Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 15
CHRISTIANE BLOT-LABARRERE MARGUERITE DURAS ‘Traduecién: Victor Goldstein EDIGIONES DE LA FLOR ‘Tilo del original francés: MARGUERITE DURAS (© Editions du Seuil, Paris, 1992 | ca Sus libros deberian bastar. Por qué se escribe acerca de los escritores? ‘Mancursere Duras ‘Tapa: Gustavo Pedroza © 1904 ty Béiciones do la Flor SRL. Anchoris 27, 1280 Buenos Aires Queda heché ol depésito que estabece Ia ley 11.723, TImpreso en Argentina Printed in Argentina ISBN 950515-135-7 2 Las infaneias de Duras Cuando nies, lefamos de noche ala fuz de la luna, sobre la veranda del bungalow, frente al bosque de Siam. ‘Mancurnrns Duras En los escritos de Marguerite Duras, los més antiguos recuerdos conservan la luz auroral propia de toda géne- sia, y no parecen pablar primero una nostalgia. Ella tasedia y delimita el pasado para captar mejor sus cua- lidades ineomparables. Asi, la infancia se convierte en piedra angular de la obra. ;Otro momento de su vida inspira sus novelas? “No, Nada fuera de mi infancia” “tedo cuanto he vivide después no sirve para nada. ‘Stendhal tiene razén: interminablemente la infancia’ ‘Nacida en la Cochinchina, pero instalada en Fran- ia alos dieciocho anos, nunca se apart6 de los "Flandes tropicales” (Bl amante de la China del Norte, pig. 48),ni de sus aos pasados: “No porque uno se desplace se separa de su infancia (..). El ugar natal que tengo est pulverizado. Y, si ast lo quieren, nunca me abandona” “Fore Titre, NY 08, of 96M at te a tmado om Lares Medina mars de 008 eran te epee do 188 uM (Les Yeux vert, pag. 199). Toda Ia escritura depende de ‘una bésqueda tanto del espacio comodel tiempo perdido. A través de ella, prometides a una duracién sin peripe- ias,conservan un auraintacta,Sinlimitarlosalexotismo ‘eon que habrian podido adornarse, la ruptura los recom- poney glorifica.A partir declios se dibujael horizonte de la obra. A lo largo de los libros o las peliculas, diversos ‘motivos se ordenan, fingen extraviarse, luego reapare- con a la vuelta de una frase: motor visible o invisible, siempre profundo. Madeja que se debe desenmaranar. Pero esto, que borra las interferencias y quita su unidad ‘@ un conjunto gobernado por la exuberancia de los paisajes, la miseria, la riqueza, la desigualdad, lamadre y los hermanos, el deseo, la vida dificil, la preeocidad ‘amorosa,el calor, los péjaros, lalepra,el miedo, lalluvia, es arbitrario, Suerte de epopeya cuyo relato casi habria desaparocido, fragmentado en imagenes, sonidos, colo- reseinstantes, una epopeya detodos os posibles:";Quién no habrfa eaido en Ia epopeya con una infancia como éatat”® Esa mitologia que es la infancia Anamita, nina delgada y amarilla (Outside, pig. 277), Joven de’ Indochina (Bi amante, pag. 120), eriolla ‘Marguerite Duras se dosigna a sf misma precisamente con este aspecto la species del espejo~. Su apego indes- ‘tructible a una tiorra en que la naturaleza y el clima pparecen “como hechos para los nifios" (La Vie matériel, ég. 70) se encuentra en el origen de una doble determi Bie Marguerite Duras Mantra opt 4.8 35 ‘nacién: no recordar, no olvidar. No querer recordar: “No zesiento francesa”, dice Marguerite Duras alia Kazan (Les Yeus verts, pig 200), y a Xavire Gauthier:"Tal vez ‘me encuentre en suspenso desde que estoy en Franciaen cesta patria podrida”." No poder alvidar: "Esto es lo que ‘ahora descubro, yes que era falsa esa pertenencia a la raza francese, perdén, ala nacionalidad francesa. (..) Se Ga cuenta, éramos més vietnamitas que franceses” ‘En este deseuartizamiento ~"No nacf en ninguna parte” (La Vie matérielle, pég. 70) ella encuentra el principio de eu relacién con el mundo y com la ereacién Iiteraria. Tres circunstancias forman su basamento: no haber nacido en “paises accesibles” (Les Yeux verts, pig. 200), haber probadola libertad, haber conocido la pobre- 2a, Las sensaciones, hasta os especticulos que ofrecen {los imaginativos los continentes lejanos, ella los lleva fen si misma desde siempre. Por otra parte, su madre, preocupada pore lote incultivableque le han atribuido, ‘ho dispensa una educacién estricta. Ast se desarrolla tuna infancia preservada de toda obligaci6n: “All vivia- ‘mossin urbanidad, sin modales, sinhorarios. Yohablaba Ja lengua vietoamita. Mis primeros juegos eran ir al Dosque con mis hermanos. No sé, algo de inalterable debe quedar, después." Finalmente, separada de la sociedad blanca, que hacia fortuna practicando con de- ‘masiada frecuencia la “ratorfa colonialista’,* no con- ‘serva de esto una verdadera amargura: “A causa de la 2 HE Drm FG rg 105 Me Dora At Buren. cp ob & ADurek Gohan op cp 395. VéasMt Duran MC Po. ie Eamon ee rad te munca ls tan es os Fave. erste, opt 36 profesién de mi madre tuvimos esa suerte de vernos relegados al rango de indigenas.(..) Pareso, luego, pude escribir, levantar todo lo que esto encubria”.