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El conductismo Mueller, F. L. (2005). La reflexologia y el “behaviorismo”. En Historia de Ia Psicologia. (pp. 406 -413). México: Fondo de Cultura Econémica. CST Beer 406 LA “NUE PSICOLOGIA Una tentativa de replantear las teorias psicoanaliticas a partir dé una nocién muy amplia de Ja conducta se encuentra en el doctor A. Hesnard, quien se ha cuidado de eludir los dualismos tradiciona- les alma-cuerpo, fisico-psiquis, organico-funcional.*? Fue uno de: los primeros en introducir en Francia el pensamiento de Freud,*° al cual consagré mas tarde una obra muy documentada sobre la evo lucién de las investigaciones psicoanaliticas y su extensién, en rela- cién con otras aportaciones de la cultura contempordnea en’ los principales paises.°* Hesnard se ha orientado, bajo la influencia pat ticular de Merlau-Ponty, hacia Ja interpretacién fenomenolégica del psicoanilisis (Psychanalyse du lien interhumain, P.U-F., 1957). Aw tor igualmente de libros que tienen un alcance médico y psicoldgico y aun filoséfico con una inspiracién marxista (L’univers morbide de la faute, P.U.F., 1949), Morale sans péché (P.UF., 1954), murié en 1969 dejando un manuscrito dando un pormenor sobre el paso de Freud a Lacan.** 2. LA REFLEXOLOG{A Y EL “BEHAVIORISMO” E] descubrimiento de los reflejos condicionados acaecié en el terre- no de la psicologia animal mediante Ja experimentacién de labora- torio_y representa, tomando en cuenta la extensién que le daria en Estados Unidos el behaviorismo de Watson, una aportacién capt tal de la nueva psicologia en su aspecto mds radicalmente objeti- vista. Este descubrimiento es inseparable del nombre de Pavlov (1849-1936), premio Nobel de 1904 por su obra acerca de la diges tién, y del de Bechterev (1857-1927), ambos fisidlogos y neurdélogos: Se sabe que nacié de la experimentacién con perros y que consiste en_sustituir un excitante o “estimulo” primitivo, que engendra un teflejo absoluto o incondicionado, por un excitante nuevo o “estimu- lo condicionado” (sefial, como decfa también Pavlov), que provo- cara a su vez, por aprendizaje, una reaccién refleja adquirida. Ast es como el perro, que saliva cuando recibe un trozo de came (refle jo incondicionado), salivaré cuando oiga un sonido o vea una luz 4° La theorie psychanalytique et les conceptions psychologiques contempo raines en “Leyolution psychiatrique”, 1948, fasc. 1. 50 La psychoanalyse des névroses et des psychoses (en colaboracién con é profesor Régis), Paris, 1914. £1 Loeuvre de Freud et son importance pour le monde modeme, Payot, Pa ris, 1960. En Ia misma editora y del mismo autor: Les phobies et la névrose phobique (1961); Psychologie du crime (1962); Manuel de sexologie normale et pathologique (4% ed. 1962). 82 De fede Lacan (Les Editions E. S. F., Paris, 1970). LAS ESCUELAS DEL SIGLO XX 407 después de que este estimulo haya acompafiado un nimero x de veces la presentacién de Ja came. Es decir, que ha nacido una nueva asociacion refleja entre el centro auditivo o visual y el centro sa- lival: el reflejo “condicionado” o asociado. Pavlov descubrié que todo fenémeno natural puede convertirse en sefial: un sonido, un co- lor, un olor, un cstimulo de Ja piel, etc. La experimentacién, que ha adelantado mucho en este sentido, ha permitido establecer que los teflejos condicionados ponen en juego procesos, no sélo de excita- cién, sino de inhibicién. Pues un perro puede ser condicionado. de tal manera que el reflejo espontaneo de dolor ceda a un reflejo de satisfaccién si, por ejemplo, una descarga eléctrica dolorosa acom- paiia a Ja presentacién de Ja carne durante un tiempo suficiente como para que se efectie Ja sustitucién. Se ha comprobado también que estos condicionamientos pueden alcanzar una gran especificidad; ast, aun perro se le puede entrenar para no reaccionar mas que a ciertos sonidos, imagenes, colores o figuras, con exclusién de otros apenas diferentes, e inclusive a notas tan altas que el oido humano no las percibe. Si esté habituado a salivar al ver un circulo, sin reaccionar al ver una eclipse, dara sefiales de agitacién cuando al acercarse cada vez mas la forma de la elipse a Ja del circulo ya no sea capaz de distinguir entre las dos figuras. Pavlov lograba provocar verdaderas neurosis caninas, al poner en conflicto, de esta manera, procesos de inhibicién y de excitacién. Es natural que algunos autores, al