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GUAMUCHIE, SIN. 31 DE OCTUBRE DE 1980 NUM. 2 - muestra alegria por servir, actuar y buscar la comunicacion literaria con lo mejor del intelecto mexicano. . . NOTA DE LA REDACCION: Damos fe del error que aparece en el titulo del articulo publicado en la pagina 43. Debe decir ‘‘MI ULTIMA MUSA”. BRECHAS Editorial Las Voces Altas . 3 La mas dificil de todas las Profesiones (ft Una Vida Entregada a Guamtchil -10 La Cita conus inies ais Un alto en la Guerrilla . Marcel Proust ...... En los Muros de México Carta a Martha Elena Sanchez . Juanizaciones sobre Mazatlan Me voy ala Guerra ......... Cuando la Muerte se Equivocé . La Mujer de Mocambo Dofia Cecilia. . . Aquella Viejecita Solitaria . Mi Ultima Musa ...... Agricola y Fértil Sinaloa . Romance de Badiraguato . -47 El 15 de Septiembre de 184 49 Corrido de Valente Quintero y el Mayor Martin NCHS ian gene nice hay eins roe pie Tc ee 54 BRECHAS EDITORIAL ESTIMULO Y SATISFACCION SOBRE LA MISMA RUTA. Estimulante en verdad, ha sido la benevolente acogida que distinguidos sinaloenses de aqui y de otros rumbos na- cionales, han otorgado a BRECHAS, organo de proyeccién cultural, que hoy pone en las manos del lector, su segundo numero. Nos satisface y nos enorgullece haber logrado el éxito de los propésitos iniciales y hacemos nuestras algunas de las palabras que el Director técnico de la Revista, pronun- cié en ocasién de haberla dado a conocer, ante la sociedad y el pueblo de Guamichil en el pasado mes de Julio del presente afio. “|. . De esta aventura pretendemos arrancar maci- zas y provechosas ensefianzas para los nuevos valores que se asoman, se alzan ya sobre el campo de las promesas litera- rias. Si, aspiramos a convertir a BRECHAS, en punto ba- sico de concurrencia de voces dispersas, en almacén de pro- pésitos encaminados a obligar al intelectual, al artista, al trovador, al hombre de letras, al enamorado de la Osa Ma- yor, a incorporarse a las inaplazables tareas de remodelar la imagen de Sinaloa. . . invitarlo a dejar su forzada 0 vo- luntaria marginacidn de los cauces por donde pronto ha- bran de circular frescos vientos renovadores. De brazo de la amistad les exigiremos a todos ellos, una entrega total para superar la crisis de estancamiento cultural por la que atraviesa nuestro Estado. BRECHAS pugnara por una multiplicacién organizada del ejemplo que hoy ofrece este reconfortante oasis cultural. . .”” Casa de la Cultura. BRECHAS LAS VOCES ALTAS “No sé cuantos le amaron, Desconozco el niimero de aquellos que abrevaron en la fuente de su generosidad in- agotable. S6lo sé que entre los que no lo han olvidado nun- ca, estoy yo, Enrique Félix no necesita presentacion. Su prosa milagrera esta aqui, cuando los tiempos que corren, nos hacen pensar en los que él soii6 para Sinaloa. Del sépti- mo aniversario de ‘La Voz de Sinaloa’, cuatro notas so- bre Chuy Andrade. Enrique Peiia Gutiérrez Por Enrique Félix 1.— El mes de octubre da la tarde mas bella del aio —Ilo- rada por lentos palomos— a la triste provincia de Cu- liacan, junto al rio Humaya. Era yo entonces estudiante rosalino que aprendia las po- bres verdades de la preparatoria del lugar, tipo harre- diano, de los maestros poco enterados de este tiempo. Me encontré a Chuy Andrade por la Avenida Morelos, quien, perfectamente embriagado decia frases inco- herentes a la bellisima tarde de octubre. Después guard6 silencio y por fin prorrumpié en Ilanto. Llorando se aproximé y me dijo que Maria Valle se escapa- ba de su corazén como la mas bella tarde de octubre. Solamente puede escucharlo. Entr6é en su cuarto y desde alli me grit6: ‘Hermano cuando el corazon su- 3 ENRIQUE FELIX fre, hay que abrir un nuevo barrilillo”’. Cosas de bo- rracho, me dije y prosegui el camino. Hace cinco dias, leyendo las memorias de Enrique Heine, me encontré la misma frase (hay que abrir un nuevo barrilillo) en la boca del padre del poeta judio —ale- man que nunca pudo impedir los amores del hijo. Cosas de borracho, me dije nuevamente. 2.