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FORMULAN DENUNCIA SOLICITANDO FORMACION DE CAUSA Y

DESTITUCION CONTRA JUEZ LABORAL DE CONCEPCIÓN DEL

URUGUAY.-

Señores integrantes del Jurado de Enjuiciamiento de la Provincia de Entre

Ríos:

Ángel Amadeo FERNANDEZ, abogado, DNI 28.533.852, de estado civil

casado, Matrícula Nº6350- T. I- Fº 173, con domicilio real en Boulevard Yrigoyen

Nº 1.385 de Concepción del Uruguay, correo electrónico:

angelabogadofernandez@hotmail.com; Matías Exequiel MELGARES, abogado,

DNI.24.527.367, de estado civil soltero, Matrícula Nº 8387- T.I. Fº228, con

domicilio real en calle Almafuerte Nº 372 de Concepción del Uruguay, correo

electrónico: matiasmelgares@gmail.com; y Natalia BORDIN, abogada, DNI.

32.988.795, de estado civil casada, Matrícula Nº 7685- TºI- Fº……, con domicilio

real en calle Sarmiento Nº 216 de Concepción del Uruguay; correo electrónico:

natalia-bordin@hotmail.com, todos ellos presentantes/denunciantes por derecho

propio y con el patrocinio letrado de los Dres. RUBEN A. PAGLIOTTO,

correo electrónico: rubenalbertopagliotto@hotmail.com y GUILLERMO R.

MULET, correo electrónico: grmulet@live.com.ar, constituyendo domicilio “ad

litem” en calle Laprida Nº346, concurriendo cada uno por sus propias causales,

nos presentamos ante ese HJE y, como en derecho mejor proceda,

respetuosamente, DECIMOS:

1
I- OBJETO Y CAUSALES QUE JUSTIFICAN EL PRESENTE

PEDIDO DE ENJUICIAMIENTO DE LOS FUNCIONARIOS

JUDICIALES.

I. A.- EXORDIO: Que venimos a denunciar hechos de extrema

gravedad institucional contra el Dr. Eduardo Elías FLORES,

quien se desempeña como titular del JUZGADO DEL TRABAJO

Nº1 de la ciudad de Concepción del Uruguay y su jurisdicción,

solicitando a todo evento que en estado, se proceda a poner a

despacho el presente, ordenándose la apertura del procedimiento de

enjuiciamiento, correr vista al denunciado y al órgano de acusación

a fines de que cada parte sea escuchada, mandando a producir la

prueba ofrecida, para luego proceder a remover del cargo al

magistrado aludido, de acuerdo a lo dispuesto por la Constitución

Nacional, Constitución de Entre Ríos, la Ley de Enjuiciamiento

Provincial N° 9283 y Ley Orgánica del Poder Judicial de la

Provincia de Entre Ríos Nº 6902, debiéndose inclusive analizar y

resolver si, en atención a la manifiesta gravedad de los hechos que

surgen ab initio de los eventos denunciados y prueba irrefutable

adjuntada, características personales del denunciado y su

demostrada falta de límites, no corresponde la suspensión

preventiva del magistrado Eduardo E. FLORES mientras

dure el trámite de la presenta causa, a tenor de lo dispuesto por

el art. 222º de la Constitución Provincial, que establece que el

2
funcionario acusado podrá ser suspendido en su cargo por el

Jurado durante el curso de la sustanciación de la causa.

El pedido en este sentido, tiende a resguardar que la investigación no sufra

distorsiones y obstáculos de ninguna naturaleza, de mantenerse el funcionario

denunciado en el cargo que ocupa, habida cuenta de que no continúe llevando

adelante conductas contra los denunciantes, muy especialmente contra la Dra..

Natalia BORDÍN, contra quien ha emprendido una cerril, ilegal, ilegítima y hasta

patológica persecución y sistemático plan de denigración y desgaste, a quien no

bastó con sus acosos laborales obligarla a renunciar a su cargo de Secretaria

Letrada interina, sino también- desgastada y desahuciada- a su propio cargo

titularizado de Oficial Principal, sino que en la actualidad, aunque parezca

inverosímil y desopilante, le ha impedido su ingreso al juzgado, lo que no sólo

la mortifica y discrimina de modo alevoso, sino que además le impide el libre

ejercicio de su profesión de letrada del foro, habiendo el denunciado, de modo

artero, falaz y miserable, efectuado una denuncia penal contra la colega

denunciante, aduciendo como que ella lo habría amenazado. –Este último

hecho suma, a no dudarlo, un suceso singular: el propio juez como sujeto activo

del delito de FALSA DENUNCIA, tipificado y reprimido por nuestro C.P. en el

artículo 245º, y a unísono, dando pábulo a que la letrada BORDÍN, inicie conra el

Dr. Eduardo Elías FLORES querella criminal por el delito de calumnias,

tipificada en el art. 109º de la ley penal de fondo.-

I. B.- NECESARIA ACLARACION PRELIMINAR: A su vez, se nos

hace un deber procesal inexcusable, pero también como imperativo ético

insoslayable, señalar “ad ómnium eventa” y previamente a ingresar a los


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concretos planteos motivacionales del pedido de enjuiciamiento y remoción del

magistrado denunciado, aludir a especiales circunstancias relativas a este

concreto pedido de formación de jury, en el que se observará que existen

varios colegas denunciantes, que suscriben el presente a partir de distintas

situaciones o causales, todas las cuales quedan subsumidas genéricamente en la

de mal desempeño, incumplimientos funcionales y/o graves desórdenes de

conducta del magistrado denunciado, no dejando de señalar también que en

algunos supuestos de los aquí denunciados, se encontrarían también tipificadas

conductas delictivas, que en cada caso se individualizarán, al menos, en grado de

aproximación típica, con el objeto de resignificar la aleve situación institucional

que todos estos sucesos generan y que convierten al denunciado en alguien que no

puede permanecer detentando tan importante cargo y función, como daremos

seguidamente cuenta.-

Por una cuestión de celeridad y economía procesal, máxime tratándose

de distintos colegas denunciantes contra un mismo juez de una jurisdicción,

sin perjuicio de ser diferentes y variados los hechos denunciados, entendemos que

a fin de evitar dispersiones innecesarias y una complejización evitable, fue que

decidimos adoptar este temperamento y reunir a denunciantes y los hechos

denunciados en un solo cuerpo o escrito, lo que encuentra plausible sentido y

razonabilidad, al tratarse de un mismo sujeto el destinatario de las denuncias

de cada uno de los firmantes de este memorial.-

I.C.- LAS ACUSACIONES: Concretamente se acusa al Dr. Eduardo E.

FLORES, titular del Juzgado Laboral Nº 1 de Concepción del Uruguay y su

Jurisdicción, por las causales previstas en el art. 15º inc. 6 y 9 de la Ley Nº


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9283, toda vez que acreditaremos que el mismo ha cometido actos que encuadran

en la causal de mal desempeño, algunos en incumplimientos funcionales y otros

implican –derechamente- graves desórdenes de conducta, todos los cuales obstan

–de modo insuperable- que el denunciado puedas seguir detentando el cargo

y cumpliendo las funciones de magistrado, a tenor de la ley de

enjuiciamiento.. 1

II- CUESTIONES ESENCIALES A TENER EN CUENTA EN ESTA

CLASE DE JUICIO POLÍTICO.-

Se ha dicho desde antaño que: “Es necesario para que prospere el

enjuiciamiento que solicitamos en este memorial, fundamentar el pedido en

hechos graves e inequívocos o en presunciones serias que sean idóneas para

formar convicción sobre la falta de rectitud de conducta o de capacidad de los

funcionarios denunciados para el normal desempeño de la función (Doctrina

de la CSJN, Fallos, 266-315, 267-171, 268-203, 272-193, 277-52, 278-360; 283-

35, 301-1242), debiendo tenerse en cuenta que son los hechos objeto de la

1
Analizar de acuerdo a los hechos y prueba, si no puede encuadrarse otros hechos en las siguientes
causales de acusación: “ARTICULO 15º: Causales: Los funcionarios comprendidos en el Artículo
1º de esta Ley, podrán ser imputados ante el Jurado, por las siguientes causas:
1) Delitos dolosos cometidos sean o no en el ejercicio de sus funciones, por los cuales se hubiera
dictado auto de procesamiento. -
2) Falta de idoneidad para el cargo o ignorancia inexcusable del derecho o de la legislación vigente
revelada por su errónea aplicación en sentencia, autos o decretos.
3) Morosidad reiterada en el ejercicio de sus funciones.
4) Falta de vigilancia del movimiento general y organización de las Secretarías o dependencias que
se traduzcan en demoras injustificadas y desorden en la tramitación de los juicios y las causas.
5) Inobservancia reiterada de las disposiciones y reglamentos dictados por autoridad competente.
6) Conducta pública o privada incompatible con las funciones a su cargo.
7) Inhabilidad legal.
8) Inhabilidad física o psíquica de carácter permanente.
9) Mal desempeño de sus funciones. (Texto conforme. Ley Nº 9513 B.O. 8/9/03)
5
acusación los que determinan la materia sometida al juzgador” (CSJN, doctrina

de la causa "Nicosia", Fallos, 316-2940).-

Es lógico que así sea Señores integrantes del Jurado de Enjuiciamiento,

porque la inamovilidad de los magistrados y funcionarios judiciales únicamente

cede ante la configuración de alguna de las causales previstas en la Constitución

Nacional, y cede ante el mal desempeño pues, el sistema republicano, impone el

resguardo de los intereses públicos y privados confiados a aquéllos.

Así, se ha dicho y sostenido que: “No cualquier causa da lugar a la

destitución, debe tratarse de hechos de extrema gravedad que vayan en

desmedro de su conducta o de su idoneidad en el cargo y que configuren mala

conducta, o sea que se acredite que el funcionario sometido a jury haya

incurrido en una grave falta demostrativa de carencia de principios y de sentido

moral, o la ausencia de esa integridad de espíritu, imprescindible para que un

funcionario pueda merecer la confianza pública” (Significado dado en 1947 en

el juicio político al Dr. Roberto Repetto integrante de la CSJN, Diario de Sesiones

del Honorable Senado Constituido en Tribunal, 24 y 30 de abril de 1947).-

Debe tenerse en cuenta, además, que “el enjuiciamiento de magistrados

fundamentalmente se trata de un juicio de responsabilidad política, sujeto a las

reglas del debido proceso” (CSJN, caso Nicosia, Fallos 316:2940). Se parte de

que el juicio político no tiene carácter judicial, ni es realizado por un tribunal

de justicia, sino que examina hechos desde la perspectiva de la responsabilidad

funcional del Magistrado. En este caso puntual, como se verá infra, se expondrán

una variada cantidad de comportamientos o conductas del Juez Eduardo

FLORES, llevadas adelante durante el ejercicio de su función, demostrativas


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todas ellas y unas más que otras, de graves desórdenes de conducta, o

inexcusables comportamientos incompatibles absolutamente con la altísima

función judicial o derechamente violatorios de claras normas a las cuales

deben sujetar su actuación los magistrados de una república, precedidas del

decoro, la prudencia, el recato, la ejemplaridad y, sobre todo, de un piso mínimo

ético infranqueable, so color de incurrir en cualquiera de las causales que dan

pábulo a la remoción de un magistrado de su cargo y función. Y en este caso,

como veremos de seguido, el denunciado, por un lado, ha echado manos para

construir sus actos sentenciales a figuras delictuales para denostar de modo

extremo, falaz y maliciosamente, la labor de algunos de los letrados de las partes e

incluso para darle un sentido determinado al acto sentencial, siendo del caso que

si esas conductas delictivas realmente hubiesen existido, el magistrado, más

que nadie, debió por imperio constitucional haber de inmediato corrida la

vista pertinente al MPF a fin de que este organismo titular de la acción penal

pública, actuara en consecuencia, a fin de no dejar impune la posible

comisión de un hecho delictivo, cometido en el contexto de un proceso

judicial y ante la presencia de un magistrado como uno de los destinatarios

del mismo. O, como hizo en otra oportunidad, haberse negado a correr vista

fiscal frente el expreso y reiterado pedido de los Dres. Fernández y Melgares

ante la posible comisión de un hecho delictivo denunciado clara y

expresamente por los letrados aludidos, lo que podría considerarse, prima facie,

un acto de encubrimiento y de mal desempeño, máxime cuando quien recibe de

forma directa la “notitia criminis” es el propio juez como director de un proceso,

con la consecuente carga constitucional de serle obligatoria la vista ante el


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organismo acusador.-Como también y sobre todo, ante sucesos protagonizados

por el juez denunciado, enmarcados en írritos y deleznables actos de abuso y

desviación de poder, acoso laboral y violencia de género, alguno de los cuales

podría haberse motivado –se colige a fortiori- en aras de beneficiar a terceros o al

propio juez, con estímulos que son absolutamente extraños y ajenos a su

función, la que se encuentra suficientemente remunerada por disposición de

normas y reglamentos especiales y como contraprestación al débito laboral del

magistrado.-

La verdad sea dicha sin ambages por la inusitada gravedad institucional

que suscita, creemos que es la primera vez en la larga historia judicial

entrerriana, que un juez castiga a letrados litigantes del foro y a propios

empleados de su juzgado, cuando sus caprichos e intereses absolutamente

personales (no funcionales ni ligados a sus específicas tareas) no encuentran

eco favorable o, derechamente cuando se inclina a tomar partido de modo

extra legal por los postulados de algunas de las partes, colisionando su

comportamiento con el inexcusable deber de objetividad e imparcialidad al que

está inexcusablemente obligado por manda legal y constitucional.-. Todo ello ha

generado un clima de tensión extrema, caracterizado por el miedo de muchos y

muchas personas a perder el empleo o colegas que temen represalias del juez

denunciado, que luego incidirán negativamente en los intereses de sus clientes.- Y

es así que a esta altura de los hechos muchos y muchas de ellas han callado por

esos concretos temores antes referidos, en una situación delicada y desigual frente

al poder –concreto y simbólico- que detenta un magistrado.-

8
A propósito, vale la pena traer a colación una opinión calificada como la

del maestro Linares Quintana, quien sostiene: “El enjuiciamiento de

funcionarios judiciales, tiene naturaleza política, empleada esta palabra en su

más elevado sentido, o sea, dirigida al esfuerzo constante de los ciudadanos

para que sean realizados los fines declarados valiosos por la Constitución” (cfr.

Linares Quintana, Segundo, Tratado de la ciencia del derecho constitucional, cit.,

T. 9, núm. 7918). A mayor abundamiento, es preciso recordar que: “Cuando el

Jurado de Enjuiciamiento resuelve separar de su cargo a un magistrado por

encontrar comprendida su conducta en causales que lo tornan indigno de

continuar con su elevada función de administrar justicia, dicha resolución no

es de naturaleza sancionatoria, sino destitutoria, desde que no es un proceso

penal. De la naturaleza no penal del juicio político o Jury de Enjuiciamiento se

deriva la no exigibilidad de la tipicidad de la conducta” (cfr. ED, 138-605,

Armagnague, Juan Fernando, Juicio político y Jurado de Enjuiciamiento en la

nueva Constitución nacional, cit., p. 297).-

Respecto de la responsable y transparente actuación de un magistrado a la

que está obligado, la jurisprudencia ha establecido que: "En el enjuiciamiento de

magistrados, no puede invocarse el favor de la duda; antes bien, la duda se

vuelve contra el imputado pues si bien es grave separar a un juez, no lo es

menos reintegrarlo a su ejercicio sin aventar totalmente las sombras que sobre

su conducta pudieren recaer" (Trib. Enj. de Mag. Nac., 22/4/1968, in re:

"Gartland, Humberto R. H. y otro", LL, 131-794).

Se refuerza esta tesis con la valiosa e inestimable opinión doctrinaria de

Armagnague, cuando sostiene que: “El denominado beneficio de la duda del


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derecho procesal penal, que se otorga al imputado en la sentencia definitiva,

rige a la inversa en el juicio político. Es suficiente la mínima duda sobre la

corrección de un funcionario para que el juicio proceda, pues ni en el Poder

Ejecutivo, ni en el Judicial, tiene que haber un funcionario o magistrado

sospechado”.- (Armagnague, ob. cit., págs. 150/151). Abundando en este aspecto

medular y dirimente, se impone reiterar lo sostenido en la causa “Brusa”, donde

se estableció que: “puesto en funcionamiento el Jurado, es decir, obligado a

analizar y decidir sobre el comportamiento del magistrado, sus especiales

características más políticas que jurídicas, produce decisiones tomadas sobre la

base de la prueba reunida y cuya apreciación estará limitada por la sinceridad

de las íntimas convicciones, sobre la verdad de los hechos ventilados, siempre

respetando las garantías constitucionales” (Confr. Jurado de Enjuiciamiento de

Magistrados Nacionales, 30/3/2000, Causa 2/1999: "Brusa, Víctor Hermes").-

III- LOS HECHOS DE EXTREMA GRAVEDAD EN LOS QUE HA

PARTICIPADO EL MAGISTRADO DENUNCIADO, DETALLADOS POR

SEPARADO Y QUE ENCUADRAN EN LAS CAUSALES DE

DESTITUCIÓN.-

. 1) Hechos graves imputados al Juez Laboral, Dr. Eduardo FLORES y

causales de remoción en que quedaría encuadrado:

Por una cuestión de orden expositivo, expondremos en primer lugar los

hechos que denuncian los Dres. Melgares y Fernández para finalmente hacerlo

con los de la Dra. Bordín.-


10
A.- Hechos denunciados por los abogados Matías Melgares y Amadeo

Fernández.-

En el supuesto de los suscriptos, nuestra denuncia estriba, como hecho o

conductas desplegadas por el Juez Flores, en haber incumplido funciones a su

cargo (i.e., positivos deberes), mal desempeño y graves desórdenes de

conducta, todo lo cual se produjo en dos (2) pleitos laborales en el que

participamos por una de las partes y en la que muy claramente el juez Eduardo E.

