Download as pdf or txt
Download as pdf or txt
You are on page 1of 10

A.

MARTÍNEZ-BERMEJO, ET AL

Alteraciones neuropsicológicas en la enfermedad celíaca


A. Martínez-Bermejo a, I. Polanco b

NEUROPSYCHOLOGICAL CHANGES IN COELIAC DISEASE


Summary. Objective. Coeliac disease is a gastrointestinal disorder caused by intolerance to cereals due to an immunological
mechanism. The intestinal mucosa is damaged, causing a severe malabsorption syndrome. The diagnosis is based on classical
clinical features such as diarrhoea and weight loss. However, there is a broad spectrum of this disorder which includes disorders
of other organs and systems. In this paper we review the main studies of involvement of the nervous system in coeliac disease.
Development. Studies published to date report a high prevalence of ataxia, headaches and epilepsy, especially associated with
bilateral occipital calcifications together with psychological features and psychiatric disorders including behavior change,
depression, schizophrenia, autism, and disorders of personality, emotion and family relationships. Problems of learning and
cognition are less common. Conclusions. Many of these processes have only relatively recently been recognized. The pathogenic
mechanism of these disorders is not completely clear although biochemical factors such as a low plasma serotonin level may be
a cause. Treatment is based on the early recognition of the disorder which is difficult to suspect when there are no gastrointestinal
symptoms present and the use of various types of treatment, including a cereal-free diet, which is the most effective. [REV
NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S24-33]
Key words. Autism. Coeliac. Cognitive changes. Depression. Epilepsy. Headache. Schizophrenia.

INTRODUCCIÓN troducción se sigue de nuevo por su alteración histológica. Real-


La enfermedad celíaca (EC) es una enteropatía grave autoinmu- mente, la EC puede definirse como una intolerancia permanente,
ne, desencadenada por la ingestión de cereales que contienen de por vida, al gluten. El síndrome de malabsorción no siempre
gluten (trigo, cebada y centeno), en individuos predispuestos a se presenta. La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, nunca
presentarla. Los factores responsables del desarrollo de la lesión antes de la ingesta de cereales, aunque su expresión clínica varía
intestinal (atrofia) son la fracción gliadina del gluten del trigo y mucho con la edad de inicio.
las proteínas similares solubles en alcohol de otros cereales. La Clásicamente, se considera que la EC suele presentar alguno
enfermedad se asocia con los alelos del antígeno leucocitario de los siguientes caracteres [3,4]. Como síntomas más frecuentes:
humano (HLA) DQA1*0501/DQB1*0201, y en presencia conti- diarrea prolongada, detención del crecimiento ponderal, vómi-
nuada de gluten, la enfermedad se autoperpetúa. La lesión intes- tos, falta de apetito, detención del crecimiento estatural y cambios
tinal característica es la pérdida de las vellosidades intestinales de carácter. Como signos más frecuentes, destacan: distensión
absortivas, con hiperplasia de las criptas. Dicha lesión se resuelve abdominal, esteatorrea, aspecto triste e indiferente a los estímu-
por completo al eliminar de la dieta los cereales que contienen los, irritabilidad, escaso panículo adiposo, masas musculares
gluten. La enfermedad es la causa más frecuente de malabsorción pobres y palidez de piel. Se observan claramente como signos
en los países desarrollados, con especial incidencia en la cuenca principales la presencia de alteraciones afectivas y de la conducta.
mediterránea y países escandinavos [1]. La prevalencia de esta Sin embargo, los únicos criterios para la definición de la EC son
enfermedad en la población general de Italia es de 1:200, de 1:300 los morfológicos de la mucosa del intestino delgado del paciente,
en Suecia y de 1:450-500 en Irlanda, Escocia y Suiza; se incluyen con y sin gluten en la dieta.
las formas clásicas gastrointestinales y las formas silentes y otras En años recientes se han desarrollado varios tests de anticuer-
con signos atípicos. En España los estudios varían entre 1:2.000 pos, de alta especificidad diagnóstica y sensibilidad para la EC.
en Andalucía y 1:5.000 en Galicia. Estos resultados se obtuvieron Los mejores de ellos son los anticuerpos IgA antiendomisio e IgA
en la década de los años 70; posiblemente, en la actualidad los antigliadina [5]. El uso de los tests de anticuerpos ha permitido
datos mostrarían cifras similares al resto de Europa, donde se han que casos de EC que no se habían reconocido, así como las formas
llevado a cabo cribados a través de tests serológicos específicos. atípicas de la enfermedad, se diagnostiquen ahora fácilmente.
La Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica y Nu- Ejemplos de presentaciones atípicas incluyen las manifestacio-
trición (ESPGAN) [2] define la EC como un síndrome de mala- nes extraintestinales tales como talla baja, retraso puberal, ane-
bsorción debido a la intolerancia permanente al gluten, cuya pre- mia por deficiencia en hierro o ácido fólico, alteraciones del es-
sencia en la dieta del paciente provoca la atrofia total o subtotal malte dental, osteoporosis, diátesis hemorrágica, etc. [4]. En Ita-
de las vellosidades del intestino delgado; su eliminación dietética lia, la EC es la causa más frecuente de talla baja entre niños sanos,
produce una mejoría prácticamente total de las mismas y su rein- superior a la deficiencia en hormona de crecimiento.
Las posibilidades de prevenir la EC ha incrementado el núme-
ro de pruebas diagnósticas. El diagnóstico se realiza normalmen-
Recibido: 11.01.02. Aceptado: 22.02.02. te a una edad más temprana. No es habitual que los niños presen-
a
Servicio de Neuropediatría.b Servicio de Gastroenterología. Hospital Uni- ten caquexia en el momento del diagnóstico, aunque sí muestren
versitario La Paz. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid, España. una alteración evidente de su curva de peso o diarrea prolongada.
Correspondencia: Dr. Antonio Martínez Bermejo. Servicio de Neuropedia- Sin embargo, se sabe desde hace varios años que la presentación
tría. Hospital Universitario La Paz. Paseo de la Castellana, 261. E-28046 de la EC puede ser completamente distinta en los niños de mayor
Madrid. E-mail: med014988@saludalia.com edad [6]. Cuando la EC se manifiesta tardíamente en la infancia
 2002, REVISTA DE NEUROLOGÍA la diarrea es rara y los dolores abdominales recidivantes pueden

S 24 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33


TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

Tabla I. Enfermedades que se asocian más frecuentemente con la enfer- Tabla II. Heterogeneidad de la enfermedad celíaca.
medad celíaca.
Subgrupos Síntomas clínicos Alteraciones histológicas
Enfermedades inmunológicas
Sintomática + +
Diabetes mellitus
Silente – +
Tiroiditis
a
Enfermedad de Addison Latente ± –

Fibrosis intersticial crónica Potencial – –


Púrpura trombocitopénica a
Aunque existe aumento de linfocitos TCR gamma/delta.
Nefropatía por IgA
Enteropatía inducida por leche de vaca

Pericarditis recurrente ser el único síntoma gastrointestinal. La diarrea puede incluso


Hepatitis crónica reemplazarse por estreñimiento. El síntoma principal puede ser
un defecto del crecimiento y un retraso puberal. Los déficit nutri-
Enfermedades reumáticas cionales, en particular la anemia por carencia de hierro, son fre-
Síndrome de Sjögren cuentes. En general, la EC presenta una forma monosintomática
Enfermedad inflamatoria intestinal bastante moderada. Se ha observado recientemente que en algu-
nos países la EC aparece en edades más tardías, mientras que en
Anemia hemolítica autoinmune otros la diarrea en los lactantes es el síntoma más común para el
Cirrosis biliar primaria diagnóstico [7].
Vasculitis La presentación clínica de la EC es muy variable, como de
hecho ya se reconoció en 1970 en los criterios de la ESPGAN [2],
Sarcoidosis
que precisaban que el diagnóstico no puede basarse únicamente
Colangitis esclerosante en la sintomatología. Incluso se han hallado, especialmente a
Hipoesplenismo través de estudios familiares, pacientes totalmente asintomáticos,
y se ha propuesto el término de ‘enfermedad celíaca silente’ [8]
Trastornos neurológicos y psiquiátricos
para este tipo de enfermos, que tienen una enteropatía y una in-
Encefalopatía progresiva tolerancia al gluten, pero no presentan síntomas o éstos son me-
Síndromes cerebelosos nores o atípicos.
Otro síntoma menos conocido es la dermatitis herpetiforme,
Demencia con atrofia cerebral
que de hecho es una variante de la EC; se manifiesta, entre otros
Autismo síntomas, por una erupción bullosa. En las formas silentes de la
Esquizofrenia enfermedad, la observación de una hipoplasia del esmalte den-
tario no es una manifestación rara, pero su diagnóstico exige la
Depresión
revisión por un estomatólogo experto. Otro índice de EC silente
Leucoencefalopatía es la asociación con otras enfermedades bien definidas que ten-
Epilepsia con calcificaciones occipitales (síndrome de Gobbi) gan una base inmunológica o no [9]. La EC se ha asociado con
diversas entidades, tanto generales como neurológicas. Al me-
Neuropatía periférica
nos el 10% de los niños con EC presentan, de forma asociada,
Ataxia mioclónica otras alteraciones, entre las que destacan, de forma especial, la
Epilepsia parcial deficiencia en IgA, la dermatitis herpetiforme y la diabetes
mellitus tipo I [1]. También se han descrito, asociadas con una
Otras asociaciones
alta prevalencia a enfermedades autoinmunes, síndrome de
Fibrosis quística Down, neoplasias del tubo digestivo, hepatitis crónica, conec-
Síndrome de Down tivopatías, glomerulonefritis IgA, osteomalacia, retraso pube-
ral, anemia ferropénica, osteoporosis, infertilidad y diversas
Cistinuria
alteraciones neurológicas y psiquiátricas [4]. En la tabla I se
Talla baja reflejan las enfermedades asociadas más frecuentes.
Osteoporosis Realmente, la EC es una enfermedad heterogénea en su pre-
sentación clínica e histológica. Existiría una forma ‘sintomática’,
Retraso puberal
con presencia clara de síntomas y alteraciones histológicas. Una
Enfermedad de Hartnup forma ‘silente’, sin sintomatología, pero con alteraciones histo-
Afecciones neoplásicas lógicas. Una forma ‘latente’, con síntoma leves o poco expresivos
y sin alteraciones histológicas, excepto un aumento de linfocitos
Hipoplasia esmalte dental
T portadores de receptores gamma/delta, presentes intraepitelial-
Anemia ferropénica mente en la mucosa intestinal. Muchos familiares en primer gra-
Osteomalacia do de enfermos celíacos podrían incluirse en esta forma clínica.
Por último, existiría una forma ‘potencial’, en la que no se obser-
Infertilidad
varían síntomas ni alteraciones histológicas (Tabla II).