* Sin em- ‘argo, antes de que su madre fuera reducida a vivir “de sus pensiones de viuda y do jubilada do la ensefianza colonial” (Eden Cinéma, pg. 2), se entablan confic- tosasualrededor, primero arvados yluego violentos. De esto se desprenden por lo menos dos consecuencias. “Tantoen suobra como en suvida, Marguerite Duras manifesta una viva sensibilidad con respecto a todos los oprimidos, todas las opresiones. Mis ampliamente, se ddesarrolla en ella la convicein de que la vida no es mais (que un “acsidente matemstico", que hay una malignidad ‘que define al hombre” y que todo estoesirremediable.”” ‘Tributodeuna prueba que, ubieéndose muy prontoen ia historia personal, en ella seincrusta definitivamente. Al presentar los textos de La Vie matériele, scribe: “nin- {guno refleja lo que yo pienso en general del tema enca- ado porque yono piensonada, en general,denada, salvo dela injusticia social" (pég. 7). Pero la conmiseracién no era més obligatoria que los antagonismos eanénicos fentre rioos y pobres, burgueses y obreros, colonos y colonizados, Si ella se ubica del lado de la dignidad escarnecida, sabe de qué se trata cuando la palabra del individuo se convierte en mentira. Ella maldice la eshonestidad del vampirismo colonial, pero también observa: “Bn ciertos puntos, siempresoy tn pocoreticen- tecuandomehablan de colonialismo. Los maestros eran % uae cintmatsraphiue op. els, pg 2 flora re apie pope 37 realmente funciooaros apasonados que se mataban TEalmjand yretban seldos de misra’.” Balances, testa detos as favoceids? Beta opininsriarépida Sha. Bn Vera Baxter, avnque Jean sea un promotor orcunado no lotsa pars ener en Tab acusaciones Smplistan También existe un vacismo para eon les ‘ree |Bstos no sone queeso coe Nadel pobre {Soro mentiroeo since, buena, mala persona” (Le famion 8-18. car segunda eonscevenia os de un orden un poco diferente Lo hemos visto, ella baba de los reveses flnifares como de unn “sure”, 7 a0 custa mucho ‘Somocar of povecho que obo de esto:“Hay init Tronta ms yariedad, Hinlmenteriquca,cbmo di, Gamtedad st puede eirse en In pobreza quo en la huewa, (2) Yo vii esto en Tndockina. (.) Bra una [Gamaymuypobrey talversenelpaismdsalegreque TRhuvené amt vida (hes Yews vers, pig. 208) Dos- fondle do a crinica realiata de una infancy ella tgs sabres tensemente, las supervivenias de las Sued tntimonio Un digue contra el Paco. Al, per Set peimera, nincden el mateo engrsScoyInsventara Slane cl libro no dau exata imagen. “Queria Guefers rmonios(.) Sdlomecho mas tard paséala {ibherenca"™ Reorganizadon,raspoestas,aparecen, steal momenton ms grand, Hoda Re Sussario apaiguar el suiiento quo babi carr Go alguns do ellos, Queda ina memoria desambrada, So tanto recuerdo como deveni. Pero ning dtl, rel Bisa Catrne at, A a mire, Pere Hare, 1988, 3) Doras Gothia oe, i, 18 38 aislado, oxplica el conjunto. Bs el conjunto mostrado, coculto, borroso, como se dice de una fotografia, lo que impone verdades progresivas encadenadas hasta Ki amante y entonces liberadas: “Aqut puse la totalidad de mila velocidad exterior (..). No hay resto. Nidemenos ni de més"® Entre Un digue contra el Pacifico y El amantede ia China del Norte, Dias enterasen las ramas, L'Bden Cinéma y Elamante garantizan el pasaje de lot elementos asignados a dar cuenta de un espacio-tiempo imborrable: “Tengo recuerdos... jah! mis hermosos que todo cuanto jamds podria eseribir** Estos recuerdos se alzan de paisajes donde se conju- gan el agua y el bosque que se encuentran de obra en obra, comoun contrapunto obligadohastaenElarrebato de Lol V. Stein, Bl vicoedneul, Destruir, dies, Nathalie Granger o Bl amor. Aqui el agua, materia, forma y simbolo ala vez, adquiere varios sentides, Fluvial, ma- ritima, delta, armonizada con otros elementos, trocada enbarvo,enbrama, atrayente, destructiva, onnota todo el tiempo dela infancia: "Mi pats natal es tuna patria de aguas” (La Vie matérielle, pag. 69). Bn Un dique contra el Pacific, Suzanney Josephjueganjuntoalosraes, coma dice MargueriteDuras queallipasdhoraseonsuhermano ‘més joven, eazando monos y eaimanes que se comfan cocids en salmuera, o pjaros de mar eon olor a pecos En Sadee, sobre el Mekong, los sampanes negros, los Juncos, el rio “perfumado por el fuego y laa Hierbas hervidas” (Outside, pig. 279) son el decorado de los placeres adolescentes. Hn L’Eden Cinéma, los tismos eration esis de 184 ‘Gaile oy et ap Suzanne y Joseph vuelven a bosquejar, en su didlogo, lo ‘que aparece, en esa fase, como un maravilloso alto en color donde la acsleracién del desfile de las imagenes y Jas sonoridades de los nombres propios prueban que la visiOn se amplifica, restituyendo afuera el seereto de lo aque sélo es para sf! Joseph: El sitio se lama Prey-Nop. Ese nombre figura sobre los mapas de estado mayor. Prey-Nop. Un pueblo de cuarenta chozas. Queda a ochenta kilémetros de Kampot, el