— Chuy Andrade goz6 de la mas alta simpatia del Gene- ral Obregon, a raiz de aquellos versos que le dedicd en la Toma de Agua de Culiacan, cuando el invicto de Celaya estaba en la plenitud de su gloria. Detras de ti va el pueblo Delante de ti, Dios. Con esta expresion profunda cerré su oda para el manco glorioso de aquel tiempo que en lo sucesivo tuvo a Chuy Andrade como el mejor poeta de Sinaloa. Pas6 el tiempo. Cuando llegé a Culiacan el General Obre- gon después de su famosa carta abierta al Pueblo de México aceptando su reeleccién como Presidente de México, en contra de su vieja ideologia antireeleccio- nista, los elementos del gobierno organizaron una monstruosa manifestacion. Al pasar la comitiva por la calle del Comercio, Chuy An- drade, embriagado, se adelant6 hasta la banqueta en el momento en que pasaba el General Obregén y des- pués de saludar al candidato presidencial, le grito otra vez: Mocho, oyes esas campanas que estan repicando en tu ho- nor? Pues. . . pronto doblaran a muerto! El General Obreg6n, asesinado por Toral, pasaba semanas después amortajado a bordo del tren especial del SudPacifico, rambo a Sonora. 3.— Chuy Andrade no tenia dinero para comprar vino pe- ro no le faltaba ingenio para obtenerlo. En cierta ocasi6n, en la conocida cantina ‘‘La Sierra Moja- 4 LAS VOCES ALTAS da” a donde acudia para adquirir mezcal, Chuy esta- ba “‘bruja’”’ y con marcados deseos de tomar, Se encuentra a Gerardo Rodriguez, conocido impresor de Culiacan, quien gustaba en sus noches de parranda, escuchar la inteligente voz de nuestro poeta. Le pide la media Chuy Andrade a Gerardo Rodriguez para UN TRAGO nada mas, y con aquella elocuencia cas- telariana tan simpatica de nuestro poeta, principia a contarle muchas cosas de Europa. (Andrade viajé por Europa). Sentados en cuclillas, Andrade explicando y Rodriguez oyendo, con el dedo le iba pintando en el suelo el ma- pa de Ja ciudad de Paris. Mira. . . por aqui pasa el Sena. . . acd estan los invalidos. . . la Torre Eiffel. . . el Arco del Triunfo. . . le Moulin Rouge. . . Rodriguez absorto, no habia notado que durante la des- cripcién, Chuy habia agotado todo el mezcal dé los vasitos que vende mAs caro, por bueno, don Mariani- to Romero. 4.— Cuando Chuy Andrade quedo solo en su casa situada por la Avenida Morelos, a raiz de la muerte de su padre, fue en su poder un conjunto de inmuebles y bienes se- movientes que acogian la tradicién y el ambiente de su familia. En esos pequefios bienes caseros, tenia el poeta depositada toda su veneracion. Entre otras cosas, qued6 una preciosa jaula enorme, reple- ta de musica de canarios, de calandrias y cenzontles, que hacian metales en sus gargantas todos los dias aprovechando el lirico temblor de la mafiana fresca como el agua, en el tibio ambiente de la costa. Una mafiana, al irrumpir el dia sobre la conciencia vaporo- sa de Chuy, se levanté éste con el pecho inflamado de arte libertario, recitando a Dant6n y Marat, cantan- do las mejores estrofas de la marsellesa, y se avalanz6 sobre la jaula. Les hablé con toda la locura de su al- ma, les dijo que la liberta es el primer capitulo de la vida y asi, entre el fragor de su propia voz que hacia rica la funsién romantica con las voces de las prasori- nas, abrié la jaula y puso a los pajaros en libertad. Esta anécdota retrata en cuerpo y alma a nuestro lirico tro- ENRIQUE FELIX Se vero de la libertad. El romantico asi entiende este proceso de la historia como una suelta de pajaros en la mafiana mas bella del afio, Como una expresién brillante. Como una estrofa de la marsellesa. Como un simbolo. BRECHAS LA MAS DIFICIL DE TODAS LAS PROFESIONES Por Solon ZABRE Solén Zabre siempre seré un punto de referencia en el paisaje literario y pedagégico de Sinaloa. Actué felizmente como Rector de lo que fue Colegio Civil Rosales, converti- do en Universidad del Noroeste. Junto con Enrique Félix forjé una generacién de jovenes que a través del tiempo, han brillado con luz propia en las distintas disciplinas del espiritu. Poeta y filésofo el maestro Sol6én Zabre ha sido distin- guido por la critica y sus triunfos en certamenes de Gay Sa- ber, el laurel del éxito ha sido su inseparable compajiero. Brechas lo presenta con orgullo en la seguridad de que como siempre, su pensamiento habra de ser ejemplo vivo para las juventudes de estos ominosos y volcdnicos