Ensayo Final

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ETICA, IDENTIDAD Y PROFESION

(O2021_DFH02C2)
Emmanuel Luna Arellano

DISCRIMINACIÓN DE GENERO EN EL
ÁMBITO LABORAL EN MÉXICO

María Fernanda Gó mez Arias


AR720807

09/11/2021
DISCRIMINACIÓN DE GENERO EN EL ÁMBITO LABORAL EN MÉXICO

En México la discriminación afecta a varios grupos de personas tales como personas con
discapacidad, personas indígenas, inmigrantes, personas de la comunidad LGBT, mujeres,
etc.

La discriminación en el ámbito laboral puede presentarse de distintas formas y en diversos


escenarios. Algunos escenarios son: solo tener acceso a cierto tipo de trabajo, tener un mal
sueldo por un arduo trabajo, ser considerado como alguien menos valioso por el puesto de
trabajo, entre otros. Otro caso similar es la imposibilidad de crecer al interior del trabajo, no
poder obtener un mejor puesto e ir escalando como muchos otros, de hecho, es más común
de lo que parece ser. Por otro lado, existe la posibilidad de vivir violencia física, emocional y
sexual o el riesgo de perder tu empleo por razones discriminatorias, tales como un
accidente, un embarazo, adoptar un rol diferente, preferencia sexual, raza, etc.

Una forma de entender por qué se da la discriminación es ver que esta surge desde los
prejuicios de la sociedad, los estereotipos que con el paso de los años se han fomentado de
manera irracional. Creencias populares que trascienden de generación en generación.
Creencias tales como que las personas indígenas son “ignorantes”, “raras”, las mujeres son
“emocionales” , “débiles físicamente”, “problemáticas”, “intolerantes”, los hombres “no tienen
tacto”, “son irresponsables”, “son atrabancados”, los gays “son personas enfermas”, “te
pueden contagiar, los discapacitados “no sirven para nada” etc. Por lo que vivimos en una
sociedad que percibe a través de todos estos estereotipos y tratándose del ámbito laboral
los grandes empresarios y delegados eligen a quienes contratar, ascender o sencillamente
ignorar. Algo interesante es que sabemos que está mal, no es algo ético tratar mal a la
gente, pero la mente de ciertas personas no les da para más y es por eso que se han
puesto en vigor varias normas para poder denunciar estos tratos, pero vas más allá de eso,
va desde la educación en casa, en la escuela, incluso en el trabajo. El tener una empresa
ética no solo es pagar impuestos y no vender cosas ilícitas, sino también tener un buen
equipo de trabajo que acate las normas de convivencia laboral y aceptación a las personas.

Para lograr comprender la discriminación es necesario analizar el pasado ya que estas


ideologías no surgieron de pronto, sino que llevan años existiendo y evolucionando tal como
lo deja ver Joan F. Scott en uno de sus escritos más reconocidos “El género: una categoría
útil para el análisis histórico” en donde nos dice que:
“[los historiadores necesitamos] explicar cómo creemos que tienen lugar los cambios. En
lugar de buscar orígenes sencillos, debemos concebir procesos tan interrelacionados que
no puedan deshacerse sus nudos. Por supuesto, identificamos los problemas que hay que
estudiar y ellos constituyen los principios o puntos de acceso a procesos complejos. Pero
son los procesos los que debemos tener en cuenta continuamente. Debemos preguntarnos
con mayor frecuencia cómo sucedieron las cosas para descubrir por qué sucedieron[.]
Necesitamos considerar tanto los sujetos individuales como la organización social, y
descubrir la naturaleza de sus interrelaciones, porque todo ello es crucial para comprender
cómo actúa el género, cómo tiene lugar el cambio.”

Por lo que llegamos a la conclusión que, para poder indagar sobre la discriminación
aplicada hacia las mujeres, en el ámbito laboral debemos presentar los hechos del
surgimiento de esta ideología en la sociedad, en donde se deja ver que la mujer no es apta
para desarrollar cierto tipo de trabajo. Necesitamos comprender que esto pasa desde años
atrás, desde nuestros antepasados y una vez sabiendo de donde surge esta ideología
podemos atacarla para poder tener justicia ante todo y para todos.

