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1. ¿Qué es una crisis?

1.    ¿Qué es una crisis? 

Una crisis es la reacción de una persona frente a un evento precipitante, en la


cual se presenta un estado temporal de trastorno desorganizado caracterizado
por la pérdida de la capacidad de dar respuesta efectiva al problema debido a la
incapacidad de utilizar los mecanismos habituales de afrontamiento. Sin
embargo, la crisis no solamente es leída desde una connotación negativa,
también tiene un significado de oportunidad, aprendizaje y crecimiento (Slaikeu,
1996, Fernández, 2010, López, Velasco y Rojas, 2016 y Castillo y Rosete, 2019).

Este fenómeno temporal, según Castillo y Rosete (2019), puede llevar a la


persona afectada a dos estados: la recuperación e incorporación del aprendizaje
derivado del evento de crisis a su vida o la afectación de su salud mental y la
aparición de entidades diagnósticas como el Trastorno de Estrés Agudo,
Trastorno de Estrés Postraumático, entre otros
Estos dos estados de reacción ante el manejo de la crisis, dependerán en gran
medida de la percepción que cada uno de los individuos realice de la situación. Es
así, que los eventos precipitantes que pueden generar reacciones emocionales
intensas o pueden originar afectación de salud mental, son aquellos que los
individuos perciben como: a) una amenaza a las necesidades instintivas o al
sentimiento de integridad física y emocional, b) una perdida (de una persona,
habilidad o aptitud) y c) un reto que amenaza con sobrepasar las capacidades del
individuo (Slaikeu, 1996).

1. ¿Qué es una crisis?


Las crisis, según Fernández, (2010) y Slaikeu, (1996), pueden ser de dos tipos
circunstanciales o del desarrollo; las crisis circunstanciales, son aquellas que se
presentan de manera abrupta, es decir, son inesperadas, tienen poca o ninguna
relación con la edad de los afectados y se relacionan ampliamente con factores
ambientales, por ejemplo: desastres naturales, como la avalancha de Armero -
1985, los incendios de Australia - 2019, crímenes violentos civiles; tiroteo en las
Vegas - 2017; masacre de El Salado – 2000, entre otros. Este tipo de crisis,
requiere de atención inmediata y breve, ya que genera una amenaza al bienestar
físico y psicológico, a nivel individual y colectivo.

Por otra parte, las crisis de desarrollo son aquellas relacionadas con el
desplazamiento de una etapa del crecimiento a otra, en donde es posible que se
presente una interferencia en la realización de las actividades propias de cada una
de las etapas, originando un momento de desorganización, por ejemplo: Crisis del
nacimiento e infancia, Crisis de la pubertad y adolescencia, Crisis de la tercera
edad (Slaikeu, 1996, Fernández, 2010 y López, Velasco y Rojas, 2016).

Estos dos tipos de crisis pueden requerir intervención de primera o de segunda


instancia (esta última realizada por psicólogos, particularmente con especialidad
de atención en crisis, de la salud y clínica), según las consecuencias derivadas del
suceso.

Todas las poblaciones son de particular interés y cuidado en situaciones de


crisis, sin embargo, los niños, niñas y adolescentes son de especial atención, así se
define desde nuestra responsabilidad social, la ética profesional y el sin número
de normativas nacionales e internacionales.

¿Qué es una crisis?


Los niños, niñas y adolescentes cuentan con una capacidad de adaptación
debido al proceso flexible y adaptativo de desarrollo en el que se encuentran, en
donde se presentan adquisiciones permanentes de tipo cognoscitivo y afectivo.
Estas capacidades, les permiten evaluar las situaciones de crisis diferente a los
adultos; comprenden que las situaciones son difíciles, ven el peligro y reaccionan,
pero así mismo, aprenden de lo que viven y de lo que ven. (Rodriguez, Zaccarelli,
Pérez, 2009, Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation y Misión
Mundial Internacional, 2012 y Save the Children, 2013)

A pesar de esta habilidad, los niños, niñas y adolescentes, son considerados


como población vulnerable o en riesgo, ante las situaciones potencialmente
traumáticas, ya que las posibles reacciones psicológicos pueden afectar de
manera directa el desarrollo físico, emocional, escolar y social (Fernández, s.f., y
Rodriguez, Zaccarelli, Pérez, 2009)

La manera en que los niños, niñas y adolescentes afrontan estas situaciones,


depende en gran medida de la edad en la que se encuentra, de su capacidad de
comprensión de la situación, de los eventos vitales a los cuales ha estado
sometido, del apoyo y la seguridad que la familia le pueda proveer; por lo que los
niños y niñas más pequeños (menores a 5 años) tienen mayor riesgo de sufrir
secuelas psicológicas (Rodríguez, Zaccarelli y Pérez, 2009, Organización Mundial
de la Salud, War Trauma Foundation y Misión Mundial Internacional, 2012 y
Méndez, 2016).

