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Un Caribe sin Plantacion Memorias de la catedra del Caribe colombiano Primera versi6n virtual Alberto Abello Vives Compilador UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA orate SEDE CARIBE Rector General Moisés Wasserman Lerner Vicerrector General Francisco Gutierrez Sanin Vicerrector Académico Virgilio Nifio Cruz Secretario General Jorge Ernesto Durin SEDE CARIBE Director German Eugenio Marquez Calle Consejo de Sede Francisco Gutierrez Sanin German Eugenio Mérquez Calle Juan Carlos Ochoa Botero Luz Amparo Sanabria James Mercedes Lucia Veléz White Autores Alberto Abello Vives Ernesto Bassi Arévalo Adelaida Sourdis Najera Maria Teresa Ripol Adolfo Meisel Roca Germén Marquez Calle José Polo Acura Marta Herrera Angel Portada e ilustraciones Castillo de San Felipe ‘Autora: Cecilia Porras ‘Témpera sobre cartén, 30 em x 40 em. 1967 Coleccién Galeria Belarca Disero y diagromacién Opciones Graficas Editores Leda. Impresién Unibiblos ‘San Andrés - Colombia Noviembre 2006 BE COLOMBIA SS SEDE CARIBE ween CS) Un Caribe sin plantacién / comp. Alberto Abello Vives. — San Andrés: Universidad Nacional de Colombia, Observatorio de! Caribe Colombiano, 2006 196 p. maps, Hast. ISBN: 978-958-701-782-3, |. Historia econémica — Caribe (Regién)(Colombia) 2. Economia colonial ~ Caribe (Regién)(Colombia) 3. | Abello Vives, Alberto, 1987- - comp. €DD-21 330.91986111 / 2006 Soa Contenido Presentaci6n ze Un Caribe por fuera de la ruta de la Plantacién u Alberto Abello Vives y Ernesto Bassi Arévalo Azticar: una alternativa imposible en el siglo XVIII 45 Adelaida Sourdis Néjera Sobre las elites y la economia del Caribe neograndadino 69 Maria Teresa Ripoll Puertos vibrantes y sector rural vacio: El Caribe neogranadino a finales del periodo colonial 89 ‘Adolfo Meisel Roca Oro vs. Plantaciones en el Caribe hispanico: Aproximacién ecolégica y ambiental 103 German Mérquez Calle La poblacién rural del Caribe neogranadino durante el siglo XVIII: #Potencial mano de obra para una agricultura de plantacién? 125 José Polo Acufia La Geografia de la Guerra. Los Chimila y el Estado Colonial durante el siglo XVIII 141 Marta Herrera Angel 193 Los Autores Un Caribe por fuera de la ruta de la Plantaci6n Alberto Abello Vives y Ernesto Bassi Arévalo* ee Un Caribe sin Plantzcién 13 Introducci6én a busqueda de una definicién y una delimitacién del Caribe se ha convertido en una obligacién de quienes intentan explicarlo'. Quiz una de las definiciones mayormente aceptadas (y, sin duda, la mas relevante para el presente trabajo) es la del cubano Antonio Benitez Rojo, quien en su ensayo La isla que se repite anota: “més allé de su naturaleza ~azticar, café, tabaco, algodén, indigo, etc.—, més alla de la potencia colonialista que la haya fomentado, mis alld de la 6poca en que constituyé la economia dominante en una u otra colonia, la plantacién resulta uno de los principales instrumentos para estudiar el area, si no el de mayor importancia”?. Benitez coincide con Eric Wolf y Sydney Mintz? en que la plantacién es imprescindible para estudiar el Caribe. Copiada de! norte africano y de las islas de Cabo Verde y Madera, las plantaciones produjeron en el Caribe, segiin Benitez Rojo, “no menos de diez millones de esclavos. africanos y centenares de miles de coolies provenientes de la India, de la China, de Malasia... ayudaron a producir capitalismo mercantil e industrial... subdesarrollo asidtico... poblacién caribefa... guerras imperialistas, bloques comerciales, rebeliones, represiones, sugar islands, palenques de cimarrones, banana republics, intervenciones, bases aeronavales, dictaduras, ocupaciones militares, revoluciones de toda suerte e incluso un ‘estado libre asociado’, junto a un estado socialistano libre’. En este sentido, la plantacién es un fenémeno que habiéndose originado durante la Colonia se repite durante el perfodo poscolonial y subsiste més allé de la liberacién de la mano de obra esclavizada. Benitez Rojo asegura que “el fendmeno de la llegada y la multiplicacién de las plantaciones, por si solo, es el de mayor importancia histérica que ha ocurrido en el Caribe, hasta el punto de que, si no hubiera sucedido, quizé las islas de la regién fueran hoy réplicas en miniatura ~al menos en términos demograficos y etnologicos~ de las naciones europeas que las colonizaron”. Asi, segdn Benitez Rojo “puede decirse que la historia del Caribe, en buena medida es la historia de la plantacién en el Nuevo Mundo”. La plantacién —segiin el autor cubano- es la Gran Maquina que se repite sin cesar de manera sincrénica y como maquina de produccién interviene y define la constitucién de las sociedades derivadas de ella; las coincidencias entre los distintos territorios de la regién estén relacionadas, casi siempre, con la existencia de la plantacién. Al marcar como sistema de produccién el cardcter de las sociedades dei Caribe, la plantacién es no solo uno de los principales instrumentos para C4 Caribe sin PlantaciOn ee estudiar la regién “sino el de mayor importancia”*. Su estudio, por lo tanto, permitirfa conocer la estructura social y cultural del Caribe. Si bien para Benitez Rojo el fendmeno de la plantacién marca al Caribe mas alla del periodo colonial, resulta necesario preguntarse qué pasa, de acuerdo a sus planteamientos, con la pertenencia al Caribe de aquellos territorios continentales, como el hoy Caribe colombiano, que no tuvieron plantaciones y que se reclaman parte de él. De acuerdo a la vision de Benitez la pertenencia al Caribe de paises como México, Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panama y Colombia, que tienen costas sobre el mar Caribe, que hacen parte de la comunidad de paises del Gran Caribe, pero que no tuvieron plantaciones durante un periodo tan definitivo y determinante como e! colonial, seria cuestionada’. Preguntarse, ademas, como lo hace este articulo, por qué no hubo plantacién en el Caribe neogranadino, adquiere singular importancia en la medida en que durante las Ultimas décadas ha existido en la costa norte de ‘Colombia un amplio proceso intelectual e institucional por reafirmar la pertenencia de esta region al mundo del Caribe. Uno de los primeros intentos por dar respuesta a este interrogante fue realizado por Adolfo Meisel quien en su articulo éSituado 0 contrabando?: La base econémica de Cartagena de Indias y el Caribe neogranadino a fines del Siglo de las Luces dedica una seccion a resolver este dilema®. En su explicacién, pionera en el sentido en que incorpora, para el estudio del Caribe colombiano, la confrontacién entre dotacion natural de factores e instituciones como elementos determinantes del desarrollo’, Meisel favorece la primera vision (la dotacién natural de factores del Caribe colombiano, “incluyendo la calidad de sus suelos y las condiciones climaticas, es relativamente baja en comparacién con las 4reas que si tuvieron plantaciones”!®), dejando de lado el hecho de que el sistema de plantacién se desarrollé primero en las istas del Caribe inglés y francés y, slo de manera tardia, en las islas del Caribe espaol, especialmente en Cuba. Tampoco incorpora aspectos como la preferencia espaiiola por los metales preciosos, que, en el caso de la Nueva Granada, implicaba privilegiar la importacién de esclavos para el trabajo en las minas del occidente y sur-occidente del virreinato, ni el caracter secundario del Virreinato de la Nueva Granada, que implicaba que su desarrollo no fuera una prioridad para el imperio espafiol, sobre todo si se compara con la importancia que suponia para la Corona espafola el desarrollo de Nueva Espafia y Peri. El presente articulo intenta incorporar éstos y otros factores explicativos para demostrar que factores de corte institucional también fueron importantes al momento de definir la no existencia de plantaciones en el Caribe colombiano. e@ Un Caribe sin Plantacion _ Para ello, inicia con una definicién de lo que entenderemos por 'plantacién’ o ‘sistema de plantacién’; a continuacién describe la cronologia de la plantacién en el Caribe y el tipo de unidad productiva que caracterizé las dreas rurales del Caribe colombiano en el siglo XVIII; finalmente presenta las principales razones para el desarrollo tardio de la plantacién en los territorios del Caribe espaiol donde efectivamente se desarroll6, asi como aquellas que explican por qué no hubo plantacién en el Caribe colombiano, Debe mencionarse que este trabajo estudia primordialmente las plantaciones de azicar, por ser las que mayor importancia alcanzaron en la economia caribefia entre los siglos XVI y XIX, asi como las que mejor se ajustan a la definicién que se presenta mas adelante. Sin embargo, es necesario reconocer que otros cultivos, como el tabaco, el cacao y el café, también constituyeron en diversos momentos, productos agricolas de vital importancia para el desarrollo del Caribe y su cultivo se dio en condiciones similares a las del azticar, aunque casi siempre en menor escala. |. Definicion de plantacién Antes de explicar las razones por las cuales la economia de plantacién no se desarrollé en el Caribe colombiano y su desarrollo se dio sélo de forma tardia en las islas del Caribe espafol, es necesario definir claramente lo que se entendera en el presente estudio por ‘plantacién’, ‘sistema de plantacién’, ‘economia de plantacién’ y ‘complejo de plantacién’, aclarando que todos los