WALT
DISNEY Co.” (2), “IBM Canada Ltd.” (1) y “SOFTEC” (1). En el plano teórico, la
participación o ausencia de los Estados en el TAG no debería ser significativa debido a
que no acuden como representantes de su país, sino como técnicos en la materia.
Como puso de manifiesto el editor legal de la Revista Tax Notes International la
composición del TAG no fue revelada hasta el último momento, manteniendo, en
principio, un cierto aire de misterio en torno a cuáles eran sus miembros (cfr.
GOULDER, R., “OECD Identifies TAG Participants”, Tax Notes International, 23 de
agosto de 1999, p. 707 y del mismo autor “OECD E-Commerce TAGs to Reflect
Regional and Economic Diverstiy”, Tax Notes International, 14 de junio de 1999, p.
2391).
406
Vid. TAG on Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce, “Tax Treaty
Characterisation Issues arising from E-Commerce”, ob. cit. Para un estudio más
detallado del Informe elaborado por el TAG nos remitimos a nuestro trabajo GARCÍA
HEREDIA, A., “Novedades sobre cánones en el MC OCDE 2003. El Informe del TAG y
la influencia de la normativa de EE.UU. y Australia”, Quincena Fiscal Aranzadi, núm.
15, septiembre, 2004, pp. 33-48. Igualmente, el Informe del TAG ha sido tratado con
gran detalle por SCHICKLI, W., “Characterization of E-Commerce Revenue – The Final
OECD Report Revealed”, Tax Notes Internacional, núm. 14, 2 abril 2001, pp. 1671-
1711 y en SPRAGUE, G. D., y SCHINDLER, O. A., “Another Step Towards Uniformity
– Relative Consensus of the OECD TAG on Income Characterization of E-Commerce
Transactions”, ob. cit., pp. 267-276. Un primer proyecto del Informe también ha sido
analizado por SCHICKLI, W., “Unraveling the Draft OECD Proposal on
Characterization E-Commerce Revenue for Tax Treaties Purposes”, Tax Notes
International, 8 de mayo de 2000, p. 2097 y ss.
212
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
El propio Comentario al art. 12 indica que los principios expuestos para el
caso de los programas de ordenador son también aplicables a los productos
digitales del comercio electrónico y, por tanto, las conclusiones expuestas más
arriba en relación con los programas serán también las mismas para este caso.
En este sentido se contempla también el principio de irrelevancia de la forma,
ya que la particularidad del medio utilizado en la contratación –Internet- no
motiva un tratamiento fiscal diferente407. Lo relevante para saber cuando tales
rentas son cánones es, de nuevo, la causa del contrato, es decir, la razón por
la cual se efectúa el pago. El parágrafo 17.1 in fine afirma “que para decidir si
los pagos derivados de tales transacciones son o no cánones, la principal
cuestión a tener en cuenta es identificar aquello por lo que el pago es
esencialmente realizado” (“the identification of that for which the payment is
essentially made”). La tipología contractual que recoge la OCDE en el seno del
comercio electrónico no dista mucho de la que ya hemos examinado para los
programas de ordenador. Del Comentario al art. 12 que se refiere a las
transacciones electrónicas se pueden extraer dos posibles transacciones y
asimilarlas a la terminología utilizada en el apartado anterior para los
programas de ordenador:
407
En el caso de las transacciones llevadas a cabo por un medio intangible como
Internet, el principio de irrelevancia de la forma ha sido puesto de manifiesto en
diversos ámbitos nacionales e internacionales (vid. “Classification of transactions
involving computer programs” de 1998 del Code of Federal Regulations (26 CFR 1861-
18 ) o SPRAGUE, G. D., “Ponencia General”, Taxation of income derived from
Electronic Commerce, International Fiscal Association (IFA), San Francisco, 2001, pp.
174 y 175).
213
Alejandro García Heredia
digital. El adquirente almacena este producto en el disco duro de su ordenador,
en la memoria RAM, en un CD o en cualquier otro soporte. En realidad, este
tipo de transacciones, como ya comentamos en relación con los programas de
ordenador, son equivalentes a la adquisición de cualquier otra obra protegida
por los derechos de autor, como puede ser la compra de un libro, en el sentido
de que para estar ante un canon se requiere la cesión de uso de derechos de
autor.
La OCDE dedica unas cuantas líneas para dejar claro que la copia del
producto digital, necesaria para poder descargarlo electrónicamente, no implica
la utilización de derecho de autor por el cliente. Dicha copia es tan sólo
necesaria para poder adquirir el producto de Internet, es decir, para que este
pueda ser “capturado y almacenado” (captured and stored). La OCDE pone de
manifiesto como la realización de esta copia implica, según la legislación de
algunos Estados o las cláusulas de ciertos contratos, el uso de derechos de
autor por el cliente. En cualquier caso, ya se considere que dicha copia implica
o no derechos de autor, el pago se efectúa por la simple adquisición del
producto digital pero no por la explotación comercial del mismo. De esta
manera, en una cesión de uso personal o profesional, al no existir en puridad
cesión de uso de derechos de autor, las rentas no serían cánones, sino que
podrían ser beneficios empresariales del art. 7 MC OCDE.
214
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
4.2.3. CONCLUSIÓN.
408
En la misma línea vid. nuestro trabajo “Software Royalties in Tax Treaties: Should
Copyright Rights Be Reconsidered in the OECD Commentary on Art. 12?”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 59, nº 6, 2005, p. 235.
215
Alejandro García Heredia
derechos. En segundo lugar, es irrelevante la forma en dos sentidos, por un
lado, no afecta a la calificación fiscal de las rentas el soporte donde se
alberguen la obras protegidas por los derechos de autor, ya sea tangible (Ej.
disquete, CD o por escrito) o intangible (Ej. Internet) y, por otro, también
resultan indiferentes las distintas modalidades que pueda adoptar el pago, ya
sea este en especie o en dinero, único o a plazos, etc.
409
En esta misma línea ya nos hemos pronunciado en varios trabajos, vid. GARCÍA
HERDIA, A., “Las rentas del software. Los comentarios al MC OCDE y la posición
española” en Estudios de Derecho Financiero y Tributario en Homenaje al Profesor
Calvo Ortega (Tomo II), Lex Nova, Valladolid, 2005, pp. 2380 y 2381 y, en el mismo
sentido, vid. GARCÍA HEREDIA, A., “Los programas de ordenador en los convenios de
doble imposición”, Revista de Contabilidad y Tributación (CEF), nº 268, julio, 2005, p.
85.
216
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
conceptos y categorías tradicionales410. Después de varios años en los que se
han producido importantes reformas de los sistemas fiscales y de los
Comentarios de la OCDE para adaptar la normativa a la nueva realidad
tecnológica, algún autor ha llegado a concluir que ya no son necesarios más
cambios en profundidad, sino, a caso, tan sólo pequeñas modificaciones o
retoques de menor importancia, pues estaríamos llegando al final del principio,
esto es, que ya se habría concluido el proceso de adaptación fiscal a las
nuevas tecnologías411. En nuestra opinión, como ya hemos manifestado, en
cuanto a las normas para calificar las rentas como cánones, no eran necesarias
nuevas modificaciones en el Comentario de la OCDE, pues las reglas
continúan siendo las mismas que antes. Hubiera sido mejor, aclarar los
principios generales que se derivan del Comentario para calificar las rentas y
efectuar aclaraciones concretas para incluir en ellos los nuevos desarrollos
tecnológicos, como los programas de ordenador o el comercio de productos
digitalizados. Por ello, no estamos del todo de acuerdo cuando se ha dicho que
la definición de cánones del MC OCDE alberga dudas acerca de si incluye los
productos digitalizados412. Consideramos que la definición de la OCDE es lo
suficientemente amplia como para incluir cualquier clase de obra protegidas por
los derechos de autor, con independencia del modo en el que se transmiten
tales derechos y estos planteamientos ya se derivan del Comentario de la
OCDE desde la versión de 1992. Ahora bien, para evitar discusiones
innecesarias, debidas a un error en los planteamientos, si sería conveniente
dejar constancia expresa en el concepto de canon de que éste incluye los
programas de ordenador, en cuanto obras protegidas por los derechos de
autor, y que cualquier otro producto protegido por tales derechos puede dar
410
Cfr. TILLINGHAST, D. R., “The Impact of the Internet on the Taxation of
International Transactions, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 50,
núm. 11/12, 1996, p. 525.
411
Cfr. BIRD, R. M., “Taxing Electronic Commerce: The End of the Beginning?, Bulletin
for International Fiscal Documentation, vol. 59, núm. 4, 2005, pp. 139 y 140. La postura
mayoritaria considera, sin embargo, que la fiscalidad de las operaciones electrónicas
está todavía en plena evolución. A título de ejemplo, vid. MALHERBE, J.; SCHOTTE
CH; GRAU RUÍZ, M. A., “Comercio Electrónico y Fiscalidad Directa“, Quincena Fiscal
Aranzadi, núm. 4, 2003.
412
Cfr. HORNER, F. M. y OWENS, J., “Tax and the Web: New Technology, Old
Problems”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 50, núm. 11/12, 1996,
p. 518.
217
Alejandro García Heredia
lugar a un canon, con independencia de si la cesión de uso de derechos de
autor tiene lugar por medios convencionales o electrónicos.
218
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
La segunda observación española, que sigue llevando el núm. 28, data
del año 2003. En ella, al igual que en la anterior observación y siguiendo a la
OCDE, España continúa considerando cánones las rentas procedentes de una
cesión de uso de derechos de autor. La novedad consiste en que sólo van a
tener la consideración de cánones –junto con la cesión de uso de derechos de
autor- los pagos procedentes de una cesión de programas de ordenador para
uso profesional siempre que tales programas “no estén absolutamente
estandarizados sino, de alguna forma, adaptados al comprador”. Esta nueva
observación restringe más el concepto de canon para los programas de
ordenador, pues ahora se exigen dos requisitos para que las rentas por cesión
de uso de software sin derechos de autor se califiquen como cánones413. Por
un lado, que la cesión de uso sea para fines profesionales y no personales y,
por otro, que la cesión de uso tenga por objeto una clase concreta de
programas de ordenador, aquellos que no estén absolutamente estandarizados
sino, de alguna forma, adaptados al comprador.
413
Además de España son varios los Estados que han formulado observaciones en
este sentido. Méjico realiza una observación muy similar a la española pero con la
importante diferencia de que no limita la cesión de uso profesional a un tipo concreto
de software (vid. parágrafo 29 del Comentario al art. 12 MC OCDE). Eslovenia, afirma
lo mismo que decía antes España pero restringe la cesión de uso profesional a los
mismos programas a los que ahora la restringe nuestro país (vid. parágrafo 30 del
Comentario al art. 12 MC OCDE). La observación de Grecia mantiene la misma
redacción que tenía la antigua observación española (vid. parágrafo 31 del Comentario
al art. 12 MC OCDE). Corea tiene una observación un tanto anómala con relación al
resto de las comentadas, ya que no repara en las distintas cesiones de uso sino que
afirma que la transferencia de know-how a través de programas de ordenador es un
canon (vid. parágrafo 31.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE). Además, Polonia y
Portugal efectuaron una reserva afirmando que tratarán como cánones las rentas
procedentes del software siempre que no deriven de una total transferencia de los
derechos sobre el mismo (vid. parágrafo 43 del Comentario al art. 12 MC OCDE).
219
Alejandro García Heredia
es difícil saber exactamente a qué tipo de programas alude. Al hacer referencia
a “programas que no estén absolutamente estandarizados sino, de alguna
forma, adaptados al comprador”, se podría decir que se excluyen los
programas estandarizados o realizados para una amplia gama de usuarios y
que se centra en los programas hechos a medida. Sin embargo, la ambigüedad
de la observación española permite también incluir una serie de programas
intermedios entre los estandarizados y los hechos a medida, como son
aquellos elaborados para un grupo reducido de usuarios, siendo estos muy
frecuentes en la práctica414. El problema es determinar el umbral donde
comienzan y terminan este tipo de programas de ordenador. Se trata de una
frontera de contornos difíciles al existir un gran número de programas que no
son elaborados en masa pero tampoco se fabrican para un usuario en
particular sino, por ejemplo, para un grupo de empresas de una determinada
rama de actividad.
Por otro lado, parece que la nueva observación se acerca un poco más a
las posición mantenida en el Comentario de la OCDE debido a que excluye del
concepto de canon las cesión de uso de software con fines personales, por lo
que se van eliminando transacciones en las que no se negocia con derechos
de autor en sentido fiscal. A pesar de ello, en la práctica no parecen ser tantas
las diferencias debido a que la mayoría de contratos que se plantean implican
una cesión de uso profesional y un software específico. Extraño sería que,
incluso con la antigua observación, se calificaran como cánones unas rentas
procedentes de una simple cesión de uso personal del software, como puede
ser la que tiene lugar cuando un particular adquiere para su propio uso un
programa de ordenador por medio de una licencia shrink wrapped.
414
En este sentido, GÓMEZ PERALS, M., La cesión de uso de los programas de
ordenador, ob. cit., p. 141 afirma que el paradigma de este software intermedio sería el
denominado paquete estándar especializado o personalizado, elaborado como
estándar para un reducido grupo de usuarios y adaptado después a medida de los
particulares requerimientos de cada uno.
220
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cesión alguna de derechos de autor sobre el mismo. Esta es la línea que viene
manteniendo el Estado español a través de las observaciones al Comentario
del art. 12 del MC OCDE. Los órganos judiciales y administrativos españoles
no limitan el concepto de canon a la cesión de derechos de autor sobre un
programa de ordenador, sino que, para gravar un mayor número de rentas en
la fuente, se amplia el concepto de canon a los pagos por la simple cesión de
uso de un programa de ordenador. Los pronunciamientos españoles han
abordado varias cuestiones que afectan a la calificación de rentas de
programas de ordenador en los CDI, como las clases de programas de
ordenador, el concepto de derechos de autor, las prestaciones de servicios
informáticos, el acceso a bases de datos y la discutida naturaleza jurídica de
las transacciones en cuanto venta o cesiones de uso.
415
Vid. RTEAC de 25 de septiembre de 1991 (Considerando 5º) en la que se adopta el
concepto de programa de ordenador del Consejo de Cooperación Aduanera de
Bruselas.
416
Esta concepción se aprecia en varios pronunciamientos, entre los que podemos
destacar las RRDGT de 29 de agosto de 2001 (1602-01) y 16 de mayo de 2002 (0725-
02), la RTEAC de 25 de septiembre de 1991 (Considerando 5º) y las SSAN de 28 de
febrero y 16 de mayo de 1995 (FFDD 5º y 4º, respectivamente) dictadas en el caso
“Opel”. En la línea de considerar que el software estándar no produce cánones se
muestra también ahora la nueva observación española núm. 28 al Comentario de la
OCDE sobre el art. 12 del Modelo.
417
Vid. RRDGT de 1 de noviembre y 11 de noviembre de 1991 en la que se señala
que “un programa adaptado, sigue siendo, como el programa original”, propiedad de la
221
Alejandro García Heredia
pronunciamientos españoles en materia fiscal que han considerado que los
derechos de autor sólo protegen los programas específicos pero no los
estándar no han interpretado de manera adecuada la protección que dispensan
los derechos de autor. Estos pronunciamientos, teniendo en cuenta que los
cánones del software deben ser rentas que deriven de la cesión de uso de
derechos de autor, han considerado que sólo el software específico puede dar
lugar a ellos por ser éste, según los tribunales españoles, el único susceptible
de ser protegido por tales derechos. Sin embargo, el Derecho español y los
tratados internacionales sobre propiedad intelectual reconocen que toda clase
de software está protegido por los derechos de autor418. Así pues, la propiedad
intelectual protege al software con independencia de su clase, por lo que en
este caso consideramos que el planteamiento de los tribunales españoles no
ha sido correcto.
420
Cfr. FABRA VALLS, M., “La calificación de los rendimientos procedentes de la
comercialización de programas de ordenador”, Jurisprudencia Tributaria, núm. 18,
febrero, 2005, p. 58.
421
Vid. parágrafos 14, 14.2 o 17.2 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
223
Alejandro García Heredia
de la OCDE, al estilo de las software regulations, sobre cuáles deben ser los
derechos de autor sobre el software a los efectos del concepto de canon. Otro
argumento que podría utilizarse para justificar que el derecho a la mera
distribución publica de las obras no da lugar a un canon en los CDI, se
encontraría en el presupuesto establecido por el Tribunal Supremo de los
EE.UU. en el ya citado caso del director de orquesta Pierre Boulez. En efecto,
dicho Tribunal estableció que para que la renta se calificara como canon era
necesario que existiera un “ownership interest in the property”, esto es, una
especie interés posesorio o económico en la explotación comercial del
422
intangible . Pues bien, este presupuesto no estaría presente en el caso
planteado ante la DGT, en el que la empresa española actúa como una mera
intermediaria en la cadena de distribución del software, limitándose a llevar o
colocar la obra en el comercio minorista.
422
DU TOIT, CH. P., también se muestra conforme con este planteamiento del
Tribunal Supremo norteamericano (cfr. Beneficial Ownership of Royalties in Bilateral
Tax Treaties, ob. cit., pp. 38 y 39). La explicación técnica del Modelo de Convenio de
los EE.UU. utiliza como ejemplo el caso Pierre Boulez y señala que las rentas
percibidas por un artista como consecuencia de la grabación de una de sus
actuaciones tendrán la consideración de cánones (Cfr. parágrafo 178 de la TE del MC
EE.UU.).
423
No obstante, la OCDE dispone de datos que sirven para poner de manifiesto la
creciente importancia de esta clase de prestaciones de servicios. En el año 2000
Irlanda encabezó las exportaciones de servicios relacionadas con el software –en su
mayoría servicios informáticos y de información- que fueron valoradas en 5.480
millones de dólares, por delante de EEUU (4.900 milllones de dólares). Irlanda tuvo
también la mayor participación porcentual del software en el total de las exportaciones
de servicios por país (con un 33%) (Cfr. OECD, OECD Information Technology
Outlook 2002, ob. cit., p. 7).
224
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de software, por lo que una cosa son los programas de ordenador y otra los
servicios relativos a los mismos. Los tribunales han considerado que las rentas
por servicios informáticos son cánones debido a que se configuran como
“informaciones relativas a experiencias industriales, comerciales o científicas”
424
. En este punto se produce un error de concepto importante al identificar las
prestaciones de servicios con el know-how, pues, como analizaremos en el
siguiente capítulo, el Comentario al art. 12 del MC OCDE pone gran énfasis en
la distinción entre know-how y prestaciones de servicios425.
424
En este sentido pueden consultarse STS de 24 de octubre de 1998 (RJ 1998/9497),
SAN de 23 de noviembre de 2000 (JT 2001/404), Sentencias de la Audiencia
Territorial de Madrid de 11 y 13 de noviembre de 1985 y RTEAC de 25 de septiembre
de 1991.
425
Vid. parágrafos 11-11.6 del Comentario al art. 12 MC OCDE en los que se recoge
un concepto de know-how con abundantes ejemplos. El estudio fiscal del know-how se
realiza, precisamente, por oposición a las prestaciones de servicios, lo que evidencia
la importancia de distinguir ambas figuras.
426
Vid. parágrafos 11-11.6 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
225
Alejandro García Heredia
existen prestaciones de servicios sobre el mismo deberán tener también tal
carácter por aplicación de la doctrina del contrato mixto. La Administración
española considera que los pagos referentes a prestaciones de servicios
informáticos son cánones si la prestación principal del contrato es la cesión de
uso de un software, pues para el Estado español tales cesiones de uso dan
lugar a un canon aún cuando no impliquen derechos de autor427.
427
Vid. RRTEAC de 22 de febrero de 1995 (JT 1995/459) y 18 de marzo de 2003 (JUR
2003/163427) y RRDGT 12 de junio de 1995.
428
La protección jurídica de los programas de ordenador es diferente de la
correspondiente a las bases de datos (cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Art.
10.2”, en Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-
CANO, R., coordinador), ob. cit., p. 194 y Directiva 96/9/CE, del Parlamento Europeo y
del Consejo, de 11 de marzo de 1996, sobre protección jurídica de las bases de
datos). Las bases de datos pueden contener todo tipo de elementos, incluso obras que
a su vez estarán protegidas por los derechos de autor, no obstante, a las bases de
datos se dispensa una protección especial en cuanto conjunto o unión de varios
elementos que pueden ser independientes (cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R.,
“La protección jurídica de las bases de datos”, Revista de Propiedad Intelectual, núm.
1, 1999, pp. 11 y ss.).
429
Vid. SAN de 20 de julio de 2000 (JT 2001/9) y RRTEAC de 11 de febrero de 1997
(JT 1998/1963), 11 de junio de 1997 (JT 1997/946) y 23 de julio de 1997 (JT
1997/1187).
430
Vid. RRDGT de 24 de julio de 1987 y 3 de febrero de 1988. Ambas Resoluciones
afirman que “si el proceso de los datos sobre las diferentes funciones empresariales
mecanizadas se efectúa por el Centro de Ordenadores de la Compañía británica
utilizando la empresa española los terminales del sistema únicamente para alimentar
el mismo y contener la información procesada” se trataría de un prestación de
servicios. Por el contrario, si la empresa española “realiza por sí misma, aplicaciones
226
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
recientes, la DGT ha considerado que las bases de datos son obras protegidas
por los derechos de autor y, por tanto, su cesión de uso dará lugar a un canon
que deberá someterse al límite del 10% previsto en el CDI con EE.UU.431 No
estamos de acuerdo con la aplicación del límite residual del 10% previsto en el
CDI con EE.UU., pues si las bases de datos se consideran obras protegidas
por los derechos de autor, sus pagos deberían estar sujetos a los límites del
5% o el 8% previstos para los derechos de autor y deberían plantearse
entonces los mismos problemas que analizaremos más adelante en relación
con los programas de ordenador en el citado Convenio.
435
Esta empresa ha motivado un gran número de pronunciamientos judiciales en
relación con los cánones, pero ahora solamente nos referimos a los pronunciamientos
sobre los contratos suscritos por “Opel” cuyo objeto eran programas de ordenador, por
lo que no se tratan aquí los contratos suscritos por dicha empresa relativos al know-
how y las prestaciones de servicios. De modo que, en relación con los programas de
ordenador, cuando hablamos del caso “Opel”, podemos citar las SSAN 28 de febrero
de 1995(JT 1995/155) y 16 de mayo de 1995. Por su parte, el TS ha dictado en
casación, respectivamente, las Sentencias de 8 de abril de 2000 (2000/3773) y 3 de
junio de 2000 (2000/4874).
436
Esta postura fue manifestada por el Magistrado GOTA LOSADA en el voto
particular a la STS 8 de abril de 2000 (2000/3773) y, posteriormente, dicha postura ha
configurado el contenido de la STS 3 de junio de 2000 (2000/4874), en la que GOTA
LOSADA figuraba aquella vez como ponente.
228
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
437
incrementos o disminuciones patrimoniales, y nunca rendimientos” . En
consecuencia, es indiferente que la aportación consista en la transmisión de la
titularidad o en ceder su uso debido a que la contraprestación de tal aportación
nunca será una renta o rendimiento para la empresa alemana aportante sino un
incremento de patrimonio. El Magistrado indica además que, según el
Comentario 5 al art. 13 del MC OCDE, las aportaciones sociales son
consideradas como ganancias de capital438. A nuestro juicio, en los
pronunciamientos examinados, nos encontramos en presencia de esa clase de
transacciones situadas en el umbral de las cesiones de uso y de la transmisión
de la propiedad. Son cesiones de uso que albergan un contenido tan amplio
que pudiera aproximar los derechos del cesionario a los de un comprador, por
lo que se requiere un análisis detallado de los contratos discutidos, examinando
con minuciosidad los derechos y obligaciones transmitidos por las partes.
Finalmente, si no es posible llegar a una solución con base en estos elementos,
el Comentario de la OCDE parece que se inclina por no considerar cánones
estas rentas, argumentando que se encuentran más próximas a una
transmisión de la propiedad que a una cesión de uso.439
437
El voto particular contiene extensos fundamentos de derechos dedicados a justificar
la diferencia entre rendimientos y ganancias de patrimonio. A lo largo de los mismos
se realiza un amplio recorrido histórico por la legislación interna española que se
remonta, incluso, al Impuesto General de la Renta de 1967 (Vid. FFDD. 3 y ss.).
438
La doctrina ha manifestado diferentes opiniones sobre esta jurisprudencia. MARTÍN
JIMÉNEZ ha considerado acertado el voto particular (vid. “Los programas de
ordenador, el MC OCDE y la posición española: algunas notas críticas”, ob. cit., p. 93).
CARMONA FERNÁNDEZ ha indicado que lo más correcto hubiera sido calificar a las
rentas como cánones al estar en presencia de una cesión de uso. De suerte que lo
único que perseguía la empresa era encubrir dicho contrato bajo la apariencia de una
compraventa y conseguir así la no imposición en la fuente (cfr. “La problemática fiscal
de los cánones y know-how” en Algunos aspectos problemáticos en la fiscalidad de no
residentes, Documentos del Instituto de Estudios Fiscales N.º 24/02, Instituto de
Estudios Fiscales, Madrid, 2001,p. 11).
439
Así se contempla en el parágrafo 16 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
229
Alejandro García Heredia
5.3. LOS CDI FIRMADOS POR ESPAÑA Y EL DERECHO INTERNO ESPAÑOL.
440
No olvidemos que tampoco hay una mención expresa al software en el concepto de
canon del MC OCDE. Donde figura toda la problemática que suscitan los programas
de ordenador es en el Comentario al art. 12 pero no en el articulado del Modelo.
441
Esta también parece ser la regla general en la práctica convencional de otros
países. EE.UU. es uno de los principales exportadores de software del mundo y en la
mayoría de sus convenio tampoco existe una mención expresa al software. Por ello,
algunas Technical Explanations de sus convenios indican que “generalmente el
software se protege alrededor del mundo por los derechos de autor”, por lo que
“mientras no se haya explicitado en el Convenio, existe un acuerdo mutuo por el que
se entiende que los pagos por software pueden ser cánones o beneficios
empresariales según los hechos y circunstancias de la transacción que haya dado
lugar a tales pagos” (vid. Technical Explanations de los Convenios de EE.UU. con
Venezuela (1999) o Irlanda (1997) en los parágrafos dos del art. 12). En otros
Convenios, algunos muy anteriores en el tiempo, nada se dice sobre el software en la
Technical Explanation, o incluso, esta ni existe (vid. Convenios con Barbados (1984),
Italia (1984), Reino Unido (1975), Noruega (1971), Japón (1971), Bélgica (1970),
Luxemburgo (1962) o, como es obvio, los más antiguos de Grecia (1950) o Dinamarca
(1948)). No obstante, en todos ellos –algunos ya deregodos por versiones más
modernas, como el de Italia, Reino Unido o Luxemburgo- no cabe duda de que los
pagos por software podrían ser considerados como cánones al estar protegidos en
casi todo el mundo por los derechos de autor. Por otro lado, entre los Convenios
suscritos por EE.UU., también encontramos algunos más recientes en los que ya se
incluye una mención expresa al software cuando se define el concepto de canon (vid.
Convenios con Dinamarca (2000), Reino Unido y Norte de Irlanda (2002) o la
propuesta de un nuevo Convenio con Italia (1999)).
442
Cfr. parágrafo 13.1 in fine de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
230
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
expresa a los programas de ordenador443, aunque tan sólo los de Noruega,
Bélgica y Argelia lo hacen en relación con el concepto de canon, mientras que
la mención introducida por Argentina es a efectos de determinar el gravamen al
que viene sometidos en la fuente los cánones por software.
443
Además, de los cuatro apuntados, tan sólo los de Noruega y Argelia incluyen la
mención al software en el propio Convenio, mientras que en los otros dos sólo figura
en su Protocolo
231
Alejandro García Heredia
de canon de la LIRNR incluye expresamente los programas de ordenador. Esto
contrasta con la regulación fiscal que existe en otros Estados sobre los pagos
derivados de programas de ordenador, como es el caso de las software
regulations de los EE.UU.444
5.4. CONCLUSIÓN.
444
Vid. “Classification of transactions involving computer programs” de 1998 del Code
of Federal Regulations (26 CFR 1861-18 ) .
445
Cfr. NIRAU SHAH, “Tax Treatment of Software License payments –An indian
perspective”, Asia-Pacific Tax Bulletin, vol. 9, núm. 7, julio 2003, pp. 204-208; AA.VV.,
“Taxation of Software (Japan, Malaysia, Singapore, South Korea)”, Asia-Pacific Tax
Bulletin, IBFD, vol. 10, núm. 5/6, 2004, pp. 262-275. Igualmente, a través de las
observaciones y reservas a los Comentarios OCDE, se pone de manifiesto como son
varios los Estados que amplían el concepto de canon en relación con el software a las
transacciones en las que no están presentes derechos de autor. Es el caso de las
observaciones de Grecia, Eslovenia o Méjico y de las reservas de Polonia y Portugal.
Del mismo modo, algunos Estados no miembros de la OCDE han recogido el mismo
criterio. En este sentido, podemos citar las posiciones manifestadas por Argentina y la
Eslovaquia (vid. parágrafo 13 de las posiciones al art. 12 y sus Comentarios
manifestadas por Estados no miembros de la OCDE en OECD, “Non-member
countries position” en Model Tax Convention on Income and on Capital, vol. II, ob. cit.,
p. P-28).
232
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
particular, constituye un indicador del nivel de desarrollo tecnológico de un
país.
233
Alejandro García Heredia
buena fe. Así pues, entendemos que para que un Estado pudiera considerar
cánones en los CDI aquellas rentas del software que no derivan de los
derechos de autor, lo más correcto, desde un punto de vista jurídico-
internacional, sería dejar constancia expresa en el tratado, por ejemplo, a
través de una reserva al mismo o en su protocolo, pero no es suficiente que la
postura se manifieste a través de observaciones a un Comentario de la OCDE
que no tienen carácter vinculante para el otro Estado.
6.1.1. PLANTEAMIENTO.
234
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Convenio446. El Convenio suscrito entre España y EE.UU. establece en la
fuente diferentes límites de gravamen según la clase de derechos de autor de
la que provengan los cánones. Si los programas son obras literarias, los
cánones que generen estarán sometidos a un límite máximo de gravamen del
5%, mientras que si son obras científicas se elevaría al 8% y en caso de no ser
considerados ni científicos ni literarios estarán sometidos a un límite residual
del 10%. Por tanto, la importancia de la calificación del software en uno u otro
sentido es evidente.
446
Es importante señalar que no estamos en presencia de tipos de gravamen o
impositivos, sino de límites máximos a los tipos de gravamen o impositivos que
establezca la legislación interna de cada Estado contratante. No obstante, en que en la
práctica, tales límites acaban configurándose como tipos de gravamen, toda vez que
los tipos que establecen los Estados son muy superiores y terminan limitados por
estos porcentajes. También se debe aclarar, como ha indicado la RDGT de 1 de
febrero de 1995, que “en el supuesto de tributación de no residentes no cabe hablar,
en sentido técnico-jurídico de retenciones, sino de tributación definitiva de no
residentes ya que el sujeto pasivo del tributo es la entidad no residente”.
235
Alejandro García Heredia
general para poner de manifiesto la diversidad de posturas que existen sobre la
materia.
Al lado de toda esta jurisprudencia, dictada al hilo del caso “IBM”, también
se deben señalar tres sentencias que transcurren en el mismo sentido que las
anteriores –incluso con transposición literal- pero planteadas en casos
diferentes. Una de ellas es la SAN de 24 de enero de 2002 (JT 707/2002) en la
que se aborda directamente el problema de la calificación de los programas de
ordenador en relación con el caso planteado por la empresa “Oracle
Corporation”, también en el marco del CDI España-EE.UU. Las otras dos
sentencias inciden sobre esta cuestión casi de manera accidental e
447
Hasta el momento, vid. SSAN de 10 de octubre de 1995 (JT 1995/1205), 12 de
diciembre de 1995 (JT 1995/1529), 23 de enero de 1996, 30 de enero de 1996, 22 de
octubre de 1996 (JT 1996/1464), 8 de abril de 1997, 15 de abril de 1997 (JT
1997/418), 29 de abril de 1997, 6 de mayo de 1997 (JT 1997/492), 20 de mayo de
1997 y 2 de julio de 1998 (recurso núm. 469/1996), 19 de noviembre de 1998 (recurso
núm. 468/1996). Estas Sentencias han sido resueltas en casación, respectivamente,
por las SSTS de 28 de abril de 2001 (RJ 2001/5361), 9 de mayo de 2001 (RJ
2001/5370), [9 de junio (RJ 2001/6042) y 26 de junio (RJ 2001/6061) de 2001] –ambas
Sentencias, se corresponden con la SAN de 23 de enero de 1996-, 11 de junio de
2001 (RJ 2001/5374), 14 de marzo de 2002 (RJ 2002/3687), 25 de junio de 2002 (RJ
2002/6545), 16 de julio de 2002 (RJ 2002/7300), 20 de julio de 2002 (RJ 2002/8007), 4
de julio de 2002 (RJ 2002/7515) 28 de septiembre de 2002 (RJ 2002/8181), 27 de
junio de 2003 (RJ 2003/5882) y 17 de diciembre de 2004 (RJ 2005/649).
236
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
innecesaria. Por un lado, la SAN de 20 de julio de 2000 (JT 2001/9) referente al
caso “Amadeus” dedica todo un fundamento de derecho al carácter científico o
literario del software (vid. FD. 3) y, por otro lado, la SAN de 19 de febrero de
1998 (JT 1998/665) cuestiona la exención del art. 7 LIRPF para los premios
literarios, artísticos o científicos en relación con el “Premio Periodístico
(Giomalístico) Europa” y, casi accidentalmente, incluye un párrafo sobre la
caracterización de los programas de ordenador (vid. FD. 4 in fine). En ambas
Sentencias no era en absoluto necesario pronunciarse sobre si los programas
de ordenador son literarios o científicos. En la primera de ellas porque se trata
de un caso planteado en el marco del CDI con Francia donde no es relevante la
citada distinción, como veremos en el siguiente epígrafe. En la segunda,
todavía resulta más absurdo, pues ni siquiera estamos en presencia de un CDI
ni de programa de ordenador alguno.
448
En este sentido se ha manifestado VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Cánones del software: interpretación de los convenios de doble imposición”, Revista
de Derecho Financiero y Hacienda Pública, enero-marzo, núm. 267, 2003, nota 10 en
p. 19 donde califica a toda esta serie de pronunciamientos como “inflación
jurisprudencial”.
237
Alejandro García Heredia
Por lo que se refiere al caso “IBM”, la norma jurídica sobre la que gira la
discusión es el art. 12.2 del Convenio entre España y EEUU. en el que se
contempla una soberanía fiscal limitada del Estado de la fuente y se establecen
tres límites de gravamen diferenciados según la procedencia de los cánones:
449
A título simplemente de curiosidad y prurito investigador indicamos que
“International Business Machines Corporation” (IBM Corporation) se encuentra
domiciliada en Old Oschard Road, Armonk, New York 10504 EE.UU.
450
Vid. RTEAC de 29 de septiembre de 1993 (JT 1993/1398). En idéntico sentido, la
RTEAC de 30 de abril de 1996 (JT 1996/566).
238
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ordenador deben ser caracterizados como obras literarias y no científicas, por
lo que resultaría aplicable el tipo del 5%.
451
En este sentido, siguiendo a VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del
software: interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 20, no
podemos dejar de mencionar una cuestión que confesamos no saber como habrá
podido solucionarse en la práctica. El problema se produce porque en un primer
momento la Administración retiene el 8% de los pagos del software considerando que
se trata de una obra científica y, posteriormente, el TS concluye que la retención es
sólo del 5%. Por ello, el TS obliga a devolver ese tres por ciento indebidamente
retenido porque el Estado español ha gravado una parcela impositiva que
correspondía al Estado de la residencia. El problema es que en EE.UU. es probable
que ya se haya deducido el 8% retenido en España en un primer momento y, por lo
tanto, pudiera surgir así un problema de “doble no imposición” o “doble exención”. De
este modo, al proceder a la devolución de las cantidades indebidamente retenidas,
parece que existen unas rentas que no habrán sido gravadas ni en España ni en
EE.UU. En España no lo han sido porque se procede a la devolución de tales
cantidades, pues tan sólo debía retenerse un 5% y no un 8% como se hizo en su
momento. Por su parte, EE.UU tampoco habrá gravado tales rentas, ya que admitió
una deducción por impuesto extranjero de un 8%.
452
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “La calificación de los cánones de los
programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y Estados Unidos”,
Revista de Contabilidad y Tributación (CEF), núm. 15, 1999, p. 135 y, del mismo
autor, “Convenios de doble imposición y rentas derivadas de los programas de
ordenador”, ob. cit., p. 112.
239
Alejandro García Heredia
inadaptación del Convenio a los contenidos que tradicionalmente se han
otorgado a los derechos de autor. La legislación de propiedad intelectual no
establece disposiciones concretas según las obras sean literarias, artísticas,
científicas o de otra clase, sino que todas las obras protegidas por los derechos
de autor participan de un régimen común. Por el contrario, en el contexto de la
fiscalidad internacional, el CDI con EE.UU. ha llevado a cabo una ablación de
esa tríada convencional de los derechos de autor al establecer un tratamiento
distinto en función de la naturaleza de los mismos. El establecimiento de un
trato diferenciado para los derechos de autor sobre las obras científicas con
respecto a las literarias, implica que esta categoría disfrute de una autonomía
de la que carece en su sede natural. Esta circunstancia provoca una situación
de inseguridad jurídica debido a que la precisión que exige la norma tributaria
no existe en el contexto jurídico de la propiedad intelectual. En este sentido,
VÁZQUEZ DEL REY ha señalado que “a través de esta vía se viene a generar
un problema de difícil solución, como es la necesidad de delimitar jurídicamente
los campos de la ciencia y de la literatura, lo cual si ya tradicionalmente ha
venido excediendo de las pretensiones de la legislación sobre derechos de
autor, con mayor motivo no puede constituir el objeto de una previsión aislada
del Convenio de Doble Imposición entre España y EE.UU.”453.
453
VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “La calificación de los cánones de los
programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y Estados Unidos”,
ob. cit., p. 135.
454
Esta es la postura que mantiene VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A. en sus
obras “La calificación de los cánones de los programas de ordenador en el Convenio
impositivo entre España y Estados Unidos”, ob. cit., p. 137, nota 106; “Convenios de
Doble Imposición y rentas derivadas de los programas de ordenador”, ob. cit., pp. 109
240
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
241
Alejandro García Heredia
estos enunciados figura de manera expresa una referencia a las obras
científicas o, al menos, estas se incluyen con carácter general en el término
más amplio “derechos de autor”; como es el caso de estos últimos Convenios.
En cambio, otros CDI, cuando contemplan un límite de gravamen menor para
los cánones por derechos de autor, tan sólo se refieren a cánones por
“derechos de autor sobre obras literarias o artísticas (Francia –1995- ), sobre
“obras literarias, dramáticas, musicales o artísticas” (Israel –1999-, Italia –1977-
o URSS –1985- ) o sobre “obras literarias, teatrales, musicales o artísticas”
(Argentina –1992-,). En estas formulaciones, a diferencia de las anteriores, se
excluye una mención expresa a las obras científicas. La referencia a los
cánones por derechos de autor sobre obras científicas no figura por ninguna
parte, ni puede considerarse incluida en una formulación más genérica que se
refiera a los derechos de autor sin especificar su naturaleza, pues esta
formulación genérica tampoco existe en este grupo de convenios.
242
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
mención a las obras científicas. Sea una u otra la calificación que se le de al
software –literario o científico-, sus rentas van a tributar siempre al límite
reducido previsto para los derechos de autor, aún cuando sólo se mencionen
las obras literarias y no las científicas, pues aquellas también incluyen a éstas.
El artículo de interpretación de los CDI que sigue el art. 3.2 del MC OCDE
establece que para solucionar el conflicto de interpretación se debe acudir al
Derecho interno del Estado que aplica el convenio, a menos que del contexto
del tratado se infiera una solución diferente. Hay que tener en cuenta, además,
que en alguna ocasión los convenios remiten expresamente a la legislación
interna de uno de los Estados contratantes para determinar el significado de un
455
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del software: interpretación
de los convenios de doble imposición”, ob. cit., nota 8 en p. 18.
243
Alejandro García Heredia
término recogido en el convenio456. Un peculiar ejemplo de esta técnica es el
caso de la disposición 9 b) del Protocolo al Convenio hispano-estadounidense:
456
Es el caso, por ejemplo, del concepto de bienes inmuebles. El art. 6. 2 MC OCDE
establece que el significado de este término será el que le atribuya el Derecho del
Estado en el que los bienes estén situados. Si bien, el Modelo señala una serie de
bienes que, en todo caso, tendrán la consideración de inmuebles.
457
Esta disposición no tiene parangón en otros CDI suscritos por España. Ni siquiera
existe en el Convenio con Irlanda en el que como hemos dicho también se mantiene,
como en el de EE.UU., la misma distribución del gravamen en la fuente para los
cánones distinguiendo entre unos y otros derechos de autor.
244
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En nuestra opinión, la regla general del art. 3.2 y la particular del
Protocolo no deben estar gobernadas por una relación de jerarquía sino por el
principio de complementariedad, en cuya virtud, lo general y lo especial, antes
que preterirse, se integran. Consideramos que la especialidad de la disposición
del Protocolo no excluye lo previsto con carácter general en el art. 3.2, sino que
lo matiza, estableciendo una particularidad para un caso concreto. El caso
concreto es “el significado de la expresión obra científica” y, la particularidad,
“la remisión a la legislación interna del Estado de la fuente”. Para todo lo demás
consideramos que es plenamente aplicable lo previsto en la regla general del
art. 3.2 De manera que, aún cuando la regla especial no menciona el contexto
ni el procedimiento amistoso, ambos deben ser tenidos en cuenta. Tampoco
debe plantear dudas cuál es el orden de remisión al Derecho interno que
establece la disposición 9 b) del Protocolo, pues para ello se debe aplicar lo
previsto en la regla general del art. 3.2 del convenio, es decir, primero leyes
fiscales de los impuestos objeto del convenio, segundo el resto de la leyes
fiscales y, tercero, cualquier otra ley de ese Estado.
458
En el mismo sentido se manifiesta VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Cánones del software: interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit.,
p. 32 y nota 41 en la misma página.
245
Alejandro García Heredia
incondicionada. En este sentido, el Estado de la residencia no estaría obligado
a reconocer cualquier calificación efectuada por el Estado de la fuente, sino
que para que la calificación vincule al Estado de la residencia es necesario que
la misma se haya realizado correctamente de acuerdo con la ley del Estado de
la fuente e, igualmente, teniendo en cuenta el contexto del convenio459. En
nuestra opinión, el Estado de la residencia no está obligado a aceptar una
calificación que pudiera ser contraria al contexto del convenio, pues este mismo
instrumento debe ser tenido en cuenta en virtud del art. 3.2 del tratado. Por
ejemplo, la fuente no podría calificar los programas de ordenador como obras
técnicas y aplicar, en consecuencia, el límite de gravamen residual del 10%, a
pesar de que su ley interna considere así los programas de ordenador460. Los
programas de ordenador son obras protegidas en casi todo el mundo por los
derechos de autor y es precisamente en este contexto en el que se celebra el
Convenio hispano-estadounidense. Por lo tanto, los cánones del software
deberían estar sometidos a alguno de los tipos previstos para tales derechos,
pero nunca a un tipo residual.
459
En términos similares se manifiesta el Comentario de la OCDE al art. 23 en el que
se señala que el Estado de la residencia debe aceptar la calificación del Estado de la
fuente al objeto de eliminar la doble imposición, siempre que la misma sea conforme
con el Derecho interno de este último Estado (cfr. parágrafos 32.1-32.7)
460
Este podría ser el caso de LRNR española, pues el concepto de canon de la misma
incluye a los pagos de programas de ordenador pero los sitúa en un apartado diferente
al de los pagos por derechos de autor. Por ello, la DGT ya ha considerado en alguna
Resolución que los cánones del software están sujetos al límete residual del 10% del
CDI hispano-estadounidense (vid. RDGT 8 de julio 2003 -0956-03-).
246
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
461
Para un estudio de estos preceptos en el marco de los CDI vid. CALDERON
CARRERO, J. M. y PIÑA GARRIDO, Mª. D., “Interpretation of Tax Treaties”, ob. cit.,
pp. 377 y 378 y la nota al pie núm. 10 para las decisiones judiciales y administrativas
al respecto. Como han considerado varios autores, la relación que existe entre el
precepto contenido en la norma civil y en la tributaria es del todo complementaria. La
LGT de 1963 ya lo advertía al hacer referencia en su apartado primero a la
interpretación de las normas tributarias con arreglo a los criterios admitidos en
Derecho. Por su parte, la nueva LGT precisa esta cuestión y se refiere expresamente
en su art. 12.1 a la interpretación de las normas tributarias según el art. 3.1 CC. Con
ello, no hay duda de la complementariedad existente entre los criterios de
interpretación que recoge el precepto del CC y los que figuran en el art. 12.2 LGT.
Este precepto se refiere, como ya hacía la antigua Ley, a la interpretación de las
normas tributarias según el sentido jurídico, técnico o usual, según proceda. Al
respecto, debemos saber que cuando el legislador fiscal utiliza términos extrajurídicos,
deben ser interpretados con base en el sentido técnico que el mismo tenga en su
respectiva rama del conocimiento o bien en función de un sentido vulgar o usual. La
elección entre el sentido técnico o vulgar dependerá de la finalidad que persiga la
norma. Así, será necesario realizar una labor de indagación teleológica para apreciar
cuál de ambos sentidos es el que procede (“según proceda”, dice el precepto). Esta
cuestión ha sido puesta de manifiesto en el conocido “caso de los mejillones”, en el
que se trataba de determinar si los mismos eran considerados o no como peces. En
este caso, se puso de manifiesto que, según el sentido técnico, el mejillón no era un
pez sino un marisco. Por el contrario, según el sentido vulgar o usual, se consideraba
pez, pues se vendía en las pescaderías al igual que otros productos de mar. Sobre
este caso y otros relacionados con el significado técnico o usual de los términos
extrajurídico nos remitimos a la obra de GONZÁLEZ GARCÍA, E., La interpretación de
las normas tributarias, Aranzadi, Pamplona, 1997, pp. 35-45. En el caso que nos
ocupa de los programas de ordenador, las decisiones estudiadas se refieren
genéricamente al sentido técnico y usual, sin efectuar mayores distinciones entre
ambos.
247
Alejandro García Heredia
programas de ordenador serán protegidos por los derechos de autor como
obras literarias462. Según la AN y el TS la interpretación técnica y usual se debe
rechazar en este caso porque provoca una inseguridad jurídica y ésta se puede
salvar con fundamentos más sólidos, como son los contenidos en Ley 16/1993
que califica los programas como obras literarias. Lo sorprendente es que los
propios tribunales han considerado que una interpretación que tiene su
fundamento en una Ley que asimila la protección del software a la de la obras
literarias es una interpretación finalista o teleológica463. En nuestra opinión,
estos razonamientos con apoyo en la Ley 16/1993 prescinden totalmente de la
finalidad que persigue el CDI con EE.UU. al establecer diferentes límites de
gravamen en la fuente464.