primer puesto blanco. Kampot. Suzanne: El mar no esté tan lejos. Queda a treinta lilémetros, Bs el golfo de Siam. (pag. 28) El destino tiene muchas indiferencias. El equilibrio frdgil del dique, amenazado por los eangrejos y bajo el ‘empuije del Pacifico, roto, reconstruido, vuelto a romper hhasta la ruina y la indigencia de la madre, permite pensar quelaconjura delocéanocontrala familia duplica Ta delos agentes catastrales de que es victima. El agua de Ia infancia y los juegos también aportan la destrue- cidn y la muerte. Ambivalencia ya presente en La vida tranquila, donde Francou, al llegar al borde del mar, es ‘absorbida por su contemplacién: “Solamente las vefa a ‘llas, las olas. Muy pronto se convertfan en mi respira- in, en ls latidos de mi sangre” (pag. 175), expresando ‘esta frase de la autora: “Existe una cosa que sé hacer, y es mirarel mar” (La vie matérielle, pag. 1). Ysi alguien ‘se ahoga: “La miro desde mi ventana, a ella, la mar, a ella,lamuerte" (La vida tranquila, pig. 146). Lamadre, la mar’, la muerte en una misma equivalencia. Pero + La la proouncicd en ambon ase Nl) 40 nada se reduce a esta explicacién. Anne-Marie Stretter también se ahoga en India Song: no 66 si os un suicidi. Ellaserredine comocon un mar, se une al mar indio, como fauna suerte de mar de las matrices” Muerte sin tra- gedia esta ver, ldgica, mediante la cual se cierra un ctrealo, dejando subsistir las ambigtedades. Estas des- ‘aparecen cuando Marguerite Duras recuerda su miedo alagua, miedo que adjudieaaSara en Les Petits Chevaux de Tarquinia: “Rs la cosa ala que mas miedo le tengo, ‘Mis pesadillas, mis suetios espantosos siempre se reie- ren ala mares, ala invasién por el agua’.® Este miedo erea un lazoesperado con el bosque puesto que Un dique ‘contrael Pacifico yaestablecela comparacién:“Las lianas yylas orquidess, en una invasién monstruosa, sobrenatu- ral, estrechaban todo el bosque y lo coavertian en una masa compacta tan inviolable y sofocante como una profundidad marina” (pag. 157) Sin embargo, el bosque escomoelagua, lugar lidico donde, denisa, Marguerite ‘Duras escuchaba al tigre en la sombra de los mangles: “Bra extraordinario cuando uno eaminaba por alli, con Jos pies desealzos, descalzos cuando tadoes0 pululabade ‘serpientes” "En Les Petits Chevaux de Tarquinia, Sara xy Diana no se atroven a mirar el fondo del mar, el “revés ‘del mundo”, porque “una sombra azul se elevaba de , deliciosa, que era la de una pura e ineluctable profun- didad, tan convincente sin dudadella vida como el propio cespectéculo delamuerto” (pigs. 48-44). En Destruir dice, © MC Doras M. Poa, 36.78, ST ae * BCDlranX Gauthier op. ce, lp 198 Vase Doras M Pot. eg 8 a Blisabeth Alione se niega a entrar nel bosque: “EL boa es el de mi infanca, (.) probibida por pligoso (...* Cuando tengo miedo del bosque, lo tengo de mi ‘misma, por supuosta se da cuenta, tengo miedo de at dese la puheria’** Miedo que ya no cesar: "Bn toda ‘iii vida, ni una sola vez, he podido hacer quinientos metro‘ un bosque, sla, sin senttme espantada’** {Tas eguasylos bosques trazan fronvrasinterores sobre lascuales se funda a homogeneida delosespacios dela bra ‘Antes, Un dique conta el Pacific, Les Impudente y Lavida ranquila reeuerdan paises diferentes comost Inubierasidonecesariodesaloarlos dramas feliidades dslainfancia, sobre todoios dramas, omasbien hacerlos "vivir en otra parte antes de restituiries su verdadero 4Bitio. Ella eseoge los confines de la Dordofta, donde pasé lunabo enero para “primer bachillra'™® ydel La fatGaronne, visateros J fruteros comunes de Les Impudents, rsiontras que La vida tranquil eno como ‘aresel Perigord. Pero no soa las costumbresrarales fue en ellos pinta Marmuerte Duras. Aunque estos os, mas el primero impiquen descripeoneselabora das que luego ella abandonara, reflejan ya un sentimien- to tenar de ln precariedad dela vida Ia fragiided dat mor, las volencasfamslares Su interés también pro ‘iene de ques principales personajes femeninos, Maud ‘en Les Impudents, Frangouen Lavi tranquil, tienen tn contacto sens, earal, con la terra del Sudoeste, M Doras M.Pertaop i 36. ia pa 28 1 SeTebal Roauhier on it e129 ® Bone Bord es nc rast, 1968, 9. 