FLORES, se comportó no sólo con mafiesta e inexcusable arbitrariedad rayana en

desviación y abuso de poder, sino en una senda claramente prevaricante, toda

vez que su comportamiento desnudó una especie de infidelidad que atenta no sólo

contra los intereses partiales que representamos sino contra la propia

administración de justicia.- Siendo patrocinantes, en un caso, nos acusó gratuita,

falaz y descortésmente de haber intentado acometer FRAUDE PROCESAL, con

toda la carga criminosa y de desdoro jurisdiccional que ello implica. Lo que

sostenemos y motejamos específicamente de incumplimiento funcional y mal

desempeño del Juez Flores es, si como él mismo sostiene, de que nuestras

conductas configuraron una tentativa de estafa o fraude procesal, no se entiende

entonces por qué no cumplió con su inexcusable obligación constitucional de

poner la notitia criminis en conocimiento del MPF, corriéndole traslado de los

testimonios respectivos a fin de que, de considerarlo así el o la Agente Fiscal en

turno, inicien la IPP, en los términos del art. 212º del CPP.-Con lo cual, la actitud

del Juez Flores sólo tuvo en miras de acusarnos gratuita e injustamente de un

delito, máxime siendo patrocinantes del actor, sólo para sentenciar a favor de la

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parte contraria, lo que queda luego apodícticamente demostrado en las sucesivas

sentencias de Cámara y de la Sala Laboral del STJER. Veamos.

Transcribiremos textualmente pasajes de dicha sentencia recaída en los autos

caratulados: "CASARETTO JORGE MILTON C/ EFFE UFFICI S.R.L. S/

COBRO DE PESOS"- Expte. 16421 - del Juzgado del Trabajo Nº 1.- En ella

el Juez se refirió a nosotros de la siguiente manera:

"Es claro aquí que la parte actora intentó engañar a la judicatura procurando

instalar en el debate que el actor no se encontraba presente en el lugar del

trabajo los días 6 y 7 de febrero, para lo cual utilizó el trámite de la atención

médica de su dolencia para sostener que había suspendido tareas desde mucho

antes, negando luego (en la contestación del traslado del art. 66 CPL) la autoría

de las firmas insertas en las planillas de ingreso y egreso que demostraban

como cierto ese hecho. Tampoco puedo dejar de señalar que la deliberadamente

confusa redacción del promocional tuvo ese mismo propósito, en clara

infracción a los deberes de buena fe, lealtad y probidad con que deben

conducirse las partes en el proceso.

Por lo tanto, tengo para mí que tales inconductas estuvieron

dirigidas a ocultar o disimilar el hecho constitutivo de la injuria imputada por

el empleador, cuya real existencia tengo también por acreditada en mérito a

esos descalificables comportamientos que tornan plenamente verosímil la

versión de la patronal.

Abordando ahora la valoración de la gravedad del comportamiento

obrero, en cuanto constitutivo de injuria impeditiva de la continuidad del

vínculo, no puedo compartir las consideraciones actorales en cuanto califican


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como desproporcionado el despido por ausencia de antecedentes disciplinarios

(en sus alegatos minimiza la situación como "solo un intercambio de

improperios menores" sin agresión física) toda vez que la conducta del

trabajador, desmesurada e inexplicable, conduce en forma inexorable a la

ruptura pues no podría ser consentida ni tolerada en ninguna medida sin

quebrantar irremediablemente el ámbito de mutuo respeto que debe imperar en

las relaciones laborales, y que si bien comprende a todos por igual constituye,

respecto del patrono, un aspecto íntimamente vinculado a la relación jerárquica

que caracteriza este especial vínculo de trabajo (subordinado).

Tal comportamiento agresivo del trabajador para con el socio

patronal, puesto de relieve en las imágenes que reproduce la videograbación y

en las palabras y actitud hostil que da cuenta el testimonio de PASCAL,

configura un grave incumplimiento del deber genérico de asumir

comportamientos consecuentes al contrato de trabajo y acordes a él, así como

también del deber de ajustar su conducta a lo que es propio de un buen

trabajador (arts. 62 y 63 LCT).

La gravedad del comportamiento reprochado se deriva también de

que, "...el contrato de trabajo, por ser de tracto sucesivo e implicar en la

realidad un trato personal entre quienes cumplen su actividad laboral en la

empresa (...) exige que esas relaciones se desarrollen dentro de pautas mínimas

de ética, mutua tolerancia, equidad y buena fe, para asegurar la convivencia y

posibilitar el desarrollo de los integrantes del grupo, tanto en sus calidades

personales como profesionales"; (STJ, Sala del Trabajo, 12/11/19, "LOPEZ


13
ECHENIQUE, LUCAS c/IMPERIAL CORD S.A. - RECURSO DE

INAPLICABILIDAD DE LEY" Nº 5636).

Lógicamente, todo lo analizado conduce asimismo a descartar la

insólita defensa obrera relativa a que, el motivo desencadenante del violento

episodio, fuera la imposición patronal de prestar servicios el trabajador pese a

encontrarse en situación de ILT. No sólo que ninguna prueba aportó la actora

de esa supuesta imposición repetidamente denunciada en los escritos

introductorios de la litis (lo que por sí sólo descarta la defensa), sino que

además la historia clínica presentada digitalmente por la ART desmiente esa

falaz alegación toda vez que al día 06 de febrero la aseguradora ni siquiera

tenía diagnóstico de la patología.

Lo mismo respecto a los innumerables descalificativos que la actora dirigió a su

contraria en su respuesta al despido calificando como "afiebrada" y

"fantasiosa" la versión patronal, endilgándole la "invención descarada" de

hechos para justificar la ruptura (todo ello reproducido en la demanda), luego

al contestar el traslado del art. 66 atribuyó a la demandada "concatenar

mentira tras mentira" aduciendo que en la grabación el socio Facchín se

dirigía "artísticamente" a la cámara, y para culminar, en los alegatos

(admitiendo implícitamente la veracidad de la grabación) dijo que la

demandada se limitó a agregar un vídeo sin audio "en donde fuimos filmado...

discutiendo, gesticulando" y en el caso del gerente de la demandada, "actuando

circensemente". En la misma pieza de alegatos califica a Pascal como el

"contador-testigo estrella".
14
Todo ese exceso verborrágico no es más que un burdo intento

efectista de influir en el ánimo del intérprete, lo que luce aún más grave desde

el momento que las circunstancias que niega y descalifica, resultaron

debidamente demostradas en la causa, con lo cual, quien atribuyó a su

contrario la utilización de "mentira tras mentira" es, precisamente, la misma

parte que quedó en evidencia faltando a la verdad en sus manifestaciones.

Con las constancias referidas precedentemente, se agota a mi criterio el

material probatorio relevante para la dilucidación de este punto litigioso habida

cuenta que las demás aportadas no son conducentes al esclarecimiento de

aquella cuestión en disputa (cfr., Sala Laboral del STJ, in re "Vacari c.

Cotapa", 07/03/90). "

Dicha sentencia es apelada ante la Excma. Sala del Trabajo de Concepción del

Uruguay. La misma revoca la sentencia y dice en la parte pertinente

CASARETTO JORGE MILTON C/ EFFE UFFICI S.R.L. S/ COBRO DE

PESOS" Expte. Nº 7277 - Fº 19 - L. III - Año: 2021 - CONCEPCIÓN DEL

URUGUAY:

"En cuanto a la vista que la parte actora interesa correr al Fiscal, la misma

deviene improcedente. Por lo dicho, al considerar que le asiste razón cuando

sostiene que el despido no estuvo fundado en justa causa, corresponde también

concluir, que no existió la conducta que el Juez les atribuye. Queda claro

entonces, que el suscripto tampoco comparte los argumentos dados por el

Magistrado para responsabilizar a los letrados que asisten al actor; por ello

también propongo dejar sin efecto la condena solidaria que les viene impuesta

sobre las costas del juicio. En otras palabras y más allá de considerar confusos
15
los argumentos dados en la demanda y su corrección, como así también

injustificado el desconocimiento de las firmas peritadas, considero que no se ha

configurado la conducta que se les endilga.-

También resulta improcedente dar "vista" al Jurado de

Enjuiciamiento. Es que lo solicitado no contiene la forma ni los requisitos que

exigen los arts. 22, 23 y conc. de la ley 9283.-"

Como se advierte señores del HJE, cuando en la alzada se rechaza la vista

fiscal que solicitamos, fue por el hecho de que ese tribunal entendió que no

existió la conducta endilgada por el Juez Flores a los suscriptos, quien

describe para defenestrarnos la típica conducta exigida para la estafa procesal que

tiene cono nota de originalidad dogmática, la existencia de dos (2) potenciales

víctimas: el juez engañado e inducido a error y la contraparte que sufre por ese

error del juez un menoscabo económico.- Sólo por ese motivo es que no se hace

lugar en la alzada al pedido de vista al fiscal por posible conducta delictiva, más

no porque no haya existido de parte del juez una descripción fáctica que colocaba

derechamente nuestro comportamiento como litigantes incurso en el delito de

estafa o fraude procesal Por ello era su deber, ante tamaña acusación, si ello era

como el magistrado lo sostenía, correr vista al agente fiscal en turno para que

evaluara la existencia de una supuesta conducta típica y actuara en consecuencia.-

Así las cosas, la parte contraria apela por RIL al SUPERIOR TRIBUNAL, Y EL

MISMO en autos "CASARETTO, JORGE MILTON c/EFFE UFFICI SRL -

Cobro de Pesos -RECURSO DE INAPLICABILIDAD DE LEY". Expte. Nº

6174, en la parte pertinente dice:

16
"IX.- No obstante todo lo apuntado y acerca del agravio de la accionada sobre

el proceder de su contraria, me remito al inicio de estas actuaciones con el

escrito promocional. En su demanda, el señor Casaretto describe una serie de

circunstancias fácticas, relacionadas con su salud y estado de ILT que lo

habrían colocado en imposibilidad de cumplir con su débito laboral. Todo ello,

como elementos injuriantes cometidos por la patronal y por los cuales, según

pretende, incidan en su favor al momento de resolver la contienda. Sin embargo

y según el fallo de la primera instancia, todas esas cuestiones no se acreditaron

o se revelan inexactas. En este punto, ello fue ratificado por el resolutorio de la

Cámara; debiendo agregarse, como una muestra de mala la fe del actor -así lo

califica el fallo del Juez a quo-, el negar la autenticidad de firma en registro de

control horario de ingresos y egresos que generó un innecesario dispendio

probatorio (pericial caligráfica). Aunque, es necesario señalar que poner de

resalto la inconducta procesal de la actora no invalida el eje de la cuestión

sobre el cual debemos pronunciarnos; esto es: si el despido unilateralmente

dispuesto por la empleadora estuvo justificado y, en su caso, si las causas

invocadas para así decidirlo se encuentran suficientemente acreditadas."-

Entonces, las causales concretas de mal desempeño del juez y a la par de

incumplimiento funcional, allí serian la de calumniarnos (endilgándonos en la

descripción fáctica que es lo que cuenta, tentativa de estafa procesal). Y a su

vez, si él mismo afirma que intentamos cometer una estafa procesal, por qué

razón o motivo no corre vista al fiscal, con lo cual su conducta como magistrado

encuadraría a la par en la figura típica del incumplimiento de los deberes de

funcionario público, siendo de destacar que nuestra actuación fue SIEMPRE


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COMO PATROCINANTES., lo cual agrava su desvalor de acción porque como

juez técnico y supuestamente conocedor del derecho de fondo y procesal, NO

PODIA DESCONOCER las acotadas y distintas responsabilidades del

patrocinante con la de un apoderado.-

Al respecto, las Reglas de Bangalore, disponen sobre el particular que:

“Un juez debe adoptar medidas apropiadas cuando tome conocimiento de

pruebas fiables que indiquen la posibilidad de una conducta no profesional de

parte de otro juez o de un abogado. Las medidas apropiadas pueden incluir una

comunicación directa con el juez o abogado que supuestamente haya cometido la

infracción, otras medidas directas que sean aplicables y la presentación de un

informe sobre la infracción a las autoridades correspondientes”. Precisamente,

LO QUE MALINTENCIONADAMENTE NO HIZO el juez Flores y que

debió hacer al advertir que los suscriptos habríamos intentado una estafa procesal,

fue poner en conocimiento del o la Agente Fiscal en turno de la jurisdicción,

la posible comisión de un injusto penal de acción pública, de tal suerte de que

el titular de la acción penal, analizada la cuestión, actúe en consecuencia.-

Ello no fue observado por el juez Flores. Insistimos, porque usó falaz y

temerariamente esa situación para inclinar la balanza en favor de la contraparte y a

la par, hacernos cargar con las costas del proceso, cobrándose contra nosotros

antiguos desencuentros con el magistrado, a quien alguna vez uno de nosotros no

satisfizo una aspiración u objetivo de índole material, que aclaramos desde ya que

no estamos refiriéndonos a un posible cohecho, sino a una pretensión de Flores

que no era obligatoria en absoluto para nadie.-

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CAUSAL 2:

Autos: "SANCHEZ ROBERTO MARCELO C/ GOMEZ JOSE OMAR S/

COBRO DE PESOS"- Expte. 16661.-

PARTICULARIDAD DEL CASO: le solicitamos CORRA VISTAL AL

FISCAL porque la testimonial y el documento emitido por el testigo determinó y

configuró un evidente supuesto o caso de FALSO TESTIMONIO y/o

ADULTERACION DE INSTRUMENTO PRIVADO, ante lo cual y a pesar de

nuestro fundado y expreso pedido, el Juez FLORES, de modo desopilante e

increíble, reincide en violar positivos deberes a su cargo, al estar frente a la

posible comisión de uno o varios ilícitos y negarse a correr vista al MPF.- y

RESUELVE:

"Concepción del Uruguay, 15 de marzo de 2022. Téngase por presentado en

tiempo y forma alegato por la parte demandada, con el escrito de fecha

12/3/2022. Hágase reserva digital del mismo. Respecto al traslado al Ministerio

Público Fiscal interesado, no ha lugar, haciendo saber a la parte que deberá

concurrir por la vía pertinente, quedando las constancias de los presentes autos

a disposición para el caso de resultar necesarias. Proveyendo la presentación de

fecha 14/3/2022, téngase por ratificada en legal tiempo y forma la gestión

efectuada por el Dr. Matías Melgares en fecha 10/3/2022, en la celebración de

la Audiencia de Vista de Causa. lg EDUARDO ELIAS FLORES Juez del

Trabajo Nº 1"

ES DE DESTACAR: que la autorización que reconoce el testigo como por él

mismo emitida, se contrapone con lo normativamente dispuesto, toda vez que

claramente el DNU establece que la misma autorización solamente puede ser


19
emitida por empleadores.- Es por ello que no se entiende el motivo por el cual el

juez Flores emite sentencia contraria al cliente de los suscriptos.-

Aclaramos, ad onmium eventa y por si acaso alguien pensara lo contrario,

que en modo alguno y bajo ninguna circunstancia, se pretende formación de jury

contra un juez por resultar su sentencia contraria a nuestras expectativas, puesto

que ello sería, además de un dislate procesal, per se un error en el cabal

entendimiento de la finalidad que persigue un procedimiento como el instado, que

tampoco juzga delitos, sino causales que obstan la prosecución de un magistrado

como tal en su cargo. Insistimos con necesaria y loable persistencia, no

promovemos este Jury contra el Juez Eduardo Flores por haber facturado un fallo

adverso a nuestras postulaciones partiales, pues para ello contamos –como lo

hicimos hasta el RIL- con herramientas procesales de alzamientos recursivos, ni

mucho menos como represalia personal por encono (porque actuaríamos igual que

él), sino que a través de sendos fallos que hemos traído a colación y que dejamos

desde ya ofrecidos como sostén probatorio, claramente campea de modo

constante una actitud indecorosa y hasta abusiva de parte del magistrado,

que difícilmente puede disimular el encono que desde hace tiempo guarda contra

estos letrados y por motivos absolutamente ajenos a la faena propia de nuestro

ejercicio profesional en el ámbito del fuero laboral, además de inclinar su pluma

siempre en contra de nuestros postulados partiales, inventando descaradamente

situaciones que no existieron o, derechamente, endilgándonos conductas delictivas

como las del fraude o estafa procesal que enuncia sin ambages o “ignorando”

normas vigentes (caso de lo que ordena el DNU respecto a la emisión de

certificados o autorizaciones) o, si se quiere, bordeando conductas prevaricantes,


20
todo lo cual encierra causales de falta de decoro, incumplimiento funcional o mal

desempeño, lo cual levanta un valladar ante el derrotero judicial del Dr. Flores,

impidiendo que este pueda continuar revistiendo el status de magistrado.-

Es decir respetados Sres. Jurados, que en un caso el Magistrado Flores, ante

un delito extremadamente grave como lo es una estafa procesal, no corrió

vista al Fiscal como era su inexcusable e indelegable obligación funcional.-Y

en otro caso, también existiendo posibles hechos delictivos cometidos en el

contexto de un pleito judicial, a pesar de nuestro expreso pedido, se negó a

poner tales hechos en conocimiento del MPF.-

A propósito, citaremos aquí parte de un comentario efectuado a las Reglas

de Bangalore y que dice: “Tanto en el tribunal como en las salas, un juez debe

actuar siempre con cortesía y respetar la dignidad de todas las personas que

actúan en ese ámbito. Un juez también debe exigir similar cortesía de parte de

quienes acuden ante el tribunal y de parte del personal del tribunal y otras

personas sujetas a la dirección o autoridad del juez. Un juez debe estar por

encima de las animosidades personales y no debe tener favoritismos respecto de

los abogados que acuden ante el tribunal. Reprimendas injustificadas a los

abogados, observaciones ofensivas acerca de los litigantes o testigos, bromas

crueles, sarcasmo y un comportamiento intemperante del juez socavan el orden y

el decoro del tribunal. Cuando un juez interviene debe cuidarse de que la

imparcialidad y la percepción de imparcialidad no se vean afectadas

negativamente por la manera de la intervención”.

En el primer caso, Flores utiliza de modo subalterno e infamante, pero también

mendaz y temerariamente la “existencia de un supuesto intento de estafa procesal”


21
de nuestra parte, con la única, aviesa y subalterna intención de construir motivos

aparentes sobre los cuales apontocar un fallo adverso a nuestro parte, con más la

carga adicional de hacernos pagar las costas causídicas. Y en el segundo caso,

Flores de modo ostensible e impúdico, habría encubierto la comisión de posibles

delitos de acción pública como son el falso testimonio y la falsificación de

instrumento privado, también con la insana intención de perjudicar los intereses

de nuestro representado, al haber hecho caso omiso de correr vista al MPF, tal fue

nuestro expreso pedido ante la posible comisión de conductas criminosas con

encuadramiento en el catálogo represivo.-

B.-Hechos denunciados por la abogada Natalia Bordin.-

Soy María Natalia Bordin, abogada radicada en Concepción del Uruguay

y este pedido de Jury de Enjuiciamiento tiene el propósito de denunciar una serie

de episodios sistemáticos de grave violencia laboral y personal, caracterizados

por un ostensible e inexcusable abuso y desviación de poder, ejercidos por el

Dr. Eduardo Flores, titular del Juzgado laboral Nº 1 de Concepción del Uruguay y

su jurisdicción hacia mi persona y mi familia. Quisiera relatar algunos eventos,

acaso los más importantes, aunque no los únicos, que ilustran acabadamente de

qué manera mi vínculo con el Dr. Flores ha mutado a lo largo de los años: si bien

supimos construir una relación laboral y personal signada por la camaradería

profesional durante nuestros primeros años de trabajo conjunto, con el correr del

tiempo, y de manera totalmente impune, insidiosa y arbitraria, por razones que

nunca explicitó pero que a esta altura barrunto sin temor a equivocarme, el Dr.

