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LICEO UNIVERSIDAD PEDRO DE

GANTE
“LOS PRINCIPALES
PROBLEMAS DE LA PRISIÓN
ACTUAL”
Profesor: Mtra. Elizabeth Abonce Barrera
Alumno: Gómez Zenteno Norma Verónica
Maestría: Extramuros
DERECHO PENITENCIARIO
JUNIO 2021
LOS PRINCIPALES
PROBLEMAS DE LA PRISIÓN

ACTUAL
“La prisión es una tremenda educación en la paciencia y
la perseverancia”
NELSON MANDELA
ÍNDICE

I. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA PRISIÓN ACTUAL

II. LOS PRESOS SIN CONDENA

III. PERSONAL INADECUADO

IV. CARENCIAS MATERIALES

V. LA SOBREPOBLACIÓN

VI. PRISIONALIZACIÓN

ABSTRACT
In 2017, there were 108 homicides in prisons, according to a report by the National Human Rights Commission. Homicides increased during 2017 in prisons in Mexico.
This is observed in the latest National Diagnosis of Penitentiary Supervision, prepared by the National Human Rights Commission (CNDH).
According to his data, in 2017 there were a total of 108 homicides in prisons, a figure higher than the 86 deaths that appear in the same report in 2016.

The diagnosis, which is presented every year, aims to "guide public policies aimed at guaranteeing respect for the human rights of inmates," according to Ruth
Villanueva, third general visitor of the CNDH.

The report concludes that the main problems in Mexico's prisons are related to the separation between the accused and the sentenced, the lack of personnel (both
security and sanitary), addiction prevention or detoxification programs, hygiene, programs labor and training for work and educational and sports activities.

In addition, the CNDH was able to verify how, in many cases, inmates live in overcrowded and overcrowded conditions, "which generates other types of problems that
affect their functioning," the report indicates. Also, in numerous prisons, a lack of prevention and attention to violent incidents was observed, as well as the conditions of
self-government / co-government in which the security officers had problems to prevail over the prisoners.

(Keywords: supervision, diagnosis, overcrowding).

https://expansion.mx/nacional/2018/05/03/homicidios-sobrepoblacion-y-autogobierno-problemas-de-las-carceles-mexicanas

RESUMEN
En 2017 hubo 108 homicidios en las prisiones, de acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Los homicidios aumentaron durante 2017 en las cárceles de México. Así se observa en el último Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, elaborado por la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Según sus datos, en 2017 hubo un total de 108 homicidios en las prisiones, una cifra superior a los 86 muertos que
aparecen en el mismo informe de 2016.

El diagnóstico, que se presenta cada año, tiene por objetivo "orientar las políticas públicas tendentes a garantizar el respeto de los derechos humanos de los internos",
según indicó Ruth Villanueva, tercera visitadora general de la CNDH.

En el informe se concluye que los principales problemas de las cárceles de México están relacionados con la separación entre procesados y sentenciados, la falta de
personal (tanto de seguridad como sanitario), los programas de prevención de adicciones o desintoxicación, la higiene, los programas laborales y de capacitación para el
trabajo y las actividades educativas y deportivas.

Además, la CNDH pudo comprobar cómo, en muchos casos, los reclusos viven en condiciones de hacinamiento y sobrepoblación, "lo que genera otro tipo de
problemáticas que afectan su funcionamiento", indica el informe. También, en numerosos penales se observó una falta de prevención y atención de incidentes violentos,
así como las condiciones de autogobierno/cogobierno en los que los encargados de seguridad tenían problemas para imponerse ante los presos.

(Palabras clave: supervisión, diagnostico, hacinamiento). https://expansion.mx/nacional/2018/05/03/homicidios-sobrepoblacion-y-autogobierno-problemas-de-las-


carceles-mexicanas

INTRODUCCIÓN
La violencia y la impunidad son los principales fenómenos sociales que impiden que en México haya un ejercicio pleno de los
derechos humanos, afirmó Amnistía Internacional (AI) en su informe anual 2017.
Durante 2017 se cometieron 42,583 homicidios dolosos y culposos, destacó la organización en su reporte.
Sin embargo, AI apuntó que la cifra puede ser más alta porque no todos los casos son denunciados.

“La violencia se puede sostener en un Estado que no sanciona, que no llama a cuentas, que no hace visible que hay cosas que
son prohibidas y que hay consecuencias. No son dos elementos excluyentes, son coadyuvantes. La impunidad y la violencia son
dos caras de la misma moneda”.

Este esquema de violencia e impunidad no se ha movido en México desde hace 35 años por lo menos.
“La impunidad da dos mensajes importantes a cualquier ciudadano. El primer mensaje es la debilidad del Estado para
protegerlo, pero el segundo es que en este país puede hacerse cualquier cosa prácticamente sin consecuencia”.

Gran parte de que en México muy pocos delitos sean juzgados tiene que ver con que los funcionarios toman las investigaciones
judiciales como un mero trámite burocrático, y no como un deber jurídico, por lo cual muchas veces la investigación recae en las
víctimas indirectas de delitos, especialmente desaparición forzada y homicidio.

Los responsables de desapariciones forzadas con implicación del Estado y las desapariciones perpetradas por agentes no
estatales también continúan bajo impunidad.
De acuerdo con el registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, se desconoce el paradero de 34,656
personas.
El informe de AI señaló que las detenciones arbitrarias son generalizadas, y que éstas derivaban en otras violaciones de los
derechos humanos, como torturas, malos tratos, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales. No obstante, no hay
cifras oficiales, ya que estos delitos son difícilmente denunciables.
Es necesario que el gobierno federal rompa "el pacto de impunidad" para que acciones como la Ley General contra la Tortura y
la Ley General Contra la Desapariciones Forzadas funcionen y generen confianza en la población.

“La ley de la tortura es la gran oportunidad para que cada persona que sea detenida y llevada a la autoridad no sea torturada,
porque su confesión arrancada bajo tortura no va a servir de nada. Es romper el ciclo de impunidad, romper el elemento de
hacer hechos ilícitos sin responsables. El Estado tiene ante sí una gran oportunidad de generar confianza”.
Recientemente, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentó su Diagnóstico Nacional de Supervisión
Penitenciaria relativo a la situación observada en el año 2019, siendo éste el instrumento propio que se emite para llevar a cabo
la observancia del sistema penitenciario del país, bajo la perspectiva de derechos humanos, verificando las condiciones, dentro
de las cuales viven las personas que se encuentran internas en los centros penitenciarios de México.

 “Con estas cifras se visibilizaron con más detalle las condiciones de reclusión, las necesidades existentes en los centros
penitenciarios, las carencias y las posibilidades de fortalecer un sistema de respeto por los derechos humanos
permanentemente.”
Este Diagnóstico examinó y expuso la situación del sistema penitenciario mexicano, al tenor de los siguientes rubros:

 Primero, aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno (capacidad de alojamiento y población existente,
distribución y separación de internos, servicio para la atención y mantenimiento de la salud, supervisión por parte del
responsable del centro, así como prevención y atención de incidentes violentos).

 Segundo, aspectos que garantizan una estancia digna (existencia de instalaciones suficientes, capacidad de las mismas,
condiciones materiales y de higiene, así como alimentación).

 Tercero, relativo a las condiciones de gobernabilidad (normatividad que rige al centro, personal de seguridad y custodia,
sanciones disciplinarias, autogobierno, actividades ilícitas, así como capacitación del personal).
 Cuarto, reinserción social del interno (integración del expediente, clasificación, comité técnico interdisciplinario,
actividades laborales, de capacitación para el trabajo, educativas y deportivas y vinculación del interno con la sociedad).

 Quinto, sobre los grupos de internos con requerimientos específicos, que lo sitúan en condiciones de vulnerabilidad.
Entre los resultados obtenidos se observaron que 4 estados alcanzaron una calificación mayor a 8 (Querétaro, Tlaxcala,
Coahuila y Guanajuato), 25 obtuvieron una calificación de entre 8 y 6, las tres entidades restantes obtuvieron una calificación
menor a 6 (Veracruz, Guerrero, y Tamaulipas), todo ello en una escala del 1 al 10.

“Las condiciones de los centros específicos para mujeres en general son mejores, al considerar que estos establecimientos
cuentan con mayores condiciones que atienden a sus necesidades específicas.” 1

1
https://forojuridico.mx/situacion-del-sistema-penitenciario-mexicano-2/
En las cifras de este
Diagnóstico se pudo observar
la siguiente tendencia:

El Sistema Estatal, en el año


2018, tenía una calificación
de 6.45, para el año 2019 fue
de 6.75.
En cuanto al Sistema Federal,
incluyendo las prisiones
militares, al año 2018 la
calificación con la que se
contaba era de 7.84, para
2019, de 8.12.

Un punto importante a
destacar ha sido el relativo a
las cárceles municipales,
siendo éstas las que en
términos generales tenían la
mínima calificación en otros
periodos.
Lo anterior, en virtud de que su funcionamiento era absolutamente irregular, ya que en ellas había personas procesadas y
sentenciadas conviviendo con quienes habían cometido faltas administrativas y para quienes están destinadas dichas cárceles
municipales.

Esta situación dio origen a una Recomendación General de la CNDH, por la existencia de 91 establecimientos funcionando en
estas condiciones y violentando los derechos humanos de las personas ahí internas.
Con este instrumento se logró su regularización y por consiguiente su exclusión en este último Diagnóstico Nacional de
Supervisión Penitenciaria.

Con estas cifras se visibilizaron con más detalle las condiciones de reclusión, las necesidades existentes en los centros
penitenciarios, las carencias y las posibilidades de fortalecer un sistema de respeto por los derechos humanos
permanentemente.

