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La cronología fenicia. Entre el


Mediterráneo Oriental y el
Occidental
Alfredo Mederos Martin

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1998 La Cronología Absolut a Europea Y El Inicio De La Colonización Fenicia En Occident e. Impli…


Mariano Torres Ort iz

Per una riconsiderazione della cronologia degli inizi della colonizzazione fenicia nel Medit erraneo cent r…
Massimo Bot t o

Fenicios en Huelva, en el siglo X AC, durant e el reinado de Hîrâm I de T iro


Alfredo Mederos Mart in
Anejos de AEspA XXXV, 2005, pág. 305

LA CRONOLOGÍA FENICIA.
ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL

Alfredo MEDEROS MARTÍN

Abstract

Currently, there are two separated research areas in the Phoenician World, the Eastern Mediterranean and the
Levant, where Israel has the highest number of researchers, whose usual unknowledge of the Spanish, Italian or Por-
tuguese language and the difficulty to access to their journals, makes them to consult scarcely the bibliography of
the Western countries: Portugal, Spain or Italy. Also in the Western Mediterranean, often exists an excessively regio-
nal approach in the study areas: Morocco, Central and South Portugal, Western Andalusia, Eastern Andalusia, Ali-
cante, Balearic Islands, Sardinia, Sicily, Malta or Tunisia. As result, are being created closed niches between areas,
without appreciate the evident synchronicity that are observed in the different regional trajectories, and try to build
a supraregional chronological sequence that permit to interrelate adequately the regional trajectories, the implica-
tions of the calibrated absolute chronology and the historical dates that provides the written texts.
In this paper, there is a new chronological interpretation of the stratigraphic sequence of Tyre, and its implica-
tions for the current chronology of the Greek Protogeometric and Geometric pottery and the end of the Cypro-Geo-
metric III. The new stratigraphic correlation of Tyre with the main Iron Age sequences of Southern Lebanon, North
Israel and the Iberian Peninsula and its effect for the absolute chronology in the beginnings of the Phoenician colo-
nization in the Central and Western Mediterranean.

Resumen

Actualmente, existen dos áreas de investigación separadas en el mundo fenicio, el Mediterráneo Oriental y Pró-
ximo Oriente, donde destaca especialmente Israel por el número de investigadores, cuyo habitual desconocimiento
de la lengua española, italiana o portuguesa y la dificultad de acceder a sus revistas, les hace escasamente consultar
la bibliografía de Portugal, España o Italia. También en el Mediterráneo Occidental, a menudo existe un enfoque
excesivamente regional en las áreas de estudio: Marruecos, Centro y Sur de Portugal, Andalucía Occidental, Anda-
lucía Oriental, Alicante, Baleares, Cerdeña, Sicilia, Malta o Túnez. Esto crea compartimentos cerrados entre áreas,
sin que se lleguen a apreciar los evidentes sincronismos que se observan en las diferentes trayectorias regionales, y
así construir una secuencia cronológica multiregional que permita correlacionar adecuadamente las trayectorias
regionales, las implicaciones de la cronología absoluta calibrada y las fechas históricas que aporta la documentación
escrita.
En este trabajo se presenta una nueva lectura cronológica de la secuencia estratigráfica de Tiro y las implicacio-
nes que afectan a la actual cronología de la cerámica griega protogeométrica y geométrica y al final del Geométrico
Chipriota III. La nueva correlación estratigráfica de Tiro con las principales secuencias de la Edad del Hierro del Sur
del Líbano, Norte de Israel y la Península Ibérica y sus consecuencias en la cronología absoluta de los inicios de la
colonización fenicia en el Mediterráneo Central y Occidental.

Alfredo MEDEROS MARTÍN


Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad Autónoma de Madrid
Facultad de Filosofía y Letras. 28049 CANTOBLANCO (Madrid)
mederos@fas.harvard.edu
306 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

1.- INTRODUCCIÓN 2.- EL MEDITERRÁNEO OCCIDENTAL

Poner en duda las bases cronológicas que La cronología fenicia e israelita tradicional del
actualmente sustentan los inicios de la cronología Mediterráneo Oriental está basada en las referen-
fenicia en el Mediterráneo occidental es una labor cias históricas del Libro de los Reyes, que recoge
bastante compleja por la práctica inexistencia de datos de los Anales de los Reyes de Judá. Cuando
dataciones radiocarbónicas en los poblados feni- las comparamos con las referencias de las Antiqui-
cios de la Península Ibérica. Este problema es aún tates Iudaicae y Contra Apionem de Flavio Josefo,
más grave en otras regiones del Mediterráneo los cuales a su vez contienen datos de una Historia
como Cerdeña, Sicilia, Malta, Túnez, Chipre o el de los Fenicios, redactada por Menandro de Éfeso,
Líbano, donde simplemente o no existen o están quien quizás pudo haber consultado una Historia
comenzando a obtenerse, como acaba de suceder de Tiro o unos Anales de Tiro, cualquier modifica-
con las necrópolis de Cartago (Lanting et alii, ción de la cronología de la colonización fenicia
2001: 251-252, tablas 1-2) y Tiro, aunque esta exige insertarla coherentemente dentro del proceso
última ha resultado una serie problemática al tra- histórico que se desarrolló en el Levante.
tarse de huesos cremados (Aubet, 2004: 469- En el Mediterráneo Occidental la cronología
471). fenicia se basó en un número de referencias muy
Por el contrario, el reciente debate cronológico reducidas en las fuentes clásicas, en particular las
que afecta a los inicios de la Edad del Hierro en fundaciones coloniales de la fachada atlántica de
Israel ha favorecido la obtención de un número Cádiz en Andalucía Occidental (Str. I, 3, 2; Plin.,
muy importante de nuevas dataciones en contextos N.H., XIX, 216; Mel., III, 6, 46; Patérculo, I, 2, 3 y
con presencia de cerámicas fenicias de fine ware, I, 8, 4) y Lixus en Marruecos (Plinio, N.H., XIX,
importadas presumiblemente desde el Líbano 63), desde ca. 1100 a.C., pues Gadir fue fundada
(Sharon, 2001: 346 fig. 1; Mazar, 2001: 1334- 80 años después de la caída de Troya, según reco-
1339; Bruins et alii, 2003: tabla S1). ge Veleyo Patérculo (Hist. Rom., I, 2, 3) en el siglo
A ello se suma la existencia de dos áreas de I a.C.-I d.C., lo que sucedió ca. 1193 a.C. según los
investigación relativamente separadas en el mundo cálculos de Timeo en el siglo IV-III a.C., y nos
fenicio, el Mediterráneo Occidental y el Oriental. indicaría para la fundación de Gadir el 1113 a.C.
En el primero, a menudo existe un enfoque excesi- Sin embargo, el registro arqueológico no apoyó
vamente regional en las áreas de estudio: Norte de estas altas cronologías y las primeras propuestas
Marruecos, Centro y Sur de Portugal, Andalucía sobre la estratigrafía de Lixus llevaron a fechar el
Occidental, Andalucía Oriental, Alicante, Balea- nivel fenicio más antiguo, o estrato V, sólo en un
res, Cerdeña, Sicilia, Malta o Túnez. En el segun- momento impreciso anterior al siglo IV a.C.
do, el Mediterráneo Oriental, donde destacan Chi- (Tarradell, 1959: 271).
pre, Líbano e Israel, en ocasiones el desconoci- La propuesta de Carpenter (1958: 37, 48, 51,
miento de la lengua española o portuguesa, y en 53) de la prioridad de los griegos de Samos en atra-
menor medida el italiano, y la dificultad de acceder vesar el Estrecho de Gibraltar y comerciar con Tar-
a sus numerosas revistas de ámbito regional o tessos antes que la colonización fenicia, la cual con-
local, les hace escasamente consultar o incluso en sideraba que no se produjo hasta finales del siglo
algunos casos ignorar esta bibliografía. VII a.C. sólo en el Mediterráneo Central, suponía
Esto ha conducido a la creación de comparti- además la prioridad de la fundación de Cartago, ca.
mentos relativamente cerrados entre ambas áreas 725-700 a.C., frente a la de Cádiz, ca. 530-500 a.C.,
del Mediterráneo, sin que se lleguen a apreciar los y finalmente implicaba el carácter tardío del impac-
evidentes sincronismos que se observan en las to semita en el Mediterráneo Occidental, propuesta
diferentes trayectorias regionales, y así tratar de que fue aceptada en España y seguida por García y
construir una secuencia cronológica multiregional Bellido (1960 y 1963) para buscar una génesis
que permita correlacionar adecuadamente las autóctona de Tartessos y de su pronta relación con
diversas trayectorias regionales, las implicaciones el mundo griego (Mederos, 2004: 39-40).
de la cronología absoluta calibrada y las fechas La localización durante una prospección
históricas que aporta la documentación escrita, durante 1961 en Toscanos de un fragmento de un
bajo la premisa que tendrán que ser los datos kotylai, skyphos o krateriskoi protogeométrico de
arqueológicos los que confirmen o refuten las mediados del siglo VII a.C. (Niemeyer, 1962: 42,
fuentes escritas y no sean estas últimas las que 44, lám. 14b), y tras la realización de una campaña
condicionen nuestros modelos interpretativos. de excavación en Toscanos (Málaga), el primer
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 307

