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YOINQNODA VUALLIAD AG OGNOd 5 “vous YIN ofopdy ‘oma vavsog Oaavnag 4 g1s¥vf NyAl soupy vaviog ormayy o8ojoq XIX O]81s jp uo vorgueOUne] wAdOd A OWSITVUAaIT CAPITULO 4 Por un objetivo final (la i " i mide primeros liberales: el nacimiento de un proyecto crs nacional epi PHP de gobirno que adopt nacional (Venezuela, 1810-1840) Sobre el tema del ‘fepublicanismo y aca Tomnds Straka 0 sts principios bisieos. Sin embargo, en relaciin con cl fi 14 (1990), pp 854355 "tid pp 390, 355 _mieacla del viejo y nuevo. republicanisme (Cicern, Maquiavelo, Hamilton) con ‘ay ideas iustradas, con las ya mds propiamente iberales de un Bentham, ¢ incluso ‘oon ideas de corte democritica, como veremios. I investigador y fldsofo Luis Castro Leiva vio en esto “la idea politica de Venezuela’: [La] concepcién de érica que hemos creido fundamental, y que de manera desapercibida hoy hemos credo aceptar como ta, fue aquella que se le hizo posible a nuestra couciencia nacional cuando los repiblicos venezolanos pen- saron colectivamente que a libertad politica era una condicién necesaria para Ja adquisicién de la libercad de discurtir en calidad de ciudadanos libres de ‘una Repablica." Era el triunfo de le ecuacién de Guzmin Blanco y de todos los liberales: con- fundir, hasta haceras una sola, las nociones de liberalism, republicanism e in- dependencia (en cuanto etaps fundacional de la Republica y antimonarquia, ¥ tambien en cuanto realizacién como nacién). Gurmén Blanco marcé el inicio de Ja disputa entre los liberaes los que lama aigareas-término que en su tiempo se pecfirig al de conservadores- en 1840, cuando, de la mano de su padre, Antonio Leocadio Guzman (1801-1884), se funds cl Partido Liberal, pero insistié una y 1 el ciclo emancipador. Esa es una aseveracién ‘otra vex en que sus taices estabas sobre la que hay que indagar: Cul era ese liberalismo ya existente en 1840, orga- nizado entonces en el partido fuundado por su padre? REPUBLICANISMO Y LIBERALISMO Testigo de excepeién ~por st eapacidad para observar las cosas y analizarlas, por su actuacin en las primeros¢ deolégicamente mas fetes momentos de la revo- |. por su visor a la ver caraquefo y continental del proceso, Andrés Bello, cn su famoso debate can José Victorino Lastarria de 1844, explicé muy bien el ‘orden en el que fteron aparcciendo las cosas: primero el deseo de independencia y despucs la idea de que la misma habria de redundar en libertad: En las colonias que se conscrvan bajo la dominacién de la madre patria, en las poblaciones de la raza transmigeante fundadora, el espiitu metropolitana debe forzosamemte animar las emanaciones distantes, y hacerlas recibir con docilidad sus leyes cuando pugnan con los intereses locales. Legada la época Lan Cs Ln, So ene tad (Caracas: Ail Bares TUS, 1999). 1. ‘en que éstos se slenten bastante Fuertes para disputar la primacla, no son lames dos ies do ips deci loc lanen sear sda aspiraciones al imperio, dos atleas que pelean con unas mismas armas y por luna misma palma. Tal ha sido el cardcter de la revolucidn hispanoamericana, considerada en su desenvolviniiento espontineo: porque ¢s necesatio distin- Buir en ella dos cosas, la independencia politica y la libertad civil. En nuestra revolucién la libertad era un extranjero que combatia bajo el estandarte de la Independencia, y que ain después de la victoria ha tenide que hacer no poco pata consolidarse y arraigarse..."