En un comparativo con el año próximo anterior, se puede observar que a finales del año 2018 existían 308 centros penitenciarios
varoniles, femeniles y mixtos, para diciembre de 2019 el total sumó 300, 2puntualizando que en el año 2015 existan 388 3 centros
de reclusión, lo que significa que en cinco años se lograron reducir 88 instituciones penitenciarias, número muy importante de
resaltar dentro de este sistema.

Observando además que en ese mismo 2015 existía una capacidad instalada de 203,084 espacios y una población total de
254,705 personas, lo que significa una sobrepoblación de 51,621 personas internas.

En diciembre de 2019 4la capacidad instalada se refleja en 217,554 espacios, existiendo una población total de 201,065
personas, lo que representa ausencia de sobrepoblación a nivel nacional, encontrándose 16,489 espacios en estas instituciones.

2
 Cuaderno mensual de información estadística penitenciaria nacional. Prevención y readaptación social. México. 2019.
3
 La sobrepoblación en los centros penitenciarios de la República Mexicana. CNDH. México, 2016
4
Cuaderno mensual de información estadística penitenciaria nacional. Prevención y readaptación social. México. 2019
“Resulta significativo que en el 42.62% se detectó una insuficiencia en programas de prevención de incidentes violentos, lo que
resulta delicado si observamos los porcentajes de falta de personal (72.68%).”

Importante es precisar que del total de la población recluida en el país, el 5.20% corresponde a mujeres, estando internas éstas,
tanto en centros femeniles, como en centros mixtos, observando en un comparativo relativo entre los centros mixtos y los
femeniles, que estos últimos obtuvieron el año próximo pasado una calificación de 7.57, aumentando al año 2019 a 7.60,
mientras que los mixtos reflejaron una calificación promedio de 5.98 y para el año 2019 la calificación fue de 6.47; lo que indica
que las condiciones de los centros específicos para mujeres en general son mejores, al considerar que estos establecimientos
cuentan con mayores condiciones que atienden a sus necesidades específicas.

Lo anterior, fue observado y dio origen por parte de la CNDH a la emisión de 11 recomendaciones en torno a las condiciones de
vida de mujeres privadas de la libertad en diversos centros penitenciarios en los estados de Baja California Sur, Campeche,
Colima, Durango, Guerrero, Michoacán, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, visibilizándose esta
problemática, por lo que incide además en la situación existente con sus hijas e hijos, quienes se viven con ellas hasta los 3
años de edad.

En la situación del sistema penitenciario se observaron además los siguientes datos:

En los Centros Estatales las deficiencias detectadas con mayor incidencia fueron las relativas a la insuficiencia de personal
(72.68%), insuficiencia de actividades laborales y de capacitación (66.84%), deficientes condiciones materiales, equipamiento e
higiene de las áreas de dormitorios (62.84%), deficiente separación entre procesados y sentenciados (55.19%), insuficiencia de
programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria (51.91%), presencia de actividades ilícitas (40.44%) y
deficiencia en los servicios de salud (32.79%).

También se identificaron como deficiencias importantes la falta de prevención y atención de incidentes violentos (48%), cobros
indebidos (40%), así como la detección de condiciones de autogobierno/cogobierno en un 33.33%, presentando el mismo
porcentaje la sobrepoblación.

Resulta significativo que en el 42.62% se detectó una insuficiencia en programas de prevención de incidentes violentos, lo que
resulta delicado si observamos los porcentajes de falta de personal (72.68%).

En el 85% de los centros estatales se observó un avance significativo respecto de la capacitación del personal penitenciario, una
adecuada integración y funcionamiento del Consejo Técnico Interdisciplinario en 82.51% y en más del 62.84% se mejoró la
supervisión del funcionamiento del centro por parte de su titular.
 En cuanto a los Centros Federales, los resultados mostraron que en 16 de 17 establecimientos hay insuficiencia de personal y
en otros tantos se presentan deficiencias en los servicios de salud, observándose así que el derecho de protección de la salud
es un problema generalizado en estas instituciones, dada la falta de personal médico, así como de medicamentos.

En 13 de los centros se detectaron las siguientes problemáticas: deficiencia en la atención a las personas adultas mayores,
insuficiencia de actividades laborales, de capacitación, educativas y deportivas, así como falta de programas para la prevención
de adicciones.

Las condiciones de mejora fueron similares a las de los estatales, ya que 16 de los 17 centros federales presentaron un avance
importante respecto de la capacitación del personal y de la supervisión por parte de los titulares; 13 centros presentaron
adecuadas condiciones de instalaciones, además de que en ningún centro se ubicó autogobierno, ni sobrepoblación.
“En cuanto a los Centros Federales, los resultados mostraron que en 16 de 17 establecimientos hay insuficiencia de personal y
en otros tantos se presentan deficiencias en los servicios de salud, observándose así que el derecho de protección de la salud
es un problema generalizado en estas instituciones.”

Esta información obliga a la reflexión que permita operar el sistema a la luz de la


interpretación y criterios de la ONU, los cuales se encuentran reflejados en las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el
Tratamiento de los Reclusos, conocidas como Reglas Nelson Mandela, mismas que fueron aprobadas por su Asamblea General
en diciembre de 2015 y que son la actualización de las de 1955, en las cuales destacan:
 
 La promoción de las condiciones dignas en la prisión.
 La sensibilización acerca de que los reclusos son parte integrante de la sociedad.
 La necesidad de humanizar el sistema penitenciario.
 La consideración de la importancia de la labor del personal penitenciario.
 
Así, desde en el Preámbulo de estas reglas, se alienta a los Estados miembros a que promuevan la aplicación de la
normatividad de Naciones Unidas en general para lograr el mejoramiento de las condiciones penitenciarias para las personas
privadas de la libertad.

Punto importante fue la publicación de la Ley Nacional de Ejecución Penal  en México en junio de 2016, en donde debe
resaltarse el señalamiento de corresponsabilidad que se hace con SEGOB, Desarrollo Social, Economía, SEP, Cultura, Salud,
Trabajo y Previsión Social, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, el DIF y el Sistema Nacional de Protección Integral
de Niñas, Niños y Adolescentes, para procurar el diseño del sistema penitenciario con base en el respeto por los Derechos
Humanos, como lo ordena nuestra Constitución.
“En los casos de los gabinetes tanto federales como locales, aunque se tienen que respetar los nombramientos vigentes, en
caso de que haya vacantes se deberán nombrar mujeres hasta que se alcance la paridad.”

 Al respecto, en el año 2019 la CNDH emitió la Recomendación General núm. 38 sobre el incumplimiento de obligaciones de
comisiones intersecretariales previstas en la mencionada Ley, con el fin de eficientar el sistema.

Por último, otro tema a atender es el reconocimiento existente del gran número de personas internas que se encuentran
procesadas, ya que éstas suman casi el 40% de la población total, muchas de ellas con más de 2 años en proceso. Situación
relevante en virtud de que esto impacta también en cuestiones de clasificación y programas que permitan la reinserción social,
objetivo de la pena de prisión referido así en el artículo 18 constitucional. 5

DESARROLLO
I. LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE LA PRISIÓN ACTUAL

5
https://forojuridico.mx/situacion-del-sistema-penitenciario-mexicano-2/
En la actualidad, el Sistema Penitenciario en México se encuentra con focos rojos, debido a problemas graves de hacinamiento,
sobrepoblación y autogobierno, lo que propicia que las personas que están privadas de su libertad padezcan de situaciones de
tortura, advirtió la organización Asistencia Legal por los Derechos Humanos la cual urgió a que se revise el modelo actual y se
dé una salida a la crisis que se vive en las cárceles del país.

AUTOGOBIERNO

La mayoría de las prisiones del país existe un severo problema relacionado al autogobierno y la falta de personal preparado y
capacitado para cumplir con lo que se establece en la Ley Penitenciaria y que va en concordancia a lo que dio a conocer la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su último Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciara 2019.

La CNDH documentó el estudio de 203 de 309 centros de reclusión que existen en México, con lo que se abarcó el 94 por ciento
de la población recluida en el país, ubicados en cárceles para varones, mujeres y mixtas.

De esto, encontró que uno de cada tres centros de reclusión tiene condición de autogobierno o cogobierno con las autoridades
penitenciarias, lo que ha demostrado la incapacidad de las instituciones para aplicar la ley.
Además, el organismo identificó deficiencias importantes en la falta de prevención y atención a incidentes violentos en la mitad
de los penales que fueron sujetos a evaluación, además de que se encontró que se realizan cobros indebidos y actos de
corrupción.

Las autoridades penitenciarias deben dejar atrás el trato a los reclusos por sus perfiles delictivos y aplicar las reformas que
aprobaron a partir de 2008 en el Sistema Adversario y el modelo de la reinserción social. Además, los presos en las cárceles
mexicanas son víctimas de tortura por lo que es necesario evaluar el Sistema Penitenciario para erradicar este problema.

En este sentido, también se ubicó que en el 72 por ciento de los centros estatales hay una deficiencia en el personal, mientras
que en el 66.84 por ciento no existen condiciones en equipamiento e higiene en los dormitorios y en el 62.84 por ciento de los
centros en el país, la CNDH identificó presos procesados con presos sentenciados.

El problema es el autogobierno en el Sistema Penitenciario, ya que implica que “las personas privadas de la libertad tienen el
control de los Centros Penitenciarios y que no permiten que se apliquen programas o trabajos en favor de todas las personas
privadas de libertad”.

“Se debe reconocer que el tema del autogobierno es un problema alentado por las mismas autoridades, ya que alguien gana por
esto y ha sido una lucha muy fuerte el erradicar este problema”, subrayó.