462
Esta cuestión será tratada a fondo en el apartado 6 de este capítulo: “Variedad de
posiciones ante la caracterización de los programas de ordenador”
463
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del software: interpretación
de los convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 42. En palabras de la AN, en su
Sentencia primigenia de 10 de octubre de 1995 (FD Cuarto), se afirma lo siguiente:
“Sin embargo, los distintos medios de hermenéutica legal han de ceder conforme al
propio artículo 3.1 del Código Civil (“...atendiendo fundamentalmente al espíritu y
finalidad de aquellas”) ante la interpretación teleológica y justamente a ésta es a la que
se atiende hoy no ya en un sentido usual o conforme a una práctica –que ni tan
siguiera una costumbre- sino en una norma con rango de Ley”.
464
Tan sólo la RTEAR de Madrid de 30 de septiembre de 1992 que ya hemos citado
contiene unas líneas en las que apunta alguna de las razones por las que se ha
decidido establecer unos tipos diferenciados para los derechos de autor (Resolución
reproducida en CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, ob. cit., pp. 3 y 4).
465
Con carácter casi exclusivo podemos citar alguna consulta de la DGT, como la de
18 de abril de 1991, en la que se alude al “sentido corriente de los términos” del art. 31
de la Convención de Viena para concluir que los pagos por software deben estar
sometidos al límite residual del 10% por ser los programas de ordenador una obra
248
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
su trasunta de 30 de abril de 1996 efectúan alguna referencia a criterios de
interpretación de orden internacional, citando la disposición 9 b) del Protocolo y
los Comentarios de la OCDE sobre programas de ordenador466. Por el
contrario, la inmensa mayoría de las decisiones se apoyan en elementos
interpretativos del Derecho interno, por un lado, en los arts. 3.1 CC y 23.2 LGT
para la interpretación técnica y usual y, por otro, en la Ley 16/1993 para una
interpretación normativa o positivista. A pesar de la importancia que la CVDT
presenta en la interpretación de los tratados internacionales, las decisiones
estudiadas no se refieren a ella por ninguna parte. No obstante, es cierto que
tras un análisis de los criterios de interpretación que figuran en la CVDT y en el
art. 3.1 del CC al que se refieren las decisiones, se podría concluir que ambos
criterios son bastante similares467. Sin embargo, consideramos que la solución
jurídicamente más correcta hubiera sido acudir antes a las normas de
interpretación de los tratados que albergan los arts. 31-33 CVDT. Esta práctica
de atender exclusivamente a criterio internos de interpretación, no resulta
249
Alejandro García Heredia
extraña en la aplicación general de los tratados internacionales por nuestros
tribunales468.
Llegados a este punto, resumimos los principales criterios de
interpretación seguidos por nuestros órganos judiciales y administrativos para
resolver la caracterización de los programas de ordenador en el convenio
hispano-estadounidense469. Por un lado, el TEAC ha interpretado los
programas de ordenador según el sentido técnico y usual del término, con base
en los art. 3.1 CC y 23.1 LGT. Esta misma postura también ha sido corroborada
por los órganos judiciales, aunque, finalmente, éstos se decantaron por la
interpretación según el sentido normativo. Así, la AN y el TS han resuelto el
problema del software mediante una interpretación basada en el sentido
normativo de la Ley 16/1993, sin embargo, según su criterio, dicha
interpretación se debe considerar teleológica o finalista. Por último, lo que a
nuestro juicio es una auténtica interpretación finalista no ha tenido casi acogida
para resolver los problemas de las rentas del software en el Convenio con
EE.UU.470. De acuerdo con esta clase de interpretación, habría que determinar
468
Cfr. GONZÁLEZ CAMPOS, J. D.; SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, L. I. y SÁENZ DE
SANTAMARÍA, P. A., Curso de Derecho Internacional Público, ob. cit., p. 313.
469
Se deben resaltar dos pronunciamientos que se apartan del resto. Por una parte, la
RDGT de 18 de abril de 1991 donde se sigue el criterio de interpretación del sentido
corriente de los términos que establece el art. 31CVDT. Por otro lado, la RTEAR de
Madrid de 30 de septiembre de 1992, en la que se apunta una interpretación finalista o
teleológica de los términos controvertidos del Convenio con EE.UU.
470
La única salvedad a esta afirmación en la materia que examinamos sería la RTEAR
de Madrid de 30 de septiembre de 1992. Como han puesto de manifiesto CALDERON
CARRERO, J. M. y PIÑA GARRIDO, Mª. D., “Interpretation of Tax Treaties”, ob. cit.,
pp. 381, la interpretación finalista a penas ha sido utilizada por nuestros órganos
administrativos y judiciales en la aplicación de los Convenios. Además, las raras
ocasiones en la que utilizan este criterio lo hacen para abundar o justificar en mayor
medida la solución que ya han alcanzado por otros medios de interpretación, como el
literal o el sistemático. La interpretación literal de los CDI es la que mayor
predicamento ha tenido entre nuestros tribunales y órganos administrativos. Esto
mismo sucede en otros Estados de nuestro entorno, como Francia, donde los órganos
judiciales también se muestran bastante reticentes a hacer uso de otros medios de
interpretación que no sean el literal (Cfr. GUTMANN D., “Tax Treaty Interpretation in
France, the relevance of EC law”, EC Tax Review, núm. 4, 2001, pp. 206-210). Sin
embargo, consideramos, como señala este autor, que tal situación no puede perdurar
en el tiempo y cada vez más, por influencia del Derecho comunitario, iremos viendo
como los tribunales comienzan a tener presentes, en mayor medida, otros medios de
interpretación de los Convenios que figuran en la CVDT y en art. 3.2 MC OCDE (Cfr.
250
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
cual es la causa y finalidad por la que se establecen diferentes límites de
gravamen en la fuente para unos y otros derechos de autor. En nuestra opinión
una correcta interpretación de la caracterización que se debe otorgar al
software debe pasar por un examen de la finalidad que ha llevado a establecer
en el Convenio diferentes límites de gravamen en la fuente471. La interpretación
del CDI con EE.UU. debe ser, en este punto, una interpretación finalista o
teleológica, como ya ha defendido doctrina autorizada en esta materia que
nosotros compartimos472.
GUTMANN D., “Tax Treaty Interpretation in France, the relevance of EC law”, ob. cit.,
p. 210).
471
Sobre el este tema nos remitimos al apartado 7 de este capítulo.
472
Cfr. CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, Monografías Carta Tributaria, núm. 286, marzo, 1998, pp. 10-12 y los tres
trabajos de VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “La calificación de los cánones de
los programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y Estados
Unidos”, ob. cit., pp. 136-144 et pássim; “Convenios de doble imposición y rentas
derivadas de programas de ordenador”, ob. cit., pássim; “Cánones del software:
interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit., pássim.
473
Esta clasificación general de las obras en litarias, artísticas y científicas tiene su
origen en la antigua Ley de Propiedad Intelectual de 10 de enero de 1879 y se
encuentra también en el Derecho comparado. Así, el parágrafo 2 de la Ley alemana de
9 de septiembre de 1995 contiene la misma clasificación. (Cfr. BERCOVITZ
RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley de Propiedad
Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador) , ob. cit., p. 158).
251
Alejandro García Heredia
una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el sólo hecho de
su creación” y, el art. 10.1, indica que “son objeto de propiedad intelectual
todas las creaciones originales literarias, artísticas o científicas expresadas por
cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente conocido o que se
invente en el futuro (...)”474. A continuación la Ley añade un elenco abierto y no
taxativo de las obras objeto de protección por la propiedad intelectual475. Ante
esta situación, es normal cuestionarse si existe alguna diferencia entre los
conceptos de obra literaria, artística y científica o si, por el contrario, la
legislación de derechos de autor apenas otorga relevancia a tal distinción.
474
Las cursivas son nuestras.
475
La Ley indica que, entre las creaciones originales susceptibles de protección, se
encuentran: “a) Los libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y
alocuciones, conferencias, informes forenses, explicaciones de cátedra y cualesquiera
otras obras de la misma naturaleza. b) Las composiciones musicales, con o sin letra.
c) Las obras dramáticas y dramático-musicales, las coreografías, las pantomimas y, en
general, las obras teatrales. d) Las obras cinematográficas y cualesquiera otras obras
audiovisuales. e) Las esculturas y las obras de pintura, dibujo, grabado, litografía y las
historietas gráficas, tebeos o comics, así como sus ensayos o bocetos y las demás
obras plásticas, sean o no aplicadas. f) Los proyectos, planos, maquetas y diseños de
obras arquitectónicas y de ingeniería. g) Los gráficos, mapas y diseños relativos a la
topografía, la geografía y, en general, a la ciencia. h) Las obras fotográficas y las
expresadas por procedimiento análogo a la fotografía. i) Los programas de
ordenador”. La negrita es nuestra.
476
Cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley
de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit.,
p. 158.
477
Cfr. Ibidem.
252
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
el fin de ampliar, en la medida de lo posible, el ámbito de protección de los
derechos de autor478.
478
En el Derecho comparado, como hemos dicho, la Ley alemana también contiene la
clasificación tripartita de literatura, arte y ciencia. Sin embargo, en muchos otros
países se ha optado por fórmulas todavía más genéricas, como es el caso de la
empleada por la Ley francesa que se refiere a la protección de las obras intelectuales
o del espíritu, cualquiera que sea el género al que pertenezcan (arts. L.112-1 y L.112-2
del Código de la Propiedad Intelectual, aprobado por Ley núm. 92-597, de 1 de julio de
1992 –antiguos arts 2 y 3 de la Ley de 11 de marzo de 1957) (Cfr. BERCOVITZ
RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley de Propiedad
Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit., pp. 158 y
164).
479
Ejemplos citados por Ídem, p. 164.
480
Por estas razones, no compartimos la interpretación que el TEAR de Madrid realiza
del art. 10.1 LPI. La Resolución de este Tribunal de 30 de septiembre de 1992
(reprodudia en CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, ob. cit., pp. 3 y 4) considera que, cuando el art. 10.1 indica que son objeto de
propiedad intelectual las creaciones literarias, artísticas o científicas, el elenco
ejemplificativo que enumera a continuación, debe seguir ese mismo orden: 1º las
creaciones literarias, 2º las artísticas y 3º las científicas. En este sentido, señala que la
enumeración comienza con los libros -que sería lo más literario-, continúa con la
música, el cine, la escultura o la arquitectura –según el Tribunal, a medio camino entre
el arte y la ciencia- y, después, vendría la ingeniería o la ciencia en general. En este
orden de cosas, como los programas de ordenador es la última creación que enumera
la Ley, el Tribunal considera que puede ser lo más científico o lo menos literario o
artístico de todo.
253
Alejandro García Heredia
Este fue el error que cometió el TEAC cuando se aventuró en unas
ambiciosas líneas a deslindar los campos de la literatura y de la ciencia. El
resultado no pudo ser otro que una superposición y confusión entre ambos,
debido a que las características que otorgaba a lo literario también podían ser
científicas y viceversa. El TEAC trató de diferenciar las obras científicas de las
literarias con base tanto en su contenido como en su lenguaje481. En relación
con el contenido, el TEAC destacó la objetividad y claridad de la obra científica
en contraposición con la belleza en la exposición, el atractivo del lenguaje o la
imaginación fantástica del autor que existen en la obra literaria. En palabras del
TEAC “el contenido de la obra científica tiende a ser algo objetivamente
comprobable, en la obra literaria este referente objetivo de la posible
comprobación de su contenido carece de todo valor”. Desde la perspectiva del
lenguaje, afirmó que, el científico, por la objetividad que persigue, utiliza
términos denotativos, monosémicos y unívocos, mientras que el texto literario
utiliza términos ambiguos, polisémicos y herméticos, debido a que pretende
cultivar las diferentes sensaciones –placer, entretenimiento, ilustración-. Se
puede apreciar como la barrera entre ambos tipos de obras es tan confusa y
sutil que se podría decir que a penas existe. La diferencia que hace el TEAC
entre ambos tipos de obras se debería poner en entredicho preguntándose si
acaso una obra científica no puede utilizar una exposición bella y un lenguaje
atractivo o si un texto literario no puede ser objetivo y claro y una obra científica
utilizar términos ambiguos o polisémicos482.
481
Vid. RTEAC de 29 de septiembre de 1993 (JT 1993/1398). En idéntico sentido, la
RTEAC de 30 de abril de 1996 (JT 1996/566).
482
Esto se aprecia muy bien en el campo del Derecho y los conceptos jurídicos
indeterminados. ¿Supone esto que un Tratado de Derecho Público podría ser una
obra literaria por utilizar expresiones polisémicas, mientras que uno de Ingeniería
Geodésica y Cartográfica es científico por utilizar términos monosémicos y unívocos?
–si es que los utiliza, que probablemente tampoco sea así-. La superposición de las
definiciones dadas por el TEAC, también se pone de manifiesto en la dificultad que
tendríamos con ellas para calificar, por ejemplo, el género de los ensayos.
254
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
amplia, como es la propiedad intelectual, se ha realizado nunca semejante
distinción. Cuando la LPI establece una clasificación de las obras en literarias,
artísticas y científicas, tan sólo pretende determinar su ámbito de aplicación, en
modo alguno, definir los contenidos que integran tales expresiones, pues esto
es una ambiciosa tarea avocada al fracaso, cuyo exponente han sido los
pronunciamientos del TEAC analizados483.
483
Otro ambicioso y fallido intento por deslindar los campos de la literatura y de la
ciencia lo encontramos en el Considerando 5º de la RTEAR de Madrid de 30 de
septiembre de 1992 (reproducido por VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Cánones del software: interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit.,
nota 94 en p. 56). Este pronunciamiento se muestra, incluso, más erudito que los del
TEAC, por lo que no duda en citar a los formalista rusos –con fecha incluida-, al
romanticismo alemán y hasta al propio Aristóteles. El Considerando que a
continuación reproducimos no tiene desperdicio: “los programas de ordenador no
pueden considerarse obras literarias en vez de obras científicas, no por el fondo, pues
la realidad literaria es imaginaria, no importa la objetividad sino la verosimilitud, incluso
dentro de lo fantástico, mientras que la ciencia busca la objetividad, la claridad,
dominar una realidad; ni por la forma o lenguaje utilizado, pues uno de los modos de
abordar el estudio de la Literatura, introducido por los formalistas rusos (1915-1929) y
generalmente utilizado en nuestros días a través de la distinción lenguaje literario,
lenguaje científico, lenguaje ordinario o de conversación, siendo totalmente opuestos
al lenguaje científico, y el literario, teniendo este último unas características o
propiedad imposibles de encontrar imposibles de encontrar (sic) en un programa de
ordenador. En cuanto a la clasificación de los géneros o formas literarias (Aristóteles:
Comedia, Tragedia y Épica; Romanticismo Alemán: Épica, Lírica y Teatro), los
programas de ordenador son inencajables)”. Más adelante veremos, sin embargo, que
esta RTEAR de Madrid también debe resaltarse, no por razones de erudición literaria,
sino por algo de mayor importancia para este caso, como es la finalidad que persigue
el Convenio al indicar diferentes límites de gravamen.
255
Alejandro García Heredia
la perspectiva fiscal esa irrelevancia del contenido en el ámbito de los derechos
de autor, también ha tenido su plasmación en el tratamiento fiscal del software.
Los pronunciamiento administrativos y judiciales sobre la caracterización de los
programas en el CDI con EE.UU., no han prestado en ningún momento
atención al contenido que pudieran tener los programas objeto de la
controversia; contenido que, por otro lado, como señalan las Sentencias, ni si
quiera constaba en los expedientes del caso.
Esta idea parece que está clara en todos los pronunciamientos sobre los
cánones del software, tanto de la DGT y del TEAC, como de la AN y del TS,
pues en ninguno de ellos se repara en el posible contenido que pudieran tener
los programas objeto del caso de autos. Todas las Sentencias citadas del TS,
en sus FD 2º, añaden a lo ya dicho por la AN que tanto la LPI como el art. 428
CC ponen de manifiesto como el objeto de los derecho de autor se refiere a
“formas de expresión, no a contenidos, por la elemental razón de que no son
las ideas científicas, literarias o artísticas las que constituyen dicho objeto, sino
su “expresión” en las “obras” correspondientes”
256
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
más bien, lo que no tiene carácter científico, es decir, lo que en algún grado
puede ser calificado de literario (o artístico)484. El art. 2 del Convenio de Berna
afirma que “los términos obras literarias y artísticas comprenden todas las
producciones en el campo literario, científico y artístico, cualquiera que sea el
modo o forma de expresión (...)”485. La OMPI indica en el mismo sentido que
“desde el punto de vista de los derechos de autor, la referencia a la obra
literaria va comúnmente referida a toda clase de obras escritas originales, ya
pertenezcan a las bellas artes o se trate de obras de naturaleza científica,
técnica o simplemente práctica, con independencia de su valor o finalidad”486.
484
Cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley
de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit.,
p. 166.
485
La cursiva es nuestra. Para la consulta de las normas internacionales en materia de
propiedad intelectual recomendamos visitar la página de la OMPI: www.wipo.org. Por
lo que se refiere a la normativa nacional, esta puede encontrarse en la página de la
Asociación Española de Propiedad Intelectual: www.aedpi.com.
486
WIPO, Glosary of Terms of the Law of Copyright and Neighboring Rights, World
Intellectual Property Organization, Ginebra, 1980, p. 149. La cursiva del texto es
nuestra.
487
Cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley
de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit.,
p. 166.
257
Alejandro García Heredia
Por todo ello, consideramos que el concepto obra literaria se refiere a
toda producción escrita –sobre papel o sobre cualquier otro medio-, con
independencia de su contenido, no importa que sea una rima de Bécquer o un
Tratado sobre Mecánica de Fluidos. Los derechos de autor protegen el exterior,
la forma a cuyo través toma cuerpo la idea, pero no la idea en sí, esto es, la
protección se cierne sobre la palabra como forma de expresión, pero no sobre
lo que dice. Lo contrario, supondría que cada vez que estemos en presencia de
un escrito nos veríamos en la difícil tesitura –cuando no imposible- de calificarlo
como arte o como ciencia, para finalmente llevarlo al tipo del 5% o del 8% que
prevé un CDI. Y en caso de lograr semejante tarea el resultado carecería de
sentido, por ejemplo, mientras Zalacaín el Aventurero iría al límite del 5%, un
manual de Derecho Financiero y Tributario iría al 8%.
488
Cfr. DELGADO ECHEVERRÍA, J., “Programas de ordenador” en Comentarios a la
Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob.
cit., p. 1360 y notas 62 y 63.
258
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
programas se diseñan y se usan para conseguir que los ordenadores realicen
tareas específicas, hasta el punto de que el primer destinatario de un programa
de ordenador no puede ser, sino, el propio ordenador, debiendo éste proceder
a la lectura del programa para hacerlo inteligible al sentido humano. En otras
palabras, un libro se escribe para que lo lea una persona, pero un programa se
“escribe” para que sea leído por un ordenador, por más que su resultado se
dirija a una audiencia humana.
489
Algunos pronunciamientos se han manifestado en contra de la consideración del
software como obras literarias, de una forma tan pasional y vehemente, que llegan
incluso a contener fragmentos tan delirantes que no podemos resistimos a reproducir:
“(...) nadie que se sepa, ha calificado (desinteresadamente) al World Perfect de obra
literaria; si se concediera el Premio Nobel de Literatura al autor del Lotus 1, 2, 3, sería
algo, más que inusual, inaudito” (RTEAR de Madrid de 30 de septiembre de 1992
recogida en CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, ob. cit., pp. 3 y 4).
490
Cfr. parágrafo 13.1 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE cuando afirma:
“Ninguna de estas categorías parece plenamente satisfactoria. La legislación de
derechos de autor de muchos países se enfrenta al problema clasificando
específicamente a los programas de ordenador como obras literarias o científicas.
Para otros países, el tratamiento como obra científica puede ser la aproximación más
realista”. Sobre estas líneas debemos hacer una pequeña matización. No podemos
dejar de señalar que desde el MC OCDE 2000, se ha producido una ligera variación
en la forma de expresión que utilizan los comentaristas para indicar que los programas
de ordenador pueden estar más cerca de las obras científicas que de las literarias. En
este sentido, la OCDE desde que en 1992 se introdujeron los comentarios relativos al
259
Alejandro García Heredia
embargo, importantes diferencias que impiden una equiparación entre los
programas de ordenador y las obras científicas. Mientras los escritos científicos
describen como conseguir resultados técnicos, los programas de ordenador
pretenden, directamente, dichos resultados, por lo que éstos no describen
como lograr unos determinados resultados, sino que son los instrumentos o
herramientas para conseguirlos. Ello implica que los programas de ordenador
se configuren, más bien, como obras utilitarias, que se aprecian y distinguen
entre ellas por su eficiencia tecnológica, antes que por ser expresión de una
personalidad individual –la mayoría de las veces no se conoce al autor- o por
transmitir el contenido intelectual a un destinatario humano –propiamente, el
programa no tiene destinatarios humanos, por más que algunos humanos
puedan entenderlo, el destinatario es el ordenador que lo procesa-491.
261
Alejandro García Heredia
los derechos de autor no sólo resulta inútil, sino, lo que es peor, lleva a
inferencias equivocadas495.
Las posiciones más frecuentes han sido, por un lado, las que defienden
que los programas de ordenador son obras literarias (AN y TS. También alguna
RTEAC) y, por otro, las que consideran que son obras científicas (DGT y
TEAC). Sin embargo, también se ha dicho en alguna RDGT que se trata de
495
Cfr. DELGADO ECHEVERRÍA, J., “Programas de ordenador” en Comentarios a la
Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob.
cit., p. 1360.
496
Considerandos 5º y 6º de las RRTEAC de 29 de septiembre de 1993 (JT
1993/1398) y 30 de abril de 1996 (JT 1996/566).
497
Entre otros, F.D. tercero de la SAN de 10 de octubre de 1995 (JT 1995/1205), que
luego comparten las SSTS, al igual que hacen con todos los argumentos expuestos
por la AN (vid., entre otros, F.D. Segundo de las STS de 28 de abril de 2001 -RJ
2001/5361-).
262
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
una obra técnica y, en consecuencia, no se podría ubicar ni en el límite del 5%
para las literarias ni en el del 8% para las científicas, sino que debería ir al
límite residual del 10% establecido para los casos no comprendidos en las
categorías anteriores. Por otra parte, se debe resaltar la RTEAR de Madrid de
30 de septiembre de 1992 como contrapunto al resto de los pronunciamientos
en cuanto a la solución alcanzada y los criterios de interpretación seguidos.
498
Puede consultarse Resolución de 18 de abril de 1991, reproducida por GONZÁLEZ
POVEDA, V., Tributación de no residentes, ob. cit., p. 361. Igualmente, aunque no se
dijera expresamente que son obras técnicas, son varias las RRDGT en las que se ha
considerado que los programas deben estar sometido al límite del 10% del art. 12.2 c)
del Convenio [Vid. RRDGT de 1 de noviembre de 1991 y 6 de febrero de 1992
(reproducida en GONZÁLEZ POVEDA, V., Tratados y Convenios Internacionales, 2ª
ed., CISS, Valencia, 1993. pp. 1054 y 1058)].
499
Estos mismos términos se repiten en la RDGT de 13 de enero de 1995
(reproducida en DE ARESPACOCHAGA, J., Planificación fiscal internacional, Marcial
Pons, 2ª ed., Madrid-Barcelona, 1998, p. 84).
263
Alejandro García Heredia
500
Reproducida en CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, ob. cit., pp. 3 y 4.
501
En este sentido afirma que “(...) teniendo en cuenta que lo que protegen los
derechos de autor es la originalidad y que en los programas de ordenador, como se
afirma en el informe del conocido Catedrático de Derecho Civil, la originalidad es
mínima, llegamos a la conclusión de que, (...), la cantidad que puede retribuir es (sic) –
creemos que debería decir, por- derechos de autor es mínima. El grueso del canon
debe retribuir la utilización de patentes, marcas, tecnología, asistencia técnica, etc.,
que no siendo derechos de autor, películas ni equipos, no podrían encuadrarse en las
letras a) o b) del art. 12.2, tributando por ello al tipo residual o general del 10 por ciento
(letra C)”.
502
Cfr. parágrafo 11.6 del Comentario al art 12 MC OCDE.
503
El TEAR señala que “(...)atendidos el prestigio comercial, de organización, de
tecnología, de asistencia técnica que tiene “X”, frente a la parte de propiedad
intelectual que puedan llevar incorporada sus programas(...)” el tipo que se debería
aplicar es el del 10%
264
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
aplicado504. No estamos de acuerdo con la Resolución del TEAR en cuanto
admite la posibilidad de que los cánones del software estén sometidos al 10%
por razón de la naturaleza mixta del contrato. Si bien es cierto que la protección
de los programas de ordenador por los derechos de autor es compatible con
muchas otras formas de protección jurídica, no lo es menos que la forma
primera y principal de protección del software es a través de los derechos de
autor y el hecho de que esta protección pueda ser compatible con otras no
debería excluir la aplicación de los límites previstos para los cánones por
derechos de autor.
En relación con la aplicación del límite más elevado del 10% se debe citar
también el CDI entre EE.UU. e Italia (1984). En el Convenio de 1984 se
enuncian tres límites de gravamen en la fuente: uno del 5% para los derechos
de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas, otro del 8% para los
derechos sobre películas y programas de radio o televisión y, por último, un
límite residual del 10% previsto para “todos los demás casos”. La Technical
Explanation del citado Convenio indica que “se ha acordado que los derechos
para el uso, o el derecho al uso, de programas de ordenador se considerarán
otros derechos sujetos al límite del 10%”505. En este caso los programas de
ordenador no se han considerado dentro de la categoría prevista para los
derechos de autor, probablemente, debido a que en aquel momento, la
protección del software por los derechos de autor aún no había alcanzado ni en
EE.UU. ni en Italia el predicamento que tiene en nuestros días506. En la nueva
504
El TEAR afirma “que no es misión de este Tribunal agravar la situación jurídica
particular de la reclamante, y dado que la liquidación provisional reclamada se practicó
al 8 por ciento (...) nos limitaremos a rechazar que los programas de ordenador
puedan calificarse ni siquiera remotamente, de obras litearias”.
505
Citada por JONES, J. B. y MATTSON, R. N. (IFA), “Ponencia General”, ob. cit., p.
131.
506
Es cierto que EE.UU. fue el primer país del mundo en proteger el software por los
derechos de autor. Aún así, esta protección comienza a rezumar en 1964, cuando la
Copyright Office y algunas decisiones jurisprudenciales se mostraban favorables a la
misma. Sin embargo, la protección de los programas de ordenador por los derechos
de autor no se contempla expresamente en la legislación norteamericana hasta la
Computer Software Copyright Act de 12 de diciembre de 1980 –si bien en la Copyright
Act de 19 de octubre de 1976 ya se protegían de manera tácita- . Por su parte, Italia se
manifestó en favor de este régimen de protección para los programas de ordenador
desde 1982 a través de su aplicación por los Tribunales. No obstante, hasta el Decreto
265
Alejandro García Heredia
propuesta de Convenio entre EE.UU. e Italia de 1999 ya no se incluyen los
pagos por software en la categoría residual y se establece una exención en la
fuente para los cánones por derechos de autor en general, un límite del 5%
para el software y un 8% para el resto de los casos.
A nuestro juicio, la aplicación del límite del 10% para los programas de
ordenador no parece la solución más correcta, aunque es cierto que existen
algunos argumentos que pueden provocar la duda. Así, en a favor de la
consideración del software como obra técnica, se podría afirmar que los
programas de ordenador, por las peculiaridades que presentan, ni son obra
científica ni literaria, sino, más bien, una obra tecnológica. Ninguna de las
categorías tradicionales sobre los derechos de autor se adapta plenamente a
los caracteres que presenta el software, por lo que se necesitaría elaborar una
nueva y cuarta categoría, como es la de obra tecnológica507. Estos argumentos
llevarían a ubicar el software en el tipo residual del 10%, pues no puede quedar
sometido al 5% por no ser literario, ni al 8% por no ser científico. Sin embargo,
por más que se pueda afirmar que los programas de ordenador son obras
técnicas o, más bien, tecnológicas, no es posible someter sus rentas un límite
de gravamen previsto al margen de los establecidos para los derechos de autor
cuando el software es ante todo una obra protegida por tales derechos y debe
quedar sometido a los tipos previstos para los mismos508.
266
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Convenio con uno de los principales exportadores de software del mundo y
pionero en la protección jurídica de estas obras, no se incluya una referencia
expresa a los programas de ordenador. Ni en el Protocolo de interpretación del
Convenio, ni en la Instrucción dictada para facilitar la aplicación del mismo a las
autoridades fiscales norteamericanas se incluye mención alguna al software.
Además, teniendo en cuenta que los programas de ordenador implican
normalmente otros elementos, como patentes, marcas o know-how –que en el
Convenio irían al límite más elevado- se podría pensar que las rentas del
software deberían estar sometidas también al límite del 10%509.
509
Estos planteamientos sobre la falta de mención expresa al software y los
elementos de propiedad industrial que engloba también hacen dudar a CARMONA
FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes especialmente necesitados de
estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con USA”, ob. cit., p. 10. La propiedad
industrial que rodea al software también ha sido alegada por la RTEAR de 30 de
septiembre de 1992 como argumento para defender la imposición del 10% para los
programas de ordenador.
267
Alejandro García Heredia
por el importe retenido en España. Las expectativas fiscales del Estado de la
residencia son que el Estado de la fuente retenga un 5% o un 8%, según
considere que los programas de ordenador pertenecen a una u otra clase de
derechos de autor, pero nunca un 10%. Esto se pone de manifiesto con la
lectura de la disposición 9 b) del Protocolo del Convenio donde se indica que la
determinación de si un pago constituye retribución por derechos de autor sobre
obras científicas se efectuará con arreglo a la legislación interna del Estado de
la fuente510. La Instrucción del Internal Revenue Service (IRS), dictada para
facilitar a las autoridades fiscales norteamericanas la aplicación del Convenio
entre España y EE.UU.511, señala que los pagos por software podrían “por
ejemplo, ser considerados como retribución del derecho de autor sobre una
obra literaria o por uso de una experiencia científica”. Con ello, EE.UU. admite
que el Estado de la fuente califique a los programas como obras literarias o
científica, por lo que estaría dispuesto a deducir un 5% o un 8%, pero
difícilmente reconocería una deducción del 10% al suponer esto una renuncia a
parte de su soberanía fiscal512. Consideramos que la retención del 10% que
defiende la DGT provocaría una sobre imposición cuando el perceptor de las
rentas, habiendo soportado en la fuente una retención del 10%, no pudiera
deducirse luego más de un 8% en el Estado de la residencia.
510
Sobre el contenido y finalidad de esta disposición, así como sus limitaciones en el
contexto del Convenio, nos remitimos a lo expuesto supra en los apartados 5.3 y 5.4
de este capítulo.
511
La traducción al castellano que vamos a manejar de la Instrucción se encuentra en
GONZÁLEZ POVEDA, V., “Instrucción del Inland (sic) Revenue Service para la
aplicación del Convenio de doble imposición entre España y los Estados Unidos de
América (II)”, Tribuna Fiscal, núm. 18, abril 1992, pp. 49-52. En adelante, las
referencias que hagamos a la misma, se entienden tomadas de esta traducción.
512
En este sentido, cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del software:
interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 32 y nota 41.
513
Vid. RRDGT de 1 de febrero y 7 de julio de 1995
268
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
entre ellas, una vinculante de 24 de noviembre de 2005 (V2377-05)514. Además
de los argumentos utilizados en sus primeras Resoluciones, la DGT añade uno
de mayor peso y consecuencia que se refiere a la definición del concepto de
canon que figura en la LIRNR. Esta definición situa a los programas de
ordenador en un apartado diferente al de las obras literarias, artísticas o
científicas, lo que ha llevado a la DGT a considerar que un programa ni es
científico ni literario, sino técnico y, por tanto, sus pagos están sometidos al
límite mayor del 10%515.
514
Vid. también en el mismo sentido Resoluciones de 9 de agosto de 2005 (0245 y
0247).
515
Esta cuestión presenta una importancia fundamental que hace que sea objeto de
un tratamiento más pormenorizado en los apartados 6.4 y 6.5.
516
Cfr. parágrafo 13 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
269
Alejandro García Heredia
al software como una obra literaria. De este modo, el TEAC, con un
sorprendente cambio de criterio, se alinea en la posición de la AN y del TS que
comentamos a continuación.
517
Vid. por todas SAN de 10 de octubre de 1995 (JT 1995/1205) y STS de 28 de abril
de 2001 (RJ 2001/5361). La referencia de todas las Sentencias de la AN y del TS
sobre esta materia se encuentran recogidas en nota a pie en el apartado 6.1.1. de este
trabajo. Las Sentencias del TS comparten los argumentos expuestos por la AN, tan
sólo añaden algunos más para abundar en el criterio mantenido por esta. En este
sentido, el TS afirma que “la Sala ha de abundar en la correcta y motivada exposición
de la sentencia impugnada y, en consecuencia, compartir su lógica conclusión” (vid.,
entre otras, F.D. Segundo de la STS de 28 de abril de 2001-RJ 2001/5361-).
270
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
obras literarias”. El art. 1.1 positiviza esta referencia cuando bajo el epígrafe
titulado “objeto de protección” dispone que “los programas de ordenador serán
protegidos mediante los derechos de autor como obras literarias tal como se
definen en el Convenio de Berna para la protección de obras literarias y
artísticas”518. Por último, la Disposición Transitoria Única se cita para justificar
la aplicación retroactiva de la ley a los programas de ordenador objeto del caso
de autos que habían sido creados con anterioridad a la entrada vigor de la
norma. Esta Disposición Transitoria afirma que “las disposiciones de la
presente Ley serán aplicables a los programas creados con anterioridad a la
entrada en vigor de la Ley, sin perjuicio de los actos ya realizados y de los
derechos ya adquiridos antes de tal fecha”. La AN y el TS, en la medida en que
la Ley dispone que los programas serán protegidos como obras literarias,
consideran que los programas de ordenador deben ser conceptuados como
tales y sus rentas sometidas al límite del 5% previsto para esta clase de obras.
518
La cursiva es nuestra.
519
En este sentido cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “La calificación de los
cánones de los programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y
Estados Unidos”, ob. cit., p. 127; CARMONA FERNÁNDEZ, N. “El software y la poesía
como bienes especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio
fiscal con USA”, ob. cit., p. 8-12; MARTÍN JIMÉNEZ, A. J., “Los programas de
ordenador, el MC OCDE y la posición española: algunas notas críticas”, ob. cit., p. 94 y
ss; DE JUAN, A. y DE LA CUEVA, A., “Spain: The Tax Treatment of Software”, ob. cit.
p. 278 y 279 y también, entre otros, CHECA GONZÁLEZ, C., Impuesto sobre la Renta
de No Residentes, Aranzadi, Pamplona, 1999, p. 127. Por su parte, Antonio VÁZQUEZ
DEL REY reproduce una cita de KEREVER muy ilustrativa: “esta calificación no tiene
por objeto asimilar dichos programas a las novelas de Balzac, sino imponer a los
Estados partes la obligación de proteger por el derecho de autor los programas
informáticos” (KEREVER, “El nivel de protección de los derechos de autor y los
derechos conexos en el acuerdo ADPIC de Marrakech”, Boletín de derecho de autor,
Vol. XXVIII, núm. 4, 1994, p. 6; citado por A. VÁZQUEZ DEL REY, “La calificación de
los cánones de los programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y
Estados Unidos”, ob. cit., p. 128). Además, la protección del software como obra
literaria, no ha supuesto, por su parte, que los programas se sometan al tipo reducido
que la Ley del IVA prevé para los libros (cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Cánones del software: interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit.,
p. 46). Néstor CARMONA, en el trabajo que hemos citado en la presente nota, indica
en la misma línea que la Ley “sólo ofrece un régimen de protección jurídica a favor de
271
Alejandro García Heredia
16/1993 no califica los programas de ordenador como obras literarias, sino que
los asimila a las obras literarias a los solos efectos de su protección520. En el
mismo sentido se ha pronunciado la doctrina privatista afirmando que los
programas de ordenador “están protegidos como obras literarias, y no como si
fuesen obras literarias”521. En el Derecho comparado de los EE.UU.522,
los programas de ordenador, afín al propio de las obras literarias; no los define ni cabe
creer que pretenda definirlos como tal modalidad específica de derechos de autor. De
la textualidad legal se deduce y queda subrayado que las obras literarias y los
programas de ordenador no son lo mismo: si se ofrece al software similar amparo
jurídico del que gozan las obras literarias es que, evidentemente, son derechos
distintos, aunque puedan beneficiarse de parecido régimen registral de cobertura”. Por
su parte, la AEDAF, en un primer momento, se mostró partidaria de considerar al
software como obra literaria (cfr. AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble
Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales Españoles, Aranzadi,
Pamplona, 1997, p. 248) si bien, ahora se decanta, como el resto de la doctrina, por el
carácter científico del software. (Cfr. AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de
Doble Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales Españoles, Aranzadi,
Pamplona, 1997, p. 248, AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble
Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1996-1997),
ob. cit., pp. 186-189 y AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble
Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 2001-2002-
2003), Aranzadi, Navarra, 2004, pp. 357 y 358).
520
Este fue también el argumento que ya utilizó la Abogacía del Estado en los
sucesivos recursos de casación ante el TS. Los FD 2º de las Sentencias señalan que
“como advierte la representación del Estado en su escrito de interposición, la
calificación que la tan repetida Ley 16/1993 hace de los programas de ordenador como
“obras literarias” es a los solos efectos de su protección –y no, por tanto, a los de su
definición como tales productos literarios-”.
521
GÓMEZ SEGADE, J. A., “Spanish Software Law”, en Tecnología y Derecho,
Marcial Pons, Madrid, 2001, p. 856. Este autor afirma, en la misma línea, que “se
prevé una total integración de los programas de ordenador dentro del concepto de
obras literarias, no una asimilación”.
522
La Copyright Act de 1976 afirma que la expresión “obras literarias” comprende
también “números y otros símbolos verbales o numéricos, sin reparar en la naturaleza
de los materiales objeto de protección en los cuales están incluidos, tales como libros,
periódicos, manuscritos, discos, películas, cintas o tarjetas”. En este sentido se ha
reconocido que los programas de ordenador se protegen como obras literarias a los
efectos de la Copyright Act, lo que no significa que sean obras literarias (cfr.
Exposición de Motivos de las regulations de 1996 sobre “Classification of Certain
Transactions Involving Computer Programs” y BAUMGARTEN, J. A., GORMAN, R. A.
y SCHWARTZ, E. J., “Copyright Law and Certain Tax Treatment of Software
Transactions”, ob. cit., p. 522 y 523).
272
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Canadá523 y Australia524 encontramos la misma matización, en cuya virtud se
ha señalado que la asimilación de los programas con las obras literarias es tan
sólo a efectos de su protección. Por todo ello, consideramos que la Ley
16/1993 no está diciendo que un programa sea una obra literaria, sino que
debe ser protegido por los mismos medios que una obra literaria.
523
En Canadá también se ha considerado que el software debe ser protegido como
una obra literaria, pero esto no ha significado que el software sea una obra literaria,
sino que debe ser protegido por los derechos de autor (Cfr. GONTHIER, P., “La
déclinaisons de la notion de redevance selon l´impôt de la partie XIII : Restrictions au
concept élargi de redevance », Canadian Tax Journal, vol. 51, núm. 6, 2003, p. 2132).
524
En Australia la Taxation Ruling 93/12 señala en su parágrafo 15 que la ley
australiana de derechos de autor fue modificada en 1984 para proteger al software
como una obra literaria y, por ello, los programas de ordenador se incluyen en la
categoría de obras literarias pero a los solos efectos de su protección. El parágrafo 15
de la citada Ruling indica que la ley australiana de propiedad intelectual “fue
modificada para proteger los programas de ordenador como obra literaria y para
clarificar la naturaleza y ámbito de esa protección” y añade que “la modificación
incluye a los programas de ordenador en la categoría existente de obras literarias y da
a los programas de ordenador la protección ahora aplicada a las obras literarias”.
525
La cursiva es nuestra.
273
Alejandro García Heredia
literarias. Esto podría llevar a pensar que existen diversas formas de protección
en el campo de los derechos de autor, según la obra sea literaria, artística o
científica y, por lo tanto, de la redacción de la Ley se desprendería que se está
otorgando a los programas una supuesta protección que pudiera existir sólo
para las obras literarias y excluyendo otra protección que existiría sólo para las
obras científicas. Por el contrario, si la norma hubiera afirmado, simplemente,
que los programas de ordenador se protegerán mediante los derechos de autor
o mediante los derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas,
es probable que los tribunales no hubieran encontrado ese criterio de
asimilación en el que tanto se han apoyado.
526
En la misma línea, el Glosario de términos de la OMPI cuando señala que “desde el
punto de vista de los derechos de autor, la referencia a la obra literaria va
comúnmente referida a toda clase de obras escritas originales, ya pertenezcan a las
bellas artes o se trate de obras de naturaleza científica, técnica o simplemente
práctica, con independencia de su valor o finalidad” (WIPO, Glosary of Terms of the
Law of Copyright and Neighboring Rights, ob. cit., p. 149).
527
Vid. apartado 6.2 de este capítulo.
274
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
literarias, no significa esto que haya una protección distinta para las obras
científicas de la que se excluya a los programas de ordenador. La protección
que concede la propiedad intelectual es la misma con independencia de la
naturaleza de la obra, ya sea literaria, artística o científica.
275
Alejandro García Heredia
cierto, no consta), además de ser una obra eminentemente práctica, es
también creación intelectual que utiliza el lenguaje escrito como medio de
comunicación”, llegando a decir que constituyen “obras del lenguaje”. Además,
según el Convenio de Berna las obras científicas podrían quedar subsumidas
en la categoría de obras literarias, pues la protección de aquellas se cierne
sobre su exteriorización o expresión a través de una forma literaria.
528
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY, “La calificación de los cánones de los programas de
ordenador en el Convenio impositivo entre España y Estados Unidos”, ob. cit., pp. 126
y ss.
276
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
industriales. La Administración fiscal norteamericana considera que el límite del
5% se ha establecido para los cánones culturales529, por lo que se podría
deducir que el resto de los límites serían para los cánones industriales. Los
cánones culturales implican algunas obras protegidas por los derechos de autor
y están sometidos en muchos convenios a un límite más reducido para
favorecer los intercambios culturales entre ambos países y lograr con ello un
mayor desarrollo formativo o educacional. Los cánones industriales implican
por lo general obras de la propiedad industrial o, incluso algunas obras
protegidas por los derechos de autor, tales como las películas o los programas
de ordenador, en las que existe una mayor competitividad y costosas y
arriesgadas inversiones.
529
Cfr. Instrucción del IRS para la aplicación del Convenio. Cfr. GONZÁLEZ POVEDA,
V., “Instrucción del Inland (sic) Revenue Service para la aplicación del Convenio de
doble imposición entre España y los Estados Unidos de América (II)”, ob. cit., p. 50.
530
Recogido en CARMONA FERNÁNDEZ, N., “El software y la poesía como bienes
especialmente necesitados de estímulo y protección jurídica: el convenio fiscal con
USA”, ob. cit., p. 4.
277
Alejandro García Heredia
culturales y, en consecuencia, no todas se benefician de límites reducidos.
Algunas obras protegidas por los derechos de autor, como las películas o, en
este caso, los programas de ordenador, implican una importante industria que
justifica su traslado al campo de los cánones industriales y la sujeción a los
mismos límites previstos para una patente o una marca.
531
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY, “La calificación de los cánones de los programas de
ordenador en el Convenio impositivo entre España y Estados Unidos”, ob. cit., pp. 135
y ss.
532
La Propuesta de Directiva sobre la patentabilidad de las invenciones
implementadas en ordenador [Bruselas 20.2.2002, COM (2002) 92 final)] señala en su
art. 3 que tales invenciones forman parte del campo de la tecnología.
278
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Sin embargo, esta postura se debilita ante una serie de cuestiones. Una
de ellas es el contenido que corresponde entonces a la categoría de obra
científica del art. 12.2 b) del Convenio. Esto significa que si entendemos que la
categoría de obras científicas del Convenio con EE.UU. no hace referencia a
los programas de ordenador, habría que plantearse a qué clase de obras se
refiere. En este sentido, tampoco se podrían incluir en la categoría de obras
científicas del Convenios los escritos de carácter científico o, en general, las
obras escritas de contenidos científicos, puesto que no existen razones que
533
Pensemos por un momento en toda la industria y las grandes inversiones que han
generado las obras culturales de “Harry Potter” o “El señor de los anillos”.
534
Esta postura, que ahora ya no compartimos, ha sido mantenida en nuestro
comentario a la STS de 20 de julio de 2002 (RJ 2002/8007) en GARCÍA HEREDIA, A.,
“La calificación fiscal de los programas de ordenador en el convenio de doble
imposición entre España y EE.UU”, Jurisprudencia Tributaria Aranzadi, núm. 20,
febrero 2003, pp. 13-23.
279
Alejandro García Heredia
permitan aplicarles un límite más elevado que el que correspondería, por
ejemplo, a una novela. Otro de los problemas que deriva de incluir los cánones
del software en el 5% con base en este argumento cultural es la inestabilidad
que provocaría afirmar que el software contribuye a los intercambios culturales.
La inestabilidad se produciría porque semejantes planteamientos se podrían
también utilizar en relación con productos que, igualmente, favorecen el
intercambio cultural o fomentan el desarrollo tecnológico y, sin embargo, han
sido sometidos expresamente al tipo del 8%, como es el caso de las películas
cinematográficas y los arrendamientos de bienes de equipo.
280
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
programa específico destinado al funcionamiento de la cadena de montaje de
una determina empresa. Igualmente, tampoco se tiene en cuenta si el
contenido concreto de la película fomenta el desarrollo cultural o, más al
contrario, lo obstaculiza. Tanto los programas de ordenador como las películas
merecen un trato fiscal al margen de sus particulares contenidos y lo mismo
sucede con las obras culturales. Un libro queda sometido en la fuente al tipo
más reducido, por más que el contenido concreto del mismo pueda fomentar
una economía cerrada y ostracista, del todo contraria a los intercambios
culturales.
535
Esta es la postura que sostuvo POMBO GARCÍA, F., “Régimen fiscal de los
royalties y de la propiedad intelectual e industrial” en MARTÍNEZ LAFUENTE, A.,
Estudios sobre el Convenio entre España y Estados Unidos para evitar la doble
imposición, Gaceta Fiscal, Madrid, 1991, p. 271. En palabras de POMBO GARCÍA, F.