08 2 que, algunas noches, torna accesible al alma la eterni- dad: “Uno sentia que se desarrollaba lentamente, sensi- ble, como un camino siempre tibio de los pasos de los recién llegados, y silencioso, de un silencio perforado cada vex mas por el ruido de los pasos venideros y los cuerpos en marcha” (Les Impudents, pg. 44). El miste- rio surge de a trama de lo cotidiano, como més tarde en la obra, pero atin os tributario de una frase continua donde la psicologia encuentra sitio para instalarse. Esta téeniea eldsica se depura a partir de Les Petits Chevaux de Tarquinia, mientras que se reduce la parte de la intriga ya muy despojaday dela quenada subsiste en ‘amante, punto de convergencia de los caminos seguidos hhastaentonces, que han conducido ala evocacin dena sociedad aparte: la familia, Una familia de piedra Leb Tolstoi decta que las familias felices ge asemejan, mientras que las desdichadas lo son cada una a st manera. Por varios libros y diversas declaraciones de Marguerite Duras se conoce lo que es propio de su desdicha familiar. Pero una cosa es repetir sus opisodios “lo cual depende de io biogralico-, y otra observar que la tunién con el elan supera las desgarraduras provocadas por él. Yotra més, comprobar quea través de él se forms luna personalidad de escritora. Su primer manuserito se titula La Famille Taneran. Modificado, e convierte en Les Imjsucents El cambio de titulo es sigaificativo. De la simple ‘nominacién de un grupo peronode cualquier grupo-se 43 pasa a tno de sus rasgos distintivos, eonsignado en Kl ‘amante en esta otra forma: “Familia de bribones blan- cas" (pag. 109). Rsto, que podefa ser tomado por un ‘ataque, tiene el valor de una defensa. Por mal definidos {que estén los lazos eon la madre olos hermanos —odio y ‘amor mezclados— es “esta historia comtin de raina y ‘muerte” lo que da sentido al “Tento trabajo” de toda una vida (Bl amante, pag, 4) Aed nada posee claridad, por locual todo ofrece lo inagotable: “{Cémo aleancara esta familia, que es Ia imagen més cercana del universo? Jamas se lo sabra™ Les Impudents se abre con esta edicatoria: “A mi hermano Jacques D., a quien no ‘eonoct’ La vida tranquila eon esta otra: "A mi madre" [Dos veces se encuentra, tomado por cierto en lareddelo roveleseo, el “apego hecho de negaciones™ del cual ‘Marguerite Duras dice preservarse sin perderlo jams. Dos veces dramas alrededor de una joven, dos veces las ‘imagenes fraterna y materna, dos veces cuontos negros. Las Impudents deja entrever la fllosofiade la familia:"La inanidad dela existencia humana e le habia convertido en un artfculo de fe" (pag. 96), y La vida tranquila, el disenso deloroso:"Y los otros, mis padres, no quererlosal punto de esperar solamente de ellos una orden, un placer, una pena, Puesto que ellos sélo esperaban del afuera algiin cambio, y me abandonaron por cualquier cosa, no sé qué. Por la muerto, la locura, el viaje” (pag. 131), Libros predmbulos que hablan lisa y lsnamente del silencio, la desesperacién, Ia imposible y nocesaria separacién de los suyos, la petrifieacién de los impulsos afectivos: “Nunca buen dia, buenas noches, buen afo. 1 LeBatin 28 dy epibre d 88, * thet “ ‘Nunca gracias. Nunca hablar...) Cada dia tratdbamos de matarnos, de matar. (..) Estamos juntos en una vyergienza de principio de tener que vivir la vida” (Et amante, pig, 68). Esta atmésfora revela una ley de la ‘especie. Las relaciones entre parientes siempre impli- ‘ean una dimensién odiable, pero natural: “En una fami- Tia, cuando las relaciones son buenas, amigables, encan- tadoras,es porque la naturaleza fue soslayada. La voca- cién directa, natural, de la familia, es una vocacién ‘animal, espantosa. Vivir juntos no es un destino co- ‘iin’ Hs este hecho lo que aclara la mayoria de los textos, y nohay que ver en esto una carga. Ella no llega jamés al ;Familias, 0 odio! de Gide, exclamacién que juzga de esta manera: “Es una frase estipida. :Qué hhabria hecho sin ella? El eseribe precisamente de su rechazo.Sinoestuviera alli, guardianadeloindescifrable, ‘no habria un solo libro en él mundo” Por encima de la familia, un mito de la familia recubre exactamente su verdad negra, pero también traiciona la obsesién de un destino consagrado ante todo a Ia escritura. De Les Impudents a Bl amante de la China del Norte, este mito conoce avatares; no obstante, en ellos los niios consti tuyen siempre “un cuerpo nico, una gran maquina de comer y dormir, de gritar, correr, orar, amar” que los conserva fuera de la muerte (La lluvia de verano, pag. 44), En La Iluvia de verano, un padre esté presente ~ac- cidente raro-, aunque no ceupe el sitio concedide a la ‘madre, en Ernesto y Jeanne, el hermano y la hermana. te Newel Obereoter 28 sponte 108, 45 [La ausencia ola desaparicién de la figura paterna; eon excepciin de Una tarde de M. Andesmas, donde es ‘central, empuja a Frangois Peraldi a extraer deesto una interpretacién a partir de lo que le confié Marguerite Duras: “Yo era muy joven cuando murié mi padre. No ‘manifesté ninguna emoei6n.