Una de las asignaturas pendientes del Estado mexicano es la falta de personal capacitado en las prisiones. “Falta personal
penitenciario altamente calcificado. Hace falta la aplicación del mecanismo de corresponsabilidad, un mecanismo que establece
la propia ley nacional de ejecución penal, para que se pueda lograr la exacta aplicación de la reinserción social y accedan a los
mismos servicios que se pueden tener en el exterior”.
Al respecto, en su evaluación la CNDH encontró que en 16 de los 17 CEFERESOS, existe una falta de personal y deficiencias
en los servicios de salud, por lo que los centros peores calificados son el 14 en Durango, el 5 en Veracruz, el 1 en el Estado de
México, el 2 en Jalisco y el 17 en Michoacán.6

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) elaboró un Diagnóstico sobre la


Situación de Violaciones a Derechos Humanos en las Cárceles Mexicanas.

Exponemos una radiografía de la situación de las cárceles, a partir del informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos:
Hacinamiento, falta de custodios, sin protocolos en caso de motín, penales donde los presos asumen las funciones de la
autoridad, etc…

Las violaciones a derechos humanos en las cárceles mexicanas continúan siendo un constante año tras año.

Esta es una de las principales conclusiones que expone la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en su  Diagnóstico
Nacional de Supervisión Penitenciaria 2015, en el que subraya graves deficiencias en el sistema penitenciario mexicano, como
que hasta 73 cárceles están autogobernadas por los reos, la persistente falta de atención médica y las malas condiciones de
higiene, o que en algunas cárceles las celdas alberguen a 30 ocupantes cuando están diseñadas para cuatro personas.

“En la mayoría de las prisiones mexicanas no hay condiciones de vida dignas para los presos”, concluyó el ombudsman
nacional, Luis Raúl González, durante la presentación del Diagnóstico de la CNDH.

SIN AVANCES
6
https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/sistema-penitenciario-en-focos-rojos-falla-reinsercion-4434914.html
Para realizar el diagnóstico la CNDH midió cinco rubros: aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno,
aspectos que garantizan una estancia digna; condiciones de gobernabilidad; reinserción social del interno; y grupos de internos
con requerimiento específico.

Tras evaluar esos cinco rubros, la Comisión señaló que, del 1 al 10, el promedio nacional de calificación de los centros
penitenciarios estatales fue de 6.21 en el año 2015. Cifra que si bien supone un ligero aumento respecto de 2014 (6.02), “no
implica un avance o cambio radical” en el panorama de las prisiones. 7

13 ESTADOS TIENEN CÁRCELES EN SITUACIÓN GRAVE DE VIOLACIONES A DERECHOS HUMANOS


7
https://www.animalpolitico.com/2016/04/10-problemas-que-enfrentan-las-carceles-en-mexico/
Los tres estados con peores prisiones son Nayarit, Quintana Roo y Guerrero. Por el contrario, los tres con mejores calificaciones
fueron Guanajuato, Aguascalientes y Chihuahua.

No obstante, el informe hace hincapié en que hasta 13 estados tienen prisiones en situación grave por violaciones a los
derechos humanos de los internos: Campeche, Colima, Nuevo León, Sinaloa, Oaxaca, Baja California Sur, Tamaulipas,
Chiapas, Tabasco, Hidalgo, Guerrero, Quintana Roo y Nayarit.

FALTAN CUSTODIOS, MALAS CONDICIONES DE HIGIENE, SIN PROTOCOLOS EN CASO DE MOTÍN.


Del total de los 130 centros penitenciarios estatales visitados, la CNDH refiere que en 104 detectaron que personas procesadas
–aún sin condena- y presos ya condenados conviven en las mismas habitaciones y espacios comunes.

Asimismo, en 92 casos se observó falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo; en 95 hay falta de personal
de seguridad y custodia; y en 86 falta de prevención y atención de incidentes violentos como riñas, lesiones, fugas, homicidios y
motines.

En 84 centros visitados no se cuenta con algún programa para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria,
mientras que en 81 prevalecen malas condiciones de higiene en dormitorios, cocina y comedor.

Además, hasta en 75 centros es una constante la falta de manuales de procedimiento para ingreso, traslado de internos en caso
de motín, uso de la fuerza, visita íntima, así como una deficiente difusión de la normatividad. 8

8
Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2015 by http://www.animalpolitico.com
https://www.animalpolitico.com/2016/04/10-problemas-que-enfrentan-las-carceles-en-mexico/
PRISIONES DE LA CDMX, DONDE MÁS HOMICIDIOS DOLOSOS
La Ciudad de México ocupa el primer lugar de
prisiones con mayor número de homicidios
dolosos registrados: 14. Le sigue Tamaulipas
con 6.

LAS DEFICIENCIAS EN CÁRCELES


FEDERALES
En cuanto a las cárceles federales, la Comisión
Nacional de Derechos Humanos señala que en
16 casos hay insuficiente personal de seguridad
y custodia; en 15, deficiencias en los programas
para la prevención de adicciones y
desintoxicación voluntaria; en 14, insuficientes
actividades laborales, en 11 se mezclan
procesados y sentenciados; y en 8 hay
hacinamiento.
EN CIUDAD JUÁREZ Y SONORA, LAS PEORES CÁRCELES FEDERALES
La cárcel federal peor clasificada en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos de los presos es el Centro Federal de
Readaptación Social número 9 de ciudad Juárez, en Chihuahua.
La segunda es el Centro Federal de Readaptación Social número 11 de Sonora.

PRISIONES AUTOGOBERNADAS POR LOS REOS


En su diagnóstico, la CNDH documenta otra deficiencia grave: en al menos 71 cárceles los presos asumen las labores propias
de la autoridad. Es decir, son los mismos presos quienes brindan ‘seguridad’ a otros reos y ‘gobiernan’ la prisión.

En este apartado destacan los casos de la Ciudad de México y el Estado de México, con cinco y seis centros penitenciaros,
respectivamente, autogobernados por los prisioneros.

En la Ciudad de México, la CNDH documentó que esta situación de autogobierno se da en los Reclusorios Preventivos Varonil
Oriente, Norte y Sur; en Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla; y en la Penitenciaría del Distrito Federal
Santa Martha Acatitla.

En el Edomex, en los Centros Preventivos y de Readaptación Social de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Chalco, Santiaguito,
Tlalnepantla, y Cuautitlán.

LAS RIÑAS, EL ACONTECIMIENTO VIOLENTO MÁS RECURRENTE


Otra situación grave que expone la CNDH hace referencia a las riñas en los penales.

De los 2 mil 110 incidentes registrados en 2015 (mil 142 en cárceles estatales y 968 en cárceles federales), el acontecimiento
violento con mayor número de incidencia corresponde a las riñas con un total de mil 382 (808 en cárceles estatales y 574 en
centros federales).
Le siguen los desórdenes con 280 (205 en prisiones estatales); los homicidios con 54 (52 en centros estatales); los abusos con
55 (48 en cárceles estatales); los suicidios con 23 (todos en prisiones estatales), y los motines con 6 (también todos en cárceles
estatales).

SONORA, DONDE MÁS RIÑAS SE PRODUCEN EN SUS PENALES Y CON MÁS EVENTOS VIOLENTOS
Por estados, Sonora destaca como el estado donde se producen más riñas al interior de sus penales, con un total de 220 casos.
Le siguen el Edomex (87), Chihuahua (75), Nuevo León (74) y Michoacán (51).
Asimismo, Sonora también es el estado con mayor número de incidentes violentos en sus cárceles, con 359 casos. Una cifra
muy superior a la del segundo clasificado, el Edomex, con 99 casos.

PRISIONES DE LA CDMX, DONDE MÁS HOMICIDIOS DOLOSOS


La Ciudad de México ocupa el primer lugar de prisiones con mayor número de homicidios dolosos registrados: 14. Le sigue
Tamaulipas con 6.

LAS DEFICIENCIAS EN CÁRCELES FEDERALES


En cuanto a las cárceles federales, la Comisión Nacional de Derechos Humanos señala que en 16 casos hay insuficiente
personal de seguridad y custodia; en 15, deficiencias en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación
voluntaria; en 14, insuficientes actividades laborales, en 11 se mezclan procesados y sentenciados; y en 8 hay hacinamiento.

EN CIUDAD JUÁREZ Y SONORA, LAS PEORES CÁRCELES FEDERALES


La cárcel federal peor clasificada en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos de los presos es el Centro Federal de
Readaptación Social número 9 de ciudad Juárez, en Chihuahua.

La segunda es el Centro Federal de Readaptación Social número 11 de Sonora. 9


9

Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2015 by http://www.animalpolitico.com


https://www.animalpolitico.com/2016/04/10-problemas-que-enfrentan-las-carceles-en-mexico/
Homicidios, Sobrepoblación y Autogobierno: las Oscuras Cifras de las Cárceles en
México.
Los principales problemas de las cárceles de México están relacionados con la separación entre procesados y sentenciados, la
falta de personal (tanto de seguridad como sanitario), los programas de prevención de adicciones o desintoxicación, la higiene,
los programas laborales y de capacitación para el trabajo y las actividades educativas y deportivas.

Los reclusos viven en condiciones de hacinamiento y sobrepoblación, «lo que genera otro tipo de problemáticas que afectan su
funcionamiento».
También, en numerosos penales se observó una falta de prevención y atención de incidentes violentos, así como las
condiciones de autogobierno/cogobierno en los que los encargados de seguridad tenían problemas para imponerse ante los
presos.