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33 S 25


A. MARTÍNEZ-BERMEJO, ET AL

ALTERACIONES NEUROLÓGICAS La ataxia en la marcha es uno de los problemas neurológicos


Y ENFERMEDAD CELÍACA que con mayor frecuencia también se describen en la EC [32].
El Sistema Nervioso Central (SNC) era, hasta años recientes, uno En casos de ataxia de origen desconocido y en ausencia de sig-
de los sistemas en los que se conocía menos la posible incidencia nos clínicos de EC, se ha demostrado la presencia de atrofia
de patología asociada o en relación con la EC. Se conocía que intestinal; se ha denominado como ataxia por gluten a esta en-
pacientes con EC podían presentar crisis y que, en algún caso, con tidad [33].
el advenimiento de las técnicas neurorradiológicas no invasivas, La presencia de epilepsia en pacientes celíacos se ha observa-
se podía comprobar la presencia de imágenes calcificadas intra- do también desde hace muchos años [25,34-36]. Daynes, en 1956
craneales. [37], encontró que el 25% de sus niños con el síndrome prece-
Todos estos hechos se publicaron de forma aislada y sin líaco presentaban crisis que recordaban al Pequeño Mal. Cooke
una clara correlación entre la patología malabsortiva y la neu- y Smith [24] mencionan a cinco pacientes con crisis inexplica-
rológica. Desde hace muchos años, varios autores han obser- das de pérdida de conciencia, en su grupo de 16 pacientes celía-
vado la relación existente entre la EC y diversas alteraciones cos adultos con síntomas neurológicos. Morris et al [25], en una
neurológicas [10-14]. En los últimos años se han realizado serie de 30 pacientes celíacos adultos, encuentran que dos (6,6%)
numerosas revisiones en este sentido [15-19]. Es por ello que presentaban crisis epilépticas. Laidlow et al [38], de 165 celía-
las alteraciones neurológicas se incluyen como un signo de EC cos, muestran nueve con crisis epilépticas –siete de ellas, de tipo
[20-22]. temporal–, lo que representa una prevalencia del 5,45%. Si la
Una de las primeras series comunicadas es la de Cooke et al incidencia de epilepsias en la población general es aproximada-
[23], que encuentran en 50 pacientes celíacos adultos cuatro ca- mente del 0,5%, las cifras anteriormente representadas son esta-
sos (8%) con alteraciones neurológicas. Posteriormente, Cooke y dísticamente significativas.
Smith [24] describen otros 16 casos de pacientes celíacos adultos La descripción de calcificaciones occipitales, epilepsia y
con problemas neurológicos. También se ha descrito neuropatía EC la publicaron por primera vez Sammaritano et al en 1988
periférica asociada a EC en pacientes adultos [25-29]. [39]. Desde entonces, se han documentado diferentes series de
Los autores desconocían la naturaleza de esta relación. En pacientes en los que la presencia de calcificaciones cerebrales,
las series informadas por Cooke y Smith [24], algunos de los epilepsia y EC ha llevado a considerar la existencia de asocia-
pacientes parecían responder a un tratamiento parenteral de ción o de que se trate de un nuevo síndrome con un posible
piridoxina. Estos autores observaron la similitud entre las alte- origen genético común, sin poder descartar otras posibilidades
raciones neurológicas que presentaban sus pacientes celíacos y etiopatogénicas como las relacionadas con el déficit de ácido
otros pacientes con afectación en el metabolismo de la pirido- fólico. También se ha descrito esta entidad en pacientes con EC
xina, y sugirieron que ésta podría ser la causa de las anomalías silente [40].
neurológicas. La mayoría de los estudios descritos hasta la actualidad de
Morris et al [25] estudian, desde un punto de vista neurológi- epilepsia, calcificaciones occipitales y EC proceden de Italia
co, a 30 pacientes celíacos adultos. Observan tres casos con tras- [41], y el resto son de pacientes de origen argentino [42]; la
torno depresivo agudo, que requería supervisión psiquiátrica. Dos publicación de casos en España se inicia posteriormente [43].
casos presentaban crisis epilépticas (mioclónicas y parciales Las descripciones en otras áreas geográficas son escasas y se
motoras). Nueve casos (30%) se quejaban de parestesias con ve- limitan a pocos casos. Es importante el conocimiento y descrip-
locidad de conducción nerviosa normal. Sólo un paciente presen- ción de esta asociación o síndrome, con fines diagnósticos y de
taba afectación del sistema nervioso periférico con hipotrofias terapéutica precoz, especialmente en aquellos pacientes con crisis
musculares, alteraciones sensitivas, arreflexia y disminución de epilépticas de difícil control y que, aún sin datos clínicos de
la velocidad de conducción. Estos hallazgos tratan de correlacio- malabsorción, cumplen criterios histopatológicos y analíticos
narlos con el nivel plasmático de piridoxina y con el nivel de de EC. Estudios recientes han demostrado la presencia de alte-
cumplimiento de la dieta sin gluten, sin que observasen resulta- raciones en sustancia blanca cerebral, con preservación de hipo-
dos concluyentes en ese sentido. campos, a través de resonancia magnética (RM) en pacientes
En los últimos años se ha enfatizado la importancia del dé- jóvenes con EC [44], en probable relación con lesiones isqué-
ficit de la vitamina E en la aparición de sintomatología neuro- micas como resultado de vasculitis o de desmielinización pos-
lógica. La vitamina E desempeña un papel importante como tinflamatoria.
antioxidante, y depura y previene la agresión de los radicales
libres sobre lípidos insaturados de estructuras celulares. Tam-
bién contribuye en el control de la permeabilidad y en la esta- ESTUDIO DE LAS ALTERACIONES DE
bilidad de la membrana celular. A partir de los años ochenta se LA PERSONALIDAD EN LA ENFERMEDAD CELÍACA
reconoce su déficit como responsable de los síntomas neuroló- Las alteraciones psiquiátricas y psicológicas observadas en la
gicos acompañantes de síndromes de malabsorción [30]. Los EC se han publicado desde hace varios años [45,46]. Cooke et
hallazgos clínicos neurológicos más comunes descritos en la al [47], en su revisión de 100 pacientes con EC refieren dos
deficiencia de vitamina E son: hiporreflexia, debilidad muscu- casos con depresión. Benson et al [28] describen un paciente
lar, ataxia cerebelosa, disminución de sensibilidad propiocepti- con reacción psiconeurótica asociada a depresión, en una revi-
va, disartria, oftalmoplejía, temblor intencional y retinopatía. sión de 32 pacientes celíacos adultos. Daynes [37], impresiona-
Como responsables de la deficiencia de la vitamina E se inclu- do con los cambios en la personalidad de los niños celíacos,
yen todas aquellas enfermedades que cursan con malabsorción propuso el término de síndrome pre-celíaco. Los síntomas de
de grasas: abeta-lipoproteinemias, colestasis crónicas, insufi- este síndrome, que incluía irritabilidad, indiferencia y conduc-
ciencia pancreática exocrina y alteraciones de la mucosa intes- tas inadecuadas, respondían de forma espectacular a la elimina-
tinal como en la EC [31]. ción del gluten de la dieta. Sheldon [48] observó que en su

