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1. EL SUJETO LACANIANO.
La imposibilidad de la identidad y
la centralidad de la identificacion
Prolegémenos
Luego de dirigi la atencion del lector hacia los problemas implicados
y las precauciones necesarias en cualquier proyecto de unir la teoria laca-
nniana y la politica (problemas que surgen, por un lado, de las dificulta-
des que implican todos los intentos de reunir el psicoandlisis y lo politi-
co, y por el otro, del status particular de la teoria lacaniana), pero tam
bin de bosquejar algunos de los beneficios que comporta una empresa
semejante ~y después del breve resumen de los contenidos y de la biogra-
fia de Lacan con la que concluyé mi introduccién-, es hora de comenzar
nuestra exploracién de la teoria lacaniana y su relevancia para el anslisis
sociopolitico, especialmente para una teoria de lo politico. Nuestro pun-
to de partida, al cual este primer capitulo esti dedicado, es la concep-
ion lacaniana del sujeto. Un sujeto que por ser esencialmente dividido
y alienado se convierte en el locus de una imposible identidad, el lugar
donde se produce una entera politica de identificacion, Este sujeto es
considerada generalmente como la mayor contribucion de Lacan a la
teoria contemporanea y al andlisis politico.
No hay duda de que el posestructuralismo esta hegemonizando gra-
dual pero firmemente nuestro medio tedrico y cultural (especialmente
fen Jo que concierne a areas como los estudios culturales y Ta teoria s0-
cial), Lacan ha sido aclamado como uno de los pilares de este movimien-
to junto a Jacques Derrida y otros.' Para Sam Weber, “los escritos de
‘Antes de que se fo bawtzara como = Lacan habia sido categoizado como
‘structural Anika Lemmaire en la primera tess doctoral eserta acera de la obra de3 ‘Stes
a
Lacan, junto con los de Derrida, continian siendo hoy, tal vez mis que
nunca, dos de las fuerzas més poderosas que contribuyen a evitar el ais-
Tamiemto y la clausura de la alteridad del lenguaje” y a mantener asi vivo
‘acan, asevera con movable ceteza que “Lacan es un estrcturalsa" (Lemaire, 1977: 1).
‘Unas pocas pginas inde adelante, agregs “Lacan es efecivamente un estructualiss: lo
inconsciente es a estructura oculta debajo de una aparente dsposicion propia consciente
y’licda’ (bid: 7) Diezanos mas tarde, Stephen Frosh promul el veredct final, No solo
Lacan emplea métodos estructuralists, sino que "hace del psicoanaiss una rama del
esiructurlismo, espectficamente, de la lingoistica estructural” (Frosh, 1987- 130). len
‘mente, la totaldad de la empresa lacaniana [ve tnfluenciada por la ingoistca estructural y
‘wanrropologia estructural, No obstame, reduce pscoanalisslcaniano a esas insiancias
‘est lejos de set un paso legtimo. Como ha seh temente Bruce Fink, “mientras
{que la esructur juegn un rol muy importante en la obra de Lacan, no se reduce a ella i
9 oCuTIO €20 en mngin momento del desarollo de Lacan” (Fink, 1995b: 68). La
spropiacion de la teoralacaniana por el posesructualismo muestra jutamente eso. Si
Tacan intenta una “econeeptualizacion de Freud a la luz de fa eoria posestraccuralsta”
(Elliot, 1994: 91, sl influencia de la escuela lacaniana "ha sido sobre Ia “deconstruc-
con (Rustin, 1995: 242), entonces con segutidad no puede ser un mero estructura,
Por otro lado, Ia lctura posestructuralisa de Lacan, al tempo que avala Ie rqueza de sus
teorias, tambien es groceramentereduccionista, Jonathan Culler esta en lo corecto cuando
alirma que “l oposiidn ence estructuralismo ¥ posestructuralismo solamente complica el,
fo de entender estas fgucss principales” (Culler, 1989: 27). Lo que se mostra en las
éginas siguientes ~eo esperamos- es que la teoraLacaniana va mucho mas alla defo que
‘pueden representa estos dos otules: no solo porque Lacan no es, hablandoestriciamente,,
tin filéofo; su punto de part es siempre la praxis del psicoanlisis, de ahi que su teora
fee siempre articulada como una reflexion acevea de la imposibilidad revelada en nuestro
tecuentro con loreal de lt experiencia, un real més alli tanto del esructralsmo como de
ls mayoria de las coments del posestrictralismo, Sobre la relacion de Lacan con el
posestructuralismo, el texto de Zizek "Why Lacan is noc a post-structuralist” continia
‘Sendo indispensable (Zizek, 1987, ambien incorporado en Zizek, 1989: 153-60). Insisir
tn la paticularidad de la empress de Lacan y st diferencia con el esiucturalisma y el
posestructuralismo (ana diferencia que puede basarse en una variedad de puntos, como la
centralidad del concepio de “sujto*, et uso de conceptos como “joussance, 10 “real” y
“Yerdad” y ls complejs juegos del lengusje que Lacan aricula con eles) no significa, por
supuesto, que explorar la elacicn entre Lacan y aeons posestructraista (especialmente
Inobra de Jacques Derrida) no pueda ser una empresa facinant yfructfera y que debe ser
levada a cabo urgentement. En elect, patecicra que ls mayona de ls resistencias a esa
tares extn slendo dejadas de lado lentamente
Un ejemplo de eto es el cambio en la posicion de Dervida vis vis Ia tori lacaniama,