tiem- pos. Taller Literario de la CASA DE LA CULTURA La mas dificil de todas las profesiones es la de ‘“‘ser hombre’’; en ella estan contenidas todas las implicaciones, dificultades, triunfos y desastres de la existencia misma. Su ejercicio, ademas, esté prefiado de peligros, erizado de an- gustias. Y no se es hombre por definici6n, ni por sentido fi- siolégico; sino por el grado en que el individuo, metido en la entrafia social de su tiempo, consume y agobia sus viven- cias en constante afan de superacion y elevacién. Se es 7 SOLON ZABRE SecA ce hombre, pues, por la calidad animica que nos mueve; por lo que hay de substantivo en cada uno de nosotros; por lo que damos y recibimos en el juego de la comunidad. ‘Al igual que todas las profesiones, la profesion de “ser hombre’ requiere una técnica, asi como la exige el cumplimiento de cualquiera otra actividad: la del maestro, la del mecAnico, la del jurista. Técnica de la pedagogia la del primero; de las mAquinas, movimiento y fuerza motriz, en el segundo; en el tercero técnica de la ley y la justicia. Pero en tanto que estas técnicas son las de un hacer las co- sas, 0 las de ajustar las cosas a un propésito, a un sistema 0 una interpretaci6n, la del ser hombre est constituida por Ja vida misma y en ella se apoyan los demas ejercicios. No se tealiza cumplidamente ninguna actividad, si antes no se ha colmado la primera condicién: ser hombre en funcién de creador de valores materiales y espirituales transferibles ala comunidad. El buen maestro, el buen mecdnico, el buen jurista, todos ellos han debido primero y necesariamente, satisfa- cer su primordial profesion: ser hombre. Hasta que lo han sido, 0 desde que lo son en un vigoroso saber su responsa- bilidad hacia ellos mismos y hacia los demas, es cuando al- canzan su mejor expresion en el ejercicio de su actividad. Podriamos decir que nadie lena el papel social que la vida exige —médico, escritor o limpiabotas— si no ha ganado en duro esfuerzo de experiencia y agonia, entendida esta en el sentido griego, es decir, de lucha, la gracia de la hombre- dad. Fuera de esto se podra lograr todo, hasta el éxito; pe- ro se pasard sin dejar la sefial del paso del hombre auténti- co, integral. David Hume, en su ‘Investigacion sobre el entendi- miento humano”, daba este consejo: ‘‘Sé filosofo; pero en medio de toda tu filosofia, atin sé hombre’. {No es esta una invitacion, acaso de las mejores que se han hecho, pa- ra colocar los pies sobre la tierra, hundiéndolos en el peli- gro y en la lucha que la condicion del ser traen consigo? Pasion y fervor son condiciones para ser hombre; pa- ra arriesgarse en la tarea de serlo con autenticidad. Nada importa si el riesgo aparece a veces mayor que nuestras fuerzas; nada importa si no logramos su vencimiento. De 8 LA MAS DIFICIL DE TODAS LAS PROFESIONES todas maneras, la calidad de hombres nos vendra por el aliento con que intentemos librar la lucha, y por lo que en esa lucha vaya generosamente hacia los demas. Linton, en su “Estudio del hombre” establece esta afirmacion: “‘A no ser que la ciencia esté equivocada por completo, llegamos a la conclusion de que nosotros no so- mos Angeles caidos, sino antropoides erguidos. Sobre esta suposicién funda el hombre de ciencia sus esperanzas para el futuro de nuestra especie’’. Y es, en efecto, de este an- tropoide erguido, hoy con una inteligencia superior, per- meado de sentido social, que lucha, cae y se levanta; que tiene una ética en funcién de los demas, que se sacrifica y ejercita a diario herdicamente en las miltiples tareas que conforman y dan objeto a la existencia, que muere y mata en defensa de sus principios, es de él que nace el hombre in- tegral, bello y estupendo en el ejercicio de su profesion. BRECHAS UNA VIDA ENTREGA) A GUAMUCHIL EL PROFR. SAMUEL M. GILE. Por Heriberto M. Galindo Quifiones Entre las gentes de Guamitchil, acostumbradas al vue- lo hacia los espacios del progreso, Heriberto Galindo Qui- fionez ha destacado con singular prestancia. Miembro de una generacion de valores positivos, se desenvuelve con cultura y sefiorio en los medios de Ja administracion publi- ca, pero nunca olvida ni se despega del recuerdo a su