S 26 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33


TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

experiencia, los disturbios psicológicos caracterizados por de- otros factores no metabólicos participen en la fisiopatología de
presión eran un hecho prominente en la EC infantil. En adultos, la cefalea del enfermo celíaco. Así, Hadjivassiliou et al [84]
trastornos neuróticos y depresión son muy prevalentes y espe- encuentran, en pacientes con EC y cefalea tipo migraña, anoma-
cialmente graves, si el diagnóstico de EC se pospone [49]. Tam- lías en la RM craneal del tipo hiperseñal en sustancia blanca,
bién se han descritos otros casos de demencia asociada a la EC con buena respuesta a la dieta libre de gluten. Posibles mecanis-
[50-52]. mos inmunoalérgicos podrían ser los responsables. Una dieta
Por otra parte, la mayoría de los adolescentes con EC viven libre en gluten puede mejorar e incluso hacer desaparecer los
con especial dificultad el seguimiento obligatorio de una dieta síntomas psiquiátricos. Kozlowska [85] describe síntomas psi-
libre de gluten, y presentan relaciones conflictivas en relación quiátricos en la mitad de su estudio de 41 niños celíacos y alte-
con la comida, sentimientos de envidia hacia los compañeros raciones EEG en el 70%, de los que el 22% estuvieron libres de
sanos y falta de independencia personal [53]. Sin embargo, se han sintomatología tras el tratamiento dietético.
referido pocos casos de anorexia nerviosa en EC, a pesar de su
mayor incidencia en otras enfermedades crónicas. En dos adoles-
centes descritas por Ricca et al [54], el diagnóstico de EC fue TRASTORNOS COGNITIVOS
previo al inicio de la anorexia en una de ellas. En este caso, la dieta Y ENFERMEDAD CELÍACA
estricta sin gluten podría haber desencadenado el desorden ali- La función cognitiva es la capacidad del cerebro humano de
menticio. En el otro caso, el comienzo de la EC podría haber procesar la información externa e interna y programar de forma
exacerbado los síntomas clínicos de la anorexia. Se han descrito consecuente la conducta más apropiada. Esta capacidad incluye
en la EC trastornos de anorexia, y en menor medida, de bulimia la habilidad para permanecer en contacto con el mundo externo
[55]. También existe una elevada incidencia de cirugía cosmética –a través de la función de vigilancia–, seleccionar y fijar la
en pacientes celíacos previa al diagnóstico, probablemente en información –a través de la función de atención– y memorizar
relación con afectación psicológica, que incrementaría la deman- los datos obtenidos –a través de la función de la memoria–. De
da de este tipo de cirugía [56]. Las familias de pacientes con EC este modo, la función cognitiva proporciona la oportunidad de
tampoco se ven libres de problemas psicológicos, sobre la base de informarse y de resolver los problemas, es decir, la inteligencia.
dificultades de aceptación de la patología crónica y sentimientos Una afectación de la función cognitiva puede verse como una
de culpa [57]. Experimentalmente, ratas sometidas a dieta de reducción de la capacidad de aprendizaje en la edad infantil y
gluten mostraron en los tests de campo abierto un aumento de como una demencia en población adulta. En el primer caso no
emocionalidad, en comparación con el grupo control alimentado se habla de retardo mental, dado que existe un cociente intelec-
con albúmina sérica bobina, y no existieron diferencias respecto tual normal.
a las pruebas de conducta [58]. El complicado sistema de desarrollo cognitivo puede afectar-
En la EC, tanto en adultos [25,49,59-61] como en niños se en cualquiera de sus fases y en muchas ocasiones asociarse a
[37,48,62-67], se han descrito frecuentemente alteraciones psi- déficit de atención con hiperactividad (DSM IV 314.00-314.01),
quiátricas y de personalidad tales como esquizofrenia, depre- alteraciones de conducta y del humor (DSM IV 312.8) y de otros
sión, neurosis obsesivas, irritabilidad, apatía, ansiedad e impul- trastornos psicológicos como depresión, alteraciones distímicas
sividad. Muchos de estos trastornos son también comúnmente y trastorno desafiante-oposicional. Las alteraciones del aprendi-
descritos en pacientes con migraña, especialmente la depresión zaje y de la conducta se asocian frecuentemente tanto en niños
[68-72]. También se ha estudiado ampliamente la personalidad como en adultos. También las alteraciones de la conducta y del
del migrañoso. Se definen como inteligentes, perfeccionistas humor pueden verse como síntoma de una afectación cognitiva,
obsesivos, con tendencia a la ansiedad y tensión, rígidos e im- aunque también es cierto que pueden ser la expresión de una
pulsivos [73-76]. Guitera et al [77], en un estudio sobre la per- reducción en la capacidad de aprendizaje, sin que exista necesa-
sonalidad del enfermo con cefalea crónica diaria, observaron riamente retardo mental.
que los pacientes presentaban valores altos en las escalas que En una revisión sobre enfermos celíacos [10] encontramos
median tanto el componente neurótico como el psicótico, sin que un 6,8% de los pacientes presentaban o habían presentado las
diferencias significativas entre aquellos con migraña o con ce- características del síndrome de déficit de atención con hiperacti-
falea de tensión crónica. vidad según criterios del DSM-IV [86], aún después de seguir
Podemos pensar que la coincidencia entre las características dieta libre en gluten. Todos los casos iniciaron los síntomas de
de la personalidad y morbilidad psicopatológica de los enfermos hipercinesia al año de edad y todos ellos presentaban o habían
celíacos y migrañosos no es casual. Los resultados de un estudio presentado déficit de atención, hiperactividad, baja tolerancia a la
reciente sobre la elevada asociación entre EC y migraña apoya- frustración, impulsividad y labilidad emocional, en mayor o me-
rían la idea de una base biológica común, que bien podría deberse nor grado. En un caso también se había asociado torpeza motora,
a los bajos niveles de serotonina plasmática que se observan en aunque ésta y la hiperactividad habían mejorado y prácticamente
ambas entidades [78]. desaparecido en el momento que participó en el estudio.
La serotonina se implica en diversas patologías con mani- El síndrome de déficit de atención con hiperactividad (SDAH)
festaciones psiquiátricas o psicológicas [79-82]. Sternbach et al constituye uno de los motivos de consulta más frecuente en neu-
[83] llegan a la conclusión de que la existencia de una disminu- ropediatría y, dada su alta asociación a trastornos específicos del
ción de serotonina en el SNC constituye un mecanismo común aprendizaje (dislexia, disgrafía, discalculia), es motivo de fracaso
para la producción de cefalea migrañosa y depresión. En un escolar en una importante proporción de casos [87]. En la etio-
reciente estudio sobre enfermos celíacos no hemos encontrado patogenia del SDAH se imbrican factores genéticos y biológicos.
signos de depresión, aunque no se aplicaron tests específicos Son numerosos los estudios que apoyan la patogenia de una alte-
para la valoración de la personalidad y de las reacciones psico- ración dopaminérgica (dopamina y noradrenalina), sin alteración
patológicas de los probandos [10]. Por otra parte, es posible que del metabolismo de la serotonina [88,89]. Se han encontrado

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33 S 27


A. MARTÍNEZ-BERMEJO, ET AL

niveles bajos de ácido homovanílico en líquido cefalorraquídeo Tabla III. Tasas de prevalencia del síndrome de déficit de atención con
(LCR) de niños con SDAH [89]. Por otra parte, el uso de imipra- hiperactividad en estudios comunitarios a.
mina reduce la concentración de serotonina, pero no tiene efecto
Autor y año a N.º pacientes Edad Porcentaje
sobre la hiperactividad de estos pacientes. Sin embargo, el metil-
fenidato, un estimulante central, mejora la conducta, sin actuar Anderson et al, 1987 782 11 6,7
sobre los niveles de serotonina plaquetaria [90].
Offord et al, 1987 2.679 4-16 6,2
Tanto la dopamina como la norepinefrina se sintetizan a partir
de la tirosina. Este aminoácido se disminuye plasmáticamente Kashani et al, 1987 150 14-16 2,7
junto a otros aminoácidos como la citrulina, valina, isoleucina y
Bird et al, 1989 777 4-16 10,1
leucina, en pacientes celíacos infantiles, tanto tratados como no
tratados, comparativamente con niños control [91]. Este des- Vélez et al, 1989 776 11-20 4,3
censo de niveles de aminoácidos como los descritos podría
Costello et al, 1989 789 7-11 2,2
explicar la normal relación plasmática de tirosina entre pacien-
tes celíacos tratados y no tratados, comparados con el grupo Martínez Bermejo, 1997 [10] 114 4-20 6,8
control. Sabemos que las concentraciones de tirosina en el ce- a
Tomado de Costello EJ, 1990 [94].
rebro dependen no sólo de las concentraciones plasmáticas, sino
también de las concentraciones plasmáticas de aminoácidos
neutros grandes, competidores en el sistema de transporte [92,93].
Por todo ello, la tirosina, precursora de las catecolaminas, no se infancia, en pacientes celíacos con respecto al grupo control; era
disminuye en los pacientes celíacos infantiles [91]. En este sen- especialmente evidente en el logro de la marcha liberada, aun-
tido, no debería existir relación entre la EC y el SDAH. que el desarrollo posterior fue normal [97].
En nuestra serie de pacientes celíacos, sólo un 6,8% lo pre-
sentaban, cifra dentro de la prevalencia normal en otros grupos
de población. Tampoco observamos diferencias significativas AUTISMO Y ENFERMEDAD CELÍACA
con respecto al grupo control. La mayor parte de los estudios o El autismo es uno de los trastornos de conducta más importantes
estimaciones señala que entre el 5 y el 15% de la población que afectan a pacientes en la edad pediátrica menores de 5 años,
escolar tiene SDAH, expresada ya sea como conducta hiperci- especialmente antes de los 18 meses de edad, y que puede cau-
nética o trastorno en el aprendizaje, con una relación varón/ sarse por diferentes agresiones al cerebro. La asociación de
mujer de 3-4:1, similar a la nuestra, y una mayor prevalencia autismo y EC se ha referido en diversas publicaciones y existe
entre los 6 y los 9 años [94] (Tabla III). cierta controversia sobre la exacta relación de ambas entidades
Se han llevado a cabo estudios neuropsicológicos en pacien- [98-101]. La edad de inicio del cuadro autista es básica para
tes celíacos con y sin epilepsia. En el primer grupo, el patrón de poder relacionar la enfermedad con la ingesta de gluten en la
afectación cognitiva mostraba evidencia de afectación de áreas dieta. En ocasiones se describe mejoría del patrón de conducta
cerebrales occipitales (test de reconocimiento facial, orienta- con la dieta libre de gluten [99,102] y empeoramiento de los
ción de líneas, reconocimiento espacial, figura compleja de Rey) síntomas conductuales con la reintroducción de la misma [103].
y otros tests fueron normales (Raven, test atencional, test de En un estudio llevado a cabo en 18 niños autistas, ninguno
Token, repetición de dígitos, Wisconsin, fluencia verbal, re- presentaba signos clínicos de enteropatía, aunque en la mitad se
cuerdo de historias cortas). El grupo control de pacientes celía- observaron bajos niveles de α-1 globulina y de α-1 antitripsina
cos sin epilepsia no mostraron alteraciones significativas en las [104]. Pavone et al [105] no encuentran, en un grupo de 120
mismas pruebas. Ello implicaría una cierta vulnerabilidad de las pacientes celíacos, signos de autismo según los criterios del
áreas cerebrales posteriores en la EC con epilepsia [95]. Pavone DSM-III-R. El mismo equipo realiza estudios de anticuerpos
et al [96] evalúan los aspectos cognitivos de 120 pacientes con IgA antiendomisio e IgA antigliadina en 11 pacientes autistas,
EC menores de 16 años, la mitad con buen cumplimiento de la que se elevaron ligeramente en dos de ellos, aunque la biopsia
dieta y el resto con cumplimiento incompleto, así como un gru- intestinal fue normal en ambos. Sin duda, se necesitan más es-
po control sano. Se aplicaron tests de inteligencia (WISC-R), de tudios para establecer la verdadera relación; en éstos, la realiza-
percepción cognitiva (Raven-PM) y de habilidad para discrimi- ción de una biopsia yeyunal es una técnica compleja en este tipo
nación visual con memoria corta (test de Rey). No encontraron de pacientes, por su nula colaboración. Por ello y tal como se
diferencias significativas entre los tres grupos. Las escalas de lleva a cabo en nuestro departamento, es muy aconsejable la
lenguaje, motóricas, de sociabilidad, cognitivas y de logros práctica de estudios serológicos de anticuerpos antigliadina y
escolares fueron similares. Los dos únicos casos de retraso in- antiendomisio, de forma sistemática, en niños con conducta
telectual (CI: 65 y 70) correspondían a pacientes celíacos de los autista.
dos grupos. El test de Raven mostraba valores por debajo del El papel de la EC en la patogenia del autismo se establecería
percentil 25 en sólo tres pacientes del grupo A y en uno del probablemente por una disfunción de los sistemas catecolami-
grupo B, pero sin significado estadístico. El test de Rey mostra- nérgicos y de norepinefrina, responsables en la producción y, su
ba afectación por debajo del percentil 25 en cuatro pacientes del vez, en el tratamiento de ciertos signos de autismo como hipe-
grupo A y en siete del B –seguían dieta de forma no estricta–, ractividad, autoestimulación, estereotipias y reacciones anóma-
y fue estadísticamente significativa la alteración en la habilidad las ante estímulos ambientales; todo ello a través de alteración
de memoria en la discriminación visual. del sistema del estriado y del sistema límbico [106,107]. Tam-
En un estudio llevado a cabo por nuestro equipo, sobre de- poco se descarta que la serotonina pueda ejercer otro papel
sarrollo psicomotor en pacientes con EC, se observó que existía importante [108]. Como ya vimos anteriormente, la bioquímica
un retardo significativo en el desarrollo motor en la primera de estos neurotransmisores se altera en la EC.