* En efecto, si bien la idea republicana de libertad (no dependencia, lo que en 1811 significaba que las Américas se gobernasen sols, sin el rey) era distnea de la liberal (no interferencia) no por eso tienen que ser dramsticamente amttéticas: de hhecho, en los iltimos ciento cincuenta afos bésicamente se han tratado de conci liat ambas concepciones con éxito meridiano. Los liberales concluyeron que en un ‘éyimen de connoraciones republicanas (incluso una monarguia constitucional) «ra mas proclive para el desplicgue de reformas liberales que uno aristocritico o despético. Como seals Bello, ellos se fueron metiendo bajo el estandarte de ‘una Repiblica que inicialmente no se pensé liberal. Asi, como sefiala el investi sgador Luis Barrén: analizando concienaudamente los primeros afios de las tepiiblicas hispinicas cn América, se puede ver con claridad que la América espaftola pasé por una capa republicana, igual que Europa y Norteamérica, de la que surgié pos- teriormente el liberalismo para converttse en Ia ideologia hegeménica en la regidn durante ls segunda mitad del siglo XIX." Los ideslogos vencrolanos siguieron este proceso. Pero no es posible com- prendedlos sn dos aspectos que fueron determinantesen la coniguracin desu idearo: a crisis de la sociedad colonial, jalonada de contradicciones econdmicas 1 sociales (de class, de razas)insalvables que estallaron con el colapso del Estado ‘spatiol en 1808 y que pronto desembocaron en una gigantesca guerra civil” y " Ande ao, “vignette st nil do pe ole em Chie’, Obs empl oma 23 (Caracas La Ca de Bello (981) p68, “ Geog H Sin, Hho dee rps tse DE Poe Cla Eoodnic, i, 1972, p49 Sari, “Repent, ime y cn gc en arnt ita de spo XI cn Aoi Ltn’ on ot Amoi Ag Rory Ratt Rj Sond 27 pasts Hepooson rw Msi DIF Fond de Cars tomneafCLDE, 209), p30 fe dnomiin de is ea area onal cobalt pei ue oa 2 fi i Veli n 1830 tp dune el eae epee Rake oe ‘el concurs de una nueva mentalidad moderna que poco a poco fue forjindose shee mediados del siglo XVII" y mediante la cual buscarfan una solucion para _ e804 males. Lo primero nos recuerda que no se trataba de profesores trabajando ‘plicidamence en sus cubfculos, sino de hombres que, en medio de la tormenta ‘esatada ~que en el caso venezolano s6lo es comparable al de Haiti~ y desem- ‘eflando funciones de Estado, buscaban una solucién para volver a meter a la tociedad en un redil, Lo segundo explica la dificultad para clasficar sus ideas de “seyerdo con los parémerros europeos, ya que se trataba de una recepcién no siem- [pte bien lefda 0 cotejada con otras fuentes, hecha por letrados cuya formacién iscursié en parimetros escolasticistas y que a la hora de recibir diversas fuentes ‘modernas tendicron a resemantizarlas de una forma ecléctica y, no pocas veces, ‘ngeniosamente original, como ya lo advictié Leopoldo Zes."” ‘Analicemos al expecto los testimonios de dos pensadores que desde la primera hhora plantearon una solucidn a los males venezolanos desde tna perspectiva libe- ral. El primero, Miguel José Sanz (1756-1814), cuyo texto data de tan temprano ‘como de 1810, no coqueteaba con posturas exlécticas. El segundo, Juan Germéin Roscio (1763-1821), con protagonismo también en aquella primera hora, pero {que escribié sus reflexiones un lustro mis tarde, si mantuvo algo de eclecticismo, sin por exo dejar de serel gran tedrico liberal det momento. Hablemos de San. Apenas depuestas las autoridades metropotitanas, en abil de 1810, y cuando avin se gobernaba la Capitania por una especie de regencia encabezada por una junta ~significavamente titulada “Conservadora de los derechos de Fernando VII", se daba ya un paso en Caracas tan trascendlental en la configuracion de un Estado liberal como el de la adopeién de la libertad de imprenta. Aunque no fue decre- tadz de inmediato (para ello hubo de esperarse 2 la promulgacién “Derechos del Pueblo” el 1 de julio del ato siguiente, yal *Reglamenco de Libertad de Imprenta en Venezuela’, publicado el 25 de juli). si fue ejercida de ficto, En ese contexto de cx scindad, neo desde el pune de via de a eracars inter, y dew coresondicne dnd, ‘ot ede ae om cepts deni de Lay ie ec mieten Somnpendils Geman Carrera Daas, La er de sida colo venecolaa (Caracae Monte Avi 1985).p.7, aac dade 1750 pil que prot el wad de a vic comcepein del nd ‘omen a deteiorase por la ac dl pensamien modeno" las Pao lute Lat mended vere ‘lr dele Ea, 2a. Caracas Hora. 191). 