poblado fenicio excavado en la Península Ibérica Blanca (Ruiz Mata, 1985: 242), ca. 800 a.C. (Ruiz
en 1964, un fragmento de ánfora ática tipo SOS del Mata, 1999: 305, 311), aunque no fue aceptada
estrato IVB, permitió fechar la fase más antigua de unánimemente, e incluso alguno de estos mismos
Toscanos ca. 700 a.C., y por extensión, la presen- autores siguieron manteniendo de forma ambiva-
cia fenicia en Andalucía hacia mediados del siglo lente una fecha máxima de inicios del siglo VIII
VIII a.C. (Schubart et alii, 1969: 146). a.C., 800 a.C. (Aubet, 1983: 817; Ruiz Mata, 1986:
A partir de 1970 se dispusieron de dataciones 549), 760-740 a.C. (Pellicer, 1986-89: 194), 750
radiocarbónicas de yacimientos fenicios como a.C. o algo antes (Schubart, 1985b: 78).
Toscanos (Almagro Gorbea, 1970: 23) pero pronto Recientemente, partiendo del hecho que el
se apreció la permanente resistencia a los cambios registro cerámico fenicio es similar en sus fases
que podía introducir la cronología absoluta, desde iniciales en Cartago, Castillo de Doña Blanca,
que en 1983 se publicaron las fechas de Morro de Morro de Mezquitilla y Chorreras, Torres (1998:
Mezquitilla (Málaga), una de las cuales, B-4.178 57) propone como fecha de la fundación de Carta-
800±50 a.C., implicaba retrotraer su fundación a go el 825 AC y, consecuentemente, un inicio
inicios del siglo VIII a.C. (Schubart, 1983: 130 y simultáneo de la colonización fenicia del Medite-
1985a: 167). rráneo Central y Occidental, apoyándose en la cro-
Tres años después, en 1986, cuando apareció la nología absoluta, la dendrocronología y las fuentes
actual tabla de calibración que alcanzaba hasta el escritas. Este interesante trabajo, refleja una ten-
2500 AC, incluyendo todo el primer milenio AC dencia a situar ca. 800 a.C. los primeros fenicios
(Stuiver y Reimer, 1986), su calibración retrotraía en Occidente, interconectando las tres fuentes de
aún más la fecha de Morro de Mezquitilla hasta el información disponibles, de ahí que nos servirá
primer cuarto del siglo IX, 897-870 AC. como excusa para hacer una reevaluación de la
La popularización de esta mejora cronológica documentación cronológica disponible de los ini-
sólo se consiguió con la distribución del programa cios de la presencia fenicia en Occidente.
de calibración de la Universidad de Washington en
1993 (Stuiver y Reimer, 1993a y 1993b). Sólo un 2.1.- La cronología absoluta
año después, ya eran accesibles en una obra gene-
ral sobre los fenicios en el Mediterráneo todas las Numerosos investigadores rechazan las data-
dataciones calibradas de la Península Ibérica ciones más antiguas y, consecuentemente, las pro-
(Aubet, 1994: 318-319), posteriormente traducido puestas del inicio de la colonización fenicia en la
al inglés (Aubet, 2001), pero quizás porque la segunda mitad del siglo X a.C. (Mederos, 1996:
segunda edición española revisada del texto estaba 59-60, 74 y 1997: 78, tablas 3, 16-18) o siglo IX
ya redactada, quedaron relegadas a un apéndice, y a.C. (Aubet, 1994: 323; Castro, 1994: 144-145;
no parecía que fuesen lo suficientemente impor- Castro et alii, 1996: 193-195). En esta línea, Torres
tantes y aceptadas unánimemente para introducir- (1998: 51-52), considera que estos últimos autores
las dentro de la actualización de la redacción, pese eligen sólo las dataciones más antiguas y no otras
a que esta nueva cronología suponía modificar más recientes de estos mismos yacimientos.
notablemente los inicios de la colonización fenicia Sin embargo, por ceñirnos a las únicas datacio-
en el Mediterráneo Central y Occidental. nes disponibles del estrato antiguo de uno de los
Ya en un trabajo precedente hemos planteado primeros poblados fenicios, en Morro de Mezqui-
la contradicción que se había creado al mantenerse tilla hay datos estratigráficos que permiten sugerir
una banda temporal del 750-730 a.C. que se sugie- una mayor antigüedad. Tal como hemos puesto de
re para la cerámica fenicia de Morro de Mezquiti- manifiesto (Mederos, 1996: 59), tras la excavación
lla (Málaga) (Maass-Lindemann, 1994: 291), de 1982, la parte inferior del estrato B-I de la fase
mientras la calibración del 14C señala una cronolo- B1 pasó a denominarse fase A/B1, y procedente de
gía absoluta del 897-870 AC (Mederos, 1996: 59- la parte inferior de la fosa nº VIII, se obtuvo B-
60, 74 y 1997: 78, tabla 3), lo que implicaba una 4.178 800±50 a.C. 897-870 AC (Schubart, 1983:
diferencia que podía oscilar entre 120-170 años. 130, 1985a: 167 y 1985b: 68). De la fase B1, lógi-
Desde fines de los setenta empezó a circular en camente posterior de la fase A/B1, concretamente
la Península Ibérica la datación de ca. 800 a.C. del área de los talleres metalúrgicos de trabajo del
para Morro de Mezquitilla (Schubart, 1979: 167; hierro, el horno nº 3 aportó B-4.180 620±50 a.C.
Negueruela, 1979-80: 355; Schubart y Arteaga, 790 AC.
1986: 519), y simultáneamente se situó en los No obstante, aunque hace referencia tanto a los
comienzos del siglo VIII a.C. el Castillo de Doña estratos A/B1 como al B1, Torres parece que en
308 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Morro de Mezquitilla apoya principalmente su tuvieron que ser vueltas a medir en 1974. Así, por
argumentación en la segunda datación, la cual ejemplo, la muestra KN-438 de Toscanos IV c-d,
lógicamente debe ser más reciente porque procede dio en 1967 2270±120, en 1971 2540±55 y en
de un estrato superior y no corresponde a la fase 1974 2770±55 B.P.
más antigua del yacimiento. Un tercer grupo, mayoritario en Portugal, es su
En todo caso, su interpretación parece priori- procedencia de muestras de conchas marinas,
zar, con razón, la dificultad de diferenciar el regis- obtenidas en el laboratorio del ICEN. Este labora-
tro cerámico de ambos estratos A/B1 y B1 con los torio, que en las muestras de carbón tiene una ten-
datos actualmente publicados, a la espera de la dencia a ser algo más antiguas que las de UGRA,
monografía definitiva. No obstante, los estratos B- ha desarrollado un estudio específico sobre el efec-
I y B-II presentan anchos de borde inferiores a 2.2 to marino oceánico en la costa atlántica portugue-
cm., más antiguos que los niveles de Tiro III-II con sa que se plasmó en la tesis de A. Monge Soares
anchos de borde entre 2.2-2.8 cm. Por el contrario, (1989), habiendo determinado una corrección de
de la parte superior de la fase A/B1, sólo se men- 360±35 a.C. y sus fechas han sido confirmadas por
ciona un plato de engobe rojo con ancho de borde otros laboratorios como SAC en Quinta de Alma-
de 1.6 cm. (Schubart, 1985b: 69, 70 fig. 5a). Es raz o Beta en Alçacova de Santarem.
posible que Morro de Mezquitilla presente en su Este breve repaso pone en evidencia que sería
estrato A/B1 una fase más antigua coetánea con el deseable disponer de series amplias de nuevas
inicio del Castillo de Doña Blanca, pero quizás dataciones, particularmente de vida corta, como
tenga un registro insuficiente de materiales signifi- semillas procedentes de recipientes cerrados, obte-
cativos, en particular de importaciones orientales, nidas directamente de los numerosos poblados
que dificulta valorar estos 100 años de separación fenicios que actualmente conocemos en la Penín-
que separan la fase B1 de la A/B1, que en todo sula Ibérica.
caso resultan excesivos, aunque sí podría admitirse Por otra parte, no debe olvidarse que de acep-
al menos una generación, o 25 años más de anti- tarse como fecha más antigua en el 825 AC a partir
güedad. de las dataciones de la fase B1 o en el 875 de
Por otra parte, existe un problema inherente a acuerdo con la fase A/B1 de Morro de Mezquitilla,
las dataciones disponibles para fechar los inicios se está tomando como hipótesis de partida que esta
de la presencia fenicia en la Península Ibérica. La excavación ha proporcionado necesariamente justo
mayor parte de ellas proceden de poblados indíge- el momento inicial de los fenicios en Occidente, y
nas que presentan en esos niveles importaciones en cierta manera la coetaneidad entre Málaga y
fenicias, sin embargo, aún no se han publicado sus Cádiz, cuando es posible que otros yacimientos
correspondientes memorias de excavación para con una secuencia estratigráfica más compleja y
conocer en detalle sus contextos, caso del Cerro de prolongada como Castillo de Doña Blanca en
los Infantes y el Cerro de la Mora en Granada, o Cádiz o la ciudad de Huelva, puedan presentar en
Anicipo y Ronda la Vieja en Málaga, las cuales en un futuro etapas previas a Morro de Mezquitilla,
su mayor parte proceden de un solo laboratorio, en como ya apunta, desde nuestro punto de vista, el
la Universidad de Granada, UGRA, que suelen ser registro de la ciudad de Huelva (Fernández Jurado,
ligeramente más antiguas. 1986: 568-569, fig. 5; Gómez Toscano y Balensi,
Un segundo grupo de muestras se obtuvieron 1999: 62, 65 fig. 7/1).
directamente en poblados fenicios, cuando las En conclusión, conviene reseñar que la tenden-
excavaciones de Toscanos y Morro de Mezquitilla, cia que marcan las fechas en la Península Ibérica
pero en su mayor parte realizadas en laboratorios es que el conjunto cerámico asociado a Toscanos I-
alemanes antes de los años ochenta. Por ejemplo, II, del 700 a.C. para quienes fechan a partir del 760
de la serie de Toscanos que recientemente se ha a.C. Morro de Mezquitilla B1, o del 750 a.C. para
publicado completa (Pingel, 2002: 245-246), una quienes elevan la cronología de Morro de Mezqui-
datación procede de Heidelberg, recogida en la tilla B1 hasta el 800 a.C., en fechas calibradas se
campaña de 1964 y ya publicada en 1965. Otro sitúa alrededor del 800 AC (Tablas 1 y 2).
amplio grupo son de la campaña de 1967, realiza-
das en Colonia (KN) y ya publicadas parcialmente 2.2.- Las fuentes escritas
en 1968, que fueron objeto de revisiones por el
propio laboratorio en 1971 y 1974. Otro tanto La fecha del 814 a.C., recogida a inicios del
sucedió con las procedentes de la campaña de siglo III a.C. por Timeo (Timae, Fr. Gr. Hist., III,
1971, procesadas ese mismo año por KN, que B., núm. 566, Fr. 60 y 82), en las Antigüedades
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 309

Romanas de Dionisio de Halicarnaso (Dion. Hal., 228-230 y 1954: 32) y Liver (1953: 119) al 825-
Ant. Rom., I, 74, 1), a partir del cómputo olímpico, 820 a.C. a raíz del descubrimiento de la inscrip-
son exactamente 38 años antes de la primera Olim- ción asiria IM 55644 (Safar, 1951: 11-12). La
piada, supuestamente celebrada el 776 AC. Real- fecha asimismo coincidiría exactamente con la
mente, ese año lo que se comenzó fue a llevar un fecha propuesta por Pompeyo Trogo del 825 a.C.,
registro de los vencedores olímpicos, pero existen recogida por Justino (Just., Epitome Pompei Tro-
tradiciones míticas de la celebración de juegos gi, XVIII, 6, 9), que es la opción preferida por
olímpicos desde fechas muy anteriores. Torres (1998).
Esta fecha del 814 a.C., la reforzó Flavio Jose- No obstante, pese a la unánime aceptación de
fo en Contra Apionem (J., Ap., I, 18), porque la fecha del 814 a.C. desde el siglo III a.C., cuan-
parece que habría consultado la Historia de los do fue planteada por Timeo, existe una fecha más
Fenicios de Menandro de Éfeso, donde se recogía antigua propuesta por el historiador griego Filisto
que Cartago fue fundada el séptimo año del reina- de Siracusa en la primera mitad del siglo IV a.C.
do de Pigmalión de Tiro, 155 años y 8 meses des- (Phi., Fr. Gr. Hist., II, B., núm. 556, Fr. 47=Eus.,
pués de la subida al trono de Hiram de Tiro, ca. Chr. a. Abr. 802), quien sitúa la fundación de Car-
826 a.C., que fue retrotraída por Peñuela (1953: tago en fechas inmediatamente anteriores a la

