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Marco de referencia eficiencia de los controles prenatales en mujeres

embarazadas menores de 25 años.

El control prenatal se entiende como el cuidado que suministran los profesionales


de salud a la mujer gestante, con el fin de brindar las mejores garantías de
condiciones de salud para ella y el feto durante el periodo de gestación y,
subsiguientemente, una óptima atención del parto.
Es de vital importancia tener claridad que en esta investigación se cimenta en las
obstáculos y facilitadores que tienes las mujeres gestantes en el control prenatal al
acceso a estos, y como estos influyen en todo el proceso de su embarazo, así
mismo como en las adolescentes es mucho más complejo el acceso a un control
prenatal y además que esto depende del lugar en el cual habitan.
Por otro lado, es fundamental mencionar que, en Chile, por ley el control prenatal
es gratuito para quienes no pueden pagarlo y que se realiza en establecimientos
de atención primaria de salud (APS). Dicho lo anterior, la norma dicta que el
ingreso al control prenatal debe ser antes de la semana 14 de gestación, también
puntualiza que el embarazo entre 17 y 20 años se considera de riesgo, y en
menore de 16 de alto riesgo. Las adolescentes de 15 a 19 años representan un
20% de los controles prenatales. El 36% de estas presenta riesgo psicosocial
(violencia, baja escolaridad, ingreso tardío a control, abuso de sustancias).
A nivel internacional el estudio manifiesta que el control prenatal en adolescente
es habitualmente insuficiente y a veces inexistente por tal motivo allí las
complicaciones que acarrea en las mujeres embarazadas el no asistir a dichos
controles y llevar un seguimiento adecuado de su embarazo, y más aun estando
en una población de riesgo por su edad y por sus condiciones psicosociales.
En el caso colombiano donde se realizó un estudio y se analizó en una base de
datos suministrada por la secretaria de salud de Yopal, a las mujeres que
estuvieron en gestación en los años determinados (2013-2014) y dentro de estas
cuales estaban en las edades que requería el estudio, el resultado fue que el
embarazo en adolescente fue similar en los dos años correspondientes al estudio
y que además la edad promedio de maternas fue de 17,4 años con predominio del
grupo de 15 a 19 años.
Indica igualmente que aproximadamente la mitad de las adolescentes gestantes
tuvo menos de 4 controles prenatales y un 7% tuvo el primer contacto con el
servicio de salud en el momento del alumbramiento. Un 20% indicó haber tenido
ya más de un embarazo, y un 25% de ellas un periodo intergenésico de menos de
dos años.
En relación a la asistencia de al menos a 4 controles prenatales la cifra del estudio
es parecida a la puntualizada por Althabe para Latinoamérica, del 51%, y mayor a
la informada por Silva en Chapoecó, Brasil, entre el 2011-2103, que muestra que
el 20% asistió a menos de 6 controles durante el embarazo (6, 28), y menor a la
informada por Fajardo en Honduras que informa que el 80% de las adolescentes
no asistieron a control prenatal.
Así mismo, al analizar los efectos de las barreras de acceso sobre la asistencia a
cita de programa de control prenatal, se encontró que una de las causas de
inasistencia al control prenatal es referente al tema económico, en específico las
relacionadas con la obtención de recursos que les permitiera el pago de medios de
transporte a las gestantes, representaron un 43 %, constituyéndose en la principal
barrera de acceso. Al obtener ese resultado se buscó como alternativa en una
segunda etapa un subsidio de transporte, dando como resultado una reducción de
la inasistencia, al pasar de un 17,5 % para la etapa preintervención, a un 2,3 % en
la etapa de intervención, por consiguiente, se presentó una reducción de 15,2
puntos porcentuales, al equiparar las dos fases.