Flores ha mutado en la forma de relacionarse hacia mi persona, ejerciendo una

serie de acciones orientadas no solamente a atentar contra mi desarrollo y


22
ejercicio profesional, sino además a quebrarme psicológica y emocionalmente.

Insatisfecho con esto, el Dr. Flores ha perpetuado sus prácticas de hostigamiento

hacia la suscripta y mi familia, llegando inclusive a armar en mi contra causas

falsas que, dado el poder y la impunidad que le confieren su cargo, le ha

permitido desestabilizarme a mí y a los míos de manera perversa, provocándome y

provocándonos efectos devastadores. Radico esta denuncia para frenar de una

buena vez y para siempre y erradicar su dinámica de abuso y maltrato, de la

cual NO soy la única víctima. Seguramente, en un tiempo más, habrá otras

denuncias contra el mismo magistrado por idénticas causales que sufrí y, aun

renunciada del cargo y de toda tarea tribunalicia continúo sufriendo de modo

desgarrador e inhumano.-

Me recibí de abogada en el año 2010, y ya para entonces estaba

plenamente inserta en el ambiente profesional, merced a unas prácticas en el

Juzgado de Familia, además de trabajar en un Estudio Jurídico. Tras cinco (5)

años de desempeño laboral en el poder Judicial y ascensos concursados, accedí en

el año 2017, esfuerzo mediante, al cargo de Oficial Principal en el Juzgado del

Trabajo Nº 1 de Concepción del Uruguay. En Abril del año 2020, y en virtud de la

vacante generada por la renuncia del entonces secretario suplente Dr. Jorge Yuri,

el Dr. Eduardo E. Flores me ofrece la suplencia en el cargo de Secretaria, lo que

acepto con mucho ánimo y ansias debido a la oportunidad que me significaba en

el orden de mi desarrollo profesional.

Al ejercer mis funciones con dedicación exclusiva comencé a entablar con

el Dr. Flores una relación de amistad que unió a nuestras familias: él forjó un

vínculo cercano con mi marido José Luis Rebacco (apodado Ruso) y amigos
23
suyos, con quienes compartían la pesca y otros pasatiempos. En aquellos tiempos

supimos compartir días de playa, almuerzos y cenas en familia, entre otros

ámbitos de sociabilización, procurando, inclusive, asistirlos al Juez Flores y su

familia en lo que precisen: se habían mudado hacía pocos años a Concepción del

Uruguay, y fue entonces nuestra intención colaborar con ellos en lo que fuera

necesario.

El diálogo con el Dr. Flores era continuo y cotidiano, nos cursábamos

mensajes en forma diaria, incluso en vacaciones, feriados y fines de semana.

Estábamos entonces siempre dispuestos a atender las inquietudes profesionales

que pudieran surgirle al otro, y trabajábamos conjuntamente la totalidad de los

casos que eran remitidos al Juzgado, sobre los cuales versaban nuestros debates y

reflexiones.

En el ámbito profesional, el trabajo que realizábamos de manera conjunta

me resultaba, al menos entonces, plenamente satisfactorio. El desempeño con el

equipo —que además de mí y el Dr. Flores incluía a Brenda Granton, Mauricio

Caffa, Luciana Nomellini, Stella Maris Rougier, Lara Goycoechea, Fernanda

Gallay y Lucas Velázquez— se desarrollaba en un clima óptimo de respeto y

compañerismo. Existía una sinergia laboral que nos permitía compartir

respetuosamente debates y análisis sobre resoluciones judiciales, lo que redundaba

en un aporte valiosísimo a nuestro desarrollo profesional, pero también aportaba a

la eficiencia del juzgado y, sobre todo, a que los justiciables encuentren las

mejores y más rápidas respuestas. Tan valioso y rico eran nuestros debates que

decidí postergar la traslación física al despacho de la secretaría en el 2020 para no

perder la cercanía física con el equipo, que tan oportuna resultaba para invitar a
24
las reflexiones y las puestas en común. Cuando eventualmente efectué mi

mudanza de despacho, no fue sin acordar previamente con el Dr. Flores que mi

participación plena en el equipo no iba a ser perjudicada por la mudanza.

Nuestro trabajo común era entonces prolífico y valioso. Emprendimos

durante el 2020, junto al Dr. Flores, el dictado de una serie de capacitaciones

profesionales: las “Audiencias en el proceso Oral” para la escuela judicial del

Estado de México (3/8/2020) y las “Jornadas de Derecho Laboral” para el Colegio

de Abogados de Entre Ríos (27/11/2020 y 3/12/2020). También publicamos en

conjunto dos artículos jurídicos, “Realización eficaz de audiencias por

videoconferencia en sede laboral. Acreditación de identidad” (Revista Dinámica

Jurídica. 30/4/2020) y “Beneficio de Litigar sin Gastos en el Proceso Laboral”

(Revista Dinámica Jurídica. 23/4/2021). Este clima productivo reforzaba mi

entusiasmo laboral y multiplicaba mis intereses respecto a mi carrera profesional.

Al coincidir el comienzo de mi suplencia al cargo de la Secretaría con el

inicio de la pandemia, me dediqué a coordinar la implementación de la

digitalización y el nuevo sistema con el que comenzó a administrarse el servicio

de justicia. Tenía depositada en mí toda la confianza del Dr. Flores por lo que bajo

su orden todos los proveídos eran enviados hacia mi computadora y debía

consignarlos yo en procesal. Solamente debía consultar con él aquellos casos que

requerían análisis complejos. Las resoluciones homologatorias primero eran

consultadas con el Dr. Flores, y una vez que obtenía su aprobación, las elaboraba

y ponía en procesal. Las sentencias me las enviaba de su sistema de lex doctor, yo

controlaba márgenes, algunas cuestiones de edición y elaboraba las liquidaciones,

si correspondían.
25
Todo se desarrollaba en un buen clima de trabajo.

Con el correr del tiempo y en virtud de su accionar en audiencias y frente a

circunstancias laborales, fui conociendo más en profundidad su carácter irritable,

su personalidad hostil y autoritaria, acompañada, muchas veces, de violencia

verbal, cuando no gestual. Si bien entonces no se comportaba así conmigo, sí lo ví

destratar a otros profesionales cuando no se comportaban de acuerdo a sus

expectativas en el desarrollo de las audiencias o, con todo el derecho del

mundo, observaban sus decisiones. Hasta entonces, no se había presentado

ninguna oportunidad que pudiera representar algún tipo de conflicto conmigo.

Esto fue así hasta que en el mes de Junio del año 2021, el Dr. Flores

comenzó a mencionarme la idea de elaborar un proyecto de Reglamento de

Empresas. En dicho contexto me envía el día 21/6/2021, un audio de whatsapp a

las 19:00 hs (“Quería preguntarte si el ruso había charlado con vos a ver si te

había comentado acerca de lo que vinimos hablando de viaje [viaje que realizó

con mi esposo] de prepararles un reglamento de empresas, un esquema tipo

borrador, modelo, estructura como le querramos llamar de un reglamento de

empresa, y bueno si te lo había comentado quería charlar algo con vos al

respecto para ver si te interesa”). A lo que yo contesto “me dijo que me ibas a

decir de hacer algo pero no le entendí sobre qué era”. Insistió esporádicamente

en forma personal sobre dicho “proyecto”, pero sin proveerme muchos detalles:

en rigor de verdad, yo no conseguía entender cuál era el propósito del

Reglamento, y él tampoco se expedía con mucha claridad. Advertía en sus

palabras sobre este tema un mensaje anodino, difuso, poco claro y por momentos

encriptado, como que siempre le quedaba algo más por decirme que no hacía.-
26
Eventualmente me explicó que se trataba de una suerte de guía de buenas

prácticas recomendadas para empleadores de grandes empresas, con el

propósito velado de evadir conflictos de orden judicial laboral. Aun en el mes de

junio, el 26/6/2021 a las 12:37 me envió un mensaje nuevamente por whatsapp,

que mencionaba como uno de los puntos del Reglamento la creación de una

oficina virtual de Género. Transcribo el texto del mensaje: “La empresa

dispondrá de una Oficina virtual de Género, a cargo de personal femenino

idóneo e integrada por empleadas mujeres y de género no binario que deseen

integrarse a ese espacio, hasta el número que disponga la empresa para

garantizar su correcto funcionamiento, destinada a recibir y tramitar denuncias

por violencia de género en el trabajo. Una vez integrada, la Oficina establecerá

sus reglas de funcionamiento y protocolos de actuación en caso de denuncias. A

solicitud de la denunciante se conferirá a la denuncia estricta reserva y

confidencialidad, asumiendo la empresa el deber de intervenir activamente en la

prevención y sanción de cualquier tipo de conducta atentatoria de la dignidad de

trabajadoras del género femenino y no binario.” El diseño del Reglamento me

resultaba éticamente incompatible con la práctica profesional judicial en el

ámbito laboral, pero para evitar conflictos preferí entonces no emitir opinión,

aunque siempre me hizo ruido su nunca aclarado proyecto y menos que menos

que me pidiera que ciertas cosas debían ser enviadas al celular de mi esposo y

no al suyo.-Esto sí que hizo muchísimo más ruido y me puso en alerta, puesto que

no me cerraba que un juez me pidiera que estas cosas vinculadas a “su proyecto de

reglamento para empresas”, debieran ser enviadas al celular de un tercero y no al

27
suyo, sumado a ello, ciertas actitudes suyas que trasuntaban ciertos objetivos

económicos por fuera de su función judicial, pero orientado al sector empresario.-

Continué los próximos días con mi dedicación a las tareas cotidianas,

propias a las fechas cercanas a la feria judicial (elaboración de liquidaciones para

sentencias, armados de resoluciones homologatorias, libramientos de órdenes de

pago, etcétera) sin emitir opinión sobre la proposición, hasta que precisamente el

día 5/7/2021, en el comienzo de la última semana antes de la feria de invierno, el

Dr. Flores, esgrimiendo ya otro tono y sin ninguna amabilidad, me exigió

concretamente mi colaboración para la tarea “extra-laboral” mencionada, el

armado de un proyecto de Reglamento de Empresas. En mi ingenuidad pensé

siempre que se trataría de alguna publicación o algo similar del orden académico,

pero no más que eso.-Pero algunas actitudes de Flores sobre ese aspecto, insisto,

me hacían ruido y despertaban cada vez más dudas.- Aún más, y de manera cada

vez más insistente, el Dr. Flores también pugnaba por el involucramiento de

mi marido en las negociaciones con las empresas interesadas en el

Reglamento, dado su contacto profesional con empresas de la industria

alimenticia.-

Me otorgó el reglamento en formato papel y me envió por mail el mismo

día un artículo de doctrina del Diario El Cronista: “La facultad reglamentaria de la

empresa en la relación laboral” junto con un audio donde me solicita que se lo

envíe al celular de mi marido Rebacco, el que se transcribe: “Naty querida

discúlpame te acabo de pasar un correíto electrónico con una noticia que salió

publicada en el cronista comercial y que tiene que ver con esto que estaba

haciendo para pedirte por favor si vos eso que es un mail si se lo podes pasar al
28
whatsapp al ruso para que él lo tenga ahí en su teléfono para mostrarlo en su

momento, muchas gracias, discúlpame la molestia”.

Considerando que la naturaleza judicial de mi trabajo era ética y

deontológicamente incompatible con el diseño del Reglamento y más aún con los

objetivos que evidentemente perseguía el magistrado, y pese a la incomodidad que

me provocaba la insistencia amenazante del Dr. Flores para que tanto yo como mi

marido participemos del proyecto, decido no prestar mi firma ni avalar el

mencionado Reglamento. Procuré entonces no involucrarme y buscar la forma

más cordial de expresar mi negativa a participar sin provocar en el Dr. Flores las

actitudes de ofuscamiento y maltrato que ya lo caracterizaban. Dado que es una

persona de tendencias irascibles y poco dispuestas a aceptar una negativa a

sus proyectos, la situación exigía de mi parte un trato cuidadoso y excesivamente

atento para evitar cualquier tensión. Sin embargo, era tal mi disconformidad y

objeción ética ante la actividad propuesta, así como también mi incomodidad por

el involucramiento permanente de mi esposo en este proyecto licencioso, que a

los pocos días decido manifestarle al Dr. Flores mi decisión taxativa e

inquebrantable de no participar del proyecto del Reglamento, esencialmente

por cuestiones de incompatibilidad de la práctica profesional y porque me

resultaba éticamente impropio de un funcionario judicial. Nos expresamos

nuestras diferencias al respecto y él se mostró muy molesto. Ante su reacción me

retiré del Juzgado confundida y con desánimo, más bien diría, con un profundo

cansancio moral.-

A partir de aquel episodio la relación laboral cambió drásticamente. El Dr.

Flores comenzó a ejercer una serie de actitudes hacia mi persona


29
características del acoso laboral, psicológico y moral, orientadas a

desmoralizar mi práctica profesional, a destruir las redes de contención y

trabajo ya generadas con el equipo, a obstaculizar el ejercicio de mis tareas

laborales y, en última instancia, a forzar mi renuncia.

En el juzgado, el Dr. Flores comenzó ignorándome por completo,

retirándome el saludo y la palabra. Más allá del vínculo personal, ya por

entonces roto, la actividad laboral se fue volviendo francamente imposible e

insoportable, en un clima tenso y de violencia larvada. El Dr. Flores, entonces mi

jefe directo, me evitaba sistemáticamente, me respondía de manera cortante

cuando me dirigía a él, limitó sustantivamente las tareas que realizaba en el

juzgado y, en más de una oportunidad, me maltrató y ridiculizó frente al

resto del equipo.

En un principio quise creer que se trataba de una situación pasajera que se

resolvería con el paso del tiempo, que el Dr. Flores necesitaba espacio para

disminuir su enojo y poder retornar a la dinámica de trabajo previa. De hecho, y

para mi grata sorpresa, durante la feria judicial recibo un saludo por whatsapp del

Dr. Flores para el día del amigo, lo que me llevó a suponer que su enojo e

irritación habían cedido.-

Sin embargo, al retornar tras la feria judicial a la práctica profesional, el

Dr. Flores continuaba sin dirigirme la palabra, lo que me hacía pensar actitudes

francamente esquizofrénicas y bipolares de su parte, pues me negaba el saludo y

la palabra y como si nada me saludaba para el día del amigo y luego retornaba a

su actitud descomedida y cortante hacia mi persona. Entre tantas actitudes

hostiles, dejó de pasar por mi oficina a su ingreso, como era su costumbre, para
30
conversar sobre las cuestiones laborales que debíamos atender a primera hora.

Dejó de ser cordial en el trato laboral. Cada vez que yo debía ingresar a su

despacho con los legajos de las audiencias de la fecha para entregárselas, se

limitaba a señalarme con el dedo el espacio del escritorio donde debía

dejárselos, y luego me daba la espalda, pero sin dirigirme la palabra. La

actividad laboral, esencial en mi función, consistente en analizar los legajos en

miras a la preparación de las audiencias de conciliación, se volvió entonces

imposible. Comenzó también a excluirme de las reuniones de equipo

orientadas a tratar cuestiones procesales de las causas, así como también dejó

de participarme en la elaboración de las resoluciones. El Dr. Flores estaba

determinado en no dirigirme la palabra: las poquísimas indicaciones sobre las

causas que seguía dándome las canalizaba a través de mis compañeros, que debían

oficiar de mensajeros, y en las limitadas situaciones en las que se dirigió hacia mí

fue con hostilidad y desprecio.

Dispuesta a no quebrarme, me enfoqué en mis tareas laborales: preparando

los legajos e informándole al Dr. Flores las audiencias establecidas, elaborando las

liquidaciones contables de las sentencias, armando las resoluciones

homologatorias de convenios y desistimientos, controlando proveídos y

consignándolos en procesal, tomando las audiencias de ratificaciones de

desistimientos y convenios, y demás tareas administrativas propias de la secretaría

como la elaboración de estadísticas e informes.

Pese a las vicisitudes, y aun interesada en mi desarrollo profesional,

comencé entonces a armar mi carpeta de antecedentes para postularme al concurso

31
abierto de secretaría titular del Juzgado en Civil y Comercial Nº 2 de la ciudad,

cuya inscripción realicé el día 16/9/2021.

Pero para entonces, aunque orientaba mis energías a que los maltratos

sistemáticos del Dr. Flores no afecten mi jornada laboral, a medida que pasaban

los días las circunstancias empeoraban a pasos agigantados, con ello mi angustia

crecía y el clima laboral general se iba enrareciendo, fruto de esta situación de

hostilidad permanente. Mis compañeros comenzaron a percibir lo que estaba

sucediendo.

Hacia el mes de octubre el acoso laboral y moral se agudizó, ya que el Dr.

Flores empezó a apartarme de las labores que me correspondían. Me generó un

vacío laboral profundamente desmoralizante. Puntualmente, derivó la confección

de liquidaciones contables y el control de las sentencias antes de ser consignadas

en procesal a Brenda Grantón, abogada del equipo que ingresó a realizar la

suplencia de mi cargo de oficial principal una vez que yo asumí la secretaría, y

que actualmente se desempeña como secretaria suplente. Mi compañera la Dra.

Grantón, a quien el Dr. Flores había asignado dicha tarea que por cargo me

correspondía a mí, debía recurrir a mi auxilio permanentemente para poder

confeccionar las liquidaciones. Esta designación, además de arbitraria, caprichosa

y denigrante hacia mi persona, entorpecía terriblemente la dinámica de trabajo en

el juzgado. También, el Dr. Flores dejó de asignarme la tarea de confección de los

considerando de las sentencias, actividad que esporádicamente solía requerirme.

