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jQué es UN nifio, un joven oO un adulto en tlempos alterados? SILVIA DUSCHATZKY* a pregunta por el nifio o por Ser adulto en la forma que fuera (pa- el joven es extensiva a mu- dre, maestro) suponia ocupat un lugar chas otras; “qué es ser ma- en torno de la ley -el lugar del porta~ dre, qué es ser padre, qué —_dor- y ser nifio, joven, hijo 0 alumno, es ser maestro? Preguntas —_asumir su lugar complementario. que nos ponen en un aprieto a la hora de responder, porque los mo- dos de existencia actuales hacen estallar cualquier ca- tegoria ordenadora. Parafra- seando a Umberto Eco,' nos quedaron los nombres -*jo- ven’, “nifio", “adulto”- sin la cosa que nombran. Tiempo atras, cuando la vida transcurria en suelo sélido y en consecuencia nuestro modo de habitar el mundo se construia en condiciones telativamente estables y pre- visibles, ser madre, padre, Joven, nifio, alumno, maes- tro, no era un problema 0, Por lo menos, no lo era en términos de su definicion. 750 y Expeniencias Ensayos La ley podia transgredirse, wolarse ¥ Jos contenidos de la legalidad podian ser objeto de disputa, pero nada habla por fuera de la instancia de ley: La ley no constituia un mero ordenamiento juridico sino una experiencia forjada en la vida institucional. Familia y escuela eran los pilares por excelencia encargar dos de inscribir subjetivamente los lu- gares de enunciacién de nifios, jovenes y adultos, que es igual a decir las posi- ciones que cada uno acupa en torno del principio de ley. Las sociedades dis- ciplinarias disponian de una serie de dispositivos que hacian posible que la ley en si, la verdad en su enunciado, adquiriera consistencia emocional, ya sea para configurarse a imagen y se- mejanza de ella o para huir de sus efectos opresivos” Las formas de configuracién histéricas de la infancia y la juventud podian ser pensadas como actos de institucién. Ser nifio 0 joven no correspondia a un estado natural sino a una produccién social orientada a consagrar un estado de cosas, a imponer -diria Bourdieu un derecho de ser que es un deber ser. Asi, la eficacia simbolica de los ri- tos de institucién radica en actuar so- bre lo real actuando sobre la represen- tacién de lo real, de modo que un acto de institucién es un acto de comunica- cién particular que logra conferirle a al- guien sus marcas de identidad. El siglo XX produjo vastos inventarios sobre quién es el nifio; la psicologia nos in- formé sobre sus etapas de desarrollo y los modos de estimular un crecimiento saludable; fa pedagogia, por su parte, se ocupé de prescribir qué debia saber el alumno en cada momento y como colaborar para apoyat UNa progresivy autonomia. La literatura puso a dispo, sicion de padres y Maestros uN pague. te de textos escritos desde y para la infancia. Por su parte, también los jg. venes fueron clasificables; la sociologig los pens6 desde la categoria de “mo. ratoria social”: tiempo de espera, tiem. po de postergacion, paréntesis dest. nado a prepararse para las responsabi. lidades ciudadanas. Mas tarde, un con. junto de signos como la desercién, i repitencia, la inclusion temprana en el mercado laboral, pone en cuestién la fuerza de la nocién de moratoria social y comienza a circular la idea de “mora. toria vital”, imagen que pone énfasis en una suerte de plus vital, energia exuberante propia de las jovenes ge- neraciones que los aleja de la percep- cion de finitud de la vida. Ya no se tra- ta de mirar la juventud sdlo como eta- pa de transicion, sino de dar cuenta de estéticas singulares que nos hablan de sus formas de vivir la temporalidad. Si la institucion, tal como lo sugiere Cas- toriadis,* consiste en ligar simbolos a significaciones y hacerlos valer como ta- les, los nifios, jévenes 0 adultos, en tam to instituidos, configuraban un modo es- pecifico de habitar el mundo. En estas coordenadas, ser nifio suponia la cond cién de dependencia respecto del adut to, ausencia de saber, indefension y, Po el contrario, ser adulto implicaba porter autoridad, saber, recursos de protecciOn- Qué ocurre cuando la experiencia nos, muestra “nifios", jévenes” 0 “adultos” que no se dejan atrapar por un conju to preciso de atributos? mente, al feer estas lineas mis ramente, abjetard: & on nifos, jévenes y seat eu" yas a diatio c¢ « tal como 10s imaginamos? 