anteriores conceptos seran usados como sinénimos. La definicién se basara ampliamente en el trabajo clisico de Mintz y Wolf, Haciendas y plantaciones en Mesoamerica y las Antillas'', pero introducira aspectos tenidos en cuenta por otros autores, especialmente relacionados con otro concepto vinculado con la definicién de plantacién: la sugar revolution (revolucién del azticar).. De acuerdo con Mintz y Wolf, citados ampliamente por todos aquellos que se ‘ocupan del estudio del desarrollo de la agricultura en el Caribe colonial, el término plantacién se refiere a una “propiedad agricola operada por propietarios dirigentes (por lo general organizados en sociedad mercantil) y una fuerza de trabajo que les esta supeditada, organizada para aprovisionar un mercado de gran escala por medio de un capital abundante y donde los factores de produccién se emplean principalmente para fomentar la acumulacién de capital sin ninguna relacién con las necesidades de status de los duefios””. En el contexto del Caribe colonial, y teniendo en cuenta los tres elementos que aparecen en la definicién de Mintz y Wolf (fuerza de trabajo supeditada, capital abundante para aprovisionar un mercado uncatesnrinin All de gran escala y utilizacién de los factores de produccién para la acumulacién de capital), la plantacién puede entenderse como la entiende Benitez Rojo, es decir como un “tipo de agricultura monoproductora, exportadora y dependiente de la trata de esclavos"”, Las dos definiciones presentadas guardan una estrecha relacion con el concepto de sugar revolution, cuyos principales efectos han sido descritos por Stuart Schwartz como “una rapida transformacién de las regiones, frecuentemente pasando de una poblacién blanca 0 indigena a una poblacién negra, de pequefias granjas a grandes plantaciones, de asentamientos dispersos a asentamientos intensivos y de pequefios granjeros y trabajadores libres a mano de obra esclava”"*. De manera més precisa, B. W. Higman define la sugar revolution como una transicién gradual (i) de un tipo de agricultura diversificada al monocultivo del azticar, (ii) de produccién en pequefias granjas a grandes plantaciones, (iii) de mano de obra libre a mano de obra esclava, (iv) de asentamientos dispersos a densamente poblados, (v) de poblacién blanca a mayoritariamente negra y (vi) de baja a alta produccién per c4pita. Los principales efectos de la sugar revolution, de acuerdo con Higman, son: (i) un gran incremento de la trata de esclavos, (ii) el surgimiento de nuevas variedades de comercio triangular (Europa-América-Africa), (iii) un cambio en los patrones de nutricion y consumo europeos, (iv) un incremento del interés de Europa por las colonias tropicales y (v) un impulso para el surgimiento de la revolucién industrial!’, La sugar revolution, a juzgar por las interpretaciones de Schwartz y Higman, quienes coinciden, junto con otros autores, en que este fendmeno se inicié en Barbados a mediados del siglo XVII, determiné en el Caribe el paso de explotaciones agricolas no intensivas al sistema de plantacién 0, de acuerdo con el lenguaje de Benitez Rojo, el paso de la ‘plantaci6n’ a la ‘Plantacion’s. Por tal raz6n, en este trabajo se entendera como plantacién el sistema de agricultura comercial (y las relaciones sociales generadas por éste) que surgié en el Caribe y otras partes del continente americano a partir de mediados del siglo XVII, generando los efectos descritos en los parrafos anteriores. Antes de la sugar revolution el sistema de produccién mas ampliamente difundido en el Caribe y el continente americano era el sistema que Mintz y Wolf denominan ‘hacienda’. Este sistema de produccién basado en la propiedad y explotacién de la tierra, dominé la economia agricola de las colonias espajiolas en el continente americano, donde remplazé a sistemas basados en la propiedad de la mano de obra indigena, como la encomienda y el repartimiento”. a Un Caribe sin Plantacion En el siguiente cuadro se presentan las principales diferencias entre ‘hacienda’ y plantacién’, de acuerdo con requerimientos de capital, mercado, tierra, mano de obra y tecnologia, que caracterizan a uno y otro sistema de explotacion agricola'® 17) Requeri- mientos Hacienda Plantacion (Capital Es escaso por su dependencia de mercados limitados y por el caracter tradicionalista de las instituciones crediticias asociadas a este sistema de produccién; una vez instalada, la hacienda requiere poco capital, pues su produccién se mantiene constante por estar orientada a un mercado restringido, pero estable; el capital es usado tanto para obtener el mayor beneficio posible de los demas factores de produccién (tierra y mano de obra) como para adquirir “los fondos necesarios para alimentar al propietario y su familia y sustentar sus aspiraciones de poder y prestigio” (p. 501) “Las necesidades de capital de la plantacién son mucho mayores que las de la hacienda, ya que por lo general esta hecha para mercados de gran escala, con frecuencia de envergadura supranacional”; el capital inicial es proporcionado por un grupo de accionistas, generalmente interna- Cionales; la necesidad de obtener las méximas ganancias posibles constituye “la fuerza motriz que sustenta todas las demas relaciones principales dentro de! tipo plantacién”; las necesidades de subsistencia y prestigio de los propietarios se mantienen separadas de las inversiones de capital realizadas (pp. 512-513). Mercado “Las haciendas abastecen mercados pequefios”; el propietario de una hacienda intenta crear y mantener un monopolio, lo cual le permite reducir sus riesgos y garantizar retornos estables, aunque pequefios, a su inversion; en general, la produccién de un bien principal no excluye “la produccién de otros bienes, sea para alimentar a su poblacién trabajadora resident, sea para satisfacer sus propias. necesidades de bienes de consumo”, lo cual hace que la hacienda sea “mas auténoma y (esté) menos sujetaal juego de las fuerzas exteriores” que la plantacién (pp. 502-503). La produccién esta destinada al mercado externo, generalmente paral abastecer al pais que realiz6 lainversién; la produccién debe poder ampliarse de manera répida para poder satisfacer aumentos de la demanda debidos principalmente “al crecimiento de /a| popularidad de un producto”; debido alcaracter de monocultivo de la mayoria de las plantaciones y a su dependencia total de los mercados externos, “los riesgos que entrafia la inversién de capital en las plantaciones son muy] grandes” y su adaptabilidad a cambios en los mercados internacionales muy| restringida (pp. 514-515) Un, Caribe sin Plantacion a ‘Tierra Latierra se usa no sélo para producir los bienes que la hacienda va a ofrecer en el mercado, sino también para offecer un incentivo no salarial a sus trabajadores y evitar que trabajadores y potenciales competidores produzcan,en terrenosno utilizados, bienes que compitan directamente con los producides por fa hacienda (pp. 503-04) “La plantacién necesita tierra suficiente para poder producir grandes cantidades del producto de rendimiento”, pero, como cualquier otro articulo de comercio, la tierra “se aciquiere, se usa 0 se deja por razones puramente econémicas”; la tierra sélo es util en la medida en que sea altamente productiva (p. 515) Mano de obra Lahacienda requiere abundante mano de obra, pero, dada la escasez de capital, no puede importarla, raz6n por la cual la mayoria de las haciendas se ubican en zonas densamente pobladas; la hacienda trata de forzar a los trabajadores a depender de ella mediante el control de las tierras vecinas, la entrega de lotes de subsistencia, el adelanto de salarios (peonaje por deuda), la venta interna de mercancias (tienda de raya), las relaciones de padrinazgo y el uso de la fuerza (pp. 504-06) La plantacién, tal como la hacienda, requiere abundante mano de obra, pero, a diferencia de la hacienda, la escasez de mano de obra en la zona donde se estableceré la plantacién no impide su desarrollo, pues, si no esta facilmente disponible, la mano de obra se importa; el obrero, siervo o esclavo de la plantaci6n “no puede como el peén de la hacienda recurrir a su lote de subsistencia y otras adehalas no monetarias cuando hay una crisis en el mercado” (pp. 517 y 520) La tecnologia de la hacienda es tensiva en mano de obra; la escasez de capital le impide basar su tecnologia en maquinarias y equipos, por lo cual “debe conformarse con la tecnologia culturalmente estandarizada de la regién que domina” (p. 509) “La plantacién requiere una inversién substancial en maquinaria, equipos y medios de transporte y conocimientos técnicos”, para lo cual, en términos sgenerales, dispone de grandes suas (p. 52!) La plantacién y el sistema productivo basado en ellas, en resumidas cuentas, pueden definirse como unidades productivas basadas en el trabajo de una mano de obra esclava, “al servicio de un mercado internacional altamente competitivo y dirigidas por una permanente busqueda de la eficiencia”. En contraste a la plantacién, Alejandro de la Fuente, al establecer una comparacién entre el tipo & Un Caribe sin Plantacién —— de explotacién agricola que existié en Cuba en el siglo XVII y el que se desarrollo desde finales del siglo XVIII, define el primero como “una empresa agricola autosuficiente dedicada a la manufactura de aziicar de forma artesanal con un néimero limitado de esclavos””, Esta ditima definicién coincide a