76182-Text de L'article-98721-1-10-20080117

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LAS FASES DECISIVAS DEL DESARROLLO DE LA FILOSOFIA DE HUSSERL Walter Biemel The present article aims to facilitate a genetic comprehension of HussERt’s phenomenology and, through the decisive stages of his thought, insists in those less known and clearly genetic in his development. Thus the phase of the Begriff der Zahl and Philosophie der Arithmetik shows besides the “real stimulation of all the philosophy of HUSSERL”, which is the explanation of fundamental concepts, the principal husserlian and phenomenological fundamentals of the analysis of conscience, with the ideas already in nice of production, reflexion and constitution. The transition of themathic fundamental mathemathic to the themathic logic of the Logische Untersuchungen is the object of explicit consideration by the author, In this latest work he appreciates precisely the cristalization of a phase in Hussert’s thought, characterized by its definite removal from introspective phychology. In the course of time it will appear the other classical elements of phe- nomenology —the analysis of conscience, the doctrine of autoconstitution, and the general doctrine of the reduction’ and analysis of the experience on the vital world (lebenswelt)— which permited HUSSERL to present them in the celebrated article of Logos. The ulterior phase is studied afterwards and principally from the point of view of the husserlian inquiry of a «basic first philosophy». It takes from in Ideen and the Méditations Cartéstennes. With the work on the crisis of the European sciences the author sees «new universe universey in HUSSERL’s thought. The advanced age of HusseRL in that moment left thjs lait stage just in a mere begining. Vorliegender Artikel beabsichtigt ein entstehungsgemaesses Verstaendnis der Phaenomenologie HUSSERLS zu vermitteln und verweilt bei der Uebers- chau der entscheindenden Entwicke lungsstufen des husserlschen Gedankens Konsequent bei den einerseits zwar weniger bekannten Phasen, die aber andererseits mehr ausgesprochen entscheidende Merkmale als Momente der Blue te aufweisen. So, zu Beginn die Stufe des Begriffs der Zahl und der Philosophie der Arithmetik. In dieser sieht der Verfasser bereits, abgesehen von der “wahr- haftigen Anregung von allem Philosophieren Husseris”, das de Klaerung grundlegender Begriffe ist, den Grundsatz Husserus und das grundlegende phaenomenologische Prinzip der Analyse des Bewusstseins mit den bereits latenten Begriffen von Leistung, betrachtender Vertiefung und Wesensbest- immung. Der Uebergang von der mathematisch-grundlegenden Thematik zur_lo- gischen Thematik der Logischen Untersuchungen ist Gegenstand ausdriick- licher Betrachtung seitens des Verfassers. In diesem letztsenannten Werk bewertet er das Reifen einer Stufe des husserlschen:Gedankens, die durch sein endgueltiges Abruecken von der Ausuebung introspektiven Psychologierens. Mit den Kursen ueber die Zeit, vom Jahre 1904, und ueber das Ding, vom Jahre 1907, waeren letzten Endes alle uebrigen klassischen Grund- begriffe der Phaenomenologie gegeben —die Analyse des Bewusseeins, die Lehre von dessen eigener Begriffsbestimmung, die allgemeine Doktrin der 6 Walter Biemel betrachtenden Vertiefung und die Analyse der Erfahrungs— oder Lebens- welt —was es HUSSERL ermoeglicht, in dem beruehmten Logos— Artikel (Philosophie als strenge Wissenschaft) seinen Gedanken “wie einen Block” hinzustellen, Die spaetere Phase wird kurz betrachtet und haup saechlich vom Ges- ichtspunkte des Suchens Husseris nach einer “primaeren Philosophie”. Der in Frage stehende Zeitabschnitt nimmt in Ideen und in den Cartesiamischen Meditationen Gestalt an, Mit der Arbeit ueber die Krisis der europaeischen Wissenschaften sieht der Verfasser schliesslich ein “neues Universum” des husserlschen Gedan- kens erstehen. Das vorgerueckte Alter HUSSERLS zu jenem Zeitpunkt mag der Grund dafuer sein, dass diese letzte Phase lediglich ein Beginn geblieben ist. El pretender mostrar las fases decisivas del filosofar de HUSSERL, es empresa demasiado presuntuosa. Ella presupone en efecto, un conocimiento de aquello a que en ultimo término aspi- raba el pensamiento de HUSSERL. Presupone, pues, no sélo que seamos capaces de repetir la marcha del pensamiento de HUSSERL, sino también que podamos