S 28 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33


TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

ESQUIZOFRENIA Y ENFERMEDAD CELÍACA sión es un síntoma de la EC, tanto infantil como del adulto.
Una de las primeras descripciones de la relación entre EC y Corvaglia et al [134] sospechan y llegan a diagnosticar de EC a
esquizofrenia la realizó Bender en 1953 [109]; sobre 2.000 pa- tres padres de tres niños con EC controlados por ellos, por pre-
cientes esquizofrénicos, encontró a 20 con EC. Graaf y Han- sentar depresión sin ningún síntoma gastrointestinal.
dford [110] descubrieron a cuatro celíacos sobre un total de 37 En otro estudio, que utiliza la State and Trait Anxiety Inven-
psicóticos. Numerosos trabajos posteriores postularon la sus- tory y la Ipat Depression Scale Questionnaire, se valora si la
ceptibilidad para padecer ambos procesos [111-117] e incluso depresión y la ansiedad podrían relacionarse en el cumplimien-
en varios miembros de una misma familia [63,118]. Asimismo, to de la dieta libre de gluten; además, se trata de distinguir en
la esquizofrenia es poco frecuente en sociedades con bajo con- ambos casos si consiste en un rasgo o un estado, y los compara
sumo de gluten. Por todo ello, existe la hipótesis de que la EC con un grupo control sano y con otro afecto de enfermedad
podría constituir un factor etiológico de la esquizofrenia y de inflamatoria intestinal. Las conclusiones son que el síndrome
otros trastornos psiquiátricos [118]. Otros autores, sin embargo, depresivo era estadísticamente significativo en la EC. La ansie-
no han podido demostrar dicha asociación [119]. dad como rasgo se presentaba en los tres grupos, y como estado
Una anomalía en la absorción intestinal se ha sugerido como era evidente tanto en EC como en pacientes con enfermedad
un factor etiológico en la esquizofrenia. Un grupo de pacientes inflamatoria intestinal [135]. El mismo grupo analiza, con simi-
con esta enfermedad psiquiátrica crónica se sometieron a estu- lar metodología, la evolución tras un año de dieta libre de glu-
dios sobre permeabilidad intestinal y mostraron, en una elevada ten. Encuentran que en pacientes con EC la ansiedad se presenta
proporción, alteraciones en la misma, que podría facilitar la predominantemente en su forma reactiva y que disminuye des-
absorción exagerada de ciertos péptidos tóxicos para el SNC pués de la dieta. La depresión se presenta en un alto porcentaje
[120]. También se ha demostrado el alto nivel de pépticos uri- de EC, sin que encuentren mejoría tras la dieta. Los autores
narios en pacientes esquizofrénicos y autistas [121]. La eleva- piensan que pueda deberse a la reducción de la calidad de vida
ción de péptidos sanguíneos, incluidos ciertos opioides, podría que supone una dieta tan estricta, sin entrar a valorar otros fac-
deberse a una excesiva absorción intestinal de exorfinas. El tores etiológicos; en estos casos aconsejan un apoyo psicológi-
incremento de opioides, que pueden atravesar la barrera hema- co [136]. El tratamiento con dieta libre en gluten no suele pro-
toencefálica, podría inhibir la normal maduración del SNC a ducir mejoría en la depresión, a pesar de la normalización de la
nivel sináptico desde etapas precoces y crear disfunciones pos- atrofia de las vellosidades intestinales. La suplementación con
teriores. Los mismos opioides podrían inducir aislamiento so- piridoxina (vitamina B 6 ) durante 3 años permitió a un grupo de
cial, característico tanto del autismo como de la esquizofrenia. EC mejorar, de forma significativa, la escala de depresión del
Por otra parte, se ha descrito mejoría clínica en pacientes esqui- Minnesota Multiphasic Personality Inventory. Ello indicaría
zofrénicos con dieta libre de gluten y exacerbación de los sín- una relación entre la EC y un trastorno del metabolismo, en la
tomas tras su ingesta [122-124]. que la piridoxina se imbricaría en los mecanismos cerebrales
que regulan el humor [137].
La depresión debe examinarse como un signo de EC silente
DEPRESIÓN Y ENFERMEDAD CELÍACA o potencial. La falta de un diagnóstico temprano puede compli-
Uno de los primeros trabajos sobre la clara asociación de depre- car el curso clínico de ambas. Por ello, se recomienda que en
sión aguda y EC los realizaron, en 1970, Morris et al en pacien- pacientes adultos con depresión se realice unscreening de EC
tes adultos [125], aunque casos aislados ya se habían referido [138], o cuando la misma no responda a la terapia antidepresiva
previamente [28,47,48]. Otros autores dudan de la verdadera habitual.
incidencia de trastorno de depresión en la EC. Watts [126] es-
tima que el 15% de la población tiene trastornos depresivos, de
los que sólo un 0,2% solicita consulta psiquiátrica. Por ello, no ASPECTOS PSICOSOCIALES DE LOS ENFERMOS
sorprende una incidencia aproximada de un 10% de alteracio- CELÍACOS Y DE SUS FAMILIAS
nes psiquiátricas en un grupo de pacientes que acuden a un La EC, como todo proceso crónico, implica la coexistencia con
hospital por cualquier otra patología. Golberg [127] observó en la propia enfermedad de una serie de condicionantes genéricos,
celíacos adultos tratados con dieta una alta prevalencia de ras- como proceso permanente y específico de la propia entidad. La
gos depresivos, sin relación con el estado nutricional ni con los Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como
niveles de ácido fólico séricos que los relacionaba con factores un proceso biopsicosocial. No se puede separar lo que es el
genéticos. Cree, además, que los pacientes con depresión acu- cuerpo, de la mente y del modo de vida [139]. En la EC, estas
den con mayor frecuencia al médico que otros grupos de enfer- tres características se afectan. Las repercusiones psicosociales
mos; por ello, es posible un sobrediagnóstico de cualquier otra que un diagnóstico de EC tiene van a ser enormes. Si la persona
patología asociada [128]. También se refieren en otras series celíaca tiene una baja autoestima, ello va a incidir en su relación
una alta prevalencia de síntomas depresivos [49], especialmen- con la dieta, en la trasgresión y, secundariamente, en un deterio-
te en el grupo de pacientes que llevaban muchos años sin diag- ro físico. En un paciente no diagnosticado, el deterioro físico
nosticarse de EC y en aquellos que encontraban dificultades en puede inducir una baja autoestima, que puede conducir a un
seguir la dieta [129]. Se han descrito otros casos de depresión estado depresivo. En la mayor parte de los casos, tanto el en-
grave en pacientes con EC no tratada [130-132]. fermo celíaco como su familia presentan problemas psicoso-
Ciacci et al [133] encuentran, asimismo, signos depresivos ciales, pero no psiquiátricos [140]. Estos problemas son más
en pacientes celíacos respecto a grupos control, con la utiliza- evidentes en los grupos de diagnóstico posterior a los 10 años
ción de la Zung Self-Rating Scale. Ellos no hallan correlación de edad, en los padres de mayor edad y en los pacientes ado-
entre la depresión con la edad de diagnóstico, duración y cum- lescentes con relación al cumplimiento de la dieta. Los pacien-
plimiento de la dieta en el grupo de EC. Sostienen que la depre- tes cuyo diagnóstico se realizó entre los 2 y 10 años muestran