“habrá que estar, pues, dada la relevancia de la distinción, al contenido de la obra en
cuestión para determinar a qué tipo queda sujeto el canon satisfecho”. Entre las
normas no fiscales de nuestro Derecho interno algunas han prestado atención en
ocasiones al contenido de los programas de ordenador. Este es el caso del derogado
R.D. 1750/1987, de 18 de diciembre, por el que se liberalizan las transferencias de
tecnología y la prestación de asistencia técnica extranjera a empresas españolas. En
el art. 1 de esta norma se indica que están sujetas a este R.D. las transacciones en
virtud de las cuales un no residente ceda a un residente el derecho de propiedad,
explotación o utilización de una serie de intangibles, entre los que se citan, “los
programas de ordenador para uso industrial o empresarial (software)”.
Inmediatamente después, la norma afirma que “en ningún caso se considerarán
incluidos dentro de la anterior los programas de finalidad recreativa”. Sirve la mención
que efectúa este R.D. como un ejemplo concreto dentro de nuestro Derecho interno no
fiscal de una especial consideración al contenido de los programas de ordenador.
281
Alejandro García Heredia
hibridación que existe entre ambos campos convierte en una labor muy difícil,
cuando no imposible, analizar el carácter que corresponde a una determinada
obra según su contenido. Además, la protección que se otorga a la obra desde
los derechos de autor no repara en el posible contenido de la misma sino en la
forma merced a la cual éste se exterioriza. Por ello, consideramos que
determinar la aplicación de los diferentes límites de gravamen a través de una
valoración científica o literaria del contenido de la obra llevaría a un terreno de
gran inseguridad jurídica nada deseable.
536
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del software: interpretación
de los convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 61.
282
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
6.5 HACIA UNA INTERPRETACIÓN FINALISTA.
283
Alejandro García Heredia
límites más elevados previstos para otra clase de obras537. A modo de ejemplo,
el CDI con Francia (1995) establece en su art. 12 una sujeción exclusiva en la
residencia de los cánones por derechos de autor y un límite en la fuente del 5%
para el resto de los cánones. Otros Convenios no excluyen los cánones por
derechos de autor de una sujeción en la fuente pero establecen para ellos un
límite más reducido que los diferencia del resto de los cánones (Ej. CDI con
Brasil (1974)538 o Marruecos (1978)539). De manera que si, de acuerdo con el
concepto de canon de la LIRNR, se considera que los programas de ordenador
no están dentro de los derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o
científicas, los cánones del software no podrían beneficiarse de los límites más
reducidos previstos en algunos CDI suscritos por España. En concreto, en
relación con el Convenio hispano-estadounidense la Administración española
ha utilizado el concepto interno de canon para considerar que el software está
sujeto al límite residual del 10% debido a que no sería ni una obra literaria
(5%), ni científica (8%), ya que la LRNR sitúa los programas de ordenador en
otro apartado diferente al previsto para esta clase obras540. Este mismo criterio
ha sido confirmado por la Administración en relación con el Convenio con
Irlanda a través de consulta vinculante541, reafirmando así la postura de la
DGT, contraria a la del Tribunal Supremo que considera a los programas de
ordenador obras literarias sometidas al límite reducido del 5%.
537
El primero en poner de manifiestos el problema que podría plantear el nuevo
concepto de canon de la LIRNR en relación con los programas de ordenador fue el
profesor ANTONIO VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA en el trabajo “Sobre el
concepto de cánones o royalties” Jurisprudencia Tributaria, núm. 18, enero, 2003, pp.
23-28. Con posterioridad, esta problemática también ha sido reconocida por
RODRÍGUEZ CANTERO, A., “Tributación del software: calificación de las rentas
derivadas del uso o la concesión de uso de derechos sobre programas informáticos”,
ob. cit., pp. 80-82.
538
Los cánones por derechos de autor están sujetos en la fuente a un límite del 10% y
para el resto se establece un límite del 15%.
539
Los cánones por derechos de autor están sujetos a un límite del 5%, mientras que
para el resto el límite sube a un 10%.
540
Vid. RRDGT de 8 de julio de 2003 (0956-03), 24 de noviembre de 2005 (V2377-05)
y 9 de agosto de 2005 (0245-05) .
541
Vid. RDGT de 24 de noviembre de 2005 (V2377-05)
284
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de los tratados españoles no se deriva el tratamiento que la Administración
española ha concedido al software con base en el concepto de canon de la
LIRNR. La remisión a la ley interna española (LIRNR) para determinar la
naturaleza literaria o científica de los programas de ordenador, se podría
considerar una interpretación dinámica de los convenios. Ahora bien, la
interpretación dinámica vendría limitada por el contexto del convenio, para
evitar que los Estados pudieran modificar unilateralmente el Derecho interno y
vulnerar con ello las obligaciones internacionales del tratado. El fundamento
jurídico del contexto como límite de la interpretación dinámica se encuentra en
el art. 3.2 del Modelo en el que se antepone el contexto al Derecho interno,
afirmando que el significado de la ley interna se tendrá en cuenta a menos que
del contexto derive una interpretación diferente (“unless the context otherwise
requires”). Incluso en los casos en los que la remisión a la ley interna no
contiene referencia alguna al contexto (Ej. bienes inmuebles del art. 6.2 del
Modelo o, nuestro caso, obra científica en la disposición 9 b) del Protocolo) no
significa que la interpretación dinámica sea ilimitada. El principio de buena fe
impediría a un Estado modificar unilateralmente el tratado a través de un
cambio en su legislación interna542.
542
En este sentido, cfr. VAN DER BRUGGEN, E., “Good Faith in the Aplication and
Interpretation of Double Taxation Conventions”, ob. cit., p. 40.
543
Entre otros Estados, este el caso de EE.UU. y Reino Unido, hasta el punto de que
algún autor ha considerado a los CDI como un mero conjunto de principio y directrices
para resolver la doble imposición (cfr. ROSENBLOOM, D., “Tax Treaty Interpretation”,
Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 34, núm. diciembre, 1980, p.543-
544). Por el contrario, hoy en día, un gran número de Estados europeas ha establecido
la prevalencia de los tratados sobre la ley interna, bien a través de sus Constituciones
o de diversas decisiones judiciales, por lo que cada vez son menos los casos de treaty
override que se pueden plantear en Europa (Cfr. VOGEL, K., “New Europe Bids
Farewell to Treaty Override”, Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 58,
núm. 1, 2004, p. 5). Sobre todo, el primero, es conocido porque declara de manera
expresa y sin ningún tipo de rebozo su firme intención de desobedecer aquellos
285
Alejandro García Heredia
contraria al mismo podría modificarlo o derogarlo (“lex posterior derogat legi
priori”). Se reduce, por lo tanto, el número de Estados en los que podría
plantarse el problema del treaty override, pues sólo en aquellos en los que
tratado y ley están situados en el mismo plano puede tener lugar esta práctica.
En el resto de los Estados no es posible que una ley posterior modifique o
derogue obligaciones del tratado, ya que existe el principio de primacía de los
tratados internacionales sobre la ley interna que figura también en algunas
constituciones. Este ámbito de aplicación limitado del treaty override ha sido
reconocido por la OCDE544 y la propia doctrina545.
tratados contrarios a una ley posterior. FIRPTA y TAMRA son dos disposiciones
norteamericanas en las que se pone de manifiesto abiertamente su voluntad
overriding. Esta práctica ha sido duramente criticada desde los primeros trabajos de la
OCDE en relación con su Modelo de Convenio. En este sentido, el BIAC consideró
que se trataba de una práctica deplorable y que la manera de corregirla podría ser
incluyendo una disposición expresa en los CDI que la prohibiera, debido a que las
normas internacionales de primacía de los tratados son desatendidas (cfr. OECD
(BIAC Position Paper), 1977 OECD Model Double Taxation Convention on Income and
Capital, ob. cit., pp. 17-19).
A todo ello, hay que añadir el art. 1.2 MCEE.UU. que permite al contribuyente
decantarse por la ley interna o el tratado en función de cuál de ambas normas le
resulte más favorable. Por su parte, el art. 1.3 del citado Modelo recoge la denominada
“saving clause”, en cuya virtud, se afirma que EE. UU. puede someter a sus
ciudadanos y residentes como si el Convenio no hubiera entrado en vigor (“as if the
Convention had not come into effect”). Estas cláusulas se incorporan a los CDI
suscritos por EE.UU. y, entre ellos, han sido recogidas en el Convenio que nuestro
país ha firmado con dicho Estado en 1990.
Sobre la aplicación del treaty override en EE.UU. y Reino Unido pueden consultarse,
entre otras, las obras de VOGEL K., On Double Taxations Conventions, ob. cit., pp.
68-71; BAKER, P., Double Taxation Agreements and International Tax Law, ob. cit.,
pp. 37-38 para EE.UU. y pp. 40-41 para Reino Unido. En relación exclusivamente con
EE.UU vid., EILERS, S., “Override of Tax Treaty Under the Domestic Legislation of the
U.S. and Germany”, Tax Management International Journal, núm. 19, julio, 1990, pp.
297-301; LANGER, M. J., “Override of Tax Treaty by Ordinary Legislation”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 34, diciembre, 1980, pp. 552-553;
BROCKWAY, D., “Override of Tax Treaty by Ordinary Legislation”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 34, diciembre, 1980, pp. 553-556.
544
Cfr. OECD. Report on Tax Treaty Override, ob. cit.. En este informe se señalan
hasta cuatro sistemas diferentes llevados a cabo por varios Estados en relación con la
adopción y la naturaleza de los tratados internacionales. A nuestro juicio, a estos
efectos, tales sistemas podrían ser reconducidos a dos. Por un lado, los Estados en
los que los tratados son superiores a la ley interna, ya sean aquellos self-executing
(Argentina, Francia, Italia, Japón, Holanda y Suiza, son los ejemplos citados por la
OCDE. Nosotros deberíamos añadir también España) o non self-executing (Bélgica,
286
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
287
Alejandro García Heredia
rentas. Este límite suele variar entre el cinco y el quince por ciento, llegando
incluso, en algunos Convenios, al veinte547 o limitándose en otros al tres548.
Las preguntas que entonces se plantean son, primero, porqué motivos los
cánones por derechos de autor están sometidos en la fuente a un límite de
retención menor que otras obras no protegidas por tales derechos y, segundo,
por qué determinadas obras protegidas por los derechos de autor, como las
películas cinematográficas o los programas, se excluyen de la regla general y
se sujetan en la fuente a un límite más elevado que otras creaciones de la
propiedad intelectual.
547
Vid. Convenios españoles con Filipinas (1989) y la India (1993). En el primero se
establece el límite del veinte para las películas cinematográficas y, en el segundo, ese
límite se recoge para los pagos por servicios técnicos y otros cánones que no
procedan de un equipo industrial, comercial o científico.
548
Vid. CDI con Argentina (1992) que establece dicho límite para los cánones por el
uso o la concesión de uso de noticias.
549
Vid. Convenios con Alemania (1996), Australia (1992), Austria (1996), Bélgica
(1970), Corea (1994), Cuba (1999), China (1990), Dinamarca (1972), Holanda (1971),
Reino Unido (1975), Rumania (1979), Túnez (1982), Finlandia (1967), Indonesia
288
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
los cánones por derechos de autor que para aquellos que provienen de otros
bienes o servicios550, de modo que suelen contemplar un límite más reducido
para los cánones por derechos de autor551 o, incluso, en algunos convenios,
estos cánones quedan exentos en la fuente siguiendo la regla general del MC
OCDE552. No obstante, también existen casos en los que es posible encontrar
la regla inversa, es decir, en algunos convenios los cánones por derechos de
autor aparecen sometidos a un límite de retención superior que el
correspondiente a otros cánones, por ejemplo, a los equipos industriales553.
(1995), Japón (1974), Luxemburgo (1986), Portugal (1993), Suecia (1976), Suiza
(1966) o Rusia (1998).
550
Esto explica que cuando algunos Estados se reservan el derecho a gravar en la
fuente los cánones, indican que establecerán un tratamiento más favorable para los
cánones procedentes de derechos de autor. (Vid. reservas formuladas por la
República Checa, Canadá o Italia, recogidas respectivamente en los parágrafos 34, 35
y 37 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE, en su versión de 28 de enero de 2003).
551
Entre los CDI que establecen una menor presión fiscal en la fuente para los
cánones por derechos de autor, podemos citar los concluidos con Argentina (1992),
Brasil (1974), Ecuador (1991), EE.UU. (1990), Irlanda (1994), Israel (1999), Italia
(1977), Marruecos (1978) o Tailandia (1997).
552
Este es el caso de los Convenios con Canadá (1976), Polonia (1979), República
Checa (1980), República Eslovaca (1980), URSS (1985), Méjico (1992), Francia
(1995) o Bolivia (1997). En el extremo más radical, se encuentran los Convenios con
Hungría (1984) y Bulgaria (1990), que someten la totalidad de los cánones –ya sean o
no por derechos de autor- a una imposición exclusiva en la residencia.
553
Los cánones por la cesión de uso de tales equipos pueden estar sometidos en la
fuente a una retención menor que los cánones culturales. En la práctica convencional
española pueden citarse los Convenios con la India (1993), Argelia (2002), Chile
(2003), Estonia (2003), Letonia (2003) o Lituania (2003). El Convenio con la India
(1993) beneficia a los cánones de equipos con un límitie del diez en relación con el
resto que figuran al doble. En el Convenio con Argelia (2002) los cánones del software
y otros cánones industriales salen más favorecidos –7%- que los tradicionales
cánones culturales –14%-. Los Convenios con Chile (2003), Estonia (2003), Letonia
(2003) y Lituania (2003) establecen un límite del 5% para la cesión de equipos y uno
residual del 10% pare el resto de los cánones.
Esta práctica de sujetar los cánones de equipos a una retención menor es también
frecuente en la práctica convencional de otros Estados. Vid., por ejemplo, Convenios
de Irlanda con Latvia (1999), Lituania (1999), Estonia (1999) o China (2001) y el
Convenio entre EE.UU. y Venezuela (1999). En este último Convenio los cánones por
derechos de autor están sujetos en la fuente al límite 10%, mientras que los
procedentes de equipos industriales, comerciales o científicos figuran al 5%. La
Technical Explanation de este Convenio indica que la razón se debe a que el MC
EE.UU. y la mayoría de los tratados de este país –a diferencia de otros Estados, como
289
Alejandro García Heredia
290
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
La razón de imponer un límite más reducido para los primeros se
encuentra en la necesidad de favorecer los intercambios culturales, ya que la
existencia de una mayor imposición en la fuente para este tipo de obras
supondría un obstáculo fiscal al libre desarrollo cultural y educativo de un país.
No obstante, como puede observarse, existe una hibridación entre lo cultural y
lo industrial, pues es difícil imaginar un producto de los denominados “cultural”
que no tenga detrás toda una serie factores industriales o comerciales y, al
mismo tiempo, los denominados productos “industriales”, como las patentes o
las marcas, también inciden en el desarrollo cultural. En cualquier caso, hay
productos que presentan más componentes del ámbito “cultural” que
“industrial” y son precisamente éstos los que los Estados quieren beneficiar
fiscalmente para facilitar el intercambio y desarrollo culturales.
555
En estos términos, VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “La calificación de los
cánones de los programas de ordenador en el Convenio impositivo entre España y
Estados Unidos”, ob. cit., pp. 138.
556
El mayor gravamen que experimenta el software por su naturaleza empresarial se
observa claramente en el Convenio con Argentina (1992). En las disposición 4.d) de su
Protocolo se indica que los cánones por software quedan sometidos al límite del art.
291
Alejandro García Heredia
ellos, junto a un fomento de lo cultural –en el sentido del término que venimos
manejando-, también se habla de “intercambios científicos” o de “investigación
conjunta de profesores e investigadores” (cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A.,
“Cánones del software: interpretación de los convenios de doble imposición”, ob. cit.,
p. 54 y notas 87 y 88).
562
Cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Artículo 10.1” en Comentarios a la Ley
de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob. cit.,
p. 166. En este sentido, recordamos que el art. 2 del Convenio de Berna afirma que
“los términos obras literarias y artísticas comprenden todas las producciones en el
campo literario, científico y artístico, cualquiera que sea el modo o forma de expresión
(...)”. De igual modo, la OMPI indica que “desde el punto de vista de los derechos de
autor, la referencia a la obra literaria va comúnmente referida a toda clase de obras
escritas originales, ya pertenezcan a las bellas artes o se trate de obras de naturaleza
científica, técnica o simplemente práctica, con independencia de su valor o finalidad”.
Todas las cursivas son nuestras.
563
En sentido radicalmente opuesto se han manifestado el BIAC, en su informe de
1987 remitido al Comité Fiscal de la OCDE, y la IFA, en el Congreso de Ámsterdam de
1988 (vid. JONES, J. B. y MATTSON, R. N. (IFA), “Ponencia General”, ob. cit., p. 131).
Ambos consideran que lo más adecuado es someter los cánones del software a tipos
muy reducidos en la fuente e, incluso, se muestran partidarios de una exención total
en la fuente para estos pagos. La razón alegada se debe a que las fuertes y costosas
inversiones que requiere un programa de ordenador (incrementadas por sus continuas
actualizaciones) se estiman más elevadas que las que exigen otras obras industriales
o comerciales. Por esta razón, la IFA considera que “incluso los tipos más modestos
de impuestos de retención pueden superar a los beneficios totales de la persona que
concede la licencia”. Por su parte al BIAC, señala que “la imposición en la fuente por
medio de un importante impuesto de retención (como sucede en el caso de los
derechos de patentes) no es equitativa, apropiada ni eficaz, teniendo en cuenta la
naturaleza de los programas de computación, la frecuencia de las modificaciones (por
el trabajo personal) y la facilidad con que se proporcionan como servicio puro”. La IFA
293
Alejandro García Heredia
La relación de las obras del art. 12.2 b) del Convenio, cuyos cánones
sujeta al límite del 8%, no es, en modo alguno, aleatoria, sino que existe una
relación entre ellas que justifica agruparlas en el mismo límite de gravamen
intermedio y no llevarlas ni al 5% ni al 10%564. Recordemos que el art. 12.2 b)
del Convenio establece un límite máximo en la fuente del 8% que se aplica a
las películas cinematográficas, los equipos industriales, comerciales o
científicos y las obras científicas. Las películas, por el carácter eminentemente
empresarial, están sometidas a un límite superior al previsto para los derechos
de autor pero tampoco sería congruente llevarlas al límite residual más elevado
del 10% debido a que no dejan de ser obras protegidas por tales derechos.
Con las obras científicas, entendidas como obras tecnológicas e incluyendo allí
los programas de ordenador, sucede lo mismo. Las rentas del arrendamiento
de equipos industriales, comerciales o científicos han dejado de ser cánones
para la OCDE desde 1992 para llevarlas a los beneficios empresariales del art.
7 del Modelo565. Los Modelos de Convenio de EE.UU., en sus versiones de
1981 y en la vigente de 1996, también consideran beneficios empresariales a
las rentas de equipos566. Sin embargo, algunos Estados, como España o
Turquía, se han reservado el derecho a continuar considerando como cánones
estas rentas567. Debido a la naturaleza empresarial que presentan cuando en
los Convenios figuran entre los cánones, se ha optado por incluirlas en un
límite intermedio y, en consecuencia, no se someten al previsto para los
derechos de autor ni al límite más elevado, pues por su naturaleza deberían
tributar en exclusiva en el Estado de la residencia.
concluye afirmando que “los impuestos de retención (...) actúan claramente como un
obstáculo para el libre flujo de tecnología de programas de computación en el
comercio internacional”.
564
Cfr. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Cánones del software: interpretación
de los convenios de doble imposición”, ob. cit., p. 139.
565
Cfr. parágrafo 9 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
566
Vid. arts. 7 y 12 de los citados Modelos y las respectivas Technical Explanations.
567
Cfr. parágrafos 45 y 46, respectivamente, de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
294
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ninguna parte, ni en el Convenio, ni en los documentos interpretativos del
mismo dictados por EE.UU.568. Lo que todavía resulta más extraño cuando este
país ha sido el primero en proteger los programas de ordenador a través de los
derechos de autor y es, hoy día, uno de los principales exportadores de
software del mundo. Por ello, consideramos que la interpretación contextual
propuesta, distinguiendo entre los cánones culturales e industriales, debería ser
tenida en cuenta en la interpretación del Convenio hispano-estadounidense.
568
Nada se dice del software en la Instrucción del IRS norteamericano que hemos
citado en varias ocasiones. Lo mismo sucede en otro de los documentos unilaterales
de EE.UU. relativos a este Convenio, como es el Informe del Comité de Relaciones
Internacionales del Senado, en el que también figura la distinción entre lo cultural y lo
industrial, pero nada se dice expresamente sobre el software. Este documento puede
consultarse en la obra CCH SINCORPORATED, Tax Treaties, vol. 4, CCH, Chicago,
obra de hojas intercambiables, pp. 40.561-40.574.
569
En este sentido se han considerado cánones los pagos por cesión de uso de
derechos de autor entre editoriales españolas y canadienses (RDGT 10 de marzo de
1993), la cesión de tales derechos a una institución benéfica (RDGT 22 de marzo de
295
Alejandro García Heredia
sea una cesión de uso, por oposición a una transmisión de la propiedad, y que
el objeto de dicha cesión de uso recaiga sobre los derechos de autor de la
obra.
Antes que nada se debe indicar que el estudio de los cánones en los CDI
derivados de la industria audiovisual se realiza en este trabajo desde la
perspectiva de la legislación española de propiedad intelectual. De acuerdo con
la regla de interpretación de los CDI (la equivalente al art. 3.2 MC OCDE), se
deberá acudir a la ley interna del Estado que aplica el convenio para determinar
el significado de los términos no definidos en el mismo. Como hemos visto en
el capítulo primero, aunque los convenios definen expresamente el concepto de
canon, no existe, sin embargo, una definición de cada uno de los rendimientos
de la propiedad industrial o intelectual que contiene, por lo que será necesario
acudir a la ley interna de los Estados y tener en cuenta el contexto del
convenio, como podría ser el Comentario al art. 12 del MC OCDE y los tratados
internacionales sobre propiedad intelectual e industrial. Así pues, este
problema de interpretación se plantea ahora en relación con la referencia a
obras y grabaciones sonoras y visuales que contienen muchos convenios en el
1993), la cesión de derechos de autor sobre obra literarias como los libros [RRDGT 10
de febrero de 2000 (0210-00) y 4 de octubre de 2004 (1842-04)], la cesión de obras de
arte para formar parte de una exposición [RDGT 4 de noviembre de 2003 (1815-03)],
la cesión de derechos de autor sobre “comics” [RDGT 27 de noviembre de 2003
(V0134-03)], colaboraciones en revistas ferroviarias [RDGT 31 de enero de 2005
(V0104-05)] o cesión de derechos televisivos [SAN 30 de noviembre de 2005 (JT
2006/271)]. Por el contrario, cuando el contrato implica la transmisión plena de los
derechos de autor las rentas no tienen la consideración de cánones [RDGT 17 de
enero de 2005 (V0036-05)].
296
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
concepto de canon. Por ello, para determinar a qué se refiere la mención a esta
clase de obras en el concepto de canon de los CDI, se acudirá, dado el
carácter de este trabajo, a la legislación interna del Estado español. No
obstante, muchas de las cuestiones que contempla nuestra legislación son
comunes a otros Estados de nuestro entorno y han sido reconocidas en
tratados internacionales. Esto implica que los planteamientos que
expondremos podrían, incluso, tenerse en cuenta en la interpretación de los
tratados en cuanto objeto y fin de los mismos en los términos de la CVDT.
El art. 12.2 del MC OCDE indica que son cánones las cantidades pagadas
por la cesión de uso “de derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o
científicas, incluidas las películas cinematográficas”. El Comentario al art. 12
del Modelo aclara que, a pesar de que el precepto se refiere sólo películas
cinematográficas, también pueden ser cánones las cantidades pagadas por
películas en general, tanto si son exhibidas en cine como en televisión570.
Algunos autores han señalado que si el MC OCDE se refiere en el concepto de
canon sólo a las películas cinematográfica y no a otro tipo se debe a que dicha
mención es para clarificar o manifestar una postura en este ámbito571. Las
películas son obras protegidas por los derechos de autor572, razón por la que
consideramos que la mención que el concepto de canon realiza expresamente
para las películas no es determinante. Esto significa que, aunque no se hiciera
ninguna mención a las mismas, las rentas derivas de este tipo de obras podrían
570
Cfr. parágrafo 10 del Comentario al art. 12 MC OCDE. Con base en nuestro
Derecho interno ya derogado, alguna sentencia ha efectuado una asimilación a efectos
fiscales entre las rentas percibidas por la cesión de uso de películas cinematográficas
y aquellas otras procedentes del arrendamiento de películas destinadas a una
explotación con fines de video doméstico [vid. SAN 19 de noviembre de 1996 (JT
1996/1646)]. Por el contrario, en unas tempranas RRDGT se atribuían efectos
diferentes a las películas según su finalidad cinematográfica o videográficas (vid.
RRDGT 27 de marzo y 3 de diciembre de 1985).
571
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 793 –m.n. 50- y DU
TOIT, CH. P., Beneficial Ownership of Royalties in Bilateral Tax Treaties, ob. cit., p. 50.
572
La propia redacción del art. 12 del Modelo indica que están “incluidas” en los
derechos de autor. El texto refundido español de Propiedad Intelectual 1/1996 tambíen
considera a las películas y obras audiovisuales dentro del régimen de protección de
los derechos de autor (vid. 10.1 d)). En la misma línea se manifiesta el art. 2.1 del
Convenio de Berna para la protección de la obras literarias y artísticas de 1886.
297
Alejandro García Heredia
ser igualmente cánones, puesto que al ser obras protegidas por los derechos
de autor estarían incluidas en el concepto de canon cuando este alude a
“derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o científicas”.
573
Cfr. parágrafo 177 de la TE del MC EE.UU.
574
Cfr. parágrafo 10 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
575
Cfr. parágrafo 3 in fine del Comentario al art. 12 MC ONU.
298
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Varios CDI, al igual que el concepto de canon del MC OCDE, cuando se
refieren a los cánones por derechos de autor incluyen expresamente las
películas cinematográficas. Sin embargo, junto a éstas, también mencionan
otros medios de reproducción de la imagen y el sonido para dejar constancia
de que los mismos también están comprendidos en el concepto de canon. Un
buen ejemplo de ello es el Convenio celebrado con Argentina (1992) en cuyo
art. 12.3 se indica que son cánones las cantidades pagadas por la cesión de
uso “de noticias, de derechos de autor sobre obras literarias, teatrales,
musicales, artísticas o científicas, incluidas las películas cinematográficas,
cintas magnéticas grabadas, de video y audio, de radio y televisión y de todo
otro medio de proyección, reproducción o difusión de imágenes o sonidos”576.
Como se puede comprobar, además de las películas, figuran también toda una
serie de soportes auditivos y sonoros en una definición que parece aglutinar
diferentes clases de obras. Por ello, es necesario determinar qué clase de
obras de la industria audiovisual están incluidas en el concepto de canon de los
CDI. En nuestra opinión, los CDI agrupan en el concepto de canon lo que se ha
denominado en el Derecho de la propiedad intelectual como obras
audiovisuales, grabaciones audiovisuales y fonogramas. Ello nos obliga a
analizar el significado de estos términos en relación con el concepto de canon
de los CDI.
576
La cursiva es nuestra.
577
En el marco de nuestra LPI los sujetos a los que se refieren estos derechos son los
artistas, intérpretes o ejecutantes de obras, los productores de fonogramas, los
productores de grabaciones audiovisuales, las entidades de radiodifusión, los autores
de mera fotografía y los divulgadores de obras inéditas y editores de obras no
protegidas. Los derechos afines tienen tal denominación porque si bien presentan
299
Alejandro García Heredia
algo que no está presente en igual grado en los derechos afines. Los derechos
de autor presentan un carácter cultural, mientras que los derechos afines tienen
una naturaleza más empresarial.
semejanzas con los derechos de autor también hay importantes diferencias. Sobre la
distinción entre los derechos de autor y los derechos afines son bastante ilustrativas
las palabras de VEGA VEGA, J. A., Protección de la propiedad intelectual, Reus,
Madrid, 2002, p. 172 cuando afirma que “los rasgos o caracteres comunes hacen
referencia a la aportación individual que ambos “autores” hacen a la obra. En tanto que
el creador la configura y la engendra, el otro “autor” la conforma e interpreta de una
manera personal e individual que la hace diferente a la concepción o interpretación
que otra persona pueda hacer de ella. Y es esa aportación diferenciada la que el
Ordenamiento jurídico quiere proteger. Frente a la creación original, el intérprete
aporta su impronta personal, distinta y diferenciada de la otra que puede hacer que
una obra tenga una mayor o menor calidad y, por consiguiente, una mayor o menor
valoración absoluta. El creador es un autor originario, el intérprete es un autor
derivativo”.
300
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
grabación audiovisual578. El art. 120.1 de la LPI afirma que las grabaciones
audiovisuales son “fijaciones de un plano o secuencia de imágenes, con o sin
sonido, sean o no creaciones susceptibles de ser calificadas como obras
audiovisuales en el sentido del art 86 de este Ley”579. De acuerdo con este
precepto también podrían ser grabaciones audiovisuales la fijación de otras
obras protegidas por los derechos de autor que no sean audiovisuales, por
ejemplo, la retransmisión de una obra de teatro. En este caso se aprecia bien la
diferencia entre derechos de autor y derecho afines, de tal manera que,
mientras la obra de teatro estaría protegida por los derechos de autor, la mera
grabación se protegería por los derechos afines o derivados de aquellos
derechos de autor.
578
Cfr. RODRIGUEZ TAPIA, J. M. y BONDÍA ROMÁN, F., Comentarios a la Ley de
Propiedad Intelectual, ob. cit., p. 462.
579
La cursiva es nuestra.
580
Cfr. RODRIGUEZ TAPIA, J. M. y BONDÍA ROMÁN, F., Comentarios a la Ley de
Propiedad Intelectual, ob. cit., p. 461.
301
Alejandro García Heredia
obra protegida por los derechos de autor, sin embargo, una vez que dicha obra
musical es “fijada” en un soporte existirá entonces un fonograma que incorpora
una obra musical. Ahora bien, para que sea fonograma es necesario que la
fijación sea exclusivamente sonora, es decir, sin imágenes, por lo que un video-
clip ya no entraría en esta categoría, sino en la de obras audiovisuales o
grabaciones audiovisuales. Además, el fonograma, al igual que la grabación,
también puede incluir o fijar cualquier tipo de sonido que no tenga la
consideración de obra según la legislación de propiedad intelectual (Ej.
grabaciones de sonidos de la naturaleza o de ruidos)581.
Así pues, debe tenerse en cuenta la distinción entre obras protegidas por
los derechos de autor, por un lado, y grabaciones audiovisuales y fonogramas
por otro. En resumen, las grabaciones audiovisuales y fonogramas no son
auténticas obras o creaciones tuteladas por los derechos de autor, sino
productos de aquellas protegidas por los derechos afines. Además, tanto las
grabaciones audiovisuales como los fonogramas, pueden comprender no sólo
obras, sino también cualquier otro sonido o imagen que no tenga tal carácter.
Estos paralelismos entre las grabaciones audiovisuales y los fonogramas, han
llevado a que el fonograma se identifique también con el término grabación
sonara frente al de grabación audiovisual. La contraposición entre ambas
grabaciones viene dada porque, mientras la audiovisual incluye imágenes o
imágenes con sonido, la grabación sonora o fonograma se compone
exclusivamente de una fijación de esta característica, es decir, sonora. Puestos
a incluir las obras audiovisuales en alguna de las tres categorías previstas para
los derechos de autor -literarias, artísticas y científicas- se podrían ubicar en la
de obras artísticas. En el marco de los CDI la distinción entre las obras y las
grabaciones adquiere una especial importancia porque varios convenios
establecen un trato fiscal diferente para las grabaciones, ya sean audiovisuales
o sonoras (fonogramas), y para las obras audiovisuales.
581
Cfr. BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., “Derechos de los productores de
fonogramas” en Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ
RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador) , ob. cit., p. 1619.
302
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
obra cinematográfica pertenece al género más amplio de obras
582
audiovisuales . En el art. 86.1 LPI se define el concepto de obra audiovisual
como “las creaciones expresadas mediante una serie de imágenes asociadas,
con o sin sonorización incorporada, que estén destinadas esencialmente a ser
mostradas a través de aparatos de proyección o por cualquier otro medio de
comunicación pública de la imagen y del sonido, con independencia de la
naturaleza de los soportes materiales de dichas obras”. De acuerdo con este
artículo, para que una obra sea considerada audiovisual se requiere que ésta
consista en una serie de imágenes asociadas, con o sin sonorización, y que
para poder percibir la obra sea necesario un aparato o dispositivo que la
proyecte583. Estas notas sirven también para distinguir las obras audiovisuales
de los fonogramas, sin olvidar, por supuesto, su configuración como derechos
de autor y derechos afines respectivamente. En las obras audiovisuales se
requieren imágenes asociadas, ya sean con o sin sonido –Ej. el cine mudo-,
por el contrario, en los fonogramas tan sólo están presentes elementos
sonoros, pues los fonogramas son exclusivamente musicales o de sonido en
general. Además, para percibir una obra musical no se requiere
necesariamente un aparato o dispositivo, pues esta puede ser también leída en
su partitura. Una película, sin embargo, no puede ser vista a través de la cinta
sino se dispone de un aparato de proyección.
582
A nivel internacional, la OMPI y la UNESCO manifiestan en un documento de
trabajo que la expresión obras audiovisuales “comprende las obras cinematográficas y
las obras asimiladas (televisivas y otras audiovisuales, tales como los videogramas)
que utilizan un procedimiento análogo a la cinematografía, cualquiera que sea el
soporte sobre el cual están fijadas (película, banda magnética, casette, disco, etc.) o
su contenido (ficción, obra de imaginación, música, manifestaciones deportivas,
actualidades, etc.)” (Le droit d`auteur, “Document préparatoire pur le Comité de
experts gouvernamentaux OMPI/UNESCO et rapport de ce Comité”, julio-agosto 1986,
pp. 187 y ss).
583
Sobre estos rasgos distintivos de la obra audiovisual vid., GONZÁLEZ GONZALO,
A., La propiedad intelectual sobre la obra audiovisual, Comares, Granada, 2001, pp. 9-
15. Una fotografía, en cuanto imagen, no constituiría una obra audiovisual al no estar
incorporada a ninguno de estos soportes de difusión.
303
Alejandro García Heredia
tales como los videojuegos, las obras virtuales o los simuladores584. Por otro
lado, en función de la finalidad que persiga la obra, se puede distinguir, por
ejemplo, entre las obras publicitaras y los video-clips y, a su vez, éstas pueden
estar comprendidas en algunas de las categorías anteriores en función del
medio por el que se transmitan585. Como ha señalado la doctrina, una obra
audiovisual está integrada por aportaciones de diversa índole, realizadas por
varios autores, que se funden en una obra común objeto de tutela unitaria586.
Una película, por ejemplo, comprende argumento, diálogos, música, decorados
y otros muchos elementos que podrían ser protegidos de manera aislada por
los derechos de autor. Sin embargo, todos ellos, en cuanto película, reciben
una protección especial y unitaria por parte del Derecho. En los CDI la
distinción adquiere gran importancia, hasta el punto de que podría no recibir el
mismo tratamiento la cesión de uso aislada de derechos de autor sobre los
diálogos de una película y la cesión de uso de derechos de autor sobre el
conjunto de la película como un todo unitario.
584
Las obras multimedia se caracterizan por la presencia de un programa de
ordenador. Los programas de ordenador son un componente principal de las obras
multimedia pero no es el único. Por ello, las obras multimedia se constituyen como
obras audiovisuales y, por tanto, como obras autónomas y distintas de los programas
de ordenador (cfr. SAIZ GARCÍA, C., Obras Audiovisuales y Derechos de Autor,
Aranzadi, Navarra, 2002, p. 216 y GONZÁLEZ GONZALO, A., La propiedad
intelectual sobre la obra audiovisual, ob. cit., p. 22 y ss.). Debido a la conexión entre
los programas de ordenador y la obra multimedia, se ha dicho que éstas pueden
disfrutar de una doble protección, por ejemplo, los videojuegos se protegen como
programa de ordenador y como obra audiovisual. Ello se debe a que la protección
solamente de una de ellas sería insuficiente para dar cobertura a este tipo de obras en
las que concurren simultáneamente la naturaleza jurídica de varias obras (cfr. SAIZ
GARCÍA, C., Obras Audiovisuales y Derechos de Autor, ob. cit., p. 243). Más en
profundidad, sobre la protección jurídica de los videojuegos vid. BOUZA LÓPEZ, M. A.,
La protección jurídica de los videojuegos, Marcial Pons, Madrid, 1997.
585
Cfr. GONZÁLEZ GONZALO, A., La propiedad intelectual sobre la obra audiovisual,
ob. cit., p. 18; SAIZ GARCÍA, C., Obras Audiovisuales y Derechos de Autor, ob. cit.,
pp. 109 y PEREZ DE CASTRO, N., “Comentario al art. 86 LPI” en Comentarios a la
Ley de Propiedad Intelectual (BERCOVITZ RODRÍGUEZ-CANO, R., coordinador), ob.
cit., pp. 1220-1227.
586
Cfr. GONZÁLEZ GONZALO, A., La propiedad intelectual sobre la obra audiovisual,
ob. cit., p. 9 y SAIZ GARCÍA, C., Obras Audiovisuales y Derechos de Autor, ob. cit., p.
65.
304
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
7.1.2. CALIFICACIÓN FISCAL DE LOS PAGOS.
A) OBRAS Y GRABACIONES.
587
Vid. SSTS 16 de diciembre de 1996 (RJ 1997/1306), 5 de noviembre de 1997 (RJ
1997/8255), 22 de enero de 1998 (RJ 1998/1070) y 30 de mayo de 1998 (RJ
1998/4156). Las cuatro Sentencias se refieren a las cantidades pagadas por una
empresa española (“Trifilms, S. A.”) a dos empresas americanas (“Producer Sales
Organization” –“PSO”- y “Dino de Laurentis Corporation”) en concepto de los derechos
de explotación y distribución de películas en España. Nos consta que una de esas
películas era “Short Circuit” (“Corto Circuito”), en la que el protagonista era un robot
humanizado. En el sentido de considerar a las rentas extranjeras de películas como
rendimientos de capital mobiliario sometidos a tributación en España se ha
pronunciado también la SAN 4 de mayo de 1993 (JT 1993/519) y la RTEAC 5 de
noviembre de 1991. En ambos casos, aún existiendo un CDI con los Países Bajos no
se ha aplicado por diferentes razones. En la SAN porque la entidad extranjera tenía su
residencia en las Antillas Neerlandesas y éstas no entran en el ámbito espacial del
Convenio que se refiere a la parte del Reino de los Países Bajos que está situadas en
Europa. Por su parte, la RTEAC no aplica el Convenio por faltar el certificado de
residencia. La DGT también ha considerado, con base en la normativa interna y desde
resoluciones tempranas hasta la fecha, que las rentas por arrendamiento de películas
eran rendimiento de capital mobiliario o, más concretamente, cánones [vid. RRDGT 4
de enero de 1988 y 20 de noviembre de 2001 (2058-01)]. La RDGT de 11 de febrero
de 2002 (0218-02) aplica la normativa interna por no haber Convenio con Panamá ni
con las Islas Vírgenes Británicas, lugar de residencia de las entidades extranjeras
perceptoras de los rendimientos.
305
Alejandro García Heredia
Reglamento588. Por otro lado, en el marco de los CDI, también se ha afirmado
sin problemas que los pagos por la explotación de películas deben ser
calificados como cánones589. Como sabemos, las películas cinematográficas no
son el único producto de la industria audiovisual que puede dar lugar a un
canon. Los cánones también pueden surgir de otras obras audiovisuales y de
grabaciones, tanto audiovisuales como sonoras. En este sentido se ha
otorgado la calificación de canon a rentas procedentes de grabaciones de
cursos de idiomas de inglés y alemán590, bandas sonoras591, series de
televisión592, imágenes fotográficas en un soporte que permite su reproducción
audiovisual593 o canales temáticos para televisión594.
Los CDI agrupan bajo un enunciado complejo y sin unidad las categorías
de obras audiovisuales, grabaciones audiovisuales y fonogramas. Ahora bien,
si los CDI afirman que los cánones proceden de los derechos de autor, ¿cómo
es posible incluir dentro de los derechos de autor rentas que proceden de los
derechos afines, como es el caso de las grabaciones? Los CDI suelen afirmar
que son cánones las cantidades pagadas por la cesión de uso de “derechos de
autor sobre obras literarias, artísticas y científicas, incluidas (…)”. El problema
se plantea con lo que viene después de “incluidas”, pues a continuación se
citan una serie de elementos que hemos calificado como obras audiovisuales,
grabaciones audiovisuales y grabaciones sonoras (fonogramas). Así, las
grabaciones, tanto audiovisuales como sonoras, no están situadas en el marco
de los derechos de autor, sino en el de los derechos afines. Por esta razón,
resulta un tanto contradictorio afirmar que dentro de los derechos de autor
están “incluidas” las grabaciones. Esta contradicción puede eliminarse
afirmando que las únicas grabaciones incluidas en el concepto derechos de
autor de los CDI, y que por tanto generan cánones, son aquellas que
incorporan obras protegidas por tales derechos. En este sentido, la difusión en
588
Vid. SAN 12 de mayo de 1998 (JT 1998/964).
589
Vid. STS 23 de mayo de 2003 (RJ 2003/8477), RTEAC 19 de noviembre de 1991 y
RRDGT 20 de noviembre de 2001 (2058-01).
590
Vid. RTEAC 24 de enero de 1996 (JT 1996/213).
591
Vid. RTEAC 24 de enero de 1996 (JT 1996/214).
592
Vid. RDGT 23 de febrero de 1998.
593
Vid. RRDGT 12 y 19 de junio de 2002 (0900-02 y 0937-02).
594
Vid. SSAN de 23 de diciembre de 2004 (JT 2005/1674) y 10 de febrero de 2005 (JT
2005/1238).
306
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
televisión de una obra de teatro es una grabación audiovisual sobre una obra
teatral. Del mismo modo, la retransmisión por radio de un concierto es una
grabación sonora sobre una obra musical amparada por los derechos de autor.
Ambos, son ejemplos de grabaciones que incorporan obras protegidas por los
derechos de autor. En consecuencia, sí podríamos considerar en cierta medida
“incluidas” en el concepto de canon esta clase de grabaciones que se apoyan
en tales obras o creaciones.
595
Por lo que respecta a los fonogramas, el art. 114 de la LPI establece que esta clase
de grabaciones pueden fijar obras u otros sonidos. En relación con las grabaciones
audiovisuales, el art. 120 de la misma Ley nos dice que estas pueden ser o no obras
audiovisuales.
596
Un ejemplo de lo que podría ser una grabación que se ha excluido del ámbito de los
derechos de autor es el caso de las noticias en el Convenio argentino. La cesión de
uso de noticias se formula en el concepto de canon de manera separada a los
derechos de autor y no se declaran incluidas en los mismos como ocurre para el resto.
Las noticias son objeto de especial atención en este Convenio en el que se establece
para las mismas el límite más reducido de todos los previstos para los cánones, esto
es, un 3%.
307
Alejandro García Heredia
Esta distinción entre las obras y las meras grabaciones que no se refieren
a obras protegidas por los derechos de autor, ha llevado a la AN a considerar
que la cesión de uso de estas últimas no da lugar a un canon al no estar en
presencia alguna de cesión de uso de derechos de autor597. Por el contrario, la
doctrina administrativa del TEAC y de la DGT no repara en la distinción entre
obra y grabación, ni mucho menos en si esta última se refiere a obras. Por ello,
consideran cánones tanto las rentas de unas como de otras, siempre que
estemos ante una cesión de uso de las mismas y no ante una transmisión de la
propiedad598. El TS ha llegado a reconocer que las cantidades pagadas por la
cesión de uso de los derechos televisivos para retransmitir un partido podrían
dar lugar a un canon599 y admite que las “meras grabaciones”, es decir,
aquellas que no se refieren a “obras”, también puede generar cánones600.
597
Vid. SAN de 7 de febrero de 2000 (JT 2000/685). La AN resolvía el caso de la
cesión de uso de “noticias de actualidad o reportajes de interés general” entre la
empresa estadounidense “CNN Internacional Sales, LTD” y varias cadenas
autonómicas entre las que se encontraba “Televisión Autonomía de Madrid, S.A.”. La
recurrente venía reclamando que tales rentas no eran cánones porque la cesión de
unas meras imágenes carece de las características necesarias para ser consideradas
“creación” y, en consecuencia, “obra audiovisual”. Por ello, la recurrente defendía que
se trataba de unas “meras grabaciones” no susceptibles de derechos de autor alguno.
La AN reconoció esta distinción en el terreno de los cánones pero desestimó las
pretensiones del recurrente porque afirmó que, en este caso, la forma en que estaban
elaboradas dichas noticias y reportajes ponían de manifiesto que habían implicado
labores creativas y originales. Por esta razón, la AN reconoció que se trataba de obras
audiovisuales y calificó sus rentas como cánones.
598
Vid. RRTEAC 14 de diciembre de 1994, 22 de marzo de 1995 y 12 de marzo de
1997 (JT 1997/464) sobre la cesión de uso de programas informativos de televisión.
Por otro lado, la RTEAC de 10 de enero de 1996 y 24 de enero del mismo año (JT
1996/210) se refiere al tema de las noticias de actualidad y reportajes de interés
general que luego resuelve la SAN comentada en la nota anterior. Por lo que se refiere
a la DGT, vid. Resolución de 16 de octubre de 2002 en relación con la cesión de uso
de derechos para emitir vía satélite determinadas grabaciones audiovisuales. En todos
estos casos, no se ha distinguido entre si la cesión de uso era sobre obras o
grabaciones y, en consecuencia, sobre derechos de autor o derechos afines. Toda
esta doctrina administrativa afirma, sin reparar en dichas cuestiones, que tales rentas
encajan en el concepto de canon del art. 12 de los Convenios.
599
Vid. STS de 11 de junio de 1997 (RJ 1997/4818) (vid. FD 2). Posteriormente, la
SAN 7 de febrero de 2000 (JT 2000/685), también ha reconocido con base en la
Sentencia indicada del TS que la cesión de los derechos televisivos de una
retransmisión deportiva puede dar lugar a cánones (vid. FD 4).
600
La grabación de un sorteo de lotería, de un partido de fútbol o de un telediario es
una grabación audiovisual, pero no contiene una obra audiovisual ni otro tipo de obra
308
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En tercer lugar, la diferencia que existe entre los derechos de autor y los
derechos afines se encuentra en el nivel de protección que se dispensa a cada
uno de ellos. El autor disfruta de una protección mayor y de más facultades que
el titular de un derecho afín, como puede ser el productor de un fonograma o
de una grabación audiovisual. En nuestra opinión, este diferente grado de
protección jurídica y de facultades no debería motivar un diferente trato fiscal
para unos y otros. Ello se debe a que el concepto de canon de los CDI abarca
diferentes clases de derechos, tales como los concernientes a la propiedad
intelectual o industrial.