grandes rasgos con el sistema tipo ‘hacienda’ descrito por Mintz y Wolf. 2. Cronologia de la plantacién azucarera El azuicar fue introducida al Caribe por Cristébal Colén, quien en su segundo viaje al nuevo continente, entre una gran variedad de animales y vegetales, introdujo lo que ha sido denominado como el “mas grande regalo del Viejo al Nuevo Mundo ~ la cafia de azicar”™. La historia del cultivo de la cafia de azicar, sin embargo, no se inicia en el Caribe. Su introduccién al mundo occidental fue resultado de Las Cruzadas, cuando refugiados cristianos expulsados por los musulmanes establecieron los primeros sembrados de cafia de azticar en la isla de Chipre. A Chipre le siguieron Creta y Sicilia, que, desde finales de la Edad Media y con el auspicio de comerciantes y agricultores venecianos, se destacaron como los productores de azticar mas importantes del Mediterraneo”! Del Mediterraneo, tal como lo muestra el esquema |, el azticar se trasladé a la Peninsula Ibérica, dentro de la cual los reinos de Valencia y Granada se destacaron ‘como las regiones con mayor produccién. La produccién de azticar de Valencia, de acuerdo con William Philips Jr., se mantuvo hasta bien entrado el siglo XVII y pese a la fuerte competencia de las azticares de las Islas Atlanticas y el Caribe, gracias a la ventaja que para ésta representaban los bajos costos de transporte. Sin embargo, la combinacién de la expulsion de los moros (expertos en la produccién de azticar) con la creciente oferta proveniente de América, determinaron el final de la produccién azucarera en Valencia. La produccién de azticar en Granada también fue victima de la competencia americana que, pese a la capacidad que la estrecha vinculacion de la produccién azucarera de Granada con la economia local le brindaba para resistir el influjo de azicar americana, determiné la caida y posterior desaparicién, alo largo del siglo XVIII, de la industria azucarera en esta regién del sur de Espafa. La razén, en ultimas de la desaparicién de la produccién azucarera de la Peninsula Ibérica fue la competencia de azticar a bajo precio proveniente de las Islas Atlanticas y mas tarde, de las nuevas areas colonizadas en el Nuevo Mundo, no sdlo por Espana sino especialmente por Portugal, Francia y Gran Bretana”. GQ ___Un Caribe sin Plantacién & “Esquema 1 — Cronologia del azicar Mediterraneo (Chipre, Creta y Sicilia) Finales de la edad medi + --» Pre-‘sugar revolution’ Peninsula Ibérica = (Valencia y Granada) —— Post-‘sugar revolution glo X i Islas Madeira _y Sto Tomé 1900-1510 —=—————4 T7905 [Brasil Pee iF} 1511 {isis Guadalupe y Barbados | [Cuba Martinica T =e is6ost wo 1700-4 - TES [Hai St. Kitts, Antigua, | i Montserrat y Nevis a La siguiente escala en la ruta del azticar hacia el Caribe fueron las Islas Atlanticas, donde, desde mediados del siglo XV, portugueses y espafoles realizaron experimentos exitosos con el cultivo de cafia de aziicar”. La actividad azucarera portuguesa se concentré en las Islas Madeira y en Sao Tomé, mientras que los. espafioles cultivaron el azticar en las Islas Canarias. El auge azucarero en estas islas, sin embargo, no fue duradero, pues la introduccién del azticar a América, desde finales del siglo XV, produjo una caida acelerada en su produccién, a tal punto que a mediados del siglo XVI las Islas Atlanticas dejaron de ser importantes productores de azticar™. La produccién de azticar en las Islas Madeira y Canarias representé el ultimo paso del aziicar del Viejo al Nuevo Continente, a donde llegé casi simultaneamente al Caribe, por via de las Islas Canarias, y a Brasil, procedente de las Islas Madeira. El azticar en el Caribe espanol durante los siglos XVI y XVII A finales de 1493, cuando Colén llegé por segunda vez a América, la cafia de azticar fue sembrada en La Espafiola, haciendo asi su llegada al Caribe. Sin embargo, durante los primeros 20 afios de asentamiento en esta isla, el cultivo de cafa de azticar no se desarrollé, pues los primeros colonizadores prefirieron la extraccién de oro como principal actividad econémica. La preferencia por el oro, junto con el descenso acelerado de la poblacién indigena, impidié el temprano desarrollo de una industria azucarera incipiente, pues hacia 1514 no era comin que “una persona removiera un indigena de las minas para dedicarlo a la siembra de cultivos”. Ante la escasez de oro, evidente desde mediados de la década de 1510, gran parte de los habitantes de La Espafiola optaron por emigrar, en busca de metales preciosos que garantizaran su enriquecimiento personal, hacia los nuevos territorios conquistados, especialmente Nueva Espafia, amenazando, asi, la viabilidad de la colonia establecida en La Espaftola. “Con el fin de detener esta migracién, la Corona se vio obligada a apoyar por primera vez, aunque de manera timida, los esfuerzos de los encomenderos para cambiar de una economia basada en la minerfa a la nueva actividad econémica del aztcar”®. Asi, desde mediados de la década de 1520 la Corona estimulé la produccién de aziicar mediante la aprobacién de préstamos a quienes decidieran quedarse en la isla y hacer la transicién hacia el azticar. Asimismo, se ofrecieron exenciones tributarias que favorecian el estabiecimiento de nuevos cultivos e ingenios y se permitié fabricar localmente, rompiendo con las buenas practicas mercantilistas, los utensilios de cobre necesarios para la transformacién del extracto de cafia en azticar. El efecto inmediato de esta politica fue un boom en la produccién azucarera de La Espanola, donde el némero de ingenios en funcionamiento pas6 de 9 a mediados de la década de 1520 a més de cuarenta hacia finales de la década de 1540” La produccién de azticar dependia fundamentalmente de la disponibilidad de equipos para el procesamiento de las cafias, el acceso a tierras y 'a facilidad para obtener mano de obra esclava y mantener a los esclavos adquiridos. Si bien, los cultivadores de azticar en La Espafiola de mediados del siglo XVI disponian de los equipos y las tierras necesarias para producir aziicar, la limitada oferta y los elevados precios de los esclavos africanos generaron una escasez de mano de obra que determind, en gran medida, la decadencia de la industria azucarera de La Espafiola. El limitado mercado de consumo del azticar y la creciente competencia del azticar producida en Brasil también contribuyeron a que la industria azucarera de La Espanola no alcanzara los niveles de produccién, ni generara los cambios econémicos, sociales y demogréficos caracteristicos de una economia tipo plantacién”. 2 Un Caribe sin Plantacion La historia del desarrollo temprano de la industria azucarera en Cuba es tmuy similaral de La Espafiola, De acuerdo con Alejandro de la Fuente, “siguiendo el ejemplo de La Espafiola, donde la produccién de azticar se inicié a finales de la década de 1510, los primeros habitantes de Cuba intentaron construir ingenios al menos desde 1523”, Sin embargo, factores como la caida de la poblacién indigena, la dificultad para acceder a grandes cantidades de mano de obra esclava y la migracion de los colonizadores hacia el continente en busca del oro, que desde 1530 empezo a escasear en Cuba, impidieron el desarrollo de la industria. Fue sélo hacia finales del siglo XVI, «gracias los recursos (fuerza de trabajo y dinero) provistos por la economia ganadera, la construccién de obras de infraestructura como el acueducto de La Habana y la migracién hacia Cuba que generé la construccién de los fuertes de El Marre y La Punta, cuando se construyeron los primeros ingenios en la isla, dando asf inicid al primer periodo azucarero de Cuba®, durante el cual La Habana y la region oriental de Ia isla se destacaron como los principales centros de produccién. Al surgimiento de este primer periodo azucarero también contribuyeron factores externos como la concesi6n del monopolio del comercio de esclavos a los portugueses, cuya corona estuvo unida a la corona espafiola entre 1580 y 1640, el increrento en los precios del anticar en Espafia (de 265 maravedies en 151 ! a 2.384 maravedies en 1599) y la caida en fa produccién de azticar en Santo Domingo y Puerto Rico (las demas islas del Caribe atin no se encontraban colonizadas)". Este primer momento de auge, sin embargo, no fue muy duradero, pues a partir de mediados del siglo XVII, la produccién de azticar en Cuba entré en un periodo de decadencia que se mantuvo hasta finales del siglo XVIII. Esta decadencia se relaciona directamente con el incremento en la produccién de azticar en las colonias inglesas en el Caribe, que desde mediados del siglo XVII iniciaron su transicion hacia el sistema de plantaci6n azucarera, lo cual cerré el mercado de contrabando en azticar de Cuba hacia el Caribe inglés. A la decadencia también contribuyeron el colapso del sistema de flotas, que regulaba el comercio de Esparia con sus colonias (el ntimero de barcos que partieron de La Habana con rumbo a Sevilla en la década de 1690 equivale al 52% del ntimero de barcos que hicieron el mismo recorrido en la década de 1650 y a, tan solo, el 8% de los que hicieron el recorrido en la primera década del siglo XVII), la gran dificultad para acceder a esclavos africanos, pues a partir de 1640, cuando Espafia y Portugal se separaron, los principales proveedores de esclavos, los comerciantes portugueses, ingleses y holandeses, se contaban entre los enemigos de Espafia, y la presién