considerar que la génesis de la neurosis esta, segtin Freud, en Ia re- presi6n o en la inhibicién de un factor emocional, hayan tratado de encontrar en esto una formula conciliatoria entre Ja reflexologia pavloviana y el psicoandlisis. Por otra parte, las maniobras que crean los condicionamientos parecen ser mecanismos fragiles, que desapare- cen si no se los mantiene reintroduciendo de cuando en cuando el estimulo natural (en el ejemplo, la carne). A falta de ello, el tiem- po de reaccién aumenta, la secrecién salival disminuye progresiva- Mente; se produce lo que Pavlov Iamaba “inhibicién interna”, una tendencia a la desaparicién del reflejo condicionado. Algunos co- mentadores, sobre todo el fisiélogo francés Paul Chauchard, han insistido en Jas condiciones particulares de aislamiento que exigen tales experiencias. Pavlov habia observado ya que, si Ia legada ino- Pinada de un extrafio distraia bruscamente al animal, una “inhibi- cién extema” ponfa en peligro el trabajo. Ademés, no todos los perros muestran Ia misma docilidad. Los hay feroces, que son los mas re fractarios. Igualmente pueden presentarse sorpresas imprevisibles, Tal cs el caso de Ja nausea que provocaba en un pero la sola viv 408 LA “NUEVA” PSICOLOGIA del experimentador;** 0 del “reflejo de defensa” que puede produ- cirse cuando un perro, estimulado por una corriente eléctrica de- masiado violenta, Jadra o trata de morder... De la observacién de que la completa ablacién del cortex acarrea- ba Ja desaparicién de los reflejos condicionados, Pavlov dedujo que su mecanismo dependia totalmente de Ja funcién cortical. Sin em- bargo, se ha visto que pueden formarse reflejos condicionados en animales inferiores, sin corteza cerebral, e incluso, si hemos de creer a algunos autores, en los infusorios. Evidentemente, la experimentacién en materia de condicionamien- to es mas limitada con el ser humano que con los animales. No obstante, es posible realizarla de otra manera. Watson y sus disci- pulos proporcionaron la prueba de esto con los Jactantes y los ni- fios pequefios. Es sabido que se puede utilizar, y que se utiliza, el descubrimien- to de Pavloy en casos determinados: desintoxicacién de los dipsé- manos, métodos de relajamiento, parto sin dolor. Este ultimo esta fundado en la nocién de que el dolor del parto tiene como causa principal reflejos condicionados (sociales) de temor. Se trata, en- tonces, de poner en juego las innumerables acciones reciprocas entre las neuronas corticales y las visceras, en el sentido de un dominio indirecto del simpdtico; en suma, de capacitar a la mujer para dirigir su parto, mediante la practica de una autosugestién consciente, acom- pafiada de una educacién respiratoria y abdominal. En general, el descubrimiento de los reflejos condicionados ha venido a aclarar la operacién de mecanismos utilizados desde hace muchisimo tiempo en el adiestramiento de animales, pero de ma- nera totalmente empirica. El genio de Pavlov ha consistido en de- mostrar de manera decisiva cémo funcionan estos mecanismos de sustitucién en un nivel que abarca a la afectividad (es necesario que el animal tenga hambre) y que constituyen, en el interior de Ja historia individual, tipos de relacién susceptibles de explicar in- clusive una parte del psiquismo humano: Ja que tiene que ver_con Jos automatismos y con Ja formacién de los habitos, cuyo papel mas grande de lo que generalmente se cree. Muchas personas que hablan_mucho de libertad, se portan, las mas de las veces, como robots. Ademés, Ja reflexologfa permite comprender mejor cémo ¢s que ciertos estados animicos, aparentemente misteriosos, pueden ser creados por los recuerdos asociados a determinados estimulos que desempefian el papel de “gatillo” (la Magdalena de Proust). 53 Paul Chauchard, Le systéme nerveux et ses inconnues (P.U.F., 1951), p. 84- LAS ESCUELAS DEL SIGLO XX 409 Pavlov no parece haber tenido ideas definidas acerca de las fun- ciones superiores del psiquismo humano. Sin embargo, es indudable que les ha reconocido la capacidad —aun al }amarlas “actividad nerviosa superior’— de sintetizar las sefiales que afectan e] compor- tamiento en el nivel de los condicionamientos, en un sistema de signos abstractos € inseparables del lenguaje. Watson, en cambio, utiliza el descubrimiento de los reflejos con- dicionados en un sentido que confiere a su behaviorismo los carac- teres de una escuela de afirmaciones dogmaticas. Nacido en Green- ville, en 1878, John Broadus Watson fue profesor en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore), donde dirigio, igualmente, el laborato- tio de psicologia. Sus comunicaciones al Congreso Internacional de Psicologia, en 1921, le valieron reputacién mundial. El] watsonismo se hallaba-entonces en su apogeo en los Estados Unidos, donde en- gendré miltiples discusiones y controversias.