LOS PROBLEMAS EN LAS CÁRCELES DE MUJERES


Los principales problemas que sufren las cárceles de mujeres están relacionados con los servicios de salud, la insuficiencia de
personal de seguridad y custodia, la clasificación entre procesadas y sentenciadas y la insuficiencia de programas para la
prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria.
Los puntos positivos en estos centros tienen que ver con la higiene de las áreas
médicas y de cocina y comedores, la existencia de instalaciones necesarias, la ausencia de autogobierno (es decir, la autoridad
puede ejercer su función), la ausencia de actividades ilícitas y de cobros como soborno y extorsión.
Las autoridades encargadas de conducir el Sistema Penitenciario Nacional deberían utilizar los datos «de forma propositiva
para desarrollar y concretar acciones de evaluación y planeación que determinen las políticas públicas necesarias para optimizar
los muchos aspectos que incidan de manera cotidiana en las condiciones, estancia digna y gobernabilidad de los centros, y que
garanticen la integridad física, requerimientos específicos de grupos vulnerables, así como la aplicación de programas para la
reinserción social de las personas privadas de la libertad». 10

II. LOS PRESOS SIN CONDENA

10
https://cnnespanol.cnn.com/2018/05/03/homicidios-sobrepoblacion-y-autogobierno-las-oscuras-cifras-de-las-carceles-en-mexico/
EN MÉXICO 4 DE CADA 10 PRESOS SE ENCUENTRAN SIN SENTENCIA
Durante 2019 se registró el ingreso de 102,700 personas a los centros penitenciarios y 1,452 más a los centros especializados
de tratamiento o internamiento para adolescentes a cargo de las entidades federativas.

En México, 4 de cada 10 personas privadas de la libertad lo hacen sin tener todavía una sentencia, reportó el Inegi (Instituto
Nacional de Estadística y Geografía), a través de la undécima edición del Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y
Sistema Penitenciario Estatales (CNGSPSPE) 2020.  

El estudio, que tiene como objetivo generar información estadística y geográfica sobre la gestión y desempeño de las
instituciones que integran la Administración Pública de cada entidad federativa, señala también, que, al cierre del 2019, los 241
centros penitenciarios del país contaban con una ocupación del 97.7 por ciento.

Lo anterior, al documentar que existe a nivel nacional una capacidad instalada de 158,994 espacios (camas útiles), mientras
que, en 2019, se encontraban privadas de la libertad 155,400 personas en los centros penitenciarios.

Se detalló que el año pasado, se registró el ingreso de 102,700 personas a los centros penitenciarios y 1,452 más a los centros
especializados de tratamiento o internamiento para adolescentes a cargo de las entidades federativas.
Siendo hombres (92.6%), los de mayor presencia al interior de los centros penitenciarios.

Asimismo, Baja California fue la entidad que concentró el mayor número de personas ingresadas en 2019, al reportar 13,232
casos.

Mientras que, en el mismo periodo, salieron de prisión cerca de 9,257 personas y 1,304 más de los centros especializados de
tratamiento o internamiento. El Estado de México se posicionó como la entidad con el mayor número de egresos (11,500).
Del total de egresos a nivel nacional, 92.7% eran hombres y 7.3% eran mujeres.
En el caso de los adolescentes, hasta el año pasado, 1,322 se encontraban internados en los 47 centros especializados de
tratamiento o internamiento, en los cuales se reportaron 6 730 espacios (camas útiles).

Al igual que los casos anteriores, la mayoría de los jóvenes internados eran hombres (94.7%), además, los centros
especializados de tratamiento o internamiento reportaron 314 adolescentes con Medida cautelar de internamiento preventivo y
1,008 más en Internamiento y Semi - internamiento o internamiento en tiempo libre.

Con relación al estatus jurídico de las personas privadas de la libertad en los centros penitenciarios, 58,753 se encontraban sin
sentencia; en cambio, 96,647 personas contaron con sentencia.

Se estimó que el número de delitos cometidos por las personas privadas de la libertad alcanzó los 249,601, siendo el robo el de
mayor frecuencia con 34.6% del total nacional; seguido del homicidio (19.6%); la violación (9%); el secuestro (8.4%) y delitos
como el de narcomenudeo y los relacionados con armas, explosivos y otros materiales destructivos (5.3 por ciento).

En tanto, la cifra de delitos cometidos por los adolescentes internados en los centros especializados de tratamiento o
internamiento fue de 1,520.
Asimismo, en el mismo periodo, se reportaron 1 millón 401,724 intervenciones policiales realizadas, de ellas, 34.1% fueron por
presuntas faltas cívicas.
Estas intervenciones registraron cerca de 226,150 delitos a lo largo de todo el país.
En cuanto al personal destinado a funciones de seguridad pública en las administraciones públicas estatales, a nivel nacional se
contó con 120, 155 personas.
De ellas, 56.3% perteneció a corporaciones de policía preventiva, con 60% de sus integrantes del sexo masculino. 11

11
https://www.eleconomista.com.mx/politica/En-Mexico-4-de-cada-10-presos-se-encuentran-sin-sentencia-20201020-0118.html
Prisiones: Encerrados sin Sentencia
Cada año, en todo el mundo hay millones de personas en la cárcel sin ser condenadas —frecuentemente durante meses—
mientras esperan por un juicio. Resulta preocupante que, a pesar de que los derechos a la libertad, seguridad e igualdad ante la
ley son los pilares de los sistemas judiciales en todo el continente americano, la detención previa a juicio se esté utilizando a una
tasa dos a cinco veces mayor que el promedio internacional, y su uso continúe creciendo libremente.
El impacto de esta práctica injusta, perjudicial e inhumana se extiende más allá del detenido hacia las familias, comunidades y el
mismo gobierno.

La detención previa a juicio tiene un propósito importante en el proceso judicial, pero en la práctica, su uso excesivo y arbitrario
atrapa a personas inocentes en un limbo legal, forzando la capacidad de las ya superpobladas prisiones y socavando el respeto
hacia el sistema de justicia penal.

Diferencias entre las definiciones legales complican los esfuerzos por medir y comparar las prácticas de prisión preventiva de
todas las jurisdicciones nacionales. Las condiciones en que se mantiene a los detenidos también varían ampliamente, desde
celdas temporales en comisarías hasta prisiones.
Por otra parte, la falta de transparencia del gobierno dificulta la obtención de datos confiables. Sin embargo, existen múltiples
maneras de calcular el grado de uso de la prisión preventiva, entre las que se incluyen el número total de detenidos en espera
de juicio, la proporción de la población penitenciaria total que no ha sido condenada y el número de detenidos en espera de
juicio en proporción a la población general.

En un día cualquiera, la población total en prisión preventiva en la mayoría de los países del hemisferio occidental promedia
menos de 20,000 personas. No es de extrañar que los países con las poblaciones en prisión preventiva más altas calculadas en
un día promedio sean aquellos con las poblaciones generales mayores. Los Estados Unidos encabezan la lista con 487,000,
seguidos por Brasil (190,000), México (98,000), Perú, Colombia y Argentina (31,000–34,000) y Venezuela (29,000). 1

Como resultado de estos altos índices de prisión preventiva, en la mayoría de los países del  continente americano entre 10 y 40
por ciento de toda la población encarcelada se encuentra tras las rejas sin una condena. La proporción más alta de detenidos en
espera de juicio entre la población total de presos la tiene Bolivia (83.6 por ciento), seguida por Paraguay (71.2 por ciento), Haití
(67.7 por ciento), Venezuela (66.2 por ciento), República Dominicana (64.7 por ciento), Uruguay (64.6 por ciento), Panamá (60.8
por ciento), Perú (58.6 por ciento), Guatemala (54.4 por ciento), Argentina (52.6 por ciento) y Honduras (50.1 por ciento). 2

Otra forma de medir dónde es más alta la prisión preventiva, es calculando el índice de prisión preventiva en proporción a la
población general. Esto nos ofrece una comparación estandarizada de todos los países de diversos tamaños que no resulta
alterada por cambios en la población penitenciaria sentenciada. Aquí, varios países superan por mucho el promedio global de 40
detenidos en espera de juicio por cada 100,000 habitantes de la población general. Panamá (223) encabeza la lista, seguida por
Uruguay (180), EE.UU. (157), República Dominicana (136), El Salvador (113) y Perú (111). 3

En la mayoría de las jurisdicciones del continente americano, la ley les exige a las autoridades que presenten al individuo
arrestado ante un funcionario judicial dentro de 24 a 72 horas del arresto. Si el acusado no recibe la libertad provisional bajo
palabra o no puede pagar la fianza, puede pasar meses detenido mientras su caso está en espera.
Resulta devastador que en algunos países (incluyendo Bolivia, Argentina, Panamá y Paraguay) los informes de las
organizaciones de derechos humanos y de los gobiernos reporten que los detenidos pueden pasar largo tiempo presos,
esperando incluso que se presenten cargos en su contra. En Bolivia, que ocupa el segundo lugar mundial en cuanto a la
proporción de detenidos en espera de juicio con respecto a la población penitenciaria total, se calcula que 75 por ciento de los
detenidos sobrepasaron los límites de 18 a 36 meses de prisión preventiva que establece la ley. 4

 En Argentina, donde la ley permite la detención preventiva con fines de investigación hasta por dos años, los detenidos pueden
esperar de tres a seis años antes de ser juzgados. 5 Según el Departamento de Estado de los EE.UU., las causas de estos
incumplimientos van desde la corrupción judicial y los escasos y sobrecargados defensores públicos, hasta el seguimiento
inadecuado de los casos.6

En Panamá, que tiene el índice de prisión preventiva más alto del mundo, es común la detención preventiva prolongada sin un
juicio. Los detenidos pueden esperar más de un año por un juicio debido a ineficiencias en el sistema legal y al uso de un
sistema inquisitorial escrito.7 En Paraguay, donde la ley permite la detención sin juicio hasta que el acusado complete la
sentencia mínima para el presunto delito, la prisión preventiva puede variar de seis meses a cinco años. 8

Muchas personas que han pasado tiempo detenidas pueden ser absueltas o puestas en libertad sin ser juzgadas. Otras pueden
ser declaradas culpables de delitos menores que no conllevan una sentencia en prisión o pueden recibir sentencias de penas
menores que el tiempo que pasaron detenidas.

