El autor como productor

Al poeta se le exige cumplir con dos partes, por un lado, ha de exigirse la ejecución del poeta la
Tendencia correcta, y por otra parte, se está en el derecho de esperar calidad de dicha ejecución.
Una obra que presente la tendencia correcta, no necesita presentar otra calidad, pero también
Puede decretarse: una obra que presente la tendencia correcta, debe necesariamente presentar
Cualquier otra calidad.
El tratamiento dialéctico de la cuestión tiene que instalarse en los contextos sociales vivos. Las
Relaciones sociales están condicionas por las relaciones de la producción. Y cuando la crítica
Materialista se ha acercado a una obra, ha acostumbrado a preguntarse qué pasa con dicha obra
Respecto de las relaciones de la productividad de la época.
Se reconoce a Sergei Tretiakow como un escritor “operante”, el cual encarna el ejemplo más
Tangible de la dependencia funcional donde se encuentra la tendencia política correcta y la
técnica literario progresiva.
Se destacan dos movimientos político-literarios determinantes surgidos en Alemania: el activismo
y la nueva objetividad. Se da al activismo la denominación de señoría del espíritu, imponiéndose
en el campo de la inteligencia de izquierdas y dominando sus manifiestos políticos. El activismo se
ha empeñado en sustituir la dialéctica materialista por esa magnitud del sano sentido común.
Walter Benjamín sentencia a la “nueva objetividad” con la siguiente frase: Pertrechar un aparato
de producción, sin transformarlo en la medida de los Posible, representa un comportamiento
sumamente impugnable, si los materiales con los que se abastece dicho aparato parecen ser de
naturaleza revolucionaria.
Benjamín define a la fotografía neo-objetiva como aquella que ha logrado que incluso la miseria,
captada de una manera perfeccionada y a la moda, sea objeto de goce. Porque si una función
económica de la fotografía es llevar a las masas, por medio de elaboraciones de moda, elementos
que se hurtaban antes a su consumo, una de sus funciones políticas consiste en renovar desde
dentro el mundo tal y como es. Renovarlo según la moda.
Benjamín cita a Lichtberg con su frase: “No importa qué opiniones se tengan, sino, qué tipo de
hombre hacen las opiniones a quien las tiene”. Connotando mayor importancia al efecto de
opinión ponderado de quien hace la aportación, que la aportación misma.

Walter Benjamín contrapone dos ideas: una nos dice que el burgués intelectual que toma el lado
del proletariado respecto a la lucha de clases debe tratar de debilitar a la burguesía desde dentro,
porque la revolución del proletario será más fácil si los ricos no oponen resistencia; por otro lado,
dice que aquellos burgueses deben combatir la burguesía junto al proletariado, el autor concuerda
con esto último. Incluso se atreve a decir que un burgués que se hace sensible de su privilegio no
va a volverse un proletariado, pero será diferente con sus medios de producción, se le ve entonces
como un traidor a su clase.
Cierra el ensayo diciendo que si un escritor logra una obra que favorezca la socialización de los
medios de producción, vea caminos para organizar a los trabajadores y además tenga una
propuesta interesante para transformar los medios literarios, entonces esta obra tendrá una
tendencia justa y por lo tanto su calidad técnica será más elevada.