Nuevamente, le solicitaba a la Dra. Grantón que me reemplace en esa tarea.

Sostenida en el tiempo, esta situación fue generando un desgaste

emocional y moral que hacía de mi trabajo, hasta entonces fuente de desafíos y de


32
satisfacción profesional, un verdadero infierno y calvario. Fui desarrollando con el

correr de las semanas un cuadro depresivo: me costaba salir de la cama, afrontar

mis tareas cotidianas, no podía pensar en otra cosa que no sea el profundo

hostigamiento que el Dr. Flores me provocaba en mi espacio de trabajo. Decidí

limitar mi concurrencia al juzgado en el horario vespertino, con el único propósito

de evitar cruzármelo. No tenía ánimos de afrontar la incertidumbre que me

generaba el no saber cómo iba a reaccionar día a día ante mi presencia.

Dentro de su mecanismo de maltrato buscaba generar supuestos de falta de

cumplimiento a mi trabajo, acusándome de no cumplimentar debidamente con mis

tareas. Por ejemplo en una oportunidad en que estaba el Dr. Ardoy (Juez titular

del Juzgado del Trabajo Nº 3 de Concepción del Uruguay) a cargo del juzgado

hasta el día sábado, ya que Flores estaba de compensatoria y retornaba a asumir

sus tareas el día domingo, me envía un mensaje solicitándome que lo mantenga al

tanto de las novedades de un amparo que tramitábamos esa semana. Yo le informo

cuál era la directiva del Dr. Ardoy respecto del estado del expediente, pero

igualmente recibo un mensaje suyo el día domingo aludiendo a una falta de aviso,

a lo que le contesto con disculpas para no empeorar los ánimos.

Con intenciones de tomar distancia de este agotamiento y poder enfocarme

en mis proyectos laborales, decidí tomar mi licencia compensatoria desde los días

18 de octubre al 2 de noviembre de 2021. Necesitaba, además, aplacar un poco la

angustia provocada por el hostigamiento laboral para conseguir concentrarme en

estudiar para el examen del concurso de la Secretaría del Juzgado Civil y

Comercial Nº 2 al que me había inscripto.

33
Pese a estar de licencia, en el transcurso de la compensatoria me mantenía

en contacto con Brenda Grantón, proveyéndole asesoría en relación a las tareas

que a mí me fueron quitadas: así es que durante la licencia tuve que estar atenta a

la resolución de problemas sobre la ubicación de antecedentes jurisprudenciales,

liquidaciones, modelos de cuadros salariales, etcétera.

Al retornar de la licencia compensatoria de feria, las condiciones de acoso

laboral descriptas no sólo no cambiaron, sino que empeoraron.

El Dr. Flores se dirigía a mí de mala manera, en ocasiones puntuales,

pero mayormente persistía en la práctica de hacerme llegar las indicaciones a

través de mis compañeros.

Como novedad adicional a las prácticas de hostigamiento antes descriptas,

el Dr. Flores comenzó paralelamente a denigrar mi trabajo y poner

abiertamente en duda mis aptitudes profesionales. Por ejemplo, una mañana le

solicitó a Luciana Nomellini (integrante del equipo de trabajo) que busque en el

sistema unos expedientes que habían finalizado con resoluciones de

homologaciones de desistimientos. Al ubicarlos, el Dr. Flores dice desconocer la

existencia de dichas resoluciones. En un gesto infamante, me obliga a

confeccionar un listado de la totalidad de las resoluciones homologatorias que

realicé desde que ingreso a la secretaría. Más que fiscalizar mi práctica, el

obscuro y perverso propósito era desviarme nuevamente de mis actividades

correspondientes hacia tareas denigrantes.

Esta situación generó en mí muchísima angustia, era la primera vez en

toda mi carrera profesional que se ponía en duda la lealtad de mi labor, por lo que

consideré necesario hablarlo con él, pedir explicaciones acerca de qué estaba
34
pasando. Al ingresar a su oficina para charlar sobre el tema, le pregunté por

qué ponía en duda la fidelidad de mi trabajo. El Dr. Flores levantó los

hombros y me respondió “¿Vos no podés hacer lo que se te pide callada la

boca?”. No pude hacer nada más que volver llorando a mi oficina. Atento a la

situación, enseguida vino mi compañero Mauricio Caffa a consolarme, como

ya lo había hecho en otras oportunidades. Ese mismo día -20/12/2021-

agoatada, hastiada y ahogada en llanto, le envié un mensaje de whatsapp al

psiquiatra de tribunales Dr. Cabelluzzi pidiéndole el contacto de un psicólogo

profesional, manifestándole que era por cuestiones laborales que me

generaban mucha angustia y me resultaban ya difíciles de manejar.

La situación se volvía para mi insostenible cuando compartíamos el mismo

espacio laboral. Los elevados niveles de hostilidad ya eran palmarios para todo el

equipo de trabajo.

Por ejemplo, en los últimos días de diciembre el Dr. Peragallo ingresó un

escrito digital en la mesa virtual de un expediente que había sido remitido por

orden del STJ al Juzgado Civil y Comercial. Escucho que se está discutiendo en el

equipo acerca de la forma de proceder ante dicho escrito y me acerco a la sala

grupal para compartir mi opinión, proponiendo una opción analógica con los

informes de los escritos en formato físico que antiguamente eran presentados

erróneamente por mesa de entradas. A dicha propuesta el Dr. Flores refiere de

forma cortante que no le importaba cómo se hacía el trabajo antes. Le

respondí que era sólo una idea, que regresaba a mi oficina y me avisen

entonces si decidían hacer algún informe actuarial que requiera de mi firma.

35
Muy a mi pesar, entendí que era imposible seguir desempeñándome como

secretaría del organismo con una relación tirante con el juez a cargo.

Personalmente me era muy difícil a esa altura tolerar dichos disgustos. A raíz de

un malestar personal, el Dr. Flores decidió sistemáticamente hostigarme y

maltratarme, yendo más allá de los límites aceptables en cualquier ambiente

laboral medianamente sano, por no mencionar la dificultad adicional que

significaba que quien era hostil hacia mi persona no solamente era mi

superior laboral, sino que además es juez laboral. En los últimos días del año

2021, ya resignada, cansada, angustiada y sin tareas relevantes asignadas, me

encontré esperando a que llegue la feria para poder tomar distancia y considerar

mis posibilidades a futuro.

Aún lejos del hostigamiento laboral, durante el mes de enero no conseguí

conciliar la calma. Me angustiaba pensar la sola posibilidad de retornar al

clima laboral sufrido. Es por ello que decidí renunciar el 1/02/2022 al cargo

de la suplencia de la secretaría y solicitar una licencia sin goce de haberes de

mi cargo de oficial principal, ya que dicho cargo pertenecía también al juzgado

y, de no mediar licencia, hubiera debido continuar en subordinación laboral en

relación al Dr. Flores, y no me encontraba física ni anímicamente apta para

continuar soportando las situaciones de destrato descriptas.

Esta decisión significó para mí un fuerte perjuicio económico, pero preferí

priorizar mi estabilidad mental.

Así el primero de febrero del corriente año, a los pocos minutos de

comenzar la jornada laboral ingresé a su despacho y presenté el escrito de

renuncia a la suplencia de la secretaria y solicitud de licencia sin goce de haberes


36
por 6 meses. Me señaló que deje el escrito sobre el escritorio sin decirme

palabra alguna. Recordé entonces que cuando el secretario inmediatamente

anterior a mí presentó su renuncia, fue objeto de ataques y ridiculización por parte

del Dr. Flores durante los próximos meses. Sabía que también iba a ser víctima de

ese mecanismo.

De cualquier manera, quise pensar que a partir de ese momento, pese a

continuar en funciones hasta que resolvieran mi renuncia desde el STJ,

comenzaba un período de tranquilidad. Pero no fue así.

Tras presentar mi renuncia y mi licencia me retiré a mi escritorio, el Dr.

Flores en vez de ocuparse de enviar inmediatamente la renuncia al Superior

Tribunal de Justicia, a los 15 minutos nos convoca a la Jefa de Despacho

Stella Maris Rougier y a mí a su oficina. Le indica a ella que a partir de ese

momento todos los proveídos debían pasarlos a sus sistema para el control, y

a mí me comunica que me había realizado en ese instante cinco pedidos de

informes en las actuaciones Nº 16193, 16027, 16059, 16636, 14874, sobre

particularidades procesales que normalmente solíamos atender de forma

conjunta y verbal entre todo el equipo para buscar la solución.

Con esta decisión, el Dr. Flores profundizó el hostigamiento laboral,

terminó de relevarme de todas las tareas de contenido jurídico, quedando

para mí solo las de tipo administrativo, por lo que me retiré devastada de esa

jornada. Esto no hacía más que reforzar la dinámica de abuso laboral que fue

creciendo durante más de 6 meses. Inmediatamente, desmoralizada y exhausta

busqué ayuda profesional y concerté una consulta con la psicóloga Natalia

Martina Leiva, MP 1350.


37
En los dos siguientes días hábiles presenté los informes pedidos, tras lo

cual la psicóloga me indica reposo laboral por un período de 28 días debido al

cuadro de estrés que padecía.-

El día viernes 4 de febrero/2022 me comunico por mensaje de whatsapp

con la Oficina de la Mujer solicitando asesoramiento para poder manejar mi

situación, y siendo atendida por María Laura DESHAYES, me indica con

mucha cordialidad que me comunique el lunes al teléfono fijo 0343 4206400

interno 7129. Le conté a quien me atendió lo que estaba viviendo, me escuchó, me

manifestó que la renuncia era una decisión correcta para poder alejarme de la

situación, me tranquilizó y me guió para hacer la presentación del pedido de

licencia médica. Seguidamente me enviaron un mensaje de whatsapp para

corroborar que me haya comunicado con el área de salud ocupacional y me

manifiestan que llame cuantas veces sean necesarias.

En los días siguientes, durante mi licencia y mientras esperaba la

resolución de la aceptación de mi renuncia y la concesión de la licencia sin goce

de haberes, aún continuaba en contacto con Brenda Grantón por cuestiones

pertinentes al trabajo.

Finalmente el día 11/2/2022 aceptan mi renuncia a la suplencia de la

secretaria y el día 2/3/2022 me otorgaron la licencia sin goce de haberes por el

plazo de seis meses.

En ese momento me encontré en la necesidad de procurar un sustento

económico y, dado que me encontraba en tratamiento psicológico y con la

recomendación de la psicóloga de no renunciar aún a mi cargo de Oficial Principal

del cual era titular, solicité autorización para ejercer la profesión el 7/3/2022,
38
pedido que fue denegado el 18/4/2022. Ante la necesidad de generar ingresos y

la imposibilidad anímica y emocional de volver a desempeñarme en el

juzgado cerca del Dr. Flores, decidí renunciar a mi cargo titular, lo que es

aceptado el día 2/5/2022. Después de eso, solicito nuevamente la rehabilitación

de mi matrícula para ejercer.

Como si no fuera suficiente, aún continuaba el Dr. Flores propiciando

acercamientos a mi círculo íntimo. El día XX, el Dr. Flores increpó a José María

Merello, (amigo íntimo de mi marido, y con quienes compartían las salidas de

pesca), frente a su lugar de trabajo en la Fiscalía Federal, gritándole que mi

marido no tenía el nivel para enfrentarse con él, y provocativamente le indicaba

que se animen a acercarse a su casa.

Semanas más tarde, dándole comienzo a un raid de hostigamiento judicial

aun en curso, el Dr. Flores inició una mediación contra mi marido por

“División de condominio con más repetición de sumas de dinero (gastos en

interés común) e indemnización de daños y perjuicios”, por la venta de una

lancha compartida. Preciso es señalar que mi marido no ha tenido nunca ninguna

oposición a que se realice la división mediante venta privada o por subasta

judicial, tal como le comunicó por CD. Más que propiciar la división de bienes,

acción con la cual mi marido estuvo siempre de acuerdo, el propósito de la causa

es, nuevamente, hostigarme a mí y a los míos. Dicha audiencia fue llevada a

cabo por el Dr. Martín Tálamo el día 12/5/2022. Mi marido José Luis

REBACCO, requerido, se presentó en la mediación con el patrocinio del Dr.

Alejandro Felipuzzi. En dicha mediación mi marido soportó que el Dr. Flores

39
le profiriera insultos denigrantes tales como “zaparrastroso”, etcétera. Dicha

mediación fracasó.

El día 23/06/2022 fui notificada de un nuevo pedido de mediación a mi

marido por “Restitución de sumas de dinero e indemnización de daños”, un

episodio más en la serie de hostigamientos judiciales que estamos recibiendo.

Así la situación, el día 24/06/2022 me comunico con mi ex compañera de

trabajo Luciana Nomellini para contestarle un mensaje que me había enviado el

día anterior. En varias oportunidades habíamos hablado de la posibilidad de

reencontrarnos con todas mi ex compañeras y, dado que debía realizar una gestión

rápida en el juzgado de paz, le consulto a Luciana si estaba el Dr. Flores presente

en el juzgado para evitar cruzarme con él. Todavía no estoy anímicamente bien

como para verlo. Me contesta que el Dr. Flores se retiraba a las 11hs, por lo que

cuando finalizo la gestión al mediodía paso a saludarlos. Fue un agradable

momento en el que charlamos en grupo de asuntos personales.

La semana siguiente, el día 30/06/2022, se realizó una audiencia de

conciliación de un proceso que trabajamos juntos por la parte demandada con el

Dr. Diego Braslasky, quien se presentó como patrocinante acompañando a la

clienta dado que yo no me encuentro aún en condiciones de afrontar la situación

de incertidumbre que me genera el trato del Dr. Flores. A la salida de dicha

audiencia el abogado de la parte actora le manifiesta al colega Braslasky que el

Dr. Flores le contó que me había denunciado penalmente.

Ante esa noticia le escribo preocupada a mi ex compañero de trabajo

Mauricio Caffa, quien me manifiesta que “se pudrió todo” por mi visita del día

40
viernes y que tenían indicación del Dr. Flores de no dejarme entrar al

juzgado.

Luego del mensaje donde mi ex compañero Mauricio Caffa me anoticia

de la situación vivida en el juzgado después de mi visita, me comunico con

Luciana Nomellini y Lara Goycoechea quienes me cuentan que el día lunes

siguiente llegó el Dr. Flores al juzgado ofuscado, reunió a todo el equipo en la

oficina general y comenzó a gritarles que sabía que me habían dejado ingresar al

juzgado. Le endilgó directamente a Luciana Nomellini estar averiguando

datos de su vida personal con el objeto de informármelos y todo ello tener

relación con supuestas amenazas a su familia.- Todo ello un auténtico disparate

que no tiene pie ni cabeza y que forma parte, insisto, de un accionar del Juez

Flores que intuyo que ha advertido que no me quedaría de brazos cruzados,

máxime cuando a esta altura ya no soy la única persona víctima de sus abusos de

poder, acoso laboral y maltrato psicológico.-

Desde ese momento el trato laboral de Flores con ellas se volvió hostil,

indicándole incluso a Lara Goycoechea que no se dirija más a él, que lo que tenga

que tratar lo haga por medio de la Secretaria.-

Luego de ello fueron citadas por fiscalía para brindar testimonio sobre el

hecho de mi visita al juzgado y respecto de los asuntos conversados en dicha

oportunidad, dado que según se desprendía del testimonio de Brenda Granton (ex

compañera y actual secretaria suplente del Juzgado) había amenazas que yo habría

efectuado al Dr. Flores.

Apreciación sobre testimonio de Brenda Granton: De la lectura que efectuaron

por la fiscalía a Luciana y Lara, sobre el testimonio efectuado por Brenda, se


41
desprende que ella misma el viernes luego de mi visita lo llamó a Flores para

contarle lo sucedido. Sin embargo, les resultó llamativo que fue ella misma

(Brenda) quien le contó a Luciana Nomellini y Mauricio Caffa que fue el Dr.

Flores el domingo siguiente quien se comunicó con ella, le dijo que estaba al tanto

de mi visita y que ella debía ratificar lo que él denunciaría al día siguiente

sobre las amenazas.

Todo esto generó en mis ex compañeras Luciana Nomellini y Lara

Goycoechea angustia y miedo, por lo que iniciaron terapia y se comunicaron

con el psiquiatra de AJER Germán Canteros, quien se encontraría

elaborando un informe para presentar ante el STJ sobre lo sucedido.-

Otro dato sobre la situación es que me he enterado por profesionales del

derecho, que el Juez Flores en audiencias que nada tienen que ver con mi

intervención profesional, cuenta que me denunció porque supuestamente yo

ingresé a robar a su despacho. Otro acto demencial y perverso de un alienado

juez que ya ha perdido todo quicio y cartabón ético propios de su alta función

como Juez de una República.-

Esta decisión arbitraria y despótica, de la cual no estaba anoticiada,

perjudica directamente mi labor como profesional en dicho juzgado. Jamás, creo,

que algún juez haya prohibido la entrada a un juzgado de ningún letrado ni de

nadie. Esto poner de manifiesto de modo incontrastable, la peculiar personalidad

del Dr. Eduardo E. FLORES y de lo que éste es capaz.-

Hay algo más que deseo consignar en este pedido de formación de Jury, y

que confirma el perfil claramente autoritario, violento, despótico, irrespetuoso,

desfachatado e indecoroso del Juez denunciado, quien jamás resiste o tolera –


42
como cualquier ser humano- que se contradigan sus exigencias, caprichos o

pedidos siempre en su único y exclusivo beneficio económico, extraviando

muchas veces su conducta por arcanos andariveles de la sinrazón, la desmesura, el

desdén por mínimas normas éticas que ningún juez puede dejar de respetar y, en

definitiva, un sinnúmero de comportamientos que afectan a terceros cercanos,

como ha sido mi caso y el de muchos otros que por temor no se animan a

denunciar, so color de poner en riesgo su estabilidad laboral o generar como

profesional independiente una situación ríspida que, personas como Flores

extreman hasta incidir directa y dirimentemente en los intereses que los letrados

representamos.-

Así, por caso, relataré brevemente lo que sucedió con la colega Leylen

IRUNGARAY, que es abogada de la jurisdicción. La conocí cuando ingresé a

trabajar al Juzgado Laboral Nº 1 y fuimos compañeras de trabajo por el término

de dos (2) años aproximadamente. Prestó servicios para el poder judicial hasta

comienzos del año 2019.

