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Propuesta Didáctica El Cuidado de La Familia, El Cuidado de La Persona
Propuesta Didáctica El Cuidado de La Familia, El Cuidado de La Persona
Texto A
BIENAVENTURANZAS
Al ver a la multitud, subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos. Tomó la palabra y los
instruyó en estos términos: Dichosos los pobres de corazón, porque el reino de Dios les pertenece.
Dichosos los afligidos, porque serán consolados. Dichosos los desposeídos, porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos,
porque serán tratados con misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos
los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa del bien,
porque el reino de Dios les pertenece. Dichosos vosotros cuando os injurien, os persigan y os calumnien
de todo por mi causa. Estad alegres y contentos pues vuestra paga en el cielo es abundante. Mt 5, 1-12a
Creo que son felices los que saben sufrir, Creo que son felices los que trabajan
encuentran en Ti y en sus hermanos el consuelo por un mundo más justo y más santo,
y saben dar consuelo a los que sufren. y que son más felices si tienen que sufrir por
conseguirlo.
Creo que son felices los que saben perdonar,
los que se dejan perdonar por sus hermanos, Creo que son felices los que no guardan en su
los que viven con gozo tu perdón. granero el trigo de esta vida que termina, sino que
lo siembran, sin medida, para que dé fruto de Vida
Creo que son felices los de corazón limpio, que no acaba.
los que ven lo mejor de los demás,
los que viven en sinceridad y en verdad. Y creo todo esto porque creo
en el hombre lleno del Espíritu,
Jesús de Nazaret, el Señor, Amén.
Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la «máxima amistad». Es una unión que
tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad,
intimidad, ternura, estabilidad, y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida
compartida. Pero el matrimonio agrega a todo ello una exclusividad indisoluble, que se expresa en el
proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia. Seamos sinceros y reconozcamos
las señales de la realidad: quien está enamorado no se plantea que esa relación pueda ser sólo por un
tiempo; quien vive intensamente la alegría de casarse no está pensando en algo pasajero; quienes
acompañan la celebración de una unión llena de amor, aunque frágil, esperan que pueda perdurar en
el tiempo; los hijos no sólo quieren que sus padres se amen, sino también que sean fieles y sigan
siempre juntos. Estos y otros signos muestran que en la naturaleza misma del amor conyugal está la
apertura a lo definitivo. (A.L., 123)