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Un acercamiento a laIGUALDAD de las RAZAS HUMANAS La igualdad de ls razas humanas es un texto fundacional paral antropoloaiaer- tica. Fue publicado por primera vez en et aio 1885 cuando la antropologia emergia comoespecalidad. Un acercamiento a LaIGUALDAD de las RAZAS HUMANAS Marginalizado por ss posicin «radicaby ‘encuantoaque todas las razassoniguales, su tratado persuasivo y hicido era muy adelantado parasu tiempo. Anténor Firmin Al argumentar que la igualdad de las razas podia demostrarse a través del posiivismo cientifico, Firmin desafi los escritos y puntos de vista racistas de su epoca, En el aflo del centenario de su muerte ‘este folleto ttulado Un acereamiento a La igualdad de las razas humanas, que incluye partes de su obra monumental de pronta aparicién, es un homenaje a la vida y ala obra de Anténor Firmin, fc gua esencial para la antropologi y ios = Ill cree Ciencias @ Sociales Un acercamiento a taIGUALDAD de las RAZAS HUMANAS Awreson Fn: (1850-1911), Nacié se educé ea Hai Esuudié Derecho y ocupé diferentes eagos politicos antes de ser designada como diplomitico en Pass. Alf fue admitido en Ia Sociedad de Antiopologia de Paris y yaumental obra La igwaldad de les ra aide regresé a Haiti y fongiéi como ‘ministio de Finanza, Comercio y Relaciones Extsriores ceseribio sa nv as sau mis Un acercamiento a ta IGUALDAD de las RAZAS HUMANAS Anténor Firmin 6 EDITORIAL. DE CIENCIAS SOCIALES, LA HABANA, 2011 TeaducciGn: Jean Maxius Bernand(eProfacioe de La usd de Tas razas humans, en francés) Graciela Chaillowx (Introduceisne de Carolyn Flueke-Lobban para La gual... en inglés). Lino D'Oa (¢Conclasiéne de Le ual... fiancé. Revision tecnica dels traducein: Basia Papustanatio (Prefaciow de La jqualdad de a nzas humana, en francés). Ediciny dliseo interior; Mariel Baus Diseiio de eubierta: Dania Iskra Caraballosa Fuentes © Todos os derechos reservados, 2011 © Sobre la presente edicts, Editorial de Ciencias Sociales, 2011 ISBNUTH-959.06-1341-8 $stimado lector, le estaremes muy agradecidos si nos hace leyar 0 opinién, por escrito, acerca de este fibro y de vests ssiciones INSTITUTO CUBANO DEI iorial de Ciencias Sociales Calle 14,n0.4104 entre 41 43, Playa (Gin de La Habana, Guba cediorialmil@eubarte cucu RO INDICE Presentacién a Prefacio B Introduccién por Carolyn Fluehr-Lobban /15 Bibliografia y referencias citadas im Conclusion 7 PRESENTACION La obra antropolégica del periodises y politico heitiano Joseph-Anténor Firmin (1850-1911), conocide como An- ‘énor Firmin, se desaca principalmente por su libro De PE galt des Races Fhumaines (Lat iguadad de las asa Inga ra), que five dado a conocer como una contundente refi ‘acién al famoso libro del flbsofo ffancés Joseph Arthur sde Gobinesu (1816-1882), Essa su Mndgalie des Raves Hie nines (Exnsayo sobre ba desgualdad de las razashuanans), con sderada como ta obra inicial del pensamiento racist, En su bro Gobineau res la superioridad de una s- puesta azn atte y la inferioridad de una supuesteoraza negra, asi como de ls personas que tienen la piel mis o=- sua que otras. Ese pensimniento foe compartido de manera sgencial por la culmara europea de la Epocs para angumentar las campafss de conquist y exploticién, Firmin, en su =~ layjo precursor de 1885, sstene todo lo contrario,y airway ‘gue «todos los homnbres tienen las mismas cuaicades y fl tas, sin distincign de color © formas anatémicas. Las razas son igualess. En este sentido, aunque acepta la nocién de srazav com concepto bioligico propio de ka époct dedica ‘an amplio volumen a demostar ky igualdad de a especie Firmin sostuvo vineulos paéticos con Betances y Marti «favor de la independencia de Las Antilas. En ona cara a Sorero Figueroa el 9 de julio de 1893, Jost Mart le comen- ta: «Ayer hublé de Vd. con un haitiano extraordinario, que por Betaness y por Para lo conocta;con Anténer Fiemins En Cart a Sotero Figueroa del 9 de junio de 1893, fechada ‘en el Cabo [hatiano}. Jose Mare: Obras Compl, Fito- rial de Ciencias Sociales. La Habana, 1975,¢ 2,354 En 1930 el teniente coronsl Lino D’Ou (1871-1939) tradujo al espaiil el iltimo capitulo de la obra, asi como, su conclusin, y la dio a conocer en la pagina sIdeales cde una raza» en el Diario de fa Marina, La Habana, 6 de abril, y posteriormente fue publicado en dos ediciones de sus Papeles. Este texto? contribuye a recordar su memoria en el centenario de su desaparicién fisca Jess Guancr Reprodicimos aque Prefacio, la Introduceién por Carolyn Fluch-Lobban ala edicin ea inglés y la Conclasin de La igualdad dels mzaehumanas. (Nd o E) PREFACIO El azar participa, en notable medida, de todas las cosas hhumanas. Cuando Hegué a Paris no pensabs en modo alguno escribir un libro como este. Por ti profesién de abogado y los estadios realizados, me sentia especial~ mente dispuesto a ocuparme de cuestiones relativas a las ciencias morales y politicas, no tenga idea le tasta~ chr mi atencién hacia una esfera en kx que se pie podria considerar un profino, La mayoria de mis amigos pensaban, incluso, que aprovecharia mi escancia en la gran capital para seguir studios de derecho y obtener asi los titalos de licen ciatura y de doctorado, Hubiera sido, ciertamente, ue resultado digno de mis deseos, no de las exigencias de la solidarided y de las obligaciones familiares. Sin em- bargo, amén: de cualquier otra rizén, creo que cuando tuno ha trabajado conscientemente en su pais para me~ recer el titulo que posee, es inétil reiniciar una carrera de estudiante en una rama del conocimiento va transi- tada con mis o menos de éxito. Hay otras necesidades espirituales que exigen también ser satisfechas, Al ha- cerlo se corspensa ampliamente ls filea de un osibilidad de ser reimpresa hasta 1968 (edi 26m Panorama) y 1985 (edici6n Fardin), cuando La igual- dad de las razas humus fue reproducida en su forma original y puesta a disposicién de una nueva genera- i6n de haitianos {comunicacién personal de Leon Frangois Hoffman]. Por eso, el presente esfacrzo para rescatar y rehabiltar [a obra de Anténor Firmin de una injustficada invisibilidad, puede permitir que en la ac ‘nalidad sea recibida y reconocida, probablemence, como la del primer antropélogo de ascendencia afvicana, av tor de un t-abajo sistemitice en el campo de la antro~ pologia. En los tialos de los capitulos de La igualdad de las razas humanas cualquier antropélogo contempori- neo