decir, poniéndonos en su lugar, cual fue la secreta intencién que animé todo su pensamiento, soste- niéndolo y dandole el impulso suficiente para que no se paralizaré jamas y se encontrard al final del camino, precisamente, en un nuevo principio. No podemos empero sostener todas esas pretensiones: sea depuesta esta confesién desde el primer momento. El titulo de nuestra exposicién deberia ser pues formulado en forma m4s mo- desta. Del modo siguiente, por ejemplo: &Cudles son los estadios del desarrollo de la filosoffa de HUSSERL que me resultan perso- nalmente mas importantes? Pero tal tema tendria en cambio es- caso interés, pues HUSSERL, de acuerdo con el pathos de su pen- samiento, habria dado muy poco valor a lo que resulta decisivo para un individuo particular, y lo habria considerado como cosa accidental. Si pues tampoco esa solucién es viable, ¢qué nos queda en de- finitiva? Un intento todavia mucho mds modesto. A saber, el de mostrar un desarrollo conexo en el filosofar de HUSSERL, intere- sdndonos especialmente por la génesis de su filosofar, sin intentar pues dar en cada fase una visién de todo el conjunto, sino la- mando precisamente la atencién sobre aquello que en esa fase se modifica, o sobre lo que ella aporta, desarrollando y trasforman- do asi su filosofar. Sin duda seguird siendo discutible si aquello que se subraya como proceso de desarrollo de su filosofar es de hecho lo decisivo, es decir, aquello por lo cual ha ejercido HUSSERL su accién verdadera, aquello por lo que hoy —en el momento eri Las fases decisivas del desarrollo de la filosofia de Husserl 7 que nos acercamos al centenario de su nacimiento — se nos man- tiene como un pensador contempordneo. No es cosa sin importancia el enunciar todas esas prevencio- nes, pues se trata de no suscitar la impresién de que se intenta prescribir, por asi decirlo, el modo cémo HuSSERL debe ser en- tendido. Eso est4 lejos de nuestra intencién. Ningin auténtico filésofo discurre por un solo rail, ni se deja limitar y fijar por una interpretacién determinada. Esta interpretacién es cosa que s6lo puede intentarse con filésofos limitados. Pero todavia hay que hacer, para terminar, una ultima pre- vencién, incluso corriendo el riesgo de que tenga un efecto decep- cionante. La exposicién siguiente no constituye una interpretacién en sentido riguroso. Pues toda interpretacién exige discusién, exige la tensién de la distancia, la lucha sobre aquello que nos ha- pla como lo propio del filésofo. Exige también el fecundo didlogo, en el que no sélo el filésofo toma la palabra, sino también que le pone preguntas. Exige también el seguir pensando el pensar del filésofo, asumiendo el riesgo de violentarlo, de hacerle injusticia, de exagerar en buen o en mal sentido. A todo ello empero se re- nunciaré aqui. Pero, ;va a quedar entonces alguna cosa por ha- cer? Ciertamente — a saber, el intento, que propiamente debe pre- ceder a toda interpretacién, de permitir que el pensador se ex~ prese por si mismo en nuestro mostrarle. Pero la cosa no es tan sencilla: no se trata de dejar que el filésofo empiece por mostrarse para luego iniciar la interpreta- cién, el didlogo con él. La exposicién es siempre necesariamente una especie de seleccién, y por tanto también una violentaci6n. &Qué es lo que tiene que servir de criterio para la exposicién? El hecho de que en el desarrollo del filosofar se pondr4 de manifiesto Ja existencia de un rasgo unitario, un rasgo que no consiste en la pura enumeracién de hechos, sino més bien en la circunstancia de que los hechos pierden su factividad y se revelan como necesidad. Si conseguimos mostrar algo de esa naturaleza habremos halla- do algo asi como un hilo conductor. Hay que afiadir empero a renglén seguido que no se trata de presentar la pretensién de que ese hilo conductor sea el nico correcto, ni menos el decisivo. 