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Ensayo Itercriminis
Ensayo Itercriminis
Iter ciminis
ENSAYO
ERIKA ARAÚZ, 8-1003-2363
La idea de estudiar y realizar un ensayo del iter ciminis, es para mí una enseñanza
que abarca desde mi punto de vista, la más importante valoración que debe
realizar un juzgador, fiscal, defensor, o bien un estudioso del derecho penal, al
momento de determinar el grado de responsabilidad penal que posee un sujeto
activo, en una situación fáctica específica, desde el momento en que decide
exteriorizar una conducta que el ordenamiento jurídico penal considera
reprochable.
Las etapas del iter criminis, representan el camino que ha de seguir o recorrer el
sujeto activo, al momento de la comisión de una determinada conducta prohibida,
descrita en el supuesto de hecho de la norma jurídico penal, mismo, que se
encuentra normado en nuestra legislación penal, pero que presenta, en la práctica,
gran dificultad de aplicación, por cuanto, resulta complicado el determinar,
tomando en cuenta la psiquis del sujeto activo, hasta donde ha llegado su
intención; si ésta se corresponde al resultado obtenido, mismo, que puede o no
ser punible por la norma penal. Estas son las razones por las que, la dirección de
este trabajo está indicada, a plantear como se aplica en situaciones fácticas, lo
que teóricamente se conoce como el recorrido del delito, sus dificultades, ventajas
y desventajas, en cuanto a la responsabilidad penal que se corresponde a cada
etapa, explicando con detenimiento, que no todo el iter criminis es punible, sino
sólo aquellos actos que objetivamente representen una ofensa.
Concepto del Iter criminis
Entendido como el camino del crimen, también conocido como grados de
desarrollo del delito, comprende todo el proceso psicológico de incubación del
proceso delictivo, hasta la perpetración del delito, con la consideración jurídica y
social, en cada etapa, de la punibilidad y peligrosidad de la actitud y del sujeto.
Es el estudio dogmático penal, de la psiquis del sujeto activo, desde el momento
en que ha ideado la consumación de un determinado injusto penal, hasta que ha
logrado conseguir la misma, e incluso agotarla. Si bien, dicho recorrido inicia
desde los actos preparatorios internos, en materia penal y para efectos de
punibilidad de la conducta, sólo son tomados en cuenta los actos preparatorios
externos, que presuponen una intencionalidad exteriorizada por el sujeto activo, de
ejecutar los actos que objetiva y subjetivamente le permitirían ofender un bien
jurídico tutelado por la norma penal.
Entonces, el iter criminis, está compuesto por dos fases principales: a) la fase
interna (ideación – deliberación – resolución o decisión) y b) la fase externa (actos
preparatorios – actos de ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento). En
ese orden de ideas se tocará algunos lineamientos básicos al respecto.
Estas fases de realización del delito, específicamente la del tipo tentativa -acabada
e inacabada- y el consumado, si bien no obedecen necesariamente a la misma
naturaleza, subjetivamente presentan similitudes relevantes que serán abordadas
con posterioridad, partiendo del hecho de que los primeros son formas imperfectas
de la consumación del injusto, las cuales resultan punibles, desde los actos
preparatorios externos, que constituyen una exteriorización de la voluntad del
sujeto activo de poner en peligro real y objetivo a un bien jurídico protegido y sobre
los que a continuación centraré mi atención.
Ideación
No son
Deliberación
Fase interna punibles
Resolución o
decisión
A. Fase interna
Ideación: consiste en la imaginación, pensamiento o idea del delito, es
decir, es la génesis de la idea delictiva que realizara el agente o sujeto
activo; por ejemplo: “A” quiere robar a “B”. La primera fase comprende, en
esencia, actos mentales de voluntad interna, que pertenecen a la psique del
autor, por lo que sólo pueden tener significación moral. Estos actos
representan la ideación del delito, y son absolutamente irrelevantes a
efectos penales, es decir, el pensamiento no delinque.
Deliberación: es la elaboración y desarrollo del plan delictivo, es decir, es
el planeamiento del delito a cometer, la forma o circunstancia a darse; por
ejemplo: “A” quiere robar a “B”, para ello, se vale del uso de un arma de
fuego, la misma que lo realizara durante la noche y en lugar poco transitado
por personas. En esta etapa hay una lucha interna entre la idea y la repulsa
moral al delito, puede el hombre por su inclinación al bien rechazar la
reflexión criminal, como puede acontecer que los mecanismos de inhibición
no sean suficientes y el hombre resuelva en su intimidad delinquir.
Resolución o decisión: Consiste poner en práctica o exteriorizar el plan
delictivo; por ejemplo: “A” decide robar a “B” mediante una pistola y durante
la noche. Entonces, en los tres momentos de la fase interna del delito son
irrelevantes para el Derecho penal, no son punibles; es decir, el
pensamiento no delinque.
Actos
No son punibles
preparatorios
Actos de
Fase externa ejecución
tentativa Son
punibles
Actos de
consumación
B. Fase externa
Actos preparatorios: los actos preparatorios del delito son actos
exteriores que no consisten en la ejecución sino en la preparación de un
hecho delictivo. Se encuentran, pues, en su estadio conceptualmente
anterior a la ejecución: en el estadio de preparación que precede a la
realización ejecutiva. Estos actos son, por regla general, impunes.