podri reconocer lo afirmado antericrmente, véanse, por ejemplo, los siguientes titulos: Inteoduccién a la antropotogias, «Monogenismo y poligenismar, «Bases para la clasificacién de las vazas humanase, «Compara ciones fisicas de las vazas humana, oLa clasificacién je- énquica de las razas humanass, «Razas mezcladas € igualdad racial, «Egipto y la civlizaciéme, elndios y ariow, 20 “Solidaridad europea y riza», «El papel de la raza negea cep ls historia de la civilizacién, Sus eeorias y sus l6gi- La igualdad de las razas humanas como una obra pionera dela antropologia La igualdad de tas razas humanas fe tanto na impugna- ibn a ls ideas cists de Gobineau como una afirmacién | positiva del potencial de Ia abjetividad antropoldgica para el estudio de las diferencias humanas sin el lastre elas clasificaciones biolégicas 0 sociales, La obra no solo es una respuesta al trabajo de Gobineau sobre La desi- squalid de las rizas humanas sino, también, a la intelec- twalidad caracteristica del ensamiento europeo y americano, incluyendo a la mayoria de los antropélo~ 08 fisicos de los inicios del desarrollo de esa ciencia Los cemas antirracistas y el uso de lz antropologia en 1a afirmacién de la igualdad humana por Firmin, fueron) marginalizados e ignorados en su tiempo, sin dda, de bido a que esi premisa revolucionaria estaba expuesta en el thulo de la obra En tanto un libro que se describe a si mismo como un trabajo de Antropologla positivist, su enorme libro figura entre las primenas disertaciones publicadas que utilizan el término aniropolega en un sentide moderno para indicar su aleance y misiin, Definide como «el es ‘udio del hombre en sus dimensiones fisicas, intelee- cuales y morales, tal y coma se hayan presenter en cualquiera de las diferentes razas que constitayen la es- pecie humanay (p. 10), desde una perspectiva cientitica 2 amplia, integrada, que diferenciaba el trabajo de Firmin del estrecho punto de mira fsico. La antropologia fue reconocida como una ciencia can objeto de estudio propio tan solo hacia as Gltimas dos décadas del siglo 20x. Aunque las sociedades ctnolégicas habian sido fundadas en Parfs en 1839, en) Londres en 1841 y en Nueva York en 1842, esas socie~ tlades académicas y de discusi6n, ain no bebjan for~ raulado la aproximacion abarcadora que la antropologia vino a repzesentas, especialmente bajo el liderazgo de Franz Boas en los Estados Unidos, durante et siglo 20. La institucionalizacin de la antropologia comenzé con lh primers posicién adelantada por un antropélogo en (Orford, Inglaterra en 1884 y en los Estados Unidos en |i Universidad de Harvard, que establecié el primer Departamento de Arqueologia y Etnologia er 1888. La tradicion francesa con la que Firmin se familizri- 26 mis estaba dominada por la racista antropologia fisi- ‘ca fandada por Paul Broca, quien fuera reconocido como cl decano de la antropologia francesa hasta su filleci- rmiento en 1880 y por el sucesor dle Broce, Paul Topinaré, quien fue ol Ider de la Sociedad Antropologica de Pa tis, de la que Firmin fuera un activo miembro. La antro- pologia de finales del siglo xrx, como una cendencia specifica para el estudio del hombre, estuvo dominada por Durkheim y Mauss, quiénes se describieron a si rismnos como ssociélogos+ mis que como antropélo~ 205, especislmente después de 1890, Aunque la Socie~ dad Antropoligica de Paris estaba entre las primeras de Europa, [a disciplina «antropologiay no gand amplia aceptacién en Ia academia francesa hasta el siglo xx (Hongimann, 1976:112). Al respecto, el uso que Fiemin hizo del téemino antropologia en el subticalo ce su obra 2B capital utlizaba las ideas positivstas de Auguste Comte le 1885, presagiando desarrollor en la sociologia-an- tropologia francesss genersimente mis asociadas a Durk- heim y Mauss La Sociedad Amtropologica de Paris (SAP) fire ands de por Paul Broca en 1859, con su membresia dedicada findamentalmente, a la antropometria, la craneomettia ¥y a las interpretaciones raciales de la informacién fisca de los humanos. Brocs, era el paladin del momento en el ‘campo poligenista, cuya ecienciay de la erancologia dio continuidad a lz seudociencia de la frenologia, En ‘pigina en la que aparece el titulo de la obra, Firmin con- signa, entre sue credenciales, la de miembro de la So ciedad Antropolégica de Paris, Firmin hi de 1883, a Paris en funcién diplomatica. Alli se encon- 5 con dl fisico fiancés Dr. Ernest Aubertin, con sa com Jega el Dr. Gabriel de Mortifler y con el académico Inniiano Louis-foseph Janvier, todos miembros de la SAP. |Al percatarse del entusiasta interés de Firmin por la antropologia y la raza, el Dr. Aubertin lo condujo a un frum de la SAP en el que el tema se estaba debatien- do, Los miembros de la SAP antes mencionados respal- daron lz nominacién de Firmin como aspirante a micmbro, En una votacién secreta, Finmin fie aceptado, por mayoris, con la categoria de Miembro Titular (n= mero 1 146), 1 17 de julio de 1884. Louis-Joseph Janvier Iuabia recibido uns beca en Paris en 1877 y pasd los si gulentes 28 aflos en Francia, donde escribié su muy o- rnocida La Republique de Haiti y ses Vstews, en 1883, censiyo con el mismo tilo de la obra cumbre de Firmin En el Prefacio de La Ipuldad, Firmin dice que tras ou adinisién en la SAP consiterd solicitar un debate en sido educado en Hai 24 1a institucion sobre el tema de la division de la especie humana er raeas superiores ¢ inferiores.¥ 2 continua in explica que: *Corria el riesgo de set percibide como un intruso y, estando mal dispuestos contra mi, ais colegas podian haber rechazado mi solicitud sia una dlebida explicacién, El sentido comin me acensejé que cstaba en lo cierto al dudar y fue entonces que concebi Ja idea de escribir este libros. Axi, La gualdad... fue es crita en los siguientes 18 meses, durante los cuales Firmin| «sista alas reuniones de la SAP y comentaba critica y vehementemente acerca de las deliberaciones que in- lua en su texto. Debié haber sido dramatico 0 una seruel paradojav como observé Jean Price-Mars en su Dbiogratia de Firmin (1964:148), que dos haitianos miem- bros de est sociedad participaren en las conferencias ¥ dlsertaciones en las que la inferioridad de ls raza negra cra vista como un hecho incontestable. :Cémo los dos cabulleros haitianos enfrentaban esa realidad’, se pre- guncaba Jean Price-Mars, No fire propenso a acepar el jicio condescendiente y su recuento de les debates