fiscal que, a través de impuestos a la exportacion de aziicar instaurados en la segunda mitad del siglo XVII, limité enormemente la competitividad internacional del azticar cubana*, Como lo muestran los parrafos anteriores la economfa azucarera cubana de los siglos XVI y XVII, tal como la de La Espafiola a lo largo del siglo XVI, no alcanz6 los niveles de produccién ni generé las transformaciones sociales que caracterizan al sistema de plantacién que surgié con la sugar revolution. La Cuba de finales dei siglo XVII era una isla en la que la ganader‘a, destinada a la exportacién de alimento a las colonias inglesas en el Caribe y a la exportacién de pieles hacia Espafia, se destacaba como la principal actividad econémica. La ruta de Brasil A principios del siglo XVI los portugueses introdujeron el azticar a Brasil, donde rapidamente fueron testigos de las bondades de su suelo para el desarrollo de este cultivo. Sin embargo, pese a la inmediata importancia que adquirié Brasil como productor de azticar, durante él siglo XVI y las primeras cuatro décadas del siglo XVII lia industria azucarera brasilera no inchuy6 varios de los elementos ni generé algunos de los efectos que, de acuerdo con Higman, caracterizan una sugar reveiution. Las dificultades para acceder a grandes cantidades de mano de obra esclava y el atin limitado consumo de azticar en los mercados europeos pueden ser los causantes de queen el Brasil de los siglos XVIy XVII la producci6n de azticar no hubiese repercutido ‘en una sugar revolution”. De esta etapa inicial de produccién de azticar en Brasil debe destacarse el aporte hrolandés al desarrollo de la industria azucarera en el nordeste brasilero, pues fue gracias a la ocupacién holandesa de Pernambuco (1630-1654) que la produccion de azticar alcanz6, hacia mediados del siglo XVII, los mayores niveles de produccién vsstos hasta el momento. Tras su expulsion de! nordeste brasilero, los holandeses productores de azticar se instalaron en Barbados, Martinica y Guadalupe donde por primera vez se dieron las condiciones que favorecieron el desarrollo de una sugar revolution. De Barbados la sugar revolution salté a las Islas de Sotavento y a Jamaica; de Guadalupe y Martinica a Saint-Domingue, que durante el siglo XVIII se convirtié en la principal productora mundial de aziicar; tras la revolucién de los esclavos de Saint- Domingue (1791-1803) la sugar revolution pasé a Cuba y Brasil, que aprovecharon el vacio de mereado dejado por la destruccién dela principal colonia azucarera del mundo para consolidarse, durante el siglo XIX, como los mas importantes productores de azitear a nivel mundial. Barbados: el surgimiento de la sugar revolution Lallegada de los holandeses a Barbados permitié el surgimiento de la sugar revolution en dicha isla por tres motivos fundamentales: primero, los holandeses, en guerra con Portugal por su reciente expulsion del nordeste brasilero, se mostraron muy favorables a ensefiar a los ingleses de Barbados sus técnicas para el cultivo de azticar; segundo, los holandeses dominaban el comercio de esclavos y accedieron a suministrar, con muy buenas condiciones de precio y crédito, los esclavos airicanos que Barbados requeria para disparar su produccién de azticar; y tercero, los holandeses tenian la capacidad para vender el azticar de Barbados a muy buenos precios en el mercado holandés, principal mercado para el azticar en el siglo XVII". Elapoyo holandés coincidié con un momento en el que los cultivadores de Barbados (principalmente pequefios cultivadores provenientes de Inglaterra dedicados al cultivo de tabaco y algodén) buscaban desesperadamente un cultivo que sustituyera al tabaco, cuya mala calidad le impedia competir con tabacos producidos en Norteamérica e, incluso, en Europa, y alalgodén, cuyo mercado atin no se encontraba muy desarrollado, Asi, desde mediados de la década de 1640, gracias al apoyo de los holandeses, Barbados empezé a reunir varias de las condiciones necesarias para el desarrollo de una sugar revolution. Por un lado, a diferencia de las colonias espafiolas de La Espafiola y Cuba, contaba con amplia disponibilidad de mano de obra, y por otro, también a diferencia de Cubay La Espafiola, tenia acceso a un mercado del azticar que se encontraba en pleno proceso de expansién. Ademiés, los ingleses que colonizaron Barbados no tuvieron acceso a los grandes depésitos de metales preciosos que los espafioles empezaron a explotar en el continente americano desde la primera mitad del siglo XVI Uno a uno es posible identificar en Barbados los elementos que, de acuerdo con Higman, caracterizan una sugar revolution. La transicién hacia el monocultivo del azticar y el paso de produccién en pequefias granjas a producciones en grandes plantaciones se evidencia en el hecho de que en el Barbados de mediados del siglo XVII “nadie estaba dispuesto a desperdiciar tierra valiosa para la produccién de cafia sembrando cultivos de aprovisionamiento para alimentar a la creciente poblacién de la isla”, lo cual generé una alta dependencia de Inglaterra, Irlanda y Norteamérica para la obtencién de alimentos®®. Los cambios demograficos (de mano de obra libre a mano de obra esclava y de poblacién blanca a mayoritariamente negra) son claramente evidenciables en las cifras de poblacién de Barbados que, en e! medio siglo transcurrido entre 1640 y 1690, pasé de ser habitada por }4 mil personas, de las cuales el 96% (13.500) eran blancos a ser habitada por 65.700 personas, de las cuales e! 73% (47.800) eran esclavos africanos™. En cuanto a cifras de produccién, Barbados, que en 1640 no producta ez __ _ ___Un Caribe sin Plantacién & ee Un Caribe sin Plantacion 25) azicar, produjo 8 mil toneladas en | 680, cifra impresionante si se tiene en cuenta el tamafio de esta isla”. Los cambios experimentados en Barbados entre 1640 y 1680 son descritos claramente por Richard Dunn, quien explica que durante este periodo “los plantadores de Barbados hicieron un cambio de tabaco y algodén a aziicar y de sirvientes blancos a esclavos negros” En este periodo, continua Dunn, “la tierra cambié de manos répidamente, la poblacién se disparé, el comercio se aceleré y los precios (del azticar) se elevaron enormemente”™. La sugar revolution en el Caribe inglés: las Islas de Sotavento y Jamaica desde mediados del siglo XVII Los eventos acontecidos en Barbados no pasaron desapercibidos para los habitantes de las Islas de Sotavento (Leeward Islands) -St. Kitts, Nevis, Montserrat y Antigua~ y Jamaica, quienes, tal como sus compatriotas de Barbados, se encontraban, a mediados del siglo XVII, buscando la mejor forma de explotar estas islas. Siguiendo el ejemplo de Barbados, los habitantes de Jamaica y las Leeward vieron en el aziicar el potencial para lograr el desarrollo econémico de sus colonias. Sin embargo, una serie de eventos caracteristicos de la segunda mitad del siglo XVII, entre los que debe destacarse la constante guerra contra Francia, aplazaron hasta finales del siglo XVII el surgimiento de la sugar revolution en estas posesiones inglesas. Hacia mediados de la década de 1630 los habitantes de las Islas de Sotavento, tal ‘como los habitantes de Barbados, se dedicaban principalmente al cultivo de tabaco. La mala calidad del tabaco producido, sin embargo, los lev, en 1643, a iniciar la transicién hacia el azticar, con la cual esperaban, siguiendo el ejemplo de Barbados, generar la riqueza que el tabaco no habia logrado generar. A diferencia de Barbados, las Leeward no contaron con el apoyo holandés para el desarrollo de su industria azucarera; con lo que si contaron fue con una serie de inconvenientes que impidieron su rapido desarrollo. Durante la segunda mitad de! siglo XVII la falta de capital, las dificultades para acceder a créditos, la preferencia por Barbados de los inversionistas ingleses y los comerciantes de esclavos europeos y los constantes enfrentamientos centre ingleses y franceses determinaron el lento desarrollo de la economia azucarera de St. Kitts, Nevis, Antigua y Montserrat”, Especialmente perturbadores resultaron tos enfrentamientos entre ingleses y franceses, que en ms de una ocasién causaron la destruccién de las recientemente inauguradas plantaciones de las Leeward’. La guerra anglo-francesa de 1665- ie Cart ain PASS 2 1667 es un claro ejemplo de las consecuencias de los conflictos bélicos sobre el desarrollo de la sugar revolution en las Islas de Sotavento, pues se dio justo en un momento en que, de acuerdo con Richard Dunn, “los plantadores de las Leeward empezaban a tomar en serio la produccién de azticar™"'. La caida de Antigua, Montserrat y St. Kitts en manos de los franceses (]665-67) claramente aplazé el surgimiento de la sugar revolution en estas islas*. El cambio hacia la sugar revolution s6lo empezé a ser visible a partir de 1678 cuando las Leeward empezaren a seguir el camino de Barbados. Hacia finales de la primera década del siglo XVIII, y con mayor fuerza tras la firma de la Paz de Utrecht (1713), los efectos de una sugar revolution en las Islas de Sotavento ya eran absolutamente evidentes: la poblacién blanca disminuyé en mas de 2.000 habitantes entre 1678 y [708, mientras que la poblacién de esclavos negros se triplic6®. Asimismo, una vez garantizada la paz en las islas, el gobierno y los comerciantes ingleses apoyaron sin reparos el desarrollo de la industria azucarera de las Leeward, que hacia