4Cémo se justifica la pretensién de ser un hilo conductor? Por el hecho de que permita ver el proceso o desarrollo como un todo. Al principio, naturalmente, sdlo de un modo esquematico, simpli- ficador y empobrecedor. Pero cuando el hilo se convierte en lazo que une el todo y otorga a cada lugar su justificacién en ese todo, conseguimos propiamente la justificacién concreta del hilo conductor. Acaso se encuentre especialmente justificado un intento de esa naturaleza cuando se refiere a HUSSERL, pues ocurre general- mente con él que se toma un elemento cualquiera de su filosofar para intentar una discusién general. Sdlo en rarisimos casos se 8 Walter Biemel realiza el esfuerzo de concebir sus pensamientos en su origen, lo que significa cuestionarlos sobre su interna consecuencia y some- terlos a juicio. El propio HUSSERL, por cierto, ha dificultado esa comprensi6n, al dar siempre a sus escritos la apariencia de todos cerrados, que no exigieran mirar hacia atrds ni hacia adelante para ser comprendidos, por contener en el fondo todo lo esencial (sin que ello excluya ciertos complementos). Asi por ejemplo pa- rece haberle disgustado que en los afios veinte se le presentaran interpretaciones de las Logische Untersuchungen. En cierto sen- tido, las Logische Untersuchungen habian sido para él elimina- das, por estar superadas por otros escritos. En la lectura habia que atenerse a esta produccién posterior. Por otra parte encon- tramos también el notable fenémeno de que HUSSERL empieza a interpretarse a si mismo y a dar cuenta de su desarrollo. EI presente ensayo puede apelar al propio HUSSERL, y a su exigencia de una fenomenologia genética que no sélo investigue las estructuras significativas dadas, sino también su propio ori- gen. La consideracién genética de la fenomenologia arroja acaso luz sobre su verdadera intencién. (Sea dicho por adelantado que el desarrollo del pensamiento de HUSSERL hasta la constitucién de la fenomenologia viene tratado mds detalladamente que la fase que empieza con esa constitucién). La fenomenologia ha crecido tan complejamente desde la épo- ea de su nacimiento — casi me atreverfa a decir: ha proliferado tan abundantemente — que hoy dia casi todo el mundo puede en- contrar algo para su uso en esa selva virgen fenomenolégica, sin traicionar por ello a la fenomenologia: atendiéndose a su letra y sin serle infiel. Pero precisamente esa complejidad de su des- arrollo nos aconseja meditar, en base a una consideracién gené- tica, sobre aquello que fue la intencién originaria de HUSSERL, y sobre su posterior despliegue. Pues no ha ocurrido naturalmen- te que la fenomenologia naciera de golpe de la cabeza de HUSSERL, ya con armas y divisas, sino que mas bien ha tenido lugar un avance progresivo del filésofo hasta ella. Para perseguir la génesis de la fenomenologia hay que re- montarse bastante atrds, a saber, hasta el trabajo de HUSSERL Philosophie der Arithmetik, de 1891, o hasta la edicién, todavia anterior, del primer capitulo de ese libro en su primera redac- cién, aparecida en el afio 1887 con el titulo de Uber den Begriff der Zahl. En el prélogo de esa obra se dice, como justificacién de la in- tencién de su autor de trabajar sobre el concepto numero: “...des- de que la nueva légica, al contrario de la antigua, ha visto su verdadera tarea como la tarea de una disciplina prdctica (de una teoria del.arte del recto juzgar), aspirando, como a su fin mds sefialado, a una teoria general del método de las ciencias, ha encontrado numerosas y urgentes ocasiones para dedicar su aten- Las fases decisivas del decatrolio dé’ la filosofta de Husserl 9 cién especial a las cuestiones relativas al cardcter de los métodos mateméaticos y a la naturaleza légica de sus conceptos y teore- mas o principios fundamentales (1). A continuacién indica que también la nueva sicologia se ha dedicado a ese tema, poniéndose principalmente como tarea el estudio del “origen sicolégico de las representaciones de espacio, tiempo, numero, continuo”, v acepta como evidente que “también los resultados de ésta (de la sicologia), serén de importancia para la metafisica y la légica” (p. 5). No deja de ser interesante el considerar por un momento este punto de partida. El muestra en efecto que inicialmente HUSSERL no partia en absoluto de una inversién o derrocamiento © nueva fundamentacién de la légica y de la sicologia, sino que tomaba Ja justificacién de sus investigaciones de la légica y de la sicologia existentes, cosa tanto menos sorprendente cuando que el texto de que se trata es una Habilitationsschrift (2). Ambas ciencias sobre las que se apoya HUSSERL, la légica y la sicologia, no daban empero el punto de partida para el tipo de la investigacién; HUSSERL lo ve en el hecho de que, tras un perfodo de magnificos descubrimientos y aplicaciones, ha Iegado la hora en la matemética de preguntar por la naturaleza