Tabla 1.- Selección de dataciones sobre los inicios de la presencia fenicia en Andalucía. Tipos de muestras: C= Car-
bón (Charcoal). BF: Bronce Final. Fuentes: Aguayo et alii (1991: 311), Carrasco et alii (1985: 295, 305-306 y 1987:
88),Carrilero et alli (2002: 75,108 hs. 3), González Gómez et alii (1987: 384), Mederos (1997: 85, tablas 15-16), Moli-
na González (1983: 36) y Schubart (1983: 130). Calib v. 4.2 según Stuiver et alii (1998).
310 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 311

Tabla 2.- Dataciones de la presencia fenicia en Portugal. Tipos de muestras: C= Carbón (Charcoal). MC: Madera car-
bonizada (Charred Timber, Tree Trunk). H: Hueso (Bone). CH: Conchas (Marine Shells). Fuentes: Arruda (1993: 198,
200, 1997: 22 y 1999-2000: 150-151, 161-162, 218), Barros et alii (1993: 110), Gomes (1993: 82-83), Mederos y Ruiz
Cabrero (e.p., tabla 2), Pereira (1996: 63) y Senna-Martínez (2002: 114). Calib v. 4.2 según Stuiver et alii (1998).

guerra de Troya, aceptada poco después por Eudo- aparecen en el Norte de Italia en la fase IIA de
xo de Cnido (Eudox., Fr. 360) y en la segunda Bologna en la Emilia-Romagna. Utilizando una
mitad del siglo II d.C. por Apiano (App., Pun., I, cronología relativa cruzada, Torres (1998: 53)
1). Esta fecha, que situaría la fundación de Carta- plantea la hipótesis de que ambas tienen la misma
go hacia el 1215 a.C., pese a que ha sido sistemá- cronología, siguiendo el cuadro presentado por
ticamente descalificada (Gsell, 1913/1921: 375; Pacciarelli (1996: 186, fig. 1), que sitúa ambas ca.
Warmington, 1960/1969: 22; Bunnens, 1979: 810-780 AC.
125-127; Alvar y González Wagner, 1985: 80; Simultáneamente, en el Lazio, el poblado de
Frutos, 1987-88: 217) como un intento tardío de Borgo Le Ferriere presenta la fase Lazial IIB en la
situar el origen de Cartago simultáneamente con cabaña II, GrN-11.669 720±30 a.C. (814 AC) y un
el de las primeras fundaciones coloniales fenicias posible tránsito del Lazial IIB-III, en el estrato B
que se establecieron después del final de la guerra de la cabaña VI, GrN-16.466 670±30 a.C. (801
de Troya como Cádiz, Útica y Lixus, creemos que AC), GrN-16.467 670±55 a.C. (801 AC) y GrN-
debe replantearse desde el reciente hallazgo de 16.469 645±35 a.C. (796 AC), y el estrato A de la
cerámica micénica del Heládico Final IIIB en cabaña VI, GrN-16.472 635±65 a.C. (790 AC) y
Cartago (Rakob, 1996: 53), puesto que implica la GrN-16.471 605±65 a.C. (780 AC) (Olde y van der
frecuentación de este magnífico puerto entre ca. Plicht, 1990: 235). Con estos datos, siguiendo a
1325-1190/1185 AC y resulta coherente con una Pacciarelli (1996: 186, fig. 1), Torres sitúa el
fecha ca. 1215 a.C., esto es, que antes de la funda- Lazial IIIA entre el 810-780 AC, coetáneo a la fase
ción de Cartago hubiese existido algún tipo de IIA de Bologna, con una fecha de ca. 814 AC, y
asentamiento en sus inmediaciones desde fechas con Möringen en Suiza, mientras que el inicio del
muy anteriores. Lazial IIIA tendría fechas de ca. 801, 796, 790 y
Debe tenerse en cuenta que una cronología del 780 AC.
814 o 825 AC para la creación de Cartago implica- Como durante el Lazial IIIA aparece según
ría también la creación en apenas una generación Torres (1998: 53) “el mismo tipo de importaciones
de todos los poblados con la fase antigua en la de cerámica geométrica griega que [en] los niveles
Península Ibérica, entre ellos, Doña Blanca, Morro más arcaicos de de Cartago y Sant’Imbenia” (Cer-
de Mezquitilla o Chorreras. deña), y considera probada una cronología poste-
rior al 810 a.C. para todas estas cerámicas geomé-
2.3.- Dendrocronología y cerámica tricas, particularmente una copa monoansada de
protogeométrica Cartago y dos skyphoi con decoración de semicír-
culos colgantes y de chevrons de Sant’Imbenia,
La fase Möringen o Hallstatt B3 de la secuencia propone la correlación Hallstatt B3-navajas
dendrocronológica suiza, ca. 850 AC en adelante, Benacci-cerámica geométrica-fundación de Carta-
presenta navajas tipo Benacci que simultáneamente go.
312 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Esta interesante propuesta, presenta como siendo presumiblemente transportados por mari-
aspecto especialmente novedoso tratar de aplicar nos fenicios, impresión que refuerza la estratigra-
la dedrocronología centroeuropea a las importa- fía de Tiro, que actualmente presenta el mayor
ciones de cerámicas protogeométricas y geométri- número de estos skyphoi en todo el Mediterráneo
cas griegas halladas en Italia y Túnez. (Coldstream y Bikai, 1988: 39) (vide infra).
En general, las cerámicas protogeométricas
son escasas en el Mediterráneo Central. En Carta- 2.4.- La supuesta pervivencia de los skyphoi
go tenemos 1 copa monoansada del Subprotogeo- protogeométricos con semicírculos colgantes
métrico I-III, ca. 900-750 a.C., y otras siete piezas
más tardías, 4 skyphoi con decoración de metopas La revisión a la baja de la cronología de los
y otros dos posibles, 1 skyphos con decoración de skyphoi con decoraciones semicirculares fue resul-
chevrons y 1 kotylos protocorintio, todas del Geo- tado del Master of Arts de Kearsley (1979), quien
métrico Final, ca. 750-700 a.C. (Vegas, 1986-89: reconoce que la fuente principal de la información
357-360 y 1992: 183-188). cronológica de estas piezas fueron los avances
Por el contrario, en la fase II de la cabaña de sobre la estratigrafía de Lefkandi publicados hasta
Sant’Imbenia tenemos 1 skyphos con decoración fines de los años setenta (Descoeudres y Kearsley,
de semicírculos colgantes, del tipo 5 de Kearsley, 1983: 46), pero aún sin el primer volumen de Lef-
que puede fecharse en el Subprotogeométrico I- kandi I (Popham et alii, 1979).
IIIa (900-825 a.C.), y de otros contextos contamos En dicho trabajo, plantea un “radical” cambio
con 4 skyphoi con decoración de metopas y 1 koty- de la cronología tradicional, y si previamente el
los protocorintio del Geométrico Final, ca. 750- skyphos de Tell Abu Hawam había sido situado en
700 a.C. (Bafico, 1986: 92, 158 lám. 27/1-2; Bafi- los inicios de las producciones de los skyphoi con
co et alii, 1995: 88-89, 93 fig. 2; Oggiano, 2000: semicírculos colgantes, al considerarlo estilística-
238, 252 fig. 3/2), conjunto fechado hacia el 800- mente dentro de la fase final de estas piezas, en su
750 a.C. para el skyphos de semicírculos colgan- tipo 6, lo data entre el 750-700 a.C. (Kearsley,
tes, mientras la cerámica fenicia de Sant’Imbenia 1979: 152; Descoeudres y Kearsley, 1983: 50-51,
se sitúa entre el 750-700 a.C. (Bafico et alii, 1995: n. 137; Kearsley, 1986: 85-86, n. 2), y presupone
89). su pervivencia hasta el Geométrico Final II, 725-
Finalmente, en el Lazio disponemos de 1 700 a.C.
skyphos con decoración de semicírculos colgantes Cuando finalmente se publicó su Master como
en el cementerio vilanoviano de Veii, Etruria Meri- monografía (Kearsley, 1989), realizó una actuali-
dional (La Rocca, 1974-75: 97, fig. D; Descoeu- zación parcial de la bibliografía hasta 1986, pero
dres y Kearsley, 1983: 41, 46, fig. 43), otro posible no de los mapas. Por otra parte, como precisan
en S. Omobono, Roma (Descoeudres y Kearsley, Popham y Lemos (1992: 154), resulta muy discuti-
1983: 42, n. 107), interpretado inicialmente como ble la atribución cronológica por Kearsley de su
1 skyphos de círculos completos (La Rocca, 1974- tipo 6 al Geométrico Final I-II, ca. 750-700 a.C.
75: 91-92, nº 1, fig. a y 1977: 386, fig. 2a) y final- En la isla de Ischia no existe ninguno dentro de los
mente otro en el cementerio de Villasmundo (Sici- niveles de destrucción del Geométrico Final, en
lia) (Voza, 1976-77: 570, lám. 108; Descoeudres y Xeropolis corresponden a un posible error de exca-
Kearsley, 1983: 41, n. 106) ya fuera de este análi- vación, en Kouklia la tumba había sido destruida
sis. por palas mecánicas y en Eretria no se ha publica-
Como puede observarse, los skyphoi con deco- do en detalle la estratigrafía.
ración de semicírculos colgantes parecen ser mas En la actualización de su Master (Kearsley,
antiguos que las cerámicas griegas actualmente 1989), tampoco no pudo acceder al casi coetáneo
publicadas de Cartago, y podemos fechar las pie- estudio de Coldstream y Bikai (1988: 39-40) sobre
zas de Sant’Imbenia y Veii entre el Protogeométri- Tiro, donde se publicaron 21 nuevos fragmentos,
co I-IIIa, 900-825 a.C., aunque puede tratarse de lo que convertía a Tiro en el yacimiento con mayor
piezas que siguieron en uso en fechas posteriores a presencia de skyphoi con semicírculos colgantes
su fabricación. en el Mediterráneo. Esta serie, que incluye los
No debe olvidarse que los skyphoi con decora- tipos 2 al 5 de Kearsley, en sus ejemplos estratifi-
ción de semicírculos colgantes anteceden a la cados, pertenecen a los niveles 10a y 9, y deben ser
colonización griega en el Sur de Grecia como atribuibles al Subprotogeométrico I-II, ca. 900-
demuestra su ausencia en Pitecusa (Ridgway, 850 a.C. (Popham y Lemos, 1996: tablas 2 y 3), lo
1984/1997: 46-47, 108-109 fig. 21, 164-165), que hace defendible que la mayor parte de los
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 313