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33 S 29


A. MARTÍNEZ-BERMEJO, ET AL

un mejor cumplimiento de la dieta y un mayor nivel de ajuste del paciente como de su familia, va a condicionar en sobremanera
de su enfermedad. que la resolución sea positiva [143].
Si la OMS enfatiza en la promoción de la salud y la preven- La intervención preventiva en esta primera fase de crisis se
ción, la EC es un ejemplo perfecto de cómo se puede prevenir encamina, en primer lugar, a facilitar la posibilidad de expresar
la enfermedad a través de una intervención, en este caso, el y canalizar todos y no sólo algunos de los sentimientos de la
seguimiento de una dieta; y la mejor manera de prevenir es crear reacción de duelo. Eliminar alguno de ellos, y especialmente en
las condiciones para que no se ingiera gluten. Para ello, la infor- la EC la fase de negación, puede conducir a una no aceptación
mación es fundamental, tanto a pacientes como a familiares y de la situación y llevar invariablemente a la trasgresión dieté-
personas de su entorno. El ser dueños de la información de su tica. Esta intervención, sobre todo en la familia, se ha de llevar
enfermedad va a permitir algo tan importante y tan trascenden- a cabo en un tiempo adecuado en cada caso, pero el necesario
tal como es el seguimiento dietético a lo largo de su vida. Ello para impedir su estancamiento y resolución final.
lo hará más fácil y llevadero. Por tanto, la prevención psicoló- La fase crónica se caracteriza por una estabilización del pro-
gica tendrá como objetivo fundamental evitar la enfermedad y blema. En ella hay que integrar las necesidades producidas por
mantener la dieta exenta de gluten [141]. la enfermedad crónica, con un desarrollo lo más normal posible
El mantenimiento de una dieta restrictiva de por vida produ- del enfermo y de su entorno. Se produce un cambio cualitativo
ce en el enfermo y en su familia una serie de limitaciones, que, en la vida del niño y su familia. Se crea una vida distinta para ese
a su vez, son factores de riesgo para la recaída [53,142]. Por niño; se convierte en un ‘niño diferente’ de los otros, con un
tanto, la prevención va a abarcar dos campos. Una primaria, en régimen peculiar en su vida familiar, escolar y social, en su
cuanto a la adecuada concienciación y seguimiento de la dieta, actividad cotidiana, en su trato con otros niños (comidas, golo-
y una secundaria, para prevenir las dificultades que se deriven sinas), en sus hábitos alimentarios; debe llevar una dieta dife-
de una dieta restrictiva de por vida. Los padres del enfermo rente y tiene a menudo que asistir a consulta médica. La enfer-
celíaco deben concienciarse de la necesidad de seguir una dieta medad crónica implica para el niño una limitación, muchas veces
estricta. Anson et al [142], en un estudio, encuentran que los importante, en su vida y se siente como una castración de sus
padres de pacientes que cumplían la dieta, en comparación con verdaderas necesidades, al mismo tiempo que le reportan unos
aquellos que no lo hacían, pertenecían a un mayor nivel educa- beneficios secundarios (privilegios, caprichos), que a la postre
tivo y social, a pesar de que ambos grupos conocían las reper- terminan por irritarle, más que complacerle [144].
cusiones de la trasgresión dietética. Además, en el primer gru- En esta fase, la intervención psicológica debe tratar de crear
po, los padres se mostraban menos preocupados con la salud en las mejores condiciones para el desarrollo del niño y de su fa-
general, pero sí más interesados en los posibles efectos adversos milia. El factor alimentario, fundamental en la EC, va a dificul-
que la EC podría tener en el futuro de sus hijos. No hubo diferen- tar la prevención en esta fase crónica. La alimentación es un
cia en los grupos en cuanto al conocimiento de las característi- campo en el que se canalizan muchas cuestiones vinculares, que
cas de la dieta, la tendencia al uso de apoyo médico y al cono- pueden agravarse en un problema que cursa a través de la comi-
cimiento de las barreras existentes al cumplimiento alimentario da. Las cuestiones que surgen frecuentemente son diversas y
o apoyo-rechazo social. Concluyen que para incrementar el grado deben atenderse convenientemente: la sobreprotección puede
de cumplimiento de la dieta los padres deberían guiarse hacia dificultar el desarrollo de autonomía normal del celíaco; la sub-
tres propósitos fundamentales: mejorar la evaluación subjetiva ordinación de los proyectos personales y familiares a las nece-
de sus propios conocimientos sobre la EC, aumentar su habili- sidades reales o imaginarias del enfermo; la fase crítica de la
dad práctica para manejar el menú y disminuir su ansiedad res- adolescencia, en que los padres pierden el control sobre la vida
pecto a los posibles efectos adversos, a largo plazo, de la enfer- del hijo, el excesivo hincapié en la enfermedad puede crear
medad. mayor rebeldía en el cumplimiento de la dieta; la rebeldía de
La EC cumple los criterios de enfermedad crónica. Ésta, a su este período puede conducir a lo mismo; la repercusión que la
vez, se divide en dos fases: fase de crisis y fase crónica propia- dieta puede tener en la vida social, familiar y afectiva del celíaco
mente dicha. La primera abarca el período prediagnóstico, cuan- adulto [139,141].
do el individuo y su familia desconocen la verdadera naturaleza Estas tareas de prevención deben llevarse a cabo a través de
del proceso, la fase de diagnóstico y la aceptación del tratamiento asociaciones de enfermos celíacos. Las actividades de grupo,
inicial. El diagnóstico va a suponer, en primera instancia, una además de ser una herramienta factible, cubren la función de
desorganización profunda y súbita de la vida del niño y de su intercambio de vivencias y recursos. Así, existen programas de
entorno, por lo que no da tiempo a mentalizar ni elaborar las ‘recién diagnosticados’, para prevenir las dificultades que se
angustias y temores que, lógicamente, se desencadenan. Se gene- originan en la fase de crisis. Se trabaja en grupos pequeños y en
ra una situación de duelo con sus características: confusión –no un número limitado de reuniones. Los ‘programas de preven-
entiende lo que sucede–, negación –duda de lo que sucede, del ción secundaria’ se destinan a la fase crónica del proceso. Los
diagnóstico, con la esperanza de que sea un error–, rabia –exte- grupos son de adolescentes, de padres y de enfermos adultos,
riorizar todo el malestar interior–, disociación –idealización de la también en un número limitado de reuniones. Finalmente, ‘pro-
época anterior al diagnóstico, y sustracción de lo negativo de gramas de encuadres breves individuales’ como complemento
aquel período–, depresión –sentimientos de culpabilización, de al trabajo de grupo. Son programas de orientación y, en su caso,
lo que se pudo hacer mal o evitar, de los factores hereditarios– y, de derivación a otras instancias. La limitación en el número de
finalmente, aceptación del hecho, que representa la culminación reuniones es básica, dado que hay que evitar el efecto perturba-
del proceso de duelo. Una buena resolución de la etapa de duelo dor de que puedan considerarse necesitados de apoyo psicoló-
va a permitir a la personalidad una mayor posibilidad de recons- gico permanente. Es tarea fundamental devolver el protagonis-
trucción posterior. Por el contrario, una deficiente resolución puede mo de la salud y del crecimiento a los individuos, y hacerse
estancar el desarrollo de la personalidad. El estado previo, tanto cargo de las vicisitudes de la propia vida [139].

