Indice
indice, 5
Introduccién, 9
Historia de li pintura a la acuarela, 11
El estudio, 49
La iluminacion, 51
Muebles y utensilios, 52
Agua cofriente, mueble-mostrador, sillon,
Materiales y utensilios, 55
El caballete, 56
Papel para pintar a la acuarela, 58,
Papel: presentacién, grosores y medidas, 60
Tensado del papel, 61
Colores a la acuarela, 62
Carta de colores a la acuarela, 64
Colores a la acuarela de uso corriente, 66
Colores al témpera (“gouache”), 67
La caja paleta, 68
Humeetantes, goma liquid, barnices, ete., 70
agua, 71
Pinceles para pintar a la acnarela, 72, a
Pinceles: uso y conservacién, 74
Materiales varios, 75.
Estuches para pintar fuera del estudia, 76
El dibujo, base de la acuarela, 77
Cubo, cilindro, esfera, 78
Encajado, dimensiones, proporciones, 80
Luz y sombra: valoraciéa tonal, 82
Dibujo “a mano alzada”, 83
Un ejercicio especial, 84
La perspectiva necesaria, 86
Perspectiva aérea, amésfera, contraste, 91
La norma de Platon, 92
La seeci6n dorada de Vitruvio, 93
Esquemas de composiein, 94
La tercera dimension, 95
La composicién en la prictica, 96
La aguada, antesala de la acuarela, 97
Caracteristicas y semejanzas, 98
Primeros ejercicios pricticos, 99
Técnicas de la acuarela, 103
Pintando a la aguada con dos colores, 108
Ejemplos y posibilidadgs de la aguada, 112
Teoria y prictica de los colores, 113
Primarios, secundarios, terciarios, 114
Colores complementarios, 115
Etcolor de los cuerpos; el color de las sombtas, 116 ‘Coloristas y valoristas, 117
Armonizacién de los colores, 118
Composicién y mezela de colores a la acuarela, 119
Tres colores bisicos, 120
Colores célidos, 121
Colores frios, 124
Colores quebrados, 126
Colores “especiales’
Pintando una acuarela con tres colores, 128
‘Técnica y oficio de la acuarela 131
Acuarela seca/acuarela huimeda, 132
Sintesis, 134
Sintesis e interpretacién, 136
El apunte, 138
La pintura a Ia acuarela en la prictiea, 141
La figura humana, 142
Cielos, 148
Arboles, 152
Pintando un paisaje a la acuarela, 154
Pintando un puerto de mara la acuarela, 160
Pintando una marina a la acuarela, 164
Pintando una ilustracién a fa acuarela, 170
Pintando paisaje a la acuarela, 177
Glosario, 188
Bibliografia, 192EL GRAN LIBRO DE LA ACUARELA
ntroducci6én
{Pintar por aficién, sélo por aficién...?
Bien; de acuerdo. Pero hay aficiones que
no llegan, que no eristalizan, porque no se
toman en serio. {Imagina usted un aficio-
nado a tocar el piano que se sentara ante el
teclado tan s6lo una vez al mes para estu-
iat?
La pintura es como el piano: hay q
tocatlo a menudo; tiene su técnica, su
mecdnica, su oficio: hay que pintar a me-
nudo, Y pintando a la acuarela, mas toda-
via. Es un procedimiento, usted lo sabe,
que exige como ningiin otro una préctica
asidua, un pintar cuantas més veces mejor.
Van Gogh, que era un trabajador incansa-
ble —icerea de 850 cuadros y mas de 1000
dibujos en el ultimo afio de su vida!
citaba complacido una frase del impresio-
nista Whistler sobre la pintura a la acuare-
a: “Si; he pintado ésto en dos horas, pero
he trabajado durante afios para hacerlo en
dos horas”.
Definitivamente, la pintura ala acuarelaes
un arte para aficionados con capacidad y
voluntad de trabajo:
Un arte que ha de ser
aprendido y practicado
Yo he tratado de reunir en este libro todos
los conocimientos necesarios para apren-
der a pintar ala acuarela. He investigado y
escrito, primero, sobre la historia de la
arela, para que usted conociera cudn-
do, quiénes, por qué y cémo pintaron los
primeros acuarelistas, descubriendo por
cierto, algunos antecedentes que —como
el de la Academia de! doctor Monro, en
Londres-, me llenaron realmente de sor-
presa, He reunido todos los datos e image-
s posibles, de todo el mundo, para docu-
mentarle a usted sobre muebles, materia
les y utensilios para pintar a la acuarela,
comentando clases y calidades, opinando
sobre pinceles, colores, papeles, etc. He
dedicado una parte importante de este
libro a explicar con imagenes y ejemplos
practicos, las técnicas habituales en el artis-
ta profesional, desde los diferentes siste-
mas para absorber y restar color, hasta los
diferentes procedimientos para “abrir”
blancos antes o después de pintar, en
huimedo o en seco. He pintado htimedo
sobre himedo y he llevadoal terreno de la
prictica las teorfas del color, proponiendo
una serie de ejercicios practicos, pintando
con sdlo tres colores, probando y compro-
bando que todos los colores de la naturale-
za pueden ser compuestos con sdlo los
tres colores primarios. He aplicado a la
pintura a la acuarela todas las leyes, nor-
mas, experiencias y resultados que yo co-
nozco, después de muchos afios dedic:
dos a la ensefianza de Arte, sobre dibujo,
color, mezclas, composicién, interpreta-
cién, armonizacién; y he realizado final-
mente una serie de demostraciones ~en
algunas de las cuales han colaborado am
g08 mios, primeras firmas de la acuarel
en Espafia-, en las que, paso a paso, se
explica de una manera practica las ense-
fianzas contenidas en el libro.