skyphoi con semicírculos colgantes son anteriores cronología media egipcia y 1143-1136 a.C. en la
al 850 a.C., como ya en su día sugirieron Popham cronología baja, ca. 1130 a.C. (Oren, 1984: 41, 55-
y Lemos (1992: 153). 56 y 1993: 1331; Na’aman, 1994: 223; Singer,
Esto no implica que no existan pervivencias del 1993: 293-294; Finkelstein, 1995: 215-216), o
skyphoi con semicírculos colgantes, incluso en la incluso después con Ramses VIII, ca. 1129-1125
propia Lefkandi, donde tuvieron un amplio uso en a.C. (Oren, 1984: 41) (Tabla 3).
fases precedentes, como sucede con la presencia Este ataque de los pueblos del mar tampoco
excepcional de 15 skyphoi y 2 platos con decora- resulta concluyente en Ugarit, donde la fecha final
ción de semicírculos colgantes junto con un vaso de la destrucción de la ciudad y del final del man-
ático del Geométrico Medio I, 850-800 a.C., en la dato de Ammurapi oscila en el 1185 a.C. de Yon
pira 14 del cementerio de Toumba en Lefkandi, (1999: 113, 118) y 1182 a.C. de Liverani
asignable al Subprotogeométrico IIIa, ca. 850-825 (1988/1995: 435, tabla 16), siguiendo la cronolo-
a.C. (Popham et alii, 1988-89: 119-120, fig. gía media egipcia del 1186 a.C., una propuesta
13/14.1, 14.3, 14.13; Popham y Lemos, 1996: intermedia de van Soldt (1991: 3, 45 y 1995: 1260)
tablas 1-3, lám. 100/14.1, 14.3, 14.8 y lám. del 1175 a.C. o ya dentro de los parámetros de la
109/14.3). También sucede en la estratigrafía de cronología baja egipcia, el 1150 a.C. que propone
Tiro, donde hay ¿dos? platos con semicírculos col- Lipinski (1999: 3) (Tabla 4).
gantes (Bikai, 1978: 53-54 tabla 13a) que pueden La cronología de Israel se había basado en dos
ser asignables al Subprotogeométrico IIIa, ca. anclajes históricos, uno superior, la presencia de
850-825 a.C. Ramses III en Palestina-Israel y otro inferior, las
campañas asirias de Tiglath-pileser III entre el
734-732 a.C. (Na’aman, 1995), con un anclaje
3.- EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL intermedio probable, la campaña de Shoshenq I en
Palestina-Israel durante su reinado, 945-924 a.C.
El debate de la cronología en el Levante surge en la cronología media y baja egipcia, al asociarse
al introducirse una nueva fase de 50 años por I. con la referencia bíblica de Shishak (Jer. 25.26; 1
Finkelstein (1995 y 1996), 1180-1135 a.C., justo Kgs 14.25) (Mazar, 1957; Kitchen, 1989 y 2001:
después de la cerámica del Heládico Final IIIB, 8; Na‘aman, 1998). Sin embargo, al moverse la
por considerar que existe una fase estratigráfica en fecha superior, se ha producido un fenómeno de
Tel Lachish VI (Ussishkin, 1985: 223) y Tel Sera’ compresión cronológica puesto que las fechas asi-
IX (Oren, 1982: 166), sin presencia de cerámica rias permanecen constantes.
local monócroma del Heládico Final III C1b El problema básico ha sido que hasta fechas
(Kling, 1987 y 2000) o IIIC Middle, coetánea pre- muy recientes no se disponían de dataciones radio-
sumiblemente con Ramses III por la presencia de carbónicas independientes para los diferentes con-
un ostracón en Tel Sera’ IX (Oren, 1982: 166, juntos estratigráficos de este periodo de 442 años,
1984: 41 y 1993: 1331). 1176-734 a.C., sin presencia egipcia como sucede
Como esta cerámica se asocia a la presencia de durante el Imperio Nuevo, en buena parte debido a
los pueblos del mar, implica que su llegada a un enfoque tradicional en la investigación arqueo-
Palestina e Israel no se produciría hacia el 1186 lógica y por otro lado, a que se consideraba
a.C., tras el ataque a Egipto el octavo año del rei- implanteable discutir las fechas que propone la
nado de Ramses III (Edel, 1986), y su asentamien- Biblia para el nacimiento del gran estado unificado
to por el faraón en estas regiones, según la crono- de Israel con David y Salomón.
logía media egipcia. Ni tampoco tras la muerte de No obstante, trabajos recientes han comenzado
Ramses III el 1153 a.C. como propuso Mellaart a cuestionar determinados aspectos de la historici-
(1974: 522; Ussishkin, 1985: 223), y actualmente dad y el proceso cronológico de redacción de la
defienden Bruins, Mazar y van der Plicht (2003: Biblia (Garbini, 1986/2002; Liverani, 2003/2004),
tabla S2) al situar este asentamiento entre ca. que pronto ha tenido su proyección hacia el regis-
1150-1135 a.C. Sino que el ataque debió producir- tro arqueológico en la discusión del Myth of Solo-
se después, según la cronología baja egipcia de mon (Wightman, 1990). Esta revisión la han asu-
Wente y van Siclen (1977: 218) y Kitchen (1996: mido desde los investigadores biblistas de la Uni-
12) hacia el 1176 a.C., pero Egipto siguió mante- versidad de Copenhagen como T. Thompson
niendo el control militar de Palestina. Consecuen- (1999) y N. Lemche (1998), los cuales han sido
temente, el asentamiento en Palestina-Israel no se calificados de minimalistas, mientras que entre los
produciría hasta Ramses VI, 1151-1143 a.C. en la arqueólogos, han sido en particular investigadores
314 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 3.- Fuentes: Cronología Egipcia Alta: Faulkner y Cerny (1975: 1038-1039); Media: Baines y Malek (1984/1988:
36-37); Baja: Wente y Van Siclen (1977: 218) y Kitchen (1996: 4 tabla 3, 12); Muy Baja: Hagens (1999: 439).

Tabla 4.- Destrucción de Ugarit por los Pueblos del Mar bajo el reinado de Ammurapi. Fuentes: Yon (1999: 113, 118);
Liverani (1988/1995: 435, tabla 16); van Soldt (1991: 3, 45 y 1995: 1260); Lipinski (1999: 3).

de la Universidad de Tel Aviv, encabezados por I. antes asociadas al periodo salomónico, que pasarían
Finkelstein, quien por entonces había centrado su a etapas más tardías de la dinastía Omride, donde
investigación en este problema (Finkelstein, 1989). existen evidencias de inscripciones monumentales,
Este autor ha realizado el análisis global más com- ostraca o sellos inscritos indicativos de una admi-
pleto (Finkelstein y Silberman, 2001/2003), y al nistración estatal.
producir la cronología baja un desplazamiento de En todo caso, el positivo resultado final es que
Salomón del siglo X al IX a.C., por corresponder a a raíz de esta polémica, desde mediados de los
la banda cronológica de 900-820 a.C., coetáneo años noventa, se ha comenzado a construir una
con Megiddo VA-IVB (Finkelstein, 1996: 184- secuencia cronológica independiente desde un
185), se “debería cambiar la entera comprensión de punto de vista arqueológico que servirá de compa-
la historia de Israel”, desapareciendo buena parte ración con los datos de presumible carácter históri-
de las estructuras arquitectónicas monumentales co que contiene la Biblia.
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 315

3.1.- La secuencias estratigráficas de Israel 3.2.- La secuencias estratigráficas de Israel


según la cronología baja según la cronología media

El asentamiento tardío de los filisteos y otros La cronología media ha defendido un rápido


pueblos del Mar en Palestina-Israel se apoya en la asentamiento de los filisteos tras el ataque a Egip-
existencia de una posible nueva fase estratigráfica to el octavo año del reinado de Ramses III, ca.
en Tel Lachish VI (Ussishkin, 1985: 220-222) y 1176 a.C., asentándose a lo largo de la década
Tel Sera’ IX (Oren, 1982: 166, 1984: 41 y 1993: siguiente (Stager, 1995: 334-336). No obstante,
1331), sin presencia de cerámica local monócroma recientemente también se ha propuesto un asenta-
del Heládico Final III C1b o IIIC Middle, coetáneo miento más tardío (Bruins et alii, 2003: tabla S2),
al nivel VIIA de Megiddo y a una posible no ocu- al situarlo entre ca. 1150-1135 a.C., tras abando-
pación de Ashdod. No obstante, Mazar (1997: 158) nar la cronología media egipcia y elegir la crono-
considera que la cerámica monócroma del HF IIIC logía baja de Kitchen (1996), que se adecúa mejor
1b se trata de un fenómeno bastante anómalo fuera a las dataciones radiocarbónicas obtenidas. Debe
de las ciudades pertenecientes a la fase inicial de la tenerse en cuenta que esta nueva banda cronológi-
pentápolis filistea y no sirve como elemento defi- ca oscila entre el final del reinado de Ramses III,
nidor de una fase cerámica para toda la región de muerto el 1153 a.C., y el final del de Ramses VI,
Israel y Palestina. el 1136 a.C. Esta etapa, coetánea a Megiddo
Otro posible apoyo sería el nivel VIII de Tel VIIB, si antes era denominada Bronce Final IIB
Miqne-Ekron, que presenta 4 subfases arquitectó- (Mazar, 1990: 242 tabla 5), ahora constituye la
nicas con ausencia también de cerámica del HF Edad del Hierro IA (Bruins et alii, 2003: tabla
IIIC 1b (Killebrew, 1998: 164), que no es aceptado S2).
por Mazar (1997: 165 n. 3) porque los datos del A partir de su instalación haría su aparición la
área H, aún inédito, apoyan su argumentación, cerámica local monócroma del Heládico Final III
según comunicación personal de los directores de C1b o IIIC Middle, sin ninguna fase estratigráfica
la excavación S. Gitin y T. Dothan. intermedia hasta ca. 1150/1140 a.C., que antes
La cerámica bícroma filistea, en consecuencia, correspondería a Megiddo VIIA o Edad del Hierro
sólo haría su aparición entre el 1100-1000/990 a.C. IA (Mazar, 1990: 301 tabla 6), y actualmente ya es
(Finkelstein, 1995: 224), después ampliado hasta considerada el inicio de la Edad del Hierro IB, coe-
el 975/950 a.C. (Finkelstein, 1996: 179), donde tánea con D-6 de Tel Revov y S3-Lower VI de
está constatada de forma abundante en los niveles Beth Shean (Bruins et alii, 2003: tabla S2).
de Megido VIB, Tel Miqne-Ekron VI-V o Ashdod La segunda clave es el desarrollo de una larga
XII-XI. fase estratigráfica de casi 150 años, entre mediados
La siguiente fase estratigráfica está caracteriza- del siglo XI y todo el siglo X a.C., ca. 1150/1140-
da por la continuidad de un tipo de cerámica filistea 1000 a.C., Megiddo VIB y VIA, con presencia de
bícroma tardía, y la primera aparición de cerámica cerámica bícroma filistea, que corresponde a la
fenicia bícroma, que tradicionalmente se había Edad del Hierro IB (Mazar, 1990: 301 tabla 6),
situado hacia el 1000 a.C. (Mazar, 1997: 159), la cuyo final ahora se prolonga hasta el 980 a.C.
cual se desplaza ahora al 950 a.C., en estratos como (Bruins et alii, 2003: tabla S2).
Megiddo VIA, Ashdod X, Tell Miqne-Ekron IV, Tel Esta etapa marcaría el comienzo de un nuevo
Hadar IV o Beth Shean S2-VI Late-Upper. periodo, la Edad del Hierro IIA, a partir de un nivel
De esta manera, el periodo asignable a Salo- de destrucciones que incluye Megiddo VIA, las
mon se desplazaría hasta el siglo IX a.C., y al cuales se han fechado hacia el 1000 a.C. (Mazar,
correlacionarlo con el nivel VA-IVB de Megiddo, 1990: 301, 372, tablas 6 y 7), 1000-980 a.C.
coincidiendo con la primera aparición de la cerá- (Mazar, 1994: 49 y 1997: 160) o 980 a.C. (Bruins
mica Black on Red (Loud, 1948: lám. 88; Finkels- et alii, 2003: tabla S2), supuestamente atribuidas a
tein, 1996: 178-179, 185 y 1999: 63). Tras la des- David, justificadas bajo el argumento de que “aun-
trucción del nivel VA-IVB, se produciría un aban- que tales conquistas militares no son mencionadas
dono de Megiddo durante varias décadas (Finkels- en la Biblia, ellas probablemente ocurrieron, por-
tein, 1999: 63). El siguiente estrato, Megiddo IVA, que estas regiones son conocidas como parte del
a lo largo del siglo VIII a.C., 800-732 a.C., dispon- reino Israelita durante el tiempo de Salomon”
dría de un registro cerámico de Fine o Samaria (Mazar, 1997: 160).
ware y torpedo storage jars características del A partir de entonces, junto a la continuidad de
repertorio fenicio (Tabla 5). algunas cerámicas bícromas filisteas tardías, hace
316 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 5.- Cronología Baja (Finkelstein, 1995, 1996, 1998a: 215-216, 1999: 63-64; Finkelstein y Singer-Avitz, 2001:
236), Hazor X (Ben Tor y Ben-Ami, 1998: 25-27, fig. 15/1-2; Finkenstein, 2000: 243-244), Grecia (Mountjoy, 1998: 46,
tabla 1; Coldstream, 1968: 330, 1977: 385, 1981: 18, 1987: 22-25 y 1995: 200-205) y Egipto (Kitchen, 1996: 4 tabla
3, 12).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 317