(..Ninguna pena, nilégri- ‘mas, ni preguntas...) Murié cuando se hallaba devigje. Algunos afios més tarde (..) perdf a mi perro. (..) Mi ‘pena fue inmensa. Hra la primera vez que sufria tanta” (Que haya existido una transferencia del dolor, que éste aparezea exorcizado por Una tarde de M. Andesmas, donde, en efecto, un perro conduceal lector hacia cl senior ‘Andesmas en espera de su hija Valérie, apoya las hipé- tesis de Francois Peraldi: "(El perro) parece no toner otra funei6n que conducin(nos) al sefor Andesmas, a ese otro significante: el signifieante del Padre, el nombre del Padre”*" Sea como fuere, mucho después de la publica cidn de ese libro, Marguerite Duras repite que no suftié por la falta de padre: “No tuve padre (...) En fin, lo tuve ‘muy poco... sufcientemente mucho tiempo” ** Bn Na- ‘halle Granger ol padre abandona la casa muy al co- ‘mienzo del filme. En ningin momento su presencia “falt6 en cualquier escena’. Por el contrario, su salida libera el espacio, permite acciones més silencicsas, més instintivas, més naturales (pégs. 89-91). Fl modelo pa- rental, el “Responsable” es eliminado. “Las evidencias nocturnas” —notas sobre los personajes de Hiroshima ‘mon amour— presentan ala madre de la heroina como ‘una mujer de una “ternura brutal”, pero sin limites. El Bude reine NY 2,184, Vas embide, rce d tepats, Equine pyehoedtigue 40,198 PC DORR Cant pa 48 padre, en cambio, esta ovocado brevemente; hombre fatigado por la guerra, esta apagado, en una palabra: excluido (pag. 119). Porotra parte, noesconsupatronimico, Donnadieu, como Marguerite Duras publica sus obras, patronimico que lehorroriza. Peronadaes evidente. Siclla abandona Toque se llama curiosamente un “nombre propio”, cuan- doesel nico nombre que uno no se atribuye ast mismo, si, a semejanza de Lol V. Stein, “es ella quien se da su verdadero nombre" gpor qué escogié el de Duras? “Es esa regign de vino blanco: la regién de Duras, muy cerea de Pardaillan, de esa regién del Lot-et-Garonne. Bsa rogién de vides, tabaco y ciruelas. Lo que se halla entre dos mares, la regién de mi padre" ” Retorno al padre por seudénimo interpuesto, En La Vie matérielle parece fencarnarse todavia en un hombre de abrigo negro (pag. 158), pero, con mais seguridad, se confunde con la figura del hermano mayor, por lo menos en el analisis que ella desarrolla alrededor de La noche del azador, la pelicula de Charles Laughton, se hermano mayor, cuya actitud dominadora y ‘comportamientomaléfieo ella describe so capa del héroe dela pantalla, aparece “encantador, bello risueo, plan- ‘ado sobre su eahallo negro, dotado de un porte atiético, tanjoven...lafiguramismadel mal” (Les Yeus-verts, pg. 158). En otra parte, el retrato se especifiea: “Nunca experimentaba ningin remordimiento. Nunca tenia ‘ningin eserdpulo, Asolo lame malignidad, Elreinaba sobre la familia, daba miedo” ® Bl amante confirma ese {Be RP sur Sart Ohare op 47 ssp einer oe So a se haya convertido en el hijo predilecto de la madre. A Seer Cee rnaeatetetae ymds directa: "(Mi ae jamaba a su hijo mayor como manent ‘nln Valentina" Beta prelesin tare at ene ee ieee nepsmriamectees ee Eo alanis de mi madre aloo do su amrra eho, castigarla por amarlo tanto, tan mal, y sobre todo para ge pes pete rea Pare cteee ——- a aodpemret Gu ste ee See nace = Eis Saeroenaititae reer Pomoc uomen ses 7 ML Baa, ah op it, ie 168 48 se escuchan los acentos trégicos de un treno: “La inmor- talidad se habia muerto con él" (pig. 127)y un desampa- to infinito ya recordado antes: "Nifo, cuénto amor. ‘Cuinto amor por ti, hermanito muerto™ (Outside, pag. 277). Ese amor apasionado, cavado al filo de los libros, conduce hasta Agatha, hasta La lluvia de verano y vuelve en Blamantede la China del Norte. ¥ desemboca en el tema dol incesto. De su madre, Marguerite Duras escribié mucho, a ‘menudo sefialando sus semejanzas con esta mujer del Norte, campesina de origen, que habia recibido de un abuelo espaftlsu pelonegroy susojos verdes, institutriz de escuela nativa, “pequedia capitana de la ensefianza primaria” (Outside, pag. 231) cuyo maestro era Jules Ferry. Hs ella quien, en Ia infancia, oeupa el sitio del suefo. “El suefio era mi madre y jamés los érboles de navidad, siempre ella solamente, ya fuera la madre desollada viva de la miseria o aquella fuera de sf que hhablaen el desierto,yasoa aquella que buseaelalimento la que interminablemente cuenta lo que le ocurrié a ella, Marie Legrand de Roubaix” (El amante, pgs. 58- 59), Un-nuevo halite atraviesa los relatos maternales, ‘también tna extratieza, Ia de tener que conocer a esos primos lejance, esos tfos y tias, esos obreros agricolas y Ja granja llamada ‘Croisetto”, cerca de Frévent, Pas-de- Calais (Le Camion, pigs. 102, 130-131), "el eine de una) {infancia en los Flandres franceses” (L’Eden Cinéma, pig. 150), Palabras de una madre proveedora de imagenes, abertura y pasaje, movimiento, indicadores y guaridas’ de los orsgenes, modelo para el porvenir. = apes spe nl erg prose es ela ss mara cant 49 Existen otros cines basados en una realidad més dspera quo, por ella, se impono, indeleble, al esprit de losnitos:elcine“de lomiciio delos blancoscolonizado- res", hecho con “la minucia, la preisin deun gangster” (Lien Cinéma, pégs. 150-151), euya idea la da Un ddque contra el Pacifico Bn lacartaescrita por la madre alos responsables de a venta de las tierra podridas de sal muy prontoregularmente