Al igual que los niños, niñas y adolescentes, los adultos mayores son
considerados como población vulnerable o en riesgo, debido a que, por sus
características personales, familiares, económicas y socioculturales, pueden estar
más predispuestos a no contar con los recursos y estrategias de afrontamiento
para enfrentar las situaciones de crisis. En este sentido la Cruz Roja Española
(2010), señala que es probable que esta población tenga dificultades físicas, vivan
solas y carezcan de ayuda y otros recursos; por lo cual es necesario fortalecer los
mecanismos de afrontamiento mediante la identificación de vínculos y relaciones
estables, la generación de la sensación de seguridad, el uso de un lenguaje cortés
y respetuoso, el restablecimiento de las rutinas en el menor tiempo posible, entre
otros.

 ¿Cuáles son algunas de las reacciones frente a una crisis?

Cuando las personas son afectadas por situaciones difíciles se tienen a


movilizar reacciones que ayudan a alivia el malestar y a recuperar el equilibrio
que existía antes del inicio de la crisis. Si estas reacciones se logran desplegar la
crisis pude ser superada y ocurre un aprendizaje de nuevas estrategias
adaptativas que pueden ser usadas en el futuro ante otras situaciones (Fernández,
2010 y Figueroa, Cortés, Accatino y Sorensen, 2016).

Una situación de crisis produce desajustes en el individuo que se manifiestan


como signos y síntomas los cuales son normales ante situaciones extremas,
difieren de persona a persona y en algunas personas tienen a desaparecer en días
sin la necesidad de ayuda profesional (Fernández, 2010 y Figueroa, Cortés,
Accatino y Sorensen, 2016). Las reacciones ante las crisis (tabla 1) más comunes
son:
2. ¿Cuáles son algunas de las reacciones
frente a una crisis?
Los niños, niñas y adolescentes al igual que los adultos, presentan reacciones
que se pueden considerar normales tras experimentar situaciones anormales: la
mayoría de ellos se recuperan al recibir el apoyo de sus familiares y del primer
respondiente que brinde la intervención en primera instancia. En la tabla 2, se
encuentran las posibles reacciones que se pueden esperar en las 72 horas
después de ocurrido el evento o incluso en el primer mes, estas reacciones no se
presentan necesariamente en su totalidad y dependen de diferentes variables
circunstancias personales, familiares y socioculturales (Rodríguez, Zaccarelli y
Pérez, 2009, Save the Children, 2013 y Méndez, 2016)

2. ¿Cuáles son algunas de las reacciones


frente a una crisis?
Es importante realizar una valoración de las reacciones de los niños, niñas y
adolescentes días después de la situación de crisis, en función de la edad,
intensidad y duración, ya que esta información permitirá determinar si requiere o
no ayuda profesional. Así mimo, es indispensable informar a la familia las
reacciones que se presentan como respuesta normal a la situación con el fin de
que estos actúen como observadores de los signos y síntomas del niño y
adolescente (Patronato Provincial de Servicios Sociales de Córdoba, 2005,
Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation y Misión Mundial
Internacional, 2012 y Méndez, 2016).

Por su parte, los adultos mayores presentan reacciones de tipo cognitivo,


comportamental y emocional que se encuentran relacionados con su momento
vital. Estas reacciones se describen en la tabla 3.
 

Tabla 3

Reacciones cognitivas, comportamentales y emocionales de los adultos mayores


ante situaciones de crisis

Cognitivas Comportamentales Emocionales


Aumento de los recuerdos Mayor dependencia de la Miedo a la soledad.
relacionados con el pasado y familia.
los amigos.
Deseo de volver a Rechazo de la asistencia Miedo a morir.
conectarse con los amigos o proveniente de los
familiares. profesionales.
Visión deprimente del Reacciones fisiológicas Sentimiento de múltiples
futuro (la vida nunca será tan (especialmente trastornos del pérdidas (personales,
buena como en el pasado). sueño y del apetito). materiales, de la dignidad, de
la esperanza en el futuro).
Regresión (en general un   Reacción inmediata de
retorno temporal a un estado miedo, seguida de ira y
previo, habitualmente peor). frustración cuando no son
capaces de controlar la
situación.
Desorientación, debido a    
la interrupción de la rutina.
Utilización de la negación    
como reacción defensiva
normal.
Dificultades de    
concentración y
comunicación.

