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La Elección de Una Estrategia de Marketing
La Elección de Una Estrategia de Marketing
de Marketing
Si la marca A, por ejemplo, mantiene una parte del mercado del 10% en
un mercado donde el competidor más importante tiene una cuota del
mercado del 20%, la cuota de mercado relativa de A será de 0,20
(10/20%). La marca A tiene una cuota de mercado baja, ya que es
inferior a la unidad. Igualmente la marca B tendrá una cuota de mercado
de 2 (20/10%). Tiene una cuota elevada de mercado.
• La trayectoria del seguidor, que utiliza los recursos generados por los
productos vaca lechera y que entra como dilema en un mercado
dominado por un líder adoptando una estrategia agresiva de desarrollo
de su cuota de mercado.
El mérito principal del método desarrollado por el BCG es, sin duda, la solidez
del desarrollo teórico que lleva a establecer una relación entre el
posicionamiento estratégico y el resultado financiero. Las hipótesis de partida
son realmente restrictivas; pero si se verifican, permiten formular un diagnóstico
preciso y unas recomendaciones de gran valor. La dirección general puede así
concentrar sus esfuerzos en los problemas estratégicos principales y analizar
las implicaciones de las diferentes estrategias alter-nativas de desarrollo.
Además, el método se apoya en indicadores objetivos de atractivo y de
competitividad, que reducen así el riesgo de subjetividad. Por último, añadamos
también que la matriz proporciona una síntesis visual del conjunto de
actividades de la empresa, lo que facilita la comunicación.
Los métodos de análisis de la cartera de productos son débiles para dar una
imagen del presente o de hechos pasados recientes, además de dedicar poco
tiempo a evaluar los cambios futuros y sus opciones estratégicas. También
existe el riesgo de la aplicación demasiado mecanizada de estos métodos.
Sin embargo, estas matrices pueden ser utilizadas de una manera dinámica;
por ejemplo, comparando las posiciones actuales de cada producto-mercado
con las posiciones objetivo para el período siguiente. La matriz del cuadro es
también útil a este respecto, ya que permite analizar la evolución de la posición
competitiva de cada unidad de negocio en el tiempo-actividad (Hussey, 1978 ).
En lo que se refiere a las ventajas del análisis de la cartera, una tercera parte
consideró que la principal ventaja era obtener una mejor comprensión de su
actividad empresarial y por lo tanto tomar mejores decisiones estratégicas.
Las estrategias adoptadas serán, pues, diferentes según que la ventaja com-
petitiva que se busque esté basada en la productividad y, por consiguiente, en
términos de costes, o basada en un elemento de diferenciación y, por tanto, en
El hecho de tener una ventaja en costes constituye una protección eficaz contra
las cinco fuerzas competitivas:
• Los clientes fuertes no pueden hacer bajar los precios más que hasta el
nivel que tiene el competidor directo más eficaz.
Hay que destacar que esta estrategia beneficiará a todos los competidores, ya
que influye en la demanda primaria más que en la demanda selectiva.
Estas tres últimas estrategias son, sobre todo, defensivas; tienen por objetivo
mantener un nivel de penetración en los mercados.
Otro objetivo puede ser facilitar un acceso a una nueva tecnología, esencial
para el éxito de la actividad de la empresa. Numerosos fabricantes de orde-
Hemos visto este tipo de estrategia entre Hertz y Avis, Coca-Cola y Pepsi-Cola,
Kodak y Polaroid.
Los dos problemas clave a los que se enfrenta el retador son: a) la elección del
campo de batalla para atacar a la empresa líder, y b) la evaluación de su
capacidad de reacción y de defensa.
Esta estrategia es más eficaz para el retador cuanto mayor sea la cuota de
mercado del líder, ya que si éste adopta un precio reducido, implica para él
costes importantes, mientras que el retador, sobre todo si es pequeño, solo
perderá un pequeño volumen.
Una estrategia de seguidor no implica una pasividad del J.E.U, sino más bien
su preocupación por adoptar una estrategia de desarrollo que no provoque
represalias por parte del líder.
En el umbral del siglo XXI, el activo más importante para una empresa es su
capacidad para identificar, medir y explotar su conocimiento. Este capital
intelectual de conocimiento, tácito o explícito, se puede convertir en su arma
más agresiva y en el factor de éxito en el ámbito internacional en los años
venideros (ver Nonaka y Takeuchi, 1995).