ahogadasporelocéano,2e lee! “Si ni siquiera tongo la esperanza de que mis digues pedan aguantar este ao, entonces més valequeentre- fue inmediatamente ami hija aun burdel, que wrjaa mi hijo a partir y que haga asesinar alos tres agentes catastrales"(pég. 297), Retomada en una forma apenas modifeada en [Eden Cinema, esta carta termina ast: “Se lo repito una ver més, de algo hay que vivir, y ino es dela eaperanea, incluso muy vaga, de nuevos diques, serddecadaveres, incluso de despreciablescadveres de tres agentes catatralos de Kampot” (pa. 125)-Cuando be representa esta obra de teatro, en 1977, Marguerite Duras vaclaen conservaresasincitacionesalhomieiia, 1y luego dice: “Decidtdejaras. Por inadmisible que sé tata violencia, me pareci6 mds grave mutilar de ells a lafgurade nimadre Esta iolenciaexistéparanosotos, ella acung nuestra infancia” (pay. 150) La gestin se ve justifcada tanto por la fidelidad como por una seereta dentifcacién con la madre, cuyo pensamiento es infor rado por el “timo delos eines’ Permanecen grabadas fscenas de espanto cuando, legada al extremo de la afliceén, la midre esta @ punto de hundirse éh J emencia." Al'valver sobre el drama dl dique, es ‘ltimo cine muestra “una duda fundamental ext‘cudiito a 50 ‘ala utilidad mediocre de los asesinatos de este orden, frente alo inaceptable defiativo, nalterable, la injusti- ciay la desigualdad que reinan en el mundo” (pdg. 151). En un articulo titulado “Mothers”, la escritora traza todavia el retrato dela ‘vagabunda de los arrozales” que sabia, como nadie, hacer de “cada dia una novedad ‘igualmente violenta’. Bn la admiracién y 1a emocién, fempero, sigue transparentando la pena infinita de no haber sido tan amada como el hermano mayor, el nico reelamado por la madre en el momento de su muerte: “Me hallaba en el cuarto, los vi abrazarse Horando, desesperados de separarse. Ellos no me vieron".' Unos diez afos después, ella exeribe: “Hoy est entorrada con 1; No habfa més que dos lugares en el panteén. Es imposible queestono haya degradadoel amor quesentia por ella). Hoy he dejado de querer ami madre’."*No obstante, en materia de literatura, admite que ninguna madre de escritor vale lo quela suya, porque tenia todos losatributos de un gran personaje, Muy pronto,ademés, se halla en el centro de dos fuerzas capitales: el amor y In eseritura. Eseribir y amar Dias enteros en las ramas, publicada en 1954, levaen la tapalamenciéa “novela”, Dehecho, el libro reine cuatro ‘cuentos, Uno presenta un interés particular. Bajo la "Le Monde, 10d bor de 197. Vea “Cac, cotrevta con uray Aen’ bas fuode Yond madre cane SNH, Skt opt, p16. 51 probable fabulacién, Marguerite Duras hace el relato de tuna doble experiencia situada en la adolescencia. En efecto, la narradora de la “Boa” tiene trece afios hacia 1928, y vive en una gran ciudad colonial. Hija de una institutriz on la escuela nativa, pensionada, demasiado pobre para salir con sus compafieras el domingo, ese dia ‘0 ve obligada a asistir a dos espectdculos. Bn el jardin botdnico verd a una boa tragdndose un pollo vivo. Una vvez on Ia pensién, debe contemplar la asi desnudez septuagenaria de la directora; la sefirita Barbet, cuyo ‘inico placer era esa exhibicién:“Semantenia en ergui- daparaquelaadmirara, bajandolos ojos sobresimisma, amorosamenta(.). Nunca se habia mostrado asfanadie cen su vida, slo a mi” (pag. 108). La sucesiGn constante de tales acontecimientos conduce a la heraina a oponer cleomportamientode la hoa, monstruo del dia, yal dela seflorita Barbet, monstruo ‘octurno. Por un lado, se realiza un intercambio carnal que adopta la forma de ‘una devoracién con “esa tranquilidad delas cosas bajo el, soly dentro dela luz”(pag. 110) Porel otro, sedesarrolla luna extrafia ceremonia calificada “de horror por exce- loncia, nogra y avara, sometida y subterrénea” (pag. 109), Ba la eonfluencia de eatos dos universos, la joven or la boa, Contra la gente que considersra tes “rfas ysilenciosas”,atodoslos gatos “hipéeritas y erueles’, ella pereibe, en el reptil del z0016- ico, la manifestacién de una inocencia envidiable. Con~ tra las morales de lo oculto: idea oculta, vicio oculto, enfermedad inconfesada, ella aplaudeel “impudordelos temperamentos de fatalidad” (pig. 112), tomperamen- tos de asesino, de prostituta, que le inspiran una admi- racién uniforme. La altemnativa asi suprimida sigue siendo para ella “el mundo de lo imperioso, el mundo fatal, eldela especieconsiderada como fatalidad,queera elmundo del futuro, uminosoyardiente’. Yasfconcluye fn la esperanza de una vida “tomada y retomada, y Tlevada a su término, en teansportes de terror, de arro- bamiento, sin deseanso, sin fatiga’ (pag. 115). Bs intl insistir en el simbolismo sexual de este cuento. Es limpido. Sinos remont»mosalarelacién que Marguerite Duras mantiene, en Ia infancia, con su familia y en particular con st madre, “La