603
Vid. disposición 4 b) del Protocolo del Convenio con Argentina (1992).
310
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
que no ha tenido su plasmación en sede de CDI604. Además, algunos
convenios se refieren expresamente a los cánones pagados por derechos de
autor y otras remuneraciones similares, por lo que los derechos afines tendrían
cabida en esta última mención605.
604
Esto es lo contrario de lo que sucedía con el carácter literario o científico de los
programas de ordenador. En el ámbito de los cánones por software hemos visto como
la distinción entre obras literarias y científicas no tenía relevancia en el ámbito civil y,
sin embargo, se configuraba como un factor determinante de la fiscalidad de sus
rentas en determinados CDI.
605
Bien es cierto, sin embargo, que esta referencia no figuran luego en el concepto de
canon sino tan sólo en el apartado que establece los diferentes límites de gravamen
en la fuente. En este sentido vid. los arts. 12 de los Convenios con Bolivia (1997) o
Canadá (1976).
311
Alejandro García Heredia
cabe decir de los programas de ordenador, pues éstos reciben el mismo trato
fiscal que las grabaciones audiovisuales o fonogramas construidas sobre
derechos afines. Por ello, esa diferencia fiscal de trato que venimos
comentando se fundamenta, como veremos, en algo bien diferente a su
régimen de protección jurídica de derechos de autor o derechos afines.
606
Salvo, claro está, que estemos en presencia de un contrato mixto en el que las
rentas de la prestación principal tengan tal carácter.
607
Es el caso del servicio de transporte de ondas hertzianas de productos
audiovisuales para la transmisión de las imágenes [vid. STS de 11 de junio de 1997
(RJ 1997/4818) que resuelve en casación el recurso presentado contra la STSJ del
País Vasco de 11 de junio de 1997]. Igualmente, tampoco se han considerado
cánones las rentas del servicio de transporte de una señal de televisión a un satélite
de comunicaciones [vid. RTEAC 7 de febrero de 1996 (JT 1996/294)]. En relación con
el primero de los casos citados algún autor también se ha pronunciados en contra de
la consideración de tales rentas como cánones (vid. GARCÍA PRATS, F. A., “Los
cánones en los Convenios de Doble Imposición y su tributación”, Revista General de
Derecho, núm. 579, diciembre, 1992, pp. 11683-11685).
312
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
guiones cinematográficos en soporte fílmico608, servicios de grabación y
confección de un soporte (“master” o maqueta) que luego serviría para la
fabricación de obras musicales en formato digital609, servicios de mezcla y
masterización610 y servicios de asesoramiento y consultaria audiovisual611. Los
pronunciamientos se apoyan en la distinción que existe en los CDI entre las
rentas denominadas cánones y las prestaciones de servicios y en que para que
exista un canon es necesario que se cedan derechos de autor, lo que no
ocurría en los casos mencionados. Es probable también que las prestaciones
de servicios aparezcan en ocasiones unidas a la cesión de derechos de autor
sobre obras audiovisuales, en cuyo caso podrían considerarse accesorias a las
mismas y quedar sometidas al régimen fiscal de los cánones que corresponde
a la prestación principal612.
608
Vid. RTEAC 10 de julio de 1996 (JT 1996/1224).
609
Vid. RDGT 18 de octubre de 2002 (V0059-02).
610
Vid. RDGT 14 de junio de 2005 (V1094-05).
611
Vid. RDGT 6 de junio de 2005 (V1008-05).
612
Así lo ha señalado con acierto la SAN de 10 de febrero de 2005 (JT 2005/1238) en
su Fundamento de Derecho séptimo. El contrato tenía por objeto la prestación de una
serie de servicios técnicos para la elaboración de un canal temático y la posterior
cesión del derecho a la explotación comercial del mismo. La Audiencia calificó como
cánones la totalidad del importe del contrato, por entender que la prestación principal
consistía en la cesión del derecho de explotación comercial de la obra, siendo éste el
motivo principal por el que se efectuaba el pago.
613
Vid. STS de 11 de junio de 1997 (RJ 1997/4818) que resuelve en casación el
recurso presentado contra la STSJ del País Vasco de 11 de junio de 1997.
313
Alejandro García Heredia
acuerdo en que estas rentas no deben ser calificadas como cánones614, debido
a que se trata de una prestación del servicio de transporte mediante ondas
hertzianas de productos audiovisuales para la transmisión de las imágenes615
y, por lo tanto, tal retransmisión no implica cesión alguna, ni de derechos de
autor ni de derechos afines. Cuestión distinta hubiera sido, como dice el
Tribunal, si se hubieran discutido las cantidades pagadas por la cesión de uso
de los derechos televisivos para retransmitir el partido, pues éstas si podrían
tener la consideración de canon.
614
De la misma opinión es GARCÍA PRATS, A., “Los cánones en los Convenios de
Doble Imposición y su tributación”, ob. cit., pp. 11683-11685.
615
Con similar criterio la RTEAC 7 de febrero de 1996 (JT 1996/294) considera que no
son cánones las rentas derivadas de un servicio de transporte de una señal de
televisión a un satélite de comunicaciones.
616
Vid. RTEAC 10 de septiembre de 1997 (JT 1997/1425).
314
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
explotación comercial de los derechos de autor y distribuya una parte de los
cánones que ella recibe a la empresa aportante. Las cantidades que recibe la
empresa aportante no debería ser calificadas como cánones, pues a dicha
empresa no se le ha cedido el uso de ningún derecho de autor, sino que se ha
acordado una participación en los beneficios obtenidos.
617
Vid. apartado 6.5 del capítulo segundo.
315
Alejandro García Heredia
traduce en que los cánones por obras audiovisuales y grabaciones suelen
quedar sometidos en la fuente a un límite más elevado que el previsto para el
resto de los derechos de autor618.
618
Este es el caso de los Convenios con Canadá (1976), Italia (1977), Marruecos
(1978), Polonia (1979), Checoslovaquia (1980), URSS (1985), EE.UU. (1990), Ecuador
(1991), Irlanda (1994), Francia (1995) o Tailandia (1997). Por lo que se refiere al
Convenio con Italia (1977) vid. RDGT 31 de julio de 1998 (1407-98). Las resoluciones
relativas a los Convenios con EE.UU., Francia y Argentina serán analizadas con
detalle en las páginas siguientes.
619
Cfr. GONZÁLEZ GONZALO, A., La propiedad intelectual sobre la obra audiovisual,
ob. cit., p. 1.
620
Cfr. SAIZ GARCÍA, C., Obras Audiovisuales y Derechos de Autor, ob. cit., pp. 25 y
26.
621
La OCDE señala que el número de éxitos de taquilla de Hollywood ha aumentado
considerablemente con la incorporación al cine de la tecnología digital y multimedia.
Comenzando con la “Guerra de las Galaxias” y “ET” en 1970, pasando por “Parque
Jurásico” y “Terminator” y llegando a “Forrest Gump”, “La Máscara”, “Twister” y otros.
(Cfr. OECD. Directorate for Science, Technology and Industry. Committe for
Information, Computer and Communications Policy, Content as a new growth industry,
14 de mayo de 1998, p. 13. Marginal de referencia del informe:
DSTI/ICCP/IE(96)6/FINAL).
316
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
bilaterales los Estados pueden excluir estas rentas del concepto de canon y
llevarlas al ámbito de los beneficios empresariales622. El carácter empresarial
de estas rentas también ha estado muy presente en el Modelo de Convenio de
los EE.UU., en el que en su antigua versión de 1981 se excluyeron
expresamente las películas del artículo de los cánones para llevarlas a los
beneficios empresariales623. No obstante, en la versión vigente de dicho
Modelo de 1996, las rentas de películas han vuelto a incluirse en el concepto
de canon624. Por su parte, la mayoría de los CDI no han eliminado estas rentas
del artículo de los cánones debido a la sujeción limitada que muchos convenios
prevén para estas rentas, por lo que los Estados pagadores desean seguir
conservando su potestad tributaria sobre las mismas.
622
Cfr. parágrafo 10 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
623
Cfr. art. 12.2 y 7.7 MC EEUU de 1981.
624
Cfr. art. 12.2 MC EEUU de 1996.
625
En relación con las películas, GONZÁLEZ GONZALO, A., La propiedad intelectual
sobre la obra audiovisual, ob. cit., nota 3 en p. 1, recoge (con cita de VESSILLIER-
RESSI, M., The author´s trade: how do author make a living, Center for Law and the
Arts, Columbia University School of Law, Nueva Cork, 1993, p. 95) como Alfred
Hitchcock expresaba las grandes implicaciones económicas de esta clase de obras
afirmando lo siguiente: “Soy prisionero de compromisos comerciales. Me gustaría
hacer películas que reflejaran mis propias ideas, pero eso sólo sería posible si un filme
no costara más que comprar una pluma o una hoja de papel. ¿Qué ocurriría si se le
entregara a un pintor un lienzo en blanco que valiera por sí mismo un millón de
dólares, un paleta de 250.000 dólares, pinceles por valor de 300.000 dólares, una caja
de pintura que costara 750.000 dólares, y se le pidiera que pintara lo que quisiera
siguiendo su propia inspiración, a condición de que la obra terminada se vendiera por
2.300.000 dólares?”.
317
Alejandro García Heredia
estreno626. Por lo que se refiere a las grabaciones, su carácter empresarial
justifica su propia naturaleza en cuanto derechos afines, por lo que se valora la
iniciativa empresarial de las personas que intervienen en la difusión de las
obras protegidas por los derechos de autor. Son cauces que permiten dar a
conocer al público una de tales obras y, por ello, participan de importantes
intereses comerciales. En esta línea se ha dicho que los derechos afines “son
derechos destinados a proteger la industria de la cultura”627.
626
Esto ha llevado a las autoridades fiscales de Dinamarca a establecer importantes
deducciones sobre los gastos de adquisición de películas en lugar de depreciar los
costes, lo que ha servido para crear una importante vía de evasión fiscal. Sobre el
tema vid. WEIZMAN, L., Tax Treatment of Movie Rights, European Taxation, vol. 35,
núm. 7, 1995, pp. 236-237.
627
RODRIGUEZ TAPIA, J. M. y BONDÍA ROMÁN, F., Comentarios a la Ley de
Propiedad Intelectual, ob. cit., p. 396. Este autor señala que nos encontramos ante
toda una cadena de derechos afines cuyo eslabón principal es el derecho de autor,
esto es, la obra de la que derivan, y a partir de ella se obtienen distintos rendimientos.
628
La RDGT 20 de enero de 1995 somete los cánones por obras audiovisuales al
límite residual y más elevado del 10%.
629
Vid. SSAN 30 de octubre (JUR 2003/265316 y JUR 2003/265317), 27 de noviembre
(JUR 2004/77340), 11 de diciembre (JUR 2004/29781), 18 de diciembre (Recurso
núm. 1331/2001, JUR 2004/51746 y JUR 2004/51745); todos ellas de 2003. Estas
sentencias abordan los recursos planteados por las cantidades obtenidas en España
por la entidad norteamericana “Karen Publishing, S. L.” por cesión de uso de derechos
de autor sobre obras discográficas.
318
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
películas, cintas y otros medios de transmisión o reproducción de la imagen o
el sonido” (art. 12.2 b)). Por el contrario, otros CDI contemplan el mismo trato
fiscal para todos los cánones derivados de los derechos de autor y agrupan en
un mismo límite las obras audiovisuales y las grabaciones con otros cánones
por derechos de autor630. Por otra parte, debido a la variedad de posturas que
contempla la práctica convencional también encontramos Convenios españoles
en los que los cánones por derechos de autor están sometidos a una presión
fiscal mayor que los procedentes de bienes de equipo631. Los principales
problemas que ha plateado la fiscalidad de los cánones audiovisuales en los
Convenios españoles, se han centrado, por el momento, en el Convenio con
Argentina (1992) y en el Convenio con Francia, los cuales merecen, por su
importancia, un estudio particular.
630
Vid. en este sentido los Convenios con Brasil (1974) o Israel (1999).
631
Vid. Convenio con la India (1993).
632
Vid. RDGT 23 de febrero de 1998 (0283-98).
319
Alejandro García Heredia
En nuestra opinión este planteamiento es muy discutible. En primer lugar,
si consideramos una serie de televisión, la misma podría ser calificada de dos
formas que serían equivalentes, esto es, bien, como una cesión de uso de
derechos de autor sobre una obra audiovisual o, si se prefiere, como una
grabación audiovisual integrada por una obra del mismo carácter. Por ello, en
cualquier caso, hay cesión de uso de derechos de autor. En segundo lugar,
cuando los cánones procedentes de estos productos audiovisuales se han
querido distinguir de otros cánones culturales se ha realizado expresamente en
los CDI, lo que no sucede en el Convenio argentino. En consecuencia, los
cánones por obras audiovisuales y grabaciones deben ir al mismo límite que el
previsto con carácter general para los derechos de autor, esto es, un 5%. En
todo caso, la única separación que efectúa el Convenio es la que se refiere a
las noticias informativas. En tercer lugar, consideramos que si la intención del
Convenio hubiera sido la defendida por la DGT, esto se habría indicado
expresamente en el mismo. Ello se debe a que estamos ante un Convenio que
presta especial atención al gravamen en la fuente al establecer hasta cuatro
límites distintos. En cuarto lugar, debemos indicar que no tiene mucho sentido
que, en un Convenio donde los límites más bajos son para la cesión de
derechos de autor y noticias, se lleven los productos audiovisuales –entre los
que están también las noticias- al límite más elevado que es, incluso, superior
al previsto para todos los cánones industriales. Aplicando la postura de la DGT,
lo único que quedaría por incluir en el límite residual serían las obras
audiovisuales y grabaciones, lo que no parece tener mucho sentido, pues si tan
sólo quedan estos cánones por incluir en alguno de los límites se habría dicho
expresamente en lugar de utilizar un formula residual (“en los demás casos”).
Más aún cuando el Convenio, como decimos, presenta una gran concreción a
la hora de establecer en la fuente los límites de gravamen de los cánones,
llegando a establecer uno específico para las noticias.
320
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
sonoras o visuales grabadas” están sometidas en dicho Convenio a un límite
del 5%, que es el mismo porcentaje que se aplica a todos aquellos cánones
que no procedan de los derechos de autor. A raíz de este Convenio, la DGT ha
establecido una doctrina que se ha extendido a otros Convenios de estructura
similar633. Las controversias que se han suscitado al respecto podemos
resumirlas en dos. La primera se plantea ante la diferencia de trato fiscal que
corresponde a distintas clases de derechos de autor. En este sentido, se afirma
que, a efectos fiscales, no es lo mismo ceder el derecho de reproducción y
distribución que ceder el derecho de comunicación pública. La segunda
cuestión se centra en la distinción entre una obra audiovisual y una fotografía,
lo que también presenta consecuencias fiscales de distinto signo. El tema
común a ambas cuestiones es el alcance de la expresión “obras sonoras o
visuales grabadas” que contiene el Convenio.
633
Vid. RRDGT 30 de marzo de 2001 (V0015-01), 13 de noviembre de 2002 (esta en
relación con el Convenio mejicano) (1743-02), 3 de octubre de 2003 (1521-03) y 16 de
diciembre de 2003 (2260-03).
634
La RDGT de 16 de diciembre de 2003 (2260-03) indica que da lugar a cánones la
cesión de uso del derecho de reproducción y distribución de unas fotografías, del
derecho de comunicación pública de las mismas a través de una exposición y del
derecho a publicar unas fotografías encargadas previamente a un fotógrafo. Este
último caso pudiera ser el más discutible, pues las cantidades pagadas a un fotógrafo
para realizar fotos que luego serán cedidas para su publicación podrían ser un pago
por servicios personales independientes o un beneficio empresarial. Sin embargo,
consideramos que la finalidad del pago consiste en que el autor de las fotografías –el
321
Alejandro García Heredia
derechos de autor que se ceden para determinar el límite de gravamen de los
cánones.
fotógrafo- ceda el derecho de autor sobre las mismas autorizando su publicación, por
lo que el pago se realiza por obtener el uso sobre un derecho de autor y no sólo por la
prestación de un servicio.
635
Vid. RRDGT 12 y 19 de junio de 2002 (0900-02 y 0937-02) y 16 de diciembre de
2003 (2260-03).
322
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
lado, estaría la cesión de uso de derechos de autor sobre unas fotografías y,
por otro, la cesión de uso de derechos de autor sobre dichas imágenes una vez
incorporadas a un soporte que permita su reproducción visual. En este último
caso estaríamos ante una obra audiovisual y, por tanto, como bien ha señalado
la DGT encajaría en el límite del 5% del Convenio con Francia. Por el contrario,
si tan sólo son imágenes o fotografías, estaremos ante una cesión de uso de
derechos de autor de otro tipo de obra. Estaríamos ante aquellas obras que,
por no tener una naturaleza marcadamente empresarial, se benefician de una
menor presión fiscal en la fuente. En este caso, en el Convenio con Francia,
están totalmente exentas y sometidas en exclusiva en la residencia.
323
Alejandro García Heredia
7.2. ANÁLISIS DE DOS PROBLEMAS CONCRETOS.
636
Sobre este tema vid. el comentario de DE OTAOLA, I., “La aplicación del tipo
privilegiado de retención sobre cánones en el convenio para evitar la doble imposición
internacional suscrito entre España y Argentina”, Jurisprudencia Tributaria, núm. 19,
febrero, 2003, pp. 9-14.
324
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
interpretativas de los términos obra literaria y obra científica del Convenio
norteamericano. Lo mismo sucede en este caso con las expresiones autor y
causahabiente que no figuran definidas en el Convenio637. La Resolución citada
reconoce esta ausencia de definición convencional y acude al Derecho interno
español y al diccionario de la Real Academia Española para buscar el
significado de estos términos638. El término autor no plantea mayores
problemas, puesto que la LPI española reconoce en varias ocasiones que las
personas jurídicas pueden tener tal condición. La controversia se plantea con el
término “causahabiente” del que no figura referencia alguna en la LPI, pero
ésta sí utiliza otro término similar, el de “derechohabientes”, para referirse a
quienes suceden al autor en el ejercicio de sus derechos. Ahora bien, LPI no
establece distinciones entre quienes sucedieron “mortis causa” y quienes lo
hicieron “inter vivos”. El término “causahabiente” sí aparece definido en el
Diccionario de la Real Academia como la “persona que ha sucedido o se ha
subrogado por cualquier otro título en el derecho de otra u otras”.
En este sentido, la DGT aprecia una similitud palmaria entre los términos
“derechohabientes” y “causahabientes”, debido a que ambos no se limitan a la
sucesión “mortis causa” sino que abarcan cualquier tipo de sucesión “inter
vivos”639. Es cierto, como reconoce la Administración española, que en nuestro
ordenamiento es habitual utilizar estos términos para referirse a una
transmisión “mortis causa”, sin embargo, con las definiciones analizadas se
aprecia como el alcance de estos términos es más amplio y abarca también a
la transmisión en vida. Con estos razonamientos la Administración otorga un
sentido amplio al término “causahabiente” contenido en el Protocolo del
637
Por razones metodológicas no se pretende aquí exponer el significado y alcance de
dichos términos desde el Derecho Civil, sino resaltar las características y
consecuencias que presentan en el contexto de los CDI.
638
Es curioso, como indica la Resolución, que el Convenio con Argentina no contiene
la cláusula de interpretación de los términos utilizados y no definidos en el Convenio
que generalmente figura en los art. 3.2 de los convenios y sigue al MC OCDE. Por ello,
la Administración fundamenta el recurso al Derecho interno en el art. 31 del Convenio
de Viena y en los criterios de interpretación del art. 3 CC y 23 LGT.
639
Los términos derechohabientes y causahabientes también figuran como sinónimos
en el Convenio Fiscal Multilateral UNESCO-WIPO sobre derechos de autor (vid. art.
2). En el apartado 2.4 del capítulo quinto se analiza a fondo este Convenio.
325
Alejandro García Heredia
Convenio argentino y, por tanto, concluye que este término abarca tanto la
transmisión “mortis causa” como la “inter vivos”.
640
Cfr. DE OTAOLA, I., “La aplicación del tipo privilegiado de retención sobre cánones
en el convenio para evitar la doble imposición internacional suscrito entre España y
Argentina”, ob. cit., p. 11.
326
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
7.2.2. LOS SERVICIOS DE TRADUCCIÓN.
641
Vid. RRDGT 14 y 24 de marzo de 1997 (0499-97 y 0569-97), 29 de junio de
2001(1368-01) y 20 de mayo de 2002 (0752-02).
642
Vid. RDGT 14 de marzo de 1997 (0499-97).
643
Vid. RDGT 24 de marzo de 1997 (0569-97) (Convenio con Francia). En todo caso,
el límite de gravamen al que se refieren las Resoluciones no sería del 6% sino del 5%,
pues aquel no figura por ninguna parte en el artículo de los cánones del Convenio con
Francia. Además, consideramos que en el Convenio con Francia si las rentas son
cánones por cesión de uso de derechos de autor estarían excluidas de gravamen en la
fuente según dispone su art. 12.2 b).
327
Alejandro García Heredia
profesionales644. A tal efecto, la DGT indica que serán cánones “siempre que
constituyan contraprestación a una cesión de uso de derechos de autor, esto
es, siempre que el traductor se reserve los derechos de autor sobre las
traducciones realizadas”. Por el contrario, señala que estaremos en presencia
de servicios profesionales cuando se de alguna de las siguientes
circunstancias:
- que no haya cesión de uso sino una transmisión plena de los derechos;
- que no nazca de la traducción ningún derecho de autor, por tratarse de una
traducción técnica y no existir labor de creación original por parte del
traductor;o
- que la traducción no recaiga sobre obras literarias, artísticas o científicas.
Estos presupuestos son, por el momento, la doctrina que mantiene la DGT para
determinar si los pagos por servicios de traducción son cánones en los CDI.
Los requisitos a los que alude la DGT plantean, en definitiva, el problema de
determinar si las traducciones son obras protegidas por los derechos de autor.
En nuestra opinión, coincidimos en que las rentas serán cánones si hay una
cesión de uso de derechos de autor por oposición a un transmisión plena de
tales derechos. El problema es determinar cuando una traducción reúne los
requisitos de originalidad del art. 10 LPI para ser considerada como obra o
creación del intelecto humano protegida por los derechos de autor. En principio,
las traducciones son obras derivadas y están protegidas por los derechos de
autor al igual que la obra original. Ahora bien, hay que tener en cuenta que si la
traducción recae sobre una obra que no está protegida por los derechos de
autor, por ejemplo, una ley o una sentencia, dicha traducción tampoco estará
amparada por tales derechos y, en consecuencia, no dará lugar a cánones. El
problema de si las traducciones implican derechos de autor por reunir los
requisitos de originalidad de la legislación sobre propiedad intelectual, se pone
de manifiesto en casos como el de una traducción de manuales de
instrucciones. En este supuesto la DGT ni si quiera se plantea determinar si los
pagos derivados eran cánones por derechos de autor, sino que directamente
644
Vid. RRDGT 29 de junio de 2001(1368-01) (Convenio con Suecia), 20 de mayo de
2002 (0752-02 y 0753-02) (Convenios con Canadá, Irlanda y Alemania) y 22 de
octubre de 2004 (1931-04 y 1932-04) (Convenios con Estados Unidos y Alemania).
328
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
calificó las rentas como servicios profesionales independientes645. En la
práctica, por tanto, el problema consiste en establecer qué requisitos debe
reunir una traducción para ser considerada “original” y estar protegida por los
derechos de autor.
645
Vid. RDGT 20 de octubre de 1999 (1919-99) (Convenios con Argentina y Bélgica)
646
Hecho en Madrid el 13 de diciembre de 1979 bajo el título “Convenio multilateral
para evitar la doble imposición de las regalías por derechos de autor”. En el mismo
lugar y en la misma fecha también se concluyeron un “modelo de convenio bilateral
para evitar la doble imposición de las regalías por derechos de autor” y un “protocolo
adicional al convenio multilateral”. La Convención fue aprobada en el marco de la
“Conferencia Internacional de Estados sobre la Doble Imposición de las Regalías
Transferidas de un País a Otro en concepto de Derechos de Autor”, celebrada en
Madrid del 26 de noviembre al 13 de diciembre de 1979.
647
De los diez Estados que se exigen para la entrada en vigor, siete han ratificado la
convención y tan sólo solo dos de ellos el Protocolo. Según el artículo 13.1 de la
convención esta no entrará en vigor hasta tres meses después de haberse depositado
el décimo instrumento de ratificación, aceptación o adhesión. La misma regla se aplica
329
Alejandro García Heredia
para el Protocolo (vid. apartado 2 del mismo). Los Estados que por el momento han
depositado sus instrumentos para la convención son Iraq (15 de julio de 1981 –
adhesión-), Egipto (11 de febrero de 1982 –adhesión-), India (31 de enero de 1983 –
adhesión-), Perú (15 de abril de 1988 –adhesión-), Eslovaquia (28 de mayo de 1993 –
declaración-), República Checa (30 de septiembre de 1993 –declaración-) y Ecuador
(26 de octubre de 1994 –adhesión-). Como se puede observar Eslovaquia y la
República Checa han presentado una declaración, lo que significa que tales países se
reconocen obligados, a partir de la fecha de su independencia, por el convenio cuya
aplicación había sido extendida a su territorio por el Estado del cual se han separado,
esto es, Checoslovaquia, el cual había presentado el instrumento de ratificación del
convenio UNESCO-WIPO el 24 de septiembre de 1981. Por ello, los nuevos Estados,
Eslovaquia y la República Checa, notificaron al Secretario General de la ONU en la
fecha indicada su voluntad de suceder en dicho convenio multilateral. Es importante
señalar que estos Estados han sido los únicos que, por el momento, han aceptado
tanto el convenio como su protocolo, mientras que los otros cinco países mencionados
tan sólo han presentado el instrumento en relación con el convenio. En resumen, tan
sólo han ratificado la convención siete Estados, entre los que no se encuentra España
y todavía son necesarios tres instrumentos más para que pueda entrar en vigor.
Debemos también señalar que en el caso de la India se ha efectuado una reserva por
la que no se considera obligada por los artículos 1-4 y 17 de la convención. Los cuatro
primeros artículos son de gran importancia, ya que albergan las definiciones de
royalties, beneficiario, estado de la residencia y estado de la fuente y el art. 17 se
refiere a la interpretación y arreglo de controversias, con lo que el ámbito de la reserva
india es de una amplitud considerable. En este sentido, el art. 12 de la convención
indica que los Estados sólo pueden realizar reservar a los arts. 1-4, 9 y 17, no estando
permitidas reservas a otros artículos.
648
En la versión castellana de estos textos se ha utilizado la expresión “regalías”,
propia de los países hispanoamericanos, en este trabajo utilizamos el término cánones
para continuar con la misma terminología que venimos manejando.
649
El texto del proyecto de convenio, de su protocolo y de la Resolución del Comité
pueden consultarse en Bulletin for International Fiscal Documentation, vol. 33, 1979,
pp. 382-385. Antes de la Conferencia de Madrid de 1979 se celebraron tres comités de
expertos gubernamentales, en 1975, 1976 y 1978, siendo éste último al que nos
hemos referido.
330
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
adelante unos comentarios al texto del convenio multilateral, así como también
un modelo de convenio bilateral con sus respectivos comentarios650. En este
sentido, el 13 de diciembre de 1979 se aprueba finalmente dos instrumentos,
tanto un “convenio multilateral” como también un “modelo de convenio
bilateral”, pero sin comentarios en ninguno de los casos. Si existen unos
comentarios al proyecto de convenio multilateral, a su protocolo y al proyecto
del modelo de convenio bilateral651, cuya consulta no ha resultado sencilla652.
Aunque finalmente estos comentarios no se han llegado a aprobar,
consideramos que su lectura resulta esencial para comprender mejor el
contenido de aquellos textos e, igualmente, es de gran utilidad la lectura de dos
informes que ilustran los problemas que en aquel momento planteaba la
aprobación de tales medidas. Uno de estos informes ha sido elaborado por el
Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE para manifestar su opinión sobre la
forma y contenido de los instrumentos que estaban tratando de aprobarse en
materia de cánones por derechos de autor653, el otro informe es el informe
general de la UNESCO y la WIPO en relación con la Conferencia celebrada en
Madrid en 1979654. Al igual que los comentarios a los que nos hemos referido,
650
Cfr. apartados 1, 3 y 5 de la Resolución adoptada por el Comité.
651
UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the Avoidance of
Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft Protocol
Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation of
Copyright Royalties, (UNESCO/WIPO/CONFD/5), 6 de abril de 1979 y UNESCO-
WIPO, Commentary on the Draft Model Bilateral Agreement for the Avoidance of
Double Taxation of Copyright Royalties, (UNESCO/WIPO/CONFD/7), 6 de abril de
1979.
652
Conseguir estos comentarios no ha sido tarea fácil. Los mismos no han sido
publicados y nos consta que sólo han sido distribuidos a los miembros de las
delegaciones que participaron en la Conferencia. Por suerte, hemos tenido ocasión de
consultarlos en la biblioteca del IBFD en un archivador preparado por Mr.
HAMAEKERS en el que se encuentran toda clase de documentos relativos a estos
textos (INT 4, E 28). Mr. HAMAEKERS ha sido una de los representantes de los
Países Bajos durante la Conferencia, por lo que ha tenido acceso a todo tipo de
documentación sobre la evolución y desarrollo de tales instrumentos.
653
Committee on Fiscal Affaire (OECD), The Avoidance of Double Taxation of
Copyright Royalties: The UNESCO-WIPO Draft Convention, (DAF/CFA/79.4), 25 de
mayo de 1979, Paris.
654
UNESCO-WIPO (General Reporter: BEKOLO BEKOLO, P.), Draft General Report,
(CONFDT/15 Prov.), 10 de diciembre de 1979, Madrid.
331
Alejandro García Heredia
estos informes no han sido publicados, por lo que se trata de documentos de
difusión limitada655.
655
Pueden consultarse en la biblioteca del IBFD en el archivador al que ya nos hemos
referido (INT 4, E 28).
656
El debate en torno a los mismos es puesto de manifiesto por VAN HOORN, J.,
“Multilateral Convention for the avoidance of double taxation of royalties?”, Bulletin for
International Fiscal Documentation, vol. 33, 1979, p. 382.
332
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
que se hiciera constar que los Estados se obligaban en sus acuerdos
bilaterales a otorgar a los cánones por derechos de autor un trato fiscal
preferencial con respecto a otros cánones. Sin embargo, esta iniciativa no fue
acogida por dos razones. Por un lado, se decía que una previsión encaminada
a otorgar un “trato preferencial” (preferencial treatment) era demasiado
imprecisa como para obligar a los Estados, por lo que sería muy difícil
determinar cuando estos habrían cumplido o no con dicho trato preferencial.
Por otra parte, se consideró que una disposición de esa envergadura iba más
allá de los objetivos y mandatos encomendados al Comité.
657
En 1978 la Comisión Económica y Social de Asia y del Pacífico (ESCAP)
recomendó la conclusión de convenios multilaterales en materia fiscal. La ONU señaló
que un convenio multilateral concerniente al ámbito fiscal no tenía porque tener un
carácter general, sino que podía cubrir tan sólo determinados aspectos fiscales,
argumentando que al limitarlo a un ámbito concreto sería más fácil lograr un consenso.
Cfr. HAMAEKERS, H. M. A. L., “Multilateral Instruments on the Avoidance of Double
Taxation”, ob. cit., p. 100.
658
Párrafo primero de las líneas introductorias de la convención.
333
Alejandro García Heredia
Desde la perspectiva de la OCDE, este convenio presentaba dos grandes
inconvenientes, uno material y otro formal659. Materialmente, era un convenio
que afectaba a una cuestión muy concreta, cánones por derechos de autor
(copyright royalties)660 y, formalmente, la utilización de la técnica multilateral
para luchar contra la doble imposición no era la más adecuada661. En relación
con el problema material, la OCDE consideró que era necesaria una mejor
definición del término cánones por derechos de autor (copyright royalties), ya
que, como veremos, el convenio multilateral se remite al derecho material de
los Estados para definir el contenido de esta expresión. La OCDE, como
consecuencia de esta remisión al Derecho interno, señaló, por un lado, que las
autoridades fiscales que aplicaran el convenio se encontrarían con problemas
al no estar entrenadas en el contexto material de los derechos de autor, sino en
un contexto fiscal y, por otro, que la remisión al Derecho interno de los Estados
provocaría diversidad de conceptos y disparidades. Además, la OCDE señaló
que no es conveniente concluir convenios solamente en beneficio de un
específico grupo de contribuyentes662 y que esta materia ya estaba regulada en
los respectivos convenios bilaterales de doble imposición y en las medidas
unilaterales de los Estados. En cuanto al problema de la forma utilizada, la
OCDE consideró que la técnica multilateral presentaba una gran dificultad,
incluso en aquellos Estado con sistemas económicos y jurídicos similares como
demuestra los problemas planteados en la aprobación del tratado del Consejo
Nórdico. Por ello, más difícil aún será, como se pretende, lograr un acuerdo
entre Estados exportadores e importadores de cánones, entre Estados
desarrollados y en vías de desarrollo.
659
A continuación nos referiremos al informe ya citado del Committee on Fiscal Affaire
(OECD), The Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties: The UNESCO-
WIPO Draft Convention.
660
Este inconveniente se desarrolla en los parágrafos 5 y 6 del informe.
661
Este inconveniente se desarrolla en los parágrafos 7 y 8 del informe.
662
La excepción señalada por la OCDE, fueron las rentas de la navegación marítima y
aérea, afirmando que en ese caso existía ya una larga tradición que justificada la
aprobación de convenios concretos en la materia
663
A continuación nos basaremos en el informe de la UNESCO-WIPO (General
Reporter: BEKOLO BEKOLO, P.), Draft General Report, ob. cit., parágrafos 29 y 30.
334
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
inconvenientes señalados por la OCDE son, incluso, interpretados como
ventajas. En este sentido, en cuanto a la elección de un tema tan concreto
como los cánones por derechos de autor, se ha dicho, por un lado, que es más
fácil alcanzar un acuerdo en materias concretas en las que las implicaciones
financieras de los Estados son excepcionalmente bajas y, por otro, se ha
indicado que la naturaleza específica de los cánones por derechos de autor
justifica que los mismos deban diferenciarse de otro clase de cánones. En
cuanto a los inconvenientes de la técnica multilateral se afirma que, siendo
conscientes de la diversidad de legislación fiscal y material que sobre derechos
de autor existe en los países y de las dificultades que ellos supone para llegar a
un acuerdo, se ha optado por la adopción de un convenio multilateral que se
limita a enunciar principios generales y que se remite a la ley interna de los
Estados para definir el concepto de canon.
335
Alejandro García Heredia
otra parte, existen tres auténticas normas jurídicas, vinculantes para los
Estados partes de las mismas, esto es, el convenio multilateral, los CDI
bilaterales generales y un posible convenio bilateral referido a la materia
concreta de los cánones culturales. Las relaciones entre estas normas se
resuelven en el artículo 8 del Convenio multilateral y en XV del modelo del
acuerdo bilateral. En el artículo 8 de la Convención se afirma que para evitar y,
en su caso, eliminar la doble imposición internacional sobre los cánones por
derechos de autor los Estados adoptarán medidas unilaterales en su legislación
interna o acuerdos bilaterales. Entre estos últimos, el precepto indica que se
encuentran, tanto los CDI generales como aquellos particulares en materia de
cánones culturales. A continuación señala que los acuerdos bilaterales
celebrados –ya sean generales o particulares- deberán respetar el convenio
multilateral y que los acuerdos bilaterales celebrados con anterioridad a dicho
instrumento multilateral no se verán afectados por el mismo. De este modo se
establece una particular regla de interacción de fuentes basada en el elemento
temporal que establece la Convención de 1979. Tomando esta como
referencia, los acuerdos bilaterales posteriores a ella deben respetarla,
mientras que los ya celebrados no serán preteridos o modificados por la
misma. De esta manera, se elimina el problema que apuntaban algunas
delegaciones en relación con la técnica multilateral en esta materia, como era
la dificultad de renegociar todos los convenios preexistentes para adaptarlos al
convenio multilateral. Por otra parte, el art. XV del modelo bilateral establece la
regla para las relaciones entre los CDI generales y los particulares en materia
de cánones por derechos de autor. El principio que se aplica en este caso es el
de la especialidad (lex especialis derogat generalis), en cuya virtud los
convenios particulares en materia de cánones desplazan a las previsiones
generales que sobre estas rentas figuran en los CDI bilaterales de carácter
general.
336
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
prioridad del convenio multilateral sobre los bilaterales. Ahora bien, solamente
en relación con aquellos acuerdos concluidos con posterioridad a dicho
instrumento multilateral, mientras que aquellos celebrados anteriormente no se
verán afectados por el mismo. Lo contrario sucede en el convenio multilateral
del Consejo nórdico que deja sin efecto once convenios bilaterales anteriores
concluidos entre los Estados miembros del convenio multilateral664. Finalmente,
las relaciones entre los CDI generales y aquellos concretos en materia de
cánones por derechos de autor se rigen por la regla de la especialidad, por lo
que las previsiones de estos últimos desplazarían a las más generales de
aquellos. En todo caso, se debe tener en cuenta que, por el momento, todas
estas cuestiones sobre un posible sistema de fuentes en la materia son,
muchas de ellas, hipotéticas, puesto que no conocemos por el momento ningún
convenio bilateral concreto en materia de cánones culturales y los textos sobre
cánones culturales a los que nos referimos aún no están en vigor.
664
Vid. art. 31.2 y 31.3 del Convenio del Consejo nórdico.
337
Alejandro García Heredia
“cánones por derechos de autor” (copyright royalties) son “los pagos de
cualquier clase realizados con base en la ley interna de derechos de autor del
Estado contratante donde esos cánones son originariamente debidos al uso o
al derecho de uso de derechos de autor sobre obras literarias, artísticas o
científicas, tal y como se definen en los convenios multilaterales sobre
derechos de autor, incluyendo los pagos realizados por licencias legales u
obligatorias y por los `droit de suite´”. Este es el concepto general de canon de
la Convención, pero debe ser completado con las delimitaciones o exclusiones
de los apartados segundo, tercero y cuarto de este artículo 1 y con el añadido
que figura en el Protocolo. En este sentido, de tales apartados se deriva que no
forman parte del concepto de canon los pagos derivados de las siguientes
actividades:
665
El concepto transmisión es entendido en sentido amplio, de manera que el precepto
se refiere a “compra, arrendamiento, préstamo o cualquier otra forma de transmisión”.
338
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
transporte o almacenaje, una comisión de agente o cualquier otra
remuneración de un servicio, cualquier otro gasto imputable, directa o
indirectamente, al desplazamiento del soporte material, incluso los derechos de
aduana y demás cargas fiscales o parafiscales relacionadas con ese
desplazamiento”.
666
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft
Protocol Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation
of Copyright Royalties, ob. cit., parágrafo 27.
667
Cfr. Committee on Fiscal Affaire (OECD), The Avoidance of Double Taxation of
Copyright Royalties: The UNESCO-WIPO Draft Convention, ob. cit. p. 8.
339
Alejandro García Heredia
internas, señalan que ello no será un problema debido a que la convención se
refiere sólo a la ley del Estado de la fuente668.
668
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft
Protocol Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation
of Copyright Royalties, ob. cit., parágrafo 25.
669
Cfr. Ídem, parágrafo 29.
670
Cfr. Ídem, parágrafo 30.
671
Cfr. Ibidem.
672
Cfr. Ídem, parágrafo 31.
673
Cfr. Ídem, parágrafo 32.
340
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
674
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary, ob. cit.,
parágrafo 38.
675
En el mismo sentido se manifiesta DE LA VILLA GIL, J.M., Convenios fiscales de
doble imposición, ob. cit., p. 256 cuando afirma que a pesar de que pronto los
adelantos tecnológicos dejaran obsoletas estas definiciones, “el espíritu de la norma,
sin embargo, es claro y concreto”. Igualmente, el representante del “International Film
and Televisión Council” (IFTC) considera que la exclusión debe afectar a las películas
y a otros soportes audiovisuales (Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft
Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties
and Commentary, ob. cit., parágrafo 39.
341
Alejandro García Heredia
aplica a los cánones percibidos por el productor, sino también a los recibidos
mortis causa por sus causahabientes, puesto que los derechos que éstos
tienden a recibir provienen del derecho del productor676. A nuestro juicio,
deberían ser definidos los términos “productor” y “derechohabientes o
causahabientes” (heirs or successors-in-title en la redacción inglesa de la
convención). Además, se plantea el problema de qué sucede con los cánones
percibidos por otras personas distintas de las mencionadas. En este mismo
sentido transcurre el informe de la OCDE sobre la convención677.
676
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft
Protocol Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation
of Copyright Royalties, ob. cit., parágrafo 35.
677
Cfr. Committee on Fiscal Affaire (OECD), The Avoidance of Double Taxation of
Copyright Royalties: The UNESCO-WIPO Draft Convention, ob. cit. p. 8 (article I, c).
678
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft
Protocol Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation
of Copyright Royalties, ob. cit., parágrafos 40 y 44.
342
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
establecido que el pago será canon a los efectos de la convención si las
cantidades que el uso del soporte material se configura como accesorio679.
679
En este punto la OCDE también se ha mostrado critica con la dificultad práctica que
entraña separar los pagos por soporte material y por derechos de autor (cfr.
Committee on Fiscal Affaire (OECD), The Avoidance of Double Taxation of Copyright
Royalties: The UNESCO-WIPO Draft Convention, ob. cit. p. 8 (article I, d).
680
Cfr. UNESCO-WIPO, Commentary on Draft Multilateral Convention for the
Avoidance of Double Taxation of Copyright Royalties and Commentary on the Draft
Protocol Annexed to the Multilateral Convention for the Avoidance of Double Taxation
of Copyright Royalties, ob. cit., parágrafo 45.
681
En concreto los comentarios se remiten a los arts. 3, 7, 9, 10 y 12 de la Convención
de Roma de 26 de octubre de 1961 (Cfr. Ídem, parágrafo 4 y 5 de los comentarios al
Protocolo).
682
Cfr. Ídem, parágrafo 1-3 de los comentarios al Protocolo.
683
La República Checa (30 de septiembre de 1993) y Eslovaquia (28 de mayo de
1993).
343
Alejandro García Heredia
exclusivamente aquellos relacionados con los derechos de vecinos. Esto
significa, por ejemplo, que la referencia a los cánones pagados a los artistas no
debe ser entendida en sentido amplio, incluyendo también los honorarios
percibidos por sus actuaciones o aquellos que procedan de la cesión de sus
derechos de imagen, esto es, rentas de patrocinio o publicidad. Todas estas
rentas quedarían, incluso, fuera del Protocolo. Por el contrario, si estarían
incluidos los pagos percibidos por permitir la grabación de uno de sus
conciertos o la edición de un disco. Sobre estas cuestiones nos remitimos a la
lectura del capítulo correspondiente.
344
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
El capítulo segundo establece los denominados “principios orientativos de
acción contra la doble imposición de los cánones por derechos de autor” y el
capítulo tercero recoge los instrumentos para hacer efectivos tales reglas o
principios. En cuanto a los principios que recoge son básicamente tres, esto es,
soberanía fiscal e igualdad, no discriminación e intercambio de información. El
principio de soberanía fiscal e igualdad de derechos de los Estados (art. 5)
significa que la acción contra la doble imposición de los cánones culturales se
debe llevar a cabo con el debido respeto a las soberanías de los Estados de la
fuente y de la residencia. Con ello, se pone de manifiesto como la convención
no establece ninguna preferencia por un régimen concreto de sujeción, por lo
que las normas de distribución de la potestad tributaria de estas rentas figuran
recogidas en el modelo bilateral en el que se establecen como veremos varias
alternativas para que cada Estado recoja en sus convenios la que mejor se
adapte a sus intereses. El principio de no discriminación fiscal (art. 6) de la
convención se consagra en un ámbito más próximo a una discriminación de las
personas físicas en relación con la materia concreto de los cánones derivados
de derechos de autor. La razón se encuentra en que la convención está
pensando más en una discriminación de personas físicas que de personas
jurídicas, debido a la figura del autor de la obra en cuanto beneficiario de los
cánones. En este sentido afirma que “las medidas contra la doble imposición de
los cánones por derechos de autor no deben dar lugar a discriminaciones
fiscales basadas en nacionalidad, raza, sexo, lenguaje o religión”. El principio
de intercambio de información (art. 7) pretende luchar contra el fraude y la
evasión fiscal en materia de cánones culturales, lo que deberá concretarse en
los acuerdos bilaterales de doble imposición.
El capítulo tercero, en un único artículo (art. 8), contiene cuáles deben ser
los mecanismos para hacer efectivos tales principios, señalando los acuerdos
bilaterales, que pueden ser generales o particulares. Los primeros son los CDI
generales que contienen un precepto dedicado a los cánones y los segundos
serían aquellos convenios particulares aprobados sobre la materia más
concreta de los cánones culturales. El precepto también se refiere a las
relaciones entre ambas fuentes como hemos expuesto más arriba.
345
Alejandro García Heredia
El capítulo cuarto, titulado “disposiciones generales”, contiene el art. 9 y el
10. En el art. 9 se contiene una disposición en la que se afirma que la
convención no afectará a los privilegios de los miembros de misiones
diplomáticas o consulares ni a sus familiares. El art. 10 establece una
obligación de información y comunicación que consiste, por un lado, en que los
órganos especializados de la UNESCO y de la WIPO publiquen la normativa
relevante sobre esta materia y, por otro, en que los Estados partes suministren
a tales órganos todos las novedades y cambios legislativos que experimente su
ordenamiento en relación con la fiscalidad de los cánones por derechos de
autor.
346
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
se encuentra en que establece las normas de sujeción para los cánones por
derechos de autor, pues éstas no figuran en el convenio multilateral. El modelo
no se decanta por un sistema concreto de sujeción, sino que contiene varios de
ellos para que los Estados puedan recoger en sus negociaciones bilaterales
aquel que mejor se adapte a sus intereses económicos en esta materia. Ni
siquiera el modelo, aún siendo una norma no vinculante, se manifiesta en favor
de una regla concreta que determine la distribución de las potestades
tributarias en esta materia. Así, el modelo establece hasta seis alternativas que
van, desde una sujeción exclusiva en la residencia, hasta una sujeción
exclusiva en la fuente, pasando por varias modalidades de sujeción compartida
entre ambos Estados. Hemos decidido clasificar las seis alternativas que
establece el modelo en tres grandes grupos:
347
Alejandro García Heredia
8.5. VALORACIÓN CRÍTICA.
684
Cfr. UNESCO-WIPO (General Reporter: BEKOLO BEKOLO, P.), Draft General
Report, ob. cit., parágrafo 52.
348
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
parte, cuando no del todo, el problema de la sobre imposición685. Esta línea que
predica la ineficacia de la Convención debido a su carácter general y sin
compromisos importantes, fue advertida también por varios representantes que
participaron en los trabajos de elaboración de la misma686. Sin embargo, es
cierto que si hubiera implicado obligaciones importantes para los Estados,
como son las distribuciones de su poder tributario, la Convención habría
supuesto una gran dificultad que ya apuntaban sus detractores, como sería la
renegociación de un gran número de CDI que se verían afectados por las
normas de reparto de la potestad tributaria.