19. “Laconlacién ene riandad y nodernidad, que habra sido posible en el siglo XVI y quehabla Alcarade exes en pebsmientoe com l dele ‘rites patos ya impose em leaps i ee es blo Lani we capaho en letersi ondepemdenca pica dear meta. ‘Gano esque ente ests pueblos, y anes de delaras en pena rebel, se ensaro formas de conc I ei os ue x a ia cab epi eg, Bt et eae, ocioas que Hevaon, inclusive, ska nombre de eee, come exprsion de ee ain de concliacién anes de vere oiadosa tenet que de ence pasado ye irra Leopold Ze, “Anodes Coline", Le lof somo compromn de bri (Caracae: Bites Ayano, 1991). 9.116. fiebre impresora fueron dias de panflews, hajas ueltas, periddicos y hasta de lox primeros libros~, el letrado Sanz, fundador de la Cétedra de Derecho Piblica 4a Universidad (“El Licurgo de Caracas’ sein sus vecinos) establecié el periddico privado del pals, el Semanario de Cantcts, aparecido encte novi de 1810 y julio de 1811, junto a José Domingo Diaz (1772-1834), quien fuese después, cuando esallé la guerra, el gran publicita del rey en Venezuela. La dex lars de independecla puss eitores en aminos distin: Seen i ato cargo de anaes Repablcay Dis como portavr de ls relsas” En ota ode pastn, publi arti de dan deni mientras Sanz s2e6 az por entregas un tratado dle moral republicana que, ef sehicinos, foo como “Politica’. Recogidos por el historiador y biblidgrafa Gases, hoy los encontramos en un volumen bajo l i politica 1 tice dela Independencia ae El tratado de Sanz, en todo lo qt refi fi lo que no se refine especificamente al tepefl yal cnn reseaano,facen una wedlda an radeon ds an sobre lt historia de la sociedad civil (757) de Adam Ferguson. Para los fines de = capitulo, es una muestea cme lo idblogoe de alate liberal dee imer momento, vieron cn la Repiblica bisicamente el entorno ideal para el disfeure de la libertad, a pesar de que ét personalmente hubiese preferido una ‘monarguia constitucional. Aunque no todos ea la ju reuni6 en marzo de 1811, tu I fue la autonomia —como seiialé Bello, el recor fuel para llegar alas de Sane fie rpido: asi lo avestiguan todas las disposiciones legales que se promulgaron. La Constitucién Federal a finales de ese aiio y otras disposiciones en conjunto " tio depatsaleh sistema adoptado por Venema. San, el secretario de aquel Congeso, habia Sido mejory mayor exponents Sus esis marcaron el emtido dees liberalism in. Reunidasde ima my iia pee dine fon en cs, : os primero, que silo bajo el imperio dels lees (y no sein el arbitio de un soberanc) el hombre po se ibe; y segundo, qu solo en un Estado de derecho, donde los podetes eran controlados, a sociedad en su conjunto, ycada ciudadano individulenene, podian viv bres flices: jeje cs a ea pe nc ye go ae ten tame tog ee podacta mis squllineda - penn teem ene ‘Cuando la potestad soberana reside en sin Principe, o en un Senaclo, rare es ‘que no se pretenda gobernar y juagar a disereckin, No hay Magistrado abso~ ‘ito, hereditario, perpetuo, o temporal que no amenace la libertad, y que no jrocure proceder por su capricho en la administracin de la justcia. Somos inclinados naturalmente al despotismo, y slo refiena esta pasion el comra- peso de las auroridades, y cl equilibrio que resulta de una bien combinada Constirucién. [No hay libertad mas segura, respecto de la Nacién y de sus miembros, que lt {que proporcionan los gobiernos mixtos, porque balancedndose el interés del Pueblo con él del Principe, o del Consejo de la nobleza, resulta un sistema favorable al orden y tranquilidad comin. En la rigarosa democracia puede haber ms libertad; pero no tanta seguridad, La ley que se admite en, una asamblea se revoca 0 anula en otra. Se dispensan fécilmente las formas, y bran con més imperio y descaro las pasiones y parcalidades. En los Gobiernos mixtos ls leyes y sus formalidades son de una necesidad indispensable, y por consigaiente estin con mayor seguridad los derechos dlel ciudadano nacional. Fl sibdivo conoce los limites y condiciones de la subordinacién: y el hombre piblico y estadista mide sus operaciones por su responsabilidad, Es deci, el gran métito dal sistema republican -@ mixto- estaba en ser el punto de equilbrio entre el desporismo de los monarcas absolutos y la anarquia cen ka que cacria, tarde o