tierra. Brechas publica una vivencia que marca la preocupacion del joven profesionista por las cosas y los hombres ligados asu infancia. En homenaje a don Samuel M. Gil escribe con elegan- cia y emocién una radiografica semblanza del maestro a quien Guamichil sefiala como el faro primario de la esca- lada educativa del medio Evora. Taller Literario de la CASA DE LA CULTURA Agiellos dias. Mirando lejos al atardecer de un junio cualquiera, cer- cano a la despedida de sus alumnos por el fin de cursos, lu- 10 UNA VIDA ENTREGADA A GUAMUCHIL cia sentado al inicio del amplio.corredor de la casona de Rosales y Agustina Ramirez. Se sostenia magistral la figu- ra grande, sefiorial y corcovada-de aquel hombre en la silla gris que siempre aspiré a ser comodo sill6n y cuyos apoyos traseros de madera en reja registraron tantas y tantas horas de peso y emoci6n, de lucha y entrega, de ideales por una obra de apostolado ya por desgracia en desuso. Era el profesor Samuel M. Gil. Mi viejo y querido amigo. Mi maestro inolvidable. Este y aquél, que ha entregado su vida al pueblo de Guamichil y que a los 84 afios de edad vive y vibra por el pueblo al que se debe. : Viejo joven, gran liberal, hombre bueno, ciudadano honesto, MEXICANO EJEMPLAR, Adjetivos y mas ad- jetivos se anotaran a la personalidad recia de este gigante del magisterio. Mascota, Jalisco, lo vié nacer pero los guamuchilen- ses dejariamos de serlo si lo llamaramos jalisciense, EI profesor Gil es nuestro, porque nuestra es su lucha y su obra. gCuantos hombres y mujeres tenemos algo qué recordar de este gran viejo? Tantas cosas. Grandes ense- fianzas, ejemplos de vida, convicciones y principios que imposible es olvidar. Todavia el eco repite y repite los sonidos graves de su voz y las frases de encendida pasién al tiempo que cincela- ba en la mente de nifios y adultos lecciones de historia, ci- vismo, literatura, geografia, matematicas, biologia y a ve- ces hasta de Inglés. “*Siempre adelante; nunca hacia atras; si acaso hacia los lados’’. Solia decir casi a diario para enfatizar que el progreso en todos los ordenes debe ser la pauta a seguir en la vida de los hombres y en el transito de la sociedad. Las aulas de la Escuela Urbana que originalmente fue numero 16, que mas tarde fue 196, luego 01 y 02 y que hoy Neva el nombre de Samuel M. Gil, recuerdan Ja voz disci- plinaria del maestro. Los muros de las aulas toman y reto- man sus mensajes que salen al viento al encuentro con mu- chos otros que su autor dejara en la Escuela Secundaria Fe- deral, los que una vez reunidos buscan rincones donde a1 dar en busca de mas y mas educandos, de mas y mas jove- 43; HUMBERTO M. GALINDO QUINONES ———————— nes deseosos de ser hombres. ««{Muchacho babieca!”” “«{No se me achicopale””! “Hijo de un demontre!”’ “<;Hable como hombre!”’ “Yo només los oigo!”” «<;Hijo de un diantre!”” Y su clasico sonido gutural ‘‘j;HMMJJ!"’, son de las manifestaciones a las que mas recurria. Ah! zY quién no recuerda aquellas lecturas y narra- ciones de sexto afio, cuando tomaba del libro de Edmundo D. Amicis ‘‘Coraz6n diario de un nifio’”’ y se apasionaba con el cuento ‘De los Apeninos a los Andes’? Y tantas y tan singulares expresiones que no se queda- ban en su salon de clases sino que legaban a otros como luz del dia. 4Cémo olvidar los relatos de Don Lucas Forcida? Si era un deleite escuchar al hombre de la excelente dicci6n que hacia gala diariamente con sus alumnos. Al abandonar lo anecdético para analizar lo mas tras- cendente del maestro y ser justos en la evaluacion de su vi- da, habria que revisar todas sus obras: la del hombre, la dei maestro en el cabal sentido de la palabra, la del mason, la del consejero e idedlogo, la del promotor social, la del esposo y la del padre de familia. Pero nada facil es esa tarea. Sin embargo el andlisis de fondo esta ya realizado por el paso del tiempo. Apasionante es poder recordar cada hecho, cada en- cuentro, cada incidente, cada ensefianza y cada huella de su obra; pues ,Cuantas cosas positivas hay en Guamichil donde no haya participado el profesor Gil? Todo en él es grandeza y modestia, altruismo y humil- dad, sencillez, bondad y energia; mucha energia y mucho caracter. Pero