685
Cfr. Committee on Fiscal Affaire (OECD), The Avoidance of Double Taxation of
Copyright Royalties: The UNESCO-WIPO Draft Convention, ob. cit., pp. 6 y 7 y
UNESCO-WIPO (General Reporter: BEKOLO BEKOLO, P.), Draft General Report, ob.
cit., pp. 8-11.
686
Vid. VAN HOORN, J., “Multilateral Convention for the avoidance of double taxation
of royalties?”, ob. cit., p. 385.
687
En el mismo sentido, VAN HOORN, J., “Multilateral Convention for the avoidance of
double taxation of royalties?”, ob. cit., p. 385.
688
Cfr. VAN HOORN, J., “Multilateral Convention for the avoidance of double taxation
of royalties?”, ob. cit., p. 385.
349
Alejandro García Heredia
350
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1. INTRODUCCIÓN.
689
Entre paréntesis y en cursiva hemos señalado las partes del concepto que aluden a
los diferentes tipos de intangibles.
690
Cfr. parágrafo 11 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
691
Cfr. WIPO, Introduction to Intellectual Property. Theory and Practice, ob. cit. pp. 3-5.
351
Alejandro García Heredia
metodológicos, hemos decidido incluirlo en el capítulo relativo a la propiedad
industrial.
692
Cfr. DE MIGUEL ASENSIO, P. A., Contratos internacionales sobre propiedad
industrial, Civitas, Madrid, 2000, pp. 39 y 49.
352
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ciertas prestaciones de servicios, como una asistencia técnica. Como
veremos, la importancia de distinguir entre know-how y prestaciones de
servicios en los CDI se encuentra en la diferente calificación que corresponde a
sus rentas en los CDI. En este sentido, mientras que determinados pagos por
know-how pueden ser cánones, por el contrario, las rentas derivadas de
prestaciones de servicios no tendrán, en la mayoría de los casos, tal carácter.
693
Vid. RRDGT 19 de septiembre de 1983, 19 de abril de 1991, 30 de agosto de 2001
(1610-01) o 7 de junio de 2006 (V1060-06).
694
Vid. RDGT 5 de enero de 1987.
695
En concreto, sus letras e), f) y g) aluden a este tipo de obras como objeto de la
propiedad intelectual.
353
Alejandro García Heredia
propiedad industrial son las patentes y las marcas. El problema que se podría
plantear es que existen también muchas creaciones amparadas por derechos
de propiedad industrial que no figuran expresamente en el concepto de canon,
tales como los modelos de utilidad, el nombre comercial o el rótulo de
establecimiento, por poner algunos ejemplos. En consecuencia, consideramos
que el concepto de canon no es muy preciso y parece que alberga una serie de
rendimientos sin una clasificación muy clara. Por estas razones es necesario
determinar el concepto y contenido de la denominada propiedad industrial y
analizar las consecuencias del mismo en el concepto de canon de los CDI.
696
Al respecto cfr, por todos, DE MIGUEL ASENSIO, P. A., Contratos internacionales
sobre propiedad industrial, ob. cit., pp. 37-45, así como la respectiva bibliografía citada
en las notas a pie.
697
Cfr. www.oepm.es, en la sección relativa a normativa sobre propiedad industrial.
Algún sector de la doctrina mercantil (URÍA MENÉNDEZ, R., Derecho Mercantil, 27ª
ed., Marcial Pons, Madrid, pp. 102-103) distingue dos grandes modalidades de
propiedad industrial, por un lado, los signos distintivos del empresario, de la empresa,
del establecimiento y de los productos y servicios que sean objeto de la actividad
empresarial y, por otro lado, las creaciones intelectuales, de naturaleza tecnológica o
de mero diseño. Dentro de los signos distintivos se encuentran tres modalidades,
como son, el nombre comercial, las marcas de productos o servicios y el rótulo del
establecimiento y dentro de las creaciones intelectuales se encuentran también otras
tres, la patente de invención, los modelos de utilidad y los modelos y dibujos
industriales y artísticos. Sin embargo, otros autores utilizan una clasificación tripartita
de los elementos que componen la propiedad industrial. En este sentido DE MIGUEL
ASENSIO distingue entre invenciones técnicas (patentes y modelos de utilidad),
creaciones de una forma estéticamente nueva (modelos y dibujos industriales) y
354
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
productos semiconductores698, variedades vegetales699 y nombres de
700
dominio ), b) signos distintivos (marcas, nombres comerciales y rótulos de
establecimiento701) y c) creaciones de forma (modelos y dibujos -industriales o
artísticos-).
702
En lo que se refiere a las categorías que integran la modalidad denominada
invenciones, el concepto de canon tan sólo habla de la patente, auque se podría
considerar que se refiere tanto a la patente propiamente dicha, esto es, a la patente de
invención, como a los modelos de utilidad. En el campo de las creaciones de forma, el
concepto de canon parece más completo al hablar de dibujos o modelos, que
podemos entender referidos a los denominados modelos y dibujos industriales y
artísticos.
703
Es el caso, por ejemplo, de los nombres comerciales y rótulos del establecimiento
en lo que se refiere a los signos distintivos y las topografías de productos
semiconductores, variedades vegetales o nombres de dominio en el ámbito de las
invenciones. Aunque estas últimas, por su proximidad con el Derecho de patentes,
también podríamos considerarlas incluidas en la dicción relativa a las patentes del
concepto de canon.
704
Esta distinción proviene de la versión francesa del Modelo de la OCDE, en la que
se hace referencia a “marque de fabrique ou de commerce”, mientras que la versión
inglesa se refiere genéricamente a “trade mark”.
705
Una de las pocas normas que aún conserva la distinción entre marcas de fábrica y
de comercio es el art. 1.2 del Convenio de Paris para la protección de la propiedad
industrial, de 20 de marzo de 1883. Puestos a optar por una clasificación diríamos que
es más adecuada y comprensiva la que distingue entre marcas de productos y
servicios, pues esta clasificación es la que disfruta actualmente de un mayor
reconocimiento internacional, como se pone de manifiesto en el art. 2.2 del Tratado
sobre el Derecho de Marcas de 1994. La distinción entre marcas de productos y
servicios es más correcta que la utilizada en el concepto de canon y puede referirse
tanto a marcas de fábrica como de comercio. Sin embargo, utilizando sólo esta última
356
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
En cualquier caso, el término marca que figura en el concepto de canon de los
CDI se debe interpretar en el sentido de dar cobertura a cualquier clase de
marca que se mencione en textos internacionales y en las legislaciones
internas de los Estados que aplican el convenio, tales como marcas colectivas
y de garantía, marcas internacionales y comunitarias y marcas notorias,
registradas o renombradas.
707
Vid apartado segundo del capítulo primero.
708
Cfr. parágrafo 8 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
358
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
3. KOW-HOW Y PRESTACIONES DE SERVICIOS EN EL COMENTARIO DE
LA OCDE.
3.1.1. KNOW-HOW.
El término know-how deriva de la frase “to know how to do it” (saber cómo
hacerlo) y no ha dejado de utilizarse en la vida económica norteamericana
desde 1943712. También se conoce con la expresión francesa “savoir faire”713 y
709
Desde las primeras versiones del Comentario al art. 12 ya se apuntaban las notas
que servían para diferenciar entre know-how y prestaciones de servicios. La versión de
28 de enero de 2003 del Modelo ha reestructurado el contenido de las versiones
anteriores y añadido nuevos parágrafos que hacen todavía más clara la citada
distinción.
710
Vid. ASHLEY, N. D., “General Report”, The taxation of the revenue from patents,
trade-marks and designs, particularly from the international point of view en Cahiers de
Droit Fiscal International, vol. 36, International Fiscal Association (IFA), Bélgica, 1958,
pp. 18 y 19.
711
Vid. CROWE, C. J., “Ponencia General”, ob. cit., pp. I/99-I/130 y LAINOFF, S. R. y
VAISH, R. C., “Ponencia General”, ob. cit., pp. 121-153.
712
Cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno al concepto de know-how”, en Tecnología y
Derecho (Estudios jurídicos del Prof. Dr. h. c. José Antonio Gómez Segade
recopilados con la ocasión del conmemoración de los XXV años de cátedra), Marcial
Pons, Madrid, 2001, p. 738.
713
Expresión que provine del Decreto francés de 27 de enero de 1967 por el que se
regulan los contratos sobre “información intelectual” celebrados entre empresas
359
Alejandro García Heredia
ha sido traducido al castellano con el término “conocimientos técnicos”714 y con
los más literales de “saber cómo”, “saber cómo hacerlo” o “saber hacer”715.
francesas y empresas extranjeras. Cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno al concepto
de know-how”, ob. cit., p. 739.
714
Cfr. LAINOFF, S. R. y VAISH, R. C., “Ponencia General”, ob. cit., pássim.
715
Cfr. STS (Sala de lo Civil) de 24 de octubre de 1979 (RJ 1979/3459).
716
En nuestra opinión, la pretendida unanimidad doctrinal que predica la OCDE en
torno al concepto de know-how debe ser tomada con muchas cautelas. Basta con ver
alguna de las diversas definiciones que se han dado sobre este concepto para concluir
lo contrario de lo que nos dice la OCDE. En este sentido pueden consultarse las que
figuran en GARCES, V., Los contratos de asistencia técnica internacional y su
regulación en España, Biblioteca Práctica de Comercio Exterior, Cocin, 1977? , p. 16.
Este autor, tras estudiar las diferentes definiciones que se han dado de know-how,
concluye que la imagen que se deriva de las mismas es muy confusa y que el único
denominador común entre ellas es la consideración del know-how como un
conocimiento.
717
En el caso de la fórmula de la “Coca-Cola” el carácter secreto se lleva hasta sus
últimos extremos. La fórmula de la conocida bebida se encuentra en una cámara
acorazada que sólo puede ser abierta mediante una resolución de los directores de la
compañía y, para mayor seguridad, esta fórmula sólo es conocida por dos empleados
360
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
que el carácter secreto de estas informaciones es uno de los presupuestos
esenciales del know-how718 y critica a los autores extranjeros que se han
cuestionado que el secreto pudiera ser un presupuesto del know-how719. De
todos modos, la postura mayoritaria consiste en atribuir al know-how la nota del
secreto, lo que igualmente ha encontrado reflejo en el ámbito internacional720 y
comunitario721. Sin embargo, la definición de la ANBPPI que figura en el
Comentario de la OCDE no menciona expresamente el término secreto, sino
que el más parecido es el de informaciones “no divulgadas”. Esto significa que
no es necesario que el know-how sea secreto en la acepción más estricta del
término (no conocido por nadie), sino que el requisito consiste en que no sea
notorio722. Esta misma concepción del carácter secreto también se mantiene
en otros ámbitos no fiscales y de gran importancia en el marco comunitario723.
cuya identidad nunca ha sido revelada y a los que no se les permite viajar en el mismo
vuelo (vid. el documento de IPR-Helpdesk, “The Legal Protection of Trade Secrets” A
project of the European Commission DG Enterprise (co-financed with the fifth
framework programme of the European Community), p. 2).
718
Cfr, por todos, GÓMEZ SEGADE, J. A., El secreto industrial (know-how). Concepto
y protección, Tecnos, Madrid, 1974, pp. 139 et pássim y MASSAGUER FUENTES, J.,
El contrato de licencia de know-how, Bosch, Barcelona, 1989, pp. 40-41.
719
Con respecto a las diferentes posiciones que han surgido en esta polémica son
muy ilustrativas el texto y las notas a pie que figuran en DE MIGUEL ASENSIO, P. M.,
Contratos internacionales sobre propiedad industrial, ob. cit., pp. 46 y 47. Este autor
señala como en la práctica negocial y, sobre todo, en la doctrina alemana, es
frecuente utilizar también el término know-how para referirse a conocimiento no
secretos. Sin embargo, el citado autor se muestra partidario de restringir el konw-how
exclusivamente a informaciones de carácter secreto, coincidiendo, de este modo, con
un sólido planteamiento asentado en la doctrina española que también ha encontrado
reflejo en el plano internacional.
720
Vid. art. 39.2 del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) y art. 10 bis de la Convención de
París para la Protección de la Propiedad Industrial.
721
Cfr. los trabajos comunitarios recogidos en IPR-Helpdesk, “The Legal Protection of
Trade Secrets”, ob. cit., p. 1.
722
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 794 (m. no. 60).
723
Vid. Reglamento (CE) nº 240/1996 de la Comisión, de 31 de enero de 1996,
“relativo a la aplicación del apartado 3 del artículo 85 del Tratado a determinadas
categorías de acuerdos de transferencia de tecnología” (DOCE nº L 031 de 9 de
febrero de 1996, p. 0002-0013). Esta norma pretende excluir de la prohibición del art.
85.1 del Tratado determinados contratos de transferencia de tecnología, como los
contratos de licencia puros o mixtos de know-how y de patentes (cfr. art. 1). El
Reglamento define el know-how como “un conjunto de informaciones técnicas
secretas, sustanciales e identificadas de forma apropiada” (art. 10.1). El carácter
secreto significa que tales informaciones no son “generalmente conocidas ni
361
Alejandro García Heredia
- Patentables o no
726
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 794 (m. no. 59 y 60 ).
727
Cfr. DE MIGUEL ASENSIO, P. M., Contratos internacionales sobre propiedad
industrial, ob. cit., p. 50, citando a BERCOVITZ, A., “La protección jurídica de la
tecnología” en la obra del mismo autor y de JIMÉNEZ, S., Las patentes en la empresa,
Fundación del INI, Madrid, 1982, p. 35.
363
Alejandro García Heredia
La ausencia de costes implica que, en ocasiones, para las pequeñas y
medianas empresas, el know-how sea más atractivo y disponible que las
patentes, hasta el punto de que el know-how se ha propuesto como forma de
protección del software728
728
Cfr. IPR-Helpdesk, “The Legal Protection of Trade Secrets”, ob. cit., pp. 1, 2 y 5.
729
Cfr. DE MIGUEL ASENSIO, P. M., Contratos internacionales sobre propiedad
industrial, ob. cit., p. 45.
730
Cfr. Ibidem.
731
Vid. STS (Sala de lo Civil) de 24 de octubre de 1979 (RJ 1979/3459) en la que se
enfrentaban la entidad española “Mayc, S.A.” y la francesa “Thomson Brandt, S. A.”
en el marco de un contrato por el que esta había cedido a aquella el derecho a fabricar
lavadoras y secadoras de ropa modelo “Brandt”. Esta Sentencia pone de manifiesto
como el know-how no sólo tiene por objeto conocimientos relativos a la fabricación de
un producto, sino que su contenido es más amplio y alcanza también a otros métodos
con posibles aplicaciones mercantiles (cfr. Considerando 2º).
364
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
La extensión del know-how a los conocimientos susceptibles de aplicación
empresarial y no sólo industrial, guarda relación con la distinción conceptual
entre los términos know-how y “secretos industriales” (trade secrets).
Compartimos la opinión de GÓMEZ SEGADE cuando afirma que la única
diferencia es que el know-how abarca no sólo a los secretos industriales sino
también a los secretos comerciales732. Puestos a equiparar, diríamos que el
know-how podría ser sinónimo de la expresión más amplia secretos
empresariales, categoría comprensiva tanto de los secretos industriales como
de los comerciales733. Como señala MASSAGUER FUENTES734, los secretos
industriales se refieren a la manera de fabricar un determinado producto o
servicio, y los secretos comerciales a las condiciones de distribución de los
productos (almacenamiento, conservación, asesoramiento al cliente,
instalación, mantenimiento), la organización interna de la empresa
(administración, financiación) o la relación entre empresa y clientela
(distribución) o proveedores (suministro).
- Procedentes de la experiencia.
732
Cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno al concepto de know-how”, ob. cit., pp. 756-
758.
733
Cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “Algunos aspectos de la licencia de know-how”, ob.
cit., pp. 770-771.
734
MASSAGUER FUENTES, J., “Los secretos industriales y comerciales y su
transmisión: régimen jurídico” en Estudios sobre marcas, Comares, Granada, 1995, p.
188.
365
Alejandro García Heredia
El contenido de estas informaciones secretas o know-how se caracteriza
también porque no puede ser conocido por el sólo examen de un producto o el
mero conocimiento del progreso de la técnica, por lo que es necesario retribuir
al titular del know-how si un empresario desea acceder a tales conocimientos.
La experiencia de la que deriva el know-how ha sido definida como una
experiencia propia o particular (“person-related”), por oposición a la experiencia
que puede adquirir cualquier persona por el desempeño de su profesión, esta
última sería más bien una experiencia general y no especial735.
735
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 794 (m. no. 60).
736
Cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno al concepto de know-how”, ob. cit., p. 748 y,
del mismo autor, “Algunos aspectos de la licencia del know-how”, en Tecnología y
Derecho (Estudios jurídicos del Prof. Dr. h. c. José Antonio Gómez Segade
recopilados con la ocasión de la conmemoración de los XXV años de cátedra), Marcial
Pons, Madrid, 2001, p. 775.
737
Sin embargo, el Comentario al art. 12 del MC OCDE cuando se refiere a los
contratos mixtos en el parágrafo 11.6 contrapone el know-how a la asistencia técnica,
y no al concepto más general de prestación de servicios. La razón se debe, como
indica el Comentario, a que en la práctica negocial, el supuesto más frecuente de
contratos mixtos en relación con el know-how suele ser aquel que implica al mismo
tiempo prestaciones de asistencia técnica.
366
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
738
Cfr. TAG on Treaty Characterisation of Electronic Commerce Payments, “Tax
Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce. Report to Working Party
no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”, ob. cit., pp. 14-16.
367
Alejandro García Heredia
12 de diciembre de 1961739. Sin embargo, este concepto de asistencia técnica
no está referido al contexto fiscal que ahora interesa y se trata de un concepto
amplio que abarca, incluso, la propiedad industrial, lo que demuestra una vez
más la confusión que existe sobre esta materia.
Del estudio del Comentario al art. 12 del MC OCDE se desprende que son
tres las características fundamentales para distinguir el know-how de las
prestaciones de servicios, esto es, el alcance con el que se configuran las
obligaciones de las partes, el carácter secreto del know-how y la procedencia
de las informaciones transmitidas. A continuación examinamos cada una de
ellas.
739
Este concepto de asistencia técnica puede consultarse en DE LA VILLA GIL, J. M.,
“Convenios Fiscales de Doble Imposición” en Comentarios a las Leyes Tributarias y
Financieras, tomo XIV, EDERSA, Madrid, 1982, pp. 262 y 263.
740
Vid. parágrafo 11 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
368
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
público, a la otra parte que puede utilizarlas por cuenta propia”741. El
Comentario señala también que “el cedente no tiene que intervenir en la
aplicación por el cesionario de las fórmulas cedidas y no garantiza el
resultado”742. Por el contrario, en los contratos de prestación de servicios, “una
de las partes se obliga, apoyada en los conocimientos usuales de su profesión,
a hacer ella misma una obra para la otra parte”743.
De este modo, una de las diferencias más relevantes entre ambas figuras
reside en que en el know-how el cedente tan sólo adquiere la obligación de
transmitir a la otra parte un conjunto de conocimientos secretos y, una vez que
los mismos han sido cedidos, el transmitente se desentiende de toda obligación
posterior. De ahí se dice que el cedente no interviene en la aplicación que de
esos conocimientos haga el cesionario ni garantiza resultado alguno al
respecto. En las prestaciones de servicios, por el contrario, el cedente se
obliga, apoyado en los conocimientos de su profesión, a realizar una obra para
la otra parte. Por tanto, en estos últimos casos, las obligaciones del cedente
van más allá de la mera transmisión o comunicación de informaciones y se
sitúan más cerca del resultado concreto que persigue el cesionario.
741
Parágrafo 11.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
742
Parágrafo 11.1 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
743
Parágrafo 11.2 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
744
Cfr. VAN DER BRUGGEN, E., “Source Taxation of Consideration for Technical
Services and Know-How”, Asia-Pacific Tax Bulletin, vol. 7, núm. 3, 2001, p. 50.
745
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 790 (m. no. 51).
746
Cfr. BAKER, P., Double Taxation Agreements and International Tax Law, ob. cit., p.
202.
369
Alejandro García Heredia
segundo a lo que se denominan prestaciones de servicios. En el know-how el
cedente solo se obliga a transmitir o a suministrar una determinada información
(“imparting o supplying”), en las prestaciones de servicios esa información es
utilizada por el propio prestador para desempeñar el servicio en cuyo resultado
se implica y participa.
747
El principal criterio que utiliza la doctrina mercantilista para diferenciar las
prestaciones de servicios del know-how es el carácter secreto de las informaciones de
este último. Cfr., por todos, GÓMEZ SEGADE, J. A., El secreto industrial (know-how).
Concepto y protección, ob. cit., p. 154. Algún autor ha matizado esta postura
afirmando que la diferencia entre ambos contratos debemos buscarla en una relación
que podríamos denominar, a nuestro entender, de medios y fines. De esta manera, se
ha dicho que mientras el know-how es un conjunto de conocimiento secretos, la
asistencia técnica son los medios a través de los cuales se plasman tales
conocimientos (planos, dibujos, fórmulas, estudios, consultas, visitas de expertos,
etc.). En otros términos, la asistencia técnica serían los medios que sirven de vehículo
para la comunicación de los conocimientos secretos o know-how (cfr. GARCES, V.,
Los contratos de asistencia técnica internacional y su regulación en España, ob. cit.,
pp. 23 y 24). A nuestro juicio, esta no es una diferencia entre el know-how y las
prestaciones de servicios, puesto que tales figuras no tienen porqué existir
conjuntamente, ni ser una consecuencia de la anterior. El hecho de que el know-how
deba expresarse en un soporte tangible que permita su transmisión se debe a la
naturaleza intangible de las informaciones y no a un criterio que sirva para distinguirlo
de la asistencia técnica.
748
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 794 (m. no. 60).
370
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
- Procedencia de las informaciones transmitidas.
749
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 794 (m. no. 60).
750
En esta misma línea se manifiesta la Sentencia de la Sala de lo Civil del TS 24 de
octubre de 1979 (RJ 1979/3459) y la RTEAC de 1 de diciembre de 2000 (JT
2001/119).
371
Alejandro García Heredia
Sin embargo, algunos CDI españoles, como es el de Venezuela (2003),
otorgan una especial atención a la hora de deslindar las prestaciones de
servicios del know-how751. Este Convenio contiene en su protocolo una
disposición con la intención de indicar que las prestaciones de servicios no
forman parte del denominado know-how, sino que se consideran beneficios
empresariales. Así se pone de manifiesto como se pretende zanjar la cuestión
de forma expresa debido a los intereses económicos que para ambos Estados
representa este convenio, así como por los problemas que, como veremos,
esta distinción ha planteado en la práctica española y por el hecho de que en
varios convenios con America latina se incluya la asistencia técnica en el
ámbito de los cánones.
751
La disposición IX de su Protocolo indica que las retribuciones “por concepto de
análisis o estudios especiales de naturaleza científica, , geológica o técnica o por
concepto de servicios especiales de ingeniería o de servicios de consultoría o asesoría
no se considerarán recibidas en contraprestación por información concerniente a
experiencias en el campo industrial, comercial o científico. En tales casos se aplican
las disposiciones del art. 7”.
752
Vid. parágrafos 28-33 de la Taxation Ruling IT 2660 titulada “Income Tax: Definition
of Royalties”. La influencia de la normativa australiana en el Comentario es reconocida
por el propio TAG on Treaty Characterisation of Electronic Commerce Payments, “Tax
Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce. Report to Working Party
no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”, ob. cit., p. 8 y 9.
753
Cfr. parágrafo 11.3 del Comentario al art. 12 MC OCDE (introducido en la versión
de 28 de enero de 2003).
372
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Al parecer la OCDE quiere dejar claro que los contratos son de know-how
con independencia de si las informaciones transmitidas son obtenidas antes o
después del desarrollo o creación de las mismas. Según parece, habría una
información que sería necesaria para una aplicación industrial y otra
información que resultaría después de haber incorporado aquella a dicha
aplicación. Tanto en uno como en otro caso, ambas clases de información,
deben tener el carácter secreto y los demás requisitos que apunta la OCDE en
el parágrafo 11 en el que figura la definición de know-how de la ANBPPI
comentada más arriba.
754
En el caso español este criterio fue establecido en la STS de 24 de octubre de 1979
(RJ 1979/3459) en la que se afirmó que las informaciones secretas relativas a la
fabricación de unos determinados productos no podían seguir utilizándose una vez
finalizado el contrato aunque ello no se hubiera pactado expresamente. La Sentencia
indicó que esta obligación de mantener en secreto los conocimientos “es la lógica y
normal consecuencia conforme a la buena fe, al uso y a la Ley, del consentimiento a la
fabricación temporal”. GÓMEZ SEGÁDE señala que esta obligación de
confidencialidad se deriva de la aplicación analógica del art. 1563 C.C. y del principio
de buena fe en la ejecución de los contratos consagrado en los artículos 1258 C.C. y
57 C.Com. (“Algunos aspectos de la licencia de know-how”,ob. cit., p. 779).
373
Alejandro García Heredia
755
Para la doctrina mercantilista, lo que se ha calificado fiscalmente con el término
genérico de prestaciones de servicios, desde el punto de vista más estricto de su
auténtica naturaleza jurídica, pueden ser prestaciones de servicios propiamente dichas
o arrendamientos de obra. Sobre la discusión en torno a la naturaleza jurídica que
desde el Derecho Privado se otorga a estos contratos que, a efectos fiscales,
reducimos a la categoría genérica de prestaciones de servicios vid. VALPUESTA
GUSTAMINZA, E., “Arrendamientos de obra mercantiles. Contratos de ingeniería”, en
Contratos mercantiles. Tomo II (dir. DE LA CUESTA RUTE, J. M.), Bosch, Barcelona,
2001, pp. 578-585.
374
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
- “Los pagos obtenidos por la prestación de servicios post-venta.
- Los pagos por servicios que el vendedor presta al comprador bajo la
garantía del contrato.
- Los pagos por una pura asistencia técnica.
- Los pagos por consultas evacuadas por un ingeniero, un abogado o un
contable.
- Los pagos por consultas efectuadas a través de medios electrónicos.
Estas pueden consistir en comunicaciones electrónicas mantenidas con
técnicos o expertos en una materia o bien en el acceso, a través de una red de
ordenadores, a una base de datos conciliadora (“trouble-shooting database”)
que proporciona información no confidencial en respuesta a las preguntas
planteadas o a problemas comunes que surgen frecuentemente.”
756
En este sentido se pronuncia el TAG en el Anexo 2 de su Informe cuando establece
las diferentes categorías contractuales que surgen en el ámbito del comercio
375
Alejandro García Heredia
de datos y aquellas otras de carácter restringido –como determinadas
“intranets”- cuyos contenidos se acercan a veces más a lo secreto que a lo
divulgado. Para ello deben ser tenidos en consideración los postulados
generales que enuncia el Comentario para delimitar el know-how de las
prestaciones de servicios.
electrónico. Cfr. TAG, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce”,
ob. cit., p. 29.
757
Así se pone de manifiesto en TAG on Treaty Characterisation of Electronic
Commerce Payments, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce.
Report to Working Party no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”, ob. cit., p. 9.
758
En el mismo sentido vid. parágrafo 14.3 del Comentario al art. 12 MC OCDE.
376
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
algunas ocasiones, se afirma que puede tener el carácter de know-how la
información técnica comunicada a través de servicios de consultoría759. Por el
contrario, se afirma que no constituyen know-how los siguientes supuestos760:
759
Cfr. parágrafos 181 y 182 de la TE del MC EE.UU.
760
Cfr. parágrafos 182 y 183 de la TE del MC EE.UU.
761
Cfr. parágrafo 176 de la TE del MC EE.UU.
377
Alejandro García Heredia
la distinción entre know-how y prestaciones de servicios. No obstante, además
de ello, la ONU ha elaborado unas líneas propias en las que se ponen de
manifiesto las dificultades que, para países desarrollados y en vías de
desarrollo, plantea la expresión “informaciones relativas a experiencias
industriales, comerciales o científicas”. En este sentido, se ha llegado a
proponer eliminar esta referencia del concepto de canon por el riesgo que
supone el poder interpretar que en ella también se incluyen las prestaciones de
servicios más variadas762.
762
Cfr. parágrafo 3 in fine del Comentario al art. 12 MC ONU.
763
Vid. parágrafo 11.6 del Comentario al art. 12 MC OCDE. Otro ejemplo de contratos
mixtos que engloban prestaciones de know-how y prestaciones de servicios son los
denominados “contratos de construir gestionar y transferir” (“built-operate-transfer
agreement”) que tiene lugar en el ámbito de importantes proyectos de infraestructuras
públicas, tales como centrales eléctricas o aeropuertos. En estos contratos es
frecuente que una empresa privada no residente se encargue de la construcción y
gestión de los mismos para luego transferirlos a un ente público (Cfr. LAINOFF, S. R. y
VAISH, R. C., “Ponencia General”, ob. cit. pp. 151 y 152).
764
Sobre el contrato de franquicia desde una perspectiva mercantil pueden
consultarse, entre muchas otras, las obras de CARDELÚS Y GASIOT, LL., El contrato
de franchising, P.P.U., Barcelona, 1988; CHULIÁ VICENT, E. y BELTRÁN
ALANDETE, T., Aspectos jurídicos de los contratos atípicos I, Bosch, Barcelona, 1991;
ECHEBARRIA SAENZ, J. A., El contrato de franquicia, McGraw-Hill, Madrid, 1995 o
HERNANDO JIMÉNEZ, A., El contrato de franquicia de empresa, Civitas, Madrid,
2000. Por lo que se refiere a nuestra disciplina, un estudio de la fiscalidad internacional
del contrato de franquicia se encuentra en MONFORT, E., “Franquicias de no
residentes: imposición sobre la renta y convenios para evitar la doble imposición”,
Revista de Contabilidad y Tributación (CEF), núm. 243, junio, 2003, pp. 51-106.
378
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
internacional765. Es un contrato atípico, por lo que no hay regulación legal
específica acerca de la responsabilidad contractual de las partes, aunque
existen varias normas de ámbito diverso que reconocen esta figura contractual.
El Derecho comunitario de la competencia ha contemplado esta forma de
colaboración empresarial a través de varias disposiciones766. Nuestro Derecho
interno767 y jurisprudencia768 también han reconocido la franquicia como forma
de comercializar determinados tipos de productos o servicios. En términos
generales es posible afirmar que mediante el contrato de franquicia se cede un
modelo de empresa769. Ello se traduce en la cesión de una serie de derechos
de propiedad industrial (patentes, marcas, dibujos, rótulos, etc.), en la
transmisión de un know-how y en la prestación continuada de una asistencia
técnica770.
765
El contrato de franquicia aparece en EE.UU. hacia 1929, se desarrolló
extraordinariamente después de la II Guerra Mundial y se extiende a Europa a partir
de los años setenta. En esta década penetran en nuestro país cadenas extranjeras,
especialmente francesas y americanas, como “Burger King”, “Kentucky Freid Chicken”
o “Yves Rocher”. La alimentación, la ropa y los carburantes son los principales
sectores de las empresas de franquicia. Sobre estos datos cfr. CHULIÁ VICENT, E. y
BELTRÁN ALANDETE, T., Aspectos jurídicos de los contratos atípicos I, ob. cit., pp.
161-163.
766
Vid. Reglamento de la Comisión 4087/1988, de 30 de noviembre de 1988 y
Reglamento de la Comisión 2790/1999, de 22 de diciembre de 1999.
767
Vid. art. 62 de la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio
Minorista y el art. 2 del Real Decreto 2485/1998, de 13 de noviembre.
768
Vid. SSTS 15 de mayo de 1985, 27 de septiembre de 1996 o 4 de marzo de 1997.
769
Cfr. URÍA, R., Derecho Mercantil, ob. cit., p. 736.
770
Sobre los conceptos que se han dado desde diversos ámbitos en torno al contrato
de franquicia vid. CHULIÁ VICENT, E. y BELTRÁN ALANDETE, T., Aspectos jurídicos
de los contratos atípicos I, ob. cit., pp. 163 y 164. Todos ellos coinciden en que en el
contrato de franquicia suelen cederse los tres elementos que hemos señalado:
propiedad industrial, know-how y prestaciones de servicios como la asistencia técnica.
771
Vid., entre otras, SSTS de 2 de abril de 2002 (RJ 2002/3546) y 19 de diciembre de
2002 (RJ2003/1968).
379
Alejandro García Heredia
Sin embargo, antes de entrar en el fondo del asunto, ante la atipicidad del
contrato de transferencia de tecnología celebrado entre la empresa alemana y
la española, el Tribunal pretendió identificarlo con alguna de las figuras
contractuales a las que más pudiera asimilarse. En este sentido, la Sala de lo
Contencioso del TS afirmó que nuestra jurisprudencia civil proporcionaba base
para considerar el contrato de transferencia de tecnología celebrado entre las
partes como una modalidad del contrato de franquicia. Para ello, la Sala de lo
Contencioso trajo a colación la Sentencia de la Sala de lo Civil de 27 de
septiembre de 1996 (RJ 1996/6646) en la que se asume el concepto doctrinal
de contrato de franquicia772 y el que figura en la Sentencia del TJCE de 28 de
enero de 1986 en el caso “Pronunpcia”773. Sin embargo, el concepto doctrinal
que asume la Sentencia parte de la base de que la franquicia se celebra entre
partes independientes y en el caso objeto de la Sentencia se trataba de partes
vinculadas. Por otro lado, el TS también se pronunció sobre el sistema de
fuentes del contrato de franquicia y señaló que al ser un contrato atípico se
regula, en primer término, por la voluntad de las partes y los principios de
buena fe y mutua confianza y, en segundo lugar, por las disposiciones que
regulan contratos típicos afines, como pudieran ser los artículos de la
compraventa mercantil.
El problema que plantean los contratos mixtos en los CDI se debe a que
mientras las rentas de las licencias de patentes, marcas y know-how pueden
ser cánones, las de la asistencia técnica son, en muchos convenios, beneficios
empresariales o servicios personales independientes. Es necesario, por tanto,
establecer una regla para determinar la calificación fiscal de las rentas de un
contrato en el que se entremezclan ambos tipos de prestaciones. Con este fin
772
En palabras del TS, desde un punto de vista doctrinal el contrato de franquicia ha
sido definido “como aquel que se celebra entre dos partes jurídica y económicamente
independientes, en virtud del cual una de ellas (franquiciador) otorga a la otra
(franquiciado) el derecho a utilizar bajo determinadas condiciones de control, y por un
tiempo y zona delimitados, una técnica en la actividad industrial o comercial o de
prestación de servicios del franquiciado, contra entrega por este de una
contraprestación económica”.
773
El TS indica que según esta Sentencia del TJCE, los rasgos propios del contrato de
franquicia son “a) que el franquiciador debe transmitir su know-how o asistencia o
metodología de trabajo, aplicando sus métodos comerciales, y b) que dicho
franquiciador queda obligado a diseñar, dirigir y sufragar las campañas publicitarias,
realizadas para difundir el rótulo y la marca del franquiciador”.
380
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
el Comentario al art. 12 prevé la regla del contrato mixto con base, por un lado,
en la vis atractiva o fuerza de absorción de la calificación que merezcan los
pagos de la prestación principal y, por otro, en el principio de fraccionamiento o
descomposición del contrato774. En cambio, estas reglas no se aplicarán en
aquellos contratos mixtos cuyas prestaciones reciban el mismo trato fiscal775,
por ejemplo, que todas sus rentas sean cánones, como sería el caso de cesión
de uso sobre patentes y know-how776.
774
En este punto se ha producido una ligera modificación en la versión del Comentario
de la OCDE de 2003. Antes, cuando una prestación del contrato era la principal y el
resto tenían un carácter accesorio, se decía que “parece posible aplicar a la totalidad
de la remuneración el régimen aplicable a la prestación principal”. Ahora, con el
Comentario 2003, esa afirmación se ha sustituido por otra en la que se indica que, “el
régimen aplicable a la prestación principal debe generalmente ser aplicado a la
totalidad de la remuneración”. Se trata tan sólo de un cambio de redacción que no
afecta al sentido del Comentario. En el Informe en el que se ha propuesto esta ligera
modificación, los expertos de la OCDE indicaban que con este ligero cambio de
redacción el Comentario era “más práctico y consecuente” con las nuevas
modificaciones (Vid. TAG on Treaty Characterisation of Electronic Commerce
Payments, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce. Report to
Working Party no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”, ob. cit., p. 16).
775
En el mismo sentido VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 795
(m. no. 62).
776
Los contratos mixtos de patentes y know-how están adquiriendo en nuestros días
una gran difusión entre las empresas, por lo que cada vez desempeñan un papel más
importante en las transferencias de tecnología (cfr. Considerando 4 del Reglamento
comunitario de la Comisión 240/1996, de 31 de enero, sobre la aplicación del apartado
3 del art. 85 del Tratado a determinadas categorías de acuerdos de transferencia de
tecnología).
777
Pueden consultarse las RRTEAC 1 de julio de 1992 (RJ 1992/414) y 22 de febrero
de 1995 (JT 1995/459) y las RRDGT 29 de enero, 23 de febrero y 3 de septiembre de
1987, 31 de julio de 1992, 14 de octubre de 1994, 12 de junio de 1995, 12 de abril, 10
de mayo y 16 de mayo de 2002 (0587-02, 0709-02, 0725-02), 6 de junio de 2003
(0762-03) y 31 de octubre de 2003 (1773-03).
778
Es difícil proponer unas reglas generales, por lo que es necesario resolver el caso
según el contrato particular, en el que habrá que estudiar el peso o importancia que
tienen cada una de las prestaciones implicadas. Así, por ejemplo, en los contratos
381
Alejandro García Heredia
por la DGT en su Resolución de 6 de junio de 2003 (0762-03), afirmando que
“la accesoriedad es una característica obviamente relativa en que debe
compararse la importancia de una prestación en particular en relación al
conjunto del contrato. En la medida en que se disponga de precios
desglosados, la contraprestación atribuible a esa prestación particular parece
un buen parámetro para apreciar la accesoriedad, si bien otros factores pueden
intervenir y deben valorarse”. Ante esta problemática podría ser eficaz el
planteamiento de un procedimiento amistoso en el marco del Convenio
discutido y, en particular, un acuerdo previo de valoración en caso de estar
ante empresas asociadas779.
mixtos que implican una cesión de uso de software y unas prestaciones de servicios
informáticos suelen considerarse a la totalidad de sus rentas como cánones por
entender que la cesión de uso del software es la prestación principal [vid. RTEAC 22
de febrero de 1995 (JT 1995/459)]. Por otro lado, la RDGT 14 de octubre de 1994
consideró en un contrato mixto de ejecución de obra y cesión de konw-how que está
última era la prestación principal del contrato.
779
En esta línea se ha manifestado la RDGT 31 de octubre de 2003 (1773-03)
780
El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp. 168 y 169.
781
MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., p. 169.
382
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Igualmente, existen determinados contratos en los que, por su contenido,
el know-how presenta un carácter accesorio y las prestaciones de servicios se
configuran como la parte principal del contrato, por ejemplo, en la construcción
de una planta industrial782. En estos contratos, una parte se compromete a
realizar un determinado resultado, como es la construcción de una planta
industrial, por lo que la prestación principal es de servicios y no de know-how,
pues en el know-how hemos visto como el cedente no asume ninguna
obligación, sino que se limita a transmitir una información confidencial.
Además, en la construcción de una planta industrial es normal que también se
produzca el suministro de cierta información secreta para indicar, por ejemplo,
como se deben elaborar unos determinados materiales. En este caso, el know-
how presentaría un carácter accesorio, mientras que la prestación de servicios
consistente en la construcción de la planta industrial sería el objeto principal del
contrato.
782
Cfr. SONNTAG, K., “The Tax Treatment of Engineering in International Large-
Project Contrating”, Intertax, vol. 25, núm. 1, 1997, p. 11. En este sentido,
ROSEMBUJ también afirma que el know-how y las prestaciones de servicios aparecen
en muchas ocasiones unidas en un mismo contrato de dificil delimitación entre ambas
(cfr. Intangibles. La fiscalidad del capital intelectual, El Fisco, Barcelona, 2003, pp.
201-202).
783
La Revenue Ruling 64-56 de los EE.UU. indica en qué casos las prestaciones de
servicios son principales o accesorias en un contrato mixto. En este sentido señala
que se consideran accesorias las explicaciones o demostraciones sobre la utilización
del bien, la asistencia en el montaje o puesta en marcha o los servicios de garantía. En
cambio, no tienen carácter accesorio los servicios prestados para formar y preparar a
los empleados en la utilización de nuevas técnicas o los servicios continuados de
asistencia técnica posteriores a la fase del montaje o puesta en marcha. Sobre la
Ruling norteamericana vid. BURKE, M. S. y SABA, F. S., “International Transfer of
Intangible Property - Is There a New Bottle for a New Wine?”, ob. cit., p. 16.
383
Alejandro García Heredia
4. KNOW-HOW Y PRESTACIONES DE SERVICIOS EN LOS
PRONUNCIAMIENTOS ESPAÑOLES. EL CASO OPEL CORSA.
784
Hay que tener en cuenta que, en la línea marcada por el MC EE.UU., algunos CDI
también consideran cánones las rentas derivadas de una transmisión de la propiedad,
como los CDI españoles suscritos con EE.UU. (1990), Méjico (1992) y Tailandia
(1997).
785
La excepción la constituyen algunos CDI que también consideran cánones las
rentas procedentes de ciertas prestaciones de servicios. España, al igual que otros
Estados, se ha reservado “el derecho a gravar en la fuente como cánones las rentas
384
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
786
Existe un importante grupo de pronunciamiento con base en el antiguo art. 7 b) LIS
que considera rentas obtenidas en España “las contraprestaciones por toda clase de
servicios, asistencia técnica, préstamos o cualquiera otra prestación de trabajo o
capital realizada o utilizada en territorio español”. Uno de los mayores problemas que
ha planteado este precepto consiste en determinar cuál era el punto de conexión para
estas rentas, es decir, qué se entiende por prestaciones realizadas o utilizadas en
territorio español. Con base en la normativa interna derogada pueden consultarse las
RRTEAC 29 de mayo de 1991 (Vid. el comentario a esta Resolución de GARCÍA
PRATS, F. A., “Tributación de no residentes. El criterio de pago en el Impuesto sobre
Sociedades”, Revista General de Derecho, núm. 571, abril, 1992, pp. 3053-3072), 4 de
junio de 1992 (JT 1992/178), 23 de noviembre de 1994 (JT 1994/1631), 20 de
noviembre de 1996 (JT 1996/1669). Destacan también un grupo de STS relativas al
conocido “caso Ford”, como son las Sentencias 7 de diciembre de 1999 (RJ
1999/9316), 9 de junio de 2001 (RJ 2001/6278) o 26 de junio de 2001 (RJ 2001/6060).
Así mismo, también deben citarse en esta materia las SSTS de 18 de septiembre de
1991 (RJ 1991/7773), 27 de septiembre de 1991 (RJ 1991/7778), 12 y 22 de
septiembre de 2002. Con carácter general, para estudiar el criterio de sujeción del
antiguo art. 7 b) LIS nos remitimos a la SAN 31 de enero de 2002 (JUR 2002/143056).
En otros Estados de nuestro entorno también se han planteado importantes problemas
para distinguir los cánones de las prestaciones de servicios con base en su normativa
interna. En este sentido vid. el caso de Portugal en DE SOUSA DA CÂMARA, F.,
“Supreme Court Rules on the Distinction between Royalties and Fees”, European
Taxation, marzo, 2000, pp. 123-126. Para un examen de la situación del tema en otros
Estados vid. IFA, International Taxation of Service (Proceedings of Seminar held in Rio
de Janeiro in 1989 during 43rd Congress of the International Fiscal Association), vol.
14a, Kluwer, Deventer, 1991.
787
Señalamos que para el estudio de estos pronunciamientos hemos decidido
comenzar por la jurisprudencia del TS, por ser en esta sede donde se han consolidado
las conclusiones que con anterioridad ya venía manteniendo la AN y el TEAC. Por otra
parte, dentro de la confusión existente, sus sentencias, como última instancia
jurisdiccional, permiten ordenar mejor los términos de la controversia, siendo así más
claras en sus antecedentes de hecho y fundamentos de derecho.
386
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
previo, analizaremos la diversidad normativa que existe en nuestro Derecho en
torno al know-how y las prestaciones de servicios, pues la misma ha sido una
de las causas por las que los tribunales españoles no han interpretado
correctamente estas figuras.
788
En la misma línea CARMONA FERÁNDEZ, N., “La problemática fiscal de los
cánones y know-how”, ob. cit., p. 5 y ss. y BOKOBO MOICHE, M. S., Los cánones en
el régimen tributario de los no residentes sin establecimiento permanente, ob. cit., p.
73.
789
El RD 1750/1987, en términos similares al Decreto 2343/1973, dispone en su art.
1.1 que están sujetas al mismo y, por lo tanto, se consideran transferencias de
tecnología, aquellas transacciones que impliquen: a)patentes de invención, modelos
de utilidad, conocimientos no patentados aplicables a la actividad productiva (“know-
how”), programas de ordenador para uso industrial o empresarial (“software”); b)
387
Alejandro García Heredia
790
La cursiva es nuestra y la utilizamos para indicar la parte del artículo que se refiere
implícitamente a una prestación de know-how.
791
La cursiva es nuestra y, como en el caso anterior, la utilizamos para señalar la parte
del artículo que se refiere a elementos propios del know-how.
792
Cfr. DE MIGUEL ASENSIO, P. M., Contratos internacionales sobre propiedad
industrial, ob. cit., p. 48.
793
Cfr. DE MIGUEL ASENSIO, P. M., Contratos internacionales sobre propiedad
industrial, ob. cit., p. 45 y 46.
389
Alejandro García Heredia
el know-how en relación con los chips. Entre la normativa derogada, los
Decretos que regulaban el ámbito de las transferencias de tecnología
contenían una sucinta mención al know-how794. De esta forma, el art. 1 a) RD
1750/1987, de 18 de diciembre, “por el que se liberalizan las transferencias de
tecnología y la prestación de asistencia técnica extranjera a empresas
españolas”, identifica el know-how con los “conocimientos secretos no
patentados aplicables a la actividad productiva”795.
796
El TEAC reproduce esta definición en su Resolución de 1 de diciembre de 2000 (JT
2001/119).
797
El art. 113.1 del R.D. 2631/1982, de 15 de octubre, por el que se aprueba el
Reglamento del Impuesto sobre Sociedades afirma que “se entenderán incluidos en
este artículo los arrendamientos, cánones, asistencia técnica, alquileres y, en general,
toda contraprestación devengada por terceros, cualquiera que se su denominación,
procedente de la cesión a la Empresa de derechos y demás bienes, cuando no se
transmita la propiedad de los mismos”. En la misma línea de separar los cánones de la
asistencia técnica continuaron las leyes y reglamentos posteriores, como es el R. D.