intelectuales en Ia SAP sobre raza, revela su sentido de Ia inonia, Segin Pri Blemente fueron considerados slas honorables excep- iones de que no contradecian la regla generale de la inferioridad del negro (ibid) Firmin describe la reunion del 17 de julie de 1884 dela SAP cn su capitulo dedicado al monogenismo y poligenismo, de la que five testigo como un «apasiona- do y vehementer debate entre un monogenista, de Quarrefages, y un poligenists, Sanson, destacando cémo las pasiones se encrespan cuando se aborda el tema de la taza, Pudo haber sido liberalisme francés, 0 paternalis- no, © cierto orgullo francés lo que se expiesé en la ‘Mars, los dos haitianas proba- 25 risin colonial en Se Domingue/Hkicé Io que expl- «que que Fiemin y Janvier fuer admitdos como mim= bros de la SAP Lo cierto es que todo parece indicar que la membrecia en a SAP fue una credencial que Firmin svi para afadir legitimidad académica a ha hora de expresr ss ideas contraias tanto las dominantes de Broca como 4 las de ls ansropologia potigenista del momento, ¥ habia unt clara, aunque minoritaria, vor monogenista de cone religioso en a sociedad a la que se adhiné la vor de Firmin, Aungue sis argumentor se basaban en la enciay no en la eligi, Sus class dife~ rencias con Broca pueden ser enconsrads Jo Lago del rexto de La iqualdd... Confiado en la correcién cien- Gifca de sw unitario punto de vst sobre ls raza, Firmin critica el poligenismo preponderance que utiizaba craneologa y ls antropometria de Broca: «El progreso ciceifico y muesto avarice incrementan el conoeimiento del fenémeno, lo que, sin dud, asestri un golpe mor- tl s todas sus conclusiones [las de Broca (p40) Firmin subsie su libro «Antropologia Posivtae Al lege a anzopologi posits, mn exaba pun tando a la tradicin intelectual postvst de Auguste Comte, 0 sa, ls investigacign guiada por la evidenck facta As leas de b igual racial era crigido sobre hechos, no simplemente sobre impugnaciones filos6fi- cas. Firmin consderaba que cualquier connibucion que su bro pidiera hacer se debi la apliacin de la me~ todologia postive 3 Is antropologi (vse Precio} A derencia de sie contemporineos Firmin no vio ca la raza wn ano fj discurié que los princiios a los que se hasaban los pos y casiicaciones racials xan antcientfico, arbiteaios ¢ ciosinerdticos. «Ob- servando que los seres humans siempre han estado en 26 tuna relaci6n de interfecundacién cada vez que se han puesto en contacto unos con otros, Ja nocién de rizas ppuras es absolutamente cuestionabler (p. 65). A conti~ nuacién, Firmin expuso la ausencia de acuerdo entre los cientificos ereadores de clasficaciones, por ejem- plo, a fata de acuerdo acerca de silos etfopes o Hamites eran parte de ls raza blanca o de la negra. El axtropolo- 20 haitiano destacé que la desafortunada tentlencia de |i clasifcacién por razas sustentaba las teorias sobre las diferencias raciales que en ese momento conelucta a tz ciencia, por un lado, a apartarse del punto de vista uni- turfo sobre la especie humana —ka posicién monoge- nista—; mientras que del otro, engendaba ideas de evolucin y desarrollo separados de las razas —el pun to de vista poligenista. Firmin estaba entre los prime- ros, los monogenistas, y por eso insistia en que las ‘ipologias raciales eran no solo defectuosas coma aisla- mientos individusles —etiopes/negros y caucisicos/ Blancos— sino que esos tipos sinclusives falaban en reconover 0 dar cuenta del vigor y de los logros de las poblacione: hibridas del Nuevo Mundo. En esa pers pectiva, observé como un acierto la reduccién del ni mero de r2z3s humanas de Blumenbach a cinco y de Cuvier a es, a1 constiouir un desarrollo cientifico 2 f= vor del monogenismo. No obstante, el caso de cual quier clasificador racial para ineluir o tener € cuenta, sipecialmerte en el Nuevo Mundo, asi como en otras partes del globo terriqueo, afiadi6 atin mas escepticis- mio al curstionable uso de los tipos raciles Finalmente, Firmin cuestion6 el caricer cientiico del concepto de riza, una idea que no comenz6 a ser cues tionada o aceptads en la antropologia general o la Hsia, hasta mucho después de la era bossiana. Sin embargo, de 27 acuerdo con los nuewos estudios sobre Boas y sus con temporineos, Vernon Williams (1996) indica que atin el progresista Boas fill6 acerca de las habilidades mentales de aquellos negros cuyo espacio craneal mis pequedo fue medido por los antropélogos fisicos.¥ aunque Boss fe colega y amigo de académicos afroamericanos como DoBois, greso relativo de algunos negros en América, 0 sea, 5o- bre kx hipdtesit de elos hombres de elevado genio», La persistencia de la raza como una categoria de pensa- ‘miento, la clasificacién social y las tipologias raciales, hhacen que la critica de Firmin a la clasifcacién de las razas sea mis relevante en la actualdad que cuando la expuso en 1885. Lo inadecuado y anticientifico de las clasificaciones raciales, en efecto, atin en Ios Estados Unidos de hoy, sabraya la importancia de! mensaje esen~ cial de Firmin y la continuacién det papel de la antro~ pologia para informar y conteibuir a fos debates pablicos, Con su ataque al uso indebido de Ia craniometsia racial, Firmin estaba desafiando To que habia devenido signo distincivo de Ia ancropologia en Europa y Nortea- mérica en el siglo 20x —o sea, la antropometria (Halle, 1971:71). La antropologia francesa fue la mayor innova- dora en el campo de las técnicas de medicin de hae diferencias humanas y en ls aplicacién de esas medicio- res ala casficacion de las razasy, después, em la justi cacién de la desigualdad social (Smedley, 1993:258-259). La antropologia fisica sostuvo en alto grado ese panto de visea eaccionario sobte la raza hasta bien entrado el siglo 20¢ y muchos de sus herederos, entre ellos Alet Hirdligka, cuya enseftanza y produccién académica afecté generaciones de antropélogos, aliment6 puntos de vis- 1a en los que los lectores contemporineos podtian ca- nunca offecié una explicacién sobre el pro- 28 clogar sin uingune Wifculad, como racisas. «El proble- 1a teal del negro americano radica en su cerebros, es ein Hiditka (1927:208-208) y a contiouacién exponia ss criterios sobre ls raas eretadadt y las eavazadas Qankio-Hill y Blakey, 1996:74-96). Debo subrayar un comentario que me hizo un estudiante de Hrdligka durante uni excavacion arqueslogica en 1964, yo habia estornudado ~después del obligatorio «Dios te bend agin €l dijo, «Dr. Hrditka dice