mediados del siglo XVIII superé en exportaciones a Barbados. Asi, “hacia 1750 St. Christopher (St. Kitts) embarcé (con destino a Inglaterra) mds azicar que Barbados, y Antigua envié una cantidad similar; las cuatro islas en conjunto exportaron tres veces el total exportado por Barbados”. El acontecimiento de la sugar revolution en las Islas de Sotavento era innegable. La cronologia del azticar en Jamaica es muy similar alla de las Islas de Sotavento. A mediados del siglo XVII la actividad agricola se basaba en la limitada produccién de algodén, cacao e indigo y, tal como en las Leeward la industria azucarera s6lo se impuso a partir de las tltimas dos décadas del siglo. Los conflictos con los franceses jugaron un papel importante, aunque el principal factor que determiné que la sugar revolution de Jamaica s6lo se iniciara a finales del siglo XVII fue la confrontaciéa interna entre dos grupos de poder que dominaron la colonia desde su captura por parte de los ingleses en 1655: los plantadores y los bucaneros. Para los bucaneros, Jamaica debia basar su actividad econémica en el ataque y saqueo de barcos espafioles, mientras que para los plantadores el desarrollo de una industria azucarera como la que habia surgido en Barbados debia constituir el motor econémico de la isla. Representados por Thomas Modyford, quien ya habia hecho una fortuna como plantador en Barbados, ios plantadores finalmente expulsaron a los bucaneros y, a lo largo de la década de 1670, encaminaron a Jamaica en la “rutina del monocultivo de azicar®, Este primer impulso hacia la sugar revolution fue detenido hacia 1685, pues “la combinacién de politicas inglesas, nuevos y pesados impuestos, corsarios franceses, el gran terremoto (de Port Royal) y las ee Un Caribe sin Plantaci6n 27) malas condiciones de salud en ia isla impidieron por toda una generacién el crecimiento econémico de Jamaica”, Sélo hacia 1689 se superaron los obstaculos que hasta entonces habian impedido la repeticién en Jamaica del proceso que se habia dado en Barbados medio siglo atras. “Entre 1689 y 1713 la poblacién esclava de la isla practicamente se doblo, al pasar de 30,000 a 50.000. Hacia 1713 Jamaica tenia una mayor poblacién de esclavos que Barbados y una muy superior tasa de negros a blancos”. Ademés, el azticar habia pasado a ser la principal exportacién de {a isla, superando a las exportaciones de cacao e indigo que durante la década de 1660 constitufan los principales rubros de exportacién. Asi, al iniciar la segunda década del siglo XVIII, con la transicion hacia la sugar revolution completa, “Jamaica finalmente se constituia en la principal colonia inglesa en el Caribe”*”, El azticar en el Caribe francés: surgimiento y consolidacién de Saint-Domingue En ef Caribe francés, tal como en Barbados, los inmigrantes holandeses jugaron un importante papel en el surgimiento de la sugar revolution. Tras su asentamiento en Martinica (1639) y Guadalupe (1647) los holandeses iniciaron los primeros experimentos con el cultivo de cafia en estas islas, que hacia la década de 1680 ya mostraban claros rasgos de haber sufrido una sugar revolution. En 1687, por ejemplo, Martinica estaba habitada por 16.000 esclavos, mientras que en 1674 Guadalupe, con cerca de 4.300 esclavos, producia alrededor de 2.106 toneladas de aziicar®, Sin bien es cierto que Guadalupe y Martinica fueron las primeras islas del Caribe francés que experimentaron la sugar revolution, Saint-Domingue, la porcién francesa de La Espaiiola, fue el territorio donde ésta alcanz6 su mayor esplendor. Desde 1697, cuando Espafia cedié oficialmente a los franceses la parte occidental de La Espajiola, estos ultimos dedicaron sus esfuerzos a implantar un sistema de plantacién en este territorio, lo cual llevé a que, hacia finales del siglo XVIII, justo antes de la revolucién de Haiti, Saint-Domingue fuera, gracias a su produccién de azticar, la colonia mas préspera del Caribe. A lo largo del siglo XVIII, de acuerdo con Franklin Knight la produccién de azticar de Saint-Domingue pasé de 10.500 toneladas en 1720 a 78.6% toneladas en 1791; el nimero de esclavos, por su parte, crecié continuamente de 7.000 en 1687 a 117.41 | en 1739 hasta un maximo de 480.000 en 1791. Asi, dos afios antes de la revolucién que culminé con la independencia de Haiti, Saint-Domingue, con exportaciones de azticar superiores a 141 millones de libras®, era claramente la colonia caribefia mas productiva y uno de los mejores ejemplos de los voltimenes de produccién que podia alcanzar una colonia tras el paso de la sugar revolution. 2B Un Caribe sin Plantacién & & Un Caribe sin Plantacion EI tardio salto hacia el Caribe espafiol: Cuba desde finales del siglo XVIII Mientras los ingleses y franceses desarrollaban su economia en torno a las exportaciones de azticar desde las colonias, el imperio espaftol siguié viendo a sus colonias en el Caribe Ginicamente como puntos estratégicos para el comercio entre el continente americano y Espafia. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se mantuvieron las restricciones que durante el siglo XVI impidieron el surgimiento de sugar revolutions en el Caribe espafiol. Fue sdlo a finales del siglo XVIII cuando se dieron las condiciones para el surgimiento de la sugar revolution en Cuba. Hasta entonces, “Cuba se mantuvo como una comunidad de asentamiento en la que predominaban las empresas agricolas de pequefia escala, los artesanos, los hombres de frontera y los pequefios burécratas”’!, De acuerdo con Juan Carlos Caravaglia y Juan Marchena son siete los factores que explican el despegue azucarero cubano de finales del siglo XVIII: (i) la liberalizacién de la trata de esclavos y sus consecuencias directas en términos de la caida en sus precios y el incremento en su importacién; (ii) la ausencia de plancas de refinado en Espaiia, que obligaban a que el azticar se refinara en Cuba, jo cual, a su vez, implicaba que el beneficio derivado de la exportacién de azticar se quedara en Cuba; (iii) la proximidad del recientemente abierto mercado nerteamericano; (iv) los situados provenientes de México; (v) la autosuficiencia de Cuba “en cuanto a alimentos (hubo bastante ganaderia y agricultura de subsistencia) y maderas para los ingenios, trapiches y calderas” se refiere; (vi) los incentivos tributarios y la promulgacién de “decretos sobre libertad de exportaciones azucareras”; y (vii) los efectos positives (para Cuba) generados por la revolucién de Saint-Domingue, que llevé a Cuba a “buena parte de los planteurs franceses” junto “con sus esclavos, sus técnicas, sus mercados y sus capitales”®*, A estos factores habria que agregar la toma de La Habana por parte de los ingleses (1762-63), que, ademés de reactivar el comercio de la isla, al ponerla en contacto directo con Inglaterra y sus colonias, abrié las puertas a nuevas inversiones destinadas a producir grandes cantidades de azticar en la isla. Desde 1762, y con mayor impetu tras la revolucién de Saint-Domingue, el azicar hizo su entrada triunfal a Cuba, donde, a partir de La Habana inicié su expansién hacia la regién central (ver mapa 1). La conjugacién de factores externos (revolucién de Saint-Domingue e independencia de Estados Unidos) con condiciones internas favorables al desarrollo de la economia azucarera®® determinaron el surgimiento, tardio en comparacién con las colonias inglesas y francesas, de la sugar revolution en Cuba. Mapa | ~ Expansién del azticar en Cuba desde finales del siglo XVII 3 j La plantacin comercial esclavista invade el occidente de Cuba y penetra en la regién central < 1 en la era de las Luces y la Revolucién (Madrid: Siglo XXI de Espana Editores S.A., 2005) (Go Un Caribe sin Ptantacién B Hacia principios del siglo XIX ya eran evidentes en Cuba los efectos de la sugar revolution. Su produccién de aziicar cercana a las 2.000 toneladas anuales en la década de 1740, se ubicaba en 37.000 toneladas a principios del sigio XIX*; su poblacién se multiplicé por més de 8 al pasar de 171.620 habitantes en 1774 a 1.396.530 en 1861; la participacién de los blancos en la poblacién se redujo de 59.3% en 1792 a 20.9% en 1827; la poblacién esclava, por su parte, se incrementé de cerca de 4.000 esclavos en 1762 a alrededor de 200.000 en 1810°; y lasimportaciones de esclavos africanos crecieron allo largo del siglo XIX pasando de 79.900 en la segunda década del siglo a 123.300 en la década de 1850”. 