Integró parte del equipo que lideró como juez el Dr. Flores en su primer

año aquí en la ciudad. Por esto también formó parte del grupo que intentamos que

el Dr. Flores y su familia sientan un trato confraternal al establecerse en

Concepción del Uruguay con su grupo familiar.-

En la actualidad la aludida colega se desempeña profesionalmente como

abogada en un estudio jurídico donde también lo hace otra profesional, Norma

AGUET.

En agosto del 2021 el Dr. Eduardo Flores le manifestó que su esposa, Julia

Peragallo –que no es abogada ni procuradora-, tenía intenciones de realizar


43
tareas de procuración (las que ya realizaba con anterioridad cuando él ejercía la

profesión). Le solicitó concretamente si podía encomendarle la ejecución de tareas

para que pueda realizar desde su casa.

Todo se daría en un marco de confianza y en relación a trámites de

ejecución de sentencias del fuero federal que surgieran según necesidad.

En fecha 5 de Marzo recibe un mensaje por la aplicación whatsapp del Dr.

Flores refiriendo a un contrato que había elaborado para darle tranquilidad a la

profesional –Dra. Aguet- que comparte el estudio jurídico con Irungaray.

Se adjunta en el capítulo respectivo de pruebas captura de pantalla enviada

por la Dra. Irungaray sobre el mensaje referido.

El día 8 de marzo le envía Julia Peragallo, esposa del Dr. Flores, un mail

con el contrato en archivo adjunto, refiriendo a que dicho convenio lo escribió

Tato (apodo del Dr. Flores). Se adjunta en el capítulo de pruebas captura de

pantalla del mail referenciado compartido por la Dra. Irungaray.-

Dicha relación se desenvolvió en un marco de confianza, lo que con el

tiempo se diluyó al conocer la verdadera personalidad del Dr. Flores y de su

esposa.

A comienzos del corriente año Julia Peragallo –cónyuge del Dr. Flores-

inicia contra Norma Aguet, socia de Leylen Irungaray, en el Juzgado Civil y

Comercial Nº 1 de la Ciudad de Concepción del Uruguay, una medida preliminar

y prueba anticipada, con el patrocinio del Dr. Sergio ABETE (profesional

dedicado mayormente a la tramitación de causas en el fuero laboral, con

quien el Dr. Flores tiene una relación de íntima amistad y respecto de quien

no obran excusaciones). En el escrito de inicio relata una supuesta relación de los


44
hechos respecto del contrato que no se condicen con lo realmente sucedido. Se

adjunta seguidamente, en el capítulo de prueba respectivo, captura de pantalla del

párrafo referido proporcionado por la Dra. Irungaray.

En dicho expediente y atento que el Dr. Morahan (Juez del juzgado Civil y

Comercial Nº1 realizó un pedido previo de acreditación de convocatoria a

mediación ante el colegio de abogados, dado que la demandada es una profesional

de la abogacía, se presenta un escrito desde la casilla virtual del Dr. Abete,

supuestamente confeccionado por la esposa de Flores (así lo indica en el primer

párrafo) el que se acompaña.

Esta situación que acabo de resumir, fue relatada con el objeto de que el

Jurado pueda dimensionar actitudes o tendencias repetidas en Flores, apelando

como en el caso habido con mi esposo, al conflicto judicial, siempre nacido al

calor de que Flores y, en este caso su cónyuge, no encuentran satisfechas sus

expectativas, aunque arriesgo decir que más que expectativas, no ceder a sus

desmedidas y caprichosas exigencias, siempre –reitero-en beneficio propio, sin

reparar en medios o formas de conseguirlas.-

Este último hecho relatado, que será corroborado con mayores y más

precisos detalles con el testimonio calificado de la abogada Leylen

IRUNGARAY durante las audiencias de producción probatoria del Jury,

aproximan una vez más la idea de que el Juez Eduardo FLORES, no solamente

acometía actos absolutamente renidos con su alta investidura, sino que se agrega

otro hecho de modo prístino, cuál es, no cumplir con su inexorable obligación

de excusarse en las causas tramitadas por una de las partes por la letrada

Irungaray, socia de la Dra. Aguet, a cuyo nombre Flores pidió se hiciera el


45
contrato con su esposa Julia Peragallo, a fin de evitar tener que excusarse en

las causas llevadas por Irungaray, como lo expresa Flores en su mensaje por

whatsapp, sabiendo que Aguet e Irungaray eran socias y compartían un

mismo estudio jurídicos y causa judiciales, entre otras, en materia laboral.- O

sea, que Flores no solamente mezcla cuestiones de su magisterio jurisdiccional

con otras en su propio beneficio y el de su esposa, sino que sugiere conformar

un contrato de tal forma que no deba excusarse cada vez que en la esfera de

su juzgado laboral intervenga la Dra. Irungaray por algunas de las partes del

litigio.-

Claramente los hechos, conductas concretas y actitudes endilgadas como

francamente disvaliosas al juez Flores, violentan clara y contundentemente las

llamadas REGLAS DE BANGALORE para funcionarios y magistrados sobre la

conducta judicial (NACIONES UNIDAS – Nueva York, 2013).-

A propósito, como reza su prefacio, una judicatura de integridad inobjetable es la

institución básica fundamental que garantiza la vigencia de la democracia y la

legalidad. Incluso cuando fallan todas las protecciones, una judicatura de esas

características ofrece al público un baluarte contra los atropellos a los derechos

y libertades garantizados por la ley. Estas observaciones se aplican tanto

internamente, en el contexto de cada Estado nación, como a escala global, de

modo que la judicatura aparece como uno de los grandes bastiones de la

legalidad en todo el mundo. Garantizar la integridad de la judicatura mundial

constituye así una tarea a la que es preciso dedicar mucha energía, capacidades

y experiencia.

46
A mayor abundamiento y para continuar resignificando la conducta intachable e

irreprochable que deben guardar, sin excepción, los magistrados y funcionarios

del SERVICIO DE JUSTICIA, es de destacar otros párrafos de este instrumento

internacional, cuando sostiene que los Principios de Bangalore sobre la

conducta judicial han recibido creciente aceptación de parte de los diferentes

sectores de la judicatura mundial y de los organismos internaciones interesados

en la integridad del proceso judicial. Como resultado de ello, los Principios de

Bangalore son vistos cada vez más como un documento que todas las judicaturas

y sistemas jurídicos pueden aceptar sin reservas. Dicho en pocas palabras, estos

principios dan expresión a las más elevadas tradiciones de la función judicial

como se la concibe en todas las culturas y sistemas jurídicos. Lograr acuerdo en

torno a estos principios básicos ha sido difícil, pero el irrenunciable compromiso

del Grupo de Integridad Judicial de lograr un resultado que pudiese recibir

aceptación universal le ha permitido superar las barreras que se alzaron en su

camino.

Los Principios de Bangalore sobre la conducta judicial constituyen un

instrumento de gran valor potencial no sólo para los jueces de todas las naciones,

sino también para el público en general y para todas las personas interesadas en el

establecimiento de sólidos cimientos para una judicatura mundial de integridad

inobjetable.

De acuerdo a estos hechos denunciados consideramos que existen serias y

fundadas razones que permiten sostener que se encuentran configuradas las

causales que seguidamente pasamos a exponer:

47
Mal desempeño: art. 15 inc.6 ley 9283. lo que es francamente

incompatible con los deberes y obligaciones del cargo que detentan. Los

funcionarios judiciales como enseña Eduardo Couture, deben ser celosos

defensores de su imparcialidad, toda vez que la garantía del absoluto desinterés

del magistrado es la suprema garantía judicial –“Impedimentos, recusación y

abstención de los jueces”, en Estudios de Derecho Procesal, Buenos Aires, 1950,

T. III, págs. 147 y 184, citado en Fallos: 301:1271”-. (Jurado de Enjuiciamiento

de Magistrados de la Nación, 25 3 2010 - “Doctor Federico Efraín Faggionatto

Márquez s/ pedido de enjuiciamiento”.

Otros jurados de Enjuiciamientos del país han destituido magistrados por

estar incursos en la misma causal atribuida a la Dra. Goyeneche, inclusive con

menor gravedad. En este sentido, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados

de la Nación, con distinta integración en diversos juicios juzgó y removieron

a los Dres. Víctor Hermes Brussa y Faggionatto Márquez y al Camarista

Federal de Mendoza Luis Miret, ante la omisión de inhibirse en

determinadas causas.

En el caso “Brusa” -30/3/2000- el Jurado de Enjuiciamiento de

Magistrados Nacionales, tuvo por configurada la causal de mal desempeño, por no

haberse excusado en dicha causa, señalando que: la actuación del juez federal

resulta incompatible con la conducta que debe observar un magistrado judicial

desde el punto de vista funcional, según las disposiciones legales pertinentes. c)

No haberse apartado de inmediato de su intervención en la causa después de

conocer a través de la secretaria que resultaba sospechoso”. Se consideró además


48
que existían elementos probatorios de la cual surgía de manera indudable que

sabía que estaba involucrado en el hecho culposo y por ello tenía interés en la

causa y testimonios y que Dichas circunstancias resultaban más que suficientes

para que el magistrado no tomara a su cargo la causa "Pedernera" o se inhibiera de

inmediato. Pero lejos de proceder de la forma indicada, recién se apartó él

posteriormente, después de haber comparecido espontáneamente a declarar y

cuando ya habían testificado y reconocido su embarcación por testigos que

aportaron datos tan precisos de la lancha del magistrado y que fue ubicada en una

guardería náutica.

Como bien tiene dicho el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, “no

basta que un juez actúe imparcialmente, sino que es preciso que exista

apariencia de imparcialidad; en esta materia incluso las apariencias tienen

importancia, ya que lo que está en juego es la confianza que los tribunales

deben inspirar a los ciudadanos en una sociedad democrática” –caso

“Piersack”, sentencia del 1º de octubre de 1982; en igual sentido, caso “De

Cubre”, sentencia del 26 de octubre de 1984-. Pero el juez no obró como debía.

Decidió a sabiendas retener el conocimiento del expediente en cuestión a pesar de

las numerosas ocasiones en que pudo replantearse la cuestión y proceder

conforme a derecho. En consecuencia, su indebida intervención en esta causa Nº

7139, en la que tenía el deber legal de apartarse, configura la causal de mal

desempeño. (Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, 25 3 2010 -

“Doctor Federico Efraín Faggionatto Márquez s/ pedido de enjuiciamiento”.

El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, destituyo al

Camarista Federal de Mendoza Dr. Luis Miret -entre otros cargos- por no
49
excusarse de intervenir en el Juicio por la Verdad pese a su amistad con un ex jefe

militar, el general Juan Pablo Saa. El consejero acusador recordó que Miret sí se

había excusado en 1987, cuando admitió la relación con Saa.2 Recusación que le

fuera aceptada en esa oportunidad. (Tribunal citado, 11/3/2011, "Doctor Luis

Francisco Miret s/ pedido de enjuiciamiento). En esta nueva causa del año 2012,

al ser recusado expresamente, el Dr. Miret no aceptó el cuestionamiento que se le

hiciera afirmando: "No creo que sea procedente mi recusación, ni siquiera mi

excusación, porque tengo suficiente oficio de juez y prestigio para que la relación

antedicha pueda influir en mi ánimo objetivo e imparcial. La amistad me obliga a

la lealtad y respeto, no a la solidaridad, ni a la coincidencia de ideas, ni a la

aceptación de conductas del amigo militar, a quien -insisto- no voy a juzgar en la

causa actualmente en trámite." En esta nueva causa pretendió invocar que no

existía “amistad íntima” con el General Saá.

El Jurado al juzgar la falta de excusación como causal de mal desempeño,

sostuvo: “Corresponde entonces a este Jurado analizar la falta de excusación como

causal de mal desempeño, en los términos previstos por el Código Procesal Civil y

Comercial de la Nación que, en su art. 32 dispone que: "incurrirá en la causal de

́mal desempeñó, en los términos de la ley de enjuiciamiento de magistrados, el

juez a quien se probare que estaba impedido de entender en el asunto y a

sabiendas haya dictado en él resolución que no sea de mero trámite", a la luz del

2
Textualmente se recordó que en otra causa anterior en el año 1987: “el doctor Miret formuló su
excusación para seguir interviniendo en el proceso (fs. 88), en los siguientes términos: "Baso mi
decisión en la circunstancia de considerarme incurso en la causal prevista en el art. 75 inciso 12)
del Código de Procedimientos en lo Criminal, respecto de una persona que podría resultar
sospechoso de responsabilidad criminal en las desapariciones de personas que acá se investigan.
Concretamente respecto del Sr. General de Brigada (R.E.) don Juan Saá”. En dicha causa se le
aceptó la excusación.
50
citado art. 55 del CPPN. Así, de la interpretación armónica de las mentadas

normas procesales se concluye que la calificación "mal desempeño" ha de ser de

interpretación restrictiva, para aquellos casos en los que se comprobare

fehacientemente que el magistrado se encontraba impedido de actuar en una causa

judicial, con pleno conocimiento de ello y que a sabiendas o maliciosamente

hubiere dictado una resolución de mérito, lógicamente a favor o en contra de la

parte interesada, amigo militar, a quien -insisto- no voy a juzgar en la causa

actualmente en trámite.".

En base a lo expuesto se agregó: “Entiende la acusación que la amistad

reconocida con anterioridad por el Dr. Miret en la causa "Romero" y la falta de

excusación posterior en el expediente "Búsqueda de Destino de Personas

Desaparecidas" hace al magistrado incurrir en la causal de imparcialidad, lo que

haría carecer de legitimidad todo el obrar del mismo. Que dicha omisión resultaría

tal cual lo sustenta el marco normativo aplicable, según sus acusadores, haría que

la conducta del Dr. Miret se encuentre inmersa en la causal de mal desempeño.”

Sin perjuicio de otros fundamentos, el Jurado entendió acreditada esta causal de

mal desempeño, sosteniendo: Por último, no resulta necesaria la comprobación del

obrar imparcial reducido a un acto procesal en particular, sino que dicho requisito

esencial como la imparcialidad debió haber regido desde el inicio hasta el fin del

proceso. Por todo lo expuesto, es que el obrar del magistrado Luis Francisco Miret

en su participación en el expediente "Búsqueda de destino de Personas

Desaparecidas" (Expte. Nro. 67.769-M-3.487), es constitutivo de la causal de mal

desempeño prescripta en el art. 53 de la Constitución Nacional”. (Tribunal citado,

11/3/2011, "Doctor Luis Francisco Miret s/ pedido de enjuiciamiento).


51
Cuando se incumple dicha obligación legal se incurre en mal desempeño,

que es una de las causales previstas en el art. 15 inc.9 ° de la ley n° 9283 (texto

conforme ley 9513 B.O. 8/9/03).

Claramente el magistrado denunciado, en el mensaje de whatsapp enviado

a la Dra. Irungaray, dejó plasmado de modo indubitable un claro acto de grave

desorden de conducta, incumplimiento funcional y mal desempeño, echando

manos de modo espurio y temerario, al menos como un acto preparatorio

para evitar excusaciones o que lo recusaran en el futuro, un instrumento

contractual a favor de su mujer, Julia Peragallo, que estuviera sólo suscripto

por la Dra. Aguet o exclusivamente a nombre de esta como una de las partes,

y no también de su socia de Irungaray que sí pleiteaba en el fuero laboral y,

en muchos casos, en el mismísimo juzgado de titularidad del Dr. Eduardo

FLORES.-

Es decir, el Dr. Flores pergeñó con inocultable mala fe (creencia y

probidad) un mecanismo que le asegurara NO TENER QUE EXCUSARSE, en

las actuaciones dentro de la esfera de su juzgado a la Dra. Yrungaray, socia de la

Dra. AGUET, que aparecería como la contraparte del convenio de índole laboral

suscripto con Julia Peragallo, la cónyuge del Juez Flores, lo que ubica su IN-

CONDUCTA o MAL COMPORTAMIENTO o DESEMPEÑO, en una de las

causales de remoción de magistrados y funcionarios a través del JURY DE

ENJUICIAMIENTO.- Hizo una propuesta contractual, que él mismo elaboró –

como da cuenta el mensaje obrante en la captura de pantalla, que establecía un

modo indirecto y por el atajo de no excusación, de la misma manera que no se ha

excusado en relación al Dr. Abete, quien representa o patrocina el reclamo que la


52
esposa del Juez Flores le ha realizado judicialmente (juzgado Dr. Mariano

Morahan) a la Dra. AGUET y mantiene con él una relación de amistad y frecuente

trato, que se puede observar en la manera en que siempre el juez complace sus

postulados partiales.-.-

2) Conducta pública o privada incompatible con las funciones a su

cargo”.

Lo expuesto hace incurrir a la citada procuradora adjunta en la

causal prevista en el art. 15º inc. 6 de la ley 9283 “6) Conducta pública o privada

incompatible con las funciones a su cargo”.

Esta causal, claramente es la que encuadra el acoso laboral en un contexto de

violencia de género acometido por el Juez Flores en perjuicio de la Dra. Natalia

BORDIN, cuyo relato pormenorizado de los hechos ya fueron facturados en los

capítulos precedentes conjuntamente con profusa y variada prueba en respaldo de

los mismos.-

Nos detendremos aquí en hacer algunas valoraciones vinculadas al acoso

laboral, actos persecutorios, maltratos psicológicos y denigratorios, francamente

discriminatorios contra la ex Secretaria Letrada del juzgado, en un claro contexto

de violencia de género.- Veamos.-

De inicio diremos, que la violencia laboral es una forma de abuso de

poder que tiene como finalidad la exclusión o sometimiento del otro. Puede

manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica. Puede

presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre

pares.-

53
Incluye comportamientos, prácticas inaceptables y amenazas de cumplir

esos comportamientos y prácticas para causar un daño físico, psicológico, sexual o

económico. La violencia laboral también incluye la violencia y el acoso por razón

de género.