Es un libro ilustrado con imagenes acti-
vas, que ensefian —450 ilustraciones, en
total; y es un libro para participar, con
ejercicios pricticos para realizar, mezclas
de colores para componer, ensefianzas
téenicas para probar.
iAh, pero hemos de jugar todos! Yo he
hecho todo lo que he podido y sabido:
ahora le toca a usted; no vale decir que noEL GRAN LIBRO DE LA ACUARELA
introduccién
tiene tiempo 0 que no se siente inspirado.
“Esperar la inspiracién es un acto vano
~decia Balzac—. Lo que hay que hacer es
empezar, tomar el material y ensuciarse
las manos”,
Empezar a pintar Mo todo trabajo inte-
lectual, representa siempre un esfuerzo,
“que intentamos retrasar con excusas de
todo orden, desde que el lipiz no es duro,
hasta que la palcta csté sucia”. Si, pero
también es cierto que, casi siempre, a
poco de haber empezado, siente uno la
pasién incontenible de seguir, de trabajar.
Cuando esta pasién se cultiva, se convier-
2 en habito: el habito de trabajar.
Van Gogh adquirié este habito de trabajar
desde el primer dia, con esa pasién que
reflejan sus cuadros:
“Desde que compré mis primeros
colores y utensilios de pintor, he
estado yendo y viniendo, pintando
todo el dia hasta terminar agotado.
No he podido contenerme, no he
podido abstenerme ni dejar de traba-
jar.
Yo espero que este libro le ayude a crear
‘en usted la pasion de pintar a la acuarela.
José M. Parramén
Focenco ewes, “Embar
oro" Colesion del ata,historia
ide la |
pintura a la
i acuarela —
{
“El menor ensayo escrito por
un pintor, haré adelantar la teorfa
del arte, mejor que un millon
de volimenes”’
Sir Joshia Reynolds (1723-92)los origenes
Desde hace 3500 afios los hombres escriben &
ilustran libros.
Primero fue en Egipto donde, a orillas del
Nilo, descubrieron una planta fibrosa llamada
Qperus papirus, con cuya corteza, pegada en
tiras, los egipcios formaban un rollo que llama-
ban volumen. Utilizando estos rollos de papiro,
también llamado papel de Egipto, se escribian
e ilustraban vohimenes sobre ciencia, historia,
magia, religion y, principalmente, los conoci-
dos libros de fos muertos: unos rollos 0 volime-
nes que se enterraban con los muertos para
ayudaries en su viaje al otro mundo, en el que
tendrian que dar cuenta ~al dios Osiris, Juez
de los Muertos-, de lo que hicieron en éste.
Las imagenes de estos voltimenes, Tlamadas
desde entonces miniaturas, eran pintadas con
colores transparentes: los pigmentos prove-
nnjan de sierras para los ocres y Sienas; algunos
jes como el cinabrio para el rojo; la
azurita para el azul; 1a mataquita para el verde:
el oropimente para el amarillo y el reialgar para
el naranja: para el negro usaban madera de
sauce quemada y para e! blanco la tiza de yeso.
Estos pigmentos se aglutinaban con goma
arabiga y clara de huevo y se aplicaban dilui-
dos en agua: eran colores a la acuarela
Casi 1000 aiios después, hacia el 170 antes de
iC, un tal Eumenes Il. rey de Pérgamo,
utiliz6 por primera vez el pergamino —piel de
canero o de cabra, tratada con cal, esquilada y
satinada con piedra pémez—. Las hojas de
pergamino unidas en cuadernillos eran lama-
dos esdices y éstos, a su ver, ligados en varios
pliegues, formaban los libros llamados codex.
Desde entonces se utiliz6 el pergamino para la
confeccién de manuscritos.
Hasta el siglo 1x, tanto en Grecia como en
Roma, en Siria o en Bizancio, la mayoria de
miniaturas eran pintadas con acuarela mezcla
da con blanco de plomo, es decir, con acuarela
opaca. Pero en el citado siglo Ix empieza el
reinado de Carlomagno, emperador de los
carolingios: Carlomagno concede extraordina-
ria importaneia a la creacién de manuscritos y
consigue la colaboracién de buenos artistas;
éstos alternan entonces el uso de la acuarela
‘paca con el dela acuarela transparente, proce-
dimiento que se extiende durante la Baja Edad
Media y aleanza hasta el Renacimiento, duran-
tee! cual la pintura de miniaturas a la acuarela
¢s ya un hecho comin,
Exios son, efectivamente, los origenes.
HISTORIA DE LA PINTURA A LA ACUARELA
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DEAT cyt
siLallonfe thAlberto Durero, de Nuremberg, e! mas grande
delos pintores y grabadores alemanes del siglo
XVI -“ardiente y austero”, como le definié el
pintor Comelius—, escribié durante su vida
(1471-1528) tres libros, realizé més de mil
didujos, casi doscientas cincuenta xilografias.
unos cien grabados en cobre y pinté un total
de ciento ochenta y ocho cuadros, de los
‘cuales ochenta y seis son acuarelas. El primer
euadro conocido de Durero, pintado a los
dieciocho afios, es un paisaje a la acuarela
Extraordinario, éverdad? Nadie o casi nadie
sabe que Durero alternaba la pintura al leo
con la pintura a la acuarela; todo el mundo
‘eonoce pinturas al dleo de Durero, como su
“Autorretrato con guantes” del Musco del
Prado, 0 los famosos “Adan y Eva”, también
en el Prado de Madrid; pero nadie o casi nadie
tiene noticia de acuarelas tan logradas como el
paisaje reproducido en esta pagina.