** E] “behaviorismo” de Watson representa el intento mas audaz de teducir la psicologfa a una ciencia natural, excluyendo de su campo Ja consciencia (atencién, memoria, voluntad, inteligencia) y por tan to, todo recurso a Ja introspeccién, para no admitir mas que el comportamiento objetivo. No se trata solamente de una orientacién metodoldgica, sino que se trata de un intransigente monismo mate- tialista. Ni que decir tiene que tal exclusién del espiritu trac como corolario, en el campo de la psicopatologia, la de las enfermedades “mentales”. Watson pensaba-que los psicdlogos que habian deseado constituir una “nueva” psicologia (en particular Ribot, Fechner y Wundt) ha- bian carecido de audacia, que se habian quedado a medio camino en su esfuerzo de liberacién respecto de Ja tradicién filoséfica. Por lo demas, la psicologia en cuanto ciencia abstracta le parecia estar desprovista de valor practico, sin verdadero interés para el educador, el jurista, el médico, el industrial o-el comerciante... EstA fuera de duda que la inspiracién de Watson hunde sus rafces en el utilita- timo de nuestra época, y muy particularmente en la eficiencia al modo americano. Ante un individuo dado, se trata esencialmente de saber de qué es capaz y cul puede ser su rendimiento. El inmen- so éxito del behaviorismo en los Estados Unidos obedece a su vo- 54 Véase de Watson: Behavior: an introduction to comparative psychology (1914) y Psychology from the standpoint of a behaviorist (1919). Igualmente R. Zazzo: Psychologies et psychologues d’Amérique, P.U.F., 1941; Pierre Na- Ville: La Psychologie, science du comportement. Le behaviorisme de Watson, Gallimard, 1942; A. Tilquin: Le Behaviorisme, origine et développement de la Psychologie de réaction en Amérique, Vrin, 1950 (bibl. paginas 511-528). 410 LA “NUEVA” PSICOLOGIA luntad de atenerse exclusivamente a lo observable, lo controlable, lo mensurable. Cuando Watson conocié, en 1916, las investigaciones de Pavlov: su orientacién era ya la de un psicdlogo preocupado por constituir una ciencia objetiva y comparada, inspirada entonces por las inves: tigaciones que se estaban efectuando en el campo de Ja psicologia animal, en particular por las de J. Loeb acerca de los “tropismos” y por las experiencias de E. Thorndike (1874-1949). Se sabe que este tiltimo estudiaba el comportamiento de los animales mediante st. famosa caja-problema. Encerraba a un animal en ayunas en una suerte de jaula de la que no podia escapar —y alcanzar, asi, un alimento colocado en el exterior— mas que operando un mecanis- mo relativamente complicado. Después de una serie de intentos desordenados e¢ infructuosos, el animal lograba soltar finalmente, me: diante un movimiento adecuado de la pata o del hocico, el meca nismo de apertura. Para explicar este comportamiento, Thorndike apelaba a consideraciones neurofisiolégicas y al juego del azar, ne- gando al animal toda forma de inteligencia. La teorfa mds conoci- da es la del “tanteo” de Lloyd Morgan. Cuando un gato, o una rata, encuentra la solucién del problema que asi le ha sido im- puesto, lo hace fortuitamente. Después las reacciones afortunadas se organizan en el espacio y en el tiempo, conforme a la ley de frecuencia, lo que es tanto como decir que Ja respuesta que tiene éxito se instala y las demas se eliminan. ‘Tal interpretacién ha sido discutida, sobre todo por los psicélogos de la Gestalt, a propésito de los monos antropoides. Watson no tuvo temor de ampliarla hasta abarcar al hombre mismo, la totalidad de cuyos habitos que= ria explicar en funcién del éxito fortuito de algunas reacciones, 4 partir de algunos reflejos absolutos o incondicionados. Tal toma de posicién ha sido objeto de criticas severas. Se le ha reprochade al padre del behaviorismo su carencia de cultura filoséfica, una gra ve ignorancia de los problemas gnoseoldégicos. En un sentido, ne obstante, parece ser que su audacia ofrece mas ventajas que incon- venientes, en 1d medida en que, en algunos