Un ejemplo muy claro de este tipo de mentalidad es la misma Constitución de 1917 en la


que se plasmaban una serie de artículos tales como el 107,108 y 109 en donde se dejaba
en claro que la mujer no gozaba de las mismas oportunidades que los hombres, que la
mujer no podía ejercer labores de riesgo tales como la construcción, los trabajos que
incluyeran químicos, etc. No solo existían limitantes en cuanto a cuestiones laborales,
también existían artículos que prohibían a las mujeres diversas actividades, un ejemplo es
en que ninguna mujer podía transitar libremente por la calle después de las 10 de la noche.
Con el paso de los años las mujeres han adquirido pocos privilegios al ir cambiando esta
mentalidad, sin embargo, esta ideología que se menciona inicialmente que se sustentaba en
un marco legal hoy en día a pesar de no estar impuesto por el gobierno se sigue aplicando.
¿Cuándo vamos a dejar a un lado esta mentalidad? La ley ya lo hizo, ya cambió por todo lo
que alguna vez han luchado las mujeres, nos toca a nosotros como sociedad hacer el
cambio. Hay que ser realistas, hay cosas que a una persona se le facilita más que a otra,
pero eso no significa que no pueda o deba hacer el trabajo. Las mujeres hemos demostrado
que somos capaces de hacer cosas que antes parecían imposibles, es momento de dejar
caer esas murallas y empezar todos a creer y apoyar nuestro crecimiento. ¿Cuántas
mujeres vemos en la construcción, en trabajos de riesgo o que requieran de trabajo duro ya
sea físico o mental?

Literalmente es algo que no nos ponemos a analizar, algo tan sencillo como analizar los
tipos de trabajo que las mujeres en México suelen ejercer y no necesariamente porque la
mujer rechace el puesto sino porque seguimos bajo la mentalidad que intentamos dejar
atrás. No vemos más allá de nosotras, no vemos más allá de nuestra burbuja, pero para un
cambio se requiere más que eso. El estudio del INEGI “Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo en Mujeres y hombres” muestra los tabuladores comparando diversas actividades
que realizan tanto hombres como mujeres y es evidente la ideología de la que hablamos, no
solo son palabras feministas, son estudios comprobados.

Por ejemplo, las actividades agropecuarias y de construcción son principalmente


desarrolladas por hombres ya que 115 de cada mil hombres trabajan en el campo
agropecuario mientras que solo cada 13 de mil mujeres se dedican a esto. En la
construcción por cada mil cupos 80% son hombres, en actividades de la industria
manufacturera podemos observar que también sobresalen los hombres, no tanto como en
las anteriores ya que aquí la diferencia consta de solo un 4.1%. Por otro lado, podemos
notar que en actividades laborales enfocadas al comercio es superior el porcentaje de
mujeres que laboran. Mientras que en el sector servicios existe una igualdad entre hombres
y mujeres. Y aunque no sea considerado un trabajo, la mayoría de las mujeres se dedica al
hogar, sin importar si tiene otro trabajo o no, ellas son las encargadas de la limpieza, los
hijos, la comida, etc. Es interesante que no cuente como trabajo si todo el día hacen cosas
por el hogar, puede llegar a ser hasta más demandante que otros oficios, pero eso ni entra
en los parámetros. Aquí podemos notar como es que todavía existen “trabajos para
hombres” y “trabajos para mujeres” aunque no dicen eso o tratan de ocultarlo, muchas
veces ni se analiza por aptitudes o capacidades, sino por sexo, lo cual no es ético.