S 30 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33


TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

BIBLIOGRAFÍA

1. Polanco I. Diagnóstico. In Rodés J, Chantar C, eds. Enfermedad celía- 31. Ayuso T, Martín-Martínez J, Figueras P, Velilla J, Monzón MJ. Poli-
ca. Actualidades en Gastroenterología y Hepatología. Barcelona: JR neuropatía crónica secundaria a deficiencia de vitamina E. Neurología
Prous; 1996. p. 51-7. 1994; 9: 300-2.
2. Weijers HA, Lindquist B, Anderson CM, Rey J, Shermerling DH, Visa- 32. Luostarinen LK, Collin P, Peraaho MJ, Maki MJ, Pirttila TA. Coeliac
korpi JK, et al. Diagnostic criteria in coeliac disease. Acta Paediatr disease in patients with cerebellar ataxia of unknown origin. Ann Med
Scand 1970; 59: 461-3. 2001; 33: 445-9.
3. Visakorpi JK. European Society for Paediatric Gastroenterology. An 33. Hadjivassiliou M, Grunewald R, Chattopadhyay AK, Davies-Jones
international inquiry concerning the diagnostic criteria of coeliac dis- GAB, Gibson A, Jarratt JA, et al. Clinical, radiological neurophy-
ease. Acta Paediatr Scand 1970; 59: 463-4. siological, and neuropathological characteristics of gluten ataxia. Lan-
4. Polanco I. Heterogeneidad clínica. In Rodés J, Chantar C, eds. Enfer- cet 1998; 352: 1582-5.
medad Celíaca. Actualidades en Gastroenterología y Hepatología. Bar- 34. Chapman RWG, Laidlow JM, Colin-Jones D, Eade OE, Smith CL. In-
celona: JR Prous; 1996. p. 39-44. creased prevalence of epilepsy in coeliac disease. Br Med J 1978; 2:
5. Blomberg BM, Peña AS, Mearin ML. Serological assays for diagnos- 250-1.
ing coeliac disease. In Polanco I, Peña AS, eds. Proceedings of the 35. Loustarienen L, Dastidar P, Collin P, Peraaho M, Maki M, Erila T, et
International Symposium of Progress in Immunogenetics of Coeliac al. Association between coeliac disease, epilepsy and brain atrophy.
Disease. Madrid; 1995. Eur Neurol 2001; 46: 187-91.
6. Auricchio S, Greco L, Troncone R. Gluten sensitive enteropathy in child- 36. Martínez-Bermejo A, Polanco I, López-Martín V, Arcas J, Royo A,
hood. Pediatr Clin North Am 1988; 35: 157-87. Tendero A, et al. Epilepsia en la enfermedad celíaca. Rev Neurol 1999;
7. Ascher H, Krantz I, Kristiansson B. Increasing incidence of coeliac 28: 326.
disease in Sweden. Arch Dis Child 1991; 66: 608-11. 37. Daynes G. Bread and tears-Naughtiness, depression and fits due to wheat
8. Visakorpi JK. Silent coeliac disease: the risk groups to be screened. In sensitivity. Proc Roy Soc Med 1956; 49: 391-4.
Auricchio S, Visakorpi JK, eds. Common food intolerances. I: epide- 38. Laidlow JM, Chapman RG, Colin-Jones DG, Eade O, Smith CL. In-
miology of coeliac disease. Basel: Karger; 1992. p. 84-92. creased prevalence of epilepsy in coeliac disease. Gut 1977; 18: 940-90.
9. Holmes GK. Non-malignant complications of coeliac disease. Acta 39. Sammaritano M, Andermann F, Melanson D, Guberman A, Tinuper P,
Paediatr 1996; 412: 68-75. Gastaut H. The syndrome of intractable epilepsy, bilateral occipital
10. Martínez-Bermejo A. Estudio de las alteraciones sobre el sistema ner- calcifications, and folic acid deficiency. Neurology 1988; 38 (Suppl 1):
vioso de la enfermedad celíaca en el niño. Tesis Doctoral. Universidad 239.
Autónoma de Madrid; 1998. 40. Labate A, Gambardella A, Messina D, Tammaro S, Le Piane E, Pirri-
11. Martínez-Bermejo A, Polanco I. Alteraciones neurológicas y enfermedad tano D, et al. Silent celiac disease in patients with childhood localiza-
celíaca. Pediatrika 1999; 19: 109-18. tion-related epilepsies. Epilepsia 2001; 42: 1153-5.
12. Palencia R. Manifestaciones neurológicas en la enfermedad celíaca. 41. Gobbi G, Bouquet F, Greco L, Lambertini A, Tassinari CA, Ventura A,
Bol Pediatr 1999; 39: 222-8. et al. Coeliac disease, epilepsy, and cerebral calcifications. Lancet 1992;
13. Martínez-Bermejo A, Polanco I, López-Martín, Pascual-Castroviejo I. 340: 439-43.
Neurological disorders in Spanish children with coeliac disease. In Gobbi 42. Arroyo HA, De Rosa S, Fejerman N. Epilepsy, cerebral calcifications
G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other and coeliac disease: Argentine multicentre experience. In Gobbi G,
neurological disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Com- Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neuro-
pany Ltd; 1997. p. 337-8. logical disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Company
14. Auricchio S. Gluten sensitivity and neurological illness. J Pediatr Gas- Ltd; 1997. p. 93-101.
troenterol Nutric 1997; 25 (Suppl 1): 7-8. 43. Martínez-Bermejo A, Polanco I, Royo A, López-Martín V, Arcas J,
15. Salur L, Uibo O, Talvik HI, Justus HI, Metskula K, Talvik T, et al. The Tendero A, et al. Estudio del síndrome de Gobbi en la población espa-
high frequency of coeliac disease among children with neurological ñola. Rev Neurol 1999; 29: 105-10.
disorders. Eur J Neurol 2000; 7: 707-11. 44. Kieslich M, Errazuriz G, Posselt HG, Moeller-Hartmann W, Zanella F,
16. King AL, Ciclitira PJ. Celiac disease. Curr Opin Gastroenterol 2000; Boehles H. Brain white-matter lesions in celiac disease: a prospective
16: 102-6. study of 75 diet-treated patients. Pediatrics 2001; 108: 7-10.
17. Lahat E, Brodie E, Leshem M, Evans S, Scapa E. Prevalence of coeliac 45. Hallert C. Psychiatric illness, gluten, and celiac disease. Biol Psychia-
antibodies in children with neurological disorders. Pediatr Neurol 2000; try 1982; 17: 959-61.
22: 393-6. 46. Cinquetti M, Micelli S, Zoppi G. Adolescents and celiac disease: psy-
18. Cronin CC, Jackson LM, Feighery C, Shanahan F, Abuzakouk M, Ryder chological aspects. Pediatr Med Chir 1997; 19: 397-9.
DQ, et al. Coeliac disease and epilepsy. Quart J Med 1998; 91: 303-8. 47. Cooke WT, Peeney AL, Hawkins CF. Symptoms, signs and diagnostic
19. Loustarien L, Pirttila T, Collin P. Coeliac disease presenting with neu- features of idiopathic steathorrhoea. Quart J Med 1953; 22: 59-77.
rological disorders. Eur Neurol 1999; 42: 132-5. 48. Sheldon W. Celiac disease. Pediatrics 1959; 23: 132-45.
20. Collin P, Maki M. Celiac disease. Even a neurological disorder. J Pedi- 49. Hallert C, Derefeldt T. Psychic disturbances in adult coeliac disease. I.
atr Gastr Nutr 1997; 24: 116-7. Clinical observations-Scand J Gastroenterol 1982; 17: 17-9.
21. Hadjivassiliou M, Gibson A, Davies-Jones GAB, Lobo AJ, Stephenson 50. Kinney HC, Burger PC, Hurwitz BJ, Hijmans JC, Grant JP. Degenera-
TJ, Milford-Ward A. Does cryptic gluten sensitivity play a part in neu- tion of the central nervous system associated with celiac disease. J Neurol
rological illness? Lancet 1996; 347: 369-71. Sci 1982; 53: 9-22.
22. Bathia KP, Brown P, Gregory R, Lennox GG, Manji U. Progressive 51. Cooke WT, Holmes GKT. Neurological and psychiatric complications.
myoclonic ataxia associated with coeliac disease. The myoclonic is a In Cooke WT, Holmes GKT, eds. Coeliac disease. London: Churchill
cortical origin, but the pathology is in the cerebellum. Brain 1995; 118: Livingstone; 1984. p. 196-213.
1087-93. 52. Collin P, Pirtila T, Nurmikko T, Somer H, Erila T, Kevrilanen O. Celi-
23. Cooke WT, Fone DJ, Cox EV, Meynell MJ, Gaddie R. Adult coeliac ac disease, brain atrophy and dementia. Neurology 1991; 41: 372-5.
disease. Gut 1963; 4: 279-91. 53. Cinquetti M, Trabucchi C, Menegazzi N, Comucci A, Bressan F, Zoppi
24. Cooke WT, Smith WT. Neurological disorders associated with adult G. Psychological problems connected to the dietary restrictions in the
coeliac disease. Brain 1966; 89: 683-722. adolescent with coeliac disease. Pediatr Med Chir 1999; 21: 279-83.
25. Morris JS, Ajdukiewick AB, Read AE. Neurological disorders and adult 54. Ricca V, Mannucci E, Calabro A, Bernardo MD, Cabras PL, Rotella
coeliac disease. Gut 1970; 11: 549-54. CM. Anorexia nervosa and coeliac disease: two case report. Int J Eat
26. Farmer RG, Richards NG. Malabsorption syndromes and peripheral Disord 2000; 27: 119-22.
neuropathy. Cleveland Clin Quart 1964; 31: 163-8. 55. Bottaro G, Spina M, Rotolo N, Cocuzza M, Franzo A, Bianchini R.
27. Binder HJ, Solitare GB, Spiro HM. Neuromuscular disease in patients Neuropsychiatric complaints in the clinical pattern of coeliac disease.
with steathorrhoea. Gut 1967; 8: 605-11. In Gobbi G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and
28. Benson GD, Kowlessar OD, Sleisenger MH. Adult celiac disease with other neurological disorders in coeliac disease. London: John Libbey &
emphasis upon response to the gluten-free diet. Medicine (Baltimore) Company Ltd; 1997. p. 353-5.
1964; 43; 1-40. 56. Ciacci C, Caravallo R, Romano R, Galletta DS, Labanca F, Marino M,
29. Green PA, Wollaeger EE. The clinical behaviour of sprue in the United et al. Increased risk of surgery in undiagnosed celiac disease. Dig Dis
States. Gastroenterology 1960; 38: 399-418. Sci 2001; 46: 2206-8.
30. Muller DPR, Lloyd JK, Wolf OH. Vitamin E and neurological func- 57. Di Cagno L, Bonassi E. Psychological problems of children with celiac
tion. Lancet 1983; 1: 225-8. disease and their families. Minerva Pediatr 1977; 29: 2207-20.