A mayor abundamiento, la violencia de género en el ámbito laboral tiene

diferentes direccionalidades; es horizontal cuando se da entre compañeros/as de

trabajo. Es vertical cuando se da entre personas de diferentes jerarquías siendo

que quien la ejerce posee algún grado de poder sobre la situación laboral de

quien la padece (supuesto de la denunciante).-

Se entiende por acoso laboral y es lo que sucedió con la suscripta, como

metodología invariable y permanente, desde que decidió iniciar un ataque

impiadoso hacia mi persona, caracterizado por comentarios hostiles y humillantes

de descalificación profesional expresados en presencia de los compañeros de

trabajo; o incluso en privado.-

Adviértase que Flores, de modo continuo y casi como una metodología

urdida con la subalterna intención de desgastarme hasta que me vi obligada no

solamente a renunciar a mi cargo interino de Secretaria Letrada, sino al titular al

que accedí por concurso en un cargo en el escalafón de la carrera judicial. En ese

sentido y con ese malsano y perverso cometido, entre otras cosas, me

sobrecargaba selectivamente con mucho trabajo, me amenazaba de manera velada

de tal suerte de coaccionarme y modificaba las atribuciones o responsabilidades

de mi puesto de trabajo, sin decirme nada, pero con el objetivo de irme quitando

todos los días atribuciones, hasta que casi redujo mi ámbito de actuación a la

mínima expresión.-
54
También, el acoso laboral, popularmente conocido con el término de

mobbing, se define como el conjunto de acciones continuadas de violencia

psicológica injustificada (insultos, humillaciones, menosprecios, aislamiento,

difusión de rumores, etc.), y a veces incluso física o sexual, que superiores,

compañeros de trabajo o la propia empresa ejercen sobre la víctima. Todas estas

conductas se realizan de forma consciente, abusiva y premeditada con el objetivo

de degradar el clima laboral de la víctima de modo que sienta miedo al ir a

trabajar y que acabe por abandonar su puesto de trabajo.

Generalmente el acoso laboral se ejerce sin que haya testigos,

aprovechando encuentros personales para verter amenazas o insultar, difundiendo

falsos rumores, menospreciando el trabajo realizado por la víctima,

sobrecargándola de trabajo o asignándola tareas intrascendentes alejadas de su

capacidad profesional, sometiéndola a medidas disciplinarias por hechos

inexistentes o banales, aislándola de sus compañeros, obstaculizando su vida

familiar con horarios abusivos o negándola permisos y vacaciones en fechas

adecuadas. Impacto psicológico: el acoso laboral mina lentamente la fortaleza

física de la víctima. Los problemas emocionales iniciales dan paso a un trastorno

de estrés postraumático que la lleva a empezar a somatizar las situaciones de

acoso. Poco a poco la víctima empieza a perder la autoestima, a tener sentimientos

de culpa al no poder cumplir con las expectativas de otros y las suyas propias ya

parecen los síntomas de lo que puede llegar a ser una depresión grave y un

trastorno de ansiedad generalizado, que se caracteriza por conductas de

evitación, miedo a ir al trabajo, a aislarse, etc. En los casos más graves, incluso

se puede pensar en el suicidio.


55
Efectos sobre la salud: la somatización es una de las consecuencias más

inmediatas del acoso laboral, generando un importante impacto sobre la salud de

la víctima, que se traduce en trastornos del sueño, problemas gastrointestinales

frecuentes, alteraciones del sistema nervioso autónomo, migrañas, debilitación del

sistema inmune, problemas metabólicos.-

Impacto en la vida familiar: la víctima del acoso laboral al principio no

cuenta en casa lo que ocurre en el trabajo o lo hace relatando los hechos como si

fueran cosas puntuales, pero acaba por caer en una dinámica de retraimiento, con

silencios prolongados, cambios de humor, inhibición sexual y otros

comportamientos que afectan tanto a la relación de pareja como a los hijos.

Consecuencias en la actividad social: lo mismo ocurre con su vida social

y es frecuente que las víctimas del acoso laboral acaben por dejar de frecuentar a

sus amigos, aislándose, o los pierdan por desarrollar conductas agresivas.

Degradación de la actividad profesional: el acoso laboral no sólo puede

llevar a la víctima a abandonar su trabajo, sino que además luego tienen serias

dificultades para integrarse cuando acceden a un nuevo puesto de trabajo.

Muchas víctimas no son conscientes de que están sufriendo un acoso

laboral, al menos al principio, y consideran que los incidentes que se producen de

forma continua son normales en la actividad laboral o que las personas que lo

ejercen se comportan así porque han hecho algo que les ha molestado. La

situación de indefensión, sin embargo, es patente incluso cuando se es consciente

de que se está sufriendo acoso laboral.

La única opción es denunciarlo, pero para ello deberá ir recogiendo

pruebas (documentos, emails, grabaciones, etc.) y testimonios de lo que está


56
ocurriendo. Sólo así podrá denunciar al acosador ante la dirección de la empresa o

incluso en los tribunales, pues en la actualidad es una figura con entidad jurídica

propia en la legislación laboral.

El mobbing es el acoso laboral por parte de jefes o compañeros de trabajo.

El mobbing puede desembocar en pérdida del trabajo, y también en serio

daño psicológico de la víctima

El acoso laboral, conocido asimismo como acoso moral, y muy

frecuentemente a través del término inglés mobbing ('acosar', 'hostigar', 'acorralar

en grupo'), es tanto la acción de un hostigador u hostigadores conducente a

producir miedo o terror en el trabajador afectado hacia su lugar de trabajo, como

el efecto o la enfermedad que produce en el trabajador.

Esta persona o grupo de personas reciben una violencia psicológica

injustificada a través de actos negativos y hostiles en el trabajo por parte de

sus compañeros, subalternos (vertical ascendente) o superiores (vertical

descendente o el tradicional bossing), de forma sistemática y recurrente,

durante un tiempo prolongado, a lo largo de meses e incluso años.

Lo que se pretende en último término con este hostigamiento, intimidación

o perturbación es el abandono del trabajo por parte de la víctima o víctimas.

El científico sueco Heinz Leymann investigó el fenómeno en la década de

1980, y fue quien utilizó por primera vez el término mobbing para referirse al

problema.

Qué es el mobbing o acoso laboral

Comúnmente, el acoso laboral o mobbing es confundido con el síndrome

del quemado, o burn-out. Sin embargo no representan el mismo fenómeno. Burn-


57
out significa 'estar quemado', o desgastado por circunstancias puntuales o

características inherentes a la profesión o el trabajo, el cual genera en el trabajador

una intensa demanda en el aspecto emocional, exigencia muy común entre

maestros o enfermeras, por citar un ejemplo.

También es confundido con el bullying o el acoso escolar, al que se

asemeja en mayor medida; la diferencia radica en que en este último siempre está

presente la violencia física, mientras que en el mobbing, las estrategias que

utilizan los acosadores o mobbers siempre son más sutiles, más bien de índole

psicológica, pues la intención es no dejar rastro o huella del acoso, para hacer

notar al acosado, o mobbed, como un incompetente o problemático, y, de

paso, no poder ser acusados de nada, debido a la difícil demostrabilidad de

una agresión de tipo psicológico. Y esta descripción es lo que realmente le

sucedió a la Dra. BORDIN, víctima directa del magistrado acosador y violento.-

El término mobbing (del verbo inglés to mob, con el significado antes

aludido) proviene de la etiología, ciencia que estudia el comportamiento de los

animales, sobre todo del campo de la ornitología, donde la conducta defensiva de

un grupo de pequeños pájaros consiste en el atosigamiento continuado a un

enemigo más grande, con frecuencia un ave rapaz.

Estos comportamientos en la naturaleza terminan frecuentemente, o bien

con la huida, o con la muerte del animal acosado por varios otros.

El mobbing puede desembocar en enfermedad profesional, es decir,

derivada del trabajo, aunque tanto autoridades como empresas se muestran muy

reacias a admitirlo como tal.

58
Estrategias y modalidades de mobbing

1. Gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia

de otras personas.

2. Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o

imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese

tiempo.

3. Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo.

4. Amenazar de manera continuada a la víctima o coaccionarla.

5. Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas

rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que realizar («hasta que se aburra y

se vaya»).

6. Modificar sin decir nada al trabajador las atribuciones o

responsabilidades de su puesto de trabajo.

7. Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas

exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes

(excluirle, discriminarle, tratar su caso de forma diferente).

8. Ignorarle (hacerle el vacío) o excluirle, hablando sólo a una tercera

persona presente, simulando su no existencia («ninguneándolo») o su no presencia

física en la oficina, o en las reuniones a las que asiste («como si fuese invisible»).

9. Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle

a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas

profesionales.

59
10. Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa u organización

rumores maliciosos o calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su

profesionalidad.

11. Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la

víctima, negándose a evaluar periódicamente su trabajo.

12. Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o

entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación.

13. Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras

personas o a elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del

mercado, etc.

14. Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus

soluciones, etc.

15. Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a

atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.

16. Castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa

personal en el marco de sus responsabilidades y atribuciones.

17. Bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado,

extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que

le afectan.

18. Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los

demás trabajadores, caricaturizándolo o parodiándolo.

19. Invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono,

revisando sus documentos, armarios, cajones, etc.

20. Robar, destruir, alterar o sustraer elementos clave para su trabajo.


60
21. Atacar sus convicciones personales, ideología o religión.

22. Animar a otros compañeros a participar en cualquiera de las acciones

anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.

Consecuencias psicológicas y laborales del mobbing.-

1. Lento deterioro de la confianza en sí misma y en sus capacidades

profesionales por parte de la víctima.

2. Proceso de desvaloración personal.

3. Desarrollo de la culpabilidad en la víctima (la propia familia suele

cuestionarla sobre su comportamiento).

4. Creencia de haber cometido verdaderamente errores, fallos o

incumplimientos.

5. Somatización del conflicto: enfermedades físicas.

6. Insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, hipervigilancia, fatiga, cambios

de personalidad, problemas de relación con la pareja, depresión.

7. Inseguridad, torpeza, indecisión, conflictos con otras personas e incluso

familiares.

8. Bajas laborales que el acosador suele aprovechar contra el trabajador.

Otras consecuencias del mobbing.-

1. Agresividad o aumento de la conflictividad con la familia.

2. Aumento de las enfermedades de los hijos y problemas escolares.

3. Retraimiento de la víctima con la familia y amigos.

61
4. Abandono de los amigos y rechazo por parte del entorno de la víctima,

cansados de la "obsesión" con el problema laboral. «No te quejes, que nosotros no

estamos mejor».

5. Falta de apoyo de los familiares ante los intentos de la víctima de hacer

frente a la situación, legal o psicológicamente.

6. Estigmatización social en los sectores de actividad laboral.

El desenlace habitual de la situación de acoso laboral suele significar la

salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa.

Otras consecuencias pueden ser el traslado, o incluso el pase a situación de

incapacidad permanente.

En muchos casos, el mobbing persiste incluso después de la salida de

la víctima de la empresa, con informes negativos o calumniosos a futuros

empleadores, eliminando así la empleabilidad externa de la víctima. Se trata de

una especie de "re-mobbing".

La recuperación definitiva de la víctima suele durar años y, en casos

extremos, no se recupera nunca la capacidad de trabajo.

OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE EL CASO.

En los ámbitos donde rige y se valora la llamada “moral nuclear” o

“media” (lo contrario a ella, se habla en filosofía jurídica, ciertamente, de tomar la

libertad ajena para servir propósitos no consistentes con la justicia), esta

disrupción axiológica o desajuste ético se llama GRAVE DESORDEN DE

CONDUCTA, y es precisamente en esa causal que se deberán subsumir o

encuadrar los hechos, actos e inconductas graves del Juez denunciado, quien me

arriesgo a decir que no cuenta con el equilibrio emocional, ni la prudencia ni el


62
recato necesario e indispensable para continuar detentando el rol de juez, pues sus

desatinos ostensibles e impúdicos, han ido in crescendo y, lejos de hacer un alto

en ellos y de llamarse al recato, cada día que pasa van siendo más las personas

víctimas de su accionar, cargado de perversidad, obsesiones y violencia larvada,

generando un malestar, miedo y desazón en sus empleados del juzgado,

enrareciendo de modo muy negativo el clima o ambiente de trabajo.-

SINTESIS CONCLUSIVA DE LAS ACUSACIONES

En definitiva, para que queden claros y precisados los cargos efectuados a

ambos funcionarios del MPF, a modo de síntesis, se destacan:

Estoy convencida de la necesidad de formularle un reproche político al

juez Eduardo E. FLORES, procurando ya no por mí sino por las que están y las

que vendrán, que el Poder Judicial –en todos sus estamentos- se instituya en un

modelo de respeto irrestricto de los derechos de las mujeres reconocidos en los

Instrumentos Internacionales.-.

Ha quedado claro ya, tanto en el caso de los colegas Melgares y Fernández

que achacan al Juez Flores mal desempeño e incumplimientos funcionales con

aviesas intenciones de perjudicar a sus representados, inquina que nació sobre

todo contra el Dr. Amadeo Fernández cuando éste no quiso alquilarle un

inmueble de su propiedad que había adquirido como inversión al Juez Flores.

Pero por fuera de esta cuestión meramente subjetiva, lo que resulta objetivo,

palmario y muy grave es, primero haber endilgado falazmente a los Dres.

Melgares y Fernández a través de una descripción fáctica, el delito de tentativa de

estafa o fraude procesal, figura penal que como se sabe tiene dos potenciales

víctimas: el juez engañado y el perjuicio a una de las partes, injusto que reviste
63
gravedad institucional por ser cometido en el marco de un proceso con una carga

de doble víctimas. Esto acaeció, reiteramos, en el marco de la causa que giró bajo

carátula: “CASARETTO, JORGE MILTON C/EFFE UFFICI S.R.L. S/COBRO

DE PESOS” (Expte. Nº 16.421), cuyas actuaciones pertinentes se adjuntan al

presente en copia simple, debiéndose en su caso, de ser necesario, oficiar al

Juzgado Laboral Nº 1, a fin de que informe sobre la existencia del particular,

acompañando las piezas respectivas y copia del fallo facturado, debidamente

certificado.-Y si así hubiera sido, por imperio constitucional, en su carácter de

juez (funcionario público), tenía la inexcusable obligación de poner en

conocimiento del MPF de la jurisdicción la posible o probable comisión de un

delito de acción pública, acometido en el contexto de un proceso laboral. Y sin

embargo no lo hizo, quedando luego demostrado en dos instancias superiores por

alzamientos recursivos de las partes, de que NO existió tal conducta por parte

de los letrados MELGARES y FERNÁNDEZ, incluso habiendo revertido la

sentencia que en una primera instancia (Juez Flores) fue adversa al representado

de los denunciantes. Esto revela una conducta espuria del Juez Flores, quien

UTILIZÓ de modo efectista y mendaz, una figura delictiva en contra de los

suscriptos, para luego dar pábulo de modo más contundente-en apariencia nomás-

a un acto sentencial adverso y para cargarnos las costas por una suerte de

temeridad y malicia procesal que, insistimos, el juez describió al relatar el

hecho directamente como si se tratara de un intento de fraude o estafa

procesal, pero sin haber cumplido con su obligación funcional de poner este

eventual delito en conocimiento del fiscal en turno de la jurisdicción.-

64
Y luego, reitera su incumplimiento funcional y mal desempeño en los

autos: “SANCHEZ, ROBERTO MARCELO C/GOMEZ JOSÉ OMAR

S/COBRO DE PESOS” (Expte. Nº 16.661), cuando los suscriptos solicitamos al

Juez Flores que corriera vista fiscal por el presunto delito de falsificación de

instrumento público, tema dirimente en un juicio laboral del que formamos parte y

otra vez el juez no lo hizo, negándose a ello, apelando a rústicas triquiñuelas de

muy baja estofa y volumen intelectual para perjudicarnos.-

Adviértase, para ser más claros y precisos, que en el presente caso, lo

medular de la acusación a Flores, se dispara a partir de un ostensible

incumplimiento funcional y/o encubrimiento de su parte, en cuanto se advierte

que en la ocasión era de plena aplicabilidad y vigencia lo estatuido por el Decreto

Nº 297/2020 de fecha 19/03/2020 y de su norma complementaria bajo

Resoluciòn-2020-219-APN-MT (Referencia EX 2020- 15055888 –APN-

DGDMT-MPYT – Reglamentación de Necesidad y Urgencia Nº 297 del 9 de

marzo de 2020), la cual dispone en su art. 6º que: “Los empleadores deberán

proveer al personal que deba continuar prestando tareas de una certificación

para ser exhibida en caso de requerimiento por parte de controles policiales, en

la que conste nombre, número de teléfono y demás datos que permitan una

adecuada identificación de la empresa; nombre y número de documento y

domicilio del trabajador, su calificación como personal esencial y domicilio del

lugar de trabajo”.-

Que frente a la contradicción insuperable entre la declaración testimonial

del Sr. Cairo con las constancias de la causa y la normativa citada (Decreto Nº

287/2020), se estaría en presencia –en aproximación típica- de dos injustos graves


65
en el contexto de la causa: falso testimonio y/o falsificación de instrumento

privado, lo que ameritó, desde ya, que solicitáramos como corresponde, la

pertinente vista al MPF de tal suerte de anoticiarlo de la posible existencia

delictual, lo cual fue absolutamente desoído por el Juez Flores, negándose a ello

sin causa alguna ni motivaciones siquiera aparentes, con lo cual-va de suyo- queda

patentizada su conducta omisiva que deriva en incumplimiento funcional y a la

par de encubrimiento, siendo ello intolerable en un magistrado.-También se

adjunta las piezas pertinentes de lo invocado precedentemente, donde se advertirá,

incluso, que en el petitorio efectuado al término del alegato de bien probado de

nuestra parte, expresamente solicitamos, en el punto 2), que “Tenga por

solicitado se ordene y practique correr traslado al Ministerio Público Fiscal

respecto de lo manifestado por el testigo, Ingeniero CAIRO”.- De ser necesario,

también se oficiará al Juzgado Laboral Nº 1, a fin de que adjunte copia certificada

de esa pieza del expediente, donde efectuamos las alegaciones finales del juicio

mencionado.-

En lo que respecta a la letrada Natalia BORDIN, ex Secretaria Letrada del

Juzgado Laboral Nº 1 de titularidad del Dr. Eduardo Flores, sin perjuicio de que la

situación sufrida por la abogada ha sido descripta pormenorizadamente, habré de

hacer algunas consideraciones sobre el particular, vinculadas a la violencia de

género y al acoso laboral.-

La integridad es esencial para el desempeño correcto de las funciones

jurisdiccionales.

La integridad es el atributo de rectitud y probidad. Sus componentes son

la honestidad y la moralidad judicial. Un juez debe siempre, no solo en el


66
desempeño de sus obligaciones judiciales, actuar honradamente y en forma

adecuada para las funciones jurisdiccionales; ser ajeno a todo fraude, engaño y

falsificación; y ser bueno y virtuoso en su comportamiento y carácter. La

integridad así definida no tiene grados. La integridad es absoluta. En la judicatura,

la integridad es más que una virtud, es una necesidad.