En los EE.UU., el país con la mayor población en detención preventiva del mundo, a 20 por ciento de los detenidos
eventualmente les fueron suspendidos sus casos o fueron absueltos. 9 Después de la larga espera por un juicio en Argentina, 30
por ciento de los detenidos fueron absueltos.10 
En México, 14 por ciento de los detenidos fueron absueltos;
de aquellos condenados, 85 por ciento recibieron sentencias de menos de cinco años, lo que significa que su detención excedió
la sentencia.11 La experiencia de la detención puede acarrear daños perdurables para el detenido. La pérdida de la libertad y la
seguridad, y el hecho de resultar aislado de la familia y los amigos puede tener un impacto psicológico duradero. 12

Además, la exposición a la violencia entre los detenidos, las amenazas de violencia por parte de otros presos e incluso de los
guardias y la violencia directa, que va desde actos de humillación hasta la violencia física o la agresión sexual, también
traumatiza frecuentemente a los individuos. 13 Según se informa, los presos en Bolivia han sido obligados a pagarles a otros
presos un “seguro de vida” para que cesen las golpizas y torturas. 14 
Los EE.UU. han calculado que por lo menos 13 por ciento de los presos han sido agredidos sexualmente. 1512

12
Por Richard M. Aborn y Ashley D. Cannon, Prisiones: encerrados sin sentencia, To read an English version of this article, click here.
https://www.americasquarterly.org/prisiones-encerrados-sin-sentencia/
*Richard M. Aborn es presidente de la firma consultora CAAS LLC, donde trabaja a nivel global con distritos policiales, organismos de justicia penal, corporaciones y
organizaciones sin fines de lucro desarrollando estrategias para reducir y prevenir el delito.
*Ashley D. Cannon es experta en política de la justicia penal y trabaja con CAAS LLC.
La justicia en México: dieciséis
años en prisión preventiva sin
sentencia
CIUDAD DE MÉXICO — El tiempo parece haberse detenido
en el interior de la celda número seis del penal estatal de
Barrientos, donde Daniel García ha estado recluso durante
más de dieciséis años sin una sentencia.

Su percepción distorsionada del tiempo se hizo evidente hace


más de una década, cuando les envió a sus hijas una casa de
muñecas como regalo, aparentemente inconsciente de que habían llegado a la mayoría de edad desde 2002,
cuando él fue acusado de homicidio y privado de la libertad.

García se encuentra inmerso en las trampas jurídicas del anticuado sistema de justicia penal mexicano, el cual
permitió que los acusados de delitos que van del homicidio a las infracciones leves fueran retenidos de manera
indefinida mientras sus casos tardaban años en procesarse.

El gobierno mexicano no lleva un registro del tiempo promedio que los presuntos culpables como García pasan en
detención previa al juicio. No obstante, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas,
que revisó su caso, ha catalogado su arresto como “arbitrario” y ha descrito el uso de la prisión preventiva en su
caso como “totalmente excepcional”.

El caso de García es extremo, pero dista de ser el único. Casi el 40 por ciento de los 204.442 reos en México
estaban en prisión previa al juicio desde marzo, según la base de datos World Prison Brief que compila el Instituto
para la Investigación de Políticas Penales en el Reino Unido.

Una reforma del sistema de justicia, aprobada en 2008, dio esperanza a prisioneros como García, quienes
languidecían en prisión sin juicios completados ni sentencias pronunciadas y habían sido arrestados conforme a
las normas anteriores.
La meta era transformar un proceso lento y opaco en el que los juicios sucedían a puerta cerrada y en el que la
evidencia se obtenía frecuentemente mediante tortura, confesiones forzadas o pruebas fabricadas, en un proceso
basado en juicios que se llevan a cabo en audiencias públicas, con un estándar más elevado para las pruebas y un
pronunciamiento más rápido de resoluciones y sentencias.

La reforma judicial también limitó el tiempo que los sospechosos podían estar en detención preventiva y permitió
el uso de medidas alternativas como el arresto domiciliario o los brazaletes electrónicos.

Estados Unidos proporcionó cientos de millones de dólares para facilitar la transición al nuevo sistema, cuya
finalidad era frenar la corrupción, aumentar la confianza popular en el sistema de justicia y ayudar a fortalecer el
Estado de derecho.

No obstante, el caso de García, al igual que muchos otros que iniciaron antes de la reforma de justicia penal,
continuará conforme a las normas anteriores, incluso aunque los defensores de los derechos humanos y los
expertos en justicia penal digan que ejemplifica las fallas del sistema anterior.

El caso inició en febrero de 2002, cuando García fue arrestado en Atizapán de Zaragoza, un poblado en el Estado
de México, 24 kilómetros al noroeste de Ciudad de México, y fue acusado de ordenar el homicidio de María

de los Ángeles Tamés Pérez, la regidora del municipio de


Atizapán que había sido asesinada cinco meses antes.
Poco después de la aprehensión de García, y antes de que comenzara su
juicio, Alfonso Navarrete Prida, quien entonces era fiscal general del
estado y actualmente es secretario de Gobernación del país, apareció en
televisión acusando a Antonio Domínguez, entonces presidente municipal
de dicha población, y a García, su secretario privado, del homicidio y de
narcotráfico.

Esto fue el comienzo de lo que García describió como un intento de usarlo


para construir un caso contra Domínguez.

Las entrevistas con los abogados involucrados y una revisión de los documentos judiciales por parte de The New
York Times dieron lugar a serias dudas sobre este caso.

García testificó ante un tribunal que, en el momento de su aprehensión, un agente del ministerio público local
comentó que no había pruebas en su contra, pero exigió su colaboración para inculpar a Domínguez. Cuando
García se negó a hacerlo, el agente del ministerio público amenazó con meterlo a él y a otros miembros de su
familia a la cárcel.

En los meses siguientes, cuatro familiares de García, incluido uno de sus hermanos y su padre —ambos empleados
del ayuntamiento municipal—, fueron arrestados y acusados de ser cómplices del homicidio. Poco después se les
exoneró y se les dejó en libertad.

El abogado de García, Simón Hernández, del Instituto de Justicia Procesal Penal, una asociación mexicana de la
sociedad civil experta en los derechos humanos del proceso penal en Ciudad de México, mencionó que la
intimidación de este tipo es común. El sistema de justicia penal en el Estado de México es uno de los más fallidos y
corruptos del país, según World Justice Project.

En un inicio, el caso se basó en el testimonio de tres testigos que afirmaron que habían escuchado a un hombre
llamado Jaime Martínez Franco declarar que García lo había contratado para matar a Tamés.
Meses después, un cuarto testigo, Reyes Alpízar, confesó que fue a la casa de la víctima con Martínez y vio el
tiroteo. Se le acusó de haber participado en el homicidio.

Posteriormente, Alpízar y uno de los testigos iniciales se retractaron de su testimonio, al decir que habían sido
torturados por la policía para firmar declaraciones falsas.

Alpízar fue golpeado con tal brutalidad que tuvo que ir a una sala de urgencias. Los exámenes médicos que se
presentaron ante el tribunal confirmaron que había sido torturado. No obstante, también permanece en prisión
sin una sentencia.

Casi un año después del arresto de García, un periodista local reveló que el supuesto tirador, Martínez, había
estado en prisión en otro estado el día del asesinato.

Domínguez, el alcalde que enfrentó los mismos cargos que García, fue liberado cuatro años después de su arresto.

La histórica reforma judicial de México tardó ocho años en entrar en vigor en todo el país. García siguió el proceso
muy de cerca, incluyendo la introducción de nuevas leyes que limitaban a dos años el tiempo que un sospechoso
podía permanecer en prisión preventiva. Estaba seguro de que los cambios le favorecerían.

Las nuevas normas sí han acelerado los procesos, han mejorado la calidad de las pruebas admisibles y las
protecciones para los indiciados, lo cual hace que sea mucho menos probable que un sospechoso sea retenido por
tanto tiempo como García, comentan los expertos jurídicos.

No obstante, a los sospechosos acusados de varios delitos graves, como homicidio, secuestro y narcotráfico,
todavía se les envía a prisión de manera automática y pueden permanecer en custodia por más de dos años si
deciden apelar las sentencias de los tribunales.13

13
https://www.nytimes.com/es/2018/11/13/espanol/america-latina/mexico-justicia-prision-preventiva.html
https://www.nytimes.com/es/2018/11/13/espanol/america-latina/mexico-justicia-prision-preventiva.html

“El sistema mexicano de justicia castiga a la gente por defenderse de ir a la


cárcel”
El gobierno mexicano no lleva un registro del tiempo promedio que los presuntos culpables
esto está en su contra, así como las trampas jurídicas del anticuado sistema de justicia penal
mexicano.

La meta es transformar un proceso lento y opaco en el que


los juicios sucedían a puerta cerrada y en el que la evidencia
se obtenía frecuentemente mediante tortura, confesiones
forzadas o pruebas fabricadas, en un proceso basado en
juicios que se llevan a cabo en audiencias públicas, con un
estándar más elevado para las pruebas y un
pronunciamiento más rápido de resoluciones y sentencias.

III. PERSONAL INADECUADO


La Alarmante Realidad de la Custodia Penitenciaria
El Verdadero Control de las Cárceles en México
Falta de infraestructura, equipo tecnológico y custodios incapacitados; corrupción y sobrepoblación. Con la fuga de Joaquín "El
Chapo" Guzmán se evidencia, una vez más, que todos estos vicios dejan los penales bajo control de sus reos y custodios.

Desde la fuga de Kaplan de Santa Martha Acatitla -18 de agosto de 1971- cuando un helicóptero aterrizó en un patio del penal
para que el estadounidense Joel David Kaplan y el mexicano Carlos Contreras subieran a la aeronave y se fugaran, ninguna
evasión en México había sido tan comentada como la de El Chapo.

En 1971, Kaplan puso en vergüenza al gobierno mexicano, exhibió descontrol, corrupción, obsolescencia de equipos e
instalaciones en el sistema penal. En 2015, El Chapo evidenció los mismos vicios y carencias.