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33 S 31


A. MARTÍNEZ-BERMEJO, ET AL

58. Castany MA, Stepankova R, Tlaskalova H, Turner LF, Liu Z, Bures J. 86. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistic manual of
Study of behavior of rats with gluten-induced enterophaty. Int J Neuro- mental disorders. 4 ed. Washington: APA; 1994.
sci 1995: 83: 7-15. 87. Rosenberg PB. Attention deficit. Pediatr Neurol 1991; 7: 397-405.
59. Dohan FC. Coeliac disease and schizophrenia. Lancet 1970; 1: 897-98. 88. Shaywitz SE, Cohen DJ, Shaywitz BA. The biochemical basis of min-
60. Hallert C, Aström J. Psychological disturbances in adult coeliac dis- imal brain dysfunction. J Pediatr 1978; 92: 179-87.
ease. II. Psychological findings. Scand J Gastroenterol 1982; 17: 89. Raskin LA, Shaywitz SE, Shaywitz BA, Anderson GM, Cohen DJ.
21-4. Neurochemical correlates of attention deficit disorder. Pediatr Clin North
61. Gasbarrini G, Addolorato G. Anxiety and depression in subjects with Am 1984; 31: 387-96
coeliac disease. A personality trait or a reactive condition. In Gobbi G, 90. Rapoport JL, Ferguson HB. Biological validation of the hyperkinetic
Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neuro- syndrome. Dev Med Child Neurol 1981; 23: 667-82.
logical disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Company 91. Hernanz A, Polanco I. Plasma precursor amino acids of central nervous
Ltd; 1997. p. 350-3. system monoamines in children with coeliac disease. Gut 1991; 32:
62. Cooke WT. Neurologic manifestations of malabsorption. In Handdbook 1478-81.
of Clinical Neurology. Vol. 28 (metabolic and deficiency diseases of 92. Fernstrom JD, Faller DV. Neutral amino acids in the brain: changes in
the nervous system, part II). Amsterdam: North-Holland Publishing response to food ingestion. J Neurochem 1978; 30: 1531-8.
Company; 1976. p. 225-41. 93. Hallert C, Mörtensson J, Allgén LG. Brain availability of monoamine
63. Perisic VN, Lopicic Z, Kokai G. Celiac disease and schizophrenia: fam- precursors in adult coeliac disease. Scand J Gastroenterol 1982; 17:
ily occurrence. J Ped Gastroenterol Nutr 1990; 11: 279. 87-9.
64. Cheliout W. Une depression trompeuse. Encephale 1994; 20: 531-4. 94. Costello EJ. Child psychiatric epidemiology: implications for clinical
65. Rebaudengo N, Pignata P, Bo E, Liboni W, Sategna C, Bruno M, et al. research and practise. In Lahey B, Kazdin AE, eds. Advances in clinical
Epilepsy and neurological findings in adult coeliac patients. In Gobbi child psychology, 13. New York: Plenum Press; 1990. p. 35-42.
G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other 95. De Maria G, Gorno ML, Cappa SF, Guarneri B, Antonini L. Neuro-
neurological disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Com- psychological evaluation of posterior areas function in coeliac patients
pany Ltd; 1997. p. 339-41. with or without epilepsy. In Gobbi G, Andermann F, Naccarato S, Ban-
66. Bottaro G, Failla P, Rotolo N, Sanfilippo G, Azzaro F, Spina M, et al. chini G, eds. Epilepsy and other neurological disorders in coeliac dis-
Changes in coeliac disease behaviour over the years. Acta Paediatr 1993; ease. London: John Libbey & Company Ltd; 1997. p. 344-5.
82: 566-8. 96. Pavone L, Mazzone D, Incorpora G, Drago F, Bottaro G. Cognitive
67. Bottaro G, Spina M, Rotolo N, Cocuzza M, Franzo A, Bianchini R. disturbances in children with coeliac disease. In Gobbi G, Andermann
Neuropsychiatric complaints in the clinical pattern of coeliac disease. F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neurological disor-
In Gobbi G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and ders in coeliac disease. London: John Libbey & Company Ltd; 1997. p.
other neurological disorders in coeliac disease. London: John Libbey & 291-3.
Company Ltd; 1997. p. 353-5. 97. Martínez-Bermejo A, Polanco I, Prieto G, Molina M, Sarriá J. Early
68. Brandt J, Celentano D, Stewart W, Linet M, Folstein MF. Personality motor development in patients with coeliac disease. Abstracts of the
and emotional disorder in a community sample of migraine headache Coeliac Conference. The Finnish Coeliac Society. Changing Features
sufferers. Am J Psychiatry 1990; 147: 303-8. of Coeliac Disease. Tampere, Finland; 1998.
69. Menkes MM. Personality characteristics and family roles of children 98. Ashkenazi A, Levin S, Krasliwsky D. Gluten and autism. Lancet 1980;
with migraine. Pediatrics 1974; 53: 560-4. 1: 157.
70. Merikangas KR, Angst J, Isler H. Migraine and psychopathology. Arch 99. McCarthy DM, Coleman M. Response of intestinal mucosa to gluten
Gen Psychiatry 1990; 47: 849-53. challenge in autistic subjects. Lancet 1979; 2: 877-8.
71. Breslau N, Davis GC. Migraine, major depression and panic disorder: a 100. Walker-Smith J, Andrews J. Alpha-1-antitrypsin, autism, and coeliac
prospective epidemiologic study of young adults. Cephalalgia 1991; disease. Lancet 1972; 2: 883-4.
12: 85-90. 101. Coleman M. Autism and coeliac disease. In Gobbi G, Andermann F,
72. Breslau N, Merikangas K, Bowden CL. Comorbidity of migraine and Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neurological disor-
major affective disorders. Neurology 1994; 44 (Suppl 7): S17-27. ders in coeliac disease. London: John Libbey & Company; 1997. p.
73. Henryk-Gutt R, Rees WL. Psychological aspects of migraine. J Psy- 219-21.
chosom Res 1973; 17: 141-53. 102. Goodwin MS, Goodwin TC. In a dark mirror. Mental Hygiene 1969;
74. Passchier J, Vanderhelm-Hylkema H, Orlebeke JF. Personality and 53: 550.
headache type: a controlled study. Headache 1984; 24: 140-6. 103. Goodwin MS, Cowen MA, Goodwin TC. Malabsorption and cerebellar
75. Harrison RH. Psychological testing in headache: a review. Headache dysfunction: a multivariate and comparative study of autistic children.
1975;13: 117-85. J Autism Child Schizophr 1991; 1: 48.
76. Galiano L, Matías-Guiu J, Vioque J. Factors associated with migraine. 104. Walker-Smith J. Gastrointestinal disease and autism. The results of a
A sex and age matched case control study. In Olesen J, ed. Headache survey. Symposium on Autism. Sydney: Abbott Laboratoires; 1979.
Classification and Epidemiology. New York: Raven Press Ltd; 1994. 105. Pavone L, Finnara A, Bottaro G, Mazzone D, Coleman M. Autism and
p. 321-5. celiac disease: failure to validate the hypothesis that a link might exist.
77. Guitera V, Gutiérrez E, Muñoz P, Castillo J, Pascual J. Alteraciones de Biol Psychiatry 1997; 42: 72-5.
la personalidad en la cefalea crónica diaria: un estudio en la población 106. Lanzi G, Zambrino CA, Balottin U, Bettaglio E, Manfredi P. Neuro-
general. Neurología 2001; 16: 11-6. transmitters in autistic children. In Gobbi G, Andermann F, Naccarato
78. Martínez-Bermejo A, Arcas J, López-Martín V, Roche C, Polanco I, S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neurological disorders in
Tendero A, et al. Prevalencia de cefalea en una población de enfermos coeliac disease. London: John Libbey & Company Ltd; 1997. p.
celíacos. Rev Neurol 2001; 32: 301-9. 223-6.
79. Van Praag HM. Neurotransmitters and CNS disease. Depression. Lan- 107. Martineau J, Hérault J, Petit E, Guérin P, Hameury L, Perrot A, et al.
cet 1982; 2: 1259-64. Catecholaminergic metabolism and autism. Dev Med Child Neurol 1994;
80. Koyama T, Melzter HY. A biochemical and neuroendocrine study of 36: 688-97.
the serotoninergic system in depression. In Hippius H, Klerman GL, 108. Martineau J, Barthélémy C, Jouve J, Muh JP, Lelord G. Monoamines
Matussek N, eds. New results in depression research. New York: (serotonin and catecholamines) and their derivatives in infantile au-
Springer-Verlag; 1986. p. 164-88. tism: age-related changes and drug effects. Dev Med Child Neurol 1992;
81. Folk JR, Long JP. Serotonin as a neurotransmitter: a review. Comp 34: 593-603.
Biochem Physiol 1988; 91: 251-7. 109. Bender L. Childhood schizophrenia. Psych Quart 1953; 27: 3-81.
82. Meltzer H. Serotoninergic dysfunction in depression. Br J Psychiatry 110. Graaf H, Handford A. Celiac syndrome in the case history of five schizo-
1989; 155 (Suppl 8): 25-31. phrenics. Psych Quart 1961; 35: 306-13.
83. Sternbach RA, Janowsky DS, Huey L. Effects of altering brain seroto- 111. Dohan FC. Is celiac disease a clue to the pathogenesis of schizophre-
nin activity on human chronic pain. In Bonica JJ, ed. Advances in pain nia. Ment Hyg 1969; 53: 525-9.
research and therapy. Vol. 1. New York: Raven Press; 1976. 112. Dohan FC. Celiac disease and schizophrenia. N Engl J Med 1980; 302:
84. Hadjivassiliou M, Grünewald RA, Lawden M, Davies-Jones GAB, 1262.
Powell T, Smith CML. Headache and CNS white matter abnormalities 113. Dohan FC. Schizophrenia, celiac disease, gluten antibodies, and the
associated with gluten sensitivity. Neurology 2001; 56: 385-8. importance of beta. Biol Psychiatry 1981; 16: 1115-7.
85. Kozlowska ZE. Evaluation of mental status of children with ma- 114. Walsh D. Coeliac disease and schizophrenia. Br Med J 1973; 2: 242.
labsorption syndrome after long-term treatment with gluten-free diet 115. Pfeiffer CC. Schizophrenia and wheat gluten enteropathy. Biol Psychi-
(preliminary report). Psychiatr Pol 1991; 25: 130-4. atry 1984; 19: 279-80.