2. ¿Cuáles son algunas de las reacciones


frente a una crisis?
Las reacciones generales que se presentan ante una situación difícil pueden
entenderse como una respuesta adaptativa, que busca el retorno del equilibrio
del individuo previo a la situación de crisis. En la tabla 4, se mostrarán algunos de
estos síntomas que posiblemente son más identificables en las personas adultas y
la explicación desde una mirada positiva de la salud -Salutógena (Pérez, 2008).

 Tabla 4

Modelo de re-significación de los síntomas desde una mirada positiva de la


salud (Salutógena). 

Síntomas Explicación Salutógena


Síntomas intrusivos Intentos recurrentes de dar sentido a la experiencia, intentos
(flashbacks, pesadillas, espontáneos e la mente para entender y asimilar lo ocurrido, de
rumiaciones). buscar un final.
Síntomas de
Necesidad de la mente de desconectarse temporalmente de la
anestesia emocional de
realidad, de poner algo de distancia respecto al mundo y darse
despersonalización o de
un tiempo muerto de respiro y recuperación.
extrañeza.
Angustia ante Un modelo natural de protegerse. Un modelo de permitirse ir
situaciones parecidas y afrontado lentamente las cosas. Dosificación necesaria del dolor
deseo de evitarlas. de las pérdidas.
Ganas de estar solo y Intentos por no perder el control y mantener la calma interior
aislarse.
Actitud defensiva, útil para sobrevivir. Agotadora, cuando se
Hiperactivación y lleva al extremo, pero cuyo fin es proteger. Una vez pasada la
alarma. amenaza ya no sería necesario mantenerla, aunque a veces tome
un tempo desactivarla progresivamente.
Fuente: Tomado de Pérez, 2008.

3. ¿Qué son los primeros auxilios


psicológicos (PAP) o intervención de
primera instancia?
Los primeros auxilios psicológicos son un enfoque modular y basado en
evidencias, destinado a brindar apoyo a otro ser humano que está sufriendo por
un incidente crítico y que puede necesitar ayuda (Universidad Autónoma de
Barcelona, s.f., Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation y
Misión Mundial Internacional, 2012 y López, Velasco y Rojas, 2016).

Es así que los PAP, son considerados como la primera atención que reciben los
afectados por acontecimientos críticos, que se aplican de manera inmediata o en
las primeras horas del impacto; los proceso y procedimientos de los PAP, están
diseñados para reducir la angustia producida por los eventos traumáticos y para
promover el funcionamiento adaptativo y las habilidades de afrontamiento
(Universidad Autónoma de Barcelona, s.f., Slaikeu, 1996 y Hernández y Gutiérrez,
2014)

4. ¿Cuáles son los objetivos de los PAP?


De acuerdo a los autores Universidad Autónoma de Barcelona (s.f),
Organización Mundial de la Salud, War Trauma Foundation y Misión Mundial
Internacional (2012) y Save the Children (2013), podemos identificar en términos
generales, los siguientes objetivos de los primeros auxilios psicológicos: 

Objetivos principales de los PAP: 

 Proporcionar apoyo, reducir el peligro de muerte y enlazar a la persona en crisis


con los recursos de ayuda.
 Reducir el nivel de estrés inicial causado por el evento traumático.
 Fomentar la adaptación a corto, mediano y largo plazo.
 Potencializar las estrategias de afrontamiento. 

Objetivos específicos: 

 Brindar ayuda y apoyo práctico, de manera no invasiva.


 Evaluar las necesidades y preocupaciones.
 Ayudar a las personas a entender sus necesidades básicas.
 Escuchar a las personas, pero no presionarlas para que hablen.
 Reconfortar a las personas y ayudarlas a sentirse calmadas. 

Objetivos en los niños, niñas y adolecentes: 

 Prevenir problemas psicológicos a corto y largo plazo, como consecuencia de


acontecimientos potencialmente traumáticos, que puedan afectar su capacidad
de aprender, su forma de relacionarse con los demás y la manera como enfrenten
situaciones difíciles en el futuro.
 Reincorporar los niños y adolescentes a sus actividades habituales, en especial en
las relacionadas con la familia, escuela y grupos de pares.