no tengamos cargos de conciencia por la deuda moral con el maestro. En algo hemos sido justos. Hoy por hoy son muchas las generaciones de hombres progresistas que de él se nutrieron en una u otra forma. Por ello pere- nne es nuestro reconocimiento y gratitud. El pueblo todo de Guamichil le ha otorgado pleno re- 12 UNA VIDA ENTREGADA A GUAMUCHIL conocimiento al viejo guia de generaciones, al hombre que a lo largo de mas de 60 afios en el magisterio nacional ha entregado su vida al servicio de la Patria como formador de mexicanos conscientes y comprometidos con los intere- ses mas genuinos del pueblo. ¢Cuantas cosas nos ha dado el profesor Gil? Grandes definiciones del gran liberal para hacer el bien a la colectividad y para preservar el laicismo en la edu- cacién. Sdlidas tesis para sustentar la idea del respeto a los demas. Gil Esparza ha sido objeto de merecidos honores. Quiza porque junto al doctor Genaro Salazar Cuéllar sea uno de los mas grandes que por estas tierras han pasado. Pero Guamiuchil es un pueblo fértil, de compromisos, de retos, de huellas; de siembras, cuidados y cosechas. Hay para fortuna de todos grandes hombres y mujeres, de inte- ligencia clara y de enorme entusiasmo, que han entregado y entregan a cada instante sus momentos de vida para que nada sea estacionario, para vencer resistencias en forma permanente y para hacer que todo sea mas dinamico y pro- gresista. Esto tan importante zno es acaso el mejor home- naje a Don Samuel M. Gil? Lo que hoy es Guamichil es ei resultado no de una se- milla, sino de muchas; de muchas plantas que integran un finisimo huerto de inteligencia humana que ha requerido de los desvelos y cuidados permanentes de ciudadanos ejemplares como el maestro Gil, el doctor Salazar; el maes- tro Julian Atts Saldafia y muchos otros por quienes se sien- te orgullosa Sinaloa. Deber es reconocer que el huerto esta frondoso, con todos los ciudadanos y en plena produccién. Lo anterior representa el logro de pasados y presentes esfuerzos que nos comprometen fuertemente con el mafiana que a diario se escribe. i El profesor Samuel M. Gil vive para fortuna de todos, Nos observa en la profundidad de la quietud que su hogar le preserva. Tranquilo, apacible, sereno. Se emociona; goza y sufre con los éxitos y las derrotas de sus hijos que suman ya miles. 13 BRECHAS LA CITA... . . Por Jaime Robles Bojérquez. El rostro de aquella mujer que un dia antes mostraba huellas de otofial belleza, se veia contraido por el dolor y la desesperacién., Acariciaba con ternura y manos con dedos temblorosos, el metal frio del atatid que guardaba los des- pojos de aquel hijo nacido de sus entrafias, que por veinte afios habia sido su Unica ilusin, el dinamo que surtia ener- gia para vivir y luchar contra la incomprensi6n de una’so- ciedad provinciana que no le habia perdonado totalmente jams, el haber sido una madre soltera. Los recuerdos surgian en su mente vividos y transpa- rentes como imgenes en movimiento. Vivia de nuevo la agonia del repudio familiar, la indiferericia y el rechazo de los que fueron sus amigos y se repetia en ella el momento sublime del advenimiento de ese ser que venia a iluminar angelicalmente la monotonia de su gris existencia. Momen- tos dichosos, inolvidables, aquellos de los primeros balbu- ceos salidos de la garganta infantil, los pasos de bambo- leante equilibrio, la risa semejante al trino de las aves. To- do, todo, pertenecia a un feliz pasado. Ahora. . . en la terrible soledad de aquel departamento, donde se escuchan distantes los ruidos de la gran ciudad, al to- car la cabellera sucia de tierra y sangre, recordaba la suavidad y la tersura de los rizos infantiles con el color dorado de los atardeceres de la provincia tan querida. Que lejanos esta- ban aquelios dias. La realidad, la amarga realidad, estaba contenida en aquel rectangulo custodiado como guardias 15 JAIME ROBLES BOJORQUEZ nnn nnn inmoviles por aquellos cuatro cirios de luz opaca que con un chirriar silencioso semejante a sollozos derramaban lagri- mas de parafina. Sus recuerdos eran rotos por gritos callados salidos de las profundidades de sus entrafias, que como fuego asfixian- te, quemaban su garganta. Una