que solo los verdaderos arios estorrudan al sols. Esa recoleccién ancedética de iil formacisn en los aos de la décads de 19611 me ayu~ dia en In actulidad a comprender muy bien la seudo- ciencia que sustentabs la racalzacion de la antropologia fisica durante otra época.Y, ademés, es provechoso re- calear que durante ese petiodo ls antropotogia en los Estados Unidos tenia entre sus miembros solamente 1 antropélogo fsico aftoamericano, W. Montague Cobb (1904-1990), desde sus dias iniiales en la guerra de Corea (iid. El signtieado modemo de antrapolog estudio abareador de Ia humanidad, desde lo social, lo cultural, lo lingiistico, canto como de la perspectiva histérico-arqueoligica no fue de uso comin hasta el sic slo 20% Esta, a la To2 del contenido del eapitalo del obra de Firmin sobre el campo de estudio de Ia antto- pologi, es muy revelidor. Firmin dedicé el primer capitulo de su libeo & Ajat l objeto de estudio de la aneropologia, sus dfinicio~ nes y st imporeancia como una aveva diseiplina, con Jo que dio inicio a una de ls primeras enunciaciones detalladas sobre la naturalcza y centralidad de la anero- pologia entre las ciencias dedicadss al estudio del ser hhumano, Pera Firmin la antropologia era una disiplina 29 ‘que aspiraba a que otras ciencias devinieran sus stri- bbutarias. eNingin otro campo es tan complejo como este, En el campo de fa antropologia, particularmente, uno debe desconfiar de la especializacién excesiva, pues cll estrechs los horizontes y hace que el intelecto sea incapaz de considerar cada hecho de una realidad dada» (cap. 1, pp. 3-4) Al igual que los académicos europeos de esa época, Firmin fue ampliamente leido, no solo en la setnolo~ la» en francés sino también en inglés, en alemsin y en) latin y griego clisicos y obeuvo la membrecia de nume~ ross atociaciones académieas internacionales, Es signi~ fcativo que Firmin fuera un producto de la educacién hnatiana, asi como de sus mejores escuelas. Su evalua cién de la historia intelectual de la antropologis lo con- dujo a ocuparse del conflieso entre ls exigencias hechas por la filosofia y la ciencia acerca de la nueva disciplina Estuvo intrigado por le obra de varios escritores alema— rcs, especialmente Fichte, asi como por el trabajo del filésofo-cientifico Immanuel Kant quien habia redacta~ do un traado situlado +Antropologia pragmiticay.Tam- én sintié araceién por cl peosamienta filoséfico de Hegel, ef iltimo en definir la antropologia como el estu- dio del espirita humano, juntar lo nacural y vincularlo al mundo material a través det cuerpo fisico, y establecer que Ta unién de esos aspectos es lo que determina el ser bumano original. Hegel escribié que ese estado fan- Gamental del hombre ¢s el objeto de Is antropotogia. Por eso la anttopologia es de més amplio alcance que lo ‘que habia sido establecido por Blamenbach y ots cuyo. foco de atencién fue puesto en el estudio del fisico del ser humano, 0 sea, el estudio de To que Firmin lamaba sla historia natural de la hummanidad. El eseudio del eri- 30 neo y at configurscién cormesponden mis a la geogrifia fisica que 4 la antropologis prictica. «EL hombre esti programado para la vida social, debida a lo que, en def nitiva, siempre alcanza a hacer su propia historias (ap. p.7). Los antropélogos pricticos dejaron de lado la con twoversia filosofica sobre la materia (macerialismo} y el espiritu (dealismo) y pusieron su atencién ea el po- sisivismo de Auguste Comee 0 el evolucionismo de Herbere Spencer, dstinivas, respectivamence, de las tra- diciones inivales de la sociologia anteopolégica Es Auguste Comte (1798-1857) quien mis inuy cen Firmin, por st Iamado a distinguir ls eiencia socio logica, por su capacidad de ir mis alli de las ciencias naturales, et su consideraci6n dinimica de la progresi~ va modificaci6n de la vide humana. No obstante, Firman abogé tempranamente por la existencia de un2 ciencia specifica de la sociedad, Ia que preferia lama: «antro~ pologias. Firmin consider6 las diferentes definiciones de an- tropologga gue existian en sus dias como ks de Broca, Berillon, Topinand, de Quatrefages cuyo foco de aten- cién es la historia natural del hombre o #4 relacién com 1k naturaleza, Por ejemplo, Topinard define antropolo- gia como «wna rama de la historia natural que estucls a hombre y lis diferentes razas bumanass. Firmin reco- nocid esa tridicién que se esforzaba por ver a) ser hu- mano como parte del mundo animal/natural, pero) discrepé de esis estrechas definiciones y le dio mayor alcance a s4 definiciém: «Yo defino antropologia como el estudio del hombre en sus dimensiones fiicas, in telectual y nora, tal como se encuentra entre ls dif rentes r2zas que constitayen la especie hamanar (cap. 1 p. 13). En esa definicion Firmin difiere de muchos de a sus contemporineos antropélogos europeos con res- pecto al énfisis en si las diferentes razas humanas cons- tiruyen uma especie énica, pues para muchos de ellos el tems de la unidad de las expecies era mis equivoca. La antropologia, la disciplina que estudia esa compleja cria- tara, adquiere una importancia cardinal entre las dife- rentes ciencias, como un puente entre la flosofia y las iencias naturales. Esa caracterizacién. de lt antropologia tiene reminiscencia de la contemporinea y muy mo- dena afirmacién, muchas veces citada, de que Ia antro- ppologia es la mis cientifica de las humanidades y la mis hhumanistica de las ciencias. Firmin aprecié que su defi- nicibn podia no ser mejor que la de aquellos que lo precedieron, pero «la mia offece una idea clara de las diferentes disciplinas que considero un antropélogo debe tener conocimiento (ibid). Asi, el punto de vista de Firmin se alza como una de ks primeras enunciaciones| sholistcas» del aliento de Ia indagacién antropoldgica, asi como del poder potencial de su capacidad para sin- tetizar el conocimiento. Al respecto, el trabajo de Firm representa un presagio de la antropologia boasiana, la que se desarrol en el siglo 22 en Jos Estados Unidos, que defendia el punto de vista de la necesidad de que el aliento de la antropologis condujers al estudio del shombres desde lo fisico, lo moral y los histérico, El desacuerdo de Firmin con los postulados de Ja antio- pologia en sus comienzos se debié al énfisis desmesu- ado en las mediciones fisicas de las diferencias humanas; mientras que fue capaz de vislambrar el potencial en’ una antropologia que abrazara un estudio integral