Celestina 3 ESO

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LA CELESTINA

Ediciones
Se publicó en 1499, anónima, con el título de Comedia de Calisto y Melibea y con solo 16 actos o
capítulos. Al año siguiente se publica una nueva edición con el nombre de su autor, Fernando de
Rojas, y en 1502 apareció nuevamente con algunas modificaciones: se le añadieron cinco actos más
y un prólogo, el texto sufrió algunos cambios y adoptó un nuevo título (Tragicomedia de Calisto y
Melibea). Pero la fuerza de Celestina como personaje central de la obra, hizo que las siguientes
ediciones cambiaran el título inicial por el de La Celestina.

Fernando de Rojas
Según nos dice él mismo en el prólogo de la obra, nació en un pueblo de Toledo, hacia 1475 y
estudió leyes en Salamanca. Procedía de una familia de judíos conversos, lo cual podría explicar la
visión desengañada de la vida que nos revela en su obra. Al parecer, murió en Talavera de la Reina,
en 1541.

Género literario
Existen muchas teorías en torno al género de esta obra. Las más plausibles son las siguientes:
1) Se trata de una obra de teatro debido a que es dialogada. La objeción a esta teoría es que no tiene
acotaciones.
2) Es una novela, ya que es difícil su representación debido a su larga extensión y la variedad de los
lugares en los que sucede la acción. Se trataría de una novela sin narrador.
3) Puede considerarse una novela dialogada a medio camino entre una obra de teatro y una novela.
4) Es una comedia humanística (subgénero del teatro de origen italiano) destinado exclusivamente
a la lectura individual o a una lectura dramatizada por parte de personas cultas.
Esta última es la teoría que presenta mayor aceptación.

Argumento
Calisto, un muchacho de noble familia, entra accidentalmente en una huerta persiguiendo a un
halcón y allí ve a Melibea, una joven de la que queda inmediatamente enamorado sin que ella le
corresponda. Calisto vuelve a su casa y le cuenta a su criado Sempronio lo que le ha pasado. El
criado le propone acudir a la vieja Celestina para que actúe como intermediaria con Melibea. Los
criados de Calisto, Sempronio y Pármeno, se ponen de acuerdo con Celestina para repartirse el oro
que Calisto dará a Celestina para conseguirle el amor de Melibea. Todos ven en la enfermedad de
amor de Calisto una oportunidad de negocio para ellos mismos.
La astuta Celestina va a casa de Melibea, fingiendo que es una vendedora ambulante y, mediante su
capacidad de persuasión (hablándole de Calisto) y un conjuro, consigue una cita entre los dos.
En premio a su labor, Calisto le regala una cadena de oro que ella se niega a compartir con Pármeno
y Sempronio; estos la matan y después son ajusticiados. Elicia y Areúsa (prostitutas y parejas de
Pármeno y Sempronio) desean vengarse de Calisto.
En el primer encuentro entre Calisto y Melibea, el amante, preocupado por los ruidos, acude ver qué
sucede, tropieza y muere al caer desde lo más alto de la tapia del jardín de Melibea (Huerto de
Calisto y Melibea). Como consecuencias del placer ilícito, sancionado en la moral de la época,
Melibea se lamenta por la breve duración de su amor y se suicida tirándose desde la torre de su casa
en presencia de su padre Pleberio. La obra termina con el planto (elegía) de Pleberio, que expresa su
dolor por todo lo ocurrido.

¿Tragedia o comedia?
En la trama de la Celestina hay ingredientes y personajes propios de los dos subgéneros, razón por
la que es unánimemente considerada como tragicomedia. Se nos presentan elementos trágicos como
el asesinato o el suicidio y otros cómicos, con notas de humor y picardía de la mano de los
personajes más modestos.

Personajes
Rojas consigue dar vida a cada uno de sus personajes con cierta profundidad y realismo, a
diferencia de los protagonistas de las novelas típicas de la época (Amadís de Gaula, Cárcel de
Amor…) que resultaban planos en cuanto a su complejidad psicológica. Los personajes de la
Celestina son proteicos, realistas, con intrigas, tribulaciones y deseos con los que el lector puede
sentirse identificado.
Los personajes de esta obra, que interactúan entre sí, pertenecen a dos mundos distintos; clases altas
(Calisto, Melibea, los padres de Melibea..) y clases bajas (los criados, las prostitutas Elicia y
Areúsa…). A diferencia de la literatura anterior, en la que no había mezcla de ambientes ni de
personajes de distinto estamento -grandes tragedias o comedias griegas en las que no había dicha
interacción- estos personajes sí se relacionan entre sí y cuentan como intermediaria entre ambos
mundos con la vieja Celestina.
Asistimos pues, con naturalidad, a relaciones sociales, amorosas o económicas en las que se
mezclan los integrantes de ambas clases: criados y señores; damas y prostitutas, nobles y viejas
alcahuetas…