Con más de 40 años de diferencia, ambas fugas dejaron en claro que los reclusorios en México operan bajo el control de sus
prisioneros y custodios.
Galimatías Carcelario
Desde el arranque del sexenio, la administración de Enrique Peña Nieto reconoció que el sistema penitenciario ha fallado en su
función de evitar que algunos internos continúen delinquiendo, según lo expresó en su Plan Nacional de Seguridad Pública
2014-2018.

"Existen redes delictivas que operan desde los centros penitenciarios y victimizan a la sociedad a través de la extorsión
telefónica y otras acciones. De la misma manera, el registro de incidentes como fugas y riñas en centros penitenciarios
locales, los cuales se duplicaron en los últimos dos años, da cuenta de la falta de capacitación y control del personal
penitenciario para hacer frente a estas problemáticas".

Lo diagnosticaron, pero no hicieron nada al respecto. Incluso, el caos carcelario no fue incluido por el presidente en el decálogo
que presentó en diciembre de 2014, cuando a raíz del caso Iguala comprometió 10 acciones para mejorar la seguridad, la
justicia y el Estado de derecho.

En la actualidad, el sistema es un galimatías en el que convergen, sin coordinación, autoridades federales, estatales y
municipales.

Según el cuaderno de información estadística penitenciaria nacional de junio 2015, la Comisión Nacional de Seguridad reporta
en operación 388 centros carcelarios: 17 federales, 285 estatales, 12 del Distrito Federal y 74 municipales.

De los 17 centros federales, 14 son de Máxima Seguridad (Ceferesos), y tres de seguridad media: el Centro Federal de
Rehabilitación Psicosocial (Ceferepresi), ubicado en Morelos; el complejo Islas Marías y el Centro Federal Femenil Noreste, en
Nayarit.
Los centros estatales y municipales son de seguridad media y baja, aunque todos tienen la facultad de instaurar pabellones o
áreas de alta seguridad.

En abril de 2011 se pretendió dar orden al sistema penitenciario. El ex presidente Felipe Calderón envió al Congreso la iniciativa
de Ley Federal del Sistema Penitenciario y Ejecución de Sanciones, que fue aprobada por los diputados un año después y
detenida por el Senado. La Secretaría de Hacienda dijo a los senadores que no habría recursos suficientes para su
implementación y la ley quedó congelada.

El ordenamiento era parte de la reforma al sistema penal de 2008, la cual estableció un plazo de ocho años para su
implementación, por lo que debería estar operando en junio de 2016.

Hoy, la Comisión de Justicia del Senado trabaja en un nuevo dictamen para reformar la ley.

La académica Elena Azaola, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), considera
que la complejidad del sistema y la desatención al mismo quedaron expuestos con la evasión de El Chapo.

"La fuga nos alerta de muchas cuestiones que se han dejado pasar. El sistema penitenciario siempre es relegado,
menospreciado y no se ve como una prioridad en los temas de seguridad. Mientras no resolvamos los problemas que existen en
las cárceles, no vamos a resolver los problemas de seguridad, porque la mayor parte de la gente que entra a prisión sale y
regresa a la sociedad con mayores daños, y termina por arraigarse el delito, a las personas, en una carrera delictiva", explica.
Sobrepoblación y corrupción.

Además de la multiplicidad de penales y la falta de una ley general, la sobrepoblación impide el correcto funcionamiento del
sistema.
El cuaderno elaborado por el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social reconoce que tiene
capacidad para alojar a 202,896 presos, pero reporta una población de 255,138 reos. La sobrepoblación en este momento
asciende a 52,242 internos.

De los 388 penales, 212 de ellos tienen sobrepoblación. Tan solo el DF y el Estado de México tienen un excedente de 30,630
reos.
En esos 212 centros sobrepoblados, 150 tienen excedente de reos del fuero federal y 62 por población del fuero común.

El desequilibrio se ha mantenido por décadas. Por ejemplo, de 2005 a 2015, la infraestructura penal creció de 159,000 espacios
a casi 203,000, pero la población penitenciaria se incrementó de 205,000 a 255,000; es decir, la sobrepoblación pasó de 46,000
a 52,000.

Adicionalmente, el reparto poblacional penitenciario no es equilibrado, mientras que hay estados con sobrepoblación del 62.7
por ciento, como el DF, entidades como Michoacán tienen disponibles 3,453 lugares, 35.7 por ciento. La suma total de espacios
en cárceles subutilizadas es de 14,709.

La ingobernabilidad en los penales tiene que ver con la cantidad de presos que no deberían estar ahí. En mayo, la Comisión
Nacional de Seguridad informó que el 42 por ciento de las personas encarcelaras no tenían sentencia condenatoria.

En abril pasado, Azaola presentó el estudio Situación de las prisiones en México y América Latina, en el que concluye que el
sistema penitenciario no está bajo control de las autoridades.
"Hay ciertas cárceles en México que están en manos de ciertos grupos delictivos y en esas cárceles hay zonas que
están en manos de otro grupo delictivo"..
La investigadora destaca que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha reconocido que el 65 por ciento de las
cárceles no está bajo control del gobierno, sino de los reos y custodios.

Y encuentra una explicación al hecho de que los custodios dejen que los delincuentes controlen sus prisiones: "se prestan a
traicionar a la institución porque ellos sienten que la institución les ha fallado en cuanto a condiciones de vida indignas. No es
sólo un tema de salarios: es el salario, la falta de capacitación, el desinterés que las instituciones tienen hacia todos estos
trabajadores".

En medio del descontrol, cada mes se registran en promedio 200 incidencias en todo el sistema. En junio pasado, por ejemplo,
se registraron 186: 93 riñas, 42 agresiones a terceros, 26 decesos, 14 autoagresiones, 5 huelgas de hambre, 2 intentos de
suicidio, 1 intento de fuga, 1 fuga, 1 homicidio y 1 suicidio.

Azaola señala que los gobiernos no les dan continuidad a los programas, y recomienda mejorar la infraestructura penitenciaria.

En 2008, la administración de Calderón lanzó el proyecto de crear ocho nuevos centros penitenciarios federales con una
inversión de 32,800 millones de pesos. Dos de ellos comenzaron a construirse, a partir de penales estatales en desuso, pero
siete años después, sólo uno está en operación, en Guasave, Sinaloa. El otro, ubicado en Papantla, Veracruz, está casi
terminado, pero no opera.

En 2010, se presentó otra estrategia: adjudicar Contratos de Prestación de Servicios (CPS) para que empresas privadas
edificaran ocho penales y los operaran a cambio de una contraprestación por 20 años. Ese proyecto incrementaría en 20,000 los
espacios carcelarios. De los ocho penales planteados, sólo cuatro aparecen en el listado de centros federales que están
operando, los Ceferesos 11 al 14.
La CNDH, en un reporte de junio de 2013, señala que los Ceferesos bajo la modalidad CPS son costosos y reproducen los
mismos vicios del sistema penitenciario.

Azaola recomienda que se analice todo el sistema y no sólo se tome en cuenta la fuga de El Chapo, pues si se parte de esa fuga
las estrategias se concentrarán en mayor vigilancia y no en reformar el sistema penitenciario para el 99.99 por ciento de los
otros reos en reclusión.

Despresurización, Tecnología y Capacitación


La idea de crear más centros penitenciarios, desarrollada durante el sexenio de Calderón por iniciativa de su secretario de
Seguridad, Genaro García Luna, es equivocada, coinciden dos arquitectos especialistas en diseño y construcción de prisiones.

El arquitecto José Francisco Reygadas explica que, si se tiene una carencia de 50 mil espacios, se requerirían 25 penales más
con capacidad para 2,000 personas y si cada penal tiene un costo de 4 o 5,000 millones de pesos se requieren 125,000
millones, cantidad que coincide, por ejemplo, con el recorte que anunció Hacienda para toda la administración pública federal
durante 2015.

La opción para Reygadas es mejorar el sistema con tecnología, no abandonar las cárceles y no dejar en prisión a los
delincuentes menores o que llegan por pobreza.

Según sus estimaciones, el 83 por ciento de los reclusos en México no deberían estar en prisión; llegan por pobreza, ignorancia
o malos procesos judiciales.

Juan Kaye, ex presidente del Colegio de Arquitectos, explica que el sistema debe enfocarse en reducir la población carcelaria,
formar personal capacitado y pensar en la reinserción; no en construir más cárceles.
Kaye advierte, además, que el país no cuenta con un sistema de formación que proporcione suficientes custodios profesionales.

"Si se requiere un custodio por cada 10 internos para una población de casi 260 mil internos, se requerirían 26 mil por cada
turno; es decir, serían 78, custodios para tres turnos. Dígame qué escuela le va a producir 78,000 custodios", cuestiona. 14

IV. CARENCIAS MATERIALES

14
Octavio Ortega https://www.chicagotribune.com/hoy/ct-hoy-8459647-quien-tiene-el-verdadero-control-de-las-carceles-en-mexico-story.html
Las Condiciones de Vida en las Cárceles Mexicanas
Las instituciones penitenciarias proveen a los detenidos de cada vez menos bienes básicos, como ropa, cobijas y zapatos.

De hecho, el último sondeo demuestra que las familias deben aportar cada vez más cosas a los internos para suplir las
deficiencias de los centros penitenciarios.

La tendencia al deterioro se confirma con la opinión de los reclusos acerca de la calidad de los alimentos: en 2006, 44% dijo que
la alimentación recibida era «mala» o «muy mala», mientras que en 2002 el porcentaje era de 39%.

Con respecto a la atención médica en las cárceles del Distrito Federal, quienes dijeron que no era adecuada representaban
20% del total en la primera encuesta y 35% en la segunda. En cuanto a los medicamentos, 59% señaló que se los pide a la
familia.

En las cárceles del Estado de México, el porcentaje de quienes calificaron la atención médica de «mala» o «muy mala» se
incrementó de 15% a 23% entre la primera y la segunda encuesta.