1841/1991, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento del Impuesto
sobre la Renta de la Personas Físicas y se modifican otras normas tributarias (art.
70.Uno., letras c) y g), que integra parte del Título VII destinado a desarrollar la
regulación de la obligación real de contribuir). En la primera de estas letras se
mencionan como rentas obtenidas o producidas en territorio español los rendimientos
derivados de la realización de estudios, proyectos, asistencia técnica, apoyo a la
391
Alejandro García Heredia
13.1 LRNR menciona por un lado la asistencia técnica y por otro los
cánones798. Esta regulación difiere de la postura española al Comentario de la
OCDE en la que se afirma la intención de nuestro país de considerar como
cánones los pagos por asistencia técnica en los CDI. El know-how también
figura en los dos conceptos de canon que han existido en nuestra legislación
tributaria, en los que se alude a “fórmulas o procedimientos secretos” (art. 113
RIS 1982) y a “informaciones relativas a experiencias industriales, comerciales
o científicas” (art. 12.1 LRNR).
801
Más en concreto, las empresas involucradas eran “Adam Opel AG”, con residencia
en Alemania (Reusselsheim) y la española “General Motors España, SA” (hoy “Opel
España de Automóviles, SA”) con sede social en el Polígono Industrial de Entrerríos,
en Figueruelas (Zaragoza); ambas filiales de “General Motors Corporation” con
residencia en EE.UU (Detroit). Adam Opel fundó la empresa en 1862 y esta se
fusionó en 1929 con la “General Motors Corporation”, pasando a ser una filial de la
misma. Hoy en día la “General Motors Corporation” comprende, además de la “Opel”,
las empresas “Vauxhall”, “Saab”, “Cadillac”, “Chevrolet” y “Daewo”.
802
En relación con los programas de ordenador, cuando hablamos del caso “Opel”,
podemos citar las SSAN 28 de febrero de 1995(JT 1995/155) y 16 de mayo de 1995.
Por su parte, el TS ha dictado en casación, respectivamente, las Sentencias de 8 de
abril de 2000 (2000/3773) y 3 de junio de 2000 (2000/4874). Los contratos que han
dado lugar a esta jurisprudencia son los celebrados con fecha de 24 de julio de 1984 y
5 de noviembre de 1982. La SAN de 28 de febrero y la del TS de 8 de abril tiene por
objeto el primero de los contratos citados. Su objeto consiste en la cesión de un
software específico, el denominado EDP-II (software diseñado específicamente para el
sector de vehículos a motor) y sistema COVIS (software para información de
vehículos). Por su parte, la otra SAN y del TS abordan el segundo de los contratos,
cuyo objeto es un software similar a los anteriores, en este caso, el denominado EDP-
I.
393
Alejandro García Heredia
803
Para esclarecer los hechos consideramos conveniente indicar las fechas de los
contratos y las SSTS que les corresponden. El contrato relativo a la versión de 2 y 3
puertas parece ser un contrato con fecha de 29 de julio de 1981 [STS 29 de julio de
2000 (RJ 2001/919)]. De la misma fecha parece ser otro en el que se negociaba, en
este caso, sobre la versión de 4 y 5 puertas [SSTS 2 de octubre de 1999 (RJ
1999/7890) 19 de febrero y 25 de abril de 2000 (RJ 2000/1643 y 2000/4274) 14 y 20
de julio de 2001 (RJ 2001/7099 y 2001/7107) y 2 de abril de 2002 (RJ 2002/3546)]. En
relación con la versión de 4 y 5 puertas también se celebraron contratos posteriores de
15 de abril de 1983 [SSTS 25 de febrero, 26 de febrero, 7 y 8 de abril de 2000 (RJ
2000/1052, 2000/1651, 2000/3015, 2000/3017) y 16 de junio de 2001 (RJ 2001/6288)]
y de 17 de agosto de 1987 [SSTS14 de mayo y 19 de diciembre de 2002 (RJ
2002/4512 y 2003/1968)]. También debemos indicar que el TS se ha pronunciado en
alguna ocasión sobre contratos celebrados entre estas mismas partes pero por
cuestiones diferentes. Es el caso de la STS de 27 de octubre de 2001 (RJ 2002/405)
en la que impugna una cuestión concerniente a las actas derivadas de un
procedimiento de inspección.
394
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
objetos bien diferenciados, esto es, know-how, prestaciones de servicios
(asistencia técnica) y elementos de la propiedad industrial, tales como patentes
o modelos de utilidad804.
Es importante aclarar que lo que distingue al contrato que tiene por objeto el
“Modelo S” en su versión de 2 y 3 puertas y aquellos otros que se refieren a la
versión de 4 y 5 puertas, es la forma por la que se ha transmitido la citada
tecnología. Así, el primero de ellos es una operación societaria de ampliación
de capital, mientras que el segundo se configura por las partes como una
compraventa. Además de esta diferencia existe otra fundamental entre ambos,
como es la remuneración pactada en cada caso y la posibilidad de revocación
que existe en el contrato relativo a la versión de 4 y 5 puertas. En este sentido,
la remuneración pactada en la operación societaria relativa a la versión 2 y 3
puertas, consistía en que “Opel” suscribiría acciones totalmente
desembolsadas y liberadas de “GM” a cambio de la transferencia de la
tecnología del vehículo805. En lo que se refiere a los contratos de compraventa
de la versión 4 y 5 puertas, la contraprestación se fija en el valor de mercado
que tuviera la tecnología transmitida sin establecer un precio determinado para
la misma. Por otro lado, en lo concerniente a la posibilidad de revocación, en el
contrato de la versión 4 y 5 puertas, se establece un plazo de duración de cinco
años y una renovación automática, con el importante matiz de que cada parte
puede resolverlo con un preaviso de sesenta días antes de la expiración del
citado plazo. Por el contrario, en el caso del “Modelo S” en su versión de 2 y 3
puertas, al tratarse de una aportación social, las Sentencias afirman que no
existe plazo porque jurídicamente esta operación societaria no puede ser
revocada. Todas estas diferencias, como veremos, son importantes a la hora
de determinar si nos encontramos ante una cesión de uso del objeto del
contrato o una transmisión de la propiedad del mismo.
804
Vid. SSTS 25 de abril y 29 de julio de 2000 (RJ 2000/4274 y 2001/919).
805
Esta clase de contraprestación recuerda mucho a la que se produjo en los casos
relativos a programas de ordenador entre estas mismas empresas a los que ya nos
hemos referido anteriormente.
395
Alejandro García Heredia
4.2.2. EL SISTEMA DE FUENTES UTILIZADO EN LOS PRONUNCIAMIENTOS.
806
En las SSTS 25 de febrero, 26 de febrero y 7 de abril de 2000 (RJ 2000/1052,
2000/1651, 2000/3015) y 16 de junio de 2001 (RJ 2001/6288), relativas todas ellas al
contrato de fecha 15 de abril de 1983, no se aplica CDI alguno por la sencilla razón de
que no existía al tiempo de producirse los hechos objeto del litigio. En estas
Sentencias, el contrato enjuiciado ya no es con una empresa alemana, como sucedía
en las anteriores, sino con una americana. Sin embargo, como el CDI con EE.UU. no
se celebró hasta 1990 no podía ser aplicado al caso. En esta ocasión, el contrato se
celebró entre la empresa española ya parte de los contratos anteriores, “General
Motors España, S.A.”, y la americana “General Motors Corporation”.
807
En el caso de España este principio se consagra en el art. 96 de nuestra
Constitución. Además, como ya sabemos, varias normas de nuestro Derecho interno
aluden también al mismo. Es el caso del art. 1.5 del Código Civil o, en lo que se refiere
a nuestra materia, el art. 7 de la Ley General Tributaria y los diversos preceptos de
cada una de las normas fiscales que señalan la prevalencia de los tratados o
convenios sobre el Derecho interno. Para un examen de los tratados internacionales
como fuente del Derecho Tributario nos remitimos, en nuestra doctrina, al trabajo de
GARCÍA-OVIES SARANDESES, I., “Fuentes del Derecho. Tratados Internacionales”,
en Comentarios a la Ley General Tributaria y líneas para su reforma, Vol. 1, Instituto
de Estudios Fiscales, Madrid, 1991, pp. 247-263.
808
Convenio sobre el Derecho de los Tratados, hecho en Viena el 23 de mayo de
1969.
809
Vid., entre otras, SSTC 11/1985, de 30 de enero (RTC 1985/11), 76/1982 de 14 de
diciembre; 66/1982 de 12 de noviembre; 58/1982, de 27 de julio (RTC 1982/58, 66,
76); 71/1988, de 22 de marzo; 37/1988, de 3 de marzo (RTC 1988, 37 y 71); 16/1989,
396
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
de 30 de enero (RTC 1989, 16). Entre las SSTS, vid. las de 19 de mayo de 1983 (RJ
1983/497), 17 de junio de 1971 (RJ 1971/3191), 15 de enero de 1970 (RJ 1970/660),
6, 7, 12 y 28 de junio de 1995 (RJ 1995/4807, 4808, 4816 y 4925, respectivamente).
También es interesante la STSJ de Cataluña de 22 de abril de 1996 (JT 1996, 802) en
lo que se refiere al ámbito concreto de los CDI.
810
El Tribunal Permanente de Justicia Internacional ha puesto de manifiesto este
principio en varias de sus decisiones. Entre ellas, podemos citar el “asunto del
intercambio de poblaciones griegas y turcas” (opinión consultiva de 21 de febrero de
1995) o el “asunto de la Fábrica de Chorzow” (Sentencia de 26 de julio de 1927).
811
La desconsideración de la primacía de los CDI se siente a lo largo de todas las
sentencias y se deja ver, incluso, a través de expresiones muy elocuentes. Tal es el
caso de la que dice que “el Convenio respeta fielmente el art. 7 LIS”, cuando en
realidad debería ser al revés, es decir, que sea la normativa interna la que “respete
fielmente” el Convenio, pues este puede ser contrario a aquella y, aún así,
prevalecerá.
812
En concreto, se citan los apartados b) y e) del precepto. En el primero se afirma
que se consideran obtenidas en España “las contraprestaciones por toda clase de
servicios, asistencia técnica, préstamos o cualquier otra prestación de trabajo o capital
realizada o utilizada en territorio español”. Por su parte, la letra e) considera obtenidos
en España “los incrementos de patrimonio derivados de toda clase de elementos
patrimoniales situados en España”.
813
En este sentido los pronunciamientos administrativos y judiciales españoles han
llegado a considerar que los Comentarios son normas supranacionales o Derecho
comparado, lo que ha motivado la crítica de varios autores (vid. BUITRAGO DÍAZ,
ESPERANZA, “El valor de los comentarios a los MC OCDE y ONU en la práctica
española. Aproximación crítica”, Jurisprudencia Tributaria, núm. 2, 2005).
397
Alejandro García Heredia
segundo plano, ha sido una de las causas de la confusión conceptual en la que
incurren los pronunciamientos que analizaremos.
814
No obstante, en alguna ocasión, la parte recurrente ha alegado incongruencia
omisiva de las sentencias al no pronunciarse sobre la transmisión en propiedad de
398
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
817
En el mismo sentido, vid. SSTS 26 de febrero, 7 de abril, 25 de abril y 29 de julio de
2000 (RJ 2000/1651, 2000/3015, 2000/4274 y 2001/919), 16 de junio de 2001 (RJ
2001/6288) y 2 de abril de 2002 (RJ 2002/3546).
818
En el apartado 4.3 estudiamos las razones que han llevado al Tribunal a mantener
esta postura.
400
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
mayor. Comienzan de nuevo a entremezclarse conceptos sin ningún orden, con
un escaso rigor expositivo y sin reparar apenas en sus contenidos. De tal
manera se llega a decir que “en el contrato hay indudablemente una
transmisión de la propiedad de patentes y modelos de utilidad, como señala la
entidad recurrente, pero al propio tiempo hay también un compromiso de
asistencia técnica o de know-how (¡sic!), lo cual determina el nacimiento del
hecho imponible y el devengo del impuesto” (FD 3º)819. El desconcierto
aumenta cuando un poco más adelante se afirma que “es indiscutible (…) que
el hecho imponible se ha producido por cuanto entre las partes hay
contraprestaciones por los servicios y la asistencia técnica surgidos del
contrato, no pudiendo prosperar el sutil argumento de la parte recurrente (…)
de que también el know-how fue transmitido a título de compraventa, puesto
que la titularidad de los bienes incorporales –entre los cuales incluye el
conjunto de técnicas que abarca dicha denominación- pueden ser objeto del
contrato de compraventa, y no puede prosperar porque lo que resulta
indiscutible es que, en los propios términos del contrato, lo que hubo fue un
820
Convenio de asistencia técnica (¡sic!) ” (FD 3º). Confesamos no entender
nada de lo que está diciendo el TS. La simple transcripción de estos párrafos
pone de manifiesto la confusión que existe en torno a las figuras del know-how
y de la asistencia técnica y la falta de claridad a la hora de plantear y resolver el
problema.
819
La cursiva es nuestra.
820
La cursiva también es nuestra.
821
Vid. FD 1º in fine de la Sentencia.
401
Alejandro García Heredia
En otro orden de cosas, podemos distinguir otro grupo de sentencias que
resuelven cuestiones muy similares a las que venimos planteando, pero con un
ligero cambio entre las partes del contrato, tales son las SSTS de 28 de abril de
2001 (RJ 2001/5358) y de 30 de mayo de 2002 (RJ 2002/6428). Es
conveniente aclarar esta modificación subjetiva de partes para evitar la
confusión en un panorama tan plagado de sentencias y de entidades con
diferente nombre y residencia. Recordemos que en los casos anteriores
estábamos ante una serie de contratos celebrados entre “Opel” –con residencia
en Alemania- y “GM” –con residencia en España-, así mismo, también existían
algunos contratos que habían sido celebrados entre “GM, Corporation” –con
residencia en EE.UU.- y “GM, España”. En las sentencias que ahora vamos a
comentar se ha producido una ligera alteración entre las partes del contrato
debido a la estructura empresarial del grupo822. De este modo, el contrato que
abordan estas sentencias –fechado el 19 de octubre de 1987- es el celebrado
entre “Electronic Data Systems España, SA” con residencia en nuestro país y
“Electronic Data Systems Deutschland GMBH” con residencia en Alemania;
que serían las empresas informáticas de la GM en España y Alemania. No
podemos exponer con claridad el objeto del contrato, pues no se desprende un
conocimiento preciso del mismo con la lectura de las Sentencias. Si está claro
que es un supuesto relacionado con los cánones, y parece que podría tener
822
Como señala la STS 30 de mayo de 2002 (RJ 2002/6428) en su FD 2, los servicios
de desarrollo de sistemas y procesos de datos que antaño prestaba “Adam Opel
Aktiengesellschaft” a “General Motors España” son los que en virtud de este contrato
presta “Electrónic Data Systems Deutschland GMBH” a “Electronic Data Systems
España, SA”. Ambas empresas son filiales al 100% de “Electrónic Data Systems
Corporation”, empresa norteamericana adquirida por “General Motors Corporation”
para prestar servicios de procesos de datos a todas sus filiales. De este modo, en
Alemania “Electrónic Data Systems Deutschland GMBH” presta estos servicios a
“Adam Opel Aktiengesellschaft” y, por su parte, en España, “Electronic Data Systems
España, SA” presta tales servicios a “General Motors España”. Resumiendo,
podríamos decir que tenemos un empresa matriz que es la “GM, Corporation”. Esta
empresa tiene, entre sus filiales, una en Alemania (“Adam Opel”) y otra en España
(“GM, España”). Además, la entidad matriz ha adquirido una empresa denominada
“Electrónic Data Systems” para que preste servicios informáticos a sus filiales. Para
ello, “GM, Corporation” dispone en Alemania de una de estas empresas informáticas
para que preste servicios a su filial “Adam Opel” y, del mismo modo, también cuenta
con una de estas empresas informáticas en España para que preste servicios a “GM,
España”. De esta manera la matriz “GM, Corporation”, cuenta con dos clases de
empresas, unas dedicadas a la fabricación de automóviles y otras dedicadas a prestar
servicios informáticos a aquellas.
402
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
como objeto un know-how y unas prestaciones de servicios relacionadas con
programas informáticos. Estas sentencias a las que ahora nos referimos han
planteado una serie de cuestiones que desarrollaremos más adelante y a las
que ahora nos referimos brevemente.
823
Esta afirmación la efectuamos con la salvedad de que también dichos Comentarios
habían sido ya citados en el voto particular del Magistrado GOTA LOSADA a la STS
29 de julio de 2000 (RJ 2001/919). Este voto es el mismo que el citado Magistrado
mantiene también en la Sentencia 8 de abril de 2000 (RJ 2000/3773) y que constituirá
el contenido de la Sentencia 3 de junio de 2000 (RJ 2000/4874), en la que GOTA
LOSADA figura como esta vez como ponente. No obstante, estas dos últimas
Sentencias no se refieren al problema del know-how sino a programas de ordenador.
824
Vid. FD 1º de la Sentencia.
403
Alejandro García Heredia
de know-how sino tan sólo una cesión de uso y, en consecuencia, califica las
rentas como cánones sujetos a imposición en España con las limitaciones del
Convenio.
825
En adelante, indicamos en cursiva los términos licencia y cesión para distinguir con
mayor claridad ambos contratos.
404
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
la compraventa, pues en ella el cedente se desprende definitivamente de la
titularidad del know-how. De modo que la compraventa podría ser uno de los
negocios jurídicos por medio de los cuales se instrumenta una cesión por
oposición a una licencia. Sin embargo, para el TS no parecen ser la misma
cosa y lo justifica diciendo aquello de que la cesión de uso no implica una
transmisión dominical, algo que sí conlleva la compraventa. En nuestra opinión,
la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS aborda cuestiones civiles y
mercantiles con unos planteamientos más que discutibles.
826
Cfr. MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp.
69 y ss. Este autor mantiene posteriormente la misma distinción en su obra “Los
secretos industriales y comerciales y su transmisión: régimen jurídico”, ob. cit., p. 210.
405
Alejandro García Heredia
por así decirlo, es porque además de ceder o licenciar el know-how también se
ceden o se licencian otros elementos como patentes o marcas. En modo
alguno se dice, como hace el TS, que pueda existir un contrato de licencia y
cesión al mismo tiempo, sino que cada una de estas formas de transmisión
puede implicar aisladamente un know-how (contrato puro) o también, junto con
éste, otros elementos, siendo frecuente incluir patentes al lado del know-how
(contrato mixto)827. Pero, insistimos, no se dice que el contrato pueda ser de
cesión y licencia al mismo tiempo, lo que equivaldría a decir que estamos ante
un contrato mixto de compraventa y arrendamiento. En otras palabras, la
mixtura del contrato se predica de su contenido, de su objeto y no de la
naturaleza jurídica que pueda adoptar en cada caso la transmisión del mismo.
C) VENTA DE KNOW-HOW.
827
Si sería posible un contrato mixto en el que se licencie el know-how y se ceda una
patente, o viceversa.; pero no un contrato en el que se ceda y licencie a la vez el
mismo objeto.
828
Cfr. MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., p.
70.
406
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
una compraventa. Los argumentos, generales o particulares, por los que se
desestiman los recursos al considerar que no ha habido compraventa de esta
figura son, en resumen, los siguientes829:
829
Estas se recogen en el FD 4º de la Sentencia. Todos estos argumentos ya venían
siendo utilizados por el TEAC para denegar las pretensiones de la recurrente [vid.
RRTEAC 27 de mayo de 1992 o 23 de julio de 1997 (JT 1997/1188)]
830
Vid. art. 13 de la Ley de Competencia Desleal (Ley 3/1991, de 10 de enero).
831
El negocio jurídico de cualquier clase por el que se transmita el know-how estará
amparado por las normas generales de responsabilidad civil contractual,
extracontractual y precontractual, en los términos previstos en los arts. 1101 y 1902
del CC.
832
El Código Penal (LO 10/1995, de 23 de noviembre) tipifica como delito en su art.
279 “la difusión, revelación o cesión de un secreto de empresa llevada a cabo por
quien tuviera legal o contractualmente obligación de guardar reserva”
833
Sobre la protección jurídica del know-how en diversos ámbitos de nuestro Derecho,
vid. MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp. 42-
66.
407
Alejandro García Heredia
es también un presupuesto de las licencias de know-how por aplicación del art.
1554.3 CC834.
En nuestra opinión, nada impide que un negocio jurídico sea total o parcial,
no siendo necesaria una transmisión plena o total para estar en presencia de
una compraventa. La compraventa, al igual que las cesiones de uso, puede
tener un carácter mayor o menor, total o parcial, no importa que la fracción
834
Cfr. Ídem, pp. 177 y ss.
835
Cfr. Ídem, pp. 157 y ss.
408
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
sobre la que recae la compraventa sea del 81% o del cien por cien. Otra cosa
es que en el ámbito de la propiedad industrial, por ejemplo, en el caso de una
patente, se establezca que la cesión de la misma se diferencia de la licencia en
su indivisibilidad, por lo que no cabe una cesión parcial o limitada. Esto significa
que la cesión de una patente implica la transferencia al cesionario de la
totalidad de las facultades que integran el derecho de exclusiva836. Ahora bien,
el know-how no es una patente y, por ello, es posible limitar la cesión a una
parte de tales conocimientos, si bien las facultades que adquiere el cesionario
son las mismas que tendría de haber recibido la transmisión de todos los
conocimientos. Lo único que se modifica son las informaciones cedidas pero no
las facultades que adquiere el cesionario con la transmisión de las mismas.
836
Cfr. NAVARRO CHINCHILLA, J. J., “La transmisión de la propiedad industrial” en
Estudios sobre marcas, Comares, Granada, 1995, p. 232.
837
Cfr. FD 4º, en su apartado B), subapartado b).
409
Alejandro García Heredia
suficientemente certero. En defensa de ello, indica que el valor de mercado es
utilizado, incluso, a efectos fiscales para la determinación de la base de varios
tributos y para la valoración de las operaciones vinculadas. A todo ello,
nosotros añadimos que la insistencia que pone el TS en que el precio no es
cierto, supondría que tampoco podríamos estar en presencia de una licencia o
cesión de uso del know-how, pues para ésta también se exige que el precio
sea determinado o determinable por aplicación analógica del art. 1555.1 CC838.
5º) Por su parte, la STS 25 abril 2000 (RJ 2000/4274) añade otro argumento
que no figura en el resto de las sentencias y que se considera fundamental
para afirmar que no hay transmisión de la titularidad del derecho. Nos referimos
a la resolución que contempla el contrato y a la imposibilidad que tiene el
cesionario de transmitir libremente a terceros la supuesta propiedad del know-
how839. En los contratos de la versión 4 y 5 puertas del vehículo, se establecía
la posibilidad de que cualquier parte pudiera rescindir el contrato por medio de
un preaviso escrito a la otra parte dentro de los sesenta días antes de la
expiración de cada una de las prórrogas. Por ello, el TS se pregunta “¿qué
clase de transmisión de la propiedad es aquella que puede ser rescindida
libremente por las partes y respecto de la cual incluso el artículo referido –se
refiere a una de las estipulaciones del contrato-840, ni siquiera contiene una
cláusula indemnizatoria o de devolución de las cantidades pagadas?”. Pregunta
retórica que la Sentencia corrobora con el hecho de que el adquirente de la
tecnología no pueda transmitir libremente a terceros la propiedad de la misma.
Razones que conducen al Tribunal a considerar que no estamos ante una
transmisión de la propiedad del know-how sino, simplemente, ante una cesión
de su uso. Por su parte, la reclamante viene alegando desde instancias
administrativas que la transmisión de la propiedad en el tiempo se estipuló
expresamente que era irrevocable, sin que el contrato disponga nada sobre
irrevocabilidad o reversión.
838
Cfr. MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp.
195 y ss.
839
Vid. FD 6º de la Sentencia, inmediatamente antes de comenzar el apartado del
know-how.
840
Esta aclaración es nuestra.
410
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Con base en estos argumentos, la jurisprudencia ha considerado de manera
aplastante que el know-how no puede ser objeto de un contrato que implique
una transmisión dominical de la propiedad, como sería el caso de una
compraventa. Es importante aclarar que el TS considera que no es posible
admitir la compraventa de know-how en ningún caso, esto es, ni en el presente,
ni en ningún otro que tenga por objeto esta figura. Esto significa que, con
independencia de cómo se configure un contrato cuyo objeto sea know-how, la
venta de este intangible nunca va a ser posible debido a su especial
naturaleza. Sin embargo, a nuestro juicio, como iremos analizando, es
perfectamente admisible que el know-how constituya el objeto de un contrato
de transmisión de la propiedad. Otra cosa es que, en el presente caso, debido
al alcance con el que ha sido transmitido el intangible, podamos considerar que
la transacción está más próxima a una cesión de uso que a una transmisión de
la propiedad. Como decíamos, algunos de los argumentos expuestos por el TS
para negar la compraventa de know-how se refieren a la naturaleza general
que presenta esta figura, mientras que otros se ciñen al contenido particular del
contrato controvertido. Pues bien, más adelante, estudiaremos cómo algunos
de estos últimos argumentos sí pueden justificar que, en el supuesto planteado,
no se ha producido transmisión de la propiedad del know-how841. Este sería el
caso del argumento relativo a que las partes no pueden transmitir libremente la
tecnología cedida. Sin embargo, no estamos de acuerdo con las afirmaciones
del Tribunal cuando considera que nunca es posible la venta de este intangible
por sus especiales características842.
841
Vid. apartado 4.4 de este capítulo.
842
Vid. apartado 4.4 de este capítulo.
411
Alejandro García Heredia
a generar cánones porque la forma de transmisión del mismo nunca podrá ser
en propiedad sino a través de una cesión de uso (o como dicen las Sentencias
una “licencia o cesión de know-how sin transmisión dominical del mismo”). No
compartimos esta interpretación según hemos ido afirmando y por los
argumentos que expondremos más adelante.
843
De este modo, las SSAN sobre el que venimos denominado caso “Opel” son, hasta
donde conocemos, la de 28 de junio de 1994 (JT 1994/684), y las de 24 de enero (JT
1995/9), 21 de febrero (JT 1995/146), 7 de marzo, 14 de marzo (hay dos), 10 de junio,
25 de junio, 28 de noviembre y 12 de diciembre, todas ellas de 1995; y las de 20 de
febrero (JT 1996/196), 27 de febrero, 27 de marzo, 25 de junio, 1 de octubre y 23 de
diciembre, todas ellas de 1996 y la de 14 de octubre de 1997. Por su parte, las SSTS
comentadas anteriormente que resuelven los recursos de casación contra las SSAN
son, respectivamente, la de 2 de octubre de 1999, y las de 19 de febrero, 25 de
febrero, 26 de febrero, 7 de abril, 25 de abril, 8 de abril, 29 de julio, todas ellas de
2000; y las de 27 de octubre, 28 de abril –hasta aquí las que se corresponden con las
SSAN de 1995-, 14 de julio, 16 de junio, 20 de julio, todas ellas de 2001; 2 de abril, 14
de mayo, 30 de mayo, todas ellas de 2002 –hasta aquí las que se corresponden con
las SSAN de 1996- y, por último, la de 19 de diciembre de 2002. Resulta abrumadora
la enumeración de las Sentencias, lo que pone de manifiesto los numerosos
pronunciamientos que ha generado la complejidad de esta materia. Además, el criterio
mantenido en las SSAN ha sido secundado por algunos TSJ, como es el caso de la
STSJ de Aragón de 6 de octubre de 1998 (JT 1998/1958).
844
Vid. SSAN16 de febrero de 1994, 28 de junio de 1994 (JT 1994/684), 24 de enero
de 1995 (JT 1995/9), 7 de marzo de 1995, 21 febrero de 1995, 20 de febrero de 1996
(JT 1996/196), 1 de junio de 1995, 25 de junio de 1996, 27 de junio de 1995, 1 de
octubre de 1996 (JT 1996/1151) o 23 de noviembre de 2000 (JT 2001/404). Todas
ellas referidas al caso “Opel”.
845
La cursiva es nuestra.
412
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
asimilan categorías tan distintas como el know-how y la asistencia técnica. Por
si fuera poco añade, “se trata en definitiva, simple y llanamente y empleando la
terminología anglosajona, de un contrato de “engineering” o de asistencia
técnica, conocido como de Licencia o cesión de know-how (¡sic!) inscribible en
el registro de contratos de transferencia de tecnología”846. La confusión no
puede ser mayor. Como hemos expuesto, la doctrina mercantil que se ha
ocupado de estas cuestiones y, sobre todo, a nuestros efectos, el Comentario
de la OCDE, es claro y concluyente cuando distingue el know-how y la
asistencia técnica. Sin embargo, la AN engloba en el mismo marco el know-
how, la asistencia técnica, el denominado enginnering847 y todo lo que suene a
tecnología, complicando así el tema hasta extremos inalcanzables. ¡Con lo
fácil que hubiera sido realizar una simple lectura de los Comentarios de la
OCDE!
846
La cursiva también es nuestra.
847
En la práctica mercantil el término engineering equivale al de transferencia de
tecnología, por lo que es inadecuado restringir su ámbito de aplicación a tan sólo
algunos de los posibles contratos que pueden darse en este terreno (cfr URÍA. R.,
Derecho Mercantil, ob. cit., pp. 743 y 744). En este sentido, la traducción de este
término por el de ingeniería, ha sido considerada por algunos autores como un
neologismo extraído del inglés poco afortunado (cfr. GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno
al concepto de know-how”, ob. cit., nota 11 en p. 740). En la práctica mercantil bajo la
expresión engineering se engloban diversas figuras negociales, pudiendo clasificarse
en tres grupos: contratos de consultoría (consulting engineering), contratos de
asistencia técnica y puesta en marcha de establecimiento (general contracting) y
contratos de dirección integrada y ejecución de obra, tales como los contratos de “llave
en mano”, “producto en mano” y “producto vendido” (process engineering). Estos dos
último grupos formarían lo que se conoce como engineering operativo, por oposición al
cosulting engineering. Cfr. VALPUESTA GUSTAMINZA, E., “Arrendamientos de obra
mercantiles. Contratos de ingeniería”, ob. cit., p. 581-585.
413
Alejandro García Heredia
modalidad848. La Audiencia se empeña, no obstante, en analizar conjuntamente
los supuestos contratos de compraventa y know-how, y afirma que ambos
coinciden en su carácter consensual, bilateral y oneroso. Las diferencias
consisten, según la AN, en que el know-how es de tracto continuado y se
estipula en atención a la persona que adquiere, lo que según las sentencias no
sucede en la compraventa. Por lo que se refiere a la primera de las notas
distintivas, el tracto sucesivo, la Audiencia indica que para rebatir esta
diferencia, no puede traerse a colación el argumento de que esta misma
también se da en el contrato de compraventa por suministro. Ello se debe a
que en este contrato, el carácter sucesivo, es según las necesidades del
cliente, “según pedido”, lo que no se da en el know-how, en el que el tracto
sucesivo dimana de la “permanencia y continuidad del vínculo”. Las sentencias
señalan que el tracto sucesivo del know-how se pone de manifiesto en el
contrato objeto de la controversia, cuando se dispone en el mismo que la
omisión por una parte de exigir a la otra el cumplimiento de una estipulación del
contrato no impide que esta le pueda exigir tal estipulación en un momento
posterior. Por lo que se refiere a la otra nota distintiva, esto es, el hecho de que
se estipule en atención a la persona que adquiere, las sentencias señalan que
esto se pone de manifiesto cuando se ha decidido transmitir el know-how a
“GM”. Simplemente con esta referencia justifica la AN la diferencia que ella
misma ha creado, pues inmediatamente a continuación añade, “es tan evidente
que no requiere mayor explicación”.
848
En esta línea viene manifestándose la AEDAF en sus obras Fiscalidad
internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los
Tribunales Españoles (Años 1996-1997), ob. cit., p. 186 y AEDAF, Fiscalidad
Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los
Tribunales Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 172.
414
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
aplicación del desarrollo científico a las actividades agrarias, industriales y de
servicios”849; esta misma definición también ha sido recogida posteriormente
por el TS850. Por otro lado, el TEAC, en la línea que luego seguirá la AN y el
TS, califica al contrato de transferencia de tecnología como un contrato atípico
y mixto851. En relación con la primera de estas notas afirma “que la
multiplicidad de prestaciones que pueden englobarse dentro del contrato de
transferencia de tecnología hace sumamente difícil que este pudiera insertarse
en alguno de los esquemas contractuales previstos en el Derecho común y,
más concretamente, en el Derecho Civil”. Con respecto al carácter mixto del
contrato, el TEAC mantiene la aplicación de las mismas reglas señaladas por
los Comentarios OCDE para esta clase de contratos852. Hasta aquí los
pronunciamientos del TEAC no plantean problemas, es más se alinean incluso
con posiciones OCDE en lo que se refiere a los contratos mixtos. El problema
surge cuando se trata de distinguir el ámbito que corresponde al know-how del
que pertenece a la asistencia técnica y, en general, el ámbito de todo lo que
implique tecnología. Para llevar a cabo este cometido, el TEAC se ha fundado
en normas derogadas de nuestro Derecho interno y en los conceptos utilizados
por la OCDE en un ámbito no fiscal del comercio internacional853.
En relación con nuestro Derecho interno, son frecuentes las citas tanto de
normativa fiscal -destacando la Ley 83/1961, de 23 de diciembre, de
Desgravaciones Tributarias854- como de los Decretos que regulaban el ámbito
849
Vid. RRTEAC 25 de septiembre de 1991, 27 de mayo de 1992, 10 de junio de 1992
(JT 1992/180), 1 de julio de 1992 (JT 1992/414), 23 de julio de 1997 (JT 1997/1188) o
23 de octubre de 1998 (JT 1998/1853).
850
Vid. SSTS 25 de abril y 29 de julio de 2000 (RJ 2000/4274 y 2001/919).
851
Vid. RRTEAC 27 de mayo de 1992, 1 de julio de 1992 (JT 1992/414), 10 de junio de
1992 (JT 1992/180) o 23 de julio de 1997 (JT 1997/1188).
852
Vid. parágrafo 11.6 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
853
Vid., además de las Resoluciones citadas en nota anterior, las de 22 de octubre de
1991 y 9 de octubre de 1996 (JT 1998/1966). La primera se refiere a un contrato de
suministro de tecnología de polipropileno para su utilización en una planta industrial de
Puertollano (Ciudad Real). La segunda tiene por objeto un contrato consistente en la
realización de un estudio anteproyecto de la reconversión de una empresa en planta
de combustión en lecho fluido a presión.
854
Esta definía la asistencia técnica como “la cesión a entidades industriales de la
utilización de patentes y procedimientos de fabricación, transformación y conservación
de productos , así como la prestación de elementos o servicios que una empresa haga
a otra por exigencias técnicas del proceso productivo”
415
Alejandro García Heredia
de las transferencias de tecnología855. Estos contenían una clasificación de los
contratos que podían integrar el amplio marco de las transferencias de
tecnología856, en la que se ha inspirado el TEAC para elaborar la suya propia a
imagen y semejanza de aquella857. El TEAC también ha recurrido en sus
Resoluciones a los conceptos de asistencia técnica que recoge la OCDE en el
Código de liberación de operaciones invisibles y corrientes858. Uno de los
rasgos que se ha apuntado como causa de la confusión que existe en esta
materia, es la redacción que presenta el último inciso del Decreto de 1973. En
esta norma, tras señalar varias modalidades de transferencia de tecnología –
855
Es el caso del Decreto 2343/1973, de 21 de septiembre y el posterior RD
1750/1987, de 18 de diciembre, por el que se liberalizan las transferencias de
tecnología y la prestación de asistencia técnica extranjera a empresas españolas.
856
El art. 1 del Decreto 2343/1973 dispone que la transferencia de tecnología puede
adoptar una o varias de las siguientes prestaciones, que resumidamente serían: a)
Cesión de derechos de utilización de patentes y demás modalidades de propiedad
industrial, b) Transmisión de conocimientos no patentados, c) Servicios de ingeniería,
elaboración de estudios previos o anteproyectos, d) Servicios de estudio, consulta y
asesoramiento, e) Servicios de formación y capacitación de personal, f)Servicios de
documentación e información técnica y, finalmente en la letra g), se refería a “otras
modalidades de asistencia técnica”. Esta enumeración, coincidía en lo esencial con la
que figuraba en el RD 1750/1987, si bien este se mostraba un poco más claro. Su art.
1 indicaba que son transferencia de tecnología las que impliquen: a)patentes de
invención, modelos de utilidad, conocimientos no patentados aplicables a la actividad
productiva (“know-how”), programas de ordenador para uso industrial o empresarial
(“software”); b) marcas o signos distintivos registrados, modelos, dibujos industriales o
diseños y contratos de franquicia; c) ingeniería o elaboración de proyectos técnicos,
acceso a bases de datos o servicios de documentación e información técnica o
económica y cualquier otra modalidad de asistencia técnica; d) actividades de
investigación y desarrollo.
857
En este sentido afirmó que en los contratos por los que se transmite tecnología se
puede distinguir entre: A) Transferencia de conocimientos patentados (patentes y
modelos de utilidad); B) Transferencia de conocimientos no patentados aplicables a
una actividad productiva (know-how); C) Prestaciones de asistencia técnica; D)
Acuerdos de contribución a gastos de I+D; E) Transferencia de tecnología a través de
contratos o acuerdos globales, etc.
858
De esta manera, las resoluciones se refieren al Anexo A de este Código, en
concreto a sus apartados A.3 y A.5. En el primero se concibe la asistencia técnica
como una actividad relacionada con “la producción y distribución de bienes y servicios
en todos sus grados, suministrada por un período de tiempo fijado en función del
objeto particular de esta asistencia y en la que se incluyen por ejemplo, consultas y
visitas de expertos, preparación de planos y diseños, supervisión de fabricación,
estudio de mercado y formación profesional”. En el segundo se alude a la “cesión y
licencia de patentes, dibujos o invenciones, protegidas o no, y transferencias derivadas
de tales cesiones o licencias”.
416
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
entre ellas el know-how-, se indicaba con carácter residual en su último
apartado que también eran tecnología “otras modalidades de asistencia
técnica”. Con ello, se producía el error de entender que todo lo enumerado con
anterioridad –entre lo que estaba, repetimos, el know-how- era también
asistencia técnica859. De esta forma, se ha identificado la transferencia de
tecnología con la asistencia técnica, llegando a afirmar que el know-how no es
más que una modalidad de esta última.
859
Cfr. AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 172.
417
Alejandro García Heredia
en la fuente, ha llevado a la empresa española a plantear un procedimiento
amistoso ante las autoridades fiscales alemanas –art. 25 del Convenio-860.
860
Así lo ha señalado la AEDAF –informada fehacientemente en estos términos por la
empresa- en Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 176. Si
bien se indica que se ignora cual es la sustanciación o tramitación del procedimiento y
su estado actual.
861
Pueden consultarse, en este sentido, la STS de 16 de julio de 1998 (RJ 1998/6047)
y STSJ de Madrid de 6 de febrero de 1992.
862
Vid. STS de 27 de septiembre de 1991 (RJ 1991/7778).
863
Vid. Resolución de 22 de septiembre de 2003 de la Secretaria General Técnica del
Ministerio de Asuntos Exteriores (BOE de 2 de octubre de 2003, núm. 236).
864
Vid. RDGT 17 de septiembre de 2003 (V0075-03).
418
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
conceptos865. Por último, es importante señalar el contraste que existe entre las
decisiones judiciales que hemos visto a lo largo de este trabajo y la inmensa
mayoría de los pronunciamientos de la DGT. En ellos se ha distinguido
correctamente el know-how de las prestaciones de servicios, manteniendo una
clara y constante posición fiel al Comentario de la OCDE866.
-El titular del know-how disfruta de un derecho sobre un bien inmaterial que,
al igual que los restantes derechos sobre esta clase de bienes, tiene carácter
865
Vid. RTEAC 1 de diciembre de 2000 (JT 2001/119), SSTSJ de Madrid de 5 de
marzo de 1998 (JT 1998/388) y 7 de mayo de 1998 (JT 1998/797).
866
Vid. RRDGT de 17 de junio de 1981, 24 de marzo de 1982, 21 de mayo de 1987,
22 de mayo de 1987, 16 de diciembre de 1988, 17 de septiembre de 1990, 31 de
enero de 1991, 24 de abril de 1991, 30 de julio de 1992, 4 de noviembre de 1994, 28
de febrero de 1997 (0380-97), 17 de junio de 1997 (1257-97), 29 de febrero de 2000
(0380-00), 22 de diciembre de 2000 (2431-00), 18 de diciembre de 2001 (2248-01), 5
de abril de 2002 (V0005-02), 12 de abril de 2002 (0587-02), 9 de octubre de 2002
(1518-02), 31 de octubre de 2002 (1649-02), 8 de octubre de 2003 (1567-03), 31 de
octubre de 2003 (1773-03), 24 de mayo 2005 (V0931-05), 6 de junio de 2005 (V1008-
05). Las Resoluciones dictadas a partir de 1997 se encuentran recogidas en
www.aeat.es. Para las anteriores pueden consultarse las obras de GONZÁLEZ
POVEDA, V., Tratados y Convenios Internacionales, ob. cit., pp. 1033-1058; AA. VV.,
Fiscalidad de no residentes según la doctrina administrativa, 1ª y 2ª ed., CISS, 1992 y
1995, Valencia, pp. 241-274 y 196-213 y DE ARESPACOCHAGA, J., Planificación
fiscal internacional, ob. cit., pp. 274-296.
867
Cfr. “Algunos aspectos de la licencia del know-how”, ob. cit., pp. 774 y 775. La
negación de un derecho de propiedad sobre el know-how es una postura mayoritaria
en la doctrina. También ha sido manifestada por otros autores como MASSAGUER
FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp. 63-66. Ahora bien,
como acertadamente señalan es cierto que en los países del cammon law se habla de
un derecho de propiedad sobre el know-how pero en un sentido diferente al significado
que el término propiedad tiene en nuestro Derecho.
419
Alejandro García Heredia
patrimonial y guarda ciertas analogías con la propiedad, auque entre ambos
existen diferencias insalvables.
868
Es más, la doctrina mercantil ni siquiera discute que el know-how pueda ser objeto
de una compraventa, sino que se considera tan obvio que se da por hecho. En este
sentido, GÓMEZ SEGADE señala que “el know-how no es ningún tipo nuevo de
contrato sino que es el posible objeto de diversos contratos (compraventa, licencia,
cesión, etc)”. Más adelante indica que “una de las características fundamentales del
know-how, por ser un bien inmaterial, es su transmisibilidad”. Y, a continuación, añade
420
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
posibilidad869. Además, el principio de autonomía de la voluntad del art. 1250
CC constituye, incluso, el fundamento primero para admitir la compraventa del
know-how, en cuya virtud los contratantes pueden establecer los pactos,
cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean
contrarios a la ley, la moral o el orden público. Del mismo modo, debemos
indicar que en otros Estado, desde una perspectiva fiscal internacional, se
admite la posibilidad de que el know-how pueda ser objeto de una venta por
analogía con las previsiones establecidas para las patentes870.
que “de los múltiples negocios jurídicos que puede implicar una transmisión del know-
how, sólo nos interesa en este momento la que denominaremos licencia de know-how”
(GÓMEZ SEGADE, J. A., “En torno al concepto de know-how”, ob. cit., p. 759). La
cursiva de la compraventa es nuestra. Igualmente, MASSAGUER FUENTES señala
que el know-how, en cuanto bien inmaterial, “es susceptible de ser objeto de negocios
jurídicos de carácter patrimonial” (El contrato de licencia de know-how, ob. cit., p. 65).
Todo ello pone de manifiesto como se asume sin problemas que el know-how pueda
ser objeto de un contrato de compraventa y de muchas otras modalidades
contractuales. Esto contrasta con la polémica que han planteado los tribunales en
materia fiscal.
869
Los Reales Decretos derogados sobre transferencias de tecnología (Decretos
2343/1973 y 1750/1987) contemplan expresamente la cesión del derecho de
propiedad sobre el know-how en su art. 1.
870
En la normativa fiscal estadounidense se establecen los supuestos en los que la
transmisión de una patente debe ser considerada como venta (sale) o como cesión de
uso (license). Tales previsiones se aplican igualmente al know-how, por lo que se
admite que este tipo de informaciones puedan ser también vendidas o licenciadas. En
este sentido, cfr. ADESS, M. V. y ANGUS, B. M., “Knowledge and technology transfers
to and from the United States”, ob. cit., pp. 414-417 y ROOSE, E. N., “Tax
Considerations in International Licensing of Intellectual Property”, ob. cit., pp. 309-312.
421
Alejandro García Heredia
ya no puede explotarlas. En efecto, estas informaciones tan sólo seguirán en
su cabeza, en su acervo, pero al haberlas transmitido en propiedad, el
transmitente se desprende de ellas, ya no podrá reproducirlas industrialmente,
enajenarlas o cederlas a un tercero y sólo podrá recuperarlas mediante una
recompra871. No es posible obligar al transmitente a que olvide tales
conocimientos pero si a que no los utilice una vez transmitida la propiedad de
los mismos872. La inclusión en los contratos de cláusulas de exclusiva y de no
revelación de secretos, constituye la forma de garantizar que el vendedor del
know-how no va a utilizar este una vez que lo ha transmitido en propiedad,
aunque continúe conociendo tales informaciones.
Una vez admitido que el know-how puede ser objeto tanto de una cesión de
uso como de transmisión de la propiedad, pueden surgir dudas cuando el
concepto de canon de los CDI no se refiere expresamente a una cesión de uso
de know-how, como sí hace con el resto de los bienes o derechos, sino al pago
“por informaciones relativas a experiencias industriales, comerciales o
científicas”. En nuestra opinión, esto no significa que todo contrato que implique
un know-how deba necesariamente dar lugar a un canon, con total
independencia de que se haya cedido su uso o transmitido su propiedad873. Los
871
Cfr. AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1996-1997), ob. cit., p. 182 y
AEDAF, Fiscalidad internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 171.
872
Uno de los problemas que representa la naturaleza del know-how es la de conciliar
su carácter secreto con la posible transmisión a terceros de tales informaciones. Esto
no puede ser obstáculo para admitir una compraventa de las mismas, al igual que
tampoco lo ha sido en los abundantes contratos de licencia de know-how. En estos
casos, el problema se plantea porque el licencitario, una vez que finaliza el contrato de
licencia es normal que continúe poseyendo “en su cabeza” tales informaciones, pero
sin embargo no podrá utilizarlas por suponer este acto una violación del know-how
prohibida por las normas de competencia desleal. Esta prohibición tan radical y difícil
de mantener en la práctica se ha matizado en diversos foros internacionales y
comunitarios. En este sentido, se ha desarrollado la tesis en virtud de la cual el know-
how puede ser utilizado por el antiguo licenciatario una vez finalizado el contrato de
licencia, en tanto se mantenga secreto el know-how y se paguen los cánones
correspondientes (cfr. GÓMEZ SEGADE, “Algunos aspectos de la licencia de know-
how”, ob. cit., p. 783).