de la Jhumanidad, Siguiendo a Comte, Firmin reiteré su categorizaci6n de los cuatro campos del conocimiento ~césmico, bio~ 32 ligico, socialégico y Glos6fico— que muestran una conexién entre eel mis 46 intricado sistema celular del cerebro y un mis alto po der intelectual en las razas que han ascendido en la es cala de la civilizaciéne (iid) Africanos y australianos fueron considerados por ‘Tylor para contrastar marcadamente el europe desde un punto de vista medible como 122a, Tylor subrayé la importancia del singulo facials que diferenciaba las «dos ruzas inferiores» de la enuesteas (Tylor asumia que sa audiencia cra europea), In diferencia mis pronunciada hacia del australiano y del africano mis eprognato o de mandibula protuberantes Al mismo tiempo, los australianos tenfan las fren tes mis retinas que los europeos, para desventaja de Jos Jébulos frontales de sus cerebros en com- parac‘én con los nuestros. Asi la combinacién de la parte superior e inferior del perfil, nos ofrece los rostros de Jos pueblos menos civilzedos pro- pos de un casi simio colgante que se distingue del Fost eutopeo casi derecho (iid, p. 62). A pesar de que Tylor reconocié el crecimiento de la poblacién de «mulacoss y mestizos en el Nuevo Man- do no hizo mencién alguna sobse la inferioridad bibri dda, Observé els desesperanzadora tarea de clasficar cada minimo e incierto grupo de hombres en ana rxza espe cial (p. 83), aunque ain reconocia la existencia de Las grandes razis —negra, carmelita, amarilla y blanca—, ast como que la formacién de ellas habia tenido lugar cen tiempos prehistéricos. Sin embargo, en contraste con la tesis de Firmin, Tylor acepté la superioridad de la civi- lizacién europea: mientras que Firmin reconocis le igualdad civilizdora de todos los humanos. 7 Nosotros venimos, al menos, del hombre blanco, cuyas naciones a través de Is historia han estado moral y pokiti- camente sobre la Tierra... Quizis pudiera ser ra~ zonable imaginar que la actual raza blanca se formé en las regiones templadas, menos capaz de resistir el calor extremo o vivit sin aparator de ccalturas pero obsequiado con el poder del cono- ciminto y de las reglas que le daa iaiiuencia so bre e! mundo (ed. 1902, pp. 105-106 y 113). creciendo mis y mis intelectu A pesar de esas conclusiones obviamente chauvinistas, in estuvo consciente y clogié el estudio de Tylor sobre Ia religidn primitiva por aseverar la adoracién. an- cesttal, por ejemplo entre los enegros» de Ceilin (los vedas) tam valida como cualquier otra religién, Realmen- te, la antropologia europea y estadounidense en sus ini cios contenia muchas de lis contradicciones entre el naciente igualitarismo cultural relativists y la profinda tendencia a establecer jerarquias culnarales y humanas. Compirese la cita anterior de Tylor, una aparente- thente reluctante pero no menos firme conchusién so- bre la superioridad del curopeo, con el pensaniento antirracista de Firmin, Si, os seres humanos pueden diferie y difieren DOr sus rasgos fisicos 6 el calor de su piel. A pesar e lo cual todos son hermanos, es decir, ellos son iguales en inteligencia y pensamiento, Solamente un largo proceso de perversién del espiritu y una poderost influencia en las mentes de los pueblos Blancos pueden haber hecho pasar por alto una verdad que es tan obviz y natural que no requiere 48 demostacion cientifica... Tendremios la oportuni- dad de erradicar ese prejuicio de las mentes de aguellos que atin lo abrigan solo si podemos de- ‘mostrar por los medios que ideemos, Is flsedad de ersencias que han imptegnado ls inteligencia de machos pueblos (p. 404). En bh lista de trabajos seleccionados sobre antzopo- logia que Mor recomiends al lector estin muchos es- critores en lengua francesa, encre ellos Broca, Topinard y de Quacrefiges; sin embargo De t/Egalité des Races Hunaines no esti entre ellos No soy la primera de los escritores que han indica do el pensamiento racsta de los antropSlogos inaugu rales. Sin embargo, lo que sorprende a ls generaciones gue he enseiiado es que desde el movimiento por los Aerechos civiles la corriente principal ha sido un pen- samiento racistay cémo mucho de él ha permeado ciest3s freas de la vida, del orden establecido académico y la antropologia estadounidenses en las mis reconocidas instituciones, como la Universidad de Harvard y la Universidad de Pennsylvania, El sclisicos racisea estadounidense, The Passing of the Grewt Race de Madison Grant, censoré la declinacion de los Estados Unidos como resultado del gran nmero de iclandeses, talianos, judfos y europeos del Este. A. pesar de que este libro fre bien recibido por el esta- Hishment cientiico estadounidense, algunos estudiosos fueron muy crticos de la obra, entre ellos Franz Boss, quien escribié que el libro edificilmente es apropiade pera una ressfia en un periédico cientificos (1518363). Un grupo de antropélogos rivales de la recientemente fundads Asociacién Anrropoligica Americana se o7gi~ 49 nizaron en la Sociedad Galton en 1908, en respuesta a la creciente legitimidad de la ciencia y a la demolicién de los mitos raciales. Entre ellos estuvieron Madison Grant y B.A. Hooton del Museo Peabody de Harvard Este legado persistié en la Epoca de los derechos civiles, cuando los racistas foribundos contra la decisibn de la Corte Suprema en el caso Brown vers el Consejo de Educacién, protestaron a través de su vocero, Ci Potnam, que los integracionistas habian ganado wdebi- do a que ellos aceptaron acriticamente las doctrinas antiopologicas de Boas». Asi ellos etiquetaron, sin exa 1s antropologia igualitarise (Chase, 1980: 459), ‘Antéxor Firmin, en 1885, habia criticado la clasitica- cidn y jerarquizacién de las razas a través del cinco pot arbitraria, acientifica y completamente subjetiva ‘Todavia su contemporineo, 8. G. Morton, el mis gran de oponente de las mediciones de las jerarquias racia~ les, argumentaba que en el antigua Egipto el crineo no cra y no podia ser snegros, pero si ecancisicor, dos razas separadas contribuian a la virtwal diferenciacién de la ‘specie para Morton (Harris, 1968-90-91). Firmin, por su parte, aclamé la gran civilizacién que fue el antiguo Egipto y afirmé vérminos intransigentes que sahora es bien conocido que los antigues habitantes de las costas| el Nilo pettenecian a Is razz negra» y que la hamani= leton ad misma debe una gran correspondencia 2 esa raza (cap. 17, p. 394), Para Firmin es0 es un triste € ilégico gjercicio que los europeos hayan intentado probar que Jos antiguos egipcios eran blancos. No todo estaba su- jeto a semejante fantasia racial; el genio Champellion xcribié que slos antignos egipeios pertenecian a una taza que en todas sus formas se asemejan a los actuales Inabitantes de Nubia» (cap. 9, p. 228). 