su aparición en la Edad del Hierro IIA la cerámi- una confirmación cronológica tras el comienzo
ca bruñida de engobe rojo que va a caracterizar el del debate sobre la cronología baja o media, pues-
siglo X a.C., en estratos como Megiddo VB y to que como comenta Mazar (2001: 1333), la
VA-IVB, Ashdod X y IX, Tell Miqne-Ekron IV y mayor parte de las muestras fueron obtenidas en
III, Beth Shean S1-Lower V o Tel Revov VI y V, el Weizmann Laboratory por I. Carmi a partir de
que finalizaría con un nivel de destrucciones 1996, siendo ya citadas de forma preliminar un
supuestamente provocadas por el ataque de año después (Mazar, 1997: 160, 165 n. 6) y las de
Shoshenq I a Palestina e Israel hacia el 925 a.C., Tel Revov a partir de 1998. En los tres casos,
aunque desde nuestro punto de vista, esta con- incluyendo Tel Dor, a pesar que su director, E.
quista no necesariamente tuvo que suponer la Stern, señala que “personalmente no comparte los
destrucción de la mayor parte de las ciudades. El resultados de este caso de estudio ni ninguna con-
comienzo del reinado de Shoshenq I, ca. 945 clusión histórica que emana del estudio” (Sharon,
a.C. es unánimente aceptado por las cronologías 2001: 354), la mayor parte de los análisis por car-
alta, media, baja y super-baja egipcia (tabla 1) y bono 14 derivan de un nuevo proyecto dirigido
se ha mantenido en las propuestas actuales por A. Gilboa, I. Carmi y E. Boaretto para investi-
(Mazar, 1990: 372 tabla 7; Bruins et alii, 2003: gar la historicidad de la monarquía unida de
tabla S2). David y Salomón como es descrita en la Biblia,
No obstante, esto no supondrá el final de la concedido en el 2000 por la Israel Science Foun-
Edad del Hierro IIA como antes se defendía hacia dation de la Israel Academy of Sciences and
el 925 a.C. (Mazar, 1990: 372 tabla 7), sino que Humanities.
ahora se propugna su continuidad hasta el 830 a.C. A ellas hay que unir la existencia de 12 data-
(Bruins et alii, 2003: tabla S2), al incluirse tam- ciones aún inéditas del nivel IV de Tel Hadar,
bién el estrato IV de Tel Revov, de acuerdo con las excavado entre 1987-1993, con una datación
nuevas dataciones por carbono 14 y en particular, media de 2780±25 cal. 997-838 AC, 11 de ellas del
para tratar de acoplar la presencia de dos fragmen- Weizmann Laboratory (Finkelstein y Piasetzky,
tos cerámicos de inicios del Geométrico Medio I, 2003: 775), y 5 nuevas del nivel VIA=K-4 de
con la cronología tradicional del 850-800 a.C. Megiddo con una datación media de 2760±35 cal.
(vide infra) (Tabla 6). 997-828 AC (Finkelstein y Piasetzky, 2003: 776),
que se unen a las tres ya publicadas del nivel VIA
3.3.- El despegue de la cronología radiocarbónica (Finkelstein, 1998b: 170; Carmi y Segal, 2000:
en el Levante 502-503).
El problema es que salvo las últimas datacio-
Frente a la utilización del carbono 14 en los nes aún inéditas obtenidas de Megiddo, las pri-
yacimientos fenicios de la Península Ibérica desde meras de Tel Hadar se obtuvieron con los prime-
1970, a partir de la excavación de Toscanos (Mála- ros equipos de Gas Proportional Counting del
ga) (Schubart et alii, 1969; Almagro Gorbea, 1970: Weizmann Institute of Science Laboratory en
23), no se ha dispuesto de una información similar Rehovot, al igual que algunas de Beth Shean en
en el Líbano e Israel hasta fechas muy recientes, 1995, como RT-2325 que es algo más antigua, lo
teniéndose actualmente fechas orientativas para que inicialmente se creyó como algo más negati-
Megiddo, Beth Shean, Tel Revov, Dor y Tel Hadar, vo (Mazar, 1997: 165 n. 6), mientras que la
en parte aún inéditas, siendo las series más impor- mayor parte de las de Beth Shean, Tel Revov y
tantes por el número de fechas disponibles y los Tel Dor, se realizaron a partir de 1996, utilizando
datos contextuales publicados las de Tel Revov y unos nuevos equipos mediante Liquid Scintilla-
Dor. tion Counting. Esta información ya estaba dispo-
La 17 th International 14C Conference sobre nible a fines de 1999, pues llegó incluso a afir-
Near Eastern Chronology: Archaeology and marse que el debate estaba finalizado y la crono-
Environment, sirvió para la publicación de las tres logía baja era la correcta al disponerse ya de tres
series cronológicas más importantes, 33 datacio- amplias series de dataciones, por entonces aún
nes de Beth Shean excavado entre 1989-1996 inéditas, que la ratificaban (Knauf, 2000: 56 n. 2-
(Mazar y Carmi, 2001), 20 de Tel Revov excava- 3).
do desde 1997 hasta la actualidad (Mazar y Car- Probablemente por problemas de ajuste de los
mi, 2001) y 22 de Tel Dor excavado entre 1980- nuevos equipos en el Weizmann Institute, toda esta
1999 (Sharon, 2001; Gilboa y Sharon, 2001). En serie de dataciones realizadas entre 1996-2000
buena parte, han sido resultado de la búsqueda de resultan más recientes de lo normal. Este hecho
318 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 6.- Cronología Media (Mazar, 1985: 103 tabla 1, 1990: 301, 372-373 tablas 6-7 y 1994: 42, 44, 48-49, 53), Gre-
cia (Mountjoy, 1998: 46, tabla 1; Coldstream, 1968: 330, 1977: 385, 1981: 18, 1987: 22-25 y 1995: 200-205) y Egip-
to (Kitchen, 1996: 4 tabla 3, 12).

queda evidenciado al haberse fechado una serie de Arizona y 90 años en Groningen (Mazar, 2004: 33-
del estrato V, area C1, Locus 2425 en tres laborato- 34, tabla 2).
rios, Weizmann Institute (Mazar y Carmi, 2001: En todo caso, es importante tener en cuenta,
1338 tabla 6/1-9), el Accelerator Mass Spectro- como se refleja bien en la serie de dataciones de
metry de la Universidad de Arizona (Mazar y Car- Tel Dor, que incluso las fechas obtenidas por el
mi, 2001: 1338 tabla 6/10-18) y el Gas Proportio- Weizmann Institute, si se observa cada datación
nal Counting de la Universidad de Groningen individualmente, y no se agrupan haciendo una
(Bruins et alii, 2003: tabla S1). Su comparación media estadística, tanto permiten una elección
muestra que las fechas medias son 2699±7 B.P. en dentro de la Cronología Media, nuestra propuesta
Weizmann, 2749±16 B.P. en Arizona y 2788±14 con las dataciones que elegimos en negrita, como
B.P. en Groningen, esto es 40 años más antiguas en de la Cronología Baja (Tablas 7-8, 9-10).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 319

Tabla 7.- Estratigrafía de Tel Dor a partir de Sharon (2001: 346 fig. 1; Gilboa y Sharon, 2001: 1346-1347 tablas 1a-
1b y 2003: 14 tabla 1, 31-33, 58-59). Banda cronológica en Gilboa y Sharon (2001: 1347 tabla 1b y 2003: 60 tabla 23,
65-66). ¿? Niveles con asignación provisional a la fase correspondiente según Gilboa y Sharon (2003: 14 tabla 1). En
negrilla, niveles fechados por C-14 en Tel Dor y fechas que consideramos más correctas. Calibración según Cal. 4.2.,
Stuiver et alii (1998).
320 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 8.- Tipos de muestras: C= Carbón (Charcoal). S= Semillas (Seeds, Charred Cereal Grains, Olive pits). Fuentes:
Sharon (2001: 346 fig. 1), Gilboa y Sharon (2001: 1346 tabla 1a y 2003: 14 tabla 1, 58-59 tabla 22). Calib v. 4.2 según
Stuiver et alii (1998).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 321

Tabla 9.- Estratigrafía de Beth Shean, a partir de Mazar (1993: 205 tabla 1) y Mazar y Carmi (2001: 1334 tabla 1,
1336 tabla 2 y 4, 1339 tabla 7). En negrilla, niveles fechados por C-14. Calibración según Cal. 4.2., Stuiver et alii
(1998).