873
En el mismo sentido, AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble
Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1998-1999-
2000), ob. cit., p. 170 y AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble
422
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
presupuestos que debe reunir una renta para ser calificada como canon son,
por un lado, la presencia de unos bienes o derechos determinados y, por otro,
la naturaleza jurídica de la transacción que debe consistir en una cesión de
uso. Por esta razón, no es posible considerar que exista un bien o derecho que
pueda generar cánones sin atención a si el mismo ha sido transmitido en uso o
en propiedad. El carácter de canon de una renta se debe también a que el
transmitente nunca se desprenderá definitivamente de la propiedad del bien o
derecho cedidos. Tan sólo existen excepciones previstas de forma expresa en
algunos CDI en los que también se considera canon a las rentas derivadas de
la transmisión de la propiedad de determinados elementos874. Pero salvo estos
supuestos, contemplados de manera expresa y hasta cierto punto
875
justificados , no existe razón para afirmar que la transmisión de la propiedad
del know-how produzca cánones.
877
Cfr. parágrafo 5 de los Comentarios al art. 13 MC OCDE (“transfer to a company in
exchange for stock”).
424
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Magistrado llega a la conclusión de que las rentas son ganancias de capital
sometidas a una imposición exclusiva en Alemania878. Este voto particular es el
mismo que el citado Magistrado ha efectuado en relación con la transmisión de
software entre las mismas empresas a las que ahora nos referimos879.
En nuestra opinión, es cierto que una aportación social no puede dar lugar a
rentas sino, en todo caso, a incrementos de patrimonio. Siendo esta la postura
del Magistrado Gota Losada, lo que no puede derivarse de la misma es que su
voto particular termine afirmando que las acciones derivadas de dicha
aportación social son ganancias de capital del art. 13 del Convenio hispano-
alemán, pues estas se incluyen dentro de la categoría de “income” o rentas del
citado convenio según los términos del Modelo de Convenio de la OCDE.
Partiendo de la base de que dichas acciones no son una renta sino un
patrimonio, habría entonces que acudir al art. 22 del Convenio en el se regula
la distribución de la potestad tributaria entre los Estados implicados en lo que
se refiere al patrimonio y, concluir que, las acciones tributarían en exclusiva en
Alemania en cuanto residencia de la persona que posee dicho patrimonio. En
cualquier caso, la solución a la que se llega en este caso calificando las
acciones como ganancias de capital del art. 13 o como patrimonio del art. 22 es
la misma, esto es, tributación exclusiva en el Estado de la residencia.
878
La doctrina ha manifestado opiniones de diversos signo al respecto. Algún autor, ha
considerado acertado el voto particular (De esta opinión es MARTÍN JIMÉNEZ, A. J.,
“Los programas de ordenador, el MC OCDE y la posición española: algunas notas
críticas”, ob. cit., p. 93 y, del mismo autor, “Artículo 12. La tributación de los cánones o
regalías”, ob. cit., p. 723). Por el contrario, también se ha dicho que los más correcto
hubiera sido calificar a las rentas como cánones al estar en presencia de una cesión
de uso, pues lo único que perseguía la empresa era encubrir dicho contrato bajo la
apariencia de una compraventa y conseguir así la no imposición en la fuente de los
cánones (En esta línea CARMONA FERNÁNDEZ, N., “La problemática fiscal de los
cánones y know-how”, ob. cit., p. 11).
879
Vid. el voto particular a la STS 8 de abril de 2000 (2000/3773). Este voto constituye
el contenido de la otra STS que hemos mencionado en relación con el software de 3
de junio de 2000 (2000/4874), en la que GOTA LOSADA figura esta vez como
ponente.
425
Alejandro García Heredia
que estudiar si se ha cedido el uso o transmitido la propiedad de la tecnología
para aplicar respectivamente los art. 12 (cánones) o 13 (ganancias de capital)
del Convenio. A este respecto, es necesario señalar que una aportación social
puede ser tanto a título de uso como de propiedad, por lo que el hecho de que
se ceda el uso o se transmita la propiedad no es impedimento para considerar
que el contrato celebrado es una aportación social. En efecto, la doctrina
mercantil, tras una larga polémica, ha concluido que, en nuestro Derecho, las
aportaciones sociales pueden tener por objeto tanto transmitir la propiedad de
lo aportado como ceder su uso (aportaciones quoad usum y quoad
dominium)880. Este argumento encuentra su fundamento en el art. 36.2 de la
Ley de Sociedades Anónimas881 en el que se establece que “toda aportación se
entiende realizada a título de propiedad, salvo que expresamente se estipule
de otro modo”. Por ello, también cabe una aportación a título de uso si
expresamente se estipula.
880
Cfr., PAZ-ARES, C., “La aportación de uso en las sociedades de capital”, en
Estudios Jurídicos en Homenaje al Profesor Aurelio Menéndez, Tomo II, Civitas,
Madrid, 1996, pp. 2219-2235; FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ, I., Aportaciones no
dinerarias en las sociedad anónima, Aranzadi, Navarra, 1997, pp. 94 y 95; DÍAZ
GÓMEZ, M. A., Las aportaciones no dinerarias en la Sociedad Anónima: contenido,
valoración y desembolso, Mc Graw Hill, Madrid, 1997, pp. 176-180; BERCOVITZ
ÁLVAREZ, R., La aportación de derechos de propiedad industrial al capital de las
Sociedades Anónimas. Breve referencia a esta aportación en las Sociedades
Limitadas, ob. cit., pp. 112-115.
881
Real Decreto Legislativo 1564/1989, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el
texto refundido de la Ley de Sociedades Anónimas.
426
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
aceptara previamente. De este modo, no se ha producido una transmisión
efectiva de la propiedad de la tecnología pactada, pues una plena transmisión
de la misma no puede tener este tipo de limitaciones. No en vano, se ha
afirmado que la transmisión de la propiedad supone la posibilidad de que el
cesionario transmita a su vez la titularidad que ha adquirido882. Esta última
facultad es la que atribuye a la aportación social de derechos de propiedad
industrial la característica de la patrimonialidad, esto es, de ser negociada en el
tráfico económico883. De esta manera, del contenido de los derechos y
obligaciones del contrato se desprende que no se ha producido una plena
transmisión de la propiedad necesaria para estar en presencia de ganancias de
capital. Ello se apoya en el hecho de que la empresa española no puede
disponer libremente de la tecnología cedida, pues requiere el consentimiento
de la otra parte para poder licenciar con terceros.
882
Cfr. BERCOVITZ ÁLVAREZ, R., La aportación de derechos de propiedad industrial
al capital de las Sociedades Anónimas. Breve referencia a esta aportación en las
Sociedades Limitadas, Aranzadi, Navarra, 1999, p. 113.
883
Cfr. ídem.
884
Por más que en los sucesivos recursos las partes afirmen reiteradamente que
“quisieron transmitir la propiedad y la transmitieron” (FD 4º de la STS 29 de julio de
2000 -RJ 2001/919-), del contenido del contrato se desprende que no era esa su
intención.
427
Alejandro García Heredia
normativa interna885. Consideramos, por tanto, que debería haberse tenido en
cuenta la primacía de los CDI sobre el Derecho interno886. Además, el voto
particular no tiene muy claro el papel meramente orientador y no vinculante del
MC OCDE887.
885
El Magistrado realiza numerosas y continuas referencias al Derecho nacional y, tan
sólo al final, menciona los CDI y el MC OCDE; casi, a modo de epílogo. Lo correcto
hubiera sido comenzar la exposición por estas fuentes internacionales y otorgarles un
papel mayor y principal en relación con las previsiones de nuestro Derecho interno. En
este sentido, también se ha manifestado la AEDAF, Fiscalidad Internacional.
Convenios de Doble Imposición. Doctrina y Jurisprudencia de los Tribunales
Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 174.
886
Entre nuestra doctrina, la profesora GARCÍA-OVIES SARANDESES ya ha
señalado la importancia que presentan los tratados internacionales como fuente del
Derecho tributario (vid. “Fuentes del Derecho. Tratados Internacionales”, ob. cit., pp.
247-263).
887
En este sentido, no podemos dejar de resaltar una serie de errores del voto
particular que, aún no afectando al fondo de la cuestión, son bastante llamativos. Es
sabido que el MC OCDE es, precisamente, eso, un modelo, por lo que su contenido,
en modo alguno, posee una obligatoriedad jurídica, por más que suponga un
compromiso político internacional. De este modo, sorprenden el voto particular (FD 7
in fine) y la STS de 3 de junio de 2000 (FD 3 in fine) –muy similar- cuando afirman que
los “Comentarios a los artículos del Convenio Modelo de 1977 obligan a los Estados
contratantes, puesto que los han aceptado, salvo que hayan formulado reservas”. Más
adelante, se dice, “la Administración española está incuestionablemente obligada a
respetar la interpretación auténtica, acordada en el seno de la OCDE, puesto que no
ha formulado reserva alguna”. Así pues, con independencia de que los Estados hayan
o no formulado reservas a los Comentarios, estos no tienen fuerza vinculante alguna,
si bien constituyen un instrumento de interpretación esencial de los CDI.
428
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
compraventa de los mismos porque la transmisión no ha sido inscrita en el
registro888 y por la indeterminación del precio antes aludida en el caso del
know-how.
888
Según los tribunales este planteamiento se fundamenta en el Estatuto de la
Propiedad Industrial de 26 de julio de 1929 (arts. 7 y 31) y en la Ley de Patentes de 20
de marzo de 1986.
889
Cfr., AEDAF, Fiscalidad Internacional. Convenios de Doble Imposición. Doctrina y
Jurisprudencia de los Tribunales Españoles (Años 1998-1999-2000), ob. cit., p. 175 y
nota 6.
890
Vid. SSTS 3 de febrero de 1987 (RJ 1987/678) y 18 de junio de 1993 (RJ
1993/4459).
891
Cfr., por todos, URÍA, R., Derecho Mercantil, ob. cit., pp. 636 y 644-646.
429
Alejandro García Heredia
pueda ser objeto de compraventa, tanto por la singular naturaleza de este tipo
de informaciones como por los caracteres particulares del contrato enjuiciado y,
en consecuencia, afirma que se produce una cesión de uso y que las rentas
son cánones. Por otra parte, las sentencias analizadas admiten que la
propiedad industrial pueda ser transmitida en propiedad, sin embargo, afirman
que, en el presente caso, no se produce dicha transmisión por carecer de
inscripción registral, por lo que se trata de una cesión de uso de propiedad
industrial que también da lugar a cánones.
430
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
encuentra más próximo a una cesión de uso que a una compraventa. Al
margen de otros elementos discutibles del contrato, como es el caso de la
determinación del precio, existe un dato fundamental para considerar que entre
las partes no se ha producido una transmisión de la propiedad sobre dicha
tecnología sino, tan sólo, una cesión de uso de la misma. En este sentido,
como ya ha indicado el TS, debe advertirse que el contrato celebrado entre las
partes establece que para poder transmitir a terceros la tecnología cedida es
necesario que la otra parte lo acepte previamente. Es aquí donde se desvela la
cesión de uso de dicha tecnología, contraria a la compraventa con la que las
partes han nominado al contrato. La plenitud que otorga un derecho de
propiedad no requiere consentimiento del primer transmitente para que el
adquirente pueda transmitir a terceros los derechos adquiridos. Si se adquiere
la propiedad sobre unas patentes y un know-how se puede disponer libremente
de ellas, pudiendo transigir con terceros sobre estos bienes o derechos sin
necesidad de ningún beneplácito. Se tiene derecho a venderlos, arrendarlos o
realizar cualquier negocio jurídico sobre los mismos sin limitaciones de ese
tipo. Lo contrario, supone que no se ha adquirido la propiedad de tales bienes o
derechos sino una cesión de uso de los mismos. El hecho de que la posibilidad
de transigir con terceros –o como dice el contrato, licenciar- esté condicionada
a la aceptación del supuesto vendedor, nos parece determinante para afirmar
que entre las partes no se ha producido una transmisión de la titularidad de la
citada tecnología. Como consecuencia de ello, sus rentas deben ser calificadas
como cánones y no como beneficios empresariales o ganancias de capital.
Otro argumento de peso para negar la transmisión de la propiedad, también
utilizado por las Sentencias, es el hecho de que el contrato esté sometido a una
duración limitada. Es cierto que dicha duración deviene prácticamente
indefinida debido a la renovación automática y a las sucesivas prórrogas que
se han pactado. Sin embargo, existe la posibilidad de que cualquiera de las
partes pueda resolver el contrato previo aviso a la otra parte892. Supeditar la
compraventa a una eventual resolución del contrato es del todo contrario a la
transmisión plena de la propiedad.
892
No olvidemos, sin embargo, que la posibilidad de revocación del contrato sólo ha
sido pactada para los que se refieren al Opel Corsa en su versión de 4 y 5 puertas. La
resolución no se recoge para la versión 2 y 3 puertas instrumentada por medio de una
operación societaria de ampliación de capital.
431
Alejandro García Heredia
Ahora bien, puestos a darle vueltas, también se podría sostener que debido
a la amplitud que presenta la cesión de uso entre las partes la misma está más
próxima a una compraventa que a una cesión de uso. Una proximidad del
contrato a la transmisión de la propiedad podría suponer que sus rentas no se
calificarán como cánones. Esta posición es la que mantiene el Comentario de
la OCDE en relación con los programas de ordenador893 y la que más
problemas ha planteado entre la doctrina894. La cuestión más compleja es
cómo determinar si una cesión de uso es próxima a una compraventa debido a
las amplias facultades que aquella otorga al cesionario. Es cierto que la cesión
de uso del caso que examinamos presenta una importancia considerable y
otorga al cesionario amplias facultades. Buena muestra de ello, es que
estamos ante una cesión de uso exclusiva, en favor de un único cesionario,
para una zona importante –toda España- y por un periodo de tiempo que, aún
estando limitado -cinco años y sucesivas prórrogas-, se mantiene casi de
manera indefinida. Todos estos datos no desnaturalizan la cesión de uso, pero
inclinarían más sus rentas al campo de los beneficios empresariales que al de
los cánones. A pesar de todo ello, continuamos manteniendo que sus rentas
son cánones y que la amplitud de la cesión de uso no es tal como para afirmar
lo contrario. No olvidemos que el cesionario no puede subceder libremente. En
fin, hay argumentos para contrabalancear en ambos sentidos. No obstante,
consideramos más adecuada aquella postura que califica la transacción como
una cesión de uso y a sus rentas como cánones. Además, podemos añadir que
la doctrina mercantil considera que el pacto por tiempo determinado, la
posibilidad de prórroga o renovación y la denuncia del contrato son notas
893
Vid. parágrafos 15 y 16 de los Comentarios al art. 12 MC OCDE.
894
La naturaleza híbrida de estas transacciones –venta vs. cesión de uso- ha sido
puesta de manifiesto por gran parte de la doctrina, tanto nacional como extranjera.
Entre la doctrina española, vid. VÁZQUEZ DEL REY VILLANUEVA, A., “Convenios de
Doble Imposición y rentas derivadas de los programas de ordenador”, ob. cit., p. 104;
MARTÍN JIMÉNEZ, A. J., “Los programas de ordenador, el MC OCDE y la posición
española: algunas notas críticas”, ob. cit., pp. 80 y 81 y CARMONA FERNÁNDEZ, N.,
“De la fiscalidad del software”, ob. cit., p. 79. Entre la doctrina extranjera, pueden
consultarse los trabajos de DE HOSSON, F. C., “Taxation of Cross-Border Software
Payments (Article 12)”, ob. cit., pp. 683-685; VAN DER LAAN, R. A., “Computer
software in international tax law”, ob. cit. y AULT, H. J., “The 1992 OECD Model
Treaty: Treatment of Computer Software”, ob. cit., p. 331.
432
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
características de la licencia de know-how895. Y, todas ellas, están presentes en
el contrato controvertido.
895
Cfr. por todos GÓMEZ SEGADE, J. A., “Algunos aspectos de la licencia de know-
how”, ob. cit., p. 780.
896
La IFA señala que la consideración de las rentas por prestaciones de servicios
como cánones es un fenómeno cada vez más frecuente en las legislaciones internas
de muchos países (cfr. LAINOFF, S. R. y VAISH, R. C., “Ponencia General”, ob. cit.,
p. 129 y su nota 11). Curiosamente cita el caso de España, cuando en realidad nuestro
Estado no ha incluido los pagos por asistencia técnica en el concepto de canon de la
LIRNR.
897
Este es el caso, por ejemplo, de los CDI suscritos con EE.UU. (1990), Australia
(1992), Argentina (1992), Suecia (1976), Marruecos (1978), Brasil (1974), Noruega
(1999), India (1993) e Italia (1977). En relación con los pagos por asistencia técnica en
el marco de estos Convenios pueden consultarse las siguientes resoluciones que
iremos comentando. Para el Convenio con Suecia e Italia vid. consultas de la DGT de
16 de diciembre de 1988 y 28 de octubre del mismo año. En cuanto a Italia vid.
también SAN 30 de octubre de 2003 (JUR 2003/265319). En cuanto al Convenio con
Suecia vid. también RRTEAC de 15 de diciembre de 1993 (JT 1993/1719) y de 9 de
octubre de 1996 (JT 1998/1966) y STSJ de Madrid de 15 de junio de 1995 (JT
1995/747). En lo que se refiere al Convenio con Argentina vid. Resolución de 31 de
octubre de 2002 (1649-02). Para Brasil vid. las RRDGT de 14 de enero de 2002
(0020-02) y 17 de septiembre de 2003 (V0075-03). Por lo que atañe a EE.UU. vid.
RRDGT de 8 de julio de 2003 (0956-03), 16 de junio de 2005 (V1146-05) y RTEAC de
8 de noviembre de 1994. En cuanto al Convenio con Holanda vid. SAN de 31 de enero
de 2002 (JUR 2002/143056). Para el Convenio con Marruecos vid. RDGT de 15 de
noviembre de 2004 (V0270-04).
433
Alejandro García Heredia
sucede con la posición española manifestada al Comentario de la OCDE y los
CDI que la secundan898. Una situación similar tuvo lugar en relación con los
bienes de equipo y los contenedores, si bien en seguida fue corregida
modificando la legislación interna para adaptarla a las previsiones
internacionales899.
898
El art, 13.1 f), apartado 3º, TRLRNR contiene un concepto interno de canon en el
que no figuran los pagos por asistencia técnica.
899
En un primer momento, el concepto de canon introducido en la LIRNR no se refería
a la cesión de bienes de equipo, a pesar de que España manifestó una reserva por la
que consideraba a los pagos procedentes de la cesión de tales bienes como cánones.
Ante esta situación, el Proyecto de la Ley de medidas fiscales, administrativas y de
orden social para el año 2004 modifica el concepto de canon de la LIRNR para incluir
en él las rentas procedentes del arrendamiento de equipos.
900
AVERY-JONES, J. F., señala estas diferencias en relación con la ley interna de
Reino Unido en el trabajo “Problems of Categorising Income for Tax Treaty Purposes”
incluido en la obra International and Comparative Taxation, ob. cit. pp. 9-27.
434
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
su concreta plasmación en los CDI, son varias las cuestiones de fondo que se
deben analizar.
1) ¿Todos los pagos por asistencia técnica son cánones o sólo aquellos por
una asistencia técnica prestada en relación con bienes o derechos que, a su
vez, también dan lugar a un canon?
901
En esta línea vid. RRDGT de 4 de abril de 2005 (0142-05) y 14 de junio de 2005
(V1094-05), ambas en relación con el Convenio con Estados Unidos, en el que se
establece que las cantidades pagadas por asistencia técnica sólo serán cánones
“cuando dicha asistencia técnica se preste en relación con la utilización de derechos o
bienes de esa naturaleza” (art. 12).
435
Alejandro García Heredia
la que otros Estados han recogido también una reserva específica indicando
que, además, también son cánones los pagos por una asistencia técnica
prestada en relación con bienes de equipo y contenedores, y no sólo los
procedentes de aquella asistencia técnica prestada en relación con los bienes o
derechos del art. 12.2 del MC OCDE902. Aunque nada se diga en la reserva
española, consideramos que también serán cánones los pagos por una
asistencia técnica prestada en relación con bienes de equipo o contenedores
siempre que el CDI así lo recoja. Pora ello es necesario estar ante un CDI que,
por un lado, incluya en el concepto de canon bienes de equipo o contenedores
y, por otro, que recoja también que son cánones los pagos por una asistencia
técnica prestada en relación con los bienes o derechos del artículo de los
cánones. En resumen, para que los pagos por asistencia técnica sean
calificados como cánones, consideramos necesario que dicha asistencia
técnica sea prestada en relación con cualquiera de los rendimientos que, a su
vez, pueden dar lugar a un canon.
Los problemas que plantea un concepto de canon que incluya los pagos
por asistencia técnica son analizados en una serie de pronunciamientos en
torno al Convenio entre España y Suiza. El TEAC se ha pronunciado de forma
un tanto contradictoria, ampliando y restringido los cánones por asistencia
902
Este es el caso de Portugal que recoge la misma reserva que España en relación
con la asistencia técnica (parágrafo 44) pero tiene también otra reserva (parágrafo
43.1) en la que, igualmente, se reserva el derecho de considerar como cánones las
rentas procedentes de la asistencia técnica prestada en relación con bienes de equipo
y contenedores. Así pues, consideramos que la razón de este añadido se encuentra
en que la reserva del parágrafo 44 tan sólo alude a la asistencia técnica prestada en
relación con los derechos a los que se refiere el apartado 2 del art. 12 del Modelo. Y,
como sabemos, entre ellos desde 1992 ya no se recogen los bienes de equipo ni los
contenedores, ya que estos se han llevado al ámbito de los beneficios empresariales.
De esta manera, nos preguntamos porqué España no ha efectuado también esta
aclaración añadiendo una reserva más en el mismo sentido que Portugal. No obstante,
consideramos que la intención del Estado español parece ser la misma que la de
Portugal aunque no se haya dicho con tal precisión. Ello se debe, a que igual que
Portugal, nuestro Estado se reserva el derecho a continuar considerando como
cánones las rentas de bienes de equipo y contenedores (parágrafos 43.1 y 45,
respectivamente). Sin embargo, insistimos que la reserva que efectúa España en
relación con la asistencia técnica, en sentido literal, se refiere sólo a la prestada en
relación con los bienes o derechos del art. 12.2 del Modelo y entre ellos no se
encuentran ni los bienes de equipo ni los contenedores, aunque los mismos se puedan
recoger en los CDI suscritos por España.
436
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
técnica según los casos. Por un lado, en su Resolución de 15 de diciembre de
1993 (JT 1993/1719), ha considerado que no son cánones los pagos derivados
de cualquier asistencia técnica, sino sólo los pagos de la asistencia técnica que
se preste en relación con la cesión de uso de alguno de los bienes o derechos
que dan lugar a un canon. Hasta aquí el TEAC se manifiesta en el sentido que
venimos manteniendo, de suerte que será necesario, en primer lugar, estar en
presencia de un contrato cuyas rentas sean cánones y, en segundo término,
que la asistencia técnica se preste en relación con dicho objeto para poder así
también calificar a sus rentas como cánones. En este sentido, el TEAC indica
en relación con el concepto de canon del Convenio sueco, que “dichos pagos
estas ligados a un uso o cesión de uso, y a la asistencia técnica necesaria para
facilitar tal uso”903. Esta Resolución afirma en el marco del Convenio con
Suecia que no son cánones los pagos por una asistencia técnica prestada en el
marco de un contrato de compraventa de un equipo industrial904. La razón se
debe a que la venta de un equipo industrial no genera canon, sino tan sólo la
cesión de uso del mismo, por lo que la asistencia técnica prestada en relación
con equipos industriales vendidos no puede dar lugar a un canon. Por el
contrario, la RTEAC de 9 de octubre de 1996 (JT 1998/1966) no parece tener
en cuenta que los cánones por asistencia técnica deban ser restringidos al
objeto de aquellos contratos que a su vez den lugar a cánones. Por esta razón
no repara en si la asistencia técnica fue prestada en relación con la cesión de
uso o con una venta de determinados bienes o derechos. Sin ninguna
consideración en este sentido, el TEAC afirma que son cánones los pagos por
un “estudio anteproyecto para la reconversión de una empresa en planta de
combustión en lecho fluido a presión”. Como venimos diciendo, en nuestra
opinión, la interpretación correcta de los CDI con base en la reserva española,
903
La cursiva es nuestra.
904
El equipo industrial objeto del contrato era una caldera de combustión de carbón en
lecho fluidificado a presión, turbina de gas y equipo asociado para la central térmica
de Escatrón. La complejidad del contrato derivaba de sus elementos subjetivos al
existir una pluralidad de sujetos cuyas relaciones no aparecían bien definidas
(“Endesa”, “Asea Pfbc Ab” y “Babcock Wilcox”). Por ello, se discutía si se había
producido una transferencia de tecnología entre las dos partes implicadas, llegando
finalmente a la conclusión de que la misma no había tenido lugar. El argumento
principal fue que la tecnología no había sido transferida en favor de ninguna de las
partes del proceso, sino de una tercera parte implicada en el contrato. Este mismo
criterio fue corroborado por la STSJ de Madrid de 15 de junio de 1995 (JT 1995/747).
437
Alejandro García Heredia
determina que no puede ser considerado como canon el pago por cualquier
asistencia técnica. Por ello, nos parece acertada la primera de las
Resoluciones comentadas y rechazamos la calificación efectuada en la
segunda de ellas, puesto que no hay indicios de que en ese caso haya relación
alguna con la cesión de uso de bienes o derechos del art. 12 del Convenio.
Por otra parte, algunos convenios españoles contemplan los cánones por
asistencia técnica de manera más restringida que la reserva española al
Modelo. La restricción consiste en que limitan los cánones a aquella asistencia
técnica prestada en relación con un rendimiento concreto de los que producen
cánones y no ya con cualquiera de ellos como se desprende de la reserva
española. Este interpretación se ha realizado con base en la disposición 5 del
Protocolo al Convenio con Brasil (1974) en la que se indica que “la expresión
‘por informaciones relativas a experiencias de orden industrial, comercial o
científico` mencionada en el párrafo 3 del art. 12, comprende las rentas
procedentes de la prestación de servicios y de la asistencia técnica”. Conforme
a esta disposición del Protocolo, la Resolución de 14 de enero de 2002 de la
DGT (0020-02) ha considerado que sólo podrán ser cánones los pagos por
prestaciones de servicios que tenga con tales informaciones una “conexión
directa y necesaria”. La DGT indica que “la matización del concepto de canon
que recoge el Protocolo ha de entenderse de forma restringida, es decir,
cuando estemos ante una prestación de cesión de informaciones relativas a
experiencias industriales, comerciales o científicas, que en cuanto tal quepa
incluir en el concepto de canon del Convenio, arrastrará a este concepto
también a aquellas prestaciones de servicio que tengan con aquellas
informaciones una conexión directa y necesaria”. A continuación, añade esta
Resolución que “existe una vis atractiva hacia el concepto de canon de
aquellas prestaciones que acompañen a la cesión del know-how”. Así pues, de
esta interpretación resulta que las prestaciones de servicios relativas a otros
rendimientos del concepto de canon que no sean tales informaciones o know-
how no podrán ser calificadas como cánones905. No parece que esta sea la
905
El criterio mantenido en la Resolución comentada de 14 de enero de 2002 parece
que se confirma en otra posterior de 31 de octubre del mismo año. Esta última, aunque
se refiere al Convenio con Argentina, alude también a la redacción que en este punto
presenta el Protocolo del Convenio con Brasil
438
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
solución correcta para interpretar la concreta disposición del Protocolo del
Convenio con Brasil. A nuestro juicio, cuando se dice que la asistencia técnica
se entiende incluida en la expresión “informaciones relativas a experiencias de
orden industrial, comercial o científica”, no significa que sólo sean cánones las
rentas de una asistencia técnica en relación con dichas informaciones. Más al
contrario, también podrán ser cánones las de aquella que se preste con
relación a cualquier otro bien o derecho que de lugar a un canon. El problema
que plantean los cánones en el Convenio con Brasil ha sido uno de los motivos
por los que las autoridades fiscales hispano-brasileñas se reunieron para
negociar estas cuestiones en el marco de un procedimiento amistoso del art. 25
del Convenio906. Como resultado de dicho procedimiento se ha acordado que
todas las prestaciones de servicios (servicios técnicos o asistencia técnica) que
se refieran a alguno de los bienes o derechos de art. 12 darán lugar a un
canon, por lo que no es posible la interpretación restringida de estos pagos que
parecía desprenderse de la doctrina de la DGT.
2) ¿Pueden también ser calificados como cánones los pagos por otras
prestaciones de servicios diferentes de una asistencia técnica?
Como hemos dicho, la asistencia técnica es tan sólo una de las clases de
contratos que se engloban bajo el marco general de las prestaciones de
servicios. Por ello, si nada se ha dicho al respecto, ni en la reserva española ni
906
Las conclusiones de la reunión hispano-brasileña de 30 de septiembre de 2002 se
encuentran en la Resolución de 22 de septiembre de 2003, de la Secretaria General
Técnica, “por la que se dispone la publicación de las Cartas de 17 y 26 de febrero de
2003, intercambiadas entre España y Brasil sobre interpretación, en base al art. 25, del
Convenio para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en materia de
impuestos sobre la renta entre el Estado Español y la República Federativa de Brasil,
hecho en Brasilia el 14 de noviembre de 1974, insertado en el BOE nº 314, de 31 de
diciembre de 1975” (BOE de 2 de octubre de 2003, núm. 236).
439
Alejandro García Heredia
en los CDI, el concepto de canon tan sólo se refiere a la asistencia técnica y no
a cualquier clase de prestaciones de servicios. En esta misma línea algunos
autores han afirmado que las prestaciones de servicios a las que se refiere la
asistencia técnica, en los convenios en los que está incluida en el artículo de
los cánones, tienen carácter personal (instrucciones, asesoramiento,
enseñanza, estudios, planes, puesta en práctica) pero se encuentran en
relación con actividades industriales, comerciales o científicas907. Otra prueba
de que sólo son cánones los pagos de una asistencia técnica en sentido
estricto, se encuentra en el acuerdo logrado con el procedimiento amistoso
entre España y Brasil al que ya nos hemos referido. El acuerdo amistoso ha
sido consecuencia de la interpretación extensiva que, tanto Administración
como pagadores brasileños, efectuaban del concepto de canon, en cuya virtud,
todo lo que de algún modo fuera prestación de servicios estaba sujeto a
retención en la fuente. Entre las conclusiones alcanzadas en dicho
procedimiento se dice que todos los pagos por prestaciones de servicios,
tienen en el marco de este Convenio la consideración de cánones, salvo
aquellos que se refieran a “los servicios técnicos de carácter profesional
relacionados con la calificación técnica de una persona o grupo de personas, a
los que se les aplicará el art. 14 del Convenio”908. Esta última mención es
importante, pues indica que no todas las prestaciones de servicios darán lugar
a un canon, sino solamente aquellas que se refieran a una asistencia técnica.
Otra clase de prestaciones de servicios, como consultas o dictámenes de
profesionales, se deben llevar al art. 14 de los servicios personales
independientes. En el mismo sentido, la reserva española se refiere sólo a la
asistencia técnica y no a prestaciones de servicios en general. Este criterio
también lo han seguido posteriores pronunciamientos de la DGT que se
remiten expresamente al acuerdo logrado en el seno del procedimiento
amistoso hispano-brasileño909.
907
Cfr. DE LA VILLA GIL, J. M., “Convenios Fiscales de Doble Imposición”, ob. cit., p.
263.
908
Apartado 2 de la Resolución citada de 22 de septiembre de 2003 de la Secretaria
General Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores.
909
Vid. RDGT 17 de septiembre de 2003 (V0075-03).
440
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
se refiere en general a prestaciones de servicios no se deberían incluir más
pagos que los estrictamente derivados de una asistencia técnica y no aquellos
procedentes de cualquier otra prestación de servicios. Ello se debe a que el
concepto esencial de canon se refiere, en principio, a la cesión de uso de
derechos sobre propiedad intangibles, mientras que otros bienes o derechos
que se han incluido en varios convenios son contrarios a esta naturaleza y
obedecen a los intereses de los Estados de la fuente de aumentar su
recaudación. Por ello, cuanto más se limite el concepto de canon en ese
sentido, menor riesgo existirá de que el artículo de los cánones termine siendo
un apartado en el que los Estados de la fuente pretenden incluir cualquier clase
de bienes o derechos para ejercer la imposición limitada que les conceden
muchos convenios. De hecho, el concepto de canon de los convenios ya ha
adquirido en gran parte este matiz, por lo que es necesario limitarlo y tener en
cuenta que los convenios contemplan artículos más específicos para dar
cobertura a las rentas derivadas de varias clases de prestaciones de servicios
distintas de la asistencia técnica, como son los artículos sobre beneficios
empresariales (art. 7) o servicios personales independientes (art. 14).
910
Cfr. MASSAGUER FUENTES, J., El contrato de licencia de know-how, ob. cit., pp.
168 y 169.
441
Alejandro García Heredia
parece que sus rentas ya no podrán tener tal carácter. El Convenio con
Noruega (1999), en la disposición III.1 de su Protocolo, también exige que la
asistencia técnica sea “auxiliar y subordinada” y señala, además, que la
asistencia técnica debe ser prestada por “el propietario del bien o del derecho a
una persona asociada en el sentido del art. 9”.
La postura que parecen seguir estos Convenios de que sólo son cánones
los pagos por una asistencia técnica auxiliar o accesoria a los bienes o
derechos del art. 12, también se ha utilizado en algunas ocasiones para la
interpretación de aquellos convenios que no se refieren expresamente a esta
limitación. Es el caso del Convenio con EE.UU. (1990), en cuyo art. 12 se
indica que “también incluye los pagos por prestaciones de asistencia técnica
realizadas en un Estado contratante, cuando dicha asistencia técnica se preste
en relación con la utilización de derechos o bienes de esa naturaleza”. En este
precepto vemos como no se alude a que la asistencia técnica deba tener un
carácter auxiliar o accesorio con respecto a los mismos y, en consecuencia, se
podría considerar que también produce cánones un contrato autónomo de
asistencia técnica en relación con tales bienes o derechos, esto es, un contrato
cuya prestación principal sea precisamente una asistencia técnica sobre los
mismos. Sin embargo, este no parece ser el sentido que le ha dado la DGT en
su Resolución de 8 de julio de 2003 (0956-03), de la que se desprende el
mismo significado que parecen tener los Convenios antes examinados de
Australia y Noruega. En esta Resolución se afirma que cuando el Convenio con
EE.UU. se refiere a la asistencia técnica en el marco de los cánones es sólo
para los casos en que “la asistencia técnica tenga carácter accesorio y el
contenido principal del contrato tenga la naturaleza de canon”.
442
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
asistencia técnica, los pagos de este contrato sólo serán cánones en su
totalidad cuando la asistencia técnica sea, como dice el Convenio australiano,
“auxiliar o subordinada” a la cesión de las patentes. Lo mismo dice el
Comentario de la OCDE cuando se refiere a la fuerza atractiva que tiene la
prestación principal de un contrato mixto con respecto a aquellas otras
prestaciones “accesorias y sin mayor importancia”. El resto de los CDI no
limitan los cánones por asistencia técnica a aquellos casos en los que ésta
tiene un carácter “auxiliar o subordinada”. Es el caso de los Convenios con
EE.UU (1990)911, Argentina (1992)912, Marruecos (1978), India (1993), Suecia
(1976)913 e Italia (1977)914. Si bien es cierto que no todos ellos recogen con la
misma amplitud dicha reserva, llegando algunos a hacerla más extensiva (vid.
India e Italia).
4) ¿Cuál es el límite de gravamen al que están sometidos los cánones por una
asistencia técnica en los convenios que contemplan varios límites de retención
en la fuente?
911
En relación con este Convenio vid. RDGT de 8 de julio de 2003 (0956-03).
912
En relación con este Convenio y los pagos por asistencia técnica vid. RDGT de 31
de octubre de 2002 (1649-02).
913
Vid. Consultas de la DGT de 16 de diciembre de 1988 y 28 de octubre del mismo
año en relación con los Convenios de Suecia e Italia.
914
Vid. Consultas de la DGT de 16 de diciembre de 1988 y 28 de octubre del mismo
año en relación con los Convenios de Suecia e Italia.
443
Alejandro García Heredia
Los pagos por asistencia técnica deben estar sometidos al mismo límite
que corresponda al canon derivado del bien o derecho en relación con el que
se presta la asistencia técnica915. Así, en el CDI con EE.UU., en el que se
establecen tres límites máximos en la fuente, los pagos por asistencia técnica
irán al límite al que se someta el bien o derecho con respecto al que se presta
la asistencia técnica. De modo que, en el marco del Convenio con EE.UU., si
se trata de una asistencia técnica prestada en relación con la cesión de una
determinada obra musical, los pagos deben ir, al igual que ésta, al límite del
5%, por el contrario, si es una asistencia técnica relativa al desarrollo de una
patente que se ha cedido, los pagos por la misma, así como los de la patente,
estarán sometidos todos ellos al límite máximo del 10%.
915
En este sentido se pronuncia la RDGT de 8 de julio de 2003 (0956-03). De igual
forma, ya se manifestó DE LA VILLA, J. M., “Convenios Fiscales de Doble Imposición.
Comentarios a los nuevos Convenios de Doble Imposición suscritos por España hasta
22-II-1990” en Comentarios a las Leyes Tributarias y Financieras, toma XIV-vol. 3,
EDERSA, Madrid, 1991, pp. 40 y 41.
444
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
técnica a los equipos industriales suponía una “reducción artificiosa” del
contrato, por lo que los pagos del mencionado contrato debían quedar
sometidos al límite más elevado del 10% que corresponde al know-how. Por
ello, con base en esta Resolución, consideramos que, cuando la asistencia
técnica se lleve a cabo en relación con diversas prestaciones que generan
cánones, la asistencia técnica debe quedar vinculada a la prestación principal
del contrato. En consecuencia, el límite que corresponde aplicar a los cánones
de la asistencia técnica será el mismo al que queden sometidos los cánones de
la prestación principal. Todo ello, con independencia de cuál sea el límite que
corresponda al resto de las prestaciones del contrato mixto para las que
también se prevea una asistencia técnica.
445
Alejandro García Heredia
446
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1. INTRODUCCIÓN.
En los capítulos anteriores hemos visto como los cánones son rentas que
derivan de la cesión de uso de intangibles, tales como derechos de autor,
propiedad industrial o know-how. La excepción a esta regla viene dada en
determinados CDI en los que también se consideran cánones las rentas
procedentes de la cesión de uso de bienes tangibles, tales como los equipos
industriales, comerciales o científicos (conocidos como bienes de equipo). La
OCDE mantuvo también esta postura hasta que en 1992 decidió excluir estas
rentas del concepto de canon para llevarlas a la categoría de los beneficios
empresariales del art. 7 del Modelo916. Esta ha sido la única modificación que
ha sufrido el concepto de canon del MC OCDE desde su primer borrador en
1963. A diferencia del concepto de canon del MC OCDE, son muchos los
Estados, entre ellos España, que se han reservado el derecho a continuar
considerando en sus convenios como cánones las rentas por la cesión de uso
de bienes de equipo917.
El capítulo se centra, por tanto, en estudiar en qué casos son cánones las
rentas derivadas de la cesión de uso de equipos industriales, comerciales o
científicos en aquellos CDI que continúan incluyendo estas rentas en el
concepto de canon. Para ello, se analizan las siguientes cuestiones: evolución
histórica de los pagos por bienes de equipo en los trabajos de la OCDE, el
916
Cfr. parágrafo 37 del Comentario al art. 7 MC OCDE y parágrafo 9 del Comentario
al art. 12 del mismo Modelo.
917
Es el caso de Australia, Canadá, República Checa, Hungría, Corea, Polonia,
República Eslovaca, Grecia, Italia, Méjico, Nueva Zelanda, Portugal, España o Turquía
(vid. parágrafos 39-46 del Comentario al art 12 MC OCDE). Por lo que se refiere al
caso de España debemos apuntar una curiosa falta de alineación entre la postura
internacional plasmada en la reserva y las previsiones de su Derecho interno. La
normativa interna española, en una primera versión del concepto de canon de la
LIRNR, no incluía las rentas por cesión de bienes de equipo. Posteriormente se
modificó el concepto de canon del Derecho interno español a través de la Ley de
Medidas Fiscales Administrativas y de Orden Social para el año 2004 y, desde
entonces, el concepto de canon de la LIRNR contempla ya expresamente la cesión de
uso de equipos industriales, comerciales o científicos.
447
Alejandro García Heredia
concepto de bienes de equipo en los convenios españoles de doble imposición,
las particularidades que plantean las rentas por bienes de equipo en el
comercio electrónico y los problemas de calificación de las rentas del leasing y
del renting en relación con los cánones por bienes de equipo. Por último, se
dedica un apartado específico para estudiar los problemas de calificación que
plantean las rentas de las empresas de navegación con respecto a los
cánones. Ello se debe a que los buques, aeronaves y contenedores se pueden
considerar equipos industriales, comerciales o científicos y, en consecuencia,
los pagos por un arrendamiento de los mismos podrían ser cánones por bienes
de equipo.
918
Sobre los aspectos económicos del arrendamiento de bienes de equipo vid. OECD,
“The Taxation of Income Derived from the Leasing of Industrial, Comercial or Scientific
Equipment”, ob. cit., pp. 6 y 7.
919
Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia General”, Taxation of Cross
Border Leasing, Cahiers de droit fiscal internationa, Vol. LXXVa, IFA, Estocolmo, 1990,
pp. 104-106 y 129. La IFA indica que estas diferencias se ponen también de manifiesto
en el objeto de estos arrendamientos. De manera que el mayor desarrollo económico
de los arrendamientos nacionales supone que estos se utilicen para todo tipo de
equipos industriales, de transporte, de oficina y de informática. En cambio, el
arrendamiento internacional se emplea, principalmente, para aeronaves, barcos y
equipos petrolíferos; también para plantas industriales, vehículos y equipos
generadores de electricidad (Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia
General”, ob. cit., p. 105).
448
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
países, debido, fundamentalmente, a la incertidumbre sobre sus consecuencias
fiscales, hasta el punto de que la IFA ha llegado a decir que tales
consecuencias están rodeadas de “cierto aire de misterio”920.
920
Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia General”, ob. cit., p. 129.
921
Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia General”, ob. cit., 119.
922
Cfr. OECD, “The Taxation of Income Derived from the Leasing of Industrial,
Commercial or Scientific Equipment”, ob. cit., pp. 6-14.
923
Cfr. TIRARD, J-M., “Tax Considerations of Finance Leases of Equipment”,
European Taxation, vol. 32, junio, 1992, p. 192
449
Alejandro García Heredia
uso de equipos industriales comerciales y científicos924. Además, el Comité
sugirió al Consejo de la OCDE que formulara una Recomendación destinada a
los países miembros de esta Organización con el fin de eliminar el gravamen
en la fuente para los cánones por arrendamiento925. El Consejo formuló la
Recomendación el 30 de septiembre de 1983926 y sugirió a los Estados
miembros que, en la aplicación de aquellos CDI que contemplaran una sujeción
en la fuente para los cánones por arrendamiento, se utilizasen técnicas para
atenuarlo. Entre estas técnicas se señaló la concesión de deducciones en
virtud, bien, del art. 25 de los CDI, bien, de la legislación interna de cada
Estado. La Recomendación indicaba también que al concluir nuevos CDI o
renegociar los existentes no se sometan a sujeción en la fuente los cánones
por arrendamiento. El seguimiento que han hecho los Estados de esta
Recomendación ha sido prácticamente nulo, de tal manera que un gran número
de Estados ha continuado incluyendo en el concepto de canon de sus CDI las
rentas procedentes del arrendamiento de bienes de equipo927.
924
Vid. OECD, “The Taxation of Income Derived from the Leasing of Industrial,
Commercial or Scientific Equipment”, ob. cit., pp. 6-14.
925
Vid. OECD, “The Taxation of Income Derived from the Leasing of Industrial,
Commercial or Scientific Equipment”, ob. cit., p. 14.
926
Esta Recomendación es incluso citada por alguna RTEAC, como la de 20 de marzo
de 1996 (JT 1996/439).
927
Una de las salvedades son los tratados concluidos por los Países Bajos y
Dinamarca, pues en ellos el artículo sobre cánones no incluye esta clase de rentas.
Otros países han seguido la Recomendación pero de una manera limitada y sólo
eximen de retención en la fuente a determinados tipos de arrendamiento. Sobre estas
excepciones al seguimiento de la Recomendación vid. LINDENCRONA, G. y
TOLSTOY, S., “Ponencia General”, ob. cit., p. 121.
928
Cfr. parágrafo 37 de los Comentarios al art 7 MC OCDE y parágrafo 9 de los
Comentarios al art. 12 de mismo Modelo.
450
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
continúan incluyendo en el artículo de cánones de sus CDI las rentas por la
cesión de uso de bines de equipo929. Esta es la situación que existe en la
actualidad. Por un lado, la OCDE considera estas rentas como beneficios
empresariales y, por otro, muchos Estados continúan incluyendo en el
concepto de canon esta clase de pagos.
929
Se trata de una serie de Estados, algunos tradicionalmente importadores de
tecnología, que no están dispuestos a renunciar a la sujeción en la fuente de estas
rentas. Es el caso de Australia, Canadá, República Checa, Hungría, Corea, Polonia,
República Eslovaca, Grecia, Italia, Méjico, Nueva Zelanda, Portugal, España o Turquía
(vid. parágrafos 39-46 del Comentario al art 12 MC OCDE).
930
Cfr. parágrafo 175 de la TE del MC EE.UU y vid. VOGEL, K., On Double Taxation
Conventions, ob. cit., p. 795 (m.no. 63).
931
Cfr. DOERNBERG, R. L. y VAN RAAD, K., The 1996 United States Model Income
Tax Convention, ob. cit., 107.
451
Alejandro García Heredia
sobre el mismo son muy diferentes. En caso de ceder el uso de un bien de
equipo tan sólo se autoriza al cesionario a utilizarlo en su propia actividad
industrial, comercial o científica, pero no está autorizado, por ejemplo, a
reproducir dicho bien y a comercializarlo en el mercado, pues para ello sería
necesaria la cesión de la patente que existe sobre el bien en cuestión. Así
pues, el cesionario de un bien de equipo tan sólo adquiere el uso de un bien
corporal o tangible pero no de sus elementos intangibles.
932
En el mismo sentido ya se manifestaron LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S.,
“Ponencia General”, ob. cit., p. 120, cuando indicaron que la alusión del concepto de
canon a esta clase de bienes “incluye la mayor parte de los casos de arrendamiento
de bienes de una propiedad movible”.
933
Vid. RDGT 19 de enero de 1994.
934
Vid. RDGT 28 de junio de 1990.
935
Vid. RDGT 13 de junio de 1984 y RTEAC 20 de marzo de 1996 (JT 1996/439).
936
Vid. RDGT 11 de septiembre de 1997 (1883-97).
937
Vid. RDGT 20 de abril de 1999 (0581-99).