En el mundo noble de los señores se sitúan los dos amantes, Calisto y Melibea, así como los
padres de esta, Alisa y Pleberio.
Calisto es un joven enamorado ocioso, pasivo y bastante torpe. Se caracteriza por su egoísmo; es un
ser al que solo mueven sus deseos y caprichos. Calisto representa el amor cortés parodiado
(caricaturizado), pues transgrede las normas de este código al buscar una intermediaria para
alcanzar su deseo y al no ser discreto sobre su relación. En los momentos de intimidad con Melibea,
se muestra obsesionado con lo carnal, ordinario e inmaduro; es una figura antiheroica y por ello no
puede tener muerte heroica.
El personaje de la joven Melibea sufre un cambio. Profundamente humana, al principio rechaza con
violencia las insinuaciones del joven galán; luego duda, vacila y, finalmente, se entrega a él sin
reparos tras los efectos del hechizo de la Celestina. El rechazo de Calisto en la primera escena está
en coherencia con lo prescrito por el amor cortés. Melibea se muestra sensible, sensata, resuelta y
con más madurez psicológica y sentimental que Calisto. Cuando Calisto muere, Melibea, frágil y
depresiva, se suicida.
La figura central de la obra, Celestina, funciona como nexo entre ambos mundos. Su importancia es
tal que con el tiempo dará título a la obra. Físicamente es barbuda, arrugada, con un rasguño en la
cara en el que algunos reconocen la marca del diablo. Es el arquetipo de alcahueta (cuyo
antecedente literario es la vieja Trotacoventos del Libro de Buen Amor), aunque ha desempeñado
variados oficios: puta vieja, hechicera, componedora de virgos, lavandera, perfumera…En ella
destaca su vitalidad, su avaricia, su carencia de escrúpulos y su capacidad de persuasión mediante la
palabra, que la lleva a conseguir lo que desea de los demás. Su codicia será el pecado que le causará
la muerte.
El mundo de los criados, concentrado en las prostitutas del círculo de la Celestina y en los criados
de Calisto, está representado por valores poco honorables y conductas perniciosas; los personajes
son indecorosos, desaprensivos, obscenos, presentan conductas como la avaricia, la codicia, la
deslealtad hacia su amo… (muy diferentes a los rasgos de los personajes castellanos precedentes
como el Cid, en el que la lealtad era su cualidad más notable). 
 
Estilo
Los dos mundos representados, la clase alta y la clase baja, están retratados al mínimo detalle. En
esta obra quedan reflejados dos niveles estilísticos: el nivel o registro culto y el nivel popular. Sin
embargo, el acierto de la obra también reside en que Celestina, por ejemplo, astuta y sabia, es capaz
de cambiar de registro si la situación lo requiere, de la misma manera que Calisto, noble, en ciertos
momentos en los que está arrebatado por el deseo sexual, se produce de manera procaz. Se rompe
así el decoro clásico; procedimiento discursivo por el cual cada personaje refleja por su forma de
hablar el estrato social al que pertenece. Así los nobles utilizan un registro culto y elaborado, con
referencias mitológicas y sentencias latinas, mientras que los vasallos se expresan de un modo más
vulgar y limitado con expresiones más breves y directas y numerosos refranes. La abundancia de
estos refranes contribuye a la comicidad de la obra a la vez que es útil para establecer un vínculo
emocional con el público por el reconocimiento de la sabiduría popular que contienen.
El registro culto está representado por Calisto y Melibea y por los padres de esta, mientras que el
registro popular está representado por Celestina, los criados y las prostitutas.

Temas
En La Celestina aparecen varios temas de fondo. En primer lugar, tenemos el tema del amor, al
principio platónico y después tratado como una pasión incontenible con un fuerte componente de
deseo sexual -vitalismo renacentista-, que hace que los protagonistas se olviden de la moral. Este
amor ilícito y clandestino que se fragua con malas artes, acaba destruyendo a los amantes como una
especie de castigo divino.
La codicia es otra de las (bajas) pasiones que arrebata a algunos personajes. Frente a la lealtad del
caballero medieval, en La Celestina todos los personajes que no pertenecen a la clase social alta
actúan por motivaciones de tipo económico, es decir, por conseguir dinero y riqueza. Es este afán
lucrativo el que mata a los que intentan comerciar con el amor de la pareja.
Otro tema tratado por Rojas es la muerte, presentada no como el paso necesario para alcanzar la
vida eterna (como en la literatura medieval), sino como el final absurdo y trágico de la existencia, al
que lleva el desorden moral.
Por último, el tema de la magia, la hechicería y la superstición también son importantes en el
desarrollo de la trama. La causa por la que Melibea accede a un encuentro con Calisto es el hechizo
que hace Celestina junto a sus conjuros e invocaciones.

Intención del autor


Fernando de Rojas tuvo un propósito moralizante; quería advertir a los jóvenes enamorados de los
peligros del amor loco y les pedía responsabilidad en su proceder. Con este fin, parodió la ideología
del amor cortés. Así Calisto es una caricatura del vasallo enamorado. Un caballero, según la
ideología del amor cortés, no puede decir el nombre de su amada, no puede clamar en voz alta quién
es el objeto de su amor (Calisto se lo cuenta a Pármeno, a Sempronio, a la Celestina...), no puede
buscar intermediaria, no puede fijar un encuentro amoroso, etc. Por lo tanto, al transgredirse las
normas o convenciones del amor cortés, Rojas tuvo que buscar un castigo para los personajes; la
muerte. Sus actos y su conducta reprobable les llevan a la tragedia.
Por otra parte, el autor también avisa del peligro que presentan las alcahuetas y falsos criados
desleales que solo obedecen a su propio interés.
La Celestina refleja muy bien el espíritu de su época, poniendo al descubierto los valores del nuevo
sistema burgués que se abría paso: individualismo, aprecio del dinero, actitud materialista,
mentalidad práctica, enfrentamiento de clases sociales…

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