10s t2 acaso No Nos enfren- u cit aie gamente, un sindimero de posi: eectva j den desplegarse. No obs- b rante, lo inte . que asistimos a nuevas formas de z dades pue' resante a tener en cuenta “atencia social que parecen generar- ce més alla de invariantes estructura- les leidas en términos de sus correla- tos 0 de sus desvios. Los tiempos ac- tyales nos enfrentan a producciones de subjetividad que no se dejan expli- citar desde la perspectiva paterno-filial 9 desde las operaciones instituidas, sostenidas en el principio de ley y, en consecuencia, demandan nuevas cla- ves de pensamiento capaces de desig- nar lo que acontece. Se trata de mo- dos singulares anudados al calor de acontecimientos imprevisibles. £1 analisis de dos experiencias: la de Lucas, un nifio que habita en un barrio. del conurbano bonaerense y la de un grupo de jévenes que viven en la peri- feria de la ciudad de Cérdoba, nos ayudaré a desanudar el problema plan- teado. Lucas tiene 9 aftos y vive en Solano. Lucas participa de la murga y el me- rendero que organiza el movimiento Piquetero del barrio. Pero Lucas no fue traido por sus padres, responsables de su alimentacion y preocupados porque Cespliegue alguna actividad artistica. Mientras merodea las calles, choca con Un grupo de gente bailando y comien- do en el comedor barttal. Lucas se stenle abaido por esa presencia, desea estar abi, Sus padres parecen ignorar los ardides que su hijo pone en juego en el bartio. Lucas y otros chicas co Mienzan a formar parte de tos talle que impulsa la agrupacion comunitaria de Solano, pero muchos de ellos to hacen mas alla del beneplacito de sus padres. Este hecho provoca un conflic to en el MTD* de Solano, que decide que los emprendimientos realizados tienen como beneticiarios sdlo a los que trabajan en fas iniciativas de! mo vimiento. En una asamblea surge fa pregunta: équé hacer con estos chicos que se acercan espontaneamente, in- dependientemente de sus padres? ¥ la Asistinos a nuevas formas de existencia social que parecen ge- nerarse mds alld de invariantes estructurales, leidas en términos de sus correlatos o de sus des- vios. Los tiempos actuales nos en- frentan a producciones de subjeti- vidad que no se dejan explicitar desde la perspectiva paterno-filial o desde las operaciones institui- das, sostenidas en el principio de ley, y en consecuencia demandan nuevas claves de pensamiento ca- paces de designar lo que aconie- ce. Se trata de modos singulares anudados al calor de aconteci- mientos imprevisibles. y Experiencias /50 Ensayos / decsién no tarda en legar “ellos ef- gen venir, ellos son peers A comparieros pibes y nosotros nos equ vocariamos si no lo aceptéramos asi: La pregunta se impone. ds Luces un nifio, un ser inscripto en el espacio de {a ley, sometido a las figuras portado- ras de autoridad (padres y maestros), incapaz de decidir, resguardado en es- Pacios especialmente disefiados para ELy sus pares? éson sus padres refe- Fentes para Lucas, figuras que propor- Slonan proteccién y cuidado, portado- "25 eficaces de ley y de un conjunto de Significados que le confieren sentido a Su Vida? éSon sus “compaferos” del Movimiento pi iquetero representantes de ley? {Qué ocurre con la autoridad? ‘caso esta disuelta? iEs posible ver alli otto tipo de autoridad, ya no insti: tuida por los dispositivos encargados de producir ley, sino producida en ¢. tuacion? Se nos ocurre la siguiente Feflexién: el <2MPo de la fraternidad! se perfila co. MO un campo consistente de construc. ion subjetiva. Pero entendamos que NO Nos referimos a lo fraterno como espacio de autonomia de jOvenes fren- *© 8 Sus generaciones mayores, Lp fra: Pares contra el mundo temo alcanza también, Nuestro