‘Aunque Purveyorof Truth” de Derrida, publicado en fos Pe de los aos setenta, es
lun ensayo a veces injsamente erica, atsbuyendo a Lyeth, entre otras, una serie de
pretensiones de verded rascendentales¢ idealisias, culpables de fonocentrismo (a prior-
‘Gadel habla y la vox por sobre la esevtura, algo que Latan estaba en realidad, euestonan-
‘do ya desde su seminario inedito La Mentfcacgn, de 1961-2, es decir, aun antes de la
publicacion de la erties dle Derrida, afin de contrastaos con la posicion deconstrucio-
risa CAqui hy diseminacion amenaze la ley del significant y dela eastacin tanto como
Leonirato dela verdac,esenbe Derrida; Derrida, 1968, 187), en un aruculo recente,
signiflestivamentetitulado “For the Love of Lacan", el propio Derrida se asocia a un
hhomenaje a Lacen, un Lacan euya “sofiticacion y competencis, su orginalided flssoica,
1 EL SUDETO LACANIANO 3
y activo al posestructuralismo (Weber, 1991: xii). Lo que parece ser la
lea mas interesante detrés de la apropiacion posestructuralista de La-
‘ean, es que Ia teorfa lacaniana puede proveer al posestructuralismo de
‘una nueva concepcién de la subjetividad compatible con sus propios
Fandamentos tedricos. Y aunque para muchos posestructuralistas un pro-
jyecto de esa indole puede parecer contraproducente (desde el momento
en que se supone que el posestructuralismo per defintionem no necesita
‘mas del sujeto), otros lamentan “la ausencia de una adecuada teoria po-
sestructuralista (0 deberia decir pos-posestructuralista) de la subjetivi-
dad” Johnson en Bracher, 1993: 11). El sujeto lacaniano es considerado
‘capaz de llenar esta carencia en la teorizacién posestructuralista.
Esto ocurte no solo con el posestructuralismo. Parece que el sujeto
lacaniano puede Hlenar un gran numero de faltas, y que las faltas prolife-
tan cada vez més a nuestro alrededor (o tal vez hoy estemos més adverti-
dos de su presencia y mas alertas ante su persistencia), Para dar solo unos
pocos ejemplos, y poniendo particular atencion en aquellos que tienen
relevancia politica, Rosalind Coward y John Ellis sefalan que “el sujeto
de Lacan es por esto el nuevo sujeto del materialismo dialéctico... El
éniasis en el lenguaje abre un camino para la elaboracion del sujeto que
demanda el materialismo dialéctico” (Coward y Ellis, 1977: 93). Michele
Barrett, por su parte, afirma que “el psicoandliss ly se refiere principal-
‘mente a Lacan} es el lugar desde el que razonablemente se podria comen-
zat a corregir Ia lamentable falta de atencién puesta en la subjetividad
‘dentro de la teoria marxista de la ideologia” (Barrett, 1991: 118-19, cure
zo denen precedente en la wadicion psicoanatica” (Derrida, 19956: 706). Este trabajo
Feclente,aticulado en tomo a una serie de recuerdos personales de Dersda desu relacion
on Lacan, resume los comentarios presentados en “Purveyor of Truth” pero solo para
‘nega que constituyan una etc tbic: 722) y para resalar que Lacen respondié a ells de
‘Unk manera que lo acered ala deconstrvccidn: “El diseurso de Lacan, siempre sltamente
Sensible todos los movimientos dele escena t6rica~ty quién podria culpario?- nunca
ces6 de reajusarse, incluso de revisa,y a veces de conradeci los axiomas que aeabo de
‘mencionat [ls ettcados en “Purveyor of Truth") El enfasis en a escrvrase hace cada vez
tus fuerte despues de 1968, hasia el punto de invert, muy ‘gramaologicamente’, la
declaracion que cté hace un momento” (ibd. 720). Independientemente de si Derida
tstaba o no en lo cierto 0 des el pensamiento de Lacan evouciond en forms “gramstole
siete anteulo de Derrida abre el camino para una muy necesariadiscusén acerca dela
{lacion entre la deconstrucelém y Ia teors ineaniana. Sebemos que Lacan clenamente no
‘esdenaba este didlogo, como se muestra en su ~no incondicional, por supuesto=eloglo
‘el libro El titulo de la letra de LacovesLabarthe y Nancy (Lacoue-Labarte y Nancy, 1992;
para un andlisis de este bro ver el capitulo cercero del presente volumen). El proto
erida seconoee que, pest de too Ine problemas entre ells. Lacan le dei sempre Ia
‘mayor lierad de interpetacon” (Derrida, 19956: 710). Uns iberead ast debe guia, en el
futuro, el didlogo entre deconstruccion y la teova Iacaniana,a Yon Susans
sivas mias), mientras que Mark Bracher concluye que “la teoria lacaniana
puede brindar la clase de definicién de la subjetividad que necesita la
critica cultural” (Bracher, 1993: 12). Para resumir, la idea nuclear de este
argumento es que Lacan es relevante para el andlisis politico contempo-
tango en razon de su concepcién del sujeto humano, Como Feher-Gure-
vich afirma a propos de la teorfa social: “El enfoque psicoanalitico de
Lacan esta fundado en premisas que estén en agudo contraste con las de
quienes han lievado al fracaso a la alianza entre el psicoanalisis y la teoria
social’, ;Y cudles son estas premisas? “Lacan brinda a la teorfa social una
n del sujeto humano que arroja nueva luz sobre las relaciones entre las
_aspiraciones individuales y los fines sociales” (Feher-Gurevich, 1996: 154).