temprano, la demoenacia ala que entiende en el sentido de los antiguos. Era un reflejo de la admiracién por la commonwealth brinica ya presente en Francisco de Miranda (1750-1816) y que pronto se hizo notable 1 Bolivar. De hecho, tanto Miranda ~que asumié la dictadura en 1812 cuando iblici~ como Bolivar ~quien en 1813 se y como también el mismo Sanz on en los “excesos” democriticos y la reaccién realista amenazaba la Re declaré continuador de la dictadura mirandina -entonces mano derecha del Libertador vi federalistas de la Primera Republica la causa del caos. Pero no por eso renunciaron 4 los principios bisicos como la divisién y el control de poderes,o las lberades fanelamentales El otro gran exponence del liberalism inicial ~idedlogo y alto funcionario, de la Primera Repiblica, estrecho colaborador de Bolivar en los dias de la cons- ‘ruccién de Colombia, de la que Hegaria a sr vicepresidence~ fue Juan German Miguel fos Sana, “Pic, Libera y epi ii Somonari de Cans NO 2 de dere se 1810.9. 6 (tied fcr deb Acide Nasal de la Hira, 1959) bres Sombre se inscribe, dberta evans, en amin de los {is penadore liberals hispaneumericanos dea does En 1817, depts de de prisiones y evasiones, publics en Filadelfia el compendio de sus tuno de los rextosfundamentales de la historia intelectual en Venezuela. Const ye, sin lugar a dudas, el més largo, laborado, erudico y medicado alegaco a f de a Independencia de cuantos hicieron sus promotores: El rif del ier sobre el despotisme, En la confesiin de un pecador arrepentido de sus errors politicos, Se trata de un grueso volumen unas quinientas piginas en casi codas sus edie a: de caricterteoldgico-politico, en el que un supuesto “pecador arrepenti> db au ecuerda cho propia biografia mina fn eal funciona de iu Majestad, confesaba sus errores pasados cuando bajo el influjo del pensamiento tradicional considers pecado a la Repiiblica y ala revolucidn, sin saber que el nie ‘60 pecado era precisamente lo contratio: la “idolaria” alos reyes. Desplegando un Sanosimienoprofundo dea tog, evisndo la Bibl, sobre rode el Ancigua Festamento, se lanzé a demostrar que Dios creé al hombre esencialmente libre; {que si algo ensefiaba la historia de Israel era el ejercicio de la soberania popular ‘que por lo anco la Replica era camo o hasta mi valida que la monergquia en ‘cuamto forma de organizacién politica cristiana. Es lo que lamé “el quasi-religioso dogma politico de la sobcrana del pueblo”: primero, habia que insistie en que “es — hombre y a la mujer ~cosa que norablemente recaleé~ libres; que lier ede conneacén individual, como lo demuewa l diac de la = ieee iki ra una especie de gran seredad comercial ala que sui ees pnp es na Dotato de azén y eniquecido con el precioso caudal dela libertad, el hombre ya muliplicado en especie, no se habria comtentado con su estado soitario, ‘Aunque su individual soberania nada wuviese que temer, habria buscado siem- pre la comparifa de sus semejantes; sus inclinaciones sociales no le permit rian sin mucha diffculad abstenerse de esta junta, Ells fueron més urgentes, ‘cuando la experiencia le enseiié estar expuesto su aslado imperioa la violencia de los malos: procura entonces aumentar su poder y si fuerza, asocindose a sus semejantes:y se da el primer paso a la soberania convencional. Se forman on im ic tage wap a ean om fino la culpa y le privé [Dios al hombre] de I - ee lees Le pivas rida def poder que habia revibide dle su hacedor. ‘ten bondi eet keene vince et ‘gue somctid al vari, ps come lo deme See mero de ls de sexo ue han seri Clonal a una Forma especifica de convencién societara que cs fa que anima la mo- ivaci6o individual y colectiva entre los ciudadanos politicamente constituidos’.