Un juez deberá asegurarse de que su conducta está por encima de

cualquier reproche a los ojos de un observador razonable.

Un juez debe mantener estándares elevados en su vida privada así como en

su vida pública. La razón de esta exigencia se basa en la amplia gama de

experiencias y conductas humanas respecto de las cuales un juez puede tener que

pronunciar sentencia. Si el juez condena públicamente lo que practica en privado

se le tendrá por hipócrita. Ello conduce inevitablemente a la pérdida de confianza

pública en el juez, lo que puede extenderse a la judicatura en forma más general.-

La conducta personal de un juez afecta al sistema judicial en su

conjunto.-

La confianza en la judicatura se basa no solo en la competencia y

diligencia de sus miembros, sino también en su integridad y rectitud moral.

Un juez no solo debe ser un “buen juez”, sino también una “buena

persona”, aunque las opiniones sobre lo que esto significa pueden variar en los

diferentes sectores de la sociedad. Desde la perspectiva del público, un juez no

solo ha prometido servir los ideales de justicia y de verdad en que se afirman el

imperio de la ley y los fundamentos de la democracia, sino también encarnarlos.

Por lo tanto, las cualidades, la conducta y la imagen personal que proyecta un juez

afectan al sistema judicial en su conjunto y en consecuencia a la confianza que el


67
público deposita en dicho sistema. El público pide que la conducta del juez esté

muy por encima de lo que se exige a sus conciudadanos, con estándares mucho

más altos que los que se exigen a la sociedad en su conjunto. En realidad el

público espera una conducta virtualmente irreprochable de los jueces. Es como si

la función judicial, que consiste en juzgar a los demás, impusiera la exigencia de

que el juez estuviese más allá del juicio razonable que se aplica a los demás en

asuntos que de algún modo pueden dañar el papel y la función de la judicatura.

Debe verse que se hace justicia.-

Debido a que en el desempeño de las funciones judiciales la apariencia es

tan importante como la realidad, un juez debe estar más allá de toda sospecha.

El juez no solo debe ser honesto, sino que debe parecerlo. La obligación

del juez no consiste solo en emitir un fallo justo e imparcial, sino también en

pronunciarlo de tal modo que no haya sospecha en cuanto a la justicia e

imparcialidad de su fallo ni en cuanto a su integridad personal. Por lo tanto, junto

con dominar el derecho para interpretar y aplicar la ley con competencia, es

igualmente importante que el juez actúe y se comporte de tal modo que las partes

que acudan a un tribunal confíen en su imparcialidad.-

Contactos inapropiados.-

El juez debe ser sensible a la necesidad de evitar los contactos que pueden

llevar a la gente a especular acerca de la existencia de una relación especial entre

el juez y una persona a la que el juez puede estar tentado de favorecer de algún

modo. Por ejemplo, habitualmente un juez debe evitar ser transportado por

funcionarios policiales o abogados y, cuando utilice el transporte público, no debe

sentarse junto a un litigante o testigo.-


68
Casos en que el miembro de la familia pertenece a una firma de

abogados.-

Habitualmente los miembros de una firma de abogados comparten de

algún modo las ganancias y gastos y están interesados en conseguir clientes, cosa

que logran en parte gracias al resultado exitoso de sus juicios. Sin embargo, que

un abogado que participa en un juicio sea miembro de una firma jurídica a la que

pertenezca un miembro de la familia del juez puede no requerir, por ese solo

hecho, la abstención del juez. Según las circunstancias, el hecho de que la

imparcialidad del juez pueda cuestionarse razonablemente o que el juez sepa que

su pariente tiene intereses en la firma de abogados que podrían verse afectados

sustancialmente por el resultado del proceso, hará necesaria la abstención del juez.

Además, algunos factores que un juez puede considerar en un análisis caso por

caso son los siguientes, aunque la enumeración no es exhaustiva:

a) La impresión del público en general de que ha sido renuente a

abstenerse;

b) La impresión de otros abogados, jueces y miembros del público de que

ha sido renuente a abstenerse;

c) La carga administrativa que la abstención haría recaer en los tribunales;

d) La magnitud del interés financiero, profesional o de otra índole del

pariente del juez en el asunto.

Deber de evitar la satisfacción de intereses personales.-

69
Un juez que aprovecha sus funciones jurisdiccionales para obtener

beneficios o cobrarse una revancha abusa de su poder. Un juez debe evitar todas

las actividades que sugieran que sus decisiones se ven afectadas por el interés

personal o el favoritismo, pues ese abuso de poder viola profundamente la

confianza pública en la judicatura.

Un juez no utilizará o prestará el prestigio de las funciones

jurisdiccionales para ayudar a sus intereses privados, a los de un miembro de su

familia o a los de cualquier otra persona; asimismo, un juez tampoco dará ni

permitirá a otros que den la impresión de que nadie está en situación de influir en

el juez de forma incorrecta cuando desempeña sus obligaciones judiciales.-

Deber de distinguir entre la utilización correcta e incorrecta de las

funciones jurisdiccionales.-

Las personas del público ven generalmente a un juez como una persona

muy especial, por lo que dentro del tribunal y probablemente también fuera de él

se le trata con un cierto servilismo y adulación. Por lo tanto, un juez debe

distinguir entre la utilización correcta e incorrecta del prestigio de las funciones

jurisdiccionales. Es incorrecto que un juez utilice o trate de utilizar su situación

para obtener ventajas personales o un tratamiento preferente de cualquier tipo. Por

ejemplo, un juez no debe usar el papel con membrete de la judicatura para

conseguir ventajas en la administración de sus negocios personales. Tampoco

debe utilizar el hecho de desempeñar funciones jurisdiccionales en un intento, o lo

que puede parecer razonablemente un intento, de saltarse las dificultades jurídicas

o burocráticas. Si lo paran por una supuesta falta del tráfico, un juez no debe hacer

presente al funcionario policial su condición de tal. Un juez que telefonea a un


70
fiscal para preguntar “si se puede hacer algo” acerca de la notificación recibida

por un empleado del tribunal a causa de una infracción del tráfico, da la impresión

de conducta incorrecta incluso si no intenta utilizar su cargo judicial para influir

en el resultado del caso.-

Sin pretender poner cátedra ante tan distinguido y calificado tribunal, no

podemos sin embargo dejar de referir algunas cuestiones que son sustanciales y

necesarias advertir, sobre todo en este contexto, donde se han acumulado

denunciantes, hechos y causales de promoción de jury que revisten enorme

gravedad institucional, sobre todo en el caso de acoso laboral y violencia de

género que sufrió la Dra. Natalia BORDIN, con los variados efectos deletéreos

ocasionados por tal situación, lo que la constriñó en un estado de desesperación,

angustia y estrés, a renunciar no solamente a su cargo interino como Secretaria

Letrada del Juzgado Laboral Nº 1 de Concepción del Uruguay, sino, incluso, a su

cargo titular dentro de la carrera judicial; y lo hizo hasta, hastiada y desahuciada

ante la violencia psicológica inhumana y repudiable del Juez Eduardo Flores,

quien carece-insistimos con necesaria e inexcusable repitencia- del equilibrio

emocional y psíquico para llevar adelante la función de juez y estar a cargo

de personal, sobre todo femenino, contra quien descarga toda su violencia

explícita o larvada, cosificando a sus víctimas hasta llegar a que en las

mismas se esfume la autoestima e ingresen en un estado de sufrimiento

mayúsculo y pierdan todo interés en continuar en el puesto de trabajo por

incomodidad y temor a las actitudes inesperadas de un hombre colérico,

inestable, autoritario, despótico, misógino, atravesado por una cultura

71
patriarcal indisimulable y una falta de respeto, consideración y empatía por

demás ostensible e insusceptible de empeorar.-

En definitiva, se endilgan al juez Flores distintos comportamientos

disruptivos, todos los cuales encuadran de modo indudable en causales de

destitución, pues todos ellos trasuntan una absoluta falta de decoro e incluso

de escrúpulos de su parte.

Desde abstenerse de modo temerario y cargado de mala fe de correr la

vista al MPF ante la posible comisión del delito de Estafa Procesal endilgada –

injusta y falazmente- a los Dres. Melgares y Fernández, en una clara maniobra

tendiente a procurar –sin lograrlo- fundamentar un fallo adverso a los intereses

representados por sendos letrados, con más la carga del pago de honorarios, por

una supuesta inconducta procesal de parte de los mismos, la que luego es

revocada en las dos instancias recursivas subsiguientes (apelación y RIL),

quedando al descubierto la burda y rústica maniobra de Flores, entendiéndose

cabalmente por qué no puso en conocimiento del fiscal la presunta conducta

delictiva que le endilgaba a los denunciantes. Incluso hoy, a la luz del derecho

penal de fondo, el juez Flores bien podría ser sujeto, cuanto menos, de una

querella por calumnias e injurias en su contra, toda vez que le ha imputado

falsamente (teoría de la real malicia) a los denunciantes una conducta claramente

delictiva, sumándole frases de claro tinte injuriante y contumelioso.-

Por otra parte, casi como otra cara de la misma moneda, el Juez Flores en

otro caso y ante el expreso y puntual pedido de los Dres. Fernández y Melgares, se

niega de modo inexcusable y con argumentos baladíes e incorrectos, a correr vista

al MPF ante la supuesta comisión de un delito de acción pública, que habría


72
cometido uno de los litigantes, consistente en la adulteración de un instrumento,

reiterando otra vez el Juez Flores su negativa y su absoluta falta de objetividad,

tomando represalias, en forma velada, por la enemistad manifiesta mantenida con

los letrados Melgares y Fernández, lo que es de público y notorio.-

Luego tenemos el suceso acaecido con la Dra. Leylen IRUNGARAY, a

quien le pidió en su estudio trabajo para su esposa, Julia PERAGALLO,

enviándole un contrato redactado por el propio Juez Flores, solicitándole que el

mismo fuera hecho entre su esposa y la Dra. AGUET, de tal suerte que “el no

tuviera que excusarse en las causas que llevaba adelante la Dra. Irungaray en

su juzgado”, generando un mecanismo o valladar que impidiera futuras

excusaciones de su parte o recusaciones de parte de colegas que conocieran de que

la esposa del Juez Flores laboraba en el estudio de la Dra. Irungaray, que al ser la

apoderada de la reconocida empresa Granja Tres Arroyos, tramita un importante

volumen de pleitos laborales, muchos de ellos en el Juzgado Laboral Nº 1 de

titularidad del Dr. Eduardo FLORES.- También pretendió involucrar a la Dra.

Iringaray en su proyecto personal de generar un protocolo de actuación

dentro de grandes empresas dentro de las cuales se produjeran conflictos

laborales de variopinta naturaleza, proyecto que no fue un aporte intelectual

desinteresado del Dr. Flores al Derecho Laboral, sino un negocio pensado en su

provecho personal, pero formalmente administrado y procurado por

profesionales independientes, de tal suerte de no aparecer, desde ya, el juez

laboral formando parte de ello.-

Esta situación fue, como ya se explicó hasta el empalagamiento, la que

originó el conflicto y persecución posterior contra la Dra. Natalia BORDIN.-


73
De nuevo Excmo. Jurado de Enjuiciamiento, quedan expuestas claramente

y con proficua y profusa prueba en respaldo, las causales que ameritan la

DESTITUCION del Juez Eduardo FLORES, Titular del Juzgado Laboral Nº 1

de Concepción del Uruguay, por encuadrarse su conducta en las causales previstas

expresamente en los inciso 6 y 9 del art. 15º del citado plexo normativo, las que

pueden resumirse como de mal desempeño, incumplimientos funcionales y graves

desórdenes de conducta.-

LISTADO CRONOLÓGICO DE LAS RENUNCIAS DE LA

DENUNCIANTE Y LAS RESOLUCIONES DICTADAS AL RESPECTO.-

A fin de ilustrar al HJE de cómo se sucedieron las renuncias de la

suscripta, primero al cargo de Secretaria Letrada (int.) del Juzgado Laboral Nº 1,

luego al cargo titular de Oficial Mayor y las distintas resoluciones dictadas,

ofrezco en orden cronológico un esquema de todo ello, a saber:

1/02/2022

Renuncia al cargo de Secretaria Letrada y Solicitud de Licencia sin goce

de haberes presentada por escrito ante el juez Flores.-

11/02/2022

Comunicación por mail desde la Dirección de Gestión Humana de la

Resolución Nº21 de aceptación de renuncia al cargo de Secretaria Letrada del

Juzgado Laboral Nº 1 de Concepción del Uruguay.-

2/03/2022

Comunicación de la Resolución Nº 37, concediendo licencia sin goce de

haberes por el lapso de seis (6) meses.-

7/03/2022
74
Solicitud enviada por e-mail a la mesa de entradas del STJER,

peticionando poder ejercer la profesión mientras durase la licencia, para impedir

el desequlibrio que provocaría esa falta de ingresos. La misma fue dirigida al

correo:mesadeentrada-dgh@jusentrerios.gov.ar, correspondiente a la Dirección de

Gestión Humana del PJ.-

18/04/2022

Comunicación de Resolución Nº 186/2022 denegatoria de la solicitud de

ejercicio profesional.-

19/04/2022

Presentación por escrito ante el Juez Eduardo E. FLORES y por mail a la

Dirección de Gestión Humana del STJER de renuncia al cargo titular de OFICIAL

PRINCIPAL.-

2/05/2022.-

Comunica Resolución Nº 237 de aceptación de renuncia al cargo de oficial

principal titular en el Poder Judicial de Entre Ríos.-

Como nota de color, pero acaso marcando una ironía mayúscula, puedo

demostrar que el Juez Eduardo E. FLORES, sabe y conoce perfectamente de qué

se trata un acoso laboral y qué es y cómo se configura la violencia de género.-

Por qué digo esto, se preguntará el HJE con proverbial razón e impecable

lógica? Porque en fecha VIERNES 8 de Julio de 2022, en el Programa “NO SE

LO CUENTES A NADIE” que se emite por Radio ANIMAL FM -100.7 DEL

DIAL, sita en calle Perú Nº 496 de Concepción del Uruguay y conducido por

Gerardo ROBÍN, el Juez Laboral Eduardo FLORES disertó sobre “Violencia y

Acoso laboral, derecho de los Trabajadores/as y trámite de la denuncia”,


75
temática sobre la que se explayó con sólidos conocimientos, aunque su práctica

cotidiana se contraponga y dé de bruces con el bagaje teórico que predica y sobre

el que pretende conformar reglamentaciones y protocolos para que terceros

letrados, no él, canalicen los mismos en empresas a las que seguramente los

profesionales cobrarán por su asesoramiento, no quedándome claro, aunque sí lo

barrunto, cuál sería la participación económica del Juez denunciado por acosador,

violento, incumplidor de deberes funcionales y posibles o eventuales

encubrimientos de delitos cometidos por terceros en el marco de un pleito laboral

sometido a su análisis y resolución posterior.- Se adjuntan copia del anuncio de la

Charla Temática que brindó el juez en el mencionado programa radial y link

donde puede verse y escucharse la exposición radial del Dr. Flores sobre la

temática aludida.-

En caso de ser ello negado, se oficiará al Señor Gerardo ROBÍN, a fin de

que informe si él conduce un programa, en qué emisora y dial, indicando día y

horario y si el Juez Laboral, Dr. Eduardo E, FLORES, disertó o fue entrevistado

acerca de la temática que aborda el acoso laboral y la violencia sobre trabajadores

y cuándo lo hizo.- Se servirá indicar si la copia del anuncio del programa y la

temática que abordaría el Juez Laboral Flores, se corresponde con la adjunta que

se le exhibe glosada al despacho remitido.-

V- PRUEBAS:

a) Adjunta pruebas documentales y sugerimos.

1- Se ofrece como pruebas para diligenciar ante quien corresponda, el

íntegro Expte. Laboral Nº16.421, que gira bajo carátula: “CASARETTO,


76
JORGE MILTON C/EFFE UFFICI S.R.L. S/COBRO DE PESOS” y

Expte Laboral Nº 16.661, caratulado: “SANCHEZ, ROBERTO

MARCELO C/GOMEZ, JOSÉ OMAR S/COBRO DE PESOS”, que

tramitaron ante el Juzgado laboral Nº 1 del Dr. Eduardo FLORES.-,

requiriéndose se oficie al mismo o a la instancia en que se encuentren, a

fin de que se adjunten los citados expedientes o, si su estado no lo permite,

una copia certificada de los mismos, relacionadas a las piezas de interés

aludidas.-.

2- Actas notariales aportadas por la Dra. Natalia BORDIN, con capturas de

pantallas y demás textos que resultan de interés y pertinencia a la presente

causa.-

3- Se ofrece como prueba sendas renuncias de la Dra. Bordín a la Secretaría

Letrada del Juzgado Laboral Nº 1 y al cargo titular como empleada de

carrera del Poder Judicial de Entre Ríos. A su vez se diligenciará Oficio de

estilo al Área de Personal o la que corresponda, a fin de que remita copia

de la renuncia al cargo titular y la resolución por la que se aceptó la

misma.- Oficio al Juzgado Laboral Nº 1 del Dr. Eduardo Flores, A FIN DE

QUE REMITA COPIA de la renuncia presentada por la abogada Natalia

BORDIN al cargo interino de Secretaria Letrada del mismo.-

b). De informe: De Ser necesario, se solicite a los respectivos

organismos los acompañados e indicados, si fueran negados en

cualquier circunstancia o modalidad.-


77
c) . Testimonial:se dejan ofrecidos los siguientes, todos ellos

conocedores directos de ciertos hechos que fueron expuestos en

distintos momentos del flujo causídico vinculado a la denuncia de la

Dra. María Natalia BORDÍN.- Serán citados en la forma y bajo los

apercibimientos de ley, pues cada uno de ellos puede dar certeros y

válidos testimonios de lo que presenciaron, vieron, escucharon o

debieron actuar en cada ocasión, sea como compañeros de trabajo,

profesionales que la asistieron a ella u otras víctimas del juez

denunciado o que de una u otra forma tuvieron algún grado de

participación en ciertos momentos del caso denunciado y cuya

declaración se torna en un insumo probatorio relevante e insustituible

por su contribución a la reconstrucción fáctica y a la conformación y

reconstrucción de la verdad material, real o histórica, necesaria para

arribar a una conclusión por parte de ese HJE.- Son ellos:

Mauricio CAFFA, se desempeña como empleado del Juzgado del

Trabajo Nº 1 y ex compañero de trabajo: Fue testigo del cambio en la

relación laboral. Nuestras oficinas estaban unidas con una puerta que

nunca se cerraba, por lo que presenció y me asistió en los momentos en

que me encontraba con desazón, angustia y en llanto. Conoce mi forma

de trabajo, y puede dar fe que nunca se debió el cambio en la relación a

una cuestión de deficiencia en mi trabajo.