3. iQué hubo en el Caribe colombiano? Durante el periodo descrito en Ja seccién anterior es evidente que el azticar y mas especificamente el sistema de plantacién azucarera dominaron el Caribe insular. En partes del Caribe continental como el Caribe colombiano la produccién de azticar nunca alcanz6 los niveles ni las caracteristicas de una sugar revolution. De acuerdo con Hermes Tovar los suelos del Caribe colombiano fueron dedicados “especialmente al desarrollo de la ganaderfa y en menor escala al cultivo de la caja, el cacao y al maiz”**. Si bien, tanto en el Caribe colombiano como en el resto del virreinato de la Nueva Granada, las grandes empresas coloniales incluyeron el cultivo de azticar entre sus actividades productivas, estas unidades de producci6n tuvieron ciertas caracteristicas que las diferencian de las plantaciones que existieron en las islas del Caribe, entre las cuales vale la pena destacar su renuenciaa embarcarse “en operaciones de competencia a nivel internacional”, su tendencia a la diversificacién de la produccién y su uso extensivo de mano de obra libre*. El estudio de varias empresas agricolas y ganaderas del Caribe colombiano, realizado por Hermes Tovar, revela la tendencia a “una forma de desarrollo empresarial diferente a aquella que se limita a la simple reinversién en caiia, ganados y cacao”, Las unidades productivas que existieron en esta region a lo largo del siglo XVIII funcionaron como empresas que intentaron disminuir los costos del proceso de produccién de su bien principal mediante la produccién de bienes destinados al autoconsumo. Ademis, es posible identificar en estas unidades productivas otra tendencia, que, de acuerdo con Mintz y Wolf, es caracteristica de la hacienda. Se trata de la constante adquisicién de tierras que no se destinaran aninginn tipo de cultivo, lo cual, de acuerdo con Hermes Tovar, indica la “presencia de empresarios que aseguraban de antemano el horizonte de su propio crecimiento”*', Alternativamente, esta constante expansién puede ser interpretada EZ _Un Caribe sin Plantacién __ 31) como una tactica para eliminar 0 impedir el surgimiento de potenciales competidores, lo cual es una de las caracteristicas que, de acuerdo con la definicién de Mintz y Wolf, permite diferenciar a una hacienda de una plantacién®. Los avaliios de las haciendas pertenecientes a varias de las familias més pudientes del Caribe colombiano en el siglo XVIII, entre las que cleben destacarse la del conde de Pestagua, la de los marqueses de Santa Coa, la del marqués de Torre Hoyos, la de Pascual Diaz Granados y la de Francisca Martinez, evidencian que la ganaderfa era la principal actividad econémica de las haciendas de esta regién. La informacion sobre avaliios realizados a mas de 20 haciendas de estas familias, disponible en el trabajo citado de Hermes Tovar, muestra que el cultivo de cafa sélo era la principal actividad econémica en las haciendas Santa Cruz del Paraiso, de Pascual Diaz Granados, y Santa Cruz de Papares y Santa Rosa de Garabulla, de Francisca Martinez®, Un andlisis del ndimero de esclavos de estas haciendas (en ningiin caso superior a 100)" y del destino de su produccién (venta de miel en los centros urbanos de la regién)'® se constituye enevidencia clara de que su sistema de produccién estaba lejos de parecerse al sistema productivo caracteristico de las islas del Caribe donde se produjeron verdaderas revoluciones del azticar. 4. Explicaciones Como ya ha quedado establecido, el sistema de plantacién azucarera fue un desarrollo tardio en el Caribe espanol y en algunas regiones, como el Caribe colombiano, nunca se desarrollé este sistema de explotacién agricola. Una de las primeras explicaciones de esta dinamica fue dada a finales del siglo XVI por Walter Raleigh, quien manifesto que “donde hay depésitos de oro resulta, en efecto, innecesario recordar que existen otros bienes para comerciar”*. La preferencia por fa extraccién de oro sobre la produccién de otros bienes, evidente en la declaracién de Raleigh, era caracteristica de una época dominada por el metalismo, derivacién del mercantilismo en la que la riqueza de una nacién o reino esta determinada exclusivamente por la cantidad de metal precioso que posea. Esta preferencia por la explotacién de metales preciosos fue evidente desde las primeras décadas de la conquista espafiola de América, cuando muchos espaholes, ante el agotamiento del oro (y la mano de obra) en las recientemente conquistadas islas del Caribe, abandonaron Cuba y La Espafiola en busqueda de los depésitos de oro que las nuevas conquistas en el continente (México y Peri) prometian. La empresa colonizadora espajiola privilegié, entonces, a regiones con abundancia de metales preciosos y mano de obra, mientras que “las regiones escasamente pobladas que carecian de esos Gr metales tendieron a convertirse en zonas marginales que se dejaron a granjeros y criadores de ganado, a misioneros, u otrosestados europeos”’’. Esta tendencia también fue evidente en Brasil durante la ultima década del siglo XVII y las dos primeras décadas del siglo XVIII, cuando el descubrimiento de yacimientos de oro en Minas Gerais, Mato Grosso y Goids generé un flujo migratorio hacia estas zonas y el abandono de otras actividades productivas, entre las cuales debe destacarse el cultivo de caiia®. Efectivamente, la presencia de oro y plata en las colonias espafiolas en América determiné buena parte del proceso de poblamiento y explotacién colonial, un proceso en el que la minerfa era la principal actividad y el comercio tenia como principal objetivo transportar metales preciosos desde las colonias hacia la metrépoli. Este objetivo explica la creacién del sistema de flotas, sistema comercial monopolistico, concebido durante las primeras décadas del siglo XVI y perfeccionado en 1562 por Pedro Menéndez de Avilés, en el que los intercambios comerciales entre metrépoli y colonias se limitaban a dos convoyes anuales que partian desde Sevilla o Cadiz con rumbo a América. El sistema de flotas ha sido descrito por Benitez Rojo como un modelo con las siguientes caracteristicas: “el tréfico entre las Indias y Sevilla se haria en convoyes compuestos por transportes, barcos de guerra y embarcaciones ligeras de reconocimiento y aviso; los ‘embarques de oro y plata sdlo se tomarian en fechas fijas del afto y en un reducido numero de puertos del Caribe (Cartagena, Nombre de Dios, San Juan de Uliia y otros secundarios); se construirfan fortalezas y se destacarfan guarniciones militares no sdlo en estos puertos, sino también en aquéllos que pudieran defender los pasos al Caribe (San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Santiago de Cuba y, en primer término, La Habana); todos estos puertos servirfan de base a escuadrones de patrulla, cuya mision seria barrer de piratas, corsarios y contrabandistas las aguas y los cayos costeros, al tiempo que prestarian servicios de salvamento a las naves de los convoyes que sufrieran percances”*, El sistema de flotas funcioné con la perfeccién del modelo descrito por Benitez Rojo mientras Espafia fue mas poderosa que las demas naciones europeas, es decir durante la segunda mitad del siglo XVI y las primeras dos décadas del siglo XVII. A BE cow sin Plantacién 3) partir de entonces fueron frecuentes los afios en que no partieron flotas hacia el Nuevo Mundo y la cantidad de barcos que componian cada flota dismminuyé de manera constante. Fue durante estos afios de decadencia cuando, de acuerdo con Murdo MacLeod, “la necesitada corona parece haber reservado espacio para la plata y excluido otros productos cuando las flotas eran pequefias e intermitentes. Asi pues, cargamentos como los de cochinilla, anil o aziicar”, que en tiempos de auge acompafiaban a la plata, “se restringieron de manera importante”. Para entender el sistema de flotas, el papel de los metales preciosos en su funcionamiento y la relacion entre este sistema y el tardio desarrollo del sistema de plantacién azucarera en el Caribe espajiol, resulta necesario aclarar que, debido a las restricciones en términos de volumen transportado, que este sistema imponia, sélo tenian cabida en las flotas productos con elevadas relaciones rentabilidad-peso y rentabilidad-volumen. Los metales preciosos siempre cumplieron este requisito. Otro requisito adicional, también cumplido por los metales preciosos, se relaciona con el tiempo del viaje, pues, dado que el recorrido desde el Nuevo Mundo hasta Sevilla podia tardar entre 70 y 130 dias, dependiendo del puerto de partida, los productos transportados debfan ser poco perecederos. Esta restriccién excluia a muchos productos tropicales del sistema de flotas y hacia que los bienes perecederos producidos en Cuba tuvieran mejores perspectivas que los mismos bienes producidos en Nueva Espafia, Nueva Granada o Perti’'. En su conjunto, estas restricciones implicaron que durante los siglos XVI y XVII y la primera mitad del XVIII el sistema de flotas estuviera destinado casi exclusivamente al transporte de metales preciosos del Nuevo Mundo hacia Espafia. Con mayor precision, podria afirmarse que durante el siglo XVI el principal producto transportado fue el oro, que cedié su lugar a la plata durante los siglos XVII y XVIII. Desde la segunda década del siglo XVIII, con Ia llegada de los Borbones al trono espafiol, la corona espajiola inicié un proceso de lenta renovacién que, en términos del sistema de comercio, culminaria con la declaracién del 'comercio libre’ en | 7787. Desde su ascension al trono en 1713, los Borbones se esforzaron por modificar el decadente sistema de flotas y diversificar la composicién de las exportaciones de sus colonias americanas, incluyendo productos tropicales que pudieran generar ingresos a la corona. Pese a estos esfuerzos los metales preciosos, en especial la plata, continuaron constituyendo una amplia mayoria dentro de las exportaciones coloniales. Asi, “en los anos 1717-1778 el metal precioso seguia representando el 77.6 por 100 del valor estimado de ios embarques del Nuevo Mundo registrados en Cadiz, siendo el resto de los cargamentos tabaco, cacao, azticar, indigo y cochinilla. Con la promulgacién del ‘comercio libre’ se aceleré la dindmica de la actividad econémica y 4 : Un Caribe sin Plantacién a las costas e Islas del Caribe produjeron una cosecha mayor atin de productos tropicales. Todavia en la década de 1790 los embarques de metal