Aunque se haya adquirido de algunos privilegios, las mujeres en México aún sufren de
discriminación laboral. Es cierto que las mujeres ahora pueden trabajar, pero la mano de
obra femenina aún tiene un salario menor a los estándares. Aparte de que los trabajos que
tienen siempre suelen ser de bajo prestigio y por lo mismo de un salario bajo. Algunos de
estos ejemplos son: la industria textil, servicios de la salud, secretaria, servicios de la
educación, turismo, o comercio menor. Esto sin tomar en cuenta las otras responsabilidades
que suelen tener, como el ser madre y cuidar de la casa, lo cual no tiene ninguna
remuneración. Esto hace que no todas sean capaces de tener un trabajo de tiempo
completo o el trabajo que quieren, no por falta de ganas o capacidad, sino por falta de
tiempo. Lo peor es que aun con todo esto, a las mujeres se les paga mucho menos y todo
mundo lo sabe, es más, hubo un consejo para la prevención de la discriminación, el
CONAPRED, en el cual se hizo una encuesta la cual demuestra que “el acceso a un trabajo
con pago justo es uno de los derechos que menos se cumplen en el caso de las
asalariadas.” El problema no está en las mujeres, sino en las personas que están en la
cabeza de las empresas que aún tienen un pensamiento machista. Esto nos deja más que
claro que no solo son ideas, sino que es una realidad, las empresas saben que están
haciendo mal, que no es ético, que no es justo, pero lo siguen haciendo porque así se les
permite. Las empresas llevan tanto tiempo en esto que ya saben cómo tapar sus injusticias;
hacen campañas donde muestran que trabajan mujeres, negros, personas con
discapacidad, ancianos, etc., lo que no se ve es que lo hacen por marketing, lo hacen para
quedar bien, pero en realidad los puestos son bajos, así como sus sueldos. No quiere decir
que todas las empresas lo hagan, hay quienes no, pero una gran mayoría lo hace y repito,
no es ético.

Aun con todo lo antes mencionado de que las mujeres no solo trabajan, sino que tienen
otras actividades familiares que los hombres no suelen tener, aun con esto, son ellas las
que reciben esta discriminación salarial. “En el caso de México, las investigaciones
constatan la existencia de elevados índices de discriminación salarial que perjudican a las
mujeres quienes, en ocasiones, llegan a recibir salarios hasta 37% menores que los
hombres en ocupaciones que requieren los mismos niveles de escolaridad” Con esto nos
damos cuenta que el mundo no se mueve por capacidades o por conocimiento, sino por el
machismo y el pasado, más que nada por la discriminación. Se supone que para obtener un
trabajo y definir el monto de salario correspondiente, se mide por capacidades, aptitudes,
duración de la jornada y su dificultad, así como también, el puesto y la escolaridad de cada
persona, pero eso no es lo que pasa en la vida real. La realidad es que por más que sea el
mismo puesto, el mismo tiempo de jornada y todo lo antes mencionado, las mujeres reciben
un salario menor al de los hombres.

Después de todo lo investigado y analizado, indagando un poco más en datos sólidos,


encuestas, investigaciones, estadísticas y no solo en opiniones, nos dimos cuenta de que
aún con las instituciones públicas que tenemos en nuestro país, sufrimos de discriminación
laboral en cantidades impresionantes. Hay cosas que están tan normalizadas que ni
siquiera nos damos cuenta, las dejamos pasar y crecen en un futuro afectando a millones
de personas. Es cierto que la discriminación laboral va mucho por el género, más hacia las
mujeres y homosexuales, pero también hacia los hombres. En general hay discriminación
de todo tipo, desde la racial, cultural, religiosa, de género, hasta la de nivel socioeconómico
y educacional, lo cual impacta a todos, no solo a mujeres. Aún a sabiendas de esto, que
todos podemos sufrir de discriminación laboral, las mujeres suelen ser más discriminadas.
Claro que todo esto viene de las normas de género de nuestro querido México, de aquí
vienen todas estas actitudes discriminatorias y machistas, ya que esto no es algo nuevo,
sino que viene desde hace muchos años. Si bien notamos que las mujeres reciben cierto
rechazo ante ciertas situaciones, también pudimos notar que las personas de la sociedad
LGBT sufren de igual manera sino es que más la notoria discriminación que existe en
nuestro país, pero la pregunta es... ¿Qué hacemos nosotros al respecto?