S 32 REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33


TRASTORNOS DEL APRENDIZAJE

116. Anónimo. Gluten in schizophrenia. Editorial. Lancet 1983; 1: 744-5. 132. Lupattelli G, Fuscaldo G, Castellucci G, Ciuffetti G, Pelli MA, Man-
117. McGuffin P, Gardiner P, Swinburne LM. Schizophrenia, celiac dis- narino E. Severe osteomalacia due to gluten-sensitive enteropathy. Ann
ease, and antibodies to food. Biol Psychiatry 1981; 16: 281-5. Ital Med Int 1994; 9: 40-3.
118. Bersani G, de Palma F, Sandri G, Mazzetti M. Coeliac disease and 133. Ciacci C, Iavarone A, Mazzacca G, De Rosa A. Depressive symptoms
schizophrenia: hypotheses of a possible association. In Gobbi G, An- in adult coeliac disease. Scand J Gastroenterol 1998; 33: 247-50.
dermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neuro- 134. Corvaglia L, Catamo R, Pepe G, Lazzari R, Corvaglia E. Depression in
logical disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Company adult untreated celiac subjects: diagnosis by the pediatrician. Am J
Ltd; 1997. p. 245-8. Gastroenterol 1999; 94: 839-43.
119. Marson C, Michetti R, Volterra V. Coeliac disease and schizophrenia. 135. Addolorato G, Stefanini GF, Capristo E, Caputo F, Gasbarrini A, Gas-
In Gobbi G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and barrini G. Anxiety and depression in adult untreated celiac subjects and
other neurological disorders in coeliac disease. London: John Libbey & in patients affected by inflammatory bowel disease: a personality ‘trait’
Company Ltd; 1997. p. 239-43. or a reactive illness? Hepatogastroenterology 1996; 43: 1513-7.
120. Wood NC, Hamilton I, Axon AT, Khan SA, Quirke P, Mindham RH, et 136. Addolorato G, Capristo E, Ghittoni G, Valeri C, Masciana R, Ancona
al. Abnormal intestinal permeability. An aetiological factor in chronic C, et al. Anxiety but not depression decreases in coeliac patients after
psychiatric disorders? Br J Psychiatry 1987; 150: 853-6. one-year gluten-free diet: a longitudinal study. Scand J Gastroenterol
121. Reichelt WH, Reichelt KL. The possible role of peptides derived from 2001; 36: 502-6.
food proteins in diseases of the nervous system. In Gobbi G, Ander- 137. Hallert C, Astrom J, Walan A. Reversal of psychopathology in adult
mann F, Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neurological coeliac disease with the aid of pyridoxine (vitamin B 6). Scand J Gastro-
disorders in coeliac disease. London: John Libbey & Company Ltd; enterol 1983; 18: 299-304.
1997. p. 227-37. 138. Hallert C. Depression in coeliac disease. In Gobbi G, Andermann F,
122. Dohan FC. Relapsed schizophrenics: more rapid improvement on a milk Naccarato S, Banchini G, eds. Epilepsy and other neurological disor-
and cereal free diet. Br J Psychiatry 1969; 115: 595-6. ders in coeliac disease. London: John Libbey & Company Ltd; 1997. p.
123. Singh MM, Kay SR. Wheat gluten as a pathogenic factor in schizo- 211-7.
phrenia. Science 1976; 191: 401-2. 139. Aznar M, Amor A. Prevención de las repercusiones psicológicas en la
124. De Santis A, Addolorato G, Romito A, Caputo S, Giordano A, Gambassi enfermedad celíaca. In Polanco I, ed. Progress in Immunogenetics of
G, et al. Schizophrenic symptoms and SPECT abnormalities in a coeliac Coeliac Disease. Clinical implications. International Symposium.
patient: regression after a gluten-free diet. J Intern Med 1997; 242: 421-3. Madrid; 1995.
125. Morris JS, Ajdukiewicz AB, Read AE. Neurological disorders and adult 140. De Pascuale A, Mariani P, Maello S, Virgilii F, Calvani L, Cipolletta
coeliac disease. Gut 1970; 11: 549-54. E, et al. Cognitive and psychosocial aspects in 81 coeliac patients and
126. Watts CA. Depressive disorders in the Community. Bristol: John Wright their parents. In Gobbi G, Andermann F, Naccarato S, Banchini G, eds.
& Sons; 1966. Epilepsy and other neurological disorders in coeliac disease. London:
127. Goldberg D. A psychiatric study of patients with diseases of the small John Libbey & Company Ltd; 1997. p. 348-9.
intestine. Gut 1970; 11: 459-65. 141. Huff C. Celiac disease: helping families adapt. Gastroenterol Nurs 1997;
128. Goldberg BP. A one year survey of the prevalence of psychiatric illness 20: 79-81.
in patients with disease of the small intestine. Gut 1968; 9: 725-7. 142. Anson O, Weizman Z, Zeevi N. Celiac disease: parental knowledge
129. Vaitl D, Stuthamer-Geisel F. Coeliac disease. Psichosomatic evalua- and attitudes of dietary compliance. Pediatrics 1990; 85: 98-103.
tion. Münch Med Wschr 1992; 134: 370-5. 143. Cobo C. Paidopsiquiatría dinámica. Psicosomática evolutiva del niño y
130. Pellegrino M, Dáltilia MR, Germano M. Untreated coeliac disease and del adolescente. Madrid: Julio Soto; 1983.
attempted suicide. Letter. Lancet 1995; 346: 915. 144. Gardiner A, Porteous N, Walker-Smith JA. The effect of coeliac dis-
131. Cheliout W. A misleading depression. Encephale 1994; 20: 531-4. ease on the mother-child relationship. Aus Paediatr J 1972; 8: 39-43.

ALTERACIONES NEUROPSICOLÓGICAS ALTERAÇÕES NEUROPSICOLÓGICAS


EN LA ENFERMEDAD CELÍACA NA DOENÇA CELÍACA
Resumen. Objetivo. La enfermedad celíaca es un trastorno gastroen- Resumo. Objectivo. A doença celíaca é uma perturbação gastroen-
terológico motivado por una intolerancia a los cereales a través de terológica motivada por uma intolerância aos cereais por um me-
un mecanismo inmunológico. La mucosa intestinal se lesiona produ- canismo imunológico. A mucosa gastrointestinal lesiona-se produ-
ciendo un cuadro de malabsorción grave. El diagnóstico se basa en zindo um quadro de malabsorção grave. O diagnóstico baseia-se
las manifestaciones clínicas clásicas, tales como diarrea y adelgaza- nas manifestações clínicas clássicas, tais como diarreia e emagre-
miento. Sin embargo, el espectro de la enfermedad es muy amplio y cimento. Contudo, o espectro da doença é muito amplo e abrange
abarca trastornos en otros órganos y sistemas. En el presente trabajo perturbações noutros órgãos e sistemas. No presente trabalho são
se revisan los principales estudios de afectación del sistema nervioso revistos os principais estudos de envolvimento do sistema nervoso
en la enfermedad celíaca. Desarrollo. Los trabajos publicados hasta na doença celíaca. Desenvolvimento. Os trabalhos publicados até
la fecha indican una elevada prevalencia de ataxia, cefalea y epilep- à data indicam uma elevada prevalência de ataxia, cefaleia e epi-
sia, especialmente asociada a calcificaciones occipitales bilaterales, lepsia, especialmente associada a calcificações occipitais bilate-
así como manifestaciones psicológicas y trastornos psiquiátricos, rais, bem como manifestações psicológicas e perturbações psiqui-
entre los que se incluyen alteraciones de la conducta, depresión, átricas entre as quais se incluem alterações do comportamento,
esquizofrenia, autismo, problemas de personalidad, de la esfera afec- depressão, esquizofrenia, autismo, problemas de personalidade, da
tiva y del entorno familiar. Los problemas de aprendizaje y alteracio- esfera afectiva e do ambiente familiar. Os problemas de aprendiza-
nes cognitivas son menos comunes. Conclusiones. Muchos de estos gem e alterações cognitivas são menos comuns. Conclusões. Muitos
procesos son de reconocimiento relativamente reciente. El mecanis- destes processos são de reconhecimento relativamente recente. O
mo patogénico de estas alteraciones no está totalmente aclarado mecanismo patogénico destas alterações não está completamente
aunque factores bioquímicos tales como un descenso de la serotonina esclarecido, embora factores bioquímicos, tais como uma baixa da
plasmática podría ser su causa. El tratamiento se basa en un tempra- serotonina plasmática poderia ser a sua causa. O tratamento ba-
no reconocimiento de la enfermedad, difícil de sospechar en ausencia seia-se no reconhecimento precoce da doença, difícil de suspeitar
de síntomas gastrointestinales, y en la aplicación de diversas terapias na ausência de sintomas gastrointestinais, e na aplicação de diver-
entre las que la dieta libre de cereales es la más eficaz. [REV NEUROL sas terapias entre as quais a dieta sem cereais, a mais eficaz. [REV
2002; 34 (Supl 1): S24-33] NEUROL 2002; 34 (Supl 1): S24-33]
Palabras clave. Alteraciones cognitivas. Autismo. Cefalea. Celíaca. Palavras chave. Alterações cognitivas. Autismo. Cefaleia. Celíaca.
Depresión. Epilepsia. Esquizofrenia. Depressão. Epilepsia. Equizofrenia.

REV NEUROL 2002; 34 (Supl 1):S24-S33 S 33

You might also like