También se aplicó una segunda encuesta, dando como resultado información
concerniente a los determinantes sociales de la población objeto de estudio y de
este modo hacer un cotejo socioeconómico.
Control Prenatal: conjunto de actividades y procedimientos que el equipo de salud
ofrece a la embarazada con la finalidad de identificar factores de riesgo en la
gestante y enfermedades que puedan afectar el curso normal del embarazo y la
salud del recién nacido/a 6. Los componentes que abarca el control prenatal son:
promoción, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud materna y
neonatal con enfoques de interculturalidad, género y generacional. (Guía Práctica
Clínica, 2015).
APS: Según la Ley 1438 de 2011, la Atención Primaria en Salud (APS) es la
estrategia de coordinación intersectorial que permite la atención integral e
integrada, desde la salud pública, la promoción de la salud, la prevención de la
enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación del paciente en todos
los niveles de complejidad, a fin de garantizar un mayor nivel de bienestar en los
usuarios, sin perjurio de las competencias legales de cada uno de los actores del
Sistema General de Seguridad Social en Salud. (Minsalud, 2022).
Adolescencia: Según la Organización Mundial de la Salud, la adolescencia es el
periodo comprendido entre 10 y 19 años, es una etapa compleja de la vida, marca
la transición de la infancia al estado adulto, con ella se producen cambios físicos,
psicológicos, biológicos, intelectuales y sociales. Se clasifica en primera
adolescencia, precoz o temprana de 10 a 14 años y la segunda o tardía que
comprende entre 15 y 19 años de edad.
En 1992, Sebald precisa que el significado del término de adolescencia es
complicado, las definiciones de este período evolutivo son múltiples y responden a
distintos enfoques disciplinarios. Existen distintas definiciones de esta fase
evolutiva del ser humano: sociológica, psicológica, fisiológica, legislativa,
económica, tradicional, cognitiva, cronológica, etc.
En el informe “The State of the World´s Children 2011” se expresa que resulta
difícil definir a la adolescencia por diversas razones. Primero, porque las
experiencias individuales en este período son diferentes, en relación con las
variaciones físicas, la maduración emocional y cognitiva, entre otras
eventualidades. A la pubertad no es posible considerarla como la línea de
demarcación entre la niñez y la adolescencia pues se suceden cambios a
diferentes edades en hembras y varones, incluso existen diferencias individuales
en el mismo sexo. El segundo factor que complica la definición de adolescencia es
la gran variación en relación con las leyes en distintas naciones relacionadas con
la minoría y la mayoría de edad, incluyendo actividades como: contraer matrimonio
y el comienzo del consumo de bebidas alcohólicas. El tercer factor se refiere a que
no se respeta lo establecido legalmente para los niños, los adolescentes y los
adultos y se permite que los primeros asuman actividades que no les
corresponden.
También existen distintas clasificaciones de la adolescencia, utilizamos la
siguiente: primera adolescencia, precoz o temprana de 10 a 14 años y la segunda
o tardía que comprende entre 15 y 19 años de edad, pero en el libro de la
Organización Panamericana de la Salud “Jóvenes, opciones y cambios”, del año
2008 se utiliza otra clasificación.
En la literatura los datos sobre los adolescentes de 10-14 años son relativamente
escasos y es este un período crucial de la adolescencia. La adolescencia es
esencialmente una época de cambios. La acompañan enormes variaciones físicas
y emocionales, en el proceso de transformación del niño o la niña en adulto, que
es preciso enfrentar. Se adquieren nuevas capacidades, tienen necesidades
objetivas y subjetividades específicas determinadas por su edad. (Holguín, 2014).