de sus concep- tos fundamentales (3). La pregunta por esos conceptos funda- mentales, o més exactamente, por el concepto fundamental de la aritmética: el ntimero, es pues el estimulo verdadero del filo- sofar de HUSSERL, y ha sido lo que ha puesto en marcha la ava- lancha. Por ello debemos exponer un pensamiento esencial de ese primer trabajo. Es ante todo sorprendente el que HUSSERL intente aclarar el concepto de ntimero por medio de jinvestigaciones sicolégicas. Se podria suponer que a este objeto son mucho més adecuadas dis- cusiones matematicas o légicas. El concepto de niimero y el com- (1) Begriff der Zahl, p. 4. (2)_A. D. OssorNe subraya en su trabajo Edmund Husserl and his logical Investigations, con toda raz6n, la influencia de STUMPF, y especial- mente de su sicologia (p. 41).— V. también sobre este perfodo MARWIN Fa- per, The Foundation of Phenomenology, Harvard 1943. (3) “Sélo mas tarde, cuando fueron explicitadas las consecuencias in mediatas o préximas de los nuevos principios, cuando empezaron a acumu- jarse los errores: producidos por la obscuridad en que se estaba sobre la naturaleza de los procedimientos utilizados y sobre limites de'la segu- yidad de las operaciones, surgié cada vez ms viva, e inaplazable al final, ta necesidad de clarificacién légica, de ordenacién y aseguramiento de lo con- seguido; la necesidad de un andlisis preciso de los conceptos fundamenta- les e intermedios; de claridad légica sobre la interdependencia'de las dis- ciplinas mateméticas, aparentemente desligadas en tal punto, inextricable- mente unidas en. otros...” (Begr, der Zahl, p. 3). 10 Walter Biemel puto, el contar, son considerados como Pprocesos mentales siquicos de los mds sencillos, que deben ser aclarados para poder pasar a los mds complicados (p. 9). La investigacién sobre el concepto de numero se plantea ya pues para analizar un fenémeno originario de pensamientos, para obtener algo asi como la esencia de la conciencia. 4Cémo procede HUSSERL? Aduce ante todo la definicién eucli- diana de numero: “El nimero es una multiplicidad de unidades”. Pero HUSSERL ve inmediatamente que esta definicién no dice ab- solutamente nada mientras el concepto de multiplicidad no se consigue simplemente abstrayendo de los contenidos dados, pues una tal abstraccién no dar& jamds el concepto de multiplicidad, sino atendiendo al modo como elementos particulares se unen en un todo. Esta unién es lo decisivo. Por uniones de la misma espe- cie egamos al decisivo fenémeno de la multiplicidad. Lo impor- tante pues son los modos de unién. HUSSERL lo aclara con otro concepto, el del continuo. De lo que se trata en el continuo es del modo de la unién continua, por ejemplo, la unién punto-linea, momento-duracién, etc. En el caso concreto observamos los ele- mentos, puntos, por ejemplo, y las partes extensas compuestas de momentos, y luego “la unién propiamente de los mismos”. Ha- blando de un continuo, lo importante no es la naturaleza de los elementos (los cuales pueden variar), sino el modo de composi- cién, comin a todos los continuos. Sélo contemplando este modo de unién percibimos lo caracterfstico de los continuos. Pero este modo de unién no se nos muestra en la percepcién inmediata del dato que se ofrece, sino en la reflexién sobre lo que esté presu- puesto en el hecho de que las partes se comporten del modo que es decisivo o caracteristico para un continuo. Para llegar al concepto de una clase de totalidades, es siempre necesario — segiin teoria de HUSSERL — obtener por reflexién el modo como se unen las partes de esa clase para formar el todo, pues el modo de unién de las partes es lo decisivo. 2 Y cuél es el modo de unién que determina nuestro concepto multiplicidad? Husseru dice: la unién colectiva. La unién co- lectiva es frente a los dem4s modos de unién sefialadamente laxa, pero sigue siendo una unién, y su resultado es el concepto de multiplicidad o pluralidad. Para llegar a este concepto es nece- saria una actividad esponténea de la conciencia. Nunca llegare- a por modo pasivo a una cosa como el concepto de multiplici- dad (4). (4) “Podemos reunir contenidos discretos segtin interés o arbitrio, y separar Iuego contenidos de los asi reunidos, o afiadir otros nuevos, Un interés orientado a todos los contenidos, y junto con él y en él un acto de

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