3.4.- Carbono 14 y cerámica protogeométrica característica hasta el Protogeométrico Final, ca.


y geométrica 950-900 a.C. (Lemos, 2002: 44-46).
Hasta fechas muy recientes, no ha existido aso-
Como comenta Renfrew (1991/1993: 12) en la ciaciones reales entre cerámicas protogeométricas
introducción de Centuries of Darkness, la cronolo- o geométricas en niveles con dataciones de carbo-
gía de la antigua Grecia entre el 1000-600 a.C. “se no 14 en el Levante. Sin embargo, desde el 2003
basa en una extraña línea de razonamiento”, sin disponemos de los primeros datos que han de ser-
embargo “los autores proponen aquí que muchas vir para contrastar de manera independiente la
de estas fechas podrían ser posteriores [más secuencia propuesta por Coldstream en 1968 y que
recientes]. Yo sospecho lo contrario”, idea que ha ido retocando puntualmente después en diver-
compartimos. sos artículos, en parte en función de los resultados
Un aspecto importante que tiene que compren- de las excavaciones en Lefkandi, lo que demuestra
derse, es que generalmente no es necesario revisar que la secuencia aún esta abierta a pequeños ajus-
la actual secuencia cronológica de las cerámicas tes.
protogeométricas y geométricas de Eubea y Ática Buena parte de este problema podía haberse
elaborada por Coldstream (1968) y refinada para el solucionado en los años ochenta y noventa si junto
Protogeométrico Inicial y Medio por Lemos a las excelentes publicaciones de Lefkandi
(2002), sino que lo que habitualmente se produce (Popham et alii, 1980; Popham y Lemos, 1996) se
es una aparición más antigua de una forma especí- hubieran realizado algunas dataciones en los
fica que se había considerado que no surgía hasta numerosos contextos funerarios disponibles del
un periodo concreto y se va determinando que tie- Protogeométrico Medio, Final y Suprotogeométri-
ne una aparición o mayor vigencia en una fase pre- co I y II.
via. Por ejemplo, el tipo 1 de los skyphoi con semi- El primer contexto conocido ha sido saber
círculos colgantes se ha demostrado que hace su que se disponían de 12 dataciones aún inéditas
aparición desde el Protogeométrico Medio, ca. del nivel IV de Tel Hadar, con una datación media
975-950 a.C., aunque no se convierte en una forma de 2780±25 B.P. cal. 997-838 AC (Finkelstein y
322 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 10.- Tipos de muestras: C= Carbón (Charcoal). MC= Madera carbonizada (Charred Timber, Tree Trunk). S=
Semillas (Seeds, Charred Cereal Grains, Olive pits). Fuentes: Mazar y Carmi (2001: 1334 tabla 1, 1336 tabla 2 y 4,
1339 tabla 7). Calib v. 4.2 según Stuiver et alii (1998).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 323

Piasetzky, 2003: 775), junto con una cerámica de semicírculos colgantes fechado entre el Subproto-
transición del Protogeométrico Medio al Protoge- gemétrico I-IIIa, 900-800 a.C. (Coldstream y
ométrico Final, ca. 950 a.C. Sin embargo, tam- Mazar, 2003: 33 fig. 5), y el nº 7-8, un skyphos áti-
bién existe una datación por AMS 2820±80 B.P. co de inicios del Geométrico Medio I, 850-800
cal. 1133-818 AC (Finkelstein y Piasetzky, 2003: a.C., esto es, ca. 850-840 a.C. (Coldstream y
775, 777), que parece sugerir una mayor antigüe- Mazar, 2003: 33 fig. 5). Las dataciones disponibles
dad. para este nivel sugieren claramente 25, o incluso
La presencia de un lebes en Tel Hadar IV ha 50 años más de antigüedad. GrA-21152 2770±50
sido fechado por Lemos (2002: 25, 228) en el Pro- B.P. 1016 (904) 814 AC, GrA-21267 2760±35 B.P.
togeométrico Medio o Final, 975-900 a.C., quizás 998 (902) 827 AC y GrA-21154 2730±50 B.P. 998
más de comienzos del Protogeométrico Final, 950- (892, 879, 838) 802 AC (Bruins et alii, 2003: tabla
925 a.C. Por su parte, Coldstream (1998: 358-359 S1) (Tablas 11-12).
n. 25) se inclina más por el momento de transición Esto puede solucionarse planteando bien que
del Protogeométrico Medio al Final, ca. 950 a.C. esta forma cerámica se retrotrae al Geométrico Ini-
Finalmente, Kopcke (2002: 110-112 fig. 1-4, 114) cial II ático, 875-850 a.C., o bien que el Geométri-
prefiere el Protogeométrico Final, “late 10th cen- co Medio I comienza hacia el 875 a.C.
tury”, ca. 925-900 a.C. y para subir la fecha sugie- La cronología del Geométrico Medio II ático
re la posibilidad de suprimir la fase del Protogeo- entre el 800-760 a.C., está basada en la aceptación
métrico Medio, lo que iniciaría el Protogeométrico de las fechas del Geométrico Medio corintio, y
Final hacia el 1000 a.C., y fecharía mejor la cerá- este, a su vez, se organiza a partir de las fechas que
mica hacia el 975 a.C. como sugiere Kochavi Tucídides aporta sobre las fundaciones de las colo-
(1996: 95 y 1998: 470) hacia el 1000 a.C., que pro- nias griegas en el Mediterráneo Occidental (Fran-
loga quizás hasta el 980 a.C. (Beck y Kochavi, cis y Vickers, 1985: 136).
com. pers. a Mazar, 2003: 29 n. 1) o 975 a.C. La fecha del 850 a.C. para el inicio del Geomé-
(Kopcke, 2002: 114 n. 12). trico Medio I ático es una hipótesis elaborada por
Es importante señalar que Tel Hadar cuenta Coldstream (1968: 303-304, 307, 330 y 2003: 249-
con un excelente contexto primario sellado, dentro 251 fig. 2) a partir de la presencia de una posible
de un edificio con división tripartita usando pila- imitación chipriota de un skyphos de un momento
res, donde se recuperaron en su interior 120 reci- final del Geométrico Inicial II o comienzos del
pientes completos, el 70 % grandes pithoi de alma- Geométrico Medio I ático en el estrato VA-IVB de
cenamiento con aceite, los cuales explotaron al Megiddo, del que eligió su momento final de des-
producirse un incendio, entre los que también se trucción. Entonces optó por seguir la cronología
incluye la vasija protogeométrica (Kochavi et alii, más reciente de Kenyon (1957: 200, 203-204 y
1992: 37-40; Kochavi, 1996: 190-191 y 1998: 470- 1964: 151-152), donde propone fechar Megiddo
471 fig. 2 y 4). VB-VA-IVB entre el 1000-850 a.C., de los cuales
Este contexto cerámico, aún inédito en su Megiddo VB sería entre 1000-930 a.C. destruida
mayor parte, ha sido asociado con Megiddo Vb o por Shoshenq I, seguida por un gap o abandono, y
Edad del Hierro I/II en la secuencia de Tel Dor tras posterior refundación por Salomón de Megiddo
haber visto los dibujos de la publicación en prepa- VA-IVB entre ca. 900-850 a.C, Megiddo IVA
ración (Gilboa y Sharon, 2003: 68) y a Tel Revov entre el 850-750 a.C. y Megiddo III entre 750-650
VI (Mazar, 2004: 30), abandonándose la anterior a.C. frente a la propuesta de Aharoni y Amiran
correlación con Megiddo VIA, pero aún pone en (1958: 183 tabla) de fechar Megiddo VB, 1000-
evidencia, desde nuestro punto de vista, la menor 950 a.C., Megiddo VA-IVB, 950-925 a.C., destrui-
adecuación entre las fechas que se proponen según da por Shoshenq I el 925 a.C., Megiddo IVA, 925-
la cronología baja para la Edad del Hierro I/II, 815 a.C. destruida por Haza’el, y Megiddo III,
880-850 a.C. (Gilboa y Sharon, 2003: 60 tabla 23, 815-732 a.C., esto es, 75 años más antiguo el final
65-66) y los datos cronológicos que aportan las de Megiddo IVB, 925 en vez de 850 a.C. y 65 años
dataciones radiocarbónicas y la cerámica protoge- para el final de Megiddo IVA, 815 en vez del 750
ométrica. a.C.
Las recientes excavaciones en Tel Revov ha Los dos fragmentos de un skyphos del Geomé-
proporcionado las últimas asociaciones entre cerá- trico Medio I ático fueron publicados por Clair-
mica protogeométrica y geométrica con dataciones mont (1955: 99, lám. 20/1-2) como procedentes de
con carbono 14. La fase IV presenta en el Area C, Megiddo V, sin embargo, según información obte-
nivel 1a, dos recipientes, el nº 4, un skyphos con nida posteriormente por Riis (1970: 144-146, n.
324 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 325

Tabla 11.- Estratigrafía de Tel Revov, a partir de Mazar (1999: 9-10 tablas 1-2, 30 tabla 3), Coldstream y Mazar
(2003: 31 tabla 1, 41 tabla 2), Bruins et alii (2003a: tabla S1). Cerámicas protogeométricas y geométricas en Colds-
tream y Mazar (2003: 32-40, fig. 2-7) y Mazar (2004: 24-26, fig. 1-2). Banda cronológica de la Cronología Media tra-
dicional revisada en Bruins, Mazar y van der Plicht (2003a: tabla S2). En negrilla, niveles fechados por C-14 en Tel
Revov. Calibración según Cal. 4.2., Stuiver et alii (1998).

587) en los archivos del Oriental Institute de la (1971), y consideró el trabajo de Coldstream
Universidad de Chicago, y no dispuso en su (1968) como el nuevo estandar o referente crono-
momento Coldstream (1968: 303-304), al menos lógico para el Protogeométrico Final y Geométri-
un fragmento (Clairmont, 1955: 99 nº 4, lám. co, sin preguntarse por la cronología relativa que
20/1a-1b) procede de un espacio abierto, locus apoyaba la propuesta de Coldstream.
376, entre el edificio 338 y la muralla 325 cons- Los otros nuevos fragmentos que proceden de
truida en el estrato IVA, al que debería entonces un contexto estratigráfico bien datado en Tel
atribuirse los fragmentos, o simplemente valorar- Revov V, son los 5-6º y 9-11º del Area B, nivel 5,
los como no procedentes de un contexto bien estra- asignables a una pyxis eubea del Subprotogeomé-
tificado, como han señalado Fantalkin (2001: 119) trico II, 875-850, aunque su uso se podría prolon-
o Mazar (2004: 27-28). gar hasta el Subprotogeométrico IIIa, 850-825/800
Por otra parte, sólo tres años después de la a.C. (Coldstream y Mazar, 2003: 34 fig. 6a; Mazar,
publicación del trabajo de Coldstream, la propia K. 2004: 24-26, fig. 1-2). Las dataciones disponibles
Kenyon (1971: 67, 71) acabó renunciando a su para este nivel también sugieren claramente un
propuesta cronológica de Megiddo y aceptó los mínimo de 25 años más de antigüedad. GrA-21047
resultados de las excavaciones de Yadin de situar la 2820±35 B.P. 1049 (973-941) 897 AC, GrA-21179
ciudad de Salomón en Megiddo VA-IVB, que ten- 2770±50 B.P. 1016 (904) 814 AC y GrA-21034
dría su final en el ataque de Shoshenq I el 925 a.C., 2760±35 B.P. 998 (902) 827 AC.
como venían defendiendo Aharoni y Amiran Esto puede solucionarse planteando que esta
(1958: 183 tabla). Esto ya no afectó a la fecha del forma cerámica se retrotrae al Subprotogeométrico
Geométrico Medio I ático en el 850 a.C., pues de I, 900-875 a.C. O si elevamos 25 años la cronolo-
acuerdo con la primera propuesta de Kenyon, gía del Geométrico Medio I ático, coetáneo del
Megiddo VA-IVB abarcaba entre el 900-850 a.C., Subprotogeométrico IIIa, como proponíamos en el
y ahora, tras su revisión, oscilaba entre el 975/950- caso anterior, ya estaría solucionado el problema,
925 a.C. Consecuentemente, puesto que Coldstre- pues entonces el Subprotogeométrico II corres-
am eligió justo el momento final de destrucción, se pondería al 900-875 a.C.
debería haber retrotraido hasta el 925 a.C. el inicio Otra posibilidad es la propuesta de Kopcke
del Geométrico Medio I ático. (2002: 116) de la supresión del Protogeométrico
Sin embargo, al tratarse de dos áreas de inves- Medio, sin embargo se trata de un fase estilística
tigación diferentes, la arqueología clásica y la definida, y la propia Lemos (2002: 26) ha sugerido
arqueología bíblica, la investigación en el mundo recientemente la reducción de su duración a sólo
egeo no asumió las consecuencias de la propuesta 25 años, 975-950 a.C.
cronologica de la Edad del Hierro de Aharoni y En nuestro pequeño ajuste cronológico, al ele-
Amiran (1958), la cual terminó aceptando Kenyon var 25 años la secuencia actualmente vigente, el
326 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 327
328 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 12.- Tipos de muestras: C= Carbón (Charcoal). MC= Madera carbonizada (Charred Timber, Tree Trunk). S=
Semillas (Seeds, Charred Cereal Grains, Olive pits). Fuentes: Mazar y Carmi (2001: 1336 tabla 3, 1337 tabla 5, 1338
tabla 6), Bruins et alii (2003: tabla S1). Calib v. 4.2 según Stuiver et alii (1998).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 329