30 El desarrollo de la antropologia en el siglo 2s, la significacién biolégiea de la raza se difuuniné en el res paldo cientifico y qued6 claro que ef uso primario det concepto de raza ha sido como categoria social. El pon- to de vista de raza que sustentaba Firmin era decidida- mente social, no biolégico. En rechazo a la inferioridad biol6gica de la taza negra, cit6 las contribuciones sociocultuales de civilizaciones como la egipcia.Jaetfope {es decir, Nubia) y Hii B. La respuesta de Firmin como sun sriunfe moral y cientifico sobre De Gobineau ls inerioridad De Gobineau y autores de teorias sob racial siempre citaban Haiti como evidencia ea apoyo a sus posiciones, De Gobineau declaré que las maneras incluyé las civilizaciones sudanesas cle Kush= Merod, refevidas como eetiopess on los textos griegos, junto a Ja mas ensalzada eivilizacion del Egipto firaSnico, Sus anilisis de las imagenes no racistas de Tos negros en has civilizaciones europeas clisicas de Grecia y Roma en el capitulo 18, es un presigio del trabajo mis sste- matico, Blacks in Antiquity (1970), desarrollade por Frank M, Snowden, ocho décadas mis tarde, Sus abservacio- nies sobre ef color de Ia piel y el mito, incluido el mito biblico de la sMaldicién de Cams, plétora de asociacio~ nes de lo negro con fo malvado y el demonio en Euro= pa; y el tratamiento por Shakespeare al elegir un moro ‘oscuro para el personaje de Otelo, en la actualicad die ne una minuciosa resonancia a través de fa critica lirera~ ia postcolonial, Es bueno recordar que Haiti fue, cfectivamente, la primera repaiblica negra postcolonial y Anténor Fiemin fue un producto de su tercera gene- us es, simultineamente, wna afirmacién de 36 racién de intelectuales, formados por un sistema edu- ceacional que habia sido creado por una nueva época. ‘Una categorizacién contemporinea del abajo de Firmin pudiera ser catalogado como «afrocentristar. No cobstante, La igualdad de las azas humanas, confirma los logros de los pueblos africanos (incluyendo tanto a los egipcios como a los nubios, refiriéndose siempre a los hnitianes en el Nuevo Mundo como sus primeros ejemplos), hechos histdricos sin trazas de apologia r2- al o chovinismo, pero con confianza en que la verdad histérica prevaleceria sobre todo lo demi, inclayendo 1 racismo europea, Como elogié los logros de los pae- bos afficanos, refiriéndose con desenveltara 2 las civi- Ezaciones de Mero’ 0 a la «Acrépolisy de Zimbabwe, también alabé al heroico pueblo de Francia por el mo- ‘mento de grandeza de su historia, a Revolucién Fran- essa. Lament6 la ingenuidad de la raza blanca en la cconstruccién de sus fantasias de superioridad y es seu ro que, eveatualmente, un récond preciso y bulanceado reemplazari la actual rcializacion de la historia, Firmin comienza sa capitulo «Egipto y civiizaciéne con esas palabras: La verdad es eterna, Permanece plenamente a (2 vés del iempo y el espacio, lo contrario no pue~ de ser validado por la logica, cvando se afiema aque It raza negra es inferior a todas las demas, se debe probar que el hecho es cierto ahora y lo fue en ef pasado... lo que no ocurrié en el pasido puede ser ana lagrante contradiccién cor: el punto de visea dogmitico de los antropélogos o con las conclasiones pretensiossmiente autoaseguradas de los académicos (p. 225) 37 Finmin esuvo entre los primero escrtores que ase- veraron que la cviizacion egipia fac el manantal del gue surgeron ls cults greg y romana y que el de- sarollo de las artes y dels ciencas entre Tos curopeos, descansa sobre wn fundamento afficano. Pero la pre suncién caucsica de superoridad no pods aenerse a 1s idea de que a desarollo orginal se vinculara a una raza que consideraban radialmente inferior (227: Nichols, 1979:130). Esa revelacin provocé wn verda- deto eicindilo en Europa, pues suponta una subver- S60 radial de Ta tess sabe la inferordad del negro, én el precio momento en el que Europa habia com. pletado sus planes de particién de Africa en el Congre- 10 de Berlin de 1884. zCémo podla ser reconocida la dntigiedisy grande del vrata Aftica bajo ls com diciones de una feror expansin y colonizavign eu copes? (Price- Mars, 1964155), Fst creunsanca fue tna rn6n adcional par elegatla ob de Firmin en Europa y una validation de In rn por a gue sob, en el present, debe ser reconocida eel mbit de los “studios posoloises en Exropay los Estados Uniden Desde el racionalsmo y la cenicidad, Firmin ex s0 lo ilgico dels mayorta de los antropélogos y aca Gemicos que habian uazado ampliamente la acta de he + blancos a los antiguos egipcios: eDénde est la verdad? :Dénde exté el error? De un lado, los antropélogos, quiénes no tienen otros ‘medios para dilucidar el tema que el método ‘rancométrico, cuya ircelevancia para la clasfica- ida de las razas humanas hemos observado, han. dependido constantemente de conjeturas hist cas y arqueolégicas para justiicar los resultados de sus investigaciones. Del otto lado, los acadé- ices, disefpulos de Morton, solo pueden de- pender de la anaromi Jos mismos resultados antropométricos obteni- dos por los antropéloges, para asegurar que los antiguos ogipcios pertenecen 3 la raza caucisica 1 ciencia no puede tolerar semejante circulo vi- lose por su aborrecible ambigiiedad. Tenemos, ppor lo tanto, que regresar a los hechos y exami~ narlos mis concienzadamente, Si el antiguo egip~ cio era blanco, zde dénde venian la mayoria de los atractivos arquetipos presentes en sus monu~ bre comparativa, © sea sok mencos, que tienen un caricter distirtivo, una apariencia fisica general gue es totalmente dife- rente de los arquetipos caeisicos? (cap. 9, p. 23) Al observar Ia variedad de representaciones de Tos egipcios, de los arquetipos fisios, Firmin sefala que: cn el caso de que las repreventaciones de los exio pes cn has pintoras egipeias, el artista caricanuriza sus modelos cuando se tata de sus enemigos y pines arquetipos perfectamente atractives enando no lo son, Sin duda uno puede confirmar que los antiguos egipcios, la verdad rious [retocada), eran alricanos negros... lo que, por mi parte, conside- +0 como el punto mis importante contra la doc tina sobre la desigualdad de ls ruzat (9. 