ejemplo, “generaciones', adulto. Lo fra Naci6n- se j formas de posicionarse en una yg, on social. No es sustitutiva nj " nica del ej patemoria, sing syn mentario, en el sentido de que Porta complejidad, diferencia y SNBUlatdag, Estamos frente a un problema, e5 un nifo 0 un joven sin insti, que lo produzcan, sin la eficac; parémettos sdlidos que organizabs, i; experiencia socal? Y iqué es ser ag. to cuando nos inunda la incertidum. bre, cuando no podemos anticiparg que vendrd, cuando lo que aprendi, mos se revela anacrénico? Que ‘Uciones 2 de log Lo fraterno entendido como précticg Ge ligadura social se arma sobre teg pilares fundamentales: fa confianza, fe responsabilidad y el afecto, Confiangs en el deveni, en la activacién de Posi. bilidades, en el despliegue de diferen. C25: responsabilidad como respuesta frente a la interpelacién del otro con- creto y afecto como Capacidad de ser afectado enun encuentro, Tanto Lucas como los mayores del movimiento son afectados, alterados, Con-movidos en <2 experiencia, Lucas experimenta OWf0 modo de habitar su infancia y los M2YOFes otro modo de posicionarse frente a ese hablante llamado nif. Para los que participan de la experien- Cia relatada, la infancia eS una produc- tividad no determinada Por una autori- dad instituida, &omo pensar la emergencia de estas Nuevas Modalidades? (Qué ha ocurri- 0 con las Condiciones de produccién de las identidades sociales? (En qué Swadro de situacién nos encontramos? percibimos que el mundo es otro 0, por Jo menos, nada equivalente a un concierto de naciones y a la visibilidad de un panéptico que adscribe cada cuerpo a un lugar. Distintos términos se disputan su nominacién: neolibera- lismo, era de la informacién, era de la imagen. Lo cierto es que la metsfora que parece describirlo mejor es la de la fluidez.’ Fluidez no es nada parecido a liviandad placentera; fluidez equivale a destondamiento de todo soporte s6- lido de existencia social. Fluidez es el término que designa una condicién ca racterizada por el cambio de forma constante: no sabemos donde esté el capital, pero aprendimos que ya no lo hallaremos concen- trado en fabricas; desconocemos qué se espera de noso- tros, salvo no per manecer iguales -la reinvencién constan- te y flexibilizacion se asoman mas como imperativos de mer- cado que como de- cisiones subjetivas que buscan ligar de otro modo un tejido social fragmentad: no podemos antici- par cudles seran las proximas operacio- nes de un poder que se disemina mas alld de cual- quier célculo racio- nal, pero aprendi- mos con Irak* que lo impensable es posi- ble; nos resulta incierto nuestro futuro laboral, pero estamos alertas a las se- fhales del mercado con la ilusion de continuar conectados a /a red. Fluidez es, entonces, el pasaje de un mundo estable a un mundo desregla- do y altamente inestable, que no se deja pensar en su novedad por las vie- jas representaciones. Veamos, en el siguiente relato, cudn *fluidas’, huidizas, perturbadoras, in- quietantes, pueden ser las formas de existencia en condiciones de expulsion social. Se trata de una practica grupal protagonizada por chicos, adolescen- tes o jévenes (da igual) que viven en un barrio desgarra- do de la ciudad de Cérdoba. Antes de introducir- nos en el relato, re- cordemos a qué nos remiten los ritos. Los ritos (practicas regladas, cargadas de densidad simbs- lica, que habilitan un pasaje) han sido historicamente con- siderados como nu- cleos de inscripcién de la subjetividad. Sin embargo, existe una diferencia entre les transmitidos de los ritos instituciona- generacién en gene- {sopvaaipy sodw311 3 o1npy wa o Nano! NA ‘ONIN NN $3 380? y Experiencias /50 Ensayos 4 armados en situacion- fear un 12580 esencial jacion de la en este pasaje, we & ia variacion 4° tiem] institucion social del tiem™PO ie ° Xi 1 versus tiempo aleatorio; tie! iyo versus instantane™ Jidad). En sume us tiempos alter racion y los Fitos Nos interes? reca! progres po lineal y sucesi dad o puta actual pos regulares vers ados. En los ritos de situacion -tal como de- a los ritos que se produ= ado, de impre- 19 el se- nominamos cen en circunstancias de merc un devenir temporal aleatorio & visible-, el otro es el proximo, M mejante. Es decir, el otro no se institu: ye a partir de la ley estatal sino @ partir de las regulaciones grupales- 1, el que com- Sélo me debo al pro parte mi circunstancia, con el que esta- blezco fidelidades y reglas de reconoci- miento reciproco. Es el otro, el par y no la autoridad simbdlica, inscripta en la tradicién, el saber y la legalidad es- tatal, quien puede anticipar algo de lo que va a suceder porque ha vivido en la inmediatez que compartimos. Los ritos de situacién tienen sélo vali- dez en un territorio simbélico determi- nado, no se construyen sobre la base de la transmisién intergeneracional, si- no sobre la transmisién entre pares, son fragiles, no generan experiencia transferible a otras situaciones, pero pueden cumplir la funcién de anticipar lo que puede acontecer, éQué dicen los protagonistas del bay- tismo del chico de la calle, practica que hemos denominado ritual de si tuacién? ‘ 9 es algo que se hace gresa a 10 que es el cho. reo" fino, NO el rateo. No le vayas g contar o nadie, per 1 COSA eS asi: co. jesta, NOS VAMOS a Iq mienza por 1a sies! msta y al se Hamma a 105 chICOS que seran en edad de merecer 0 sea de ros finos. Se comienza con Ig gl baustist™ ‘cuando se 0! ser ch : fana y despues S© los revienta a palos, para que cuando fa cana los agarre, pilos no hablen. ¥ no van a hablar porque se fa bancaron.” *19s chicos tienen entre 10 y 13 afos y el que comienza es el més grande def grupo, que yo ha estado varias veces preso. Cuando llega la noche nos vo- mos detrds del cafiaveral y alli se lo que habian bautizado para cogen al que sillega a caer en los reformatorios no hable cuando le pase algo asi. Des- pués se lo saca al centro y alli se lo deja para que haga el primer choreo.” Este rito se arma con las reglas de la institucién represiva -en este caso: las de la policia, los institutos carcelarios y de minoridad-. La ley simbélica, aque- lla que al tiempo que prohibe también posibilita, se ha borrado para devenir sélo amenaza y agresion. Es interesante destacar que las reglas que dan consistencia al bautismo re- producen las practicas de los lugares de encierro. Podriamos decir que en esta operacién se juega una respuesta a la perversién ejercida por la fuer Tepresiva, respuesta que puede enter” derse como un modo de restarle Po” der 0 eficacia al poder del otro al se" apropiada y anticipada por ellos. Los chicos se apropian de las reglas del otto represivo con la finalidad de anticipar un peligro inminente (caer en “cana” 0 en el instituto de minoridad), que se desata como consecuencia na- tural de la practica del robo y la transa de drogas: “Ya me va a tocar a mi" En este rito se juega el exceso, el desatio al suftimiento, una suerte de inmola- cion al exponer el cuerpo a la agresién del par y a una practica sexual que tie- ne como fin anticipar las situaciones de vejacién a las que estan expuestos, El pasaje al estatuto de “choro fino” simboliza la iniciacion de otra condi- cién: el que se la banca, el que sera capaz de tolerar el suftimiento y la tor- tura, el que podra callar. Haber supera- do las pruebas implica alcanzar un es- tatuto de respetabilidad en el interior del grupo. Esta practica ritual cumple una funcién de inscripcién, filia a un grupo, no a una genealogia o a una cadena gene- racional; marca formas comunes de vi vir un espacio y un tiempo que es pu- ro presente y confiere una identifica cién en las precisas y duras fronteras de esa situacion. Hasta aqui hemos analizado dos expe- tiencias, disimiles en su configuracin Y seguramente en sus efectos subjeti- vos. No obstante, ambas nos permiten anticipar algunas hipétesis sobre la complejidad del campo de produccién subjetiva. En principio, nos hallamos frente a una logica de produccién de valores bien distinta a la transitada en las institucio- sostén, trama: precaria, contingente, fragil, pero