Únicamente, en algunos delitos especialmente relevantes, el legislador
decide sancionar (no solo su ejecución, sino también) su preparación.
Los actos preparatorios carecen de relevancia para el Derecho penal,
son impunes, en otras palabras, presentan un insuficiente contenido
delictivo.
Actos de ejecución: los actos ejecutivos comprenden aquellas
secuencias del iter criminis que representan la realización ejecutiva, y no
meramente preparatoria, del delito. Los actos ejecutivos aparecen con la
exteriorización del pensamiento humano mediante conductas que tienen
una determinada finalidad. Los actos de ejecución, que representa el
límite superior en la fase externa del iter criminis, si carece de relevancia
penal, es decir, son punibles las conductas concretas o exteriorizadas
como tal.
Consumación: expresa técnicamente la completa realización de todos
los elementos constitutivos de una variedad delictiva, esto es, cuando el
hecho completo corresponde enteramente al modo legal delineado en la
norma penal en cuestión. La consumación surge cuando se cumple
totalmente los requisitos exigidos por el tipo. No obstante, este momento
no solo debe comprenderse desde una visión estrictamente formal, sino
también material. En efecto, la consumación es relevante para el
Derecho penal y, por consiguiente, son punibles.
Agotamiento: La etapa de agotamiento surge cuando el agente
consigue satisfacer la intención que perseguía al idear, ejecutar y
consumar el hecho criminal. Con relación al delito cometido, tal hecho
resulta irrelevante. Es decir, en esta fase el delito ya se ha realizado, es
una consecuencia directa de la consumación.
En líneas generales, el iter criminis o camino del delito, es una serie de
etapas o fases por las que atraviesa en la psique del agente desde la
ideación hasta la exteriorización de la conducta (consumación). Así, por
ejemplo: en la esfera interna del iter criminis, se da la ideación –
deliberación – resolución o decisión. La misma que aquí termina la fase
interna; y da comienzo a la fase externa con los actos preparatorios – actos
de ejecución (tentativa) – consumación – agotamiento. Este último es
irrelevante para el Derecho penal, dado que el fin de la conducta se ha
concretado como tal.
Diferencia entre actos preparatorios y actos ejecutivos
Antes de pasar al análisis de los actos de ejecución, es preciso mencionar que
estos, son teóricamente distintos de los actos preparatorios, pero que, en la
aplicación práctica de las conceptualizaciones, resulta sumamente complicado el
diferenciar cuando uno de los actos exteriorizados por un sujeto activo
determinado, ha dejado de ser preparatorio y se convierte en ejecutivo.
Al respecto existen diversas teorías que tratan de dar respuesta a esta incógnita,
de las que sobresale la teoría intermedia o mixta, misma que combina dos
aspectos de la acción típica (subjetivos y objetivos); el plan del sujeto activo -
visualizaciones respecto de el desencadenamiento de la acción típica- y si de
acuerdo a estas visualizaciones, la conducta exteriorizada por el autor, se
encuentra estrechamente ligada, a la acción descrita en la parte objetiva del tipo,
no existiendo elementos intermedios que impidan el poner en actividad inmediata
su ejecución, teoría que según el maestro Muñoz Conde, presenta el problema de
subjetivizar un criterio que en la ley es objetivo.
De dicha teoría se desprende que la principal diferencia entre ambos actos radica
en el comienzo de la ejecución de la conducta típica, en la que a ciencia cierta,
sólo el sujeto activo que ejecuta la conducta prohibida, conoce en qué fase del
delito se encuentra su intención exteriorizada, púes por ejemplo, el hecho de
comprar un arma, puede ser un acto preparatorio del injusto penal de homicidio, y
se convierte en acto ejecutivo, cuando emplea dicha arma con el propósito
consciente y voluntario de obtener el resultado lesivo al bien jurídico vida, razón
por la cual, para establecer una diferencia fáctica, debe atenderse no solo a la
constitución de cada tipo de injusto en específico, sino también de las
circunstancias que acompañan su realización.
Tentativa acabada
Se define como aquella conducta exteriorizada por el sujeto activo, que presupone
la ejecución de todos los actos objetivamente necesarios, para que pueda
obtenerse el resultado lesivo al bien jurídico protegido por la norma penal
sustantiva, el cual no se produce por razones ajenas a la voluntad del agente, y,
por ende, lejos de los supuestos de evitación voluntaria de la consumación del
injusto penal - arrepentimiento eficaz que impide la consumación.
Tentativa inidónea y el delito imposible
El primer elemento es la idoneidad de los medios, lo que desde mi punto de vista
corresponde a la tentativa inidónea, pues comprende el hecho de que un sujeto
activo determinado, ejecute una conducta de dar principio, o bien ejecutar todos
los actos encaminados a la producción de un resultado típico, mismo que no
puede producirse, debido a que de acuerdo con sus propiedades objetivas, el
medio empleado para la causa del resultado típico, no es adecuado para lograr la
consumación material del hecho. De aquí que la no producción del resultado
típico, no se presenta por causas fortuitas, que irrumpen el curso causal de una
acción exteriorizada por un sujeto activo y que objetivamente pone en peligro el
bien jurídico protegido, sino que, dicha acción analizada, no presupone
relativamente desde el principio de la ejecución de los actos, un peligro concreto,
por imposibilidad del medio.