Explicación
En Colombia, la Constitución del 1991 no reconoció la salud como un derecho
fundamental, sino como un servicio público cuya garantía es responsabilidad del
Estado, teniendo como elementos la universalidad, la eficiencia y la solidaridad. El
entendimiento como derecho fundamental aconteció cuando la Corte
Constitucional, mediante análisis de numerosos amparos de tutela, consolidó la
salud con el derecho fundamental a la vida a través de la Ley Estatutaria 1751 de
2015, donde se reconoce la salud como un nuevo derecho fundamental,
garantizando la dignidad humana y la igualdad de oportunidades de todos los
colombianos. (Minsalud, 2015).
En lo concerniente a salud fue reglamentado en 1993, mediante la promulgación
de la Ley 100, el Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS). Dicho
sistema establece los modelos generales de financiación, organización y
prestación de servicios de salud. Dentro de los elementos establecidos para el
SGSSS se incorpora el de equidad, el cual busca acceso universal a un plan
unificado de beneficios denominado Plan Obligatorio de Salud (POS). Para la
ejecución del SGSSS se instauraron las Entidades Promotoras de Salud (EPS),
cuya función elemental es la gestión del aseguramiento mediante la afiliación, el
recaudo de las cotizaciones y la alineación de la red de prestación de servicios
con Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) de todos los niveles de atención, a
través de las cuales las EPS deben garantizar el acceso a los servicios contenidos
en el POS. La afiliación al SGSSS se puede hacer por medio del régimen
contributivo y subsidiado. Los afiliados y beneficiarios del SGSSS, al momento de
usar los servicios, están sujetos a cuotas moderadoras y pagos compartidos. Los
primeros, con la finalidad de racionalizar el uso de los servicios del sistema, y los
segundos, para complementar la financiación del POS. No obstante, existen
grupos poblacionales prevalecidos que quedan exentos de dichos pagos, con el fin
de eliminar barreras de acceso para poblaciones vulnerables, en el cual se
destacan las gestantes y los menores de un año de edad. De tal forma que en el
SGSSS para las mujeres embarazadas cobija los servicios de salud de control
prenatal (CPN), atención del parto, control del posparto y la atención de las
alteraciones o afectaciones relacionadas de manera directa con la lactancia, sin el
cobro de pagos compartidos o cuotas moderadoras.
Así mismo, es importante tener en cuenta que la atención prenatal, reduce la
morbilidad y mortalidad materna y perinatal, partos prematuros y el número de
nacidos con bajo peso al nacer, igualmente, admite reconocer componentes de
riesgo, lo que hace posible instaurar acciones anticipadas y tratamientos
oportunos durante el embarazo. Por lo anterior se puede aseverar que la atención
prenatal abarca no sólo la cantidad de visitas sino cuándo fueron ejecutadas
durante el tiempo del embarazo y con qué eficacia. El plan de atención prenatal,
iniciando desde el primer mes de gestación y consultas hospitalarias una vez por
mes hasta el parto, ayuda a conocer dificultades del embarazo como, diabetes
gestacional, infecciones cervicovaginales, infecciones sistémicas (VIH y otras),
preeclampsia, y crear estrategias de prevención acertadas de acuerdo con el
escenario de la gestante en el momento adecuado, lo que representa un menor
costo en la atención posterior, lo que ayuda a mejorar la calidad de la atención y la
calidad de vida de las embarazadas y sus hijos. (Sánchez, Pérez-Toga, Pérez-
Rodríguez, Vázquez, 2005).
Por lo que es de vital importancia que exista una adherencia al CPN, sin embargo,
existen factores que dificultan o entorpecen esta adherencia, dentro de los cuales
podemos mencionar, la edad, el bajo nivel educativo, bajos ingresos, baja
condición socioeconómica, la falta de pareja estable, barreras financieras e incluso
maltrato físico. La asistencia al CPN, por mencionar un ejemplo tiene repartición
desigual y varía de acuerdo al estrato socioeconómico.
Un estudio encontró que las gestantes de clase alta realizan mejor CPN, algunas
incluso con excesiva medicalización. En una posterior evaluación, se evidenció
que mujeres de clase baja asisten a menos de 6 CPN, con inicio tardío, y tienen
menor probabilidad de realizarse exámenes, tomar ácido fólico y planificar el
embarazo mientras que las de clase alta acuden a más de 12 controles y se
realizan más de tres ecografías, en promedio.
Ahora bien, la adherencia de los profesionales de la salud a los protocolos se ve
entorpecida por la gran cantidad de pacientes, los escasos medicamentos,
equipos e insumos, el limitado tiempo para atender cada consulta, la actitud
institucional, la escasa complacencia profesional, la escasa capacitación técnico-
científica, la situación económica de las pacientes y la accesibilidad a los servicios
de salud. A la par, algunas embarazadas están inconformes de la falta de trato
considerado por parte del personal. Éste es, por resultante, un tema fundamental
de investigación necesario si se pretende inspeccionar el CPN. (Caceres, 2009).