real. Por ultimo, nos encon: cign de ley. Lo fratero -a falta de una mejor denominacidn- se insinia como un modo subjetivante de habitar el declive de aquellos anclajes séli- dos que marcaban las formas de posicionarse en una relacién so- cial. No es sustitutivo ni antagéni- co del eje paterno-filial, sino su- plementario, en el sentido de que aporta complejidad, diferencia y singularidad. nes modernas. No se trata de valores en tanto principios universales, enun- ciados en nombre del Bien, sino de lo que resulta “valioso” en condiciones particulares de inscripcién social y en circunstancias especificas de vida. Lo valioso es aqui una construccién situa- cional. Tampoco se trata de los valores como de un cuerpo que da forma a una experiencia mediante la socializa- 0 $3 309? cidn institucional, sino que es la expe- riencia, la practica de vida, a que pro- duce esto 0 aquello como valor. Asi ef zafe, las lealtades, e! aguante frente a las adversidades 0 la responsabilidad frente al rostro del otro que me inter- pela son lo que arma lazo, ligadura, py woo nani tramos con que [a filiacién puede ser grupal, fraterna y no necesariamente genealdgica y que la autoridad es mas operacidn de afectacién que institu- gsopvuaiye sodwa! y Expeniencias 770 Ds ~~ / Para terminar slo me resta una refle- xin. Comenzamos preguntandonos s! Lucas era un nifio para luego interro- gamos por la condicidn de nifio, joven © adulto en escenarios sociales altera- dos. La pregunta sigue desplegandose hasta fijarse en un nuevo interrogante: qué es ser humano cuando lo huma- no ya no es inexorablemente producto de los instituidos? La humanidad, des- de la légica de la necesidad (debe ser) y la imposibilidad (no debe ser), no slo resulta inconsistente en términos practicos sino también en nombre de un pensamiento potente, dado que en términos de “necesidad “y de “ imposi- bilidad” el sujeto se dibuja como pura sustancialidad, pura determinacion. La humanidad es hoy mas que nunca po- sibilidad (puede ser) y contingencia (puede no ser)."' La humanidad puede perderse via default, disolucién del tra- bajo, devastacién de todo sostén de existencia social o puede ganarse via reapertura de fabricas, emprendimien- tos productivos en barrios y escuelas, cadenas de trueque, produccin de si- tuaciones de ligadura social. Se trata entonces de pensar como ha- cer para que un posible tenga lugar, advenga existencia. éCémo hacer para activar una posibilidad aunque ésta pa- rerca inadvertida? {Como hacer para Que el devenir (la multiplicacion, 1a apertura, la diferencia) se despliegy, Silo humano es ganarle a la deter. nacién, la pregunta hoy es como pra, ducir igadura en la fragmentacign, i, tervalos en la velocidad y experienc, subjetivante en la intemperie, Notas 1. Eco, Humberto, E! nombre de la 1050, Bare, Iona, Narrativa Actual, 1993, 2. Ver Agamben, G., Infancia e historia, B, Aires, Adriana Hidalgo, 2001, 3. Ver Bourdieu, P,, Qué significa hablar, Ma. drid, Akal, 1985. 4, Ver Castoriadis, C., La institucién imaginarig de la sociedad, vol. 1, Barcelona, Tusquets 1983. 5, MTD: Movimiento de Trabajadores Desocy. pados. 6. La idea de fo fraterno es reelaborada a partir de los aportes de Juana Droeven (comp), Sangre o eleccién, construccién fratema, Buenos Aires, Zorzal, 2002. La idea de fluidez es trabajada por Bauman, 1, Modernidad Liquida, Buenos Aires, FCE, 2003, y Lewkowicz, 1,, Sucesos argentinos, Buenos Aires, Paidds, 2003. Nos referimos a la guerra desatada por EEUU. contra Irak en abril de 2003. El relato y anélisis del “bautismo del chico de la calle" son extraidos del texto Chicos en banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones, de Duschatzky, S. y Corea, C., Buenos Aires, Paidés, 2002 Choreo es el término que utilizan los chicos Para designar la practica del robo. - Ver Agamben, G., Lo que queda de Ausch- witz, Valencia, Pre-textos, 2000. uenos 10. n. Flacso. Mlustracién: Archive General de la Nacién.

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