pregunta sin respuesta jPor qué? ;Por qué?. Las remembranzas siguen fluyendo Con Ja claridad del agua de un manantial. El jardin de ni- fios, la asistencia a la escuela primaria y el gran salto; la sa- lida a la Capital a realizar estudios superiores. Cuantas re- comendaciones y consejos. El dolor lacerante de la separa- cion apenas limitado por la prometedora ilusién de un fu- turo brillante. La despedida y al poco tiempo Jas cartas amorosas, optimistas, plenas de promesas. {Donde? se pregunta, donde fallé? si lo que siempre di fueron mimos, carifio, ternura, entrega. . . la cadena de sus recuerdos se ve rota con la Ilegada al triste recinto, de tun personaje de vestir estrafalario, de larga cabellera, con ufias tefidas de un azul vivo, labios rojos y ojos adornados con largas pestafias onduladas. Un extrafio personaje, que con movimientos lentos, ondulados, maliciosos, se acerca y con una voz que por el sonido profundo parece lejano, su- surra cerca de su oido palabras que al principio no entien- de, mientras nerviosamente hace girar entre sus dedos una cadena metalica. Entre los balbuceos ininteligibles parece entender. . . Creo que yo era su tinico amigo. El, la amaba, jamas se olvid6 de su ‘‘jefa’’ era uste el Gnico ser humano por el que sentia verdadero carifio. En un tiempo fue bueno. Cuando se “‘ondeaba”’ con ‘‘pingas’” ‘‘Acidos’’ o “‘carru- jos” loraba porque extrafiaba las caricias maternales. Cuando entr6 a la “‘onda pesada”’ se endurecid sentimen- talmente, se convirtié en fiera solitaria y se “‘qued6 arri- ba’. Calla, y el silencio se siente mas pesado, extrae de la bolsa del desteftido overol un pafiuelo abultado y al entre- garselo dice: —Sc lo quité antes que llegara la ‘‘tira’” no debian encontrarselo porque ‘‘andaba cargado’’. Quiero decirle que partié feliz, antes de saltar del balc6n, sonreia. Tan silenciosamente como habia llegado el extraiio 16 LACITA. aquel, abandono el lugar. Ella paralizada, sin haber com- prendido plenamente lo que habia escuchado, tarda en re- accionar y cuando logra hacerlo, con la desesperacion en su rostro sale a la calle a buscar al que puede decirle mas de él porque compartié sus ultimos afios, sus iltimos momen- tos; porque juntos fueron devorados por esa ciudad mons- truosa deshumanizada. ;Quer{a saber! pero ya sélo encon- tro cuerpos y rostros enigmaticos, ajenos, a los que no im- portaba su dolor. Sombras, como sombras quizas habia si- do el portador del ultimo mensaje. Cabizbaja regresa a su sitio, vuelta a la realidad junto a un candelabro el envoltorio que le fuera entregado, lo frota fuertemente para encontrar su olor, el olor a él y fi- nalmente, va extrayendo lentamente diferentes objetos. Llaves, monedas, un sobre de plastico conteniendo una sustancia café y un arrugado papel amarillo que con ner- viosos movimientos desenvuelve y que al fin, con los ojos rasos de lagrimas a la luz de un cirio logra leer. Estaré pre- sente tu graduacién punto llegaré jueves. Hoy, es viernes, que ironia, el que pudo haber sido el dia mas feliz de mi vida. Casi escuchaba sus pensamientos. Las dos tiltimas lagrimas brotaron de sus ojos, bajaron por los canales de sus mejillas y se perdieron en la profundidad de sus senos, Ya no queria pensar, ni llorar, ni sufrir. Para ella ya no habria horizontes luminosos, ni paisajes hermo- sos, jni nada! jnada! Mocorito, octubre de 1980. 17 BRECHAS — UN ALTO EN LA GUERRILLA Por Arturo Avendafio Gutiérrez. — Estamos derrotados, Comandante Zeta, una patrulla nos sigue. Pronto nos dar4 alcance.— — No temas, jamas permitiremos que se apoderen de no- sotros.— — Imposible comandante, no puedo dar un paso.— — Haz un esfuerzo. Luchar es el destino de todo guerrille- ro.— Salvar nuestras vidas es un imperativo insoslayable.— — Es inutil de mi parte. La granada destrozé mis piernas y una bala de la rafaga se me incrusté en el pecho.