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Marco de Referencia Eficiencia de Los Controles Prenatales en Mujeres Embarazadas Menores de 25 Años
Marco de Referencia Eficiencia de Los Controles Prenatales en Mujeres Embarazadas Menores de 25 Años
Explicación
En Colombia, la Constitución del 1991 no reconoció la salud como un derecho
fundamental, sino como un servicio público cuya garantía es responsabilidad del
Estado, teniendo como elementos la universalidad, la eficiencia y la solidaridad. El
entendimiento como derecho fundamental aconteció cuando la Corte
Constitucional, mediante análisis de numerosos amparos de tutela, consolidó la
salud con el derecho fundamental a la vida a través de la Ley Estatutaria 1751 de
2015, donde se reconoce la salud como un nuevo derecho fundamental,
garantizando la dignidad humana y la igualdad de oportunidades de todos los
colombianos. (Minsalud, 2015).
En lo concerniente a salud fue reglamentado en 1993, mediante la promulgación
de la Ley 100, el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Dicho
sistema establece los modelos generales de financiación, organización y
prestación de servicios de salud. Dentro de los elementos establecidos para el
SGSSS se incorpora el de equidad, el cual busca acceso universal a un plan
unificado de beneficios denominado Plan Obligatorio de Salud (POS). Para la
ejecución del SGSSS se instauraron las Entidades Promotoras de Salud (EPS),
cuya función elemental es la gestión del aseguramiento mediante la afiliación, el
recaudo de las cotizaciones y la alineación de la red de prestación de servicios
con Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) de todos los niveles de atención, a
través de las cuales las EPS deben garantizar el acceso a los servicios contenidos
en el POS. La afiliación al SGSSS se puede hacer por medio del régimen
contributivo y subsidiado. Los afiliados y beneficiarios del SGSSS, al momento de
usar los servicios, están sujetos a cuotas moderadoras y pagos compartidos. Los
primeros, con la finalidad de racionalizar el uso de los servicios del sistema, y los
segundos, para complementar la financiación del POS. No obstante, existen
grupos poblacionales prevalecidos que quedan exentos de dichos pagos, con el fin
de eliminar barreras de acceso para poblaciones vulnerables, en el cual se
destacan las gestantes y los menores de un año de edad. De tal forma que en el
SGSSS para las mujeres embarazadas cobija los servicios de salud de control
prenatal (CPN), atención del parto, control del posparto y la atención de las
alteraciones o afectaciones relacionadas de manera directa con la lactancia, sin el
cobro de pagos compartidos o cuotas moderadoras.
Así mismo, es importante tener en cuenta que la atención prenatal, reduce la
morbilidad y mortalidad materna y perinatal, partos prematuros y el número de
nacidos con bajo peso al nacer, igualmente, admite reconocer componentes de
riesgo, lo que hace posible instaurar acciones anticipadas y tratamientos
oportunos durante el embarazo. Por lo anterior se puede aseverar que la atención
prenatal abarca no sólo la cantidad de visitas sino cuándo fueron ejecutadas
durante el tiempo del embarazo y con qué eficacia. El plan de atención prenatal,
iniciando desde el primer mes de gestación y consultas hospitalarias una vez por
mes hasta el parto, ayuda a conocer dificultades del embarazo como, diabetes
gestacional, infecciones cervicovaginales, infecciones sistémicas (VIH y otras),
preeclampsia, y crear estrategias de prevención acertadas de acuerdo con el
escenario de la gestante en el momento adecuado, lo que representa un menor
costo en la atención posterior, lo que ayuda a mejorar la calidad de la atención y la
calidad de vida de las embarazadas y sus hijos. (Sánchez, Pérez-Toga, Pérez-
Rodríguez, Vázquez, 2005).
Por lo que es de vital importancia que exista una adherencia al CPN, sin embargo,
existen factores que dificultan o entorpecen esta adherencia, dentro de los cuales
podemos mencionar, la edad, el bajo nivel educativo, bajos ingresos, baja
condición socioeconómica, la falta de pareja estable, barreras financieras e incluso
maltrato físico. La asistencia al CPN, por mencionar un ejemplo tiene repartición
desigual y varía de acuerdo al estrato socioeconómico.
Un estudio encontró que las gestantes de clase alta realizan mejor CPN, algunas
incluso con excesiva medicalización. En una posterior evaluación, se evidenció
que mujeres de clase baja asisten a menos de 6 CPN, con inicio tardío, y tienen
menor probabilidad de realizarse exámenes, tomar ácido fólico y planificar el
embarazo mientras que las de clase alta acuden a más de 12 controles y se
realizan más de tres ecografías, en promedio.
Ahora bien, la adherencia de los profesionales de la salud a los protocolos se ve
entorpecida por la gran cantidad de pacientes, los escasos medicamentos,
equipos e insumos, el limitado tiempo para atender cada consulta, la actitud
institucional, la escasa complacencia profesional, la escasa capacitación técnico-
científica, la situación económica de las pacientes y la accesibilidad a los servicios
de salud. A la par, algunas embarazadas están inconformes de la falta de trato
considerado por parte del personal. Éste es, por resultante, un tema fundamental
de investigación necesario si se pretende inspeccionar el CPN. (Caceres, 2009).