Luciana NOMELLINI, fue compañera de trabajo del Juzgado del

Trabajo Nº 1, prestando allí su débito laboral: Fue testigo similar a

Mauricio Caffa de los aspectos relativos al cambio en la relación


78
laboral y del clima tenso y hostil que se generó con el juez Eduardo

Flores. Fue a quien le indicó, falaz y temerariamente, que había

resoluciones homologatorias de las que él no estaba en conocimiento,

poniendo en duda mi trabajo de modo injusto, inmerecido y con

absoluta mala fe de su parte. -

Fue víctima, luego de mi visita al juzgado (en el mes de junio/22), de

violencia por parte del juez Flores cuando la acusó a los gritos de ser

ella quien estaba averiguando aspectos de su vida personal.

Fue citada a declarar como testigo en la causa en la que supuestamente

me acusa de amenazas.

Junto con Lara Goycoechea –compañera de trabajo y que presta

servicios en ese mismo juzgado- dieron recientemente intervención al

gremio (mantuvieron reuniones con el médico psiquiatra del gremio

German Canteros, quien va a elaborar un informe para remitir al STJ

dado que considera que es una clara e inequívoca situación de

violencia laboral). Ambas comenzaron también con tratamiento

psicológico, a partir del destrato, hostilidad, vacío y larvada violencia

hacia ellas ejercida de modo constante por el Juez Flores.

Lara GOYCOECHEA, ex compañera de trabajo del Juzgado del

Trabajo Nº 1 y que presta allí servicios como empleada: Fue testigo

también del cambio en la relación laboral y del trato hostil y

humillante hacia mi persona de Flores. Puede dar cuenta, al igual que

el resto de mis ex compañeros de trabajo, de su radical cambio de

79
actitud hacia mí persona, de la reasignación de tareas, de mi forma de

trabajo.

Fue citada junto con Luciana Nomellini a declarar como testigo en la

causa en la que supuestamente me acusa de amenazas por parte del Dr.

Flores, causal y no casualmente, a partir de que comenzó a intuir que

lo terminaría denunciando, toda vez que esta situación fue in crescendo

y su hostilidad hacia mi persona fue cada vez más notoria, como

ostensible mi angustia y depresión ante semejantes agravios de su

parte.-.

Stella Mary ROUGIER, es la Jefa de Despacho del juzgado del Dr.

Flores y está a un año de jubilarse.- Al igual que mis otros

compañeros presenció el cambio en la relación laboral. Puntualmente

fue a quien citó en la oficina, junto conmigo, el día de mi renuncia

(1/2/22) a fin de informarle que a partir de ese momento debían pasarle

todos los proveídos para control a su sistema y es testigo de que me

informó que me había solicitado informe en algunas causas (ya

consignados en procesal los pedidos).-

Todos mis ex compañeros de trabajo pueden dar cuenta de las tareas

que comenzó a quitarme y delegar en otros en el último semestre del

año 2021.Todo ello fue una suerte de plan urdido por él para ir

acotándome mi radio de acción y como forma de hostilidad hacia mi

persona, pero también como una forma de horadar mi personalidad y

autoestima y producir en el tiempo un desgaste que cada día jugaba

negativamente en mí como un factor de desestabilización emocional,


80
lo que es altamente indicativo de su personalidad violenta, perversa y

desequilibrada.-

Asimismo todos presenciaron la acusación violenta (a los gritos)

que realizó a Luciana Nomellini y Lara Goycoechea el día lunes

siguiente a mi visita del mes de junio del corriente año. A todos les

atribuyó responsabilidad en dejarme ingresar al juzgado, cuando

previamente en ningún momento fueron informados ellos y/o sobre la

prohibición de mi ingreso a ese juzgado, revelando de su parte un

patológico sentido de posesión y dominio sobre el juzgado, como si

fuera un objeto de su exclusiva propiedad, lo que colisiona con el

carácter de una oficina pública, abierta al ingreso de cualquier

ciudadano y de todos los profesionales del derecho, que allí ejercen su

labor como abogados de las partes. Y ello, claramente, cercenó mi

libertad de trabajo y alteró mi ritmo laboral, ya que debí y debo apelar

a terceras personas para que gestionen por mí lo que este juez me

impide con absurda y gravísima arbitrariedad de su parte, siendo todo

ello indicativo de sus graves desórdenes de conducta y mal desempeño

como magistrado.-

José María MERELLO, amigo de mi marido –José Luis Rebacco-:

El compartía las salidas de pesca de Flores y mi marido. Conoce por

mí el cambio en el trato de parte del Dr. Flores y mi de mi profunda

angustia de los meses previos a la renuncia que forzada hasta el

empalagamiento por la hostilidad del juez Flores, me vi constreñida a

presentar, acaso como única forma de alejarme definitivamente de su


81
influencia y poniendo a resguardo mi salud psicofísica, para poder

cumplir mi rol de madre, esposa y profesional del derecho con libertad

y sin esos pesados obstáculos que me significaban los continuos

ataques del Dr. Eduardo Flores. Fue a quien increpó con inusitada

violencia verbal y hasta física en el mes de Marzo de este año en la

vereda de su trabajo (Defensoría Pública del Juzgado Federal).- En

dicha ocasión le expresó de modo grosero conceptos irrepetibles hacia

mi esposo, llegando incluso a decir que no tenía atributos viriles ni

capacidad física como para “bancárselas con él”, entre otros varios

improperios más de su parte, que el testigo relatará con mayor

precisión y fidelidad en oportunidad de ser citado a declarar ante el

Jurado de Enjuiciamiento.-

Diego CHEROT, es Secretario del Juzgado en lo laboral Nº 2: No

recuerdo específicamente si el día siguiente a mi renuncia (2/2/22) o el

último día que concurrí al juzgado (4/2/22), fui a su oficina a

comentarle el hecho de la renuncia y la situación de angustia,

inseguridad y violencia que atravesaba por la relación con el juez

Eduardo E. Flores. En ese contexto le comuniqué que presentaría

licencia psicológica y si podría subrogarme junto con la Secretaria del

Juzgado del Trabajo Nº 3 durante ese tiempo.-

Natalia Martina LEIVA, psicóloga: Fue por la inestimable

recomendación del Dr. Cabelluzzi a quien contacté el mismo día de

mi renuncia a fin de recibir contención y ayuda psicológica dado

mi estado de profunda angustia y sufrimiento a raíz de esta


82
anómala situación que me tocó enfrentar con el Juez Eduardo

FLORES.-.

Martín TÁLAMO, abogado, mediador actuante en la mediación por

división de condominio de la lancha que Flores tiene aún en

copropiedad con mi cónyuge. Fue testigo presencial, directo y

calificado de los insultos e improperios de grueso calibre con los que

se refirió Flores a mi esposo en el desarrollo de la mediación.-

Alejandro FELIPUZZI, abogado patrocinante de marido en ambas

mediaciones. Fue testigo directo y presencial de los insultos con los

que se refirió Flores a Rebacco en el desarrollo de la mediación y del

intento de apoderamiento de documental (tasaciones) que había

proporcionado al mediador.-

Carlos QUINTANA, abogado, mediador en la mediación por

restitución de sumas de dinero e indemnización. Esa mediación la dio

por fracasada el Dr. Quintana porque el requirente Eduardo Elías

Flores no le pudo comunicar al mediador cuál era el objeto de la

mediación, elemento esencial e insustituible de todo conflicto de

intereses.-

José CABELLUZZI, médico psiquiatra del ETI de C. del U. Este

profesional fue a quien le remití mensaje en el mes de diciembre,

solicitándole recomendación respecto de un profesional en

psicología.

María Laura DESHAYES, empleada de la oficina de la mujer en el

STJ. Fue con quien me comuniqué el día 4 y 7 de febrero a fin de


83
solicitarle asesoramiento sobre la forma de proceder ante la situación

en la que me encontraba en febrero. Ambas llamadas fueron efectuadas

al teléfono de esa oficina (0343-4206100 – interno 7129). Antes de

eso, me comuniqué al celular de la empleada, abonado 54-9 343 450

8055, quien me respondió: “querés llamarme el lunes a la oficina

03434206100, int7129. Así podemos hablar tranquilas”.- (Se

adjuntan capturas de pantalla y se solicitará a la testigo mencionada

que en la audiencia a la que sea citada, reconozca o no el intercambio

de mensajes cursados entre ambas y si efectivamente la Dra. Bordín se

comunicó con ella y con qué propósito lo hizo).-

Brenda GRANTON, abogada, ex compañera de trabajo, actual

Secretaria suplente. Fue a quien el Juez Eduardo FLORES delegó las

tareas que fueron reasignadas desde julio a diciembre del año

2021. Conoce como el resto de mis compañeros el cambio abrupto en

la relación laboral y personal con Flores. Hasta el día de mi visita en

el mes de Junio (incluso tengo mensajes por whatsapp donde

refiere empatía con la situación que me tocó vivir) ella mantuvo

excelente relación conmigo. Sin embargo dio un testimonio en

fiscalía sobre el día de mi visita (contrario al que le contó a mis ex

compañeros sobre cómo se enteró Flores de mi visita). Desde ese día

cambió su relación con el resto del equipo de trabajo, de lo que pueden

dar plena fe todos mis ex compañeros de trabajo propuestos como

testigos ante el Jurado de Enjuiciamiento.- No obstante su actual

posición, mi objetivo, diría único y exclusivo, es decir la verdad de


84
todo lo acontecido, sin ocultar nada ni a nadie, aunque en la actualidad

esas personas, ora por conveniencia, ora por temor a represalias por el

juez quien ejerce por sobre ellas, no favorezcan mis posturas o pongan

en tela de juicio mis aseveraciones. Pero lo que es necesario es lograr

que a través de la inmediación que caracteriza este proceso en

enjuiciamiento, por sus propios medios, sin interferencia de ningún

tipo ni intermediaciones en los mensajes, los integrantes del Jurado de

Enjuiciamiento, puedan apreciar todas las versiones y las

contradicciones existentes entre ellas, todo lo cual será puesto a

disposición del jurado en función de llegar a la verdad real de la

cuestión traída a consideración.-

Leylen IRUNGARAY, abogada del foro local, ex empleada del

juzgado Laboral Nº 1 a cargo del Dr. Eduardo Elías FLORES,

actualmente demandada por la esposa del Dr. Flores, Sra. Julia

PERAGALLO, quien puede dar cuenta de la violencia y destrato del

Juez Flores y de cómo este castiga severamente y con manifiesto abuso

y desviación de poder, a quienes no atienden sus reclamos o

complacen sus caprichos e intereses personales, siempre con un

trasfondo económico y que riñe con la ética, independencia y decoro

con los que debe conducirse un juez en una república y dentro de un

estado constitucional de derecho.-

Las situación con ella ha llegado a tanta rispidez con Flores, que ha

debido delegar en otros/as profesionales del derecho la tramitación de

causas laborales recaídas en el juzgado del Dr. FLORES, para evitar


85
que se vean perjudicados los intereses de sus clientes.-Incluso en este

caso (“Peragallo, Julia B. C/Aguet Norma B. y Otra S/Incidente”-

Causa Nº 13.161, iniciada el día 26/07/22 ante el Juzgado del Trabajo

Nº 2 de Concepción del Uruguay), quien patrocina a la esposa del Dr.

Flores, Julia Balbina PERAGALLO, contra Irungaray y la Dra.

Norma AGUET (ambas comparten el mismo estudio) es el abogado

Sergio Ricardo ABETE, de estrecha relación con Flores y que a pesar

de ello, litiga en su juzgado (es abogado laboralista), sin que este haya

tenido el decoro de excusarse, aunque sea por ser el abogado que

asesora y patrocina a la cónyuge del titular del juzgado laboral, donde

este profesional lleva muchas causas.-

Asimismo, ante el Juzgado Civil y Comercial Nº 1, a cargo del Dr.

Mariano MORAHAN, de Concepción del Uruguay, también con el

Patrocinio Letrado del Dr. Sergio ABETE, tramita el expediente

caratulado: “PERAGALLO, JULIA BALBINA C/AGUET NORMA

BEATRIZ S/DILIGENCIAS PRELIMINARES” (Expte. Nº 9673).-

En este caso, ya fue notificada la Dra. AGUET, y la pretensión actoral

es el libramiento de un Oficio al Juzgado Federal de Concepción del

Uruguay, a fin de que se informe respecto del estado de causas

patrocinadas o representadas por la abogada Norma B. AGUET, para

lo cual la accionante a través de su patrocinante aporto un listado de

causas, solicitando se informe también si se libraron órdenes de pago

de capital, intereses y honorarios.- A su vez se le requiere a la Dra.

Aguet que acompañe el contrato que ella le habría hecho firmar a


86
Peragallo y que redactó de propia mano el Juez FLORES, como {el

mismo lo consigna en un mensaje de whatsapp enviado a la Dra.

Leylen IRUNGARAY, y que está debidamente certificado

notarialmente tanto su envío como su recepción.-

Incluso más, obra una presentación de la Dra. Norma B. AGUET ante

el Colegio de Abogados de Entre Ríos, donde la letrada denuncia al

abogado de la matrícula, Sergio ABETE, por haberla demandado sin

dar previo aviso al Colegio, lo que constituye una obligación ética y

normativa insoslayable.-

Hay cuestiones que podrán acreditarse con mensajes de whatsapp entre

Flores e Irungaray, que se adjuntan debidamente certificados

notarialmente.-

Norma B. AGUET; abogada, será citada a deponer en los mismos

términos de la Dra. Irungaray, pero en lo concerniente a su actual

conflicto con la esposa del Dr. Flores y porque este hecho se incardina

directamente con la inercial conducta conflictiva, especuladora,

irascible y de confrontación del juez denunciado, quien como se dijo,

redactó el contrato por el que se vincularían la testigo con su esposa,

de tal suerte que él no deba recusarse en las causas en las que

interviene Irungaray como patrocinante o representante legal de alguna

de las partes.-

Germán CANTEROS, médico psiquiatra de AJER, quien fue

contactado por Luciana Nomellini y Lara Goycoechea, a raíz de la

angustia y miedo que comenzaron a sentir por el destrato y hostilidad


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del Juez Flores hacia ellas, por lo que iniciaron terapia. El mentado

testigo se encontraría elaborando un informe para presentar ante el STJ

sobre lo sucedido.- Este testigo, relevado de su secreto profesional,

puede dar cuenta de la situación que atravesaron ambas empleadas y

los motivos de su intervención profesional y qué hizo al respecto.-

TESTIMONIALES ESPECIALES Y NECESARIAS DE LOS

TRES DENUNCIANTES.-

Deviene pertinente, útil, necesario e ineludible, que sean convocados

los letrados denunciantes, Dres. Melgares, Fernández y Bordín, por ser

esenciales sus declaraciones en el marco de este proceso, por su

calidad de víctimas del magistrado denunciado y por el enorme aporte

que sus deposiciones pueden hacer dentro del proceso, sobre todo por

sus amplios y directos conocimientos de las circunstancias relatadas y

por haber sido protagonistas de los mismos, en cada una de las

situaciones denunciadas.- Asimismo y a mayor abundamiento, debido

a la nota de inmediación que caracteriza este tipo de procesos, la

presencia de los denunciantes ante el Jurado de Enjuiciamiento, les

permitirá a sus integrantes poder preguntar y despejar dudas o permitir

aclaraciones y mayores detalles sobre los aspectos consignados en el

documento de denuncia y pedido de formación de Jury contra el juez

Laboral Eduardo E. FLORES.-

DILIGENCIA DE INFORMES Y REMISION DE

INSTRUMENTOS: En caso de ser necesario y de considerarlo

pertinente y útil el HJE, procederá a cursar OFICIO a sendos juzgados


88
(Laboral 2 y Civil y Comercial 1) donde tramitan esas causas o

incidentes, informando fecha de radicación, actor, demandados y

patrocinante o apoderado de la parte actora, sirviéndose remitir copia

certificada de sendas demandas y de las respectivas contestaciones, si

las hubo.-

Asimismo, se cursará OFICIO de estilo al Colegio de Abogados

de Entre Ríos, a fin de que informe si ha existido una presentación de

la Dra. Norma Beatriz AGUET, del foro de Concepción del Uruguay

contra el abogado del mismo foro, Sergio ABETE, indicando las

causales motivantes de la presentación esgrimidas por la denunciante,

fecha de ingreso de la misma, número de expediente, resolución del

CAER o del Tribunal de Disciplina, si lo hubiera, enviando copia

certificada de dicha presentación.-

VI- PETITORIO: A los integrantes del Tribunal de

enjuiciamiento de magistrados y funcionarios de la Provincia, solicitamos:

1. Nos tenga por presentados, denunciado domicilio procesal y correo

electrónico de cada uno de nosotros, con el patrocinio letrado de

los abogados de la matrícula, Rubén A. PAGLIOTTO y Guillermo

R. MULET;

2. Por interpuesta denuncia solicitando la remoción contra el Dr.

Eduardo FLORES, solicitando se le dé trámite de rigor, con la

premura del caso.-

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3. Por ofrecida la prueba respectiva, en sus distintas modalidades y

formas, la que se mandará a producir por su pertinencia y enorme

contribución a la conformación y reconstrucción de los hechos,

necesarios para formar la convicción de los integrantes del

Honorable Jurado de Enjuiciamiento.-En caso de ser necesarios

mayores datos para poder canalizar las pruebas impetradas, se

solicita nos sean requeridas como cuestión previa y en el marco de

medidas ordenatorias del proceso.-

4. Se analice lo dispuesto en el art. 222 de la Constitución Provincial

y dada la gravedad y cantidad de las faltas y omisiones cometidas

por el Juez Eduardo FLORES, preventivamente se lo suspenda

en el cargo.

5. Oportunamente, se lo remueva de su cargo y se remitan las

actuaciones a la justicia penal para que investigue si las omisiones en

que ha incurrido el magistrado denunciado por Melgares y Fernández

como los demás actos acometidos contra Bordín e Irungaray, pudieran

encuadrar eventualmente en algunos de los tipos penales por delitos en

el ejercicio de sus funciones.

Proveer de conformidad, SERÁ JUSTICIA.

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