— 18 UN ALTO EN LA GUERRILLA — Debes vivir, tienes porqué-y por quien hacerlo. Una pa- tria dolorida necesita de ti y una familia desampara- da te espera. El joven guerrillero dejé caer el fusil, limpié su frente con el dorso de Ja mano y la mirada quedé estampada sobre el arma. Un rictus de dolor le endurecié el rostro y con pastosa voz pidid de beber al comandante, El jefe de la guerrilla, un mulato de mirada taladrante, vacié el contenido de su cantim- plora sobre los resecos y cenizos labios del mucha- cho, de cuya agénica garganta brotaron sus tiltimas palabras. B — Recoged el arma Comandante, se la entrego pura y sin mancha. Vivi y luché por mi patria. Se que moriré y que me voy con un deseo insatisfecho, pero con la esperanza de que ustedes haran para mis hijos una patria total- mente liberada. — Tu lucha, soldado —nuestra lucha— no sera estéril. El pueblo ha despertado y sacude su modorra. Muchos seran los que pronto se nos unan. Guerrilero y Comandante se fundieron en fraternal abra- zo. La emocién hacia mas espeso el silencio. Un sol canicu- lar dejaba el paso a un horizonte de sombras. Entre la ma- nigua, con un fusil sobre sus graniticas espaldas y la tosca metralleta entre sus manos, el solitario Comandante era ya. . .s6lo un punto vegetal de referencia. Guamichil a 15 de Octubre de 1980 19 BRECHAS MARCEL PROUST Por Juan MACEDO LOPEZ. BRECHAS recibe con carifio la presencia de es- te brillante escritor, cuyo pedagdgico peregri- nar lo trajo un dia a estas tierras de Guamtchil para marcar un surco profundo de trabajo y amistad. Casa de la Cultura. En 1881 moria, ignorado, el escritor ginebrino Henri Frederic Amiel. Diez afios antes, irrumpe a la vida un des- conocido nifio, hijo de padres de la burguesia francesa acomodada: Marcel Proust. Es posible que el futuro autor de “En Busca del Tiempo Perdido”’ ignorara la existencia de Amiel, cuyo “Diario” fue escrito cuando Henry Fréde- ric era un oscuro profesor de filosofia y estética. La gloria vendria después y su fama y validez persisten. Los psicélo- gos lo han estudiado, analizado. ‘El Diario’’ es una desga- rradora autopsia moral —la frase es del autor— ‘‘con des- cripciones, meditaciones, criticas, ensuefios y efusiones, de una sensibilidad finisima, torturada por una incurable in- capacidad de accion. . .”? Amiel o la timidez del genio. Proust tiene proximo parentesco espiritual con el gine- brino. Nace cuando esta a punto de irrumpir la “belle epo- que’’. El ballet ruso, el alegre estruendo del Moulin Rouge, Viena con su espléndido teatro de la 6pera, Londres, reca- tado paraiso en donde se deja sentir la presencia de una rei- 20 BRECHAS. EN LOS MUROS DE MEXICO de PABLO NERUDA Cantor socialista de los pueblos olvidados, alcanza grandeza insospechada desde la gesta republicana de los Azaiia y los Miaja. Los versos del Capitan con su Carta en el camino, recorren en forma anénima por 40 afios la geo- grafia poética del mundo. Su canto a México en 1943, con su hermosa y relam- pagueante referencia a Sinaloa, nos obligan a honrar las paginas de BRECHAS, con tan magistral entrega a un pue- blo que le amé y le siguié ahito de profunda tristeza en su angustiosa agonia, hacia el final de la pisoteada democra- cia chilena. En los Muros de México 1943 LOS PAISES se tienden junto a los rios, buscan el suave pecho, los labios del planeta, ti, México, tocaste los nidos de la espina, la desértica altura del Aguila sangrienta, la miel de la columna combatida. Otros hombres buscaron el ruisefior, hallaron el humo, el valle, regiones como la piel humana: tu, México, enterraste las manos en la tierra, tu creciste en la piedra de mirada salvaje. 23 PABLO NERUDA Cuando llegé a tu boca la rosa de rocio el latigo del cielo la convirtié en tormento. Fue tu origen un viento de cuchillos entre dos mares de irritada espuma. Tus parpados se abrieron en la espesa amapola de un dia enfurecido y la nieve extendia su espaciosa blancura en donde el fuego vivo comenzaba a habitarte Conozco tu corona de nopales y sé que bajo sus raices tu subterranea estatuta, México se construye con las aguas secretas de la tierra y los lingotes ciegos de las minas. Oh, tierra, oh esplendor de tu perpetua y dura geografia, la derramada rosa del mar de California, el rayo verde que Yucatan derrama, el amarillo amor de Sinaloa, los parpados rosados de Morelia, y el largo hilo de henequén fragante que amarra el corazén a tu estatura. México augusto de rumor y espadas, cuando la noche en la tierra era mas grande, repartiste la cuna del-maiz a los hombres. Levantaste la mano Ilena de polvo santo y la pusiste en medio de tu pueblo como una nueva estrella de pan y de fragancia. El campesino entonces a la luz de la pélvora miré su tierra desencadenada brillar sobre los muertos germinales. Canto a Morelos. Cuando caia su fulgor taladrado, una pequefia gota iba llamando. bajo la tierra hasta Ilenar la copa de sangre, y de la copa un rio hasta llegar a toda la silenciosa orilla de América, empapandola de misteriosa esencia. 