Por otra parte, dentro de las recomendaciones de la OMS sobre la atención


prenatal para un desarrollo positivo del embarazo, expresa la importancia de la
buena experiencia que tenga una gestante en la atención médica, ya que esta es
clave y fundamental para transfigurar la atención prenatal y establecer familias y
comunidades prósperas. En 2016, al inicio de la era de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS), la morbilidad y la mortalidad prevenibles conexas con la
gestación siguen siendo inexcusablemente altas. No obstante, se han ejecutado
avances formidables, los países tienen que fortalecer y apresurar esos avances y
agrandar sus agendas para enfocarse no solo en la básica supervivencia de sus
poblaciones, sino también en perfeccionar y desplegar de manera colosal su salud
y potencial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) imagina un mundo en el que todas las
gestantes y recién nacidos del mundo tienen acceso a una atención de calidad
durante el embarazo, el parto y la etapa postnatal. También, la continuidad de
servicios de atención de la salud reproductiva, la atención prenatal simboliza una
entrada para que se ejecuten importantes funciones de atención en la salud, tales
como la prevención de enfermedades, la promoción de la salud, el cribado y el
diagnóstico. Se ha comprobado que, cuando se cumplen en tiempo oportuno
prácticas adecuadas apoyadas en datos ecuánimes, la atención prenatal puede
salvar vidas. De manera reveladora, la atención prenatal también brinda la
posibilidad de relacionarse y comunicarse con las mujeres, las familias y las
comunidades y ofrecerles soporte en una etapa decisiva de la vida de una mujer.
(OMS, 2016).
Estas estrategias de comunicación y apoyo de la atención prenatal son
fundamentales, no solo para salvar vidas, sino para mejorar la calidad de la
misma, acrecentar el uso de los servicios de atención de la salud y agrandar la
calidad de la atención. Por lo que se puede interpretar que, si las mujeres tienen
experiencias positivas en lo concerniente a la atención prenatal y el
alumbramiento, podrían establecerse las bases para una maternidad en
condiciones saludables. Lo que en el largo plazo podría transformar las
comunidades y evidenciar un progreso de la estas.
Bibliografía:
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https://www.salud.gob.ec/wp-content/uploads/2014/05/GPC-CPN-final-mayo-2016-
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Minsalud, 2022. Atención Primaria en Salud. Obtenido de:
https://www.minsalud.gov.co/salud/Paginas/Atencion-primaria-en-
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Holguín, 2014. Adolescencia: definición, vulnerabilidad y oportunidad. Obtenido
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Minsalud, 2015. Con sanción de Ley Estatutaria, la salud se consolida como
derecho fundamental en Colombia. Obtenido de:
https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Con-sancion-de-Ley-Estatutaria,-la-salud-se-
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Sánchez, Pérez-Toga, Pérez-Rodríguez, Vázquez, 2005. Impacto del control
prenatal en la morbilidad y mortalidad neonatal. Obtenido de:
https://www.redalyc.org/pdf/4577/457745544003.pdf
Cáceres, 2009. El control prenatal: una reflexión urgente. Obtenido de:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
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Organización Mundial de la Salud (OMS), 2016. Recomendaciones de la OMS
sobre atención prenatal para una experiencia positiva del embarazo. Obtenido de:
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/250802/WHO-RHR-16.12-
spa.pdf;jsessionid=657C94ECF9B26D659A501E0D2FFF10A6?sequence=1

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