precioso seguian formando el 60 por 100 del valor de las exportaciones coloniales a la peninsula”, Pese a que los porcentajes de Brading indican que la politica comercial de los Borbones no fue del todo exitosa en su busqueda por diversificar las exportaciones de las colonias espafiolas en América, este nuevo enfoque de politica favorecié el desarrollo de nuevas empresas exportadoras en varias de las colonias espafiolas en América, entre las cuales debe destacarse Ia isla de Cuba donde, desde mediados del siglo XVIII, y con mucha mayor fuerza a partir de la tiltima década de dicho siglo, se inicié la transici6n hacia el sistema de plantacién azucarera basado en mano de obra esclava. A esta transicion, tal como se presento en la seccién 2.2.4, contribuyeron no sélo ef nuevo enfoque de politica comercial espaficla, sino también otros factores como la invasién inglesa de La Habana (1762-1763), la revolucién de Haiti (1791-1803) y la presién ejercida por ‘los llorones cubanos’, un grupo de interés conformado por miembros de la elite cubana, que durante la segunda mitad del siglo XVIII luché efectivamente por lograr que la corona apoyara, mediante incentives tributarios y promulgacion de decretos favorables a sus intereses, la produccién y exportacién de aziicar de Cuba’, Asi, es posible afirmar que en el caso cubano las reformas borbénicas coincidieron con otra serie de hechos que permitieron que esta isla surgiera finalmente como uno de los principales productores de azticar a nivel mundial, posicién que consolidé a lo largo del siglo XIX. A diferencia de Cuba, Nueva Granada y el Caribe colombiano no lograron aprovechar la coyuntura reformista del siglo XVIII para promover una economia exportadora basada en el cultivo de productos tropicales. Tal como lo afirma David Brading, hacia 1790 “en Colombia, el oro cubria el 90 por 100 de las exportaciones, cuyo valor era de 2 millones””. De acuerdo con Aline Helg, “en Nueva Granada, la Corona no apoyé la siembra de cultivos tropicales para exportacién, como lo hizo en Cuba y Venezuela, ni creyé conveniente que este virreinato produjera nada diferente a metales preciosos”, razén por la cual el Caribe colombiano, que no era una regién productora de oro, “se mantuvo, pese a las reformas borbénicas, como una regién marginal para la economia del imperio espajiol””*. Si bien fueron constantes las peticiones de parte de distinguidos miembros de la elite de las provincias de Cartagena y Santa Marta para que la Torona apoyara la implantacién de un modelo similar al de las islas azucareras del Caribe’, estas peticiones no fueron atendidas. & _Un Caribe sin Plantacién a 35) Es dificil establecer claramente las razones que explican esta desatencién, pero puede plantearse que factores de orden politico, social y econémico tienen algo de responsabilidad. Desde el punto de vista politico es posible afirmar, como lo hace Aline Helg, que eventos como “la rebelién de los comuneros en los Andes neogranadinos y la guerra con Gran Bretafa dirigieron la atencién de las autoridades colonials hacia asuntos més urgentes que el crecimiento de la region Caribe””®, Unos afios después, a partir de finales de la primera década del siglo XIX, otro evento politico y social, el inicio de las guerras de independencia impidid que se desarrollara cualquier intento por promover la implantacién de un sistema de plantacién en la regién. La devastacion sufrida por el Caribe colombiano durante estas guerras se constituy6, a lo largo del siglo XIX, en un impedimento para que los nuevos gobiernos republicanos, a menudo enfrentados a enemigos internos que amenazaban su sostenibilidad, estuvieran en condiciones de destinar esfuerzos y recursos al desarrollo de plantaciones en la region”. En cuanto alos factores econémicos debe reconocerse que el azticar que se hubiera producido en ef Caribe colombiano, dificilmente hubiera padido competir con el azicar cubana, pues los | 15 dias que separaban a Cartagena de Sevilla claramente disminuian la rentabilidad de cualquier bien producido en el Caribe colombiano, especialmente si el mismo producto también se podia obtener en un territorio menos alejado. A este respecto MacLeod plantea que “la cafia de azticar, un producto voluminoso que necesitaba un detenido proceso de elaboracién segin los conceptos de !a época, podia, si se plantaba en Cuba, por ejemplo, seguir dando beneficios en Sevilla tras un Viaje de 70 dias, mientras quee si crecia en las tierras bajas de México, cerca de Veracruz, después de un viaje hasta Sevilla de 130 dias era mucho menos probable que fuera rentable”®. Otro aspecto econémico que dlefinitivamente impidié el desarrollo de una economia de plantacién en el Caribe colombiano durante el siglo XVIII fue la dificultad para acceder a mano de obra de la regién, pues los elevados costos de la mano de obra esclava, generados en parte por el reciente auge del sistema de plantacién en Cuba y en parte por la mayor rentabilidad del negocio de extraccién de oro en e! sur-occidente colombiano, y la ausencia de poblacién indigena para explotar en actividades agricolas impedian a los potenciales plantadores contar con la mano de cobra necesaria para poner en funcicnamiento una plantacién azucarera. De hecho, desde el punto de vista econémico, el cultivo de cajia de azticar y la produccién y comercializacién de sus derivados, no slo no pudieron enfocarse hacia mercados internacionales, sino que, afinales del siglo XVIII, gracias ala implementacién de decretos que permitieron la importacién de aguardientes catalanes y cubanos, dejaron de ser importantes, incluso, para el abastecimiento de los mercados locales". (36 Un Caribe sin Plantacién B Conclusiones Los arreglos institucionales, entendidos como la forma en que Espafia gobernaba sus colonias y los mecanismos que los habitantes de éstas encontraron para hacer llegar sus reclamos y peticiones ala corona, asi como las condiciones de mercado que regian las relaciones econémicas entre Europa y sus colonias en América, afectaron decididamente el desarrollo de las economias de plantacién en los diferentes territorios del Caribe espaiiol. La presencia de metales preciosos en los territorios colonizados por Espafia también determiné las diferencias entre los modelos de asentamiento y colonizacién de Esparia y las demas naciones europeas que hicieron presencia en el Nuevo Mundo; diferencias que, como lo mostré el presente articulo, son evidentes en el desarrollo del sistema de plantacién. Sibien, este articulo no indagé sobre posibles aspectos relacionados con la dotacién natural de factores del Caribe colombiano, que podrian erigirse como impedimentos para el desarrollo de plantaciones en esta region, el andlisis presentado en torno a la cronologia de la plantacién en el Caribe, permite concluir que, mas allé de posibles restricciones de tipo ambiental y climaticas, la politica imperial espafiola, especialmente su preferencia por los metales preciosos y el sistema de intercambios que regulé el comercio con sus colonias, jug6 un papel fundamental en la ausencia de plantaciones ‘en el Caribe colombiano. La politica imperial espariola, asimismo, determiné, en gran medida, el momento en que sus colonias en el Caribe insular hicieron la transici6n hacia este sistema productivo. La ausencia de plantacién en el Caribe colombiano no debe, sin embargo, invitar a pensar que esta region no debe ser considerada parte del Caribe. Por el contrario, él presente articulo, al mostrar que la forma de explotacién agricola que caracteriz6 a estaregién, difiere enormemente de la que se expandié por lasslas caribefias, pretende promover la biisqueda de nuevas interpretaciones regionals que contribuyan a mejorar el entendimiento del Caribe a través de las diferentes formas de interaccién que, durante la colonia, existieron entre los diferentes territorios, tanto espafoles como no espaiioles, que constituyen el espacio geogréfico y econémico del Caribe. ‘Los autores agradecen los aportes brindados, en conversaciones © por via electrénica, por Aline Helg (Suiza), Carlos Figueroa (Cuba), Fabio Zambrano (Colombia), Gerardo Gonzalez (Puerto Rico), Humberto Garcia (Puerto Rico), Jean Stubbs (Inglaterra), Maria Teresa Ripoll (Colombia), ‘Olga Portuondo (Cuba), Pedro Sanmiguel (Puerto Rico) y Roberto Cassa (Repiblica Dominicana). ‘Tambien agradecen los comentarios realizados por Linda Newson (Inglaterra) ' Segtin Gerhard Sandner, “el problema de la delimitacién y la definicién del Caribe aparece como ea _Un Caribe sin Plantacion _ 37) Fito inicial en todos los estudios que se dedican a esta region’, en Antillas, Indias Occidentales, Caribe: Terminologia, elimitaciones, definiciones. Traduecién al espafiol de un texto del autor publicado ‘en Hamburgo en 1980. La traduccion fue realizada por el mismo autor. Antonio Benitez Rojo, La isla que se repite (Barcelona: Casiopea, 1998), pp. 55 y 57. Benitez Rojo define al Caribe como una region “caracterizada por su importancia comercial y militar, por el pluralismo lingiistico y etnolégico, y por el cardcter repetitivo de la plantacion’” Eric Wolf y Sydney Mintz, ‘Haciendas y plantaciones en Mesoamérica y las Antillas’, en Enrique Florescano (coordinador), Haciendas, latifundias y plantaciones en América Latina (México, Espafia y ‘Argentina: Siglo Veintiuno Editores, 1975), pp. 493-531. Benitez Rojo, op. cit. p. 24. Ibid., pp. 