25 EI gran intelectual haitiano del siglo xx Jean Price ‘Mars prepar una sociedad af el terreno para hacer visible a Haisi como wana en el Nuevo Mando, vio en Firmin la raiz intelectual pionera del aftocentrismo 59 1moverno, especialmente dol académico senegalé postin dependentsta Cheik Anta Diop (1954:157). También cit6 el wabajo del historiador brasleno Basil Davidson (1962) cuya radical reformlacin dela prehstoria y de la historia de Atria contribuyé a demoler et credo eurocentrist de que Afica no tivo historia antes dela penerracién de los europeos en ef continent I vinculo entre raza y los frutos de la civiizacion ain en la actualidad es un asunto contoverido a igual ae Tos oxigenes de Ta civilizacén aria (es decir euro- pea) han sido critcados por Martin Bernal en Buck Atha, obra en la gue asegura que I civizacién cisica tiene otigenes afticanos y asiiticos. La renovacién re= ciente de es vez ha provocado la prominente impugnacién de Bernal, 10 Ia publicacin de Nor Out of Affca, de Mary Lefkowitz y el subsiguiente desafio al compromiso de te debate sobre los orfgenes afficanos esta los Estados Unidos con la educacién multicultural gue incluya trabajos affocentristis en los cursos regulares La igualdad de las Jeida y estudiad en el presente como si estuviers pro- poniendo una idea nueva. Por supuesto, Firmin no fae el dinico que en el dltimo cnarto del siglo xre resatara la afirmacion de los orfgenes afticanos de la civiliea~ cién occidental. Martin Delany estructaré su obra Origin of Races and Color, en torno a li centralidad de esa tesis y €l movimiento panafticanista la adapt como el cle mento cardinal de la solidaridad negra desde los tiem- pos antiguos hasta el pre: movimiento de la onegrituds en el siglo xx, que reco- nnocid a Firmin como un sabio precursor Iumanas de Firmin puede set nte, asi como hizo el Una cierta postura defensiva puede apreciarse entre los académicos europeos y estadounidenses en sus reac- 60 ciones ante ol affocentrismo como un antidoxo al euro~ centrismo. Fllo puede tener su causa en la apariencia de que la afirmacién de que el racismo es una tenden: cia universal existente en todas las sociedades, y de que Jos ancigucs egipcios eran tan racistas como los europeos ‘iodernos. En detrimento de ese argumento de que Ja desigualdad de las razas es una de las ideas mis antiguas y difundidas en el mondo, Firmin hizo la distinci6n esencial entre etnocentrismo y racismo. A través de 1a historia los pueblos han pensado que ellos son supe- riores a sus vecinos, pero munca ha habido la men ‘onexiSn entre ese estrecho y nade patritico sentido de superioridad y Ia nocién de wna jerarguia sistemati- ca de las razas humanas (cap. 6, p. 139) En el capitulo de La igualdad de Ine raza: que trata de Egipto y Exiopia, al igual que el ejemplo de Haiti, 25 un asunto relevante tanto para el debate contemporinea como lo fue tempranamente en el si- glo ax. umanas Ha sido posible soportar las curiosas (bizarras) tesis de a inferioridad original de los pueblos nnegros siempre que una ciencia parcial y tozuds, tuna ciencia culpablemente complice, persists en |i opinién que "los Retous" (pueblos originales [de Atrica)) eran de raza blanca. Actualmente, sin ‘embargo, el crticisme histérico ha evelucionado un grido tan alto que existen mentes discer- nientes y sinceras capaces de restablecer Ia ver hd sobre ese asunto de importancia extrema. No puede ser posible por mis tiem20, por lo tanto, que uno cierre los ojos a ls luz y contnvar pro= pagando la misma doctrina. De hecho, pars los 6 dlefensores de la teoria de la desigualdad de las ‘a2as homanas podria ser una gran torpeza per~ sistir en esa creencia. Es bien conocido que los tiguos habitantes de las costas del Nilo eran miembros de la raza negra y yo he presentado ‘una enorme cantidad de evidencias para respaldar ese hecho. Los griegos, quiénes fueron inluides por Roma, los educadores europeos, pudieron haber tomado de Egipto los principios mis pric- ticos de su flosofia, tal como ellos han tomado 4c ella codas las ciencias que mis tarde cultivaron ¥y expandieron con una inteligencia maravllosa (cap. 17, pp. 393-394) No solo fixe el pasado ansiguo fuente de la afirma cin de la igualdad (no supetioridad) de la raza negra sino que el ejemplo reciente de Haiti prueba la tess cesencial una vez mis. Un logro maravilloso de a bis queda de ta libertad desde Ia eschavitud y la domina- ign extranjera fue ais, que inspiré al mismo siempo, icanismo, mientras provocaba un es twemecimiento de miedo en los corazones de los exta- dounidenses propiesarios de esclavos y en las ammbiciones colonialstas. Sobre el asunto de la original raza haitia- 1a aunque Firmin estaba muy consciente de la mezcla de razas en Haitt, los méts, su posicién ex inequivoca ante ef hecho de que el pais esti integrido por descen- dientes de Affica, Es no obstante certero con relacién 2 que a pesar de que las semillas del panafricanismo fueron engendradas por la Revolucién haitiana, el nom bre «Hhitie que sustituyé la denominacién del colo- hialismo francés —Saint Domingue— probablemente fae dido por el segundo al mando de Louverture, Jean tun nuevo panan 02 Jacques Dessalines, quien lo tomé de la palabra ame~ rindia Ayid, que significa etierra de montaias» (Dayan, 1995:3). El panafricanismo de Firmin fae muy avanza— do en sa tiempo en el Caribe y vo amigos como el nacionalista puertorriquesio Ramén Emeterio Bean ces y el revalucionario cubano José Mart. Pero sus ideas tienen mis en comin con la generacién de académi- cos-politices posterior a la Segunda Guerrs Mundial que con li de los ageneralfsimoss que rigieron las re~ piblicas del Caribe durante el cambio de siglo (Plum~ mer, 1988:28) Sin sucumbir ante el chovinismo debs ver mis, regresar a la raza negra de Haiti. Es inte resaate apontar que el alcance de ess pequeiia nnaci6n, evigida por los descendientes de aftica- fos ha influido en Ia historia mundial desde su independencia, Con la ayuda haitiana en hom- bres y materiales, Simén Bolivar euvo éxito en ‘gancr Ia independencia de Venemela, incluso la Ge Colombia y Peri, y con ello poner fin al po- onial espaiiol para siempre, A través de las 1 eoncepto de reptiblics que prevalecis, Fue como si el nuevo mundo hubie~ ra sentido el Futuro en las ideas de libertad ¢ igual dad (cap. 17, p 398). Américas ese fue Firmin contribuyé a