casos, el extremisme puede ser més edificante que el sincretismo. Considerando que los nifios nacidos y alimentados en una casa de matemidad son los mejores sujetos, por cuanto su condiciona- miento anterior es mas facilmente controlable, Watson, sus colabora- dores y sus continuadores se entregaron a innumerables experiencias en salas de recién nacidos “experimentales”. Con la intencién, pr mero, de conocer Jas reacciones que puedan considerarse innatas (con Ja reserva de que hay condicionamientos prenatales dificilmen- LAS ESCUELAS DEL SIGLO XX 411 te controlables...). Estas reacciones primarias constituyen un cata- logo muy reducido en la escuela behaviorista: reflejos pupilares y patelares, secrecion saliva}, reacciones corporales —con Iantos y gri- tos— a piquetes, quemaduras, al retirarles el soporte o por un rui- do violento. Como entonces se manifiesta en el nifio, en la mayo- ria de los casos, una reaccién emocional, los behavioristas tuvieron que admitir algunas formas congénitas del comportamiento, que re- dujeron a tres: reaccién espontanea “de miedo”, si se priva brus- camente al nifio de un soporte o si se le sorprende con un ruido violento; reaccién “de célera” (que aparece desde el segundo dia), si se estorban sus movimientos; reaccién “amorosa” si se Je hacen cosquillas o se le mece, etcétera. Sobre todo, los behavioristas estan convencidos de que los nifios no tienen originariamente ninguna reaccién de “miedo” frente al animal que fuere (rata, ratén, rana, conejo, gato, etc.) 0 a objetos con pelos o plumas, o a méascaras gesticuladoras®® ni en presencia del fuego, que provoca un trastorno solamente si desprenden un ca- lor demasiado intenso (pues interviene entonces la reaccién “tacto de la piel’). En cambio han podido observar que estos animales u objetos pueden convertirse muy pronto en sefiales condicionadas de miedo, por asociacién con algunos estimulos primarios (ruidos vio- lentos, pérdida de sostén, etc.), y que se pueden “descondicionar” facilmente estas reacciones de miedo adquiridas sustituyéndolas por una reaccién positiva, por ejemplo, ofreciéndole una golosina al nifio cuando se le presenta, a una distancia cada vez menor, el ani- mal o el objeto que provoca su temot. Por tanto, a partir de algunas reacciones aceptadas como _primi- tivas, todo el comportamiento humano debe explicarse por el juego de los condicionamientos. Es decir, que se Je contempla tinicamen; te bajo el aspecto de estimulos y de respuestas, que es tarea de la psicologia determinar. “La esencia de todo behaviorismo es ser la ciencia del par estimulo-respuesta”.®* Sélo se pueden distinguir es- timulos externos (luz, oscuridad, frio, calor, ruido, etc.) y estimulos internos (las modificaciones orgdnicas, en algunas condiciones, por falta de alimento, o de actividad sexual, etc.). Las respuestas mis- mas son explicitas (desde las .mds simples: acercarse o alejarse de 58 Los impulsores de la Gestalttheorie (cf. el inciso siguiente), con base en sus propias experiencias, estin convencidos, por el contrario, de que cicrtos ob» jetos, por ejemplo wna mufieca de determinadas caracteristicas, pucden suscitar asi en el animal como en el nifio reacciones de temor, independientemente de sus experiencias anteriores y de todo aprendizaje. 86 A. Tilquin, op. cit., p. 18. 412 LA “NUEVA” PSICOLOGIA una luz, sobresaltarse al ofr un ruido, procrear; hasta las mas. com plicadas: construir una casa, hacer planes, escribir libros...) o im plicitas (secreciones salivales, contracciones del estémago vacio, etc,} que son las mas dificilmente observables. # E] individuo “hace” siempre algo, ya respire, duerma, caminé corra, se detenga, se enoje, lore, grite, escriba, lea o juegue..., J si cada una de sus respuestas pone en juego un determinado po muscular en particular, envuelve también Ia actividad de todo él organismo. Por eso el behaviorismo watsoniano se niega a privi legiar-a un érgano o a un aparato cualquiera, nervioso, digestivo, circulatorio, respiratorio, muscular y sostiene que el sistema nerviosc funciona por arcos enteros, y que su papel es puramente coordinador, Algunos psicofisiélogos de la escuela de Pavlov estiman que Wat son disminuye indebidamente, de tal manera, el papel de las neuro: nas corticales; mds bien nos podemos preguntar, en una perspectiva antropologista, si no hay alguna ambigiiedad por parte de una es- cuela que quiere ser rigurosamente