938
Vid. RDGT 22 de agosto de 2003 (1111-03).
939
Vid. STS 13 de noviembre de 1998.
940
Vid. RDGT 28 de mayo de 1991.
941
Vid. SAN 6 de abril de 2000 (JT 2000/955).
942
Vid. RDGT 25 de mayo de 2006 (V0983-06).
943
Cfr. parágrafo 18 de la Taxation Ruling IT 2660, con fecha de 28 de noviembre de
1991, títulada “Income Tax: Definition of Royalties”. Disponible en www.ato.gov.au/.
452
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
transacciones de leasing y dedica los apartados 33-38 a discutir el concepto de
“equipos”944. Básicamente son dos las conclusiones a las que llega la norma
australiana. En primer lugar se discute si el término “equipos” se refiere a una
parte o a la totalidad, esto es, si el término equipo puede ser considerado como
parte de una totalidad y, por lo tanto, como algo accesorio de un bien mayor o
si puede ser también una totalidad o conjunto de bienes, siendo esta última la
postura que se mantiene. En segundo lugar se afirma que el término “equipo”
se debe interpretar en el contexto particular en que figure, esto es, en el
contexto de las expresiones “industrial, comercial y científico”. La norma
australiana concluye, tras un estudio de la jurisprudencia en la materia945 y del
significado atribuido a estos términos por el diccionario de la lengua, que el
término “equipos” tiene un carácter amplio y extensivo.
944
Cfr. Taxation Ruling 98/21 bajo el título “Income tax: withholding tax implications of
cross border leasing arrangements”. Disponible en www.ato.gov.au/. En los
parágrafos 61 y ss. de esta norma se recoge una clasificación de las diferentes clases
de leasing y sus consecuencias fiscales.
945
Los vehículos blindados fueron considerados “equípos industriales” (vid. parágrafo
35 de la Ruling) y la exhibición de las figuras de Museo de Cera de Madame Tussauds
se considero como un uso de “equipo industrial, comercial o científicos” (vid. parágrafo
38 de la Ruling).
946
Se trata de la STSJ del País Vasco de 31 de mayo de 1991 cuyos argumentos ha
compartido en casación la STS 11 de junio de 1997 (RJ 1997/4818). Resumidamente,
el supuesto de hecho que resolvía la sentencia consistía en los contratos que la
empresa española “EITB” (“Euskal Irrati Telebista” o “Radio Televisión Vasca”) había
celebrado con empresas francesas para la retransmisión del partido de fútbol entre
Francia y Argentina el día 26 de marzo de 1986. Los contratos que llevó a cabo la
empresa española con las entidades francesas “Societé Nationale de Televisión
Française 1” y “Teledifusión de France” fueron, respectivamente, el alquiler de una
cabina para el comentarista deportivo de la televisión vasca y un servicio de transporte
mediante ondas herzianas de productos audiovisuales para la transmisión del partido.
El primero de ellos es al que ahora nos referimos por afectar a una cuestión
relacionada con la cesión de uso de bienes de equipo. Del segundo contrato nos
hemos ocupado en la parte del trabajo correspondiente a la cesión de derechos de
autor sobre obras audiovisuales.
453
Alejandro García Heredia
cánones es necesario un cierto carácter “innovativo o singular” de tales bines.
La Sentencia reconoce, en primer lugar, que el alquiler de una cabina para
retransmitir un partido de fútbol encaja en el concepto de canon en cuanto
cesión de bienes de equipo. Sin embargo, añade a continuación que “la
denotación del precepto es claramente alusiva a los llamados royalties o
derechos pagados por la utilización de bienes de propiedad industrial o
intelectual ajena, y el uso de la cabina para la retransmisión de un partido de
fútbol no alcanza mínimamente esa significación inmediata en tanto ausente de
toda nota de exclusividad en lo innovativo o singular” (sic). No entendemos de
dónde puede provenir este requisito del carácter “innovativo o singular”, pues el
mismo no figura por ninguna parte ni en los CDI ni en el MC OCDE. Está claro
que el Tribunal pretende excluir del terreno de los cánones las rentas
procedentes del alquiler de bienes de equipo. Esta es la línea que sigue la
OCDE y que nos parece correcta pero no se puede seguir aplicando un CDI en
el que expresamente se contemplan como cánones la cesión de uso de tales
bienes947.
947
En el mismo sentido se ha manifestado GARCÍA PRATS, F. A., “Los cánones en
los Convenios de Doble Imposición y su tributación”, ob. cit., pp. 11.678-11.683.
948
Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia General”, ob. cit., p. 122.
454
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
clientes por el arrendatario. El TS consideró que estas actividades de control y
la propiedad de un inmueble no constituían EP en España. En consecuencia, el
TS calificó las rentas como cánones por arrendamiento de negocio o industria y
afirmó que estaban gravadas con un tipo del 5% por aplicación del límite de
gravamen del Convenio hispano-alemán.
949
Vid. FD 6º de la SAN 6 de abril de 2000 (JT 2000/955).
455
Alejandro García Heredia
comerciales o científicos”, por lo que para que un equipo tenga tal carácter es
necesario que se destine a una actividad profesional, por oposición a un uso
privativo o personal. Igualmente, consideramos que para que la cesión de uso
de lugar a un canon, no es relevante que el arrendador ejerza o no de manera
habitual la actividad de arrendamiento. Con estos planteamientos
consideramos que no podrían ser calificadas como cánones, por ejemplo, las
rentas por el alquiler de unos coches para el uso personal de los empleados de
una empresa. Por el contrario, si dicha flota de vehículos se cede para prestar
una actividad empresarial, por ejemplo, un servicio de taxi, las rentas si serían
cánones. En nuestra opinión, a efectos de calificar la renta como canon,
consideramos que se debe tener en cuenta la distinción entre el destino o
finalidad personal y profesional de un bien. El problema consistiría en
determinar en qué medida la cesión de uso del bien se adscribe a una finalidad
empresarial o personal, hasta el punto de condicionar la calificación fiscal de
sus rentas.
950
Por ejemplo, el 8% en el Convenio con EE.UU. (vid. RDGT 28 de mayo de 1991) o
el 10% en el Convenio con Argentina [vid. RDGT 11 de septiembre de 1997 (1883-97)]
951
Por ejemplo, el 8% en el Convenio con Italia [vid. RDGT 22 de agosto de 2003
(1111-03)] o el 10% en los Convenios con Japón y Reino Unido [vid. RRDGT 20 de
abril de 1999 (0581-99) y 19 de enero de 1994, respectivamente].
456
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
el grupo de expertos de la OCDE que ha distinguido dos clases situaciones952.
Una de ellas se refiere a la calificación como cánones por bienes de equipo de
los productos digitales adquiridos a través de Internet y la otra plantea si tiene
tal carácter las rentas por el alquiler de un ordenador (hardware).
952
Cfr. TAG on Treaty Characterisation of Electronic Commerce Payments, “Tax
Treaty Characterisation Issues arising from E-Commerce. Report to Working Party
no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”, ob. cit., pp. 11-13.
953
Es más, incluso, cuando tales productos se proporcionaran mediante un medio
tangible (por ejemplo, en lugar de descargarlo de la red, ordenar por Internet un
programa de ordenador o un disco y luego recibirlo en casa con el soporte físico)
tampoco podrían ser “equipos”. La OCDE indica que, incluso, en tales casos, la razón
por la que se efectúa el pago no es el soporte tangible que da cobertura sino lo
intangible que hay en su interior , como puede ser la música o el programa de
ordenador.
457
Alejandro García Heredia
ordenador que está programado para que deje de funcionar después de un
cierto periodo de tiempo954.
954
Un ejemplo de estas transacciones sería la que figura en la categoría quinta de las
que recoge el informe del TAG, titulada como “software de duración limitada y otras
licencias de información digital”. En estas transacciones se afirma que el cliente recibe
el derecho a utilizar el software u otra producto digital durante un periodo de tiempo
inferior a la vida útil del producto. Una vez finalizado dicho plazo todas las copias del
producto son borradas o devienen inoperativas. Cfr. TAG on Treaty Characterisation of
Electronic Commerce Payments, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-
Commerce. Report to Working Party no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”,
ob. cit., p. 22.
955
Cfr. SPRAGUE, G. D., y SCHINDLER, O. A., “Another Step Towards Uniformity –
Relative Consensus of the OECD TAG on Income Characterization of E-Commerce
Transactions”, ob. cit., p. 272 y SCHICKLI, W., “Characterization of E-Commerce
Revenue – The Final OECD Report Revealed”, ob. cit., pp. 1683-1685.
458
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
ser cánones. Para distinguir los cánones por bienes de equipo de esta clase de
prestaciones de servicios, la OCDE indica una serie de factores extraídos de la
Administración fiscal norteamericana y afirma que en presencia de estos
factores la transacción es antes una cesión de uso de bienes de equipo
(cánones) que una prestación de servicios informáticos956. Tales indicios se
formulan de la siguiente manera:
956
U. S. Internal Revenue Code [section 7701 (e)].
957
De forma más concreta, algunas de las transacciones electrónicas que según el
grupo de expertos deben ser consideradas como prestaciones de servicios son las
denominadas “Application Hosting”, “Application Server Provider (ASP)”, “Web Site
Hosting”, “Date Warehousing” o “Advertising”. Para el estudio del contenido y análisis
de estas transacciones nos remitimos al informe del TAG on Treaty Characterisation of
Electronic Commerce Payments, “Tax Treaty Characterisation Issues arising from E-
Commerce. Report to Working Party no.1 of the OECD Committee on Fiscal Affairs”,
ob. cit., pp. 20-32 (Annex 2).
459
Alejandro García Heredia
460
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
para ceder su uso958. La definición legal de leasing de la Ley 26/1988 ha sido
aceptada por la doctrina959. Ahora bien, esta definición del contrato de leasing
se debe situar en un ámbito financiero, lo que significa que se trata de una
definición elaborada en el marco de una ley concreta para que los contratos
que encajen en la misma puedan beneficiarse de las previsiones bancarias y
financieras que contempla la Ley. No obstante, debido a que es la única
definición de leasing que figura en nuestro Derecho, su aplicación ha tenido
una gran trascendencia jurídica en otros sectores, hasta el punto de que la
doctrina se ha cuestionado el carácter atípico de este contrato que hasta
entonces había mantenido la jurisprudencia960. Debido a la gran aceptación de
esta definición es importante aclarar que cuando mencionemos el contrato de
leasing lo entenderemos en los términos de la DA 7ª de la citada Ley961. Por
ello, consideramos que son características esenciales de este contrato la
opción de compra y la finalidad empresarial del arrendamiento, las cuales nos
servirán luego para distinguir esta figura de otras modalidades de
arrendamiento.
958
Cfr. URÍA MENÉNDEZ, R., Derecho Mercantil, ob. cit., p. 745.
959
Cfr. Ibidem.
960
Vid. GONZÁLEZ CASTILLA, F., Leasing financiero inmobiliario. Contenido del
contrato y atribución del riesgo en la práctica contractual y en la jurisprudencia, Civitas,
Madrid, 2002, pp. 47-55.
961
Sin embargo, en un sentido jurídico estricto, leasing puede ser cualquier cosa. Esto
significa que leasing puede ser lo que las partes quieran en función del inveterado
principio de autonomía de la voluntad. Por esta razón, es posible encontrar en el
tráfico mercantil un contrato de arrendamiento sin opción de compra que las partes
hayan denominado leasing. Cuestión diferente es que, al no reunir los requisitos del
leasing que contempla la DA 7ª de la Ley 26/1988, no pueda beneficiarse de los
efectos previstos para dicho contrato en el ámbito regulado por la citada Ley y demás
normas de desarrollo.
962
Para aquellas cuestiónes que afectan al tratamiento tributario y contable del leasing
en el marco de nuestro Derecho interno (DA 7ª Ley de 29 de julio de 1988) nos
remitimos al trabajo de FERNÁNDEZ JUNQUERA, M. y GUTIERREZ VILORIA J.,
“Aspectos tributarios y contables del arrendamiento financiero”, Quincena Fiscal, nº 3,
Diciembre, 1992, pp. 13-23.
461
Alejandro García Heredia
al arrendatario. Por lo que se refiere a la primera de las transacciones, es obvio
que sus rentas no pueden ser calificadas como canon desde el momento en
que los bienes son transmitidos en propiedad. La segunda de estas
transacciones, esto es, la cesión de uso de la sociedad de leasing al
arrendatario, es a la que se refieren los CDI en el concepto de canon cuando
aluden a la cesión de uso de equipos industriales, comerciales o científicos. Por
tanto, esta última será la que analizaremos en este trabajo y a la que nos
referiremos con la denominación de leasing.
963
Cfr. LINDENCRONA, G. y TOLSTOY, S., “Ponencia General”, ob. cit., pp. 122 y
123. En relación con los intereses de una compraventa a plazos de bienes de equipo
vid. SAN 20 de diciembre de 2000 (JT 2001/460).
462
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
964
Para estudiar la discusión en torno a la naturaleza jurídica de este contrato pueden
consultarse las obras de VILLAR URIBARRI, J. M., Régimen jurídico del leasing.
Cuestiones mercantiles, fiscales y penales, EDERSA, Madrid, 1993, pp. 100-107 y
GONZÁLEZ CASTILLA, F., Leasing financiero inmobiliario, ob. cit., pp. 157-178.
965
Cfr. GONZÁLEZ CASTILLA, F., Leasing financiero inmobiliario, ob. cit., p. 163.
463
Alejandro García Heredia
modalidad de contrato de arrendamiento. Sin embargo, la naturaleza jurídica
que la mayoría de la doctrina otorga al leasing es la de un contrato de
financiación966. A nuestro juicio, la naturaleza jurídica del leasing en el marco
de los CDI y, más en concreto, en lo que se refiere a los cánones, debe
centrarse en si se ha transmitido la propiedad o cedido el uso de los bienes, por
lo que se debería obviar lo relativo a un posible contrato de financiación. Esto
se debe a que la cuestión central para determinar si una renta es canon se
encuentra en si se ha transmitido la propiedad o cedido el uso como ya hemos
visto en varias ocasiones a lo largo del trabajo.
“Es necesario distinguir claramente entre los cánones pagados por el uso
de un equipo, los cuales están sujetos al artículo 12, y los abonos que
constituyen el precio de una venta de un equipo, que pueden caer, según los
casos, dentro de los artículos 7, 13, 14 ó 21. Ciertos contratos combinan
elementos del arrendamiento y de la venta, de suerte que a veces resulta difícil
determinar la verdadera naturaleza jurídica. En lo que respecta a las ventas a
plazos y a los arrendamientos-ventas, parece que los elementos de la venta
966
En este sentido cfr. VILLAR URIBARRI, J. M., Régimen jurídico del leasing, ob. cit.,
pp. 107 y 108; GONZÁLEZ CASTILLA, F., Leasing financiero inmobiliario, ob. cit., pp.
166-178 y también URÍA MENÉNDEZ, R., Derecho Mercantil, ob. cit., p. 745.
464
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
predominan, puesto que las partes han estipulado desde el principio una
transferencia de la propiedad de una a otra, bien que subordinándola al pago
del último plazo. Los plazos escalonados pagados por el comprador-
arrendatario no constituyen en principio cánones. Por el contrario en materia de
arrendamiento-financiación, y particularmente en el leasing, el objeto exclusivo
o al menos principal del contrato es normalmente un arrendamiento, incluso si
el arrendatario ostenta la facultad de convertirse en adquirente del material en
el transcurso de la ejecución del contrato. El artículo 12 se aplica, pues, en el
supuesto normal, a los cánones de arrendamiento pagados por el arrendatario,
comprendiéndose los que haya abonado hasta el día en que se ejercita una
eventual opción de compra”.
967
Cfr. Taxation Ruling 98/21 bajo el título “Income tax: withholding tax implications of
cross border leasing arrangements”. Disponible en www.ato.gov.au/. En concreto, la
postura OCDE se asume expresamente a lo largo de los parágrafos 25-29 de la
Ruling..
968
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 789 (m.no. 47). Por lo
que se refiere al caso de los EE.UU. vid. BERTRAN, D. F. y CONELY, W. S., “US:
Cross-Border Leasing”, Intertax, núm. 5, mayo, 1984, pp. 198-212.
465
Alejandro García Heredia
Por último, conviene repetir un principio que ya hemos subrayado en otros
ámbitos de los cánones. Se trata de la importancia del contenido del contrato
frente a la forma con la que haya sido revestido por las partes. Por lo tanto,
para determinar si la finalidad del arrendamiento es un arrendamiento o una
compra, es necesario estar a los hechos y circunstancias que rodean a la
transacción y no al envoltorio formal diseñado por las partes969.
969
El mismo principio es mantenido por la Administración australiana en la Taxation
Ruling 98/21 a la que nos hemos referido (cfr. parágrafos 65 y 66 en los que se
consagra este principio y se citan numerosos ejemplos de jurisprudencia en torno al
mismo).
970
URÍA MENÉNDEZ, R., Derecho Mercantil, ob. cit., p. 745.
466
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
arrendatario no debe tener la condición de empresario. De este modo, los
bienes arrendados en un contrato de renting pueden ser destinados a una
finalidad privada o personal del arrendatario y no a una actividad empresarial o
profesional, ya que el arrendatario no puede tener la condición de empresario.
Las rentas procedentes de los equipos industriales, comerciales o científicos
tienen un carácter eminentemente empresarial, hasta el punto de que el MC
OCDE las ha suprimido del concepto de canon para trasladarlas a los
beneficios empresariales. Por esta razón, en aquellos CDI que todavía incluyen
en el concepto de canon estas rentas, la naturaleza marcadamente empresarial
que presentan resulta incompatible con un renting cuya cesión de uso tenga
una finalidad personal. Por ejemplo, el arrendamiento de vehículos para uso
personal del arrendatario no daría lugar a un canon por cesión de uso de
bienes de equipo sino, más bien, a un beneficio empresarial. Por el contrario, si
ese arrendamiento se realiza con una finalidad industrial o empresarial, como
sucede en la mayoría de los casos, sí daría lugar a un canon. Además, se debe
tener en cuenta, como ha señalado con acierto algún autor, que no es
relevante, para el concepto de canon, que la actividad de arrendamiento
constituya o no una actividad habitual del arrendador971.
971
Cfr. DE LA VILLA GIL, J. M., “Convenios Fiscales de Doble Imposición”, ob. cit., p.
251 y pp. 258 y 259.
467
Alejandro García Heredia
antecedente de Derecho primero, se refiere a un “contrato equivalente al
leasing operativo español o más bien al de renting” y, sin embargo, ambas
expresiones aluden habitualmente a un simple contrato de arrendamiento en el
que no hay opción de compra. Más adelante, en ese mismo párrafo, el TEAC
indica que el contrato prevé “la opción para la liquidación del vehículo al
término del plazo” y, en ese mismo sentido, en el fundamento de Derecho
tercero, se habla de un contrato de “arrendamiento venta de vehículos
automóviles”. El TEAC no acierta en el manejo de los términos, puesto que
confunde las categorías del leasing y del renting, y mientras que en ocasiones
parece referirse a un contrato de arrendamiento sin opción de compra, en otras
partes de la resolución parece indicar que existe la posibilidad de adquirir lo
arrendado.
972
Del mismo modo, pensemos en una empresa dedicada a la gestión de los derechos
de autor de artistas. Para ello, la empresa suele llevar a cabo una cesión de uso de
tales derechos a terceras personas y las rentas recibidas en contraprestación por esa
cesión de uso deben ser calificadas como cánones. No es posible afirmar que tales
rentas sean beneficios empresariales por el hecho de que la actividad habitual de esta
empresa consista en ceder derechos de autor. Lo contrario supondría que, en
presencia de una actividad empresarial, deberíamos examinar cuando la misma
constituye o no la principal de la empresa, con la finalidad de determinar si la renta es
un canon o un beneficio empresarial. Además, el principio de especialidad que se
recoge en los parágrafos 34 y 35 de los Comentarios al art. 7 MC OCDE indica que si
una renta es también susceptible de recibir una calificación más concreta y especial
(por ejemplo, la de dividendos, intereses o cánones) se debería aplicar esta antes que
la más general de los beneficios empresariales. Con todo, queremos señalar que el
hecho de que una determinada actividad sea o no la principal del cesionario no es un
factor que deba ser utilizado en la calificación de unas rentas como cánones.
468
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
para un uso empresarial, la renta sería canon por cesión de uso de equipos
industriales, comerciales o científicos, por el contrario, si los bienes se ceden
para un uso personal, las rentas no serían cánones. Por esta razón, en el
supuesto al que alude la RTEAC que comentamos, consideramos que las
rentas se deberían calificar como beneficios empresariales de la empresa
portuguesa, pues los vehículos arrendados se destinan, como parece ser el
caso, al uso personal de los trabajadores que la empresa española tiene
contratados en Portugal. Auque bien es cierto que, en ese destino personal del
bien, puede haber también una finalidad empresarial indirecta.
973
En este sentido vid. RDGT 22 de agosto de 2003 (1111-03)en el que se trataba la
cesión de uso de una maquinaria destinada a la extracción de aceite de oliva.
469
Alejandro García Heredia
arrendamiento de buques o aeronaves se califican como rentas de las
empresas de navegación del art. 8 del MC OCDE o como cánones por cesión
de uso de bienes de equipo en aquellos convenios que incluyan estos bienes
en el artículo de los cánones974. No se pretende en este apartado estudiar el
régimen fiscal internacional de las empresas de navegación975, sino determinar
cuando las rentas por el arrendamiento de buques, aeronaves o contenedores
son beneficios de las citadas empresas del art. 8 o cánones del art. 12. Este
problema de calificación se plantea en los CDI que continúan incluyendo en el
concepto de canon las rentas por cesión de uso de equipos industriales,
comerciales o científicos. Para el estudio de los problemas de calificación que
plantean las rentas de la navegación en relación con los cánones por bienes de
equipo hemos distinguido, por un lado, las rentas procedentes de buques y
aeronaves y, por otro, las procedentes de contenedores.
974
No plantea problemas la delimitación entre las rentas de la navegación del art. 8 del
Modelo y los rendimientos inmobiliarios del art. 6. La OCDE indica que los buques,
embarcaciones y aeronaves no tendrán en ningún caso la consideración de bienes
inmuebles (Cfr. art. 6.2 del Modelo y parágrafo 2 de los Comentarios a este artículo).
975
Basta indicar aquí que el art. 8 del Modelo establece como criterio de sujeción para
estas rentas el Estado en el que se encuentre la sede de dirección efectiva de la
empresa de navegación. Este criterio es diferente del que se establece para los
beneficios empresariales del art. 7 consistente en el Estado de residencia. Sobre estas
diferencias y sus posibilidades vid. los parágrafos 1-4 del Comentario al art. 8 del
Modelo. Para una visión general del tratamiento de las rentas empresariales de la
navegación en los CDI puede consultarse VOGEL, K., On Double Taxation
Convention, ob. cit., pp. 475-509, así como la bibliografía citada en la p. 478. Una
amplia visión histórica de la imposición de estas rentas se encuentra en MAISTO, G.,
“The History of Article 8 of the OECD Model Treaty on Taxation of Shipping and Air
Transport” en Internacional and Comparative Taxation. (Essays in Honour of Klaus
Vogel), Kluwer Law Internacional, London, 2002, pp. 83-110.
470
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
o científicos976. Por ello, es necesario determinar qué se entiende por
arrendamiento a casco desnudo, pues sus rentas son la que podrían tener la
calificación de cánones. Desde el Derecho de la navegación se pueden señalar
algunas de las características de esta clase de arrendamiento977. Para ello
analizaremos, en primer lugar, el contrato de arrendamiento de buque978 y,
posteriormente, la figura más concreta del arrendamiento a casco desnudo.
976
Cfr. parágrafo 5 del Comentario al art. 8 MC OCDE.
977
Para estudiar más en profundidad el contrato de arrendamiento a casco desnudo
desde la perspectiva del Derecho Mercantil y, en particular, del Derecho de la
navegación marítima, vid. GABALDÓN GARCÍA, J. L. y RUIZ SOROA, J. M., Manual
de Derecho de la Navegación Marítima, Marcial Pons, 2ª ed., Madrid, 2002, pp. 393-
420; GONZÁLEZ-LEBRERO, R. A., Curso de Derecho de la Navegación, Servicio
Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 1998, pp. 342-353;
CARLÓN, L., “Naturaleza y disciplina del contrato de arrendamiento de buques”,
Revista de Derecho Mercantil, núm. 111, 1969, pp. 17 y ss; GORINA YSERN, M.,
Consideraciones sobre “Bareboat Charter” y “Time Charter by demise”, como contratos
marítimos de arrendamiento del buque mercante, Bosch, Barcelona, 1986 y
RODRÍGUEZ CARRIÓN, J. L., “El contrato de arrendamiento de buques”, Anuario de
Derecho Marítimo, vol. III, 1984, pp. 297-346.
978
Estas consideraciones previas en torno al contrato de arrendamiento de buque en
general han sido tomadas de GABALDÓN GARCÍA, J. L. y RUIZ SOROA, J. M., ob.
cit., pp. 393-420.
979
La organización The Baltic and International Maritime Conference (BIMCO), a
través de su Comité de Documentación, aprobó en Cannes, en 1974, dos formularios
diferentes, llamados BARECON A y BARECON B. El primero destinado al
arrendamiento de buques en operación y el segundo para el arrendamiento de buques
en construcción. Estos formularios fueron amalgamados y renovados en 1989 en
471
Alejandro García Heredia
Hamburgo a través de un nuevo texto que aprobó la BIMCO denominado The Baltic
and International Maritime Conference (BIMCO) Standard Bareboat Charter, Code
Name: BARECON 89, más conocido, sencillamente, como BARECON 89
980
Cfr. GABALDÓN GARCÍA, J. L. y RUIZ SOROA, J. M., ob. cit., pp. 402 y 403.
981
A pesar de la naturaleza locativa de este contrato, radicalmente distinta a la del
fletamento –que es un arrendamiento de obra-, en la práctica también se habla de
“fletar un buque a casco desnudo”. Además, el Derecho francés, debido a que ambos
contratos consisten en la explotación del buque, los regula en un mismo texto (Cfr.
GABALDÓN GARCÍA, J. L. y RUIZ SOROA, J. M., ob. cit., p. 403).
472
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
verdadero naviero de la embarcación. Una abundante jurisprudencia982, tanto
mercantil como tributaria, ha afirmado que el arrendamiento del buque en la
modalidad a casco desnudo se caracteriza por el hecho de que el propietario
cede su uso temporalmente y mediante precio a otro, estando el buque sin
armar, equipar o aparejar. Esto significa que el arrendatario recibe la posesión
del buque y se convierte en naviero mediante su explotación, encargándose de
equipar y dotar al buque; pudiendo incluso ejercer el derecho de abandono
previsto en el Código de Comercio. La jurisprudencia señala que el
arrendamiento a casco desnudo consiste en un “puro arrendamiento de cosa,
en el que lo esencial es el traspaso de la posesión al arrendatario, quién puede
nombrar Capitán, darle órdenes y utilizar dentro de lo convenido, el buque a su
voluntad”.
982
Cfr., entre otras, SSTS de 24 de marzo de 1911, 7 de junio de 1945, 10 de
diciembre de 1951, 12 de junio de 1961 (RJ 1961/2362), 14 de marzo de 1975 y las
SSAN de 5 y 31 de marzo de 1998 (JT 1998/670 y 893, respectivamente) que
incorporan este criterio al ámbito tributario (FFDD 2 de ambas Sentencias).
983
Parágrafo 5 del Comentario al art. 8 MC OCDE.
473
Alejandro García Heredia
carácter general984, las rentas procedentes del alquiler de buques y aeronaves
a casco desnudo podrían ser cánones en aquellos convenios que otorgan este
carácter a las rentas procedentes de la cesión de uso de equipos industriales,
comerciales y científicos. Por el contrario, en el MC OCDE, las rentas por la
cesión de uso de buques y aeronaves a casco desnudo, serán, con carácter
general, desde 1992, beneficios empresariales del art. 7 del Modelo. Por el
contrario, si el buque o aeronave se alquila, como dice el Comentario,
“completamente armado, tripulado y equipado”985, las rentas percibidas por
dicho alquiler serán entonces beneficios de la navegación del art. 8 del Modelo.
984
Decimos “con carácter general” porque no hay que olvidar que si constituyen una
fuente ocasional de renta para una empresa dedicada a la explotación internacional de
buques y aeronaves podrían ser rentas del art. 8 del Modelo.
985
Parágrafo 5 del Comentario al art. 8 MC OCDE.
986
Cfr. VOGEL, K., On Double Taxation Conventions, ob. cit., p. 486 (m.no. 32).
474
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
este se prevé para los beneficios que obtiene dichas empresas. Por el
contrario, si la nave se entrega armada y equipada, el arrendatario estaría ya
dedicándose a una prestación de transporte y, por tanto, sería una empresa de
navegación del art. 8. En este sentido transcurre con acierto la RDGT de 28 de
junio de 1990 en la que se indica que “la compañía alemana no explota los
aviones que alquila, antes al contrario, dichos aviones son explotados por la
empresa española, por lo tanto no es de aplicación el artículo 8 del Convenio.
Este artículo establece claramente que se aplica a los beneficios procedentes
de la explotación de los aviones en el tráfico internacional, requisitos que no
parecen darse en el caso planteado en la consulta. El artículo no es de
aplicación a los beneficios provenientes del simple alquiler de aviones. Podría
ser de aplicación para los alquileres ocasionales de aviones completamente
armados y equipados, en cuyo caso, más que un simple alquiler, se trataría de
la prestación de un servicio de transporte”987.
987
En este sentido, el Comentario de la OCDE indica que “los beneficios derivados del
arrendamiento de un buque o aeronave completamente armado, tripulado y equipado,
deben tratarse de la misma manera que los beneficios del transporte de pasajeros o
mercancías” (parágrafo 5 de los Comentarios al art. 8 MC OCDE).
988
Cfr. GONZÁLEZ-LEBRERO, R. A., ob. cit., p. 81. Uno de los grandes cambios
estructurales de los tráficos marítimos ha sido la introducción de nuevos sistemas
como el buque porta-contenedores. Esto ha supuesto un cambio en el tipo de buques
empleados y en la organización de las operaciones portuarias. La capacidad de este
tipo de buques ha ido aumentando de forma considerable, reemplazando los buques
convencionales por buques capaces de transportar hasta siete mil TEUs. Un TEU
(Transport Equivalent Union) equivale a un contenedor de veinte pies de largo.
989
Parágrafo 10 del Comentario al art. 8 MC OCDE.
475
Alejandro García Heredia
de contenedores se consideran complementarias o accesorias y, por tanto,
estarían cobijadas por las rentas del art. 8 del Modelo990.
990
Cfr. BAKER, P., Double Taxation Agreements and International Tax Law, ob. cit.,
pp. 144 y 145. Este autor señala dos Revenue Rulings de los EE.UU. (76-568 y 74-92)
en las que se indican cuáles son las actividades accesorias del transporte de
contenedores que pueden ser incluidas en las operaciones de tráfico marítimo
internacional. Entre ellas se citan fundamentalmente las destinadas a la carga y
descarga de contenedores y las relativas al transporte de los mismos hasta el puerto
de salida o desde el puerto de destino hasta el cliente. En este sentido parece que
transcurre el Comentario del antiguo MC OCDE 1977, (parágrafo 11 del Comentario al
art. 12 del citado Modelo) en el que se apuntaba como ejemplo de cánones por cesión
de uso de contenedores los beneficios que una empresa de navegación marítima
obtiene de alquilar sus contenedores para un transporte terrestre de mercancías
después de la descarga del buque.
991
Cfr. OECD, “The Taxation of Income Derived from the Leasing of Containers”,
Intertax, núm. 4, abril, 1984, p. 149 y 150. Este informe señala que ya en los años
ochenta, las empresas que se dedicaban en exclusiva al arrendamiento de
contenedores gestionaban más del cincuenta por ciento del tráfico de los mismos.
992
Es el caso de Portugal (vid. parágrafo 28 del Comentario al art. 8 MC OCDE y
parágrafo 43.1 del Comentario al art. 12 del citado Modelo), España (vid. parágrafo 45
del Comentario al art. 12 del Modelo) o Nueva Zelanda (vid. parágrafo 42 del
Comentario al art. 12 del Modelo).
476
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
las reservas de otros Estados que consideran cánones por cesión de uso de
bienes de equipo todas las rentas por la cesión de uso de buques, aeronaves y
contenedores, tanto si las naves han sido cedidas o no a casco desnudo, pues
no se alude en ningún momento a este matiz993.
993
Vid. parágrafo 40 del Comentario al art. 8 en el que se formula la reserva de la
República Eslovaca.
994
Vid. parágrafo 45 de los Comentarios al art. 12 del Modelo.
995
Vid. parágrafo 45 de los Comentarios al art. 12 del Modelo en relación con el
parágrafo 5 de los Comentarios al art. 8 del Modelo.
996
La exención relativa a las rentas de los contenedores se introdujo por primera vez
en el art. 23.Tres.e) 5 de la LIS 1978 (RCL 1978/2837 y ApNDL 7226) en su redacción
dada por el art. 94 de la Ley 33/1987, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales
del Estado para el año 1988. Con posterioridad, se ha seguido manteniendo en el art.
17 LIRPF 1991 y en el art 46.Uno.e) LIS 1995996. En cuanto a la exención para las
rentas de alquiler de buques o aeronaves a casco desnudo, ésta no se estableció
expresamente hasta 1991. Esta exención fue introducida en el art. 23 LIS 1978 por el
art. 62 de la Ley 31/1990, de 27 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado
para 1991 (RCL 1990/2687 y RCL 1991/408).
997
Vid. SSAN de 5 y 31 de marzo de 1998 (JT 1998/670 y 893, respectivamente) y
RRDGT de 16 de febrero de 1996. Con base en el MC OCDE, vid. parágrafo 6 del
Comentario al art. 3 del Modelo.
477
Alejandro García Heredia
tenido siempre en los tribunales y en la doctrina administrativa una gran
aceptación998. Lo mismo ha sucedido con la exención de las rentas de buques
y aeronaves a casco desnudo, pues, incluso cuando no existía la exención
expresa para esta clase de rentas, se ha tratado de defenderla con base en
disposiciones más generales999. El artículo 334.1 b) del antiguo Reglamento del
Impuesto sobre Sociedades de 1982 ha sido el precepto que ha servido para
justificar ambas exenciones cuando todavía no se recogían expresamente,
tanto la de contenedores como la de buques y aeronaves.
998
Vid. RTEAC de 15 de febrero de 1989 y STSJ de Madrid de 9 de junio de 1994 (JT
1994/719). La normativa sobre la que podía fundamentarse esta exención eran el art.
334.1 b) RIS 1982 -en el que se afirma que no están sujetas las rentas “que se refieran
a operaciones del tráfico mercantil internacional de la Entidad residente pagadora,
realizadas en el extranjero por Entidades no residentes en territorio español”- y la
Orden Ministerial de 17 de junio de 1981 (RCL 1981/1693 y ApNDL 7236), “por la se
recoge la doctrina expuesta en contestaciones vinculantes a consultas formuladas por
los contribuyentes en materia de Impuesto sobre Sociedades” -en concreto, la consulta
15º del art. 7 LIS 1978-. En este sentido vid. RTEAC de 20 de marzo de 1996 (JT
1996/439).
999
La vía que se ha utilizado para eludir la imposición en la fuente de las rentas por
buques y aeronaves a casco desnudo cuando dicha exención aún no había sido
recogida expresamente ha sido, al igual que veíamos para los contenedores, el art.
334.1 b) del RIS de 1982. Vid. RTEAC 29 de junio de 1994 (JT 1994/1065) y SSAN de
5 y 31 de marzo de 1998 (JT 1998/670 y 1998/893). El art. 334.1 b) RIS 1982 planteó
importantes problemas de interpretación, como ponen de manifiesto varios
pronunciamientos que se han ocupado de la cuestión, vid. SAN de 30 de abril de 1998
(JT 1998/902), STSJ de Madrid de 2 de diciembre de 1993 (JT 1993/1527) y RRDGT
de 5 de junio de 1998 (0977-98), 26 de junio de 1998 (1176-98), 31 de julio de 1998
(1404-98).
478
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
contrario, el artículo 8, como regla general, no incluye las rentas procedentes
del arrendamiento de las naves que sirven para efectuar dicho transporte
(buques o aeronaves) o de los envases en los que se transportan las
mercancías (contenedores). Las rentas derivadas del arrendamiento de los
buques o aeronaves, así como de los contenedores, serán cánones en
aquellos convenios que incluyan en su concepto de canon los pagos por la
cesión de uso de equipos industriales, comerciales o científicos. Por el
contrario, en el MC OCDE o en aquellos CDI que no incluyan los bienes de
equipo en el concepto de canon, las rentas por el arrendamiento de las naves o
los contenedores irán al artículo de los beneficios empresariales. En suma,
como regla general, el artículo 8 del Modelo sólo está destinado a las rentas
que proceden del transporte o navegación, pero no de una actividad de
arrendamiento.
479
Alejandro García Heredia
arrendamiento que no sea a casco desnudo se califiquen como rentas de las
empresas de navegación del art. 8 del Modelo.
480
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
CAPÍTULO V. CONCLUSIONES
481
Alejandro García Heredia
tales Estados en relación con las importaciones y exportaciones de capital
intangible. Ello se debe a que en la negociación de un CDI influyen varios
factores y entran en juego políticas negociadoras en las que se cede para
llegar a un acuerdo.
482
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
el tema de los programas de ordenador, el Comentario no deja claro cual es el
contenido de los derechos de autor sobre un programa de ordenador y se limita
a comentar el caso concreto del derecho a efectuar copias de seguridad. Es
cierto que, en aplicación de las normas de interpretación de los CDI, estas
cuestiones serán resueltas según el Derecho interno de los Estados parte. Sin
embargo, debido a las diferencias entre legislaciones internas y a los
problemas que plantea en la práctica la interpretación de los convenios de
acuerdo con el Derecho del Estado de la fuente o de la residencia, sería
deseable un mayor desarrollo de estas cuestiones en el Comentario. En
consecuencia se debería tender hacia una interpretación común en sede de los
CDI para evitar una posible doble imposición o exención derivada de las
diferencias en el Derecho interno de los Estados.
483
Alejandro García Heredia
ruling a la que ya nos hemos referido en el capítulo primero (“Indemnification of
Royalty Withholding Tax”, TR 2004/17).
484
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
485
Alejandro García Heredia
- La expresión “uso o concesión de uso” de la OCDE se sustituye
simplemente por la de “cesión de uso”. La expresión de la OCDE pretende
señalar que el canon deriva con independencia de que el bien cedido se haya
usado material y efectivamente, es decir, tanto si se ha ejercido o no el derecho
de uso que adquiere el cesionario. Sin embargo, la expresión es confusa y
podría simplificarse por la de “cesión de uso”, pues, una vez cedido el uso de
un bien o derecho, es bien sabido que el cesionario puede usarlo o no, ya que
se trata de un derecho de uso y no de una obligación.
486
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
pone de manifiesto que lo relevante para incluir una renta en el concepto de
canon sería su protección por los derechos de autor. Una redacción abierta del
concepto de canon se recoge también en el Modelo de Convenio de EE.UU. y
en el nuevo convenio multilateral del Pacto Andino.
487
Alejandro García Heredia
Igualmente, en relación con la Directiva comunitaria sobre intereses y cánones
que prevé la eliminación de la presión fiscal en la fuente para estas rentas,
España se ha reservado durante un largo plazo el derecho a continuar
aplicando retenciones en origen. De manera que, aunque parece inevitable en
el seno de la UE un proceso de tránsito hacia posturas propias de países de la
residencia, España se muestra aún un tanto reticente a abandonar por
completo su condición de Estado importador de recursos tecnológicos.
488
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
how. El titulo de este trabajo responde así a la idea de que es posible
establecer un concepto base de cánones en la fiscalidad internacional en el
que se incluirían las tres clases de propiedades intangibles señaladas.
489
Alejandro García Heredia
490
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
1. PROPIEDAD INTELECTUAL
Tribunal Supremo
491
Alejandro García Heredia
STS 17 de diciembre de 2004 (RJ 2005/649)
Audiencia Nacional.
492
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña 22 de abril de 1996 (JT
1996, 802)
Tribunales EconómicoAdministrativos.
1000
Las Resoluciones dictadas a partir de 1997 se encuentran recogidas en
www.aeat.es. Para las anteriores pueden consultarse las obras de GONZÁLEZ
PÓVEDA, V., Tratados y Convenios Internacionales, ob. cit., pp. 1033-1058; AA. VV.,
Fiscalidad de no residentes según la doctrina administrativa, 1ª y 2ª ed., CISS, 1992 y
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493
Alejandro García Heredia
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RDGT 13 de enero de 1995
RDGT 1 de febrero de 1995
RDGT 12 de junio de 1995
RDGT 7 de julio de 1995
RDGT 11 de julio de 1997 (1552-97)
RDGT 31 de julio de 1998 (1405-98)
RDGT 16 de noviembre de 1999 (2171-99)
RDGT 18 de abril de 2000 (0897-00)
RDGT 29 de agosto de 2001 (1602-01)
RDGT 12 de abril de 2002 (0587-02)
RDGT 10 de mayo de 2002 (0709-02)
RDGT 16 de mayo de 2002 (0725-02)
RDGT 6 de junio de 2003 (0762-03)
RDGT 8 de julio de 2003 (0956-03)
RDGT 19 de abril de 2004 (V0017-04)
RDGT 16 de junio de 2005 (V1146-05)
RDGT 9 de agosto de 2005 (0245-05 y 0247-05))
RDGT 24 de noviembre de 2005 (V2377-05)
RDGT 31 de enero de 2006 (V0190-06)
RDGT 26 de mayo de 2006 (0014-06)
Tribunal Supremo
Audiencia Nacional
494
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
Tribunales EconómicoAdministrativos
495
Alejandro García Heredia
RTEAC 10 de julio de 1996 (JT 1996/1224).
RTEAC 6 de noviembre de 1996 (JT 1996/1666 y 1667)
RTEAC 6 de noviembre de 1996 (JT 1996/1667)
RTEAC 20 de noviembre de 1996 (JT 1996/1668)
RTEAC 12 de marzo de 1997 (JT 1997/464)
RTEAC 10 de septiembre de 1997 (JT 1997/1425)
RTEAC 26 de mayo de 2000 (JT 2000/1238)
RTEAC 8 de septiembre de 2000 (JT 2000/1847)
RTEAC 22 de junio de 2001 (JT 2002/565)
RTEAC 20 de noviembre de 2003 (JT 2004/315)
496
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
RDGT 16 de octubre de 2002 (1564-02)
RDGT 18 de octubre de 2002 (V0059-02)
RDGT 13 de noviembre de 2002 (1743-02)
RDGT 3 de octubre de 2003 (1521-03)
RDGT 4 de noviembre de 2003 (1815-03)
RDGT 27 de noviembre de 2003 (V0134-03)
RDGT 16 de diciembre de 2003 (2260-03)
RDGT 4 de octubre de 2004 (1842-04)
RDGT 22 de octubre de 2004 (1931-04) (1932-04)
RDGT 17 de enero de 2005 (V0036-05)
RDGT 31 de enero de 2005 (V0104-05)
RDGT 6 de junio de 2005 (V1008-05)
RDGT 14 de junio de 2005 (V1094-05)
Tribunal Supremo
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Alejandro García Heredia
STS 3 de junio de 2000 (RJ 2000/4874)
STS 29 de julio de 2000 (RJ 2001/919)
STS 28 de abril de 2001 (RJ 2001/5358)
STS 9 de junio de 2001 (RJ 2001/6278)
STS 16 de junio de 2001 (RJ 2001/6288)
STS 26 de junio de 2001 (RJ 2001/6060)
STS 14 de julio de 2001 (RJ 2001/7099)
STS 20 de julio de 2001 (RJ 2001/7107)
STS 27 de octubre de 2001 (RJ 2002/405)
STS 2 de abril de 2002 (RJ 2002/3546)
STS 14 de mayo de 2002 (RJ 2002/4512)
STS 30 de mayo de 2002 (RJ 2002/6428)
STS 12 de septiembre de 2002
STS 22 de septiembre de 2002
STS 19 de diciembre de 2002 (RJ 2003/1968)
Audiencia Nacional
498
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
SAN 25 de junio de 1996
SAN 1 de octubre de 1996 (JT 1996/1151)
SAN 23 de diciembre de 1996
SAN 14 de octubre de 1997
SAN 23 de noviembre de 2000 (JT 2001/404)
SAN 31 de enero de 2002 (JUR 2002/143056)
SAN 30 de octubre de 2003 (JUR 2003/265319)
Tribunales EconómicoAdministrativos
499
Alejandro García Heredia
RDGT 24 de marzo de 1982
RDGT 19 de septiembre de 1983
RDGT 5 de enero de 1987
RDGT 29 de enero de 1987
RDGT 23 de febrero de 1987
RDGT 21 de mayo de 1987
RDGT 22 de mayo de 1987
RDGT 28 de mayo de 1987
RDGT 3 de septiembre de 1987
RDGT 28 de octubre de 1988
RDGT 16 de diciembre de 1988
RDGT 17 de septiembre de 1990
RDGT 31 de enero de 1991
RDGT 19 de abril de 1991
RDGT 24 de abril de 1991
RDGT 24 de septiembre de 1991
RDGT 30 de julio de 1992
RDGT 31 de julio de 1992
RDGT 14 de octubre de 1994
RDGT 4 de noviembre de 1994
RDGT 12 de junio de 1995
RDGT 23 de octubre de 1996
RDGT 28 de febrero de 1997 (0380-97)
RDGT 17 de junio de 1997 (1257-97)
RDGT 29 de febrero de 2000 (0380-00)
RDGT 22 de diciembre de 2000 (2431-00)
RDGT 30 de agosto de 2001 (1610-01)
RDGT 10 de diciembre de 2001 (2174-01)
RDGT 18 de diciembre de 2001 (2248-01)
RDGT 14 de enero de 2002 (0020-02)
RDGT 5 de abril de 2002 (V0005-02)
RDGT 12 de abril de 2002 (0587-02)
RDGT 10 de mayo de 2002 (0709-02)
RDGT 16 de mayo de 2002 (0725-02)
RDGT 9 de octubre de 2002 (1518-02)
500
El Concepto de Royalties en la Fiscalidad Internacional
RDGT 31 de octubre de 2002 (1649-02)
RDGT 6 de junio de 2003 (0762-03)
RDGT 8 de julio de 2003 (0956-03)
RDGT 17 de septiembre de 2003 (V0075-03)
RDGT 8 de octubre de 2003 (1567-03)
RDGT 31 de octubre de 2003 (1773-03)
RDGT 15 de noviembre de 2004 (V0270-04)
RDGT 24 de mayo de 2005 (V0931-05) (V0933-05)
RDGT 4 de abril de 2005 (0142-05)
RDGT 6 de junio de 2005 (V1008-05)
RDGT 14 de junio de 2005 (V1094-05)
RDGT 7 de junio de 2006 (V1060-06)
Tribunal Supremo
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