5. ¿Cuáles son algunas características de


los PAP?
Entendiendo que los primeros auxilios psicológicos son una atención lo más
inmediatamente posible a la crisis, es muy importante reconocer sus
características, de tal manera que podamos delimitar sus acciones y a la vez
activemos los posteriores niveles de intervención. Algunas de las características
de los PAP, según Slaikeu (1996), Organización Mundial de la Salud, War Trauma
Foundation y Misión Mundial Internacional (2012), Hernández y Gutiérrez (2014),
son: 

 Se realizan de minutos a horas, en una sesión; según la gravedad de la


desorganización o trastorno emocional de la persona en crisis.
 Lo pueden realizar personas que hayan sido entrenadas para su
implementación (padres, policías, abogados, personal de salud,
trabajadores sociales, maestros, etc.).
 Deben ser adaptados a los diferentes contextos, culturas y grupos etarios.
 Se proporcionan principalmente in situ, lo más cercano en el tiempo a la
crisis presentada.
 Se pueden realizar en hospitales, hogares, escuelas, ambientes laborales,
líneas de urgencias, etc., lo ideal es implementar esta técnica en un lugar
donde exista privacidad.
 Los PAP están dirigidos niños, niñas, adolescentes y adultos, afectados por
un acontecimiento critico o grave que está ocurriendo o acaba de ocurrir.  

6. ¿Cuáles son algunas reglas básicas


para prestar PAP?
Para la implementación de los PAP, es importante tener en cuenta algunas
reglas, las cuales favorecerán el ejercicio del auxiliador y la respuesta del afectado
(Cruz Roja Colombiana, 1996 y Organización Mundial de la Salud, War Trauma
Foundation y Misión Mundial Internacional, 2012), a continuación, se mencionan
algunas de ellas:           
 Papel de la persona que presta PAP: el auxiliador debe ser amable y no
emitir juicios, debe mostrarse interesado y preocupado por el bienestar de
la persona, debe transmitir seguridad y competencia y debe ganar la
confianza de la persona afectada. Para esto, actúe con calma, amabilidad y
de forma respetuosa
 Reconocer limitaciones personales: si la persona que está implementando
los PAP percibe que resultará afectado emocionalmente frente a la
situación, de tal forma que afecte la seguridad que debe trasmitir o su
juicio imparcial, deberá estar atento para reconocerlo y abstenerse de
realizar la intervención. Este atento a sus propias necesidades físicas y
emocionales. 

 Empatía, no lástima: quien implemente los PAP, no deberá mostrar lástima


por la persona afectada, es importante que se desarrolle una capacidad de
experimentar en sí mismo los sentimientos de la otra persona (empatía). Es
importante que el afectado perciba que se le comprende, que el auxiliador
es una persona capaz de ponerse en su lugar y entender la situación.
 El afectado no siempre colaborará con el auxiliador: en el caso en que la
persona se niegue a recibir cualquier clase de ayuda, debemos procurar
por que se anime o permita la ayuda de otros, de no recibir respuesta
positiva el auxiliador deberá respetar la decisión del afectado, dejando
clara su intención de apoyar cuando el afectado lo considere necesario o
se sienta listo.
 Cada Caso es especial: ante una situación de crisis, no todas las personas
reaccionan de la misma manera. En cada persona intervienen múltiples
factores como la educación, la cultura, su estilo de vida, entre otros. Por lo
que será necesario, que el auxiliador propenda por entender las
circunstancias específicas de la persona a quien busca ayudar El espacio
adecuado: para establecer un adecuado contacto con la persona afectada,
se debe buscar, de ser posible, un lugar que provea privacidad,
tranquilidad, comodidad y seguridad.
 Cuando Remitir: cuando el afectado manifieste ideas de hacerse daño o
hacerles daño a otros, comportamientos agresivos que impidan prestar el
auxilio, cuando manifieste ideas delirantes (creencias que no están basadas
en la realidad) o reporte alucinaciones (ver, escuchar o sentir cosas que no
existen)
 Es mejor errar por exceso que por defecto: no hay que minimizar ningún
síntoma o pedido de ayuda, es preferible prestar más ayuda de la
necesaria, que descuidar alguna situación que pueda generar un daño en
el afectado.
 En el caso de niños, niñas y adolescentes: es necesario contar con la
aprobación y cooperación de los padres o familiares más allegados, para
ello se les deberá explicar lo que se planea hacer con los menores en las
actividades de recuperación.

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