* Reeditado en México en 1824, 1828 y 1857, EL sriunfo de la libertad... estuvo ‘eae los textos de cabecera de Benito Justez y seguramente aport) arguments para la Reforma.” En Veneauela circu la edicién de 1817, aunque no fue publi- ‘ado nucvamente sino hasta 1953. Jaw en que cada socio pone por capitals aquellas virtues intelectua- ¥y vorporales, que sirven de materia al contrato social; convinigndose no ‘ya de este caudal con toda aquella Franqueza con que lo hacia en ranterior estado. Ahora la voluntad general de los compafieros es la tinica que debe seguirse en la administracién det fondo comin, que resua “We ls entrada de peculios particulares, del edimulo de tantas soberanfas in ‘Viluales. Vivie con plena seguridad en su persona y bienes, mejorar la suerte “Ae sus destinos, es el blanco y término de esta convencidn, Bajo esta precisa Jey. es que cada individuo se hace miembro de la comunidad, y se somete a {s voluntad general de los socios, en que se halla comprendida la suya como parte de este todo." ‘Sus argumentos recuerdan en muchas ocasiones a la teologia politica de los ;ntes norteamericanos, que seguramente leyé (un aspecto de su obra no 6), Sin embargo, siempre discurrid dentro de los pardmetros del catoli- “a dilkima parte del libro sc la dedicé a las tesisiusnaturalistas, populistas Alranicidio y a las viejas idcas pactstasibéricas.” Segiin Castro Leiva, “Roscio \duce las posibilidades concepeusles de su idea de la vireud en direcciin de las bildades pricticas de una Repiblica comercial", describiendo el “paso nacural 4 estado politico al estado civil el exansito de la soberania genéricamente conven Bouivan, s11HFRAL © CONSERVADORE Ahora bien, s alguien reflexion’ sobre el problema de ercar un orden para a liber- ad, fue quien, precisimente teniendo como asesoresa Sanz y a Roscio, se estoras cen llevarlo a la prictica, el Libertador. Las duras expetiencias de los derrumbes de Ia Primera (1811-1812) y Segunda (1813-1814) repiblicas, por la embestida de tid. 99-94-38. eas ain Up SEL prsamient oli police de Juan Geran Rein (Cac a Casa te Andres Bel, 1992); y Nyda Rs Las onions de wn pear arent, an Cem Ra yor sige coir en Venez (Caacas Fond Doria Trpykontaces UCN, 1996) as Lata, Se dens cindadams, pp 43 46. Vane “Plo” de Ange Mijas «Roxio, Obras ome I pp xe LOS PRIMEROS LIMRALIS: VIENRZUELA, 1810-1840 103 {ebeliones mondirquicas, le generaron hondas reflexiones sobre la aplicabilidad de miedo de marizarlos, a la hora de su aplicacidn concreta, con elementos que {as ideas iberales en un entorno como el venezolano y mis atin, sobre la necesidadd ino califican como ‘conservadores”. AS{ las cosas, “las Lineas fundamentales de garantiar, a toda cost, el orden. En el segundo caso tuvieron una ve ‘ny pensamiento.constitucional aceptan sin problemas: el gobierno republicano ‘connotacién de guerra social y racial ~y a cuya vanguardia estaban los Uancros de (por ende el rechazo total a la forma mondrquica), la soberania del pueblo, la {a periferia (“la barharie”, como los llamarén por un siglo, formada entonces por ivisién de los poderes ~inventando, incluso, nuevos poderes-, la libertad cv ‘pueblos seminémadas, de mestizos, indios no transculcurados y esclavos cimarto= Jqualdad legal, la proscripcién de la esclavieud y de los privilegis, la secula nes) alzades contra las cludades crollas de la costa. Lo que algunos han denomi= Wracidn del Esxado..."2" En efecto, al menos sus das grandes proyectos consti nado como su “eaismo politico™ fue, en este sentido, un inten desesperada. Hidlonales, el presemaco en: Angostura en 1819y el que disefié para Bolivia en de garamtzar un minimo de esabilidad para el gobierno libre, indistintamente dé ates is cir tfc cs Coens: sobte sock eal Uliqaedia ‘que su idea de libertad siempre se aereé mis ala cisca que a la moxlerna, Nos Ber reecesepe dire le calllirie ener Verdin pots past dice el historiador Olivars ‘obstante —y act sobresalen las Laiidea de nacién y libertad que se venta gestando en el movimiento emanci Wllsico, lo moderno y lo. que lefa en la particularidad americans pador era muy distnta a la de Bolivar. Este promovia elementos de régimen hie Constant escribid pensando en una monarquia constitucional. A ello Bolivar antiguo: la libertad civil, explica Pagden, para el ejercicio de los derechos. "und su inmensa desconfianza en las virtudes