reafirmar el avance de la Re- pliblica haitiana como un firo para todos les pueblos descendientes de africanos suftidos digno de atencién que La igualdad de las razes humanas sté dedicada a Haiti y a su gran Hibertador, Toussaint Louvereure: El punto de vista del caso haitiano como oprisnidos. Es 63 un ejemplo de los logros afticanos es un cena que fre desarrollido con posterioridad en el escrito de Hanni- bal Price, De la Rehabilitation de la Race Noire par ta République dai, publicada en 1900 y la impresién de st tesis qued6 como un punto de referencia en el siglo x. Desafortunadamente, la heroics liberacién haitiana y sos Jecciones han sido ampliamente olvidadas por las men- (es contemporineas, junto con sus defensores, Firmin y Price, quizis como resultado de los continuos pro- blemas politicos y econémicos de Haiti a finales del siglo xx. No obstance, dla verdad eterna» y el elogio de Firmin a Haiti en 1885 permanecen como hechos in- cuestionables: ‘Ademas de ese ejemplo que es una de las mis bells acciones por las que la Repiblica negra ‘merece [a més completa estimacién y admiracién tmundiales, podemos decir que la declaracién de Independencia de Haiti ha influido positivamence cl destino de toda la raza etiope que vive ftera de Africa, Al mismo tiempo, a independencia de Hitt hha cambiado la autoridad econémica y moral de todos los poderes europeos que poseen colonia. ‘Ademais, ha tenido una relaciSn considerable con a economia interna de tochs las naciones america nas en las que existié la escavitud (cap. 17, p. 398). Convencidos de que su pais era ef simbolo de la regeneracidn negra, fixe natural que los haitianos qui sietan haber desempefado un papel lider en el movi miento panafricano que comenzé firmemente en los 10s de cierce del siglo x1x (Nicholls, 1979:134). Fiemin jugo un papel clave en Ta Primera Conferencia Pana 64 fricana celebrada en Londres en 1900,a la que asi en sa condicién ce ex presidente legitimo de Hai y como sel ‘nis importante intelecaul y hombre de Estado de Haith (Geiss, 1974:193; también citado por Clarke, 1974:42) (Owos representantes muy conocidos que asistieton a 1a bistorica conferencia fueron W. E. B. DuBois de fos tados Unidos, Henry Sylvester Williams de Trinidad y Tabago, asi como delegados de Abisinia, Liberia, Susdifrica, Sierta Leona, Costa de Oro y Canadi. La con ferencia reclamé a los «paises civilizados» proporcionar educacién y desarrollo a los pueblos atrasados de la raza negra e indicé: que eel problema del siglo 2 es lz cues ti6n del coior (Nicholls, 1974:134), Firmin, al ser inspirado por Ia antigua gran civiiza ign africana, avizoré un fuearo afortanade para la «raza negra, una reconsideracin del papel que uni ver ella habia desempeiado en la ilustracion del ser homano) desde las mirgenes del Nilo, Firmin declaré enfitica~ mente que eso no er tna profecia, ni un asunto de predestinacién, sina un futuro que serfa moldeado por Te accidn prictica y politica en la causa de Ja igualdad racial de la humanidad. Firman, al igual que ot0s es tores haitianos contemporineos, observé al Afzica de sus dias como relaivamente menos civiliada nel ce de su capitulo al papel de la raza negra en Ia historia de ls civilicaisne, se disculpa por su fils de referencias 3 tos pueblos conemporineos del Africa cent, el sco- raz6n de Afticn,admiviendo la carencia de evidencia de sociones de cambio que stent sobre ol «Aca prevela que investigaciones fatuess ‘oscuray, aanque nos revelaian hechos apenas sospechados sobre el Aftica ‘central, Eso; heches solo verin Ia luz cuando «los pro- fundos prejaicios enraizaclos que abstienen a los etn6- rafos y antropélogos de proclamar la verdad, contem= plen abrumados Is innegable conspiracién que los ha conducido a prochmar falsamente la inferioridad de tun pueblo sobre otrov (cap. 17, p. 402) Detalles seleccionados de la biografia de Firmin Nacidlo en el seno de una familia de clase trabajadora, <1 27 de noviembre de 1850, en el norte de Haiti, Cap, Hitien, Anténor Firntin fue recanocida. como un jo- ven premiado y sobresaliente en la escuela primaria, Asisti6.al Liceo Nacional de Cap Haitien y al Liceo Petién en Port-au-Prince. Su educacién formal se de- sarcollé completamente en Haiti, estudios que inclaye- exposiciones de los escritos de los antropélogos euro- peos. Estudi6 leyes en Haiti y fire un abogado exitoso en Cap Hhitien ¢ inieié una carrera politica con st) de= signacién como Inspector de Escuelas en la Circuns- cripeiGn de Cap Haitien y Comisario de la Repiiblica Ge Haiti en Caracas. Llegé a Paris en 1883 como diplo- mitico y fue admitido en la SAP en 1884 y alli empren- Gi6 la redaccién de La igualdad de las razas humanes Permanecié en Paris hasta 1888, el dltimo aio en el ‘que aparece en la lista de miembros de la sociedad y momento de su regreso a Haiti, donde acepté el puesto Ge ministro de Finanzas, Comercio y Relaciones ex- teriores, en 1889, bajo la presidencia de Florvil Hyp- polite ron ienguas clésicas, eivilizacién europe ‘Como ministto de Relaciones exteriores participé en Ji negociacién, con Frederick Douglass, embajador de 66 fos Estados Unidos en Hai, de la cesién a los Estados Unidos de Male de St, Nicolas, la profunda bahia en Ta j6n hizo su primer desembarco en el Nuevo Mando Firmin,eectvamente ayo por Doug guien cra tapechoo por ls smbionesimperiaes dels Frudon Unidos fags euonament, poxponere5o- Head gue oda be condi 4 Hat a queda jo tT contol ge los tstados Union, Lx pols races Sescmpearon pel en ex desta danza ciplo- thier Con Gedney de adguine de Male el alate Craunste Chord ants USS Pipa n Fove-Prance y empl al cmbsjdoresadounidese TShotdrcl tended, Douglas ia gue endo bl “a mant, babe so peeible gue dsenbur- Seen Inge de haber Tamado 3 Ia Rave Trex aden, Dough void alos Estar Unidor r= teen a PeesurPrince en dcembre de 1890 con Maer derbi br neppercone sobre Mle a de ih fo ots cama cones de proses Spa aman deques Dougie seis Wesington No existe, quiais, un punto sobre el cval el pue~ blo de Haiti sea mis sensible que sobre la cesi6n de alguna parte de su territorio a alpin poder fexttanjero. Les estremece la ides de dar un asi ro a alguien del mundo extersore (Hein! and 1978:315), Heini, El informe de Douglass no era lo que Washington queria escuchar y sirvié para confirmar su repucacion de lider negro débil con respecto a una reptiblica ne- 67

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