Dos encuestas realizadas en cárceles mexicanas revelan las pésimas condiciones de vida de casi un cuarto de millón de presos:
hacinamiento, falta de atención médica y la necesidad de apelar a los familiares para garantizarse la alimentación más básica
forman parte de una tendencia que se ha profundizado en los últimos diez años.
La administración de justicia también presenta graves deficiencias, desde las dificultades para investigar delitos complejos hasta
la violación de las garantías legales.15

Muchas cárceles carecen de instalaciones adecuadas o de capacidad financiera y de recursos humanos suficientes, mientras
que otras cuentan con más recursos, pero carecen de la competencia técnica necesaria. La mayoría de las prisiones deben
enfrentar el problema de los aumentos crónicos u ocasionales de la población de detenidos, que termina por superar la
capacidad de diseño de los establecimientos. En el caso de centros de detención con recursos muy limitados.

La Organización Física y el Diseño de una Cárcel


Las cárceles pueden ser muy diferentes entre sí en cuanto a su arquitectura, pero todas deben poseer instalaciones y servicios
básicos similares destinados a satisfacer las necesidades materiales de los detenidos y los requisitos de gestión:
 edificios donde están las celdas diseñadas para alojar a uno o más reclusos y en las cuales duermen los detenidos;
 instalaciones sanitarias destinadas a la higiene personal: baños y duchas;
 lavanderías para el lavado y el secado de las ropas;
 espacios abiertos, patios para realizar ejercicios al aire libre y áreas para practicar deportes;
 cocinas;
 servicios médicos;
 salas de visita u otros lugares donde los detenidos se reúnen con sus familiares; > salas de visita en las cuales los
detenidos puedan recibir asesoramiento legal en privado;
 oficinas administrativas del penal;
 sala de oración;
 almacenes;

15
https://nuso.org/articulo/las-condiciones-de-vida-en-las-carceles-mexicanas/
 talleres (para ser utilizados por los detenidos y por el personal penitenciario);
 aulas de clases;
 salas de usos múltiples;
 biblioteca;
 sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado1 ;
 instalaciones y servicios para el personal penitenciario2 ;
 espacios en los que los detenidos puedan ser aislados transitoriamente a fin de mantener el orden y la disciplina.
Realidad
Las cárceles disponibles en la actualidad a menudo son vetustas y se encuentran en mal estado. En muchas de ellas, las
instalaciones y los servicios son inadecuados y están lejos de ofrecer condiciones de detención humanas y de cumplir con las
normas y directrices establecidas por las leyes, normas y directrices nacionales e internacionales aplicables.

Algunas prisiones tienen bloques de alojamiento cuyas únicas instalaciones consisten en una cocina y un área cerca de la
puerta de entrada. Estos centros de detención no cuentan con salas de visita, enfermerías, talleres, aulas de clases ni otros
servicios necesarios, o bien estas instalaciones son insuficientes en relación con la cantidad de detenidos alojados en la cárcel.
Las áreas dentro de la prisión a menudo no están debidamente zonificadas. Los edificios se utilizan sin tener en cuenta el
aprovechamiento eficiente y seguro del espacio y el movimiento de personas y vehículos.

A medida que la población carcelaria aumenta, las aulas, los talleres y otras instalaciones y los espacios al aire libre a menudo
se reforman para albergar a nuevos detenidos. Suele ocurrir que las instalaciones construidas como estructuras temporales se
sigan utilizando durante varios años, pese a encontrarse en condiciones deplorables. La seguridad física proporcionada por la
infraestructura muchas veces es insuficiente. 16

V. LA SOBREPOBLACIÓN
16
https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/publications/icrc-002-4083.pdf
El Espacio de Alojamiento Necesario para cada Detenido
 El crecimiento de la población penitenciaria atrae consigo múltiples riesgos. Uno de los más evidentes es el del agravamiento
de las condiciones de hacinamiento y sobrepoblación.

Los datos oficiales lo prueban: el número de centros penitenciarios en México que tienen una cantidad superior de internos
respecto a sus espacios disponibles, es decir que están sobrepoblados, creció de 106 a 127 este año, y equivalen al 43.6% de
todas las cárceles del país.
Y mientras que a nivel nacional se reportaban al cierre del año pasado 16 mil 618 espacios disponibles en las cárceles estatales
y federales, dicha cifra ya se redujo a solo 4 mil 302, y al ritmo actual para el próximo año podría no quedar ninguno.
“Hay penales como los del Estado de México que son un infierno. Una celda pensada originalmente para 4 personas alberga a
30 personas. No hay ni aire suficiente, menos agua y espacio. Ni siquiera hay que especular con lo que puede pasar después
porque la realidad es suficientemente espantosa para dar cuenta de ella en este momento”, señaló la antropóloga Elena Azaola.

La cifra creciente de personas encerradas acarrea consigo problemas de salud y más en un año de pandemia. Los esfuerzos
que en su momento fueron anunciados por el Estado, como incrementar las liberaciones anticipadas o la aprobación de una Ley
de Amnistía, no ha tenido efecto alguno en la despresurización de las cárceles.

“El panorama es desolador. Si de por si la gente no tenía ni medicamentos indispensables para diabetes o hipertensión arterial.
Y si alguno se queja ante un juez de ejecución los acusan, hostigan o atormentan. Ahora con el COVID esto se vuelve aún más
grave”, dice Azaola.

De acuerdo con datos del “Observatorio Nacional de Prisiones ”, hasta el pasado 13 de diciembre 242 internos ya habían perdido
la vida a causa de la nueva enfermedad y estos son solo los casos confirmados y reportados.

El penalista Jiménez Padilla agrega que con la saturación en las cárceles también crecen los riesgos de seguridad y de
gobernabilidad en los mismos. Pero, además, un número creciente de personas en prisión preventiva significa una mayor cifra
de procesos penales que pueden saturar el sistema de justicia penal y crear cuellos de botella. 17

Durante la pandemia crece la población de hombres y mujeres en las cárceles


La población penitenciaria en el país creció 6.1 por ciento en lo que va del año, alza que se registra pese a la pandemia de
COVID-19 que obligó al cierre casi total de actividades en México durante varias semanas.

17
https://www.animalpolitico.com/2020/12/poblacion-carceles-crece-record-2020/
En enero pasado, en las más de 290 cárceles abiertas en el país había 202 mil 334 reos. Diez meses después, el 31 de
octubre, la población de las prisiones en México subió a 214 mil 776.

Son 12 mil 439 reos más los que ingresaron a las prisiones del país, de los cuales 11 mil 234 son hombres y mil 205 mujeres.
Las tres personas que faltan de contabilizar no se precisa si sin hombres o mujeres.

Dicha alza en el número de reos propició también un incremento en el número de centros penitenciarios con sobrepoblación.
En enero había 110 cárceles en esta condición y en diciembre ya eran 127.

La sobrepoblación se da principalmente en las prisiones estatales y municipales, según revelan las cifras oficiales del Órgano
Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) del gobierno federal.

En su Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional, dicho órgano advierte que el incremento en la
población penitenciaria se da, principalmente, en el número de reos detenidos por delitos del fuero común.

Y es que en enero de 2020 había 173 mil 192 reos detenidos por delitos del fuero común y en octubre pasado subió a 186 mil
247 reos, es decir, un
incremento del 7.5 por ciento.

Por el contrario, la población


penitenciaria del fuero federal
tuvo un decremento del 2.1 por
ciento.
En enero había 29 mil 145 reos implicados en delitos como lavado de dinero, delincuencia organizada y narcotráfico, entre
muchos otros del fuero federal, y para octubre pasado se llegó a 28 mil 529.

Cabe destacar que tan sólo en este año han sido cerrados tres penales federales, entre ellos el número 6, en Huimanguillo,
Tabasco; el número 2, Puente Grande, en Jalisco, y el número 3, Noreste, en Matamoros, Tamaulipas. 18

MEJORANDO LAS CONDICIONES DE LAS CÁRCELES SOBREPOBLADAS


El hacinamiento carcelario contribuye significativamente a varios problemas, incluyendo:
• estado de ánimo más decaído entre el personal
• dificultades de seguridad y control
• problemas de salud y bienestar del personal e internos
• mayores niveles de conflicto y violencia
• fracaso de la rehabilitación, que conduce a una mayor reincidencia

Si bien al construir o expandir la capacidad de la cárcel es posible reducir el hacinamiento, hay otras cosas que pueden hacerse
para mejorar las condiciones de las cárceles sobrepobladas.

Resolver la sobrepoblación en las cárceles requiere un firme compromiso por parte del gobierno y cooperación dentro del
sistema de justicia. Ofreciendo ejemplos de gobiernos que ya lo han hecho
demostrando de qué modo la justicia restaurativa puede ayudar a reducir las poblaciones carcelarias. 19

18
https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/crece-6-poblacion-en-carceles-pese-a-covid/

19
http://restorativejustice.org/am-site/media/overcrowding-sp.pdf
VI. PRISIONALIZACIÓN

Relación entre Prisionalización,

Ansiedad y Depresión
El fenómeno de prisionalización, es uno de los aspectos que puede influir en la convivencia de las personas privadas de la
libertad, pues da respuesta a su adaptación al medio penitenciario.

Según Echeverri se denomina prisionalización “al proceso por el que una persona, por consecuencia directa de su estancia en la
cárcel, asume, sin ser consciente de ello, el código de conducta y de valores que dan contenido a la subcultura carcelaria”
(2010, p. 158).

Dadas estas circunstancias, el comportamiento de las personas en prisión intramural estaría relacionada con este tipo de
subcultura y de acuerdo a la situación podrían presentarse dificultades, entre ellas la violencia y las necesidades de utilizar
estrategias de afrontamiento.

