Ultima Cena

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maestro y señor, y dicen bien.

14 Pero si yo, que soy maestro y


señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los
pies unos a otros.15 Les he dado ejemplo para que hagan lo
mismo que yo hice con ustedes.

Juan 13:1-15
1 Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que llegaba la
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
2 Durante la cena, cuando el Diablo había sugerido a Judas
Iscariote que lo entregara, 3 sabiendo que todo lo había puesto
el Padre en sus manos, que había salido de Dios y volvía a
Dios, 4 se levanta de la mesa, se quita el manto, y tomando
una toalla, se la ató a la cintura. 5 Después echa agua en un
recipiente y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a
secárselos con la toalla que llevaba en la cintura. 6 Llegó a
Simón Pedro, el cual le dice: —Señor, ¿tú me vas a lavar los
pies?
7 Jesús responde:
—Lo que yo hago no lo entiendes ahora, más tarde lo
entenderás. 8 Replica Pedro: —No me lavarás los pies jamás.
Le responde Jesús: —Si no te lavo, no tienes nada que ver
conmigo. 9 Le dice Simón Pedro: —Señor, si es así, no sólo
los pies, sino las manos y la cabeza. 10 Le responde Jesús: —
El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies,
porque está completamente limpio. Y ustedes están limpios,
aunque no todos 11 –conocía al que lo iba a entregar y por eso
dijo que no todos estaban limpios–. 12 Después de haberles
lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo:
—¿Comprenden lo que acabo de hacer? 13 Ustedes me llaman
vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que
hoy estarás conmigo en el paraíso. 44 Cuando era como la hora
sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 45 Y
Crucifixión y muerte de Jesús el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la
mitad. 46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
Lucas 23:26-46
26 
Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del
campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras
Jesús. 27 Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que
lloraban y hacían lamentación por él. 28 Pero Jesús, vuelto hacia
ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por
vosotras mismas y por vuestros hijos. 29 Porque he aquí vendrán
días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres
que no concibieron, y los pechos que no criaron. 30 Entonces
comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; y a los
collados: Cubridnos. 31 Porque si en el árbol verde hacen estas
cosas, ¿en el seco, ¿qué no se hará?

Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores,


32 

para ser muertos. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la


Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la
derecha y otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus
vestidos, echando suertes. 35 Y el pueblo estaba mirando; y aun
los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó;
sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de
Dios. 36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y
presentándole vinagre, 37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los
judíos, sálvate a ti mismo. 38 Había también sobre él un título
escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY
DE LOS JUDÍOS. 39 Y uno de los malhechores que estaban
colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti
mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió,
diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma
condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos,
porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este
ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando
Jesús ha resucitado
Lucas 24: 1-12
24 El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al
sepulcro con los perfumes que habían preparado. 2 Al llegar, se
encontraron con que la piedra que cerraba el sepulcro había sido
removida. 3 Entraron, pero no encontraron el cuerpo de Jesús, el
Señor. 4 Estaban aún desconcertadas ante el caso, cuando se les
presentaron dos hombres vestidos con ropas
resplandecientes  que, al ver cómo las mujeres se postraban

rostro en tierra llenas de miedo, les dijeron:

— ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? 6 No está
aquí; ha resucitado. Recordad que él os habló de esto cuando
aún estaba en Galilea. 7 Ya os dijo entonces que el Hijo del
hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores y que
iban a crucificarlo, pero que resucitaría al tercer día.

Ellas recordaron, en efecto, las palabras de Jesús 9 y,


regresando del sepulcro, llevaron la noticia a los Once y a todos


los demás. 10 Así pues, fueron María Magdalena, Juana, María la
madre de Santiago, y las otras que estaban con ellas, quienes
comunicaron a los apóstoles lo que había pasado. 11 Pero a los
apóstoles les pareció todo esto una locura y no las creyeron.

Pedro, sin embargo, se decidió, y echó a correr hacia el


12 

sepulcro. Al inclinarse a mirar, sólo vio los lienzos; así que


regresó a casa lleno de asombro por lo que había sucedido.

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