final del Submicénico y el comienzo de la fase de Por otra parte, las recientes excavaciones en la
transición al Protogeométrico Inicial comenzaría necrópolis de Al Bass en Tiro, ponen en evidencia
en el 1050, como en su día propuso Desborough la existencia de urnas del Chipriota Arcaico I Ini-
(1964: 18-19), el Protogeométrico Medio se cial y Pleno en un contexto asociable al nivel 4 que
situaría a partir del 1000 a.C., como plantea es fechado por Bikai en el 760-740 a.C., y de urnas
Coldstream, el Protogeométrico Final en el 975 del Chipriota Arcaico I Pleno coetáneas con el
a.C. y el Subprotogeométrico I y el Geométrico nivel 3 de Tiro que se fecha entre el 740-690 a.C.,
Inicial comenzarían en el 925 a.C., lo que permi- cuando el inicio del Chipriota Arcaico se ha veni-
tiría que el Geométrico Medio I y el Subprotoge- do situando en el 725 a.C. (Karageorghis, 1990:
ométrico IIIa comenzasen en el 875 a.C. (Tabla 218), y más recientemente se ha elevado hasta el
13). 750 a.C. (Coldstream, 1999: 155; Karageorghis,
La secuencia de Tiro apoya esta propuesta de 2002: 6). Si aceptamos esta mayor antigüedad del
elevar en 25 años el Geométrico Medio I ático al Geométrico Medio I ático al 875 a.C., podría ele-
875 a.C. El estrato 8 presenta la coexistencia de varse la cronología final del Geométrico Medio II
un cauldron (Bikai, 1978: lám. 22a/7), del Proto- ático del 760 a.C. al 775 a.C., y simultáneamente
geométrico Final, 950-900 a.C., con un skyphos proponer el inicio del Chipriota Arcaico I hacia el
ático (Bikai, 1978: lám. 22a/3) del Geométrico 775 a.C., que sería más coherente con los contex-
Medio I, 850-800 a.C., que implican una banda tos de los niveles 4 y 3 de Tiro, y aún dejaría 125
cronológica demasiado amplia, 950-800 a.C. años de desarrollo para el Chipro-Geométrico III,
para un solo estrato, y si se elige la propuesta de 900-775 a.C. (Tabla 14).
Bikai (1978: 68), 850-800 a.C. supone considerar
que la pieza del Protogeométrico Final se trata de 3.5.- La cerámica protogeométrica y geométrica
una intrusión. En este sentido, el propio Colds- en la secuencia estratigráfica de Tiro
tream (1995: 193 n. 31) ya ha elevado la cronolo-
gía del skyphos ático a la transición del Geomé- Como resalta Bikai (1978: 64), la secuencia
trico Inicial II o Geométrico Medio I, 875-800 cronológica de Tiro está basada en la cronología de
a.C. la importaciones chipriotas para el Bronce Final y

Tabla 13.- Cronología de la cerámica de Eubea y Ática. Fuentes: Submicénico según (D) Desborough (1964: 18-19) y
(M) Mountjoy (1998: 46, tabla 1); Protogeométrico Inicial y Medio según (L) Lemos (2002: 26), Protogeométrico
Final y Geométrico según (C) Coldstream (1968: 330, 1977: 385, 1981: 18, 1987: 22-25, 1995: 200-205 y 1998: 358).
330 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 14.- Nueva propuesta cronológica del Geométrico Chipriota, modificando el final del Chipro-Geométrico III.
Fuentes: Heládico Final IIIC-Submicénico según Mountjoy (1998: 46, tabla 1); Protogeométrico según Coldstream
(1968: 330, 1977: 385, 1981: 18, 1987: 22-25 y 1995: 200-205). Egipto según Kitchen (1996: 4 tabla 3, 12). Israel
según Mazar (1990: tablas 6-7, 372-373 y Mazar en Bruins et alii, 2003: tabla S2) y Gilboa y Sharon (2001: 1347 tabla
1b y 2003: 60 tabla 23, 65-66). Chipre según Gjerstad (1948: 427 y 1953: 22-23); Van Beek (1951: 27); Birmingham
(1963: 39-41) Early Iron Age (CG I-II), Middle Iron Age 1 (CG III); Vandenabeele (1971: 17); Cook (1988: 15-16);
Demetriou (1989: 3); Karageorghis (1990: 217-218 y 2002: 6); Iacovou (1994: 149); Torres (1998: 57); Coldstream
(1999: 111, 115). Península Ibérica según Mederos (1997: 78, tabla 3).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 331

en las griegas para la Edad del Hierro. Consecuen- 900-800 a.C., Subprotogeométrico I-III que sugie-
temente, si la cronología de la cerámica protogeo- ren Coldstream y Bikai (1988: 40) para los tipos 2
métrica y geométrica griega es más antigua de la y 3 de los skyphoi con semicírculos colgantes, para
que se presuponía en la monografía de Bikai, la así mantener las fechas en su día propuestas por
cronología de la cerámica fenicia debe retrotraer- Bikai (1978: 68) para el nivel 10, 850 o los niveles
se, y simultáneamente debe ocurrir lo mismo en el 9-8, 850-800 a.C. En este sentido, Lemos (2002:
Mediterráneo Central y la Península Ibérica, pues 228) recientemente ha fechado el skyphos del nivel
apenas se realizan dataciones de carbono 14 en los 10a entre el Protogeométrico Final y el Subproto-
yacimientos fenicios, y la cronología cerámica geométrico I, ca. 950-875 a.C.
depende casi siempre de la secuencia originaria de La necesidad de una revisión cronológica es
Tiro. particularmente evidente entre los siglos X-VIII
Lamentablemente, cuando se realizó un estu- a.C., puesto que la secuencia estratigráfica de Tiro
dio en detalle de las cerámicas protogeométricas y que pudo documentar el sondeo de Bikai está afec-
geométricas de la estratigrafía de Tiro (Coldstream tada en los niveles a partir del siglo VII a.C., estra-
y Bikai, 1988), diez años después de la publicación tos que sí se documentaron en otras áreas anexas al
de la monografía (Bikai, 1976 y 1978), no se ana- sondeo publicado (Coldstream y Bikai, 1988: 37).
lizó las consecuencias cronológicas que estas cerá- En este sentido, mientras Bikai (1978: 68)
micas tenían dentro de la secuencia del poblado, fecha entre el 740-700 a.C. el estrato 3 de Tiro, la
por la asunción de Coldstream, en parte influencia- presencia de cerámica del Geométrico Medio II
do por el libro de Kearsley (1989), de la posible indica un 800-760 a.C. De la misma forma, los
pervivencia de los skyphoi con decoración de estratos 9 y 8 son fechados por Bikai en el 850-800
semicírculos colgantes en contextos del Subproto- a.C. cuando se ha documentado cerámica eubea
geométrico III, coetáneo al Geométrico Medio I y del Protogeométrico Final que se fecha entre el
II, ca. 850-750 a.C. 950-900 a.C. junto con skyphoi y platos con semi-
La presencia en Tiro de 21 nuevos fragmentos círculos colgantes que no deben sobrepasar el
de skyphoi con semicírculos colgantes, convirtie- Suprotogeométrico I-II, 900-850, o como mucho
ron a Tiro en el yacimiento con mayor presencia en el inicio del Subprotogeométrico IIIa, 850-825.
el Mediterráneo (Coldstream y Bikai, 1988: 39- Finalmente, el estrato 11 presenta un ánfora eubea
40), skyphoi que cabe atribuir a los tipos 2-5 de del Protogeométrico Medio, 975-950 a.C. y un
Kearsley, por ejemplo el nº 41 al tipo 2, el nº 42 al skyphos del Protogeométrico Final, 950-900,
tipo 3, el nº 43 al tipo 4, o los nº 32 y 34 al tipo 5, mientras Bikai ha fechado el estrato en el 925-850
aunque la mayor parte de ellos no proceden de a.C. (Tabla 15).
contextos bien estratificados. Nuestra propuesta, aparte de su revisión crono-
Aunque sólo el tipo 1 de los skyphoi con semi- lógica, plantea la probable presencia de un gap en
círculos colgantes hace su aparición desde el Pro- la ocupación de Tiro después del estrato 15 del
togeométrico Medio, ca. 975-950 a.C., una inova- Bronce Final en función del registro cerámico, que
ción eubea, hasta convertirse en una forma caracte- probablemente sea sólo en el sector excavado
rística del Protogeométrico Final, ca. 950-900 a.C. como ya insinua Bikai (1978: 8) a partir del análi-
(Lemos, 2002: 44-46), probablemente los tipos 2 y sis arquitectónico, y no tiene que hacerse extensivo
3 ya debieron están presentes desde el inicio del al resto de la ciudad. La reanudación de la ocupa-
Subprotogeométrico I, ca. 900, como sugieren su ción en el estrato 14, en la transición entre el Sub-
coexistencia en Tiro en los niveles 10a y 9, un micénico e inicios del Geométrico Inicial, ca. 1015
posible tipo 3 del nivel 10a datado por Bikai a.C. Y la no necesidad de plantear la continuidad
(1978: lám. 24/6) en el 850 a.C. y otro del nivel 9, del estrato 1 hasta inicios del siglo VI a.C. en el
atribuido por Bikai (1978: lám. 22a/4) al 850-800 sector objeto del sondeo (Bikai, 1987: 68-69 tabla
a.C., también posiblemente del tipo 3 (Coldstream 2), reduciéndolo a una banda temporal de poco
y Bikai, 1988: 40 n. 55), subtipos que pertenecen más de 25 años (Tabla 16).
mayoritariamente al Subprotogeométrico I-II, ca. La nueva serie de nuevas dataciones por carbo-
900-850 a.C. (Popham y Lemos, 1996: tablas 2 y no 14 obtenidas en la necrópolis de Al-Bass
3), en un contexto donde otras piezas del nivel 9 (Aubet, 2004: 469-471) por Beta Analytic Inc.,
cabe atribuirlas al Protogeométrico Final, 950- lamentablemente a pesar del esfuerzo y notable
900, como un skyphos con cruz de malta inserta en precedente que marca, no resultan coherentes con
círculo (Coldstream, 2000: 21). Consecuentemen- los contextos cerámicos analizados, probablemen-
te, resulta en exceso prudente la cronología del te por tratarse de huesos cremados que han sido
332 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 15.- Cerámica protogeométrica y geométrica en la estratigrafía de Tiro. Fuentes: Tyre: Coldstream y Bikai
(1988: 38-41), Coldstream (1995: 193 n. 31 y 2000: 23), (L) Lemos (2001: 218 y 2002: 25, 228), (N) Nitsche (1986-
87: 13-14, fig. 1) y Bikai (1978: 68). Tel Hadar: Coldstream (1998: 358-359 n. 25).
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 333
334 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 335