Sin embargo, cuando el estrés es superior a los mecanismos de afrontamiento y de adaptación del individuo, se produce una
sintomatología donde el estrés, la depresión y la ansiedad son las condiciones primarias para desarrollar los efectos por la
prisionalización (Echeverri, 2010).

La prisionalización es una variable interviniente en la conducta del interno que afecta a casi todas las personas que ingresan a
prisión con una intensidad diferente (Sarmiento, Barrios y Jiménez, 2015). En este proceso se adopta, confronta e interiorizan
aspectos del contexto penitenciario produciendo transformaciones a nivel psicológico, como tensión emocional y presión que
frente al carecimiento de un manejo adecuado de la situación puede desencadenar síntomas depresivos y ansiosos (Echeverri,
2010) Dentro de los temas de estudio de la prisionalización se resalta el cambio en las cogniciones, la salud mental y física,
pautas de comportamientos, entre otros factores, que una persona sufre al momento de ingresar a prisión (Sarmiento, Barrios y
Jiménez, 2015).

De igual forma, el hecho de enfrentar situaciones con alteración de la imagen corporal, exageración de la situación, alteraciones
en la sexualidad y riesgo de suicidio en prisión (Ruiz citado en Tamara et al., 2011).
La clasificación de la prisionalización se presenta de dos formas: la superficial, conceptualizada como el resultado de un
proceso de adaptación normalizado, que no puede definirse como patológico; y la definida, caracterizada por una dificultad
permanente de adaptación al medio, forjando consecuencias patológicas más intensas y extendidas en el tiempo (Echeverri,
2010) Según (Rincón y Manzanares citado en Lucero, 2009) los efectos de la prisionalización afectan varias áreas de la
persona.

Dentro de las que se encuentran:


Área biológica. Relacionado con el aumento del instinto de ataque dado que no es posible la huida; dificultades para conciliar el
sueño; problemas de privación sexual y sensorial (visión, auditivo, gusto y olfativo).
Área psicológica. Se manifiesta con la perdida de la autoestima, deterioro de la imagen del mundo exterior debido a la vida
monótona y minuciosamente reglada, acentuación de la ansiedad, la depresión, el conformismo, la indefensión aprendida y la
dependencia.
Área social. Que tiene que ver con la contaminación criminal, alejamiento familiar, laboral, aprendizaje de supervivencia
extrema (mentir, dar pena, entre otros).
Por otra parte, según (Caballero citado en Echeverri, 2010, p.232-235) existen factores a tener en cuenta en cuanto al fenómeno
de prisionalización, dichos factores son:
Edad. Se puede entender como la acumulación de experiencias propias de la trayectoria de vida del privado de la libertad, que
facilitan la adaptación a la vida en prisión.
Nivel cultural. Son todas las capacidades y conocimientos personales adquiridos por la persona privada de la libertad, que le
dan herramientas para la adaptación y un imaginario diferente de lo que será el cumplimiento de la condena.
Trayectoria penal. Hace referencia al interno que es reincidente, quien tendrá menos efectos al ingresar por segunda vez a la
prisión.
A partir de los diferentes factores intervinientes y de la prevalencia de diferentes afectaciones a la salud mental, el INPEC ha
revelado en el informe de atención a la salud mental que publica la defensoría del pueblo del año 2015, que la población privada
de la libertad con problemas mentales llega a la cifra de 2.060 personas en el país.

Pero ¿cómo un interno que ingresa con una equilibrada salud mental, puede llegar a presentar sintomatología congruente con
algún trastorno de Ansiedad y/o Depresión?

Es pertinente relacionar la definición de estrés, considerado como el resultado de la evaluación que hace la persona frente a las
demandas del medio que lo rodea, respecto a los recursos con los que cuenta, y al verlos superados, le produce una sensación
de peligro afectando su bienestar personal (Lazarus y folkman, 1986). 20

20
Diana Derly Hurtado Peña Yurany Fernanda Ossa González. (agosto de 2019). Relación entre prisionalización, ansiedad, depresión y estrategias de afrontamiento en
internas del ERON . Bogotá, D.C., agosto de 2019: Universidad Santo Tomas.
https://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/18997/2019dianahurtado.pdf?sequence=7&isAllowed=y
CONCLUSIÓN
El sistema penitenciario continúa siendo un tema relevante y preocupante, toda vez que continúa sin cumplir su objetivo
principal: la reinserción del individuo a la sociedad como persona de bien y no como un delincuente consumado.

Hemos analizado los problemas que se suscitan alrededor del entorno carcelario, así también, descubrimos la calidad de vida de
los internos en estos entornos.

La mayoría de las personas ignoramos el verdadero fin u objetivo de estos lugares, tienen por objeto la ejecución de sanciones
penales consistente en la privación de la libertad individual y, por lo tanto, requiere de condiciones que requiere un Institución
penitenciaria para alcanzar el logro de los fines que tiene cada sanción penal respecto a su destinatario.

En este trabajo comprendimos que uno de los objetivos principales problemas al que se enfrenta el Sistema Penitenciario es el
realizar una clasificación interna dentro de los penales, esta es la separación de los internos con el afán de ayudar a los internos
para obtener con éxito la reinserción social positiva, luego entonces, esta clasificación penitenciaria hoy en día es casi imposible,
por la gran sobrepoblación que existe en la actualidad ya que dentro de nuestro sistema penitenciario se juega un papel
importante para el tratamiento de los internos.

Por tanto, en la clasificación es necesario considerar que este aspecto es fundamental, como parte de su derecho a su
rehabilitación y reinserción social de las personas que se encuentran privadas de su libertad en centros penitenciarios. Y que, a
través y por medio de una adecuada clasificación, se robustece el derecho al debido proceso, al acceso a una impartición de
justicia pronta y expedita, a una defensa adecuada.
El modo de tratar a sus internos, su finalidad (la cual era alejar o apartar de la sociedad a los delincuentes sin darle una segunda
oportunidad-Reinserción-para poder desenvolverse en la sociedad), sus estructuras, sus divisiones hasta las que tenemos en la
actualidad, más sin embargo, no podemos dejar de conocer los numerosos problemas que la aquejan, uno de los cuales es
nuestros sistema penal, que es insuficiente ante el incremento de los delitos, el abuso de la cárcel preventiva, en virtud de que
los procesos penales no están cumpliendo con los principios bases de nuestra legislación Mexicana como la de impartición de
justicia pronta y expedita, así como también una cadena de problemas que originan todas estas dolencias, que desde la
corrupción, hasta sobre población, hacinamientos, insalubridad, difícil convivencia de los internos, tráfico de drogas, fabricación
de armas, nos lleva a la conclusión de que el sistema penitenciario está siendo rebasado por lo que en la actualidad, las
cárceles en general se están convirtiendo en un centro no de readaptación, mucho menos de re-inserción social sino más bien
en un lugar donde los ex presidiarios perfeccionan y aumentan sus conocimientos para salir como delincuentes consumados.

“Por lo tanto, llego a la conclusión de que nuestro sistema de justicia penal ha sido insuficiente en el
pasado y en la actualidad”
BIBLIOGRAFÍA

-https://expansion.mx/nacional/2018/05/03/homicidios-sobrepoblacion-y-autogobierno-problemas-de-las-carceles-mexicanas
- https://expansion.mx/nacional/2018/02/21/violencia-e-impunidad-lastres-para-los-derechos-humanos-en-mexico
-https://forojuridico.mx/situacion-del-sistema-penitenciario-mexicano-2/
-Cuaderno mensual de información estadística penitenciaria nacional.  Prevención y readaptación social. México. 2019.
 -La sobrepoblación en los centros penitenciarios de la República Mexicana.  CNDH. México, 2016
-Cuaderno mensual de información estadística penitenciaria nacional.  Prevención y readaptación social. México. 2019
-https://www.elsoldemexico.com.mx/mexico/sociedad/sistema-penitenciario-en-focos-rojos-falla-reinsercion-4434914.html
- https://www.animalpolitico.com/2016/04/10-problemas-que-enfrentan-las-carceles-en-mexico/
- Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2015  by http://www.animalpolitico.com
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- https://cnnespanol.cnn.com/2018/05/03/homicidios-sobrepoblacion-y-autogobierno-las-oscuras-cifras-de-las-carceles-en-mexico/
-https://www.eleconomista.com.mx/politica/En-Mexico-4-de-cada-10-presos-se-encuentran-sin-sentencia-20201020-0118.html
- Por Richard M. Aborn y Ashley D. Cannon, Prisiones: encerrados sin sentencia, To read an English version of this article, click  here.
https://www.americasquarterly.org/prisiones-encerrados-sin-sentencia/
*Richard M. Aborn es presidente de la firma consultora CAAS LLC, donde trabaja a nivel global con distritos policiales, organismos de justicia penal, corporaciones y
organizaciones sin fines de lucro desarrollando estrategias para reducir y prevenir el delito.
*Ashley D. Cannon es experta en política de la justicia penal y trabaja con CAAS LLC.
-https://www.nytimes.com/es/2018/11/13/espanol/america-latina/mexico-justicia-prision-preventiva.html
-Octavio Ortega https://www.chicagotribune.com/hoy/ct-hoy-8459647-quien-tiene-el-verdadero-control-de-las-carceles-en-mexico-story.html
-https://nuso.org/articulo/las-condiciones-de-vida-en-las-carceles-mexicanas/
-https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/publications/icrc-002-4083.pdf
-https://www.animalpolitico.com/2020/12/poblacion-carceles-crece-record-2020/
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- Diana Derly Hurtado Peña Yurany Fernanda Ossa González. (agosto de 2019). Relación entre prisionalización, ansiedad, depresión y estrategias de afrontamiento en
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-https://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/18997/2019dianahurtado.pdf?sequence=7&isAllowed=y
- EL SISTEMA PENITENCIARIOY LOS DERECHOS HUMANOS. Lucio Alberto Herrera Rodríguez. Año 7, No. 19; 2019. 732

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