24 EN LOS MUROS DE MEXICO Ss Canto a Cuauhtémoe, Toco su linaje de luna y su fina sonrisa de dios martirizado. 4D6nde estas, has perdido, antiguo hermano, tu dureza dulce? jEn qué te has convertido? iEn donde vive tu estacion de fuego? Vive en la piel de nuestra mano oscura, vive en los cenicientos cereales: cuando, después de la nocturna sombra se desgranan las cepas de la aurora, los ojos de Cuauhtémoc abren su luz remota sobre la vida verde del follaje. Canto a Cardenas. Yo estuve; yo vivi la tormenta de Castilla. Eran los dias ciegos de las vidas. Altos dolores como ramas crueles herian nuestra madre acongojada. Era el abandonado Iuto, los muros del silencio cuando se traicionaba, se asaltaba y heria a esa patria del alba y del laurel Entonces solo la estrella roja de Rusia y la mirada de Cardenas brillaron en la noche del hombre. General, Presidente de América, te dejo en este canto algo del resplandor que recogi en Espafia. México, has abierto las puertas y las manos al errante, al herido, al desterrado, al héroe. Siento que esto no pueda decirse en otra forma y quiero que se peguen mis palabras otra vez como besos en tus muros. De par en par abriste tu puerta combatiente y se Ilen6 de extrafios hijos tu cabellera y tu tocaste con tus duras manos las mejillas del hijo que te parié con lagrimas la tormenta del mundo. BRECHAS. CARTA A MARTHA ELENA SANCHEZ Ahijada de gran estimacion: Cuando recibi el blanco aviso de tu espléndido cum- pleafios, a quince pasos de tu prometedor arribo a la jerar- quica belleza de nuestro pequefio mundo, volvi de nuevo la mirada a la calida tarde de tu bautizo, cuando envuelta en el encanto de los tuyos, como una gotita de luz saltabas so- bre las alegres olas de la felicidad familiar. . . Tarde clave- teada con el metalico saludo de las campanas, el inaudible quejido del atrio bajo el precipitado taconeo de las beatas y el candido zureo de las palomas. La hora lindaba con la ro- zante paralela del Angelus y del tramonto, la que el Ticia- no escogia para gozar la gloria de'sus triunfos. Eran tiem- pos de olorosa paz sobre las bugainvilias, de risas cautivas en las enredaderas, de tranquilos despertares bajo el sutil encaje de la niebla mafianera, de medrosos asomos de hier- bas palidas sobre los tejados, de protegidos y promisores cantos de la pajareria, del honesto yantar con el sano pro- ducto adquirido por manos limpias, ajenas al pecado y ala angustia. . . tiempos de suaves Iluvias y vientos fraternales con el mensaje estimulante de sinceros y lejanos afectos. De ese maravilloso mundo perdido en los recodos del cami- no (sustituido por el otro: el de la vanidad y la soberbia, el de los dias grises y las noches turbulentas, con sembradores de odios y de lagrimas al acecho de amistades condiciona- das a la total entrega, el del universo de las verdades frac- turadas y dispersas en el interminable ejido de la esperan- 27 ENRIQUE PENA GUTIERREZ za). . . quiero yo extraer en estos minutos de tu mejor dia, lo mas excelso de mi canto y lo mas limpio de mis deseos, para que a tu lado florezcan siempre los racimos de tardes como aquella, cuando de las luminarias verdes de nuestros montes resbalaba el leo de la santidad campirana y cuan- do mas alla de las aguas litorales, la sonoridad de tu nom- bre sobre los lomos azules del mar, se lanzaba a la noble busqueda de la cosmica realidad del mayor de los suefios. . . el amor en la vida y la vida en el bien, valores tan limpios y frescos como el rocio de Hermén. Tu padrino. ENRIQUE PENA GUTIERREZ 25 de febrero de 1978 en Mocorito 28 BRECHAS JUANIZACIONES SOBRE MAZATLAN Por: Juan E. Guerra Aguilar

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