bea” puede aparecer como ¢lrelatode un arraneamiento progresivo delos dominios que los padres tejen alrededor de los adolescentes. No sélo, en este cas0, mediante amenazas o consejos, sino ‘més bien porque el ejemplo maternal es, por si sélo, temible. Sogua la propia Marguerite Duras, uno de los “problemas” de su madre ea que “nunca tuvo historias con hombres", de Io cual deduce: “Tengo el sentimiento de que se hallaba en la ignorancia total de lo que e80 podia ser’. Sin vacilaci6n, escribe en EL amante: “La Imadre no conocié el goos" (pg. 50). Lo cual hace decir a ‘Abdelkebir Khatibi: “Aqui todo parece volver a una ‘abyecoidn, a una rolacién abyecta entre la madre y 1a hija." Opinién subjetiva que tropieza eon la expresién de otra subjetividad. Bl amante hace estallarla diferen- tia fundamental entre madre e hija, no padecida por la hija, sino sefialada hasta el paroxismo: "A los quince aflos yo tenia el rostro del goce” (pag. 15), es decir: “Todavia nolo conozco pero estoy lista. Porque ya tengo el sombrero de hombre de color palo de rosa, los zapatos ‘onestras yl cinturén decuero quedeformalos vestidos i pg. "Rui de ranger, Dood 187, 8. 53 de mi madre hasta hacerlos mos". Metafora explicita de una revuelta muda, la deformacién de los vestidos de lamadre es una manera de plantearse como oponiéndo- se, afirmarsesin romper, por otra parte, reivindicar un derecho que“La boa” llama: que le descubran el cuerpo. Dedonde proviene, luego, enel imaginario infantil dela hheroina, esta representacién del burdel: templo de la defloracién, templo del impudor donde “iban a hacerse Javar,limpiarse de su virginidad, quitarse a soledad del cuerpo” (pg. 113). De las historias del Norte que le contaba su madre, la escritora retuvo la de una tia que amenizaba sus regresos del mercado de Arras haciendo clamor ‘con gente que cruzaba con su earricoche” mion- tras sus padresla esperaban.Lavergenca dela familia, agregaba la madre, mientras ella decide: “Para mf, Ia vida era més fuerte que todo, ¢ inmediatamente com- prendfloquese desprendtade esto” (Le Camion, pag. 190) Revocada la madre, “clasificada como una viuda” (EI ‘amante, pag. 29), despedidalaseforita Barbet, caricatu- rade una irginidad secular y,enfrente,enlaotraorilla, ‘una “imagen absoluta’, pues tal era el titulo previsto para Blamante. Imagen absoluta de unajovencita brus- camente “puesta a disposicién de todas las miradas, puesta en la cireulacién de las eiudades, las rutas, ef deseo” (Bl amante, pig. 20). Nifiay amante que deja que cl chino #e embarque con ella en esta ambigtiedad: ‘Ya levaba eso en mi, el gusto por ese peligro”. Ese gusto no engaa a nadie, El amante sabe que sera burlado, burlados quienes vengan después de él. Por eso, su papel noes despertar cierta efusién del eorazén y los sentidos, Le Now beret op "Tinrton 1 enone de 15856, 58 sino permitir que la adolescente precoz haga una entra- da violenta en la relacién del deseo, deseo morifero vivido fuera de todo sentimiento, salvo aquel, treo, de ‘una separacién futura, obligatoria y cierta, aceptada de ‘antemano por ambos, en locual reside implicitamente al ‘amor. Lugo, Marguerite Duras dice no haber podido labstenerse de amar, incluso con amantes easuales. El ‘recuerdo dela historia ilumina grandementeel puntode vista de la escritora cuando ~y es lo que casi siempre focurre- el amor, el deseo, se hallan en el centro de los textos, Lo que alli ha sido descubierto es, al mismo tiempo que una nevesidad de amar hasta entonces inconfesada, la impersonalidad del deseo amoroso: "Cuando el amor no es declarado, posee la fuerza del ‘cuerpo, toda la fuerza de su goce”.* El deseo cristaliza aqui una sums de otros deseos, ‘més vagos, como alaesperade él.La Viematérielle evoca ‘eréticos juagos de ninos donde “el goce yaesté presente, fen su naturaleza, en su principio, inolvidable” (pag. 28), yy Hélane Lagonelle, la amiga de pensiGn, suscita estas palabras: Me siento extenuada porlabelleza del cuerpo fe Hélene Lagonelle extendido junto al mio". (Bt ‘amante, pég. 89.) En términos similares, Marguerite Duras describe la impresién recibida de un encuentro fortuito con una desconocida, en 1926, en Saigén. El bosquejo de esta silueta es tanto més interesante cuanto aque fija el tipo de varias heroinas: “Tenfa un vestido ‘negro, muy fuido, muy leve, omo de seda satinada ..). El pelo nogeo era liso, cortado ala gargon. Fl vestido yel Hit epi de 1088 "Wears Boman dl China dl Nore p52. 