56-57. Ibid., p. 57. Enel istado de pafses no se incluye la costa venezotana, pues e! desarrollo de la agricultura de cacao en el siglo XVIII en esta regién puede considerarse como un sistema de plantacién Adolfo Meisel Roca, “Situado 0 contrabando?: La base econémica de Cartagena de Indias y el Caribe neogranadino a fines del Siglo de las Luces’, en Haroldo Calvo Stevenson y Adolfo Meise! Roca (eds.), Cartagena de Indias en el siglo XVIII (Cartagena: Banco de la Republica, 2005), pp. 61-124. Diversos autores han utilizado el enfoque de dotacién natural de factores vs. insttuciones para explicar el desarrollo de regiones determinadas. La comparacién entre las diferentes sendas de desarrollo tomadas por Latinoamérica y Estados Unidos ha sito una de las éreas de estudio que mas exitosamente ha explotado este enfoque. Ver Stanley Engermann y Kenneth Sokoloff, ‘Factor Endowments, Inequality, and Paths of Development among New World Economies’, National Bureau of Economic Research, Working Paper 9259, Cambridge, MA, Octubre de 2002, y Douglas North, William Summerhill y Barry Weingast, ‘Order, Disorder and Economic Change: Latin America vs. North America’, en Bruce Bueno de Mesquita y Hilton Root (eds.), Governing for Prosperity (Yale University Press, 2002), Meisel, op. cit., p. 113. Wolf y Mintz, op. cit. Ibid., p. 493, Antonio Benitez Rojo, op. cit, p. 79. Stuart Schwartz, ‘Introduction’, en Stuart Schwartz (ed.), Tropical Babylons. Sugar and the Making of the Atlantic World, 1450-1680 (Chapel Hill y Londres: The University of North Carolina Press, 2004), p. 7. B. W. Higman, ‘The Sugar Revolution’, Economic History Review 53:2 (2000), p. 213. Benitez Rojo define ‘plantacién’ como cualquier establecimiento agricola y 'Plantacién’ como el sistema de produccién (y las relaciones sociales que surgen en torno a éste) basado en un monocultivo, destinado a la exportacién y dependiente mayoritariamente de la mano de obra esclava. Ver Benitez Rojo, op. cit., pp. 49-106. Por encomienda se entiende la entrega de indigenas a un individu, el cual adquiria, por un lado el derecho a obtener tributos y, hasta la promulgacién de las Nuevas Leyes en 1542, servicios laborales de sus indios encomendados y, por otro lado, el deber de cristianizarlos y protegerlos. Por repartimiento se entiende la entrega de un grupo de indiosa un individuo por un tiempo determinado, con el fin de que los indigenas realicen labores especificas. La temporalidad y la propiedad de la mano de obra son las diferencias fundamentales entre los dos sistemas. Mientras que la encomienda suponia una entrega perpetua de los indigenas al encomendero (por lo tanto el encomendero era duefio de los indigenas), el carécter temporal del repartimiento implicaba que los indigenas 1no eran propiedad de ningiin individuo y que la Corona directamente tenia e! control de la mano de obra. Para una extensa discusién de la encomienda, el repartimiento y otros sistemas de trabajo z % forzado en el continente americano, ver Charles Gibson, Spain in America (Nueva York: Harper TTorchbooks, 1966), Rabert Keith, ‘Encomienda, Hacienda and Corregimiento’, Hispanic American Hiscorical Review, vol. 51 (1971), pp. 431-46, James Lockhart, 'Encomienda and Hacienda: The Evolution of the Great Estate in the Spanish Indies’, Hispanic American Historical Review, vol. 49 (1969), pp. 411-29 y Magnus Mérner, The Spanish American Hacienda: A Survey of Recent: Research and Debate’, Hispanic American Historical Review, vol. 53 (1973), pp. 183-216. La informacion presentada en el cuadro resume los planteamientos de Mintz y Wolf. Ver Wolf y Mintz, op. cit., pp. 501-22. ‘Alejandro de ta Fuente, ‘Sugar Economy in Early Colonial Cuba’, en Stuart Schwartz (ed.), op. cit. pp. 115y 116. Erie Willams, From Columbus to Castro, The History of the Caribbean (Nueva York: Vintage Books, 1984), p. 25. ‘William Philips Jr, Sugar in Iberia’, en Stuart Schwartz (ed.), op. cit.,p. 32. Ibid,, pp. 34-38. Ver también Sydney Mintz, Dulzura y poder. El lugar del azticar en la historia moderna (México: Siglo Veintiuno Editores, 1996), p. 59. Debe aclararse que, sibien los grandes productores de aziicar en el Nuevo Mundo a lo largo de los siglos XVII y XVIli fueron Brasil y las colonias inglesas y francesas en el Caribe, e! azticar producida en territorios dominados por los espafoles (especialmente en Cuba y La Espanola en los siglos XVI y XVII), contribuy6 también, pese a sus limitadas cantidades, ala decadencia y desaparicién de los cultivos de azticar en la Peninsula Ibérica. Mintz, op. cit, p. 55. Para una detallada narracién de la economia azucarera de las Islas Madeira y Canarias ver Alberto Vieira, ‘Sugar Islands, The Sugar Economy of Madeira and the Canaries, 1450-1650, en Stuart Schwartz, op. cit, pp. 42-84. Mervyn Ratekin. “The Early Sugar Industry in Espafola’, Hispanic American Historical Review 34:1 (1954), p. 5. De acuerdo con Ratekin, entre 1493 y 1514 la poblacién indigena de La Espaiiola descendié de cerca de medio millén de habitantes a tan sélo 32.000. Genaro Rodriguez Morel, ‘The Economy of Espafiola in the Sixteenth Century’, en Stuart Schwartz, op. cit, p. 90. Ibid., pp. 90-92; Ratekin, op. cit, p. II Rodriguez Morel, op. cit., pp. 107-109. De la Fuente, op. cit, p. 116. Ibid. p. 119. Ibid. p. 121 Ibid. pp. 124-25. Para una narracion detallada de la economia azucarera de Brasil en los siglos XVI y XVII ver Stuart Schwartz, ‘A Commonwealth within Itself. The Early Brazilian Sugar Industry, 1550-1670’, en Stuart Schwartz (ed.), op. cit., pp. 158-200 y Stuart Schwartz, Sugar Plantations in the Formation of Brazilian Society: Bahia, 1550-1835 (Nueva York: Cambridge University Press, 1985). Richard Dunn, Sugar and Slaves. The Rise of the Planter Class in the English West Indies, 1624-1713 (Chapel Hill: The University of North Carolina Press, 2000), p. 62. En relacion con el mercado debe mencionarse que desde mediados de! siglo XVII el azticar inicié su transicién de bien de Iujo ‘bien de consumio masivo. Este punto es importante, pues los productores de azticar de La Espafiola y Cuba en los siglos XVI y XVII no alcanzaron a experimentar este primer boom en la demanda de aziicar, lo cual repercutié directamence en la répida caida de la produccién azucarera en el Caribe espafiol. Ibid. p. 67. John, J. McCusker y Russell R. Menard, 'The Sugar Industry in the Seventeenth Century. A New Perspective on the Barbadian “Sugar Revolution”, en Stuart Schwartz (ed.), op. cit, p. 293. Cifras, _Un Caribe sin Plantacién a & Un Caribe sin Plantacién 39) presentadas por B. W. Higman muestran la misma tendencia: de una poblacién de 46 mill habitantes, fen la que 40 mil eran blancos (1645), Barbados pasé a tener una poblacién cle 66 mil habitantes, de Jos cuales 46 mil eran esclavos africanos (1685). B.W. Higman, "The Making of the Sugar Revolution’, ‘en Alvin o. Thompson (ed.), In the Shadow of the Plantation. Caribbean History and Legacy (Kingston: fan Randle Publishers, 2002), pp. 45-47. Franklin Knight, The Caribbean, The Genesis of a Fragmented Nationalism (Nueva York: Oxford University Press, 1990), p. 112. Dunn, op. cit, p.59. Ibid., pp. 120-123. Durante la segunda mitad del siglo XVII y los primeros afios del siglo XVI ingleses y franceses ‘estuvieron en guerra en al menos tres ocasiones entre 1665 y 1667, entre 1689 y 1697 y entre W702 y 1713 Dunn, op. cit, p. 123. |. H. Parry y R. Sherlock, A Short History of the West Indies (Londres: MacMillan, 1976), p. 77. Dunn, op .cit. p. 140. Ibid., p. 117. Ibid., p. 150 Ibid., p. 17 Ibid., p. 165. Para el dato de Martinica ver Parry y Sherlock, op. cit., p70; para la informacién de Guadalupe ver Knight, The Caribbean, p. 365. “Todos los datos, excepto el de 1687 son de Knight, The Caribbean, p. 365; el dato de esclavos en 1687 es de Parry y Sherlock, op. cit, p. 70. Knight, The Caribbean, p. 370. Franklin Knight, ‘Origins of Wealth and the Sugar Revolution in Cuba, 1750-1850’, Hispanic American Historical Review 57:2 (1977), p. 232 Juan Carlos Caravaglia y Juan Marchena, América Latina de los origenes a la independencia. 1. La sociedad colonial ibérica en el siglo XVIll (Barcelona: Editorial Critica, 2005), pp. 170-171 De acuerdo con Manuel Moreno Fraginals, Cuba reunia las condiciones para el desarrollo de la plantacién: “a. Tierras fértiles, de facil explotacién, situadas cerca a la costa, con facil acceso a los puertos de embarque; b. Bosques que proporcionaban maderas de gran calidad para a construccién de trapiches, carretas e implementos, y para levantar el conjunto de edificios requeridos, aparte de suministrar combustible -lefia- durante toda la zafra; c. ganado abundante para alimentar esclavos y tirar del trapiche y las carretas”. Ver Moreno Fraginals, El Ingenio, complejo econémico y social cubano del aziicar (Barcelona: Editorial Critica, 2001), p. 41 Caravagiiay Marchena, op. cit. p. 170. Knight, Origins, p. 233. Caravaglia y Marchena, op. cit., pp. 234 y 236. Philip Curtin, The Atlantic Slave Trade. A Census (Madison: The University of Wisconsin Press, 1969) Hermes Tovar Pinzén, Hacienda colonial y formacién social (Barcelona: Sendai Ediciones, 1988), p. 28 Ibid., pp. 91, 93 y 72-87. Ibid,, pp. 111 Ibid., pp. 115. Wolf y Mintz, op. cit., pp. 503-504 y SIS. Tovar Pinzén, op. cit. pp. 264-272. Ibid. pp. 52 y 270-272. Ibid., p. 236

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