Tabla 16.- Secuencia estratigráfica de Tiro con la nueva propuesta cronológica. Fuentes: Bikai (1978: 68 y 1987: 68-
69 tabla 2), Aubet (2004: 465 fig. 312, 469-471), Núñez (2004: 352 fig. 241, 363) y Bikai (Kition, n.d.) en (NS) Nicola
Schreiber (2003: 208 n. 94). Sag/Ram, Sagona (1982)/Ramon (1995). Dataciones por Carbono 14 en negrilla. Cali-
bración según Cal. 4.2.

sometidos a altas temperaturas que hace desapare- fenicias del Mediterráneo Occidental, y conse-
cer el colágeno o fracción orgánica del huesos, y cuentemente, la colonización o frecuentación feni-
exigen un tratamiento específico como el desarro- cia tiene que remontarse a fechas necesariamente
llado por el Laboratorio de Groningen (Lanting y anteriores a las que conocemos en estos yacimien-
Brindley, 1999; Lanting et alii, 2001). tos.
Finalmente, se presenta una propuesta orienta- Entre proceso tuvo que producirse entre el 950-
tiva provisional de correlación de la estratigrafía 825 AC, y debió intensificarse en forma de un cier-
de Tiro con las principales secuencias del Sur del to número de asentamientos permanentes a lo lar-
Líbano y el Norte de Israel, algunos de cuyos yaci- go de todo el siglo IX AC. Estas etapas están, de
mientos aún están en excavación o en proceso de momento, escasamente presentes en el registro
publicación de la correspondiente monografía, y arqueológico aunque hay materiales aislados que
deberá revisarse en un futuro inmediato (Tabla 17). apuntan en esta dirección. Cerámicas representati-
vas de Tiro 5, aunque tienen su máximo en Tiro 4
y continúan hasta Tiro 3, están presentes en los
4.- LA SECUENCIAS FENICIAS EN TIRO niveles más bajos del Castillo de Doña Blanca,
Y LA PENÍNSULA IBÉRICA como la forma 8 de plato (Ruiz Mata, 1994: fig.
14/9; Bikai, 1978: 21 tabla 3a, 23), niveles que aún
En general, nunca se ha otorgado importancia a están prácticamente inéditos.
que no existe una verdadera correlación entre las Otro tipo de plato, también representativo de
cerámicas fenicias de Tiro con las que conocemos Tiro 5, con máximo en Tiro 4 y continuidad hasta
en la Península Ibérica, desde Morro de Mezquiti- Tiro 3, es el plato de Fine Ware 7, localizado en la
lla B1 en adelante, tanto en los tipos y porcentajes fase 4 –2ª arqueológica- de la calle San Salvador nº
de las ánforas R-1 o 10.1.1.1., en los jarros trilobu- 2 de Huelva, antigua ladera del Cabezo de la Espe-
lados, en el porcentaje completamente divergente ranza (Gómez Toscano et alii, 2002: 317 fig. 3/1;
entre platos y escudillas o carinated bowls, en la Bikai, 1978: 27 tabla 4a, 29, lám. 11a/18).
gran abundancia de cerámicas con engobe rojo Otra pieza especialmente interesante es el jarro
frente a su menor representación en Tiro, etc. de engobe rojo con bandas negras de boca cuadra-
Esto es importante porque como recogen da o squared rim jug procedente de Huelva, corres-
Coldstream y Bikai (1988: 36-37), aparte del pondiente al tipo 8Ae de Tiro (Gómez Toscano,
material publicado del sondeo realizado entre 2001-02: 113 fig. 3/8; Bikai, 1978: 34 tabla 6a, 38
Agosto de 1973 y Julio de 1974, Bikai estima que tabla 8Ae) que tienen su mayor presencia en Tiro 5
procesó entre 15 y 30 millones de fragmentos cerá- y 4.
micos de un área entre 30 a 60 veces mayor que el Finalmente, la pieza más importante, fue locali-
pequeño sondeo publicado, lo que le permite plan- zada en la excavación de 1982 en la Calle del Puer-
tear que se trata de una secuencia más representa- to nº 6 de Huelva, en el último nivel excavado,
tiva de lo que habitualmente se ha pensado, mate- durante el primer año en que el Servicio de Arqueo-
rial que debía aparecer en un segundo volumen aún logía de la Diputación de Huelva se hizo cargo de
no publicado que incorporaría el material recons- las excavaciones de urgencia. Corresponde a un
truido más significativo de las excavaciones pre- jarro de boca cuadrada, con decoración bícroma
vias entre 1970-72. concéntrica a ambos lados de la panza, que no se
Ello implica que debió existir una trayectoria conserva, pero sí en el borde interior, de un squared
propia en Occidente, desde fechas relativamente rim bichrome jug del tipo 8Ad de Tiro (Fernández
antiguas, pues los primeros conjuntos que conoce- Jurado, 1986: 568-569 fig. 5/4; Gómez Toscano y
mos en Morro de Mezquitilla A/B1 y B1, ya tienen Balensi, 1999: 62, 65 fig. 7/1; Bikai, 1978: 34 tabla
todas las características propias de las cerámicas 6a, 38 tabla 8Ae), asignado por Fernández Jurado
336 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

Tabla 17.- Propuesta provisional de correlación de las secuencia de Tiro con las estratigrafías de la Edad del Hierro
en el Norte de Israel y el Libano, a partir Gilboa y Sharon (2003: 55 tabla 21, 56-57, 62-63), Mazar (1990: 301, 372-
373 tablas 6-7), Coldstream y Mazar (2003: 41 tabla 2) y Bikai (1987: 68 tabla 2), ampliado y modificado.

(1986: 569) a Tiro 5-4, que nos encontramos desde de vista, y de otros autores (Bruins et alii, 2003b:
Tiro 5 (Bikai, 1978: lám. 18A/10) hasta Tiro 9 568c; Stager, 2003: 64-67; Mazar, 2004: 31-35),
(Bikai, 1978: lám. 21/8-10) e incluso Tiro 10a los datos disponibles no sugieren la necesidad de
(Bikai, 1978: 34 tabla 6a, 40), también presente en optar por cronologías tan bajas, que tampoco
Tell Abu Hawan IIIb (Gómez Toscano y Balensi, resultan adecuadas a los datos actualmente dispo-
1999: 56 fig. 3/1). Estos datos, y las dataciones nibles en el Mediterráneo Occidental para el Bron-
disponibles de la Península Ibérica e Israel, nos ce Final y los inicios de la presencia fenicia
permiten también hacer una propuesta orientativa (Mederos, 1996: 74, 79-81 y 1997: 78, tabla 3, 85,
provisional de correlación de la estratigrafía de tablas 15-16; Mederos y Ruiz Cabrero, e.p.;
Tiro con algunos de los primeros yacimientos feni- Torres, 1998: 51-52). No obstante, el esfuerzo
cios de la Península Ibérica (Tabla 18). común de todos los investigadores en el debate
Por último, es importante señalar, que frente a está produciendo un aporte continuo de nueva
los recientes posicionamientos favorables a la cro- información que acabará sirviendo para construir
nología baja (Gilboa y Sharon, 2001: 1346-1349 y definitivamente una cronología arqueológica inde-
2003: 59-60; Coldstream, 2003: 255-256; Finkels- pendiente que habrá de confirmar, matizar, refor-
tein y Piasetzky, 2003a: 773-777 y 2003b: 568b; mar o refutar los datos de presumible carácter his-
Núñez, 2004: 286, 357-358), desde nuestro punto tórico que contiene la Biblia.
Anejos de AEspA XXXV ALFREDO MEDEROS MARTÍN 337

Tabla 18.- Correlación provisional de la secuencia estratigráfica de Tiro con el Norte de Israel y la Península Ibérica.
Fuentes: Aguayo et alii (1991: 311), Arruda (1999-2000: 150-151, 161-162), Barros et alii (1993: 110), Bikai (1978:
68 y 1987: 68-69 tabla 2), Bruins et alii (2003: tabla S1), Carrasco et alii (1985: 295, 305-306 y 1987: 88), Carrilero
et alii (2002: 75,108 fig. 3), Gomes (1993: 82-83), González Gómez et alii (1987: 384), Molina González (1983: 36),
Pingel (2002: 245), Sharon (2001: 346 fig. 1) y Schubart (1983: 130). Calib v. 4.2 según Stuiver et alii (1998).

5.- AGRADECIMIENTOS proyecto de investigación BHA2000-0736 del


Ministerio de Ciencia y Tecnología. Queremos
Una versión preliminar de este trabajo sobre agradecer el apoyo de Martín Almagro Gorbea y
el Mediterráneo Oriental se presentó en el V Con- C.C. Lamberg-Karlovsky, a J.N. Coldstream por
greso Internacional de Estudios Fenicios cele- animarnos a continuar, a L.E. Stager la revisión
brado en Palermo el 2000 (Mederos, e.p.), y pos- del texto, a F. Núñez puntualizaciones sobre la
teriormente fue ampliado incluyendo el Medite- cerámica de Tiro, a M. Torres su permanente dis-
rráneo Occidental para el Congreso de Protohis- cusión amistosa y finalmente a S. Celestino y J.
toria del Mediterráneo Occidental en Mérida el Jiménez Ávila su invitación a participar con esta
2003. Esta investigación se inserta dentro del ponencia.
338 LA CRONOLOGÍA FENICIA. ENTRE EL MEDITERRÁNEO ORIENTAL Y EL OCCIDENTAL Anejos de AEspA XXXV

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