55 ‘cuerpo eran indisociables, un tinico objeto eonfundido, levado por un andar de clegancia perturbadora, nueva (.J). Bra de una belleza inolvidable. Yo tenia el senti- miento de haber sido quemada por su paso. Me dejé alelada’." La franqueza con que se muestran estas primeras manifestaciones de la sensualidad es propor cional a un indispensable disimulo en la infancia © incluso en una parte de la edad adulta. Cuando ‘Marguerite Duras eseribe Un dique contra el Pactfzo, el ‘mantachinonoesiooleeor Jo a vida dst madre, nada puede escribirse de una aventura tan es Mientras tanto, durante este tiempo de la juventud e inmediatamente después del primer amante, nada po- fa siquiera decirse. Niel deseo de amar niel de escribir. Y tal ver es por eso por lo que la madre se mantiene en Ja uniéa de ese doble deseo que es deseo, tnien, como la propia figura del rechazo. Diferenciales, por tantodiferidas,las palabras, ante ella, son mentirosas ocalladas. Ninguina hubiera podido vencer las prohibiciones planteadas. Ninguna hubiera podido convocarla ternura de la que todos deseonfian en, la familia: "Solo después me di cuenta de que eso me faltaba. Cuando llogué a Francia habfa que abrazarse, preguntarse cémo andaban, todo ese cireo; a mf no me salia’" Act, pues, no confiaha en la madre. Pero ésta adivina, no acepta nada y, con su hijo mayor, eonvierte Javida desu hija en “invivible”: “Llevada por él, ella me golpeaba. El la miraba y decia: ‘Mas fuerte’, y le daba trozos de madera, mangos de escoba, con los que me dio ‘sus buenos golpes, sella se arrujaba sobrem{.uando yo Le Nowe Obert, Btn, op i 18 56 ‘me acostaba eon tipos”.!* Con la desesperacién, la cal- ‘ma, la determinacién que pone demanifiesto Elamante, la joven no deja de seguir siendo aquello que ahora sabe ‘er, al tiempo que permanece en el punto de unin entre dos mundos: entre el dinero del joven chino y la pobreza familiar, entre lo dicho y lo no dicho, entre el impulso hhavia la madre y lara contra ela: “La suciedad, madre, amor mio” (pég. $1). Nada se ha perdido: “No hay Adesechos, los desechos estin recubiertas, todo vahaciael torrente, en Ia fuerza del desco” (pag. 55), yase trate del amor o de la eseritura. ‘Eneste dltimo terreno, es posible quel origen dela actividad literaria deba busearse en la preferencia que sumadre tenia, nosélo pore hijomayor, sino por los dos hjos varones, Al no haber sido el tareer varén esperado, In escritora se habria encontrado en falta frente a ella Porsus estudios, por la publicaci6n desus libros, ineons- cientemente habia esperado “ser admitida en su reale- za". Toda la obra, nacida do una exclusiGn, podria ser interpretada como una construccién destinada a ocultar tal exclusiéa oineluso como una declaracién de amor. El ‘mensaje no es comprendido. Ni al comienzo, cuando se anuncia la decision de escribir. Ni mas tarde. Si sélo el tema de Zl amante eabe en Ia escritura, es por el propio trazadode su escrituray porque lla “reconoce la inocen- cia’ dotodo, Pero también porqueen ellosedescubre una ‘eguera mayor. El“eslabén faltante”, en este comienz0 de vida, {no es acaso una palabra quebrada por otras palabras disuasivas, las dela madre cuando seenterade 1 Ets Beton. 57 Ja vocatién naciente de su hija? Apenas se manifiesta, esta vocacin se veridiculizada:“Lo que yoquieroes eso, escribir. La primera vez no hay respuesta. Y Iuego ‘pregunta: escribir qué? Yodigolibros, novelas. Blladioe ‘duramente: después del titulo de mateméticas eseribi- ris, si quieres, ya no tendrd més que ver conmigo” (BI amante, pags. 29,31). Noserefuerzacl deseode escribir om esta opasicién? Cuando se publique Un dique contra l Pacifico, coneebido como un homenaje al coraje teso- nero dela madre, 6sta no aceptaré laimagen desimisma que le remite la mirada de su hija. No leord on ese libro laadmiracin por su tragedia personal, nielamordesus hijos: “Para ella, en el libro, yo mostrabs su derrota. La ‘denunciaba! B1 hecho de que no haya comprendido eso sigue siendo una de las tristezas de mi vida”. La mas ‘enigmaitica feaze de Elamanve:"Nuncaeseribi,creyendo hacerlo, nunca amé,creyendoamar, nunca hice otracosa sino esperar anto la puerta cerrada” (pég. 35), donde, en paralelo, se habla de una doble privacién, denota otra, fundamental. Ningsin comentario puede ser més dolo- rosamente exacto que el de la propia Marguerite Duras: “Esta frase(..) significa que yome hallabaa la puortade la familia, ante la puerta del santuario que contiene mi propio cuerpo, aquel donde ella se encontraba, ella, la ‘madre que haba prohibido la eseritura” "= ‘Mucho tiempo después de la muerte do su madre, lla tiene un suefio, transferida a Michéle Manceaus,"® ydel que da una versién levemente distinta en Les Yeux berts, paro lo esencial permanece. Ella se encuentra en {8 Leow Oberstar, cit Leet ce Grand Riprag, Ba du Sei, 190, 87 83 tuna casa con columnatas, junto a las “verandas” de fantafo, Su madre toca el piano: "{Cémo es posible? Estabas muerta’, Yla madre dice:"Telo hice ereer para permitirte eseribir todo eso” (pags. 112-113). Lo que ‘Marguerite Duras llama en ocasiones el “crimen de ceseribie” adquiere aquf todo su sentido. De una manera 1 otra, como el mar, como el amor, la escritura esti dofinitivamente ligada a la madre, a la muerte.

You might also like