En términos mas simples, la concepcion lacaniana de la subjetividad
cesta llamada a remediar las deficiencias o “suplementar® -este término no
est utilizado aqui en su més estricto sentido derrideano, aunque un
aroma deconstruccionista no esté enteramente ausente- al posestructura-
lismo, la teoria social, la critica cultural, la teoria de la ideologla, etc.
Pero una accién de esa clase no es una accion reduecionista par excellen-
ce? Aunque nuestro propio enfoque, como sera desarrollado en los capt-
tulos siguientes, se localiza claramente mas alla de una logica de suple-
mentacién, seria injusto considerar al sujeto lacaniano como término de
‘una reduccién inaceptable. Este seria el caso s6lo st la nocién lacaniana
de subjetividad fuera una simple reproduccion de un sujeto esencialista,
de un sujeto articulado en tomno a una sola esencia positiva, transparente
para si misma y totalmente representable en el discurso teérico. Pero este
sujeto esencialista, el sujeto de la tradici6n filosofica humanist el sujeto
cartesiano, o aun el sujeto reduccionista marxista cuya esencia se ident
fica con sus intereses de clase, es justamente lo que ha sido y tiene que
ser cuestionado; no puede ser parte de la solucion porque forma parte
del problema inicial. El sujeto lacaniano esté claramente localizado més
allé de una nocién de la subjetividad tan esencialista y simplista. No solo
es Lacan ‘obviamente el mas distante de aquellos que operan con catego-
ras esencialistas 0 nociones simplistas de causa u origen psiquico” (Ba-
rrett, 1991: 107), sino que el sujeto lacaniano se opone y trasciende radi-
calmente a todas esas tendencias sin, de todos modos, arrojar al bebé
jjunto con el agua sucia, es decir, al locus del sujeto junto con sus formu-
laciones esencialistas.
Para Lacan es “cierto que el cogit esta en el nucleo de ese espejismo
que hace al hombre modemo tan seguro de ser s{ mismo en sus incerti-
dumbres sobre sf mismo” (E: 165), Pero esta fantasia esencialista, que
reduce la subjetividad al ego consciente, ya no puede sostenerse: "Mito
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dela unidad de la personalidad, mito de la sitesi... Todos estos tipos
de organizacién del campo objetivo muesiran a cada momento el ert
do, el descuartizamiento, el desgarr, la negacién de los hechos, el des.
conocimiento.€ la experiencia mas inmediata® (III: 8). Esta claro que el
descubrimiento freudiano del inconsciente, de una instancia que escin-
de al sujeto de toda su tradicién, no puede ser pasado por alte: pone en
relieve algo que esta tradicion debe excluir a fin de sostenerse a st misma,
Como Lacan formula en La cosa frudtana, como resultado del descubri,
miento de Freud el centro verdadero del ser humano no est ya en el
mismo lugar que le asignaba toda una tradicién humanista (E: 114). De
ello se sigue que, para Lacan, cvalquier proyecto de afirmacion de la
autonomia de este ego libre esencialista es igualmente inaceptable: lo que
no es lo mismo, por supuesto, que promover la heteronomifa como un
principio general teoretico o politico: “...) designé como el discurso de
la libertad, esencial al hombre modemo en tanto que estructurado por
cierta concepcién de su autonomia, Indiqué su carécter fundamental.
mente parcial y de parcialidad inexplictable, parcelar, diferenciado y
Brofndamemt deans (ue no debe se confundido conf pst
cosis, pero que, sin embargo, opera} en el mismo hugar” {Il
airma que el descubrimiento de Freud del nconscens eres edd
{que las revoluciones copernicana y darwiniana, ya que éstas dejan intac-
{a la creencia en la identidad entre el sujeto hurmano y el ego consciente
Desde este punto de vista, debemos a Freud la posibilidad de efectuar
una subversgn de esta concepcion del syeto. La subversion del sueto como