de sus ciudadanos, prescribiéndoles politicos a diferencia de la libertad en sentido moderno, que encaminaba ala “Wn conjunta de contrales ~como ef muy controverrido Poder Moral, fi representatividad y a constituit una repiiblica que sustencaria su legitimidad Mela vida de todos—que los parlamentarios de Angostura y de Caicuta no Y poders a través de process lectores yo que ya mecionamos, la repre I ae Sans neva Inquisci6n”. Conte seats hioriadore Carolina sentatividad para que el ciudadano pueda dedicarse por entero a sus intereses. “40, por “la logibus soluca del ciudadano més virtuoso”. expresada en la presencia privados."* “Yitalicia y el Senado hereditario que propuso, Como observé Guerrero: Su problema de base fue el mismo que todos tuvieron que enfrentar entonces: Bolivar intenta la constitucionalizaciin de la ausencia de rabas para ejercer su 4a conciliacién entre la tradicién republicana y la liberal. Asi las cosas, “Bolivar AAC de tact benefactor de bs. cnal-Arexpacinean pregiiestide coeds vivia entre dos mundos que, en palabras de Frangois-Xavier Guerra, coexistian en vialicio hereditario, al cual aigna el poder de asegurar la conservaci6n de la i: presentaba importantes elementos de la nacién antigua y la nacion moderna, No Repiiblica mediante su facultad de domar la fiereza de los hombres y tem- sabia cémo conjugar su visién de la antigiicdad con ef mundo moderno liberal". plar las pasiones, pero principalmente el poder de contrapesar la autoridad En efecto, “el Libertador intentaba adecuar algiin modelo extraido de la historia juprema de gobierno, De ese medo, la simulinea propuesty congricucional antigua la realidad americana, pero compres c ni siquiera Europa con toda de Bolivar sobre constituir un Ejecutivo con sumo poder dejaria ~al menos su histori, al menos ailo crey, le ficilitaba esta tarea"* de modo que opts por rexéricamente- de ser peligro, debido 2 que, bajo los concroles del Senado, cl camino seguro de lo més conocido, aunque no sin importantes modificaciones. se impediria su derivacién en un poder arbitrario sin limites. No obstante, la ‘de cosecha personal. ‘manera en que el Libertador propone conformar ese Senado vitalicio her Fillo, de tal manera, que orro investigador se atreve a afirmar que “Bolivar fue tario (principalmente co los generales de la Repiiblica sobre los cuales tenia tn liberal ‘sui geners’s no abrazé los principios del libetalismo como dogmas, ni evidente-ascendenee) hace degencrar tal instinucién en un poder influencia- ble por of mismo poder que habia de contrapesar:* * Miguel Huncado Leis “Hollar em la Historia Univeral, Tempo y epi, N® 29:30 (1998), no. Nobo Jie Olvar, “El epjismo eas em Oliva yon, A aomanpue i repli. Incpa iad dessa Prete Nacional (Marcio: Direckin de Cua de la Universidad dl Zi, 1997, p57. Comes nite por acta, Olva bass buen parse de sw ensayo en ol texto de Anthony Pade,“ inal de npr: Simin Bolivar y la Repcs ibrl" en Ryan y ots, 7 deals cme problona (Cartes Monte Avia dion 1992), thi p54 y 50 ‘nn sido extersamentectudldo por Carolin Goer, Libersime y mpulicnime en 1830) Cie Coan: por el Pie Panda (Caracas: rivers Cel de Venez 2005) como plated ens conten Ininosmercano por Bun, "Republicans" Gere, Liberia ypc om Bala (1813-1830. p 366 ‘Los constituyentes no aprobaron ales medidas. A to sumo las publicarom ‘como un anexo a la muy liberal constitucién que se sanciond, para que, alegarom, ‘as fururas generaciones se hiciran un juieio y vieran si en sus tiempos remoto4 ‘staban dadas las circunstancias para su aplicacién, Con todo, el episodio. fue. ‘rascendental para el desarrollo ulterior del liberalismo en Venezuela y Colombla. ‘Aunque basados en principios generales comunes (la soberania popular, la dive sion y control de los podetes, las libertades fundamentales), empezuron a manic festarse dos tendencias contrapuestas: la de aquellos que pondrfan su acento en el orden, y la de los que lo pondrian en la libertad. Tal vez acd es donde encontramos

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