mecanicista, en esta referencia al “cuerpo total’, es decir, a una instancia de la que no se puede afirmar que carezca de una finalidad interna. Sea como fuere, el behaviorismo, al definir el comportamiento por “lo que el organismo hace o dice” considera que la palabra es una accién como las demas. Decir es “hacer simbélicamente” y, por tanto, comportarse. Las condiciones de la vida social deben dar cuenta y raz6n de la interiorizacién del lenguaje, es decir, del pen- samiento, considerado como un comportamiento de sustitucién que pone en juego estimulos y respuestas simbdlicas. “Pensar es hablar; hablar para si_y a si.” Aqui, también, se invoca como prueba en favor de la afirmaci6n Ia observacién del nifio. Cuando el bebé se encuentra en Ja etapa de la, “vocalizacién andrquica”, su parlo- teo incoherente alegra primero a’ sus padres, felices de que no sea ni.idiota ni mudo. AlgGn tiempo después este parloteo los fatiga y se ejerce una presién sobre el nifio para que haga menos ruido. Comienza entonces a refunfufiar, lo que sigue molestando, a menu: do, a quienes Je rodean. Finalmente, por raz6n de Ja constriccién que asi se ejerce, Ja socializacién del lenguaje avanza hasta que desaparece inclusive el movimiento de los labios, que subsistia toda- via cuando el nifio lefa o reflexionaba; la verbalizacién se ha hecho interior.5* Cualquiera que pueda ser el interés de las investigaciones empren- didas por el behaviorismo, el imperialismo explicativo de un Wat- son se apoya en una apuesta dificil: Ja eliminacién de la subjetivi- 51 A. Tilquin, op. cit, pp. 169-170. LAS ESCUELAS DEL SIGLO XX 413 idad: cuando Watson la justifica declarando que no ha descubierto jamas el papel de Ja conciencia en ninguna accién humana, que no se puede ni “encontrarla”’, ni “definirla”, ya no queda nada por steconocerla. Apenas es necesario observar que la conciencia no pue- de ser definida, porque es ella la que define... Si se la elimina y por eso mismo se eliminan las sensaciones, las imagenes, los pensa- mientos, Jas intenciones, las voliciones, para reducirlo todo a las reacciones que el organismo opone a estimulos, se priva a los actos humanos mis reflexionados de toda significacién; y se suprime asi el campo de la psicologia propiamente dicha. Un psicélogo de Lau- sana, Larguier des Bancels, observaba ya que si el sonrojo debido al calor, por ejemplo, interesa al fisidlogo, ¢s ¢l sonrojo ligado a la timidez o a la vergiienza lo que interesa al psicdlogo, Los behavio- tistas watsonianos se equivocaii, sin duda, al confundir estos dos as- pectos. Is sabido quel de las significaciones inspira la fenome- nologia de Husserl, que ha tenido miltiples repercusiones en las ciencias psicolégicas de nuestro tiempo. 3. La “GESTALTTHEORIE” Es indiscutible la influencia de la fenomenologia®* en el desarrollo de la Gestalttheorie o psicologia de la “forma’’, en particular a tra- vés de Koffka, antiguo discipulo de Husserl®® Preocupada por res- ponder a Ja exigencia experimental que caracteriza a la psicologia €n cuanto a ciencia, pero testimoniando, a Ia vez, la posesién de un sentido muy despierto de los problemas inherentes a la teorfa del conocimiento, la Gestalttheorie indica wna reacci6n original a toda Psicologia asociacionista, en el sentido que se le atribuye: general- mente, el estudio de Ja vida psiquica em su aspecto de combinacién de elementos supuestamente simples (sensaciones e imagenes) que la 58 Cf. cap. xxiv. . 59 Los tres grandes promotores de la Gestalttheorie: Max Wertheimer, de Praga (1830-1943), Curt Koffka, de Berlin (1886-1941), y Wolfgang Kohler, de Estonia (nacido en 1887), emigraron a los Estados Unidos al advenimiento del nacional socialismo; y sus trabajos se imbricaron a menudo, del otro lado del Atlintico, con los de Ja escuela de Watson, sobre todo en las investigaciones de J. Kantor y de E. C. Tolman. = Algunas de sus obras: Wertheimer: Drei Abhandlungen zur Gestaltthcorie, Erlangen, 1925; Kohler: Gestalt Psychology, Londres, 1930; Koffka: Principles of Gestalt Psychology, Nueva York, 1935, son’ fundamentales para el conoci- miento del movimiento gestaltista. Conviene recordar igualmente los estudios notables de Paul Guillaume: Psychologie de la forme (Flammarion, 1937; nue- va ed., 1948) y de David Katz: Introduction a la psychologie de la forme (Ri- vitre et Cie, 1955).

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