A pesar de existir leyes que reformen esta conducta (Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación) podemos notar que la sociedad mexicana no cuenta con el conocimiento de
la misma y los que están conscientes de ella prefieren solo ignorarla, ya que no tiene el
impacto al cual el ciudadano mexicano le tome importancia, como ya antes mencionamos
existen instituciones que se encargan de la igualdad de género, sin embargo, son tan
pequeñas que no obtienen la seriedad que requieren. Aparte de que no existe el
conocimiento de que es lo que uno merece, que es lo justo, cuánto vale el trabajo, eso no
es algo que se le enseña a las personas y sin esto los empresarios pueden tomar provecho
de esto. Hace falta la educación laboral tanto para los trabajadores como para los jefes de
empresa. Considero que la única manera de ir eliminando este fenómeno es apegarnos a la
educación ya que todo este tipo de actitudes son aprendidas de alguna u otra forma, es dar
las bases para que todos en el mundo laboral sepan que le corresponde a cada quien. No
solo proponemos impartir educación a las personas laborando, sino a los niños que aún
están formando su percepción sobre el mundo, los cuales cuentas con la capacidad para
cambiar el futuro, ya que una mentalidad ya desarrollada es más difícil de manipular por lo
que se puede decir que un adulto siempre mantendrá su postura, sin embargo, se le puede
enseñar a trascender con valores que valgan la pena.

En conclusión, podemos ver que la discriminación laboral existe de muchas maneras en


nuestro país. Podemos ver que hay leyes que respaldan a las personas para ir contra de
esta falta ética. Ahora sabemos que la mejor manera de combatir esto es poniendo de
nuestro granito de arena, teniendo el puesto que tengas, el no permitir esta discriminación,
el apoyar al discriminado y sancionar al discriminante es algo que tenemos que hacer a
diario. La educación se debe de dar desde la infancia para llegar a ser adultos éticos,
adultos responsables, quitando este problema desde la raíz, la raíz machista, injusta y para
nada ética del machismo y discriminación. No podemos seguir permitiendo esta falta ética y
moral en la sociedad. Y si no somos capaces de apoyar, somos capaces de aprender y de
enseñar la manera justa de tratar y ser tratado. Es cierto que cada vez las personas, en
especial las mujeres, tienen un mayor puesto en la sociedad, pero eso no significa que esta
batalla se haya acabado, se acabará el día que no haya discriminación, el día que haya
respeto, igualdad de oportunidades, equidad, por el momento queda sumarse a la causa.
¿Qué haría yo en su lugar? Haría valer mis derechos, pelear por lo que me corresponde y
ayudar a todo aquel que pase por la misma situación que yo.
Bibliografía:

Constitución, desde 1917 hasta 1974, establecida, en su artículo 123, fracción II.

Horbath, Jorge E., & Gracia, Amalia. (2014). Discriminación laboral y vulnerabilidad de las
mujeres frente a la crisis mundial en México. Economía, sociedad y territorio, 14(45), 465-
495. Recuperado en 08 de noviembre de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1405-84212014000200006&lng=es&tlng=es.

INEGI “Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en Mujeres y hombres” en México 2016,


p. 144.

Joan F. Scott en “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en Historia y
género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Nash y Amelang (eds.),
Valencia, Alfons el Magnanim, 1990, pp. 43-44

Oliveira, Orlandina de (1996), "Trabajo e inequidad de género", en Orlandina de Oliveira,


Marina Ariza y Marcela Eternod, María de la Paz López y Vania Salles (coords.), La
condición femenina: una propuesta de indicadores. Informe final, vol. I, Somede-Conapo,
México.

Vela, E. (2017, December 11). La discriminación en el empleo en México. Retrieved


November 08, 2020, de
http://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/completoDiscriminacion08122017.pdf

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